Barranquilla 200 Años

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Hidropuerto en Barranquilla


A Inés Mendoza

Dirección General Ricardo Franco Mendoza Edición y Diseño Enrique Franco Mendoza Coordinación General y Armada Electrónica Ladislao Sereny Gómez Dirección Comercial Myriam Nieto León Fotógrafos Nicolás Santodomingo Luis Charri (Wado) Eduardo Franco Mendoza Pies de Fotos y Leyendas Ricardo Franco Mendoza Corrección de Textos César Tulio Puerta Corrección de Estilo Cristóbal Ospina Coordinación de Investigación y Asesoría Pedagógica Fundación Cultural Convite. Preprensa Zetta Comunicadores Impresión Panamericana Formas e Impresos Una publicación de Consuelo Mendoza Ediciones ISBN 978-958-98756-7-4


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En las primeras décadas del siglo XX, Barranquilla es un centro de comercio consolidado, moderno, vigoroso y en pleno esplendor. El auge económico se reflejaba en la fisonomía urbana de la ciudad. Sólidas y modernas edificaciones, electrificación, calles pavimentadas, automóviles, servicio público de transporte, numerosos almacenes, casas comerciales extranjeras y establecimientos fabriles que prefiguraban una temprana industrialización.


SUMARIO

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Prólogo Barranquilla, la ciudad convertida en libro Jaime Abello Banfi

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Historia Barranquilla, ciudad portuaria Milton Zambrano Pérez

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Inmigrantes Un sueño postergado Thierry Ways

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Empresas y empresarios Barranquilla: auge, crisis y renacimiento de la ciudad y de su empresariado Sergio Paolo Solano

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Arquitectura y urbanismo Barranquilla: historia urbana de una ciudad que se parece a sí misma Ignacio Consuegra

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Literatura Letras barranquilleras Ramón Illián Bacca

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Música Barranquilla: una ciudad que canta y baila con su música Adlai Stevenson Samper

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Carnaval de Barranquilla Las andanzas del carnaval Mirtha Buelvas

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Barranquilla ayer y hoy Plinio Apuleyo Mendoza


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El factor geográfico determina que Barranquilla se convierta a finales del siglo XIX en el principal puerto para el comercio exterior colombiano. Empresas del resto de la costa y del resto del país y empresas y empresarios extranjeros vienen a Barranquilla atraídos por el dinámico mercado que la función portuaria genera en la ciudad.


BARRANQUILLA, LA CIUDAD CONVERTIDA EN LIBRO

Por: Jaime Abello Banfi Director general de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI)

Barranquilla es abierta, móvil y fluida como el río Magdalena y el mar Caribe que la acunan. No fue fundada. Simplemente surgió en una esquina donde se juntan y se mezclan la tierra, el agua dulce y el agua salada. Allí encontraron medios de subsistencia y oportunidades progreso hombres y mujeres que no se resignaban a vivir bajo la férula colonial y buscaban un destino mejor. Antes se solía decir que Barranquilla carecía de historia –lo que es cada vez menos cierto por el avance de las investigaciones sobre historia local–, pero en su devenir ha contado con unos hitos de progreso y orgullo cívico tan significativos, que se ha generado una narrativa unificada y consistente sobre la ciudad y su evolución, como se observa en la coherencia que guardan varios de los artículos que componen este volumen. Esa narrativa, sin embargo, no es hermética. En ella se cuela la diversidad de historias e imágenes de una ciudad que también se puede leer como un libro abierto a múltiples interpretaciones. Los textos de esta ciudad múltiple, mestiza, compleja, están inscritos a lo largo y ancho de su geografía y la vida urbana. En su arquitectura, el bullicio de los mercados, los personajes de la calle, la gastronomía cotidiana, la fiesta pública, los puertos, las empresas y tantas otras manifestaciones de una realidad cambiante, multifacética y aparentemente desordenada. Muchas de esas imágenes e historias están recogidas en este libro que se publica en el marco del Bicentenario, la celebración de uno de esos hitos que enorgullecen a los barranquilleros: el reconocimiento en 1813 por parte del Estado de Cartagena de Indias, de que ese caserío o “sitio de libres” de la época colonial alojaba una comunidad comprometida con la lucha por la independencia republicana, y con una importancia demográfica y económica tales que se justificaba elevarla a la categoría de villa y dotarla con autoridades propias. La economía de la era republicana favoreció a Barranquilla. El villorrio creció a lo largo del siglo XIX hasta convertirse en una verdadera ciudad, gracias a su capacidad de interconectar los modos de transporte fluvial y marítimo sobre las olas de sucesivos ciclos de exportación de productos agrícolas que dinamizaron el comercio internacional de Colombia. A principios del siglo XX Barranquilla era ya capital departamental y primer puerto del país, dando ejemplo como vanguardia en la expansión de la malla urbana, mejoras en los servicios públicos y memorables iniciativas empresariales que todavía enorgullecen la memoria colectiva. La ciudad se consolidó como hospitalario espacio urbano de paz, tolerancia y oportunidades, en el que colombianos provenientes de otras regiones e inmigrantes llegados de otros continentes encontraron trabajo, crearon empresas y pudieron darse una vida mejor. Ese 7


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Barranquilla a principios del siglo XX


El villorrio creció a lo largo del siglo XIX hasta convertirse en una verdadera ciudad, gracias a su capacidad de interconectar los modos de transporte fluvial y marítimo sobre las olas de sucesivos ciclos de exportación de productos agrícolas que dinamizaron el comercio internacional de Colombia.

dinamismo económico y social, esa apertura al mundo exterior, a la modernidad y sus modas, marcó para siempre la tendencia a mantener como seña de identidad una actitud jovial, positiva y emprendedora que todavía caracteriza a sus habitantes, y que no decayó ni siquiera en los difíciles momentos del ciclo adverso, en lo económico y urbano, que la ciudad atravesó en las últimas décadas del siglo pasado. Barranquilla aprendió en estos doscientos años a trabajar y a bailar con igual intensidad, y por eso su carnaval, motor de alegría colectiva, se convirtió en el punto de convergencia cultural de inmigrantes de los más diversos orígenes y de las generaciones venideras de barranquilleros, prosperando tanto o más que los motores de la economía local. Mientras la Barranquilla festiva sigue teniendo su eje en el carnaval, la Barranquilla productiva ha diversificado su vocación económica, que no solo se basa en el corredor portuario dedicado al comercio exterior, sino en el sector industrial y en servir como polo de servicios y comercio de la región Caribe colombiana. Su expansión urbana jalona una dinámica industria de la construcción y ha generado un espacio metropolitano compartido con municipios aledaños de rica historia propia, como Puerto Colombia, Soledad, Galapa y Malambo. La transformación hacia la ciudad-región se puede avizorar desde ahora en la paulatina urbanización de una franja costera cuya espina dorsal es la vía del mar que se dirige a Cartagena. El distrito de Barranquilla parece atravesar un nuevo período de auge: en el contexto de la apertura comercial de la economía colombiana, en virtud de múltiples acuerdos de libre comercio, sobresale entre las ciudades-puertos de Colombia por ofrecer una buena infraestructura y servicios logísticos competitivos, pero con ventajas interesantes para la localización empresarial, y particularmente para la relocalización de industrias del interior del país. Tiene a su favor la escala urbana y la creciente mejoría de su calidad de vida con aspiraciones de gran ciudad, el potencial que ofrece la reactivación del transporte fluvial por el río Magdalena, para lo cual se están haciendo enormes inversiones públicas y privadas y, sobre todo, un diferencial muy positivo en materia de capital social: Barranquilla posee una amplia y diversificada oferta de recursos humanos calificados, tanto en el nivel técnico como en profesionales de ingenierías, administración y disciplinas similares. Al lado de esas ventajas hay muchos y enormes retos para hacer que la ciudad sea más competitiva, ordenada e incluyente y sobre todo evitar que la corrupción termine malogrando los buenos augurios. A la dirigencia le corresponde movilizar el diálogo social, el liderazgo estratégico y las soluciones a los problemas claves pendientes de resolver, para aprovechar como se debe esta oportunidad histórica, montados sobre una ola de expectativas positivas que desde toda Colombia se proyectan hacia Barranquilla. 9


Historia

BARRANQUILLA, CIUDAD PORTUARIA Al iniciarse el período republicano Barranquilla tan solo era un modesto caserío de pescadores y vaqueros que desde el período colonial hacía las veces de un puerto fluvial de poca importancia y de un puerto marítimo de tercer orden. No obstante, al promediar el siglo XIX se había convertido en el primer puerto marítimo y fluvial del país y gracias a ello en un vigoroso centro comercial e industrial alrededor del cual se consolidó una floreciente metrópoli moderna, cosmopolita y vanguardista. Milton Zambrano Pérez

A comienzos del siglo XXI se abrió otra etapa de florecimiento de Barranquilla como puerto para el comercio exterior colombiano. La firma de tratados de libre comercio con diversos países y asociaciones internacionales coloca de nuevo en primer plano la función portuaria de nuestra ciudad en el contexto de la economía nacional e internacional. Pero ese papel de puerto de primer orden tiene una historia, que es la que recorreremos a partir de este momento.

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En 1813 Barranquilla se había consolidado como el principal puerto fluvial en el bajo Magdalena; en tiempos del movimiento independentista, los comerciantes de Barranquilla se alinearon con la causa de Cartagena. Bajo el mando militar del coronel francés Pierre Labatut, los barranquilleros se toman Santa Marta, pero luego son expulsados. El presidente de la Junta de Gobierno, Rodríguez Torices, organiza una nueva expedición, dirigida por él mismo y se traslada a Barranquilla a principios de abril de 1813, donde establece el Estado Mayor de lo que llamó “Ejército de Observación”. La pretensión de Torices era involucrar a todos los barranquilleros en la causa de la guerra de Cartagena contra Santa Marta, prometiendo la supremacía portuaria. Pronunció un discurso contra el odiado rey de España y le entregó a la ciudad el Premio al Patriotismo, en una ley expedida por el Congreso de Cartagena en que elevó el sitio a Villa el 7 de abril de 1813.

Un poco de historia Barranquilla se inició en la época colonial como un “surgidero”, nombre de aquellos lugares donde se reunía la gente debido a diversas actividades relacionadas con la navegación, la minería o el comercio, entre otras. Se sabe que el origen de la urbe no se puede datar con precisión, pues esta no fue fundada deliberadamente mediante un acto único y formal ya que fue el resultado de la descomposición y de la influencia de diversos embriones, entre


piente comercio, para generar un poblado diferente que desplegaría todo su potencial portuario en el siglo XIX. Varios factores influyeron para que Barranquilla se transformara a finales de ese siglo en el principal puerto para el comercio exterior colombiano. En primer lugar, la más importante arteria para sacar e introducir mercancías y personas del interior del país era el río; en segundo término, Cartagena y Santa Marta enfrentaban graves problemas de comunicación con este, debido que no eran puertos situados en sus riberas sino sobre el mar Caribe, conectados al río a través del Canal del Dique (Cartagena) o de los caños y ciénagas, en el caso de Santa Marta.

los cuales se destaca la desintegración de la hacienda de San Nicolás, del encomendero y hacendado de Coro, Nicolás de Barros y de la Guerra. El “surgidero” inicial derivó su impulso de los indígenas, bogas y hombres libres que se movían alrededor de las barrancas formadas en la parte occidental del ancho río, que utilizaron aquel primer Sitio de Libres para introducir y sacar mercancías al detal, eludiendo los controles o los impuestos exigidos por la Corona española. Gentes de diversa procedencia y condición, utilizando al gran Magdalena como cordón umbilical, se aglomeraron poco a poco alrededor de labores económicas como la ganadería, la agricultura, la artesanía y el inci-

El río Magdalena durante todo el período colonial había sido no solo la principal, sino la única arteria que permitió la comunicación, el control político y militar del vasto territorio y el intercambio económico entre el mundo y el interior de las provincias neogranadinas. Una vez lograda la independencia, para los nuevos gobernantes era claro que el desarrollo de una potente y moderna navegación resultaba estratégica y vital para la integración político-administrativa y para el desarrollo económico. Los líderes de la independencia sabían de los importantes desarrollos que en materia de navegación a vapor se registraban en los grandes ríos norteamericanos como el Mississippi y el Hudson, y en Europa en el Rin, el Támesis y el Sena.

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El sector del centro y del mercado de la actual Barranquilla era una red de caños y lagunas en medio de la cual sobresalían algunas islas y se afirmaban unas barrancas. Estos cuerpos de agua estaban conectados directamente con el río; el sistema hídrico sirvió para el intercambio comercial entre las comunidades que poblaron las riberas del río y ha sido utilizado, desde tiempos de la Colonia hasta hoy, como puertos de embarque y desembarque, tal fue el caso de los puertos de la Intendencia Fluvial, del caño de las Compañías y el puerto Real.

Esa situación de los dos puertos más importantes durante la Colonia afectaba negativamente la movilidad y los precios de las mercancías que salían y entraban a Colombia, por el incremento de los costos de transporte. Era imprescindible encontrar una solución, y la alternativa del Gobierno nacional y de los empresarios consistió en desarrollar otro puerto mejor conectado con el Magdalena para reducir los tiempos de traslado y los costos de movilización de las mercancías y personas. Barranquilla aprovechó su ventaja geográfica comparativa al estar ubicada en la parte occidental del ancho río. Otra vez el Magdalena le insuflaba el impulso decisivo, tal y como ocurrió a principios del siglo XVII cuando surgiera aquel Sitio de Libres que fue en parte heredero de las comunidades aborígenes que habitaron su desembocadura en la época colonial. Pero el proceso de conversión a principal puerto para el comercio exterior colombiano fue lento y difícil, como consecuencia de la presión de los empresarios de Santa Marta y Cartagena. Lento también era el desarrollo institucional y demográfico de la población, sin contar con el importante estímulo de la actividad portuaria de la segunda mitad del siglo XIX. Sitio de Libres a partir de las rancherías levantadas en las Barrancas de San Nicolás de Tolentino. Capitanía Aguerra del Partido de Tierradentro en 1772, con su juez letrado. En 1810 era una simple parroquia convertida después en Villa el 7 de abril de 1813 debido al apoyo que sus habitantes le ofrecieron a los revolucionarios carta-

generos en el marco de la Independencia. En 1857, con motivo de la reorganización territorial que reemplazó a la antigua Provincia de Cartagena por el Estado Soberano de Bolívar, se le concedió el título de Ciudad. Pero ningún progreso institucional o político de finales de la época colonial o de principios de la era republicana superará a los profundos cambios que sufre la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX como resultado de su rol en el comercio exterior colombiano. Si bien durante la Colonia sirvió de lugar para desembarcar y sacar bienes, solo en el siglo XIX se desarrolla plenamente su papel portuario de la mano del comercio exterior. Pero la ubicación privilegiada de la villa y de la ciudad tenía la limitación del inestable banco de arena en las Bocas de Ceniza, que complicaba el acceso de embarcaciones de mayor calado que los bongos, canoas o champanes que operaron por sus aguas en el período colonial. El puerto fluvial y el mar Ese problema geográfico estimuló la búsqueda de puertos marítimos satélites sobre la bahía de Sabanilla que sirvieran de complemento al puerto fluvial enclavado sobre los caños y ciénagas donde se expandía la urbe. El primero de estos fue Sabanilla, que se comunicaba con Barranquilla a través del canal de la Piña y de polvorientos e inadecuados caminos. A pesar de todo, el general Mariano Mantilla había habilitado en 1820, mediante decreto, a ese puerto para la introducción de mercancías extranjeras con el propó-


La ubicación geográfica de Barranquilla determinó su vocación de puerto fluvial y marítimo. Situada sobre la margen izquierda del río Magdalena –la principal y por más de cuatro siglos la única arteria fluvial para entrar a Colombia–, a pocos kilómetros de su desembocadura en el mar Caribe y en la mejor esquina de Sur América respecto de las rutas del comercio marítimo internacional.

