Revista Códice. Número 27

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CÓDICE

R E VI STA D E L CE NT R O P E N GUAT E MAL A

Septiembre 2020


NOTICIAS DEL CENTRO PEN GUATEMALA

K

arla Olascoaga conversó con Gloria Hernández el 9 de julio de 2020. La charla giró en torno a la obra y el entorno literario de Gloria Hernández: desde sus inicios y recorriendo su experiencia en los diversos géneros literarios en los que se ha desenvuelto la autora.

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l 25 de enero de 2020, en La Casa de Cervantes, se celebró la primera Asamblea General de 2020 del Centro PEN Guatemala. El punto central de la reunión fue informar a la asamblea de las actividades realizadas a partir de agosto de 2019 al mes de enero de 2020. Se entregó a los asistentes certificados de membresía al Centro PEN Guatemala. En la fotografía, de izquierda a derecha: Eduardo Blandón, Juan Antonio Canel Cabrera, Gustavo Bracamonte y Karla Olascoaga quien muestra su certificado.

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l 20 de marzo de 2020 se celebró un encuentro con escritoras portorriqueñas y escritores guatemaltecos del Centro PEN Guatemala en la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC), de la Universidad de San Carlos (USAC). Hizo la apertura del acto el Dr. Sergio Morataya. Participaron, por Puerto Rico, las escritoras Rubis Camacho y Mayrim Cruz Bernal; por Guatemala, Eduardo Blandón y Juan Antonio Canel Cabrera. Rubis Camacho y Mayrim Cruz Bernal disertaron sobre el camino de la literatura portorriqueña desde sus inicios hasta nuestros días. En la fotografía, de izquierda a derecha, Juan Antonio Canel Cabrera, Rubis Camacho, Mayrim Cruz Bernal y Eduardo Blandón.

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l 27 de febrero de 2020 se realizó la presentación del libro Esperando la lluvia, de Gustavo Bracamonte, en La Casa de Cervantes. Presentó la actividad, Juan Antonio Canel Cabrera; participaron Enán Moreno y Elpidio Guillén quienes comentaron la obra. Gustavo Bracamonte conversó con los asistentes y leyó algunos poemas de su obra.

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DIRECTORIO

JUNTA DIRECTIVA 2019-2021 Juan Antonio Canel Cabrera PRESIDENTE Dennis Escobar Galicia VICEPRESIDENTE Eduardo Blandón SECRETARIO Víctor Muñoz TESORERO Gustavo Bracamonte VOCAL I Karla Olascoaga VOCAL II Roberto Cifuentes VOCAL III

CONSEJO EDITORIAL Juan Antonio Canel Cabrera, director Karla Olascoaga Hugo Cardona

AUTORES DE ESTE NÚMERO Gustavo Sánchez, Emmanuel Pierrat, Rocío Durán-Barba, Karla Olascoaga, BrendaCarol Morales, Gustavo Bracamonte, Roberto Cifuentes, Nicté Serra, Miguel Ángel Chinchilla, Sandra Álvarez, Luis Esteban Quel García, Dennis Escobar, Eduardo Villagrán, Juan Antonio Canel Cabrera.

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Emilio Ramos de la Fuente Revista Códice es un producto editorial del Centro PEN Guatemala

Revista Códice No. 27, Agosto de 2020

PRESENTACIÓN

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n la más reciente etapa del Centro PEN Guatemala ha existido la preocupación de la mayoría de los miembros de vincularnos, de manera más efectiva, con escritores y centros PEN de otros países; además, la maduración de un proyecto encaminado a promover la dignificación del oficio de escribir. Ha sido un camino de pasos cortos y camino largo que comienza a dar pequeños frutos. Ha sido una lucha no solo del Centro PEN Guatemala; también de otros Centros PEN de Latinoamérica y Europa. Algunas tareas de encaminamiento con otros centros PEN fueron las representaciones que miembros de nuestro centro cumplieron para tener una vinculación más estrecha en diversas reuniones y congresos: Karla Olascoaga nos representó en Suiza (julio de 2018); Juan Antonio Canel Cabrera, en Argentina (julio de 2018), Eduardo Blandón, en India (septiembre de 2018); y la más reciente, antes de la pandemia, fue la de Eduardo Blandón y Juan Antonio Canel Cabrera en San Cristóbal de las Casas (mayo de 2019). Quizá el principal resultado de todo esto haya sido hacernos visibles para los demás centros del mundo; sobre todo, para los latinoamericanos. Por medio de la internet, ha existido una comunicación que comienza a ser más ágil con otros centros y con PEN Internacional. No obstante, hay una prueba indudable de que con voluntad se pueden concretar los acercamientos: la antología Resistir. El proyecto surgió en Francia; PEN Club de Francia y la Fundación Durán-Barba lo propusieron. Consistió en reunir el trabajo poético de los miembros de los centros PEN de Latinoamérica. Se nos invitó a que diez miembros de nuestro centro propusieran un trabajo poético en torno al tema resistir; participaron cuatro: Karla Olascoaga, BrendaCarol Morales, Gustavo Bracamonte y Roberto Cifuentes. Luego de la presentación física que se hizo de la antología, con la entrada de la pandemia se hicieron otras virtuales. Fue hermoso ver y escuchar a los poetas de los diversos países de Latinoamérica leyendo sus poemas y haciendo comentarios. El 15 de julio de 2020 los poetas del Centro PEN Guatemala, incluidos en la antología, se presentaron por medio de la plataforma Zoom; leyeron sus poemas; además, nuestro centro fue la excepción ya que Collette Klein leyó la traducción de los poemas al francés. Fue un acto memorable, coordinado por Rocío Durán-Barba, en el que también participaron Emmanuel Pierrat, presidente del PEN Club de Francia y Juan Antonio Canel Cabrera, presidente del Centro PEN Guatemala. Para reconocer el esfuerzo realizado por el PEN Club de Francia y la Fundación Durán-Barba, aunado a la alegría de ver a nuestros poetas incluidos en la publicación, hemos dedicado las páginas centrales de este número de la Revista Códice, a la antología Resistir; los textos usados, como se verá en las citas a pie de página, corresponden a dicha antología: Rocío Durán-Barba, de manera amable, nos autorizó para utilizarlos en esta publicación. Esperamos que sea de su agrado.

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LA LECTURA EN EL

QUEHACER LITERARIO Gustavo Sánchez Zepeda

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l lector asiduo está atrapado en un laberinto de publicaciones, la paraliteratura ocupa un espacio importante en la sociedad del despilfarro. Para el público consumidor hay infinidad de géneros en oferta, desde novelas rosa hasta de espionaje; desde textos pseudo científicos hasta vehículos de ideología disfrazados de libros motivadores; desde fusilamientos flagrantes hasta poesía de consumo. En estos espacios la palabra no es libre. Hay literatura hecha a la medida y abundan los mercaderes que venden libros por metro para adornar estudios. Contenidos no importa ¿solapas verdes o cafés? Para quienes leer es un nutriente de su quehacer literario, estos ejemplares constituyen un estorbo. Son lectores que no se quedan en las solapas, van al texto y muchas veces desechan libros sólo con ver la editorial o el autor. Esto sucede como resultado de su conocimiento literario y de sus prejuicios, entendiendo éstos como juicios previos y no en su sentido peyorativo. Recordemos, además, que nadie lee limpiamente. Hay una enorme cantidad de referentes que dan vueltas en nuestro inconsciente mientras se lee un texto. Y nos gustará en la medida que evoque nuestra experiencia personal o exista algo que nos identifique con él. O, simplemente, por el efecto sinergético de las imágenes que genera el lenguaje propueto.

El sencillo acto de la lectura nos adentra en diversos mundos, a ella hay varias maneras de abordarla. Cuando el lector se enfrenta a prosa o versos desconocidos que están integrados a esquemas previos y sencillos de entender, no hay problema. Se analizan y se disfrutan. El desaliento surge en el momento que el texto se sale de esquemas preceptivos normales y no se entiende. El escrito es accesible sólo para iniciados, aquellos que tienen la capacidad de penetrar en él y concelebrarlo. Esta lectura supone conocimientos literarios previos y el manejo de ciertos instrumentos de análisis, lo cual se comentará cuando se aborde el tema de la crítica literaria.

También hay una propuesta que sugiere dejar de luchar por interpretar los textos. Ya antes ha habido tiempo para diseccionar, analizar y comprender la literatura. Ahora es momento de gozarla. La lectura se plantea como un placer sensual, no como un ejercicio decodificador del lenguaje. Esto último se puede hacer, claro que sí, pero se pierde la frescura de la degustación. Los poemas, por ejemplo, no son más que un grupo de palabras que adquieren significado cuando se ponen en común con la sensibilidad del lector, en el acto mismo de concelebrar el texto. Y es que un libro cerrado contiene sólo palabras yertas, que resucitan al encontrar una esencia, la cual vibra con intensidad igual o superior a la que inspiró su escritura. Por eso se pierde magia al decodificar poemas. Una copla le puede evocar al lector lo sublime y se emociona, pero si descubre que esos versos los inspiró la mosca con lentes de contacto que vive en el desván del poeta, el encanto se puede malograr. La propuesta es comulgar con la sensibilidad de quien escribe, no de resolver criptogramas. Y si leer es disfrutar de una relación sensual, el entorno es básico. Sin importar épocas ni influencias, frente a un texto vibrante es grato estar a solas. No interesa si el escrito está en prosa o en verso, con música de fondo o en silencio, con algo agradable para beber o en seco; los gustos y preferencias varían de persona a persona. El cómo es lo de menos, concelebrar es lo valioso. Para gozar la lectura es indispensable una mentalidad abierta, se pueden escanciar versos de Octavio Paz, por ejemplo, sin estar de acuerdo con su ideología; o de Constantino Cavafis, sin compartir su orientación sexual. En estos instantes de comunión se conforman lapsos de intimidad donde, con frecuencia, se encuentra un manojo de palabras que piden silencio absoluto. Hay que complacerlas. Así se logra un epicúreo contacto con una emotividad diferente a la propia, con alguien que no se conoce y con quien se está separado espacial y temporalmente, pero que ha logrado dejar plasmada su sensibilidad en un libro. Ese testimonio al que se puede acudir una y otra vez. Y emocionarse.

