Suplemento Cultural

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suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

Guatemala, 18 de septiembre de 2020

Antonio JosĂŠ de Irisarri


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presentación

uatemala ha sido un país fecundo en escritores. Si desde La Hora insistimos en recordarlos es por la convicción de su valor en cuanto creadores de universos simbólicos. Su registro, además de hacer patente la realidad sociocultural, las creencias, las conductas y los miedos, proyecta nuestras esperanzas hacia un futuro regularmente utópico. En esa dirección, en busca del reconocimiento de nuestros intelectuales, Jorge Antonio Ortega Gaytán hace un balance de la obra de Antonio José de Irisarri. El columnista subraya, amén del estilo particular de sus textos, la prolijidad de su obra y la crítica de las costumbres y el ejercicio particular del poder. Sobre ello, Ortega Gaytán afirma que “su largo periplo, le permitió desarrollar las destrezas de un escritor satírico y mordaz, poniendo a disposición su pluma a las causas justas y legales, desmintiendo y develando las voces viperinas de su época que vociferaban en su contra o la independencia del Nuevo Mundo”. Con la finalidad de variar los contenidos de la edición, le recomendamos las contribuciones de Dennis Escobar Galicia, Hugo Amador Us y Jairo Alarcón Rodas. Como podrá constatar, hay en los espacios, crítica literaria, reflexión filosófica y propuesta literaria. Ya verá que vale la pena darles su oportunidad. El tiempo se nos va de las manos, vamos presurosos a la mitad del mes, mucho ánimo y fortaleza con los vaivenes circunstanciales de nuestros particulares días. Que la literatura y la reflexión crítica sirvan de estímulo para alcanzar la vida feliz. Auguro que en verdad la belleza nos salve. Hasta la próxima.

es una publicación de:

¡La Pluma de la Libertad, Sarcasmo e ironía! Antonio José de Irisarri Jorge Antonio Ortega Gaytán

Escritor y catedrático universitario

“Jamás te esgrimiste para ser vencida. ¡Oh pluma querida! Las gracias te doy” Antonio José de Irisarri.

A

ntonio José de Irisarri (1786 - 1868) esgrimió su espada y sobre todo su pluma contra todos aquellos que se oponían a la conquista de la libertad e igualdad en el continente americano. Su ingenio le permitió ser un hombre multifacético que abordo roles en el ámbito diplomático, militar, literario, editor y fundador de diarios a lo largo y ancho de América. La lectura de la producción literaria de compatriota que tuvo la oportunidad de vivir y ser protagonista del sinuoso camino hacia la libertad de América, aproxima al lector a una de las mejores experiencias del paso de ser súbdito de la corona española a ciudadano activo en la construcción de la soberanía, la independencia y la libertad para construir un proyecto de nación que lleve a sus integrantes al buen vivir luego de haber sido sujetos a criterios de dominación y religiosos radicales así como de intereses de otras potencias por la posición geopolítica de América Central. Cardoza y Aragón en su obra de Guatemala, Las líneas de su mano, lo describe así: “No sé de ningún guatemalteco más guatemalteco y continental, más brillante y extraordinario, que don Antonio José de Irisarri. Su vida es la de un coloso…” Su largo periplo le permitió desarrollar las destrezas de un escritor satírico y mordaz, poniendo a disposición su pluma a las causas justas y legales, desmintiendo y develando las voces viperinas de


