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Como Un Cuento De Hadas

Introducción

Los victorianos llamaban a los cuentos de hadas «cuentos maravillosos» y es fácil saber por qué. Estas profundas fábulas están llenas de magia y simbolismo que resuenan en nuestras almas. Más que simples historias del bien contra el mal, utilizan arquetipos que no solo están grabados en nuestro subconsciente, sino que también son evidentes en el subconsciente universal, y evocan sentimientos con los que todos podemos identificarnos en algún nivel. Nos ayudan a conectar con nuestra naturaleza primitiva y a redescubrir el poder latente en nuestro interior. Estos cuentos pueden darnos lecciones importantes y poner en marcha ese subconsciente. Puede que el simbolismo más profundo de los cuentos de hadas no resulte obvio a primera vista, pero una vez que empieces a compararlos, notarás que hay personajes y escenarios que se repiten una y otra vez. Descubrirás que ciertos argumentos te parecen más importantes y que puedes identificarte fácilmente con las luchas de ciertos personajes. Gracias al uso de arquetipos, te resultará sencillo imaginar estas historias en tu mente. Todo el mundo sabe cómo es una bruja malvada, y en un abrir y cerrar de ojos puede darle vida en su mente.

Como un niño que aprende a leer, conectarás visualmente con cada cuento porque es fácil imaginar un castillo o un bosque oscuro. Estos relatos forman parte de nuestra infancia y también de nuestra historia social. Como cualquier forma de narración, nos unen y nos ayudan a construir un paisaje común. Tanto si estás de acuerdo con la moraleja de cada cuento como si no, podrás trabajar con los temas y relacionarlos con tu propia vida, porque los cuentos de hadas abordan aspectos de la vida que siempre serán importantes para nosotros: las esperanzas y los sueños, el amor y la traición, el valor y la debilidad.

Los cuentos de hadas no rehúyen los problemas ni el lado oscuro de la vida. La madrastra que manipula a su marido para que abandone a sus hijos en el bosque; la reina obsesionada con su propia belleza hasta el punto de la locura asesina... Estas historias no siempre son agradables, igual que la vida real es una mezcla de luz y oscuridad, de bien y mal.

Los cuentos de hadas pueden servirte para trabajar con tu psique y comprender lo que realmente te mueve. Pueden ayudarte a romper malos hábitos, superar obstáculos y salir de la crisálida para dejar tu huella en el mundo. Puede ser tan fácil como alinearse con un personaje de un cuento y darle un giro positivo. A veces, el simple acto de «hacerlo realidad» al vivir la historia en tu mente puede cambiar tu forma de pensar y de comportarte. Y como estos cuentos están plagados de símbolos potentes, es fácil aprovechar su poder y utilizarlos en ejercicios que fomenten nuevas formas de pensar.

Volver a encontrar el encanto

Los cuentos de hadas nos cautivan por primera vez cuando somos muy pequeñas, y despiertan nuestra imaginación en un momento en el que estamos empezando a encontrar nuestro camino en el mundo. Nunca son solo un entretenimiento.

Cuando escuchamos los cuentos de hadas por primera vez, estamos descubriendo quiénes somos y dando sentido a lo que nos rodea, y estas historias nos son de ayuda: podemos representar situaciones muy reales en un mundo imaginario, podemos enfrentar nuestros miedos sabiendo que, si la situación nos supera, dejar el libro y volver a intentarlo en otro momento siempre es una posibilidad. Estos cuentos nos abren las puertas de nuestro subconsciente a través de los arquetipos y, poco a poco, empezamos a formar nuestros propios sueños, esperanzas y opiniones. Al crecer es fácil que los dejemos atrás, que nos desvinculemos del mundo de los cuentos de hadas, pues anhelamos afianzarnos en la realidad de nuestra existencia. Como Jack cuando lleva la vaca al mercado, queremos demostrar lo que valemos en el mundo real. Y como Jack, somos propensas a cometer errores de los que ojalá aprendamos algo. Nos vemos atrapadas en el mundo de las diez mil cosas, de las presiones y el estrés diarios y de hacer malabares al interpretar muchos papeles diferentes. Pero, en el fondo, seguimos siendo esa niña que ama los cuentos. Nuestra imaginación existe y necesita alimentarse. Nuestra necesidad de ver magia en lo mundano y de crear y manifestar las cosas que queremos está siempre presente. Cuando reintroducimos los cuentos de hadas en nuestra vida, nos reconectamos al instante. Es como volver a casa.

El encanto

Pero ¿qué es lo que hace que los cuentos de hadas perduren con tanta fuerza? Para mí, en lo personal, son las imágenes vívidas y el simbolismo, y los mensajes potentes que encierra cada cuento. De niña devoraba estas historias, y llegaba a creer que si las leía una y otra vez podría meterme en ellas y convertirme en los personajes. Recuerdo cuando leía Rumpelstiltskin y me quedaba embelesada con los dibujos

llenos de color. Me imaginaba a este extraño hombrecillo con poderes mágicos y una vena realmente malvada. Lo veía bailando de un pie a otro con alegría ante la idea de llevarse al bebé de la reina. La historia cobró vida para mí y sentí el miedo y la frustración de la monarca y estaba desesperada por ayudarla a adivinar el nombre, para que pudiera liberarse del trato que habían hecho. Incluso ahora, de adulta, este cuento me despierta fuertes sentimientos. Siento la injusticia de la situación en la que se encontraba la doncella. ¿Cómo puede alguien convertir la paja en oro? Me parece que la reina no tenía más remedio que aceptar la ayuda de Rumpelstiltskin, aunque sabía que inevitablemente tendría que pagar el precio. Siento alivio cuando descubre su verdadero nombre y su futuro deja de estar en peligro. Para mí, esta historia está lejos de ser sencilla. Tiene muchos significados y mensajes y, cuanto más la estudias, más aprendes sobre ti misma y sobre el mundo. Este relato me hace darme cuenta de lo mucho que valoro la justicia y la equidad en todas las cosas. También me ayuda a ver cómo la paja puede convertirse en oro, es decir, que por muy sombría que parezca una situación al principio, siempre hay un rayo de luz que guía el camino a seguir.

