Asturias
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Santa Cristina de Lena, Concejo de Lena. Foto: Turismo Asturias. Noe Baranda
EL NORTE DE LA RUTA
Asturias es el confín septentrional de la Ruta Vía de La Plata, el tesoro verde y azul de un itinerario que atraviesa toda la península ibérica. Entre las cumbres de la cordillera cantábrica y el mar, apenas 80 kilómetros en un vertiginoso descenso que nos lleva por una tierra repleta de historia y coronada de naturaleza. En Asturias se reúnen orígenes de mitos y leyendas que en muchas ocasiones se funden con una historia que arranca con las primeras manifestaciones de arte rupestre en cuevas reconocidas como Patrimonio Mundial por la Unesco, como Tito Bustillo. Dólmenes neolíticos, poblados castreños, termas romanas...una secuencia de ocupación humana que tendría en la Alta Edad Media uno de sus momentos culminantes: el Reino de Asturias.
Precisamente el entronque con la tradición clásica fue uno de los puntos claves de los referentes simbólicos del Reino de Asturias, una estrategia de poder y notoriedad que retomaba la impronta romana en todo el occidente cristiano y al que Asturias no fue, ni mucho menos, ajena. Si bien la llegada de Roma a tierras asturianas no fue pacífica, siendo su invasión la última de las campañas militares que aseguraría el control peninsular para el Imperio, lo cierto es que todo lo que supuso Roma se fue infiltrando en las estructuras sociales y culturales de la población de Asturias. Muchos testimonios nos hablan de la llegada y la presencia de Roma en Asturias: Desde el campamento militar romano de La Carisa, a más de 1.700 metros de altitud, desde el que probable-
mente se prepararon las campañas de invasión, a las edificaciones netamente romanas en poblados autóctonos fortificados como la Campa Torres, los innumerables restos que se albergan en el Museo Arqueológico de Asturias, las termas romanas de Gijón o la villa tardorromana de Veranes... Todos y cada uno de ellos nos remiten a la indeleble impronta de Roma en Asturias, siendo la Ruta Vía de la Plata uno de los ejes que mejor lo representan. Este recorrido histórico se extiende sobre la más espectacular variedad de paisajes posible en un territorio de 10.640 kilómetros cuadrados; una tierra comprimida entre cumbres de más de 2.000 metros que se abalanzan sobre los 400 kilómetros de la costa mejor preservada de España.