Revista SINN - REVISTA DE PSICOANÁLISIS

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Comisión Editorial: Asbel Hernández Helí Morales Marcela Martinelli

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Editores: Asbel Hernández y Helí Morales

Colaborador en la sección A la letra devenir: Yakin Pineda

Diseño y Formación: Jorge Andere jorge.andere@hotmail.com

Escuela de la letra Psicoanalítica www.eslep.com México Primera Edición, 2019 Registro en trámite

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Ă­ndice 03 03 04 03 05 03 10 14 03 20 03 03 25 34 03 37 03 41 03 44 03 51 03 53 56 59 63 67 69


editorial

psicoanalistas y toman la tinta para decir su pensamiento y compartir sus investigaciones. Hay también una comarca, Memoria de Escuela, configurada por documentos que tejen la historia que hace al devenir, esta vez, de la escuela; de nuestra apuesta dentro del campo del psicoanálisis.

En los suelos de la cubierta, en las paredes del barco, en el mar, con el recorrido del sol en el cielo y el del barco, se dibuja y se diluye con la misma lentitud, una escritura ilegible y desgarradora de sombras, de aristas, de trazos de luz rasgada, remendada en los ángulos, triángulos de una geometría fugitiva que se desmorona al capricho de la sombra de las olas del mar. Para después, otra vez, incansablemente, volver a existir.

Cada texto hace punto y lazo entre los otros. Hay líneas que se entrelazan para hacer visible la cartografía de esta presencia escritural. Este mapa textual es el cuerpo de la heterotopología que lo encarna. Hay texturas simbólicas que se conjugan. Sí, pero si algo hace de fuerza centrípeta a los componentes de este archipiélago de escritos, es la letra, la Instancia de la letra; la función de la letra.

Marguerite Duras La letra, cuyo origen es de orden simbólico, no se aposenta solo en ese registro. Hay algo de lo real que bordea. La letra hace borde. Borde a lo real. Si bordea lo real, atañe también al goce. La escritura es el borde de lo real. Allí, la letra hace litoral entre el saber y el goce. También, entre el registro de lo simbólico y el El devenir no es programático. Está hecho de impa- real. Lo que soporta ésta revista es lo escrito. ses, callejones virtuales, y saltos hacia delante y atrás. Lo sabemos pero lo olvidamos. Así nos ocurrió. Esto Lo escrito se abre a la mirada del lector. Quien lee que presentamos tal vez debió salir desde hace algún inventa lo que en otro lado se escribe para figurarlo tiempo. Pero los embrollos del plazo y sus trazos nos de sentido o de enigmas. El sentido en esta revista, se enredaron con sus hilos incalculables. Y, sin embargo, escurre en una grieta que hace a la fuga. Letra a letra aquí están los textos de esta nueva entrega. Sí, este el sentido se fuga del tonel de lo dicho. A cada quien es su único tiempo de existencia. de darle o no sentido a lo escrito porque en sí mismo nadie puede asegurar que lo tenga. Pero no cedemos Este número está infiltrado de heteretopología. Es un ante esa dificultad pues lo que aquí se presenta no espacio movible. Se sumerge en el tiempo, se escabu- está hecho para divertir o entretener. En todo caso, lle en el espacio. Su consistencia es heterónima. No se para interpelar, para convocar; para ser leído. esclava en la literatura, no desobedece la voz del arte, menos aún desiste de la inscripción psicoanalítica; es Para terminar una resonancia de la palabra de Michel la polifonía de todos esos territorios en un solo país. Es Foucault que señala algo de la estirpe de este númeuna circunscripción polifacética que hospeda las dife- ro, de este navío de textos; de letras: rencias. Topos de lo diferente; un adentro y una afuera en relación textual de los textos aquí convidados. “…las heterotopías tienen siempre un sistema de apertura y cierre que las aísla del espacio que las En este espacio disímil, se hospedan escritos sobre rodea […] El barco es un pedazo de espacio flotanterrores infantiles, la violencia que nos habita expe- te, un lugar sin lugar, cerrado sobre sí, libre en cierto liendo, terremotos que quebrantan la ciudad que sentido, pero abandonado al infinito del mar […] el también somos, aluviones de letras que convocan a la navío es la heterotopía por excelencia.” literatura desgarrada, dibujos de infantes desterrados en busca de un nombre propio, gritos de niñas desen- Esta revista no es una botella con una carta tirada al cajadas, espejos estrellados, la escritura en su volcá- mar. Es un barco abierto al tiempo marítimo buscannica del lenguaje y escrituras de grafos que adelantan do gestar heterotopías literales. bandas de una sola cara. También haciendo espacio a otros espacios, hay escritos sobre asesinos, obsesiones sin nombre pero con deseo, transmisión de saber como retórica sin rostro y palimpsesto de olvido ebrio. Asimismo, se encontrarán trazos de la memoria de la Escuela de la Letra Analítica en su surcar por los mares del tiempo y las tierras de Oaxaca.

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tra vez la letra; una vez más el espacio. Una revista resurge de su propio silencio para enunciar sus decires. Del silencio a la letra. He aquí lo que acontece en este número.

Hay en lo presentado una nueva configuración del espacio textual. Existe ahora, una arquitextura diferente. En esta ocasión, tres continentes escriturales convergen para hacer el cuerpo de esta revista. El primer territorio, Textos andantes, imanta los textos surgidos de los y las colegas de la ESLEP. También de dos invitadas de otras laderas. Hay otro espacio, A la letra devenir, que se configura con los escritos venidos de aquellos y aquellas que han apostado por devenir

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Helí Morales


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Is ela S ego v ia

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[…] no cabe duda de que los seres sensibles siempre estarán entre nosotros, y a veces una curiosa estela de inquietud puede invadir el recóndito rincón de la mente más firme, de modo tal que ningún racionalismo o análisis freudiano puede borrar por completo el estremecimiento causado por un susurro en el rincón de la chimenea o la soledad en un bosque sombrío. H. P. Lovecraft.

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n la mitología griega, Fobos (en griego antiguo, pánico) era la personificación del temor y el horror. Era el hijo de Ares, dios de la sangre y la guerra y de Afrodita, diosa del amor. Junto a su hermano gemelo, Deimos, y las diosas Enio y Eris, acompañaban al dios de la guerra en cada batalla. La figura de Fobos aparecía antes de la pelea, en referencia al miedo y pánico de los combatientes para luchar; los contendientes, aterrados, huían de la lucha o fingían su muerte para luego escapar. Deimos hacia su aparición después de su hermano, presentándose en los luchadores que por miedo quedaban paralizados ante el terror al dolor o la muerte.¹ Fobos, la figura mitológica, ha tenido relevancia en relación al estudio de las fobias.

rial clínico del pequeño Hans, publicado en 1909. Ahí introduce una nueva entidad: la histeria de angustia. Las fobias serían consideradas como síndromes que pueden corresponder a diversas neurosis. La histeria de angustia sería un tipo particular de fobia, con mecanismo semejante al de la histeria. Junto con El hombre de los lobos (1918), la presentación de estos casos reúne las elaboraciones más completas sobre el término y en ambos, las fobias correspondían a la infancia.³

Posteriormente, en 1915, en La represión y en Lo inconsciente, Freud examina, desde la metapsicología, el mecanismo que genera las fobias tanto en la histeria como en la neurosis obsesiva. Y más adelanEl término fobia apareció tempranamente en el te, en Inhibición, síntoma y angustia (1926), hace una interés y en el campo del psicoanálisis, como un reelaboración de las fobias de Hans y de El hombre de tema propio. En 1895, Freud aseguraba que el afec- los lobos. to predominante era la ansiedad y el temor. En ese momento, hablaba de dos grupos de fobias, de acuer- Si bien comparten mecanismo psíquico, la fobia se do al objeto que producía el miedo: llamaba fobias diferencia de la histeria en un punto decisivo: “la libicomunes al miedo exagerado a las cosas que todo el do desprendida del material patógeno en virtud de mundo teme un poco, como la noche, la soledad, la la represión no es convertida, no es aplicada, saliendo muerte, las enfermedades, los peligros en general, las de lo anímico, en una inervación corporal, sino que se serpientes, etc.; y fobias ocasionales, al miedo a condi- libera como angustia.”4 Freud señala que las histerias ciones especiales, por ejemplo, la agorafobia y otras de angustia son las más comunes entre las psiconeufobias de la locomoción.² rosis, “pero sobre todo lo son las que aparecen más temprano en la vida: son, directamente, las neurosis Diferenciaba completamente el mecanismo de las de la época infantil.”5 fobias del de las obsesiones y aseguraba que podía establecerse una neurosis especial, la neurosis ansio- El punto central es la angustia, la esencia de la fobia, sa (o neurosis de angustia), cuyo síntoma principal es y alrededor de la cual habrá un cambio en la perspecla ansiedad. Las fobias, por tanto, forman parte de la tiva freudiana: no procede de la represión, “de las neurosis ansiosa, y casi siempre van acompañadas investiduras libidinosas de las mociones reprimidas, por otros síntomas de la misma serie. sino de lo represor mismo; la angustia de la zoofobia [Hans] es la angustia de castración inmutada […] una Señalaba que, de manera frecuente, una fobia y una angustia realista, angustia frente a un peligro que obsesión pueden combinarse. Puede ocurrir que al amenaza efectivamente o es considerado real. Aquí inicio hubiera una fobia, desarrollada como síntoma la angustia crea a la represión y no […] la represión a de la neurosis ansiosa. La idea que compone la fobia, la angustia.”6 Surge entonces como resultado de una asociada al miedo, puede reemplazarse por otra representación angustiante, unida a la sexualidad, y idea o, más bien, por el procedimiento protector que produce una huida que guía a la investidura hacia una representación sustitutiva que desempeña el papel parecía aliviar el miedo. simultáneo de señal de angustia. Freud no se ocupa mucho del tema durante varios años, hasta que vuelve a estudiarlo en uno de sus La resolución de la fobia de Hans, a partir de la intertrabajos más conocidos y famosos como es el histo- vención de Freud del esclarecimiento del complejo

1)[https://es.wikipedia.org/wiki/Fobos_(mitolog%C3%ADa)]. Diccionario Etimológico de la Mitología Griega [www.demgol.units. it. http://demgol.units.it/pdf/demgol_es.pdf]. 2) Freud, Sigmund. “Obsesiones y fobias. Su mecanismo psíquico y su etiología.” ( 1895 [1894]).”. Obras Completas, Bs. As., Amorrortu, 1976, Tomo III. 3) Ibíd. 4) Freud, Sigmund. “Análisis de la fobia de un niño de cinco años” (1909). Obras Completas, Bs. As., Amorrortu, 1976, Tomo III, pág. 94. 5) Ibid., pág. 95. 6) Freud, Sigmund. “Inhibición, síntoma y angustia” (1926). Obras Completas, Bs. As., Amorrortu, 1976, Tomo XX, pág. 104.

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de Edipo, posibilitó su entrada en un orden que rige no sólo su sexualidad, sino también la transmisión y la filiación. Lacan analiza el caso en su seminario sobre La relación de objeto (1956-1957). Traslada el acento del objeto fóbico al significante fóbico. Éste es una metáfora del padre que permite a Hans simbolizar lo real del goce fálico. El objeto fóbico es ubicado por Lacan como aquello que espacialmente sirve para encubrir la angustia fundamental del sujeto. Es a partir de su elaboración del objeto a, y en particular de la cuestión de la mirada, que puede articularse la relación entre objeto y significante fóbico. Lacan señala que el mundo de Hans se desmorona ante la llegada de su hermana; es desplazado de su lugar de falo de la madre. Ante los caballos Hans no experimenta angustia sino miedo, pues teme que ocurra algo real, como es ser mordido: “Los caballos surgen de la angustia, pero lo que traen es el miedo. El miedo se refiere siempre a algo articulable, nombrable, real […].”7 La fobia tendría un sentido, más que una función, el cual sería introducir en el mundo del niño una estructura, situar en “primer plano la función de un interior y un exterior. Hasta ese momento, el niño estaba […] en el interior de su madre, acaba de ser rechazado, o se lo imagina, está angustiado, y entonces, con ayuda de la fobia, instaura un nuevo orden del interior y del exterior, una serie de umbrales que se ponen a estructurar el mundo.”8 La fobia, en tanto significante, es metáfora de un padre que no es temido por Hans, y es a ese lugar donde él lo convoca. Es metonimia, se desplaza y es, además del padre, el caballo, la madre, el falo… En la infancia tendría una articulación con la sexualidad, con la castración, con la posibilidad de enfrentar la angustia de la existencia, del lugar que el niño tiene en el deseo del Otro. El miedo “pone nombre” a la angustia a través de un objeto al que se puede temer. Si es la angustia la que antecede a la represión, estamos, por supuesto, en el terreno de lo inconsciente. En muchas ocasiones, las fobias infantiles tienen una remisión; en el mejor de los casos, una resolución. Los miedos infantiles, la angustia que subyace a ellos, forman parte de lo reprimido y retornarán como formaciones de lo inconsciente. Material inconsciente que puede formar parte de mitos y leyendas, que puede traducirse en escritura, como en los cuentos infantiles. Los cuentos infantiles, escritos por adultos para niños, comparten algunos temas que reflejan esos miedos de la infancia: el abandono; la muerte del padre o la madre y alguien que lo sustituye; ser devorado; la oscuridad y sus peligros; convertirse en otra cosa; la transgresión de la ley y sus consecuencias; perderse y no poder regresar a casa; la pérdida del amor de los padres… Muchas de esas historias, antes de ser publicadas en forma de cuento, formaron 7) Lacan, Jacques. El Seminario 4. La relación de objeto (1956-1957). Bs. As., Paidós, 1994, pág. 247. 8) Ibíd., pág. 247.

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parte de un “imaginario colectivo” y fueron transmitidas por vía oral. Tal es el caso de los famosos Cuentos para la infancia y el hogar (Kinder- und Hausmärchen), de los hermanos Grimm. Contar cuentos a los niños tuvo durante mucho tiempo (siglo XIX) un sentido lúdico y de transmisión de una determinada visión del mundo. Con la creación de la industria cinematográfica (siglo XX), algunas de esas historias fueron transformadas en películas: se creó un producto para un grupo social infantil y la posibilidad de tener un impacto masivo, poder que se multiplicó con las reproductoras de video. En el presente siglo, el mundo se ha transformado con la Internet y con las redes sociales, de tal suerte que tenemos acceso a grandes cantidades de información (textos, imágenes, videos) y podemos estar conectados simultáneamente con un gran número de personas. Nuevos medios, nuevos productos, nuevas prácticas, pero donde se movilizan antiguos miedos, ansiedades y angustias…

palabra alemana unmheimlich, es opuesta a heimlich, que quiere decir íntimo, a heimisch (doméstico) y a vertraut (familiar). Es algo terrorífico precisamente porque no es consabido ni familiar, aunque no todo lo nuevo y no familiar es terrorífico. “Puede decirse que lo novedoso se vuelve fácilmente terrorífico y ominoso; algo de lo novedoso es ominoso, pero no todo. A lo nuevo y no familiar tiene que agregarse algo que lo vuelva ominoso.”11 Sería referido siempre a algo dentro de lo cual el sujeto no puede orientarse.

En el surgimiento del sentimiento ominoso se precisa de algunos factores decisivos. Los ejemplos expuestos por Freud son en su mayoría extraídos del campo de la ficción literaria, por lo cual habría que hacer una distinción entre lo ominoso que es vivenciado y lo que es representado o leído. En el primer caso, lo vivenciado se puede reconducir a lo reprimido familiar de antiguo; es decir, proviene de complejos infantiles que no toman en cuenta la “realidad material”, y que es sustituida por la “realidad psíquica”, que no resisten el “examen de realidad”; es un contenido La literatura y el cine han tenido en el miedo y la objeto de la represión y un “retorno de lo reprimido”. forma de producirlo un gran recurso. Asimismo, numerosos lectores y audiencias. El terror es consi- Lo ominoso de la fantasía, la ficción o de la creación derado un género, cuya definición es el efecto que literaria tendría que considerarse por separado. Es causa. Para H. P. Lovecraft: “El miedo es una de las mucho más rico que el caso anterior. La oposición emociones más antiguas y poderosas de la humani- entre reprimido y superado no puede establecerse dad, y el miedo más antiguo y poderoso es el temor en la creación literaria sin modificarla profundamena lo desconocido.”9 Señala que, al ser una forma lite- te, pues el campo de lo fantástico tiene por condición raria tan íntimamente relacionada a las emociones para ser válido que su contenido se sustraiga del primitivas, el evento de terror es tan antiguo como el examen de realidad. “El resultado, que suena parapensamiento y el habla humanos. Los mitos y leyen- dójico, es que muchas cosas que si ocurrieran en la vida das que tratan temas de horror son los antecedentes serían ominosas no lo son en la creación literaria, y en más antiguos de lo que se convertiría en un género, a esta existen muchas posibilidades de alcanzar efectos fines del siglo XVIII con la novela gótica, algunas de ominosos que están ausentes en la vida real.”12 cuyas convenciones fueron utilizadas en los siglos XIX y XX. Representantes respectivos de esas épocas El creador literario se toma muchas libertades para son Edgar Alan Poe y Stephen King. El género de crear un universo figurativo, que a su vez coincida horror ha sido retomado también por la televisión. con una realidad que nos es familiar o que se distancie de alguna manera. El lector lo sigue. Los cuentos El cine de terror busca provocar en el especta- tradicionales utilizan el pensamiento animista; por dor sensaciones de pavor, terror, miedo, disgusto, ello es factible el cumplimiento de deseo, las fuerzas repugnancia, horror, incomodidad o preocupación. secretas, la omnipotencia del pensamiento, la animaFrecuentemente, sus argumentos desarrollan una ción de lo inanimado, que no tienen ahí un efecto súbita intrusión en un ámbito de “normalidad”, de ominoso. alguna fuerza, evento o personaje de naturaleza maligna, a menudo de origen criminal o sobrenatural. En su seminario La angustia (1962-1963), Lacan retoEl cine de terror nació junto con el inicio del cine y se mará la cuestión de lo ominoso, y de acuerdo con ha convertido en una industria que genera enormes Freud, le otorgará un lugar especial para el abordaje ganancias. de la angustia. Con la conceptualización del objeto a, no intenta comprender la angustia, sino reconocerFreud dedica uno de sus escritos más interesantes al la en su posición estructural y en sus componentes estudio de lo ominoso, publicado en 1919, partiendo significantes, y desde ahí lee a Freud: “la angustia es del análisis del relato de E. T. A. Hoffman, El hombre un afecto cuya posición es de ser una señal, no es la de arena. Define el término como “aquella variedad manifestación de un peligro interno o externo, es el de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de afecto que captura un sujeto en una vacilación cuanantiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo.”10 La do se ve confrontado con el deseo del Otro”13. 9) Lovecraft, H. P. El horror sobrenatural en la literatura. Editado por www.elaleph.com, 1999. [http://190.186.233.212/filebiblioteca/Material%20de%20Interes%20para%20Escritores/Howard%20P.%20Lovecraft%20-%20El%20Horror%20Sobrenatural%20en%20la%20Literatura.pdf], pág. 5. 10) Freud, Sigmund. “Lo ominoso” (1919). Obras Completas, Bs. As., Amorrortu, 1976, Tomo XX, pág. 220. 11) Ibíd., pág. 220. 12) Ibíd., pág. 248. (Cursivas en el original). 13) Lacan, Jacques. El Seminario 10. La angustia (1962-1963). Bs. As., Paidós, 2006 (1ª reimp.).

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Lacan marca claramente la diferencia entre angustia y miedo: no se la puede reducir al segundo. En el miedo, se está expuesto a lo que irrumpe bruscamente, algo inesperado que invade, algo que sorprende: la posibilidad de la falta de sentido. “La aparición de lo inesperado rompe el espectáculo de percepción regido por el principio de placer: la escena se ve trastocada, cambia de tono. El objeto mirada está presente en el instante donde surge el miedo que desencadena el pánico, en ese instante falta la explicación lógica que no llega a recubrir el acontecimiento ni a ocultar el objeto. Donde desfallece el significante, aparece el objeto mirada.”14

su época, su modo de captar y quedar captado por aquello contemporáneo que lo habita.”17 Estas expresiones proporcionan un “objeto del mundo” al cual temer, una representación para la angustia que es estructural. De pronto el sujeto se ve arrastrado, atraído de manera irrefrenable a la experiencia de terror; hay ahí incluso una disolución subjetiva, un sometimiento a una figura “real” o fantaseada, donde el sujeto en lugar de huir, queda atrapado en algo que supone un estrago, su falta. Relevante es que, de acuerdo a su origen mitológico, el término fobia, el miedo, surja de la unión entre la guerra y el amor. En ambos casos, el sujeto se enfrenta a una experiencia que atrae pero que también puede suponer una amenaza y un peligro. En ambos, el sujeto se encuentra expuesto y vulnerable.

Hace algún tiempo un analizante, un chico de 17 años, llegó a sesión diciendo que se había dormido de madrugada porque había estado viendo creepypastas. Explicaba en qué consistía: tenía que mirarlas durante un determinado tiempo a una determinada hora y entonces empezaría a escuchar ciertos ruidos, a ver La literatura, el cine, la obra creativa, cuyo tema y sentir como si “alguien” estuviera a su lado. La idea fundamental es el terror, podrían ser los “sublimaera sentir miedo… y aguantar lo más posible. dos” de esos miedos de la infancia. Miedos que no se agotan y que permanecen en lo inconsciente, la huella Las creepypastas son historias cortas de horror de lo infantil en el sujeto. El niño tiene que lidiar con recogidas y compartidas a través de Internet con la una serie de experiencias frente a las cuales no tiene intención de asustar o inquietar al lector. El nombre palabras para nombrar, con la angustia que implica se deriva del término “copypaste”, que se refiere al el no saber cómo situarse en el entramado del deseo texto que ha sido copiado y pegado por los usuarios del Otro. Las fobias infantiles, como los síntomas, en “chats” o “blogs” en múltiples ocasiones. Son simi- convocan a su reconocimiento. lares a las “leyendas urbanas”15, aunque no siempre tienen forma de texto escrito o narración; algunas son imágenes, videos o videojuegos, supuestamente “encantados”. Ejemplos de ellas son el videojuego llamado “Ben Drowned” o un personaje “sobrenatural” llamado “Slender Man”.16 Lo interesante es que son creadas por los usuarios de páginas cuyo tema y contenidos giran alrededor del terror y son objetos de consumo no tan solo de adolescentes, sino también de niños y adultos. ¿Qué es lo que atrae de la literatura, del cine y de estos sitios de internet que tienen en el miedo su principal señuelo? La angustia no tiene forma; se materializa muchas veces a través del miedo, el pánico y el vértigo. Estas manifestaciones son como los modos de defensa frente a ella; son estas las que crean formas: “o cuerpos o topografías o localizaciones o agujeros que el psicoanálisis y los discursos sociales encuentran en su práctica. El miedo, el pánico y el vértigo son también modos de aprehensión del mundo; constituyen en el hombre los objetos de su interés […] son también coordenadas que ubican al sujeto en

Isela Segovia

14) Martin, Julia y Soengas, Estela Elvira (2013). La angustia y el miedo en la dimensión de la ficción. V Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XX Jornadas de Investigación Noveno Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. [http://www.aacademica.org/000054/766]. 15) “La leyenda urbana (del inglés urban legend) es un relato perteneciente al folclore contemporáneo; se trata de un tipo de leyenda o creencia popular, a veces emparentable con un tipo de superstición, que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, es presentado como hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunas parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una «moraleja».” [https://es.wikipedia.org/wiki/ Leyenda_urbana]. 16) [https://es.wikipedia.org/wiki/Creepypasta]. 17) Alejandra Glaze. “El miedo, el pánico, el vértigo”. Página/12, Domingo 29 de enero de 2006. [http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-62138-2006-01-29.html].

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La violencia nuestra de cada dĂ­a Victo ria L ea l 10


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cudiendo a la etimología de la palabra violencia encontré justamente que de ser originalmente un adjetivo se verbalizó y luego se hizo sustantivo. Así, el concepto violencia es complejo y admite diversas matizaciones y graduaciones, dependiendo de la realidad a la que se refiera y de la subjetividad que la nombre. Permítanme citar lo hallado en los diccionarios: del latín violentia, cualidad de violentus. Que viene de vis significando fuerza y olentus abundancia. Es decir: fuerza abundante, de ahí: el que actúa con mucha fuerza. Verbalizándose en violare esto es, actuar violento y de ahí violar, violación. Por tanto, notemos que en lugar de que provenga del verbo, proviene del adjetivo. Conviene destacar que vis, el vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras (como adjetivo, verbo y sustantivo) proviene de la raíz prehistórica indoeuropea wei lo que es igual a fuerza vital. Vis dio lugar al adjetivo violentus… (que aplicado a cosas se puede traducir como: violento, impetuoso, furioso, incontenible y, cuando se refiere a personas: como fuerte, violento, irascible.) Y de violentus se derivaron violare y violentia.

Se requiere fuerza abundante para no ceder ante nuestro deseo, así como de una cierta intensidad (esa tensión hacia dentro) para perseverar sin extraviarnos en nuestra ética, la del deseo del analista. Se trata del ejercicio de una violencia sin el recurso de la agresividad, ni del de la transgresión de la ley, muy al contrario. Y digo que hace falta violencia en nosotros. Pues creo que es el acto sostenido en esa fuerza intensa con la que convocamos desde nuestro lugar de analistas al “uso del síntoma” en el deseo ante el goce. Como dice Gabriel Lombardi, en un libro que se llama justo, Los usos del síntoma: “… lo que realmente se opone al goce –y es el beneficio del análisis- es la satisfacción (un hacer suficiente), esa con la que el deseo dice ¡Basta! Un ¡basta! impetuoso ante lo que puede resultar un estrago, ante la inercia en un goce indeseable, sea del uno o del Otro. Un ¡Basta! Con mayúscula –agrego yo- que no puede carecer de violencia, aunque y como cita Lombardi: (Befriedigung, decía Freud, pacificación más que enfriamiento)”. Me pregunto al pensar así de nuestra violencia: ¿Para la creación (ex–nihilo) en cualquier campo de la cultura, no se necesita esa fuerza y hasta esa violencia que transgrede en su uso sustantivado? ¿No se necesita violar lo establecido, lo acostumbrado? Recuerdo cómo alguien contaba que Octavio Paz desesperado llegó a escribir dirigiéndose a las palabras: ¡griten, chillen putas!

Violare en el sentido de agredir con violencia, maltratar, arruinar, dañar. Violentia que significó: impetuosidad, ardor, rigor, así como ferocidad, rudeza y saña. El sentido que quiero explorar del adjetivo violencia, es esa raíz prehistórica cifrada en wei o fuerza vital, cuya intensidad puede graduarse y manifestarse de múltiples modos, dentro de situaciones particulares, entre ellas una muy nuestra, la del trabajo psicoanalítico entre analista y analizante. ¿Para delimitar y conducir por cauces determinados un modo de estar entre y con los otros y hasta La intensidad, esa intensidad es el nivel de fuerza en la amistad, no se requiere de un esfuerzo y de una con que se expresa una magnitud, una propiedad, un tensión interior para lograrlo? Para lograr ser fieles a fenómeno… siendo también un adjetivo. La palabra nuestro verdadero lugar en el mundo. intensidad por su parte está formada con raíces latinas y significa: cualidad de tendido hacia dentro, que ¿Para imaginar, inventar, realizar un proyecto: no se afecta fuertemente los sentidos. Sus componentes necesita de esa violencia como adjetivo que le da al léxicos son: el prefijo in (hacia dentro), tensus (exten- trabajo su fuerza y su intensidad sosteniéndolo? dido), y el sufijo –dad (cualidad). ¿Qué cosa amada, en nuestras vidas, no ha sido consPor tanto, el nombre de mi trabajo especulativo truida con toda nuestra violencia e intensidad? ¿De podría ser también, La intensidad nuestra de cada día. dónde surge o ha surgido lo que hemos edificado si Pues no quiero referirme al sustantivo ni al verbo: no de esa violencia? Vida, decía Bichat: fuerza que violencia/violentar, así como de manera peyorativa resiste a la muerte. y desastrosa, se entienden comúnmente, en nuestra cotidianidad lastimada, herida, muerta. Nietzsche en la Gaya ciencia, no sólo encomia la alegría en el conocer, sino la necesaria fuerza para Quiero más bien tratar de mostrar otra cara, otro detestar, rechazar lo que obstaculiza… Algo imporrostro de la violencia junto a ese que como verbo viola tante encuentro, a través de Foucault en la primera la ley, violentando la estructura de una normatividad. Conferencia de su texto “La verdad y las formas juríLo cual implica violentar aplicando medios agresivos dicas”, sobre el modelo del conocimiento nacido de para vencer la resistencia de un prójimo en una situa- Nietzsche. Veo ahí cómo la violencia en ese conocer ción dada —en su mayoría— de abuso de poder. está siempre presente. Esa otra cara tiene que ver con la fuerza para sostenerse en medio de tanto peligro y amenaza transgresiva, tiene que ver con esa intensidad con la que hemos de vivir para conseguir y perseverar en la construcción de nuestros fines, aquellos que atienden a nuestro oficio de todos los días, el oficio de psicoanalista.