Un plano mágico

Trabajo con cuentos de hadas en mis talleres de narración y he podido comprobar el poderoso efecto que pueden tener. Hay pequeñas «semillas de entendimiento» en cada narración. Por ejemplo, había una mujer que estaba lidiando con algunos problemas en su vida. Se sentía impaciente. Las cosas no avanzaban tan rápido como le hubiera gustado y, en su frustración, había tomado algunos atajos que solo habían empeorado las cosas y la habían hecho retroceder aún más. Estábamos hablando de Los tres cerditos, cuando de repente se le encendió la bombilla. «Ah» dijo, «ahora lo entiendo. El primer cerdito piensa: “no

puedo perder el tiempo en hacer las cosas bien, tengo prisa, quiero mi casa ya”. Entonces construye su casa de paja y llega el lobo feroz, resopla y la derriba. El segundo cerdito piensa: “bueno, ya sé que debería hacer más, pero tampoco quiero perder todo este tiempo construyendo mi casa”. Así que hace su casa con ramitas. Llega el lobo, resopla y la derriba. El tercer cerdito ve lo que le ha sucedido a los demás y comprende que para llegar adonde quiere estar y tener un hogar seguro debe dedicar tiempo y esfuerzo. No existen los atajos. Se pega todo el día construyendo su casa con ladrillos, y por mucho que el lobo lo intenta, no puede derribarla».

En ese momento, la mujer comparó este sencillo cuento de hadas con su propia situación y comprendió por fin por qué algunas cosas no podían apresurarse, al menos no si quería un éxito duradero. Utilizó el cuento como modelo para su vida y le ayudó a ver el camino a seguir.

Kit de supervivencia

Es interesante que algunos estudiosos crean que, históricamente, los cuentos de hadas se utilizaban como herramientas para transmitir consejos de supervivencia a la siguiente generación. Esto es así porque tratan temas muy variados y no rehúyen temas controvertidos como la violación, el abuso y la traición. Pensemos por un momento en Caperucita Roja. El lobo se come a la abuela y luego se hace pasar por ella para asesinar a su nieta. El juego de palabras «¡Qué ojos tan grandes tienes!» y «Para verte mejor» es casi seductor, y el lobo se presenta como intrigante y malvado. Invade la casa de la anciana, la devora y le roba la vida. Como cuento de hadas, es una aventura mágica en la que el bien vence al mal al final, pero como descripción de la vida de hace muchos siglos atrás, es un cuento con moraleja cargado de una violencia espantosa.

El lobo apareció por primera vez en los primeros cuentos populares como arquetipo de la violencia y la agresividad

y como símbolo del mal. Con un apetito voraz, este ávido cazador era temido por nuestros antepasados, así que para ayudarles a lidiar con su miedo inventaban cuentos populares, que se transmitían de forma oral. Él y sus semejantes (la reina malvada, la bruja malvada) suelen aparecer en los cuentos de hadas porque tiene que haber un elemento de peligro. La vida no es un camino de rosas. La maldad existe y a veces, sin tener la culpa, nos vemos empujadas a una situación complicada. Todas tenemos que vérnoslas con el lobo feroz, ya sea en forma de una situación difícil que se nos presente o de un miedo que debamos afrontar. Puede ser ese horrible matón del trabajo o del colegio, o simplemente la amenaza del lobo en nuestra puerta. Podemos elegir enfrentarnos a él como Caperucita Roja, o podemos correr y escondernos. Igual que a nuestros antepasados, este cuento nos sigue proporcionando un mecanismo para hacer frente a nuestros miedos.

En efecto, los cuentos de hadas son ecos del pasado. Tratan temas que han existido desde el principio de los tiempos: la madrastra celosa que intenta ocupar el lugar de su hijastra; la bella reina que teme perder su atractivo y que la sustituya una mujer más joven; el hombre que está desesperado por atrapar a la mujer que ama y controlarla, por lo que roba la piel de una foca; el pobre patito feo que no puede reconocer su propia belleza única y los que están a su alrededor lo acosan y ridiculizan. Todos estos personajes representan emociones y problemas con los que podemos identificarnos hoy en día, como por ejemplo la envidia, el miedo, la vanidad, la inseguridad y la necesidad de ser amadas. Por eso los cuentos de hadas resuenan con tanta fuerza en nosotras. Estos cuentos no solo forman parte de nuestra historia social y nos dan una idea de cómo era el mundo, sino que también resaltan nuestro verdadero potencial, y nos muestran que nosotras también podemos ser las heroínas de nuestra propia historia.

El poder de los cuentos

Los cuentos de hadas parecen tener la capacidad de trascender el tiempo y el espacio. Esto se debe a que han evolucionado de forma natural a lo largo de los siglos. Podemos tratar de determinar el momento exacto de la historia en que fueron concebidos por primera vez, pero en realidad se han desarrollado a partir de cuentos populares tradicionales, y algunos de ellos se remontan a muchos siglos atrás. Por ejemplo, Caperucita Roja tiene su origen en una fábula del siglo VI sobre un lobo que se hace pasar por una cabra nodriza para entrar en una casa llena de cabritillos. Este podría ser también el origen de Los tres cerditos, ya que comparte un tema común de engaños, tretas y violencia, así como un lobo como el personaje malvado. Puede que los hermanos Grimm crearan su propia versión de Caperucita Roja en el siglo XIX, pero su historia tiene sus raíces en esta antigua fábula. En aquel entonces, se contaba de forma oral, se transmitía de persona a persona incluso través de los continentes, lo que explica las numerosas versiones que han ido evolucionando a medida que se retocaba la historia y se añadían u omitían fragmentos. Hay versiones que se basan en el cuento original en África, Japón, China y Corea, y adaptaciones similares a la historia de Caperucita Roja tal como la conocemos hoy en día en Nigeria e Irán.

Del mismo modo, el cuento de Ricitos de Oro y los tres osos ha evolucionado bastante a lo largo de los años. De origen tradicionalmente inglés, nació como un cuento popular transmitido oralmente sobre un zorro llamado Scrapefoot. El travieso animal irrumpe en la casa de tres osos, arma un lío terrible y se lo acaban comiendo. Con el tiempo, el zorro se convirtió en una anciana y luego se transformó en una chica joven y guapa con mechones dorados. Algunos estudiosos creen que la transformación no se produjo por casualidad,

sino porque Ricitos de Oro era muy audaz, y esa característica se trasladó desde la idea original del zorro.

En esencia, estas historias han existido desde el principio de los tiempos y han crecido orgánicamente de boca en boca. Puede que escritores populares y folcloristas las hayan recogido, adaptado y registrado en distintos momentos de la historia, pero sus orígenes siguen envueltos en el misterio, y tal vez eso forme parte de su encanto.

