Sinaloa

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YOREM

SINALOA CARNAVAL SINALOENSE

Mar del pacifico y sus delicias


CONTENIDO

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Para los amantes del surf las costas y bahías del litoral sinaloense ofrecen grandes expectativas pues hay olas chicas, medianas y grandes;

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Mazatlán

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Carnaval Mazatlense

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Conoce las maravillas que esta incrible ciudad nos ofrece.

La calidez de esta region tiene su punto maximo al mostrarnos esta fiesta llena de alegria

Tren Sinaloa-Chihuahua

Disfruta este incrible viaje atraves de los hermosos paisajes del estado

Cosalá

Pueblo Mágico lleno de encanto VIsitalo!!!


Culiacán, Sinaloa

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Delicias de Sinaloa

No puedes decir que visitaste Sinaloa si no pruebas estos manjares del norte

El Fuerte

Este Pueblo Mágico de Sinaloa es un destino ideal para admirar hermosa arquitectura colonial

Editorial

YOREM Adrian Cienfuegos. Recopilacion de Información e imágenes

M. Arqueologico de Mazatlán Conocer las Raices es importante, no dejes de vititar este museo importante

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Teatro Angel Peralta

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Receta Sinaloense

Te presentamos la historia del rescate de este recinto, inaugurado en 1874

Prepara nuestra ya tradicional receta del mes

Erick Vicente Arzate. Diseño Editorial y Redaccion


Sinaloa Ubicada en la región noroeste de México, esta entidad aloja un hermoso puerto (donde se realiza uno de los carnavales más populares del país) con estupendas vistas al Pacífico y dos bellos Pueblos Mágicos.

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inaloa se localiza en el noroeste de la República; no obstante, culturalmente forma parte del occidente. Comparte vecindad con Sonora, Chihuahua, Durango y Nayarit, y tiene un amplio, rico y bellísimo litoral en el Pacífico y en el Mar de Cortés. En tiempos antiguos fue ocupado por grupos de cazadores-recolectores que completaban su dieta con los frutos del mar. La conquista requirió de varias expediciones y no fue sino con la llegada de misioneros jesuitas que se pacificó la región. La minería dio impulso al desarrollo de asentamientos españoles y, gracias también a ella, se gestó la aparición del arte religioso barroco, evidente en las iglesias de Copala, Rosario y Concordia, entre otras. La gran biodiversidad que ofrece la Sierra Madre Occidental le da al estado paisajes espectaculares con majestuosas montañas y bosques de pinos, e intricadas cañadas que surten de agua a once ríos. Actualmente, Sinaloa es uno de los mayores productores agropecuarios del país y brinda infinidad de atractivos históricos, culturales, naturales y de recreación. Cuenta además con bellísimas ciudades como Mazatlán, Culiacán, Guasave, Cosalá, Mocorito y muchísimas más. 4

La ciudad capital de Culiacán Sinaloa fue fundada el 29 de Septiembre de 1531 por el conquistador español Don Nuño de Guzmán quien primeramente denomino la parte central de lo que hoy es el estado de Sinaloa como provincia de Culiacan cuyo territorio se extendía desde el Rio Mocorito hasta cercano a Chametla. Culiacán fue primeramente llamada Villa de San Miguel lugar donde se comandaban los ejércitos españoles durante el levantamiento o rebelión de los indígenas contra la corona española en el año de 1536, esta provincia se mantuvo como tal sin alteración alguna desde el siglo XVI al el siglo XVIII siendo hasta el año de 1786 cuando se establece en La Nueva España el sistema de intendencias quedando la gubernatura compuesta por Sonora y Sinaloa como La Intendencia de Arizpe suprimiéndose así las alcaldías mayores denominando además como “partidos” a las antiguas provincias quedando de tal manera el territorio sinaloense dividido en tres partidos y estos a su vez subdividiéndose en subdelegaciones. En el norte fueron las subdelegaciones de Álamos, El Fuerte y Sinaloa; en el sur las subdelegaciones de Real de Rosario, Maloya y Copala formaron el Partido de San José de Copala, en el centro las subdelegaciones de Culiacán y Cosalá formaron


el Partido de Culiacán. Cabe señalar que las subdelegaciones estaban a su vez compuestas en ese entonces por pequeños poblados como es el caso de la subdelegación de Culiacán compuesta por Bachiahualato, Badiraguato, Capirato, Comanito, Ayala, Navito, Aguaruto, Culiacancito, Otameto, San Javier, Alisos y Palos Blancos siendo Culiacán o Villa de San Miguel la cabecera del “Partido” Fue hasta el año de 1813, en la constitución de Cádiz que entra en vigor la instalación de ayuntamientos cuando una población tuviera más de mil habitantes siendo hasta 1820 cuando quedan instalados los primeros ayuntamientos en Sinaloa, en 1823 se aprueba la separación de la Intendencia de Arizpe en dos gobernaciones y un año después queda decretada una nueva fusión por “El Congreso de La

Unión” naciendo así el Estado de Occidente naciendo siete años más tarde justamente en el año de 1830 los estados de Sonora y Sinaloa en la separación definitiva del Estado de Occidente, los departamentos cambiaron su nombre por distritos quedando el Distrito de Culiacán con sus límites actuales.

8 de abril de 1915 cuando entra en vigor la Ley de Municipios Libres naciendo así el Municipio de Culiacán que posteriormente en el año de 1982 le fue segregado la región actual que ocupa el municipio de Navolato.

Desde antes que estallara la Guerra de Independencia en el año de 1810, Sonora y Sinaloa formaban parte del Estado de Occidente. Después de muchas discusiones entre los diputados que integraban el congreso local, en el año de 1830, según decreto expedido por el Primer Congreso Constituyente Mexicano, el Estado Interno de Occidente quedó separado.

En 1852 se instalan en cada cabecera de distrito una jefatura de política suprimiéndose después dichas jefaturas en 1861 decretándose entonces la Ley de Municipalidades lo cual dividió a los distritos en ayuntamientos con alcaldías y celadurías, después de muchos cambios que se debían al movimiento de crecimiento y decrecimiento de habitantes de cada región no fue hasta el día

En Sinaloa, la guerra de Independencia fue encabezada por José María González Hermosillo, un insurgente que fue comisionado por Miguel Hidalgo para insurreccionar las provincias de Sinaloa y Sonora. 5


SURFING EN SINALOA Para los amantes del surf las costas y bahías del litoral sinaloense ofrecen grandes expectativas pues hay olas chicas, medianas y grandes durante todo el año, ideales para la práctica de este emocionante deporte.

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n surfer es definido a grandes rasgos por la tabla que se usa. El tamaño, forma y material definen cómo se manejan o montan, lo cual determina los niveles de destreza de cada individuo. En el estado de Sinaloa los mejores sitios para practicar este deporte, de sur a norte, son los siguientes: al sur está el maravilloso poblado de Teacapán y donde se practica este deporte es la playa La Tambora. El punto o lugar donde revienta la ola deseada se localiza a mano derecha de la boca del estuario. La ola revienta solamente hacia la izquierda respecto de la boca y el fondo es completamente arenoso. Incluso, los pescadores de la zona practican surf en este punto con bastante frecuencia.

zosamente al tubo para poder terminarla; el fondo es totalmente rocoso y hay abundantes erizos. Son pocos los practicantes de surf que tienen la habilidad de manejar estas olas. Los mejores meses se presentan durante el verano. Es en esta ola en la que se forma el tubo perfecto. Uno de los mejores surfers mazatlecos, con agallas, es Mario Zataráin, conocido como El Chita. “Hay que tener gran valor para entrar a los tubos de La escollera cuando las olas son de cuatro metros o 12 pies de altura”, comenta. Él es

ENTRE BARRAS DE ARENA Y OLAS

Donde desemboca el río Presidio al mar está Playa Barrón, cuya ola es muy entubada. Aquí revienta hacia izquierda y derecha, muy retirado de la playa. Hay que remar una distancia de 400 m o más para llegar al punto, por lo cual se requiere de muy buena condición física para poder enfrentar las olas. En la isla de La piedra, ubicada en Mazatlán, hay dos puntos. Uno está justo enfrente de la isla Cardones, llamado Los Picos; como su nombre lo indica es una ola que llega en forma de pico y revienta hacia ambos lados. El segundo punto es muy famoso y respetado por todos los deportistas locales e internacionales. Se trata de La Escollera y se ubica junto al cerro de Los Chivos. Es la ola más temible y esperada por los practicantes mazatlecos, pues solamente revienta de derecha y se debe entrar for7

veterano y ha ganado un sinnúmero de concursos de niveles nacional e internacional. UNA CORRIDA ELEVADA

Para el deportista entrar y salir del tubo es el nivel de éxtasis más elevado que puede obtener en una corrida de ola. Son los segundos mágicos de este deporte, estar dentro del tubo unos segundos es algo indescriptible.La principal característica del tubo es una descarga muy veloz de energía, de una ola en movimien-


to a gran rapidez. Los surfers, con tan sólo músculos e imaginación, debemos perfeccionar las habilidades para posicionarnos dentro de esa órbita.

nido o desconocido en el mar. El poder del viento hace que se forme la tormenta perfecta en la lejanía. Los mares se convierten en marejadas que se propagan a velocidades de hasta 40 nudos, cruzan un océano y forman una definición perfecta de olas a lo largo de su travesía y trayectoria, hacia una costa distante. Apilándose dentro de las zonas someras, se levantan y dejan vencer sus vidas en la forma de olas rompientes, permitiendo a los surfers deslizarse en ellas, de esta forma las olas llegan a su destino final. Debido a la ubicación geográfica, las costas de Sinaloa reciben un gran número de marejadas durante el transcurso del año. El oleaje más intenso y esperado se presenta en el verano, desde agosto a finales de octubre; es la temporada de huracanes y las marejadas vienen con dirección sur-oeste. Es en estos meses cuando los surfers aprovechan al máximo las marejadas, ya que el tamaño de las olas en algunos puntos llega hasta seis m o 18 pies de altura. Durante los meses de invierno los vientos del norte generan buenas marejadas con dirección noroeste. El agua está más helada y el oleaje más pequeño respecto del oleaje de verano.

MÁS ALLÁ...

A sólo 40 minutos al norte de Mazatlán por la carretera de cuota se localiza una playa en la que revienta una estupenda ola, a la que se le llama Mármol. En una buena marejada del sur en el verano se puede correr la ola aproximadamente 150 a 250 m de distancia. Esta ola junto con la de El Veneno, km, 40; Estación Dimas, km, 59 en playa El Patole y Playa Celestino km, 75; son las mejores de izquierda de todo el estado. Para los que les gusta enfrentar olas inmensas, el lugar ideal es El Carrizo, km 37. Se necesita una tabla grande y mucha energía. En época de huracán las olas llegan a medir hasta seis m o 18 pies de altura.Es un sueño realizado tener estas olas en Sinaloa; olas chicas, medianas y grandes. Lo mejor de todo, es que no tenemos que ir a Hawai o a Australia para encontrar olas buenas. Primero hay que conocer las olas de nuestro propio entorno y país. ¡Espero verlos en el agua!. Oleaje: La vida de la ola comienza en el ojo de la tormenta. Lejos de tierra, en un punto indefi-

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BAHÍA NAVACHISTE: EL ECOPARAISO SIN IGUAL EN SINALOA Ubicado en la parte norte del sistema de esteros del occidente de México, este rincón alberga petroglifos, increíbles parajes naturales y una sorprendente isla con cientos de aves.

POR: Erick Vicente A.

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esde antes de llegar a la Bahía Navachiste, en donde realizaríamos un largo recorrido marino, se auguraba una riqueza natural extraordinaria. Nuestro centro de reunión era Playa Las Glorias, a 40 km al sur de Guasave, Sinaloa. A la vera del camino que une ambos puntos, un sinnúmero de garzas blancas picoteaban incesantemente sobre los surcos recién abiertos por los tractores y en la playa los chorlitos buscaban algún crustáceo bajo la arena húmeda, al tiempo que grandes bandadas de pelícanos y otras aves sobrevolaban las olas. Mientras tanto, en los comedores servían distintas variedades de los deliciosos pescados zarandeados, capturados justo enfrente. Con todo, nuestras expectativas se quedaron cortas ante lo que más tarde observamos. La bahía de Navachiste es propiamente una parte de la larga cadena de esteros que desde Nayarit cubren la costa del Pacífico mexicano hasta el extremo sur del estado de Sonora. Al mis9


mo tiempo, es una región independiente formada no por una bahía, sino por un conjunto de bahías, islas y esteros, que en toda su amplitud puede medir 60 km de largo en el eje de la costa, por unos 15 km de ancho. Su principal virtud económica radica en la gran cantidad de pesca que ofrece; pero su riqueza, como lo pudimos comprobar, rebasa ese ámbito. En realidad es todo un mundo poblado de abundante vida natural, sobre todo de aves, e interesantes vestigios culturales.

el tal “Nachito”, pero en cambio pudimos gozar de hermosos paisajes y rincones. Hacia el poniente, las islas y tierra firme tienden a presentar un relieve relativamente pronunciado. Una gruesa península cubierta de serranías separa por esa parte a la bahía de Navachiste de las bahías Topolobampo y Ohuira. Los cerros junto al mar llegan a tener ahí cientos de metros de altura y son bastante secos aun en octubre, en las postrimerías de la temporada de lluvias, pero el agua de mar, aunque salada, opera el milagro y logra dar vida a los manglares en algunos segmentos de la playa.

Durante nuestro recorrido en lancha quizá la parte menos llamativa la encontramos en el occidente. Buscábamos zonas arqueológicas de las que teníamos vagas noticias, y algunos pescadores nos orientaron, o confundieron, con la mención de “El Nachito”, un “algo” que nunca supimos bien de qué se trataba, si de una formación natural, de una escultura prehispánica o de la imagen de un santo. De acuerdo con la descripción de los pescadores, se encontraba en una cueva de aquel lado de la bahía. Nunca dimos con

El espectáculo resulta imponente gracias a la atmósfera de soledad que todo lo cubre. Muy de vez en cuando, una panga de pescadores o algún ave pescadora se aparecen por ahí. una reunión internacional de poetas, quienes, como parte de los actos de la reunión, escriben versos en las paredes rocosas. .

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El corazón de Navachiste

De todo el paisaje serrano de la bahía, el elemento que a todas luces resulta más atractivo es un islote llamado Cerrito Blanco. Éste se encuentra más bien en el centro de la bahía, en medio de una docena de islas.

El plato fuerte de toda la bahía es la Isla de los Pájaros, nuestro objetivo principal. La isla no impresiona mucho desde lejos. Es un trozo de tierra tan plano como el resto, de acaso kilómetro y medio de diámetro.

El Cerrito Blanco es una gran roca de algunas decenas de metros de largo por unos 20 m de altura sobre el nivel del agua. Sus dimensiones lo convierten en una de las últimas elevaciones visibles de la bahía, pero por sí mismas no la hacen atractiva. Su magia estriba en el color que le da tal nombre: aunque originalmente era de tono rojizo, el guano la volvió de una blancura deslumbrante. En el laberinto de islas de la parte central tuvimos mejor suerte en nuestra búsqueda de zonas arqueológicas. Preguntamos a un grupo de pescadores y gentilmente nos guiaron alrededor de una gran isla. Tuvimos que ir con mucha lentitud porque las hélices de las lanchas removían el fango del fondo de la bahía, que en general no es muy profunda. Finalmente dimos con un punto llamado “Las Ventanas”, una delgada península junto a la cual había algunos cerros. La playa estaba cundida de grandes piedras, entre las que desembarcamos lo mejor que pudimos. Saltando de una a otra fuimos descubriendo aquel extraño conjunto. Aquí y allá se distinguían trazos bastante toscos pero inconfundiblemente humanos, hechos sobre varias de las rocas mayores a lo largo de cincuenta metros o más de playa. La mayoría de los grabados consistía en indescifrables diseños abstractos, si bien en una losa de un metro de ancho observamos las formas más familiares de cruces acompañadas de otros dibujos. Sin embargo, los petroglifos más sofisticados eran dos grandes y hermosas espirales, quizá geometrizaciones de conchas de caracol, como de medio metro de diámetro. Es posible que algún grupo de pescadores y recolectores cahítas haya habitado el lugar, pero no hay forma de saberlo.

De cualquier modo, los petroglifos atestiguan que desde hace siglos el hombre ha conocido y habitado Navachiste. El plato fuerte de toda la bahía es la Isla de los Pájaros, nuestro objetivo principal. La isla no impresiona mucho desde lejos. Es un trozo de tierra tan plano como el resto, de acaso kilómetro y medio de diámetro. Un anillo incompleto de manglares la circunda. En su superficie crecen profusos matorrales espinosos y algunos grandes cactos. El asombro se produce cuando uno se acerca y entiende el por qué de su nombre. La cantidad de aves que hay ahí es simplemente extraordinaria. El biólogo Alejandro Nolasco y nuestro amable anfitrión, Gustavo Miguel Rivera, que conoce muy bien el lugar, fueron dando los nombres locales de muchas de ellas. Ahí, a la vuelta de una pequeña saliente rocosa, nadaba medio centenar de cormoranes de distintos tipos (Phalacrocorax sp.).

