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El derestaurador vidas

Hubo un hombre de gran renombre con una familia a la que amaba mucho, que llego a tener todo lo que un ser humano pudiera desear en cuanto a riquezas, muchas tierras, sirvientes, mucho ganado, pero este hombre tenía algo más valioso que todo su dinero y sus posesiones terrenales, a este hombre se le describe como; Integro, intachable, temeroso de Dios y apartado del mal, su nombre era Job.

En una ocasión los miembros de la corte celestial llegaron para presentarse delante de Dios, y el acusador satanás, vino con ellos. El Señor le pregunto a satanás: ¿De dónde vienes? Satanás le contesto al Señor: —He estado recorriendo la tierra, observando todo lo que ocurre. Entonces el Señor le pregunto a satanás —¿Te has fijado de mi siervo Job? Es el mejor hombre de toda la tierra. Satanás le res- pondió al Señor: —Si, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! Así que extiende tu mano y quítale todo lo que tiene, ¡Ten por seguro que te maldecirá en tu propia cara!

—Muy bien, puedes probarlo— dijo el Señor a satanás—. Haz lo que quieras con todo lo que posee, pero no le hagas ningún daño físico. Entonces satanás salió de la presencia del Señor. (Job 1:6-12 NTV).

Tan rápido como pudo satanás le quito a Job sus posesiones, su dinero, su familia. Este hombre con mucho dolor dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me valla. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor! (Job1:21-22 NTV)

Satanás no estaba satisfecho con la respuesta de este hombre pues su trabajo es lo contrario al plan de Dios, satanás busca destruirnos por completo mientras que Dios quiere restáuranos, así que nuevamente se presenta ante Dios y pide atacar a Job con su salud. —Muy bien, haz con él lo que quieras —dijo el Señor a satanás—, pero no le quites la vida. (Job 2:6 NTV).

Entonces satanás salió de la presencia del Señor e hirió a Job con terribles llagas en la piel, desde la cabeza has los pies. Job, sentado entre cenizas, se rascaba con trozo de teja. Su esposa le dijo: “¿Todavía intentas conservar tu integridad? Maldice a tu Dios y muérete”.

Sin embargo, Job contestó: “Hablas como una mujer necia. ¿Aceptamos solo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo? A pesar de todo Job no dijo nada incorrecto. (Job 2:7-10 NTV).

Esta historia es un gran ejemplo de vida no podría enumerar cada lección de vida que podemos tomar de esta historia pero quiero enforcarme en que después de toda esta tragedia en la vida de Job, Dios restaura de manera sorprendente todo lo que había perdido.

El Señor restauró su bienestar. Es más, ¡Él Señor le dio el doble de lo que tenía! Y el consuelo para aceptar lo que había perdido. El mensaje es claro Dios puede restaurar tu vida, tu hogar, tus finanzas, tu salud, cualquier cosa que hallas perdido, el paso más importante es acepto en nuestro corazón y reconocerlo como nuestro Señor y salvador, y aceptar su divina voluntad en nuestras vidas. Tu eres su mejor obra de arte y quiere restaurar tu vida. Dios te bendiga.

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