En primer lugar, Foucault lee que el conocimiento así como la poesía, son una invención, no hay origen para ellos y no son connaturales al hombre. Cito: “Para Nietzsche la invención es, por una parte, una ruptura y por otra algo que posee un comienzo pequeño, bajo, mezquino, inconfesable.” “Fue debi-

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do a oscuras relaciones de poder que se inventó la poesía. Igualmente, fue debido a oscuras relaciones de poder que se inventó la religión.” Y sigue Foucault: “Dice Nietzsche que el conocimiento está de hecho relacionado con los instintos, pero no puede estar presente en ellos ni ser siquiera un instinto entre otros; el conocimiento es simplemente el resultado del juego, el enfrentamiento, la confluencia, la lucha y el compromiso entre los instintos. Es precisamente debido a que los instintos chocan entre sí, se baten y llegan finalmente al término de sus batallas, que hay un compromiso y algo se produce. Este algo es el conocimiento.” Análogamente, ¿no es en el debate entre nuestras ocurrencias, nuestros decires en el diván que brota ese saber nuestro no sabido? Foucault nos cuenta: que hay en la Gaya ciencia, en el parágrafo 333 titulado Qué significa conocer, lo que Nietzsche opone a Spinoza cuando éste afirma que, si queremos comprender las cosas en su verdad, es necesario que nos abstengamos de reír de ellas, de deplorarlas o de detestarlas y que sólo cuando esas pasiones se apaciguan podremos finalmente comprender. Nietzsche dice que no sólo esto no es verdad, sino que sucede exactamente lo contrario: Intelligere, comprender, no es más que un cierto juego, o mejor, el resultado de cierto juego, composición o compensación entre ridere, reír; lugere, deplorar; y detestari, detestar (odiar).

La intensidad nuestra de cada día ”

Siguiendo pues a Nietzsche, “la razón por la que estos tres impulsos —reír-deplorar-detestar— llegan a producir el conocimiento no es que se apacigüen como en Spinoza, o se reconcilien o lleguen a una unidad, sino que luchan entre sí, se confrontan, se combaten, intentan perjudicarse unos a otros. Es porque están en situación de guerra, que llegan a una especie de estado, de corte en que finalmente el conocimiento aparecerá como “la centella que brota del choque entre dos espadas”. “Pero que no es del mismo hierro del que están hechas las espadas”. Foucault concluye, “Por lo tanto, no hay en el conocimiento una adecuación al objeto, una relación de asimilación, sino que hay, por el contrario, una relación de distancia y dominación; en el conocimiento no hay nada que se parezca a la felicidad o al amor, hay más bien odio y hostilidad: no hay unificación sino sistema precario de poder.” “Nietzsche coloca en el núcleo, en la raíz del conocimiento, algo así como el odio, la lucha, la relación de poder.” Una cosa más: “en La Voluntad de poder –nos dice Foucault- Nietzsche afirma que no hay ser en sí y tampoco conocimiento en sí.” Que más bien el conocimiento tiene un carácter perspectivo, (de perspectiva), señalando el hecho de que solo hay conocimiento bajo la forma de ciertos actos que son diferentes entre sí y múltiples… actos por los cuales el ser humano se apodera violentamente de ciertas cosas, reacciona a ciertas situaciones, les impone relaciones de fuerza.” Por otra parte y tratándose de nuestro destino singular, evoco a Rodrigo Garnica, en una hermosa frase tomada de Albert Camus: “No hay destino que no se venza con desprecio”, y agrega riéndose: se vale plagiar, con la condición de que sea algo valioso. Pues qué otra cosa hacemos cuando leemos a los grandes, a nuestros maestros del lenguaje. ¿Y no es esto –observo yo- una especie de violencia? Una violencia que nos altera, nos cambia, modifica, trastoca. ¿Pues qué es plagiar, si no, tomar como propio lo que surgió de otro y que sentimos a la vez que es algo nuestro, pues nos habla, nos toca íntimamente? ¿Toda subversión no implica acaso la necesaria violencia de la que hablo? ¿Producir y construir, no implica también destruir, transformar? ¿Y en ello no hay violencia: fuerza, intensidad? ¿De qué otro modo si no con fuerza e intensidad podríamos abstenernos como sujetos en el acto analítico? Así como también graduando esa fuerza al ejercer la acción analítica. ¿Ante la inercia y la repetición reiteradas del modo de gozar en cada historia escuchada, acaso nuestra paciencia no implica una fuerza y una intensidad calladas? ¿Al tiempo que ante cada oportunidad intervenimos manifestando esas potencias…? La vida, nuestras vidas serían nada sin esta violencia que también deshace y aniquila necesariamente. Lo sabemos por ejemplo cuando llega el momento de una elección.

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Antígona, como la describe Helí Morales en el libro “El psicoanálisis ante la violencia”, editado en 2005, ejerce violencia con su acto, es decir, como sujeto nos deja ver el reverso de lo absoluto, resistiendo al poder absoluto de Creonte. Ante el poder que quiere ser absoluto, Antígona responde con una cierta autonomía del sujeto que es, sin negar su sujetación al lenguaje, a la historia ni a sus lazos sociales: ella ejerce esa función de resistencia.

ciente, mejor aún: es la represión del primer significante. Desde el momento en que hay habla, entonces y no antes, hay represión. Así Lacan no ve la represión original como un acto psíquico específico, localizable en el tiempo, sino como un rasgo estructural del lenguaje… a saber, su necesaria incompletud, la imposibilidad de decir: la verdad sobre la verdad.” Por ello, es necesario en y con cada analizante, reeditar el texto de su leyenda, de su mito individual, convirtiéndolo en la celebratoria metáfora de sus Lo que nos muestra que el poder no se ejerce sin una grandes e incomparables comienzos. Y no se haceresistencia radical: ¿cuál? la del sujeto, desde ese también-sin-dolor-sin violencia graduada. ¿Y acaso núcleo en su ser único e incomparable e indomeñable no es porque hay dolor - que hubo violencia? que ningún poder puede doblegar o someter (véase la p. 130). Dicho de paso, y no sin menor importan- Y es que hay violencia simbólica, violencia imaginaria cia: ¿no es esa resistencia de la que habla Lacan en la y violencia en lo real, en todos estos registros, sobre Dirección de la cura y los principios de su poder, cuando todos ellos, avanza un análisis, necesariamente. dice que la única resistencia es la del analista, puesto Deconstruyéndola, no sin dolor. Deconstruir, térmique, en su intento de ejercer un poder, no encuentra no derridiano, ¿implica violencia? (No hay cambio sin como efecto más que esa resistencia del sujeto? dolor, se dice.) ¿Y no se ve aquí una dinámica de fuerzas que entendemos también como violencia? —La violencia nuestra de cada día también puede estar preñada no sólo del esfuerzo de abstenernos como sujetos en nuestra función de analistas, sino de sus fallas que en última instancia son las del ejercicio de un poder ciego que debemos analizar. Digo ciego porque podemos no verlo, no advertirlo habitando nuestros prejuicios, en ése nuestro afán de conducir no la cura sino al sujeto, lo cual es muy diferente.

Y así nada más para comenzar, buscando qué es deconstruir, vemos de golpe que el término deconstrucción es la traducción que propone Derrida del término alemán Destruktion, que Heidegger emplea en su libro Ser y tiempo.

Se entiende que la destrucción lleva a la nada (en metafísica). En cambio deconstrucción, se entiende como una estrategia con la que las diferentes significaciones de un texto pueden ser descubiertas, descomponiendo la estructura del lenguaje dentro De cualquier forma, sabemos que la resistencia del del cual está redactado. sujeto en análisis está ahí siempre latente, dispuesta a manifestarse en cuanto olfatea la posibilidad de una Por tanto, respondemos, sí, deconstruir implica imposición, ¿pero no es de por sí algo que se impone violencia. Esa violencia vital indispensable para llegar con la regla fundamental, la de la asociación libre, la a las verdades. No sé, decía una analizante, por qué de diga, diga todo lo que se le ocurra? ¿Aunque, no demonios insisto en venir si me duele, si experimento se va a un análisis concediendo que no se sabe y que coraje, rabia, llanto, dolor… habrá ahí en el analista un sujeto/supuesto/saber? Sí, y con todo ahí está velada o en espera esa resisten- Así, diría, analizarse implica una amorosa violencia. cia. Ante la cual, el analista, como bien lo he sabido, Es incluso como el erotismo que reúne gozo, placer y tendrá que hacer todo el esfuerzo por actuar con dolor, vida y muerte, suavidad e intensidad. cuidado, tacto y amorosidad. Faltaría asomarse a lo que es el dolor… Por lo pronto, Estas son las violencias a las que me refiero, que son acaso sea el sentimiento más profundo de la inevinuestras y que están ahí cada día. No se funda una table verdad: la de la violencia que nos funda como nación, sin violencia (afirma Derrida). No se hace uno sujetos de nuestras vidas. sujeto del lenguaje y de la palabra y de su deseo, sin castración. Leí recientemente una parcela del pensamiento de Jacques Derrida, dice: “Todos los Estados-nación nacen y se fundan en la violencia. Creo irrecusable esta verdad.” Y sigue, “Esta violencia fundadora no es sólo olvidada. La fundación se hace para ocultarla; tiende por esencia a organizar la amnesia, a veces bajo la celebración y la sublimación de los grandes comienzos.” Sin duda, me evoca la represión primordial. ¿Qué es ella? Acudo al diccionario para ser precisa: (ya sé, no es lo mejor, sin embargo…) brevemente dice: “es la alienación del deseo cuando la necesidad se articula en demanda. Es también la cadena significante incons-

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Victoria Leal


Hel í M o ra l es 14


1.- Los ruidos y la ética

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uando la práctica del psicoanálisis se enfrenta con lo real, no es posible, aunque eso se hace muy comúnmente, no escuchar sus estallidos, ni los ruidos por donde se anuncia en la historia. Situado a principios del siglo XX, Freud supo escuchar esos ruidos de lo real e intenta hacer, a partir de ello, algo que sería una aprensión imposible, un efecto de ello en su práctica y, en sus reflexiones teóricas, un cuestionamiento al campo de la verdad, sabiendo que lo real solo se enfrenta por los trazos y los estruendos que produce.

En México fue un temblor como acontecimiento de muerte y terror lo que convoca estas líneas. Pero no inauguramos nada nuevo. La posibilidad de pensar lo que lo real precipita para la práctica psicoanalítica, viene de Freud y sus discípulos quienes abren el camino cuando, en los tiempos de la primera guerra mundial, no solo hacían congresos, sino que implementaron dispensarios clínicos para realizar su práctica con soldados que regresaban del frente de batalla.

Es por ello, que habrá que retomar el decir casi profético que Lacan hiciera en Roma en 1973, a la ocasión del Séptimo Congreso de la Escuela Freudiana de París: “Lo picante de todo esto, es que en los próximos años el discurso del analista dependerá de lo Lacan ha escuchado y leído a Freud, pero fue su real, y no al contrario. El advenimiento de lo real no práctica y su época quienes le permitieron decir de depende del analista en absoluto. En analista tiene una manera tal vez más explícita, que el psicoaná- por misión de afrontarlo.”2 lisis, si no quiere ser un idealismo o una ontología del decir, debe, con todo el peso ético de esta pala- 2.- El tiempo de corte y la estructura. bra, situarse en relación con lo real, y que es ese real quien es la materia del psicoanálisis. De allí su dife- El término de “neurosis traumática” es una nominarencia con la lingüística, la antropología y la filosofía ción que crea mucha desconfianza. La cuestión del de su tiempo. trauma en la historia del psicoanálisis, por ejemplo, cuando Freud sostenía que la etiología de la histeria Aquello que Freud y Lacan han heredado al campo se basaba en un hecho traumático, ha sido muchas del saber es, justamente, un saber que se sustenta veces discutido y cuestionado. Es bien sabido que en sus consecuencias y donde la intervención es Freud mismo sitúa el “nacimiento” del psicoanálisis un acto ético. La ética del psicoanálisis, así como su justo en el momento en que pasa de una conceptualiclínica, atañen a lo real. Lacan lo dice claramente en zación del trauma a aquella del fantasma, encontran1964: “El análisis, más que ninguna otra praxis, está do que, más allá de a teoría de la seducción, habría orientado hacia lo que, en la experiencia es el hueso una vía de la sexualidad infantil anudada al complejo de lo real.”1 de Edipo y al de Castración. En México, lo real ha aparecido brutalmente, más Otro prejuicio psicoanalítico se basa en la verificaallá del Automaton. Ha surgido sacudiendo sin avisar ción, muchas veces inmediata, de que, detrás de un hecho traumático, está una estructura subyacente y y dejando solo huellas; solo marcas. que ese incidente solamente viene a instalarse como ¿Qué hacer o cómo hacer en relación a ese aconte- desencadenador, como detonador de algún síntoma cimiento? El psicoanálisis en condiciones de desas- que, no gesta a la estructura, pero la hace hablar. tre en lo real, un real que no se coloca del lado de la realidad sino de una irrupción que hace añicos los Así, el trauma aparece, por un lado, como un concepreferentes simbólicos, ¿puede forjar algo? ¿Puede to aparentemente caduco ligado a una teoría enerintervenir sin perder su especificidad en estas situa- gética e imaginaria y, por el otro, como un elemento fenomenológico que solo recubre una estructura que ciones límites? lo significa y lo enlaza. La posibilidad pasa por pensar estas preguntas y cuestionamientos, a partir de colocar a lo real en Pero no solamente Freud ha intentado, a lo largo de su relación con lo que precipita tanto al pensamiento obra, darle una categorización especial a las neurosis traumáticas, sino también Lacan, que enseña la seriecomo a la práctica psicoanalítica. dad de la palabra freudiana, piensa la dimensión del La praxis psicoanalítica, en el momento en que lo real trauma ligada a la repetición, lo real y a la escritura. ha detonado como temblor de tierra, dejando heridas en los cuerpos y las vidas, muestra que su ética se Neurosis traumática… ¿estructura o categorización? ¿Rostro fenomenológico disfrazado de histesustenta sobre un saber del acto analítico. ria dramática o fisura en la teoría por donde se cuela Este texto presenta una reflexión sobre los aportes la muerte? de Freud en torno a las neurosis llamadas traumáticas, así como un intento de leer a la luz de la enseñan- No se trata de buscar como lo haría un psiquiatra de principios de siglo pasado una nueva nosograza de Lacan las espinosas cuestiones de lo real.

i*El escrito que aquí se publica se presentó en el Segundo encuentro de Psicoanálisis en la Cultura que tuvo lugar en la Cuidad de Guanajuato en el 2017. 1) Jacques Lacan. Seminario XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964) Ed. Paidós, Bs As. 1999. p. 61. 2 Jacques Lacan. “La Troisième” (1974) en Lettres de la École Freudienne nº 16.

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fía. La cuestión de la estructura es compleja. No es un cuadro de elementos fenoménicos que permiten describir alguna afección psíquica. La estructura se constituye a partir de una lógica de la relación del sujeto con un objeto que le convoca en su ausencia y que imprime un agujero. Objeto al cual no verá nunca como mirada, no lo entenderá como voz y, principalmente, del que no se podrá hacer una idea. Además, si se hablase de estructura subjetiva, habría que vincular la castración, el falo y el goce, colocando su relación en la escritura del fantasma escuchando el rayo del lenguaje que hace ex-istir al sujeto fuera de la cadena discursiva, escindido por el efecto del significante y agujerado por ese objeto que es la causa del deseo.

zación sus elaboraciones sobre las neurosis traumáticas. En el Capítulo 2, sitúa “el centro de gravedad de su causa” en el factor sorpresa ligándolo directamente a la experiencia del terror. Si convoca al terror es para explicar el verdadero origen de los procesos de la economía psíquica, ya que cuando este se presenta toma al aparato psíquico sin las barreras energéticas necesarias. Para protegerse, el organismo utiliza un mecanismo anti estímulo que funciona como una membrana exterior que filtra las incursiones, salvaguardando de esta manera los estratos más profundos. Así, se llaman traumáticas: “…las excitaciones externas que poseen la fuerza suficiente para perforar la protección antiestímulo”4 y las neurosis producidas por ese proceso serían definidas como la vasta ruptura de esa protección.

La propuesta es esta: la neurosis traumática es una posición del sujeto ante lo real. Sus efectos se establecen más allá del principio de placer. Se trata de un derrumbe de la dialéctica del deseo y de la instalación de una modalidad del goce en relación con la muerte. Lo impactante es la imposición de una castración en lo real; en lo real del cuerpo y de la vida.

Más adelante, Freud propone una explicación más metapsicológica ya que encuentra un más allá en el acto de la repetición de la escena traumática. Más allá del principio del placer que, en relación con el sueño como realización del deseo, contradice toda su elaboración precedente. En el automatismo de repetición aparece un lazo con la pulsión de muerte.

Freud abordó la neurosis traumática en distintos textos, vinculándola en distintas ocasiones con las neurosis de guerra. De entrada, habría que hacer matices entre ellas. En las neurosis de guerra, Freud señala sobre todo los beneficios secundarios que obtenían los soldados al caer enfermos y tener que ser retirados del campo de batalla. Así lo dice claramente en su introducción a un simposio sobre ese tema en 1918 donde asegura que, en el caso de las neurosis traumáticas, en particular aquellas provocadas por los horrores de la guerra, se impone la presencia de un motivo egoísta del yo, un motivo que aspira a su defensa y su provecho: tal vez el yo no pueda crear el mismo la enfermedad, pero la aprueba y la conserva una vez que se ha producido. Además, la coloca en un espacio de conflicto entre el Yo y los preceptos éticos porque los soldados “caían” enfermos por no poder seguir en la guerra lo que contradecía todos los ideales nacionalistas exigidos por su época. Freud, poniendo el acento en lo esencial afirma: “…en las neurosis de guerra a diferencia de las neurosis traumáticas puras y en imitación con lo que sucede en las neurosis de transferencia, lo que se teme es, después de todo, a un enemigo interior.”3

Lacan encuentra en el trauma, en el traumatismo, la forma bajo la que se presenta lo real en tanto inasimilable; en tanto “insimbolizable”. El trauma sería una ruptura de la homeostasis subjetivante que fractura el funcionamiento del principio del placer. Es un “ruido irruptivo” que desestructura el proceso primario.

El punto a destacar es este: es una cierta exterioridad lo que hace diferente a las neurosis traumáticas de las de transferencia y las de guerra. Esta exterioridad, que podemos llamarla topológica, es la experiencia traumática que hace irrupción desde un afuera y que, por ello, no tendría su origen en la estructura del fantasma. Aquí hay una imposición a lo “ya” estructurado; se trata de una intrusión a la formulación y la existencia del sujeto. Es en Más allá del principio del placer de 1920, donde Freud conceptualiza y presenta con mayor sistemati-

Lacan coloca la función de Tyche como encuentro fallido en relación al traumatismo. Así, se podría decir que el trauma vehiculiza la tentativa de reencuentro con lo real que está más allá del principio del placer y ligado a la pulsión de muerte. De este modo, se puede decir que aquello que implanta la intrusión brutal de la experiencia traumática es la instauración de una suerte de “retorno” de una representación fallida de la muerte a través de la repetición. Lo que aparece, es un “retorno” a un agujero, al horror que sería el hueco de la muerte. La neurosis traumática no existe en un sentido literal. Ella no es una neurosis. No es una estructura porque no está basada en la significación del falo ni en el deseo en tanto deseo del Otro. No se trata de una escritura del sujeto del inconsciente. Estamos ante un movimiento. Un movimiento de corte temporal. El acontecimiento que le provoca es una imposición de lo real en tanto que inasimilable que hace explotar la estructura que sostiene al sujeto dejándole, al sujeto y a la estructura, en andrajos. No se propone la creación de una nueva estructura subjetiva. Se pone, en cambio, el acento en esta intrusión masiva de lo real en su estado mas terrorífico por lo que tiene de inasimilable produciendo un cambio en la posición del sujeto frente al mundo; frente al deseo. Es por eso que se precipita una suerte de “psicotización” donde ese real en bruto produce un derrumbe del

3) Sigmund Freud. “Introducción a las neurosis de guerra” (1919) Amorrortu editores, Bs As. 1975, T-XVII p. 208 4) Sigmund Freud. Más Allá del principio del placer (1920) Amorrortu editores, Bs As. 1975, T-XVIII p. 12

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sistema simbólico. Algo no simbolizado llega desde afuera impactando todos los mecanismos de tramitación simbólica. Aquello que no ha sido simbolizado, que no tiene representación psíquica, que ha perdido su posible mediación simbólica, retorna desde lo real como alucinación o dislocamiento del mundo.

dad; sobrevivía con lo mínimo en un cuarto de azotea con tal de que me alcanzara para pagar mis sesiones de análisis con Erik Laurent. Un año después, en 1985 pude inscribirme a la maestría, justo en el departamento de psicoanálisis que Lacan había fundado. Estaba en análisis con alguien que se había analizado con él, hablaba francés, iría a trabajar con Guattari en el siguiente verano y por fin podría tener papeles en regla. Podía regresar a México por un corto tiempo. Y regresé en agosto de ese año de 1985. El 19 de septiembre, tembló la tierra, se desmorono mi ciudad; se cimbró la historia mía.

Desde una mirada topológica, se puede avanzar lo que Freud pensaba desde una lógica de protección anti estímulo. La escritura topológica del fantasma es el Croos-Cap. Se puede decir que también es la del sujeto del inconsciente ya que la escritura del fantasma es la del sujeto. El sujeto existe en tanto banda de moebius al momento del corte, efectuándose la caída del objeto a que funge como la causa del deseo. Esa es Una mañana fría, un librero me cayó encima y me la evidencia del Cross cap. despertó. Algo en mi supo que algo muy feo estaba sucediendo. Yo no imaginaba la magnitud del desasLo que sucede en las neurosis traumáticas es que tre. Nadie lo sabía. Mi ciudad estaba rasgada por la este corte que la topología del sujeto opera de modo muerte y la desolación. Corrí junto con los que habían que se sigue el movimiento de la banda de moebius, sido mis amigos de la comuna hippie donde había se produce de manera transversal, es decir, atraviesa vivido antes de irme a París para tratar de ayudar en la banda y el disco de arriba abajo sin producir ese los derrumbes. La vecindad donde estaba la comuna acto por el cual el sujeto adviene. Se trata de una quedó de pie, pero el edificio donde estaba el changaruptura, de un tajo que no engendra subjetividad rrito de la comida económica donde íbamos a diario sino destruye el movimiento del fantasma. El sujeto se vino abajo. Ese y mil edificios más. Se calcula que no se produce, ni el objeto puede operar su función. murieron alrededor de 11,500 personas. Cuando las Este corte transversal adviene en un tiempo topoló- manos no pudieron más y mi corazón estallaba de gico haciendo imposible la lógica del fantasma. Es un desesperación compartida, me di cuenta que debía tiempo de corte donde el antes y el después aparecen hacer lo que yo sabía hacer. Fui a la Fundación de precipitados en una simultaneidad donde, la subjeti- psicoanálisis donde había trabajado y los analistas vidad siendo la misma, es arrojada a otra modalidad me dijeron que no tenían tiempo porque había un inédita. curso sobre el seminario de la angustia de Lacan. 3.- Tiempo de aclaración Tenía 19 años, comenzaba el segundo año de la licenciatura, cuando encontré el libro del Antiedipo de Félix Guattari y Gilles Deleuze. Por ese texto conocí a Lacan y comencé a leer los Escritos. Todavía no se traducían al español ninguno de sus Seminarios. Quedé sacudido por esas letras. Y, a esa edad, en una tarde lluviosa y en plena soledad, decidí que quería vivir en Francia. Cinco sueños se anudaban en ese viaje utópico: leer en francés, analizarme con Lacan, estudiar con Foucault, trabajar con Guattari en La Borde y hacer una maestría y un doctorado en la Universidad de París. Cuando terminé la licenciatura, Lacan acababa de morir y entonces, decidí analizarme con alguien que se hubiese analizado con él. Después de terminar mi primera maestría, en el año de 1984, por fin pude irme a París. La vida siempre da sorpresas y ya con mi boleto comprado, se da la noticia de la muerte de Foucault. Sorpresa y desolación. Solo me quedaban las letras del filósofo subversivo y el analista genial. Los otros sueños sí los logré. Pero no fue fácil.

Con los amigos de la comuna fuimos a un alberge en la colonia Roma, en un multifamiliar que se vino abajo, intentamos hacer algo en medio del caos. Abrimos espacios de escucha. No resultó. Lo que podíamos hacer era tan poco ante el dolor y los desgajamientos de tierra y subjetivos, pero lo intentábamos una y otra vez. Servíamos de poco allí escuchando e intentando hacer algo que fuera del orden del psicoanálisis. Fracasamos. Sí, pero, aun así. Mi boleto se vencía y yo debía regresar a París. Puta vida no me rompas así. En el horizonte la ciudad luz y el sueño por el que había luchado tantos años; bajo mis pies, una ciudad destruida, desgarrada y mis amigos llenos de polvo y abatimiento. Con el alma en vilo como mi ciudad y todavía con olor a muerte en la ropa y la mirada, regresé a Europa. Qué chingaos hacía allí, frente al Sena y a edificios maravillosos y hermosos del siglo XVI cuando mi país se desangraba y mi hogar se había caído a pedazos. Me asaltaron síntomas extraños: dormía con los puños cerrados hasta enterrarme las uñas, olvidé algunas palabras y estructuras del español. Después, dejé de hablar, dejé de comer; dejé de vivir. Mi analista no pudo escuchar en sesiones que duraban tres minutos después de haber esperado una hora y media. Entendí muy bien que esas sesiones que decían anudaban lo real, no lo podían hospedar.

Llegué a París en pleno otoño. Me fui sin beca, sin dinero, sin hablar francés y sin mucha idea de cómo sostenerme allá. Me fui sin dinero, pero hinchado de deseo por saber y vivir; por ser. Llegó el invierno y con él los temblores del cuerpo y el alma. Entré como turista, entonces tenía que salir cada tres meses para renovar mi permiso. Trabajaba de ilegal en lo que se En medio del desasosiego y una feroz autocritica me podía, insistía en que me admitieran en la universi- di cuenta que lo único que tal vez me podía salvar era

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escribir. Pensamiento mata distancia, letra sutura agujero. Y entonces escribí, justamente este texto que presenté aquí en los primeros dos puntos. Tenía 25 años, un país en derrumbe y una máquina Olivetti para poner en tinta lo que me sangraba por los dedos. El texto que aquí desempolvo, lo presenté en un Congreso en París en 1985. No sabía si en Francia se entendería lo que sucedía tan lejos. Pero los latinoamericanos sí lo escucharon. Colegas argentinos y chilenos ligados a los derechos humanos sabían de lo que estaba hablando. Pero también los franceses. Algunos colegas pidieron que mi trabajo se presentara otra vez en la clausura de todo el encuentro. No se aceptó. Sin embargo, ese escrito sirvió de base para mi tesis de maestría (DEA) que se llamó: Le sujet du fantasme et la névrose traumatique.

“El trauma es una imposición en lo real, de lo real, no como resto sino como bloque masivo; es la imposición de un agujero en el ser y el pensamiento del sujeto que atraviesa el cuerpo, es aquello que adviene cuando el cuerpo es secuestrado desde el exterior sea por un agente humano cruel, una enfermedad violenta o un acontecimiento doloroso. A partir de esto proponemos, dando un paso más, que el trauma es, fundamentalmente, un atentado al nombre propio; es la instauración de la castración del nombre propio. Es la imposición de un boquete en el lugar donde vendría el nombre.” 4.- Sin infancia y sin nombre La historia del niño es la siguiente, cito mi tesis de 1986:

El texto que acabo de presentar lo escribí en francés hace 32 años. Hoy es la primera vez que lo comparto en español y en mi país. El temblor del que hablo no es el del 19 de septiembre del 2017 sino el de 1985.

Antes de narrar la historia que sigue, es preciso decir que lo que aquí se comparte nace de un trabajo realizado en la Ciudad de México en 1985 a consecuencia del temblor. Durante ese tiempo, muchas personas fueron calificadas por los psiquiatras por algo que llamaban “histerización” Pero, ¿por qué traer esta biografía fuera de lugar en y en casos más graves, “psicotización” del sujeto. un espacio de psicoanálisis? Porque lo que quisiera compartir, es que ese temblor también alcanzó al Esta es la historia de un niño. Eran ocho, quedan cuatro. psicoanalista. Dos están desaparecidos. Él algo buscaba en la montaña de zapatos apilados en un rincón del albergue. Se metía El segundo caso que presenté en lo que fue mi tesis en sus entrañas y jugaba a que salía ileso. Después de de maestría y que incluye el texto anterior era el de los primeros días, comienza a perderse. No reconocía un niño. Lo loco es que mi trabajo fue sobre el trauma las coordenadas espaciales. Además, olvida su nombre. y yo había olvidado totalmente lo que había escrito No podía acordarse de su nombre. Su relación con los a los 25 años. Y allí había algo que, sin yo recordarlo otros cambia y comienza a golpear. Sus dibujos devienen y sin saberlo, escribí y propuse como una aportación trazos feroces que rayan lo hoja; que la rasgan al trazarla. 30 años después. Lo que se rompió fue su existencia, su cuerpo; su mundo. Lo que se borra es su nombre. Toda su vida cambió: no En mi más reciente libro: Psicoanálisis con arte, en el hay más escuela, ni familia; solo nada entre desconocicapítulo que siento el más importante sobre el trau- dos. Desconocidos sin nombre. Allí, solo había otra realima y el fantasma escribo: dad efecto de una irrupción de los terrible.

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Cuando Marcela Martinelli me sugirió que presentara parte del texto que había escrito en aquellos años, me di cuenta sorprendido que eso del trauma y el nombre propio me lo había enseñado aquel niño. Mi práctica y mi dolor se habían vuelto pensamiento y letra muchos años después sin yo saber, sin que mi yo supiera de donde venía.