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Resistir, Antología Poética PRÓLOGO

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iempre es promesa de gran enriquecimiento abrir las páginas de una antología bilingüe. Este es el caso de Resistir, cuyos componentes son, todos, seductores por igual: la poesía, América Latina, los idiomas español y francés, la resistencia; líneas que anuncian una lectura apasionante.

Evoquemos, en primer lugar, la poesía porque se encuentra en el meollo mismo de las identidades del PEN; nombre, aparentemente anglosajón, que a menudo se ha interpretado, en el PEN Club francés, como un acrónimo terciario (P.E.N.) que reúne “poetas, ensayistas y novelistas”. De hecho, en París, el PEN Club francés se abrió a todas las formas de literatura, pero ha sido dirigido alternativamente por novelistas –Anatole France y Jules Romain– y poetas de gran talla, como Paul Valéry. Por lo que toca a América Latina, se trata de una región consustancial a la más noble historia literaria. Las plumas poéticas que han engendrado las tierras de habla hispana son tan numerosas que necesitaríamos un verdadero apéndice para mencionarlas en esta antología.

En el curso de uno de mis primeros viajes a Chile, recuerdo la alegría de haber podido alcanzar Isla Negra, sin espera, para honrar la memoria de Pablo Neruda, cuyos versos —como los de Gabriela Mistral, Octavio Paz, Álvaro Mutis— resonaron a lo largo de mi adolescencia y maravillan aún al escritor que he llegado a ser. El inmenso talento de los escritores de habla hispana de las Américas es, para los lectores franceses —y más allá, francóphonos—, una fuente perpetua de fascinación y encanto. Hay que señalar, además, que la historia del siglo XX —desgraciadamente para ellos, y por suerte para nosotros—, obligó a muchas personalidades de las letras a exiliarse en París. Los primeros sudamericanos que frecuenté, mucho antes de trabar profundas amistades en Buenos Aires, Asunción, Caracas, Medellín o México, eran exiliados… que habían elegido resistir. Y fue el cantante chileno, Ángel Parra, hijo de la increíble Violeta, amigo recientemente desaparecido, quien me dio mis primeros rudimentos de español y me enseñó a amar esta lengua, que parece haber sido concebida para la literatura. Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.), Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, Francia, 2020.

En tales circunstancias, el tema de la resistencia se impone. La resistencia nos es familiar: nuestros países han conocido lo peor y lo mejor, existiendo o asfixiados a la merced de revoluciones y regímenes de los más autoritarios. Es por eso que debemos resistir constantemente, jamás abdicar, luchar para que las voces de los escritores se eleven y sean escuchadas; especialmente las voces de aquellos que, a través del mundo, sufren el yugo de la persecución por denominarse escritores. Además, es vital resistir juntos frente a los fundamentalismos que nos amenazan, frente al poder del dinero egoísta y los totalitarismos, frente a las plagas que están cayendo sobre nuestro planeta, frente a los negros años que el mundo y su conjunto de malas noticias nos anuncian.

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Esta misión, este deber de resistencia, se encuentra en el centro de las preocupaciones del PEN que, fundado en 1921, surgió en medio de las ruinas de una Europa destruida por la Primera Guerra Mundial. Los escritores imaginaron, entonces, que su papel era, a través de escritos y fraternidad, promover la paz y la defensa de la libertad de expresión y creación. Desde los años 1960 y la creación del Comité de Escritores en Prisión, el PEN milita además activamente contra la violación de los derechos humanos, y apoya a los escritores encarcelados o amenazados en sus propios países y más allá, en el mundo. Nosotros deseamos continuar prestando auxilio a los escritores perseguidos. Francia, patria de los Derechos Humanos, y las democracias latinoamericanas no pueden tolerar que 500 hombres y mujeres estén actualmente encarcelados o condenados a arraigo debido a sus escritos. La militancia pasa por la acción tanto como por la escritura. El papel de los escritores es, de hecho, llamar la atención sin descanso. El libro guarda aún un aura que no nos permite aspirar a descansar. Por lo tanto es, no sólo un bello mensaje, sino esencial, el que entregan los escritores de catorce centros PEN de América Latina al ofrecernos más de yo podía apoyarme la Fundación que —tanto dirijo —Fundación esistir no será la más original de mis obras. Será la mejor de ciento Pero treinta poemas en estaenantología. La Cultural diversidad como la con base en Ecuador, dedicada a la difusión de la cultura ecuatoriana e mis historias. Historia de ímpetu insaciable con el fin de unidad— de los textos provenientes de escritores argentinos, bolivianos,

hispanoamericana, sin fines de lucro; y que cuenta, ante todo, con un tesoro: crear-desafiar-persistir. Pelear a brazo partido con las colombianos, chilenos, cubanos en exilio, guatemaltecos, hondureños, miembros de alma decidida, apasionada. Por mi parte, era consciente de la barreras. Defender fielmente las ideas. Dejar asombrada a la paraguayos, puertorriqueños, meque emociona y envergadura del proyecto, del trabajo que venezolanos, implicaba. Sabía me enconimposibilidad, cuando esta ve el poco efecto que nos causa. nicaragüenses, Afirmar que la vida vale por el uso que de ella hacemos, por deleita.traría en un hilo de soledad. En equilibrio-desequilibrio. Rodeada de preguntas multiplicadas-repetitivas-azarosas. Pero mi odecisión fue vertical: las obras que realizamos. Nos felicitamos de que tantos autores reconocidos, a descubrir, hayan ¡Realizarlo! Resistir. Este proyecto se originó en una hora estampada de recuerdos. Latino- aceptado prestarse a este juego literario inédito, permitiendo trazar nuevauna ruta transatlántica de literatura que debe servirnos de camino. redacté una carta: américa ondulaba. Su Historia se levantaba. La claridad de sus albores mente Enseguida emblanquecía el paisaje. Algún duende animaba el universo de sus Fotografía de Marian C. Wasko «En han el mundo actual, la aliteratura herencia exclusiva de una Sus textos sido llevados la escenanoenpuede París,sercon la ayuda de expertos leyendas. Y un lejano rumor andino invitaba a meditar sobre el mundo, el élite, un pueblo o modas, sin ahogarse en los muros interiores de un país. traductores, para visitar cada uno de los lugares más bellos de la creación sentido de la vida y el presente. Fue entonces cuando me di cita con el Nuestra época llama a la apertura, la colaboración, al entendimiento entre ayer-ahora. Con un conjunto de países que pueden comunicarse. literaria latinoamericana. escritores de las más distintas nacionalidades. La grandeza literaria de Contemplarse. Compartir… Me di cita con múltiples voces emparenta- En mi opinión, esta gira poética por América Latina debería convertirse en Francia, centro histórico de las letras, debe tornarse hoy, más que nunca, das-distintas. Voces sonoras. Vehementes. De acento grave. A veces hacia la mundo. una especie deapertura guía dealviaje recomendada a todos los amantes de la lengua trágico. A menudo entremezcladas al vaivén de tangos y boleros… a una y la literatura. Siguiendo esta idea, el PEN Club Francia invita a los centros PEN latinoeterna salsa… americanos a participar en una antología poética en torno a uno de sus lemas: Un día, en el curso de una sesión del Comité del PEN Francia —que se Deseo extender mi agradecimiento a los presidentes y presidentas de los resistir.» fundó como círculo de «poetas, ensayistas, Es abogado y escritor, Presidente del novelistas»— presenté el centros PEN que son cómplices en esta entusiasta antología; y, sobre todo, En América la noticiaderedundó en una ola de entusiasmo. De euforia. proyecto: «una antología dedicada del a los centros PEN latinoamer- al trabajo, energíaLatina y dedicación Rocío Durán-Barba, escritora franco-ecPEN Club francés, poética Presidente ¡El proyecto abría las puertas de Francia, en nuestros días, a poetas latinoicanos». Mas la idea hubiese quedado en el aire si el Presidente del Club uatoriana y miembro del Comité del PEN Club francés, quien ha dirigido Comité de Escritores para la Paz del americanos contemporáneos! Tal reacción me impulsó a perseverar. A no la hubiese encontrado pertinente y aprobado. En realidad, se trataba esta antología con brío. Rocío encarna perfectamente este lazo, que PEN Internacional. Novelista y ensayisesperar que este libro permitiera reforzar los lazos entre el PEN Francia y los de una iniciativa susceptible de acercar al PEN Francia de los centros mencionaba entre elQue continente y Francia, ta. Últimos ensayos publicados: centros anteriormente, PEN latinoamericanos. llegara a sudamericano ser una vitrina internacional PEN latinoamericanos. Así se dio curso a este capítulo inédito. Y, como estos dos territorios en donde las letras se elevan al rango más alto. para la poesía latinoamericana. Entonces, debía encaminarme con paso Nouvelles nou velles si fuese un Morales, navío, lo lancé al mar. censu Contrares viento y marea. Como si se decidido. Gesticular y trabajar como un ser salido de un cuadro de Orozco, tratase de un 2018), sueño. Le De Grand aquellosLivre que parecen (Gallimard, de la absurdos. Descarriados. Esta antología que resiste encarna así los valores que tenemos el orgullo de con fuerza y delirio. De aquellos que pueden quedar incomprendidos hasta Improbables. Pero que se tornan en inevitables cuando vamos tras ellos censure (Plon, 2018); y la novela L’Omcompartir. Sella una inquebrantable amistad y propone al lector adherirse a siempre. con fe. Y los llevamos adelante como compromiso. En un primer

Emmanuel

Pierrat

nivore (Flammarion, 2019).

la misma. No se arrepentirá.

momento, pocos le acordaron credibilidad. Fue visto, más bien, como Catorce centros PEN no tardaron en convocar a sus miembros —y cada uno una locura, trabajo desmedido… de imposible realización. No había París, junio, escogió2019. diez poetas, en vida, representativos de sus países—. Su colabodinero… ración fue generosa y eficaz. Como fue, más tarde, la de catorce miembros, entre los más destacados del PEN Francia, para redactar un prefacio dedicado a cada uno de los países participantes. Traducción al español: Rocío Durán-Barba.

