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RAÚL CIMAS: “EL HUMOR MALO, SI LO HACES BIEN, PUEDE SER MÁS GRACIOSO QUE EL BUENO”.
Mujeres que han contribuido a la salud femenina con perspectiva de género: carteles con los rostros y nombres de las pioneras.
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Reportaje: Patricia Campelo Fotografía: Luis G. Craus
Trótula de Salerno fue la primera mujer en escribir un tratado de ginecología. Vivió alrededor del año 1100, y sus escritos abordaron el embarazo, el parto o la fertilidad con un enfoque feminista, cuestionando creencias como que todos los males de la mujer provenían de la menstruación o que la imposibilidad de tener hijos fuese sólo cosa de ellas. Su obra fue un referente en las universidades europeas hasta el siglo XVI.
Dolors Aleu i Riera fue una de las tres primeras españolas licenciadas en Medicina, en 1882, y la primera ginecóloga del país. Pasó consulta durante 25 años en Barcelona. Atendió todo tipo de casos: madres solteras, mujeres pobres del barrio chino, prostitutas, infancia huérfana o señoras burguesas con urgencias ginecológicas que, por vergüenza, nunca acudieron a un médico. En su tesis doctoral repasó el significado de la condición femenina, denunciando las desigualdades extremas de la época y defendiendo que “nunca consentiría la mujer ser degradada si fuera más instruida”.
La obra de ambas mujeres, como la de otras tantas que colocaron la perspectiva de género en la ciencia médica, es desconocida por el gran público. Los intereses del sistema patriarcal por reducir el papel de ellas a madres y esposas vulnerables, subordinándolas a su biología para así controlar su sexualidad y capacidad reproductiva, trajo como consecuencia “la normalización de la mística de la feminidad y del ideal maternal, garantizando así su dedicación al cuidado de la familia y al ámbito doméstico, y generando una política sanitaria patriarcal”, explican desde la Concejalía de Feminismos y Diversidad del Ayuntamiento de Rivas.
Así, el trabajo de mujeres como Trótula de Salerno o Dolors Aleu fue minoritario, desarrollado con multitud de interferencias y finalmente olvidado.
Por ello, este año, la temática elegida para la campaña municipal Marzo Mujeres, en torno al Día Internacional de la Mujer, tiene que ver con la salud y las grandes desigualdades históricas, “manifestadas con una violencia particular en este campo”. También, sobre cómo los feminismos “han intervenido desde los ámbitos académico, profesional, activista y político, y han desarrollado múltiples líneas discursivas, reivindicativas, de acción política e investigación”, añaden desde la citada concejalía. Entre las acciones de la campaña [ver programa completo en páginas 10-12] figura retirar el velo de olvido que cae aún sobre alguna de las médicas y científicas que contribuyeron a mejorar la salud femenina. Así, los rostros de la italiana del siglo XII o de la primera ginecóloga española podrán verse este mes en los distintos soportes de comunicación municipal, tanto por las calles como en las redes sociales y en esta revista y web rivasciudad.es. Junto a ellas, también Elena de Céspedes, del año 1500, una de las primeras cirujanas, que se vestía de hombre para poder ejercer, y el colectivo de mujeres de Boston (Estados Unidos) que luchó para legislar la píldora anticonceptiva en los años 60 del pasado siglo.
La desigualdad de género se ha manifestado “con especial violencia” en el campo de la salud
ENFERMEDADES INVISIBLES
El programa Marzo Mujeres 2020 aborda en algunas de sus jornadas las dis-
Carmen y Cristina, de Fibro Rivas, asociación que lucha por las mujeres que sufren fibromialgia.
tintas formas en que ellas manifiestan síntomas ante ciertas enfermedades como infartos, anemias, problemas tiroideos, ansiedad, fatiga crónica o fibromialgia. Dolencias que se están diagnosticando “como trastornos psicosomáticos”, lamentan desde la Concejalía de Feminismos y Diversidad. Algo de lo que saben mucho vecinas como Carmen Gomara y Cristina Alonso. El próximo viernes 13, ambas escucharán atentas lo que se diga en la jornada ‘Salud y Mujeres. Retos y propuestas desde los feminismos’, para después compartir sus experiencias. Se trata de la secretaria y presidenta de la asociación Fibro Rivas*, una entidad que ofrece información y apoyo a las personas que padecen fibromialgia y que lucha por los derechos de este tipo de pacientes, mujeres en su mayoría, para quienes la ciencia médica no tiene aún solución.
“Me diagnosticaron [fibromialgia y fatiga crónica] en 2006 después de mucho peregrinaje y un poco por descarte, como le sucede a la mayoría”, recuerda Carmen, para quien no hubo muchos más pasos que dar después del diagnóstico. “Los tratamientos son paliativos y sin mucha eficacia”, lamenta sobre esta enfermedad que, según describe, se caracteriza por “dolores musculares, de ligamentos y de tendones, colon irritable, problemas de tiroides, ansiedad, estrés y sobre todo fatiga y cansancio crónico”.
EL 4% PADECE FIBROMIALGIA
La fibromialgia afecta, en España, al 4% de la población, alrededor de 1.800.000 personas, de las cuales el 90% son mujeres de entre 40 y 50 años, según datos de la Sociedad Española de Síndrome de Sensibilidad Central.
Fue reconocida en 1992 por la Organización Mundial de la Salud como una patología “de reumatismo no articular, caracterizada por un cuadro de dolor músculo-esquelético crónico y generalizado de origen desconocido”. Fibro Rivas aglutina a 43 mujeres de entre 30 y 60 años de Rivas, Madrid, Arganda y Campo Real. Recalan en la asociación a través de las redes sociales o de especialistas que aconsejan el asociacionismo. “Realizamos tratamientos con fisioterapeutas y psicólogos. Son enfermedades que limitan tu vida radicalmente. Pasas de ser una persona activa a enferma, a tener que estar días tumbada en casa. Y eso genera mucho estrés y ansiedad”, deplora Carmen, auxiliar de enfermería en el hospital Gregorio Marañón.
Los tratamientos han evolucionado en los últimos años pero estas mujeres, que se reúnen cada lunes de 18.00 a 20.00 en la Casa de Asociaciones de Rivas, han pasado malos tragos en consulta. “Ahora menos, pero antes los médicos te tomaban por loca y te daban pastillas para la depresión en lugar de buscar la verdadera enfermedad”, indica esta vecina. “La mayoría de profesionales no sabe cómo abordar estas patologías; es muy difícil porque hay muy poca investigación. Nadie se hace cargo porque piensan que son de origen neurológico, en unos casos, inmunológico o reumático, en otros. Es un cajón desastre”, apostilla Cristina Alonso, que no padece la enfermedad pero la ha conocido de cerca y presta su ayuda en Fibro Rivas para compensar los momentos de debilidad del resto de socias que sí la sufren.