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Cirugía traumatológica, preparación del paciente
from Ateuves 96
by Grupo Asís
En este artículo se explican las funciones que pueden realizar los ATV en la preparación del paciente para una cirugía de traumatología y ortopedia, desde el momento en que ingresa el animal hasta que se le da el alta.
Ana María Martin Rosell
ATV en Hospital Veterinari de Catalunya (Barcelona) Imágenes cedidas por la autora El papel del ATV en cirugía cada vez va tomando más relevancia debido a la mayor formación obtenida y esto permite que pueda realizar funciones que solían hacer los veterinarios. De esta forma, se realizará una mejor preparación del paciente, un buen manejo durante la intervención y un adecuado posoperatorio que serán claves para el éxito de la cirugía.
Puesta a punto del quirófano
El quirófano debe ser una instalación con un uso exclusivo para intervenciones quirúrgicas con unas medidas correctas de limpieza y asepsia y con un mantenimiento específico para que no exista la posibilidad de contaminación e infección intraquirúrgica. Para ello, se deberá seguir un protocolo con una serie de normas concretas y se deberá emplear un instrumental que cumpla con unos requisitos que lo hagan seguro y fiable1 . Por lo tanto, el día anterior a la cirugía o la misma mañana en el caso que la cirugía sea por la tarde, el ATV acondicionará el área quirúrgica por una parte con la limpieza y preparación del quirófano y, por otra, preparará y revisará todo el material que se va a necesitar.
Quirófano
Se empezará limpiando con un desinfectante todas las superficies, los equipos del quirófano y el suelo. Seguidamente se comprobará que todos los equipos estén listos para su uso y que no cometan errores, se revisará el equipo anestésico comprobando que no existan fugas, el monitor paramétrico, la esterilla de calor, la máquina de fluidoterapia y la iluminación (figura 1).
Instrumental
Se revisará que todo el material este correctamente empaquetado y esterilizado para la cirugía, así como comprobar que se dispone de los implantes, tornillos, etc. necesarios para la intervención. Se realizará el montaje de las cajas del material, gasas, paños, implantes, bisturí eléctrico, etc. con su correcto embolsado y se pondrá a esterilizar en el autoclave (figura 2). Es importante que el ATV tenga los conocimientos correctos para una buena preparación, limpieza, mantenimiento y esterilización del instrumental.
Consulta preanestésica
Unos días antes de la cirugía, el veterinario deberá realizar una consulta preanestésica para solicitar las pruebas específicas para cada paciente además de realizar una anamnesis detallada, una exploración física, un estudio radiológico y las analíticas sanguíneas correspondientes2 . El estudio radiológico se realizará en la consulta previa a la cirugía, pero a veces esto no es posible y en algunos casos se realizará el mismo día de la cirugía con el animal bajo anestesia general.
Durante la consulta es muy importante elaborar un cuadro clínico completo del animal, especialmente de aquellos pacientes que presenten patologías que puedan suponer un incremento del riesgo anestésico. En la anamnesis, hay que profundizar no solo en aquellos aspectos relacionados con la cirugía sino también en las posibles anestesias previas y en la medicación que esté tomando el paciente o haya tomado últimamente2 . Por último, se le informará al propietario sobre la pauta de ayuno preoperatorio y la medicación que deba administrarse al animal si es necesario.
Ingreso
En primer lugar, cuando se recibe al animal hay que confirmar con el propietario que efectivamente viene en ayunas y que no ha observado ninguna alteración en su salud. Seguidamente se le informará del tiempo estimado de la cirugía y que una vez finalice se le contactará. Por último, hay que asegurarse de que se le da hora para venir a recoger al paciente. Una vez recogida y anotada toda la información empezaremos a preparar al paciente.
Preparación del paciente
El primer paso consiste en realizar un examen físico. Se empezará observando al animal analizando la actitud (estado de alerta, miedo, agresividad, etc.) y posteriormente se continuará con la exploración manual, completa y ordenada, prestando especial atención a2: • Mucosas: hay que observar tanto el color como el tiempo de relleno capilar. • Piel: según la elasticidad en el pliegue cutáneo se evaluará el grado de hidratación. • Temperatura: es importante conocer la presencia de hipertermia o hipotermia. • Auscultación cardiaca y pulmonar: se tomará la frecuencia cardiaca y respiratoria en estado normal para tener unos valores de referencia y se pondrá especial atención a la presencia de soplos y alteraciones de los ruidos respiratorios.
• Pulso: hay que comprobar si el pulso es fuerte, rítmico, intenso, simétrico en ambas extremidades y sincrónico con el latido del corazón. Cuando tengamos toda la información sobre la exploración, se anotará en la hoja de anestesia y se empezará con la sedación del paciente. Siguiendo las pautas del veterinario se le administrará la sedación y una vez esta haga su efecto se le colocará el catéter intravenoso (figura 3). Por último, se pasará a inducir e intubar al paciente.
