Reencuentro conMaría ︲
REENCUENTRO con María 4y5 de septiembre
2021
P r og r a m a d e a c ti v i d a d e s r e l i g i o s a s 1
︲Reencuentro con María
P ro g r a m a R e l i g io s o Sábado 4
18:00 h. Llegada de la virgen de Navalazarza a la rotonda de la Piedra de la Virgen. De 18:05 h. a 20:00 h. Ofrenda floral. 20:05 h. Santo Rosario. 20:40 h. Acto litúrgico. 22:00 h. Vigilia durante la noche.
Domingo 5
10:30 h. Recibimiento de la Virgen en la Piedra. Acto de entrega del cetro al nuevo Hermano Mayor y cambio de zagalillos. 11:30 h. Santa Misa. 18:00 h. Casa de la Cultura, homenaje a don Bernabé y proyección del video Romería del año 1999. 19:00 h. Imposición de insignias de oro de la Hermandad. 19:15 h. Actuación de la Coral de San Agustín.
Del miércoles 8 al jueves 16
19:30 h. Novena de la Virgen de Navalazarza. *El domingo 12 de septiembre la Novena será a las 20:30 h. 12:00h. Misa Solemne de Ntra. Sra. la Virgen de Navalazarza concelebrada por los sacerdotes del Arciprestazgo.
Sábado 18
12:00 h. Misa por los difuntos de la Hermandad.
Todo ello respetando los límites de aforo y las normas establecidas por las autoridades sanitarias para esta situación de pandemia. Debido a la Covid - 19, por segundo año consecutivo, la imagen de la Virgen no podrá ser sacada en procesión.
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Edita: Hermandad de Nuestra Señora de Navalazarza. Producción editorial: Editorial Mic. Textos: José A. Martín Aguado y María José Roldán Luengo.
Reencuentro conMaría ︲Saluda del Consiliario
Cuando ya se va acercando de nuevo la festividad de nuestra Patrona y media el curso del verano, nos preparamos para acoger con renovada alegría la Imagen santa de la Virgen de Navalazarza. Quiero hacer mención especial en este año al esfuerzo que la Junta de nuestra Hermandad está haciendo para que los actos en honor de la Virgen sean una clara expresión de la devoción y gratitud de nuestro pueblo hacia su Madre. Este año han preparado un gesto que ha de ser profundamente significativo, una ofrenda floral el día de su bajada de la Ermita. Las flores nos unen a la belleza de la Creación, nos hacen darnos cuenta del valor de todo lo que Dios ha puesta a nuestro alcance y para nuestro disfrute, para cuidar las muestras de afecto y gratitud a aquellos que más amamos. Es un signo, sólo un signo, pero que ha de ser significativo. Ha de poder expresar lo mucho que nosotros y nuestras familias deben a nuestra Patrona. Recuerdo todavía con vibrante emoción la impresionante acogida que hace unos pocos años dispensamos a la Virgen viniendo por el camino de la Sima, cuando salimos a recibirla con antorchas y velas, pero sobre todo con los corazones encendidos de amor, devoción y gratitud. No ha de ser menos este año.
Padre Ignacio Consiliario de la Hermandad.
