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Jessica D ínguez Resp de
La primero que me viene a la mente al leer esta pregunta es el describirme como una hija de Dios Quien tiene la gran bendición de ser esposa, madre, profesional, etc y quien desarrolla cada responsabilidad con una fe inquebrantable gracias a que creo en las promesas de Dios para mi vida.
Aunque tengo muchos recuerdos lindos de esa etapa de mi vida, también tengo recuerdos tristes. Me crié sin mis padres y eso empañó mi infancia que fue marcada por el gran anhelo de algún día tener mi propia familia. Cada día agradezco a Dios por regalarme este gran deseo de mi corazón.
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Ahora que sé un poquito de lo que estos temas signi can, puedo contestar que así fue debido a que mis padres se divorciaron cuando yo solo tenía approx 5-7 años de edad.
Mi agenda es súper ocupada y ya tengo su ciente responsabilidades y debido a esto, cada día aprendo más acerca de la importancia de decir no o de poner límites a las actividades que añado a mi calendario. Sin embargo cuando recibo una asignación durante mis tiempos a solas con Dios, la cual el con rma de diferentes maneras y com personas sabias en mi vida, he aprendido que debo ser obediente. La obediencia a Dios trae muchísimas bendiciones, cambia vidas, y trae a personas a su reino.
Dios, el rey de justicia, la luz del mundo, la verdad encarnada, es la fortaleza que corre por mi ADN. Creer en sus promesas para mi vida y para la de mis futuras generaciones es lo que me ayuda a dar lo mejor de mi a diario porque se para quien trabajo.
He aprendido y continuo aprendiendo que más importante que pensar o verme en 1, 2, 3, años es el disfrutar de mi hoy, de mi presente con toda la con anza que las huellas espirituales de mi mañana ya están planeadas en el calendario de Dios. Voy a continuar aprendiendo que vale la pena dejar que El me continúe sorprendiéndo con sus maravillas.