He sido testigo de la magia de la narración oral en mis talleres: la forma en que une a las personas el simple acto de compartir una historia, y cómo alguien se ilumina cuando cuenta una historia o escucha el cuento de un compañero. La ciencia ha demostrado que cuando escuchamos una historia –incluso las que nos contamos a nosotros mismos– nuestras ondas cerebrales se ralentizan. Nos relajamos y absorbemos más el contenido de la narración. En otras palabras, las historias son las herramientas perfectas para manifestar cambios positivos en nuestras vidas. Aprendemos de ellas de manera implícita. Conectamos con la narración y creamos una imagen en nuestra mente. Cuanto más colorida y vívida es la historia, más nos comprometemos con el contenido y el simbolismo y no solo eso, sino que las historias apelan a nuestro lado creativo. Al principio de un taller, muchos me han dicho sin rodeos que son la persona menos creativa del universo. Eso siempre me hace sonreír porque sé que se van a llevar una sorpresa fantástica. Todos tenemos la capacidad de ser creativos, pero a veces la perdemos en nuestro camino hacia la edad adulta. La enterramos en lo más profundo porque tenemos otros asuntos importantes que atender, como aceptar la vida y lo que se espera de nosotros. Los cuentos de hadas nos recuerdan quiénes somos. Nos ayudan a activar nuestra imaginación y, si los utilizamos a menudo y con los ejercicios de este libro, ¡pueden provocar una revolución creativa! Por eso, a medida que vayas leyendo este libro, espero que te sientas

más segura a la hora de expresarte. Antes de que te des cuenta, ¡estarás encantando a los pájaros de los árboles! Como un cuento de hadas es tu guía personal al mundo de los cuentos de hadas y la narración de historias. Te sumergirá en el poder de estos cuentos y te mostrará cómo aplicar ese poder a tu propia vida. Aprenderás a conectar con cada historia y a utilizar sus símbolos y temas para manifestar cambios positivos. Tanto si estás buscando un nuevo trabajo o un alma gemela como si simplemente quieres escapar de la rutina, este libro te va a ayudar a tomar las riendas de tu vida mediante la creatividad y la participación de tu narradora interior. Verás cómo estas historias te brindarán soporte para enfrentarte a tus miedos, te ayudarán a superar cualquier obstáculo en tu camino y no solo comprenderás mejor lo que quieres de la vida sino que también sabrás cómo conseguirlo. Y lo que es más importante, ¡aprenderás a crear tu propio cuento de hadas y a hacer tus sueños realidad!

Cómo utilizar este libro

El libro está organizado según la estructura narrativa de un cuento de hadas. El primer capítulo comienza por el principio, con los orígenes de los cuentos de hadas y lo que los hace tan especiales. Descubrirás cómo agitar tu varita de los cuentos y utilizar la estructura narrativa mágicamente. Este capítulo te proporcionará una buena base sobre las raíces de los cuentos de hadas y por qué deberías trabajar con ellos. En el capítulo 2 serás la heroína que emprende una gran aventura. Descubrirás cómo el papel de la gran aventurera es importante para ti ahora mismo ¡y cómo seguirá siéndolo a lo largo de tu vida! Aprenderás a enfrentarte a tus miedos y a visualizar el futuro que deseas. Si tienes un objetivo o un sueño concreto, este capítulo te ayudará a elaborar un plan de ataque y a trabajar para conseguirlo. Si quieres saber qué le ocurrió realmente a la Bella Durmiente cuando se quedó dormida, el capítulo 3 te lo

revelará todo. A través de las historias de transformación, aprenderás cómo salir del «gran sueño» y despertar a tu propio potencial. Este capítulo trata de los distintos periodos de cambio a los que nos enfrentamos en la vida, ya sea cuando crecemos o cuando pasamos de un momento vital a otro. Esta sección se centra en afrontar el cambio y crecer; hay muchas actividades que te ayudarán a realizar esa transformación. Pero si lo que te preocupa es el amor, el capítulo 4 te proporcionará una buena dosis de romance. Pero ten cuidado de no caer en el síndrome de Cenicienta; si eso sucede, este capítulo te ayudará a crear tu propio final feliz, con o sin príncipe. Para abrirnos al amor, primero debemos aprender a amarnos a nosotras mismas, y este capítulo incluye ejercicios que te ayudarán a liberar tu poder de princesa y a aprender a valorar lo que realmente eres. Como toda buena heroína sabe, el lado oscuro tiende a emerger a medida que la historia avanza. Si te sientes como si estuvieras tambaleándote al borde del bosque salvaje, entonces el capítulo 5 te desafiará a sumergirte en él y explorarlo. Saldrás triunfante, habiendo afrontado tus miedos y aprendido algo sobre tus deseos más íntimos. Este capítulo te mostrará cómo abrazar tu lado oscuro, enfrentarte a los miedos y las fobias y trabajar con las pasiones, en lugar de dejar que te consuman. Las actividades prácticas te ayudarán a sentirte segura de ti misma y a superar cualquier problema que tengas profundamente arraigado. En el capítulo 6 estarás lista para cambiar de aire. ¿Te gustaría tal vez mudar de piel y convertirte en algo diferente, como la Sirenita? Este capítulo te mostrará que puedes hacer malabares con distintos roles y, al mismo tiempo, mantener y disfrutar de tu aventura de cuento de hadas.

Por último, el capítulo 7, el final... ¡pero no del todo! Porque, aunque hayas completado con éxito tu búsqueda y ahora sepas cómo crear tu propio cuento de hadas, necesitarás

más ideas encantadoras para que la creatividad fluya siempre y puedas ver la magia en el día a día. Este capítulo te ofrece precisamente eso. Con una serie de actividades para estimular la imaginación, aquí aprenderás a trabajar con las historias en mayor profundidad para que puedas seguir creando tu propio cuento de hadas.

