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Estrategias para estimular el consumo de agua en gatos

El agua es importante para cualquier ser vivo, ya que nos mantiene con vida y gracias a ella podemos llevar a cabo los procesos biológicos, pero ¿le prestamos la suficiente atención al consumo de agua en los pacientes felinos?

Alisha Kirsten ATV en Amigato Clinica Felina

¿Por qué tienen los pacientes felinos tendencia a deshidratarse con facilidad?

El gato doméstico (Felis catus o Felis silvestris domesticus) proviene antiguamente del gato salvaje africano (Felis silvestris lybica), que habita en zonas desérticas extremadamente secas y tuvo que adaptarse a aquellas condiciones de escasez de agua.

Sin embargo, estos animales fueron evolucionando para adaptarse a esta situación y poder sobrevivir. El gato salvaje ingiere agua a través de las presas que caza, que contienen en torno a un 50-65 % de agua como buena parte de los seres vivos. Esto significa que cubren sus necesidades hídricas solo con este porcentaje de agua de sus presas (sangre y fluidos). Su metabolismo está adaptado a ingerir escasa cantidad de agua, minimizando la pérdida de líquidos, por ejemplo, al concentrar mucho su orina.

Aunque hoy en día a nuestros gatos no les falta de nada, estas características “salvajes” de sus ancestros siguen muy presentes en su ADN. Los gatos domésticos son poco dados a beber en grandes cantidades. Suelen beber cantidades pequeñas varias veces al día.

Esto, sumado a que gran parte se alimentan puramente de piensos secos con escaso contenido en agua (menos del 10 %), implica que en muchas ocasiones los gatos padezcan una leve deshidratación, aunque sea subclínica.

El gato salvaje ingiere agua a través de las presas que caza, que contienen en torno a un 50-65 % de agua como buena parte de los seres vivos.

Los gatos geriátricos en particular sufren deshidratación con mayor frecuencia o con mayor intensidad. A todo lo anterior se suma que no gestionan el mecanismo de la sed de la misma manera que un gato joven. También en ocasiones suelen acudir menos al bebedero debido a problemas de movilidad asociados a dolor crónico (por enfermedad articular degenerativa, por ejemplo). Si a todo esto le añadimos que padecen con mucha frecuencia enfermedades que hacen que orinen en exceso (enfermedad renal, diabetes, etc.), queda aún más patente la importancia del agua y la hidratación en gatos mayores.

Administrar comida húmeda es una manera muy efectiva de aumentar el consumo de agua, pero hay muchos gatos que rechazan esta textura si no están acostumbrados.

Entonces, ¿por qué es tan importante el agua?

La falta de consumo de agua o la deshidratación puede afectar a muchos problemas de salud. Por un lado, puede afectar al funcionamiento renal e influir significativamente en la evolución de enfermedades tan frecuentes en el gato como la enfermedad renal crónica.

También puede agravar otras enfermedades diagnosticadas o subyacentes como diversos problemas digestivos (pancreatitis, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.).

La ingestión de agua es esencial a la hora de prevenir y tratar distintos problemas en el tracto urinario que en ocasiones pueden acabar en una obstrucción (sobre todo si es macho), que supone una grave urgencia veterinaria.

¿Qué cantidad de agua deben beber los pacientes felinos?

Un gato necesita ingerir una media diaria de 50 a 100 mililitros de agua por kg de peso para mantenerse bien hidratado. Esta cantidad varía en función de si se alimenta solo con pienso o también toma comida húmeda (latitas, sobres, pouches, etc.).

Por norma general, los gatos suelen beber menos de lo que sus cuidadores creen. No suele haber un control estricto de la cantidad de agua que consumen ya que además es muy difícil cuantificarlo. La mayoría de los cuidadores no suelen prestar atención a este aspecto; ven que el gato de vez en cuando se acerca al bebedero y con eso se dan por satisfechos. Cuando está vacío, rellenan el bebedero y listo. Muchas veces el gato se está hidratando menos de lo que debería o, por el contrario, está bebiendo más de lo habitual (polidipsia) y en ambos casos es importante detectarlo. Debemos tener en cuenta varios factores a la hora de determinar si se puede tratar de una polidipsia patológica o no. Los gatos pueden aumentar el consumo de agua de forma “normal” por el aumento de temperatura, lactancia, alimentación o administración de ciertos medicamentos como los corticoides, que pueden causar polidipsia y poliuria. En casos patológicos los gatos aumentan el consumo de agua por causas como la insuficiencia renal crónica, la diabetes (asociada también a un aumento de apetito), el hipertiroidismo, diferentes hepatopatías, etc.