La consolidación del complejo Sabanilla-Barranquilla como puerto marítimo y la afirmación de la ciudad como primer puerto fluvial impulsaron el desarrollo de Barranquilla desde mediados del siglo XIX. Sin embargo este progreso se veía frenado por las dificultades que para la navegación presentaba el canal de la Piña. Se abrió paso entonces la construcción de un ferrocarril que uniera el puerto de Sabanilla con Barranquilla. La firma alemana Hoenigsberg, Wessels & Cía. inauguró la

vía férrea el 1˚ de enero de 1871. Esa obra, conocida con el nombre de Ferrocarril de Bolívar, convertiría a Barranquilla con el tiempo en el primer puerto del país. Cuatro años después los alemanes venden la línea a la nación y esta la negocia en 1883 con Carlos Uribe quien en 1884 la vende al ingeniero cubano-americano Francisco Javier Cisneros, que se comprometió a extender la línea y construir un muelle en otro punto de la costa, vecino al puerto fluvial de Barranquilla, que

brindara las condiciones requeridas para el acceso de vapores de gran capacidad ya que Sabanilla presentaba problemas de sedimentación y bajo calado. Por el muelle de Puerto Colombia entró la modernidad a Colombia y gracias a él Barranquilla se convirtió en una ciudad pujante y cosmopolita. Bajo su influjo, como dice Eduardo Posada Carbó, de mero centro portuario Barranquilla se fue transformando en epicentro regional.

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La construcción del muelle y del ferrocarril en Puerto Cupino dió lugar a la fundación del municipio de Puerto Colombia que se pobló con los trabajadores de dichas obras.

Hoy conocido como El Castillo de Salgar, el “Fortín de San Antonio” fue parte y testigo del inicio, auge y decaimiento de la actividad portuaria de Sabanilla, Salgar y Puerto Colombia. Sirvió como punto de control del contrabando en tiempos de la Colonia, como edificio de aduanas en tiempos de la República y hasta de cárcel, refugio y colegio en tiempos más recientes. En la actualidad es la sede social de una caja de compensación y un punto de interés turístico que vale la pena visitar.

sito de que los derechos de importación fueran utilizados por las tropas republicanas, devastadas económicamente luego de la guerra contra España. En febrero de 1849 el presidente de la república, Tomás Cipriano de Mosquera (también mediante decreto), otorgó a Sabanilla la categoría de puerto nacional para recibir importaciones. Pero los problemas de comunicación entre Barranquilla y Sabanilla y la presión de los empresarios de Santa Marta y Cartagena relegarían para otros tiempos el auge del complejo, que resultó inevitable debido a las complicaciones de Cartagena y Santa Marta para conectarse con el río y a la necesidad del Gobierno nacional de expandir el comercio exterior buscando mejorar sus ingresos. Se sabe que a las exportaciones tradicionales de oro y otros bienes primarios durante el siglo XIX, se agregó la de productos agrícolas como la quina, el añil, el tabaco y el café. Estos dos últimos fueron decisivos para convertir el complejo en uno de los puertos más importantes del país y en el primero al morir ese siglo, de la mano de la estabilización de la exportación de café en la década de 1890 . El tabaco que se producía desde la primera mitad del diecinueve en la cercana población de El Carmen de

Bolívar salía de manera más económica por el puerto de Barranquilla. La ausencia de carreteras, ferrocarriles y otros medios que redujeran los tiempos de traslado y abarataran los costos de transporte, jugaba siempre a favor del desarrollo del complejo. Además, la cercanía del río Magdalena a esa población bolivarense permitía conectar mucho mejor a ese centro de producción de tabaco con Barranquilla que con Cartagena o Santa Marta. El impulso definitivo para el desarrollo portuario de la ciudad provino de la expansión de las exportaciones cafeteras. Estimuladas por el Gobierno y de la mano de empresarios del interior del país, tales exportaciones se habían incrementado en las últimas décadas del siglo bajo la atracción de la demanda externa. Una combinación de circunstancias internacionales (como el incremento sostenido del consumo de café en Europa y los Estados Unidos) y la necesidad de ganancias y de impuestos en el país habían logrado que la producción y exportación de este bien primario se estabilizara a finales del siglo, hasta convertirse en el principal producto de exportación de Colombia y en el motor del desarrollo del mercado interno, ya entrado el siglo XX.


del Estado y de los empresarios extranjeros y nacionales que se arriesgaban a invertir en los nuevos proyectos de transporte o a estructurar empresas para beneficiarse de los nuevos ritmos y nichos de desarrollo. Esta situación general está en la base de lo que ocurrió en Barranquilla con su desarrollo portuario. Es muy difícil entender el papel del Estado nacional, de los empresarios del país y del exterior y de los gobiernos regionales, al margen de las necesidades económicas que orientan la acción de los grupos públicos y privados. Esto no niega la importancia de los pioneros, sino que sirve para explicar mejor cómo y por qué cumplieron su rol y cuáles fueron las limitaciones o ventajas con las que actuaron en su escenario histórico. De acuerdo con lo anterior, fue inevitable que Barranquilla y sus satélites sobre el mar Caribe rebasaran poco a poco a sus hermanas Santa Marta y Cartagena como

El puerto y la economía nacional Barranquilla supo aprovechar las bonanzas exportadoras del siglo XIX y la normalización de la exportación cafetera de finales de ese siglo. Además de la influencia de los pioneros nacionales y del exterior es importante entender cuáles fueron los patrones del desarrollo económico nacional que influyeron en la ciudad para explicar de manera más completa cómo y por qué se produjo su progreso portuario. Desde ese ángulo, lo que condiciona tal avance son las necesidades económicas del país, expresadas en el interés de sus empresarios y en la urgencia del Gobierno por obtener ingresos con que sufragar sus gastos e inversiones. La expansión de la economía nacional y la ampliación de las exportaciones como necesidad prioritaria para incrementar la base impositiva, se sobreponían a cualquier interés local o regional y dirigían la acción

El desarrollo industrial en Colombia solo comienza de manera tardía con el siglo XX. Por lo tanto durante el siglo XIX lo que generaba excedentes monetarios y divisas era el comercio exterior. En el caso del crecimiento económico de Barranquilla, la punta de lanza la constituían el comercio y la función portuaria (eran los dos ejes). La función portuaria jalona el comercio exterior y por eso Barranquilla se convierte en el principal puerto para el comercio de importación y exportación colombiano desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX. El desarrollo de infraestructura se realiza con el fin de mejorar la calidad y capacidad portuaria. Aparecen entonces grandes obras de interés nacional como el Ferrocarril de Bolívar, el muelle de Puerto Colombia, la Intendencia Fluvial, el edificio de la Aduana. Ahí está todo el proceso que lleva a consolidar el puerto complejo y hacer más fluido el ingreso y salida de mercancía para el comercio mundial.

Los fines de semana el ferrocarril de Bolívar ofrecía despachos en horarios especiales entre Barranquilla y Puerto Colombia, por entonces un agradable balneario.

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Datos históricos En 1845 Tomás Cipriano de Mosquera lanzó como uno de sus programas urgentes la reactivación de la navegación en el río. En 1846 se creó en Santa Marta la Compañía de Vapores, que en una época de floreciente comercio del tabaco, prometió poner en servicio los vapores Magdalena y Nueva Granada. Después de 1850 el 75 % del tráfico del río era llevando tabaco hasta Barranquilla y de allí a Sabanilla. En 1849 un nuevo decreto confiere a Sabanilla plena capacidad portuaria lo que sumado a la cercanía de este puerto al río Magdalena se traduce en un gran tráfico de comercio de importaciónexportación, en detrimento de los puertos de Santa Marta y Cartagena, que no tenían la ventaja de la arteria fluvial. La habilitación de Sabanilla como puerto para la importación significó un notable avance para la ciudad de Barranquilla. El complejo portuario, pese a las dificultades de navegación que presentaba el canal de la Piña, se convirtió muy pronto en el primer puerto de exportación, superando a Cartagena y Santa Marta. La importancia de Barranquilla era tal que en 1857 sería ascendida a la categoría de ciudad demarcando el Concejo municipal tres zonas urbanas: barrio abajo, barrio arriba del río y centro. En 1861 gran parte del auge comercial y portuario se debía al comercio de la quina que llegó a ocupar uno de los puestos más importantes entre las plantas medicinales del mundo y se convirtió, en la década de 1970, en el principal producto de exportación del país. En 1871, para hacer más eficiente la comunicación entre Sabanilla y Barranquilla, se planteó la construcción de una vía férrea. Los trabajos se iniciaron en 1869 y el ferrocarril se inauguró en 1871. La construcción del ferrocarril entre el puerto marítimo y el puerto fluvial potenció y amplió el tráfico comercial.

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principal puerto para el comercio exterior colombiano, sobrepasando las presiones e intrigas regionales o locales que se originaban en los intereses de los comerciantes y transportadores de esas ciudades que veían como un gran peligro el ascenso portuario de Barranquilla. En las circunstancias históricas de aquellos tiempos, nada ni nadie podía evitar que se produjera el fenómeno de Barranquilla. Consciente de impulsar el desarrollo económico por la vía de las exportaciones, el Gobierno nacional buscó atraer inversionistas y técnicos nacionales y extranjeros capaces de implementar proyectos que mejoraran la infraestructura de transportes para ampliar la base productiva y el movimiento comercial. El hecho de que el país careciera de suficientes técnicos y de empresarios con capitales y experiencia, provocó que los gobernantes invitaran a los Estados amigos y a sus empresarios a que ingresaran a Colombia a trabajar ofreciéndoles una amplia gama de estímulos, motivados todos por el deseo de ganancia y el ideal de lo práctico. Era obvio que esos capitales, técnicos y empresarios no se podían buscar en España, cuyas heridas por la Independencia aún estaban frescas. Había que traerlos de

las potencias europeas del momento y de la más importante nación de América, los Estados Unidos. Por esa razón las relaciones comerciales con Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos fueron acompañadas con inversiones provenientes de esos países, y de esos Estados llegaron también la mayoría de los técnicos comprometidos con proyectos de infraestructura. La navegación a vapor y la economía nacional Un caso sintomático fue el de Juan Bernardo Elbers, de origen alemán pero nacionalizado colombiano. Mediante un decreto del Congreso del 3 de julio de 1823 se le otorgó a Elbers un monopolio de veinte años para explotar el uso de barcos de vapor por el río Magdalena, con el compromiso de que en el plazo de un año pusiera a navegar sus barcos sobre el Magdalena, lo cual no cumplió a cabalidad. Dos vapores comprados en los Estados Unidos (el General Santander y el Gran Bolívar) no llegaron al concluir el año, por lo que en enero de 1824 adquirió el barco Fidelidad, que tuvo muchas dificultades para cruzar por Bocas de Ceniza pero que realizó varios viajes hasta San


Pablo, aunque sin ser muy adecuado para las condiciones del río debido a su tamaño. A pesar de que nunca pudo concretar un servicio eficiente y continuo, a Elbers se le considera el pionero de la navegación a vapor por el río Magdalena. Nunca pudo resolver los difíciles problemas de navegabilidad que presentaba el río, pues los barcos comprados en los Estados Unidos debían ser de un tamaño que soportara el viaje marítimo, pero por eso se volvían inadecuados en las aguas del Magdalena. Ni siquiera su intento desesperado de construir sus propios barcos en un astillero en Barranquilla (en el cual puso a trabajar al piloto Santiago Reeve en la preparación del vapor Susana) lo salvó de la rescisión del contrato de monopolio. Un decreto firmado por el presidente de la república en 1837 declaró la libertad de navegación en el Magdalena, dándole la estocada final al pionero de la navegación a vapor en Colombia. Después de este primer intento fallido, esa navegación empezó a desarrollarse y estabilizarse de la mano de otros empresarios extranjeros y nacionales. Un súb-

dito inglés, Robert Joy, dio un puntillazo fundamental en 1856 al unir la mayor parte de las pequeñas empresas existentes con la creación de la Compañía Unida de Navegación por Vapor en el Río Magdalena. Otro paso trascendental fue que Joy estableció la sede en Barranquilla, dejando a un lado a Santa Marta y a Cartagena. En esta población se ampliaron las oficinas, las bodegas, los talleres, los astilleros y los muelles en una clara señal de que este sería el epicentro de la navegación fluvial. La sociedad dirigida por Robert Joy contribuyó muchísimo a regularizar la navegación a vapor en las décadas siguientes. En 1881 fue reorganizada en Nueva York y recibió el nombre de United Magdalena Steam Navigation Company, denominación que prevaleció hasta el año 1890 cuando fue comprada por la Compañía Colombiana de Transportes por 240.000 pesos. A finales del siglo XIX existieron otras empresas navieras en el río, algunas de las cuales tomaron por sede a Barranquilla. Entre ellas estaban la Empresa Fruhling y Goschen; la Compañía Henry Wells; la Alexander Wekbecker; la Compañía Anónima; la Nacional de Vapo-

Desde mediados del siglo XIX Barranquilla se convirtió en el epicentro de la navegación a vapor por el río Magdalena. El sistema de caños y cuerpos de agua permitía que las embarcaciones que cubrían las rutas del río, ingresaran a la ciudad y fondearan de manera segura en las tranquilas ensenadas de Barranquilla facilitando las labores de cargue y descargue de mercancías así como de embarque y desembarque de pasajeros. Desde la década de 1920 se construyó el edificio de la Intendencia Fluvial frente al caño de las Compañías. Además de controlar todo lo relacionado con el tráfico fluvial de vapor funcionó también como terminal de los pasajeros que utilizaban los vapores como medio de transporte. Cuando el país abandonó el río y los vapores cayeron en desuso, el edificio fue abandonado.

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res; la Compañía Alemana; la Antioqueña; la Internacional y la Empresa Cisneros. Pero en los últimos 15 años del siglo XIX, la Compañía Colombiana de Transportes manejó la mayor parte de la carga y de los pasajeros en las aguas del río. Fundada en 1886, se fue convirtiendo muy rápido en la primera empresa moderna de navegación fluvial por el río Magdalena. Integró a las más importantes compañías, como la Unida, la Alemana, la Internacional y la Cisneros, bajo la dirección de Jacobo Cortissoz y del reconocido ingeniero cubano-americano Francisco Javier Cisneros. En las sociedades de navegación fluvial que convirtieron a Barranquilla en su sede permanente hubo inversiones de capitalistas nacionales y extranjeros que reconocían el papel creciente de la ciudad como puerto para el comercio exterior colombiano. El hecho de que la urbe fuera favorecida con tales inversiones tenía mucho que ver con su rol portuario, con la expansión del comercio exterior del país y con las necesidades del Gobierno nacional.

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Hamburg-Amerika Linie fue una compañía que operaba desde el puerto de Hamburgo y ofrecía a Colombia en sus itinerarios. Desde fines del siglo XIX hasta los años 1930, Barranquilla fue el principal punto de entrada a Colombia de miles de inmigrantes.

Los cambios en la infraestructura portuaria y el papel del Estado y de los empresarios Su progreso portuario durante el siglo XIX estuvo siempre mediado por esas condiciones, que ayudaron a impulsar importantes obras de infraestructura de la mano del gobierno central y de los capitales de inversionistas del país y del exterior. Eso es notorio en la construcción

del ferrocarril que la unió con sus puertos satélites sobre la bahía de Sabanilla y en la creación de empresas comerciales, bancarias e industriales que la convirtieron en importante polo de desarrollo regional. El puerto fluvial dinámico tenía la necesidad de integrarse con sus satélites en el mar Caribe a través de un medio de transporte moderno que reemplazara los polvorientos caminos y los problemáticos canales, para hacer más eficiente el comercio y el traslado de pasajeros. La mejor solución fue la del ferrocarril, por lo cual los gobiernos de Bolívar y de la nación empezaron a crear las condiciones legales para construir uno que uniera a Barranquilla con Sabanilla. En mayo de 1865 la Convención Constituyente del Estado Soberano de Bolívar expidió la Ley 14 que facilitaba el inicio de las obras contando con la iniciativa privada. Bajo las disposiciones de esa ley, Ramón B. Jimeno y Ramón Santo Domingo Vila firman un contrato para empezar la construcción del Ferrocarril de Bolívar. Por incapacidad técnica y financiera esos dos empresarios traspasan en 1869 el contrato a la compañía alemana Hoenigsberg, Wessels & Cía., que construye el tramo para unir a Barranquilla con Sabanilla. Ese trayecto es inaugurado el 1 de enero de 1871; después el ferrocarril deberá ser extendido hasta Salgar y luego hasta Puerto Colombia, por los problemas que presentaba la bahía para el atraque de los buques transoceánicos.