Y, sí, claro que sí, se lo dedico a aquel niño sin nombre que hoy tendrá cuarenta años y aquella señora de los hijos muertos y a Rockdrigo y a todos los muertos de estos dos temblores del 19 de septiembre que, seguramente, tuvieron su foto y su nombre en algún altar de la ciudad este 2 de noviembre y que siguen presentes en sus gentes, en nosotros y en mí. Y que hoy, por estas letras, se chinga la muerte, se jode el El agujero del trauma se instaló en mí. Algo insopor- olvido, siguen viviendo. table me borró de la memoria lo vivido y lo escrito. Sí, y apareció la insistencia repetitiva de la muerte. Sí como le sucedió al niño perdido. Y es que tal vez yo fui ese niño y esa señora y aquel cantante de rock y aquella médica y aquella oaxaqueña de nuestra cocina económica. Y es que nosotros somos también nuestros muertos. En las conclusiones de mi tesis, escribí en 1986: Delante de la situación que se desarrolló en aquellos días en México, la movilización fue masiva, incluyendo sectores que de ordinario no se implicaban. Había un llamado, principalmente al trabajo psicoterapéutico, en las zonas mismas del desastre. Sabemos de entrada que la psicoterapia se avoca fundamentalmente a los significados y por ello no podríamos, desde esa perspectiva, incidir como psicoanalistas. Una pregunta se presenta: ¿es posible, en situaciones límite como un temblor, la intervención de los psicoanalistas? La ética freudiana no lo especifica: Wo Es war soll Ich werden. ¿Cómo conciliar el principio categórico freudiano y la práctica psicoanalítica en condiciones de desastre? ¿Cómo colocar, en relación a lo real, el advenimiento de un sujeto que se ha “desavenido” en medio del olor a los cadáveres destrozados por los sismos? Intervenir en escenarios de desmembramiento social ¿es psicoanálisis o un gesto populista de la emigración del significante cuando patina en lo real? Las preguntas son muchas y surgen en el límite mismo de lo que llamamos psicoanálisis. Es innegable que aparece el fantasma de la moral y la implicación social que no deben nada al psicoanálisis. También el fantasma de la restitución simbólica, aunque sepamos que el psicoanálisis no restituye nada. Tal vez solo podamos decir que, delante del derrumbe subjetivo, ligado a un orden de más allá del sujeto, donde lo real cae en pedazos junto con los cuerpos aplastados, se trata de apostar por una construcción, por una escritura, una reescritura de la dimensión del fantasma y el sujeto. Por ahora, no podemos ir más allá. Nunca imaginé que estás preguntas, muchos años después, podrían, una vez más, ser convocadas, reconsideradas y repensadas. Ahora, en el 2017, con temblor y estupor, me atreví a presentar un texto escrito con las manos temblando de contradicción y dolor.

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Helí Morales


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La mirada ajena me alcanza a través del mundo y no es solamente transformación de mí sino también metamorfosis total del mundo. Soy mirado en un mundo mirado. J.P.Sartre Me miras surgen castillos en el aire y un templo olvidado resplandece Amparo Dávila Te veo verla… desaparezco. A.H

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ientras el sol se oculta y los respiros se acompasan bajo este árbol milenario que podría hablar de los atardeceres, de los vientos que han abrazado su corteza, de la lluvia como alimento; mientras vislumbro las historias que nunca me contará, invento. Imagino ser él sin la posibilidad de hablar más que por los signos que el tiempo ha dejado. La quietud de esos seres siempre me ha impactado, porque son eso: seres silenciosos y firmes, testigos del mundo, de los días interminables. Sumergirse en la poesía, en la literatura tiene sus implicaciones. Nadie tendría que ser el mismo después de una lectura —aunque no cualquiera—. Un ideal se presenta: al leer tendríamos que sufrir una especie de metamorfosis, ser otros, seres arrojados al mundo para cuestionar la existencia. ¿Lo anterior es una pretensión o un sueño simplemente? ¿La gran literatura a pocos importa en la actualidad? ¿Los clásicos?

Leer transforma, alimenta, genera pensamiento y un poco más. ¿Haremos de esto una apología a la lectura? Kafka escribió una carta que deberíamos convocar con más frecuencia, en ella dice: Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? De ese tamaño tendría que ser el efecto de la lectura, de esas que son escasas en este tiempo. Inevitable decir que impera la porquería o los libros que son de moda y triviales y, viceversa. Ese golpe, que refiere Kafka, lo he sentido con algunos autores. Con Marguerite Duras, en el Arrebato de Lol V. Stein, por citar un ejemplo, que ya desde el título (Le ravissement de Lol V. Stein), el rapto, si nos apegamos a la traducción; aunque arrebato es una de las acepciones de rapto, tal como lo puede ser también: éxtasis, encanto, embeleso. El arrebato nos atrapa en esa primera parte donde el escenario es un baile, Lol, una joven con su prometido al que verá alejarse con otra, aunque no sólo eso. Ella morirá de algún modo esa noche. A partir de cierto momento, verá el cambio en su novio. Dejará de verla, ya no será ese referente para ella, verse a través de él; ese otro como necesario en los temas del amor ya no la verá jamás. La muerte del amor será de lo que habla la autora en una pequeña escena. Duras narra: Él había cambiado.

Todo el mundo podía comprobarlo. Comprobar que ya no era el que creían. Lol lo contemplaba, lo contemplaba cambiar. Los ojos de Michael Richardson se habían iluminado. Su rostro se había afianzado en la plenitud de la madurez.1 Esa mirada con luz, del novio de Lol, lo provocó otra mujer, no ella. Una transformación, una nueva historia se escribía frente a esa joven que no sería la misma desde esa noche. La nueva pareja pasó frente a Lol con la mirada baja, ella los siguió con la mirada a través de los jardines y cuando dejó de verlos, cayó al suelo, desvanecida.2 Lol se sumergió en una especie de postración y sufrimiento. La imagen de una veleta podría apegarse a lo que ella fue después de la noche del baile. La eligieron como esposa y ella dijo sí. Se fue a vivir muy lejos con su esposo. Tuvo hijos, una casa y sus horas eternas dedicadas a cuidar el jardín. Lol regresará después de diez años. Se encontrará con su amiga, quien la acompañó y fue testigo en el baile e intentará reconstruir ese tiempo donde ocurrió el arrebato frente a lo que para ella representó el amor absoluto e imposible. La lectura de esta novela es lo equivalente a un golpe que nos lleva a pensar sobre el amor y su imposibilidad. Sobre la mirada y ese juego necesario en la constitución de amor. Ver que el otro me ve como un deseo de todo amante. Verse a partir del otro como fundante y referencia de la existencia. ¿Qué sucedería si aquellos seres queridos se pasan de frente y no me reconocen? ¿He muerto acaso? ¿No me vieron? Preguntas que se hacen los amantes cuando no se encuentra esa mirada referencia, constitutiva, que nombra incluso un vínculo. Me vio con otros ojos, dicen algunos enamorados en relación a las primeras señales de esa luz que cambia los rostros de las personas. La novela de Duras es como lo que Kafka dijo en relación al impacto que genera leer algo de este nivel. En esa misma carta Kafka dirá: Un libro debe de ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro. Romper los océanos incluso. Duras provoca eso y un poco más. Nos incita a escribir sobre lo que implica la mirada, el amor, la constitución del sujeto. La literatura nos hace regalos. Nos lleva a construir o como bien diría George Steiner: a generar una estructura de pensamiento. Steiner planteará que la materia oscura de la poesía llevará a pensar, a construir ideas. Nosotros agregaríamos a la literatura, aquella que

1) Duras. Marguerite. “El arrebato de Lol V. Stein”. Ed. Tusquets. 1ra. Ed. 1987. Pág. 14. 2) Ibídem. Pág. 18.

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cimbra y es como ese pico que rompe el enmohecimiento y quietud de los sujetos. ¿Para qué pretender esto? y, ¿por qué no? Nos respondemos: para pensar, para recordar que estamos vivos, para enamorarnos de nuevo. Es sabido que tanto la poesía como la literatura nutren a otras disciplinas y formas de pensamiento. Steiner nos recordará lo que Alain enseñaba en su intercambio con Valéry: Todo pensamiento empieza con un poema. La poesía, de nuevo la poesía. Y en relación a la mirada es inevitable, de nuevo lo que las poetas nos generan, nos hacen pensar, sentir afinidad con sus palabras belleza. Amparo Dávila nos dice de otro modo lo que Duras transmite a través de su personaje femenino, Lol. La poeta mexicana escribe: Me miras y ya no sé si este momento lo vivo hoy o lo viví ayer

impactado por la novela, por Lol, por el entramado y construcción de la historia. Se sirve de la lectura de Marguerite para decir de otro modo lo relacionado con la angustia, el amor, el fantasma, el deseo, la mirada como constitutiva del sujeto (su propuesta del estadio del espejo), entre otras cuestiones que le abrirán un camino para pensar. Marguerite Duras no necesita de la teoría psicoanalítica para su creación. El artista se anticipa sin duda a toda forma de pensamiento o teoría. El artista, en este caso la Duras, pone en evidencia su creación, que da elementos a pensadores sin necesidad de ellos. Esa materia oscura sale a la luz con sus creaciones. Es inevitable pensar en un sitio donde sólo los artistas grandes pueden entrar y hacer con ello belleza que impacta. Ante propuestas de ese tamaño nadie quedaría indemne, de allí la importancia de la creación, de todo arte.

Jaques Lacan escribirá un texto homenaje, raro en él, en honor a Marguerite Duras. El psicoanalista francés se quedará impactado al leer la novela aquí convocada y se dará a la tarea de buscar a la escritora para preguntarle de dónde viene Lol. Imagino a Marguerite extrañada frente a la pregunta y sin el mayor interés en explicar o en lo que pudiera provocar a Lacan con su escritura. La imagino diciendo: ¡Yo qué sé! Respuesta de artista, por supuesto. Una pregunta ingenua o bien con los intereses de un psicoanalista impactado. De hecho, Lacan tocará de paso parte de lo que venimos afirmando en este trabajo en relación a la literatura y la creación del artista. Nos interesan los artistas, la forma en que nos hablan del mundo, de la subjetividad, del deseo, de todo ese tinglado humano que somos. Los artistas como creadores de pensamiento. De allí que nos interese recordar la necesidad de la literatura en nuestros tiempos ya que a través de ella sabemos del humano, de su conformación, de sus claroscuros, de sus virulencias y sus actos de luz. Lacan en ese pequeño texto homenaje y ante la respuesta de Marguerite, quien al responderle: no sé; con esa frase le está diciendo mucho, simplemente creó una novela y por tanto un artista no explica y sólo se entrega a la creación, que es otro modo de decir que la literatura si trastoca, como impactó a Lacan, cumplió su función y punto. Las preguntas de Lacan serán para sí mismo y para entretejer sus teorías y pensamientos. La posición de Marguerite llevará a Lacan a decir: La única ventaja que un psicoanalista tiene derecho a sacar de su posición, aun cuando esta le fuera pues reconocida como tal, es la de recordar con Freud que en su materia (como psicoanalista) el artista siempre lo precede, y que no tiene por qué hacerse el psicólogo allí donde el artista le abre el camino.3 Es en lo anterior, que señalamos en negritas, que está el verdadero homenaje a Marguerite por parte de Lacan. El artista desbroza el camino a pensadores y, en este caso, a Lacan para alimentar su teoría. Lacan 3) Lacan. J. “Otros escritos”. Buenos aires. 2014. Ed. Paidós. Pág.211. Las negritas son nuestras. 4) Duras. Marguerite. “El arrebato de Lol V. Stein”. Ed. Tusquets. 1ra. Ed. 1987. Pág. 38-39. 5) Lacan. J. “Intervenciones y textos 2”. Ed. Manantial. 1988. B.A. Página 72

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Volvamos a la narrativa. Duras nos habla del amor, de sus trampas, del componente imaginario como fundamental para sostener lo imposible. Ella lo dice de otro modo a través de Jacques Hold, narrador de esta historia, una voz masculina lograda y verosímil. Este personaje nos contará sobre la historia de Lol y del amor. Veamos lo que nos dice de aquella noche que cambió la vida de la joven: Conozco a Lol V. Stein a través del único medio del que dispongo: el amor. En razón de este conocimiento he llegado a creer lo siguiente: de los múltiples aspectos del baile de T. Beach, es el final el que retiene a Lol. Es el instante preciso del final, cuando llega la aurora con una brutalidad inaudita y la separa para siempre, para siempre de la pareja que forman Michael Richardson y Anne-Marie Stretter. Lol regresa a la reconstrucción de ese instante. Incluso llega a captar algo de su fulminante rapidez, a desplegar, a aprisionar los segundos en una inmovilidad de una fragilidad extrema, pero que para ella resulta de una gracia infinita […] En ese preciso instante Lol aparece desgarrada, sin voz para pedir ayuda, sin argumento, sin la prueba de la inimportancia del día frente a esta noche, arrancada y arrastrada de la aurora a su pareja en un enloquecimiento regular y vano de todo su ser. Ella no es Dios, no es nadie.4 El dolor que sufre Lol en ese instante que dará un viraje a su vida, en ese instante una parte de ella muere, no hay voz que pueda articular para decir su pérdida, su dejar de ser en el mundo. Su referente desaparece. De ese tamaño es el amor a su novio. Algunos dirán: aman de una forma diferente. Uno de ellos el mismo Lacan, quien afirmará: Este extraño modo de amar: el amor que el personaje —que señalé cumple aquí la función, no del recitante, sino del sujeto— trae como ofrenda a Lol, una tercera que dista mucho sin duda de ser la tercera excluida.5 Ese modo de amar va más allá un simple romanticismo o una afrenta por un tercero. Marguerite Duras nos muestra ese modo de amar donde se arroja a eso que nos traerá desgracia y sufrimiento, eso, también forma parte del amor. Un amor más allá de la comprensión, un lugar del lado del infortunio. La presencia de aquella mujer que no es Lol y que entra a escena, que su prometido la ve, se le ilumina la mirada, baila con ella y se va, dejando atrás a Lol y ésta viendo todo: Lol está en ese cuadro sin estar. En el umbral, pero, ¿en el comienzo de qué? De su desgracia. Lacan nos lo transmitirá de otro modo, donde el límite de la mirada se vuelve belleza: es el umbral del entre-dos-muertes, lugar que he definido y que no es simplemente lo que creen quienes están lejos de él: el lugar de la desdicha.6 Un lugar donde no hay palabra, ni grito. Lol cae en un silencio negro del que no saldrá por mucho tiempo. Se sumerge en ese instante, en esa noche, en su dolor. Pero también imagina que pudo haber sido distinto ese baile; cercar las ventanas, nos dice el narrador, todo cerrado para que la realidad no les dé alcance: El baile amurallado en su luz nocturna los habría contenido a los tres y sólo a ellos. Lol está segura: juntos se habrían salvado de la llegada de un nuevo día, de uno, al menos.7 Los deseos de Lol siguen en esa noche, se sumerge en las posibilidades

una y otra vez, aunque no encuentra palabras para todo lo que surge de aquel día. Su mente se puebla de bruma también, busca respuestas y se encuentra con el silencio, con la nada. Dolor y alegría se unen por un instante, se abruma porque no puede darle palabras a lo que siente, persigue las letras sin posibilidad de reunirlas. Y de nuevo el vacío. El narrador plantea: Lol ha creído, durante la brevedad de un relámpago, que esa palabra podría existir. Carente de su existencia, calla. Sería una palabra-ausencia, una palabra-agujero, con un agujero cavado en su centro, ese agujero donde se entregarían todas las demás palabras. No se habría podido pronunciarla, pero se habría podido hacerla resonar. Inmensa, sin fin, un gong vacío, habría retenido a los que querían partir, les habría convencido de lo imposible, les habría hecho sordos a cualquier otro vocablo distinto, de una sola vez los habría nombrado, a ellos, al futuro y al instante. Faltando, esa palabra estropea a todas por el hecho de faltar, las contamina, es también el perro muerto en la playa en pleno medio día, ese agujero de carne.8 Imagino a Lol como ese pedazo de carne, hueca, pudriéndose poco a poco; imantada en ese pequeño instante donde deja de ser de algún modo; con deseos de un viraje de cambiar con un estruendo la vida de los tres. Pero nada de ello sucede. Calla. Cae en ese silencio donde a la vez pretende atrapar lo imposible. Desaparece de algún modo al verlo ver a esa mujer, en ese instante ella desaparece. De ese tipo de amor nos habla Duras, sentimos a Lol imantada, petrificada en la eternidad de ese baile, donde nada fluirá sino todo lo contrario. La búsqueda de esa palabra que no acude, el intento por nombrar lo que ve, lo que siente, lo que deja de ser y lo contrario. Lol insistirá, desde otro tiempo. Al caminar, una actividad que podría resultar nimia, sus largas caminatas que representan un acomodo, una búsqueda incluso; será en esos largos paseos donde volverá a tomar el sendero sinuoso del amor. Allí volverá Lol. De eso nos habla el poeta, el artista. Inevitable respirar el dolor de Lol y su desdicha. Incluso en el segundo tiempo, donde podremos ver la angustia y la búsqueda de lo que representó aquella pareja del baile, pero en ese futuro con un reencuentro con su amiga, quien fuera testigo de todo el suceso, y el amante de ésta. Será de nuevo una escena conocida. Ese giro que propone Duras es inquietante y seductor. De allí que Lacan se turbara con la novela. No abordaremos aquí lo referente a la angustia y el fantasma que propone Lacan a partir de los personajes principales, pero sin duda con ello confirmamos ese decir de otro modo del artista que nos llega hasta el fondo y de tal forma que, no es necesario anudar de más con conceptos lo que nos cimbra, aunque a veces nos engolosinamos en ello. Mientras las creaciones humanas, sean del espíritu o del intelecto, vivan, seguirán dialogando con nosotros e incluso con otras obras. Hablar de ellas es la evidencia de la fuerza y vida que tienen, ese impulso de compartir lo que generó un escritor y darlo a otros es una necedad que no me abandona.

6) Ibidem. Página 71. 7) Duras. Marguerite. “El arrebato de Lol V. Stein”. Ed. Tusquets. 1ra. Ed. 1987. Pág. 39. 8) Ibídem. Pág. 40 9) Dávila, Amparo. “Poesía de ayer y de hoy”. FCE. 1ra ed. 2019. Pág. 31.

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Hemos hablado aquí de la literatura, de su grandeza, aquella que nos lleva a los diferentes mundos, a los signos de atmósferas distintas, vacías a veces, a los embustes del amor, a sus posibilidades y alcances, a todo lo que nos hable de lo sensible, lo que nos puede transformar y abrirnos caminos para generar pensamiento y quizás un poco más. Y cerramos este texto con poesía, pretendiendo que sea como un rayo que llegue a nuestro patio interior, donde a veces tememos mirar:

Imagino a la Duras a mi lado, con una copa de Calvados y yo con otra; sentadas en el porche vemos el mar de Normandía, es otoño. A ninguna de las dos nos gusta el calor; leemos en silencio mientras nuestros espíritus respiran al ritmo de la lectura. Un suspiro nos saca de esa pequeña ensoñación, nos miramos, la veo verme y encuentro en ese instante una comunión. La abrazo y le digo gracias.

Me miras como a través del recuerdo o a través del sueño como a través de un recuerdo que se quiere revivir o de un sueño que se quiere aprisionar.9 Mientras nuestros poetas no callen hay esperanza. Tal vez sea una ingenuidad pero no importa. Es de nuestro interés pensar que la palabra escrita no sea simple parloteo y que cada apuesta escrita logre ser un hacha que nos atraviese y nos haga pensar, crear, debatir.

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Marguerite Asher


M a riajos é G a v il á n E chev errí a And rea T o ro Mo n ro y 25


E

n el 2015 me fui a vivir a Berlín junto con mi esposo y mis dos hijas. Mi esposo es escritor y había sido elegido para participar en el prestigioso programa Berliner Künstlerprogramm de la DAAD. Acogidos por este golpe de suerte, partimos desde San José, Costa Rica, hacia Berlín, dos niñas, la primera de ocho años y la segunda de cuatro, mi esposo el escritor, y yo. Al partir, dejé mi carrera de psicología a medio acabar y decidí hacer un corte en mi proceso psicoanalítico que, posteriormente, a los cuatro meses exactos de haber aterrizado en suelo alemán, retomé vía Skype. De esta forma, aquel año sabático, que nos habíamos logrado procurar, se convertiría para mí en un espacio de reflexión sobre mi quehacer y mi ser, lo nombré el “año del deseo”. Al pasar del tiempo, estando un poco más familiarizada con las múltiples capas de la ciudad, fui descubriendo mi lugar en varios de sus rincones. Estando ahí, a mediados de año, estalló la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial. Para ese entonces, yo ya había conocido a mi colega Andrea Monroy Toro, psicoanalista lacaniana, pasaporte gringo, nacida en Puerto Rico, residente alemana. En ese momento, ella se acercó a mí, Mariajosé Gavilán Echeverría, hija de un padre migrante cubano y una madre tica-venezolana, nacida en Costa Rica, residiendo en Berlín. Andrea me sugirió hacer algo para involucrarnos con los refugiados. Mordí el anzuelo, el tema de las migraciones siempre ha sido uno en donde me he sentido convocada.

Flüchtlinggszentrum MertenStraße La experiencia se llevó a cabo en un centro de refugiados de emergencia localizado en MertenStraße, Spandau, al norte de Berlín. Una vez a la semana, el grupo de voluntarios se reunía en la estación del U-Bahn Hermannplatz, donde iniciaba el recorrido en el U7 hasta PaulsternStraße. A lo largo de las 23 paradas se aprovechaba para discutir los detalles de la sesión previamente planificada. Al salir a la intemperie, se realizaba un trasbordo a la línea de bus 139, Hakenfelde, WerderStraße. Una hora después, nos encontrábamos al noreste de la ciudad, frente al centro de refugiados que abrió sus puertas en octubre de 2015. La intención inicial del centro era brindar un espacio de acogida durante dos o tres días para luego ser trasladados a un refugio de larga estancia, y consecuentemente a un posible hogar. Sin embargo, dadas las circunstancias críticas de alojamiento debido a la carencia de infraestructura inmediata para hacerle frente a la situación, como consecuencia de la afluencia sorpresiva de inmigrantes refugiados que estaban y continúan llegando a Alemania, las personas permanecían ahí durante 7 meses o más.

A raíz de estas estadías prolongadas, en el centro se han ido construyendo nuevos cubículos para los habitantes que pueden albergar un promedio de seis personas, se han creado espacios sociales para la interacción (cuarto de cine, sala de costura, área de juegos, espacio de reuniones para la población Propuse trabajar con la población infantil desde el adolescente, cuarto de TV, comedor, etc.). Actualarte y el psicoanálisis, ella accedió. Actualmente me mente se brinda alojamiento a un promedio de mil sigue impresionando, cómo dos extranjeras latinas, migrantes. sin domino del idioma alemán más allá de un Hallo und vielen Dank, lograron montar un proyecto en un El contexto país donde rige una ordenanza para todo. Probablemente algo coyuntural y la necesidad del momento Aunque este centro es asignado a familias, los padres aunado al deseo de ambas. Lo cierto es que lo hici- son los que, en su mayoría, acompañan a los niñxs, mos, la apuesta era facilitar un espacio de conten- mientras sus madres permanecen en Siria. También ción a un pequeño sector de la población inmigrante se da el caso de mujeres al frente, que viajan a cargo infantil, provenientes de la zona de guerra en Medio de niñxs de amigos y familiares. Oriente, en Berlín. Al momento de nuestra primera ronda de talleres, se Llevamos alrededor de un año de receso práctico, reportaba un estimado de 150 niñxs en el refugio. De sometidas, entre otras cosas, al análisis de los resul- esos 150 niñxs un promedio de 50 a 60 estaban institados de esta primera fase de nuestro proyecto tucionalizados en el sistema educativo. A pesar de piloto. Hoy, tres años después, tenemos la oportuni- que los trabajadores sociales facilitaban la integradad de circular un fragmento de esta experiencia, y ción de los niñxs en los maternales, escuelas primacompartir hallazgos importantes que pueden brindar rias o secundarias de la comunidad, las instituciones un posible camino de abordaje ante los efectos de la educativas no daban abasto. La escuela secundaria migración forzada, el racismo, la xenofobia y la pérdi- era la que presentaba, en su momento, la mayor difida, entre otros. El camino lo encontramos por la vía cultad de integración. del nombre propio. Dentro de las necesidades inmediatas manifiestas Compartimos esta experiencia con ustedes, como por el personal del centro, destacaba la necesidad una propuesta y una pregunta abierta, ¿podemos de aumentar el personal de apoyo, el estableciabordar los estragos causados frente a los movi- miento de una rutina y una estructura para los niñxs, mientos de migración forzada, escenarios de pérdi- la habilitación de una mayor independencia para das, vacíos abrumantes, traumas y procesos de duelo los habitantes (la posibilidad de que ellos mismos sufridos por estas poblaciones, a partir de interven- se pudieran cocinar sus alimentos), la inserción en ciones desde el psicoanálisis con el arte, tomando el sistema educativo, y la creación de apartamentos como punto de partida el nombre propio? y/o espacios de vivienda más permanentes. A su vez,

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al reportarse un incremento del racismo y pleitos al padres. En cualquier caso, sabemos que el Otro es interior de la población, los temas de elaboración e también nombrado por lo otro y los otros que ya no integración se establecieron como contenido impor- están allí para sostener. tante para el abordaje. Bajo esta dialéctica se podría inscribir algo —pero del El centro contaba con cuatro trabajadores sociales orden del trauma— como, por ejemplo, una identidad que se encargaban de las necesidades prácticas de del resentimiento o del desecho; manifestándose en mil habitantes aproximadamente. Algunas de sus síntomas corporales, pasajes al acto o la imposibilitareas consistían en ayudar con los procesos de esco- dad de nombrar lo vivido, para mencionar algunas. larización y la búsqueda de vivienda permanente. Ellos también se encargaban de llevar el registro de María Antonieta Pezo del Pino (2016) nos ilustra con nombres de todos aquellos que estaban hospedados la siguiente cita: en el refugio. En su momento, había una sola psicóloga en planilla, cuya labor era brindar apoyo psicológi“La contemporaneidad, caracterizada por la co a lxs trabajadores sociales y a lxs voluntarios que irrupción de situaciones desestabilizadoras, acudían al centro. Debido a la ausencia de recursos fragiliza y fragmenta al individuo. El sentimiento en el área, no se brindaba apoyo psicológico formal a de no adecuación, la sensación de falta de espalos habitantes del centro. cios de pertenencia, de contención, la imposibilidad de expresar los sentimientos, la inestabiliLa experiencia de las pérdidas dad de los lazos, la ausencia de solidaridad entre los individuos evidencia, en algunos casos, una A razón de los movimientos causados por la inmidificultad y, en otros, una imposibilidad de poder nencia de la guerra, estos niñxs se han visto desporepresentar y simbolizar las vivencias provocajados de su contexto social de origen: su tierra natal, das por los cambios imprevistos”. (p 2) su hogar, su escuela, su barrio, sus objetos personales, sus seres queridos incluyendo madre, padre y/o Parece que lo que allí podíamos ofrecer eran dos hermanos. En muchos casos todas estas pérdidas caras del amor: la primera como contención, velo, inciden directamente en un quiebre de sus derechos sostén, encuadre; y la segunda, como propiciadora e identidad; ocasionando una pérdida de subjetivi- del lazo social en su función de anudamiento. dad y un desplazamiento brusco de sus posibilidades de identificación. Tomando en consideración La lógica del proceso nuestra experiencia con los niñxs y habiendo atestiguado sus condiciones de vida en el centro de acogi- Iniciamos el recorrido enfatizando el uso del nombre da podemos decir que estos refugiados dejan de ser propio como freno, límite, nominación que vela el sujetos y se ven así reducidos a un cuerpo biológico goce, y memorial del acto fundante; nombrando sin mediación, anulándose las particularidades de como un acto amoroso. El ofrecimiento se trabacada uno. jaba al interior de un espacio vincular, circunscrito mediante rituales de paso que marcaban un antes y Ante esta escena de pérdidas y vacíos abrumantes, un después. El reconocimiento del otro semejante analizamos las posibilidades/herramientas disponi- iba aunado a las propuestas de trabajos artísticos bles para lograr construir un espacio de expresión que pretendían, a partir de la individualidad de cada que lograra ofrecer soporte y contención subjeti- uno, establecer un vínculo con el otro; cada quien, va a estos ninxs. Un lugar donde los niñxs pudieran con su historia, pero todos con una historia. reconocerse a sí mismos y entre sí, para que de esta manera poder restablecer ciertas coordenadas que En la primera ronda, realizamos doce talleres, uno facilitaran un acercamiento al entramado discursivo por semana a lo largo de los primeros ocho talleres y de origen; su restitución. Consideramos que, a partir después uno cada quince días para los cuatro restande la apropiación de ese entramado, se podría gene- tes. Debido al nivel de incertidumbre que rodea estos rar un soporte como punto de partida para hacerle espacios, consideramos que nuestro objetivo prinfrente al vacío amenazante. cipal era lograr generar un espacio de contención. Pudimos comprobar que estos niñxs carecían de una A partir de nuestra experiencia de trabajo, el reco- estructura en su presente situación, y les era muy nocimiento del nombre propio de cada niño se nos difícil imaginar alguna, debido a los acontecimientos presentó como esa posibilidad/herramienta que de su entorno inmediato. permitió una vuelta a su marca identitaria, como escritura y como sostén, ante los movimientos de La propuesta era facilitar esa estructura y que cada inscripción en el Otro, ocasionados por los estragos niñx se fuera integrando a su propio ritmo. Basándode la guerra. nos en el encuadre del espacio clínico psicoanalítico, la estructura del taller fue marcada por la duración El panorama se mostraba variable dependiendo de la y la continuidad de los horarios, junto con la abstenedad del niño y su contexto. Los niñxs muy pequeños ción subjetiva de los voluntarios, para así, permitir podían mostrarse en efecto faltos de inscripción en a cada niño reconocer el espacio como propio. Para el Otro, y aquellos más grandes usualmente mostra- generar continuidad y constancia ideamos y utilizaban una oscilación a causa del quebrantamiento en mos rituales de paso, los cuales, marcaban el inicio, el su entorno y por la inhabilidad de contención de sus desarrollo y la finalización de cada taller.