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su época que vociferaban en su contra o la independencia del Nuevo Mundo. Reitero que Irisarri es un testimonio tangible de la América colonial y sus luchas por la libertad americana, la vida le dio la oportunidad de estar en los lugares y con los que lideraron la emancipación del continente. Su particular visión de los eventos del pasado son fuentes primarias de lo acaecido y derrotero de los estudiosos del pasado en común de los americanos en la agonía del poder español y las ansias de libertad de América. Inmerso en esa dicotomía su intelecto desarrolló un especial estilo de diseñar el ambiente que lo rodeaba en las diferentes latitudes de América y que complemento con su recorrido por el Viejo Continente. Una pluma satírica lo acompaño a lo largo de su vida, el sarcasmo esta entre líneas en su producción literaria, pero en especial en sus Escritos Polémicos y Satíricos los cuales están diseminados en el vasto territorio americano en diversos periódicos que él fundó o que se incorporó para que su pensamiento y su particular forma de visualizar la América libre tomara fuerza en la mente y corazón de los americanos, lo cual al final, las luchas fratricidas desilusionaron al prócer de la independencia americana. Es necesario enfatizar que su estilo rompió con las normativas de su época, un limbo de formas, de luchas y de enfrentamientos innecesarios entre conservadores y liberales, todo ello es un motivador de esa pluma punzante y virulenta contra los opositores de la construcción de nuevas organizaciones políticas para liderar a los nacientes Estados y sus adversarios ideológicos. Por ser integral la visión de Antonio José de Irisarri, así como su obra en general es necesario hacer una aproximación al escritor, militar, político y diplomático desde sus publicaciones: El Cristiano Errante, Historia del perínclito Epaminondas del Cauca, Historia crítica del asesinato cometido en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho, Cuestiones Filológicas y sus escritos polémicos y satíricos dispersos en este hemisferio. En todos ellos, se encuentra una pluma combativa, sin miedo, debido a su capacidad intelectual y habilidad de desmentir a sus adversarios utilizando un sarcasmo elegante y directo gracias a su conocimiento del idioma y su correcto uso. Irisarri en el transcurso de su vida fundo aproximadamente quince periódicos ejemplo de ellos: “El Semanario Republicano”, “El Duende de Santiago”, “El Censor Americano”, “El Guatemalteco”, “La Verdad Desnuda”, “La Balanza”, “El Correo de Guayaquil”, “La Concordia”, “Orden y Libertad”, “El Revisor de la Política” y otros en los que desarrollo y perfeccionó su estilo sarcástico en los países donde cultivó sus polémicas, lo cual lo consagró como el polemista más importante de su tiempo debido a su brillante manejo de la complejidad de la dicotomía ideología que lo llevaron por un sinfín de latitudes en el continente americano y europeo. Un ejemplo de su estilo: “Desengañémonos: no es el libro de la

Constitución de la República el que pide reforma. Es nuestra moral la que lo exige. Reformemos nuestra vida, nuestras ideas poco exactas sobre materias políticas, nuestras pasiones exaltadas; que el instinto sólo del verdadero bien particular, nos hará contribuir al general, sin la necesidad de andar escribiendo adivinanzas en jerigonza, que nadie entiende” (Belemíticas II, San Salvador 1829.) Se sumergió en la confrontación ideológica entre liberales y conservadores, además de otros temas como la guerra liberada entre los americanos en busca de la libertad, la integridad de sus territorios y la defensa de los proyectos prístinos de Estados de América. La defensa de la nueva organización política del hemisferio era una de las mayores preocupaciones de Irisarri plasmada en la correspondencia diplomática que él generó desde su posición en los Estados Unidos de Norte América logrando la suscripción del “Tratado de Alianza y Confederación entre los Estados Hispanoamericanos” en la ciudad de Washington, D. C., el 9 de noviembre de 1856. La intención medular de este tratado era auxiliarse mutuamente, iniciativa de Antonio José de Irisarri la cual firmó como representante de la República

de Guatemala, este y otro sinfín de tratados generó Irisarri en su largo peregrinaje entre la colonia, la época convulsa hacia independencia de España y el camino a la libertad que necesitaba de ciudadanos y políticos con una visión integradora, amplia, clara y profunda de un futuro promisorio para todos los integrantes de las repúblicas nacientes del nuevo continente. La experiencia en los eventos y sus consecuencias es un factor determinante en la forma de diseñar sus planteamientos con ironía y sarcasmo provocando la retirada o el odio de sus adversarios; es por lo anterior que se debe leer a Don Antonio José de Irisarri aprender de sus publicaciones el arte de debatir con elegancia, fuerza, ironía y sarcasmo, además de ser un puente que nos lleva de una época de súbditos a ciudadanos con la elegancia de una conversación con uno de los guatemaltecos que el destino convirtió en un prócer de América a través de sus actuaciones y sobre todo, su pluma consagrada a luchar por la libertad. Menéndez y Pelayo definió a Irisarri como: “… el hombre de mayor entendimiento, de más vasta cultura, de la más energía política y de más fuego en la polémica que América ha producido”.