El punto de arranque del Ferrocarril de Bolívar desde la ciudad fue la Estación Montoya. La línea férrea se prolongó hasta Puerto Colombia en 1888. Entretanto, el Gobierno nacional lo había comprado a la compañía alemana por 600.000 pesos, una vez se completó el tramo hasta Salgar. Carlos Uribe había adquirido los derechos sobre la obra a la nación, pero rápidamente los negoció con Francisco Javier Cisneros, quien se alió con empresarios ingleses para constituir a finales de los años setenta la Barranquilla Railroad and Pier Company, empresa que llevó el ferrocarril hasta Puerto Colombia y que construyó, también, el muelle de Puerto Colombia. El Ferrocarril de Bolívar fue decisivo para consolidar el rol portuario de la ciudad. Sin que desaparecieran del todo los problemas derivados de la inestabilidad de la bahía para el atraque de las grandes embarcaciones transoceánicas, el muelle eliminó la dificultad mayor de trasladar a las personas y mercancías de los grandes barcos a tierra a través de embarcaciones inadecuadas. Y todo el sistema contribuyó a reducir los tiempos de traslado y a abaratar los costos del transporte.

El factor que realmente afianzó la supremacía comercial de BarranquillaSabanilla fue el ferrocarril que las unió. Este hizo de Barranquilla-Sabanilla el primer puerto del comercio exterior de Colombia. El 20 de septiembre de 1871 se inauguró la Estación Montoya como terminal de la línea férrea en Barranquilla. Fue bautizada así en honor al pionero de la navegación a vapor, el antioqueño Francisco Montoya, se construyó en su mayoría con materiales de la ingeniería ferroviaria, con anchos muros de mampostería y bloques de argamasa de ladrillo blanco. Las vigas de madera y el entramado del techo se hicieron en su totalidad con pino canadiense y el hierro forjado fue especialmente traído de Inglaterra. El conjunto republicano, armonioso y simétrico, con numerosos balcones, acusa una marcada influencia de la arquitectura de las Antillas.

Ese fue el impulso definitivo para convertir a Barranquilla en el principal puerto para el comercio exterior a finales del siglo XIX. Este hecho se vio reforzado por la estabilización de la producción y exportación de café, que había servido de estímulo para que se adelantaran esas obras de infraestructura y que, a la postre, ayudarían a consolidarlas. El río, un ídolo tutelar…, el puerto y los inmigrantes No les falta razón a los historiadores cuando sostienen que Barranquilla se lo debe casi todo al río. Su ascenso a principal puerto del comercio exterior colombiano se debió a su estratégica ubicación geográfica sobre la margen occidental del ancho Magdalena. Y su posterior desarrollo comercial, bancario e industrial, se asocia también a su papel portuario, que la transformó en un nicho para invertir y para construir economía. A finales del diecinueve la ciudad era un dinámico polo de desarrollo regional con una estrecha vinculación con el centro del país a través del río, que atraía inmigrantes 19


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Las obras construidas por Cisneros fueron la prolongación de la vía férrea entre la estación de Salgar y Puerto Colombia. El muelle fue inaugurado el 15 de junio de 1893; la creación y el desarrollo de empresas dedicadas a la navegación fluvial en Barranquilla promovió la llegada de capitanes y prácticos ingleses e irlandeses, escoceses, italianos, norteamericanos y de muchas otras nacionalidades. Este elemento humano, portador de saberes técnicos desconocidos en nuestro medio, con conexiones en los centros del desarrollo y del comercio mundial y con un espíritu emprendedor y voluntad empresarial, contribuyó de manera definitiva para que Barranquilla se consolidara como el primer puerto fluvial sobre el Magdalena superando de lejos a Remolino y Calamar. El aporte de las empresas fluviales fue fundamental en el desarrollo del talento humano, pues muchos jóvenes barranquilleros aprendieron en ellas técnicas de administración de empresas moderna. Conocieron sistemas contables y los procesos del comercio a gran escala.

Inauguración de la carretera entre Barranquilla y Puerto Colombia en 1931 por parte del gobernador Juan B. Fernández. Esta vía fue promovida y construida por los hermanos Robert y Karl Parrish quienes buscaban impulsar el turismo.

nacionales y extranjeros. La inmigración extranjera se componía de gentes con capitales, experiencia y relaciones para abrir empresas capitalistas que aprovecharan las ventajas comparativas de la urbe como punta de lanza de la apertura comercial de la nación hacia el mercado mundial. Este proceso fue acelerado por la construcción del Ferrocarril de Bolívar, del muelle de Puerto Colombia y de las obras complementarias destinadas a mejorar la circulación del comercio exterior por el puerto complejo formado por Barranquilla y su puerto marítimo. Por eso llegaron empresarios norteamericanos, alemanes, ingleses, italianos, franceses y de otros lugares interesados en invertir en los diversos renglones en que avanzaba la economía local, pero sobre todo en el comercio. De hecho, en los negocios de comercio y de finanzas es donde se presenta la formación del mayor número de sociedades colectivas y de otro tipo. Esto se debió a que el puerto atrajo a una gran cantidad de agentes nacionales y extranjeros que buscaban favorecer los intereses de las empresas que representaban. Muchos de esos agentes eran socios de las empresas comerciales representadas (o lo fueron posteriormente) y varios de ellos lograron enriquecerse, organizar sociedades independientes y establecerse aquí definitivamente. Esa es la raíz del cosmopolitismo que se observa en Barranquilla a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Con la estructuración de la función portuaria se jalonaron otras actividades económicas. Ya no fueron solo

las empresas navieras las que tomaron como base a Barranquilla, sino las compañías industriales, comerciales y bancarias donde participaban capitalistas extranjeros y nacionales. El eje de las actividades de esas empresas era el comercio de importación y exportación. Una pequeña muestra servirá para ilustrar este punto. Aepli, Eberbach y Cía., sociedad formada por W. Aepli, de Suiza, y por Ernesto Francisco Eberbach y Carlos A. Kapeler, de Alemania, se encargaba de negocios de importación y exportación y servía como agente o representante comercial de la Compañía Hamburguesa Americana de Vapores, aparte de ser agente general para los departamentos de Bolívar, Magdalena y Santander de las máquinas de coser Singer. Tenía almacén en la plaza, donde negociaba mercancías extranjeras y, además, exportaba al mercado mundial productos del país. Fue constituida a finales del siglo XIX, en la época del ascenso portuario de la ciudad. La sociedad O’Berne y Cía. se creó en 1892 para importar mercancías inglesas, francesas, españolas, alemanas y americanas que distribuía en la región y en el resto del país. Vendía objetos de ferretería, herramientas, repuestos para máquinas de vapor, artículos para uso de buques de vela, licores, conservas, útiles de escritorio, objetos de fantasía y otras mercancías. Sirvió de agente de compañías de seguros de transporte, entre las cuales estaba la Varein Hamburguer Assecuradeure. La sociedad era dirigida por el ciudadano francés Oswald Berne


alemán Louis Gieseken. Este negociante hizo parte de la sociedad H. Schuette, Gieseken y Cía., cuyo domicilio principal estaba en Bremen, Alemania. Dicha sociedad se ocupó de negocios de comercio, incluidos los de comisiones. Compraba y vendía acciones, negociaba títulos fiduciarios y efectuaba operaciones bancarias usuales en el comercio. Gieseken había sido socio de la compañía regular colectiva de comercio Gieseken & Held, al lado del alemán Adolfo Held, que se ocupó de operaciones de importación, exportación y del despacho de comisiones, entre otros. Gieseken & Held poseía importantes acciones en el transporte fluvial. Manejó también el privilegio de la Lotería de Bolívar, cedido por su fundador en Carta-

y por el súbdito alemán Carl Teodor Prencke, ambos vecinos de Barranquilla. Cabe destacar que los empresarios asentados en la urbe se movían en diversos renglones económicos buscando maximizar sus ganancias y proteger sus activos. No es raro que combinaran inversiones en la navegación fluvial, en sociedades ganaderas o agrícolas, en el comercio exterior y regional y hasta en las finanzas y la industria. Esto era así por el poco desarrollo diferenciado de los renglones económicos, lo cual convertía a los capitalistas en negociantes dispuestos a invertir en las ramas más seguras y rentables. Un ejemplo para ilustrar esa diversificación económica tan extendida lo constituye la labor del empresario

La construcción del muelle de madera de 861 pies de longitud y una profundidad en su extremo de 14 pies, significó un hito en el desarrollo portuario aunque luego tuvo que ser reemplazado por un muelle de hierro que fue inaugurado el 15 de junio de 1893; tenía una longitud de 4.000 pies, incluida una plataforma o “cabeza” en su extremo de 50 pies de ancho por 600 de longitud, que permitía atender dos buques a cada lado de la “cabeza”. El complejo portuario Barranquilla-Puerto Colombia manejaba prácticamente todo el comercio exterior del país.

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gena, N. de Zubiría. Eran propietarios del periódico El Anunciador y agentes de la compañía de seguros contra incendio Hamburguesa-Bremesa, de Hamburgo, y de la Comercial Unión, de Londres. Aparte de esto, en su gran almacén de Barranquilla vendían mercancías extranjeras y nacionales, comercializando grandes volúmenes de café, tabaco y sal. La riqueza amasada por los capitalistas nacionales y extranjeros en sus negocios (que tenían por eje el comercio exterior y la función portuaria de Barranquilla) sirvió para expandir el mercado local y para diversificar su economía. El desarrollo económico de la ciudad en el tránsito del siglo XIX al siglo XX se movió alrededor de la actividad portuaria y comercial.

Las dificultades del puerto complejo y sus soluciones Poco a poco las ganancias empezaron a irrigarse al ambiente citadino extraeconómico a través de la construcción de barrios modernos y de obras públicas que le fueron cambiando la fisonomía a Barranquilla. El Prado y otras urbanizaciones planeadas expresaron la pujanza de la urbe, al lado de la pavimentación de sus calles, de la mejora en los medios de transporte,

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Al inicio de la década de 1870, un canal navegable se abrió espontáneamente a través de la barra que obstruía la desembocadura. Por eso, a partir de 1875 se despertó un interés creciente en la apertura de Bocas de Ceniza para que grandes trasatlánticos llegaran a Barranquilla. La titánica obra de ingeniería se inauguró en 1936, pero desde entonces su mantenimiento se convirtió en un reto permanente para los empresarios de la ciudad.

del montaje de empresas de servicios públicos y de la creación de clubes sociales que congregaron a los sectores pudientes. El impacto del progreso económico se expresó también en el surgimiento de nuevas clases sociales y en un crecimiento poblacional que solo podía explicarse en función de las oleadas de migrantes nacionales y extranjeros que se incrementaron al morir el siglo XIX y al nacer el siglo XX. Esa mayor densidad poblacional está en la base de los múltiples problemas sociales que aparecieron con el correr del siglo XX, pero también alimentan el desarrollo de la ciudad en todos los planos. Barranquilla había surgido gracias a la influencia bienhechora del río Magdalena. Pero ese río tenía sus problemas relacionados con el calado y con la barra de arena de Bocas de Ceniza, que evitaba el ingreso de los grandes buques marítimos a la propia ciudad. En cierto modo la historia fluvial barranquillera fue bastante parecida a la de Sevilla, en España, que había sido el más importante puerto para el comercio exterior de la Carrera de Indias en la época colonial. Las grandes embarcaciones transoceánicas no podían llegar hasta Sevilla remontando el río Guadalquivir porque lo impedía una gruesa barra de arena ubicada en su desembocadura.


Apeertura de Bocas de Ceniza 1925, Parrish

retomaran las viejas ideas relacionadas con la apertura de Bocas de Ceniza para el ingreso de las grandes embarcaciones marítimas hasta la propia ciudad, remontando el Magdalena. La necesidad de reducir costos de operación y los riesgos propios de una bahía problemática estimularon a los empresarios locales y al Gobierno a realizar estudios y a buscar ayuda técnica y financiación para abrir las Bocas de Ceniza. Las obras de construcción del canal de acceso arrancaron en firme en 1925. Pero tuvieron más de un tropiezo económico y se estancaron hasta 1933, cuando el Gobierno nacional celebró un contrato con Robert H. Parrish, quien representaba a la Compañía del Puerto y Terminal de Barranquilla.

El mismo problema lo tuvo Barranquilla, por lo cual se vio forzada a integrarse con varios puertos marítimos satélites ubicados en la bahía de Sabanilla. Pero todos esos puertos sufrieron la inestabilidad de la bahía, en parte provocada por la influencia del río Magdalena, por las corrientes marinas y por las características de la costa. El mismo muelle de Puerto Colombia fue extendido para mantener un calado que facilitara el atraque de las grandes naves. A veces, las autoridades tenían que dragar en los alrededores del muelle para garantizar unas condiciones mínimas de operación. Tales situaciones de la bahía y del muelle, combinadas con los intereses económicos de los empresarios barranquilleros, fueron creando el ambiente para que se

El 18 de diciembre de 1936 López Pumarejo arribó a Barranquilla en un avión de SCADTA, que aterrizó en el aeródromo de Soledad. Lo acompañaban, entre otras personas, su esposa, doña María Michelsen; Plinio Mendoza Neira, ministro de Guerra, y César García Álvarez, ministro de Obras Públicas. El 22 de diciembre se oficializó la apertura del canal navegable y se inauguraron las instalaciones del terminal marítimo y fluvial. En el discurso que pronunció en esa ocasión, López señaló: “Barranquilla es, desde ahora, puerto de mar”. A partir de ese momento, surcaron las aguas del río los vapores de gran calado pero solo en 1939, cuando se concluyeron las instalaciones del terminal y la red de luces y señales en el canal navegable, se abandonó a Puerto Colombia por parte de las líneas marítimas.

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En 1947 el canal de acceso comenzó a presentar dificultades por bajo calado. Ese año se adquirió una draga de mil yardas cúbicas y 15 pies de calado, que costó US$ 2.450.000. Gabriel García Márquez, en una crónica titulada “El vía crucis de Bocas de Ceniza”, resumió gráficamente la situación al decir en 1951 que “Bocas de Ceniza eran 1.330 toneladas de hierro viejo”.

El 10 de julio de 1963 los trabajos de angostamiento de la desembocadura, a través de la construcción del dique interior de encauzamiento por parte de la firma Winston Inc., dieron por fin los resultados esperados. Ese día colapsó la barra de Bocas de Ceniza, que al derrumbarse hizo desaparecer los últimos 100 metros del tajamar occidental y la piña que lo coronaba. Los primeros sondeos otorgaron mediciones de profundidad de más de 120 pies en las inmediaciones de los tajamares, Alberto Pumarejo, destacado dirigente de la ciudad y a la sazón senador de la república, declaró sobre el fenómeno: “Las Bocas se han abierto. Ahora, que cierren las suyas quienes solo las abrieron para criticar la ejecución de las obras”.

