Nº91
30 < rincón de nuestra historia
DE LA SUBASTA DEL PELLEJO DEL TORO A LA LIDIA DE BECERROS EMBOLADOS La primera constancia documental que tenemos de la celebración de las Fiestas patronales en San Agustín se remonta a diciembre de 1824. En dicho mes se procedía al remate de la subasta de la taberna y, entre las condiciones que el Ayuntamiento pone al rematante, figura la obligación de “cerrar la plaza pública con talanqueras, machos y madera para las funciones, como las de Colmenar Viejo”. El remate no lo realizó, como había sucedido en años anteriores, un vecino de San Agustín, sino Francisco Chichón, vecino de Pedrezuela, el cual ofreció en la subasta 8.022 reales de vellón1. PRIMERAS FIESTAS EN SEPTIEMBRE Hay que remontarse hasta 1856 para conocer que las fiestas patronales se celebraban el tercer domingo de septiembre y el lunes. El domingo se celebraban misa solemne y procesión por las calles del pueblo. Tras la procesión se subastaban las ofrendas (fanegas o celemines de trigo, libras de cera, sandías, un par de pichones y hasta el pellejo del toro) y se rifaban los cuatro palos de las andas. El lunes siguiente por la mañana se celebraba misa por los difuntos de la Hermandad de Nuestra Señora de Navalazarza. Había después procesión con la imagen de la Virgen y, de nuevo, subasta de las ofrendas y rifa de los cuatro palos de las andas. Por la tarde se lidiaba un torete, cuya carne se vendía después a los vecinos. De acuerdo con las anotaciones del secretario de la Her-
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mandad sobre lo recaudado en las fiestas patronales de 1856 en la subasta del domingo 21 se pagaron 645 reales por los cuatro palos de las andas, y 310 reales en la del lunes. El valor de la carne vendida del torete ascendió a 265 reales y 17 milésimas; la cabeza, 20 reales; las patas y manos, 4 reales y 17 milésimas, y el pellejo, 64 reales.
BECERROS EMBOLADOS Y LIDIA DE VACAS. Veintitrés años después, el 2 de septiembre de 1879 el Ayuntamiento celebra sesión extraordinaria y en ella se debate “si se ha de pedir licencia para dos corridas de novillos con motivo de las fiestas patronales que se han de celebrar los días 14, 15 y 16 del corriente a la Virgen de Navalazarza”. Se acuerda solicitar licencia al Gobernador Civil de la provincia “para dos medias corridas de novillos”.
Esperando la llegada de los toros.
Grupo de jóvenes en un descanso de las fiestas, lo que hoy es el “cañeo”.
E n aquellos años, el Ayuntamiento era propietario de la carnicería, la taberna, la mercería y la fragua. Estaban situadas en la plaza y por su arrendamiento, en pública subasta, el Ayuntamiento percibía cierta cantidad de dinero.