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La muerte y su desencanto Jairo Alarcón Rodas

Filósofo y profesor universitario

No obstante lo complejo y maravilloso de la vida, la muerte prevalece y, como su sombra, cabalga incesantemente, avasallando con su paso a todo ser viviente con su simple y fatal acecho. Ante tal amenaza, la vida no tiene más recurso que la espera. Pero resulta a veces incomprensible su triunfo sobre la vida.

D

entro de las múltiples manifestaciones que tiene la vida, su importancia cobra valor existencial en aquellos que son conscientes de esta. Sin embargo, para muchos seres humanos, vivir se convierte en un martirio, en ellos es preferible la muerte. La complejidad humana complejiza también el tema de la existencia y la muerte. A pesar de que el destino para todos será expirar, la pregunta existencial persiste, ¿por qué morir, por qué prevalece la nada? ¿Por qué si para que surgiera la vida y más tarde la conciencia, tuvo que conjuntarse una serie de hechos y fenómenos que dieron por resultado una sucesión de complejas conexiones, organizadas para un fin específico, su destrucción es inmediata e inevitable? Todo comienzo tiene su fin, esa es la lógica de la naturaleza, ya que tan solo la materia, y su devenir, son eternos. Así, aunque la duración de los seres vivos sea de apenas unos minutos, horas, días, meses o años, el destino fatal será siempre el mismo, su muerte. Comprensibles y convincentes

respuestas, pero que no acallan las inquietudes de aquellos que ven en la vida, la conciencia del universo. Es claro que el fin llegará para todos, que fenecer indudablemente ocurrirá, pero para los seres que poseen conciencia, los que llegan a valorar en toda su magnitud lo que representa la vida, la muerte no tiene razón existencial de ser si con esta terminan también los recuerdos, los sentimientos, las apetencias y las dudas. Profundizando un poco sobre la vida y la muerte, la respuesta a las inquietudes que surgen sobre el porqué de la muerte quizás se encuentre en la dialéctica de la naturaleza, en esa que desde Heráclito enseña con poderosas metáforas que: Inmortales, mortales; mortales, inmortales; viviendo la muerte de aquéllos y muriendo la vida de éstos. En la naturaleza, todo se encadena para que continúe la vida y en consecuencia, vivir no sería posible sin la muerte y esta a su vez no tiene sentido sin la vida. Biológicamente, la muerte es necesaria; todo ser vivo tiene un principio y un fin, no se puede vivir eternamente, la naturaleza corpórea y las circunstancias lo impiden, pero ¿qué decir del plano existencial? Existencialmente, la eternidad de la vida abruma, aunque la ausencia total desconcierta. Saber que con la vida se es y con la muerte nada, angustia. Por ello, a pesar de todo, la muerte impone su presencia, prevalece sobre la vida. Al final lo que duele es aceptar la aniquilación de la conciencia con la muerte, la disolución del ser en la nada. ¿Será por eso que la muerte desencanta?