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Escribir. Cuando los ideales se angostan. La esperanza se ausenta. La saciedad material tiene su ROCÍO cumbre. LasDURÁN-BARBA sociedades sufren de POR caos-miopía-depresión. Resistir.

LA MEJOR

Escribir. Desnudar la luz. Encumbrar la palabra tal un faro. Rediseñar el-día-y-la-noche. Rehusar el respirar al margen. Ensanchar el verbo-la-mirada. Resistir. Escribir en los senderos del campo. En la estela del mar. En el aliento de la libertad. Resistir. Soñé con este libro. Sí. Hoy, que se ha tornado en realidad, lo contemplo. Y no quisiera despertar. Es la mejor casualidad que el destino puso en mi camino. Un desorden de emociones al ritmo de palabras que llegaban sin cesar. Palabras rociadas del aroma de nuestras tierras. El misterio de nuestros paisajes. El eco de nuestros capítulos en fuego…

DE MIS HISTORIAS

Ahora, me gustaría que la colaboración, la complicidad, trabada con los 150 escritores que hacen este libro, fuese como el mar. Que desde la orilla P à Tomado Pris partir de:de: Rocío Rocío Durán-Barba Durán-Barba (Dir.), (Dir.), Resistir, Resistir, Antología Antología Poética, Poética, Ecrits Ecrits desdes Forges Forges Poesie, Poesie, Allpamanda Allpamanda Editorial, Editorial, Francia, Francia, 2020, 2020 Págs. 6-11. se viese el principio, nunca el final. Quise destinarles un mensaje corto pero, en este momento, quisiera dedicarles un libro. Un relato infinito que nos permitiese seguir juntos. Es asombroso lo lejos que parecíamos estar. Lo cerca que estábamos. La distancia no significa nada cuando la poesía significa todo.

Fotografía de Marian C. Wasko

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esistir no será la más original de mis obras. Será la mejor de mis historias. Historia de ímpetu insaciable con el fin de crear-desafiar-persistir. Pelear a brazo partido con las barreras. Defender fielmente las ideas. Dejar asombrada a la imposibilidad, cuando esta ve el poco efecto que nos causa. Afirmar que la vida vale por el uso que de ella hacemos, por las obras que realizamos.

Este proyecto se originó en una hora estampada de recuerdos. Latinoamérica ondulaba. Su Historia se levantaba. La claridad de sus albores emblanquecía el paisaje. Algún duende animaba el universo de sus leyendas. Y un lejano rumor andino invitaba a meditar sobre el mundo, el sentido de la vida y el presente. Fue entonces cuando me di cita con el ayer-ahora. Con un conjunto de países que pueden comunicarse. Contemplarse. Compartir… Me di cita con múltiples voces emparentadas-distintas. Voces sonoras. Vehementes. De acento grave. A veces trágico. A menudo entremezcladas al vaivén de tangos y boleros… a una eterna salsa…

Un día, en el curso de una sesión del Comité del PEN Francia —que se fundó como círculo de «poetas, ensayistas, novelistas»— presenté el proyecto: «una antología poética dedicada a los centros PEN latinoamericanos». Mas la idea hubiese quedado en el aire si el Presidente del Club no la hubiese encontrado pertinente y aprobado. En realidad, se trataba de una iniciativa susceptible de acercar al PEN Francia de los centros PEN latinoamericanos. Así se dio curso a este capítulo inédito. Y, como si fuese un navío, lo lancé al mar. Contra viento y marea. Como si se tratase de un sueño. De aquellos que parecen absurdos. Descarriados. Improbables. Pero que se tornan en inevitables cuando vamos tras ellos con fe. Y los llevamos adelante como compromiso. En un primer momento, pocos le acordaron credibilidad. Fue visto, más bien, como una locura, trabajo desmedido… de imposible realización. No había dinero…

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Hoy se levanta el después. Un aire dominical se instala. El puente en donde vivo entre Francia y América Latina se muestra indiferente al crujir del afuera. asomo al horizonte de nuestroCultural libro. Advierto su —Fundación palabra. Se Pero yoMe podía apoyarme en la Fundación que dirijo revela inquebrantable. Intento retener su voz. Al menos el contorno de sus e con base en Ecuador, dedicada a la difusión de la cultura ecuatoriana hojas. Mas emprende el vuelo en pos de su destino. Miro los colores de hispanoamericana, sin fines de lucro; y que cuenta, ante todo, con un tesoro: todos sus colibrís. despliegue de su pasión. Vuelve algo que se aleja. miembros de almaEl decidida, apasionada. Por mi parte,unera consciente de la Lo visible-invisible. El tiempo se eleva con algo que se desmorona. envergadura del proyecto, del trabajo que implicaba. Sabía que me Borro enconla amenaza deldeolvido. SuEnpalabra debe continuar vital-alerta. Habrá traría en un hilo soledad. equilibrio-desequilibrio. Rodeada de pregunquienes le presten un alma atenta. Quienes la acojan con buenos ojos. tas multiplicadas-repetitivas-azarosas. Pero mi decisión fue vertical: ¡Realizarlo! Resistir. Personalmente, sólo me queda atrapar la fragancia de su historia para fortificar mis horas. danza de una multiplicidad de plumas tornadas Enseguida redacté unaLacarta: hacia el futuro. El tono de todos los poemas encumbrados en la curvatura «Enla el mundo actual, la literatura puede ser herenciaResistir. exclusiva de una de aurora. Con la misma mirada. no El mismo sombrero. élite, un pueblo o modas, sin ahogarse en los muros interiores de un país. Tiendo anhelo sediento del paisaje. Cumbres-ríos-valles-senderos se época llama a la apertura, la colaboración, al entendimiento entre Nuestra mi han juntado alrededor de la esperanza. escritores de las más distintas nacionalidades. La grandeza literaria de Francia, centro histórico París, septiembre, 2019. de las letras, debe tornarse hoy, más que nunca, hacia la apertura al mundo. Siguiendo esta idea, el PEN Club Francia invita a los centros PEN latinoamericanos a participar en una antología poética en torno a uno de sus lemas: resistir.» En América Latina la noticia redundó en una ola de entusiasmo. De euforia. ¡El proyecto abría las puertas de Francia, en nuestros días, a poetas latinoamericanos contemporáneos! Tal reacción me impulsó a perseverar. A esperar que este libro permitiera reforzar los lazos entre el PEN Francia y los centros PEN latinoamericanos. Que llegara a ser una vitrina internacional para la poesía latinoamericana. Entonces, debía encaminarme con paso decidido. Gesticular y trabajar como un ser salido de un cuadro de Orozco, con fuerza y delirio. De aquellos que pueden quedar incomprendidos hasta siempre. Catorce centros PEN no tardaron en convocar a sus miembros —y cada uno escogió diez poetas, en vida, representativos de sus países—. Su colaboración fue generosa y eficaz. Como fue, más tarde, la de catorce miembros, entre los más destacados del PEN Francia, para redactar un prefacio dedicado a cada uno de los países participantes.


El proyecto redundó, sin duda, en dar valor a la poesía latinoamericana. A la poesía actual. Poesía viva. Aquella que transmite el verbo. Amalgama soledad y fraternidad. Expresa nuestro mundo con la fuerza única que posee. Aquella que es río. Corriente-contracorriente. Visión que permite tomar distancia de la realidad para tomar conciencia de que existe otra. Capaz de ubicarse fuera de todos los paisajes. Atravesar nuestras almas sin tiempo ni límites. Renovar la voz del silencio. De la errancia. De la esperanza. Capaz de traer las huellas del ayer para erigir un mañana. Crear un instante. Una imagen. Recuperar un fulgor. Dar eco, en Francia, a la poesía de los autores seleccionados por los Centros PEN, implicaba contar con un equipo de traductores de primera categoría. Felizmente, algunos profesionales reconocidos no tardaron en ofrecer su apoyo voluntario con gran generosidad. Y poner al servicio de la obra su competencia lingüística y literaria. Es así como este libro logra hacer desfilar, al unísono y en dos lenguas, un conjunto espectacular de poemas latinoamericanos. Poemas llenos de sucesos-avideces-dichas-dolencias. Desbordando emociones. Poemas erigidos sobre las páginas más significativas de la reciente historia del continente. Listos a reinventar la visión del mundo. Hacer ver lo que no está aquí ni allá. Lo imperceptible. Rastros. Presentimientos. Capaces de hacer oír lo que no se escucha. El instante. El dejo de tambores. El rumor de lenguas nativas… Poemas que sorprenden sobrevolando México hasta el Cabo de Hornos. Lanzados a los cuatro vientos. Vientos de sangre y vino. Vientos de amor. Las páginas que siguen guardarán, para mí, el recuerdo de las manos que se afanaron por acompañar la realización de este libro. El recuerdo de innumerables intercambios, misivas. De algunas confesiones: «gracias a esta convocatoria he vuelto a escribir», «el tema me ha llamado a despertar», «volví a recordar qué es luchar», «ha sido un respiro en un país en donde la palabra se ahoga»… Frente a tal panorama, sólo puedo hacer votos para que la poesía latinoamericana persevere batiendo sus alas al infinito. Sea elixir. Continúe nutriéndose de nuestros valores latinoamericanos imperecederos. A cantar nuestras tradiciones. Lleve en alto nuestro estandarte: «resistir». Porque resistir es vivir. Defender la vida. La propia y la ajena. Existir decididamente. Creer en la travesía. Apropiarse del mar. Dar cara a la tormenta. Templar las velas. Propiciar viento positivo. Amar. Resistir es luchar. Levantar los ojos. Respirar el horizonte. Proclamar que la luz existe. Aspirar a lo posible-imposible. Bregar para que lo bueno sea lo mejor. Amar. Resistir es persistir. Visitar la memoria y sus latitudes indecibles. Recuperar serenidad. Ojos. Visión. Renombrar los días. Superar la miseria humana. Amar. Resistir es andar. Avanzar sobre corrientes adversas. Conquistar los senderos del arcoíris. Redescubrir las llaves de la vida. Instalarse en la casa del mañana. Cerca de la braza en donde el alma florece y se realiza. Amar. Y para nosotros, quienes tenemos la palabra entre las manos, resistir es escribir. Levantar el verbo cuando el desequilibrio reina. El espíritu enflaquece. El cotidiano se torna negativo. El afán de prosperar decae. Resistir.

