ECAPÍTULO 1
l skateboard de Rudy estaba en la punta del medio tubo del Skatódromo. Miró nervioso la rampa, que bajaba como una enorme ola de cemento.
Sus dos mejores amigos, Femi y Edie, le estaban mirando. Femi tenía los ojos como platos, esperando ver la acción. A Edie le brillaba el aura fantasmal por la emoción. Aunque, si Rudy se asustaba en el último momento, tampoco iban a pensar peor de él.
A los tres les gustaba hacer trucos, y siempre iban al Skatódromo despúes del cole. Pero ninguno de ellos se había atrevido nunca con el Doble Desafío.
¡Al menos, aún no!
—¡¿Estás seguro, Rudy?! —gritó Edie mientras Femi intentaba no taparse los ojos con sus vendas. ¡Tenía que ver aquello!
El sol de la tarde brilló en los ojos de Rudy, que les dedicó un guiño convencido a sus amigos. Salió disparado. El skate empezó a
bajar por la rampa. La brisa de otoño le echó atrás el flequillo y las orejas de lobo.
Las ruedas giraron borrosas al bajar y volver a subir al otro lado, y entonces… … salió volando.
¡WUUUUUU!
Los amigos de Rudy lo miraron, esperando que lo consiguiera. Se agarró al skate