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cuento

Un regalo incómodo

L

a Avenida Simeón Cañas luce muy concurrida esa mañana de domingo. Algunas personas van solas, otros en parejas, algunas otras en grupos; se ven muchas familias. Es el día que aprovechan para caminar o correr en esa avenida que la Municipalidad bloquea para el uso recreativo de los peatones. Ana es una de las que rara vez ha faltado un domingo para correr. Esta vez ha empezado su ejercicio del lado de un colegio abandonado del cual sólo se conserva un rótulo gastado por la lluvia y el sol. Mientras trota, empieza a observar a los perros cuyos amos han llevado a pasear. No es que le gusten al punto de tener uno como mascota. Su hermano menor tuvo uno, cuando eran niños, pero el recuerdo que más le quedó de ese tiempo fue cuando su madre les pedía recoger la caca que el perrito hacía casi en cualquier lugar de la casa. Menos mal que era un perro mediano, uno más de aspecto callejero con algún ancestro de labrador o acaso de golden retriever. A Ana siempre la pareció una injusticia eso de recoger caca de mascota ajena y ese recuerdo hacía que alejara la idea de, algún día, tener uno. Justo ahora, que va pasando frente al hospital ve, como un muchacho, sin ningún disimulo, espera que su perrito (¿un bulldog francés tal vez?) descargue tranquilamente sobre la grama. Ella, con gesto de desagrado voltea a ver para otro lado: ya reconoció a la habitual pareja de mediana edad que lleva, no sin cierto aire de presunción, a un collie de apariencia bobalicona. El perro se inquieta al ver venir en dirección a él a unos muchachos en bicicleta liderados por uno que hace piruetas (por ratos conduce a manos libres, o se pasa de un lado a otro de la bicicleta sin perder el equilibrio). Ciertamente no es que le gustaría tener un perro; en cambio, verlos era cosa distinta. Ana siente que su cuerpo empieza a entrar en calor, pero sabe que aún no es el momento de acelerar el paso. Ahora, una familia trae tras de sí a unos chihuahuas vestidos con unos chalequitos de lana (pobres, piensa, con este calor que hace). No es que tuviera algo contra esos perritos diminutos que hasta un gato los asustaría, pero Ana esperaba, digamos, más variedad. Además, les encontraba un cierto parecido a murciélagos solo que sin alas y apenas pensarlo le daba entre asco y miedo. Sin embargo, le causaba tanta gracia ver como caminaban lo más deprisa posible, casi bailando, con tal de ir al paso de su amo o ama. Estos eran los más comunes de ver en el paseo dominical. De pronto, Ana casi grita del espanto al ver a un niño en patines que casi pierde el control y por poco aplasta a uno de los chihuahuas. El incidente no pasó a más, aunque el niño no se fue libre de improperios del grupo que llevaba a los perros. Ella va llegando al extremo de la avenida. Justo antes de cruzar, ve un par de labradores llevados por una pareja joven; acaso recién casados. La mayoría de los labradores que se miraban en el paseo eran de color negro, aunque había unos cuantos de un café medio achocolatado que a Ana le gustaban. Le llamaban la atención por su fama de inteligentes. Esta vez sí siente que su cuerpo está más acelerado; observa su reloj: lleva treinta minutos. El sol ya se siente fuerte y la sombra de los árboles ofrecen apenas cierta frescura. Sorbe un poco de agua de su pachón. Ha finalizado la primera vuelta y no deja de llamarle la atención una señora con una muchacha que más que pasear parecen llevar a la fuerza

Hugo Amador Us

Escritor

a un perro, un cooker spaniel inglés, puede reconocer ella, ya envejecido. Piensa que, en caso tuviera que escoger, le hubiera gustado tener uno de esos. Otros que empezaron a abundar eran los dálmatas, al punto que a Ana le pareció casi como una plaga o una moda. No le parecían feos, pero si ya le parecían del montón. Igual de frecuentes empezaron ser también los frenchs, incluyendo los minis. Esos le provocaban a Ana un nerviosismo, solo superado quizá por el de los chihuahuas. Está en estas cavilaciones que no se da cuenta que ha llegado a la altura del vendedor de granizadas que ya está con una clientela agolpada, tratando cada uno de pedir primero. Poco después, un par de novios, ajenos a todo, se entregan a los besos, sentados en una de las bancas. Un par de señoras, acaso regresando de la misa recién finalizada, pasan cerca y se intercambian miradas de escándalo. Por poco pierde el ritmo al ver (¡vaya sorpresa!) a un gran danés, bien cuidado, llevado por su dueño quien se ve haciendo grandes esfuerzos para evitar que su cuerpo delgado sea arrastrado por ese can más emparentado a los equinos que a los perros. De todos los domingos que recordaba haber ido, quizá un par de veces había visto a este tipo de perro. Elegante, sobrio, seguro, inmutable. Pertenecía al grupo que ella consideraba lo más selecto del género canino: los huskies siberianos, los san bernardo, los golden retriever y los shar pei. Está apreciando al gran danés cuando éste por poco se pasa llevando a un par de chihuahuas (¡otra vez! piensa ella) entre las patas. Mientras se aleja le llegan ecos de una discusión que va subiendo de temperatura entre los dueños. Más adelante Ana ve venir a tres perros (un pitbull y dos rotweiller); es de los que ella llama del grupo de los diabólicos. Lo que más le escandalizaba a ella era que los dueños (eso sí, era rarísimo ver a una mujer con uno de esos) los paseaban, más que con libertad, con un descuido casi estúpido. Nunca, que recordara, había visto tan solo un pitbull con bozal. Después de éstos, le seguían, en su escala del terror, los bulldogs, los boxers, los bulterriers, los pastores alemanes y los dóbérmanes. A estos por nada del mundo los hubiera aceptado ni por que se los regalaran. Al recordar una de las últimas

