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En torno al Santo Sepulcro de Sahagún. Joaquín García Nistal
EN TORNO AL SANTO SEPULCRO DE SAHAGÚN:
Inscripciones, una enigmática imagen y su relación con el teatro de los misterios
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Joaquín García Nistal Profesor de la Universidad de León
Dentro del extraordinario conjunto de pasos procesionales que alberga la cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José, el Santo Sepulcro, conocido popularmente como “La Urna”, ocupa un lugar privilegiado tanto por la calidad escultórica y decorativa de la urna sepulcral y su yacente como por el papel fundamental que ha desempeñado a lo largo de los siglos dentro de las celebraciones del Viernes Santo.
Aunque no existen pruebas documentales de su autoría, sus características permiten adscribirla a las producciones que, durante el último tercio del siglo XVII, llevaron a cabo escultores afincados en Valladolid o su entorno próximo de la talla de Andrés de Oliveros, Pedro Salvador “el joven”, Antonio Vázquez o Francisco Díez de Tudanca, entre otros. No obstante, la inexistencia de esas certezas documentales no menoscaba, en absoluto, el valor de este excepcional paso, para cuya materialización tuvieron que intervenir y coordinarse varios profesionales como un maestro imaginero o escultor especializado en la talla de imágenes, varios entalladores, pintores, doradores y especialistas en la técnica del estofado, además de otros maestros del vidrio y el hierro forjado. No es nuestro propósito profundizar aquí en todos los detalles de la Urna, pero sí hacer hincapié en un aspecto que va más allá de la calidad escultórica de la misma y que permite apreciar el incalculable valor inmaterial y cultural que encierra nuestra Semana Santa desde tiempo inmemorial. Nos referimos a una serie de inscripciones situadas en los laterales de la base sepulcral y un programa iconográfico concreto, que revelan la ancestral