A lo largo del libro, verás que los ejercicios están diseñados para ayudarte a conectar con el poder de los cuentos de hadas al sumergirte en la narración. En concreto, trabajan a un nivel subconsciente y te ayudan a comprender el significado más profundo de los cuentos a través de símbolos y temas recurrentes. Verás que se sugieren algunos ejercicios para circunstancias concretas: «Prueba esto siempre que necesites que tu heroína interior te ayude a resolver un problema», por ejemplo, o «Prueba esto siempre que desees reinventarte y seguir adelante con tu vida». Estos ejercicios de «prueba esto» son especialmente útiles porque te proporcionan herramientas prácticas que puedes aplicar a tu vida. También están diseñados para ayudarte a profundizar en el material del capítulo, a medida que trabajas en los rituales diseñados y adquieres nuevas técnicas.

Las actividades paso a paso envían un mensaje poderoso a tu subconsciente y al universo. Esto se debe a que se combina una intención con una acción, por lo que, en efecto, ¡estás sellando el trato al hacer algo proactivo! En otros casos, los ejercicios son más sutiles, como anotar las experiencias en un diario para generar un cambio en la forma de pensar y fomentar un nuevo tipo de conciencia. Lo más importante es que los ejercicios te ayuden a activar tu espíritu creativo y tu imaginación. Están diseñados para ser divertidos, accesibles y fáciles de incorporar a la rutina diaria. No necesitarás ningún equipo especial: todos los ejercicios consisten en utilizar las herramientas que tienes a tu alcance y aprender a trabajar con las historias que conoces y amas para promover el cambio.

Dejarse llevar

La forma de abordar este libro depende exclusivamente de ti. Puedes leerlo de principio a fin o sumergirte en algún punto concreto que despierte tu interés. Si eliges leer el libro de principio a fin, emprenderás un viaje como si fueras un personaje de cuento de hadas. Avanzarás de forma natural por cada etapa y, con suerte, llegarás al final realizada y con tu propio «final feliz». Sin embargo, no es necesario leer el libro por capítulos. Si algo te llama la atención, probablemente haya una buena razón para ello. Déjate llevar por tu intuición y, si te atrae el contenido de un capítulo en particular, sigue tu instinto. Puede que ese capítulo tenga algo especial que decirte. Experimenta y sé creativa. Los ejercicios de este libro combinan actividades prácticas con visualizaciones para ayudarte a manifestar un futuro positivo. La visualización es una habilidad clave en la narración de historias, como en la vida. Si puedes imaginarte lo que quieres y cómo te gustaría que ocurriera, estarás enviando un mensaje positivo al universo y también a tu subconsciente. Esto significa que estarás centrada de forma natural en tu objetivo y abierta a las oportunidades que te ayudarán a avanzar. Verás tu vida como una narración, lo que te facilitará llegar a ser objetiva y planificar cómo quieres que sucedan las cosas. Prueba los ejercicios y las actividades y adáptalos a tus necesidades. Cuanto más practiques las técnicas, más ganarás y más crecerá tu creatividad. Y estoy segura de que disfrutarás al redescubrir algunos cuentos conocidos y al descubrir joyas nuevas para ti. Aprenderás a mirar estas historias con otros ojos y a apreciar la magia que se esconde detrás de las palabras.

Así que te invito a aventurarte en este mundo encantado y a navegar por los bosques salvajes y los castillos espeluznantes. Adéntrate en el bosque prohibido y enfréntate a tus miedos o ponte los zapatitos mágicos de cristal del éxito. Puede que

COMO UN CUENTO DE HADAS

haya todo tipo de criaturas al acecho, y te garantizo algunas sorpresas por el camino. Pero al igual que el aventurero épico que sale en busca de fortuna, tú te embarcarás en un viaje de autodescubrimiento y verdad. Aprenderás cómo utilizar estos cuentos en tu beneficio y cómo transformar tu vida y sentirte realmente empoderada. Lo más importante es que aprenderás el valor de estirar la imaginación, desarrollar la creatividad y hacer a tu mente partícipe. Así que, si estás cómodamente sentada, empecemos. Había una vez...

CAPÍTULO 1

El Poder De Los Cuentos

En este capítulo verás cómo puedes desarrollar la capacidad de contar historias para inspirar confianza en ti misma y hacer tus sueños realidad. Puedes crear tus propios cuentos de hadas y trabajar con su estructura narrativa para generar cambios positivos en tu vida. Incluso si en el pasado te ha costado ser creativa, los ejercicios y los consejos de este capítulo te ayudarán a encontrar a tu narradora interior y empezar a transformar tu mundo.

Los Orígenes De Los Cuentos De Hadas

Los cuentos de hadas nos han encantado durante siglos. Si bien es difícil determinar su origen, existen varias teorías sobre las que los estudiosos aún discuten hoy en día. Una teoría es que los cuentos de hadas derivan de los mitos antiguos. Son restos de relatos épicos sobre dioses y héroes que han sobrevivido al paso del tiempo a través del boca en boca. Andrew Lang, el poeta y novelista escocés conocido por recopilar cuentos populares y cuentos de hadas, dijo: «Para hallar las raíces de los cuentos, no debemos mirar en las nubes, sino en la Tierra, no en los diversos aspectos de la naturaleza, sino en los sucesos cotidianos y el entorno, en las opiniones e ideas corrientes de la vida salvaje». Él creía que la clase campesina mantenía vivos estos cuentos antiguos y que las historias nos dan una visión del pasado y nos permiten ver cómo era la vida en ciertos periodos de la historia.

Otra teoría es que los cuentos de hadas se originaron en la India y se escribieron por primera vez en los Vedas, un conjunto de escrituras antiguas que contienen ideas espirituales que abarcan todos los aspectos de la vida. Los Vedas son un rico entramado de mitos y leyendas que, según algunos expertos, podrían haber inspirado versiones más sencillas conocidas hoy como cuentos de hadas. Por ejemplo, hay una versión india muy antigua de uno de los cuentos de hadas más populares que cuenta la historia de la hija de un Rajá que pierde su zapatilla dorada en el bosque. Un príncipe tropieza con ella y queda tan encantado que quiere casarse con su dueña. Entonces, la busca por todas partes hasta que la encuentra y se casa con ella. Se cree que en la tradición védica se valoraban las tramas ingeniosas y, dado que el animismo era una parte importante de la cultura de la antigua India, es natural que se desarrollaran elementos nuevos y fantásticos en

los cuentos. Es curioso cómo un tercio de todos los cuentos de hadas para niños que han sido populares en Europa se remontan a los cuentos tradicionales de la India, como la versión de Cenicienta ahora mencionada.