Esa sociedad sería la encargada de construir el terminal marítimo y fluvial y de adelantar las obras de canalización de Bocas de Ceniza. Parrish actuó en representación de la Raymond Concrete Pile Company, de New Jersey, y de la Winston Brothers Company, de Minnesota, firmas norteamericanas con el nervio económico y técnico para completar los trabajos. El terminal fue construido a 22 kilómetros de la desembocadura y para llegar hasta él se hizo un canal coronado por dos tajamares que ayudaron a combatir la barra de arena. El presidente Alfonso López Pumarejo inauguró el terminal marítimo y fluvial el 22 de diciembre de 1936, aunque los tajamares de las Bocas no estaban aún concluidos. En 1939, completadas todas las instalaciones del nuevo terminal y concluidas las guías de luces y señales del canal navegable, Puerto Colombia fue definitivamente abandonado por las líneas marítimas. La dirigencia local y el empresariado habían concretado su viejo sueño de abrir el río para las grandes embarcaciones y de contar con un puerto cercano en la ribera del Magdalena. Pero, paradójicamente, la construcción de las modernas instalaciones portuarias y de las costosas obras

hidráulicas (el contrato se calculó en más de 2.500.000 dólares de la época) coincidió con la caída relativa de la función portuaria de la ciudad en el ámbito nacional. El comercio exterior por Barranquilla declinó en los años siguientes como consecuencia de una combinación de circunstancias en que el propio río Magdalena le jugaba una mala pasada a la urbe. El río que había provocado el fenómeno Barranquilla en la segunda mitad del siglo XIX, obstaculizaba en el siglo XX su papel de puerto debido a sus tradicionales problemas de navegabilidad, que conspiraban contra los tiempos de movilización de las mercancías y personas y encarecían los costos de transporte. El mazazo contra la ciudad empezó con la construcción del canal de Panamá, que facilitaba el comercio marítimo internacional desde algún puerto en el océano Pacífico colombiano conectado con la producción cafetera. Ese puerto fue Buenaventura, favorecido por la construcción del Ferrocarril del Pacífico que permitió sacar de manera más eficiente la producción nacional hacia los mercados internacionales, aprovechando la ventaja comparativa del canal de Panamá y su mejor conexión


Antes de 1956, cuando aún no se había introducido el uso de los contenedores para manejo de la carga marítima, la costumbre era utilizar numerosos estibadores para manejar el cargue y descargue de los barcos. Lo que implicaba riesgos de accidentes, peligro para la carga y frecuentes conflictos laborales que en conjunto hacían poco eficiente y costosa la operación de Colpuertos.

con los centros productivos cafeteros. Paulatinamente, el transporte de importación y exportación por el río fue decayendo y Barranquilla cedió su lugar a Buenaventura como principal puerto para el comercio exterior nacional. La vocación portuaria y la merma en el comercio exterior por el río A pesar de la decadencia portuaria, Barranquilla nunca abandonó su pretensión de seguir siendo útil a la economía nacional aprovechando el río, el terminal y las obras de adecuación del canal de acceso. Las carreteras y los aviones le ayudarían a mantener ahora ese rol portuario para el comercio exterior, utilizando el tramo final del río para el contacto con el mar y con el mercado externo. La ciudad conserva una ventaja sobre los demás puertos colombianos, incluida Cartagena. No es un simple sitio de tránsito para el comercio exterior (como sucede

con Buenaventura y en menor escala con Santa Marta) sino que su economía genera la mayor parte de sus importaciones, y por sus muelles salen hacia el mercado mundial gran cantidad de bienes producidos por sus propias empresas. Esa condición especial ha permitido mantener y desarrollar la zona portuaria, a pesar de los golpes recibidos por el ascenso de Buenaventura, que trajo consigo la desaparición de la navegación a vapor por el río Magdalena y la pérdida de su papel como principal arteria para el comercio exterior colombiano. Después de varias décadas de altibajos y en las que la creación de la Empresa Puertos de Colombia contribuyó a deteriorar el funcionamiento portuario nacional, Barranquilla está retomando su antigua función protagónica en el ámbito del comercio exterior, de la mano de la acción del Estado y de la empresa privada. 25


La transformación de los noventa

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En la década de 1990 se recuperaron parcialmente los tajamares, pero quedaron de nuevo inconclusos, y se construyó el dique direccional, con lo cual se estabilizó el canal navegable del puerto barranquillero.

La Ley 1ª de 1991 determinó la participación del sector privado en el desarrollo y la construcción de puertos marítimos. Adicional al modelo portuario de gestión derivado de esta ley, la Constitución Política creó los distritos especiales de Cartagena y Santa Marta. Posteriormente, por iniciativa del entonces senador de la república José Antonio Name Terán, el 17 de agosto de 1993 fue expedido el Acto Legislativo 01 que le dio a Barranquilla su condición de Distrito Industrial, Comercial y Portuario.

Hasta la expedición de la Ley 1ª de 1991, los puertos del país habían sido manejados en forma centralizada desde Bogotá. El resultado de tal centralización oficial fue deplorable, pues la politización y la desmesura de las prestaciones laborales que habían conseguido a lo largo de los años los múltiples sindicatos portuarios, hicieron la operación totalmente improductiva.

Esa ley abolió el monopolio estatal en la administración portuaria y con la liquidación de Colpuertos se crearon la Superintendencia General de Puertos, las Sociedades Portuarias Regionales y los operadores portuarios, entidades con autonomía administrativa y patrimonio propio.

La Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena se crea gracias al artículo 331 de la Constitución Política y tiene como objeto la recuperación de la navegación y de la actividad portuaria sobre el río, la adecuación y conservación de tierras, la generación y distribución de energía, así como el aprovechamiento sostenible y la preservación del medio ambiente, los recursos ictiológicos y demás recursos naturales renovables.

Nuevos retos, nuevas soluciones A principios de la década de 1990 se fundó la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla (SPRB), en el marco de la reforma que buscaba adaptar la infraestructura de los puertos a la apertura económica. De acuerdo con esa directriz, se creó el Estatuto de Puertos Marítimos ligado a la Ley 1ª de 1991, que suprimió la administración estatal de los puertos al liquidar a Colpuertos. A partir de la nueva normatividad se permitiría la inversión privada en el manejo portuario, dándoles cuerpo a las sociedades portuarias regionales en los tres principales puertos del Caribe. El esquema empleado por el Gobierno fue el de la concesión por 20 años, cobrando un monto por el uso de la infraestructura, por las playas y por el bajamar. Bajo ese marco, la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena sería la encargada de definir el contrato de concesión de la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla. La SPRB empezó a operar como una empresa de economía mixta el 13 de diciembre de 1993, cuando recibió el terminal marítimo y fluvial de manos de la nación. A partir del año 1994 se observa una mejoría en el movimiento portuario. En 1993, por ejemplo, bajo la administración de Puertos de Colombia fue movida una carga de

742.763 toneladas; al año siguiente, con la dirección de la SPRB, el movimiento alcanzó 1.001.103 toneladas. La revisión de las cifras permite aseverar que el nuevo modelo acabó con la politiquería y el clientelismo que volvieron ineficiente al terminal marítimo y fluvial, y que inundaron de corrupción a la empresa Colpuertos, oportunamente liquidada. La modernización de la infraestructura revitalizó el papel portuario de Barranquilla y la preparó para afrontar los retos de la apertura económica ligada a los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos y otros países. El comercio exterior y la zona portuaria otra vez a primer plano en el siglo XXI En el siglo XXI el comercio exterior estimulará de nuevo el desarrollo económico de la ciudad, pero sobre todo reactivará su zona portuaria. Porque a pesar de las dificultades que siempre ofrece la desembocadura del río y el canal de acceso, las riberas del Magdalena no han dejado de crecer vinculadas al comercio de importación y exportación. Ninguna evidencia indica que Barranquilla haya perdido sus potencialidades portuarias como para desaprovechar el boom comercial que originarán los tratados de


tal para el comercio exterior colombiano. Pero para eso, el Estado y sus dirigentes deberán resolver los problemas que aún palpitan en Bocas de Ceniza y en el canal navegable, así como acelerar el proceso de modernización de la zona portuaria. Esa modernización no puede descartar el desarrollo de un puerto de aguas profundas sobre el mar Caribe que habilite a la ciudad para recibir a las más grandes naves de contenedores que circulan por todo el planeta. Atrás quedaron los tiempos en que la navegación a lo largo del río Magdalena determinaba la expansión o la decadencia de Barranquilla. Ahora esta expansión depende más de la propia urbe y del comercio exterior propio o de otras partes del país que transite por ella. El crecimiento paulatino del tonelaje de carga que se mueve por la zona portuaria sirve para confirmar que

libre comercio. Por el contrario, la expansión de la zona portuaria sirve para demostrar que ha habido un crecimiento de las áreas de terreno dedicadas al movimiento de buques vinculados al comercio exterior. La zona portuaria no es solo la SPRB, sino también otros muelles públicos y privados como los que utilizan la Sociedad Portuaria del Norte, Cementos Argos y Colterminales, entre otros. A ella se agrega la Sociedad Portuaria de Palermo, que pertenece al departamento del Magdalena pero que, por su ubicación al otro lado del río, se integra en el sistema de puertos que utilizan la desembocadura del Magdalena. De acuerdo con los nuevos rumbos que está tomando la economía nacional en este comienzo del siglo XXI, todo indica que Barranquilla volverá a ser un puerto fundamen-

La Naviera Fluvial viene desarrollando importantes inversiones en la ampliación y el mejoramiento de su flota fluvial. Así, ha reconstruido y repotenciado seis remolcadores, ha construido diecisiete planchones para el transporte de carga líquida, ha acondicionado diez planchones para el transporte de cereales y ha modificado veinticinco planchones para el transporte de contenedores.

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Naviera Fluvial Colombiana S.A.

Naviera Fluvial Colombiana S.A. ha estado estrechamente vinculada al desarrollo del transporte por el río Magdalena desde 1920. NAVIERA fue pionera en la transición de buques de vapor a remolcadores fluviales propulsados con motores diésel y hélices. También fue la primera en desarrollar planchones multipropósito para el transporte de cereales a granel y carga líquida. Desde el 2006 viene liderando a través de la Federación Nacional de Navieros, FEDENAVI, el diseño de Obras de Encauzamiento del río Magdalena. En el 2010 construyó y puso en operación el primer remolcador fluvial dotado de timones de flanqueo y toberas (“Kort nozzles”) en Colombia. Es de resaltar que estas y todas las demás embarcaciones de la flota fluvial de NAVIERA han sido diseñadas y construidas especialmente para las condiciones de navegabilidad del río Magdalena. Ya en el 2010, NAVIERA, una vez más fue pionera al adelantar el proyecto de diseño y construcción de una nueva clase de remolcador fluvial. Su diseño fue contratado en los Estados Unidos y las pruebas del modelo a escala del remolcador se realizaron en Alemania. Más importante aún, la construcción del “Humberto Muñoz R.” se efectuó en el astillero de NAVIERA, ubicado en Barranquilla, con mano de obra orgullosamente de la región. Más de trescientas personas trabajaron en el proyecto durante dos años. No menos importante es el profundo compromiso de NAVIERA de desarrollar sus actividades de transporte fluvial de carga preservando el medio ambiente, así como la seguridad y salud de sus colaboradores y de sus grupos de interés.

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Barranquilla no ha perdido su vocación de puerto marítimo y fluvial. En la coyuntura que se ha abierto con los tratados de libre comercio, los expertos le auguran un crecimiento exponencial y una modernización que la ponga a tono con las nuevas necesidades del comercio exterior nacional. No solo para entregar lo que genera la propia urbe o para recibir lo que llega del exterior, sino para mover la carga del país por la zona portuaria de la ciudad. Atrás quedaron las grandes obras de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX. Ya no juegan más los caños del mercado (por donde circulaban las naves de vapor que tenían al río Magdalena como su nicho principal), ni la Intendencia Fluvial, ni la Estación Montoya, ni la Aduana o el Ferrocarril. Las obras que necesita la urbe ahora son de otra escala, para adaptarse mejor a las exigencias de los nuevos tiempos. El puerto fluvial centrado en los caños ya no es más el modelo que se debe seguir puesto que estamos en la época de las inmensas embarcaciones transoceánicas de contenedores. Las escalas se transformaron radicalmente en los comienzos del siglo XXI y la ciudad y su gente deben readaptarse a las nuevas condiciones que impone el comercio mundial. Así como a finales del siglo XIX supimos adaptarnos a las exigencias del momento, a principios del siglo XXI es

necesario aceptar los nuevos retos que impone la economía y no ser inferior a ellos. Solo de este modo, Barranquilla y su gente podrán sacarle el máximo provecho a la coyuntura abierta por el libre comercio en esta nueva etapa de su vida portuaria. El presente nos empuja a convertirnos otra vez en un complejo portuario dinámico, integrado en el sistema de Sociedades Portuarias del país pero con una función de liderazgo. A pesar de los grandes cambios que ha experimentado la sociedad colombiana desde aquellas lejanas décadas del siglo XIX, todavía el río Magdalena le tiende los brazos a Barranquilla. La desembocadura del gran Magdalena le presta su apoyo a la ciudad en esta etapa decisiva para su existencia económica. De acuerdo con esto, quizás debamos repetir lo que escribiera en la agonía del siglo XIX alguno de nuestros protohistoriadores: “Si Barranquilla, en un gesto pagano, hubiera de adorar un ídolo, adoraría al río Magdalena”. El ídolo pagano de la ciudad sigue siendo el gran río Magdalena; la historia y el presente de la urbe así lo confirman. Y el futuro comercial de Colombia y de la ciudad revivirá a este río que se lo dio casi todo a Barranquilla. Pasado, presente y futuro parecen fundirse ahora en un solo haz para seguir manteniendo la función portuaria de Barranquilla.


En el marco de la globalización Barranquilla reivindica sus ventajas comparativas y competitivas como puerto multimodal en el Caribe. Conectado con 286 puertos alrededor del mundo en 86 países. Zonas francas industriales y comerciales, parques industriales, servicios públicos eficientes, operadores logísticos, recurso humano calificado y varias navieras que ofrecen el transporte de mercancías de importación o exportación a bajos costos y con itinerarios frecuentes, facilitan que Barranquilla se proyecte como la mejor opción para la relocalización industrial en Colombia.

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Inmigrantes

UN SUEÑO POSTERGADO Son muchas las historias de familias extranjeras que por diferentes circunstancias arribaron un día al puerto de Barranquilla, se instalaron, abrieron negocios, hicieron familia y nunca más se fueron. Todos esos empresarios luchadores de diferentes nacionalidades hicieron de Barranquilla la ciudad emprendedora, innovadora y con mayor desarrollo en Colombia.

Thierry Ways

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A comienzos del siglo XX, dieciséis países tenían representantes consulares en Barranquilla y ya esta aparecía como la capital portuaria del Caribe, el epicentro de la navegación fluvial y un incipiente centro industrial.

