MINISTERIO DEL AIRE
Luis Gutiérrez Soto
Eduardo Reina Sevilla
EL ARQUITECTO
Vida Luis Gutiérrez soto nace en Madrid el 6 de junio de 1900, es el menor de seis hermanos de una familia burguesa. En 1907 sus padres le envían interno durante ocho años al escorial. Una vez estalla la Guerra Civil, Gutiérrez Soto se retira con su familia a Torrelodones y se refugia en la embajada de México durante nueve meses hasta que, en Marzo de 1937, ingresa en el ejército del aire del bando finalmente vencedor, graduándose como comandante. No es extraño, por tanto que, ante tal condición este predispuesto a transformar su arquitectura. Evolutivo y adaptable, si transforma su arquitectura en los años 40, por convencimiento propio, solo que lo hace basculando entre una arquitectura nacionalista y otra regionalista según convenga. Formación y conocimientos Cursa el bachillerato en el Escorial que influirá en le futuro arquitecto, con el “sentido de imperio” de su Ministerio del Aire, como reflejo escurialense. Comienza su preparación en la academia Rives en 1915, y en 1917 ingresa en la escuela de arquitectura de Madrid. Para sufragarse los estudios trabaja como decorador de tiendas. Estos trabajos le proporcionaron gran experiencia. Obtiene el titulo de arquitecto en 1923 siendo el primero de la promoción. Nada mas terminar la carrera trabaja con López Otero de que había sido su profesor en la escuela. En 1925 instala su primer estudio tras dejar a López de otero y comienza una carrera profesional independiente. Inquietudes e influencias Estuvo influido por la arquitectura mas notable que se contruía en Madrid (regionalismos eclécticos de Rucabado y las obras de Antonio Flores), le impresiono el palacio de música de la gran vía madrileña que le refleja como el gusto particular del arquitecto se decanta finalmente por una arquitectura ecléctica con tendencia clasicista como la que realiza zuazo en el palacio de música. Influencia de sus profesores de proyectos de la escuela: Florez, Muguruza, y López Otero. En los años de estudiante la influencia estuvo orientada en las corrientes centroeuropeas: Admira el movimiento iniciado en Europa, en Austria por Otto Wagner y sus discípulos Olbrich y Hoffman. Y el germen del movimiento internacional: Behrens, Poelzig, Taut. Además de la exposición de Artes Decorativas de Paris, de 1925. El protoracionalismo y expresionismo alemanes inmediatamente después.
Obra Su extensa obra la podemos dividir en cuatro etapas: eclecticismo, racionalismo, historicismo (neo-imperialismo) y neoracionalismo (etapa madura). Se puede asociar cada estilo de la obra de Luís Gutiérrez Soto a una etapa política y cultural: • El eclecticismo aunque se encuentra latente a lo largo de su obra, su etapa más correspondería con la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). • El racionalismo se da en la época de mayor apertura con el exterior de la Segunda Republica (1931-1939) • El neo-herreriano en los primeros años de la dictadura franquista (19391948) • Y finalmente su etapa más madura el neo-racionalismo que comienza tras el Congreso Panamericano de arquitectura celebrado en Lima. La etapa autárquica entendida en el contexto global de la obra de Gutiérrez soto representa un papel de quiebro o inflexión, casi un paréntesis, que articula sus dos grandes momentos; el de su interpretación del racionalismo y el de su producción madura. Su obra ha ido evolucionando selectivamente; le ha llevado a un análisis de las modas de cada momento para encontrar en todas ellas lo que creyó acertado.