Los hermanos Grimm creían que los cuentos de hadas eran la forma en que los humanos primitivos registraban sus experiencias. Como no llegaban a comprender realmente las leyes de la naturaleza, nuestros antepasados daban a los elementos su propio significado: por ejemplo, el viento se convertía en un pájaro y el fuego en una bestia viviente. Para los humanos, era una forma de dar sentido a lo que les rodeaba. Un buen ejemplo de ello es la canción para niños La canción de los seis peniques, que se cree que está basada en un mito de la naturaleza. En la rima, la tarta representa la Tierra, el pájaro las 24 horas del día, el rey el sol y la reina la luna. La frase «Cuando se abre la tarta...» simboliza el comienzo de un nuevo día.

Creo que los cuentos de hadas tienen su origen en una combinación de todas estas circunstancias. Sin duda, hay aspectos de la naturaleza en los cuentos, y también podemos ver restos de antiguos mitos y leyendas. Nos adentramos en los pensamientos y sentimientos de nuestros antepasados primitivos, y por eso estos cuentos son tan poderosos: combinan elementos mágicos con la naturaleza y el comportamiento humano. Trabajan con nuestros instintos primarios. Los psicólogos creen que la razón por la que estos cuentos apelan a nuestra naturaleza oculta es que los personajes son personas reales que se enfrentan a problemas reales por lo que, naturalmente, nos resulta fácil identificarnos con ellos. Como afirma un estudioso: «Un cuento de hadas es una presentación poética de una verdad espiritual. Tira del núcleo de nuestro ser y nos ayuda a comprender el mundo y nuestro lugar en él».

La tradición oral

La existencia y la popularidad de los cuentos de hadas en la actualidad es una prueba de que la tradición oral de contar

historias sigue vigente. Como el juego del teléfono roto, estos cuentos han ido adquiriendo matices a lo largo de los años, y pasaron de ser simples cuentos populares a historias más largas y complejas. También han dado la vuelta al mundo. Pensemos en los cuentos populares sobre el Hermano Conejo de los estados del sur de los Estados Unidos. El Hermano Conejo es un personaje embaucador que vuelve a aparecer en la mitología de África Occidental y del Caribe bajo la forma de Anansi, el dios araña. También existe como Reynard el Zorro en la Europa medieval. En otras palabras, el mismo personaje y la misma narración aparecen en todo el mundo. Esto demuestra por qué la narración de cuentos es un medio tan poderoso para difundir un mensaje de forma rápida y eficaz, porque el narrador puede adaptar el cuento a las circunstancias locales.

Imagina a nuestros antepasados prehistóricos reunidos alrededor del fuego al final de un largo día. ¿Cómo te imaginas que se comunicaban? ¿De qué hablaban? Es obvio por las primeras pinturas rupestres que utilizaban las historias como forma de conectar entre sí. Intercambiaban estos relatos para construir un paisaje en común y compartir su sabiduría y lo que habían aprendido. Estos relatos se convirtieron en parte de la historia y en su forma de dar sentido al mundo. Eran los cuentos populares originales, las historias que lo empezaron todo. Estoy segura de que nuestros antepasados exageraron y se inventaron algunas de estas historias para causar un efecto, al igual que lo hacen las personas hoy en día. Pero en realidad, eso no importa. Lo que importa es la habilidad de contar cuentos, el hecho de que inspiren tanta imaginación que hayan perdurado y hayamos aprendido tanto de ellos.

Piensa por un momento en las conversaciones de todos los días. Si elimináramos todas las historias que mencionamos a menudo, nos quedaríamos con un aburrido intercambio de información. Si no contáramos historias, dejaríamos de relacionarnos a un nivel más profundo. Perderíamos interés por

las personas y el mundo que nos rodea. Las historias aportan textura, color y profundidad a la vida cotidiana. No importa si no eres la persona más creativa del mundo porque contar historias no es lo mismo que escribirlas. No hace falta ser un maestro de las palabras para contar historias, solo hay que conocer y comprender los fundamentos de la estructura narrativa y el mensaje que se quiere transmitir. También hay que saber escuchar, porque la narración es interactiva, y parte del placer de utilizar esta habilidad consiste en involucrar a los demás. Invítalos a tu mundo y ayúdalos a navegar contigo por el paisaje de la historia.

Cuando contamos una historia, por muchas veces que la hayamos oído o leído antes, le damos una nueva vida. Le damos nuestro propio giro porque todos somos diferentes. He oído a varios narradores contar la misma historia y siempre es distinta, dependiendo del enfoque que cada uno elija. Esto se debe a que las historias son herramientas flexibles que podemos manipular. Eso es lo que un narrador habilidoso hace: coge la historia y la personaliza. No tiene que existir una fórmula rígida al contar cuentos y las historias se pueden cambiar para adaptarse a tus necesidades, lo que las convierte en una gran herramienta para la transformación personal.

Imagínalo

Se dice que una imagen vale más que mil palabras, y es cierto que las imágenes que pintas al contar una historia son muy importantes, no solo para captar la atención de los demás, sino también para que el cuento sea real para ti. Intenta pensar visualmente. Esto te ayudará a elegir las palabras adecuadas porque estarás describiendo lo que ves, y eso hace que lo que digas sea más vívido. También implantarás un poderoso mensaje en tu subconsciente, que resonará en tu personalidad y, como resultado, se filtrará en tu forma de afrontar la vida.

Piensa por un momento en una silla. Puede ser cualquier silla: una que tengas en tu casa, esa que es tu lugar favorito para descansar... o puede ser una silla que hayas visto en algún sitio. Tal vez sea una silla que deseas. Puede ser hasta una silla que te hayas inventado: ¡la silla perfecta que todo lo canta y todo lo baila para satisfacer todas tus necesidades!

Ahora imagínatela. Piensa en su tamaño, forma y estructura. Piensa en su tacto y su olor. ¿De qué color es y cómo te hace sentir? Intenta crear una imagen tridimensional en tu mente y, a continuación, escribe una descripción de tu silla a partir de ella. Si te ayuda, lee lo que has escrito en voz alta o imagina que estás describiéndosela a un grupo de personas, contando la historia de su existencia.

Si le pido a otros que hagan lo mismo, es probable que cada uno de ellos tenga una imagen diferente de la silla. Aunque «silla» es una palabra que significa simplemente algo para sentarse, las imágenes descritas podrían ser muy diferentes, dependiendo de las preferencias y los antecedentes de cada persona. Somos diferentes y percibimos las cosas desde un punto de vista único. Por eso es tan importante el lenguaje que utilizamos, porque evoca imágenes diferentes para cada persona, y cada una de esas imágenes tiene el poder de transmitir un mensaje o una emoción. Por ejemplo, es posible que hayas pensado en la silla favorita de tu infancia. Tal vez sea una vieja silla que perteneció a tus abuelos.

