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Defender la familia
Defender la familia de la mentalidad laicista
La sociedad de hoy se está secularizando. Y la familia de hoy no está inmunizada contra el secularismo, materialismo, laicismo, hedonismo, etc. Hace años, una de las señales de preocupación por la influencia de la mentalidad laicista sobre la familia cristiana fue la aceptación del divorcio y del aborto.
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Hoy podemos ver los tristes frutos que la mentalidad laicista ha producido en la familia y en la sociedad. Y para detener este proceso de destrucción de la familia, los miembros del Instituto Santa Familia deben defender la familia cristiana contra la crisis moral causada por la mentalidad secularista.
El beato Santiago Alberione, dirigiéndose a las Hijas de San Pablo, les ha dicho que en su apostolado deben llegar a todos con un mensaje, claro y convincente, que debe provocar en los corazones y en las mentes un cambio en la mentalidad cristiana. Actuando así conseguirán que su apostolado sea fructuoso.
También la familia consagrada, siguiendo las enseñanzas del Fundador, trata de conseguir el mismo fin viviendo en la propia familia según la mentalidad cristiana, rechazando así vivir según la mentalidad del secularismo ateo.
Para conseguir este fin, en primer lugar y comenzando por la propia familia, los esposos tienen que intentarlo todo para que en sus familias cambie la mentalidad laicista por una mentalidad basada en los valores cristianos. De lo contrario, la familia cristiana, viviendo según los criterios de la mentalidad mundana, tratará de poner en primer lugar las cosas, tratando de poseer cada vez más, antes que vivir según las leyes del Señor.
El segundo deber consiste en la defensa de la fe en la sociedad y en la familia. Es importante realizar este deber, porque la mentalidad laicista ha contribuido a la disminución de la fe en la sociedad. Y para defender la fe, los esposos consa-
Foto por Jessica Rockowitz en unsplash.com
grados harán todo lo que esté a su alcance para dar testimonio de ella ante las demás familias y en la propia familia.
El Papa Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, refiriéndose al secularismo, escribe así: «nuevas formas de ateísmo —un ateísmo antropocéntrico, no ya abstracto y metafísico, sino pragmático y militante— parecen desprenderse de él. En unión con este secularismo ateo, se nos propone todos los días, bajo las formas más distintas, una civilización del consumo, el hedonismo erigido en valor supremo, una voluntad de poder y de dominio, de discriminaciones de todo género: constituyen otras tantas inclinaciones inhumanas de este «humanismo»».
El tercer deber consiste en oponerse a los nuevos medios, que propagan una equivocada visión del matrimonio cristiano y de la familia. Cuando los esposos y las familias aceptan vivir según el modo propuesto por los mass-media de mentalidad no cristiana, pierden la santidad de la vida matrimonial y familiar. Siendo conocedores de este proceso de destrucción de la santidad de la familia, los esposos consagrados tratarán de no ceder a la propaganda que viene de los medios laicos. Esto se refiere, sobre todo, a la pornografía, porque la pornografía en los medios ha contribuido grandemente al aumento de los divorcios y de los abortos en las familias y ha devastado, en los corazones y en las mentes de muchos cristianos, el concepto de la fidelidad matrimonial. Y, en particular, ha contribuido a que muchos esposos hayan empezado a ver la fidelidad matrimonial como una cosa del pasado. Ante esta grave situación, la familia consagrada debe oponerse a la propaganda que hacen los medios de mentalidad laicista, pidiendo a Dios que salve a la familia de la destrucción que puede provenir de los modernos instrumentos de la comunicación social.