Escribir. Cuando los ideales se angostan. La esperanza se ausenta. La saciedad material tiene su cumbre. Las sociedades sufren de caos-miopía-depresión. Resistir. Escribir. Desnudar la luz. Encumbrar la palabra tal un faro. Rediseñar el-día-y-la-noche. Rehusar el respirar al margen. Ensanchar el verbo-la-mirada. Resistir. Escribir en los senderos del campo. En la estela del mar. En el aliento de la libertad. Resistir. Soñé con este libro. Sí. Hoy, que se ha tornado en realidad, lo contemplo. Y no quisiera despertar. Es la mejor casualidad que el destino puso en mi camino. Un desorden de emociones al ritmo de palabras que llegaban sin cesar. Palabras rociadas del aroma de nuestras tierras. El misterio de nuestros paisajes. El eco de nuestros capítulos en fuego… Ahora, me gustaría que la colaboración, la complicidad, trabada con los 150 escritores que hacen este libro, fuese como el mar. Que desde la orilla se viese el principio, nunca el final. Quise destinarles un mensaje corto pero, en este momento, quisiera dedicarles un libro. Un relato infinito que nos permitiese seguir juntos. Es asombroso lo lejos que parecíamos estar. Lo cerca que estábamos. La distancia no significa nada cuando la poesía significa todo. Hoy se levanta el después. Un aire dominical se instala. El puente en donde vivo entre Francia y América Latina se muestra indiferente al crujir del afuera. Me asomo al horizonte de nuestro libro. Advierto su palabra. Se revela inquebrantable. Intento retener su voz. Al menos el contorno de sus hojas. Mas emprende el vuelo en pos de su destino. Miro los colores de todos sus colibrís. El despliegue de su pasión. Vuelve un algo que se aleja. Lo visible-invisible. El tiempo se eleva con algo que se desmorona. Borro la amenaza del olvido. Su palabra debe continuar vital-alerta. Habrá quienes le presten un alma atenta. Quienes la acojan con buenos ojos. Personalmente, sólo me queda atrapar la fragancia de su historia para fortificar mis horas. La danza de una multiplicidad de plumas tornadas hacia el futuro. El tono de todos los poemas encumbrados en la curvatura de la aurora. Con la misma mirada. El mismo sombrero. Resistir. Tiendo mi anhelo sediento del paisaje. Cumbres-ríos-valles-senderos se han juntado alrededor de la esperanza. París, septiembre, 2019.

Rocío Durán-Barba Escritora franco-ecuatoriana, es novelista, poeta, ensayista, pintora, periodista, Embajadora Universal de la Cultura. Una de las plumas más relevantes en el universo actual de la literatura latinoamericana (Claude Couffon). Es autora de más de 50 libros. Ha recibido innumerables premios.

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Prefacio acio del capítulo

Guatemala emala Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.), Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, Francia, 2020.

El PEN Club Francia saluda el compromiso y la resistencia de estos cuatro poetas guatemaltecos: Gustavo Bracamonte, Roberto Cifuentes Escobar, BrendaCarol Morales y Karla Olascoaga quienes, a través de sus palabras, reaniman la llama del espíritu de resistencia y del ideal de la libertad de expresión frente a la opresión en Guatemala. En esta tierra de cultura milenaria, en donde el misterio anida entre los antiguos sitios mayas, los volcanes y los exuberantes bosques, la resisten

cia es camino, esperanza y futuro del ser humano del país de los mayas. Como profetas de la palabra, extraen su fuerza de la Resistencia para brindar esperanza a miles de víctimas de falta de conocimiento y libertad. A través del eco de sus palabras logran, lentamente, infundir ese soplo de resistencia, de acceso a la palabra libre. Para ellos, vivir es resistir. Y resistir es luchar constantemente, superarse, con el fin de transmitir esta antorcha de la existencia.

Traducción del Prefacio al español: Rocío Durán-Barba.

Escritor, vicepresidente del PEN Club France.

Karla Olascoaga (1969) Catedrática universitaria, poeta, cuentista y filóloga. Analista e investigadora del Centro de Danza e Investigación del Movimiento de la Universidad Rafael Landívar. Obras publicadas: Atrapar a tiempo los recuerdos y Sin esperar respuesta.

Rocío Malik Durán-Barba Diarra

NO SUPISTE Karla Olascoaga

No me amaste quisiste habitarme como se habita una casa vacía ansiaste administrar mis espacios, redecorar interiores pintarme antojadizamente. Intentaste tumbar muros derribar paredes con poco éxito. Sin embargo, pese a tus fallidos intentos nunca lograste darte cuenta de que yo no era habitable y además nunca estuve vacía.

Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.), Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, Francia, 2020.

TU N’AS PAS SU Karla Olascoaga

Tu ne m’as pas aimée tu as voulu m’habiter comme on habite une maison vide tu as désiré administrer mes espaces, redécorer mon intérieur me peindre selon ton bon vouloir. Tu as essayé d’abattre des murs de faire tomber des cloisons avec peu de succès. Cependant, malgré tes tentatives manquées tu n’as jamais réussi à te rendre compte que moi je n’étais pas habitable et qu’en plus je n’ai jamais été vide.

CÓDICE/9


Fotografía de Marian C. Wasko

Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.),

PLAISIRS

Pris à partir de: Rocío Durán-Barba (Dir.),

Resistir, Antología Poética, Ecrits des

Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges

Forges Poesie, Allpamanda Editorial,

Poesie, Allpamanda Editorial,

Francia, 2020.

Habré de pelear cada día mi batalla la victoria será mi cobija de los miedos en colador depurados no quedarán ni siquiera resabios. Dueña de todas las sensaciones ya del fuego predilecta hija inyectarán de sus mieles apurados los insaciables tentáculos de Eros. En los placeres encontraré mi estrella de los goces llenaré la valija a las realidades compartiré los sueños de alegrías y delicias llenaré los vientos.

France, 2020.

Chaque jour je devrai livrer ma bataille la victoire sera ma couverture des peurs épurées au tamis il ne restera pas même de vestiges. Maîtresse désormais de toutes les sensations fille du feu, entre toutes préférée seront injectés de miel les tentacules d’Éros, insatiables et pressés. Dans les plaisirs je trouverai mon étoile des jouissances je remplirai ma valise avec les réalités je partagerai les rêves de joies et de délices je remplirai les vents.

BrendaCarol Morales (1964). Poeta y narradora. Ha publicado en periódicos y revistas. Es catedrática de lengua y literatura en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Técnica en Currículo en el Ministerio de Educación de Guatemala.

(1964). Poète et écrivain. Elle a publié dans des journaux et des revues. Professeur.de Langue et Littérature à l’Université de San Carlos du Guatemala. Travaille au ministère de l’Éducation du Guatemala.

CÓDICE/10


RESISTENCIA INCLAUDICABLE RÉSISTANCE INDÉFECTIBLE Fotografía de Marian C. Wasko Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.), Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, Francia, 2020.

Todas las palabras de las mujeres, todas las palabras de los hombres son la resistencia frente al pelotón de fusilamiento de la poesía, de la libertad, de la voz de los pueblos llorando dejadez. Toda la alegría de las mujeres, toda la alegría de los hombres constituyen el valladar más hermoso para que no pase el odio contra nuestra hija la poesía, contra la erecta verdad en los sueños más reales que la muerte. Todos los cantos imbuidos de mujeres y hombres surgiendo de los percances desagradables de la desesperanza, suman los himnos en defensa de la luz de la poesía, de la luz de la justicia, de la humana decisión de ser felices. Todas las fortalezas de las mujeres y los hombres decididamente empujando al ocaso los residuos de la venganza, los fracasos de las guerras, el olvido a los pobres, los anocheceres más desgraciados de la humanidad.

Pris à partir de: Rocío Durán-Barba (Dir.), Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, France, 2020.

Toutes les paroles des femmes, toutes les paroles des hommes sont la résistance face au peloton d’exécution de la poésie, de la liberté, de la voix des peuples pleurant la négligence. Toute la joie des femmes, toute la joie des hommes constituent la plus belle barricade pour préserver de la haine notre fille la poésie, contre la vérité qui s’érige dans les rêves plus réels que la mort. Tous les chants, empreints de femmes et d’hommes surgissant des incidents désagréables du désespoir, rassemblent les hymnes à la gloire de la lumière de la poésie, de la lumière de la justice, de l’humaine décision d’être heureux. Toutes les forteresses des femmes et des hommes décidément poussant vers le déclin les résidus de la vengeance, les échecs de la guerre, l’oubli des pauvres, les crépuscules les plus malheureux de l’humanité.

Gustavo Bracamonte

(1954). Periodista y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Carlos de Guate(1952). Periodista profesional, comunicador social. Autor mala. Miembro del PEN Guatemala. de treinta poemarios. Miembro activo del PEN Guatemala.

(1954). Journaliste et diplômé en Sciences de la communication par l’Université de.San Carlos du Guate-social. Auteur (1952). Journaliste professionnel. Communicateur mala.de Membre PEN Guatemala. de trente recueils poésie. du Membre du PEN Guatemala.

