8 de junio 2018 suplemento cultural

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suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

Guatemala, 8 de junio de 2018

El Quetzal Anotaciones histĂłricas


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presentación e la mano de nuestro colaborador, Luis Antonio Rodríguez Torselli, presentamos a usted un esbozo de la presencia del quetzal en el escudo patrio. El historiador, con pluma ágil y documentada, traza los momentos históricos que encarna el nacimiento del símbolo nacional para dejar registro de sus orígenes. El texto, más allá de su valor documental, puede ser portador de valores que generen ciudadanía. Y si con ello se propicia una renovada conducta cívica de provecho para el país, nuestro trabajo periodístico cobra sentido al estar en sintonía con los ideales de un Estado de bienestar para todos. Rodríguez Torselli expresa ese anhelo compartido al escribir: ¡Afiancemos nuestra nacionalidad conociendo nuestra Historia. De esa forma conoceremos y respetaremos cada día más nuestros emblemas patrios! Por lo demás, como dijimos en nuestra edición anterior, el Suplemento Cultural ofrece la segunda parte de la investigación de Jorge Carro sobre las redacciones de tres periódicos argentinos en las crónicas de Gómez Carrillo, Pedro Orgambide y Osvaldo Soriano. Asimismo, proponemos a usted, la creación literaria del cuentista (y músico) Maco Luna. Un trabajo al que hemos dado más espacio del habitual, según las necesidades del texto. Cerramos, como ya es costumbre, con la perspectiva de análisis artístico de Miguel Flores. En esta ocasión, al referirse a la obra fotográfica del salvadoreño Teyo Orellana, que juzga original y audaz, reprocha los estereotipos patriarcales de la crítica conservadora. Flores, abre horizontes y sugiere miradas que superen las opiniones convencionales. Le deseamos un feliz fin de semana. Hasta la próxima.

es una publicación de:

Anotaciones sobre la presencia del Quetzal en nuestro escudo y en nuestra historia Luis Antonio Rodríguez Torselli Licenciado en Historia

En el Escudo de la República de Guatemala está presente un ave de brillantes colores. ¿Cuál será la razón de que esté en ese lugar privilegiado? Esta pregunta es la que nos motivó a buscar esa respuesta.

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Introducción esde la época de colegio, se ha enseñado que el quetzal está presente en el escudo, puesto que simboliza la libertad y autonomía de la nación. Como docente universitario esa pregunta se me ha formulado por varios alumnos. Aun cuando se ha proporcionado una respuesta que llena las expectativas de los estudiantes, fue lo que básicamente me impulsó a efectuar esta pequeña investigación. La investigación fue netamente bibliográfica. Inicié con el artículo 35 emitido por el Presidente Liberal Miguel

García Granados (1871), que dio vida al Escudo de Armas de la República, que no sólo no despejó mis dudas sino que me dejó muy confuso. Eso me hizo profundizar un poco más en la bibliografía que he tenido a mi alcance y dentro de las lecturas efectuadas para investigar lo pertinente, pude tener acceso a un libro muy poco difundido, que me aclaró mucho la razón por lo que el quetzal puede simbolizar la libertad. Esa publicación estaba un poco refundida entre mi biblioteca, pero fue, posiblemente, la que mi hizo llegar a buen puerto. NUESTRO ESCUDO NACIONAL Nuestro Escudo Nacional tiene, como elemento relevante, un quetzal: ¿qué razones hay para que esta ave de brillantes colores esté presente ahí? El Decreto No. 35, emitido por el Presi­ dente provisional Miguel García Granados, dotó a la patria de un nuevo escudo, que es el actual. Textualmente, el Decreto estipula lo siguiente: Debiendo estar en armonía el Escudo de Armas de la República con los principios

políticos que ha proclamado la Nación; en uso de las facultades que me hallo investido. DECRETO: Artículo Único.- Las Armas de la Repú­ blica serán: un escudo con dos rifles y dos espadas de oro enlazadas con ramas de laurel, en campo celeste claro. El centro será cubier­ to con un pergamino, que contendrá la siguiente leyenda en letras de oro: Liber­tad, 15 de setiembre de 1821, figurando en la parte superior un Quetzal, como símbolo de la independencia y autonomía de la nación. Dado en Guatemala a diez y ocho de noviembre de mil ochocientos setenta y uno.1 El Decreto antes mencionado sólo señala el simbolismo del quetzal en nuestro escudo, sin proporcionar ninguna razón para ello; aunque es sabido que dicha ave contiene remembranzas mitológicas para nuestro pue­blo, pues Quetzalcoatl –que quiere decir “Serpiente-Emplumada” o “PájaroSerpiente” o “Serpiente Linda”– fue el personaje que enseñó a los antiguos mayas la agricultura, el calendario y otra serie de cosas. Esta circunstancia hizo que se le con­siderara un dios. Además, fue relacionado con el ave que nos ocupa. Para confirmar lo especial que dicha ave fue para los indígenas, y para ilustrar sobre los atributos que coinciden con la alegoría del quetzal en nuestro escudo, presentamos fragmentos de dos documentos en los cuales se hace alusión a él; uno del siglo XVI y otro del siglo XVIII. Coincidentemente, ambos documentos fueron redactados por frailes dominicos. El del siglo XVI está tomado de la Rela­ ción de la Provincia de la Verapaz hecha por los religiosos de Santo Domingo de Cobán, 7 de diciembre de 1574, por Fr. Francisco Prior de Viana- Fr. Lucas Gallego- Fr. Guillermo Cadena,2 y dice así: JESÚS MARÍA Relación de la provincia y tierra de la Verapaz y de las cosas contenidas en