EL EDIFICIO
Contexto sociocultural y político Tras la guerra civil, numerosos arquitectos vinculados a la Republica o a la Generalitat desaparecen del panorama profesional español ya sea por el exilio o por la inhabilitación. Y otros arquitectos afines al Régimen, entre los que se encuentra Gutiérrez Soto comprometido antes con una arquitectura relativamente moderna que retrotrae ahora su estilo; realizador en otro momento de una arquitectura moderna de gran calidad (al margen del GATEPAC, si bien compartiendo muchos de sus criterios) hacia posiciones más autóctonas, mas nacionalistas o historicistas; inician un camino sin sentido preciso, ni salida acorde con los tiempos, hacia una arquitectura neoimperialista. Hay que tener en cuenta las circunstancias de la crisis, aislamiento, presión o afinidad ideológica con la fuerza del Eje en la Segunda Guerra Mundial, por lo que dificulta el conocimiento de las tendencias contemporáneas, y corrobora más una arquitectura academicista y de rememoración imperialista, muy heterogénea producto de la mayor parte de la crispación bélica o ideológica, de carácter normalmente institucional u oficial y que puede mirar de reojo a lo acontecido en Alemania o Italia por simpatía, costosas de realizar aun con materiales autóctonos como la piedra y el ladrillo (Valle de los Caídos, Universidad laboral de Gijón, y Ministerio del Aire).
La situación de Madrid, entendida como sede del poder central y capital representativa. La pretensión de dotar la capital de accesos monumentales (vía de la Victoria, imperial y Europa), condición una peculiar arquitectura neoimperialista mas cortesana. En Madrid ya teníamos una arquitectura monumental y escurialense, como la de Nuevos Ministerios de Zuazo. Es el deseo de perfilar de algunos (en este caso políticos y arquitectos) una cornisa del Manzanares representativa de un Madrid imperial, del gran Madrid que rememore tiempos gloriosos del pasado, una vez se confirma como capital de toda España. Diseño y construcción La arquitectura que le pedía la nueva clase rectora era: Sólida, tradicional, histórica, amplia, elegante, proporcionada, distinguida, etc. Tras el encargo del ministro general Vigon y después de realizar viajes de estudio por Alemania e Italia, propone dos alzados: una mas clasicista (1941) emparentado con la arquitectura de Albert Speer y otro mas herreriano y villanoviano (1942) recordando la imagen del Monasterio del Escorial que será el que prospere ya que estamos en el periodo álgido del nacionalismo exaltado. El 10 de diciembre de 1943, se puso la primera piedra no quedando terminado hasta 1958.
Este edificio oficial es un cubo con cuatro torres y una portada. Presupuestado en más de 150 millones de pesetas y situado en el solar antigua Cárcel Modelo, se compone de un gran cuerpo aislado, sólido y compacto, cuya planta rectangular define tres patios interiores de los cuales el central o de Honor es el más importante monumentalmente, que permiten la alineación de espacios mediante doble crujía, además de la ventilación o vistas a los mismos y a la calle. Estos tres patios logran la completa iluminación de todas las dependencias interiores. El patio central comunica con el vestíbulo principal, que, por medio de una doble escalera que constituye uno de los mayores logros del interior, da acceso a la planta noble, en cuyo centro se sitúa el magnífico salón de honor, al que franquea un vestíbulo cuadrangular. El Salón de Honor es el espacio interior más importante del edifico. Sus paredes de mármol negro le confieren una gran sobriedad y grandeza, que contrasta con la riqueza de las puertas talladas de madera. A esta gran caja o traza predominantemente horizontal se contraponen cuatro robustas torres coronadas con chapiteles, poniendo énfasis en la portada principal de orden gigante que delata el patio central de honor y su carácter irracionalista. La piedra granítica perdurable, el ladrillo tradicional, mas la pizarra de la cubierta, son los materiales que garantizan una arquitectura debidamente neoimperialista y no moderna. Urbanismo La plaza de Moncloa (1949) se construyen las obras significativas: Ministerio del Aire, el Arco de Triunfo de Modesto López de Otero y Pascual Bravo Sanfeliu, monumento a los caídos de Moncloa de Manuel Herrero Palacios; formaran un autentico escenario urbano representativo del nuevo estilo monumental propio de los años 40. En realidad se intenta crear en principio una imagen decorosa para la ciudad, perpetuar un vocabulario tradicional que se armonizase con la arquitectura monumental y contundente signo oficial, pero también soslaya la carestía de materiales más actuales. Se trata de conseguir una fachada bien representativa de un Madrid de ensueño, con una cierta añoranza por el antiguo Madrid de los Austrias. La ya conocida como Cornisa del Manzanares abarcaría desde el San Francisco el Grande y el Palacio Real hasta el Ministerio del Aire, que enlaza con el monumento a los caídos de Moncloa, arco de Triunfo y Ciudad Universitaria.