Si es así, habrás unido esa silla a un sinfín de emociones relacionadas con lo que sientes por tus abuelos. Tendrá una historia. Cuando recuerdas la silla, revives las emociones y las historias que evoca. Puede que te sientas feliz, animada o cariñosa porque tu visualización tiene el poder de cambiar tu estado de ánimo en un instante. Cuando piensas en esto, ves que el lenguaje que utilizas, no solo con los demás sino también contigo misma, tiene un efecto sobre cómo te sientes y sobre la forma en que afrontas la vida.

ALISON DAVIES

Cuando contamos historias, tanto si las relatamos a un público como si nos las contamos a nosotras mismas, hay ocasiones en las que queremos tener en mente una imagen muy específica, una imagen universal con la que podamos identificarnos y que signifique algo. Así, por ejemplo, si imagináramos y describiéramos un trono y luego pidiéramos a varias personas que hicieran lo mismo, probablemente tendríamos en mente imágenes similares. Esto es así porque «trono» es un arquetipo; se reconoce de forma universal que tiene cierto aspecto y que es de una determinada manera.

El ejemplo anterior muestra el poder del lenguaje y la elección de las palabras adecuadas para crear una imagen, tanto en tu mente como en la de tu audiencia. Esto te ayuda a ti (y a ellos) a comprometerte con lo que dices. También demuestra la eficacia de pensar visualmente. Te darás cuenta de que has sido mucho más descriptiva y perspicaz al hablar de tu silla porque la has visto en tu mente. La imagen que has creado ha realzado las palabras y reforzado determinadas ideas y emociones. Trabajar de esta manera con imágenes mejora tus habilidades creativas y te ayuda a manifestar las cosas que quieres al enviar un mensaje poderoso a tu mente subconsciente. En otras palabras, si quieres que algo suceda, visualízalo en tu mente como si estuvieras viendo una película. Vívelo como si ya hubiera sucedido, involucrando tus sentidos y emociones. Está universalmente aceptado que lo semejante atrae a lo semejante, así que en cuanto pienses y sientas algo bueno, empezarás a atraer cosas buenas y tu actitud cambiará y también lo hará tu enfoque. Si te cuesta visualizar una narración o ver mentalmente una historia como si estuviera reproduciéndose en una pantalla de cine, ve paso a paso y utiliza el enfoque de la «silla». Imagina que cada etapa de la secuencia de acontecimientos es un cuadro colgado en una pared y describe los cuadros uno por uno, concentrándote en cada imagen y en cómo te hace sentir cada una de ellas.

Por Qué Una Historia Es Buena

Para que una historia funcione se necesitan ciertas cosas: personajes fuertes, un escenario interesante, algún tipo de acción que añada interés y un final satisfactorio. También es necesario pensar en los tipos de lenguaje del cuento y en cómo funcionan juntos.

EJERCICIO

Prueba esto para evaluar tus habilidades como narradora.

Puedes hacer este ejercicio las veces que quieras. Elige un recuerdo. Puede ser algo que te haya ocurrido hoy, la semana pasada o incluso hace años. Puedes elegir algo feliz, tal vez un acontecimiento especial o un viaje a algún lugar fabuloso o un momento en el que conseguiste algo maravilloso. O, si lo prefieres, elige algo gracioso. Haz un dibujo que resuma lo sucedido. Ahora mira el dibujo e imagina que tienes que describírselo a otra persona. No estás contando la historia. Lo que haces es describir la imagen que tienes delante con adjetivos. Podrías decir: «A lo lejos había montañas nevadas y el sol brillaba en el cielo azul».

Una vez hecho esto, vuelve a describir el dibujo, esta vez con palabras de acción y

COMO UN CUENTO DE HADAS

movimiento. Podrías decir: «Los pájaros volaban en el cielo. Un hombre saludaba desde lo alto de la montaña». De nuevo, intenta resistir el impulso de contar la historia en su totalidad. Por último, describe la imagen con palabras emotivas. Es probable que aquí haya menos que decir, así que podrías pensar algo como: «En ese momento me sentí eufórica e inspirada». No es fácil describir el dibujo sin contar la historia, ya que es nuestro impulso natural. Sin embargo, al hacer este ejercicio destacarás los tres tipos diferentes de lenguaje que necesitas para crear una historia memorable: necesitas la descripción para crear el ambiente y el tono de la historia; necesitas acción y movimiento para generar interés y hacer que la trama avance y por último, necesitas emoción, ya que añade color y profundidad a lo que cuentas.

Una buena historia tiene un equilibrio de todas estas cosas. De hecho, cualquier forma de comunicación, desde una presentación en el trabajo hasta la explicación de un nuevo concepto, debe incluir estos tres tipos de lenguaje si quieres conectar con tu audiencia.

Como actividad complementaria, coge el dibujo y cuenta la historia de lo que en realidad ocurrió. Imagina que lo estás relatando a un público de personas. Piensa en el equilibrio entre descripción, acción y emoción

e intenta ver la historia en tu cabeza: reproduce el recuerdo mientras hablas. Verás que el relato adquiere color y textura y que, si tienes en cuenta los tres tipos de lenguaje, crearás una historia equilibrada y placentera.

Trazando el esqueleto

Si vas a trabajar con los cuentos de hadas y utilizar la narración como herramienta práctica, tienes que familiarizarte con la estructura básica de un cuento. La mejor manera de hacerlo es trabajar con un guion gráfico. Puede parecer elemental, pero te ayudará a comprender el cuento y a descifrar su mensaje central.

Elige un cuento de hadas que conozcas bien. Coge un papel y dibuja tres grandes recuadros en fila para representar el principio, el nudo y el desenlace de tu cuento.

En el primer recuadro, escribe tres puntos clave que describan lo que sucede al principio de la historia. Esta es tu oportunidad para preparar el ambiente. Dibuja dos líneas entre el primer y el segundo recuadro que actuarán como puente. Escribe en este espacio un par de palabras o una frase que puedas utilizar para que la historia avance hacia la siguiente sección. Podrías decir cosas como «pero de repente...» o «y entonces...». Esto no tiene que ser complicado, solo es una frase que puedes emplear como detonante para continuar el cuento.