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ella como son montes, fuentes, animales, aves y plantas y arboleda. Del número de los pue­blos y distancia de las iglesias y fundación de ellas y de lo que cada una tiene, y finalmente del número de gente, sus lenguas, su policía y cristiandad desde el año de 1544 hasta este de 1574. Capítulo Primero “(…) Hay asimismo en esta montaña y tierras muchas y diferentes aves, como son águilas, garzas, gaviotas, cuervos marinos, milanos, azores, alcotanes, mochuelos, muchos y diferentes papagayos en la tierra caliente que destruyen las sementeras y milpas. Hay algunos faisanes y pocas perdices. Hay tórtolas, palomas porcaces, vencejos, aviones, jilgueritos, algunas auras y cuervos. Hay muchos pájaros como picazas y otros tordos que hacen gran daño en las milpas. Hay un pájaro verde que es del tamaño de paloma, cuya pluma es estimada entre los indios (el resaltado es nuestro). Este se caza de dos maneras. La una con liga, la otra con azañuelo. Hace su nido en los más altos árboles a donde los pies atados trepando suben los indios y los pelan. Antiguamente en tiempo de su infidelidad tenía pena de muerte el que los mataba y ahora, caer, descalabrarse o morir muchas veces. Los montes a donde hay estos pájaros son propios de pueblos o de particulares que cazan en ellos. Antiguamente usaban mucho el cazar de estas plumas, ahora sólo los viejos se dan a ello aunque poco por estar apartados y lejos estos montes de los pueblos (…) (…) Todo lo sobredicho es cierto y verdadero. En testimonio de lo cual firmamos aquí nuestros nombres. Hecho en el convento de Santo Domingo de Cobán en 7 de diciembre, año de 1574. (f) Fr. Francisco Prior de Viana Fr. Lucas Galleg Fr. Guillermo Cadena El otro fragmento está tomado de la Historia Natural del Reino de Guatemala, compuesta por el Reverendo Padre Predicador General Fray Francisco Ximénez, de la Orden de Predicadores. Escrita en el pueblo de Sacapulas, en el año de 1722,3 y dice así: QUEÇAL “Esta ave es de las más hermosas que tiene aquesta América, y si se pudiera conser­var viva en jaula, fuera alhaja de un Rey. Es del tamaño de una paloma verde, y enquentros azules, y encarnados, tiene una como corona que le hermosea mucho. Y las plumas de su cola son como de vara y quarta de un verde esmeralda, que tira a azul, muy hermo­ sas. Son aquestas plumas de mucha estima, y las usan los indios en sus bailes, y en adornos de las andas de los santos. Críanse en monta­ñas muy altas y espesas, y donde abundan es en la Provincia de la Verapaz de que aquellos indios sacan muchos intereses. Los nidos los hacen con dos puertas, y por la una entran, y salen por la otra porque no se les maltrate la cola

NOTAS 1, 4 Citado por Manuel Rubio Sánchez. Grabadores de Guatemala. Banco de Guatemala, 1975. 2 Publicado en Anales de la Sociedad de Geogra­fía e Historia de Guatemala. Tomo XXVIII Marzo a Diciembre de 1955- Nos. del 1 al 4. 3 Publicación Especial No. 14. Sociedad de Geo­grafía e Historia; primera edición. Paleografía de Julio Roberto Herrera S., Guatemala: Edito­rial José de Pineda Ibarra, 1967. BIBLIOGRAFÍA Fr. Francisco Prior de Viana, Fr. Lucas Gallego, Fr. Guillermo Cadena. RELA­ CIÓN DE LA PROVINCIA DE LA VERAPAZ HECHA POR LOS RELIGIOSOS DE SANTO DOMINGO DE COBÁN… 7 de diciembre de 1574. Anales de la Sociedad de Geogra­fía e Historia de Guatemala. Tomo XXVIII. Marzo a Diciembre de 1955- Nos. del 1 al 4. Tipografía Nacional. Rubio Sánchez, Manuel. GRABADORES DE GUATEMALA. Banco de Guatemala, 1975. Ximénez, Fray Francisco. HISTORIA NATURAL DEL REINO DE GUATEMALA. Publicación especial Nº 14. Sociedad de Geografía e Historia, Editorial José de Pineda Ibarra, 1967.

que es su mayor adorno”. Como colofón, debemos señalar que el diseño que dio origen a la forma actual de nuestro escudo fue una decoración con ar­mas, ramas de laurel y un quetzal, que hizo Don Juan Bautista Frener, grabador de la Casa de Moneda en esa época, para un ban­quete de homenaje al General Justo Rufino Barrios a raíz del triunfo de la Revolución Liberal de 1871. Esta decoración agradó tan­to al General Barrios, que conversó con el Presidente Miguel García Granados para que se adoptara esa simbología como distintivo nacional de nuestra patria. Fue así como surgió la emisión del Decreto No. 35, que reseñamos al inicio de este artículo.4 CONCLUSIONES

De acuerdo con lo investigado, se concluye: a. El Decreto No. 35, emitido por el Presi­dente provisional Miguel García Granados, emitido el dieciocho de noviembre de mil ochocientos setenta y uno, no cita razón alguna para que el quetzal simbolice la libertad. b. La Rela­ción de la Provincia de la Verapaz hecha por los religiosos de Santo Domingo de Cobán, el 7 de diciembre de 1574, por