CÓDICE/11


VERS

VERSOS

INDIGENTES

INDIGENTS

Pris à partir de: Rocío Durán-Barba (Dir.),

Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, France, 2020.

Todos llevamos a tuto sombras del pasado y pesan, claro que pesan; pero el presente lleva la luz del ocote que alumbra el sendero del perdón. Perdón como el otorgado desde el madero de la Cruz. ¡Ánimo! que las sombras del pasado no apaguen la luz del presente. *** En el lóbrego vendaval del olvido indigentes versos remolinan arañando las paredes enmohecidas que asustadas recitan plegarias incoherentes

Roberto

Fotografía de Marian C. Wasko

Tomado de: Rocío Durán-Barba (Dir.),

Resistir, Antología Poética, Ecrits des Forges Poesie, Allpamanda Editorial, France, 2020.

Nous portons tous sur le dos des ombres du passé et elles pèsent, évidemment qu’elles pèsent ; mais le présent porte la lumière du pin ocote qui éclaire le sentier du pardon. Pardon comme celui qui fut accordé depuis le bois de la Croix. Courage ! Que les ombres du passé n’éteignent pas la lumière du présent. *** Dans la lugubre tempête de l’oubli des vers indigents tourbillonnent griffant les murs moisis qui, apeurés, récitent des prières incoherentes

Roberto

Cifuentes

Cifuentes

(1954). Periodista y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Miembro del PEN Guatemala.

(1954). Journaliste et diplômé en Sciences de la communication par l’Université de.San Carlos du Guatemala. Membre du PEN Guatemala.

CÓDICE/12


PEDÍ UN DESEO Nicté Serra

Poeta y narradora guatemalteca. Miembro de Centro PEN Guatemala.

K

Creí que me costaría más hacerlo, cariño. Perdoname si a pesar de que ambos lo acordamos, aún lloro tanto. Es tan complicado, a veces siento que caigo en un acantilado de pura tristeza. Pero ¿ves? ¡Lo logré! Una acción tan radical, un acto tan rotundo, no es asunto que viaje en mi sangre, los miedos pueden más. Lo saben la China y Maquito. Pensé que nos comprenderían, necesitaba tanto hablarlo con alguien, de lo contrario me espera una locura horrible. En medio del aturdimiento no encontré en mi mente otros rostros. El Maquito está hecho de una pasta parecida a la tuya y lo comprende sin problema. Me dio ánimos y me dijo que siguiera adelante. Hasta me dio mis buenos abrazos, últimamente nadie abraza. Cree en mí, el Maquito. Igual que tú, y esa certidumbre de que crean en mí vale mucho, cariño. Fuimos cómplices desde niños, tu hermano, tú y yo. Cuando le conté, me vio con esos sus ojos de espejito, tan parecidos a los tuyos, como si me los estuviera regalando para llorar mejor. Que haya sido en abril parece mal chiste. Pero tú ya no aguantabas ni una semana ¿Verdad? Dice Maquito que al contrario, que fue un ciclo mejor cerrado.

La electricidad que producían nuestros cuerpos cuando estábamos juntos, el campo magnético que nos conservaba pegados el uno al otro. Cuando sos joven tenés la capacidad de observar la interacción de otros sin mucho juicio. Por eso la China y el Maquito comprendían lo que tú y yo éramos. Entendían que nuestro lenguaje era diferente. Conocieron nuestros silencios de cabeza en hombro. Hasta nos vieron pelear y terminar el pleito revolcándonos en la arena. Vieron completa, con sus recovecos de planes, con los sueños y los pactos, la casita invisible que habitábamos.

Fue acaso en tu rostro desesperado, en tu cuerpo frágil y esquelético, en la dignidad física que tanto extrañabas. Fue en la manera en la que me hiciste jurarlo. En tu vehemencia, en la autoridad y franqueza que portaba cada una de tus palabras. En tu voz partida. Tragaste sin dificultad, con la certidumbre con la que hacías todo lo que hace sentido, a pesar de los estados inconscientes. Minutos después, no sé si largos o cortos, poco a poco, tu paz, perdida hace muchos meses, fue llegando. Fue como si el sol saliera muy despacio y más despacio aún entrara por la ventana. Lentamente, como en un sueño plácido, tu rostro se relajó, iluminado. Tu mano en la mía. Mi cuerpo agitado por un llanto salvaje. Tu mano enfriándose. La madrugada en el aire.

La China no puede con nuestra decisión. Después de tantos años, a pesar de ver cómo nos hacemos viejos todos, no logra comprender. No sale de su indignación. No me lo perdona. Aunque sé que llegará a términos con su rechazo, su distancia en Hablamos de tantos momentos buenos, con tu hermano. estos momentos es una pared innecesaria. Pero Como si al hacerlo, noscomo distanciáramos este día y este un momento en el que entré absoluto ayudaba le contaría todo a suHubo esposa. Luego entonces aquelenfuncioenuda un colibrí,detrabajadora cual una hormiga, comprendo que para ella esto es difícil de asimilar. sitio. pánico. ¿Qué hice? tomando dije una y el otra vez. Lloré nario dio nuevas instrucciones a su secretario, empleado siempre andaba canturreando como una chicharra en Tendría que habitar nuestro infierno de los últimos todocoincidió mi cuerpo algoque que las providencias necesarias.como Todo siesto conbuscara la peste verano.excursión Vivía con madrastra que tenía tortillería quesuhicimos al puerto los una ¿Te acordás de aquella meses para saber el porqué. No pudo acercarse al nunca podré conocer. Pero luego oí la venía del norte asolando a países y ciudades, causada según decían y por ello sus menudos pies los andaba constantecuatro? Leímos un anuncio en el periódico. Estrenaban centro mismo del fuego. grabación, la que me pediste que escuchara por el contacto con murciélagos y ratones. menteecológico, sucios debarato. ceniza.YaNo aquel hotelito medio ni obstante, existe el tenía un lindo Ella no escuchó tus instrucciones precisas ni tus después de que todo terminara. Me hablás con rostro de muñequita que causaba envidia en sus dos hotelito. Y aunque fue hace más de treinta años, algunas díaAl encontraron en una quebrada el cuerpo de Cenicienruegos ni te oyó aullarAl de siguiente furia y dolor. princip- una fuerza que ya habías perdido. En esas hermanastras eran feas y imágenes, algunosque sonidos de como aquellabulldogs, aventura,aparte son deio,perezosas ta que había sido cruelmente asesinada, mientras su cadáver era creí que no me atrevería ¿sabés? Convivimos palabras, dulces y tranquilas, dejaste tu última estúpidas. Por ello a Cenicienta le tocaba salir al mediodía bajo el demasiado cercanos. Vos y yo teníamos veinte años. El demasiados años, estarcustodiado una camada de roedores que, con un patético chillido, sin ti no erapor opción. ración de energía. Decís que te quité, una vez sol o ybajo la lluvia a repartir las tortillas, en uneran canasto grande que Maquito la China todavía no andaban muy en serio, lloraban en coro. Pienso en cómo lo hice, en la secuencia completa más, la inmensa piedra del dolor. Eso es lo que cargaba sobre un yagual en su cabeza. puros patojos. Nosotros ya estábamos bien juntos. Solo mi fueron estos ratones los que una noche después entraron de acciones, en cada Y movimiento. Lo mismos veo como me importa. viejaPero se creía cuento que no los besitos. un eldía quedellegó a pasábamos dejar las de tortillas que compraban en ordenada a palacio para orinar y mordisquear el agua y los una película en blancodey forma negro. Seguí tus instrucHasta aquel día después de quedesde me llevaste serena- en su torre; de Descansá, mi amor. palacio, el cuando príncipe la observó una ventana alimentos, portodo lo cual semanas más tarde murieron el príncipe, su ciones al pie de la letra. Conseguí lo que ta nos descubrió. Nos aencontró besuqueándonos en mia la niña aquella inmediato ordenó su secretario hacerle llegar Fuimos aLos la playa a ver el amanecer, anotaste en la lista. Lofamilia pulvericé con un y todo el molinito séquito palaciego. médicos concluyeron quelos cuarto ver dónde tenías vospor las la manos. que,y anololograba sumo tendría quince años; puertaSide atrás para que de cocina. Fue una tarea hecha conpor pausas intermicuatro, el último día deninuestro había sido la peste que no respetaba nobleza nada. viaje de playa. hubiera visto eso su antes de la excursión, no me hubiera dado es de imaginar, la princesa consorte no se enterara. Y como tentes. Mezclé muy bien el uno con el otro con el En silencio, contemplábamos el mar. Cuando Esta versión de Cenicienta no me la contó Charles Perrault, sino que permiso, aunque tu hermano y la China también fueran. aquel hombre poderoso sedujo, violándola de otro. inmediato Coloquéy la mezcla en un frasquito de vidrio giraste tu rostro sobre el mío para darme un la escuché del padre Luis Coloma, y que conste no es broma, el cura Todavía escucho su sermón de besos, novios, las poniendo luego en su mano una moneda demanos plata al tiempo que leLas cantidades muy limpio. exactas, el protocolo beso, la viste. Se me había caído una pestaña y decía que la historia se la había contado el Ratón Pérez, amigo del novio la blusa de la novia. Mi vieja. decía,ynos vemos mañana. de cómo hacerlo es una bitácora inmensa en mi dijiste que pidiera un deseo y que no se lo personal de Cenicienta, y si usted no me cree pues ya ni modo. PuesAquella pienso que esa excursioncita marcó un pacto este memoria. dijera a nadie. Pero me equivoqué de lado, no noche Cenicienta adolorida de sucon entrepierna lloró triste 1 enfermera. de mayo 2020. par.yNadie antes había adentro nosotros, adentro muy quedo en elvisto rincón dondededormía; solo los ratones, eran libre a la Le dique la noche Te dejó canali- adiviné de qué ojo se había caído la pestañita. de las que la cobijábamos nuestra relación, zado con suficiente morfina en la bolsita para ¿Te acordás? susparedes amigoscon de las veras, consolaron. como ellos lo vieron durante esos días. Y no hablo de que llegar al amanecer. Viajabas a y volvías de estados El deseo, cariño, era morirnos juntos. Y de esta manera por mucho tiempo se fue repitiendo aquella supieran que dormíamos juntos. No. Eso es nada. Lo que inconscientes en los que parecía que solo enconinfamia, hasta que un día Cenicienta dejó de menstruar, es decir vieron, lo que sintieron, son los lazos indestructibles que trabas más sufrimiento. No sé, mi amor, no sé estaba preñada. Así se lo dijo al príncipe desesperada, y como ya nos unían. dónde encontré la valentía.

tenía alguna confianza con el pederasta, lo amenazó que si no la

CÓDICE/13


Cuentos de la Pandemia La otra cenicienta

Miguel Ángel

Chinchilla Amaya Poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y periodista salvadoreño.