En el segundo recuadro, escribe tres puntos clave para describir lo que ocurre después. Es probable que este sea el punto en el que se vea algo de acción en el cuento. Entre el segundo y el tercer recuadro dibuja dos líneas para crear otro puente y rellena este espacio con una frase que haga avanzar la historia.

En el tercer recuadro, dibuja tres viñetas para describir

cómo termina la historia. Debajo del guion gráfico escribe una palabra que resuma de qué crees que trata la historia, por ejemplo, podría ser un cuento sobre «el coraje» o «la fuerza», «el éxito» o «el amor». Esta palabra es el latido del cuento, el mensaje central de la historia. En ella te centrarás cuando la cuentes.

Ya tienes un plan de historia sencillo en forma de guion gráfico lineal. Puedes utilizarlo para cambiar el enfoque de la historia y mejorar tu creatividad.

El latido del cuento

Encontrar el latido del cuento no siempre es fácil. Puede ser difícil definir una historia o un recuerdo en una palabra. Sin embargo, una vez que encuentres el mensaje central de tu cuento, podrás trabajar con él para manifestar las cosas que quieres. Por ejemplo, piensa en un recuerdo de una situación en la que no te sentías muy segura de ti misma. Puede que te pusieran en un aprieto y te sintieras vulnerable. Si trasladas esto a una estructura narrativa sencilla y defines el latido de la historia como: «el miedo» o «la timidez», puedes darle la vuelta a las cosas cambiando el mensaje central por algo más inspirador, como: «la confianza» o «la valentía». Con solo modificar una palabra, puedes volver a contar el cuento utilizando un lenguaje que inspire confianza. Puedes repasarlo en tu mente, reviviendo cada parte visualmente, y cuando llegues a la conclusión, puedes darle un final diferente que se adapte a tus necesidades. Empieza por elegir un recuerdo. Por ejemplo, puedes recordar tu primera obra de teatro en el colegio y lo nerviosa que estabas en el escenario. Luego planifícalo en forma de guion gráfico como se ha descrito arriba y cambia el enfoque del cuento modificando el mensaje central. Así, en lugar de que la historia trate sobre «el miedo», dale la vuelta y conviér-

tela en una historia de «la confianza». Repásalo mentalmente con el nuevo final, viendo todas las partes del cuento. Cuenta la historia como si estuvieras contándosela a un público y observa cómo te sientes. Hablar en voz alta ayuda a dar significado y resonancia a las palabras. Por eso las afirmaciones son tan eficaces. Experimenta con otros recuerdos y luego pasa a los cuentos de hadas. Prueba a cambiar el mensaje central para darle un nuevo enfoque a cada historia. Planifícalo en un papel y repásalo mentalmente antes de contarlo en voz alta para reforzar el nuevo mensaje. Si te sientes muy creativa, lleva este ejercicio un paso más allá y coge el recuerdo original con el mensaje central revisado y conviértelo en un cuento de hadas.

Aquí tienes un ejemplo:

«La niña que se olvidó de su parte en la obra del colegio se convierte en una pequeña hada que debe hacer una actuación de vuelo delante del rey y la reina en el próximo baile de hadas, pero está nerviosa y no recuerda cómo abrir las alas. Por suerte, su hada madrina la ayuda con un sencillo hechizo que llena su corazón de amor y le recuerda lo maravillosa que es. Cuando su corazón se infla de alegría, se eleva del suelo y comienza a volar. No tarda en girar en el aire como una acróbata profesional. El público adora su actuación y ella se convierte en la reina del baile. Se siente superconfiada, un sentimiento que llevará siempre con ella».

El punto de crisis

En todos los cuentos hay un punto en el que la historia podría desarrollarse de varias maneras. Suele ocurrir algo que altera el statu quo. Es lo que se denomina «el punto de crisis». Aunque no se trate necesariamente de una crisis, es un cambio que puede llevar la narración en cualquier dirección. Por ejemplo, en La Bella Durmiente sse da cuando la princesa se

pincha el dedo y cae en un sueño profundo; en Hansel y Gretel es el momento en que se pierden en el bosque. De ahí en adelante puede suceder cualquier cosa. Si utilizáramos la historia como una herramienta interactiva para el cambio, podríamos intervenir y describir lo que ocurre a continuación e inventar un nuevo final. Y si contáramos la historia a un grupo de personas, podríamos invitarles a hacer lo mismo. Es importante entender qué es el punto de crisis y cómo se puede utilizar para crear una nueva estructura narrativa y desarrollar habilidades de resolución de problemas. En otras palabras, cuando ocurre algo particular, ¿qué harías? ¿Cómo resolverías la crisis y llevarías la historia a una conclusión satisfactoria? Puedes practicar el trabajo con el punto de crisis de la siguiente manera: piensa en tu cuento tradicional favorito, puede ser un cuento popular, un cuento de hadas o una fábula. Incluso la historia más sencilla tiene un punto de crisis. Repásalo mentalmente y determina dónde crees que está el suyo. A partir de ahí, crea un nuevo final para la historia.

Cambiar de perspectiva

Verás que algunos personajes aparecen una y otra vez en los cuentos de hadas. Estos arquetipos son fáciles de imaginar y de identificar. Aquí tienes una breve guía de algunos de los más populares.

La princesa de los cuentos de hadas

Si buscas bien, casi siempre encontrarás una princesa al acecho en estos cuentos. Aunque no sea una princesa de verdad, es una heroína con un corazón bondadoso y carácter dulce. Pero, como parte de la historia, tendrá que experimentar algún tipo de transformación. Por ejemplo, la Bella Durmiente cae en un profundo sueño cuando cumple dieciséis años. Este

largo sueño representa su viaje hasta convertirse en mujer. En La princesa y el guisante, la princesa tiene que soportar una noche de sueño miserable para demostrar su verdadera valía. En realidad, todos sufrimos penurias y dolores, cuya experiencia a menudo nos hace más fuertes y saca a relucir nuestras mejores cualidades y nos muestra lo que somos capaces de lograr. Piensa en lo que le ocurre a la princesa en cada relato para comprender mejor el verdadero significado del cuento.