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MAZATLÁN MAZATLÁN Descubre las actividades que realizaras en Mazatlán durante tu próxima visita, lugar dotado de playas, historia y una deliciosa oferta gastronómica. 1. Mazatlán es un destino gastronómico sobresaliente; aquí podrás saborear los mariscos más frescos de México. Prueba los tacos de marlín, el aguachile y el chicharrón de calamar. ¡Son un manjar! 2. Da un paseo por el Centro Histórico cuyos edificios tienen más de 180 años de antigüedad y recorre la Plaza Machado para disfrutar de sus jardines y quiosco. 3. Camina por el malecón, el segundo más largo del mundo, con 7 km. Te recomendamos andarlo de sur a norte, desde el Faro hasta la discoteca Valentino´s, para que veas el proceso de urbanización que ha vivido este puerto con el paso de los años. 4. Vive su Carnaval a finales de febrero, uno de los más importantes del país con más de 100 años de tradición. 5. Los más pequeños de la familia agradecerán una visita al Acuario de Mazatlán, un imprescindible de este des14

tino que aloja una gran variedad de especies marinas y donde se realizan espectáculos de lobos marinos y aves. 6. En el malecón te encontrarás con una serie de esculturas, algunas de ellas símbolo indiscutible de Mazatlán como la famosa fuente de los delfines. 7. El transporte típico de Mazatlán son las Pulmonías, carritos similares a los de golf que te llevarán por la avenida principal y el malecón. ¡No olvides tomarte una foto! 8. Si eres de los desvelados que disfrutan de la vida nocturna, asiste a la disco Valentino’s, la más famosa de Mazatlán, con una propuesta musical variada. 9. Seguramente te encontrarás con una banda sinaloense así que ten lista tu cámara para tomar fotos mientras disfrutas de la música típica del noroeste mexicano.


10. Los amantes del ecoturismo no pueden dejar pasar una visita a la Isla Venados (contigua a la Isla Pájaros y la Isla Lobos) donde es posible practicar buceo medio y profundo o practicar kayak. 11. De manera similar a la famosa Quebrada de Acapulco, en la explanada de la Glorieta Sánchez Taboada podrás ver a los clavadistas hacer lo propio para el deleite de los espectadores. 12. Para contemplar de manera general y rápida el puerto de Mazatlán toma el Funbus, un autobús de doble piso y techo descubierto que toca los principales puntos de este destino playero. 13. Visita la Catedral, una de las más bellas del Pacífico mexicano. Su cualidad ecléctica que fusiona estilos barroco, neoclásico y mudéjar, te dejarán boquiabierto. No olvides dar un paseo en su jardín frontal. 14. Otra visita obligada son las instalaciones de la cervecería El Pacífico, uno de los emblemas mazatlecos que tiene más de 100 años de experiencia en la producción cervecera. 15. Dirígete al mirador del Cerro del Vigía para tener una vista panorámica del sur de Mazatlán. 16. Todos los jueves puedes llevar a tu acom15


pañante a la Plazuela de Zaragoza, en el Centro Histórico, para bailar al ritmo de danzón y salsa.

21. Mazatlán es un destino de pesca deportiva por excelencia. Si disfrutas de este deporte en sus aguas podrás pescar dorado, marlín y pez vela con el servicio de las marinas El Cid y Mazatlán.

17. El malecón cobra vida durante la noche cuando los mazatlecos salen a caminar para respirar el aire fresco. Úneteles para encantar la vista con la inmejorable imagen nocturna del puerto.

22. Este destino posee 24 kilómetros de playa, por lo que no tendrás excusa para no bañarte en una de ellas y disfrutar de los atardeceres que sólo Mazatlán ofrece a sus visitantes.

18. Conoce el teatro Ángela Peralta, ubicado en el Centro Histórico y declarado Patrimonio Histórico Nacional, un bello edificio de estilo neoclásico que ha sido escenario de grupos de ballet y ópera de talla nacional e internacional. 19. Al anochecer, el centro de Mazatlán adquiere otra cara. La Plaza Machado es un lugar inmejorable para cenar o tomar una copa en alguno de sus bares y restaurantes. 20. Si eres amante del golf, aquí existen cuatro campos para practicar tu swing. Uno muy recomendable es El Cid Country Club que tiene 27 hoyos de campeonato.

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“Sin chamarra, sin corbata y sin pose”. Éste bien podría ser el lema de Mazatlán, un destino de playa, diversión y cultura sin pretensiones. Mazatlán es un eterno favorito de quienes huyen del frío y buscan un entorno cálido y acogedor. Dotado de una costa salpicada de paradisíacas islas, un hermoso paseo marítimo, kilómetros de playas doradas y lagunas azules, este sitio realmente hace honor a su apodo, "La Perla del Pacífico". Al planear tus vacaciones, algunas veces tienes que decidir: ¿sol y arena o cultura e historia? Mazatlán es uno de los

pocos destinos turísticos que ofrecen ambas opciones. En la nueva Zona Dorada, desarrollada en la década de los sesenta, encontrarás una gran cantidad de hoteles, tiendas, bares y restaurantes repartidos a lo largo de playas idílicas; al mismo tiempo, en el Viejo Mazatlán o el centro histórico la vida continúa como lo hacía antes de que los turistas llegaran a los mercados, cafés, iglesias y plazas sombreadas de los barrios tradicionales. La influencia de inmigrantes europeos se hace patente en las tradiciones locales, en particular en un tipo de música que se convirtió en el sello del estado de Sinaloa. No te sorprendas si de pronto te encuentras bailando al ritmo de la banda, una melodía que inyecta energía latina a la música tradicional alemana llamada oompah. Típica de Sinaloa, la banda fue creada cuando los inmigrantes bávaros llegaron a la vuelta del siglo XX. Pronto te darás cuenta de que los mazatlecos, como se llaman a sí mismos los locales, son amigables, divertidos y serviciales. Cualquier época del año es buena para merodear por cafés y restaurantes. Sin embargo, también puedes unirte a la celebración más famosa del pueblo, durante la cual los locales festejan y bailan en las calles: el carnaval, igualado únicamente por el de Veracruz. Los mazatlecos se sienten orgullosos de la restauración de las mansiones del siglo XIX que se sitúan en el centro histórico. Imagina la combinación arquitectónica de los colores pastel de Miami Beach y los balcones de hierro forjado y patios lánguidos de Nueva Orleans. Los mazatlecos llaman este estilo neoclásico tropical. Los amantes de la cocina se enamorarán de la variedad de restaurantes que aquí es posible encontrar, desde rústicas chozas en la playa hasta miradores iluminados con luz de velas. Los camarones se sirven frescos, y los talentosos chefs del poblado han dominado con maestría las recetas locales que los contienen. Disfruta estos frutos del mar empanizados con coco, marinados en jugo de limón (en cebiche), fritos con ajo y mantequilla, flameados con tequila, acompañados con una salsa diabla o simplemente al vapor.

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CARNAVAL DE MAZATLÁN Lánzate a este hermoso puerto del Pacífico mexicano y vive, del 4 al 9 de febrero, la alegría, diversión y color de una de las fiestas más esperadas del año. ¡No te la puedes perder!

Como cada año, la alegría regresa para tomar las calles de Mazatlán, Sinaloa, en el marco de su famoso carnaval, el evento festivo más importante y esperado por los habitantes y visitantes de estae magnífico destino de playa ubicado en la costa del Pacífico mexicano. Del 4 al 9 de febrero, la “fiesta de las fiestas” -como se le conoce en la región al Carnaval de Mazatlán- inundará de música, color y baile cada rincón de este estupendo puerto sinaloense, en una nueva edición del carnaval más antiguo de México ¡con más de 100 años de historia! Para esta ocasión, los organizadores han puesto particular atención en invitar a todos los asistentes a presenciar las actividades fundamentales de esta fiesta. Se trata dela coronación de la Reina del Carnaval (el 6 de febrero), y de la realización de los dos desfiles magnos (el 7 y 9 de febrero, respectivamente).

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Como atractivos musicales, la ciudad de Mazatlán contará con la presencia de reconocidos artistas nacionales como OV7 & Kabah, Ha ash, Pancho Barraza, Luis Antonio López Flores "El Mimoso" y Banda MS. Así que ya lo sabes, si quieres vivir la experiencia de un carnaval lánzate a Mazatlán en estas fechas. Quizá cuando menos te des cuenta ya estés formando parte de alguna cuadrilla de baile o bien, te encuentres arriba de cualquiera de los vistosos carros alegóricos que avanzan entre los aplausos y la algarabía del público por el bello Malecón de la ciudad. Durante los cinco días previos al miércoles de ceniza de cada año los mazatlecos celebramos nuestra máxima fiesta. En 1998 el carnaval de Mazatlán cumplió un siglo de existencia en su fase moderna. Cada año, en las fechas de carnestolendas, Mazatlán se transforma no sólo por los adornos que se instalan en algunas de sus calles sino también por la evidente actitud de la población predispuesta a la alegría.

Con todo y ser tan pachangueros, a pesar de que la tambora retumba más que la marimba, los sinaloenses no tenemos la fama de pueblo alegre y jacarandoso como los veracruzanos. La Banda del Recodo de Cruz Lizárraga es un antecedente más directo de la música grupera que los ritmos tropicales y salseros; el baile del caballito o la quebradita puede ser tan vistoso como cualquier danza folklórica; y, los carnavales mazatlecos son tan eufóricos como cualquiera; pero, no hemos ganado, ante el mundo, la imagen de pueblo feliz, aunque sea pobre, como los cubanos. Tampoco logramos que sobresalgan nuestros gozos ni nuestro culto a la belleza femenina por encima de las trifulcas a balazos, como lo hacen los colombianos. Sin embargo, este pueblo tiene claro que lo bronco no riñe con lo bailador. El Carnaval de Mazatlán se distingue de los otros carnavales del país y del mundo, porque aquí la diversión se ofrece al ritmo de la “banda”; la música de la Tambora regional que de Sinaloa ha trascendido al

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mundo a través de lo que hoy se llama “la onda grupera”. Además, el programa de esta fiesta, como caso excepcional, incluye actividades de carácter cultural (certámenes de poesía, premio de literatura y espectáculos de enorme calidad artística), con los que la fiesta se extiende a todos sectores de la población y abarca toda la gama de gustos de los porteños y de los turistas. Los del Carnaval son días de asueto. Sus noches son de juerga desde el ocaso hasta el amanecer. La fiesta transforma la calle en marea de cuerpos que caminan, se estacionan o bailan bajo la influencia de variados géneros musicales. La onda grupera, la banda sinaloense, el mariachi, “los chirrrines” (conjuntos de música ranchera y norteña), la balada, el bolero y el rock conviven en una inusitada promiscuidad. Sin menospreciar géneros, los cuerpos se dejan seducir por el ritmo - erigido en dictador - y, a veces, en compañero de baile. No importa el confeti en la boca ni la harina en la cabeza, importa el estar allí, presente, sin inhibiciones, dis-

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frutando la sensación de exceso, hasta vaciar el bolsillo o hasta agotar las energías. La Primera Exposición Regional del Noroeste, efectuada en 1925, fue el primer intento para impulsar la deteriorada economía mazatleca. En el marco de esta exposición, a propuesta del Dr. Rafael Domínguez y el Ing. Alfredo Alvarez, la sociedad literaria “Vesper” colaboró con los organizadores de esa feria, convocando a un concurso poético que dio origen a los Juegos Florales; tres años después, en 1928, por primera vez un concurso de esta naturaleza se integraría al Carnaval, como un preludio cultural al jolgorio generalizado. En 1934 se organizó un segundo certamen, pero no fue sino hasta 1937 cuando empezó la verdadera consolidación de la gaya fiesta en carnaval. Desde entonces se determinó que la fecha de su celebración sería el viernes previo a la quema del Mal Humor. En las etapas iniciales de los Juegos Florales se premiaba poemas de formas clásicas; a partir de los años setenta del siglo XX se otorga la llamada flor natural a poemarios de formas y temáticas libres. Han


sido ganadores de este certamen poetas originarios de diversos estados de la república, entre los que destacan Miguel N. Lira, Elías Nandino, Enriqueta Ochoa, Ernesto Moreno Machuca, Abigael Bojórquez, Dolores Castro, entre otros. Quien más flores naturales ha cosechado ha sido el poeta sinaloense, de origen campechano, Carlos Mcgregor Giacinti. Desde 1973 el certamen poético lleva el nombre de “Clemencia Isaura”. En sus inicios el carnaval no estaba diseñado para un público infantil, pero fue evidente el gozo que entre los niños mazatlecos despertaron el ambiente de fiesta, los adultos disfrazados y los desfiles alegóricos. Debido a ello y, también, por estar de acuerdo a la intención moralizadora de los organizadores que pretendían hacer una fiesta familiar y para todos los gustos, fue que el lunes 26 de febrero de 1900 se verificó el primer desfile infantil de carnaval cuyos menudos tripulantes iban vestidos de fantasía y disfraces variopintos. En los años que siguieron se repitió con bastante irregu-

laridad esta manifestación infantil, pero en cambio no transcurrió mucho tiempo antes de que niños mazatlecos fueran solicitados como cortesanos carnavaleros y figuraran en compañía de adultos a bordo de carros alegóricos y comparsas del desfile principal. En la década de los veinte se organiza por primera vez una versión infantil del carnaval mazatleco, reproduciendo las formas del carnaval adulto pero sin sus excesos: se eligieron monarcas, se realizaron desfiles, concursos de disfraces de fantasía y bailes. Esta modalidad festiva sólo se realizó unos cuantos años y la chiquillería mazatleca tuvo que esperar algunas generaciones para ejercer de nueva cuenta su derecho a participar en un carnaval exclusivo. Durante los años treinta, Blas Rojo fue el responsable de organizar una fiesta infantil a la que denominó “Carnaval Chiqui-

to”. Eligió desarrollarlo durante los días conocidos como la Octava de Carnaval, días después de haber concluido el carnaval adulto. Estos carnavales chiquitos tenían su sede en la desaparecida Playa Sur, desde donde partían y arribaban los desfiles y se efectuaban los bailes y ceremonias de rigor. La monarquía infantil se integró oficialmente al calendario de Carnaval en 1968 y su elección se ha determinado mediante una competencia de votos económicos.

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O A J E O I L V L NA E I : La danza de pascola puede conS A , L A siderarse como una manifestación O T artística emblemática de los grupos S C E S I indígenas del Noroeste. A F P A L E D

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l término “pascola” no se refiere sólo a una danza, sino tambien a un conjunto de artes que incluye la música, la oratoria, la narrativa oral, la comedia y el trabajo de textiles y maderas. Todas estas disciplinas se condensan en el personaje del pascola, quien funge como danzante, anfitrión, orador y payaso ritual.

Las artes del pascola constituyen una de las manifestaciones más conspicuas en la ritualidad y la festividad de los grupos del noroeste mexicano. Tarahumaras, pápagos, pimas, tepehuanos del norte, seris, guarijíos, mayos y yaquis comparten esta tradición, por lo que la danza de pascola puede considerarse como una manifestación artística que es emblemática de los indígenas del noroeste, quizás especialmente de los grupos conocidos como cahitas (yaquis y mayos) y sus vecinos los guarijíos. De hecho, para estos pueblos la palabra pascola es sinónimo de fiesta (pahko significa “fiesta”, en las lenguas cahitas) y entre ellos se considera que no hay verdaderamente una fiesta si no se danza pascola. El arte de los pascolas integra elementos de la tradición cultural cristiana y de la nativa americana, lo cual es notorio en la parafernalia que utilizan los danzantes, en la música que les acompaña y hasta en las funciones que cumplen. Acerca del origen de la palabra pascola hay una controversia: por un lado, están quienes afirman que deriva de “pascua”, en alusión directa a que la danza se ejecuta durante la Pascua de Resurrección, lo que implica que se habría desarrollado a partir de las enseñanzas de los misioneros católicos; y por otro lado, se sostiene que su origen es prehispánico; lo más probable es que el término derive de pahko‘ola, que en las 22


lenguas cahitas significa el “viejo de la fiesta”. Esta designación habría pasado del cahita a las demás lenguas indígenas del noroeste y de allí al español. LA PASCOLA ENTRE LOS CAHITAS

Entre las funciones más destacadas de los pascolas cahitas (término que designa a los yaquis y mayos modernos del sur de Sonora y el norte de Sinaloa) está la de hacer las veces de anfitriones (atienden a la gente, reparten cigarros, lanzan cohetes para anunciar el comienzo de la fiesta), maestros de ceremonias (pronuncian discursos para abrir y cerrar la celebración, interactúan con la gente) y comediantes (a través de sus juegos y bromas divierten a la concurrencia). El humor de los pascolas se basa en la utilización de palabras que adquieren significados eufemísticos o metafóricos para confundir y al mismo tiempo divertir a la gente, así como en una pantomima que hace patente su carácter un tanto bruto o animalesco, y en las bromas de tono subido que hacen referencia a cuestiones sexuales. Sus recursos humorísticos verbales aparecen en todas sus conversaciones y cuentos y en su actitud general, por lo que su intervención en las fiestas se convierte en bufonadas que el público festeja ruidosamente. Pero además de este papel chusco, los pascolas atraen las bendiciones divinas por medio de sus danzas. Así, con sus humoradas y con su danza, los pascolas encarnan en su actuación el alma misma de la fiesta y constituyen un modelo cultural del arte de danzar y de la diversión.