Ninguna ciudad colombiana ha estado tan marcada por la inmigración como Barranquilla. Somos lo que somos gracias a la llegada de miles de extranjeros durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, que nos transformaron, con una velocidad inusitada, de un asentamiento relativamente insignificante al puerto más importante del país, y uno de los principales del continente. Nadie hubiera podido preverlo, dado el pasado poco prestigioso de esta villa que, famosamente, ni siquiera había sido fundada. Sin embargo, tan rápido fue su ascenso que para el final del XIX Barranquilla ya estaba por encima de sus vecinas Cartagena y Santa Marta en importancia comercial, industrial y cultural. La explicación está, en buena parte, en su ubicación geográfica al lado del río Magdalena, la principal vía por la que entraban y salían mercancías del país. Cartagena conectaba con el río por el Canal del Dique, pero este estuvo bloqueado durante buena parte del siglo XIX. Santa Marta, por su lado, estaba separada del río por ciénagas de difícil tránsito. Ambas ciudades se habían destacado durante la Colonia, pero, una vez alcanzada la independencia, su importancia, que había sido militar y política, disminuyó, y comenzaron a cederle lugar a Barranquilla. Una vez tenidos en cuenta esos factores geográficos, el resto de la explicación de la creciente fortuna de la ciudad está en sus inmigrantes. En esto contribuyeron la propia informalidad de su fundación y su menor relevancia histórica. Cartagena era una ciudad de abolengos y de distinciones de clase meticulosamente observadas, y Santa Marta, aunque en menor medida, también arrastraba un pasado de esplendor colonial. Ambas sociedades eran más cerradas que la que crecía descomplicada-

mente a orillas del río, lo que volvía a esta más atractiva para los extranjeros, que llegaban con ánimo de lucro y en busca de oportunidades de ascenso social. Esos extranjeros —en un comienzo mayoritariamente alemanes, ingleses y holandeses de Curazao— construyeron el puerto de mar y lo conectaron al río por un ferrocarril; enseñaron a los locales a armar buques y a sortear el curso difícil del Magdalena; montaron fábricas de jabón, textiles y zapatos; controlaron el comercio de mercancías, y fundaron los primeros bancos y clubes sociales, todo en el espacio de unas cuatro décadas. Aunque en un comienzo formaban comunidades aisladas, con fuertes vínculos a sus países de origen, con el tiempo el matrimonio, la amistad y los negocios los fueron integrando en la sociedad local. Sus apellidos hoy son cuota cotidiana de la onomástica de la ciudad y en el barranquillero actual es imposible separar los hilos que conforman nuestro legado genético y cultural. Conocí de cerca a muchos de esos inmigrantes, por mi propia condición de hijo de uno de esos hogares de apellido foráneo. Mi imaginación de niño fue atizada por las experiencias de un puñado de europeos que, al igual que mi padre, habían escogido a Barranquilla como el destino de sus vidas. Más de uno había vivido la guerra, la Segunda, como combatiente o prisionero, aunque por lo general de eso se hablaba poco, con los ojos ensombrecidos y con bastante alcohol de por medio. Uno de ellos, un español que se dedicaba a la reparación de motores, había sido piloto durante la guerra civil y había sobrevivido el derribo de su avión. Otro, un médico de origen húngaro, había sido oficial bajo Hitler y había estado en la ocupación de Amiens, el pueblo de mi padre, quien recuerda con claridad la llegada de los vagones llenos de


El David Arango U. fue un barco de turismo, conocido como El Palacio Flotante del río Magdalena. Se convirtío en el ícono más luminoso de la época cuando el río Magdalena era la principal arteria para recorrer Colombia. Este deslumbrante vapor que cubría la ruta de Barranquilla a La Dorada entre 1931 y 1960, terminó sus días incendiado y hundido frente a Magangué; fue el triste epílogo de la edad de oro de la navegación en barcos de vapor por el Magdalena.

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Los árabes La inmigración árabe que llegó a Colombia, y especialmente a Barranquilla, procedía en su mayoría de Siria, Líbano, Palestina y Jordania. Trajeron con ellos la arabidad, que no es un concepto nacional sino una realidad lingüística y cultural que no comparte ni religión ni territorio. En la primera oleada llegaron en su mayoría libaneses inscritos en el rito maronita y cristiano ortodoxo que huían del dominio del Imperio Turco Otomano que imperó desde el siglo XVI hasta la Primera Guerra Mundial, Eran viajes de meses en unas condiciones muy duras. Desde 1870 Estados Unidos se había cerrado a la inmigración y los barcos tenían que virar hacia Centro y Sur América. En el curso de la travesía los capitanes anunciaban: “Aquí hay buenas tierras…, aquí el clima es de tal manera”, y recomendaban las oportunidades para los jóvenes aventureros que sin conocer a nadie ni hablar la lengua iban descendiendo en los puertos de aquellas tierras que desconocían. Los que llegaron a Colombia entraron por los puertos de Riohacha, Cartagena y Puerto Colombia. De allí comenzaron su recorrido por los pueblos de la costa caribe, algunos se dirigieron hacia el interior del país remontando el Magdalena. Encontraron que el país les ofrecía oportunidades para progresar.

La segunda diáspora se originó en la segunda posguerra por la invasión sionista a Palestina en 1948. Fue una emigración masiva y violenta por la forma en que los sionistas invadieron Palestina y expulsaron a su población de origen. La tercera diáspora se registró a partir de 1971 por la guerra civil del Líbano. Con estos inmigrantes llegó la gran población inscrita en el islam. En Barranquilla hay mezquita, y todos conviven sin problemas.

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légrafo, el teléfono, la radio y hasta el fútbol. Pero la ciudad, para la segunda mitad del siglo XX, perdía el dinamismo que la había engrandecido en épocas anteriores. El puerto perdía tráfico frente a Cartagena y Buenaventura. El centro económico del país se mudaba hacia el interior. Barranquilla se aletargaba y de su sociedad sincera y sonriente surgía, como esos males que cualquier día sorprenden hasta a las personas más sanas, una cúpula política indolente y corrupta. Fueron años de desesperanza, en los que el signo de las migraciones se invirtió y muchos abandonaron la ciudad. Pero como les pasa a los sueños postergados, que nos recuerda el poeta Langston Hughes que se pudren, se transforman o se revientan, pero nunca desaparecen, Barranquilla jamás olvidó que había sido la primera ciudad cosmopolita del país. Un día llegaría el momento de volver a ser la más sofisticada, la más abierta, la más alegre, la más próspera. Tal parece que esa día hubiera llegado. Apareció de forma súbita y tomó a buena parte de la sociedad por sorpresa. Los mismos factores que fijaron su desarrollo en el siglo XIX están impulsando su renacimiento en el XXI: ubicación geográfica y apertura. Con ello están llegando también nuevas migraciones: hombres de negocios atraídos por las oportunidades del libre comercio, por ejemplo, o jóvenes que buscan una mejor fortuna que la que ofrece en este siglo la lánguida Europa. También llegan migraciones internas, de otras regiones del país, que ven en Barranquilla el futuro de Colombia en

Traían en su acervo cultural la práctica del comercio masivo al detal, y con ello la semilla de una nueva clase comercial que prosperó en Colombia. Buscaban la ubicación estratégica que les permitiera desarrollar lo que sabían, y por eso llegaron tantos árabes a Barranquilla y a las regiones del Sinú y del San Jorge en las sabanas de Sucre, Córdoba y sur de Bolívar.

soldados que venían a invadirlos, entre quienes estaba quien sería su amigo medio siglo después, del otro lado del mundo. Que ellos dos, el agresor nazi y el francés sometido a los vejámenes de la invasión, hubieran podido encontrarse en la vida y formar una amistad entrañable es un milagro quizá solo atribuible al Caribe. Todos ellos tenían algo en común, que escuché en muchas ocasiones: se sentían más a gusto aquí que en cualquier otro lugar del mundo. Más que en sus países de nacimiento. No obstante, esa satisfacción llegaba con el tiempo, pues a pesar del temperamento abierto de la ciudad, el exilio era implacable. Además de la barrera del idioma estaba el problema de cómo ganarse la vida. Al llegar, algunos buscaban repetir en su nuevo hogar lo que conocían de sus lugares de origen, o ejercer los oficios que habían tenido allá. Tenían habilidades, conocimientos o contactos que aquí hacían falta y prosperaron en el comercio, las manufacturas y la navegación. Otros, más soñadores, más nostálgicos o más ambiciosos, querían recrear aquello que no veían; se obstinaban en fundar un teatro de ópera o una fábrica de helados artesanales, pero pronto se encontraban con la imposibilidad de llevar a cabo ciertas empresas en esta tierra, en la que hacía demasiado calor para la ópera y cuyas vacas tropicales no producían leche con suficiente crema para el gelato. Unos como otros se adaptaron al sofoco y a la humedad, fundaron familias que hoy tienen una larga estirpe e introdujeron al país innovaciones como la aviación, el te-

La colonia griega en Colombia fue muy pequeña, y en Barranquilla dejaron la mayor huella. De algunos de sus integrantes solo quedó el apellido: los Aristidu, los Karagiannis, los Efstathopulos, los Douvis, los Mandralis, los Tsolis, los Perdikis, los Macridis, griegos de tercera generación que ya la mayoría no hablan griego. Pero quizá el mayor aporte que hicieron los griegos a Barranquilla, y que aún hoy perdura, es la Heladería Americana y su producto insignia: el delicioso Frozomalt.


Los españoles La primera gran oleada migratoria española que llegó a América comenzó en 1492 y no se detuvo sino por causa de las guerras de independencia del siglo diecinueve. Pero a finales de ese siglo y comienzos del XX el proceso se reanudó con una serie de sucesivas diásporas por el mundo, motivadas por situaciones económicas y políticas. Al finalizar el siglo XIX llegaron muchos religiosos españoles, también maestros laicos como el profesor Fornaguera. En 1904 desembarcó en Barranquilla el catalán José Carulla Vidal quien en el curso del siglo XX forjó una importante cadena de supermercados. Su compatriota Ramón Vinyes, de profunda significación en el desarrollo de los círculos culturales y literarios del Caribe, arribó a Ciénaga en 1914 para posteriormente trasladarse a Barranquilla donde montó una librería en la plaza de San Nicolás y en 1919 fundó la mítica revista Voces. En esas corrientes de inmigrantes llegaron también personas como el padre José María Campoamor, que entre otras actividades creó la Caja Social de Ahorros; los hermanos Penagos, que electrificaron Bucaramanga y la comunicaron por ferrocarril con el río Magdalena; y la familia del señor Valentín García, que montó la representación de Fuller en 1928.

un mundo conectado por la navegación marítima y las redes electrónicas. Bienvenidos esos nuevos arribos. Fue así como una vez logramos distinguirnos de las demás ciudades del país cuando no éramos más que un caserío a orillas de un río, y fue gracias a ese espíritu que miraba siempre hacia afuera, y que necesitaba aire de mar para respirar, que sobrevivió el talante de la ciudad durante las largas décadas de la desidia, durante los años de la corrupción y el abandono. Cada ola de nuevos ojos trae consigo la ocasión de inspeccionar viejas costumbres, de revisar las maneras establecidas de hacer las cosas. Los barranquilleros sabemos tan bien como cualquiera que las sociedades que se dejan contaminar por sus visitantes —los de paso y los

Los inmigrantes tuvieron una influencia importante en la cultura y en la arquitectura barranquillera; en la foto, el Teatro Emiliano, inaugurado en 1895.

permanentes— se vuelven, con el tiempo, las más ricas y vibrantes. Esa contaminación es un proceso semejante al de las mutaciones genéticas: es el motor de la evolución de la especie, y también de la de los pueblos. Durante demasiado tiempo, un modelo de desarrollo desviado hizo que el centro de gravedad del país migrara hacia el interior, en contravención del sentido común y de las experiencias exitosas de otras naciones. Hoy, Barranquilla propone que rescatemos nuestra vocación fenicia, que naveguemos río abajo de los páramos andinos en los que nos habíamos aislado del mundo y recuperemos el mar Caribe, que fue por donde comenzó toda nuestra historia. Desde estas orillas despejadas se ve mejor el resto del planeta. Están todos invitados.

Una tercera oleada de inmigrantes españoles muy interesante, luchadora y culta: los exiliados republicanos, se originó por la Guerra Civil Española (1936-1939) y la dictadura franquista. Familias enteras migraron hacia América Latina. Llegaron intelectuales, educadores, científicos y artistas que generaron un nuevo esplendor en la industria, el comercio, la arquitectura, la literatura, la educación y la investigación. Crearon nuevas facultades en universidades como la de Química y la de Psicología de la Universidad Nacional, y fundaron institutos como Ingeominas. Se destacaron profesores como José Prat, Luis Zuleta, Ots Capdequí y Álvarez Cerón que participó en la creación de la UIS; médicos como Antonio Trías y su hijo el doctor Miguel Trías, gestor de instituciones médicas y promotor de la planificación familiar en Colombia; y el escritor y periodista Clemente Airó… En fin, las generaciones de españoles contribuyeron significativamente en la modernización del país en todos sus niveles.

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Huyendo de crueles persecuciones muchos judíos inmigraron de Europa desde finales del XIX hasta mediados del XX. Portando solo sus tradiciones llegaron a América en busca de mejores condiciones de vida. Iniciaron familias, fundaron empresas, contribuyeron a modernizar varios sectores de la economía del país. La primera gran oleada de inmigrantes judíos sefarditas llegó a Barranquilla procedente de Curazao y de otras islas de las Antillas a mediados del siglo XIX. entre ellos muchos hombres de pro que se destacaron en el campo del comercio, la industria, la ciencia y las artes. Entre ellos Abraham Zacarías López Penha, Jacobo Cortissoz, Abraham Isaac Senior, David Jessurum, Abraham Juliao, David Pardo, D. J. Dovale, Jacob e Isaac Rois Méndez, Moisés Salas, Manuel de Sola, Moisés, Elías y Josuah Gómez Casseres, Nicolás y Rafael Salcedo Ramón, Jacobo Henríquez, Benjamín Curiel, Isaac de la Rosa, Evaristo Sourdís y otros. A finales de la década de 1920 y comienzos de 1930 del siglo XIX llega la primera oleada de judíos askenazíes a Barranquilla. Provenían de Europa Central y Oriental. Entre los apellidos de estos inmigrantes están: los Mendelbaum, Wolf, Goldschmidt, Hoenigsberg. Al finalizar la Primera Guerra Mundial arribó la segunda oleada de judíos askenazíes en huida del creciente antisemitismo que afectaba a Europa. Llegaban a Puerto Colombia. Venían en condiciones muy precarias y sin mucha claridad sobre dónde debían desembarcar. Para entonces la comunidad judía estaba fuertemente organizada en Barranquilla lo que ayudó mucho a los recién llegados. Diversificaron y ampliaron el comercio de Barranquilla; montaron negocios de manufacturas de cuero, zapaterías, salsamentarias, restaurantes, panaderías, joyerías, industrias metálicas, mueblerías, hoteles, almacenes de telas. También llegaron jóvenes profesionales que contribuyeron con el desarrollo de la medicina y de la industria. También llega una segunda oleada de judíos sefarditas a comienzos del siglo XX, entre ellos León Caridi Adjubel, Jacobo Azout, Ralph Levy Eskenazy, Juda A. Safdeye, quienes dieron lugar al nacimiento de grandes empresas.

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UNA CIUDAD PARA TODOS Barranquilla, la ciudad que recibió con los brazos abiertos a italianos, alemanes, norteamericanos, árabes, judíos, españoles, griegos, holandeses, franceses y otras nacionalidades. Todas estas culturas conviven en paz y han aportado al desarrollo cultural y empresarial de la ciudad en sus 200 años. Los italianos El flujo migratorio de los italianos a Barranquilla se perfilaba en 1870, logrando fortalecer los procesos comerciales en la ciudad que según ellos era la verdadera tierra prometida; sin tenerlo como soporte de identificación, históricamente nuestra ciudad ha girado en torno a un patrono oriundo de Tolentino que sin lugar a dudas refleja la esencia de las Barrancas de San Nicolás. Uno de los primeros italianos fue don Luigi Dachiardi quien vino a esta ciudad con una compañía de ópera que debutó en varios escenarios barranquilleros de la época, se dedicó a la enseñanza de la música. Al igual que este gran personaje, se establecieron en esta ciudad muchos que aportaron a la condición comercial y social de la urbe, es así como en 1885 se establece una fábrica de pastas situada en la calle de San Roque la cual fue denominada La Napolitana. En pleno siglo XX ya existen una gran cadena de almacenes en la Barranquilla cosmopolita de la cual se destacan: Almacén de Calzado La italiana, de Federico Faillace; Panadería La Fama, de Angelo Giacometto. Fue así como ya en 1910 esta colonia logra establecerse en firme, la cual se incorpora a la celebración del primer centenario de nuestra independencia obsequiando al departamento del Atlántico la estatua de Cristóbal Colón. Entre los personajes italianos que dejaron un gran legado está don Floro Manco, que marcó una huella histórica con la fotografía local, además fue pionero en producir películas. En cuanto a la familia Di Domenico, con su Cine Colombia fortalecieron el desarrollo cinematográfico en esta gran ciudad. Otro hecho muy importante para Barranquilla fue la concentración de grandes y prósperos negocios en la zona céntrica de la ciudad, que se establecieron en la zona del callejón del mercado, Policarpa, Calle del Comercio, Pica Pica, Calle Real, en fin grandes casas comerciales, almacenes y casas de importación que marcaron la identidad

comercial de la Arenosa. Volpe, Lacorazza, Faillace, Gianmaría, D´agnino, Puccini, Cozarelli, Foschini, Caggiano, Celia, Barletta, Rosanía, Polifroni, Cerruti, Apicella, Paternostro, Lébolo, Alliegro, Mancini, Lombardi, Marino, De Vivo, Guadagno, Russo, Di Rugiero, Citarella, D´Amato, Del Vecchio, Di Napolí, Bacci, Bonfanti, Banfi, Vivenzi, Pricoli, Botta. En fin, la lista es inmensa, pero su inclusión en las diferentes esferas sociales y económicas de la ciudad evidenciaron un gran legado que hoy en día generacionalmente está identificado en forma histórica. Los alemanes Para los alemanes es de suma importancia destacar ya por el año de 1820 la presencia alemana en nuestro país, concretamente en Barranquilla, es el caso de Juan B. Elbers, quien por muchos años fue uno de los extranjeros que regulaban el tráfico por esta parte del río Magdalena, y es el pionero de la navegación a vapor en Colombia. En 1850, las consecuencias de la Revolución Industrial y la

Los judíos

Cada comunidad adaptó a su manera la cultura barranquillera como son los Carnavales de Barranquilla. En la foto, miembros del Club Alemán.