Fr. Francisco Prior de VianaFr. Lucas Gallego- Fr. Guillermo Cadena, hacen alusión que era un ave muy respetada por los indígenas pre-colombinos y que sus plumas eran muy apreciadas, por lo tanto el quetzal mismo tenía un simbolismo sumamente especial. c. El Predicador Fray Francisco Ximénez, a quien se le debe el descubrimiento y conocimiento

del Popol Wuj, si hace una referencia directa: “Esta ave es de las más hermosas que tiene aquesta América, y si se pudiera conser­ var viva en jaula, fuera alhaja de un Rey (resaltado nuestro). Como el P. Ximénez fue un investigador empírico y observador por excelencia, se le debe dar el crédito porqué que el quetzal no puede enjaularse y debe mantenerse en Libertad.


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Antigua vidriera del Diario La Nación en la calle Florida de Buenos Aires. (foto Cecilia Riera)

Las redacciones de tres periódicos argentinos en las crónicas de Enrique Gómez Carrillo, Pedro Orgambide y Osvaldo Soriano Jorge Carrol Director de la Red de Bibliotecas Landivarianas Presidente de la Asociación Enrique Gómez Carrillo

“La Nación” [“El encanto de Buenos Aires”, de Enrique Gómez Carrillo: Madrid, 1914, Perlado Paez y Cia. / Madrid, 1921. Editorial Mundo Latino]; “Crítica” [“El escriba”, de Pedro Orgambide: Santafé de Bogotá, 1996. Editorial Norma] y “La opinión” [“Artistas, locos y criminales”, de Osvaldo Soriano: Santafé de Bogotá, 1997. Editorial Norma]

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oca el turno a la Redacción de otro de los periódicos porteños emblemáticos, “La Opinión”, en la crónica-cuento de Osvaldo Soriano que aparece en su prólogo de “Artistas, locos y criminales”, que nos introduce directamente a ese mundo del que Soriano fue protagonista principal, como lo fueron en su

momento, Gómez Carrillo y Orgambide. “La Opinión fue, en su mejor época, un diario de lujo para una élite de profesionales e intelectuales liberales o de izquierda. Jacobo Timerman, su creador, tenía una teoría que reiteró en el canallesco interrogatorio al que lo sometió el general Ramón Camps: “Se necesita a los mejores periodistas de izquierda para hacer un buen diario de derecha”. La boutade tenía algo de cierta: el diario empezó criticando al gobierno de Alejandro Agustín Lanusse, pero cuando éste lanzó el ilusorio Gran Acuerdo Nacional lo apoyó a cambio de los avisos oficiales y con la secreta esperanza de cerrar el camino al peronismo.” “La historia de La Opinión queda por escribirse: no es la que Timerman cuenta en su libro, ni la que presenta su feroz carcelero. Tampoco ésta.” [… ] “Cuando Timerman fue encarcelado, varios de los redactores del diario habían sido asesinados y otros se habían exilado. La última Redacción no se parecía en nada a la primera y se me ocurre que

tampoco los lectores eran los mismos.” [… ] “Fui contratado para La Opinión mientras trabajaba en Panorama, un semanario de la editorial Abril, –en la que al autor de esta ponencia había fungido como su Director Creativo publicitario– [… ] “ser llamado a integrar el “equipo de Timerman” era motivo de orgullo profesional: por primera vez una Redacción reunía a los periodistas más célebres de Buenos Aires…”, afirmación no cierta, como hemos visto al conocer anteriormente las Redacciones de La Nación y Crítica. [… ] “Así que me fui a trabajar a La Opinión una semana antes de la aparición del primer número en mayo de 1971, y me quedé hasta mediados de 1974, cuando la atmósfera se había vuelto irrespirable por la caza de brujas. Hubo momentos en los que tuve que trabajar sin pausa y otros (sobre todo en 1972, mientras escribía Triste, solitario y final) en los que no redacté una sola línea en seis meses, lo que posiblemente sea un récord en la historia del