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Se acentuó el peso sobre los procesos y las asociaciones libres que se engendraban durante creación plástica, y no así, sobre el producto como pieza de arte. La observación y la escucha fueron fundamentales para captar y capturar lo que se iba arrojando en cada sesión grupal. Desde muy temprano, en este proyecto piloto, nos percatamos de los niveles de incertidumbre ante los cuales nos estábamos viendo enfrentadas. Por lo que, a partir de los resultados de cada taller, o bien, según la situación inmediata que se nos presentaba in situ, debíamos adaptar o acoplar el material preparado para dicha sesión. El nombre propio Para el primer taller propusimos a cada niñx participante crear una etiqueta propia con su nombre. Esta actividad nos pareció el paso lógico inicial para empezar a conocerlos e ir integrándolos en los talleres. Sin embargo, una vez en la actividad, pudimos observar la sorpresa que esto les causó. Se mostraban perplejos ante el hecho de que unos ‘extraños’ se tomaran el tiempo de escribir y decir en voz alta sus nombres. Así mismo, la identidad cultural salió a relucir como una herramienta de comunicación e interacción entre los niñxs participantes. Así fue como llegamos a establecer que la estructura que anhelábamos crear debía estar sostenida desde el reconocimiento singular y cultural de cada niñx. Rápidamente el nombre propio se tornó en nuestra herramienta principal de trabajo. Sobre la función del nombre propio en la teoría Ahora bien, volquemos la mirada por unos instantes hacia la teoría: ¿Qué es el nombre propio y cuál es su función? Lacan (1954-1955) nos refiere a la identidad en el Seminario 2, El yo en la teoría de Freud; y nos dice que la identidad entre los objetos sólo puede sostenerse por el nombre. ¿Dónde está la particularidad de cada sujeto? ¿Qué marca la diferencia entre algo o alguien? En el seminario IX, La identificación, Lacan (1961-1962) establece al nombre propio como lo único que da identidad y logra que los objetos subsistan en el tiempo y el espacio. Es decir, en el tiempo todo es transitorio, no hay nada que pueda sostenerse, el deslizamiento propio de la estructura significante. Del mismo modo, la subjetividad siempre cambia, cambia la percepción y el lugar en la continuidad temporal. El nombre será aquello que queda, que permanece, es la marca que sostiene. Entonces, el nombre propio otorga al sujeto un trazo invisible desde donde éste puede representarse en su particularidad, inscribe al sujeto en el campo de lo simbólico. Según Carolina Zaffore (2015), entre los seminarios 1 y 3 de Lacan, podemos aislar las referencias a la noción de nominación en dos contextos: en el aspecto creacionista de lo simbólico —palpar el advenimiento de la cosa mediante la palabra—, y la

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palabra fundante, “la palabra plena que es la palabra Rivadero (2011) agrega lo siguiente: que hace acto”. Así, la nominación inscribe una rela“… este rasgo único situado en ese lugar primorción, otorga un lugar que genera una posibilidad. dial tiende a repetirse, lugar donde se perdió el objeto, sitio donde el sujeto siempre quiere Seguimos con el seminario IX donde Lacan (1961volver, intento, por supuesto, fallido e imposible, 1962) retoma la noción de nominación ligada al porque ese rasgo está allí como marca de la falta nombre propio, esta vez en el contexto del trabay permite la articulación de la cadena significanjo sobre el rasgo unario. A partir de un recorrido te”. (s.p.) que elabora sobre el origen de la letra, la palabra y la escritura, establece la noción del rasgo unario caracterizado por un sistema de puras diferencias; la Sin embargo, eso que se perdió no está en la realidad, es del orden de lo real. Las pérdidas nos enfrentan forma más básica del significante, la letra. una y otra vez a aquello que extraviamos en el origen. El nombre propio como rasgo unario sería este Uno, Nos colocan de frente al objeto a, eliminando el velo esta diferencia en sí, lo más impenetrable e imprede- del fantasma y provocando dosis muy elevadas de cible del sujeto. Lleva la huella de lo que no se puede angustia. Para lograr reestablecer el movimiento del traducir: “me llamo Lacan en todas las lenguas”. significante fálico —como lazo social— será necesario (Lacan, 1954-1955, p 33) Se trata entonces de una ir bordeando esa angustia, ir velando a ese objeto, e nominación que funge como un primer núcleo, signi- ir poniendo palabra donde se ha apoderado el vacío; ficante “puro” que llevará a la organización de toda la hay que recortar nuevamente el goce. batería de significantes. Interesa entonces la utilización del nombre propio La operación de nominación puede entonces dete- como marca de la falta (causa del deseo) en torno ner el valor metonímico de la cadena significante, a la castración del Otro, que permite la circulación abriendo la posibilidad metafórica —función del del significante fálico entendido como la creación Nombre del Padre—. Precisamente lo que distingue metafórica del ser. Al reinsertar los efectos del el Nombre del Padre y marca una diferencia, es su nombre propio dentro de un espacio vincular que singularidad; de ahí, su relación al rasgo unario como propicie la contención, creemos que es posible — mediante la creación plástica— volver a poner a soporte. (Rivadero, 2011) circular la metáfora allí donde la palabra es muda. La nominación será así la invocación del Otro; invi- Es decir, volver a invocar una respuesta por parte ta al sujeto a elaborar una respuesta, la de su propio del sujeto para que logre elaborar algo sobre su fantasma. Es una detención necesaria que genera un propio fantasma. corte y provoca la inscripción del sujeto en lo simbólico. Ésta acabará como un soporte para la asocia- Los talleres ción, donde el sujeto podrá otorgar una significación que antes no estaba; un significante que hace cadena La población para producir algo de lo fantasmático como soporte. Durante los doce talleres que desarrollamos en el El nombre propio entendido como rasgo unario, será centro, la población era altamente fluctuante. Al entonces una marca invisible que introduce al regis- inicio de los talleres atendíamos un promedio de 20 tro simbólico y, desde el significante, será una marca niñxs, en su mayoría, entre las edades de seis y nueve visible que funciona como lazo social. Es un signo años, aunque también había niñxs de hasta tres años. originario que le brinda nacimiento al significante de A lo largo de las primeras sesiones se presentaron unos cuantos adolescentes, entre los diez y trece sí-mismo. (Lacan, 1961-1962) años, que fueron suspendiendo su asistencia en el Se establece así la dialéctica del nombre como desga- camino. Curiosamente se volvieron a presentar en rre del sujeto y por otro lado como ligadura. Expone el espacio hacia los dos últimos talleres. Con esta Lacan (1961-1962) que, la función del significante misma inconsistencia, a veces se incorporaban a las “es el punto de amarra de algo donde el sujeto se sesiones personas que rondaban los 25 años. El taller constituye” (p 64); el nombre reemplaza lo que falta donde se reportó la menor asistencia fue compuesto por cuatro niñxs, y el taller de mayor asistencia fue al sujeto. de 40 niñxs. Uno de los motivos identificados en la De esta forma, la identidad sería aquello que nombra variabilidad de la población se debía a los cambios de la falta en ser y no un asunto del ser; se demarca la vivienda y los nuevos allegados al centro. insistencia del desplazamiento eterno y de la pura diferencia. Entendemos que el sujeto se constituye Los participantes, en su mayoría, provenían de Siria, y atendíamos a una minoría de otras zonas como, sobre la identidad, pero mediante la identificación. Afganistán, Irak y Eritrea. La variedad de idiomas que En un inicio, el sujeto se identifica con el falo, agen- se manejaban en esas zonas —según su religión y la te de representación del deseo de la madre y sostén zona particular de origen— mostró ser un reto para fantasmático del sujeto. El falo simboliza la castra- el desarrollo de los talleres. Sin embargo, la mayoría ción —significante de la falta en el Otro— en tanto el reveló manejar varios idiomas a la vez, debido a los rasgo unario es el antecedente necesario para poder movimientos territoriales que estas poblaciones han ubicar el falo como ese símbolo de la castración. estado teniendo desde hace ya varios años.

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Pronto nos percatamos de que podíamos establecer puentes de comunicación entre los usuarios para así lograr una comunicación efectiva. Los idiomas que estaban más presentes en los talleres eran el farsi, el árabe (kurdo, armenio, turcomano), el turco, el inglés y el alemán. Hacia el final de este primer proceso, varios niñxs presentaron una rápida incorporación del idioma alemán. A lo largo de nuestra intervención, los niñxs fueron mostrando una degradación en sus cuidados personales e higiene, así como un descuido general en sus estados de salud. Consideramos como una posibilidad, que la causa se debía al aumento de conflictos entre la población adulta a lo interno del refugio, provocados, a su vez, por la falta de inscripción en el sitio de acogida. Se encontraban inmersos en tierra de nadie, y esto, se hacía cada vez más evidente con el paso del tiempo. Capacitando a los voluntarios

los voluntarios estaba autorizado a intervenir directamente en el trabajo de los usuarios; podían ayudar a facilitar la expresión mediante la proposición de diversos ejercicios, esclareciendo la utilidad de los materiales, generando preguntas que facilitaran la orientación o, mediante devoluciones directas ante ciertas situaciones manifiestas. La observación de los facilitadores y voluntarios era clave para la dirección del espacio. Se hacía énfasis sobre la relevancia de atención hacia la relación intersubjetiva entre nosotros y ellos, entre ellos mismos y, al interior de la célula grupal en general. El proceso Los talleres dieron inicio en febrero del 2016. Al inicio, percibíamos de los niños una conducta amigable, tímida, curiosa, entusiasta, y a su vez, una sensación de incertidumbre. Conforme íbamos avanzando en los procesos, ellxs se mostraban más ansiosos y desesperados en nuestro espacio.

Comenzamos en noviembre de 2015 con la capacitación de diez voluntarios, bajo una propuesta metodológica que pretendía esclarecer los parámetros de trabajo bajo una perspectiva del campo teórico del psicoanálisis articulado con la arteterapia semidirectiva. La capacitación fue importante para que todos los voluntarios estuvieran alineados con la metodología.

Esta manifestación la interpretamos como propia del proceso de transferencia, donde pasamos de ser unos extraños ante los ojos de estos niñxs, a ser caras conocidas y constantes donde ellos podían arrojar su enojo y su angustia. A su vez, circulaba la idea de que los niñxs estuvieran repitiendo el comportamiento violento de los adultos, o bien, manifestando esta La capacitación constó de un taller de arteterapia a angustia entre ellos, sumado a las historias complelo interno del grupo, lecturas y varias reuniones para jas tras sus exilios. ir evacuando dudas. Incorporamos posteriormente a un grupo de traductores, sin embargo, al no haber- El primer taller estaba destacado a la generación se sometido ellos al proceso de capacitación, no de las reglas de comportamiento al interior del logramos integrarlos de forma adecuada y optamos grupo (elaboradas por los mismos participantes), y finalmente por retirarlos del proceso. Resolvimos a la creación de las etiquetas de sus nombres. Cada apoyándonos en los puentes de idiomas para resol- niñx recibía una ficha para elaborar un collar donde ver la situación de la comunicación. escribía su nombre, decoraba la ficha con los materiales de arte, y agregaba rasgos característicos del Dentro de los parámetros mencionados, el objetivo mismo, o bien, colores u objetos con los cuales ellxs primordial era establecer, ante todo, un marco de se identificaban. contención, una estructura, para proveer la disponibilidad de un espacio donde los niñxs pudieran Luego, agrupados en un círculo, iniciábamos un juego manifestar sus miedos, resistencias, agresividades, con una bola, donde cada niñx con la bola en mano inseguridades, angustias, etc. La idea era generar un decía su nombre, establecía contacto visual con otro espacio vacío, donde podíamos detener el tiempo niñx al cual le lanzaba la bola, y este, a su vez decía su durante una hora y media, y gestar un espacio para nombre. Continuábamos con la misma acción hasta la escucha y el sostén de los niñxs. La arteterapia que habíamos pasado por todos los participantes. Al nos servía como un medio menos amenazante, faci- finalizar la actividad cada niñx iba de uno en uno cololitando una vía para la comunicación expresiva. Era cando su collar en una canasta al centro del círculo, una invitación para que allí lograran surgir diversas mientras todos lo nombrábamos. A partir de este primestructuraciones y representaciones. er taller se estableció la estructura básica, el ritual de paso que se iba a seguir usando a lo largo del proceso. Antes de iniciar el proceso, establecimos enfáticamente que no se utilizarían los trabajos realizados El ritual como una técnica proyectiva. Trabajaríamos exclusivamente con la palabra dicha por parte de los Comenzábamos siempre formando un círculo que usuarios sobre sus creaciones y durante el proceso bien podría simbolizar la comunidad, un borde de creador, o bien, con las simbolizaciones y represen- contención, la continuidad, etc. En la formación taciones explícitas que iban surgiendo. circular llevábamos a cabo ejercicios sencillos de calentamiento y relajación física; siempre había un Los procesos y los tiempos particulares de cada usua- facilitador al centro y los niños imitaban sus acciones. rio se debían respetar, así como su manera particular Hacia el final del proceso, los mismos niñxs sugerían de afrontar las consignas de cada taller. Ninguno de la dirección de esta actividad.

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Una vez que finalizaba esta parte, dando la oportunidad para que todos los niñxs se fueran integrando al espacio, seguíamos con la iniciación del nombre. Manteniendo el círculo, con la canasta de los nombres al centro, íbamos nombrando a cada niño y haciéndole entrega de su collar. Esto marcaba la entrada al espacio de trabajo.

favoreció la idea de un borde/pared/espacio, tanto para los usuarios como para los voluntarios. Los ejercicios de calentamiento y relajación física mostraron lograr el objetivo de bajar la ansiedad y la tensión de los usuarios, beneficiando la participación y abriendo la vía hacia una posible cohesión grupal.

Después, establecíamos las consignas para la activ- Los movimientos del proceso idad artística que se iba a elaborar, y seguidamente, los niñxs pasaban a las mesas de trabajo donde llev- Como mencionamos anteriormente, al inicio el entusiasmo de los niñxs se mostraba muy elevado—se percaban a cabo el proceso de creación. ibía una gran expectativa. Esta expectativa parecía Al final de cada taller, nos volvíamos a colocar en estar acompañada paralelamente de un miedo hacia el forma de círculo, e íbamos reconociendo el trabajo de rechazo. Los niñxs se mostraban indecisos e inseguros cada niñx, o bien, de cada grupo; brindando soporte a la hora de aproximarse a sus trabajos; permeaba una a su creación y nombrándolos al mismo tiempo. Para sensación general de preocupación alrededor de la marcar el cierre, retomábamos la actividad de ir colo- posibilidad de recibir una aprobación o una negación. cando uno a uno su collar con su nombre en la canas- Lo leímos como un miedo manifiesto ante una nueva ta al centro del círculo. Adicionalmente les brindába- posible pérdida; parecían demandar la certeza de mos un sticker en forma de estrella, reconociendo su nuestra presencia. El temor a la equivocación, al parecer, los mantenía “controlados” e inhibidos. participación en el espacio. Rápidamente, los niños que se mantenían constantes a lo largo de los talleres empezaron a reconocer la estructura establecida y se mostraban complacientes ante la constancia y la posibilidad que allí iba emergiendo. Sin embargo, no tardó mucho tiempo para que algunos de ellos también comenzaran a mostrar una actitud retadora ante los voluntarios. Se llevaban material de trabajo, asegurándose de ubicar la mirada de los voluntarios, o bien se retiraPara culminar este primer proceso de intervención, ban del espacio con el mismo cruce de miradas. Aun los niñxs invitaron a sus personas especiales — así, estos mismos niños volvían a la siguiente sesión y padres, madres, encargados, amigos— a nuestra seguían recibiendo el reconocimiento del grupo. última sesión, para así compartir este espacio creado En el proceso, los niñxs se fueron mostrando poco a por ellos, con sus seres significantes. poco más anuentes a trabajar en grupo y compartir En cada taller, el ritual de paso del nombre propio nos materiales. Parecía que, al saber que tenían más tiemayudó a fortalecer nuestra propia cohesión grupal po para disponer de los materiales, podían entonces —entre participantes y voluntarios. Esto a su vez, concebir la idea de compartir con el otro. No obstanfavoreció nuestras propias capacidades para lograr te, siempre era interesante observar la emergencia propiciar el espacio de contención deseado. Cabe de algún niñx que retaba el espacio de diálogo con el destacar que, en un inicio, muchos de los voluntarios otro, con los voluntarios o consigo mismo. se mostraron sobrepasados emocionalmente por las impresiones y circunstancias manifiestas en el centro. Era como si al mismo tiempo que unos iban desarEs probable que esto, sumado al hecho de ser un rollando las actividades y se iban sumergiendo en trabajo voluntario, estuvo relacionado con las bajas a sus producciones, se favorecía el espacio para que otros pudieran arrojar sus miedos, sus preguntas, sus lo largo del proceso del equipo de voluntariado. incredulidades. Como bien lo apunta Pezo del Pino (2016), el grupo entraba a funcionar como un agente El ambiente y un contenedor; las representaciones que cada sujeEl espacio para el desarrollo de los talleres no era el to tenía de sí se iban apuntalando en las representamás adecuado para la elaboración de este trabajo, ciones grupales. inclusive, el mismo podía variar de sesión en sesión. En el salón grande (espacio comunal del centro Squiggle game donde se llevaron a cabo la mayoría de los talleres), entraba y salía gente en todo momento, y el ruido era En una de estas sesiones, hubo un niño que se negó muy elevado. Esto perjudicaba de manera inminente rotundamente a trabajar en grupo, la actividad era una aproximación del “squiggle game” de Winnicott. la creación del espacio de contención. El niño se sumergió a dibujar sus propios garabatos, Contemplando esta situación, el círculo se mostró sus propias líneas, dejando una gran cuota de agrecomo una herramienta importantísima a la hora de sividad en el papel. En medio de esta actividad, agartrabajar, así como el pasaje del nombre para inser- ró su etiqueta con el nombre y la destruyó, asegurantarse al interior de ese círculo. De esta manera, se do la mirada de algún voluntario ante este acto. Hacia el final del proceso, los niñxs se mostraban muy familiarizados con la estructura y se incentivaba que fueran ellos mismos quienes fueran dirigiendo las actividades de inicio y de cierre. Sin embargo, nos dimos cuenta de que seguía siendo necesario que un voluntario asumiera la dirección formal junto con los niñxs que estaban dirigiendo, ya que, si no, se terminaba por romper rápidamente toda la estructura.

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Al cierre de la sesión, cuando una de las voluntarias invocó su nombre, este niño señaló hacia su pecho, mostrando la ausencia del collar con su nombre. El gesto fue acompañado de una sonrisa que parecía estar desafiando/nos y cuestionando posiblemente su propia presencia, sus lugares de identificación, sus pérdidas, nuestro reconocimiento (¿?) La voluntaria le devolvió una sonrisa de reconocimiento, y a pesar de la ausencia de la etiqueta, lo nombró. El niño asintió el gesto. Este fue uno de los niños que se mantuvo constante a lo largo de todos los talleres.

surgiendo ciertas creaciones aisladas cargadas de contenido en el espacio intermedio. Podríamos marcar que, a partir del taller número cinco, donde intentamos figurar, nombrar, apalabrar algo de aquello que veníamos sintiendo en las producciones mediante la dirección de ciertas actividades artísticas, la atención decayó. Se desperdigó el grupo, imposibilitándose la simbolización y representación plástica o verbal de lo que allí estábamos sintiendo.

Esto nos dejó muy claro que aún no estaban listos. Necesitaban mucho más tiempo en actividades sensoriales de expresión libre, bajo ciertos lineamientos, pero sin insistencia alguna de poner palabra. La palabra que podíamos seguir delineando era la del nombre dentro del círculo de contención. En cuanto a las actividades plásticas, podíamos aprovechar el delineamiento del nombre y del círculo, para que Taller #3 Adaptación del “Squiggle game” de estos niñxs soltaran en el espacio de contención toda Winnicott la amorfia que los invadía. Consideramos que así fue. Retomamos los ejercicios de garabatos y trabajamos con el collage y la plasticina. Ahí, sin insistir en ninguna forma, solita se empezó a asomar. Aparecieron dientes filosos, aviones de guerra, cuerpos descuartizados, corazones personas, personajes amorfos, pero presentes, así como, símbolos que se repetían en los trabajos elaborados por diferentes niños. Todo esto era reconocido por ellos como de ellos y sostenido por nosotros con un alto valor.

Taller #5 Pinturas de círculo

La apropiación

Taller #7 Collage

Conforme avanzábamos, el círculo, junto con los ejercicios de calentamiento y de iniciación —marcados por la colocación de las etiquetas y la nominación— se mostraban como rituales asumidos, esperados, demandados y disfrutados por los niñxs. Los niñxs nuevos que se iban integrando en cada taller eran guiados e incorporados por los otros a lo largo de estas actividades. Según nuestras observaciones y las de los voluntarios, muchas veces se percibía una mayor frustración Taller #7 Collage a la hora de desarrollar las actividades plásticas ubicadas en el bloque intermedio del encuadre del taller. Se evidenciaba un cambio radical de actitud, mostrándose más afables a la hora de participar en las actividades iniciales del círculo y el cierre. Así quedaba clarísima la necesidad de reconocimiento, de reconocerse, de ser alguien que cuenta. A pesar de esta resistencia por la producción artística, seguían Taller #8 Esculturas de plasticina

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El cierre Desarrollamos una última producción grupal, sosteniendo siempre las actividades con el círculo y el nombre. Elaboramos unos mandalas colectivos que se iban a exponer ante sus seres queridos (ellos mismos los habían invitado previamente), y entre todos preparamos y decoramos el espacio para darle la bienvenida a sus invitados especiales. Pretendimos lograr sostener la creación del espacio mediante la integración de estos posibles Otros/ otros al interior de este. De esta forma, esperamos suspender el tiempo para iniciar un segundo proceso en enero del siguiente año. Para aquellos que ya no iban a estar, confiamos en que su nombre les podía alcanzar para continuar con un proceso de reconocimiento desde algún lugar, cuando así lo pudieran hacer. Conclusión Colegimos que, a través del trabajo con el nombre propio y la contención grupal se abrió la posibilidad para que estos niñxs exploraran su espacio de pérdida e incertidumbre. La experiencia se mostró harto complicada en un ambiente de inestabilidad, donde se evidenció una gran dificultad para controlar un sin fin de problemáticas. Frustraciones y nuevas posibilidades nos acompañaron a lo largo de todo el proceso. Elaborar un trabajo de contención y reconocimiento —en un espacio abierto al público general del albergue, y con Taller #10 Adaptación “Squiggle game” de Winnicott una gran variación de los participantes en cuanto a constancia y número— fue uno de los retos princi#2 pales. Sin embargo, pensamos que logramos conseguir el reconocimiento de este espacio, tanto por Estas producciones, a su vez, eran acompañadas por parte de los usuarios como por la institución. una conducta aún más retadora y agresiva de parte de los niños hacia los materiales, hacia el espacio y Durante y posterior al análisis de este proceso, lo hacia nosotrxs. Era como si al afirmar nuestro recon- que emergió fue la importancia del nombre propio ocimiento hacia ellos, elegían cuestionar su recon- dentro del encuadre vincular, como sostén y como ocimiento hacia nosotros. También se evidenciaba plataforma inicial de un proceso más extenso. A una mayor dificultad para sostener la estructura; los partir del nombre, los niñxs podrían eventualmente ánimos se mostraban más decaídos y dispersos, pero hacerse representar para otros, reconocerse y ser estaban logrando producir. reconocidos. Estimamos que algo de esto fue lo que sucedió a lo largo de este proceso. Concordamos con la hipótesis de Pezo del Pino (2016) en relación a las posibilidades de trabajo con Cuando nos apresuramos en el tiempo para darle el pictograma grupal. La autora supone lo siguiente: forma a esas representaciones, nos vimos obligadas a retroceder para continuar con la solidificación de la “...el pictograma grupal facilitaría la comunica- base. Quisiéramos que el proceso de reconstrucción ción entre los miembros de un grupo; promo- fuera más rápido —debido a la constante movilidad vería asociaciones libres verbales y gráficas, espacial en la que se encuentra esta población— sin presentaría fantasías, deseos, miedos comunes embargo, estamos conscientes de la importancia de y compartidos; relataría aspectos individuales, respetar los tiempos lógicos del proceso, y trabajasingulares y aspectos grupales, institucionales. mos con lo que teníamos a disposición. El pictograma grupal, como objeto mediador, permitiría acceder a contenidos reprimidos, En su momento, nos alcanzó el efecto de la posibconstruir sentidos y elaborar situaciones de ilidad que se pudo insertar con el reconocimiencrisis vividas por un conjunto vincular (fami- to de este trazo primordial. Fue a partir de ahí que lia, grupo, institución). Este recurso parece comenzó la aparición de las imágenes ligadas a mostrarse útil principalmente cuando el “decir” sus vivencias traumáticas, a sus pérdidas y a los resulta amenazador”. (p 5) escenarios de violencia a los que fueron sometidos.

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Intentar nombrar algo de eso vía la palabra aún era Pezo del Pino, M. (2016). El uso del pictograma muy pronto. Creemos que lo más importante fue, al grupal como objeto mediador en situaciones de crisis. menos ponerlo a circular. Psicoanálisis & Intersubjetividad: familia, pareja, grupos e instituciones. Número 8. Buenos Aires, Argentina. En consecuencia, sostenemos la necesidad manifies- [pdf] Recuperado de http://www.intersubjetividad. ta de propiciar más talleres alrededor del fortalec- com.ar/website/articulo.asp?id=272&idd=8 imiento de la inscripción del nombre propio —como base y sostén— posibilitando el trazo de nuevos lazos Rivadero, S. (2011) El nombre propio y el propio sociales. Con el fin de que estos niñxs puedan ir recon- nombre. Imago Agenda. El nombre propio. Nº 155, ociendo, en su momento, sus puntos de fractura, e ir noviembre 2011. Buenos Aires, Argentina. [pdf] elaborando sus vivencias traumáticas, su fantasma. Recuperado de: http://www.imagoagenda.com/artiDe esta forma, creemos que se puede propiciar la culo.asp?idarticulo=1610 transformación de su dolor en una ocasión productiva y creativa. Zaffore, C . (2015) La nominación como soporte del lazo social. Foro Analítico del Río de la Plata. Material Consideramos que el problema de la migración es de Circulación Interna - Biblioteca. Argentina. [pdf] un problema global y nosotros como psicoanalistas, Recuperado de http://www.forofarp.org/images/ tenemos el deber de enfrentar esta problemática pdf/CZ.pdf que atenta contra el borramiento de la singularidad. Esto lo tenemos que estar pensando todos, se nos hace imposible voltearle la mirada, para encerrarnos en una enseñanza, en un aprendizaje o en una clínica a puertas cerradas. Desde el psicoanálisis, nos sentimos convocadas a partir de nuestras propias contingencias, así como, desde la disciplina misma. En este trabajo proponemos una posibilidad de trabajo para abordar los escenarios de pérdidas y vacíos abrumantes sufridos por la población infantil ante los movimientos de migración forzada. Nuestro deseo es ponerlo a circular para abrir la pregunta ¿es esto? ¿puede ser esto? y, si no, pensemos en qué puede ser. En enero del 2015, marqué el inicio de mi “año del deseo”, al finalizar el año, ese deseo me llevó al preludio de este proyecto, que, a su vez, me dirigió al encuentro con la potencia del nombre propio, como una posibilidad de abordaje y convocatoria de la singularidad subjetiva. Hoy, finalizando el 2018, ante la situación migratoria que sufre nuestra región latinoamericana, espero que esta comunicación escrita, sirva como un relanzamiento de ese deseo, y una apertura hacia esta posibilidad que les planteo para afrontar este malestar que nos atraviesa.

Referencias bibliográficas Lacan, J. (1961-1962). La identificación. Seminario IX, inédito. Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Traducción de clase 3: Mario Pujó y Ricardo Scavino. La versión traducción no consigna quienes tradujeron el resto de las clases. [pdf] Recuperado de http://psikolibro.webcindario.com/entralacan.htm Lacan, J. (1954-1955). El yo en la teoría de Freud y en la práctica psicoanalítica. El seminario. Libro 2. Barcelona: Paidós. La traducción íntegra pertenece a Irene Agoff con revisión de Diana Rabinovich y el acuerdo de Jacques-Alain Miller. [pdf] Recuperado de http:// psikolibro.webcindario.com/entralacan.htm


El psicoanálisis en la educación

El i s a J im é n ez 34 35


A

nte la locura se busca la cura. Éste es el recorrido que en la actualidad hacen muchos padres que se enfrentan a diversos diagnósticos que le son dados a sus hijos desde edades tempranas. Los progenitores desean encontrar la explicación o soluciones rápidas al problema que se les presenta, y dejan de lado la historia de padres, abuelos, bisabuelos, es decir, de la constelación familiar de cada uno de estos niños, quienes hacen el llamado desde su individualidad o sea a nombre propio, aunque la mayoría de las veces no son escuchados.

a su mundo e historia que tenía huellas de silencio, de tiempo sin ley, de ausencia de palabras no dichas por la madre, de destiempo, nada lo remitía a su historia, a su linaje, sólo era un objeto de necesidad que permanecía —biológicamente hablando— en este mundo.

La palabra y sólo la palabra decosifica al niño, lo humaniza, lo introduce al mundo simbólico de la cultura, de la ley, en el que todo lo hablado se hace humano1.

