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Cómo sospechar que
Unidad de Alergología Dr. Carlos Cuesta Herranz
¿CÓMO SOSPECHAR QUE PODEMOS TENER INTOLERANCIA A UN ALIMENTO?
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En ocasiones, puede resultar fácil el diagnóstico de intolerancia a un alimento, por ejemplo, a la lactosa, ya que cuando tomamos leche notamos la producción de gases, hinchazón abdominal y a veces diarrea. Lo mismo ocurre cuando se trata de diagnosticar la malabsorción a fructosa, que cuando tomamos una cantidad moderada de fruta, presentamos hinchazón abdominal, gases, incluso diarrea; y si estos síntomas se repiten cada vez que tomamos fruta, podemos pensar en una malabsorción de fructosa y para confirmar el diagnóstico realizamos el test de hidrógeno espirado. Y como siempre, la historia clínica detallada y, sobre todo, la historia dietética son fundamentales para que su especialista pueda establecer un diagnóstico. A veces, la sospecha de intolerancia a un alimento no es tan fácil porque puede haber déficit parcial del enzima y que tolere una cierta cantidad de alimentos que contengan lactosa (lácteos) o fructosa (frutas, miel, verduras, bollería refinada), pero si se toma en mayor cantidad aparecen los síntomas. Por ejemplo, una persona tiene un déficit parcial en el caso de lactosa y a lo mejor tolera un vaso de leche, pero si toma más cantidad aparecen los síntomas de la intolerancia. O con el déficit parcial si se trata de fructosa, que puede tolerar alguna fruta, pero si toma también un zumo, aparece la sintomatología.
En estos casos, si una persona tiene síntomas compatibles con una intolerancia a los alimentos, debe hacer un registro de todo lo que ha comido y bebido en las últimas 24-48 horas, para ver si podemos encontrar una relación entre los alimentos que hemos tomado, y la aparición de los síntomas, lo que nos podría ayudar mucho para el diagnóstico.
Según se estima, la intolerancia a la lactosa
tiene una prevalencia en España entre un 30 y 50% de la población, al igual que ocurre con la fructosa.
La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima, lactasa, en el intestino delgado para romper toda la lactasa consumida. La lactosa que no se absorbe pasa al intestino grueso (que tiene más bacterias), provocando diferentes síntomas como dolores, hinchazón abdominal, ruidos hidroaéreos, diarrea, etc.
Hay dos tipos principales de intolerancia a la lactosa: una es primaria y se caracteriza por una pérdida progresiva en la producción del enzima lactasa, lo que provoca una disminución gradual para digerir la lactosa. Es genética e irreversible. Y secundaria, suele deberse a que existe otra patología que está alterando la producción de lactasa, como puede ocurrir con la enfermedad celiaca, la enfermedad de Crohn, malnutrición (anorexia o bulimia), síndrome de intestino corto, síndrome de intestino irritable etc. En este caso, cuando se corrige la enfermedad, deja de ser intolerante. Por eso, una manera indirecta de controlar si estamos haciendo un tratamiento adecuado, cuando una persona es celiaca, es con el test de hidrogeno espirado.
En la intolerancia a la fructosa encontramos patología similar, si bien la causa primaria es por un déficit de su transportador.
¿EN QUÉ CONSISTE EL TEST DE HIDRÓGENO ESPIRADO?
• La incapacidad por parte del organismo para absorber la lactosa o la fructosa hace que sea fermentado por las bacterias del colon produciendo una gran cantidad de hidrógeno libre. Este hidrógeno es lo que se mide a través del aire espirado y que da idea de si existe o no intolerancia a la lactosa o a la fructosa.
• Este test no es invasivo y sólo hay que tomar lactosa o fructosa disuelta en agua y realizar mediciones (soplando por un tubito) cada media hora, durante tres horas.
• Para poder realizar esta prueba correctamente hay que seguir unas pautas previas como:
- Ayuno mínimo de 8 horas.
- Evitar tomar laxantes o antibióticos días previos a la prueba para que no haya alteraciones en la flora intestinal.
- No fumar 2-3 horas antes de la prueba, ya que el tabaco en ocasiones da falsos positivos.
• Si el resultado final es positivo (intolerancia a la lactosa o fructosa) se evalúa el grado que existe (leve, moderado o severo) y los síntomas que aparecen para poder determinar la dieta.
• En la consulta empleamos un dispositivo, que se llama Gastrolizer, y vamos viendo la evolución directamente, entregando los resultados al finalizar la prueba a las tres horas.