M

enuda como un colibrí, trabajadora cual una hormiga, siempre andaba canturreando como una chicharra en verano. Vivía con su madrastra que tenía una tortillería y por ello sus menudos pies los andaba constantemente sucios de ceniza. No obstante, tenía un lindo rostro de muñequita que causaba envidia en sus dos hermanastras que eran feas como bulldogs, aparte de perezosas y estúpidas. Por ello a Cenicienta le tocaba salir al mediodía bajo el sol o bajo la lluvia a repartir las tortillas, en un canasto grande que cargaba sobre un yagual en su cabeza. Pero un día que llegó a dejar las tortillas que compraban en palacio, el príncipe la observó desde una ventana en su torre; de inmediato ordenó a su secretario hacerle llegar a la niña aquella que, a lo sumo tendría quince años; por la puerta de atrás para que la princesa su consorte no se enterara. Y como es de imaginar, aquel hombre poderoso la sedujo, violándola de inmediato y poniendo luego en su mano una moneda de plata al tiempo que le decía, nos vemos mañana. Aquella noche Cenicienta adolorida de su entrepierna lloró triste y muy quedo en el rincón donde dormía; solo los ratones, que eran sus amigos de veras, la consolaron.

Y de esta manera por mucho tiempo se fue repitiendo aquella infamia, hasta que un día Cenicienta dejó de menstruar, es decir estaba preñada. Así se lo dijo al príncipe desesperada, y como ya tenía alguna confianza con el pederasta, lo amenazó que si no la

ayudaba le contaría todo a su esposa. Luego entonces aquel funcionario dio nuevas instrucciones a su secretario, tomando el empleado las providencias necesarias. Todo esto coincidió con la peste que venía del norte asolando a países y ciudades, causada según decían por el contacto con murciélagos y ratones. Al siguiente día encontraron en una quebrada el cuerpo de Cenicienta que había sido cruelmente asesinada, mientras su cadáver era custodiado por una camada de roedores que, con un patético chillido, lloraban en coro. Y fueron estos mismos ratones los que una noche después entraron de forma ordenada a palacio para orinar y mordisquear el agua y los alimentos, por lo cual semanas más tarde murieron el príncipe, su familia y todo el séquito palaciego. Los médicos concluyeron que había sido por la peste que no respetaba nobleza ni nada. Esta versión de Cenicienta no me la contó Charles Perrault, sino que la escuché del padre Luis Coloma, y que conste no es broma, el cura decía que la historia se la había contado el Ratón Pérez, amigo personal de Cenicienta, y si usted no me cree pues ya ni modo. 1 de mayo 2020.

CÓDICE/14


FLORES Y OSCURIDAD LOS FRUTOS DEL ÁRBOL DE DIANA Por Sandra Álvarez

K

Árbol de Diana es, a veces, un libro de poesía escrito por Alejandra Pizarnik; otras es una muestra palpable de que poesía es más que una suma de palabras acomodadas en versos: es la forma material que se da a los habitantes invisibles de los sentimientos más íntimos.

Árbol de Diana es una forma abstracta que se sembró en medio de un campo abandonado para dividirlo en dos. En una de las partes: rosas y lilas rodeadas de un juego de espejos y luces que las multiplican y las desvanecen hasta robarles el nombre. Del otro lado, un promontorio anunciado en silencio. Confusión de ausencias, soledad, vacío y huidas finamente hiladas. El viento sopla, se lleva los días y todo se vuelve transparente. Solo queda la tristeza. A la sombra de ese árbol hay una niña respirando el olor de las flores e inventando palabras nuevas para sus poemas. Conjuga el silencio en todos los espejos, muestra una sola soledad desde diferentes aristas. Pizarnik nombró Árbol de Diana a lo que no podía nombrar con otras palabras. Promulgó las anti-estaciones, el invierno no era el fin sino el principio de los ciclos pizarnianos. Alternó distintas versiones del mismo invierno; a veces dejaba colarse uno que otro rayo de sol que pintaba sus versos con colores verdes y calientes como las flores que merodeaban su jardín gris.

Leer sus poemas es hablar con ella y saber que el frío que se siente proviene del viento que se refleja en sus pupilas. Es ver los barcos dentro de sus ojos y sentir cómo deja caer sus misterios sin el afán de verlos quebrarse para dejarle mucho espacio a la memoria venidera. Es ver sus versos transparentes y sus ojos hechos polvo. «ella desnuda en el paraíso de su memoria ella desconoce el feroz destino de sus visiones ella tiene miedo de no saber nombrar

SANDRA

ÁLVAREZ

Escritora y estudiamte de ciencias de la comunicación. Ha sido publicada en varias revistas y antologías de Guatemala y México.

lo que no existe».

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CÓDICE/15


HISTORIA ORIA DE CUADROS DE UNA PANDEMIA

S

Santiago despertó temprano y se desperezó. Se levantó, dobló sus rodillas y agradeció a Dios por el nuevo día. Su madre le había dicho que siempre tenía que ser agradecido.

Las tripas le hicieron ruido; entonces, el hambre apareció otra vez. La noche anterior no había cenado. Su tío le dijo que debía llevar, por lo menos, veinte quetzales diarios, ya que de lo contrario tendría que echarlo a la calle; le indicó claramente que él no podía seguir manteniendo vagos en la casa, aunque durante el tiempo que había estado allí, Santiago nunca lo había visto trabajar. Dobló una sábana vieja y rota que le servía para taparse si hacía mucho frío. Trató de dejar limpio su cuarto, que se circunscribía a un sillón viejo y sucio, una sábana vieja y rota junto con una silla que le servía de mesa; todo esto dentro de un espacio lleno de cachivaches que hasta tenía mal olor; sobre la silla tenía una pequeña figura del hombre araña que había comprado en un mercado. Siempre se quedaba mirando a través de las vitrinas cuando en las ventas de electrodomésticos exhibían, en los televisores gigantes, las caricaturas del hombre araña. Pensaba que le gustaría ser como el hombre araña para proteger y ayudar a los más débiles. Tomó su caja de lustre y salió de la casa.

Los primeros días, cuando recién había llegado, le fue bien; hasta le alcanzó para comprar unos tenis nuevos en las ventas de la dieciocho calle. Le parecieron muy caros, pero los pudo pagar. Nunca había tenido unos zapatos nuevos, hasta ese día. Cuando se los puso sintió como si corriera más rápido en aquellas chamuscas que jugaban en el parque con los amigos que rápidamente consiguió; pero a los quince días apareció una enfermedad que obligó a todo el mundo a usar una mascarilla; a quien no la tuviera le pondrían una multa y hasta podían llevarse presa a la gente si andaba en la calle más tarde de lo que el presidente decía. Así que ahora eran pocas las personas que encontraba y casi nadie quería lustrarse los zapatos. Pero hoy, pensó para sí, tenía que ser diferente, le urgía conseguir los veinte quetzales. Tenía miedo de dormir en la calle ¿En dónde se quedaría? ¿Podría dormir? ¿Y si hacía mucho frío? ¿Y si aparecía un perro? Le aterraban los perros porque uno de ellos lo mordió cuando era muy pequeño y le dejo una cicatriz en el cuerpo y en el alma que jamás desapareció. Sintió el frío de la mañana mientras ofrecía su servicio; y las tripas le volvieron a hacer ruido.

Luis Esteban Quel García Estudiante de Derecho; es narrador guatemalteco.

CÓDICE/16

Ya en la tarde iba de regreso a la casa de su tío con sus manos negras y su caja de lustre. Los carros pasaban apresuradamente para que no les llegara la hora del toque de queda. En la esquina contraria, un mupi mostraba un mensaje que decía «Quédate en casa, piensa en tu familia, protégela y comparte con ellos. #Quedateencasa». Santiago no podía leer, así que solo vio la imagen de una familia muy sonriente, sentada a la mesa. Le gustaba la felicidad que se veía. Por fin el semáforo marcó rojo y los carros se detuvieron. Cruzó la calle, sonrió al recordar que había juntado los veinte quetzales y hasta había podido comprar un «shuco» de salchicha, que le supo delicioso. Sabía que no comería nada más ese día, pero en estos momentos no tenía hambre. Llegó a la casa, le entregó los veinte quetzales a su tío. Antes de dormirse le agradeció a Dios por haberle ayudado a conseguir el dinero del día y le pidió para que mañana, también, pudiera hacerlo. Sabía que, si se lo pedía con mucha fe, Dios no lo abandonaría y se quedó dormido porque estaba muy cansado.