Preparación de la zona quirúrgica
Antes de empezar con todos los procedimientos se deberá tener claro dónde se va a realizar cada tarea para tener separada la zona estéril de la no estéril. Por lo tanto, la preparación de la zona
quirúrgica donde se incluye rasurado y lavado se realizará en prequirófano, que será la zona no estéril. A continuación se preparará la zona quirúrgica que se va a intervenir. Se rasurará el pelo asegurándose de dejar los márgenes apropiados. Por ejemplo, en una fractura de fémur se rasurará desde la zona de la columna hasta la zona del metatarso. Se tendrá mucha precaución durante el rasurado, por un lado para no irritar la piel con la superficie de corte colocando la máquina de rasurado con la superficie plana en contacto con la piel y realizando movimientos lentos y, por otro, comprobando que la cuchilla no se caliente demasiado ya que podría provocar quemaduras. Una vez realizado el rasurado se procederá a tratar la zona quirúrgica con el fin de disminuir la carga bacteriológica de la zona. Se harán lavados con clorhexidina jabonosa para eliminar todos los residuos que la piel pueda tener y seguidamente se secará bien. A continuación se realizará un vendaje en la parte inferior de la extremidad, ya que al no rasurarla del todo se podría contaminar con la entrada de pelos en la zona quirúrgica. Además, el cirujano necesita poder manipular toda la extremidad durante la cirugía. Cuando el paciente ya esté preparado para la cirugía se posicionará en la mesa de quirófano y se monitorizará. En primer lugar, antes de entrar con el paciente en quirófano, se comprobará que esté todo listo y se encenderá la esterilla eléctrica para que se vaya calentando. Seguidamente se posicionará al animal en la mesa de quirófano y con ayuda del veterinario se colocará la extremidad o la zona donde se vaya a intervenir en la posición correcta para realizar la cirugía. A continuación se conectará al paciente al equipo anestésico, se colocará el pulsioxímetro, los electrodos del electrocardiograma (figura 4), la sonda de temperatura, fluidos y el manguito para medir la presión arterial. Una vez el paciente ya esté preparado, se ayudará al cirujano a vestirse y a poner la mesa con todo el material necesario. Cuando ya esté todo listo se empezará con la cirugía y la función del ATV será ayudar en la monitorización de la anestesia durante la intervención. Se deberá comprobar que el electrocardiograma tenga los complejos P-QRS normales y un ritmo regular, y que la frecuencia cardiaca este dentro de los valores normales. Que no se produzca taquicardia ni bradicardia, y que la saturación de oxígeno esté entre 98-100 %. Las respiraciones deben ser estables y si está conectado a la ventilación mecánica habrá que controlar que todo funcione correctamente. También se comprobará la presión arterial, para saber si es necesario administrar más o menos fluidos o algún tipo de suero en especial, y la temperatura, ya que al ser cirugías largas la temperatura del animal irá disminuyendo, por lo que se tendrá que ir aportándole calor ya sea con esterilla, bolsas de agua, papel térmico, etc. También hay que asegurar que los valores del dióxido de carbono exhalado en el capnógrafo estén dentro de los parámetros normales (29-45 mmHg) y, por
último, observar la posición del ojo para saber si el animal está en un plano correcto, superficial o profundo. Por otro lado, con ayuda del veterinario, se administrará la analgesia y antibioterapia necesaria durante la cirugía. Finalmente, acabada la cirugía, se empezará con el posoperatorio; lo primero que habrá que hacer serán las radiografías de control para tener una imagen de cómo ha quedado la zona intervenida. Seguidamente, si el tipo de fractura o proceso lo requiere, se hará un vendaje, que en algunos casos se utiliza para inmovilizar la zona o para evitar la inflamación. Cuando tengamos las radiografías y el vendaje hecho, se llevará al animal a la sala de recuperación y se irá controlando hasta que se despierte.
Posoperatorio
Una vez terminada la cirugía, se llevará al animal a la zona de cuidados intensivos, donde será monitorizado hasta que se recupere completamente. Para una correcta recuperación deberá estar en un lugar tranquilo, sin mucho ruido y con una temperatura adecuada. Lo ideal será rellenar una hoja de seguimiento para anotar todos los valores que se registren y las incidencias que vayan sucediendo para poder evaluar de esta forma los cambios y/o tendencias2. Para ello se debe controlar la frecuencia cardiaca y respiratoria, color de las mucosas, patrón respiratorio, temperatura y dolor. Uno de los factores más importantes que se deben tener en cuenta es la temperatura. La hipotermia puede originar complicaciones graves en el animal, como arritmias cardiacas, alteraciones en la coagulación y retraso en la recuperación posanestésica2. Además, las bajas temperaturas durante la recuperación anestésica conllevan que el paciente pueda empezar a temblar, lo que aumenta al menos tres veces la demanda de oxígeno al organismo y esto puede desencadenar un descenso de oxígeno en los tejidos2, así que se le proporcionarán fuentes de calor como esterillas eléctricas, calefacción, etc. Por último, y no menos importante, se le administrará la analgesia necesaria, siempre siguiendo las pautas del veterinario, hasta que reciba el alta para que tenga una mejor recuperación. Durante el posoperatorio es fundamental mantener un ambiente tranquilo, limpio y realizar un manejo respetuoso y cariñoso del paciente2 . Para finalizar, cuando las condiciones lo permitan se le dará el alta al paciente y se le explicará muy detalladamente al propietario la medicación, curas y el reposo que tendrá que hacer durante un tiempo.
Conclusión
Lo más importante a destacar para un buen manejo del equipo de traumatología durante una intervención son los conocimientos del ATV sobre: una buena limpieza y asepsia del área quirúrgica, la correcta preparación y esterilización del material necesario, una adecuada preparación del paciente con un buen rasurado y limpieza de la zona a intervenir y el soporte en la anestesia durante la cirugía. Por eso es fundamental una buena formación por parte del ATV para llevar a cabo todo este proceso de una forma organizada y profesional para, entre todos, asegurar el éxito de la cirugía.
Bibliografía
1. Rodriguez, J, Llinás, J, Bussadori, R, Guillén, S. (2016) Cirugía en la clínica de pequeños animales, Grupo Asís Biomedia SL Zaragoza, España. 2. Sánchez, I. (2019) Manual clínico de monitorización anestésica en pequeños animales, Grupo Asís Biomedia SL Zaragoza, España.