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En tiempos recientes, entre los yaquis y mayos se ha desarrollado una especie de profesionalización de algunos danzantes, quienes son muy reconocidos en sus regiones y actúan por contrato en las fiestas de diversas comunidades. Pero el interés por las artes de pascola rebasa el ámbito relativamente pequeño del grupo de ejecutantes profesionales y se extiende a gran cantidad de gente, como los espectadores que acuden a las fiestas y los numerosos jóvenes, adultos y señores de edad madura que las practican informalmente. Así, la pascola se reconoce como un elemento importante de la identidad étnica.


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LAS LABRADAS EN BARRAS DE PIAXTLA En el municipio de San Ignacio, al sur del estado de Sinaloa, en un pequeño puerto llamado Barras de Piaxtla se encuentra en la playa un magnífico conjunto de petroglifos: Las Labradas.

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os petroglifos o petrograbados son las voces de antiguos testimonios, de cientos de años de tradiciones mitológicas, elaborados en piedra por los antiguos nativos del continente americano; hermosas expresiones abstractas y simbólicas para los nuevos habitantes del continente. Texto: Nicolás Triedo En el municipio de San Ignacio, al sur del estado de Sinaloa, en un pequeño puerto llamado Barras de Piaxtla se encuentra en la playa un magnífico conjunto de petroglifos: Las Labradas. Los petroglifos o petrograbados son las voces de antiguos testimonios, de cientos de años de tradiciones mitológicas, elaborados en piedra por los antiguos nativos del continente americano; hermosas expresiones abstractas y simbólicas para

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los nuevos habitantes del continente. Hay cientos de lugares con petroglifos en el norte de México y en el sur de Estados Unidos, en ellos cada grupo cultural desarrolló sus formas y dinámicas estéticas propias. Para nosotros estos primitivos mensajes ancestrales son difíciles de entender, mas la contemplación de sitios sagrados como Las Labradas, nos hace tomar conciencia del concepto de armonía y belleza de nuestros antepasados. Los petroglifos están asociados con lo sobrenatural, eran una importante forma de comunicación con los dioses, y se realizaban en el contexto específico de rituales y ceremonias, generalmente para pedir la llegada de la lluvia, una buena cosecha, o una abundante cacería, etcétera. Estas imágenes sobre piedra dieron

substancia a las visiones, creencias, cosmogonías y dioses, además de transmitir valores culturales, historias e ideas abstractas de una generación a otra. Se puede afirmar que los petroglifos son una recopilación visual de antiguas sociedades, con imágenes de lo real o de lo sagrado, con símbolos y formas universales. Hoy su mayor importancia radica en que son un testimonio más, para desentrañar el misterio de la cosmogonía y el sistema de creencias de estos antiguos pobladores. Las Labradas, de origen tolteca, son vestigios que constituyen las expresiones artísticas más antiguas del norte del país. Fueron talladas con piedras sólidas y punzantes, y sorprende el buen estado en que se conserva la mayoría de estos petroglifos a pesar e encontrarse a la orilla del mar.

XVI existía en “Ajoya”, pequeña población cercana a Barras de Piaxtla, una confederación indígena conformada por tepehuanes, tarahumaras y xiximes. Estos tuvieron como último gran jefe a Feliciano Roque, a quien se le atribuyen importantes proezas como el de haber combatido y derrotado a los franceses en el siglo pasado.

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Los toltecas --remotos pobladores de esta región del país-- realizaban largos viajes en busca de presas para la cacería siempre comandados por el líder religioso, quien era el guardián de la tradición, el artista, el que mantenía el equilibrio social, tallaba en la roca lo que veía en sus sueños y visiones, que en muchos casos eran reducidos con el uso de plantas alucinógenas. En el municipio de San Ignacio existen otras zonas con rocas talladas aunque de menor importancia como: El Cuichi, Acatitlán, Cerro Prieto, La Mesa de Cacaxtla, entre otros. Los historiadores coinciden en que estos petroglifos y los de Piaxtla fueron realizados hace alrededor de mil a mil quinientos años. Los toltecas con el tiempo se fueron mezclando con otros pueblos y a la llegada de los españoles en el siglo


Otros asentamientos indígenas importantes de la época estaban ubicados en lo que hoy son: Santa Apolonia, San Juan, El Lodazal, Piaxtla de Abajo, etcétera. En estos puntos se han encontrado vasijas, utensilios, metates y monolitos. Y un ejemplo muy importante de estos últimos fue hallado hace algunos años en Cogota, poblado de Acatitlán. Los españoles llegaron a esta región atraídos por los rumores de grandes yacimientos de oro y plata. Y ya en la segunda mitad del siglo XVI, en San Ignacio, la actividad minera había cobrado enorme importancia. En ese entonces existían ya minas como

Su fundador, el capitán Diego de González, llegó acompañado por los jesuitas Gonzalo de Tapia y Martín Pérez, quienes construyeron la primera capilla (Capilla Fuerte con 300 varas por cada lado), erigida donde actualmente está el Templo de San Ignacio de Loyola. La nave central de dicho templo se construyó en 1615, y no fue hasta 1937 que se terminó de construir su torre. En la costa, Barras de Piaxtla era utilizado como puerto de salida por los mineros de la región. Existen documentos que datan de 1823, y atestiguan el envío de la producción de minerales a España, además de

La Contraestaca, Los Frailes, Jocuixtica y otras que hasta la fecha siguen activas. En nuestros días la producción es mínima y sólo una pequeña parte de la comunidad se dedica a esta actividad. La orden religiosa que llegó en aquella época junto con los primeros conquistadores fueron los franciscanos, pero su labor evangelizadora duró sólo algunos años, pues su presencia fue sustituida por la de los jesuitas. Los cronistas coinciden en que la fecha de la fundación de San Ignacio fue de 1582.

pieles de ganado vacuno y palo tintóreo de Brasil. Uno de los mineros más prominentes en esta época fue don Francisco Iriarte y Conde, responsable de la división de Sonora y Sinaloa cuando todavía formaban parte del estado de occidente. Este rico minero de Cosalá llegó a ser también vicegobernador de dicho estado en 1831.

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EL CALÓN. UNA PIRÁMIDE HECHA DE CONCHAS En 1587 el franciscano Alonso Ponce observó las prodigiosas cantidades de concha y las describió como la más grande montaña de conchas que haya visto.

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En la localidad de Teacapan, a pocos kilómetros de Escuinapa, al sur de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, se localiza la zona de “concheros” o “conchales” que se extiende en parte de lo que es Marismas Nacionales, ecosistema de lagunas costeras, esteros y estuarios donde la tierra y el mar se encuentran. La pirámide del Calón, motivo de esta aventura, se localiza en el centro de laguna Agua Brava, estero de forma circular. Para llegar a ella hay que abordar una embarcación en El Mezcal, pescadero o zona de pesca. Los pescadores que aquí viven aún utilizan la técnica prehispánica de pesca llamada tapo, que se construye a base de mangle, y consiste en hacer barreras en el agua de los esteros para atrapar los peces, que luego son recogidos con almadrabas. En estas zonas de manglar existe un buen número de especies; de hecho, desde tiempos remotos los grupos establecidos a lo largo de estos extensos manglares del norte de Nayarit y sur de Sinaloa, han contado con abundantes recursos naturales. Luego de abordar la lancha se inicia el recorrido por la laguna; al sur se divisa el impresionante cerro del Muerto; al norte el de las Cabras; y al oriente el de la Muralla. Después de navegar por casi una hora y disfrutar de la diversidad de aves migratorias y locales en las islas deshabitadas que aparecen ante nosotros pudimos apreciar a lo lejos, confundida entre otros cerros, a la pirámide. Los lugareños se refieren a ella también como El Canelón, aunque para efectos arqueológicos se le conoce como El Calón. Al acercarnos a la pirámide dejamos la espaciosa laguna y nos internamos en los interminables manglares, por los cuales se descubren los canales, en muchos casos obs-

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truidos por la vegetación, lo cual nos obliga a abrir brecha con el machete y abandonar pronto la lancha para continuar el camino a pie entre pantanos, jejenes, zancudos, víboras y una alta humedad. Después de un par de extenuantes horas se llega al pie de tan sorprendente construcción. El recorrido por los canales hacia el Calón vale la pena por sí solo, pues se aprecian escenarios vírgenes plagados de aves exóticas y exuberante vegetación. También llaman la atención los caminos vecinales de la región recubiertos por conchas, que los hace visibles incluso por las noches. De hecho, la pista de aterrizaje del pequeño aeropuerto de la vecina comunidad de Teacapan está recubierta con conchas. En los conchales se han encontrado molcajetes, candeleros, figuras antropomorfas, vasijas policromadas, collares, hachas, etcétera. Conforme ascendemos imaginamos los enigmas que están ocultos entre la enorme cantidad de conchas milenarias. Desde la cumbre de la pirámide es posible admirar la Sierra Madre, el océano Pacífico y las interminables Marismas Nacionales. De acuerdo con el arqueólogo Stuart D. Scott, el Calón muestra una desviación de 15º con respecto al eje norte-sur, misma que caracteriza a todos los templos de Mesoamérica. El investigador fue el primero en concluir que el montículo es un adoratorio prehispánico. La pirámide de conchas

El culto en la época en que se construyó este centro ceremonial no era de tipo idolátrico sino totémico; se veneraban fenómenos naturales, la fecundidad, la muerte, etcétera. La pirámide tiene una altura aproximada de 30m y la base mide 100m por 80 m; mientras que la cúspide mide 15m por 15m. Los concheros que es po-


sible observar en la región no llegan a superar los ocho metros de altura. Los antiguos habitantes los edificaron para protegerse de las mareas altas. El Calón representa el único monumento arqueológico de este tipo que se encuentra en Sinaloa, y se compone de capas sucesivas de 30cm de conchas y 30cm de tierra estéril que transportaban de los lugares vecinos. A simple vista, la pirámide es un cerro, como todas las pirámides antes de ser descubiertas; pues el tiempo las ha cubierto de tierra y vegetación. El hecho de que la pirámide fuera construida con conchas es fácil de explicar si se toma en cuenta que en la zona no hay piedras sino hasta tres semanas de camino. Los arqueólogos afirman que la construcción tomó alrededor de cien años. Los tipos de conchas se van combinando, almeja, ostión y pata de mula. Esto es porque las especies se dan por temporadas. Según Scott, en tiempos remotos las especies escaseaban cíclicamente, tal vez debido a ciclones que al acarrear limo desde los ríos enterraban las larvas. En los principales esteros de los marismas nacionales se pueden contar más de dos mil montículos de conchas, entre los enormes montículos es posible ver árboles que crecen con conchas encima y sus raíces emergen de entre los conchales. Hace miles de años numerosas tribus nómadas provenientes de Centroamérica y el sur de Mesoamérica pernoctaron aquí atraídas por la riqueza del lugar.

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Acompáñanos en nuestro viaje en bicicleta por México y descubre con nosotros la maravilla de pedalear por las carreteras rurales del hermoso estado de Sinaloa.

PUEBLEAR POR SINALOA

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uestro viaje por Baja California terminó en La Paz. Desde la capital de Baja California pedaleamos unos 20 kilómetros hasta el puerto de la ciudad en el que abordaríamos el ferry para viajar a Mazatlán, Sinaloa. Llegamos justo a tiempo. Los empleados estaban terminando de acomodar los camiones y los carros que se dirigían hacia el centro del país.

sensación al llegar a Sinaloa. Aunque era el mismo idioma se sentía diferente. La música de banda sonaba más alta y con mayor frecuencia en sus calles alegres y mucho más pobladas que en la Baja. Vi mucho más oferta de cocteles de mariscos que tacos de pescado y el sol atardecía en color violeta. Pedaleamos por varias horas el extenso malecón de 17 km de la ciudad. Observamos con calma como se desenvolvía la vida desde la mañana hasta el atardecer. Me encantó ver a los niños jugar en la alberca en el mar, a los jóvenes entrenando porras en los patios y observar a los pescadores salir en sus botes rumbo al mar.

Entramos por el área de carga y acomodamos nuestras bicis en una esquina. Eric, uno de los empleados del barco, se encargó de amarrar las bicicletas montadas con todo y alforjas. El guardia de seguridad revisó nuestros boletos y nos condujo hacía la zona de pasajeros. Me llevé una grata sorpresa. El área de pasajeros parecía el lobby de un hotel 5 estrellas y nuestros asientos de pasajeros estaban muy cómodos en una sala con televisión y aire acondicionado. Nuestro boleto incluía la cena, que por cierto también rebasó nuestras expectativas. Después de comer me quedé dormido en mi asiento viendo una película de super héroes mientras que Annika lo hizo leyendo su libro. Las casi 7 horas de trayecto pasaron volando y al poco tiempo de despertarnos habíamos llegado a Mazatlán, el lugar donde vio nacer a Pedro Infante. Durante nuestros viajes, cuando hablo con amigos turistas, muchos de ellos comentan, “que México se siente como un país compuesto de varios países”. Justamente esa fue mi 33


Los caminos de Sinaloa

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os quedamos dos días en el famoso puerto. De ahí nos dirigimos hacia El Rosario, lugar donde nació otra personaje grande de nuestro país: Lola Beltran. Quisimos descubrir los poblados de éste húmedo y caluroso estado de nuestro país. Así que para llegar a El Rosario tomamos un camino de terracería. Pedaleamos 15 kilómetros al lado de los rieles del tren entre plantíos de mango, tamarindo y maíz. Al final de la terracería llegamos a Matadero, un poblado donde nuevamente nos encontramos a varios niños jugando en la calle. Se sentía tranquilo y alegre. Nos paramos a descansar en la tienda de abarrotes de la plaza principal. Ahí conocimos a María Elena, a su mamá y a su abuelo. Nos contaron que todo el pueblo estaba emocionado por saber el resultado del juego de campeonato de beisbol que su equipo estaba disputando en otro pueblo a unos 50 kilómetros de distancia. Era un dóa de fiesta. Platicamos durante un buen rato con Maria Elena, y poco tiempo de saber nuestra historia sobre ruedas nos preguntó, “¿Ya comieron?” Yo respondí, aún no, pero en 20 kilómetros, cuando llegemos a El Rosario, ahí comemos.” María Elena, nos vio con cara de desaprobación total y nos dijo: “¡Aún falta mucho! ¡Vengan! Los voy a invitar a comer.” Nos llevó a su casa, acomodó una mesa y unas sillas en su jardín y sacó un plato gigante de ceviche de pescado que había preparado su mamá con frutos del huerto de su propio jardín. No dábamos crédito de lo que estaba sucediendo.

Mientras comíamos nuestro ceviche en tostadas, María Elena, Annika y yo platicábamos sobre lo hermoso y diverso que es México, y que a veces no nos damos la oportunidad de descubrirlo y valorarlo de la manera correcta. Con esa idea en la cabeza se me ocurrió preguntarle a María Elena, si a ella también le pregunta la gente sobre seguridad en su ciudad. “Yo soy de Tijuana y muchas veces la gente me pregunta si es recomendable visitar mi ciudad, a lo cuál yo siempre respondo con un rotundo ¡sí! ¿Te pasa lo mismo por ser de Sinaloa? Ella soltó una carcajada sincera. Me volteó a ver y me respondió, “¡Imagínate, la reacción de la gente cuando les digo que vengo de El Matadero, Sinaloa! Pero ahora ustedes ya conocen mi pueblo y pueden ver lo tranquilo que es”. María Elena después nos explicó que el nombre

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del lugar derivaba de la cantidad de vacas que se accidentaban con el paso del tren. Y asĂ­ descansado, con las barrigas llenas de uno de los ceviches mĂĄs deliciosos que he comido en mi vida, partimos felices de haber tenido la oportunidad de conocer El Matadero, Sinaloa. Finalmente llegamos al Pueblo MĂĄgico de El Rosario y tuvimos la oportunidad de caminar por su linda plaza y visitar la escultura de Lola. Cenamos unas paletas de nieve y dormimos en un modesto pero limpio y agradable motel sobre la carretera.

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VIAJAR EN TREN POR E RECORRIDO, SINALOA ¿Quién quiere viajar a grandes velocidades si puede disfrutar de un trayecto a 40 km por hora? Recorrer la Sierra Tarahumara a bordo del Chepe es una experiencia que nos hace recuperar la esencia del viaje.