El psicoanálisis señala que no puede pensarse al hombre, a su vida, sin la muerte; al trabajo sin el deseo, y al lenguaje sin la ley. Si se quiere pensar al hombre, si se quiere construir ciencias humanas, habrá que pensar en la muerte, la ley y el deseo.3

Fue a través de la palabra como fundante que se trazó el camino para la estructuración de su vida.

¿Qué es lo que permite tener un lugar en este mundo? El nombre propio rebasa la fenomenología del sentiEl grito para quien lo escucha tiene diferentes conno- do común. No se trata de la nomenclatura con que se taciones, el grito demanda auxilio ante la omnipoten- inscribe al sujeto en el registro civil. Es el acto como cia del Otro, expresa angustia ante algo que no se se escribe en el devenir del tiempo2. entiende. El grito no tiene palabras, sólo alaridos de dolor, el cual se encierra en cuatro paredes para no A ese niño su nombre le dio un lugar en su casa, coloser escuchado. nia y escuela; supo que tenía un nombre y que existía para los otros. Ocupó un lugar en el mundo, en Tiene que tomar lugar la palabra en la vida del niño el tiempo. Descubrió que los otros existían y que para que éste se constituya como sujeto; esta palabra podía compartir con ellos sus juegos. Inicialmente le dará un lugar en la vida de su madre y del mundo; su palabra fue utilizada con los convencionalismos es a través de ella que se sujetará y se construirá. sociales para establecer un lazo social, pero después ¿Pero, qué pasa cuando este sujeto en ciernes sólo él mismo se interesó en todas las cosas que aconteencuentra el silencio y desde el vientre es concebi- cían en su entorno. De esa forma se despertó en él el do como una cosa? ¿Qué se espera de alguien que no deseo de participar de las actividades que realizaban fue hablado? Silencio tal vez, pero un silencio que los demás. Éste fue sólo el comienzo de una apuesta no permite que nadie entre en su mundo y cuando se sobre la posibilidad de realizar psicoanálisis desde intenta penetrar en forma abrupta, sólo se recibe el otro lugar. rechazo. Rechazo que se concibe como una agresión a quienes se encuentran cerca él. Y cierro este escrito con una cita:

En el psicoanálisis se habla de palabra plena y palabra vacía; la palabra plena dejará marcas en la vida del niño y construirá su mundo a través de la mirada de su madre, quien se lo describirá y lo acercará. Con esa voz dulce o amarga lo envolverá en el deseo de ésta. El mundo está lleno de palabras, pero éstas no significan nada para quien no las quiere escuchar. Esto sucede con niños que llegan a escuelas donde lo menos importante es ser escuchados, se pierden entre los gritos y empujones de los demás, quienes los llevan al final de la fila y de la vida, porque aquéllos no forman parte de lo que sucede dentro y fuera del aula. ¿Es posible hacer algo desde la mirada del psicoanálisis? Para dar respuesta a esta pregunta me permitiré acercar a los lectores de manera breve a la historia de un niño a quien conocí cuando él recibía terapia de lenguaje, sentado en el piso —frente a un espejo—, estaba prácticamente atrapado entre los brazos y piernas de su terapista que pretendía evitar que el infante escapara. El lugar se llenaba con los gritos del niño pidiendo auxilio para liberarse y salir corriendo. Al no lograrlo, vomitaba y se ensuciaba la ropa; así trataba de no ser forzado a estar ahí. Ese llamado de auxilio me permitió mirarlo y acercarme

Elisa Jiménez

1) Jiménez, Andrés Manuel .La relación padres-hijos. Ediciones de la noche. México P. 38 2) Morales, Helí. Psicoanálisis con arte. Ediciones del deseo. México .2015 P.333. 3) Morales, Helí. Sujeto y estructura. Samsara X Aniversario.México.2017. P.121

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A l ejand r o Ca rril l o V a l ero 37


I. Sobre lo negro y el espejo

L

o negro es colindante a la oscuridad, en sus tinieblas encontramos lo ominoso, en su noche extraviamos las certezas, en esta tenebrosidad se celebran aquelarres de sinrazón, en tal lobreguez surgen nuestros monstruos propios, se les desata la cadena en la proyección, de esta opacidad aparecen las verdades, irr-ego-nocibles, dolorosas, punzantes. Por ello esta nebulosidad nos es familiar, cercana, íntima, pero también siniestra. Hay al menos tres líneas de significación de la negrura, la que acabo de relatar que se opone a la luz y a la claridad; y las otras que se refieren a la falta de sabiduría y cultura y que gestan ignorancia, oscurantismo, y ceguera, refiriéndose así al no saber, y la última referida a aspectos psíquicos que hacen confusión, embrollo, enigma, misterio y complicación. Y si ahora, además recorremos el velo y encontramos una superficie quieta y reflectora con un trasfondo oscuro, estaremos ante un espejo negro. Puede ser un estanque fangoso, un cristal pintado de negro en su envés, un cuchillo de obsidiana, una caverna, un bosque, la noche, una habitación o una casa en calma, o los recovecos del amor-madre, boca-garganta, oreja-oído, sexo-cavidad, ojo-pupila, no son pocos los lugares donde uno es sorprendido por la angustia, a decir de Freud, en Lo ominoso, donde uno encuentre algo en la oscuridad, el silencio o la soledad, este frío latente con el que nacemos y nunca nos dejará, allí nos reencontrará. El espejo negro nos habita y no hacemos sino reencontrarlo en la realidad, más aun, le buscamos, y nos asombra cuando le vemos, pues hemos olvidado que estamos sedientos, hambrientos y desarropados buscando lo que nos distrae de estas evidentes carencias. Al espejo negro, lo pesquisamos desde siempre, sea en Edgar Allan Poe, en H.P. Lovecraft o en Sade, o nos lo muestre Goya, o el arte sacro y satánico, o en las películas de terror. También lo hallamos en las pantallas de nuestros gadgets apagados: la Tablet, el celular, la computadora, porque cuando están prendidos ya no está, sino ahora nuestros ojos son el espejo negro. En este reino de lo imaginario, nos embebemos de una episteme de primera impresión, conocemos vía el prejuicio, la hojeada, capturados por los ojos que nos miran, nos fascinan seducen y enganchan. Sea en el reflejo del mito, la leyenda, el arte; en la réplica que nos ofrece la filosofía, o en la especulación de la magia y la religión. No es sino nuestra oscuridad de la que nada reconocemos, pero que se nos muestra en el estanque de Narciso, en el oráculo de Blancanieves, o en el cristal vacío del vampiro. Y es que, para Ser, la primera mitad se construye de creer, y la otra mitad, de parecer, por lo que no hay Ser, sino semblante en su pronta caída. De refilón, mencionemos la verdad del chiste, la comedia, el humor, que también los hay negros y no dejan de salpicarnos en una sonrisa nerviosa que los previene alejándolos.

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II. El discurso de los mercados

alguien, no somos diván, sino divas, requerimos del sufrimiento del otro de otro para poder operar, nos sobra un plus de saber, en vez de lazo apostamos por reunión, cobramos de más al deseo, no posibilitándolo sino resistiéndolo, se hace del semblante, prestigio. No estamos a la altura de la subjetividad de la época, ni del sujeto del inconsciente, ni de nuestra propia formación. Lo significantes del rigor, la sobriedad y la eficacia los tenemos reprimidos. Desdeñamos con soberbia a otros significantes, como los de familia, género, psicología y ciencia. Qué miedo resulta de ser interpelados, de la petición de aclarar nuestro léxico, de ejercitar nuevos modos clínicos, de la transmisión y de la creación. El psicoanálisis ha de pertenecer a los mercados si no confronta sus semejanzas con este y hace aparecer sus diferencias.

Lo humano no es sino un destierro, caída y extravío. Ha dejado tras de sí, supuestos paraísos, cielos y mundos, para caminar vagando, errante, sinsentido, entre infiernos, valles laberínticos y senderos inmundos, buscando asirse para coronarse de amos, padres, jefes gobernantes, tal es su predeterminación significante inconsciente, queriendo escalar peldaños jerárquicos, en identificación, alienación, enajenación, servidumbre voluntaria, sumisión y obediencia, aspirando ha-ser-ce él mismo un amo, tal como lo dictan los discursos del inconsciente, el del amo, el discurso capitalista, el neoliberal y el de los mercados. Hay una cronología histórica de lo que se acaba de señalar, de tal manera que nuestra contemporaneidad naufraga de un discurso post, peste, de lo empresarial, corporativo, También nosotros tenemos nuestros Henry Ford, financiero y consumista. Bill Gates, Carlos Slim; Ídolos, jefes y padres; Franciscos I, Norbertos Rivera y Marcial Maciel. Qué ¿Qué es un discurso en estos sentidos? Una sería un Freud no leído, un Lacan no cuestionado, un permutación de las posiciones éticas y políticas al análisis sin proseguir. Hay herrumbre, polvo, moho, servicio del dios dinero, del evangelio de Google, en donde no se sacude, asombra y habita la otredad; la plataforma de las telecomunicaciones. ¿Qué es el que la autocomplacencia, arrogancia y competencia discurso de los mercados? La más reciente app actua- fálica nos permitan escucharnos más. lizada, cualquiera, actualizada, en la que somos siervos del mecanismo de insaciabilidad del derroche, III. La serie de Netflix Black Mirror del lujo, y del exceso. En este marco, felicidad, resiliencia, competitividad, hacen trinidad recompensa Después de esta mirada negra a nuestra imagen, de un domingo maratónico de alimentos, divertimen- antecedentes y mundo, el espejo negro de Netflix. to y alguna serie de tv, cine o internet. Para el psicoanálisis el arte es musa, fuente de inspiMenciono el discurso de los mercados, porque es ración, pero también sirena que denuncia, no interuno de los que nos rodean, en un soporte de una preta sus cantos, pero se deja seducir por su decir, sociedad de control, pues es el espacio necesario y es de estas que se permite ser guiado, pues el arte para situar el fenómeno streaming de Netflix. Prosi- aventaja en su no intencionalidad de conseguir de go para vincular este momento histórico-político saber y verdad, al trabajar con las pasiones del ser: del padre. Que no es el momento del padre dios, rey odio, amor e ignorancia. Es el arte quien le muestra estado, sino el del sujeto que no sabe qué hacer con una belleza clásica, luminosa de formas áureas, de la muerte del padre, que no sabe ir más allá de él, que esplendor, simetría, y perfecta composición, Pero crea ilusiones como la de la declinación de la figura también la belleza de lo sublime, lo horroroso, lo paterna y que se arriesga a que el hiper-padre resurja terrible, lo oscuro, lo abyecto y gozoso. en el fascismo. Escribo esto, porque la función misma del padre siempre ha sido fallar, ser destronado, ser Es en este rubro del arte donde se encuentra la serie asesinado, perder, que con esto permite la insurgen- de 23 capítulos Black Mirror, sitcom que surge en el cia, subversión y gestación de un sujeto. No hacemos Reino Unido en 2011, creada por Charlie Brooker y sino repetir viejas historias con nuevos semblantes, en la que se muestran 23 historias, aparentemente no la de los grandes mitos, sino nuevas fachadas, independientes, donde hacen juego, una magnífica suplencias de terribles versiones de nuestra impo- dirección, actuación, guion, fotografía y cinematogratencia, abandono, y debilidad, vertidas en nuevos fía. Bajo una temática brutal, como lo es la tecnología ideales del yo, conciencias morales y superyós, como y los medios de comunicación, al servicio de la cruelnarcotraficantes, líderes fuertes, fármacos todopo- dad. Cada capítulo merecería una atención especial, derosos u otras pantallas superfluas más. Como la pues en cada uno se plantean dilemas éticos, polítique arriba con los mercados, ilusión de organización, cos, tecnológicos que ilustran la belleza horrorosa de engranaje, persona moral, guía ecológica, triunfo y la postmodernidad, de sus mercados avasalladores, realización laboral, bienestar económico, transnacio- de la condición humana rebajada al código de barras nal ISO9001 socialmente responsable. y resto, al ser contadas sus muertes en millares. Ahora pensemos en una coincidencia estructural más, la del discurso de los mercados con la del discurso del psicoanálisis, la de la fórmula de la perversión, con la del analista. La causa, la red, la institución, la escuela, el canal, no están exentos de su propia degradación, comercialización e inmoralidad. Pues los psicoanalistas hacemos semblante de subjetividad, de no Ser

Para los fans analíticos de la serie, apoyándose en brillantes deducciones y testimonios del creador de esta, la serie pertenece, a un solo universo que ordena lógica y no cronológicamente, hallando una trama que inicia en el 2011 y termina en un apocalipsis de la civilización alrededor de 2030. La serie se caracteriza en cómo la tecnología pretende

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suplir las pérdidas, sean estas del orden de la privación, de la frustración o de la castración. Con artilugios yoicos sostenidos en la fantasía, ilusión de los dramas del capítulo, por ejemplo, el reconocimiento de las personas en las redes sociales, o mostrando a los obreros del consumismo, la inmersión de la conciencia en videojuegos o realidades virtuales, la extracción de la conciencia para hacer una copia virtual manipulable de esta, se muestran en los capítulos, controles de memoria, controles de la vida visualizaciones sobre los demás, que ni el big brother, panóptico o cualquier otra pretendida omnipresencia, omnisapiencia, habría soñado con tanto detalle. Si Netflix, Black Mirror, hacen inéditos fantásticos, que denuncian, advierten, divierten, y pervierten a la razón, es porque la sinrazón gozosa les adelanta y muestra el camino.

se extiende por “Fantasía”, porque los humanos han dejado de crear historias: ya no sueñan, solamente quieren habitar sus pesadillas. Apizaco, Tlaxcala, septiembre de 2019

Hay en esta pesadilla de 23 partes, una razón que se proyecta, una razón que se materializa, y es la ironía de que sus guiones son en sí, parte de lo que denuncian, servomecanismos de la serie, de la transnacional del streaming. Es ingenuo pensar que dejaremos de ser víctimas de los mercados, consumidores de refrescos, eternos abonados de nuestras deudas, televidentes de este nuevo circo; no así, la insistencia por la crítica cuestionamiento, y disenso del sujeto siervo del mecanismo, al dispositivo, al discurso. Todos podemos sentir el terror de esta serie, el horror que nos cuentan los periódicos a diario, el dolor de los que escuchamos en cada sesión, pero ¿Qué se hace frente a esta belleza negra que nos refleja? Porque si nuestra única respuesta es la indecisión que nos desata la nostalgia del ayer, la parálisis psíquica procrastinadora del deseo, la detención de la creación frente a la muerte, habremos de poner más atención a los detalles, atentos a las historias de las que somos depositarios, ahí también están los actos éticos singulares que nos hacen amar, dar escucha al otro, en el reconocimiento de su deseo está el mío, en saber decir a tiempo: no. No hay dios, tecnología, o gadget, que nos salve, tampoco el deseo, el amor, o el psicoanálisis, todos venimos de una inexistencia para devenir a otra. No obstante, nos quedan modos de aligerar las cargas, de hacer tiempo, de disfrutar, de hacer pasión. Que el miedo a la vida no nos suicide y acorte la historia, que esta me siga ocurriendo. Una vez más dentro de la lucha. En una buena pelea que jamás como esta conoceré. Vive, muere, lucha en este y otro día. Viviendo, muriendo, y luchando, mañana también. Para terminar, señalar que, en la tierra del imperio británico, cuna de las empresas de piratería, del capitalismo tardío, madre de las colonias, del Brexit, un artista creó de su ironía, una denuncia. A mí me gusta más la historia de Michael Ende, quien en 1977 creara La historia interminable, pues su protagonista la escribe día a día, hace de su ideal, un héroe en los hechos, que frente a su enemigo —“la nada y su lobo negro”— arremete contra esa carencia de imaginación, ante el no crear, pues “La Nada”

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esde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado la representación como una manera de otorgar un lugar en su mundo simbólico, nos referimos en primer término a la escritura. Al principio, en Mesopotamia desde 3000 años A.C. cuando se inscribían caracteres con apoyo de una cuña para representar los pictogramas, los cuales eran elaborados en barro y posteriormente cocidos. En Egipto, en cambio, en 2800 A.C. usaban el papiro, planta de tallo hueco y liso que provenía de las orillas del río Nilo, la secaban, la pulían y después les servía para plasmar sus jeroglíficos. En Grecia y Roma —en los años 2500-2700 A. C. — empleaban la piel curtida. En Mesoamérica, aprovechaban piedras, tiras de piel de animal y fibras vegetales, en las cuales plasmaban a través de códices lo que acontecía y pensaban. En China, con la invención del papel se marca un momento histórico respecto de la escritura. Después de la Edad Media, con la imprenta, se amplían las posibilidades de transmitir la historia entre diversos sectores sociales. Ahora, con las nuevas tecnologías, todo puede ser compartido en las redes sociales y llegar a más personas. Otro elemento muy importante es el lenguaje. La palabra que permite dar un lugar reconoce en primer término que todas las Lenguas poseen ciertas categorías de expresión que parecen responder a un modelo constante desde la lingüística. Hay, además, diversos planteamientos al respecto, unos refieren el origen del lenguaje a partir de las onomatopeyas, donde en la Era Neandertal, primaba la imitación: se emitían sonidos de la naturaleza, de los animales. A partir del Homo Sapiens, la comunicación constó de otros elementos, como la transmisión de emociones.

En otros textos se propone el método catártico, denominado en la actualidad como asociación libre, que implica este método enunciado por Freud: hablar, dar paso a la palabra al dolor, al miedo, a la angustia, a todo aquello que se calla y se hace manifiesto a través del síntoma, el cuerpo donde todo se manifiesta. La gran propuesta del psicoanálisis es, entonces, la concepción del lenguaje para el psicoanálisis precisando que nada tiene que ver con la mera expresión de pensamientos en palabra; el lenguaje es un más allá del decir. Es de las primeras aportaciones de Freud. Es también el lenguaje de los gestos, los símbolos manifiestos en los sueños, actos fallidos, olvidos y hasta la escritura, teniendo en cuenta que la palabra tiene elementos constitutivos desde la interpretación del psicoanálisis pues representan algo, un deseo, una verdad, un síntoma, algo que se sabe desde el inconsciente y no se expresa. La propuesta de Freud en relación con la técnica psicoanalítica y el lenguaje se hace presente en sus escritos dónde el lenguaje tiene diversas manifestaciones en el caso de la histeria a través de las manifestaciones corporales: paralizar el cuerpo, la afonía, el “olvidar” algún nombre, alucinaciones, el no recordar algunas palabras, el extravío de cosas, los movimientos habituales y él sueño manifiesto en símbolos más que en palabras, el cual adquiere sentido mediante el análisis, en el cuál por más sinsentido que aparentemente tengan las cosas adquieren su significante a través del decir, el cual tiene su propio espacio y tiempo dando la posibilidad al desplazamiento, la resignificación de la historia del sujeto a través de la palabra, por eso lenguaje y palabra en el análisis adquieren su sentido, es interpretar el lenguaje desde la palabra.

Tiempo después, entre los griegos las palabras tenían relación con lo que se quería representar, el lenguaje era pensado como algo “natural”. En el siglo XIX Ferdinand de Saussure a quien se denomina como el padre de la Lingüística, centra a la Lengua como objeto de estudio, como sistema de expresiones convencionales usado por una comunidad, y el habla como el uso individual de dicho sistema. La lingüística sincrónica, que estudia la constitución y funcionamiento de un sistema, y la lingüística diacrónica, que estudia su evolución.

El psicoanálisis, desde sus inicios, brinda la posibilidad al sujeto de la palabra hacia el encuentro de una verdad que lo habita, colocando al analista en la posición de sujeto, supuesto, saber, después de cien años de existencia se encuentra en medio de una serie de terapias breves, entrenamientos emocionales para el “bien-estar”, medicamentos que olvidan la esencia de la psique humana y es acallado con propuestas inmediatas en su ser eminentemente biológico.

Además de estos elementos, se incorpora una significación con otras significaciones además del significante que establece una relación entre pensamiento y lenguaje, es decir, el significante representa la forma material del objeto y el significado es el contenido; el significante adquiere su valor en tanto signo lingüístico al ser nombrado.

Son tiempos en los cuales ya no son importantes la palabra ni el destino de ellas, el deseo queda limitado a una satisfacción temporal; no hay tiempo para decir lo que sucede, es mejor olvidar y para ello están los descubrimientos científicos. Nos topamos con una sociedad eminentemente contradictoria dónde el “slogan de libertad”, es confundido con la particularidad del sujeto, su historia, el amor, odio, significantes y todo cuanto le atañe.

Después del recorrido histórico al respecto de comunicación, lenguaje y palabra, se abre la siguiente interrogante: ¿De qué manera se puede pensar el lenguaje desde el psicoanálisis, su función y trascendencia en la actualidad? Daremos respuesta partiendo de Freud:

La globalización delimita el síntoma, si existe dolor hay analgésicos; si se tiene baja autoestima, hay que acudir a entrenamientos emocionales, si esto no es suficiente existen las cirugías y remedios inmediatos “para ser mejor”; si un individuo se siente solo El psicoanálisis médico que aspira a curar ciertas o deprimido, compra un teléfono de última geneformas de afección nerviosa (neurosis) por medio de ración, “el cual siempre te acompañará hasta en los una técnica psicológica. peores momentos”.

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En 1896 aparece en un texto de Freud la palabra “psicoanálisis” que propone la cura a través de la palabra, nacido del método catártico donde se otorga un lugar al sufrimiento a través de la verbalización, le otorga al sujeto la posibilidad de interpretar los símbolos en sus sueños, encontrar su historia y colocarse en ella desde un lugar otro, sino es una cura como tal al menos es hacer consciente lo inconsciente y asumir la verdad, vivir con relación al deseo que nos habita, es ese espacio de encuentro no para el bien-estar de una terapia breve sino para a través del dolor , el recuerdo, el síntoma donde se explora el inconsciente a través de la asociación libre donde el analizante expresa todo lo que se le viene a la mente y el papel del analista es interpretar lo que se escucha, donde la subjetividad tiene un lugar. Entonces: ¿Qué está por-venir para el psicoanálisis y los que somos parte de estos planteamientos? A manera de conclusión, es necesario manifestar a través de la escritura lo siguiente: La vigencia y trascendencia del psicoanálisis en estos tiempos implica una ética del deseo por continuar en la revisión de las obras de Freud y lo propuesto por Lacan para dar un lugar al sufrimiento del alma, generar diversos espacios para que la escucha de quiénes mucho tienen que decir y en lugar de ello se encuentran con un medicamento para curar el ser biológico y no el alma. En otras palabras, es tratar de buscar en la masa de la globalización a los sujetos del inconsciente.

Bibliografía Saussare de, Ferdinand. Curso de lingüística general. Editorial losada; Buenos Aires .1945 Freud, Sigmund. Obras completas. TOMO XIII (19131914) Amorrortu editores; Argentina 1997. Roudinesco, Élisabeth. ¿Por qué el psicoanálisis? Editorial PAIDÓS; México 2019

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Cecilia Sánchez


Jona ta n Jeh ú Hern á n d ez Ra m í rez 44


¿Las cosas son?

bles, medibles inmutables, y un largo etcétera y, que en cambio no pueden “ser”, por ejemplo, bidimenos griegos fueron, en nuestra historia, una bendi- sionales, caóticas, mutables, sin poder ser observación y una maldición, por así decirlo. Me explico: bles sólo probables, etc. los griegos clásicos han sido de una influencia muy grande en toda la historia de nuestro pensamiento y La tecnología gracias a la influencia de ellos hoy pensamos lo que pensamos, ¿pero qué tal si creemos que algunas co- En este mundo en el que la tecnología avanza a pasos sas son así y no de otra manera posible por “culpa” agigantados, cada vez más personas tienen acceso de ellos? a internet en prácticamente cualquier lugar y por medio de diversos dispositivos. Esto hace que las Si nos preguntamos en qué espacialidad nos encon- personas estén cada vez más en constante interactramos y vivimos nadie en su sano juicio responde- ción con diversos dispositivos y, mediante ellos, con ría otra cosa que en el espacio 3D pero, ¿por qué? redes sociales, juegos, plataformas, etc., llamadas “Porque es evidente” diría alguien con mucha confian- “virtuales” o de “realidad virtual” y con muchos serviza; de igual manera con el ser y la existencia de las cios más de la web como el servicio “Cloud”, los buscacosas, “las cosas son y punto, existen y se pueden dores, navegadores, sistemas operativos, las aplicapalpar o medir, nos son evidentes y si no, no existen” ciones etc.; en sí, con todo aquello que tiene ver con afirmaría alguien muy seguro. Pero, ¿y si todo eso no el internet. es evidente? ¿Y si alguien nos enseñó que vivir en el espacio 3D es evidente y eso hace que nos parezca Se han hecho muchos estudios —psicológicos y evidente, y que las cosas son y por eso nos parece sociales en su mayoría— acerca de esta red informálo más lógico? En efecto, pensamos en que nuestro tica en los que se investigan temas como la adicción, espacio es el de las tres dimensiones, alto, largo y la desconexión con el mundo real, la disminución en ancho y que no puede ser de otra manera, pero no interacciones sociales “reales”, etc. En esas investigaporque sea “evidente” sino porque fuimos educados ciones, todas estas “situaciones patológicas” tienen en una larga tradición milenaria gracias a un grie- como causa el uso e interacción constante con cualgo: Euclides. A partir de Euclides, explica Kaku2, se quier dispositivo tecnológico que tenga acceso a instaló toda una tradición casi sectaria de las tres internet. Sin duda la manera en que se aborda el tema dimensiones. El movimiento que explica Kaku3 es el no deja de ser psicologizante —y patologizante— y siguiente, primero fue Euclides quien indicó que un es decepcionante leer a colegas psicoanalistas que sólido tiene tres dimensiones; luego vino Aristóteles entran en este tipo de perspectivas cuando escriben quien afirmó categóricamente que nuestro espacio sobre el tema. Estas perspectivas patologizantes (e no podía ser de otra manera que tridimensional; y, ideológicas) a la hora de abordar el tema de la tecnofinalmente, para solidificar —que el juego de palabras logía se basan en una idea central: que hay una cosa sirva para resaltar el punto— esta idea tan arraigada que es la realidad y que quienes interactúan con los en nosotros, vino Ptolomeo a demostrar ingeniosa- nuevos dispositivos tecnológicos se “desconectan”, mente que una cuarta dimensión era imposible. Así en mayor o menor medida, de esa realidad tangible. se instauró esta tradición histórica y sectaria pues se Ahora, si queremos erradicar ese prejuicio patologiperseguía a cualquiera que se atreviera a pensar en zante tenemos que pensar en que esos sistemas que una cuarta dimensión. Sí, a quien intentaba pregun- ejecutan cualquier tecnología actual están dentro tarse o teorizar sobre una cuarta dimensión era de lo simbólico, se estructuran y rigen mediante el perseguido intelectualmente. lenguaje, materializan al Otro y, dependiendo del caso, ocupan el lugar de A para el sujeto. Lo mismo pasa con el “Ser”, ese tema filosófico que introdujeron los presocráticos de la mano de Parmé- En el siglo XXI pareciera que el Otro está muy atento nides para el que, a resumidas cuentas lo explica al sujeto, pretendiendo saber dónde está físicamenGuthrie4, el “ser es” y lo que “es” no puede “no ser”. El te (GPS), dónde vive (Google maps), qué es lo que ve ser para Parménides no tendría manera de conver- (Youtube/Cookies), qué es lo que escucha (Spotify), tirse en algo diferente porque atentaría, lo explica qué es lo que busca (Google), qué hace y siente (FaceGuthrie5, contra su máxima pues sería convertirse book/Instagram), qué es lo que le gusta, mediante en lo que “no es”. Así, Parménides le atribuye una qué campo interactúa (Android/Apple), qué mensajes inmutabilidad al ser. Esta tradición filosófica grie- envía (Whatsapp), qué sube y qué descarga. Esto hace ga del ser —que por supuesto pasa por, y se afianza que sea un tema muy rico para un análisis mucho más con, Aristóteles— es la que nos hace pensar hoy día profundo. “por intuición” que las personas son de determinada manera y no pueden cambiar, por ejemplo; o que la Sobre la realidad realidad “es” de una manera y no puede ser de otra forma; en suma que las cosas “son” de una determi- Por mucho tiempo se ha visto a este espacio cibernada forma: tridimensionales, tangibles, observa- nético —el de los dispositivos tecnológicos con y sin

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1) Estas ideas fueron esbozadas en el 2012 y puestas aquí con recortes, adiciones y enmendaduras para su primera presentación en esta revista. 2) Kaku, Michio. Hiperespacio. Drakontos. 2007. Pág. 65. 3) Ibíd. 4) Guthrie, William. Los filósofos griegos. FCE. 1994. México. Págs. 53-60. 5) Ibíd.