El camellón Abello en los años 40 mostraba el movimiento comercial de la época.

llegada del régimen absolutista a Alemania obligaron a muchos a emigrar para estas partes del mundo. A mediados del siglo XIX las relaciones de la Nueva Granada con ciudades alemanas como Bremen, Hamburgo y otras más contribuyen a la llegada de los primeros alemanes a tierra barranquillera, que lograron fortalecer el mercado cotidiano en la compra y venta de productos a bajo precio. El Ferrocarril de Bolívar fue construido por la firma alemana Hoenigsberg, Wessel & Cía., medio de locomoción moderna que logró interconectar a Barranquilla con el Viejo Mundo y así fortalecerla como puerto marítimo. Hay que recordar que los trabajos de la Sociedad Julius Berger fue contratada por el Gobierno colombiano para los estudios de regulación y canalización del río Magdalena y la apertura de Bocas de Ceniza. Otro gran aporte de los alemanes fue SCAD-

TA, sociedad colombo alemana de transporte aéreo que fue fundada el 5 de diciembre de 1919. Los norteamericanos La presencia norteamericana aparece a mediados de 1862 con su cónsul, Elías Porter Pellet, personaje al que se le atribuye haber traído la primera imprenta eléctrica, en la cual editó el primer periódico bilingüe que circuló en esta ciudad, se llamó The shipping List; también a William Ladd quien aportó en el campo de la educación con el Colegio Americano y construyó la primera compañía colombo-antillana de teléfonos en 1882 y el próspero barrio Boston. En 1920, el famoso barrio El Prado es otro gran referente ya que la urbanización del Prado incorporaba capital gringo por intermedio de la familia Parrish, llevando a esta ciudad

a la vanguardia de las urbes cosmopolitas y modernas en cuanto a proyección de ciudad. La presencia de Samuel Hollopeter por más de 25 años en la dirección de las Empresas Públicas Municipales logró consolidar el desarrollo de Barranquilla en sus servicios públicos; en fin, son muchos los antecedentes que hacen que este flujo migratorio haya dado lugar a avances positivos en la Arenosa. Así pues, fueron muchas las influencias migratorias en esta ciudad que sigue creciendo con el aporte de antecedentes históricos que de generación en generación seguirán estableciendo un espacio de desarrollo en su proceso raizal, demostrando en cada uno de estos aportes sociales, políticos, económicos y religiosos, los espacios en que fueron también protagonistas en el esfuerzo dinámico por transformar su segunda patria. 35


Colegio Alemán

LA COLONIA ALEMANA Y LA EDUCACIÓN La influencia alemana en la historia de Barranquilla se vio reflejada sobre todo en el sistema de transporte y el sistema educativo –el Colegio Alemán se siente comprometido con esta tradición–.

La gran trascendencia de Barranquilla proviene, entre otras cosas, de su ubicación privilegiada a orillas del río Magdalena. Por ello, Barranquilla tuvo no solo durante mucho tiempo una importancia central para el comercio exterior de Colombia. Aquí, o mejor dicho en Sabanilla y más tarde en Puerto Colombia, también llegaron los inmigrantes de Europa a tierra y muchos se quedaron en la costa. Se dice que aproximadamente 50 % de los extranjeros en Colombia han vivido en Barranquilla.

El ferrocarril hacia Sabanilla

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Transporte, educación y desarrollo

No solamente sobre el agua, también en tierra los alemanes tuvieron una gran influencia. En 1865 se hizo la licitación para la construcción de una línea de ferrocarril entre Barranquilla y el puerto de Sabanilla. Luego de que los primeros aplicantes tuvieron que desistir por diferentes problemas, la empresa Hoenigsberg & Wessels, que tenía la función de agente de empresas alemanas de Bremen, recibió el contrato de construcción. En este caso también se trataba de alemanes de religión judía. En efecto, el 1˚ de enero de 1871 pudo transitar el primer ferrocarril entre el puerto y la ciudad. Como Barranquilla en aquel entonces todavía hacía parte del Estado Soberano de Bolívar, la línea recibió el nombre de Ferrocarril de Bolívar. “Es en este año de 1871 cuando de veras comienza la vida de Barranquilla”, escribió J. Montoya Márquez en 1941 en su Historia de Barranquilla que apareció en la revista Mejoras de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla. Montoya relata que el puerto de Sabanilla se volvió mucho más atractivo para las grandes empresas navieras como puerto de atraque y “así, el 31 de marzo del mismo año de 1871 atracó el ‘Koenig Wilhelm I’ de la compañia alemana denominada Lloyd Norte Germánico, acontecimiento que despertó el mayor entusiasmo en los barranquilleros”.

Navegación a vapor y comercio En 1824 llegó el judío alemán Juan Bernardo Elbers a Barranquilla, quien tenía experiencia con los barcos de vapor y estaba convencido de poder introducir con éxito la navegación comercial a vapor por el río Magdalena. En Jamaica había conocido a Simón Bolívar, con quien llegó a entablar amistad. Por ello tuvo el privilegio de recibir el derecho exclusivo de la navegación a vapor sobre

el río Magdalena. Sin embargo, no logró el éxito comercial esperado debido a que las circunstancias fueron adversas. El río presentaba en algunas partes muy poca profundidad, además había troncos de árboles flotando que constituían un obstáculo para los barcos y a menudo los dañaban. Pero Elbers no se desanimó por los contratiempos e invirtió mucho tiempo, energía y capital en la navegación fluvial. Con razón existe un obelisco frente a la Aduana que lo honra como“Fundador de la Navegación a Vapor en Colombia“. Después de Elbers muchas empresas alemanas –no raras veces judías– realizaron comercio y ofrecieron servicio de transporte con barcos propios sobre el Magdalena. Cabe nombrar aquí a Gieseken, Siefken, Held y Lindemeyer entre otros. Alrededor de 1900 el cónsul inglés declaró en un informe: “... la mayoría de los comerciantes de Barranquilla son de nacionalidad alemana… Prácticamente dirigen el comercio aquí”. El alemán se convir-

Carga de un barco de la empresa de vapores Lindemeyer.


Primeros años del Colegio Alemán en el barrio Bellavista, antes de la construcción del tercer piso.

La Segunda Guerra Mundial y los alemanes en Colombia

En 1930 se inauguró el Kindergarten del Colegio.

El Colegio Alemán en 1930 en el barrio Bellavista, que en aquel entonces se encontraba todavía en la periferia de la creciente ciudad.

La opinión pública y los gobiernos de los Estados sudamericanos recibieron una influencia propagandística masiva de los Estados Unidos. Se hablaba de una fuerte quinta columna nacionalsocialista en Sudamérica y de planes detallados sobre cómo Alemania quería dominar y organizar Sudamérica después de una victoria global. Aunque tales planes seguramente no existían o en todo caso eran totalmente irrelevantes, los éxitos militares alemanes en los primeros años de guerra –el término “Blitzkrieg” se convirtió en una palabra común en América Latina y Barranquilla– y las acciones brutales de los alemanes, en particular en Europa del Este, llevaron a que se les prestara atención a las advertencias de los Estados Unidos. Después de que Alemania y los EE. UU. se encontraran directamente en guerra a partir de diciembre de 1941, Colombia se unió también a la alianza contra Alemania y estuvo dispuesta a aceptar que se internara a muchos alemanes en los EE. UU., otros fueron internados en la misma Colombia. Las propiedades de alemanes, italianos y japoneses fueron puestas a disposición de administraciones fiduciarias. Después de la guerra, los afectados pudieron recuperar sus posesiones pagando una cuota de indemnización. Sin embargo, esto ocurrió solo en pocos casos. A menudo los antiguos dueños habían abandonado el país o la región, o simplemente no disponían de los medios económicos para volver a comprar sus posesiones. El Colegio Alemán también tuvo que pagar su cuota de indemnización. Con ello se redujo de forma permanente la influencia económica directa de los alemanes en Barranquilla y Colombia.

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Adolf Held También en la producción, las empresas alemanas fueron activas. Destacamos aquí ejemplarmente a la Empresa Hanseática, que producía jabones y velas con el nombre Luz X. Las empresas aseguradoras y la banca fueron otros campos económicos en los que alemanes fueron exitosos como representantes de sus empresas. En 1873 el Banco de Barranquilla estuvo bajo predominancia alemana. Al parecer se utilizaban incluso monedas alemanas como medio de pago. Un empresario especialmente exitoso fue Adolf Held. He aquí una breve reseña de su biografía que está muy bien documentada: En 1880 llegó a Barranquilla, después de haber vivido por varios años en Bremen. Seis años más tarde, con 21 años, fundó Pr junto a Luis Gieseken la empresa Gieseken & Held para la importación y exportación de productos de y hacia Alemania. El principal producto de exportación era el tabaco. La mercancía era transportada en barcos propios por el Magdalena. Desde Barranquilla la empresa se expandió por Colombia, Alemania y Estados Unidos. La Primera Guerra Mundial no afectó mucho esta expansión, ni tampoco la muerte de Adolf Held

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tió en el idioma comercial de la ciudad y se dictaba en diferentes colegios como segunda lengua por profesores alemanes.

en 1927. De 1920 a 1930 se fundaron en total siete almacenes Helda. Además, la empresa también participó en el negocio de la banca y la ganadería. El significado del Almacén Helda en Barranquilla puede verse sobre todo por los numerosos anuncios que fueron publicados hasta 1942 en los periódicos de Barranquilla. Luego se prohibió la actividad de la empresa. Después de la Segunda Guerra Mundial la empresa no pudo recuperar la importancia que había tenido antes. La mayoría de las tiendas fueron liquidadas, con excepción del Almacén Barranquilla que existió hasta 1960. La Primera Guerra Mundial trajo consigo un debilitamiento de la actividad económica alemana en Barranquilla. A raíz de que Gran Bretaña dominaba los mares, los alemanes perdieron la conexión con los mercados y sus contactos en Alemania. Después de la guerra, los alemanes en la costa continuaron siendo activos. Sin embargo, su posición en la vida económica ya no era tan fuerte.

Los inicios del Colegio Alemán Los inmigrantes alemanes estaban muy presentes en la vida económica y social de Barranquilla. En el campo de la educación habían dejado huellas importantes, ahora surgió en la colonia alemana la idea de fundar un Kindergarten para los hijos de los alemanes. En verano de 1912 se creó una asociación en el marco del Club Alemán, que debía realizar esta tarea. Alemania estaba dispuesta a apoyar esta empresa, pero puso como condición que debía tratarse de un colegio. Y de esta manera, el 9 de febrero de 1913 se inauguró solemnemente este colegio con apenas nueve estudiantes y con la presencia del enviado alemán, el embajador de Alemania en Bogotá. El Colegio Alemán de Barranquilla es el más antiguo de los colegios alemanes de Colombia. El principio fue difícil. El número de estudiantes crecía muy lento y solo gracias a que el colegio se abrió pronto a familias totalmente colombianas. Muchas familias alemanas preferían enseñarles a sus hijos en casa. Por eso la mayoría de los estudiantes provenía desde un principio de familias de habla hispana. Esto constituía

un problema ya que según las condiciones que había puesto Alemania, debía tratarse de un colegio de habla alemana. En 1915 –el colegio tenía solo 12 estudiantes– el rector resumió la situación así: “El profesor no hablaba español. Los estudiantes no hablaban alemán”. El horario comprendía 18 horas, a los estudiantes se les dictaban las clases en tres secciones diferentes de acuerdo con las edades. La formación debía comprender ocho grados escolares. A partir de la Klasse 5 se tenían previstas ocho horas semanales de alemán. Lo que también constituía un problema era que el colegio no tenía una edificación propia. Hasta 1930 tuvo su sede en cinco casas diferentes. En 1929 se le anexó un Kindergarten al colegio, pero la profesora alemana que había venido a trabajar murió de tifo a los pocos meses. En general la estadía en el clima subtropical de Barranquilla, en aquel entonces, era bastante difícil en cuanto a la salud ya que no había aires acondicionados ni acceso a medicina moderna. El Colegio en Bellavista El hecho de que el interés de los padres se mantuvo bajo –en 1928 el Colegio Alemán tenía apenas 33 estudiantes– llevó a una creciente presión. En 1927 el ingeniero de aviones de la SCADTA, Wilhelm Schnurbusch, fue nom-

Otto Flohr y Erwin Heumann, pioneros de la fotografía en Barranquilla

Otro campo de actividades alemanas, menos significativo para la economía, pero supremamente importante para la memoria histórica de la ciudad, fue la fotografía. En el siglo XIX, Otto Flohr fue un pionero activo de la fotografía postal también en Barranquilla. Después de la Primera Guerra Mundial aparece Erwin Heumann, fotógrafo muy diligente que tomó innumerables y hermosas fotos de Barranquilla y sus alrededores. Se sabe muy poco de los dos. Al parecer, Heumann vino luego de la Primera Guerra Mundial a Colombia y puso en la ciudad su negocio Foto Heumann, que existió hasta principios de 1942. Por lo visto fue bastante exitoso, según lo demuestran los numerosos anuncios en los periódicos de Barranquilla. Después se perdieron las huellas de Heumann.


Carlos Meisel Una influencia alemana directa sobre el sistema educativo de Barranquilla se dio cuando, en 1872, el presidente liberal Eustorgio Salgar invitó a una misión pedagógica, constituida por varios profesores de Alemania, para difundir en Colombia los principios de la educación moderna de Pestalozzi y Froebel. Al finalizar la misión de cuatro años, dos de sus miembros se radicaron en Barranquilla. Conocido se hizo entre otros Carlos Meisel, durante muchos años rector del Colegio Ribón, fundado por él y que gozaba de prestigio. Meisel le dio impulsos importantes al sistema educativo de Barranquilla. Sin embargo, en 1915 este colegio fue bastante menospreciado por el rector del Colegio Alemán de aquel entonces.

El Colegio Alemán, ahora con tres pisos.

brado presidente del “Schulverein”. Para él estaba claro que había que mejorar el nivel del colegio, si el colegio quería ganar más estudiantes y tener más éxito con los padres. Para ello era necesario contar con una sede propia. Logró imponer su idea y así surgió el Colegio Alemán en la avenida Primera en Bellavista, en donde hoy día se encuentra el Colegio Pestalozzi. Esto fue posible gracias al apoyo financiero de Berlín, numerosas donaciones de la colonia alemana y la participación propia en los trabajos de planeación y construcción. En septiembre de 1930 se fundó oficialmente la “Sociedad del Colegio Alemán– Deutscher Schulverein“. En julio de 1930 el Colegio pudo iniciar su funcionamiento en la sede propia. El éxito confirmó la perspicacia de los iniciadores, el número de estudiantes se incrementó rápidamente –también gracias al Kindergarten–. En 1934 ya había más de 100 y en 1939 250 estudiantes.