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e acuerdo, en 16 horas se puede llegar a muchos lugares, un avión podría llevarnos a China, y muy probablemente es lo que tarda un ejecutivo en ir y venir de una junta de negocios en Estados Unidos. De hecho, bastan una o dos horas para que un avión nos transporte a mil kilómetros de distancia y nos deje en una exótica isla caribeña. Entonces ¿por qué tomar un tren que tarda unas 16 horas en recorrer 650 kilómetros? La idea podría parecer fuera de época, pero aunque no es la más rápida, si es la mejor manera de disfrutar el viaje entre la ciudad de Chihuahua y Los Mochis, en Sinaloa. Las 16 horas de recorrido devuelven la experiencia del desplazamiento y la idea misma de estar viajando, pero sobre todo, las 16 horas son el mejor pretexto para ver algunos de los paisajes más increíbles de nuestro país desde un mirador privilegiado, lo que no es poca cosa. El Chepe es el nombre del tren que atraviesa por las Barrancas del Cobre, en la parte más alta de la Sierra Tarahumara, un sistema de cañones cuatro veces más extenso que el Gran Cañón de Colorado, que atraviesa el sur del estado de Chihuahua. Incluso hoy, la idea de construir una línea de trenes en uno de los terrenos más accidentados del país suena descabellada, y hace más de 100 años debió haber sido una locura. Sin embargo en 1880 comenzó a planearse la construcción de la 36


EL PLACER DEL A-CHIHUAHUA

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línea, por parte de la compañía Utopia Socialist Colony con sede en Indiana, Estados Unidos. ¿Quién más podría aventurarse en esta empresa que un grupo de utopistas? La idea original era crear colonias basadas en el socialismo utópico, una doctrina que planteaba un modelo de sociedad muy distinto al capitalista, pero la construcción llevó a la quiebra no sólo a los utópicos, sino a las numerosas empresas que siguieron encargándose del proyecto hasta que fue terminado en 1961, dejando una monumental obra que se ha catalogado como uno de los mejores recorridos de tren en el mundo. Existen varias maneras de realizar el viaje, incluso partiendo desde la ciudad de Chihuahua, pero muy poco se sabe de cómo es un viaje desde el otro punto, es decir, desde Los Mochis, Sinaloa, ya que desde aquí no pasa mucho tiempo para comenzar a ver los mejores paisajes y cuando caiga la noche ya habremos salido de la zona de las Barrancas. El tiempo estimado de llegada a la ciudad de Chihuahua es a las 22:00 horas, pero es posible hacer hasta cuatro paradas en alguna de las siete estaciones turísticas y pasar la noche en alguno de los numerosos hoteles de la zona, y tomar el tren al día siguiente, que bien puede extenderse de 16 horas a una semana completa. El tren comienza a internarse entre plantaciones de maíz y vegetación tropical propia del Pacífico mexicano. Es difícil creer que en un par de horas surgirían las Barrancas del Cobre, pero antes se detuvo en El Fuerte, un pueblo colonial que cuenta con mansiones convertidas en hoteles boutique y con una catedral rodeada de frondosa vegetación. El tren sólo se detiene por pocos minutos, suficientes para contagiarse de la particular atmósfera que mantienen estos pueblos, donde la vida sigue girando alrededor de la llegada del ferrocarril. Los vendedores de artesanías muestran sus mercancías a los turistas, las señoras ofrecen comida en los puestos, hay saludos y despedidas, y una vez más, el tren vuelve a arrancar. Gran parte del viaje son túneles, alrededor de 86. Mientras pasamos por el poblado de Témoris y nos dirigimos a Bauchivo, hay tiempo suficiente para desayunar y comprobar lo que varias personas dicen, que las hamburguesas hechas en el vagón restaurante son increíbles, carne 100% chihuahuense.

Paseo tarahumara

El tren llegó a Bauchivo, una pequeña estación en medio de un descampado. Aquí la principal atracción es Cerocahui, a 45 minutos de la estación, la principal atracción del lugar. El viaje es “de bajada” y perfecto para ver cómo vive la gente de la sierra. Hay rancherías con casas que parecen escarbadas en la roca y las tierras de cultivo son escasas. Las camionetas con placas de Estados Unidos delatan que estos lugares, como muchos otros de México, mandan a muchos paisanos “al otro lado”, buscando un mejor futuro para su familia y comunidades, y lo único que parece repetirse son las tiendas y las casas de cambio. En el camino todos hablan del Cerro del Gallego, desde donde se ve el Cañón de Urique, el más grande de la sierra, con 1879 metros de profundidad. Cerocahui es un pueblo apacible, con excelentes hoteles y una misión jesuita con una fachada del color de la sierra. Podría quedarme a descansar, pero el día alcanza para ir al Cañón de Urique y quiero echar un vistazo. No es sólo la profundidad lo que impacta en el cerro del Gallego, es la amplitud de los valles que se pueden ver, las montañas que se pierden en la lejanía y los caminos que apenas se aprecian como un delgado hilo

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Es en esta parte del trayecto donde entiendo que un sólo viaje a las Barrancas del Cobre no es suficiente, así que tomo las cosas con calma y regreso al tren. Tras una hora de camino pasamos por Creel, la población más grande de la sierra y el punto donde inicia, o termina según se vea, la Sierra Tarahumara. El paisaje cambia por llanos y valles que parecen interminables, paisajes de trigales dorados, un cielo azul profundo y una luz del atardecer que atraviesa el tren de lado a lado, momentos de calma que los empleados del tren aprovechan para cantar algunas melodías a la guitarra y que los pasajeros disfrutamos mientras bebemos una cerveza. Desfilan por la ventanilla las granjas menonitas de la ciudad de Cuauhtémoc, pequeños poblados y paisajes que van ocultándose conforme el sol se convierte en una franja rojiza que termina por desaparecer. Es extraño, pero nadie luce impaciente por llegar, de hecho muchos quisiéramos quedarnos un rato más, después de todo el clima es cálido y la brisa de la noche es perfecta, pero El Chepe es implacable y entra puntual a la ciudad de Chihuahua, deteniendo el tráfico y anunciando con su silbato que está de vuelta.

entre el paisaje. Al fondo del cañón se distingue un río y una población, se trata de Urique, un pueblo minero fundado a finales del siglo XVII y sede del famoso maratón tarahumara que se celebra cada año. Precisamente en este mirador tengo mi primer contacto con la población tarahumara. Una familia que vende bolsas, cestas de palma y figuras e instrumentos de madera. Sus vestidos multicolores contrastan con los tonos ocres de las piedras y son dignos de admiración por el apego que tienen por su tierra, fascinante pero de vida muy dura. Estación tras estación

Tras pasar la noche en Cerocahui, regreso al día siguiente a la estación de Bauchivo. Esta parte del viaje es breve, sólo hora y media para llegar a Divisadero, en donde el tren se detiene por 15 minutos para poder admirar las barrancas desde su famoso mirador. Este lugar es uno de los mejores para hospedarse, pues existen numerosos hoteles justo a la orilla de los cañones y hay cascadas, lagos, veredas y atractivos naturales que pueden recorrerse.

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EL ROSARIO EL ROSARIO EL ROSARIO EL ROSARIO Lánzate a Sinaloa y descubre este Pueblo Mágico de notable aire virreinal, donde increíbles escenarios (histórico-culturales y naturales) te harán regresar a la tierra de Lola Beltrán ¡una y otra vez! Cerca de las bellas playas de Mazatlán se encuentra El Rosario, reconocido como pueblo señorial por el gobierno de Sinaloa. Esta bella ciudad de imagen minera fundada en 1655 cuenta con infinidad de rincones interesantes, de los que sobresale una formidable construcción barroca: la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Sin embargo, la fama de este Pueblo Mágico también se debe a que sus tierras vieron nacer a la “reina de la canción ranchera”, Lola Beltrán, razón por la que conserva sus restos, un monumento y un museo dedicado a su memoria. Además, los visitantes de El Rosario podrán descubrir maravillosos parajes naturales como la playa El Caimanero, para descansar junto al mar; y la Laguna del Iguanero, poblada de peces y tortugas, cuyo centro ostenta una isla a la que se accede por un puente colgante. Atravesarlo es parte del encanto que ofrece este poblado sinaloense de aire virreinal. Conoce más

La zona que hoy ocupa el municipio de Rosario estuvo habitada por tres grupos étni41

cos: Totorames, Xiximes y Acaxees. El Rosario se fundó en 1655 al descubrirse la mina del Tajo (cuenta la leyenda que cuando el caporal Bonifacio Rojas perdió un rosario y al buscarlo encontró plata), misma que propició su esplendor, debido a que produjo oro y plata por 290 años. En cuanto a la estructura de la ciudad, hubo tantos socavones en las minas El Rosario que en varias veces se pusieron en peligro los cimientos del pueblo. Por esta razón, la parroquia de Nuestra Señora del Rosario tuvo que ser trasladada piedra por piedra por los fieles hasta su ubicación actual. Con cerca de 70 km de túneles, se dice que El Rosario tiene más calles subterráneas que las que hay en la superficie. Lo típico

En El Rosario confluyen tres comunidades indígenas: totorames, xiximes y acaxees. Estos grupos han creado una amplia gama de productos artesanales, entre los que destacan la alfarería, la pirotecnia, los muebles rústicos y los tejidos de palma, en especial los petates. Podrás conseguir sus productos en Artesanías El Indio. En Matatán son destacables las artesanías de palma; y de camino al norte, en el pueblo de Tablón Viejo, se


encuentra la casa-taller de la familia Larreta Medrano, dedicada a la artesanía de bules. Parroquia de Nuestra Señora del Rosario Es quizá el templo más hermoso de todo el estado. Fue consagrado en 1731, aunque se terminó tres décadas después. Sus constructores se regodearon con infinidad de detalles barrocos. La portada de tres cuerpos hecha en cantera está engalanada con bellas columnas salomónicas y relieves decorativos, como las águilas bicéfalas bajo los nichos del segundo cuerpo. El interior es aún más impresionante por el retablo mayor, de estilo churrigueresco, combinado con grecorromano y barroco, y bañado en hoja de oro. En sus tres cuerpos, exquisitas tallas de diferentes santos y de Dios acompañan al crucifijo y la imagen de la Virgen del Rosario.En 1934 fue demolida porque se estaba hundiendo; entonces los habitantes del 42

pueblo traspasaron la iglesia piedra por piedra a un nuevo lugar. La colosal tarea terminó en 1954, cuando se fundó la nueva parroquia. Museos y otros lugares de interés

No dejes de visitar el Museo de Minería y el Museo Lola Beltrán, que exhibe una interesante colección de los trajes de gala que lució en sus presentaciones la cantante, nacida en El Rosario en 1935. Otros sitios que vale la pena conocer son el Panteón Español (cuyo nombre real es San José) con una elegante portada neoclásica, además de majestuosos monumentos funerarios que en su mayoría son de principios del siglo XX y están dedicados a personas ilustres de la región; y la Capilla de la Santa Cruz, levantado en una loma de los alrededores de la ciudad y que data del siglo XIX, y los imponentes vestigios de la primera iglesia.


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Contacto con el pasado y la naturaleza

Uno de los imprescindibles de El Rosario es visitar la Laguna del Iguanero, donde viven varios tipos de tortugas, iguanas y patos. Nadar en sus aguas y atravesar el puente colgante para conocer la isla que ostenta en su centro son algunos de los placeres que no puedes perderte en tu visita. Desde aquí pueden contemplarse los socavones abiertos de la Loma de Santiago y las ruinas de una antigua parroquia. Asimismo, podrás probar los famosos camarones y el callo de hacha de la región. Ahora, si lo que quieres es relajarte junto al mar, dirígete a la playa El Caimanero, de 40 kilómetros de longitud y con muchas zonas que siguen siendo vírgenes. Su mar abierto invita a realizar deportes acuáticos y a observar especies marinas como los delfines; también es lugar de conservación de tortugas marinas. Para acercarte al pasado de la entidad ve hacia Matatán donde además de comprar artesanías, podrás observar un sitio de petroglifos; y conoce los vestigios de las minas del Tajo, que fueron las más ricas de la región durante la Colonia. Playas de Chametla

A 17 kilómetros del pueblo se encuentra este paraje natural donde podrás gozar de su paisaje y practicar pesca deportiva de pargo, robalo y huachinango; además, la gastronomía es exquisita gracias a sus mariscos frescos. Aquí estuvieron algunos de los más antiguos asentamientos prehispánicos de Sinaloa. San Ignacio

Este pueblo señorial, muy cercano de la Presa Las Juntas, se ubica cerca de El Rosario. Inicia tu recorrido con la blanca estatua del Cristo de la Mesa, donde se tiene una vista panorámica de todo el pueblo. En el centro verás el Templo de San Ignacio de Loyola, la misteriosa Casa del Diablo y el Museo de Cultura Popular. En la plaza principal opera un trenecito que lleva a los atractivos del lugar, incluyendo el “callejón del beso”.

Elota

En este pueblo tranquilo de raíces indígenas podrás adquirir artesanías textiles, así como queso ranchero, requesón, dulce de leche y pan de mujer. Además de su iglesia principal, dedicada a la Purísima Concepción, puedes visitar el Museo Comunitario donde hay fragmentos de pipas, hachas, vasijas, restos de cerámica y vasos de barro encontrados ahí. Además, muy cerca de Elota está la zona arqueológica de Bellavista, donde se conservan algunos petrograbados aparentemente realizados por los antiguos pobladores tahues y cahitas.

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COSALÁ

Descubre en Sinaloa este Pueblo Mágico multicolor de calles empedradas, tradiciones centenarias y leyendas de fantasmas que cautivan al visitante.

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bicado en la Sierra Madre Oriental, Cosalá tiene angostas callejuelas empedradas y más de 250 construcciones que guardan siglos de historia. Se trata de un pueblo lleno de vida, en el que convergen su rica gastronomía y sus leyendas de fantasmas. Su caluroso verdor invita al ecoturismo y a la diversión. Este Pueblo Mágico estuvo ocupado por tepehuanes, acaxees y xiximies. La hermosa vegetación que lo rodea hace honor a su nombre prehispánico Quetzalla o Cozatl que quiere decir “lugar de bellos alrededores” como la Reserva Ecológica del Mineral de Nuestra Señora, que aunado a su maravilloso clima tropical hacen de este poblado un lugar que no se puede dejar de visitar. Conoce más

Al inicio de la Independencia de México, Cosalá era considerada como la población más próspera del noroeste de México, con más de 50 minas. A finales del siglo XX la actividad minera de la región tuvo su declive. Actualmente una compañía minera realiza trabajos de exploración, con grandes expectativas para el poblado.

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Lo típico

Los productos artesanales de Cosalá tienen reconocimiento a nivel internacional, por su perfeccionamiento en la talabartería. Los artesanos, principalmente de la comunidad vecina de El Rodeo, ofrecen gran cantidad de artículos de piel y cuero como sillas de montar, cinturones piteados y huaraches. Otro producto explotado es la fibra del ixtle, de la que se elaboran bolsas y hamacas. Caminar por las estrechas callejuelas que aún conservan la traza urbana original, producto de las irregularidades del terreno, es internarse en alrededor de 500 años de historia. CAPILLA DE GUADALUPE

Antes era la iglesia de San Francisco Javier; es la más antigua de la localidad y data de los años 1650-1700. Está construida con adobe, material muy utilizado en el pueblo por sus cualidades aislantes, exceptuando los remates de las esquinas que son de cantera. SUS CASAS

Otro de los grandes atractivos de este pueblo mágico, son las suntuosas casas que se pueden encontrar a lo largo del pueblo, que dan una idea de la gran riqueza que


se concentraba en la región. Destaca la Quinta Minera, expresión máxima del lujo de la época, el Palacio Municipal que solía ser una elegante mansión, y la Casa de Don Francisco Iriarte Conde, a un lado del Palacio Municipal. SUS MONUMENTOS

El área de monumentos históricos puede conocerse en un agradable paseo a pie que permita disfrutar los monumentos con detenimiento, o en el típico recorrido sobre un carruaje antiguo tirado por caballos para tener una visión completa de los atractivos. En esta zona destaca el Templo de Santa Úrsula, edificado alrededor de 1730 por la Compañía de Jesús. Su magnífica construcción de estilo neoclásico cuenta en una de sus esquinas, con un interesante reloj de sol hecho en piedra. HIGUERAS DE PADILLA

Cosalá no sólo vive en las expresiones de su glorioso pasado, sus ricas tradiciones aún siguen vivas con las moliendas de caña de azúcar. En Higueras de Padilla todavía se conservan los utensilios e instalaciones originales para elaborar múltiples productos derivados.

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RESERVA LA CHARA PINTA Este bosque de pino y encino es uno de los ecosistemas más frágiles e impresionantes de la Sierra Madre Occidental. ¡Conócelo y disfruta al máximo de su geografía!