Las flores cuando se ofrecen a la Virgen, expresan la gratuidad de nuestra relación con ella y son muestra de gratitud. Al ofrecerlas, las entregamos, como obsequio de nuestra persona, como signo de nosotros mismos,
S a luda d e l C ons i l i ar i o Con Flores a María como expresión que se vuelve petición. Y ¿Qué es lo que pedimos? Volver a la belleza original en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos, recuperar la inocencia y belleza de todo lo creado... y sobre todo de nuestro corazón, tantas veces lastimado por pequeñeces y desamores que no nos ayudan en la vida. Dios quiera que estas fiestas sean un buen inicio de curso, que no tengamos que esperar al comienzo de un año nuevo para plantearnos propósitos de cambios que no llegan a realizarse por apoyarse únicamente en nuestras pobres fuerzas. Sea esta ocasión de recibir a la Virgen en nuestro pueblo, en nuestras familias y corazones el momento propicio para una renovación de nuestra vida. Volvamos el corazón a nuestra Madre para que ella nos lleve más firmemente a Jesucristo, nuestro inseparable vivir. A todos desearos unas muy felices y fructuosas fiestas en honor a nuestra Patrona. ¡¡¡Viva la Virgen de Navalazarza!!! Con todo afecto y bendición. Ignacio 3
︲Reencuentro con María
Subida de la Virgen a su ermita El pasado sábado 15 de mayo, festividad de san Isidro, los miembros de la directiva de la hermandad de la Virgen de Navalazarza y el párroco del pueblo, don Ignacio, llevaron a la Patrona a su ermita situada en el monte de Moncalvillo, después de permanecer en el pueblo desde septiembre de 2019, ya que el año pasado, debido al estado de alarma y el confinamiento, no se pudo celebrar el popular Taral. Este año, aunque la situación está cambiando, tampoco se ha celebrado la romería. Sobre las seis de la tarde, se ofició una misa después de dejar a la Virgen en su altar, que fue retransmitida al día siguiente, domingo, por internet en el canal de la iglesia para que todos los vecinos de San Agustín pudieran rendir homenaje a su Patrona. A lo largo del verano hubo devotos de la Virgen de Navalazarza que subieron hasta la ermita para rezar y agradecer a la Virgen el cumplimiento de alguna petición. En estos tres meses la parroquia organizó una peregrinación mensual hasta la ermita, la primera de las cuales tuvo lugar el 26 de junio; la segunda el 24 de julio y la tercera el 21 de agosto. En las tres peregrinaciones se celebró la Santa Misa, oficiada por los miembros del equipo parroquial.
Entrevista con el Hermano Mayor saliente Ismael Alcalá Gamo
-Díganos Ismael, ¿cómo son sus recuerdos infantiles ante la llegada de las festividades que se celebran en San Agustín? - Mi padre es de San Agustín y mi madre de Guadalix de la Sierra. Me crie y crecí en la plaza de nuestro pueblo, más céntrico, imposible. Tengo recuerdos de cuando era muy pequeño de esperar con muchísima ilusión el día de la romería, era un día de campo, de juntarse toda la familia, ver a los amigos, vecinos, ese día era como una comunión de todo el pueblo. Según te haces mayor, vas teniendo conciencia de lo que se proyecta en ese día tan especial y le das más importancia a todo esto. -Las celebraciones en torno a la Patrona son importantes para los vecinos del pueblo, ¿cómo lo ha vivido desde dentro de la Hermandad? -Esos días marcan nuestras tradiciones, siempre las hemos vivido con intensidad y he participado de ellas, son fechas muy importantes. Desde fuera se ve de una manera, pero hasta que no estás dentro de la hermandad no te das cuenta del sentido, el porqué de las cosas y cómo es el funcionamiento de la asociación. En esa posición, le das un sentido real, por eso
he disfrutado todo lo que he podido. Me he quedado con la pena de no haberlo vivido de una manera más natural y más normal por las circunstancias sanitarias que estamos viviendo. -¿Como ha sido su experiencia? -Muy buena y muy bonita, con ganas de seguir participando y trabajando con la hermandad, aunque no sea hermano mayor. La lástima ha sido tener que desarrollar mi mandato bajo la pandemia y no he podido disfrutar de todos los actos como me hubiera gustado. No he podido disfrutar de algunas cosas que tenía en mente, pero lo haré más adelante. -¿Quién le inculco su devoción por la Virgen de Navalazarza? -Yo soy la tercera generación como hermano Mayor de la hermandad de la Virgen de nuestra familia y es un orgullo para mí. Mi abuelo lo fue en su momento, mi padre lo fue en el suyo y yo acabo de serlo. Mi abuelo se ocupó de inscribir a sus nietos en la hermandad, mi padre lo ha hecho con mis hijos y yo espero hacerlo algún día con mis nietos. Esta tradición está muy arraigada en mi familia. Tengo cuatro hijos, todos varones y todos son hermanos de la hermandad.