noticias trágicas donde un pitbull había matado a una pequeña niña, que no pudo ser salvada a tiempo por su padre, Ana se aleja instintivamente unos metros prudenciales del trayecto que traen los temidos perros. Mira su reloj y se sorprende al ver que esta vez, como si nada, haya corrido hora y media. Entonces decide bajar la velocidad mientras se va acercando al punto donde había iniciado el ejercicio. Esta vez siente que ha sudado más; su corazón late con tanta fuerza que le parece oír el pum pum que sale por dentro. Esta vez da un largo trago al pachón de agua. Antes de irse a casa quiere hacer una última inspección de rutina sobre el género humano mientras mueve la cabeza al ritmo de la música que escucha en sus audífonos. A algunos metros de ella puede distinguir al señor de una panelviejita, de color ya indescifrable, atestada de bicicletas usadas de todos los tamaños y estilos que lleva para alquilar. Desde que ella empezó a frecuentar el lugar, hacía ya unos cinco años, el señor de las bicicletas ya llegaba por ahí. Siempre instalándose por el lado del hospital ubicado del lado derecho de la avenida en dirección norte a sur. Luego, reconocía a los paseantes consumados, esos que nunca veía faltar los domingos, al menos a la hora que ella acostumbraba a llegar, entre diez y once de la mañana. La mayoría llegaban solo por el motivo aparente de caminar, sin ninguna pretensión atlética, tal vez de matar de una manera gratis la mañana de domingo. Mientras recorre con sus ojos los alrededores, ve, de pronto, a un cooker spaniel gimiendo angustioso cerca de una banca de concreto. Alguien lo había dejado atado ahí y el perro trata inútilmente de zafarse. Ella recuerda entonces a la señora con la muchacha que lo llevaban minutos atrás casi a rastras, como cumpliendo una obligación desagradable. Unos metros más adelante, ella logra ver cómo, presurosas, casi atropellándose una a la otra, dos mujeres se suben por la puerta trasera de un carro verde. Mientras Ana toma en sus manos la cabeza del abandonado perro, levanta la mirada y sus ojos se cruzan con el de la muchacha que, desde el interior, le dirige todavía una sonrisa burlona justo antes que el auto tome rumbo al Periférico.


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CINE

LA LLORONA, PELÍCULA DE JAIRO BUSTAMANTE Dennis Orlando Escobar Galicia

Periodista

A principios de marzo estuve muy interesado en ir al cine y ver La Llorona, anunciada para estrenarse el día 12 en las salas de Guatemala. No sé si se estrenó. En mis planes tenía programada la fecha 13 de marzo, día que se anunció el primer caso de covid-19 en el país y, por tanto, de tomar medidas precautorias.

E

l autor, Jayro Bustamante, es un joven talentoso autor de Ixcanul (2015), la película más premiada en la historia de Guatemala y que es de lo mejor que he visto de marca centroamericana. Ahora, con La Llorona, nuevamente he quedado impresionado del talento de nuestro coterráneo, en virtud de que combina lo político con lo sobrenatural. También tiene otro filme: Temblores (2019) que trata sobre la homosexualidad y el fanatismo religioso. En esta trilogía trata problemas sociales de la realidad guatemalteca, haciendo hincapié en la discriminación y la violencia. Vi La Llorona gracias a un amigo que me proporcionó un DVD –creo que «pirateado»-. No obstante, con buen sonido y nítida imagen.