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s en el sur del estado de Sinaloa en donde se encuentra la Reserva de La Chara Pinta, en la comunidad de El Palmito, Concordia. Fue decretada en 2005, gracias a los esfuerzos de instituciones como la Conanp, Pronatura Noroeste A.C., Conabio, Conafor y por supuesto, los más de 55 ejidatarios de la comunidad de El Palmito, para no talar y cuidar las 5,000 hectáreas de bosque donde habitan alrededor de 130 especies de aves. Al pasar de los años, se dieron cuenta que esta zona era visitada por naturalistas y ornitólogos de todo el mundo, debido al alto nivel de endemismos y a la chara pinta que a la fecha se ha convertido en un icono, reconocida como especie “bandera” en esta región de Sinaloa. La chara pinta

El nombre de la reserva deriva de uno de sus habitantes, Cyanocorax dickeyi, 48

de la familia Corvidae. Estas aves se caracterizan por ser muy inteligentes y sociales, por lo que es común observarlas en parvadas de hasta 12 individuos cuando hacen sus rondines para alimentarse. Su dieta es muy balanceada y consta de insectos, frutas, semillas y a su vez, como buen córvido, en ocasiones suele robarse los huevos de las gallinas en los ranchos cercanos. Esta ave es micro-endémica, es decir, se encuentra restringida entre los límites de Durango, Nayarit y el sur de Sinaloa. Los primeros estudios del ave los realizó Richard Crossin, de la Universidad de Arizona (1967) y dieron como resultado: La Biología Reproductiva de la Chara Pinta en el Ejido de El Palmito. Más emblemas en el cielo La zona tiene además varias especies de aves emblemáticas tales como: trogón de montaña, quetzal mexicano, guacamaya verde, pavo cobolito, colibrí orejiblan-


co, serrano gorjiazul, zumbador mexicano, saltón verdirrayado, chipe cejidorado, cejiblanco y rojo, codorniz de Moctezuma, pepitero encapuchado, zorzal azteca, halcón murcielaguero y peregrino, entre muchas otras. EXPERIENCIA

Mi primera visita en estos cañones fue con mi padre en 1988 y desde entonces he visitado estas montañas más de 40 veces. Los mejores guías locales son sin duda alguna el señor Santos Vázquez y el joven Damián, ellos conocen los mejores lugares para la observación de aves. Años anteriores, Santos se dedicaba a la tala de árboles, pero ahora guía a grupos de naturalistas y cuida y monitorea las poblaciones de la chara pinta y a los colibríes de la zona. La última vez que salimos en una expedición, Santos nos llevó a un área donde abundaban las flores y coexisten todas las especies de colibrí que se pueden encontrar en esta reserva. Esta es la gran ventaja de que un guía local nos lleve a sus lugares secretos, ya que ellos saben en dónde está el alimento

de las aves, las cañadas más hermosas, los nidos y los senderos más escondidos. Durante la última expedición, nuestra misión era encontrar y fotografiar una parvada de pavo cojolito. Damián nos guió a través de unos cañones donde el sol casi no llega a penetrar, son lugares de muchísima humedad. Después de caminar por cuatro horas por unos senderos muy angostos, a lo largo de enormes precipicios con caídas de hasta 200 metros, encontramos a esta especie en grave peligro de extinción debido a la caza de subsistencia.

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IMALA, RINCÓN SINALOENSE IMALA, RINCÓN SINALOENSE

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l acercarnos al pueblo se aprecia la hermosa iglesia que se construyó con ladrillos de color rojizo y ocre, sus torres destacan entre la vegetación por sus cúpulas rojas. Recientemente, a mediados del año pasado, se pavimentó la carretera que une la ciudad de Culiacán al pequeño y pintoresco poblado de Imala. Durante siglos, este rincón del país, sólo era conocido por los sinaloenses, pero ahora la nueva vía de comunicación facilita el acceso a cualquier visitante, ya que los escasos 15 km se recorren en 20 minutos. Imala es un topónimo de origen náhuatl que proviene del vocabloIsmala, a su vez compuesto de los radicalesisdeixco, que quiere decir delante o enfrente;malderivado demalina, torcer; yadeatl, agua o río; por consiguiente, el topónimo puede interpretarse como "lugar enfrente de donde tuerce su curso el río".

cipalidad de Culiacán con las rancherías Rincón de Imala, Milpas de Imala o Cofradía de Imala, esta última desaparecida bajo el agua de la presa Sanalona. El pueblo de Imalafue descubierto en 1531, cuando Nuño de Guzmán envió a varios de sus capitanes a explorar los ríos sinaloenses en brigadas de reconocimiento. Fue el capitán José de Angulo quien se encargaría de buscar un lugar adecuado en la Sierra Madre Occidental que les permitiera comunicar el puerto de Veracruz con las recientemente descubiertas costas de Sinaloa. Por otro lado, este capitán llegó por primera vez a esa aldea indígena asentada junto a las aguas termales que aún existen en ese lugar. Sin duda, una de las grandes decepciones de Nuño de Guzmán fue no haber podido conquistar la Sierra Madre Occidental en su afán de abrir un camino que lo llevara directamente hacia el Golfo de México. A finales del sigloXVI, Imala ya era un poblado donde se concentraba el mineral que bajaban de las montañas a lomo de bestia, para cargarlo en carretas y enviarlo a la capital de Nueva España.

El río Tamazula, antes de llegar al poblado, voltea su curso para formar un meandro, lo que permite suponer que el origen del nombre está relacionado con ese accidentado fisiográfico. Por otro lado, no debe confundirse este pueblo de la muni-

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Además, sus aguas termales con propiedades curativas fueron un atractivo más para que se consolidara un pequeño asentamiento de españoles. Otras referencias históricas de este pueblo del reino de Nueva Galicia son las visitas el obispo Alonso de la Mota y Escobar, realizada en 1602, durante la cual registró 22 vecinos en el pueblo, y la de don Lázaro de Arregui en 1621, quien señala que le llamaban en esa época Isamala. No hay que olvidar que en Imala se desarrolló un hecho importante para la historia de Sinaloa: fray Francisco Rouset de Jesús y Rosas, cuarto obispo de Sonora (el obispado abarcaba los actuales estados de Sinaloa, Sonora y las Californias, con sede en Culiacán), es recluido en esa población por cuestiones políticas relacionadas con el movimiento independentista en 1810, acusado de facilitarle dinero a la insurgencia. A partir de ese momento realiza únicamente labores pastorales que beneficiaron a los habitantes de ese lugar. Muere en 1814, y sus restos se encuentran en la catedral de Culiacán. El encanto del lugar empieza a disfrutarse desde el momento en que se entra al pequeño valle pletórico de colores verdes en toda su gama que contrastan con las torres del templo y los techos de las casas.

de colabora en la edificación de la iglesia. Más tarde se traslada a Mazatlán para construir la parroquia. Imala es realmente un pueblo pintoresco donde, además de su iglesia, se pueden admirar diversas casas de siglos pasados, algunas con vistosos herrajes de hierro forjado. Destaca, entre ellas, una pequeña casa blanca en la plaza principal, con techo de madera a dos aguas cubierto por teja. Y lo notable es que en el interior todavía se aprecia en el techo los restos de la decoración policroma a base de pinturas geométricas. Asimismo, es interesante observar que algunas casas aún conservan los curiosos hornos de pan de forma semicircular con un chipote enmedio; en cambio en otras, sorprenden sus cercas de "palo de Brasil" de rugosa apariencia, esa madera de gran renombre durante la Colonia, porque durante siglos su savia de intenso color rojo ladrillo se usó como tintura para textiles. Por otro lado, sus hipertermas fueron

Conforme uno se aproxima al pueblo, se aprecia la hermosa iglesia de color entre rojizo y ocre, y sus torres gemelas rematadas por cúpulas rojas, mientras que otra de mayor diámetro se ubica sobre el altar. Llaman la atención la forma gótica u ojival que ostentan los vanos del campanario, así como las balaustradas que rodean la parte alta de la nave. En fin, sorprende que todo esté construido con ladrillo: la fachada principal con sus dos cuerpos y ocho columnas, las fachadas laterales, los contrafuertes, las cornisas y demás elementos arquitectónicos. Esta extraña construcción no colonial sino decimonónica, es una aguja de bellas proporciones enmedio del pajar tropical de la feracidad de esa región. Fue erigida por el padre Miguel Lacarra, sonorense que llegó al Seminario Conciliar de Sonora, fundado en 1837 en Culiacán, donde se ordenó sacerdote y fue enviado a Imala para ejercer su ministerio. Allí, gracias a sus conocimientos de ingeniería, construyó la actual iglesia del pueblo. Después de 20 años de estancia en ese lugar, lo envían a Culiacán, y posteriormente a Quilá, don-

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fuentes de placer para mineros, frailes y demás población indígena y mestiza. Apenas a mediados del sigloXXfueron abiertas al público en general y para allí un balneario con tres albercas con diferente intensidad calórica. La principal, que recibe el agua directa de los manantiales, debe tener una temperatura cercana a los 50 grados, pues apenas la resiste el cuerpo al introducirse en el agua muy poco a poco. Están cubiertas por un tipo de lonas para aislarlas de los rayos del sol, y el conjunto de las piscinas, de agua cristalina, está rodeado de esbeltas palmeras y cuidada jardinería. En Imala se puede adquirir el famoso chilorio, chorizo, chicharrones y tamales sinaloenses. Por último, cuando se sale de la ciudad de Culiacán por el camino de La Lima-Imala, se pasa por el poblado de Jotagua, donde es posible admirar, piedras con petroglifos, muy interesantes junto al río Tamazula.

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TEACAPAN: PARAÍSO ESTUARINO DEL NORTE DE MÉXICO Estamos sal sur de Sinaloa, en la región conocida como Marismas nacionales. Esta zona de humedales puede llegar a tener una profundidad, tierra adentro, de 80 kilómetros.

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stamos sal sur de Sinaloa, en la región conocida como Marismas nacionales. Esta zona de humedales puede llegar a tener una profundidad, tierra adentro, de 80 kilómetros. Teacapán es un paraíso de exótica belleza natural; es la mayor zona estuarina de México. Aquí desemboca el río Cañas formando un conjunto de hábitats costeros que se caracterizan por tener una vegetación resistente a la salinidad. Estos ecosistemas son terrenos bajos que se inundan por las aguas del mar y se denominan comúnmente marismas, estuarios o humedales. Interesados en conocer esta zona salimos de Escuipana, cabecera municipal, donde se localiza una gran cantidad de empacadoras y pequeñas industrias especializadas en la explotación del mango, en dirección a Teacapán. Destacan las enormes extensiones de cocoteros que van bordeando la playa durante decenas de kilómetros antes de llegar al puerto; intercalándose con éstos, se observan 55


grandes parcelas con bellos y coloridos mangales. El área que va desde el Trópico de Cáncer hasta el sur, es decir, del sur de Sinaloa al norte de Nayarit, en una extensión de 300 km, es la mejor del país para el cultivo de esta fruta. Allí se puede observar el sistema de riego por goteo, lo cual contribuye al ahorro de energía y al uso más racional del agua. Con este método se incrementa significativamente la producción. Es notable la variedad de mangos existente en la región: haden, tommy, hakin, kent, keitt, manila y ataulfo; algunas fueron traídas de la Florida. La mayor parte de esta producción se destina al mercado estadounidense. Los requerimientos para la exportación de los mangos son estrictos: primero pasan por una máquina seleccionadora y solamente los que hayan pesado de 650 a 700 g continuarán el viaje. Después son puestos en enormes tinas con agua a temperatura de 115°F durante 75 minutos, tiempo suficiente para eliminar la mosca de la fruta o gusanos. Finalmente pasan por un proceso de cuarentena en cámaras frías antes de ser empacados. Pero estas severas normas de calidad no desalientan a los productores, sino la constante especulación con el precio del producto en los mercados internacionales. Continuamos nuestro trayecto hacia el pueblo siempre a través de los palmerales hasta que aparecieron las granjas de camarón con sus modernas instalaciones. Las sinaloenses y nayaritas son las más importantes del país. Poseen sofisticados laboratorios donde se producen larvas de este marisco mediante inseminación. El proceso se inicia en el mar, donde se instalan enormes cárcamos de bombeo para extraer el agua marina; ésta se filtra a través de carbones ultravioletas y llega inicialmente a las tinas de las salas de inseminación. Aquí a los camarones hembra se les extrae uno de los ojos para acelerar el proceso. Una vez que nacen los pequeños camarones o nauplios son trasladados a una sala de cría larval; allí reciben alimentos de origen marino en cantidades previamente determinadas, las cuales son supervisadas por personal especializado. A los 25 días el nauplio pasa a ser una poslarva 15, es decir, que tiene un tamaño de 1.2 cm aproximadamente, adecuado para ser trasladado a las granjas donde en cuatro meses alcanza el tamaño comercial: de 15 a 20 gramos. La especie más cotizada es el camarón azul.

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LOS CONCHALES: ¿TEMPLOS PRIMITIVOS?

Tras salir de las granjas, retomamos el camino de palmeras y llegamos al puerto. Buscamos un guía experto para que nos llevara en su panga por los laberínticos canales que conectan el estero de Teacapán con otros vecinos. Estamos ya en la región conocida como Marismas Nacionales. Esta zona estuarina puede llegar a tener una profundidad, tierra adentro, hasta de 80 kilómetros. Nuestro principal interés en este estero, además de conocer su fauna y flora, era encontrar algunos de los singulares “concheros” o “conchales”, enormes montículos de conchas marinas. Según el antropólogo Steward Scott, estos concheros tienen una antigüedad de hasta 4 000 años. De acuerdo con la morfología que hoy presentan, se les llama “calón”, “chalpa” y “panales”. En cuanto a su estratificación geológica, las capas van variando y se observa que las conchas son diferentes: alternan las


de ostión, después una capa de arena, pata de mula, capa de arena, almeja y así sucesivamente. Scott afirma que esto se debe a la presencia humana en la zona: durante miles de años fueron llegando diferentes comunidades que limpiaban los montículos echándoles arena. En Chacala, no lejos de aquí, se pueden encontrar huellas impresas en rocas, prueba inequívoca de la existencia del grupo étnico que habitó esta región, quienes fueron llamado temuretes (palabra que significa sapo o rana) debido a que vivían en las islas de las marismas. Los conchales tienen una orientación de 18 a 16° eje norte-sur, lo cual podría indicar que eran templos primitivos. En estos lugares se encontraron molcajetes, candeleros, figuras antropomorfas, vasijas policromadas, collares, hechas, entre otros objetos.

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Nuestra expedición por los interminables canales rodeados de manglares nos llevó a la Isla de Pájaros, santuario de aves donde garzas blancas, patos, pelícanos, águilas pescadoras, sarapicos, espátulas llegan a anidar o simplemente a pasar la tarde. En un verdadero espectáculo. Durante nuestra travesía en las pangas siempre fuimos acompañados por algún delfín o alguna tonina que gustan de hacer recorridos por los esteros. La actividad de pesca ribereña es interesante: los pescadores sales temprano hacia los esteros hasta conseguir peces variados y abundante como camarón (cuatro meses al año), robalo, mojarra, sierra, lisa, huachinango, curbina, liseta, entre otros. Algunos caimanes reptaban entre los manglares y descendían lentamente hacia los canales, entre la espesa vegetación de lugar, notable por su colorido y diversidad.


LO CULINARIO Por su calidad, el camarón de esta entidad es enviado a diferentes partes de México y el mundo. Sin embargo, para poder disfrutar de “su mejor versión”, nada como degustarlo en restaurantes de territorio mazatleca.

Seguramente ya los has probado alguna vez, porque de este estado se envían a todo el país y a diferentes partes del mundo. Pero vale la pena darse una vuelta por Mazatlán, en especial en febrero y marzo, para vivir lo que llamo: “la fiesta de los camarones”. Tan pronto uno se sienta en algún restaurante de Mazatlán, salta a la vista que la sección de camarones en las cartas es vasta. Los de talla pequeña se emplean para hacer todo tipo de ceviches, cocteles, escabeches, rellenos de tacos, empanadas, enchiladas, entre otras versiones. Los gigantes obviamente son para pelar, se presentan en un molcajete con ricos aderezos; también se usan ahí para rellenar, por ejemplo de queso, y luego son envueltos en tocino. Pero si lo tuyo es lo fresco y picante, nada rivaliza ante el soberbio “aguachile”, emblema de Sinaloa, delicioso camarón fresco en salsa de chile verde. Otras delicias para saborear son las recetas especiales, como el paté de camarón, el humeante caldo o los tamales de camarón de delicado sabor a los que los sinaloenses llaman “barbones”. Pero si esto fuera poco, y quieres buscar lo auténtico, Mazatlán ofrece lo que yo le llamo: “la fiesta de los camarones en la calle”. Pregunta a los oriundos dónde están “las carretas”, que son estos puestos ambulantes donde venden lo más fresco del mar y del día. ¡Es toda una experiencia recorrer las calles y descubrirlas! Algunas de las más famosas son: El Beto, Los Liguillas, Don Nico, Los Polines, entre otras. No te quedes en casa, ve a Mazatlán a la fiesta de la camaroniza. ¡Atrévete a paladear el México que no has probado!