Luis Gutiérrez Soto la concebiría más como acopio de imágenes uniformes que como autentica plaza con previsión funcional. Aprovechando los terrenos que ocupaba la antigua Cárcel Modelo y los que formaban la llamada plaza de la Moncloa, proyectara una nueva plaza , presidida por el Ministerio del Aire, y un complemento de construcciones que permita dar a la misma la proporción adecuada y el marco conveniente al nuevo edificio. El problema que presentaba la ordenación de la nueva plaza presenta cuatro aspectos: primero, la de determinar el emplazamiento del Ministerio del Aire, de tal forma que, presidiendo la plaza por su fachada principal, diera lugar a una lateral que quedara perfectamente visible desde las cercanías, incorporándose de esta manera la ordenación general panorámica de la ciudad en este lugar tan destacado de Madrid. En segundo lugar presenta el problema del acceso de la carretera de la Coruña. En tercer lugar el problema de enmarcar la plaza dándole la proporción adecuada y por ultimo un punto importantísimo en la ordenación de este acceso es la de fijar el emplazamiento del Arco de la Victoria. Finalmente podemos decir que como conjunto urbanístico, el Ministerio y sus anexos constituyen un excelente vestíbulo de la ciudad para los viajeros que entran por la Carretera de la Coruña. Comparación con otros edificios • Inspirándose en la arquitectura de los Austria y de Villanueva y en el Escorial como precursor de la sencillez ha de marcar el camino de la arquitectura estatal netamente española, expresión del sentimiento espiritual y político de la nación al revivir las frías y pétreas portadas herrerianas y las torres y tejados de pizarra de traza escurialense y de las plazas porticadas como en el siglo XVIII y los escudos con águilas, yugos y flechas. La silueta de la cubierta y de las torres del ministerio tenía un marcado acento herreriano. •
Y nuevamente como Villanueva en el siglo XVIII, arquitectura española y madrileña, con el rotundo mensaje del ladrillo, el granito y la piedra de colmenar.
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Las fachadas y detalles decorativos que están inspirados en la arquitectura de los Austria y de Villanueva, logrando por sus materiales y por las bellas proporciones de los elementos que los componen, un conjunto de indudable importancia y belleza.
CRITICA DEL EDIFICIO Por la marcada ideología política del edificio, fue calificada como arquitectura del régimen. Asimismo, por sus proporciones, fue cuestionada la portada principal a la que se acusó de no integrarse suficientemente con el resto del conjunto. Por último, parece que quedó insuficientemente armonizado urbanísticamente el Ministerio del Aire y sus anexos con los aledaños. Pero, indudablemente, las referencias al Monasterio filipense, ciertos efluvios de Juan de Villanueva, autor del Museo del Prado, y su parentesco con la Plaza Mayor, hacen del Ministerio del Aire una edificación muy madrileña.
BIBLIOGRAFIA
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BADELLOU, Miguel Ángel; Capitel , Antón, arquitectura española del siglo XX, (suma Arttis; T XL) Espasa, Calpe, Madrid, 1996
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AA.VV: la obra de Luís Gutiérrez Soto, Colegio Oficial de Arquitectos, 1978
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MUÑOZ Monasterio, Manuel, “ordenación de la Plaza de la Moncloa (Madrid)”, Gran Madrid: boletín informativo, nº 7, 1949, p. 14-21.