Reencuentro conMaría ︲Hermano Mayor saliente
-Es muy devoto de la Patrona -Mis hijos pequeños están acostumbrados a verme rezar en casa. Nuestras medallas están en el salón y cada vez que paso les doy un beso, me haga falta o no, rezo a la virgen y ellos me ven. Yo la pido, pero también la doy. Cuando empezó la pandemia, durante abril y mayo no pude trabajar por el cierre de mi negocio, el Hostal Alcalá aquí en San Agustín. Me ofrecí voluntario para colaborar con la parroquia, la Casa de la Misericordia y la hermandad. Todo lo que ha estado a mi alcance lo he hecho de buenísima gana. Participé en la recogida de alimentos con mi furgoneta, ayudé a empaquetar y repartir comida. No es nada extraordinario porque otras personas lo hacen a diario, pero para mí fue algo excepcional pues entre mi negocio y mi dedicación a la familia, me queda muy poco tiempo libre. -Su familia está arraigada en San Agustín desde el siglo XIX, ¿qué influencia han tenido los Alcalá en el pueblo? -En un tiempo pasado todas las familias del pueblo se conocían. Antes influía más lo que cada uno pudiera aportar al pueblo que ahora, ya que tenemos otros mecanismos. Si me remonto a la época de mi abuelo, puedo decir que era una persona muy respetada en San Agustín, sensato, serio, capaz y muy querido. Siempre estaba en la plaza, el centro neurálgico del pueblo ya que estaba el ayuntamiento, las escuelas, el
médico… Mi abuelo era un referente a la hora de contarle o pedirle opinión sobre cualquier cosa. Esa imagen la tengo en el recuerdo. Mi abuelo viene de familia de molineros y en aquella época era muy importante para un pueblo, ahora el pan lo compramos en cualquier sitio, pero a principios de siglo XX eran figuras muy respetadas. Creo que en la actualidad, esa influencia de las familias se ha ido disipando por la renovación generacional y el cambio de la vida en nuestro pueblo. -¿Cómo ve el futuro de la Hermandad? Creo que hay un grupo humano con buena base y que trabaja muy bien. Sería importante incorporar a la mujer a la hermandad, propuesta que está encima de la mesa que se está valorado y estudiando. Pienso que es necesaria una evolución porque si no, la institución se queda obsoleta y puede caer en decadencia. Hay gente joven que es la sabia nueva para la hermandad y seguro que incorporan novedades y aires nuevos. -¿Se ha sentido a gusto durante el desarrollo de su mandato? -Sí, mucho. Lo que he hecho ha sido escuchar y aprender antes de proponer actividades. Me han hecho partícipe de todo desde el primer día y he sentido el apoyo de toda la directiva. Lo he disfrutado porque durante el parón del confinamiento, colaboré en todo lo que pude y me he sentido útil y satisfecho, pero no por mí, sino por haber ayudado a los demás que eso es lo más gratificante.
Ismael Alcalá Gamo portando imagen de la Patrona y con sus padres.
“Soy la tercera generación de mi familia como hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen de Navalazarza y eso es un orgullo”
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Reencuentro con María
Entrevista con el Hermano Mayor entrante Víctor Manuel Mingo Frutos
-Víctor Manuel, nacido, criado y residente en San Agustín. -Sí, desde luego. Mi madre era natural de aquí y mi padre de El Molar. Ellos se dedicaron a cultivar la tierra y vendían los productos de la huerta. Todos los recuerdos de mi infancia están ligados a las calles de este pueblo. -¿Cómo eran aquellos años? -Recuerdo nuestros juegos en la calle. Nos divertíamos jugando a la peonza, a las canicas, al escondite, hacíamos arcos y fabricábamos nuestras flechas. Era una manera más sencilla, sana e infantil de jugar que ahora. Teníamos menos cosas pero éramos muy felices. -¿Cómo recuerda los días en los que fue quinto? -Fueron estupendos porque todos los jóvenes de San Agustín nos conocíamos. Cuando hacíamos la ronda nocturna, las puertas de las casas se abrían para nosotros, había un ambiente estupendo y ese día era una tradición muy bonita para el pueblo y se colaboraba con mucha ilusión y ganas. Era un acontecimiento muy esperado por los vecinos. Ahora se celebra la ronda, pero no es como antes. -¿Qué recuerdos tiene de sus celebraciones por el día del Taral? -Para nosotros era una fiesta muy importante, muy grande. Subíamos a caballo hasta el monte a pasar el día allí con la familia y los amigos. De vuelta al pueblo desde el monte a la plaza, montábamos unas caravanas por la carretera que no veas, los vecinos lo pasábamos genial, invitábamos y nos invitaban a comer y beber. Luego había baile y dejábamos los caballos alrededor de la plaza y había un ambiente muy campestre y de hermandad. Se tenía mucha ilusión por adornar las monturas, los carros y hasta los coches.