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O EN SINALOA

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a rica gastronomía sinaloense se basa en los productos del mar, pues la variada pesca que le proporciona su amplio litoral permite que la creatividad humana se desborde con la invención de deliciosos platillos, entre los que se incluyen ingredientes elementales como los camarones, el pescado, los callos de hacha y la carne de malin, entre otros, que igual se sirven en forma de machaca. Pero Sinaloa cifra la fama de su cocina también en otros deliciosos manjares, como el tradicional chilorio, preparado con carne de puerco condimentada con chile pasilla, especias y ajo, delicioso platillo que puede servirse sólo o con queso fundido y acompañarse con tortillas de harina. También se puede degustar el mochomo, que es una cecina de res frita. De Guamúchil son reconocidos el chorizo y los guisos de paloma y codorniz, mientras que de Culiacán destacan los tamales estilo Sinaloa rellenos con carne de puerco, aceitunas, papas, especias y una combinación de chiles. Entre las delicias de la costa sobresalen el “aguachile”, que son camarones con pepino, limón, sal, chile piquín y cebolla morada; el pescado zarandeado, preparado preferentemente con pargo, al que se le agrega jugo

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de limón, pimienta, salsa de chile de árbol, salsa de soya, ajo, mayonesa y pimiento morrón, cocinado al carbón. La lista podría ser grande, pues hay varios estilos de tamales, albóndigas de camarón, callos de lobina, el pollo estilo Sinaloa cocinado a la leña y el filete con ostras, entre muchos otros platillos de gran sabor. Para concluir, entre los postres hay que mencionar los tacuarines, que son roscas de harina de maíz, los pasteles y el turrón de miel y cacahuate. Sinaloa ofrece a sus visitantes los más singulares banquetes. En El Fuerte se sirven langostinos o “cauques”, codorniz, pichihuila y machaca con tortillas de harina; en la bahía de Topolobampo, los deliciosos camarones ahogados o al natural, callos de hacha, machaca de pescado, pescado zarandeado y toda clase de manjares del mar; en Guasave, barbacoa bodera, frijoles puercos, tortillas de harina y el popular pan de mujer; en Guamúchil, el famoso choriza; y en Mocorito, el chilorio, ahora ya industrializado y conocido en todo el país como el platillo sinaloense por excelencia, sin olvidar sus quesos y sus dulces de piloncillo con cacahuate. Por su parte, Culiacán le ofrece barbacoa con chile pasilla, chilaquiles sinaloenses, menudo, colache, tacuarines, cauque, enchiladas del suelo y otros antojitos, además de los camarones tapados con sal de grano; el municipio de Cosalá, 61

sus sabrosos piloncillos con nuez, papayas en conserva y el melón con miel de caña. En la parte sur se encuentran Mazatlán, Concordia, Rosario, Escuinapa, Elota, Cosalá y San Ignacio cuyos platillos más tradicionales son los tamales barbones (camarón), el picadillo, los tacos dorados de camarón, las barcinas (vasijas de camarón seco), el ceviche y los chiros (pescados chicos secos), además de la cazuela, el colache, la birria y el pozole. En cuanto a postres: los raspados de frutas, los jamoncillos, el arroz con leche, la capitotada, la jalea de pitahaya y las cocadas; y entre las bebidas están el atole blanco y el pinole, las aguas de horchata, cebada y tamarindo, así como el tonicol (refresco embotellado regional).


La localización geográfica de la entidad y el desarrollo de la producción agrícola, ganadera y pesquera hacen posible la elaboración de platillos que además de agradables al paladar constituyen una dieta rica en proteínas. Como suele ocurrir en los territorios que cuentan con una franja costera y que han hecho de la pesca una actividad importante, la riqueza culinaria de Sinaloa se explica a partir de la existencia de especies marítimas como el camarón, la langosta, la jaiba y el calamar; diversos platos se preparan con peces como el pargo, la lisa, el guachinango, el robalo, el marlín y el sierra, por mencionar los más sobresalientes. Por si esto fuera poco, en Sinaloa gustan también de aderezar una serie de platillos regionales que tienen su origen en la actividad ganadera; nadie podrá resistirse a probar, además de los afamados cortes, el caldillo, el chilorio y el asado placero.

tamales barbones de Escuinapa, frijoles puercos, menudo blanco, colache de calabacitas, puntas de calabaza con queso, acelgas con garbanzo, caldo de zuzule, caldo michi, machaca, cocido, sopa de pescado, pozole, pozolillo, albóndigas de camarón, chicharrón de camarón, tortitas de camarón y nopales, machaca de lisa o de mantarraya, pescado zarandeado, pollo tierno con arroz, gallina en caldo, quelites con puerco, borrego tatemado, el famoso chilorio, pulpos y calamares preparados de varias formas, y muchos otros más”. Toni-col Delicioso refresco originario de El Rosario con sabor a vainilla, hecho con las limpias aguas de un río subterráneo. Quienes lo conocen se hacen tan aficionados al mismo que cuando lo encuentran lo compran por cajas y ¡hasta se lo llevan fuera del país! Actualmente se puede encontrar en algunas tiendas naturistas.

Para los hombres del campo todavía es una alternativa salir en busca de la pieza que formará parte del menú cotidiano. La cacería de palomas, codornices, patos e incluso venados es usual entre los grupos indígenas, que secan la carne y le agregan limón antes de asarla a la leña. Estos grupos conservan también sus antiguas tradiciones alimenticias y encuentran una parte de su sustento en los productos que obtienen directamente del campo, como son frutas y raíces, además de frijol, maíz y trigo. El arte culinario sinaloense, que reúne las costumbres de españoles, indios y negros, se verá reforzado a lo largo de los años con la llegada a estas tierras de griegos, chinos, japoneses, ingleses, alemanes, franceses, libaneses, judíos y norteamericanos. Una idea del rico menú casero de Sinaloa es compartida por Georgina Luna Parra cuando dice en la guía gastronómica titulada Comida sinaloense, de Editorial México Desconocido: “...sería interminable relatar lo que comimos en cada una de las etapas del viaje... nos conformamos con mencionar algunos de los platillos “de fábula” que tuvimos la suerte de paladear: tamales tontos, mixcocos de frijol y puerco enchilado,

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EL FUERTE Este Pueblo Mágico de Sinaloa es un destino ideal para admirar hermosa arquitectura colonial y tradiciones indígenas en la región noroeste del país. ¡Conócelo!

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ste Pueblo Mágico está situado a 115 msnm y vale la pena visitarlo por sus danzas indígenas; por su sobresaliente arquitectura colonial y decimonónica; y por su gastronomía ribereña. Se ubica al margen del río Fuerte y es un lugar de paso para el tren Chepe -que va a las Barrancas del Cobre- y también es sitio de pesca, exploración y aventuras ecoturísticas; todo con el rumor del arroyo al fondo. Recorrer sus calles significa transportarse al pasado colonial por medio de una pintoresca y ordenada urbanización, donde los yoremes aún danzan. Es uno de los rincones más bellos del noroeste de Sinaloa, emplazado además en un amplio valle agrícola. El nombre de El Fuerte deriva de una fortaleza construida en este lugar en el siglo XVII como protección ante los ataques de los indios mayos, cuando el pueblo llevaba el nombre de San Juan Bautista de Carapoa y cuan-

do gobernaba el virrey Conde de Montes Claros. Hoy, ya nada queda de ese fuerte, sólo su historia. Lo típico

Son célebres los sombreros de palma, de ala angosta y copa redonda, usados en la vestimenta tradicional de los sinaloenses. Destacan también los objetos de ixtle como tapetes, hamacas y petates, además de cobijas de lana y piezas hechas a mano en barro y arcilla. Asimismo encontrarás cerámica, cestería, talabartería y objetos de madera. Puedes conseguir todo tipo de artesanías regionales en Artesanías El Rincón del Fuerte y en Artesanías Mexicanas. No pierdas de vista las máscaras de judío, hechas con cuero de jabalí o madera de álamo, que se elaboran para las fiestas de Semana Santa. Es una divertida expresión indígena típica de Tehueco, un poblado cercano Varias construcciones de esta localidad fueron erigidas en el virreinato: el Templo de San Juan de Carapoa, de mediados del siglo XVIII, fue construido como una misión jesuita con bella piedra de cantera y posee una torre algo más moderna. Esta edificación deriva de una antigua misión jesuita. Los portales son una muestra más de la vida colonial, situados alrededor de la Plaza de Armas, un agradable espacio verde dotado de un bello quiosco decorado con herrería. Al lado de esta plaza se encuentra el Templo del Sagrado Corazón de Jesús. De años más recientes es el Palacio Municipal, data de principios del XX, diseñado al estilo neoclásico, con una elegante entrada formada por varios arcos, sobre bellos ventanales con balcón corrido y todo rematado por un frontón triangular. Sus dos plantas de ladrillo aparente encierran un hermoso patio interior con arquería, y en uno de los salones se puede apreciar un mural con la historia del pueblo. A dos cuadras del Palacio Municipal, está el Museo del Fuerte; en la parte de abajo, encontrarás una colección interesante de arte popular, elaborada por las comunidades indígenas de la zona; objetos utilizados por los primeros agricultores de la región, fotografías de las tradiciones, celebraciones y vida cotidiana de los yoremes. En la azotea del edificio se ubica el mirador donde tiene una vista magnífica de El Fuerte y el río.

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BRILLO RENOVADO DE MAZATLÁN Volver a Mazatlán después de muchos años confirmó sólo una parte de un difuso recuerdo infantil que evocaba playas extensas, un puerto impresionante y, sobre todo, la maravilla del mar y de un lugar inolvidable. Ha cambiado mucho desde entonces y el cambio sin duda ha sido para bien.

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e arena suave, la longitud de sus playas las hacen inconfundibles, pues ofrecen puestas de sol inolvidables. Playa Sabalo es famosa por el espectáculo solar y sus reflejos en el agua. Pero todas, Las Gaviotas, Playa Norte, Venados, Los Pinos y Olas Altas ofrecen días enteros de diversión para todos los gustos. Desde la tranquilidad del descanso en la arena, disfrutar de bebidas refrescantes y de broncearse, hasta los deportes acuáticos para gustos diversos: surf, windsurf, paseos en kayak, entre otros. Un evento muy recomendable que ocurre en estas playas es el concurso de esculturas de arena, que encierra la belleza del arte y de lo efímero. Aunque comenzó apenas hace unos años, pareciera haber estado siempre allí y si el visitante no está ahí en las fechas del concurso, que suele ser febrero, en otros meses pueden encontrarse a algunas personas practicando. La pesca deportiva se ha convertido en una de las actividades más importantes, mientras que el buceo es una opción para admirar a las especies marinas. En la parte sur de la extensa Playa Norte se encuentran peces de colores, mientras que en Tres Islas también pueden observarse viejos navíos. Si estar algunos metros bajo el agua no es su medio favorito, el acuario del puerto es uno de los más grandes y mejor conservados del país, con documentación, una enorme variedad de especies y hasta un hospital para peces que serán devueltos a su hábitat natural.

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Ecoturismo

Los nuevos intereses han llevado a los sinaloenses a ofrecer a sus visitantes un contacto más cercano con la naturaleza. Desde rutas para bicicleta de montaña en los alrededores del puerto y en lugares como el Cerro del Crestón, hasta caminatas en lugares cercanos en Tres Islas y el Rancho del Venado, en donde hay caminos de hasta dos horas y al transitarlos se pueden ver las especies oriundas de la zona: el mítico venado de cola blanca, que se esconde al escuchar el sonido más tenue, hermosas aves, algunas de ellas migratorias, insectos, iguanas y muchos animales más que han hecho de estos lugares zonas protegidas por su riqueza natural. Además de la observación de la naturaleza con el propósito de conocer y participar de su conservación, hay algunos espacios en la ciudad en donde se promueve la caza en ranchos cinegéticos cercanos, una actividad popular de la región que está regulada. Una ciudad con encanto

Como uno de los puertos más importantes y antiguos del Pacífico mexicano, Mazatlán tiene lugares muy especiales con inconfundible sabor norteño y arquitectura del siglo XIX. La basílica de la Inmaculada Concepción es una de ellas. Catedral de la ciudad, de noche su iluminación la convierte en un espectáculo que no hay que dejar de ver. Las plazuelas de la República y Machado muestran el encanto y la pátina del tiempo. En una de las casonas, la "casona del quelite", se encuentra una variedad de ar-


tesanías locales, que incluyen caracoles y conchas marinas, un buen recuerdo de una visita al puerto. El Centro Histórico ha sido renovado y restaurado. Ahora es un espacio que ofrece actividades culturales y opciones para sus habitantes y para quienes visitan el puerto: el museo de arte, conciertos, exposiciones, teatro, son sólo algunas de ellas. Además, en tiempos más recientes, el Festival Cultural de Mazatlán y el Festival de las Artes del estado de Sinaloa atraen cada vez más a artistas de renombre y a visitantes interesados en la cultura. Turismo al alza

Al lado del encanto del centro histórico se encuentra también el desarrollo hotelero de la Zona Dorada, con posibilidad de hacer compras y disfrutar de la modernidad al lado del océano. En esta zona de la ciudad la vida nocturna, con bares y lugares para bailar, atrae ahora a muchos jóvenes en búsqueda de diversión. Y para el descanso completo también ofre-

ce ahora relajamiento y tratamientos en spas exclusivos para sus visitantes. Después de días de sol y paseos, y noches de fiesta, relajarse con aromaterapia, yoga junto al mar, masajes y baños de lodo, no están de más. La vista espectacular del puerto y del océano merece también una visita al Mirador o el Cerro del Crestón, con uno de los faros más altos de América Latina, y si le gusta admirar o disfrutar de los barcos, en las dos marinas del puerto pueden verse los cruceros que ahí llegan, barcos pesqueros y otras embarcaciones. Deleitarse con los platillos mazatlecos es otra de las actividades obligadas. Ningún visitante puede irse sin haber probado un buen plato de camarones o el famoso pescado zarandeado, y también de la región aunque no del mar, un buen pozole, menudo o tostadas siempre caen bien para el antojo.

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Misterios antiguos

Los petroglifos de la zona de Las Piedras Labradas son uno de esos misterios que causan fascinación a quien los mira. Portadoras de formas de escritura y de representación muy anteriores a las nuestras y de gran belleza, las piedras aún se encuentran a la orilla del mar en la Playa Venados y se piensa que fueron grabadas hace más de 1,500 años. Sus significados aún están en proceso de estudio. Muchas de estas piedras pueden admirarse en el Museo de Antropología. Aunque no una novedad, la atracción que ha ejercido el carnaval sobre los turistas lo ha convertido en un evento cada vez de mayor importancia. Actualmente es uno de los más reconocidos de América Latina. Durante la época del carnaval, bailar en las calles de la ciudad vieja al ritmo de los tambores se convierte en una diversión que no termina con el amanecer que, por el contrario, marca su continuación. Desfiles, conciertos, juegos pirotécnicos, la callejonada, la elección y desfile de la reina del carnaval, premiación de literatura (poesía y cuento) y de pintura, baile y reina infantil, muestras gastronómicas, hacen de esta fiesta un atractivo que se remonta al siglo XIX, cuando vio sus primeras ediciones. Aunque en esta época es necesario reservar con anticipación para encontrar un buen lugar en el puerto, vale la pena hacer el esfuerzo. Todas estas y muchas más sorpresas esconde el mítico puerto de Mazatlán. Una sola visita dejó las puertas abiertas a muchas posibilidades, o por lo menos las ganas, de uno o varios regresos para intentar disfrutarlas al máximo. Con una mezcla atinada de pasado y presente, la segunda visita a este puerto no hizo más que confirmar que la alegría de aquel recuerdo infantil era indeleble y había muchas razones para seguir visitándolo.

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Tradiciones vivas Aunque no una novedad, la atracción que ha ejercido el carnaval sobre los turistas lo ha convertido en un evento cada vez de mayor importancia. Actualmente es uno de los más reconocidos de América Latina. Durante la época del carnaval, bailar en las calles de la ciudad vieja al ritmo de los tambores se convierte en una diversión que no termina con el amanecer que, por el contrario, marca su continuación. Desfiles, conciertos, juegos pirotécnicos, la callejonada, la elección y desfile de la reina del carnaval, premiación de literatura (poesía y cuento) y de pintura, baile y reina infantil, muestras gastronómicas, hacen de esta fiesta un atractivo que se remonta al siglo XIX, cuando vio sus primeras ediciones. Aunque en esta época es necesario reservar con anticipación para encontrar un buen lugar en el puerto, vale la pena hacer el esfuerzo. Todas estas y muchas más sorpresas esconde el mítico puerto de Mazatlán. Una sola visita dejó las puertas abiertas a muchas posibilidades, o por lo menos las ganas, de uno o varios regresos para intentar disfrutarlas al máximo. Con una mezcla atinada de pasado y presente, la segunda visita a este puerto no hizo más que confirmar que la alegría de aquel recuerdo infantil era indeleble y había muchas razones para seguir visitándolo.