La malvada madrastra o reina

En la mayoría de los cuentos de hadas, la villana suele ser una mujer, ya sea una madrastra o una reina malvada que ha usurpado el trono. En Blancanieves tenemos a la reina malvada obsesionada con su aspecto, en Rapunzel es la bruja la que la encierra en la torre y, en Cenicienta, la madrastra tiene tanto miedo del amor que su nuevo marido siente por su propia hija que la trata como a una sirvienta. Este personaje hará lo que sea para obtener el control y puede relacionarse con el ego y su hambrienta necesidad de poder. Si te sientes atraída por este personaje o profundamente alarmada por ella, echa un vistazo a tu sentido de la autoimportancia. Tal vez, siempre te menosprecies y tengas baja autoestima. Si es así, lee historias en las que la heroína triunfa sobre la reina malvada y métete en el cuento. Repásalo en tu mente como si estuvieras viendo una película, pero imagina que tú eres el personaje central y te alzas victoriosa.

El héroe o el príncipe

Siempre es el príncipe o el joven héroe el que salva el día. En Blancanieves, él la rescata de su ataúd y le arranca de la garganta el trozo de manzana envenenada. En La Bella Durmiente, lucha contra las fuerzas de la naturaleza para dar

a la bella princesa un beso que la devuelve a la vida. Puede que primero tenga que emprender un viaje. Puede que también tenga que aprender algo por el camino o enfrentarse a algún tipo de prueba para demostrar su valía, pero todo eso forma parte del proceso. Al igual que los cuentos, que crecen y cambian con cada narración, el héroe también debe evolucionar. Puede parecer temerario al principio, como Jack en Jack y las habichuelas, y sin duda tendrá que cambiar su comportamiento para ganarse el corazón de la bella doncella, pero parte de su encanto es esa vulnerabilidad. El héroe no está seguro de sí mismo al cien por cien, pero por eso nos agrada. Nos vemos a nosotras mismas reflejadas en este personaje. Nos identificamos con su lucha y podemos hacerla nuestra. El héroe nos da una sensación de esperanza, de que pase lo que pase o cometamos los errores que cometamos, nosotras también podemos triunfar contra todo pronóstico.

El lobo feroz

El lobo aparece en más de un cuento de hadas, desde Caperucita Roja hasta Los tres cerditos. Es el principal atormentador y siempre trama algo malo. En El lobo y los siete cabritillos, un cuento de los Hermanos Grimm menos conocido, el lobo consigue entrar con engaños en la casa de la cabra y se come a seis de sus hijos. El séptimo se esconde dentro de un reloj y cuando la madre regresa, van a la caza del lobo. Lo encuentran durmiendo, le abren la enorme barriga y le sacan los seis cabritillos, que siguen vivos, y luego la madre sustituye a sus hijos por seis pesadas piedras y lo vuelve a coser. Al despertarse, el lobo decide ir a beber a un arroyo, pero como está lleno de piedras se cae y se ahoga: otro final apropiado para este popular villano.

Pero el Lobo Feroz a menudo se malinterpreta. Para

ALISON DAVIES

entender a este personaje, piensa en sus motivaciones. ¿Por qué se viste con la ropa de la abuela en Caperucita Roja y finge ser algo que no es? En el cuento es porque se quiere comer a Caperucita. Necesita sustento y para conseguirlo recurre al engaño. A menudo adoptamos diferentes papeles en nuestra vida y fingimos ser algo que no somos porque intentamos tener éxito y agradar a los demás. Cuando lo hacemos, en realidad estamos representando el papel del Lobo Feroz, pero eso no significa necesariamente que seamos malas. Pregúntate cuántos papeles diferentes interpretas. Toma nota a lo largo del día y piensa qué versiones de ti misma te hacen feliz y cuáles te hacen sentir incómoda. Por ejemplo, puede que disfrutes siendo una buena amiga, pero te sientas incómoda como jefa, de modo que esto revela un área en la que hay que trabajar.

Crea Tu Propio Cuento De Hadas

Cuando trabajas con cuentos de hadas, te sumerges de inmediato en la fantasía. Ves la magia a tu alrededor y la sientes a través de las experiencias de los personajes. Pones en marcha tu imaginación, una poderosa herramienta subconsciente que puede cambiar tu forma de pensar y actuar.

Para futuras consultas, graba tu historia y reprodúcela siempre que lo necesites. Trátala como un audiolibro profesional y dedícale todo tu esfuerzo a la interpretación. También puedes crear un diario de los cuentos con los que has trabajado, para incluir tus cuentos favoritos y también los que hayas creado tú misma.

EL MEJOR CONSEJO PARA

EJERCICIO

Prueba esto para liberar tu creatividad.

Empieza pensando en tu personaje central: este personaje te representa. ¿Será la princesa, la reina, la madrastra, la joven doncella o la bruja? ¿O preferirás ser el héroe o el príncipe? ¿Qué papel te atrae más? No importa si eliges un personaje malvado: puedes tejer la historia para darle la vuelta a la situación.

Luego, piensa en un área de la vida que te gustaría transformar. Tal vez estés buscando un nuevo trabajo o buscando a tu alma gemela. Esta es tu misión y también el objetivo de tu personaje. También es el hilo narrativo principal de la historia.

Crea un punto de crisis. Digamos que eres una bruja que busca una fuente mágica que ayude a los demás a ver lo hermosa que eres en realidad para poder encontrar el amor. Emprendes un viaje al corazón del bosque encantado para encontrar la fuente, pero te pierdes. Este es tu punto de crisis.

Deja que tu imaginación tome las riendas. Utiliza un guion gráfico lineal (ver página 35) con varios recuadros y un par de frases debajo de cada uno para describir lo que

COMO

UN CUENTO DE HADAS

sucede. Incluye puentes para que la historia avance. Utiliza imágenes de revistas para contar la historia o dibújalas tú misma.

Recuerda tu misión y deja que tu personaje alcance la meta. A lo mejor, nuestra bruja recurre a su intuición para encontrar un camino a través del bosque y llegar a la fuente. Se baña en el agua y emerge irradiando tanto amor y belleza que atrae a su lado a un apuesto príncipe.

Concéntrate en el corazón de tu cuento. Resúmelo en una palabra, podría ser «transformación» o «amor». Piensa en una imagen que capte tu historia: tal vez, la bruja transformada y el príncipe tomados del brazo. Ponte en esa imagen y haz una afirmación positiva como: «Yo creo mi propia historia de vida asombrosa. Todo me está yendo perfectamente».

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