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internet— como una realidad alterna, “virtual”, pero pérdida de datos importantes como cuentas banca¿realmente será así? rias, seguros médicos, robo o fraude a las tarjetas de crédito, pérdidas monetarias —caída del sistema de Hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas que la bolsa de valores, por ejemplo—, etc. Lo anterior, muchas personas denuncian y afirman que la juven- menciona Zizek0, es una “pequeña partícula de polvo tud de hoy en día se “atrapa” o son atrapados por que le da cuerpo a la ausencia del gran Otro”, puesesta realidad “virtual”, de tal manera que descuidan to que si el orden virtual de las cosas se desvanece, las cosas de la realidad “verdadera” como socializar nos enfrentamos a la realidad desértica, al mundo sin con personas “reales” u otros aspectos de la vida el sustento simbólico11 que le da forma y orden; a la “real” como la escuela, la familia, incluso llegando a noticia de que no hay Otro del Otro. Zizek1 plantea afirmar que por esta causa se encierran (Hikikomo- que el dinero se reducirá a una forma electrónica ri6), etc. Por ejemplo, en un estudio psicológico titu- en la que desparecerá cualquier rastro de su forma lado “El adolescente ante las tecnologías de la informa- material y agrega: “Es en esta etapa cuando asumirá ción y la comunicación: internet, móvil y videojuegos”7 la forma de una presencia espectral indestructible: Te citan a Fiel quien dice lo siguiente: “El adolescente se debo 1.000, y sin importar cuánta evidencia material encuentra en un mundo diferente, sin las limitaciones pueda quemar, sigo debiéndote 1.000, pues la deuda del mundo “real”, un lugar donde se oculta la vergüen- quedó registrada en algún lugar del espacio virtual...”. za y surgen las intimidades de su mundo interno”8. En Y bien ¿no se tiene ya una relación muy similar con el mismo estudio plantean lo siguiente para abordar el dinero y el espacio virtual? Por muchas computael diagnóstico de los posibles problemas psicológicos doras y celulares que quememos, si hemos dado click por el uso de internet: “El diagnóstico de la adicción a “erróneamente” en comprar algo en una tienda en las TIC parte del mismo principio que las adicciones “línea”, ¿no nos adjudicamos una deuda inevitable o a substancias.” De ser lo anterior tan simple, es decir, de la misma manera al “aceptar” un acuerdo en interque del hecho de estar en contacto prolongado con net? Esta es una relación ambigua, en la que sospelas TIC deviene en una adicción como el contacto con chosamente siempre salimos perdiendo, ¿qué pasa si sustancias, los corredores de bolsas, las personas que hemos hecho un pago sumamente importante a una trabajan en oficinas, incluso los que trabajan desarro- institución mediante un depósito bancario pero luego llando las TIC (Tecnologías informáticas y de comu- hemos perdido el recibo o comprobante?, ¿podremos nicación) tendrían resultados devastadores en los “comprobar” nuestro pago? Creo que todos sabemos diagnósticos que se hacen para detectar patologías la respuesta. que tienen como etiología las TIC. Que la perspectiva de ese estudio sea la más generalizada respecto Por el lado del consumo, una tendencia actual —en al tema es por lo que creo necesario proponer una este mismo orden inmaterial— de los videojuegos es diferente, que a su vez sea una crítica a la perspec- el famoso formato free-to-play, donde no te venden tiva piscologizante —incluidos muchos abordajes del un juego puesto que supuestamente es gratis, pero tema desde el psicoanálisis— de nuestra relación con lo que sale gratis es el esqueleto, el armazón, y lo que las TIC en donde existen dos mundos: uno real y uno te venden son cosas para poder jugar. La gratuidad irreal que nos atrapa y nos provoca consecuencias reside en tener lo necesario para poder comprar patológicas “sacando” lo más íntimo de nosotros y, después cosas imprescindibles para el juego, ¡vaya por lo mismo, habría que regular nuestra interacción paradoja! Uno puede terminar pagando una cantidad como lo hacemos con las sustancias. de dinero que podría equivaler a 10 veces, o más, el precio del juego si fuera de pago.1 Estas, y las anterioAquí se intentará argumentar que la realidad “real” y res, son algunas de las vicisitudes que provoca este la realidad “virtual” no tienen, en su estructura, una orden virtual que sustenta nuestra realidad y en las diferencia radical. que estamos implicados nos guste o no, queramos o no. Ahora profundicemos en la relación del sujeto 9 Zizek en “Bienvenidos al desierto de lo real” , nos con este espacio virtual. menciona que con el “Millennium bug” pasó que fuimos confrontados con el hecho de que la vida Proponemos una lectura del seminario II de Lacan. real como convencionalmente la vivimos está soste- Ahí, en clase del 2 de Febrero de 1955, Lacan nos nida por un “orden virtual” de conocimiento objeti- confronta con los sistemas del texto de Freud vado y que el fallo o incorrecto funcionamiento de “Proyecto de psicología” que son: φ, ψ y ω, los cuales este orden pude tener consecuencias catastróficas. pasan a ser sistema receptor y contestador (φ), sisteSí, catastróficas en nuestra vida cotidiana y real: ma interno (ψ) y percepción (ω). Haciendo un análi6) Término en japonés que hace referencia a un fenómeno del mismo país en la que los jóvenes (mayormente hombres) se encierran, ya sea en sus casas o cuartos, durante largos periodos de tiempo para no tener contacto con el mundo exterior. 7) Castellana, M., Sánchez-Carbonell, X., Graner, C., y Beranuy, M. El adolescente, las tecnologías de información y la comunicación: internet, móvil y videojuegos. En “Papeles del psicólogo”, 28(2). Págs. 196-204. 8) Ibíd. 9) Zizek, Slavoj. Bienvenidos al desierto de lo real. 2001. Recuperado de: http://www.elortiba.org/old/pdf/zizek9.pdf 10) Ibíd. 11) Entendiendo lo simbólico como anudado siempre a lo imaginario y lo real. En ese orden que se denomina virtual y materializa al Otro, se pueden encontrar lo imaginario y lo real. 12) Ibíd. 13) En el 2012 esta tendencia se estaba solidificando con el crecimiento exponencial de los juegos para iPhone e iPad y se podía ir viendo cómo rápidamente los juegos para Android adoptaban cada vez más esta lógica. Hoy en día prácticamente cualquier consola ha adoptado, de alguna u otra forma y en mayor o menor medida, esta lógica de micro pagos.

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sis energético —en el sentido de la física moderna, es decir, como suma, no en el sentido de Freud— de esos sistemas que conforman respuestas, percepciones y filtros, Lacan nos dice: “[…] la suma de todas esas facilitaciones, los acontecimientos, los incidentes sobrevenidos en el desarrollo del individuo, constituyen un modelo que proporciona la medida de lo real. ¿Está ahí lo imaginario? En efecto lo imaginario debe estar ahí.”14 Luego añade un punto crítico: “Dicho de otro modo, todo estímulo tiende a producir una alucinación, el principio del funcionamiento del aparato φ es la alucinación. Esto es lo que quiere decir proceso primario. El problema está entonces en la relación de la alucinación con la realidad.”15 En nuestro día a día nosotros creemos que no es alucinación porque creemos que hay un mundo interior, que es el nuestro, y un mundo exterior16 que es la realidad “real” y que lo más verdadero es aquello que percibimos del mundo exterior con nuestros sentidos o el sistema percepción-consciencia; pero Lacan problematiza esta relación del adentro y el afuera e indica que la percepción implica alucinación. Así, teniendo una idea nueva del esquema psíquico, que da cuenta del mundo, en el seminario I en la clase del 24 de Febrero de 1954 Lacan nos dice:

ella resulta, todo depende de la situación del sujeto. La situación del sujeto -deben saberlo ya que se lo repito- está caracterizada esencialmente por su lugar en el mundo simbólico; dicho de otro modo, en el mundo de la palabra. De ese lugar depende que el sujeto tenga o no derecho a llamarse Pedro. Según el caso, estará o no, en el campo del cono.”17 Esto plantea la cuestión de que un objeto real puede ser virtual y un objeto virtual puede ser real. Para que esto suceda, todo depende de, primero, que el sujeto esté posicionado en lo simbólico —el lenguaje18— que en el esquema óptico (Fig. 1) se puede ubicar como el espacio entre y-x’. En segundo lugar, que por cada punto en el espacio real haya un solo punto de coincidencia en el espacio imaginario.19 En ese espacio, y-x’ un objeto real se comporta como virtual y viceversa, es la experiencia del ramillete invertido. Esto ocurre de manera estructural en el sujeto y por lo tanto es imposible de evitarlo (o curarlo).20 Mencionado todo lo anterior se puede decir que el mundo real, que percibimos y creemos como exterior, no es más que un mundo simbolizado. Un mundo de materialidad hecha radicalmente por la palabra como Lacan lo expone muy temprano en el 53: “Es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas […]”21. Pero Lacan no se queda ahí, en Louvain, en el 74 insiste en esta radicalidad: “El discurso analítico forma parte de esto que podemos saber, en todo caso con una entera certeza, es lo mínimo que se pueda decir, esto es que todo22 lo que se edifica entre esos animales llamados humanos, está construido, fabricado, fundado sobre el lenguaje […]”23.

Las imágenes ópticas presentan variedades singulares; algunas son puramente subjetivas, son las llamadas virtuales; otras son reales, es decir que se comportan en ciertos aspectos como objetos y pueden ser consideradas como tales. Pero aún más peculiar: podemos producir imágenes virtuales de esos objetos que son las imágenes reales. En este caso, el objeto que es Figura 1 la imagen real recibe, con justa razón, el nombre de objeto virtual. Todavía hay algo aún más sorprendente: la óptica se apoya, totalmente, en una teoría matemática sin la cual es absolutamente imposible estructurarla. Para que haya óptica es preciso que a cada punto dado en el espacio real le corresponda un punto, -y sólo uno, en otro espacio que es el espacio imaginario. […] Significa que, en la relación entre lo imaginario y lo real, y en la constitución del mundo que de

14) Lacan, Jacques. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós. S. 2. Buenos Aires. 2010. Pág. 167. 15) Ibíd. 16) Esto es algo que se encuentra de manera explícita y constante en la teoría freudiana pero es un modelo obsoleto. Lacan demuestra la inexistencia de una interioridad íntima del sujeto y un mundo exterior, por eso abandona la topología de la esfera (donde hay un adentro y un afuera) y es por ello que propone en 1955 el concepto de “extimidad”, un neologismo que condensa la palabra íntimo y exterior. Aquello que creemos más íntimo es lo más exterior a nosotros y viceversa, lo que creemos más exterior a nosotros sería lo más íntimo. 17) Lacan, Jacques. Los escritos técnicos de Freud. Paidós. S. 1. Buenos Aires. 2001. Págs. 124 y 130 18) Para Lacan, el sujeto habita en el lenguaje como lo indica en Louvain en 1974. Haciendo referencia al sujeto, Lacan dice: “[…] cuando está absolutamente solo, continúa hablando; en otros términos, continúa, como se expresa nuestro querido amigo Heidegger, de quien hablamos recién, en la cena, continúa habitando el lenguaje.” (En Pas-tout Lacan, recuperado de: http://ecole-lacanienne.net/es/bibliolacan/pas-tout-lacan-3/) 19) Para quien crea que es una idea temprana de Lacan y que luego la abandonará, la referencia que hace a la matemática en esa cita lo llevará a desarrollar más adelante el plano proyectivo en su relación con el sujeto. 20) Un muy buen ejemplo de esto, en nuestra cotidianidad, son las ilusiones ópticas, especialmente las artísticas que explotan la perspectiva (para decirlo lacanianamente, el espacio y-x’) y que si son a gran escala y bien logradas pueden incluso causarnos vértigo, es decir, hacer que un objeto virtual se vuelva real para nosotros. 21) Lacan, Jacques. Escritos 1. Siglo XXI. México. 2009. Pág. 267. 22) Negritas nuestras. 23) Lacan, Jacques. Conferencia en Louvain. 1974 en Pas-tout Lacan, recuperado de: http://ecole-lacanienne.net/es/bibliolacan/ pas-tout-lacan-3

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Luego, tan sólo un año después, Lacan va a dar el paso definitivo hacia que la materialidad está hecha de y por el lenguaje con un neologismo que propondría en Ginebra en 1975: moterialisme24. Lacan introduce así su neologismo que condensa perfectamente la lógica del 53 hasta el 74, ya que en francés “mot” es “palabra” y la mezcla con “matérialisme” que es la palabra en francés para “materialismo”, dando como resultado “moterialisme” que en una propuesta de traducción sería: “Palabrialismo”, la materialidad hecha por la palabra. Si la realidad está hecha de lenguaje, ¿podemos decir, en base al análisis hecho hasta aquí, que esa supuesta realidad “virtual” —la del ciberespacio— y la realidad son lo mismo? Nuestra propuesta es que sí, con algunos matices —el hecho de que la virtualidad se corresponde matemáticamente a un único punto de la realidad, por ejemplo— pero en estructura son iguales ¡y pueden generar los mismos efectos!25 Analizada la realidad y su estructura, pasemos al análisis de la virtualidad y sus efectos. Es un hecho, se trata de la palabra, de la materialización del significante. Lo que percibimos del otro es en relación a lo imaginario pero la manera en que percibimos la realidad es simbólica; mientras se trate de la palabra, no importa cómo ni de dónde proviene eso del otro (si de la realidad “real” o la virtualidad), tiene su parte y lugar dentro de la realidad del sujeto26. La gran objeción que impediría la unión de estas “dos realidades” en una sola, sería lo real en el sentido lacaniano. Es evidente que en la realidad que no es catalogada como virtual, lo real lacaniano está ahí, como lo imposible lógico pero, ¿no decía ya Lacan que ese real no era la realidad coloquial sino fantasma y que está inevitablemente ligado a la matemática? Sobre lo real, Lacan especifica: “Sólo la matematización alcanza un real —y por ello es compatible con nuestro discurso, el discurso analítico— un real que no tiene nada que ver con aquello de lo cual ha sido soporte el conocimiento tradicional, y que no es lo que éste cree, realidad, sino, de veras, fantasma.”27 Lo que la realidad virtual ofrece sería totalmente simbolizado pues Lacan menciona: “La máquina encarna la actividad simbólica más radical […]”28. Pero al estar ésta programada por un lenguaje, que en el fondo es matemático —y sólo la matemática alcanza un real—, y por ende, en tanto matemática es simbólica, lo real lacaniano opera en la “virtualidad” prácticamente de la misma manera29.

El análisis de la experiencia, al interactuar constantemente con el ciberespacio, deja también lugar a lo siguiente: que también se trata precisamente de otro, o mejor dicho, que se reafirma la teoría que Lacan establece acerca del yo, su formación y su estructura. El yo-otro Lacan en “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia analítica” menciona como la formación del yo (je) se debe a la apropiación de la imagen propia gracias al espejo en el que el cuerpo desfragmentado se une, diferenciándose del otro, pero a partir del otro, alienándose en el lenguaje. Y el cuerpo fragmentado encuentra su unidad en la imagen del otro, que es su imagen anticipada.30 Nos confrontamos en el psicoanálisis con el hecho de que no hay autonomía del yo pues ese yo está en inseparable relación al otro. Así nos encontramos con que hay una alienación recíproca que hace que nuestra realidad esté en el campo de existencia del otro: “Cuando el sujeto habla con sus semejantes, lo hace en el lenguaje común, que toma a los yo imaginarios por cosas no simplemente ex-sistentes, sino reales. […] aquellos a quienes le habla, también son aquellos con quienes se identifica.”31 ¡Ese otro que forma parte fundamental de la realidad virtual, que le da consistencia! Ahora, dando una vuelta a la tuerca podemos hacer entrar al Otro —teniendo en cuenta que el Otro se materializa en los dispositivos tecnológicos— con una cita más de Lacan: Ahora bien, el sujeto se ve en el espacio del Otro, y el punto desde donde se mira está también en ese espacio. Pero, ése es también el punto desde donde habla, pues en tanto habla, comienza en el lugar del Otro a constituirse esa mentira verídica con que empieza a esbozarse lo que a nivel del inconsciente participa del deseo.32 En tanto que se trate de otro, el yo perdió el sentido psicológico. La función del yo se efectúa ahí afuera, en lo simbólico, en la interacción con las máquinas simbólicas que materializan al Otro y en donde opera esta estructura dependiente e inseparable del otro. Respecto a esto Zizek nos habla de un fenómeno del entretenimiento televisivo, la “risa enlatada”: Después de algún comentario supuestamente ingenioso o divertido, se escucha la risa y el aplauso incluido en la banda de sonido del

24) Lacan, Jacques. Intervenciones y textos 2. Manantial. Buenos Aires. 2006. Pág. 126. 25) Estos desarrollos son los que nos permiten entender por ejemplo que un miembro que ya ha sido amputado duela posteriormente aunque ya no esté unido al cuerpo o que los sueños tengan efectos somáticos como el sudor o la aceleración de nuestro corazón; incluso que en conocidas pinturas del Streetart un abismo bien pintado nos haga vacilar y causarnos vértigo por no tener la certeza sobre si caeremos en el vacío o simplemente daremos un paso más sobre el asfalto lleno de pintura. 26) Aquí se encuentran las coordenadas más fundamentales en el debate respecto a si se puede psicoanalizar a alguien por videollamadas vía internet o no. La posición lacaniana que hemos analizado avala perfectamente el análisis llevado acabo por cualquier plataforma de videocomunicación. 27) Lacan, Jacques. Aun. Paidós. S. 20. Buenos Aires. 2009. Pág. 158. 28) Lacan, Jacques. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós. S. 2. Buenos Aires. 2010. Pág. 119. 29) Siempre y cuando se abandone la idea de lo real como positivo y fenomenológico que no corresponde con Lacan. 30) Lacan, Jacques. Escritos 1. Siglo XXI. México. 2009. Págs. 99-105 31) Lacan, Jacques. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós. S. 2. Buenos Aires. 2010. Pág. 367. 32) Lacan, Jacques. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós. S. 11. Buenos Aires. 2010. Pág. 151.

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espectáculo […] ¿Por qué esta risa? La primera respuesta posible – que sirve para recordarnos cuando hemos de reír – es bastante interesante porque implica la paradoja de que la risa es una cuestión de obligación y no un sentimiento espontáneo; pero esta respuesta no basta porque en general no nos reímos. La única respuesta correcta sería que el Otro – Encarnado en el aparato de televisión - nos está descargando de la obligación de reír, ríe en vez de nosotros33 Así pues, podemos afirmar que lo que hacemos en el ciberespacio es fácilmente alcanzado por estas reflexiones. Lo que escribimos en la internet, cómo usamos las distintas plataformas, lo que vemos, buscamos, descargamos, no es lo que nosotros queremos de manera independiente —libre—. Está siempre en relación al otro, obedece a la subordinación de este otro mediante el lenguaje. Cuando subimos una foto o hacemos un comentario en un espacio como las redes sociales, realmente no somos “nosotros” los que estamos ahí en la foto, lo que está ahí es un yo-otro; o lo que escribimos no viene de un “yo” sino de otro, en relación a otro. Somos otro, para Otro, y gracias a eso nos identificamos, sufrimos, disfrutamos y tenemos toda clase de reacciones en redes sociales. Del Otro y el otro, y sus efectos reales Gracias a esta “otredad” es que podemos reír mientras interactuamos en el ciberespacio cuando leemos o vemos algo gracioso. Y también cuando comentamos, a manera de respuesta, una risa escrita (“jajaja”) mientras no estamos riendo; una carita feliz ( :D, :), XD) mientras no sonreímos o ni siquiera estamos felices; expresiones afectivas que no sentimos o no tenemos en ese momento como llanto (T-T), tristeza ( :(, D: ) etc.; e incluso a la inversa34, recibir esas expresiones mientras interactuamos y llegar a sentirlas y a responder ante ese otro fundados en la materialidad del Otro y gracias a éste.

Supongamos que en la realidad no virtual, se encuentran tres amigos, uno lanza un comentario ofensivo al segundo y el tercero suelta la carcajada, ante esto el segundo dice estar triste, pero no lo demuestra, dice que está triste mientras ríe, difícilmente le harían caso. Ahora supongamos la misma situación pero en la realidad virtual; en una sesión de chat, el que se puso triste puede reír mientras comunique su tristeza con el emoji (L) pues el Otro se pone triste por él y esto avala ante los otros que se siente triste. Si el Otro ríe por nosotros, ¿por qué no podría llorar? Esto es, de manera directa, el efecto de extimidad, aquello que creemos más íntimo en realidad es lo más exterior a nosotros contenido y sostenido por el Otro. Otro ejemplo, la culminación más escabrosa de una relación hoy día es cuando el Otro materializado en Facebook elimina cualquier rastro de una relación —así como cualquier resquicio—, por eso lo grave no es que ya no le hable un sujeto a otro al terminar una relación, lo grave ¡es que le eliminó de Facebook y ¡hasta le bloqueó! Quizá por eso en la ideología dominante es tan criticado el hecho de que alguien elimine y/o bloquee a su expareja y se le tacha de inmaduro o exagerado, ¿no será, en vez de eso, más bien resistencia al hecho de terminar de manera real una relación pues, a manera demostrativa de lo que en este artículo se plantea, no hacerlo en Facebook es dejar que la relación siga existiendo en la realidad gracias al Otro? Un ejemplo más en la misma lógica: le puedo caer bien y llevar una relación de camaradería con una persona, pero si no me acepta como amigo en Facebook, no le caigo tan bien al final de cuentas, ¿no? Conclusión: ¿vivimos en una Matrix?

Mediante esta red que materializa al Otro, hablamos, decimos, subimos y descargamos, somos ubicados, siempre irremediablemente con el otro. El otro nos mueve a pesar de que nosotros creemos que somos los que publicamos una canción, creamos un hashtag o subimos una selfie por voluntad propia, por un A diferencia de la “risa enlatada” que menciona deseo singular e individual; lo que subimos, aunque Zizek, el hecho de que uno mismo (que en realidad consideremos que es “lo más propio” de nosotros, es sería uno-otro mismo) haga uso de estas expre- por y para otro, es extimo. siones sin sentirlas y provocar efectos como si las sintiéramos de verdad, es una relación mucho más La relación entre ambas realidades no es radicaldirecta con el Otro. Por eso la simbolización de la mente diferente como se sostiene a menudo. Esto es máquina es tan radical como lo menciona Lacan. En patente en la ambigüedad que sentimos cuando se el ejemplo de Zizek el Otro ríe en vez de nosotros, empieza a difuminar la realidad “real” y la “realidad en nuestro ejemplo, cuando reaccionamos ante las virtual” en los ejemplos a lo largo de este artículo. La expresiones del otro (que sabemos que muy posi- realidad “real” tiene efectos en la realidad “virtual” blemente no ríe, llora o se expresa como manifies- pero sobre todo, y lo más fundamental, es que la ta) es porque el Otro sustenta esas “emociones” realidad “virtual” tiene efectos, más de los que creey “sentimientos”, ríe o llora en vez del otro, y yo mos, en la realidad “real”. respondo riendo fonéticamente ante la máquina (en el caso de la risa recibida como un “jaja” en el celu- En la película Matrix de los Hermanos Wachowsky lar). No queda lugar para dudar de la veracidad de existían dos realidades paralelas, distintas en casi esas expresiones. todos los aspectos, excepto uno, lo Real35. Cuando 33) Zizek, Slavoj. El sublime objeto de la ideología. Siglo XXI. México. 2010. Pág. 64 34) Es decisivo recordar aquí la característica de la banda de Möbius, parece que tiene dos caras, una interior y una exterior pero sólo tiene una y se comprueba al recorrer toda la banda pues uno llega al mismo lugar en el que empezó el recorrido pero en el sentido inverso. 35) Lo que era imposible en la realidad desértica no lo era en la Matrix. Y lo que era imposible en la Matrix no lo era en la realidad desértica, como el hecho de que las máquinas dominaran el mundo.

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Neo despierta al salir de la matrix, lo hace de “una” realidad a “otra”, no a una más real sino más desértica. Esto queda claro porque en el momento que Neo entra en la matrix por primera vez, después de haber sido salvado de ella, es bienvenido por Morfeo al “desierto de lo real”. Que el desierto de lo real y la matrix sean dos caras de la misma moneda queda claro en Matrix cuando Neo toma su primera prueba, la prueba del salto. Neo se deja engañar por lo imaginario, cree que en la parte de la matrix en la que está haciendo la prueba es una elaboración que no tiene nada que ver con la realidad. Vemos como Morfeo, le invita a liberar su mente, despejarse de temores y dudas para completar la prueba de saltar de un edificio a otro. Neo salta pero sólo para caer al piso desde una altura considerable, piso que lo recibe amortiguando sólo una parte del impacto. Al salir de la matrix se percata de que la boca le duele y le sangra, enseguida le dice a Morfeo: “Pensé que no era real” a lo que contesta Morfeo “Tu mente lo hace real”.36 Neo cae en la cuenta de que si muere en la matrix también muere en la realidad desértica, lo cual implica que inevitablemente va a morir, ya sea en una realidad o en otra, porque son solo una realidad al final.

La singularidad es que, en la banda de Möbius, aunque se llega al mismo punto de partida, no se llega en la misma posición, la posición se invierte como si se tratara de un espejo. Es decir, supongamos que un calcetín recorre la banda, empieza en un punto con la punta orientada hacia la derecha y al terminar de recorrer la banda termina en el mismo punto que inició pero con la punta orientada hacia la izquierda (Fig.3). Esto sería lo único que nos hace sentir que son diferentes realidades y que impide decir que son idénticas. Nada del orden de lo objetivable o de lo real, más bien del orden de la estructura y de la posición que ocupamos. La estructura de la realidad como una banda de Möbius no es una propuesta metafórica sino que sería la estructura en sí.38 Así, vivimos, no en la matrix representada en la película, sino en una matrix —que es el lenguaje— que es virtual y real a la vez y de la cual no podemos ni entrar ni salir. Figura 3

Nuestra propuesta en este caso es plantear, no una realidad paralela a otra como en Matrix, sino la realidad real y la realidad “virtual” entrelazadas a tal grado que es difícil diferenciarlas, pues no percibimos en que momento estamos en una o en otra. Nuestra propuesta es que ambas realidades se relacionan y se comportan como una banda de Möbius37. En una banda de Möbius (Fig.2) aparentemente hay dos caras, una interior y una exterior, pero al recorrer la banda se llega al punto de partida porque en realidad, por increíble que parezca, la banda de Möbius sólo cuenta con una cara. De la misma manera, pareciera que existen una realidad virtual y una realidad real, pero al hacer el recorrido nos damos cuenta de que ambas son sólo una realidad. Figura 2

Jehú Hernández

36) Esto ilustra de manera inigualable la perspectiva de Lacan en este artículo, el hecho de que el lenguaje hace la materialidad. Es el moterialismo en su más rigurosa expresión. 37) La banda de Moebius forma parte de muchas superficies topológicas que Lacan usa a lo largo de su enseñanza. 38) Esto siguiendo el ejemplo de Lacan en el uso que hace de la topología.

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Devenir analista implica tres espacios o dispositivos que se anudan: el análisis personal, la práctica clínica y los lazos sociales de estudio y problematizacion de textos. Como parte de este movimiento, los espacios de análisis se entrelazan con la apuesta por la escritura. En la revista SINN se gesta una comarca para las producciones hechas letra de quienes están en el Programa Clínico para Devenir Analista de la Ciudad de México. La revista recibe con alegría este nuevo territorio editorial, que implica aperturar un espacio donde tengan lugar nuevas formas de ver, pensar y transitar el devenir analista, dando lugar a distintas creaciones en relación a la letra del psicoanálisis y sus vaivenes.

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Pa tr icia M el ĂŠ n d ez Aguirre 53


Uno vuelve siempre a los viejos sitios insistencia, al retorno de lo que en algún momento quedó en oscuridad. En este retorno se muestra sin

donde amó la vida. mostrarse y deja sólo rastros de lo que se representa. Las simples cosas, Armando Tejada.

N

o matarás. Prohibición que en su enunciación contiene la posibilidad de una máxima transgresión. Como tal, pasar de la posibilidad al hecho provoca un foco de atención especial y más aún si no se trata de un hecho aislado o involuntario. El contexto del asesinato se ha centrado en cuestionamientos tales como: ¿Quién es la víctima? ¿Quién es el asesino? ¿Cómo es cada uno? y con un objetivo preventivo, la ciencia se ha enfocado en establecer patrones, perfiles. Pero también respondiendo a la fascinación de la transgresión de otros, las preguntas surgen: ¿Por qué mata el asesino? ¿Por qué de la forma cómo lo hace? ¿Por qué a su víctima? Considero que no podríamos resumir sus respuestas en meras obviedades. Si la premeditación y la alevosía son condiciones primordiales del asesinato, quien lo comete entonces ha fantaseado con la muerte del otro y además ha diseñado escenarios para consumarla; estos escenarios no son casuales y para el asesino serial menos lo serán.

Freud señala que, en la represión “una moción pulsional choca con resistencias para hacerla inoperante”1 ¿Por qué habría de ser así? De acuerdo con el principio de placer, tendría entonces que tratarse de una moción placentera y, si es placentera ¿por qué habría de reprimirse? Dirá que esa moción pulsional produciría placer en un lugar y displacer en otro; es decir, la condición para la represión es que el motivo de displacer sea mayor que el placer de la satisfacción. Así esta pulsión se mantendría alejada de la conciencia. Entonces, no toda pulsión es placentera, o al menos, no toda su carga conlleva al placer; esto supondría la desnudez del cuerpo y del alma ante los supuestos de la civilización, ante las pautas de convivencia social. Reprimimos aquello marcado por el “no”, por lo prohibido, reprimimos aquellas pulsiones que causarían culpa, vergüenza o angustia si tuvieran lugar ante un otro. Reprimimos un placer que no puede sentirse como tal2.

En el asesino serial hay algo que grita, que insiste, que deja huella. Algo del objeto, algo de la escena, del modo, del intercambio entre éste y su víctima. Todo está ahí anudando significantes. La víctima se presenta como símbolo manipulable conforme a la fantasía que impera. Víctima como representación imaginaria.

¿Qué convoca al asesino serial? Podría pensarse como una hostilidad desbordada, ante la cual la represión fracasa, pero ¿en realidad ha fracasado? Diría que no en tanto ha desplazado la pulsión hacia un objeto diferente al de su causa, pero semejante. Entonces, la represión podría pensarse a su vez como un mecanismo que nada tiene que ver con despojarse de la pulsión sino más bien de darle paso, no hacia el objeto que la causa, ya que esto resultaría en angustia; sino hacia otro objeto que se le parezca. Pero entonces, y por ello mismo, volverá a buscarlo, quedando vigente la tensión pulsional.