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MUSEO ARQUEOLÓGICO EN MAZATLAN

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ste museo inaugurado en junio de 1989, alberga piezas arqueológicas correspondientes a las fases y horizontes culturales Aztatlán y a los periodos Postclásico Temprano y Postclásico Tardío de la frontera mesoamericana norte, que abarcó más de mil años (300 a 1500 d.C.).

Ubicado en un edificio de estilo neoclásico de principios del siglo XX.

Ubicado en un edificio de estilo neoclásico de principios del siglo XX, este museo inaugurado en junio de 1989, alberga piezas arqueológicas correspondientes a las fases y horizontes culturales Aztatlán y a los periodos Postclásico Temprano y Postclásico Tardío de la frontera mesoamericana norte, que abarcó más de mil años (300 a 1500 d.C.). La museografía se realizó gracias a la donación de las colecciones arqueológicas de Fernando Estrada, Ricardo Irvine, Rigoberto Lewis y Miguel Valadez. Propiamente el museo cuenta con cinco salas, las cuales no reciben un nombre específico, sino que están ordenadas en base a muchas vitrinas. En la primera, el visitante podrá admirar una maqueta del estado y las diferentes áreas donde se desarrollaron las culturas sinaloenses. Entre las piezas que integran este espacio sobresale el jorobadito de aproximadamente 700 años d.C. que se encontró en los cimientos de la escuela náutica de Mazatlán y se cree pertenece a los acaxces, xiximes o totorames.

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La sala dos presenta el vestido y adorno, la obtención de alimentos, vivienda y patrón de asentamientos, utensilios, tareas cotidianas y los conflictos armados. Una mujer con taparrabos del grupo étnico totorame, un guerrero sentado con penacho realizado en alabastro blanco originario del sur de Nayarit, posiblemente un obsequio de caciques (1200 d.C.) son las piezas que destacan en esta sección. En el recinto de religión y costumbres funerarias se exhiben ídolos y petroglifos, dioses y símbolos; la representación de la Ulama o juego de pelota con la cadera, su indumentaria y arreos de juego. En el penúltimo espacio se describe el eslabonamiento de las culturas prehispánicas con la llegada de los españoles. Finalmente la sala cinco está destinada a exposiciones temporales.

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UN EMPORIO LL DEL FUERTE Por su excelente ubicación, el incremento de su producción agrícola y las oportunidades que ofrece hoy el creciente intercambio con el vecino del norte y los países de la cuenca del Pacífico, el corredor industrial y comercial Topolobampo–Los Mochis se ha convertido en una terminal marítima de altura con grandes perspectivas.

Muchos años atrás –casi a finales del siglo XIX– Robert K. Owen fundó una colonia en lo que actualmente es el puerto de Topolobampo. Un antiguo proyecto que tenía el objetivo de unir por ferrocarril la costa mexicana del Pacífico con la ciudad de Virginia en EUA, impulsó una utopía que dejó sólo una muestra de lo que podría ser el futuro. Y así fue. Los nuevos vientos que soplaron en México hicieron de la región, en un periodo relativamente corto, un emporio que halló en Los Mochis el espacio ideal para poner en marcha uno de los desarrollos agrícolas más importantes de nuestro país.

son, y el Museo Regional del Valle del Fuerte. Tomando el camino del Septentrión, el viajero arriba al pequeño poblado de El Fuerte, que deja ver en sus casonas la raigambre de su arquitectura novohispana y el estilo neoclásico del Palacio Municipal, que hacen de este sitio, conocido en sus orígenes como el “Fuerte de Montesclaros”, el punto idóneo para evocar el pasado.

Muy cerca de ahí las presas Miguel Hidalgo y Josefa Ortiz de Domínguez, que almacenan las aguas del río Fuerte, reciben año con año a los turistas, principalmente norteamericanos y canadienses, que Siguiendo la ruta del ferrocarril Chi- vienen a capturar a la codiciada lobina. huahua-Pacífico se puede visitar a la hermana mayor, la próspera y moderna ciudad Uno pudiera creer que El Fuerte forma, junde Los Mochis, que recibe al viajero con sus to con Álamos en Sonora —que por cierto se anchas calles de trazo regular –planeadas a encuentra muy cerca de ahí—, un concierto la manera sajona–, un variado y rico menú arquitectónico que no tiene par en estas latigastronómico y la historia apasionante de tudes del territorio mexicano. Después será lo que fue en un tiempo la frontera agrí- mayor la sorpresa al descubrir en Choix la cola de México, impulsada hasta los años misión de San Ignacio, claro ejemplo de la treinta por la familia Johnson y que ten- arquitectura de trazo sobrio y austero que dría, con el paso de los años, los valles (El se expresa de manera notable en su pequeFuerte y Carrizal) más fértiles del mundo. ña y modesta portada, adornada con un magnífico dintel. Aquí, a donde llegaron los Constituyen una visita obligada, si se quiere jesuitas hace ya 300 años, se construyó reconocer el singular pasado de estas tierras, el cientemente la presa Huites, ahora la más Parque Sinaloa, jardín botánico que fuera co- grande del estado y que, cuando el río suelección particular del señor Benjamin F. John- ne, contará con un inmenso lago recreativo. 76


LAMADO VALLE

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LA VILLA DE SAN MIGUEL DE CULIACÁN Sobre el desperdigado y triste caserío de Huey-Colhuacan, en la confluencia de los ríos Tamazula y Humaya, el cruel, torvo y avaricioso aventurero español Nuño de Guzmán fundó la Villa de San Miguel de Culiacán, el 29 de septiembre de 1531, culminando así la breve pero sangrienta conquista del territorio sinaloense. Sobre el desperdigado y triste caserío de Huey-Colhuacan, en la confluencia de los ríos Tamazula y Humaya, el cruel, torvo y avaricioso aventurero español Nuño de Guzmán fundó la Villa de San Miguel de Culiacán, el 29 de septiembre de 1531, culminando así la breve pero sangrienta conquista del territorio sinaloense. Nuño de Guzmán entregó encomiendas a sus soldados e intentó con ello arraigarlos, pero una rebelión indígena acaudillada por Ayapin dificultó el proceso. Finalmente esta rebelión fue aplastada al modo de Guzmán: a sangre y fuego, yAyapin fue descuartizado en una improvisada picota instalada en el centro de la naciente villa. Sin embargo, el movimiento indígena resurgió casi de inmediato, haciendo huir a las familias españolas rumbo a Santiago de Compostela, Nayarit, a Guadalajara, a la ciudad de México y a algunas hasta el Perú. Por otra parte, los nuevos colonos no tenían vocación de agricultores y 78


dejaron sus encomiendas en manos de sus mayordomos de confianza. Así, a pesar de los miles de sobresaltos y angustias fue creciendo la Villa de San Miguel de Culiacán y las primeras señales de su desarrollo fueron la construcción de una pequeña parroquia, una plaza de armas y una casa para el cabildo. Los descendientes de los primeros españoles ya formalmente asentados, es decir los primeros criollos culiacanenses, llevaron los apellidos Bastidas, Tapia, Cebreros, Arroyo, Mejía, Quintanilla, Baeza, Garzón, Soto, Álvarez, López, Damián, Dávila, Gámez, Tolosa, Zazueta, Armenta, Maldonado, Palazuelos, Delgado, Yáñez, Tovar, Medina, Pérez, Nájera, Sánchez, Cordero, Hernández, Peña, Amézquita, Amarillas, Astorga, Avendaño, Borboa, Carrillo, De la Vega, Castro, Collantes, Quintero, Ruiz, Salazar, Sáinz, Uriarte, Verduzco y Zevada, que subsisten hasta nuestros días. La Villa de San Miguel de Culiacán sirvió de mesón y posta en el largo camino de las diligencias de Álamos a Guadalajara, y posteriormente llegó a ser el centro político de Sinaloa, mientras que Mazatlán se convertía en el centro comercial por excelencia. El mayor esplendor de la villa lo provocó la explotación de los reales de minas de oro y plata, e incluso tuvo su propia casa de moneda y fue la primera población del noroeste que contó con telégrafo, luego energía eléctrica y finalmente agua entubada y sistema de drenaje. Al sobrevenir la decadencia minera, después de una despiadada sobreexplotación de los recursos naturales enclavados principalmente en las profundidades de los barrancos de la Sierra Madre Occidental, la agricultura cobró vigor, en especial a las orillas de ríos y arroyos (no hay que olvidar que Sinaloa es un estado pluvial, con 11 ríos y más de 200 arroyos). La historia de la Villa de San Miguel de Culiacán ha sido extremadamente agitada por la violencia de cuartelazos, rebeliones y guerras civiles que mantuvieron en vilo la tierra. Por ejemplo, fue punta de la avanzada de las milicias españolas al Septentrión, y de aquí partieron en siglo xvi el fraile franciscano Marco de Niza, quien en 79


su delirio creyó encontrar la ciudad de oro de Cíbola, y Francisco Vásquez de Coronado, que extendió el territorio de la Nueva España hasta el Cañón del Colorado. La villa también fue huésped de un extraño y fascinante personaje que luego habría de cobrar fama universal: Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Cabeza de Vaca sobrevivió al naufragio de la flota de Pánfilo de Narváez frente a las costas de la Florida. Utilizó ocho años en un errático vagabundear desde la Florida hasta Sinaloa. Se topó con milicias españolas en Bamoa, en la orilla del río Petatlán (Sinaloa), y el primero de abril de 1536 el alcalde mayor de la villa, Melchor Díaz, lo nombró huésped de honor. Había recorrido 10 mil kilómetros en la travesía de Texas, Tamaulipas, Coahuila, Nuevo México, Arizona, Chihuahua, Sonora y finalmente Sinaloa. Alvar Núñez Cabeza de Vaca continuó el viaje a la capital de la Nueva España, donde rindió un amplio informe al virrey Antonio de Mendoza sobre la riqueza de oro y plata del vastísimo territorio que cruzó. Desde luego, fue otra descripción llena de fantasía, muy parecida a la del fraile Marco de Niza, que, desde luego, provocó la natural codicia del virrey. Después de largas revueltas, cuando los gobernadores militares duraban en el poder sólo algunos meses, Sinaloa tuvo un dictador, el general Francisco Cañedo, que calmó los odios políticos con la fuerza que le confirió el presidente de la República, Porfirio Díaz. Fue una dictadura que duró más de 30 años, hasta que se desencadenó la Revolución Mexicana. Tan pronto como amainó la Revolución se intentó aprovechar las posibilidades hidráulicas de los ríos sinaloenses. En 1925 se construyó el canal Rosales, y 22 años después se terminó la primera gran obra hidráulica del noroeste, pionera de la alta irrigación: la represa de Sanalona sobre el río Tamazula, la cual se inauguró el 2 de abril de 1948 y fue el detonador de una economía que sigue encontrando en la agricultura su principal sostén. A causa del enorme auge agrícola, Culiacán pasó de los 30 mil habitantes que tenía en 1948 a los 100 mil en diez años. Ya la antigua Villa de San Miguel de Culiacán no era el mesón de arrieros, sino una gran ciudad que 80

hoy en día lo tiene todo —tierra, agua, hombres— para ser la gran metrópoli del siglo xxi. Otro grupo de peregrinos salieron de Casas Grandes, algunos se quedaron en Casas Grandes de Janos, hoy en el estado de Chihuahua donde vivieron alrededor de 100 años y luego se dirigieron hacia el sur, atravesaron la Sierra Madre Occidental y llegaron a Colhuacan en el año 648. Aquí instituyeron a fuerza de sangre el culto a Huitzilopochtli cuyo nombre reemplazó a Tlapallancoco. Estos grupos étnicos salieron despues de las riberas del Humaya acompañadas de otras 8 tribus, 6 de las cuales se dispersaron en la Sierra. Al proseguir algunos grupos viraron hacia la derecha y posteriormente al sur otra vez para llegar en el año de 863 al va-


lle de Anáhuac, donde se encuentra el lago de Texcoco. Asi fue como exactamente 212 años despues de haber salido de Colhuacan fundaron la Gran Tenochtitlán, lo que hoy es la ciudad más grande del mundo.

Nuño Beltrán pidió a sus compañeros de armas y aliados repoblar el asentamiento indigena de Colhuacan y bautiza esta región en el nombre de Dios y del Rey de España con el nombre de Villa de San Miguel de Colhuacan.

Desde esa fecha hasta 1500 la gran Tenochtitlán se desarrolla enormemente y en 1521 llegan los conquistadores. En 1529 sale el general Nuño Beltrán de Guzmán de Tenochtitlán junto con 300 soldados y más de 8000 indios auxiliares hacia lo que hoy es Michoacán donde inauguró su matanza de indios, dando muerte incluso al monarca de ese lugar. Continúa al norte, conquistando los pueblos hasta llegar a la confluencia de los ríos Humaya y Tamazula donde se estableció por 3 meses. De esa forma, el 29 de septiembre de 1531 es la fecha reconocida oficialmente en la que

En mi libro de Historia de Culiacán se hace una cronología de los acontecimientos más importantes que han ocurrido desde la época prehispánica. Por ejemplo cabe destacar que poco despues de mi investigación sobre el origen del apellido Botello encontré en el libro una lista de los vecinos que vivían en la Villa de San Miguel en el año de 1542, los registros se encuentran documentados en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, España, fundado por el Rey Felipe II en 1563. En esa lista se nombra a Hernando Botello, un posible pariente ultra-mega-lejano mio. 81


MAR DEL GOLFO DE CALIFORNIA Ubicado al noroeste del país, este escenario natural, de increíbles aguas azul intenso (también conocido como el Mar de Cortés), se puede explorar desde diferentes puntos de Sonora, Sinaloa y las Baja Californias.

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a región del Mar de Cortés (al noroeste de la República Méxicana), integrada por las aguas que bañan las playas de los estados de Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, es considerada por muchos, como uno de los escenarios naturales más maravillosos del mundo. Si el visitante pudiera realizar un recorrido por la región y admirar la diversidad de ecosistemas terrestres y marinos que ofrece, este podría comenzar en Sinaloa, en el puerto pesquero de Atalta ubicado a tan solo 63 km de Culiacán, en donde a parte de probar el chilorio, platillo típico de la región, a no poca distancia de allí, el visitante se puede encontrar con El Dorado, lugar dotado de magníficas playas como: Arenitas, Ponce y Casino del Mar; de las que parten múltiples embarcaciones abarrotadas de aficionados a la pesca deportiva del pez vela y del marlín. En ese mismo estado, al suroeste de Los Mochis, el visitante puede tomarse un descanso en las playas cercanas a Topolabampo: Punta Copas, Las Hamacas y la popular Maviri, desde donde parten los botes que, navegando por las aguas del Mar de Cortés, se detienen ante el Farallón de San Ignacio, una espectacular formación rocosa que con el tiempo se ha convertido en santuario de aves y diversas especies de fauna marina.

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Ya en el estado de Sonora, a solo 20 km de Guaymas, se encuentra San Carlos, un lugar especial donde las playas cristalinas, el azul profundo del cielo y la tierra firme, casi desértica y coronada por montañas, se conjugan para ofrecer al visitante, una de las más inolvidables visiones de la creación de la naturaleza. Aquí, en San Carlos se realiza un torneo veraniego de pesca y se puede también practicar el buceo en las aguas de Punta Doble y Punta San Antonio. Al norte de ese estado se encuentra Puerto Peñasco, un lugar que ofrece al visitante, la espectacular visión de la Reserva del Pinacate, un maravilloso ecosistema compuesto por numerosos cráteres y extrañas formaciones terrestres; no muy lejos de allí, en la isla San Jorge todavía se dejan ver lobos marinos y en ocasiones hasta juguetones delfines. Por su parte, en Baja California, la ribera occidental del Mar de Cortés ofrece al visitante un suave oleaje en Playa Rosarito, ubicada a 26 km de Tijuana y, las magníficas playas de Ensenada: Tres Hermanos, El Estero, San Carlos y la bahía Todos los Santos, donde también se practica el buceo, aunque aquí se realiza a grandes profundidades. No lejos de ahí, desde Santo Tomás y El Ciprés, durante el invierno, el visitante puede contemplar hacia el horizonte, el fascinante paso migratorio de las ballenas hacia el sur. Ya en Baja California Sur, las aguas azules de Loreto reciben al visitante para también dejarlo conocer la Misión jesuita del sigloXVII; mientras que la capital de este estado, La Paz, fundada en 1535 por el propio Hernán Cortés, ofrece a tan sólo 18 km de distancia, las playas de Pichique, donde en sus cerca83

nías, pueden tomarse los botes que conducen a las islas de Espíritu Santo y Partida; a ellas acuden los amantes del buceo para contemplar la vida de los grandes amos del mar como es el tiburón martillo. Pero sin duda, el destino favorito de cientos de turistas que visitan la región del Mar de Cortés, es Los Cabos, un espectacular corredor náutico que une a San José del Cabo con Cabo San Lucas. Es este lugar, donde se dan cita los visitantes que buscan tener un placentero descanso o bien, aquellos que buscan tener la oportunidad de practicar el veleo, el windsurf, y sentir la emoción del buceo, y que decir de aquellos que acuden por el simple gusto de admirar la magnífica vista que la naturaleza nos ofrece en el Arco, la singular formación rocosa que distingue a Los Cabos; desde donde el Mar de Cortés se despide de sus visitantes, quienes con seguridad, regresarán a esta región donde la realidad rebasa la imaginación.