Tan sólo tuve un apuro: los diálogos en idioma maya no tenían traducción; afortunadamente no eran muy largos y se connotaba su contenido. De repente es parte de la edición para que el perceptor piense y se involucre en la historia. La Llorona es una recreación bastante libre -pero muy creativa- desde el punto de vista político de la leyenda americana del mismo nombre y que en Guatemala forma parte de su folclore. En este filme madres que perdieron a hijos durante la época más cruel del conflicto armado guatemalteco (1975-1985) exigen sin cesar el aparecimiento de sus descendientes o el lugar donde fueron enterrados y el castigo a los responsables. El General acusado de genocidio -encerrado en su viviendaescucha por las noches llorar a una madre –al igual que la Llorona buscadora de sus hijos-. La mujer y la hija del General (del que verdaderamente trata la película) –que no se parecen en lo más mínimo a las reales- creen que está sufriendo demencia por las presiones sociales y por no tener la conciencia tranquila. Desde el inicio la película presenta un ambiente letárgico que anuncia suspenso: varias mujeres de negro rezan un monótono rosario. (Esta escena mi hizo recordar el inicio de El Gatopardo, de Luchino Visconti). Además, me desconcertó la escena porque el General –al que se alude sutilmente- no profesaba el catolicismo. En la siguiente escena, al

final del rezo, sale el personaje –un tanto parecido al real- degustando whisky y cigarro –otro distractor. Es evidente, entonces, que el mensaje no es denotativo; reflejando con ello que aún persiste el temor a expresarse sin mordaza. Bueno… pero también no olvidemos que en el arte el mensaje debe ser ambiguo, autorreflexivo y, ante todo, estético. La película de Jairo, por tanto, debe interpretarse después de un concienzudo análisis semiótico, recurriendo a toda la simbología visual y auditiva. Una escena muy bien lograda, y que nos hace recordar al General, es la del juicio por genocidio. Está tan bien realizada que pensé que habían tomado acciones del verdadero caso jurídico. La jueza con su pelo rizado y grandes lentes supone a la recordada jueza Jazmín Barrios (La Colocha) y entre el público aparece la Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, actuando con mucha naturalidad. El sonido en la película está muy bien logrado y se ajusta perfectamente en la mayoría de escenas: agrada sobremanera el uso de los instrumentos autóctonos cuando sobrevivientes de HIJOS protestan frente a la residencia del General, así como el ruido que provocan las piedras al ser lanzadas sobre las ventanas y los tamborazos de La Batucada del Pueblo. La canción La Llorona (copla popular mexicana, originada en Oaxaca y que no tiene una versión única) es interpretada por

Gaby Moreno que le hizo arreglos. El General de la película, además de genocida es un abusador de mujeres, principalmente de indígenas. En una de las noches es descubierto por la esposa y la hija ingresando al cuarto de las trabajadoras domésticas. La esposa le pide a una de las empleadas que ya no use el uniforme porque le queda muy ceñido. Además, le dice a su hija: «A Enrique siempre le han gustado las mujeres, sobre todo las indias». La obra, en síntesis, es una narración con suspenso de las pesadillas que sufre el personaje principal en el marco de un juicio donde se le acusa de genocidio; así como también el tormento de que es víctima la esposa, la hija y la nieta por las demencias del General. La película concluye con la ceremonia de inhumación del General, los pésames a la familia y una escena en un urinario de la funeraria donde los ancianos militares que participaron en matanzas siguen intranquilos y sufriendo alucinaciones. Al final de los créditos –por cierto, bastante prolíficos- aparece el texto siguiente: «Los personajes, las situaciones y los diferentes lugares en esta película no están relacionados con ninguna realidad actual o pasada. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, sólo puede ser puramente fortuito y no puede relacionarse ni siquiera indirectamente con la realidad.»


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POESÍA

M

Mario Benedetti

ario Benedetti, (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009), escritor, poeta, dramaturgo y periodista;

Mucho más grave

acercó la poesía a la gente y algunos críticos literarios dijeron de él que era un “poeta menor”, formó parte de la Generación del 45 a la que también pertenecieron Idea Vilariño y

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo y eso en verdad no es nada extraordinario vos lo sabés tan objetivamente como yo

(dirás que ya era hora y con razón) que el amor es una bahía linda y generosa que se ilumina y se oscurece según venga la vida

sin embargo hay algo que quisiera aclararte cuando digo todas las parcelas

una bahía donde los barcos llegan y se van

no me refiero sólo a esto de ahora a esto de esperarte y aleluya encontrarte y carajo de perderte y volverte a encontrar y ojalá nada más

llegan los pájaros y augurios y se van con sirenas y nubarrones una bahía linda y generosa donde los barcos llegan y se van pero vos por favor no te vayas.