A 50 AÑOS DE LA PRIMERA EDICIÓN DE

LA PATRIA DEL CRIOLLO DENNIS ORLANDO ESCOBAR GALICIA

E

Periodista y escritor guatemalteco

l pasado 31 de agosto se cumplieron 50 años de que, en los talleres de Editorial Universitaria, se imprimieron los primeros tres mil ejemplares de la obra magna del investigador quezalteco Severo Martínez Peláez. A la fecha se han editado muchos miles más en ediciones legales y también «pirateadas». Es —a criterio del historiador Edeliberto Cifuentes Medina— el libro más reeditado en Guatemala y posiblemente en Centro América. No obstante la pandemia, se han realizado varias actividades conmemorativas —de manera virtual— por parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala; se han publicado reportajes y columnas de opinión en diferentes medios de comunicación. Y es que la obra, desde que salió a luz, en 1970, se ha convertido en uno de los principales ensayos científicos sobre la realidad colonial guatemalteca. Libro bendito para unos y maldito para otros. Para quien esto escribe La patria del criollo le produce placenteros recuerdos, así como también sentimientos racionales porque le abrió los ojos para conocer uno de los periodos más importantes de la historia guatemalteca.

En 1977 —estudiando en la Escuela Normal Central para Varones— conocí en una conferencia al autor de la obra. ¿Cómo fue? Evoco que un día —en las fechas de actividades de aniversario de la escuela— los profesores y los de la asociación de estudiantes nos invitaron a que saliéramos al patio porque Severo Martínez, el autor del libro La patria del criollo, nos iba a dar una conferencia. Nos dijeron que iban a llegar compañeras de Belén y del INCA, seguramente para motivarnos. Recuerdo que era un día caluroso y que la actividad empezó a las diez de la mañana. En el patio colocaron una tarima y unas cuantas sillas. Esta improvisación se debía a que la Normal ya no contaba con auditorio, el terremoto del 76 y después un incendio lo habían destruido. «Vamos a conocer al tal Severo», escuché decir a alguien que animaba a un grupo que se conducía al patio. Yo como no sabía de qué se trataba el asunto, pensé que el conferencista era drástico como los curas del colegio donde yo había estudiado la primaria y la secundaria. La actividad empezó con puntualidad. El maestro de ceremonias anunció que ya se acercaba el conferencista y que hiciéramos silencio. Casi al instante, en medio de la tarima, se colocó un individuo alto, de traje completo y rostro impávido. ¡Era el profesor Severo Martínez Peláez! Sin importarle la altura del micrófono (era de pedestal) con voz estentórea nos saludó y nos felicitó porque estudiábamos en la escuela donde se formaban los mejores maestros del país. «De la Normal se graduó de maestro el doctor Juan José Arévalo y en la Normal ejerció la docencia José Martí», dijo elevando la voz. Los cientos de muchachos que estábamos de pie y bajo el sol lo interrumpimos con aplausos.

CÓDICE/17

En su disertación —haciendo uso de su voz, sus gesticulaciones y movimientos de piso— nos habló con sucintas palabras del contenido de su libro. Todos los presentes lo escuchábamos y veíamos con gran interés, en virtud de que estaba provocando que de nuestras mentes salieran volando como cuervos despavoridos las engañifas de la historia oficial. Al finalizar la conferencia, algunos compañeros se le acercaron y le pedían autógrafos en sus cuadernos. Él, viéndolos sin arrogancia les dijo: «Yo no soy artista de cine, soy profesor. Lo que quiero es que lean el libro, lo comprendan y critiquen». Días después uno de los profesores nos mostró el libro. ¡Era un tremendo mamotreto! No se asusten dijo el maestro. Así como leyeron Crimen y Castigo podrán leer La patria del criollo porque está escrito con amenidad. El año siguiente, en 1978, ingrese a Ciencias de la Comunicación en la USAC. En el curso Formación Social Guatemalteca I nos pidieron realizar una lectura comprensiva de los primeros capítulos de La patria del criollo. Nos dijeron que lo vendían en la cooperativa de Ciencias Económicas. Algunos compañeros no les alcanzaba el dinero para adquirirlo individualmente, por lo que hicieron coperacha entre varios y leerlo por turnos. En esa época era muy incipiente la tecnología de fotocopias. Años después tuve el honor de impartir el mismo curso y lo utilicé como lectura obligatoria en una unidad. Para estimular la producción del libro realicé una comprobación de lectura a libro abierto.


U

Eduardo Villagrán Narrador guatemalteco.

N CUENTO

n cuento es una aventura. Empieza con una ocurrencia que casi siempre se aparece en forma espontánea, por lo general cuando uno la está buscando; nace como un principio con sabor a final. Luego toca encontrar su imagen de espejo, su antimateria, el tema que le va «haciendo segunda» a lo largo de la narración. Por último, hay que jugarse el todo por el todo, con la esperanza de transformar la trenza intuida en una revelación o en sorpresa. Sorprender o deleitar en el menor tiempo y de la manera más categórica posible es el espíritu que anima un cuento. Esto no quiere decir que «el que escriba menos, gana», como en aquel titulado La vida después de la muerte, que consiste de una página en blanco. A veces hay que hacer un recorrido largo y tortuoso para, por fin, abrir la compuerta y dejar caer al lector, o sacar al conejo del sombrero y verle sonreír. Algunas veces, un cuento puede tener un mensaje, aunque la estética debe privar por sobre todas las cosas. Los mensajes son innecesarios, pueden ser indeseables y hasta de mal gusto. Es cosa de cada quien. Este cuento lo empecé con el piquetazo de inspiración de hacer un cuento sobre escribir un cuento. A propósito, lo comencé sin tener la segunda, la distorsionada imagen de espejo; la dimensión paralela que, al juntarse con la dimensión obvia, en

la cual transcurre la narrativa, crea la breve y a veces devastadora sensación de sorpresa y encuentro. Quise que encontrar esa otra dimensión fuera parte del mismo proceso de escribir el cuento. Encontré esa dimensión mientras masticaba dudas sobre qué tan buena era la idea de escribir un cuento sobre escribir un cuento. Tal vez había estado allí todo el tiempo; agazapada, esperando el momento de hacer su aparición, como el timbalero que parece ausente durante todo el concierto, hasta que en el último movimiento su mirada de caimán se encuentra con la batuta del director y el retumbo de los bolillos contra el cuero nos termina de despertar. No se puede revelar esa dimensión paralela porque el elemento sorpresa es indispensable en todo cuento que se respete. En este punto me gustaría hacer un comentario de galería que, si bien no es esencial al hilo de la narración, abre dimensiones alternativas, que uno no puede darse el lujo de desperdiciar. Antes de hacer ese comentario quisiera aclarar que cada palabra trae su propio resplandor de asociaciones y viene erizada de múltiples tentáculos, cada uno señalando la entrada a un universo simultáneo y radial. También, que cada frase abre nuevas oportunidades para ramificar el cuento como si fuera un vistoso coral, siempre con el peligro de caer en la digresión o en las referencias gratuitas. Podría decir que aprender a no salirse de la partitura es el arte de cada escritor, la magia con la que maneja las oportunidades de su lenguaje, la alquimia con que transmuta lo cotidiano, etcétera, pero estaría mistificando demasiado las cosas. Sólo se debe tratar, en la medida de lo posible, que todo lo que se dice pueda, de alguna manera, amarrarse al final, estallar al mismo tiempo que suenan los timbales. Una ramificación puede servir también para distraer al lector, para que baje la guardia y se deje llevar, con los ojos vendados, hasta ese momento en que, al ensartar la tachuela pegada a la cola de cartón, se da cuenta de que el burro es de verdad. Otras veces uno tiene que ver cómo se las arregla para atar todos los cabos que ha dejado sueltos. De cuentos no hay nada escrito. El comentario de galería tenía que ver con la imagen del timbalero. Escuchando un concierto de música clásica, en cierto momento se me figuró que el pianista era una especie de programador de la computadora de una nave espacial descapotada, llevando a toda la orquesta, bamboleándose tentativa, al compás de sus acertadas digitaciones, por encima de las ruinas que servían de escenario; un espacio luminoso saturado de música naranja. De ahí vino la imagen, aunque la escena original podría ser mejor aprovechada en otro cuento, si logro que el lector se monte en un potro. En su lengua materna uno puede darse el lujo de utilizar expresiones como «me monto en un potro», cuyo corolario es bastante conocido. Si alguien no tuvo una abuela de por estos lares y se encuentra con la primera parte del