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Reencuentro conMaría ︲Hermano Mayor entrante
-¿Quién le trasmitió su devoción por la Virgen de Navalazarza? -Mi madre siempre fue muy devota de la virgen de Navalazarza y yo desde pequeño, lo he vivido en mi casa. Desde mi más temprana edad, era obligatorio ir los domingos a misa. Tanto es así, que colaboré muchos años en la iglesia siendo monaguillo y cualquier acto que había, allí estaba yo porque mi madre nos lo inculcó a mi hermana y a mí. No sabría decir desde cuando soy hermano de la virgen, pero seguro que desde muy, muy pequeño. -¿A qué se dedica? -Tengo una hípica en el polígono Norte que se llama “El Requiebro”. Mi padre se ha dedicado siempre a la ganadería y a la agricultura; ha tenido ovejas y labraba con mulas o con caballos. Yo seguí sus pasos porque desde pequeño me ha fascinado. La equitación es una disciplina muy bonita y aporta muchas sensaciones. Entre otras facetas, damos clases a niños y eso me produce una gran satisfacción porque es un deporte muy interesante. Mis dos hijas compiten en diferentes disciplinas, les doy clases a las dos y son mi relevo generacional. Tengo tres hijos y me siento muy orgulloso de ellos. Candela tiene 19 años, es una amazona estupenda y está entregada a este deporte por entero, y los mellizos, Alejandra y Guillermo, de
15 años. La niña es una apasionada del futbol y juega desde hace seis años en el Atlético del Madrid y al niño le encanta el campo y la caza. -¿Cómo reaccionó cuando le dijeron que iba a ser el Hermano Mayor de la Hermandad? -Mucha satisfacción. Siempre he tenido claro que si me lo proponía la Hermandad, iba a decir que sí sin pensarlo dos veces. Uno de mis mayores motivos es por la ausencia de mi madre, ella era muy devota de la Virgen, nunca faltaba a misa y para ella era una tradición subir un ramo de flores a la Virgen cuando estaba en la ermita, en las fiestas se las llevaba a la iglesia… Una de las cosas que siempre decía era que por favor, su ramo no saliera subasta porque ella quería que lo tuviera la Virgen. Mi hermana y yo seguimos manteniendo esa tradición en honor a ella.
“Lo que más me motiva es el recuerdo de mi madre”
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Reencuentro con María
Insignias de oro de la hermandad Tomás Berlanas
-Va a recibir la insignia de oro por cumplir 80 años durante este año, ¿Qué significa para usted este acontecimiento? -Es una gran ilusión y agradezco enormemente que me entreguen la insignia de oro de nuestra Virgen. Siento orgullo por este reconocimiento tan especial, aunque las circunstancias que estamos viviendo son un tanto extrañas y difíciles. -Precisamente por eso, hay que valorar este momento… -Este es un gran homenaje que se nos hace a los quintos del 41 y por eso estoy muy orgulloso de ello. Llegué a este pueblo con 17 años para trabajar en el campo, me enamoré, me casé y aquí eché raíces. De mi generación sólo quedamos tres, y dos de ellos somos hijos de la Hermandad. -Justo antes de la pandemia, usted fue Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen, ¿qué significó para usted ese mandato? -Mira, para mí fue un acto más porque he sido su hermano desde siempre, colaborando en todo lo que ha estado en mi mano y así hice
