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Comalcalco La cuna del chocolate

El municipio tabasqueño ofrece un recorrido entre árboles, tradiciones, una ciudad prehispánica y las más dulces haciendas

“Vamos a Tabasco, que Tabasco es un Edén”, dice una popular canción. Y sí, en ese paraíso hay chocolate y qué mejor que hacer la Ruta del Cacao en el lugar donde se preservan los métodos tradicionales, donde hay diferentes variedades y la naturaleza ha sido generosa y exuberante.

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Quien viaja a este estado de la república mexicana podrá ver desde el cielo sus anchos ríos, los deltas que forman y las zonas en las que el azul del agua y el verde de la vegetación se mezclan y se complementan.

En este viaje encontrarás atracciones culturales, sitios arqueológicos, ciudades coloniales, una capital vibrante y, por supuesto, plantaciones de ese regalo de los dioses que es el cacao, además de calor, un intenso calor acompañado por excesiva humedad, así que se recomienda al visitante tomar precauciones.

La importancia del cacao Los antiguos mayas consideraban que la bebida hecha con estas semillas era sagrada, de modo que sólo podían consumirla nobles y sacerdotes, la reconocían como

La palabra cacao proviene del náhuatl "cacáhuatl" que quiere decir cocoa.

La pasta de cacao se obtiene después de la limpieza, descascarillado, tostado y molturación del grano.

La forma más tradicional de triturar el grano es la piedra de moler.

En la casa del comal

Nuestra ruta comienza en uno de los sitios más hermosos de la zona, no sólo por su arquitectura colonial, sino porque en ese municipio se ubica una zona arqueológica edificada por los mayas chontales: Comalcalco, “Casa de los comales”, también conocida como “La perla de la Chontalpa”.

Su nombre proviene del vocablo náhuatl Comalli-calli-co, (Comalli, comal; calli, casa, y co, que es una terminación toponímica. La ciudad maya tuvo su máximo esplendor entre los años 600 y 900 d.C. y fue abandonada abruptamente. Gracias a unos jeroglíficos encontrados en el lugar, se dio a conocer que su nombre original es Hoi Chan, que significa cielo anudado.

El sitio abarca una superficie de siete kilómetros cuadrados y está hecha de ladrillos unidos con argamasa hecha de conchas y ostiones, tiene grabados figurativos y glifos antropomorfos, zoomorfos, epigráficos, simbólicos y geométricos, que en su momento estuvieron decorados con relieves y figuras de estuco pintadas de colores rojo, azul, verde, amarillo y negro.

En este mágico lugar la tierra es perfecta para cultivar cacao. Los comalcalquenses se enorgullecen de decir que "es un regalo de los dioses a Tabasco y de Tabasco al mundo".

Hogar de los chocolateros

La palabra cacao proviene del náhuatl "cacáhuatl" que quiere decir cocoa.

El viaje continúa no sólo en distancia, sino también por vestigios de otro momento en el tiempo y en la historia del país, nos referimos a la época de la Colonia, en la que se establecieron haciendas dedicadas a la explotación del cacao.

Hoy la hacienda cacaotera Jesús María tiene una misión muy clara: rescatar y dar a conocer los valores culturales, folclóricos y artesanales con conciencia medio ambiental y, de forma particular.

Su origen data de 1917 y actualmente hace chocolate de forma industrial, pero abrió sus puertas para que los visitantes puedan realizar un recorrido para conocer las plantaciones del árbol, conocer sus ciclos y el lugar que ocupan en el ecosistema.

Tiene una casona principal, en la que se disfrutan la arquitectura y la historia de la hacienda mediante una particular exhibición de vestidos costumbristas de la región. En la cocina hay utensilios clásicos y se tiene la oportunidad de elaborar chocolate casero.

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