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periodismo argentino.” [… ] “Las oficinas, que al principio estaban en Reconquista entre Lavalle y Tucumán, ocupaban dos pisos lujosamente amueblados, delicadamente iluminados, el suelo protegido por una moquete que hubiera lucido más en la gerencia del Chase Manhattan Bank que en la sala de Redacción de un diario.” “El día previo a la aparición del número uno, la Redacción era un nudo de nervios. Timerman había abandonado su despacho del noveno piso para instalarse en la oficina que el subdirector ocupaba en el tercero. Esa tarde se produjo un breve incidente que ilustró la grandeza –o la soberbia– con que el “gran patrón” encaraba su proyecto editorial.” “Félix Samoilovich, especialista en ciencia y técnica, el único capaz de contar con gracias las vicisitudes de un cromosoma, era famoso por su escaso amor al trabajo. Esa carencia era compensada por una inteligencia, una calidad de escritura y una simpatía deslumbrantes. Félix ocupaba un escritorio vecino al mío.” “Mientras los otros se deslomaban esta tarde terrible, él había estirado sus largas piernas sobre la mesa y fumaba mirando el techo; meditaba, sin duda. De pronto, olvidó el enorme cenicero de vidrio que la empresa había puesto frente a su bigote y, al mejor estilo de los boliches de Berisso, de donde venía, arrojó el pucho prendido sobre la flamante moquete que cubría el piso. La colilla cayó a los pies del jefe de intendencia, que atinaba a pasar por allí estrenando traje y chaleco negros. El hombre, atónito, se paró en seco y dio un grito, la alfombra empezaba a echar humo. Félix no parecía muy preocupado por su ligereza, y el burócrata, inflamado de ira… [… ] Toda la Redacción empezó a bajar los brazos para escuchar el sermón del intendente. De pronto, Timerman abrió la puerta del despacho, se asomó con el Partagás entre los dedos y preguntó, molesto: / –¿Qué pasa? / –¡Que este irresponsable quemó la alfombra con el cigarrillo, señor! – bramó el intendente. / Timerman lo miró, olímpico, y soltó: / -Está bien, vaya y compre otra alfombra. “En la rutina de los años que siguieron el diario publicó muchas notas memorables de Tomás Eloy Martínez, Osiris Troiani, Aída Bortnik, Enrique Rabb, Juan Gelman, Alberto Szpunberg, Pasquini Durán, Carlos Ulanosvky, Roberto Cossa, Ricardo Halac, Enrique Alonso, Rodolfo Terragno, Kive Staiff, Rodolfo J. Walsh, Miguel Ángel García, Julio y Juan Carlos Algañaraz, Francisco Urondo, Eduardo Rafael, Ted Córdoba Claure, Edgardo D’Amommio, Horaco Verbitsky, Milton Roberts y tantos otros que pasaron por la Redacción.” “Se creó un estilo y se continuó una gran escuela de periodismo informativo y de opinión: Hermenegildo Sábat dibujó las mejores notas gráficas y no había político o artista que no buscara ser considerado por La Opinión.” [… ] Eran los tiempos de Cristianismo y Revolución, Los libros y más tarde Noticias […] Esta ebullición costó la vida, luego, a más de cien periodistas”. Se desprende de este prólogo de Soriano que la Redacción de “La Opinión” fue como las redacciones de “La Nación” y “Crítica”, rescatadas por Gómez Carrillo y Orgambide, el hogar de inspiración de algunos de los mejores escritores iberoamericanos. Nadie hoy puede ponerlo en duda. Cien años después de que Enrique Gómez

Carrillo escribiera sus crónicas porteñas, reunidas y publicadas posteriormente para que los lectores pudieran recurrir a ellas en un libro sin el temor de perder las páginas del periódico en que fueron publicadas. Esto demuestra que el guatemalteco fue el primer escritor iberoamericano en hacer de la crónica un género literario, ejerciendo a la vez el periodismo con la misma fuerza, intensidad y calidad de un Theodore Dreiser que introdujo en la literatura inglesa el universo del periodista a finales del siglo XIX y a principios del XX. En las crónicas de Gómez Carrillo, lo real y lo imaginario, la ficción y lo no ficticio, se abrazan en forma literaria. A pesar de que las condiciones para tal abrazo se darán en la segunda mitad del siglo XX con periodistas como Gabriel García Márquez o Tomás Eloy Martínez, después de haber encontrado fuente de inspiración precisamente periodística, en Mark Twain, Hart Crane, Ernest Hemingway, Horacio Quiroga o Roberto Arlt, aunque todos ellos, conocieran o no la obra de Anton Chejov, están en deuda con el narrador (cronista) ruso que en 1888 publicó en la revista “Severny Vestnik,” de San Petersburgo, el relato “La estepa”, inspirado en un viaje al sur del país, donde los idílicos paisajes de su infancia habían desaparecido por la industrialización, contra la que el autor se rebeló. Chejov introdujo uno de los elementos más característicos del enfoque narrativo: la supeditación del argumento a la atmósfera del relato. Así el punto de vista del autor omnisapiente se diluye en la mirada de un personaje, que no alcanza a comprender lo que sucede a su alrededor. Punto de vista que encontramos en las tres crónicas que son motivo de este estudio, sólo que en lugar de la infinita estepa rusa nos encontramos en la finita Redacción de un periódico porteño. Tampoco podemos olvidarnos de Henry James, uno de los exponentes más notables de la literatura escrita en inglés y de la teoría de la ficción, que publicó en sus últimos años una novela estrechamente vinculada con el tema motivo de nuestro estudio: “Los periódicos”. Escrita – dictada, advirtió Guillermo Lozano, el traductor de esta novela al español– hacia 1903, pone en escena a la prensa británica desde una perspectiva en que luce a toda sombra como lo que en verdad es, un ente voraz. Al igual que Gómez Carrillo, Orgambide y Soriano, los protagonistas de James, son periodistas que se construyen por oposiciones, no sólo en lo físico y las maneras, sino –y sobre todo– en la forma de relacionarse con la profesión: hecho que no resulta muy distinto –para ellos– a las maneras de ver, sentir y vivir la vida, que los autores estudiados muestran y demuestran en su forma de mostrar la Redacción de tres periódicos porteños. Evidentemente todo acto de escritura exige un proceso mental previo. Por consiguiente, el periodista no convencional –como Gómez Carrillo, Orgambide o Soriano– configura e interpreta la realidad, seleccionando sus elementos y su lenguaje en la forma que considera más adecuada. El trabajo del periodista y del novelista frente a la experiencia no son dispares, después de todo. A pesar de la irreprochable documentación y de la labor investigadora que respaldan estas narraciones no inventadas, el periodista se alza como cronista en ocasiones cruel y en otras sarcástico o sangrón.