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durante el tiempo que fui Hermano Mayor, ayudando a la directiva en todo lo que se me pidió y aportando mi experiencia. -Su mujer es la artífice de su dedicación a las tradiciones de nuestro pueblo -Sí. Yo me casé en 1965 y en julio del año siguiente nació mi hijo. Cuando llegaron las fiestas de septiembre, durante el refresco de la Hermandad, mi mujer me dijo “hay que apuntar al chico en la Hermandad, y ya te apuntas tú”, y así hice. Y desde entonces, he hecho lo que ha estado en mi mano para ayudar en todo. -Cuéntenos cómo ha sido su colaboración - Trabajé muy duro para conseguir financiación para la reconstrucción de la ermita de Moncalvillo. Hablé con el alcalde, los políticos y los constructores que había en el pueblo haciendo las nuevas urbanizaciones, y se consiguió el dinero para que ni a la Hermandad ni al Ayuntamiento le costara un euro. Con anterioridad, mi esposa y yo realizamos trabajos de limpieza transformaron nuestro pueblo. Anteriormente, he subido con mi esposa a la ermita a cortar la hierba y adecentar las inmediaciones
Tomás Berlanas recibe la insignia de oro de la Hermandad
Reencuentro conMaría ︲Insignias de oro de la hermandad
-¿Cómo recuerda el Taral en sus años de juventud? -Son todos recuerdos muy bonitos. Todos los del pueblo éramos una gran familia. Una vez en la pradera, si no comías en un sitio, comías en otro. Había una gran hermandad entre los vecinos. -Y, ¿qué me dice de las fiestas patronales? -Las he disfrutado como el que más. Siempre he estado metido de lleno. Fundé la peña La Patata en 1981 así que, imagínate. -¿Ha podido transmitir su devoción a la virgen a sus descendientes? -Yo les he transmitido estas tradiciones hasta las fuerzas que me han alcanzado. Después, cada uno lo ha asumido a su manera. A mi nieto, el año que fue quinto, le pedí que bajara a la virgen a la Piedra y de allí a nuestra iglesia y así lo hizo.
“Es un gran homenaje que se nos hace a los quintos del 41”
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Insignias de oro de la hermandad ︲Reencuentro con María
Daniel Alcalá Martín -Daniel, es usted hijo del pueblo de toda la vida. -Sí, mi familia está en este pueblo desde el siglo XIX. Nací y crecí en la calle Soledad n. º 4 y allí viví hasta los 12 años más o menos. Después, mi padre hizo la casa de la esquina (entre Soledad y Amargura). Llevo viviendo en la plaza del pueblo más de cincuenta años. Soy su guardián. Antes había mucha gente en ella, porque era el centro del pueblo. Estaban las escuelas, donde vivía el maestro, la alcaldía, la tienda de Paris, los chicos jugando en la calle, había mucho ambiente. Ahora se ha convertido en una zona de paso y está más solitaria. -Daniel, cuéntenos algo de cuando era joven. -Recuerdo cuando, con 15 años, entré a trabajar en la casa que había en la Sima que pertenecía en aquel entonces al canal de Isabel II. Mi padre trabajaba para esa institución e iba allí a ocuparse de la huerta. Yo empecé a hacerme cargo del mantenimiento de la piscina. -En relación con el Taral debo decirla que he subido a Moncavillo de todas las maneras posibles: andando, en tractor, descalzo, a caballo… Una vez allí, cada uno en el monte tenemos un sitio “de costumbre” de toda la vida asignado y allí poníamos el rancho con nuestra lumbre y asábamos chuletas o lo que se terciara. Después de la misa y procesión de la tarde en honor a la Patrona, nos bajábamos a merendar hasta casi la noche. Había mucha armonía porque éramos bastante menos y nos conocíamos todos.
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Daniel Alcalá Martín recibe este año la insignia de oro de la Hermandad
Daniel Alcalá y otros portan las andas del Resucitado.
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“Mi devoción por la Virgen de Navalazarza ni se pregunta”
Daniel Alcalá y Lola Gamo con dos de sus tres hijos.
-Siempre ha tenido mucha devoción por la Virgen de Navalazarza. -Eso ni se pregunta. Los de San Agustín, creo yo, tenemos mucha creencia en ella y aparte, es que la queremos. Yo no soy de ir mucho a misa, pero acompaño a la Virgen en las fiestas, en la ermita y el día de Resurrección, porque hace años, mi tía Joaquina, hermana de mi madre, regaló el Cristo que sale en la procesión y desde entonces me gusta ir.
