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Entrevista
si no nos apoyamos... nos caemos
• Cualquier acción de sensibilización para reivindicar la igualdad real de oportunidades entre hombres y mujeres -incluso dedicar estas páginas centrales de una publicación municipal- supone ir edificando actitudes y comportamientos no tolerantes con las situaciones de desigualdad. Supone contribuir a cambiar mentalidades, a consolidar valores culturales de igualdad. Por ese motivo, La Revista ha dado voz a personas de distinto ámbito (instituciones, personas conocidas, vecinos, ejecutivos) • “La dificultad para conciliar, los patrones masculinos aún presentes en algunas compañías y en la sociedad y los sistemas de promoción son algunas de las barreras que se encuentran las mujeres para asumir un mayor liderazgo”, Sara Bieger, presidenta de ISOTES (plataforma que persigue conseguir el 30% de mujeres directivas en el 2020).
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P.- ¿Qué acciones está llevando a cabo la Comunidad en materia de promoción de la igualdad de oportunidades?
La promoción de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres continúa siendo un objetivo fundamental en la sociedad, también en la Comunidad de Madrid.
Si bien ha mejorado la situación de las mujeres madrileñas, todavía queda trabajo por hacer para que la igualdad sea global, real y efectiva.
Desde la Dirección General de la Mujer, se ejecutan acciones para el logro de ese objetivo en varios ámbitos: liderazgo y promoción profesional de la mujer; conciliación, co-
Ana Rosa Marín, Subdirectora General de Promoción de la Igualdad y Prevención de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid
rresponsabilidad y compromiso masculino; educación; sensibilización; y hábitos saludables.
P.- ¿En qué consistirá la Estrategia Madrileña para la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres?
La Estrategia Madrileña para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres está en fase de estudio y elaboración, en colaboración con el recién creado Consejo de la Mujer. Con ella se pretende fijar un plan con medidas concretas para salvar la brecha entre hombres y mujeres.
La Estrategia se ha estructurado en torno a unos ejes prioritarios, algunos de los cuales coinciden con las líneas de acción indicadas, añadiendo otros como cultura, publicidad, imagen y medios de comunicación; participa-
ción de las mujeres en el ámbito
político y social; o prevención y
lucha contra la violencia de gé-
nero.
P.- ¿Cómo se rompen las barreras?
Sin duda hay un pilar básico y fundamental sin el cual no podrán alcanzarse los objetivos, o será mucho más difícil: la educación.
La promoción de la igualdad de género debe extenderse a todos aquellos ámbitos en que se genera conocimiento.
El respeto de los derechos de todos los seres humanos debe inculcarse desde pequeños, siendo el colegio o el instituto –y también la universidad- el espacio más adecuado que permite llegar, no solo al alumnado, también a las familias a través de las AMPAS y de toda la comunidad educativa.
P.- Igualdad, empleo, conciliación… son algunos de los grandes retos, ¿A cuál de estos aspectos cree que hay que dedicar aún más atención?
Todos ellos van unidos. Si bien es cierto que hay que fijar unas líneas de acciones ordenadas y coordinadas.
Difundir y sensibilizar sobre la igualdad de género es básico, y a ello contribuye, sin duda, la adopción de medidas concretas en materia, por ejemplo, de conciliación, lo que favorece a su vez el empleo de la mujer.
¿Y qué mejor difusión de la igualdad que la plena integración laboral y profesional de la mujer? Este círculo, es el que va a permitir garantizar la participación en todos los sectores de la sociedad de la mitad de la población que representan las mujeres.
Charo Rodríguez Costoya es la directora de la Coral de San Agustín, maestra en un centro público, madre, esposa, hija, amiga… mujer. En su casa la responsabilidad es compartida; algo que aprendió desde pequeña.
Es un error juzgar la labor de una persona sólo por su sexo. Cada uno debe demostrar sus capacidades independientemente de que sea hombre o mujer.
Si una mujer está capacitada para ejercer una actividad, tiene que tener la oportunidad de hacerlo y demostrar su valía, al igual que un hombre.
No debemos de categorizar los trabajos en función del género (“para hombres”, “para mujeres”). No debemos permitir que los mejores puestos y los mejores sueldos se asignen a hombres sólo por el hecho de serlo. Todos tenemos derecho a tener las mismas oportunidades, siempre que estemos capacitados para ello. Hoy en día hay mujeres muy preparados en todos los ámbitos sociales. Por suerte, se va avanzando, aunque sea despacio.
