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Un entorno para sentir la libertad practicando deporte MOVER LAS PIERNAS> Con sus ríos, cortados, lomas y arboledas, los alrededores de Rivas se revelan como un espacio idóneo para la práctica del ciclismo de montaña o la carrera a pie
Texto: Nacho Abad Andújar Fotografia: Luis García Craus
on sus lagunas y acantilados, sus cerros y pinares, Rivas es una de las ciudades próximas a la capital con mejor orografía para practicar deportes al aire libre, como la carrera a pie o el ciclismo de montaña. Su entorno natural se adentra en pleno parque regional del Sureste, todo un pulmón que ofrece una sensación de libertad a quienes mueven las piernas.
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“Tenemos la suerte de que nos rodean unos parajes increíbles. Correr al lado del agua de una laguna o entre arboledas por lomas no lo puedes hacer en Madrid capital, por mucho Retiro que haya”. Marta Pérez, ripense de 44 años y responsable de recursos humanos en una empresa, se está preparando para el maratón de la capital. Ya ha corrido tres, dos en Madrid y otro en Sevilla, con el que se estrenó en la larga distancia: “Cuando lo acabé no podía ni respirar,
Por ese cruce de aguas que menciona Marta se abrazan los ríos Jarama y Manzanares, que confluyen en Rivas. Hasta allí también llega Paco Pinardo, de 41 años, monitor del gimnasio del polideportivo municipal Cerro del Telégrafo, entrenador de atletismo y exatleta profesional, que disputó los 50 km marcha en el mundial de París de 2003. “La zona de las lagunas es una maravilla, apenas tiene desniveles”. Lo dice porque prefiere el terreno llano: “Yo era marchador y los acantilados, que son suelos más pedregosos y duros, me cuestan más”. Quien sí enfila los cortados, y a golpe de pedal, es Javier Lázaro, de 35 años, profesor de natación, también en el polideportivo municipal Cerro del Telégrafo. Él llega a completar hasta 80 kilómetros por campo a través los fines de semana: “Lo bueno que tiene Rivas
“Tenemos la suerte de que nos rodean unos parajes increíbles. Podemos correr al lado de una laguna o entre picons y cerros” pero de lo emocionada que iba. Se me pasó el cansancio de golpe”. Entre semana, realiza tiradas cortas de 12 a 14 kilómetros; sábados y domingo, prolonga el recorrido hasta los 25: “En fin de semana voy por el cerro del Telégrafo, bajo a la laguna de El Campillo y paso a las lagunas que hay al otro lado de la A-3, en el Soto de las Juntas”.
es que puedes encontrar desde camino anchos, como los de los cortados de El Piul, hasta senderos muy técnicos entre pinos con saltos, piedras y peraltes, como los que miran a la laguna de Mejorada del Campo”. “Lo que más me gusta es la zona del cerro del Telégrafo y las sendas de El Espartal y del río Jarama, donde des-
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puntan árboles de un tamaño considerable, que dan sombra en verano. Al ser territorio medio boscoso, ya no vas por secarral”, advierte. Aficionado a encaramarse por las empinadas trochas de la sierra de Guadarrama, cuyo puerto de la Fuenfría conoce de memoria, Javier ensalza el paisaje ripense. A pesar de no encontrar la verticalidad que ofrecen pueblos serranos, completa rutas técnicas con bastante desnivel: “Puedo llegar a acumular 1.000 metros de subida por los alrededores de Rivas”. Otra ventaja señalada por Javier es la proximidad de los lugares: “No necesitas subir la bici en el coche y quemar gasolina hasta dar con un paraje que te satisfaga. A menos de 15 minutos del barrio de La Luna [donde vive], estás metido ya en barrancos y zonas frondosas. Aunque también hay posibilidades para quien prefiera itinerarios más fáciles y menos exigentes. Lo bueno es que hay mucha variedad”.