Y es que tampoco la denominación podría ser casual, se trata de la muerte en lo real. La elección no es azarosa ni circunstancial, hay algo que une, que evoca y que posee la capacidad de formar una cadena circular. Los elementos se conectan en un común, y ahí en ese común es donde el asesino deja su marca, el punto de fijación, la señal de que aquellos elementos le pertenecen, pertenecen a su deseo y a su goce.

El asesino serial muestra en su víctima lo real de la muerte como síntoma de su deseo reprimido. Sostiene su pulsión en la repetición de aquello que padece; goza de lo imaginario en lo real. La búsqueda de satisfacción sexual no se da en una relación de un otro como sujeto sino como instrumento de un goce autoerótico, la sexualidad asociada a la muerte, al pecado, a la culpa, al castigo.

No es esta la ocasión para realizar un análisis minucioso de la tipificación, objetos o modos estudiados por la Criminología; bastará con decir que tratamos con distintas motivaciones y formas de satisfacción, su revisión requiere casuística. Pese a ello, y más allá de las características comunes que han conformado el perfil del asesino serial; me parece pertinente destacar ciertos componentes imperantes y relevantes para el psicoanálisis: la sexualidad, la violencia, la no inmediatez del acto – como prolongación del goce – y, por supuesto, el juego de la muerte.

Se somete al cuerpo, despojándolo de su humanidad, arrancándolo en pedazos, torturándolo, haciéndolo padecer para finalmente quitarle toda señal de vida. Llega lo inanimado, el silencio; cede la resistencia, termina la fantasía y se impone lo real. El asesino goza de ello, sin llenarse de eso. Revivirá la fantasía y le añadirá nuevas expectativas. La represión se vive intermitente. Comenzará una vez más; la violencia erotizada, la fantasía ritualizada. En el asesino serial no hay sustitución ni extracción del goce que produzca alivio, cada nueva víctima es una aproximación ante lo que no alcanzará.

En el mecanismo de represión que Freud propone (1915), se advierte la pugna de la pulsión por satis- Y es que al final, ¿quién no ha intentado una y otra facerse; la reincidencia del asesinato remite a esta vez matar desamores, heridas narcisistas, pasajes 1) Freud, S. (1984). Obras Completas. Vol. XIV. Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. (1914-1916). Buenos Aires: Amorrortu editores. 2) Freud, S. (1984). Obras completas. Vol. XVIII. Más allá del principio del placer, Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922). Buenos Aires: Amorrortu editores.

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tormentosos? ¿Quién no ha dicho “esta es la última vez”?, gozando con el regreso de la imposibilidad. Lo que para unos basta con la metáfora, para el asesino serial demanda lo real, la vivencia de la carne en su paso a lo inanimado. Encarna, reencarna, su fantasma porque en algún punto no le alcanzó con su cuerpo, ni con sus sueños, ni con la palabra. ¿Será entonces tal acto de violencia un acto de des-amor enmascarado?, un amor que no encontró placer en la dulzura de las palabras, que no sintió la vida en la sutileza de las caricias, que no logró darse en la creación, que no logró reflejar. Un amor aprisionado, torturado, un amor que convirtió belleza en monstruosidad. ¿Qué mata el asesino en el otro? ¿Con qué quiere acabar en cada intento? ¿Qué intenta revivir? ¿Qué excitación busca aminorar? Retomando a Freud, si lo inanimado estuvo antes de lo vivo, un estado antiguo que lo vivo abandonó alguna vez; la meta de toda vida es la muerte. Y el organismo sólo quiere morir a su manera, no lucha por sobrevivir, la inmortalidad sólo sería la prolongación del camino hacia la muerte. Pero dar muerte, es una forma de tomar control de ella, de decidir la duración del tramo que habrá de recorrerse, y este tramo no ha de atravesarse sin dolor, ni angustia, ni goce.

Ellos dicen que es el número de personas que maté. Yo digo que es acerca del principio que me impulsó a matarlos. Aileen Wuornos

Patricia Meléndez Bibliografía

Freud, S. (1984). Obras Completas. Vol. XIV. Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. (19141916). Buenos Aires: Amorrortu editores. Freud, S. (1984). Obras completas. Vol. XVIII. Más allá del principio del placer, Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922). Buenos Aires: Amorrortu editores. Freud, S. (1986). Obras completas. Tomo XIII. Tótem y tabú y otras obras (1913-1914). Buenos Aires: Amorrortu editores. Tendlarz, S. E. (2008). ¿A quién mata el asesino? Buenos Aires: Grama ediciones.

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G er m รก n An to n io 56


L

a sociedad del consumo justifica su existencia con la promesa de satisfacer los deseos humanos como ninguna otra sociedad pasada logro hacerlo, o pudo siquiera soñar con hacerlo. Sin embargo, esa promesa de satisfacción solo puede resultar seductora en la medida en que el deseo permanece insatisfecho o, lo que aún es más importante, en la medida en que se sospecha que ese deseo no ha quedado plena y verdaderamente satisfecho.

lo que no tenemos hoy, pero también la obsesión tiene que ver con el control, con el miedo de perder el control.

Un estudio reciente de la CNN encontró que el deseo de ser perfecto en cuerpo, mente y profesión, ha aumentado en las últimas décadas. (El estudio fue realizado con más de 40 mil estudiantes de diferentes universidades de USA, Canadá y el Reino Unido). El estudio dice que no es solo el resultado de la tendencia de los padres a presionar a los hijos más que nunca sino un cambio más amplio en la ideología a nivel social. Curiosamente el estudio encontró que el perfeccionismo ha aumentado con un enfoque social, es decir que las personas creen que su contexto social es excesivamente exigente, que los demás los juzgan con dureza y que deben mostrar perfección para obtener la aprobación.1

Lacan en el seminario 5, clase XXIII, “El obsesivo y su Deseo”2 nos acerca a la tragicomedia que vive el obsesivo.

Yo diría que estos ejemplos son ideales para justificar que vivimos en la era de la Obsesión, nuevos síntomas modernos que no se parecen a aquellos del hombre de los lobos, caso que Freud analizó, aunque mantienen la misma estructura. Sin embargo, estamos ante obsesiones modernas, los roles cambian, los sujetos ahora hablan de obsesión por tener el cuerpo perfecto, perder kilos hasta desaparecer, tener la pareja perfecta, ser el padre o madre perfectos, obsesión por destacar, por ser el empresario más competitivo, la obsesión por comprar o adquirir objetos que nos definen como parte de grupos, que nos dan identidad como seres humanos, obsesión por ganar mucho dinero, tener el trabajo perfecto, obsesión por gastar pero también por guardar, la cantidad de formas de expresiones obsesivas cambian constantemente sostenida por un modo de vida consumista y capitalista.

De ahí que Lacan diga que el obsesivo tiene un Deseo, solo que es un deseo evanescente y esto tiene que ver con la Dialéctica de la demanda, y la relación con el Otro. Lo que espera el obsesivo es la muerte del Otro.

Pero, detengámonos un momento y preguntemos, ¿cuál es el deseo subyacente a estos síntomas? ¿Por qué no nos basta ser el/la mejor, el más hermoso o hermosa, el más rico el más eficaz? ¿Por qué, después de lograr eso que tanto buscábamos vamos y compramos en el mercado una nueva meta, Buscando sin gran esfuerzo encontré un ejemplo de objeto etc., uno más actual, la gran competencia cómo en nuestra era moderna vivimos en un entorno por tener la versión más actual de los objetos y de donde el desear tener, o ser más es lo único: nosotros mismos?

Nuestro sujeto de estudio, ese sujeto de la palabra tiene una problemática con el significante Falo, no asume su castración frente al otro, por lo tanto, no asume su ser para la muerte. Tiene un conflicto con la relación con el Otro, ahí es donde reside su problema con el deseo, pero no es un deseo que realmente quiera lograr, algo ha pasado. Denise Lauchaud, en su libro Infierno del deber, el discurso del obsesivo, nos dice que el principio del placer conduce a alucinar el objeto que falta, este proceso se ve alterado en el camino de la neurosis obsesiva, en la misma medida en que la primera Es cada vez más usual que fijemos expectativas poco satisfacción resulto ser demasiado intensa, está marcarealistas para nosotros mismos, ya sea con las califi- da por un signo letal, el obsesivo evita el camino hacia caciones de la escuela, los objetivos salariales o las atrás, el que llevaría a la satisfacción completa, evita lo que fue.3 ambiciones en la vida.

Y entonces cada vez que un sujeto trata de alcanzar ese deseo compulsivo de lo cual está lleno su discurso, resulta que ahora el mercado le ofrece algo nuevo, ya que lo que empieza como una necesidad debe convertirse en una adicción.

Por lo tanto, este sujeto obsesivo no se compromete con su deseo, tratará de postergar el acto que lo lleve al cumplimiento de este, no podrá correr riesgos, su vida está en juego, y por ello siempre tendrá maneras de escapar y estar oscilando, gastando toda la energía posible, procrastinando de tal forma que logre evitar cualquier contacto con ese deseo. Sabemos que las exigencias del Super Yo en el sujeto obsesivo son muy fuertes, es por ello que el sujeto siempre pide permiso, pide permiso al Otro, como su amo, en tanto pide permiso el obsesivo produce un deseo prohibido; negativa y permiso se corresponden, es el Otro quien lo prohíbe, aquí el obsesivo trata de resolver la evanescencia del deseo y se lo hace sostener al Otro, pero, dice Lacan que esto es ambiguo, ya que el hacer sostener su deseo al Otro, como un deseo prohibido, no lo extingue.

Freud llamo a la Obsesión la enfermedad de la duda, De aquí surge la complejidad con la que el obsesivo esa duda que nos hace perder tiempo y tiempo es se mueve para mostrar y no mostrar su deseo, es aquí 1) Freud, S. (1984). Obras Completas. Vol. XIV. Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. (1914-1916). Buenos Aires: Amorrortu editores. 2) Freud, S. (1984). Obras completas. Vol. XVIII. Más allá del principio del placer, Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922). Buenos Aires: Amorrortu editores.

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donde radica su agresividad, su temor de venganza hacia ese Otro, ha ido demasiado lejos, se columpia entre su agresividad y su temor a sufrir por parte del Otro una destrucción equivalente a la del deseo que el manifiesta. Los laberintos del obsesivo son sin salida, con el objetivo de evadir el deseo, se impone lo que Lacan llama hazañas del obsesivo, toda clase de desafíos, tareas duras, trabajos agotadores, ideales imposibles, cualquier cantidad de retos que de manera gozosa se realizan, ya que la exigencia viene del Super yo y mantienen alejado al obsesivo de su real deseo, por ello todos estos retos siempre estarán en otro lugar. Aquí la gran pregunta es, ¿a quién van dirigidas todas estas hazañas? ¿Cómo pueden ser hazañas si no van dirigidas a alguien? Evidentemente, nos dice Lacan, que para haya hazaña debe de haber 3, uno: aquel con el que se compite, para que se tenga un desafío será necesario competir con alguien y ese es el otro; aquel que siempre estará dispuesto a ser rebasado, y luego alguien que dé testimonio que se ha logrado vencer, ese alguien más el Otro, de quien el obsesivo quiere su aprobación.

Nos dice Lacan que siempre hay en la hazaña del obsesivo algo que permanece irremediablemente ficticio, porque la muerte, donde realmente se encuentra el verdadero peligro no está en el otro a desafiar, sino está en el espectador, el Otro que esta de testigo, quien a su vez está ocupado en su propio Otro y no tiene ninguna razón para concederle su pequeña corona al sujeto. En espera del premio, de esa corona que nunca llega, solo se logra imposibilidad e insatisfacción. Así, el sujeto obsesivo seguirá anhelando el autodominio por medio de la ilusión del yo, proponiendo siempre hazaña tras hazaña a realizar, como si este fuera el camino, y lo único que conseguirá será domar a su fiel compañera la angustia. Esta cultura en donde lo importante es siempre tener sueños que alcanzar, metas y objetivos que perseguir, ser exitoso, etc. No cabe duda de que es la ideal para que el obsesivo tenga una gama infinita de hazañas que cumplir y buscar ser reconocido, sin darse cuenta lo lejos que está de sus deseos reales y lo muy adentro que se encuentra en sus propios laberintos.

Germán Antonio

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“Me estaba deparado aprender que en los psicoanalistas puede ocurrir lo mismo que en enfermos bajo análisis. No es tarea fácil […] escribir la historia de estos movimientos separatistas […] sé que así me expongo a las invectivas de oponentes poco escrupulosos y ofrezco a los enemigos del análisis el espectáculo que tanto anhelaban: ver como «los psicoanalistas se despedazan entre ellos».”1 Freud, 1914.

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n el Fedro de Platón, Sócrates discutirá sobre el arte de la retórica, definiéndolo como “un arte de conducir las almas por medio de palabras”2, con este fin debería de buscar primero la verdad puntuando que “el arte de las palabras, […], que ofrezca el que ignora la verdad, y vaya siempre a la caza de opiniones, parece que tiene que ser algo ridículo y burdo.”3 Describe dos técnicas, la primera que logra poner una visión de conjunto que clarifica lo que se quiere enseñar y la segunda permite dividir las ideas siguiendo sus naturales articulaciones. Pasos para la dialéctica a pensar de Sócrates.

nos, así se muestran lacan-don-es. Pero, como dicen en los pueblos, el único “Don” aquí es Lacan.

Don Lacan en una entrevista de 1974 dice: “Tengo la mala reputación de oscurantista que esconde su pensamiento tras una cortina de humo, me pregunto por qué…mis libros…no los escribí para todo el mundo, para que fueran comprendidos por cualquiera. Si no comprende…tal vez esa comprensión requiere seguir leyendo y paciencia. Estoy incluso convencido de que, en unos diez años máximo, el que me lea comprenderá incluso le resultara transparente lo que digo y escribo, como una buena jarra “La experiencia del análisis es intransmisible” dicen, de cerveza.”4 sin embargo, no es muy complejo dar cuenta de las características que marcan el recorrido de un suje- Año 2018 y ¿qué ocurrió? También nos dice “Llamo to: frases, autores, citas, modelos epistémicos, etc. síntoma a todo lo que procede de lo real. Y lo real en Una constante entre lo denominado a modo general este caso es todo lo que no anda, lo que no funcio“lacaniano” es la insistencia en una especie de misti- na, lo que hace obstáculo en la vida del hombre y a la cismo confusional, que radica en la premisa de que un afirmación de su personalidad. Lo real siempre regrepensamiento No-lacaniano es aquel en cuya lógica sa al mismo sitio, siempre lo encontramos ahí, con las no se alberga la falta. Un pensamiento completo, que mismas manifestaciones.”5. cierra, que unifica. Este enunciado que podría calificar de axiomática genera que muchas veces las expo- Por si fuera poco, habrá dicho siete años antes: “Lo siciones o actividades de difusión o de transmisión, que incumbe a mi nombre son esas partes caducas etc., terminen en una oleada desbordada de términos de mi enseñanza que yo tenía la intención de que y conceptos no especificados, de citas arrancadas de quedasen reservadas a una propedéutica: […]desascontexto repetidas como el “guárdanos señor” de los nar la ignorancia de la que no es desfavorable que rosarios católicos. haya procedido desde siempre el reclutamiento para el psicoanálisis.”6 Tres características: uso de conceptos de manera no especificada, citas arrancadas de contexto usadas de La enseñanza de Lacan y sus escritos exigen un forma dogmática para autorizar lo dicho, y por últi- trabajo del lector, a Lacan no se le lee, se le piensa, mo, la insistencia en dejar los pensamientos incon- advertido estaba “yo, que sostengo que los hombres clusos, difusos y “enigmáticos”; trazan las aristas de solo piensan muy rara vez”7 y por dicha razón no la imagen del “lacanismo” o como dicen por ahí del “Llama la atención vuestra inadvertencia de que “lacandon”. Pareciera que todo individuo que toma todo progreso científico consiste en hacer que el como estandarte el significante “LACAN” se apega objeto como tal se desvanezca”8 desvanecer no es lo más posible a esta imagen y al discurso de aque- sinónimo de desdibujar. En 1955 en su conferencia llos con los que guarda transferencia. Es como si se Psicoanálisis y Cibernética, Lacan hará una compaesforzaran por insistir en hacer faltar algo en lo que ración y una propuesta sobre las ciencias, dividiénconstruyen, en lo que transmiten, en lo que narran. dolas en exactas y conjeturales diciendo que le Como si fuera esa imagen de “hacer-faltar”, lo que les “pareció que algo podía desprenderse de la relativa da identidad como lacanianos. Así se sienten lacania- contemporaneidad de estas dos técnicas, de estos

1) Freud, S. (1914) “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico” en Obras Completas, Vol. XIV, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, pp. 47. 2) Platón (2010) Fedro, en Platón I, Colección grandes pensadores, Editorial Gredos, España, pp. 814. 3) Platón (2010) Fedro, en Platón I, Colección grandes pensadores, Editorial Gredos, España, pp. 816. 4) Granzotto, E. (1974) “ ENTREVISTA A JACQUES LACAN realizada por Emilia Granzotto publicada en la revista italiana Panorama en su número del 21 de noviembre de 1974” [En Línea] disponible en: http://88.27.249.81/psico/sesion/ficheros_publico/ descargaficheros.php?opcion=textos&codigo=336 (accesado el 5 de septiembre de 2018). 5) Ibid. 6) Lacan, J. (1967) “De Roma 53 a Roma 67: El psicoanálisis: Razón de un Fracaso” en Otros Escritos, 2º reimpresión 2014, Ed. Paidós, Argentina, pp. 364. 7) Lacan, J. (1955) “El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” en El Seminario de Jaques Lacan Libro 2, Ed. Paidós, Buenos Aires, pp.183. 8) Ibid. 163.

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dos órdenes de pensamiento y ciencia que son el lógica atraviesa su desarrollo y construcción. Así un psicoanálisis y la cibernética.”9 concepto tiene múltiples definiciones dependiendo del contexto, en matemática la base numérica en la Gran parte del trabajo de Lacan de 1953 a 1955 consis- que opera la ecuación. Variable: goce, fantasma, fantatió en restituir el valor de los conceptos freudianos, en sía, yo, ello, inconciente, pulsión, etc. Base: año, esparigor del texto para poder algebraizarlos, queda una cio, auditorio, discusión contemporánea, recorrido pregunta: ¿Podríamos hablar de algebra lacaniana? histórico, problema que se está pensando, etcétera. Partamos de algunas definiciones: Primera definición. Las definiciones de estas variables no son acaba1. Algebra: Área matemática que se centra en las rela- das, no está de sobra decirlo, y el mayor riesgo de la ciones, estructuras y cantidades. La disciplina que se definición es la cristalización en Dogma de lo dicho, conoce como álgebra elemental, sirve para llevar a fenómeno ocurrido en la IPA, siendo Lacan un claro cabo operaciones pero a diferencia de la aritmética, opositor. Opositor a la dogmatización y los círculos se vale de símbolos (a, x, y) en lugar de utilizar núme- de poder desde el saber, más no del rigor. Pareciera ros. Esto permite formular leyes generales y hacer que, en la actualidad, la balanza del Dogma se inclinó referencia a números desconocidos (incógnitas), lo al otro lado. que posibilita el desarrollo de ecuaciones (formulas) La falta es constitutiva de la estructura del lenguay el análisis correspondiente a su resolución. je, del síntoma, del sueño, del discurso, del ser, de lo Considerando que nuestro objeto es la transmisión humano, del toro, del borromeo, etc. “El ombligo del de un sistema de pensamientos tendríamos que sueño… un punto que no es aprehensible en el fenómeno: el punto de surgimiento de la relación del sujeto contemplar otras cuatro constantes10 a definir. con lo simbólico.”11 ¿Por qué la insistencia en hacer-faltar? No será que la falta está ahí en sí y que solo hay 2.Concepto: que bordear hasta dar cuenta de ella. Citas, muchísi-Representación mental de un objeto, hecho, cuali- mas al respecto, desde la interpretación de los sueños, con el ombligo del sueño, hasta lo indecible de lo real, dad, situación, etc. etc. Gráfica, topológica y matemáticamente, una línea -Opinión o juicio, palabra o forma con que se expre- punteada no crea agujero alguno, es necesario que cierre, para que el agujero exista, es necesario que ese san ideas o conocimientos. eslabón cierre para que pueda encadenar. O más bien es que nos falta la definición de toro: En topología, un 3. Conjetura: volumen tórico o toro sólido es un objeto tridimensional -Juicio probable formado acerca de una cosa o perso- obtenido mediante el producto cartesiano de un disco y una circunferencia. na a partir de señales o indicios. Si la circunferencia no cierra no hay toro posible. ¿Sera este un síntoma no solo de la formación de analistas, -Conjunto de reglas, principios y conocimientos sino de la transmisión del psicoanálisis? ¿Será esto acerca de una ciencia, una doctrina o una actividad, una de las causas del detenimiento en la prosecución prescindiendo de sus posibles aplicaciones prácticas del avance de la teoría y la práctica analítica? ¿Será una formación del inconciente de los practicantes del Sinónimos: teorética. psicoanálisis que no ha sido analizada? -Conjunto organizado de ideas que explican un fenómeno, deducidas a partir de la observación, la expe- ¿Qué diría Lacan? Año: 1967, texto: Psicoanálisis: Razón de un Fracaso, “No existe ningún momento de la riencia o el razonamiento lógico. infancia que conozca un estado tan delirante de deferencia por los mayores, quienes, digan lo que digan, 5. Lógica: son disculpados, por lo que se da por sentado: que -Método o razonamiento en el que las ideas o la sucesión ellos tienen su razón para no decir ni más ni menos. Es de los hechos se manifiestan o se desarrollan de forma de lo que se trata.”12 Letra textual de Lacan. coherente y sin que haya contradicciones entre ellas. Cerremos el eslabón de este texto. La transmisión -Modo o manera particular de pensar, de ver, de razo- del psicoanálisis pareciera una casa de los espejos donde cada inquilino reproduce las palabras que nar o de actuar. le llegan de Otro en el sentido en que las escuchó Definimos 5 constantes del sistema, los conceptos a la más común usanza del código morse. Cristaliteóricos determinan variables pues dependen de su za esos conceptos para convertirlos en un espejo lugar histórico de construcción y de enunciación. La que mostrará a otros buscando obtener el manto de 4. Teoría:

9) Lacan, J. (1955) “El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” en El Seminario de Jaques Lacan Libro 2, Ed. Paidós, Buenos Aires, pp. 463. 10) Las definiciones son resultado de una búsqueda rápida en internet y sintetizan el contenido de varias páginas. 11) Lacan, J. (1955) “El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” en El Seminario de jaques Lacan Libro 2, Ed. Paidós, Buenos Aires, pp. 163. 12) Lacan, J. (1967) “De Roma 53 a Roma 67: El psicoanálisis: Razón de un Fracaso” en Otros Escritos, 2º reimpresión 2014, Ed. Paidós, Argentina, pp. 368.

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“ilusionista Lacandón”. En esta construcción especular, la teoría se convierte es un cuadro al óleo bañado con disolventes para re-creación de la imagen de un Otro lacaniano. Si nadie me entiende nadie puede decir que me equivoco. Efecto del escenario, una lógica que en vez de pase de tinta que haga trazo, hace trozos los enunciados en un pasón de thinner. Siguiente eslabón, la formación del Analista pasa por el diván, esa experiencia es intransmisible. Sin embargo, la escritura, la lógica, los conceptos, la teoría, el álgebra del psicoanálisis, ¿por qué tendría que estar en el mismo estatuto? Freud pensará la utilidad de la teoría creada por el psicoanálisis. La coordenada de intransmisibilidad del análisis se inscribe en la lógica de la transferencia y la formación del analista. Por formación entiéndase que el analista de la transferencia se forma con los contenidos del analizante. Analistas hay cuantos lo practican y cuantos llegan a hablarles, así sea muchos analistas en la misma persona. Si esto es así, el analista es una formación, no solo una formación del inconsciente, sino inconciente en formación y formación en el inconsciente. Nos formamos en el inconsciente como imagen, como objeto, como resto de una operación significante. Esto lleva a la pregunta sobre si, ¿el analista termina por conformarse?, en la doble acepción de la palabra. El analista está en formación, esta como elemento variable de una ecuación simbólica que está en formación, en formación de y del inconciente.

inteligentemente, si puedo expresarme así…se puede hablar más inteligentemente de lo que yo cuento, e incluso transcribirlo de una manera mucho más interesante[…] Hay una cosa muy impactante, y es que aquéllos que hacen muy bien el trabajo de la transmisión, sin citarme, regularmente pierden la ocasión que es a menudo visible, así, que aflora en su texto, ¡de efectuar justamente el pequeño hallazgo que podrían hacer más allá! Pequeño, o incluso grande15[…] ¿Y por qué, por qué harían ellos el pequeño hallazgo, eh, si me citaran? No es porque me citarían, sino porque, por el hecho de citarme, personificarían… Ellos evocarían el contexto, a saber, el contexto de pelea en el cual yo impulso todo eso. Por el sólo hecho de enunciarlo en ese contexto de pelea, eso me remitiría a mi lugar, eso les permitiría, a ellos, hacer justamente el pequeño hallazgo posterior, y decir: “pero, veamos, eso... es groseramente incompleto, ¡se puede decir algo tanto más inteligente!”[...] Pero vean, pero vean, hay un obstáculo…Les explicaré eso en otra ocasión, eso se llama la alienación.”16 La teoría del psicoanálisis está en los libros, en el pensar sobre un caso ya ocurrido, transcurrido y discurseado. En cuestionar la vigencia de determinados conceptos, sus alcances, sus impasses. La teoría aparece después de la praxis de la lógica, en una escucha que ha atravesado por los conceptos para dejarlos de lado y empezar a hacer clínica, y al margen de los casos, pero no sin su experiencia retornar a los conceptos para cuestionarlos. Ida y vuelta, retorno al mismo punto, pero no de la misma forma, desplazamiento de un punto en otro eje. Circulo que al cerrarse crea otro infinitamente junto pero diferente. Construcción torica que enmarca una falta, cerrando un recorrido que permita saber y saber, que no todo está escrito, ni pensado ni dicho.

Si definimos humano como “ser resultado de la contingencia de un encuentro entre la carne y el mito por medio de la palabra”, así como los síntomas se forman, el análisis en sí es una formación, acción de creación, recreación, repetición de formas, historias, caminos y actos. El análisis es una acción13 y el analis- “Cuando el psicoanálisis haya depuesto sus armas ta una función que deja lugar al sujeto. Todo lo dicho frente a los impasses crecientes de nuestra civilizaes recorrido singular intransmisible, caso a caso. ción… serán retomadas —¿por quién?— las indicaciones de mis Escritos.”17 En otro eje, con respecto a la transmisión de los conceptos, Lacan en su texto Pequeño discurso a los psiquiatras de 1967, se quejará de la falta de alteración en las prácticas de transmisión de la experiencia psicoanalítica a pesar de que ha hablado tanto tiempo. Mencionará su crítica a los colegas americanos y agregará: “Evidentemente, no basta con servirse de mi vocabulario para poner de relieve, en fin... unas cosas que se decían antes de mí de otro modo, para que eso tenga el menor efecto sobre lo que es efectivamente14 la práctica psicoanalítica. Sí, incluso no basta… con repetir de una manera, tampoco simplemente de vocabulario… pero esto no tiene ninguna importancia, porque se puede hablar del deseo y de la demanda y eso puede no tener ningún tipo de efecto en la práctica analítica, incluso tampoco el más pequeño comienzo de iluminación en el pensamiento del psicoanalisYakin Pineda ta que los emplea. Se puede también transcribir más

13) Dejemos sin problematizar el estatuto de acto y su diferencia con la acción. 14)El énfasis es nuestro. 15) Igual que el énfasis anterior. 16) Lacan, J. (1967a) “Breve discurso a los psiquiatras” [En Línea] disponible en: https://www.lacanterafreudiana.com. ar/2.5.1.12%20%20BREVE%20DISCURSO%20A%20LOS%20PSIQUIATRAS,%201967.pdf (Accesado el 15 de octubre de 2018) 17) Lacan, J. (1967) “De Roma 53 a Roma 67: El psicoanálisis: Razón de un Fracaso” en Otros Escritos, 2º reimpresión 2014, Ed. Paidós, Argentina, pp. 369.