El creciente número de estudiantes hizo necesaria la construcción de edificios aledaños. En 1937 se construyó un piso adicional al colegio. Por eso los problemas financieros se mantuvieron y la búsqueda de ingresos llevó a soluciones creativas. De este modo, en diciembre de 1931 se organizó una gran fiesta legendaria con un bazar de Navidad para recaudar fondos para el Colegio. Esta fiesta fue documentada como ningún otro acontecimiento de esa época. Se repitió y llevó a una tradición que solamente fue interrumpida por la guerra mundial. En la colonia alemana, al parecer, ahora se reconocía verdaderamente al Colegio Alemán como un colegio propio. En 1939 una cuarta parte de los 100 estudiantes era alemana. Esto seguramente también se debe a que se había contratado más personal de lengua alemana. En 1934 había cuatro profesores alemanes y en 1939 seis. Las clases se dictaban en gran medida desde un principio en alemán. 39


Un prospecto de 1932 nos cuenta algunas cosas sobre la vida escolar de esos años. El Colegio comprendía “un Kindergarten y 10 Secciones que corresponden a 10 años escolares”. Se sentía comprometido con la pedagogía moderna y se llevó a cabo una coeducación de alumnas y alumnos. Solo en “Labores domésticas” y “Gimnasia” se dividían los grupos. Con respecto a la importancia del alemán se explicó: “El alemán es el idioma adoptado para la enseñanza en general, motivo por el cual es conveniente que los niños de habla española ingresen de los 4 o 5 años en el Kindergarten”. Cabe observar que las clases de inglés comenzaban en la Klasse 4. Ya en aquel entonces el Colegio Alemán era trilingüe. A partir de la Klasse 7 se enseñaba francés y opcionalmente se podía estudiar latín. También existía la asignatura “Urbanidad”. En ese tiempo en Alemania sucedían acontecimientos menos positivos. El nacionalsocialismo de Hitler llegó al poder, el Colegio Alemán de Barranquilla y sus profesores no pudieron escapar ni política ni mentalmente al nuevo régimen y su ideología, a pesar de su currículo moderno y de mentalidad abierta. Las cartas a la Embajada alemana terminaban con “Heil Hitler!”. En la biblioteca escolar se encontraban obras nacionalsocialistas como Mein Kampf de Hitler. Sobre el colegio ondeaba la bandera con la esvástica. Además, varios profesores ingresaron al grupo local del Partido Nacionalsocialista. Cabe destacar que el partido nazi tuvo gran acogida precisamente en la caliente Barranquilla cosmopolita. Aquí

A pesar de todo, justamente el hecho de que Alemania perdiera la guerra permitió que en Barranquilla se originara una historia de éxito asombrosa. Aquí se fundó en 1919 la SCADTA, Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, la segunda aerolínea comercial del mundo después de la holandesa KLM. Su historia ya se ha contado frecuentemente. Basta limitarse aquí a lo esencial y concentrarse en su importancia para Alemania y los Estados Unidos. Alemania había perdido la Primera Guerra Mundial y según

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Reapertura después de la Segunda Guerra Mundial y mudanza a la carrera 51B Aunque a raíz de la Segunda Guerra Mundial el tamaño y la importancia de la colonia alemana quedaron fuertemente mermados, se mantuvo vivo el deseo de una re-

SCADTA, Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo el tratado de paz, no le estaba permitido poseer aviones –ni militares ni comerciales–. Los jóvenes que habían luchado en la guerra como pilotos y la habían sobrevivido, a menudo no tenían otra formación y no veían ninguna posibilidad de encontrar una labor atractiva en la Alemania de posguerra, que se encontraba económicamente débil. Para ellos tuvo que haber sido muy atractivo trabajar en el extranjero, en aquel entonces neutral, en donde se les recibió incondicionalmente. Esto también sucedió con

apareció también el boletín informativo “Karibischer Beobachter”, cuyo nombre se parece al del periódico nazi “Völkischer Beobachter”. Difundía no solo noticias de la región, sino también artículos ideológicos de la prensa nazi alemana. Cuando en 1940 el rector Wilhelm Kaiser, quien era miembro del Partido Nacionalsocialista, murió por un accidente mientras se bañaba, el “Karibischer Beobachter” publicó una nota necrológica titulada “¡Un nacionalsocialista no muere!”. En el mismo año también apareció allí un extenso artículo sobre el desarrollo del Colegio Alemán. Después del ingreso de Colombia a la guerra, el Colegio Alemán tuvo que cerrar sus puertas a principios de febrero de 1942. El servicio secreto de la policía colombiana decomisó las actas. Continuó su trabajo bajo el nombre de Colegio del Prado, bajo la dirección de una de sus profesoras colombianas. Se había prohibido el alemán como lengua de enseñanza. Los alemanes que no poseían pasaporte colombiano o que no estaban casados con una pareja colombiana, fueron internados cerca de Bogotá, en Fusagasugá, por el tiempo de duración de la guerra. Otros fueron llevados a los EE. UU. e internados allí.

Pilotos y técnicos de la SCADTA.

ingenieros y técnicos que se habían especializado en aviones. En Alemania se comprendió rápidamente que se había abierto aquí una posibilidad de mantener en reserva personal de vuelo con experiencia, sin violar las condiciones del tratado de paz. Especialmente para los nacionalistas que soñaban con revisar a fondo el tratado de paz, esta opción fue muy atractiva. También por ello Alemania apoyó a la SCADTA. Por el contrario, los Estados Unidos estaban muy escépticos e incluso hostiles frente a esta


El Club Alemán

El tamaño y el significado de la colonia alemana se veían reflejados en su fuerte presencia en los clubes sociales de la ciudad. Se dice que ya el Club Barranquilla contaba con numerosos miembros alemanes. En 1904 se fundó finalmente el Club Alemán, que sin embargo apenas en 1930 pudo mudarse a una sede propia en el barrio Bellavista, cerca del Colegio Alemán. En ese año se estima que el número de alemanes en Barranquilla era de 400 – 500. El Club tenía 120 miembros alemanes y 80 no alemanes, de los cuales la mayoría eran colombianos. Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo que cerrar, pero en 1952 volvió a abrir sus puertas. Cuando en

aerolínea, que era operada principalmente por alemanes, los enemigos de la Primera Guerra Mundial. Lo que más asustaba a los EE. UU. era la idea de que pilotos alemanes pudieran bombardear el canal de Panamá que se encontraba al alcance y con ello causarle un daño significativo a la economía de Estados Unidos. A esto se sumó un interés económico más o menos imperialista: la aerolínea estadounidense Pan American Airways se estaba preparando para entrar al mercado sudamericano y la SCADTA

constituía el mayor obstáculo en su camino a la meta. La SCADTA, que solo tenía poco apoyo del gobierno colombiano, tuvo dificultades para defenderse frente a esta fuerte competencia. La crisis económica mundial agravó aún más sus problemas económicos y en 1931 Pan American Airways finalmente logró obtener la mayoría de las acciones de la SCADTA, que a partir de ese momento limitó su funcionamiento al territorio colombiano. Se compraron nuevos aviones en los Estados Unidos, pero los

1957 se mudó a una nueva sede moderna, esto fue por lo visto un acontecimiento social importante, sobre el que el 27 de febrero de 1957 apareció un artículo extenso en el diario La Prensa, en el que se calificaba al Club como “el decano” de los clubes de Barranquilla. Es interesante que en el artículo no se mencionen nombres alemanes. Al parecer, a muchos colombianos la tradición del Club Alemán les parecía lo suficientemente importante para continuarla, aun sin alemanes. Como la mayoría de los clubes sociales de las colonias extranjeras, el Club Alemán desapareció a principios del nuevo milenio.

estadounidenses no intervinieron en las estructuras internas, por lo que la influencia de los alemanes en la SCADTA se mantuvo en un primer momento. Esta influencia de los alemanes en la SCADTA se suprimió en la Segunda Guerra Mundial por presión de los Estados Unidos. En junio de 1940 fueron despedidos, de un día a otro, los pilotos y empleados alemanes. La SCADTA pasó a llamarse Avianca. Sin embargo, los alemanes recibieron después de la Segunda Guerra Mundial pensiones de Avianca.

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Las nuevas instalaciones del Colegio fueron elogiadas por su modernidad y adecuación a las condiciones climáticas de Barranquilla. En 1985 el Colegio construyó una piscina.

apertura del Colegio Alemán. A principios de 1956 esto finalmente sucedió gracias al empeño de un hombre de vastísima cultura, poliglota, como fue el profesor Alberto Assa, quien se formó como institutor en la Universidad de Hamburgo en Alemania. Lamentablemente solo se conservaron pocos documentos de los principios de esta época. En el primer año el Colegio funcionó provisionalmente en la Quinta Holanda, cerca de la Plaza de la Paz. Al final del año el Colegio volvió a mudarse a la antigua sede en Bellavista. Al parecer el Colegio Alemán continuaba siendo reconocido entre la población de Barranquilla. El número de estudiantes creció rápidamente de 255 en el primer año, a 850 en 1965. Después de innumerables inspecciones se concedió el permiso para otorgarles el título de bachiller a los estudiantes. La primera promoción en obtener estos diplomas fue la de 1962 –justo a tiempo para el 50 aniversario–. Naturalmente, el creciente número de estudiantes hizo la imperativa necesidad cada vez mayor de instalaciones más grandes. En Bellavista ya no se le podía dar una solución a estas necesidades –el crecimiento de la ciudad había llegado ya a este barrio–. Con ayuda financiera de Alemania el Colegio compró un terreno en la periferia de la ciudad, hoy carrera 51B con calle 87. En marzo de 1963 se colocó la primera piedra y en el transcurso del año 1964

el Colegio pudo mudarse por partes (primero el Kindergarten, luego la sección femenina y por último la sección masculina –pues ahora se enseñaba por separado a niños y niñas en todas las clases–) a las nuevas instalaciones, que fueron elogiadas por su modernidad y adecuación a las condiciones climáticas de Barranquilla. Sin embargo, la mudanza a la –en aquel entonces– periferia de la ciudad, trajo consigo un descenso significativo del número de estudiantes. Apenas en el año de 1975 se pudo volver a lograr de nuevo la marca de 850 estudiantes. En 1979, finalmente, se alcanzó el número máximo de 1.024 estudiantes, que no ha sido superado hasta hoy. Menos alentador fue el hecho de que Alemania redujo en ese momento su subvención al Colegio Alemán con la argumentación comprensible de que ya no se trataba de un colegio bilingüe, sino de un colegio colombiano privado con énfasis en la enseñanza del alemán. Las clases de alemán se debían seguir subvencionando en gran medida, pero la ayuda adicional disminuyó fuertemente. ¡Un ejemplo de las consecuencias que esto tuvo para el Colegio es que hoy “solo” seis profesores son enviados por Alemania, mientras que hace 50 años eran 13! A pesar de esto, el Colegio fue modernizado continuamente en estas décadas. En 1973 se instalaron los primeros salones audiovisuales, en 1983 se construyó


un polideportivo, dos años más tarde una piscina. En los años noventa se edificó un nuevo bloque con laboratorios, salones de música y salones de audio. Y las clases volvieron a ser mixtas, de niños y niñas, esta vez sí definitivamente. Al mismo tiempo el Colegio inició en estos años la organización del intercambio estudiantil con Alemania. En 1978 cinco estudiantes pudieron pasar por primera vez varios meses en una familia alemana. Con el transcurrir del tiempo se les brindó esta oportunidad a cada vez más estudiantes. Esta tradición ha perdurado por más de 35 años y hoy el Colegio organiza este intercambio, sin costo alguno de tramitación para los padres, con el objetivo de darles a todos los estudiantes, en la medida de lo posible, la oportunidad de conocer ampliamente, a través de la vida en una familia en Alemania, su idioma y cultura. Aunque de vez en cuando haya problemas interculturales y malentendidos, este intercambio es probablemente único en esta forma y es una tradición de la que el Colegio Alemán puede sentirse orgulloso.

Durante más de 35 años, el Colegio en la 51B les sirvió de institución educativa excelente a niños y jóvenes de Barranquilla. Al crecer la ciudad, esta comenzó a rodear cada vez más al Colegio, de manera que, con el tiempo, este quedó en una ubicación absolutamente privilegiada dentro de Barranquilla. Esta ubicación despertó el interés de un gran grupo empresarial que le presentó una oferta atractiva al “Schulverein”, que este no quiso desaprovechar –especialmente debido a que de todas formas, ya se estaba haciendo necesaria una remodelación costosa de las edificaciones–. Y nuevamente el Colegio Alemán se mudó frente a las puertas de la ciudad en la autopista al mar hacia Cartagena. En el año 2001 la junta directiva, bajo la presidencia del señor Erich Heller, decidió realizar la mudanza y luego de un tiempo récord de planificación y construcción, comenzaron en 2002 las clases en las nuevas instalaciones. Y ahora también el crecimiento de la ciudad se mueve en esta dirección con la construcción masiva de nuevas edificaciones en Puerto Colombia y en Villa Campestre Nuevo.

El Colegio fue modernizado continuamente. En 1973 se instalaron los primeros salones audiovisuales, en 1983 se construyó un polideportivo, dos años más tarde una piscina. En los años noventa se edificó un nuevo bloque con laboratorios, salones de música y salones de audio.

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Para la clausura de la celebración de sus 100 años de fundación, el Colegio invitó al grupo de jazz alemán Klazz Brothers, integrado por Kilian Forster en el bajo, Tim Hahn en los tambores y a partir de 2010 ingresa como pianista del grupo Bruno Böhmer, exalumno del Colegio, quien con su grupo de jazz, el Bruno Böhmer Camacho Trío, fue el encargado de iniciar las celebraciones de los 100 años en agosto de 2012.

La estructura física de los laboratorios está hecha de material más liviano y resistente: galerías aéreas, pisos, mesas de trabajo, vitrinas exhibidoras y mobiliario en general. Existe un mayor y mejor manejo de la luz, agua y gas desde la estación de control del profesor. A la derecha, las modernas instalaciones con vista al mar.

El Colegio Alemán hoy Esta mudanza impresionante marca el comienzo de una nueva etapa importante del Colegio mas no la define. El Colegio se encuentra celebrando su centenario en el año escolar 2012/13, en un ambiente totalmente cambiado, no solo en comparación con su comienzo, sino también con vistas a sus años en la segunda mitad del siglo XX. Se enfrenta a un desafío nuevo y moderno. Seguro, en esa ciudad cosmopolita de 2013 nadie se ve obligado a cambiar sus nombres, “Johann Bernhard” en “Juan Bernardo”, como el alemán Elbers en 1824, sin embargo, la comunidad alemana se ha reducido a unas pocas familias y nietos y bisnietos de los inmigrantes alemanes estudian juiciosamente el alemán en el colegio, mas no lo hablan como lengua materna. La industria y el comercio cada vez más se ven caracterizados por multinacionales y de la influencia alemana ya no se nota nada como cien años atrás. Ya no funge como lazo a la patria para familias alemanas en la ciudad. El reto y la responsabilidad radican, aparte de las expectativas de la sociedad de Barranquilla, en las exigencias del Viejo Continente: la República Federal de Alemania ve, al lado de los vínculos políticos y económicos, la “Política de Cultura y Formación en el Exterior” como tercer pilar de su política de relaciones exteriores. Entre los criterios claves de esta política figuran el diálogo, el intercambio y la cooperación.