-¿Qué significa para usted que le otorguen la insignia de oro por cumplir los 80 años durante 2021? -Los he cumplido el 30 de junio. Pues qué me va a suponer… mucha alegría, satisfacción porque se han acordado de mí y además, será otra manera de llevar a la Virgen conmigo.
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Jimena Persson Casado
Zagalillos Diego Sánchez Vela (10 años)
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Diego Sánchez Vela es el zagalillo que la Virgen de Navalazarza tendrá este año. Tiene 10 años, estudia en el colegio público Infanta Leonor de San Agustín del Guadalix y es el menor de tres hermanos. Es un chaval despierto, un poquito tímido y muy deportista; pertenece al club de baloncesto del pueblo y está federado, patina muy bien, tanto es así, que va a retomar la actividad de otro de sus deportes favoritos: el hockey. Se enteró por su madre que le habían elegido zagalillo de la Patrona y se puso muy contento. Sólo le pide a la Virgen de Navalazarza que cure a todas las personas que están enfermas o sufren secuelas por la Covid. Diego está dispuesto a ayudar en todo a la Virgen durante este año y está muy ilusionado en acompañarla a la Piedra, ayudarla en misa, como ya hace habitualmente, y sobre todo, estar a su lado durante la Novena en honor de la Virgen de Navalazarza y en las próximas fiestas patronales.
Jimena Persson Casado se convierte este año en zagalilla de la Virgen Navalazarza. Tiene 10 años y es la pequeña de la familia, pues tiene tres hermanos mayores varones. Este año cursa 5* de Primaria en el colegio Valdefuentes. Una amiga de la familia le preguntó si quería ser zagalilla y contestó enseguida que sí, pues le hacía muchísima ilusión. Durante esos días, Jimena desea acompañar a la Virgen en todos los actos que se van a celebrar, y lo va a hacer con mucha alegría, y sobre todo, lo va disfrutar como hace con todas las actividades que desarrolla en compañía de sus padres. Le gusta montar a caballo, practica el tenis y le gusta el atletismo; hace punto de cruz, juega con su perro de aguas y le encanta estar con sus amigas. Jimena es una niña muy despierta y con unos valores importantes: pide a la Patrona que cure a los enfermos y que se acabe la pandemia que nos rodea lo antes posible.
Reencuentro conMaría
El 17 de septiembre Gloria Sanz Ortiz cumplirá 91 años. Madre de ocho hijos, Gloria pertenece, tanto por parte de padre como de madre, a las familias más antiguas de San Agustín. - “Mis padres, nos dice Gloria, se enamoraron muy jovencitos, aunque mi abuelo paterno, al que llamaban el Marqués, no aprobaba la relación. Pero, casualidades de la vida, mi madre tuvo la suerte de que les tocara la lotería (7.000 pesetas de las de entonces), lo que les permitió montar una lechería en Madrid”. - Después montaron una panadería en San Agustín… - En efecto. A mi madre le tiraba San Agustín y su afán era volver al pueblo. Yo tendría dos o tres meses cuando retornamos a San Agustín. El negocio lo iniciamos en la actual Avenida de Madrid. Era un establecimiento pequeñito; había una estancia para el borriquito, donde daba vueltas al molino para moler el trigo y el funcionamiento del horno.
- ¿Cómo recuerda los días de fiesta en San Agustín? Siempre he tenido una devoción enorme a Nuestra Patrona, la Virgen de Navalazarza. El día de la Romería subíamos a Moncalvillo en carro, en burro, a caballo. Me considero buena cristiana y siempre llevo a la Virgen de Navalazarza conmigo. M. J. R.
Testi mon i o “Siempre llevo conmigo a la Virgen de Navalazarza”
Gloria Sanz Ortiz
- ¿Daba mucho trabajo la tienda? - Teníamos tarea de sobra. Yo llevaba las cestas del pan para venderlas; iba a por el aceite, llevaba la contabilidad de los cupones y de las cartillas de abastecimiento de aquellos años 40. Las vecinas iban a la tienda con un librito pequeño, pero no apuntábamos nada. Ellos se llevaban el librito y, cuando llegaba el fin de mes, saldaban sus deudas. Me acuerdo con mucho cariño de aquellas mujeres y las tengo muy presentes. Fotografías de 1951 y 2021.