Asociado también a esa polidipsia es frecuente observar un aumento de la producción de orina (poliuria) cuando se superan cantidades de orina por encima de 45 ml/kg.

¿Cómo medir la cantidad de agua que bebe un gato?

Como hemos comentado anteriormente, no nos podemos basar solamente en las veces que vemos que el gato va al bebedero. La mayoría de las veces no lo hacen cuando el cuidador lo está observando y, aunque fuera así, no podemos medir con exactitud qué cantidad bebe.

Para ello podemos hacer uso de jeringas o vasos medidores para controlar diariamente la cantidad exacta que bebe. Por ejemplo, por la mañana llenamos el bebedero con 100 ml, por la noche volvemos a medir el agua que queda en el cuenco y restamos las dos cifras.

También existen bebederos modernos a través de los cuales podemos detectar con exactitud la cantidad de veces que va a beber agua y qué cantidad toma cada día. Son una herramienta estupenda para controlar el consumo de agua, sobre todo si el gato es de edad avanzada o si padece alguna enfermedad.

Dicho todo esto, vamos a ver diferentes maneras de aumentar el consumo de agua en gatos.

Comida húmeda

La más efectiva y recomendable es alimentar al gato con alimento húmedo, es decir, latitas, pouches, sobres, gelatinas, etc. Es la forma más “natural” para el gato de ingerir más agua. En este sentido, en muchas ocasiones nos encontramos con la dificultad de que muchos gatos rechazan alimentos que desconocen (neofobia alimentaria) y esto incluye la comida húmeda si el gato no fue acostumbrado a esta textura desde pequeño.

Una opción sería intentar humedecer el pienso que le gusta para crear de esta forma su propia latita o paté con el sabor que sabemos con seguridad que le gusta.

Existen bebederos modernos a través de los cuales podemos detectar con exactitud la cantidad de veces que va a beber agua y qué cantidad toma cada día.

Tanto los bebederos como los comederos deben de ser amplios para evitar que se rocen las vibrisas (bigotes) con los bordes, ya que les puede resultar incómodo. Además, suelen preferir recipientes de cerámica o cristal más que de plástico o metal. Debemos colocar los bebederos en lugares tranquilos, alejados del comedero y de sus areneros. Si ponemos varios cuencos de agua en distintos lugares, más alta será la probabilidad de que aumente su consumo de agua.

Agua con sabor

También podemos ofrecer agua con un poquito de sabor, caldo natural de pollo sin especias, por ejemplo. Hay que evitar todo lo que lleve cebolla y ajo, ya que son tóxicos para los gatos. No debemos dar tampoco leche, ya que les puede causar diarrea y problemas digestivos. Hay que tener especial cuidado con esto ya que muchos cuidadores siguen pensando que la leche es muy buena para los gatos.

Agua en movimiento

A los gatos les gusta beber “agua en movimiento”, como duchas, grifos, etc. La consideran más limpia y fresca que la que ha estado reposando mucho tiempo. El problema es que no siempre estamos ahí para abrirles el grifo o encender la ducha. Para ello existen fuentes especialmente pensadas para gatos en las que el agua está en movimiento constante mediante un circuito cerrado y con filtros incorporados para purificar el agua. Con estas fuentes también es más probable que ingieran más agua. Por último, tenemos que mantener el agua siempre fresca y los cuencos limpios para evitar que los rechacen. Hay que cambiarla mínimo una vez al día.

Nuestra labor debe ser, junto con nuestros compañeros veterinarios, la de educar al cuidador acerca de la importancia que tiene el consumo de agua y la hidratación para su gato.

Debemos asesorarle sobre cómo la alimentación húmeda puede ayudar a su gato a hidratarse correctamente y prevenir y tratar así diferentes enfermedades felinas.

Podemos también dar consejos al cuidador acerca de cómo debe ser todo lo relacionado con el bebedero y el aporte del agua al gato y también de cómo lograr que acepte comer dieta húmeda si no está acostumbrado o la rechaza.

En definitiva, debemos tener en cuenta que los gatos suelen beber poco, por lo que debemos procurar hacerles el agua más atractiva para mantenerlos hidratados y prevenir posibles enfermedades, sin olvidar ofrecer dieta húmeda a diario como parte fundamental de su alimentación.

Así mismo, es importante tener un mínimo control sobre cuánta agua bebe y estar alerta acerca de posibles cambios en su consumo, para lo que es fundamental nuestra labor de educación del cuidador sobre todos estos aspectos esenciales para la salud de su gato.

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