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La ley de eutanasia
Frente a la ley de eutanasia, sí a la vida
El pasado 25 de junio nos trajo la mala noticia de que en España entraba en vigor la ley de regulación de la eutanasia, ley orgánica 3/2021, que había sido aprobada el 24 del pasado mes de marzo
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Esta ley, que incide tan directamente en la vida de las personas, ha sido tramitada por un procedimiento de urgencia, sin consultar a los expertos y sin que el pueblo, amante de la razón y de la vida, haya podido manifestarse en sus calles y plazas. Los legisladores han aprovechado las limitaciones del momento para infiltrar leyes que muchísimos españoles repudiamos.
Todos anhelamos la vida y queremos ser respetados y amados. No es la enfermedad lo que incita al deseo de morir, sino el sentimiento de falta de cariño en la vida. La petición de la muerte es un grito de socorro en nuestra sociedad individualista. Sin la previsión de cuidados paliativos para todos, como es justo (alrededor de ochenta mil personas murieron en España el año pasado sin recibirlos) y con una ley de eutanasia, se prevé que se dispararán las muertes, no sólo de enfermos incurables, sino también, de gente sana que no recibe una limosna de amor.
La Iglesia, ha sido siempre contraria a la práctica de la eutanasia a lo largo de toda su historia, y acaba de revalidar clarísimamente su posición en la reciente carta de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe, titulada “Samaritanus Bonus” (El Buen Samaritano), del 14 de julio de 2020. Y citando un texto del mismo Dicasterio, de 1980, afirma sin ambages que, toda forma de eutanasia «es una violación de la ley divina y un atentado contra la humanidad». Un acto homicida desde cualquier ángulo que se lo quiera ver.
Frente a la ley de eutanasia, proclamemos con fuerza nuestro sí a la vida.