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Testimonio ︲Reencuentro con María
Blasa Pascual Berrocal cumple 102 años
Blasa Pascual Berrocal
El pasado 7 de agosto Blasa Pascual Berrocal cumplió 102 años y sus hijos, Charo y Francisco, así como los demás miembros de la familia, la organizaron una simpática y cariñosa fiesta, que siguió con gran interés la homenajeada. Blasa Pascual Berrocal nació el 7 de agosto de 1919. Es hija de Luis Pascual García, natural de San Agustín, jornalero, y de Pura Berrocal Medalla. Cuando fallece Luis Pascual en mayo de 1966 estaba casado con Pura Berrocal y quedaban los siguientes hijos: Blasa, Elena, Luis, Félix y Purificación. Los abuelos paternos de Blasa fueron Luis Pascual Sanz y Blasa García de Tomás, ambos naturales de San Agustín. Los abuelos maternos fueron Pedro Berrocal Martín y Nicolasa Medalla Benito, naturales de San Agustín. Blasa Pascual Berrocal contrae matrimonio el 19 de enero de 1948 con Francisco Alcalá de la Fuente, el cual tiene 37 años. Era soltero e hijo de Benito Alcalá y de María de la Fuente. Cuantos familiares y vecinos de San Agustín hemos podido disfrutar del carácter amable de Blasa, así como de su generosidad y su participación en la vida local y religiosa, hemos sido testigos del cariño que ha demostrado en los encuentros con Nuestra Patrona, la Virgen de Navalazarza, de la que guarda varias imágenes en su dormitorio. M. A. Fotografía con la Virgen que sostiene junto al Hermano Mayor Marcelo Ramírez.
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Ca ma rera s de la Vi rge n Ayudada por otras mujeres, era la encargada de adornar la iglesia y revestir las andas. Entre 1856 y 1866, la Hermandad de la Virgen de Navalazarza vivió los momentos más esplendorosos de su historia. En aquellos diez años, la Hermandad estuvo presidida por Vicente Mariblanca, que llegó a ser alcalde de San Agustín y que contó con la ayuda de su esposa, Juana Ginés, la cual desempeñó el cargo de camarera de la Virgen, ayudada por otras mujeres. Vicente Mariblanca desarrolló una actividad muy eficaz en San Agustín. Había desempeñado el oficio de comisionado del Ayuntamiento de Madrid y, entre 1841 y 1849, ejercerá como secretario del Ayuntamiento de San Agustín. Desde 1850 hasta 1855 actuará como interventor y administrador de los portazgos instalados a la entrada y salida de la villa. En 1854, las autoridades concejiles y los mayores contribuyentes de San Agustín le otorgan facultades y poderes para la defensa de la dehesa de Moncalvillo, ante la amenaza de una posible venta. Su labor tiene éxito y, entre 1859 y 1860, ocupará la alcaldía.
También en estos años es notable la participación de las mujeres en la Hermandad. Existe el cargo de camarera de la Virgen, que será desempeñado por Juana Ginés, esposa de Vicente Mariblanca, y pariente de Saturnino Ginés, esposo de Gala Ortiz y dueño de una prestigiosa ganadería de reses bravas. Ambos fueron los padres de la famosa pintora y escritora Adela Ginés. Era responsabilidad de la camarera de la Virgen adornar la iglesia y revestir las andas con los objetos que ella guardaba y que pertenecían a la Hermandad. Para ello contaba con la ayuda de varias mujeres. M.A.
Hace siglo y medio existía la camarera de la Virgen de Navalazarza
Gran devoto de la Virgen de Navalazarza, Vicente Mariblanca es elegido en 1856 presidente de la Cofradía o Hermandad de la Virgen de Navalazarza, cargo en el que permanecerá hasta 1866. Son los años en que la Hermandad cuenta con 50 inscritos; la Romería del mes de mayo se prolonga durante cuatro días y las ofrendas tanto del Taral como de las fiestas de septiembre son generosas. 15