La realidad de sus crónicas superan a la ficción, y su riqueza y dramatismo pueden ser destilados con los mecanismos simbólico-representativos a los que la novela nos ha acostumbrado. Es por ello que uno de los atractivos de la crónica periodística convertida en libros que pueden convertirse en éxitos editoriales como los de Gómez Carrillo, es su naturaleza fronteriza, fluctuante entre dos universos diferenciados: la imaginación y la realidad. Leer una crónica entraña una desorientación inicial acaso intelectualoide. Para empezar, el propio término (un oxímoron, como lo es “periodismo literario”) encierra una contradicción. Narrar un evento real como si se tratara de uno imaginado molesta a nuestros esquemas fundamentales acerca de lo que es una posible obra literaria: un mundo que se parece al nuestro, si bien no lo es. Tal el caso de las crónicas de lo que sucede o sucedía en la Redacción de tres periódicos argentinos del siglo XX. Por último, oscilar entre lo real y lo creado es fascinante pero psicológicamente perturbador. En un paisaje postmoderno de metanarraciones cuestionadas (teología, filosofía, historia...) y para-realidades activadas (ciberespacio, realidades virtuales…), la crónica se revela como un género que guarda correspondencia con la narrativa metafictiva. El periodista y su presencia en el texto es motivo de desacuerdo entre los propios periodistas... Los tres cronistas analizados evidentemente han preferido la voz narrativa simple, decidiéndose por un relato en primera persona, exhibiendo su condición de testigo directo de los acontecimientos de la Redacción de un periódico. La utilización de esa voz narrativa inmediatamente convierte la crónica en un texto acaso histórico, personal, subjetivo. La estrecha vinculación con el acontecimiento puede conllevar un periodismo creativo. El periodista, testigo y/o protagonista, aparece en sus crónicas: en ellas, las redacciones y los periódicos adquieren una personalidad definitivamente diferente una de otra. Exactamente como son los periódicos en los que trabajaron... BIBLIOGRAFÍA CRITICA. http://es.wikipedia. org/wiki/Diario_Cr%C3%ADtica http://www.oni.escuelas.edu.ar/ olimpi98/juanitoyramona/critica.htm GÓMEZ CARRILLO, ENRIQUE. “El encanto de Buenos Aires”. Madrid, 1914, Perlado Páez y Cía. / Madrid, 1921. Editorial Mundo Latino) GÓMEZ CARRILLO, ENRIQUE. “El encanto de Buenos Aires”. Madrid, 1921. Editorial Mundo Latino JAMES, HENRY. “Los periódicos” Barcelona, 1998. Alba editorial LA NACIÓN http://es.wikipedia.org/wiki/ La_Nación_(Argentina) LA OPINIÓN. http://es.wikipedia.org/wiki/ La_Opinión_(Buenos_Aires) ORGAMBIDE, PEDRO. “El escriba”. Santafé de Bogotá, 1997. Editorial Norma SORIANO, OSVALDO. “Artistas, locos y criminales”. Santafé de Bogotá, 1997. Editorial Norma


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Si grito ¿alguien me escuchará al otro lado de esa niebla?

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a bruma dibuja una silueta: harapos de nostalgias son su ropaje y por manto lleva un escalofrío. Es la muerte, que en son de suspiro le dice al oído: “Te vengo a traer, maestro, pero por ser vos te doy la oportunidad de que escojás cuándo. Eso sí, espero que no lo sepa nadie, mucho menos la fuerza del sino”. El artista apenas se vuelve y en medio de un bostezo se levanta y le cede la silla con rodos a la fatal visitante: “Sabía que al fin me cedería una entrevista. Lo malo es que estoy bien ocupado. Tengo que terminar mi novela porque la editorial ya me puso un ultimátum. Además, estoy haciendo la lista de las canciones de mi próximo concierto”. “Vos siempre tan ceremonioso e irreverente a la vez. No sé si reírme o sentir pena. Pero tal vez eso me atrae de vos”. “Eso de que le atraigo me aterra, y sería fatal que le correspondiera. Podemos, eso sí, ser buenos amigos. Imagínese la fama que ganaría si fuera el primero que entrevista a la muerte. Por supuesto, nadie me lo creería”. “¡Siempre deseando que te admiren! Yo he sido una de tus fanes, de la música y de las letras”. “No te creo…” “Sí. Muchas veces detuve mi eterno trabajo para verte vivir el rock. Me llegaba un resto cómo cantabas NeverSay Die, de Black Sabbath. ¡Era mi rola! A veces hasta te envidiaba. ¡Ah, cómo te aplaudían! Hasta

Maco Luna ESCRITOR

te quería llevar y hacerte mío. ¿No sentiste mi presencia cuando bailaba entre la mara? “Nunca. Yo siempre le di la espalda. Lo mío es la vida”. “Pues allí estaba. Me subía al escenario, pero nunca me sentí deseada. En cambio, vos, tan cercano a mí, pero tan inalcanzable. Si no te empujé a mi abismo era porque quería ver el final de la novela, quería verte saltar solo, como hacen muchos en su delirio”. “Sí, de eso hace mucho. Alguna vez dije que ya había entrado al concurso de las cajas de pino, pero me sobrepuso el amor. Es más, uno comienza a morir cuando renuncia a sus sueños, todo cuanto se lleva a la boca tiene sabor a nada”. “El amor y los sueños… Ni me toqués ese tema porque entonces pospondría el chance otra vez. A ver, hagamos un trato ya, pues me tengo que apurar. ¿Sabías que gracias al tiempo que llevamos platicando se han salvado muchos pelones? Así de buena onda, decime, ¿en qué mes te querés morir? ¿Te parece enero?”. “No, porque en ese mes el año aún está en capullo y yo me he quedado en una nota larga, como si un disco se quedara atascado entre mis fantasmas. Y si no puedo recordar las primeras notas no consigo acabar la melodía de mi sueño”. “Entonces, ¿febrero?”. “No, no me gusta la ambigüedad del bisiesto. Es humo amarillo que se restriega el hocico en los cristales para lamer los rincones de mi atardecer”. “Muy bien. ¿En marzo?”.

