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EN UN MUNDO INDEPENDIENTE, E lijo DEPENDER

Autora: Ileana Román | Madre Insuficiente | Ciudad: Philadelphia PA

En un mundo donde pedir ayuda es un síntoma de debilidad, imagina lo que sería decir “no soy suficiente”.

Durante mis primeros años como madre, mi maternidad estaba caracterizada por un estilo de vida basada en batallas emocionales como la ansiedad, la depresión, la culpa, la ira y el miedo. Me había repetido, hasta creer lo, que debía aprender a dominar esas emociones por mi misma. Me creía suficiente en mi propia sabiduría, en mis propias fuerzas y lo peor era que no lo quería ver. Pero ¿qué me había llevado hasta esa condición emocional? La inde- pendencia. Si, estás leyendo bien. El haberme independizado de Dios, asumiendo una postura de autosuficiencia, me había quebrantado en pedazos porque sin duda no hemos sido creadas para vivir en independencia de Él.

Tal vez te puedes sentir identificada conmigo, en las características emocionales que describieron mi maternidad en ese principio. Entre los cambios de pañales constantes, la falta de sueño y las necesidades de cada uno de mis hijos no pude hacer otra cosa que rendirme. Y lo más impresionante fue que Dios quería que me rindiera. Dios anhe- laba que rindiera mi autosuficiencia en Su Suficiencia. Volviendo a una dependencia de Él.

La tarea de la maternidad no es sencilla, es una tarea que demanda lo mejor de nosotras.

Además, a esta tarea se le ha sumado una carga muy pesada que no fuimos llamadas a cargar.

Se nos ha enseñado que la mejor mamá es aquella que puede sola con todo, que es suficientemente fuerte, capaz y que encuentra todo lo que sus hijos necesitan en sí misma.

¡Hemos sido engañadas! Engañadas por nuestro propio corazón or- gulloso que no quiere admitir su necesidad de ayuda. Pero ¿qué ocurre cuando reconozco y gritó a los cuatro vientos “Ya no puedo más”? En medio de esa humilde rendición viene El Dios Suficiente y hace su entrada triunfal, no sólo a consolarnos sino también a perfeccionarse en nuestra debilidad.

Tú y yo no tenemos todo lo que nuestros hijos necesitan. ¡Leíste bien! Nuestros hijos tienen una necesidad que va más allá de nuestra capacidad. Ellos, al igual que nosotras han nacido con un problema que el ser humano nunca ha podido resolver por sí solo, y es el pecado (Eclesiastés 7:20). Aunque los llevemos a la iglesia todos los domingos, ellos necesitan conocer, amar y ser salvados por el que nos quiere salvar a nosotras, el único Suficiente, Jesús.

¿Qué pasa cuando reconozco que no soy suficiente? Su Suficiencia se hace visible en medio de tus insuficiencias (2 Corintios 12:9). Cuando pierdes la paciencia, Su Espíritu te dará lo que te falta (Gálatas 5:22). Cuando la culpa quiere acusarte de ser una "mala madre", su gracia vendrá y te recordará que no se trata de ti sino de Aquel que te llamo para esta tarea (Romanos 8:33). Cuando sientas que la tarea es inútil, Su Espíritu te recordará que si no te das por vencida, verás fructificar cada semilla que has sembrado (Gálatas 6:9). Cuando llega la preocupación a invadir tu paz, Su Espíritu te recordará que Él es Suficiente para cuidar de ti y tu familia (Mateo 6:34). No fuiste creada para ser mamá lejos de la mano de Jesús. Tus hijos fueron creados por Él y para Él.

Te Comparto 3 Pasos Importantes Que Debes

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Rendir Tu Vida A Jes S

Cuando rindes tu vida en las manos de Jesús reconociendo tu necesidad de Él, dándole la oportunidad de que Él tome el señorío y las riendas de tu vida comenzarás a disfrutar de tus limitaciones y tú insuficiencia y comenzaras a depender de Él en todo. Si aún no has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador, te invito a leer estos versos: Lucas 5:32 / 1 Juan 1:9 / Juan 3:1618 y luego en tus propias palabras arrepentirte e invitarlo a guiar tu vida.

Morir A Tu Autosuficiencia

Luego de rendir nuestra vida a Jesús comienza un proceso de transformación, algo parecido a la metamorfosis que le ocurre a la mariposa. Al igual que la oruga, tendremos que morir a nuestra antigua manera de pensar, a nuestras antiguas costumbres y tradiciones familiares para que la vida de Cristo crezca en nosotras y en nuestra maternidad.

HACER LA PALABRA DE DIOS NUESTRO MANUAL DE CRIANZA

En esta nueva vida en Cristo hay un manual de instrucciones para la vida que nos fue dejado para que aprendamos cómo vivir a plenitud. Esta palabra de Dios es viva sirve para enseñar, para instruir y corregir y nos servirá de guía no solo en nuestra propia vida sino en cada área de ella, incluyendo la maternidad. Recuerda, NO PUEDES SOLA y no tienes que poder sola porque Jesús está dispuesto a darte todo lo que necesitas para la tarea que te entregó y caminar contigo en esta jornada.

Si te interesa más contenido como este te invito a leer el blog www.madreinsuficiente.org donde encontrarás recursos para vivir una maternidad dependiente de Dios. 3

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