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Cultura
XX Aniversario de La Coral Felicidades de todo San Agustín! !
Este es un aniversario importante, especialmente para quienes en el curso 97/98 comenzaron esta andadura bajo la batuta de Alexander Lubomirov hasta llegar a la actualidad. Hoy, 20 años después, fieles e ilusionados por la música como el primer día, han hecho junto con el resto de voces que se han ido integrando a la Agrupación Musical de San Agustín una de las mejores Corales polífónicas de la Comunidad de Madrid.
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Charo Rodríguez, miembro de la Coral desde su creación, vinculada a la música desde siempre (estudió solfeo, piano y canto en los conservatorios de A Coruña y Oviedo, diplomada en Magisterio en la especialidad de Música y con multitud de cursos de Pedagogía Musical con grandes maestros como Jhos Wuitack), dirige desde 2010 a las 40 exquisitas voces que interpretan magistralmente creaciones musicales de diferentes estilos, épocas y autores.
No sin razón, en los últimos años la Coral ha ido ampliando sus compromisos al ser solicitada en importantes conciertos y eventos, y al participar en reconocidos certámenes; certámenes que han llegado a ganar: en 2013 consiguieron el primer premio del XIX Certamen de Corales Villa Rosa, y 4 años después, en su XX Aniversario, acaban de conseguir el tercer primero en el II Certamen de Corales Villa Rosa (el pasado 18 de noviembre).
Han ofrecido conciertos en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en la catedral de Santiago de Compostela con motivo del Año Santo; en conciertos participativos benéficos con “Carmina Burana” en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, en la Gala Benéfica de Zarzuela en el Auditorio Nacional de Música y en diversos conciertos para reconstruir la iglesia de Santiago en Sigüenza; han cantado en la Misa del Peregrino y participado en importantes encuentros en Valencia, en Cantabria y en Ribadeo (en el
espectacular encuentro de habaneras “Ribadeo Indiano”).
Hoy, igual que en 1997, igual que siempre, el Ayuntamiento y toda la localidad apoya y ayuda a la Coral a difundir la imagen y la cultura de San Agustín, “contamos con la colaboración del ayuntamiento que nos cede instalaciones municipales, incluso nos apoya económicamente en alguna de las actuaciones dentro y fuera de la localidad. Igualmente contamos con la colaboración de nuestro párroco, Ignacio López, que siempre está disponible para que podamos cantar en la iglesia, sobre todo en los conciertos de Navidad y Semana Santa. Queremos darles las gracias, porque sin esta colaboración sería más difícil formar parte de las actividades culturales de San Agustín y fuera de la localidad”, Inma Carpio, presidenta de la Agrupación Musical.
Si quieres formar parte de una de las mejores Corales de Madrid llama:
636 023 566, 609 642 509 y/o 696 000 919 Concierto en Ribadao de la Coral, invitada a la celebración del Ribadeo Indiano (2016).
Sábado 16 de diciembre, CONCIERTO DE NAVIDAD
de la Coral de San Agustín, a las 20:30h en la Parroquia
La Navidad de los 40 en San Agustín
En esta tarde soleada de la penúltima semana del mes de noviembre he salido, después de la habitual siestecilla, a dar un paseo con dos de mis nietos. Ambos tienen quince años y son muy amantes de la naturaleza. Llegamos hasta el Acueducto de la Retuerta y nos sentamos sobre la bóveda del Canal, desde donde contemplamos una preciosa panorámica de San Agustín. El campo está agostado por la pertinaz sequía que venimos padeciendo.
Les pregunto qué van a hacer en las próximas vacaciones de Navidad y no lo tienen todavía muy claro. “Dependerán de las notas”, me dicen. “Y tú, abuelo, –me pregunta uno de ellos- ¿qué hacías en Navidad cuando eras pequeño?”
“Pues, jugar –les respondo-. Pero no teníamos como vosotros teléfonos móviles, ni tabletas, ni videojuegos. En los años 40 -llamados “los años del hambre”- y 50 la vida en San Agustín era bastante monótona, y jugábamos con nuestra imaginación y con lo que podíamos con los amigos.