“¿Por qué me querés arrebatar la primavera, si sus colores son precisamente lo que me arranca esas notas y esos versos? Ser envidiosa te haría aún más despreciable”. “Tranquilo, hombre, no te me alebrestés. Te propongo abril”. “No tengo abril, no sé quién me lo robó”. ¿Y mayo? “Sería injusto que mi madre derramara crisantemos sobre mi tumba y que el cielo, en lugar de zompopos, enviara gotas de lamentos”. “Sabía que te ibas a agarrar de eso. Junio, pues”. “Jamás: el cielo lloraría más de la cuenta y la lluvia, desesperada, hundiría barquitos de papel en las calles”. “Okey, te espero para julio”. “No, por favor, llueve mucho y la gente no iría a mi entierro”. “¿Agosto?” “No, ese es un lindo mes para nacer, no para morir”. “En septiembre no hay nada importante, y ya me estás sacando de onda, maese”. “Septiembre trae viento del norte y yo tengo mi vela desplegada hacia el sur. Te advierto de que el aire se revelará si me voy en el noveno”. “Ah, buena, ahora te la llevás de profeta. A ver qué te inventás para octubre”. “¿Qué te pasa? Soy revolucionario y ese mes es intocable, ni aunque me lo pintaras de azul y le taparas la luna”. “Mejor ya ni te pregunto… aunque, por curiosidad, ¿qué hay en noviembre?”

“Ni lo pensés. Noviembre es mes de muertos, y los cementerios se atestan de visitantes y suspiros. No se puede ni entrar, las almas limpian los cristales del recuerdo y se enredan en el velo inmóvil de la nostalgia. Además, ya no me gustan las aglomeraciones”. “Bueno –viendo su reloj-, se te acabó el año y llegaste a diciembre” –bosteza-. “¿Te imaginás a la familia, pasar la Navidad entre suspiros y añoranzas?”. “No cabe duda de que para vos cada día es un pretexto para vivir. Eso es bueno para los motivadores, pero gente como vos me la pone difícil; sin embargo, no puedo tirar al suelo mi reputación y no me vas a convencer. Así ha funcionado el mundo desde siempre, y en vista de que no pudimos llegar a ningún acuerdo, ya desconecté tu guitarra”. “Esperate, hombre, una última molestia: si grito, ¿alguien me escuchará al otro lado de esa niebla? ¡JAJAJAJÁ! Alguien camina a su lado con sigilo, como si estuviera descalzo, no se oyen tacones ni sandalias. Un jirón de niebla le roza la mejilla… el quejido del viento aúlla y forma un remolino que con gran fuerza lanza un platillo de la batería contra la pared y luego lo deja caer al suelo en medio del estruendo. Como buscando un último ritmo, el címbalo gira y gira hasta que el bamboleo muere en un tenue vibrar… ¿Quién acabará la novela? ¿Quién acompañará el canto fresco del amanecer?


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Poesía César Vallejo

Amor prohibido Subes centelleante de labios y de ojeras! Por tus venas subo, como un can herido que busca el refugio de blandas aceras. Amor, en el mundo tú eres un pecado! Mi beso en la punta chispeante del cuerno del diablo; mi beso que es credo sagrado! Espíritu en el horópter que pasa ¡puro en su blasfemia! ¡el corazón que engendra al cerebro! que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste. ¡Platónico estambre que existe en el cáliz donde tu alma existe! ¿Algún penitente silencio siniestro? ¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor! … Y saber que donde no hay un Padrenuestro, el Amor es un Cristo pecador!

C

ésar Vallejo es uno de los poetas peruanos más reconocidos de todo el mundo, dada la impresionante innovación que supuso su obra para la poesía del siglo XX. Nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco y falleció en París a los 46 años. Su poesía se caracteriza por presentar un lenguaje poético muy auténtico que, si bien se apoyó en sus comienzos (“Los heraldos negros”) en las bases del modernismo, poco a poco consiguió diferenciarse tanto que no tuvo punto de comparación (“Trilce”). Además, cultivó la narrativa, ofreciendo obras como “Escalas” y “Paco Yunque”, uno de sus relatos más famosos. Se considera que Vallejo es uno de los autores que supo anticipar el vanguardismo; su legado como artista implicó una renovación del lenguaje literario al que se unirían muchos poetas que le sucedieron, como Huidobro o Joyce.

Ausente Ausente! La mañana en que me vaya más lejos de lo lejos, al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerio. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces una jauría de remordimientos!