dicho, igual va a sentir un poco de su embrujo, un eco de sus numerosas reencarnaciones en la narrativa popular; como se siente, por razones diferentes, cuando uno escucha versos de canciones como Lucía en el cielo con diamantes. En cuanto a los comentarios de galería, hace años las salas de cine tenían una sección de luneta y otra de galería que quedaba atrás, en alto y que era más barata. Los que iban a galería compensaban su percepción de distanciamiento socioeconómico relativo siendo más expresivos, sobre todo a través de comentarios irreverentes, irrelevantes y hasta soeces. En un cuento, como en todo texto, hay que tratar de evitar las repeticiones. A diferencia de las notas musicales, el significado de cada palabra cambia con el contexto. Poner la misma palabra dos veces en el mismo contexto falsea una de las dos notas. El poema Arte Poética de Borges funciona porque, de manera magistral, logra darle un giro de ciento ochenta grados al contexto, entre una línea y la siguiente. Otro comentario de galería tiene que ver con la palabra «digitaciones». Las pulsaciones de los dedos del pianista tienen la misma raíz que el lenguaje de las computadoras, lo cual hace fácil imaginarse el golpe de cada tecla como la instrucción binaria para que la nave espacial, cubierta de diligentes cosmonautas pingüinos, gire para acá o para allá, se eleve, descienda o se incline con todo e intérpretes, mientras que los atriles permanecen firmes en su lugar gracias a una invisible y exagerada fuerza centrífuga. Los escritores, como los amantes, están siempre al acecho de esos momentos en que la musa se descuida y deja caer, al arreglarse el tocado, una perfumada flor, a la que hay que chuparle cada gota de miel. Releo el final del párrafo anterior y me parece empalagoso, modernista. Tal vez sea mejor no releer. No alcanzan las cuerdas del arpa literaria para un solo acorde que sea fiel al alma humana. Además, todos sabemos de la impotencia de una sola golondrina en la fabricación de los veranos. La literatura es un bosque donde canta toda clase de pájaros, cada uno con diferente inspiración y voz. Hay quienes cantan por dolor, porque su pasado les debe algo y no pueden descansar hasta obtener su anhelada redención. Otros cantan por comida, porque han hecho de la literatura su profesión y saben que sólo escribiendo pueden ganarse el pan de cada día. Otros más por amor, se pasan toda la vida enamorando a la Literatura; esta categoría se subdivide en varias ramas, pero esa es otra canción. Lo importante es que, aunque todos tengamos diferentes voces y motivaciones, nadie es mejor, en un sentido existencial. En el bosque llamado literatura todos los pájaros tienen el mismo derecho a cantar y a quien no le guste, que se tape los ojos. El canto del tucán es feo, pero mientras no trate de cantar como un cenzontle siempre puede haber alguien que disfrute de su canción, aunque sea sólo porque le recuerde el disfraz del cantante, verde-amarillo fosforescente sobre un rápido brochazo, negro como el carbón. Para cada desafinado hay alguien que carece de oído. Yo, por ejemplo, tuve una amiga profesora de literatura, a quien le gustó mi graznido lo suficiente como para invitarme a compartirlo con treinta de sus alumnas. Recuerdo que también les gustó a cuatro de ellas y una me gustó a mí. Al poco tiempo a esa amiga la mataron y nunca pude escuchar su canción. Sin embargo, el recuerdo de aquella noche, hablando sobre escribir un cuento frente a treinta caras jóvenes, unas fingiendo interés y otras con destellos de chispas divinas, me devuelve el eco de mi propia voz. La vida es un relámpago entre dos oscuridades asimétricas igualmente infinitas; nuestra única oportunidad para ser quienes somos. El dilema de Hamlet se convierte en la embriagadora y desoladora consciencia de nuestras posibilidades en un tiempo limitado y con aptitudes escasas. La ecuación de nuestro paso por este planeta siempre es igual a cero. Aquí sólo queda el eco de nuestras manifestaciones, reverberando con cada vez menor intensidad a través de los días, los años y acaso los siglos; creando sus propias y cada vez más diluidas reverberaciones. El que escoja ver pasar la vida indiferente, nos priva para siempre de su irrepetible canción. La vida consciente es un privilegio sobrecogedor, en estas vastedades de tiempo y espacio por las que de manera improbable y milagrosa nos toca transitar, montados sobre la costra verde azulada de un trompo que, silencioso y rápido, va dando tumbos por la eterna oscuridad. En las últimas pasadas uno aprovecha para acentuar los colores, exprimir hasta la última gota y tratar de que suenen todos los instrumentos al mismo tiempo. A mí me habría gustado tocar piano y componer música, no sólo digitar un procesador de palabras. Ser todo lo que somos requiere de un tiempo infinito, además de obvios talentos. Al tiempo que, como todos, ruedo sin remedio hacia la incertidumbre y la oscuridad, de vez en

CÓDICE/18


NOTICIAS DEL CENTRO PEN GUATEMALA

K

arla Olascoaga se entrevistó con Gloria Hernández el jueves 9 de julio por medio de la plataforma Zoom. Nuestra socia Karla Olascoaga supo sondear muy bien la vida y obra literaria y como docente y acompañante de nóveles escritores.

D

entro de las actividades de acercamiento con escritores y escritoras, Gustavo Bracamonte se entrevistó con la escritora puertorriqueña Rubis Camacho. Fue una conversación en la cual Rubis Camacho nos contó sobre su vida y obra literaria; sobre sus vínculos con Guatemala y la intensa actividad literaria que desarrolla en Puerto Rico.

G

ustavo Bracamonte presentó su nuevo libro Fascinación por la fealdad. Comentaron la publicación los académicos Gustavo García Fong y José Manuel Fajardo. El tema del libro dio lugar a que tanto Gustavo García Fong como José Manuel Fajardo filosofaran en torno a la fealdad y al libro. Al final, Gustavo Bracamonte leyó algunos poemas de Fascinación por la fealdad. Esta actividad ahora puede verse en el canal de Youtube del Centro PEN Guatemala.

J

uan Antonio Canel Cabrera conversó con Guillermo Paz Cárcamo sobre historia, sociología, economía, y otros ámbitos del quehacer cultural guatemalteco. Guillermo Paz Cárcamo habló con amenidad sobre los temas tratados; en especial sobre algunos aspectos de algunos de sus nueve libros publicados. La charla puede verse en el canal de Youtube del Centro PEN Guatemala.

E

a reunión Guatemala-Francia, en torno a la antología Resistir, se realizó el jueves 15 de julio de 2020. Fue una reunión emotiva, de la cual, en el cuerpo de este número de Códice, damos amplia información.

E

l 19 de julio de 2020 se realizó nuestra primera Asamblea General por medios virtuales. En ella se informó sobre las actividades realizadas durante marzo hasta la primera quincena de julio.

CÓDICE/19


LA ANTOLOGÍA RESISTIR Juan Antonio Canel Cabrera El 8 de julio de 2020, El PEN Club de Francia y la Fundación Rocío Durán-Barba realizaron la presentación virtual de los cuatro poetas guatemaltecos, miembros del Centro PEN Guatemala, que participaron en la antología Resistir: Karla Olascoaga, BrendaCarol Morales, Gustavo Bracamonte y Roberto Cifuentes. En esa oportunidad, además de los mencionados, participaron Emmanuel Pierrat, presidente del PEN Club de Francia; Rocío Durán-Barba, autora de la antología; Malick Diarra, vicepresidente del PEN Club de Francia y autor del prefacio correspondiente a Guatemala; también Colette Klein, quien realizó la lectura de los poemas traducidos al francés. Debo añadir que los cuatro poetas guatemaltecos añadieron palabras sobre su sentir acerca de la antología y sobre lo que envuelve la palabra «resistir»; además, realizaron la lectura de sus poemas. Tuve el honor de hacer una breve presentación en dicha actividad que, a continuación, transcribo:

A

unque un solo ser humano existiera en el mundo, tendría que poseer, de todas maneras, la capacidad de resistir: a las enfermedades, a los animales salvajes, a las tempestades, etc. Uno resiste a todo lo que implica fuerza, desconocimiento; sobre todo, al poder que domina y se impone; entre más amplio, más somete. Los poderes absolutos se dan cuando encuentran poca o nula resistencia; entonces, aplastan. La historia de Guatemala exhibe, casi como una medalla, una larga tradición de resistencia que, muchas veces, ha tenido que invisibilizarla o urdirla agazapada, ante la desmesura del poder al cual resiste. Esa resistencia ha implicado en nuestra tierra varios genocidios, directos o velados; físicos o culturales; económicos y políticos. El poder no considera un punto ante el cual detenerse; siempre es abarcador; a tal punto llega a sofisticar su alcance que, incluso, a sus mismas víctimas logra convertirlas en cómplices o aliadas. Ha pasado acá en Guatemala y en muchas regiones del mundo que, una vez que el esclavo «recobra» su libertad, se niega a hacer uso de ella porque no encuentra una opción liberadora. Me refiero a cualquier tipo de esclavitud. Y por esas taras que el poder ha impregnado en la sociedad, en general, la resistencia se ha volcado solo contra quienes lo detentan sin detenerse a articular un equilibrio que encamine a la sociedad hacia una justicia humanista. En ese sentido, la misma resistencia enfrenta un debate, en el que han participado intelectuales de la más alta talla, sobre su función como fuerza social. El tema es muy amplio, como para resumirlo en unas palabras contenidas en pocos minutos; por eso, aunque sea de manera breve, y por contener la antología Resistir las voces de escritoras y escritores de esta parte del mundo, quiero traer al caso una realidad que en otras partes del planeta podrá parecer inverosímil pero que acá en Guatemala es una realidad cotidiana: El escritor tiene que resistir a un país que no lee. Tiene que resistir a una indiferencia social hacia el oficio de escritor considerado, en términos generales, una mera distracción, pasatiempo o pose de la persona que lo ejerce. En Guatemala, aunque no es una realidad solo de este país, los escritores carecen del apoyo del Estado no sólo para la atención de sus necesidades económicas en períodos de emergencia o pandémicos, como este que estamos viviendo, sino en materia de creación; es decir, para que la obra logre editarse, publicarse y protegerse en el escaso mercado. Frente a esa necesidad, el Centro PEN Guatemala considera urgente la reflexión y acción sobre ese marginamiento del escritor en el imaginario social como ser productivo; por tanto, en la práctica, descartable o superfluo. En tal sentido, la acción del Estado también es importante; no sólo para unirse a la materialización de un esfuerzo que dignifique a la mayoría de los escritores que viven, prácticamente, un estado de abandono sino, también, para impulsarlo, lo cual implicaría, para comenzar, una política de Estado específica. Es preciso recordar que en Guatemala los escritores, como generalidad, además de escribir sus libros, deben financiar la impresión, distribuir unos pocos ejemplares en librerías a consignación; el resto de los libros, casi como castigo por haberlos escrito, regalarlos. Para finalizar mi intervención, como presidente del Centro PEN Guatemala quiero agradecer, en nombre de todos mis compañeros, al Pen Club de Francia, representado por Emmanuel Pierrat y a Rocío Durán-Barba por este esfuerzo por conjuntar las voces de los escritores que, con voz latinoamericana, se hermanaron en esta antología poética; a este respecto, no debo olvidar las tan repetidas palabras del poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón: La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre». »

Y bien, en este capítulo de la Antología Resistir participaron por Guatemala los poetas Karla Olascoaga, BrendaCarol Morales, Gustavo Bracamonte y Roberto Cifuentes; ellos conjugaron el verbo resistir: yo resisto, vos resistís, ella y él resisten, nosotros resistimos, ustedes resisten, ellos y ellas resisten.

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Muchas gracias.


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