Después de la merienda y hasta que anochecía, chicos y chicas nos reuníamos en la Plaza del Ayuntamientoo en el Barrio del Perchel y practicábamos diversos juegos. Los chicos, por lo general, realizábamos carreras con el aro por las calles del pueblo o jugábamos a las bolas, mientras a nuestro lado un grupo de chicas saltaban a la comba y cantaban: “Soy la reina de los mares/
Ilustración (a boli negro y acuarela) de una mujer amasando en una artesa. Sebas ha querido emular las imágenes de los carteles que se diseñaban en los 40.
señores lo van a ver/ lo van a ver. Tiro mi pañuelo al suelo/ y lo vuelvo a recoger”. Y ocurría, algunas veces, que, cuando la niña tiraba su pañuelo al suelo, un chico de nuestra pandilla lo cogía y salía corriendo. Entonces, todas las chicas iban detrás de él hasta que rescataban el pañuelo”.
“Dinos qué hacías en Navidad”.
“Yo, en concreto, aprovechaba las vacaciones para leer los tebeos que le traía a mi amigo Chiquilín su padre, que era representante de una fábrica de tejidos. Me encantaba El Guerrero del Antifaz, aquel guerrero que siempre ayudaba a los más débiles. También me gustaban los de Roberto Alcázar y Pedrín, dos de nuestros héroes, a los que queríamos imitar. Y nos reíamos, sobre todo, con Carpanta, aquel hambriento personaje de la revista Pulgarcito.
“¿Os juntabais toda la familia a cenar en Nochebuena?
“Era una de las pocas veces que, durante el otoño y el invierno podíamos cenar juntos los seis miembros de la familia, ya que mi padre, vuestro bisabuelo, era pastor y se pasaba, desde finales de octubre hasta finales de marzo en Moncalvillo, cuidando del rebaño. A lo largo de esos meses, bajaba sólo una noche a casa entre semana y nos traía una carga de leña a lomos de la borrica y un par de botellas de leche de oveja recién ordeñada. Al día siguiente, se levantaba hacia las cinco de la mañana para poder llegar a tiempo al rancho donde encerraban a las ovejas y poder hacer el ordeño de la mañana. Yo dormía con mi hermano en la sala contigua al dormitorio de nuestros padres y, cuando oía que se levantaba, le pedía un trozo de torto de los que hacía mi madre por Navidad”.
“Y ¿qué cenabais?”
“Se solía matar un pollo para hacerlo en pepitoria. También sacaba de la orza, que se guardaba en la despensa, algunos chorizos y trozos de lomo del cerdo que se había matado un mes antes. Pero lo que más nos gustaban eran los mantecados y tortos de chicharrones que hacía mi madre. Yo la ayudaba a preparar la masa en una artesa, en la que mezclábamos harina, manteca del cerdo y esencias aromáticas. Después, con un vaso vacío, cortábamos la masa y colocábamos los bollos y los tortos en bandejas metálicas que, más tarde, llevábamos al horno del señor Patricio para su cochura”.
“¿Y poníais el Nacimiento?”
“Sí. Mi madre guardaba en una caja algunas figuras del belén que ponía de año en año encima del aparador. Allí, mi madre tenía guardados con llave los tortos y los bollos que había hecho para Navidad. Cuando mi madre salía de casa a comprar, yo me acercaba al aparador e intentaba abrirlo, pero no lo conseguía. Entonces, me quedaba mirando las figuras del belén y me olvidaba de los bollos.
El poeta, Eusebio Cerezo, nos presenta su libro ‘Antología Poética’
Cuando los exquisitos versos van acompañados de una voz penetrable, profunda y grave, el deleite para nuestros sentidos está garantizado.
Así de impactante fue escuchar con los ojos cerrados al escritor, Eusebio Cerezo, durante la presentación de su libro ‘Antología Poética’, una excelente colección de poemas que dejan huella.
El autor escogió poemas de cada parte del libro: desde sus frescos y sonoros versos de juventud, de claro componente religioso, hasta esos Poemas de la tarde escritos desde serenidad. En sus poemas se refleja la búsqueda de la verdad, siempre a
El autor regaló libros firmados al público. A cambio, todo aquel que quiso hizo un donativo a la Casa de la Misericordia.
medio camino entre lo ideal y real, entre el corazón y el conocimiento.
Tras las novedades del cine de autor y la exposición de arte en la calle los primeros domingos de mes, la concejalía de Cultura quiere ofrecer más variedad cultural y de calidad, como este recital de poesía que, a petición del autor, tuvo tintes solidarios: regaló ejemplares de su libro a cambio de un donativo para la Casa de la Misericordia “San José”.
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