Tomado del sitio digital: https://www.poemas-del-alma. com/cesar-vallejo.htm

Presentación Libreros le dedicaron la XLIV Feria Municipal del Libro. Autor de 10 libros sobre Antropología de la Danza Tradicional y de muchos ensayos y artículos sobre culturas populares, en especial sobre las danzas tradicionales de Guatemala logrando dos ediciones de su magno y definitorio trabajo antropológico en este sentido que es El Atlas Danzario de Guatemala publicado en 1996 y 2011. Cofundador y Miembro de la Red Centroamericana de Antropología desde 1994. En el Año 2009 La Red Centroamericana de Antropología le dedicó el IX Congreso Centroamericano de Antropología. Como antropólogo especialista en las danzas tradicionales fue invitado en 2009 al 1er. Congreso Iberoamericano de Embajadas y Embajadores de Moros y Cristianos realizado en Valencia, España. Actualmente es investigador antropólogo asociado del Instituto Panamericano de Geografía e Historia de América, IPGH, Sección Guatemala y también es miembro académico correspondiente de la Academia Salvadoreña de la Historia desde el año 2011. Ha participado en numerosos congresos de Antropología y Literatura en todos los países de Centroamérica y en México. Fue Coordinador General del II congreso Centroamericano de Antropología realizado en 1997 en Guatemala y Presidente del V Congreso Nacional de Escritores de Guatemala, Quetzaltenango 1998. Es miembro activo de la Comisión de Investigación del Arte del Ministerio de Cultura y Deportes, CIAG y también Coordinador General de la Revista Egresados de la Escuela de Historia. Fue cofundador y Primer Presidente de la Casa de la Cultura del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala en 1995.

Este libro es un resultado literario más del pandemónium que tuvo lugar durante las últimas décadas del pasado siglo XX en este paisito atrozmente provisto de defectos y virtudes. De muchos fracasos y escasos éxitos. De pocos pasos con avances significativos y de saltos de mata que muchos protagonistas perpetraron en busca del tiempo perdido y la vida por disfrutar, cumpliendo los más profundos anhelos y satisfaciendo las perennes necesidades. Vida común y corriente de mucha gente connacional. Consiste en cuatro novelas escritas en la vertiginosidad posterior a las anécdotas vividas a la base de los recuerdos indelebles que el paso de la vida determinó a un protagonista, hilo conductor de los relatos. No son, empero, autobiográficos del todo, sino reflejan la importancia de elegir entre todo aquel pandemónium, lo que tiene significado, lo que simboliza ideas concretas y modos de pensar con criterios a la vez racionales y poéticos. La circunstancia de vivir. Cuatro novelas pensadas como un ciclo. Como la vuelta de una espiral particular inmersa en la espiral infinita que constituye el cosmos en que vivimos. Un constructo vital. Al estimado lector le toca ahora, si así lo desea, descubrir los hilos que hilvanan esta madeja de experiencias. Son hilos de colores para no perderse. La madeja, eso sí, es la vida comprometida del autor en múltiples facetas y avatares que quedan aquí en calidad de testimonio. Quedan como propuesta, no precisamente para ser seguida, sino como una lección lanzada al viento, tal las páginas del monumento a Asturias de Max Leiva en la Ave. Reforma. Éstas, de seguro terminaron en la hoguera del crisol de los chatarreros anónimos que se las robaron. De este grupo de novelas, la cuarta es inédita y las otras tres, como si lo fueran. Éste es un destino ingrato que aun tienen los escritores guatemaltecos: el ser escritores no leídos sino por contados amigos y alguno que otro estudioso de la Academia. De esta realidad han adolecido todos, desde los más grandes hasta nosotros. Guatemala es un país, sin embargo, con una enorme tradición literaria que incluso alcanzó la gloria del Nóbel en uno de sus antecesores. Este novelario es suyo, lectora y lector, no importan los efectos consiguientes...

También tuvo el honor de presidir el Consejo Administrativo del Aporte para la Descentralización Cultural, ADESCA, en 2017. Guatemala, mayo de 2018.

CHOLSAMAJ

Carlos René García Escobar

l martes 12 de junio a las 17:30 horas, el Centro PEN Guatemala, hará entrega a su autor, el escritor Carlos René García Escobar de su obra literaria, NOVELARIO. Este acto literario, el primero en los catorce años del Festival, se realizará en el Teatro de Cámara Hugo Carrillo del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Se encargarán de su presentación, los escritores Juan Carlos Lemus, reconocido periodista de opinión del diario Prensa Libre; el Dr. Francisco Méndez Jr. Premio Nacional de Literatura 2017 y el académico Giovany Xocolcá. Moderará la Mesa el escritor Juan Antonio Canel, secretario del Centro PEN Guatemala. Se trata de un libro que contiene cuatro novelas juntas: tres ya publicadas y la cuarta

Carlos René García Escobar

NOVELARIO Carlos René García Escobar Escritor y Antropólogo. Nació en 1948. Bachiller en CC y LL por el Instituto Nacional Central para Varones. Licenciado en Antropología por la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, con Maestría en Etnología y Ciencias Sociales por la Universidad de París VIII. Se desempeñó por muchos años como Docente de la Universidad de San Carlos e Investigador de la Dirección General de Investigación, DIGI-USAC por el Centro de Estudios Folklóricos.