La corresponsabilidad en el ámbito familiar se aprende desde pe-
queños. Los niños aprenden de lo que ven. Si en su casa ven un reparto de las tareas, ellos harán lo mismo cuando sean mayores, porque lo verán como algo normal. Yo trabajo con niños en mi colegio, y es algo a lo que le doy mucha importancia. Todos tienen una serie de funciones que se van rotando a lo largo del curso, y han de desempeñarlas independientemente de que sean niñas o niños: limpieza de la clase, encargados del material, regar las plantas… Aquí los adultos cobramos una gran importancia, porque de lo que ellos vean en nosotros, así actuarán.
Nacho Aranda es uno de los rostros más conocidos del periodismo deportivo en España. Es director de Deportes Movistar Plus y subdirector de canales de deportes de Movistar+.
“SEREMOS IGUALES CUANDO SE REPARTA UNA OPORTUNIDAD O UNA OBLIGACIÓN SIN QUE NADIE TENGA EN CUENTA SI ERES HOMBRE O MUJER”
P.- ¿Qué podemos hacer (la sociedad) por avanzar en la consecución de la Igualdad?
Hay un par de cosas que me parecen fundamentales:
1- Ser muy intolerantes
con el machismo y con la falta de respeto en
el colegio. Hay chicos que, aunque parezca increíble en este siglo, piensan que sus compañeras son débiles, sumisas o tontas, y que pueden ofenderlas o utilizarlas sin que eso tengo consecuencias.
2- La segunda tiene que ver con la conciliación trabajo-familia. Por supuesto que facilitar que la mujer pueda atender a sus hijos y disponer de tiempo libre para ella no es la solución, porque sería olvidarse de que esas obligaciones o ventajas tienen que ser para el padre y la madre. Pero hay que intentar acabar con una costumbre general que supone que la mujer tiene que renunciar a progresar, ascender o realizarse porque sea incompatible con cuidar a sus hijos, por ejemplo.
La sociedad será mejor cuando las mujeres tengan capacidad de decisión en las empresas. No creo en los cupos, me parece un reparto artificial establecer una cuota de un 25% o 50%. Las empresas o los
organismos públicos tienen que estar dirigidos por los mejores, da igual si es hombre o mujer, da igual si tienen hijos pequeños o no, da igual si ella tiene pensado quedarse pronto embara-
zada. Parece una obviedad pero no debe ser tan obvio porque no sucede.
P.- ¿Cómo impulsar ese liderazgo femenino?
Me parece tan fácil y tan difícil como derribar el muro de Berlín. Era una pared que estaba ahí, firme, instalada en el día a día de los alemanes. Pero algo que parecía tan sólido un día se tiró abajo. Y se acabó.
El liderazgo femenino pasa por que el hombre que ostente un alto cargo elija a una mujer para formar parte de su equipo, o para sustituirle. No hay más. Además, las mujeres tienen más sentido común y más sensibilidad, y esos dos requisitos son imprescindibles para ser un líder de equipo.
P.- ¿Qué caso de desigualdad te ha llamado más la atención?
Hay muchos. En el deporte, por ejemplo, la desigualdad y el machismo forman parte de nuestra cultura. La deportista tiene menos recursos, ayudas, repercusión y futuro. Los organismos oficiales han trazado planes para arreglarlo pero el atraso es tan grande que pasarán años.
La Revista ha conseguido el testimonio de Laura Gil Ballesteros. Tiene 39 años y trabaja como IT Manager en una empresa con presencia internacional cuya presidencia ostenta una mujer.
“El sector tecnológico sigue siendo un sector muy de hombres. Los puestos de mayor responsabilidad siguen en sus manos. Aunque bien es verdad que esto puede que sea consecuencia del bajo porcentaje de mujeres que estudiaban Ingeniería Informática en mi época. Sea cual sea el motivo, pienso que las empresas tienen que valorar a sus empleados por su preparación para desempeñar un determinado puesto; no por su sexo. También soy de la opinión de que los equipos más o menos equilibrados en porcentaje de hombres y mujeres, sin tener que ser exacto 50%50%, pueden aportar mucho más valor a la empresa y a la sociedad. Hay que cambiar la cultura empresarial y aprender a medir a las personas por objetivos. Hay que dejar de pensar en cómo o desde dónde se trabaja, lo importante es conseguir los objetivos establecidos dejando a los empleados cierta libertad que les permita organizar su tiempo y conciliar su vida personal y familiar.
En España sigue siendo muy común “estar presente”. Tienes que estar en tu puesto de trabajo incluso si estás leyendo un periódico o revisando las redes sociales. Aún no estamos preparados para aceptar y promover el teletrabajo, en los casos en los que se pueda, simplemente porque los responsables correspondientes no se fían del empleado. Es un tema cultural español que va a costar cambiar, aunque es cierto que algunas empresas ya están empezando a conseguirlo. Las nuevas generaciones van a impulsar el cambio. Tenemos además cientos de herramientas que permiten colaborar a las personas estén donde estén.