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Que otros en tu Leteo beban un triste olvido; yo busco en ti las fiestas del fervor compartido. Octavio Paz, Al Vino

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uenta la mitología griega que existía un río del Hades llamado Leteo, cuyo nombre significa olvido, el cual poseía aguas encantadas que las almas de los muertos bebían para así olvidar su vida en la tierra. Estas almas, luego de permanecer algún tiempo en el Hades, podían beber de las aguas del Leteo y reencarnar, libres de su malestar y dolor, grabando su historia de nuevo, haciendo devenir una nueva escritura en los torrentes de su verdad. El hombre ante su malestar, ante el sufrir, ha buscado a lo largo de su historia estas aguas mágicas del olvido, del río Leteo, y ha encontrado un líquido similar, con el cual pareciera hacer manuscritos en su superficie, intentando borrar así toda letra de dolor, de vacío: el alcohol. Pero en el camino, va dando cuenta, que el leteo del alcohol no logra ser tan noble, ni tan mágico como el de la mitología de los griegos y el olvido, que pareciera presentarse bajo sus efectos, solo dura unos momentos, por lo cual al abandonar sus aguas, quedan gotas, restos de estas en el cuerpo y en la memoria del inconsciente, en donde el olvido es su gran aliado, repitiéndose este compulsivamente. Ya que no hay un mensaje con texto, sino solo el surgimiento de un gran malestar en el cuerpo, lo que representará la única posibilidad de recuerdo. Es decir, mientras no exista rememoración del olvido no habrá palimpsesto que se cree en los torrentes del río Leteo. La palabra palimpsesto proviene del griego antiguo “παλίμψηστον”, que significa “grabado nuevamente” y hace referencia a un manuscrito antiguo que conserva las huellas de una escritura anterior, pero que fue borrada artificialmente para dar paso a una nueva.1

Desde la medicina, existe el término palimpsesto alcohólico, conocido coloquialmente como laguna mental o black out, el cual se entiende como un periodo de amnesia sin pérdida de conciencia, es decir, que existe un olvido por parte de la memoria, causado por algún episodio de intoxicación alcohólica que afecta sobre todo al hipocampo, donde residen los circuitos de la memoria. Este mantenimiento de conciencia permite que el sujeto logre conservar algunas habilidades, como mantener una conversación, caminar, bailar, cantar, dependiendo si el periodo de amnesia es completo o parcial. 2

olvidar a través del alcohol, pero que puja por ser recordado? ¿Es posible la rememoración del olvido? Desde los inicios de la humanidad, se tiene registro de la existencia y consumo de drogas, así como de la representación que estas tienen a lo largo de las diferentes culturas. Freud, al ser un investigador profundo de la historia del hombre, no dejó de lado el tema del consumo y la intoxicación por medio de las drogas. En El Malestar a la Cultura3 uno de los temas abordados, es el del sufrimiento, el cual llega al sujeto desde varios lugares: el cuerpo, el mundo exterior y desde los vínculos con otros seres humanos, por lo cual para atemperar el mismo, existen varios consuelos, entre ellos la intoxicación, de la cual menciona: “Bien se sabe que con ayuda de los “quitapenas” es posible sustraerse en cualquier momento de la presión de la realidad y refugiarse en un mundo propio, que ofrece mejores condiciones de sensación. Es notorio que esa propiedad de los medios embriagadores determina justamente su carácter peligroso y dañino”.4 En estas ideas de Herr Professor, podemos ver claramente el efecto de la fuga hacia un mundo que regala sensaciones placenteras, el olvido de una realidad que aqueja, y todo gracias a una droga, en este caso el alcohol. En muchas situaciones, lo sucedido en el éxtasis del día anterior no se recuerda, la memoria que se encuentra saliendo de los embates del alcohol no logra rememorar lo sucedido, y el individuo se encuentra en una turbulencia completa, ya que al regresar de ese mundo de placer y enfrentarse con su cotidianidad, parece ser que no logra una conexión entre ellos. Este mundo etílico esconde algo, pareciera que algo toma posesión del mismo y moviera los hilos de su andar, por lo cual lo realizado no se logra rememorar, pareciera que su yo es disuelto en alcohol, tal vez si fuéramos químicos podríamos escribir la siguiente fórmula: C2H6O-yo, para esa disolución. Ese yo intoxicado, tendiente al olvido se encuentra aturdido: “El yo se acongoja ante la intromisión de una realidad que desconocía y que, sin embargo, no puede negar como verdadera. La verdad aparece como un fantasma […] El olvido no es sólo una anécdota de esa noche, es la muestra de que el yo pierde su poder de control y regulación. El yo se vacía en la experiencia de la ebriedad y, ahí, desconcertado, tiembla”. 5

Ante esto, más allá de esta amnesia orgánica, de esta Freud, en “Más allá del principio del placer”6 da cuenfalla en el hipocampo, ¿qué es lo que se pretende ta que en algunos casos, la represión que lleva a cabo 1) RAE (2018). Enclave RAE. Palimpsesto. México. Disponible en: http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=palimpsesto. 2) Lee H., Sungwon R. & Dai J. (2009). Alcohol-Induced Blackout. Int J Environ Res Public Health. 2009 Nov; 6(11): 2783–2792. 3) Freud, S. (1930). El Malestar en la Cultura. Obras completas, tomo 21, Trad. J.L. Etcheverry, Argentina: Amorrortu Editores, 1976. 4) Freud, S. (1930). El Malestar en la Cultura. Obras completas, T. 21, Trad. J.L. Etcheverry, Argentina: Amorrortu Editores, 1976. Pág. 78. 5) Morales H., Gerber D. (1998). Las Suplencias del Nombre del Padre. Caleidoscopio de la Ebriedad. Siglo XXI: México. Pág. 105 6) Freud, S. (1920).Más allá del principio del Placer. Obras completas, T. 18, Trad. J.L. Etcheverry, Argentina: Amorrortu Editores, 1976.

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el yo, inunda las huellas mnémicas de una vivencia primera que no logran subsistir en un estado ligado, es decir que el proceso primario reina esa oscuridad, buscando reproducir un estado anterior, buscando en el acto repetitivo eso que se piensa está olvidado, pero lo único que se logra encontrar es el acto inconsciente de la memoria. Esta parte compulsiva del consumo representa un síntoma y el olvido es su gran aliado. La droga reaparece para generar “cierta protección” ante acontecimientos o pensamientos que puedan resultar amenazadores. Pero, esta protección, que en este caso deviene en el olvido, en un yo disuelto ante el alcohol ¿ante quién se realiza, o esa dependencia hacia quién es?

papel encerado, adhiriéndose la escritura grabada en la tablilla de cera, pero cuando este contacto se rompe, cuando se levanta la hoja, la escritura desaparece. Pero esta desaparición es meramente ficticia, ya que al levantar la hoja y ver de manera atenta la cera, se podrá ver lo grabado en la misma. Por lo tanto, Freud nos muestra que el aparato psíquico es ilimitadamente receptivo y conserva huellas mnémicas duraderas, pero no inalterables, con lo cual nos refleja que el contenido alojado en el inconsciente, es decir lo reprimido se mantiene en constante actividad al buscar continuamente su retorno.

En el caso del adicto, como en el caso de todos los sujetos, nos encontramos con un objeto de añoranza, un objeto que nos inscribe al mundo, que da estructura al sujeto, pero que, sin embargo es un objeto perdido. Para Lacan este objeto, se ve reflejado en ese objeto a causa del deseo, ya que, en el inicio de la vida, no se tiene acceso al lenguaje, sino es por medio del Otro. Recordemos que el niño por esa condición de desvalimiento al nacer depende para subsistir de otro que lo mire, que lo cuide, que le transmita su propia castración, por lo cual siente una total completud. Llegado un momento devendrá la pérdida de esta, conllevando un gran dolor, pero permitiendo al deseo salir a la luz, y la búsqueda de otros objetos, aunque en el fondo estos llevarán al objeto originario, a ese objeto a.7 Por lo tanto, en el caso de una “dependencia” al alcohol, este objeto, no puede ser abandonado, no permitiéndoles devenir como sujetos con un lenguaje, se encuentran en una alienación primordial, en donde el deseo sólo existe en el plano único de la relación imaginaria, como la relación repetida con la droga, y entre más cerca se esté de esta alienación más se encontrará el deseo de la desaparición del otro, por lo cual al consumir desaparece ese otro pero también el sujeto. Se trata de borrar hasta el grado de la intoxicación, eso que duele, ese enganche al Otro. Si repetimos es porque no hemos olvidado, por eso el olvido sigue siendo parte importante de lo que somos, por eso el acto repetitivo de tomar hasta “perder la memoria”. Para poder ir hilando lo que se está trabajando, debemos de escribir lo dicho en la pizarra mágica de Freud,8 el cual utiliza la misma para señalar el aparato psíquico como huella de escritura. A través de la pizarra mágica se hace escritura sin necesidad de tinta, solamente se necesita la hoja de dos estratos una parte de celuloide y la otra de papel encerado, además de la tablilla de cera, ésta última representaría el inconsciente y la hoja de dos estratos el sistema Preconsciente-Consciente. Al momento de hacer un trazo en la hoja de celuloide, se hace presión en la parte de la hoja que es de 7) Naparstek, F. (2010). Introducción a la Clínica con Toxicomanías y Alcoholismo III. 1ª. Ed. Grama Ediciones: Buenos Aires. 8) Freud, S. (1923). El yo y el Ello. Obras completas, T. 19, Trad. J.L. Etcheverry, Argentina: Amorrortu Editores, 1976.

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Además, con la pizarra mágica, no podemos dejar de recordar la definición de palimpsesto aquí trabajada, es decir un manuscrito antiguo que conserva las huellas de una escritura anterior, pero que fue borrada artificialmente para dar paso a una nueva, con lo cual lo ya grabado hará que la nueva escritura se apuntale sobre estas nuevas vías. Aunque en este caso para que esa nueva escritura haga eco en la memoria del inconsciente se debe de rememorar el olvido, pero ¿existirá alguna ruta posible, para mirar esta alienación y poder reescribir, para poder rememorarlo? Así mismo Freud9 menciona que para hacer preconsciente algo reprimido, se pueden restablecer mediante el trabajo analítico, los eslabones intermedios preconscientes, es decir que, por medio de la palabra, se puede hacer escritura, y que, al surgir, por fin existirá una posibilidad del olvido del olvido, es decir la posible tramitación del recuerdo, se puede reconstruir, restituir, reescribir el pasado, crear un palimpsesto del inconsciente, en lugar de un mero palimpsesto alcohólico. Como menciona Lacan:10 La historia no es el pasado. La historia es el pasado historizado en el presente, historizado en el presente porque ha sido vivido en el pasado. En el análisis se escucha el discurso del sujeto, más allá de este yo disuelto en alcohol. El analista, en su escucha da cuenta de que la adicción representa uno de los demás síntomas del sujeto y no es meramente su enfermedad y regresa este discurso al mismo.

cera misma se conserva la huella duradera de lo escrito, legible con la iluminación adecuada […] el devenir visible de lo escrito y su desaparición”.12 Finalmente, les comparto las siguientes letras de un testimonio que se enfrentaba continuamente a los palimpsestos alcohólicos, y que, con letras muy cercanas a la poesía, intentaba rememorar el olvido, menciona: Noche prometedora, por la posibilidad de sonrisas disfrazadas. La oscuridad esos días se había apoderado de mí y conocía el camino a la luz tímida. Mis fosas nasales, mi lengua, ya imaginaban tu cercanía. Cuando llegué a ti y calmaste cada duda de la materia gris, respondiéndole con bocanadas provenientes de un río agitado, pero que confortaban, sabía que una parte de mí se extraviaría en tu abrazo sin fondo, quedaría encantado por tus murmullos y simplemente por ese tiempo tan exquisito dominarías mi piel y así pretendería descansar. Pero vaya piel que me haces imaginar, porque al quitarle la neblina que la oculta, veo agujeros que no había visto antes, ¿por qué, si yo creía me estabas extendiendo? Ya sé, te gusta traicionarme, pero no puedo imaginarme sin ti recorriéndome. Ven y búscame de nuevo, yo a veces ya no logro encontrarte, encontrarme…prometo esta vez tenerte más cerquita, si quieres hasta que escuches mis sollozos y así tal vez componga alguna letra, o tal vez sólo te rías de los intentos de crearla, creo que no me importa, pero te lo pido, déjame estar contigo de nuevo para poderme llevar mis recuerdos al olvido.

En el análisis lo primordial no es el quitarle la droga, su quitapenas a los sujetos, es decir que la meta no es el dejar el consumo en primera instancia, tampoco se trata de mantener el consumo por el resto de la vida, lo importante es tratar de encontrar una vía diferente de satisfacción. Se trata de proponer algún otro objeto en ese lugar que ha estado ocupando la droga, porque si se quita la droga sin otorgar nada a cambio, se le despoja al sujeto de la única solución que ha encontrado para mantenerse en la vida, por eso cuando el objetivo se transforma solamente en la abstinencia, las recaídas vendrán muy fácilmente.11 Por lo cual, cuando el sujeto consigue la ligazón amorosa con el analista, mediante la transferencia, su síntoma ya se estará transformando, ya que se da paso a una satisfacción por medio de un otro y no solamente de una manera solitaria con un objeto imaginado que es la droga. Existirá una posibilidad de construir, de rememorar, de tramitar los recuerdos ya no solo en actos repetitivos en donde el malestar en el cuerpo pareciera ser el único recuerdo, en donde el yo no está presente y se olvida, sino al tramitar los recuerdos por medio de la palabra, al echar un poco de luz a la memoria del inconsciente y así darle paso a la realización del sujeto en el poder-ser, es decir al crear un palimpsesto. Con el análisis se podrá realizar la iluminación adecuada de esos primeros grabados, que menciona Freud: “Pero es fácil comprobar que en la tablilla de

Gabriela Ocampo

9) IDEM. 10) Lacan J. (1953). El Seminario de Jaques Lacan. Libro 1. Los Escritos Técnicos de Freud. Argentina: Paidós. 11) Naparstek, F. (2010). Introducción a la Clínica con Toxicomanías y Alcoholismo III. 1ª. Ed. Grama Ediciones: Buenos Aires. 12) Freud, S. (1923). El yo y el Ello. Obras completas, T. 19, Trad. J.L. Etcheverry, Argentina: Amorrortu Editores, 1976. Pág. 246.

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Para la Escuela de la letra psicoanalítica, ESLEP, es importante la creación de un espacio donde podamos compartir lo trabajado como escuela. En esta ocasión convocamos nuestras IV Jornadas de la RAP, con el tema: La cultura: entre la vida y la muerte. Que tuvo lugar en la Ciudad de Oaxaca en abril de 2018. Para nosotros es fundamental darle un espacio a las palabras que dieron inicio al ciclo de actividades como al recuento de lo sucedido. Cuando la memoria es convocada es un pequeño indicio de lo sucedido o recreado en aquellos días. Aquí unas líneas de lo que sucedió. Comité Editor.

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ntes de que la opacidad alcance al recuerdo, convocamos a la memoria y a nuestras IV Jornadas de la RAP con el tema: La cultura: entre la vida y la muerte, que se llevaron a cabo en nuestro bello Oaxaca, México, ciudad que tuvimos como cobijo de este evento que nos reunió como psicoanalistas para repensar nuestro estar en el mundo entre otras cosas. He aquí varios escritos que proponen dejar un testimonio hecho escritura de los tres días de trabajo donde se convocó al psicoanálisis, al pensamiento, la reflexión, la escritura, el amor hecho producción, a la cultura entre la vida y la muerte. Aquí estas letras que pretenden ser una grafía para que la memoria no se desdibuje.

Consejo de la Escuela de la Letra Psicoanalítica Inauguración 19 de abril de 2018 El psicoanálisis es una práctica que hospeda las espinas sangrantes del ser y el no ser, que acoge el dolor sin cura del existir, que recibe las desgarraduras de las historias singulares y la insistencia de la destrucción subjetiva. Su campo es el territorio del sujeto y su práctica se ejerce sobre la singularidad de cada historia. Sí, y sin embrago, por principio, no hay sujeto sin otros, sin Otro. Por eso el psicoanálisis también se ocupa del espacio de lo social y lo político. Freud no solo publicó historiales clínicos o textos sobre técnica, escribió asimismo libros fundamentales para pensar la historiografía, la antropología, la historia de las religiones, la política, la guerra y la sociedad en sus amores y sus destrucciones. Desde Tótem y tabú, pasando por El porvenir de una ilusión, Moisés y la religión monoteísta, Psicología de las masas o El porqué de la guerra, su pluma no dejó de problematizar el Malestar en la Cultura.

nuestras sociedades y a nuestro tiempo. El psicoanálisis se ocupa del amor sí, pero también de la destrucción. Pulsión de vida, pulsión de muerte. Y para pensar, dialogar, tensar y problematizar estas y más cuestiones, venimos de muchas ciudades, de distintos países, de diversas latitudes. Aquí hoy, aquí en estas Jornadas, hay colegas que vienen de Canadá, de Costa Rica, de Argentina, de Brasil y, por su puesto (por su puesto) de México. Toda la América está convocada en estas regiones. Además del psicoanálisis lo que nos convoca es nuestra historia y nuestra geografía. Esta tierra de indios sabios y guerreros fue conquistada por ibéricos y anglosajones con sus viajes, sus guerras y también sus lenguas y sus culturas. De esa mezcla histórica, violenta y sincrética, nace un nuevo continente que está marcado, como muchos, pero como ninguno, con la posibilidad de la diversidad. Este territorio nuestro alberga mixtura, revoltijo, amasijo, mescolanza de pieles, colores, lenguas, religiones, artes, culturas; historias. Vasconcelos pensaba en una nueva fuerza cósmica surgida en América por estas mezclas inéditas: Europa, África y Asia se entrelazaban con los pueblos salish, siux y los esquimales del Norte, también con los mayas, los aztecas y los toltecas de Mesoamérica, asimismo con las poblaciones nativas de los Cabécares, Bribis, y Borucas de Centro américa y Cané, Charruá, guaraníes, tapiete, kaigangs, tupinambás, kamayura, los quechua y los aimara del sur de nuestro continente. Desde la América del Norte, pasando por Centroamérica y convocando a Sudamérica, psicoanalistas de esta américa nuestra, nos dimos cita hoy, aquí en México. Y para ser más precisos aquí en Oaxaca. Tierra de creadores, de guerreros, de mujeres valientes y artistas. Pueblo creativo, festivo y también adolorido. Cultura mixta: de los valles centrales, a la mixteca, la costa y la tierra caliente, la costa, la cañada, el istmo y las sierras norte y sur. Aquí estamos, aquí nos hablamos y nos escuchamos.

Por su parte Lacan, no solo elabora dimensiones fundamentales para pensar la locura, el sadismo y el goce, escribe grafos del deseo, algoritmos del fantasma o enlaza y desenlaza nudos y cadenas. También realiza seminarios fundamentales como aquel de la ética del psicoanálisis y su propuesta radical del deseo en el campo de lo social y lo subjetivo o El reverso del Psicoanálisis donde avanza una concepción radical de los lazos sociales y sus relaciones con el sujeto, el goce y la muerte.

Nuestro movimiento se llama Red Americana de Psicoanálisis. Ya llevamos muchos años y muchos caminos recorridos: comenzamos en el 2013 en la ciudad de México, después la reunión de Pirenópolis- Goiana en Brasil y, nuestro último encuentro en 2016, que tuvo lugar en Tafí del Valle, en Tucumán Argentina.

Por eso hoy estamos aquí. Convocados por la fuerza y las posibilidades que el psicoanálisis no ofrece para problematizar los movimientos sociales, las dimensiones culturales del arte, el tatuaje y la música, los nuevos discursos sexuales, los enredos de la educación, el malestar de los niños, la violencia del feminicidio, la homofobia, el suicidio, el consumismo, la guerra, la paz, lo sagrado y lo profano, el machismo y la prostitución, homoparentalidad y la lesbomaternidad, las migraciones y muchas cuestiones más que marcan, interpelan, señalan, lastiman, sacuden a

Hoy comienzan las IV Jornadas de Psicoanálisis con el tema: La cultura, entre la vida y la muerte.

Nos convoca el psicoanálisis, pero también los vientos de los tiempos y los ruidos de las latitudes.

Todo el movimiento de la RAP ha permitido que esto tenga lugar, pero ahora nos ha tocado a la Escuela de la Letra Psicoanalítica ser los anfitriones de este importantísimo encuentro. Muchos y muchas colegas han trabajado duro para que estas Jornadas existan y florezcan. Especialmente, a los y las compañeras de Oaxaca, nuestro agradecimiento, así como a todas las comisiones que lo hicieron posible.

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Para nosotros, para nuestra América, para México, para Oaxaca, para la RAP, para la Escuela de la Letra psicoanalítica, es un gran honor y una gran alegría recibirles y darles la más cordial bienvenida a este espacio de diálogo y pensamiento. Porque estas Jornadas, además del color, el mezcal y el olor a barro negro, son para nosotros una verbena del lenguaje y una fiesta del pensamiento. En tiempos donde la violencia hacia las mujeres, los niños y las diversas declaraciones sexuales, la segregación de lo diferente cobra cuotas y vidas y la desesperanza florece más fuerte que el maguey y las rosas, nosotros respondemos con nuestro trabajo, nuestra apuesta y nuestra pasión. También con nuestra escritura. Pues, permítanme decirles que hoy está también entre nosotros el primer libro de la RAP, editado en Argentina, compilado por Ana Petros y que alberga entre sus pastas, trabajos escritos de colegas de USA, Argentina, Brasil y México. Aquí estamos pues, al pie de la letra y con los textos desenvainados. Para terminar, citemos a Lacan dirigiéndose a los psicoanalistas: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espiral a la que su época lo arrastra en la continuada obra de Babel, y que sepa su función de interprete en la discordia de los lenguajes.”

En este encuentro bordeamos, tejimos y lo contrario también. Preguntas son las que insisten y surgen de estos tres días: ¿El sujeto como incivilizable?, ¿el odio impera y nos nombra?, ¿nos enfrentamos a un sin límite en el odio?, ¿la inhumanización ronronea?, ¿el mundo virtual tiene el poder de organizar nuestros deseos?, ¿qué nos une, qué nos dispersa?, ¿lo que el sujeto desconoce de sí mismo es el objeto de su odio?, ¿qué es jugar?, ¿el cuerpo es un continente de lo que no se puede simbolizar?, ¿lo indecible de lo Real frente a un sismo es un recordatorio de la finitud?, ¿qué elegimos: la violencia o la palabra?, ¿de dónde viene la demanda en una intervención “precoz”?, ¿tomar las riendas de la muerte es una opción?, ¿biologismos del ser?, ¿la sexuación del goce de muerte hace lazo?, ¿pacto o contrato entre analistas?, ¿el artista se anticipa al psicoanalista?, ¿es la homosexualidad una forma subversiva de evidenciar la imposibilidad de la relación sexual?, ¿ todos somos migrantes de algún modo?, ¿ en la vida un proyecto de muerte?, ¿ cómo separar la vida de la obra cuando la trasgresión aparece como nube negra y gorda?, ¿meter el hombro como una insistencia ante la imperancia de lo real: en la cárcel, en las instituciones, en todo lugar donde no somos llamados? Y mientras las preguntas siguen, lo real también, el goce mucho más. Y la búsqueda de la inmediatez como un falso camino pareciera imponerse. ¿Y el pensamiento? El arte como un recurso mientras bordeamos el abismo mientras la insistencia de lo real nos da en la cara.

Y las preguntas no cesan: ¿la entropía: entre el orden Bienvenidos a todos y todas, colegas, compañeros, y el caos?, ¿son los actos violentos, los feminicidios, camaradas, amigos y amigas de tantos lugares a estas asesinatos, vejaciones como una modalidad o reprenuestras IV Jornadas, a este nuestro México querido. sentación de una colonización posmoderna?, ¿valor de goce y valor de cambio en el vínculo entre los sujeMoito obrigado. Muchas gracias. tos?, ¿y lo biológico?, ¿cómo se repara una dignidad rota?, ¿qué hacer con aquellas mujeres que cuestionan lo establecido?, ¿somos y no lo que escribimos? Helí Morales

PLENARIO 21 de abril de 2018, Oaxaca, México

Las preguntas quedan como signo de estos días, donde cada uno en su escritura se jugó algo del orden de su deseo. Las preguntas quedan para volver a ellas y como testimonio de este tiempo.

Gracias a todos los colegas por sus palabras y construc- Escribir y reescribir…mientras morimos de algún ciones que fueron regalos belleza y a todos quienes estu- modo todos los días… vieron presentes y acompañándonos en todo momento. Apostemos porque la letra, la escritura pulse, rasgue, Gracias también a nuestros colegas de Argentina, produzca mientras vida. Brasil, Costa Rica, Cánada y a todos los colegas de la ESLEP, especialmente a nuestros jóvenes de Oaxaca Deseamos que en el siguiente encuentro podamos por su entrega y trabajo, por su hospitalidad y cariño. seguir articulando con flor y canto, con preguntas también, para avanzar mientras cae el telón…y mienAquí algunas palabras que apuntan a la construcción y tras nos sueñe el alma…sigamos. movimiento: “Para todo mal, un mezcal y para todo bien, también”, reza el dicho popular. Frase que aparece para Y como esto parece no tener remedio: “Para todo continuar en lo que hoy hace bisagra en este encuentro mal, un mezcal, y para todo bien, también” de pensamiento, creación, canto y un poco más… Gracias. El psicoanálisis nos convoca y también un contexto Asbel Hernández que nos interpela todos los días.

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CLAUSURA Cierre 21 de abril de 2018, Oaxaca, México

Ahora viene el punto y seguido. La RAP continúa con su pasión, apuesta y deseo.

¡Nos veremos en el año 2020 en Fortaleza, Brasil con Es el tiempo de puntuar, poner un punto es dar un fortaleza y mucha libido! espacio para que acontezca otro texto. Esto es un punto y aparte; que dará lugar a un punto y seguido. Marcela Martinelli Acá algo tuvo lugar: nuestras IV Jornadas La cultura entre la vida y la muerte, las cuales son la apuesta visible de la RAP Red Americana de Psicoanálisis. Red que ya tiene su historia y sus años recorridos; Ciudad de México, Pirenópolis, Tafí del Valle y ahora Oaxaca. En cada una de esas ciudades se dieron encuentros con: letras, pensamientos, discusiones, abrazos y más, sostenidos por sujetos que han dado lugar a que cada uno repiense su de/ ser analista, su deseo.

Encore o matemáticas de unos días inolvidables; de un encuentro irrepetible 1) Cinco países: Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica y México. 2) Tres días de trabajo, 19, 20 y 21 de abril del 2018.

3) Jueves 19: de 9:30 a 19:00. 8 horas y media de vivencia continua, ya que en las comidas seguimos $eminario Psicoanalítico, Corpo Freudiano y la hablando, pensando; recordando. 7 horas y media de Escuela de la Letra Psicoanalítica somos los que actividad neta. sostenemos nuestra red, pero no sin descompletarnos cada vez con nuestras particularidades, con 4) Viernes 20: de 10 a 20:15. 10 horas 15 minutos de nuestros entres y también invitando en cada Jornada vivencia. 8 horas 45 minutos de actividad neta. a colegas como más uno. 5) Sábado 21: de 10 a 19:30. 9 horas y media de Agradecemos la participación de Lacan Salon con la vivencia, 7 de actividad neta. colega que vino de Canadá. A los colegas de la Tercera Grupo Psicoanalítico de Buenos Aires. Asimismo TOTAL: 29 horas 15 minutos netos de vivencia. a los colegas de Acieps de Costa Rica y a nuestro colega del Colegio de México. Cada uno de ellos tuvo un lugar importante en este encuentro, justamente 6) 53 exposiciones (1,060 minutos) y 9 de la RAP (110 minutos). Total 1, 170 minutos de actividad. muestra que el tres requiere siempre algo más. Valoramos la presencia de los colegas venidos de 7) 18 mesas de trabajo, 6 el jueves, 7 el viernes, 5 el Argentina y Brasil. Su saber, sus propuestas nos sábado con 10 minutos de discusión: 180 minutos. suenan y resuenan. Nos acompañan en los entres y en el entre que nos dejamos de ver y nos volvemos a TOTAL: 1,350 minutos de actividad neta. reunir en la siguiente Jornada. Colegas de Oaxaca, Morelia, Querétaro, Guadalajara, Cuernavaca, Tlaxcala, Hidalgo, Tepoztlán, Xalapa, Ciudad de México, Cuautla, Pachuca, Puebla y Puerto Escondido nos hemos reunido y hemos compartido estos días de trabajo, de fecunda participación con la escucha, la presencia y también al tomar la palabra. Les agradecemos y valoramos la presencia de todos los asistentes.

8) 21 coordinaciones. 9)55 traducciones recolectadas, coordinadas y proyectadas.

TOTAL: INCALCULABLE

Esto sin contar dos noches de esparcimiento y conviAhora nos parece importante nombrar a los amigos vencia, con músicos, meseros, cocineras, bailarines, que han hecho posible nuestras Jornadas. Primero a maestros disidentes y ayudantes de logística. Ahh y las comisiones: Internacional, Registro e Inscripción, mucho mezcal y cientos de cervezas. Difusión, Bienvenida, Organización, gracias por lo Todo esto se dice fácil, pero implicó un trabajo tan realizado desde hace más de un año de trabajo. enorme como el cariño con el que lo hicimos. Un especial reconocimiento a nuestros amigos y familia oaxaqueña: Andrés, Mercedes, Sol, Fáti- Difícil pensar que hubiese alguien que quisiera más. ma, Fabio, Cecilia, Elisa, Emmanuel, Santiago, Perla, Esto es un puro semblante matemático, porque lo Ofelia, Edna, Ángel, Eduardo y Claudia. importante es que hubo exposiciones inteligentes, Termino los agradecimientos: al consejo de nuestra documentadas, hermosas, impactantes, increíbles escuela, desde la fundación de la ESLEP (2014) ha y extraordinarias. También diálogos invaluables e posibilitado nuestro quehacer como escuela y que en inolvidables. Colegas de la América nuestra, puestos estos días ha dado paso a un nuevo consejo. Gracias a escuchar y hablar. Con otros; con otras. Con otros países, con otras lecturas. Con diferencias y alteridaqueridos colegas por estos años de trabajo.

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des. Con convergencias e intereses compartidos. En castellano y portugués. Esto no lo podemos medir, por suerte. Por gusto; por principio.

Helí Morales Con el deseo de volver a encontrarnos, reiteramos nuestro agradecimiento a cada uno de los implicados en este bello encuentro, donde cada uno, con su trabajo, escritura, trayectoria, nombre, nacionalidad, deseo y más, se implicó desde la singularidad para formar parte del coro que formamos en estas, nuestras IV Jornadas de la Red Americana de Psicoanálisis, con sede en Oaxaca, México.

Consejo de la Escuela de la Letra Psicoanalítica

Marcela Martinelli

Asbel hernández

Helí Morales

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VOLVEREMOS...

Más Información sobre nuestras actividades, visítanos en:

www.delaletrapsicoanalitica.com 75


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