NOVELARIO

E

NOVELARIO Carlos René García Escobar

2018

inédita hasta ahora. Es una edición personal impresa en la editorial Cholsamaj, que se presenta como un constructo novelístico que el autor ha preparado para marcar una línea novelística que vino ejercitándose por algunos escritores guatemaltecos en las últimas décadas

Autor de tres novelas ya publicadas y una inédita contenidas en este Novelario y de los libros de cuentos El Último Katún y Sentimiento Cósmico, más numerosos ensayos y artículos sobre literatura y culturas tradicionales en el diario LA HORA y en diversas revistas nacionales e internacionales. Fue Presidente de la Comunidad de Escritores de Guatemala y del Centro Pen de Escritores capítulo Guatemala del Pen Internacional de Escritores.

Guatemala, 2018

Ha sido dos veces escritor residente en Nueva York y en Vermont, Estados Unidos. Fue invitado como Escritor participante en el 69º. Congreso Mundial de Escritores y 1er. Congreso de Las Américas del Pen Internacional de Escritores en México 2003 y, como escritor invitado al 71º. Congreso Mundial de Escritores del Pen Internacional de Escritores en Berlín Alemania en 2006. En el año 2015 la Comisión de Cultura de la Municipalidad y la Asociación Nacional de

del siglo pasado y que los lectores sabrán disfrutar de aquí en adelante. Es la primera vez que en Guatemala se publica un novelario o sea, un libro con varias novelas en un solo volumen. El libro tendrá un costo de Q50.00 y la entrada es gratuita.


Página 8 / Guatemala, 8 de junio de 2018

Estereotipos rotos en Panchimalco Miguel Flores castellanos Doctor en Artes y Letras

El fotógrafo salvadoreño Teyo Orellana, desde hace más de diez años explora uno de los temas poco abordados en el arte, el de las mujeres de talla gruesa. A la manera de Rubens que hizo lo mismo en su época, (correspondía a una tendencia estética de su tiempo), Orellana lo hace ahora a contracorriente en un momento en que se impone el canon de esbeltez de belleza femenina. Esto origina que su obra sea vista de reojo desde la mirada patriarcal del arte, que ve la gordura como una anormalidad.

L

a serie Estereotipos rotos de Orellana presenta fotografías en gran formato. En esta serie adelanta un paso más al incorporar la acción en sus modelos de talla grande, ya no es la mujer pasiva que se deja hacer, manipular con objetos sobrepuestos en su cuerpo, en esta exposición hay acción y empoderamiento por parte de este tipo de mujeres. En otras palabras, se les da una voz. Otra característica de esta serie es el uso doble de una misma imagen en la misma obra, gracias al trucaje fotográfico que se suma a otra serie de estrategias que este autor utiliza para crear la connotación de sus imágenes. En una de sus obras, la modelo con el rostro de perfil se enfrenta a un frío maniquí andrógino de cuerpo esbelto. Por efecto de la iluminación, que transmite calidez, el protagonismo es el de la mujer de carne y hueso. Otra fotografía, por la acción de la pose, los cuerpos se intertextualizan con el famoso cuadro de Las dos Fridas, de Frida Kahlo. Al estar sentadas y con arreglos de flores en las manos, pero con un metro enrollado en sus cabezas, alude a esa medición de la intelectualidad que aún se hace al pensamiento femenino por la mirada patriarcal. Otra de las imágenes significativas lo constituyen dos mujeres (es la misma) que tiran los extremos de una cadena. Sus poses connotan el esfuerzo vano de ir en direcciones contrarias dando por resultado el desgaste doloroso de ambos personajes. Su fondo negro alude a una nada que se cierne sobre la escena de un absurdo. En algunas imágenes Orellana viste a sus modelos con ropa como corsés de satín, que intentan modelar la figura femenina y brindar elegancia, cuyo resultado final resulta con el juego erótico de permitir ver y no ver, propio de este tipo de composiciones al cual este fotógrafo agrega cierto grado de pudor. Teyo Orellana expresa un discurso

visual en el que valoriza un prototipo de cuerpo que en forma usual es recriminado. Su propuesta empodera a la mujer. El cuerpo ha sido tema de la fotografía desde su aparición. La visión actual del cuerpo se distancia de los cánones tradicionales. Habrá que esperar qué imagen presenta Orellana del varón. Uno de los valores de esta exposición es el manejo impecable de la fotogenia; los recursos que la fotografía brinda al creador, no todos lo saben utilizar. Si bien la fotografía contemporánea no pone interés en la técnica, la obra de este fotógrafo es actual por el manejo temático. La exposición de Teyo Orellana tiene como marco la Casa Taller Encuentros en Panchimalco, una pequeña ciudad en El Salvador, ubicada en el cantón de Planes de Renderos. En este lugar, desde hace varios años, con tesón, el artista Miguel Ángel Ramírez y otros más han logrado una organización cultural modélica. Una casa antigua, posiblemente de principios del siglo XX, fue restaurada paso a paso y año con año. Hoy posee una galería principal con tres ambientes, y otros espacios aptos para exposiciones y encuentros entre la comunidad y los creadores. Sin pretensiones de institucionalidad, la Casa Taller Encuentros ha logrado tejer una red de contactos e interlocutores, que la convierten en un centro que promueve

el arte. Y lo más importante lo pone en contacto con los visitantes, especialmente los pobladores de Panchimalco. Por el lugar un día sábado pululan los niños y adolescentes los que son orientados a realizar diversas actividades de acuerdo a la obra que se exhibe. Otro de los atractivos de esta villa es la Iglesia de la Santa Cruz de Roma. Este templo, construido alrededor del año 1730, posee uno de los más bellos artesonados de su techo, realizado con madera de bálsamo. Vale la pena visitar este enclave de arte salvadoreño.


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