TEATRO ÁNGELA PERALTA: UN ESPACIO EN EL PUERTO DE MAZATLÁN Te presentamos la historia del rescate de este recinto, inaugurado en 1874 (con el nombre de Teatro Rubio), en donde, debido a una enfermedad, el “Ruiseñor Mexicano” nunca llegó a cantar.

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econstruido dos veces e inaugurado tres, el Teatro Ángela Peralta de Mazatlán es hoy en día una magnífica sala que, además de su bella arquitectura, cuenta con los adelantos más modernos para presentar espectáculos. La primera piedra se puso en 1869, la última en 1992, y en octubre de ese año se inauguró el nuevo Teatro Ángela Peralta con una producción de la ópera Carmen de Bizet. La cantó la compañía de Bellas Artes con artistas invitados salvo el coro infantil, que era local, y el director de orquesta, que fue el maestro mazatleco Enrique Patrón de Rueda. Ésta fue la segunda reconstrucción y la tercera inauguración del inmueble porque así es el trópico, se enseña con los teatros que pretenden robarle con sus espectáculos cámara a los celajes, ciclones y selvas de su propia y espectacular naturaleza. Inaugurado por primera vez en 1874 como Teatro Rubio (nombre dado en ho84

nor a don Manuel Rubio, su constructor original), esta edificación era entonces una modesta sala popular que pronto cambió de manos y, modificada radicalmente entre 1878 y 1880, se reinauguró como la sala "más cómoda y elegante del puerto, con sus 15 juegos de decorados pintados expresamente en París". ¿Cómo serían esos decorados? Entre ellos tenía que haber telones representando un florido jardincito y un calabozo, ambos para el Fausto de Gounod. No podía faltar un gran parque romántico y una perspectiva de aristocráticos salones que igual servirían para la Traviata que para Lucía de Lammermoor. Así eran los decorados teatrales antes del cine, pero los 15 pintados en París para este teatro mazatleco nos los tenemos que imaginar puesto que ya no son más que una curiosa estadística de su historia. Debía oler a nuevo todavía en 1883, cuando llegó un barco de San Francisco con la compañía de Ángela


Peralta a bordo. El "Ruiseñor Mexicano", como le decían sus adoradores, había programado la "Lucía" como estreno en Mazatlán, pero la diva, que ya venía enferma, murió sin haber cantado una sola nota en el teatro que ahora lleva su nombre. A pesar de este suceso tan poco grato, el Teatro Rubio prosperó lo suficiente como para mantenerse en buen nivel artístico hasta los años de la Revolución. Sin embargo, los cómicos de la lengua no olvidaban el antecedente de la Peralta y entre las compañías itinerantes, nunca sobradas de fondos, se conocía a Mazatlán como "el cementerio" porque ahí morían las desahuciadas, y ahí era donde los empresarlos huían con la taquilla de la última noche dejando a los artistas varados y empeñados en sus casas de asistencia. A principios de este siglo, el maestro Martínez Cabrera (tío del célebre constitucionalista don Antonio Martínez Cáez) llegó 85

a Mazatlán a establecer una academia de música. Talento local sobraba y con él, el maestro logró formar pianistas, violinistas, cantantes y coros, llenando de entusiasmo a varias generaciones de mazatlecos. En 1914, Martínez Cabrera presentó en el Teatro Rubio la Cavallería Rusticana de Leoncavallo con un elenco totalmente local. El papel de Turiddu lo cantó un joven tenor de apellido Maxemin; el de Lola, la mezzosoprano María Hass Canalizo, y Santuzza lo hizo Elvira Rivas, abuela paterna precisamente del maestro Enrique Patrón de Rueda. Con la Revolución -o más bien con la guerra civil que provocó Victoriano Huerta después de la revolución de Madero- vino la desacralización artística del teatro y comenzó su época de milusos. Al principio de esta era, mítines políticos y de guerrilleros -en fotos tomadas desde el segundo balcón aquello parecía almacén de sombreros- alternaban con bailes "de mascaritas" en carnaval.


Luego vino la época boxística. El ring se levantaba en el centro del lunetario. En esa época, el rey era el boxeador Joe Conde, ídolo mazatleco con algunos campeonatos nacionales en su haber. Los sinaloenses que eran niños en los años treinta aún recuerdan sonrientes las periódicas visitas de Fu Manchú. Este prestidigitador, que hablaba español con fuerte acento inglés y se hacía pasar por chino, traía siempre, aparte de sus memorables trucos y chistes, un deslumbrante fin de fiesta en el que transformaba a sus bailarinas en mariposas King size todas. En los años de la Segunda Guerra Mundial, el Teatro Rubio se convirtió en el Cine Ángela Peralta, y en la oscuridad de las funciones se inició su deterioro definitivo. 86

Clausurado como cine en 1964, durante un par de años se siguió usando como taller para las carrozas de la Reina del Carnaval y sus carros alegóricos, y en el carnaval de 1969 se abrió por última vez para ofrecer una función de lo que en tiempos más inocentes se llamó bataclán y después burlesque. Ya desde entonces bullían la idea de reconstruir el teatro y artistas como Carmen Montejo, Amparo Montes y Nati Mistral lo visitaron y, sin excepción, ofrecieron regalar un recital a beneficlo de la reconstrucción. En una ocasión, cuando aún servía de taller y los carpinteros daban sus martillazos, Ernestina Garfias, que había cantado la víspera en los Juegos Florales, probó su acústica lanzando dos o tres agudos tan brillantes que los obreros se en-


garrotaron y en el silencio sólo se escuchó el revoloteo despavorido de los murciélagos. Seguía resonando el espacio como casa de ópera.

tario y las estructuras del techo parecían más un avión que se había estrellado en la jungla que las ruinas de un teatro. Así era el teatro, una ruina en la selva, cuando se inició su rescate en 1986. El presidente municipal de Mazatlán, José Ángel Pescador y su esposa lograron interesar al recién estrenado gobernador Francisco Labastida Ochoa y a su esposa la doctora María Teresa Uriarte, directora de Difusión Cultural del Estado, y a partir de ese momento el proyecto dejó de ser un sueño guajiro de los porteños para convertirse poco a poco en la realidad actual.

En 1975, el ciclón Olivia, el más violento que ha padecido Mazatlán, le dio el tiro de gracia al edificio. Levantó el techo, que era de madera, y lo estrelló con tal furia contra el interior mismo del teatro que rompió su balconería de hierro vaciado y dejó hecho pedazos el maderamen del foro. Diez años duró a la intemperie, lo suficiente para que la selva de ficus en que está fincado Mazatlán reconquistara esa parcela. Un gigantesco amate se adueño del foro y creció tanto y tan aprisa que los muros y balcones del teatro parecían de una casa de muñecas. Otro ficus con ilusiones de jardín colgante salió del tercer balcón. En fin, en poco tiempo la vegetación cubrió el lune-

El primer festival cultural que se verificó en este teatro, se llevó a cabo a cielo abierto al pie del gran ficus. Ahí se construyó un tablado rústico para acomodar un pia87


no, un pianista y a la soprano Gilda Cruz Romo. Mientras ella nos cantaba un recital de canciones románticas mexicanas –Ileder tropical- una luna llena salió de atrás del derruido muro y se fue trepando como paloma de plata por las ramas del gran ficus hasta que, al terminar el recital, salió al cielo limpio y estrellado para llenar con su resplandor hasta el último rincón del teatro. En aquella ocasión Gilda cantó bien, la luna sobreactuó. Cuatro festivales más se hicieron así a la intemperie, otros dos bajo techo y sólo el último del régimen de Fransisco Labastida se llevó a cabo con el cielo raso carmesí, y ¡bendita modernidad! aire acondicionado. El resultado final acabó por trascender con mucho el proyecto original. Éste se limitaba a rescatar el puro edificio por ser el principal monumento arquitectónico de Mazatlán, una magnífica reliquia decimonónica de fachada neo88

clásica e interior barroco, pero bajo la dirección del arquitecto Juan León Loya, se logró no sólo restaurar fielmente la fábrica original sino también construir dentro de ese cascarón un teatro moderno con todas las ventajas de acústica, isóptica, iluminación y control electrónico de la tecnología teatral. Para ello se le tuvo que dar mayor inclinación al piso de la luneta, se bajo el nivel del foro y se abrió un foso para una orquesta de 80 músicos. Y fue así como se terminó la segunda reconstrucción, 123 años y 15 millones de nuevos pesos después de que don Manuel Rubio pusiera la primera piedra de ese teatro que los mazatlecos por fin, pudieron inaugurar por tercera vez en octubre de 1992.


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RECETAS ESTILO SINALOENSE PREPARA UN EXQUISITO AGUACHILE DE CAMARÓN EN CASA :v

Ingredientes -Camarones crudos y frescos (puedes comprar los que vienen en bolsita, ya pelados y sin cola ni cabeza). -1 pepino -1 aguacate maduro -3 chiles serranos -1 cebolla morada -1/2 kilo de limones -Sal y pimienta -Tostaditas de maíz (para servir)

Preparación

Quita las semillas a los chiles y muélelos en un molcajete con el jugo de limón. Sazona con sal y pimienta. Pela el pepino, quítale las semillas y córtalo en rebanadas delgadas. Cubre el fondo de un refractario. Corta la cebolla morada en rodajas y cubre los pepinos. Pela los camarones, quítales la tripita negra, cola y cabeza y córtalos en mariposa (por en medio). Ponlos sobre la cama de pepino y cebolla. Baña con la salsa, espera 10 minutos a que se cuezan un poco y sirve inmediatamente con tostaditas y aguacate. ¡Qué delicia! 90


¿A quién no se le hace agua la boca con sólo pensar en este platillo? Originario de las costas de Sinaloa, se prepara con unos cuantos ingredientes (camarón, pepino y limón) y unos pasos muy sencillos (cortar y marinar). El secreto yace en la frescura: consigue los camarones más frescos que puedas y ¡el sabor será exquisito!

¡Qué delicia! 91


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MESETA DE CACAXTLA: NATURALEZA Y CULTURA EN UN SOLO DESTINO En Sinaloa también hay un lugar llamado así. Aquí encontrarás más de 300 especies de plantas y más de 500 de 500 de aves, mamíferos, anfibios y reptiles.

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a primavera trae días cálidos y sorprendentes amaneceres con neblina que cubre extensas porciones costeras al norte de Mazatlán, y a las 8 de la mañana, ya había desaparecido. En cuestión de minutos, el calor se tornó insoportable, de poco servía la sombra de la selva baja que, en esta época de sequía pierde casi todo su follaje. Caminamos por una angosta vereda rodeada por arbustos de acacia, capomo, vara blanca, guapilla y cardones; iniciamos en el kilómetro 30 de la autopista Mazatlán-Culiacán; pasamos por la comunidad de Guillermo Prieto, donde admiramos varias aves como bolseros de intenso color naranja y más adelante, en árboles de tepehuaje, media docena de charas azules saltando en las ramas más altas. A menos de 2 kilómetros, nos internamos en el cauce seco del arroyo La Chicayota; el contraste fue notable, la vegetación que nos rodeaba era 94

de árboles altos y frondosos: higueras, capomos, papelillos, bebelamas y otros más, porque la presencia de agua favorece que alcancen más de 30 metros de altura. Durante largos trechos nos acompañaron escandalosos grupos de urracas cara negra, las aves más grandes de la región, son inconfundibles cuando vuelan. Durante el recorrido también vimos a la extraña chalangantina y parejas de pericos de frente naranja; por trechos escuchamos el golpeteo incesante de los pájaros carpinteros. La ruta que seguimos está formada por enormes rocas, son parte del cauce del arroyo; conforme avanzábamos, nos topamos algunas charcas y pozas, en las más profundas hallamos charales y ranas. Alrededor del agua, la vida florece esplendorosa y torna fresco al ambiente. La orilla lodosa resguarda pequeñas tortugas llamadas galápagos, en el mismo suelo húmedo se nota


son hogar de cientos de pájaros bobos patas azules, cormoranes y pelícanos. Otra opción es nadar y esnorquelear cerca del pueblo, disfrutar de la pesca deportiva o simplemente sumergirse en las cálidas aguas cálidas que bañan playas doradas de arena fina. En El Pozole paseamos por senderos que llegan hasta un estero habitado por cocodrilos y aves como chorlitos y picolargos, así como patos, garzas y fragatas. Para aprender más sobre la fauna, el Centro de Interpretación Ambiental y Ecoturismo Rural (CIAER), cuenta con espacios para incubación de huevos de tortugas marinas. Al final del día disfrutamos platillos de pescado y camarón en el restaurante local.

la impresión de huellas de felinos; según nuestro guía el “Flaco” Marco González, pueden ser de jaguar y por ello se ha implementado un programa de monitoreo con foto-trampas, para corroborar la presencia de este mítico animal. En otros puntos observamos rastros de mapaches, jabalíes, venados cola blanca y armadillos. COSTA PROTEGIDA Y ECOTURISMO

Por la tarde, aprovechamos para recorrer la costa, salpicada de amplias bahías, playas arenosas y acantilados. Aquí uno de los mayores poblados es Barra de Piaxtla, con un faro que desde el siglo pasado orienta a las embarcaciones. Antaño era el puerto de salida de productos mineros, pues desde el siglo XVI, la actividad minera de oro y plata en el municipio de San Ignacio, era importante e incluso una leyenda habla sobre la existencia de un gran tesoro enterrado por piratas. No obstante, ahora sólo existe matorral xerófilo, con cactus de pocos centímetros con flores coloridas y enormes cardones de varios metros. En otros puntos dominan el mangle de los esteros, y hacia tierra firme está la selva baja y los arroyos con selva mediana subcaducifolia. Para conocer mejor el área, visitamos la zona costera de San Ignacio, donde tres poblados llevan a cabo actividades productivas y formaron la Red Ecoturística de la Meseta de Cacaxtla: Barras de Piaxtla, La Chicayota y El Pozole. Escogimos el primero para realizar un paseo en lancha por la costa, llegamos hasta la oquedad de la Ventana o el Arco, para admirar enormes acantilados bañados por el oleaje; estas oscuras paredes verticales 95

LAS LABRADAS, PETROGLIFOS Y SIMBOLISMO

Lo mejor y más conocido del área lo dejamos para el día siguiente. A media mañana llegamos a La Chicayota, que cuenta con un agradable restaurante típico, donde señoras del pueblo preparan exquisiteces a base de pescados y mariscos frescos. Junto está el jardín botánico y una tienda de recuerdos hechos


por los lugareños. De aquí partimos para recorrer un sitio único y espectacular: la playa Las Labradas, donde se pueden admirar extraños petroglifos, y para saber más antes pasamos al Museo de Sitio ubicado cerca de la playa. A primera vista, la playa sólo luce rocas oscuras, pero son Las Labradas, nombre derivado del labrado en las piedras: arte rupestre en la orilla del mar, que conserva el mensaje o enigma dejado en las rocas volcánicas. En 400 metros de la playa existen cerca de 600 rocas con figuras abstractas, humanas, plantas y animales, con diseños de 10 cm hasta 1.5 metros. Son expresiones artísticas talladas en piedras sólidas, la mayoría en buen estado y bañadas por el mar durante más de 1,000 años. Según algunos investigadores, representan expresiones artísticas de pequeñas comunidades de la cultura Aztatlán, que tuvo influencia tolteca. Ellos realizaban largos viajes de cacería junto a un líder

religioso, que era guardián de la tradición, el artista y quien mantenía el equilibrio social. Éste tallaba en la roca lo que veía en sus visiones. Dichos toltecas con el tiempo se mezclaron con otros pueblos y hasta la llegada de los españoles, aún existía una confederación indígena de xiximes, tepehuanes y tarahumaras cerca de Barras de Piaxtla. Así dejamos este cálido paraíso de piedras labradas, matorrales espinosos y selvas bajas que medio año muestran tonos opacos y ramas desnudas, pero siempre el verano y las lluvias transforman todo en un vergel coloreado del verde más intenso. Con las cámaras-trampa se monitorea a las especies prioritarias de conservación, como el jaguar, y se identifican pumas, tigrillos, venados, jabalíes, coatíes y otros más MESETA DE CACAXTLA

Es la mayor área natural protegida del estado de Sinaloa, y recibe su nombre por la serranía visible desde la carretera y la costa, que tiene forma semi cuadrada y se eleva casi 400 de metros sobre las planicies costeras. Ubicada en los municipios de San Ignacio y Mazatlán, cuenta con variados ecosistemas donde se han registrado cerca de 300 especies de plantas vasculares y más de 500 especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Es un extenso corredor biológico dominado por selvas bajas caducifolias ubicado a menos de 50 km de Mazatlán.

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