no me refiero sólo a que de pronto digas voy a llorar y yo con un discreto nudo en la garganta bueno llorá y que un lindo aguacero invisible nos ampare y quizá por eso salga enseguida el sol ni me refiero sólo a que día tras día aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación no la cosa es muchísimo más grave cuando digo todas las parcelas quiero decir que además de ese dulce cataclismo también estás reescribiendo mi infancia esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos las celebras y vos en cambio sabés que eso no sirve quiero decir que estás rearmando mi adolescencia ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos y vos sabés en cambio extraer de ese páramo mi germen de alegría y regarlo mirándolo quiero decir que estás sacudiendo mi juventud ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos esa sombra que nadie arrimó a su sombra y vos en cambio sabés estremecerla hasta que empiecen a caer las hojas secas y quede el armazón de mi verdad sin proezas quiero decir que estás abrazando mi madurez esta mezcla de estupor y experiencia este extraño confín de angustia y nieve esta bujía que ilumina la muerte este precipicio de la pobre vida como ves es más grave muchísimo más grave porque con estas o con otras palabras quiero decir que no sos tan sólo la querida muchacha que sos sino también las espléndidas o cautelosas mujeres que quise o quiero porque gracias a vos he descubierto

Última noción de Laura Usted martín santomé no sabe cómo querría tener yo ahora todo el tiempo del mundo para quererlo pero no voy a convocarlo junto a mí ya que aún en el caso de que no estuviera todavía muriéndome entonces moriría sólo de aproximarme a su tristeza usted martín santomé no sabe cuánto he luchado por seguir viviendo cómo he querido vivir para vivirlo pero debo ser floja incitadora de vida porque me estoy muriendo santomé usted claro no sabe ya que nunca lo he dicho ni siquiera esas noches en que usted me descubre con sus manos incrédulas y libres usted no sabe cómo yo valoro su sencillo coraje de quererme usted martín santomé no sabe y sé que no lo sabe porque he visto sus ojos despejando la incógnita del miedo no sabe que no es viejo que no podría serlo en todo caso allá usted con sus años yo estoy segura de quererlo así usted martín santomé no sabe qué bien qué lindo dice avellaneda de algún modo ha inventado mi nombre con su amor usted es la respuesta que yo esperaba

Juan Carlos Onetti. Para conmemorar el centenario de su nacimiento seleccionamos dos textos del libro Poemas de otros, que Benedetti escribió a partir de los personajes de su novela La tregua.

a una pregunta que nunca he formulado usted es mi hombre y yo la que abandono usted es mi hombre y yo la que flaqueo usted martín santomé no sabe al menos no lo sabe en esta espera qué triste es ver cerrarse la alegría sin previo aviso de un brutal portazo es raro pero siento que me voy alejando de usted y de mí que estábamos tan cerca de mí y de usted quizá porque vivir es eso es estar cerca y yo me estoy muriendo santomé no sabe usted qué oscura qué lejos qué callada usted martín martín cómo era los nombres se me caen yo misma estoy cayendo usted de todos modos no sabe ni imagina qué sola va a quedar mi muerte sin su vi da.

Selección de textos de Gustavo Sánchez Zepeda.


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ESTÉTICA

Los dos elementes de lo bello

L

Charles Baudelaire

o bello es siempre, inevitablemente, de una doble composición, aunque la impresión que cause sea única, porque la dificultad de discernir los elementos variables de lo bello en la unidad de la impresión no debilita en nada la necesidad de variedad en esa composición. Lo bello está hecho de

un elemento eterno, invariable, cuya cantidad es excesivamente difícil de determinar, y de un elemento relativo, circunstancial, que será, si se quiere, alternativa o simultáneamente, la época, la moda, la moral, la pasión. Sin este segundo elemento, que es como el envoltorio divertido, titilante, aperitivo, del divino pastel,

el primer elemento sería indigerible, inapreciable, inadaptado e impropio de la naturaleza humana. Yo desafío a que se me descubra un ejemplo cualquiera de belleza que no contenga estos dos elementos. (L’art romantique. III: Le peintre et la vie moderne).


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