Un papel muy importante en este concepto lo ocupan los Colegios Alemanes en el Exterior. Entendiéndose como parte responsable y valiosa de una red de comunidades en el mundo, estos colegios se constituyen en intermediarios de la imagen de Alemania, de su cultura, su formación y su socialización. En su concepto de enseñanza-aprendizaje incluyen el transmitir valores democráticos y competencias interculturales y forman personalidades autónomas y responsables. Reconocimiento significativo de que el Colegio Alemán de Barranquilla cumple con la totalidad de los requisitos necesarios para ello, es la certificación como “Colegio Alemán de Excelencia en el Exterior”, galardón otorgado en 2013 por el mismo presidente federal de Alemania, señor Joachim Gauck, tras una inspección escolar profunda realizada por un equipo especializado de altos profesionales de Alemania, que se basaron en una documentación de los últimos tres años de trabajo y evaluaron la calidad de las instalaciones y los actuales resultados académicos. Salones de clase con tableros interactivos para todo el bachillerato, siete laboratorios de química, biología y física dotados con los equipos más modernos de Alemania, amplias instalaciones de deporte, actividades múltiples en cada área sobresaliendo la mera enseñanza del plan de estudios académico, hasta la propia orquesta juvenil de 50 integrantes, convencieron, al igual que los resultados en el Bachillerato Internacional que se ofrece en la institución para todos los alumnos.


relaciones internacionales y así finalmente contribuye a mantener y fortalecer la paz entre los países. El Colegio Alemán de Barranquilla, al celebrar su centenario se siente honrado al hacer parte galardonada de la ciudad de Barranquilla en su bicentenario: la Medalla Puerta de Oro de Colombia, otorgada por el gobernador del Atlántico, señor José Antonio Segebre; una Resolución de Exaltación entregada por monseñor Jairo Jaramillo en cabeza de la Arquidiócesis, y la Medalla Ciudad de Barranquilla en categoría Cruz de Oro, distinción concedida por la Alcaldía Distrital, demostraron su integración reconocida por todas las partes de la sociedad; al igual, el Colegio Alemán reafirma su compromiso con la ciudad de Barranquilla como puerta abierta de doble vía a Alemania y Europa.

El lenguaje es la primera puerta para entender la cultura de la sociedad y la última puerta para entender la socialización del individuo. Con este lema sigue el Colegio Alemán su núcleo del comienzo, impartiendo clases de alemán, actualmente a 1.011 estudiantes desde Pre-Kindergarten hasta Klasse 12, y abriendo una infinidad de posibilidades en Alemania y Europa. Desde hace años un promedio de más de 30 % de los graduados del Colegio estudian exitosamente en Alemania y aprovechan las ofertas laborales tanto en Alemania o Europa como en su propio país u otro lugar del continente. Este hecho es evidencia satisfactoria de que el Colegio responde exitosamente al encargo por Alemania de seguir construyendo una base para sólidas

Logotipo conmemorativo de los 100 años del Colegio Alemán.

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Empresas y empresarios

BARRANQUILLA: AUGE, CRISIS Y RENACIMIENTO DE LA CIUDAD Y DE SU EMPRESARIADO A partir de la segunda mitad del siglo XIX, en Barranquilla se generaron condiciones para el comercio mucho más atractivas que las ofrecidas por los puertos de Santa Marta y Cartagena. Muchos comerciantes de estas dos ciudades, al igual que un importante núcleo de empresarios extranjeros decidieron instalarse en la nueva ciudad. Sergio Paolo Solano

El crecimiento de Barranquilla estuvo ligado a su condición de primer puerto colombiano entre 1870 y 1950. Esa condición privilegiada dependió a su vez de un modelo económico agroexportador que convergía hacia el valle del río Magdalena, arteria por la que se movilizaban todos los productos que entraban y salían del país. Su posición geográfica, el ser una sociedad de orígenes mestizos y que no arrastraba lastres de ranciedades “aristocráticas” coloniales, la condición portuaria, la llegada de empresarios extranjeros y el ser epicentro de la navegación fluvial a vapor, crearon las condiciones propicias para que en Barranquilla se transfirieran capitales, tecnología, mano de obra y experiencia administrativa a un naciente sector fabril. Durante los treinta primeros

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A comienzos del siglo XX, dieciséis países tenían representantes consulares en Barranquilla y ya esta aparecía como un incipiente centro industrial. La población, durante el período de existencia del complejo portuario Barranquilla–Puerto Colombia, creció 3,5 veces, al pasar de 40.105 habitantes en 1905 a 139.974 en 1938. Durante ese lapso el sector industrial se desarrolló rápidamente, los servicios públicos se expandieron y fueron los mejores del país; el crecimiento urbano fue notable y surgieron barrios residenciales a la altura de los de las mejores metrópolis de América.

años del siglo XX esta ciudad fue escenario propicio para el establecimiento de la industria moderna, la que introdujo modificaciones significativas en las relaciones sociales y en sus estructuras demográfica y urbana. Ciertas circunstancias favorables durante el último cuarto del primer siglo de la República sirvieron para que algunos empresarios con capitales acumulados en las esferas del comercio, la ganadería y el transporte, se decidieran a diversificar sus inversiones en sectores netamente productivos que se podían beneficiar de las materias primas que abundaban en la región, las que en parte representaban un subproducto de sus inversiones esenciales. Tal fue el caso de los establecimientos semifabriles creados entre 1875 y 1899, los que también se aprovecharon de la imposibilidad que afrontaba la competencia de productos extranjeros de igual índole en razón de los altos


En el ambiente de progreso de fines del siglo XIX se destaca el norteamericano Mr. William Ladd con al menos tres grandes aportes a la ciudad. Inició la telefonía en 1885, fue el fundador del Colegio Americano para varones junto con Mr. Vanderbilt. Compró unos terrenos en la parte alta de la ciudad para hacer una urbanización que fue bautizada con el nombre de su ciudad de origen: Boston.

Barranquilla, pionera en telecomunicaciones

El primer almacén LEY lo abrió por el antioqueño Luis Eduardo Yepes en el año de 1922 en Barranquilla, fue el primer almacén que implementó los precios fijos y publicados, que eran exhibidos en vitrinas al público. A esta tienda la denominó LEY, tomando las iníciales de su nombre.

costos del transporte y los altos volúmenes de carga que no eran compensados por su comercio en el mercado regional costeño en formación. Instalaciones semifabriles como las jabonerías, velas esteáricas, curtimbres, desmotadoras de algodón y cigarrerías, surgieron gracias al desarrollo de la industria ganadera y del tabaco, en especial cuando la primera comenzó a responder a las exigencias del mercado centroamericano y del Caribe insular a raíz de la guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878) la que imposibilitó que esta isla continuara abasteciéndolos de carnes y de

cueros. También influyó la demanda interna de carnes, calzado, aperos de cabalgadura, cueros para muebles y camas, velas esteáricas para el alumbrado y jabones para el aseo. Los empresarios extranjeros La existencia de un núcleo de empresarios no nacionales con capitales en el comercio y en el transporte fluvial de vapor y en el ferrocarrilero, también, contribuyó a crear un marco benéfico para aventurar inversiones en el área semifabril. Modernos sistemas contables y administrativos, alta capacidad de riesgo en las inversiones e introducción de la tecnología moderna representada en la máquina de vapor y en herramientas y productos metalmecánicos y todos los conocimientos físicos, químicos y matemáticos que les son congénitos, se constituyeron en el aporte más apreciable de este grupo de personas al desarrollo empresarial de Barranquilla. Así, muchos de los primeros empresarios que arriesgaron capitales en talleres y establecimientos semifabriles habían asimilado el

Barranquilla fue la ciudad pionera de las comunicaciones telefónicas en el país al instalar los primeros aparatos en 1885 y luego habilitar las centrales telefónicas electromecánicas que suprimieron el uso de las funcionarias operadoras para la comunicación entre los abonados. William Ladd fue el primer gerente de la compañía americana encargada del contrato con el municipio de Barranquilla y se destacó por el manejo administrativo y su permanente vigilancia en el aspecto técnico de los aparatos instalados. Años más tarde, el barranquillero Julio Falquez se encargó del auge logrado por la empresa. Entre las fechas más significativas en la historia de la telefonía en la capital del Atlántico se encuentran: • El 13 de diciembre de 1885 el señor Pedro R. Vengoechea recibió en Barranquilla el primer aparato telefónico que llegó a Colombia. • En 1885 la Compañía de Teléfonos de Colombia y Panamá, radicada en este último país, introdujo en Barranquilla 25 aparatos telefónicos que fueron instalados en oficinas públicas y casas comerciales, para ser dados al servicio el 1˚ de septiembre del mismo año. • Mediante actividades de prueba, el 7 de agosto de 1885 se llevó a cabo la comunicación entre Barranquilla y Soledad. • En 1886 Barranquilla llegó a poseer 800 aparatos telefónicos Party-Line, con los cuales tres familias compartían un mismo teléfono.

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“espíritu empresarial” laborando en calidad de dependientes en casas mercantiles extranjeras, como contadores de vapores y auxiliares de los ingenieros mecánicos venidos de los Estados Unidos y de Inglaterra para las operaciones de ensamblaje de los vapores que hacían el tráfico por el río Magdalena y para dirigir los astilleros en donde se realizaban estas labores. EI primer ensayo fabril creado en Barranquilla gracias a estos factores fue La Industria, de los hermanos Salzedo Ramón, de ascendencia sefardita. Fundada en 1875 con un tren de alta tecnología de la época, se propuso introducir en la región caribe el hábito de consumir aceites vegetales extraídos de semillas oleaginosas. Pero el peso de la tradición del consumo de aceite de coco y de grasa de cerdo prontamente la obligó a diversificar su producción hacia el desmote de algodón con cierta demanda en el mercado internacional, la producción de jabones y velas y el aserradero de madera. A este establecimiento, que logró sobrevivir a la crisis de 1929, se le unió en 1878 la fábrica de jabones El Porvenir, de Francisco de J. Palacio, y la fábrica de azúcar La Perseverancia un año después, de Manuel María Monsanto. Y así, entre 1875 y 1899 se fundaron 26 talleres y factorías semifabriles, en su mayoría en los sectores productivos ya anotados, establecimientos que por el escaso empleo de tecnología y de mano de obra no pueden ser catalogados como unidades industriales modernas propiamente dichas.

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Tomás Dawson, cónsul norteamericano en 1884, informaba a Washington que “desde el río se ve la ciudad con sus edificaciones sólidas y arqueadas que ocupan una gran extensión y sus chimeneas de fábricas y vapores, que botan humo y fuego en pulsaciones constantes. Todo esto, contra un telón de verde tropical, da una sensación de solidez, grandeza y actividad que rara vez se encuentra bajo los cielos tropicales y que coloca a Barranquilla a la vanguardia de la ciudades de Colombia”.

Foto en la Cámara de Comercio de Barranquilla en 1932, preside Francisco Carbonell González. De izquierda a derecha: Juan Meisel, Federico Blanco de la Rosa, Vicente Volpe, Mario Santo Domingo, José Ramón Vergara, Alberto Smith, Alberto Tietjen, José Hughs y Julio Montes.

Con la vuelta de siglo el proceso de industrialización tomó un carácter más amplio sin que por ello Barranquilla perdiera su ya tradicional condición de centro comercial y portuario, pues las industrias nacieron ligadas a ese doble aspecto de la vida económica. Aunque continuaron creándose unidades semifabriles, hubo una importante colocación de capitales en industrias en el sentido estricta del término, las que comenzaron a emplear alta tecnología y a utilizar significativas cantidades de mano de obra asalariada que sobrepasaban, en ambos aspectos, a las factorías heredadas del siglo XIX. Tendencias en la inversión del capital industrial Al igual que en Medellín y con la misma intensidad, en Barranquilla fue el sector de textiles el que se colocó a la cabeza de la industrialización al crearse veintiuna fábricas de tejidos de algodón y de seda artificial entre 1905 y 1934, lo que repercutió en el cultivo de la malvácea en algunas áreas de la región y en el establecimiento de desmotadoras en Barranquilla y municipios circunvecinos. Las primeras fábricas de textiles, pequeñas en su mayoría (con excepción de Tejidos Obregón) y dedicadas al tejido de punto ( franelas, medias e interiores), surgieron al amparo de las políticas proteccionistas, estímulos y subvenciones del gobierno de Rafael Reyes, empleando pocos telares mecánicos e importando hilazas.


to, entre 1932 y 1934, de tres fábricas de tejido de seda artificial que demandaron grandes inversiones de capital extranjero. Después de la crisis de 1929 la tendencia en la inversión de capital tuvo una ligera recomposición en el orden de jerarquía entre las áreas fabriles, tal como se observa en un censo efectuado por la Contraloría General de la República en 1934. En efecto, de los dieciséis millones de pesos ($16’000.000) colocados en 165 establecimientos, cinco fábricas de cervezas y bebidas gaseosas (cervecerías Barranquilla y Bolívar S.A. y Bavaria y fábricas de gaseosas Pura Uva, Postobón y La Mejor) estaban adelante con una inversión del 27,7 %. Le seguían siete establecimientos de textiles de algodón y de seda con el 18,7 %; siete industrias metalmecánicas (Industria Nacional de Hornillos y Calderos, muebles de acero Vulcano, Fábrica Nacional de Camas, Industrias Metálicas Vallejo, Enva-

La crisis económica de 1920-1921 (sus efectos en Barranquilla se mantuvieron hasta mediados de 1924), la caída de los aranceles aduaneros por efecto de la inflación, y la baja de los precios internacionales de los textiles gracias a la innovación del telar automático que rebajó significativamente los costos de producción, afectaron a las factorías de textiles y ya para 1926 no existían las fábricas Mayans, Aycardi, Helm, Campo y Carbonell y la Algodonera e Industrial y al año siguiente se liquidó la Compañía Manufacturera de Barranquilla. Para 1928 solo se referenciaban las fábricas Campeny y Rabat, Tejidos Obregón y la Industrial de Tejidos, y después de la gran depresión económica (1929-1932) solo quedaban las empresas Obregón, Rabat y Cía., Tejidos de Punto de Juan Colina y la de Sandoval y Acosta, Sin embargo, el sector de textiles prontamente se recuperó gracias a que el arancel proteccionista de 1931 favoreció el surgimien-

Por más de cincuenta años la Casa Vargas fue la más prestigiosa sastrería de Barranquilla. Cuando se trataba de eventos y ocasiones que demandaban usar vestido entero de saco y corbata lo indicado era ir al centro, a un costado de la iglesia de San Nicolás, a la Casa Vargas donde se escogía la calidad del paño, el color y el estilo para que aquellos sastres tomaran las medidas y en unos días confeccionar, de manera impecable, el vestido.

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Esteban Márquez (1799-1889). Empresario, banquero y político. Fundador y director del Banco Márquez, impulsor de la importación por el río Magdalena para lo cual construyó la aduana en el actual castillo de Salgar.

Entre 1873 y 1925 se fundaron seis bancos privados en la ciudad de Barranquilla. Durante este período, de intensa actividad económica, se crearon casi todos los bancos que han aparecido en la ciudad. El Banco Dugand fue quizá el más importante en estos años. Ya entonces se encontraba bastante consolidado el Banco Comercial de Barranquilla, sucesor del Banco de Barranquilla.

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El señor François Victor Dugand, de origen belga, llegó a La Guajira en 1879, luego se instaló en Barranquilla a principios del siglo XX. Durante su estancia en Barranquilla fundó la firma de banqueros que llevó el nombre de V. Dugand e Hijo. Su hijo era José Víctor Dugand, gerente del Banco Dugand de 1917 a 1925.

ses Metálicos Gallardo, puntillas Iron and Steel Industry Co. y el astillero Unión Industrial) con el 8,9 %; tres molinos de trigo (Generoso Mancini, Roncallo Hnos. y Ramón Urueta Méndez) con el 7,0 %; dos fábricas de aceites y grasas vegetales (Fagrave y Grasas y Aceites Vegetales) con el 6,8 % y tres cigarreras y fosforeras (Coltabaco, Francisco García y Hermano y Cía. Fosforera Colombiana) con el 6,5 %. Es decir, 25 empresas (el 38,4 % del total) concentraban el 75,6 % del capital colocado en industrias en 1934. Entre este año y 1945 se crearon 416 establecimientos fabriles, manufactureros y artesanales con una inversión aproximada de $25.000.000. Sin embargo, por el valor de la producción y el de los insumos y por el empleo de mano de obra, el sector de textiles seguía siendo el que más aportaba a la consolidación de la industria en Barranquilla. En efecto, de un valor total de la producción de las empresas que se acercaba a los dieciséis millones ($16’000.000), los textiles aportaban el

18,6 %, seguidos por bebidas y gaseosas con el 10,6 %, luego por los molinos de cereales con el 9,5 % y después por aceites vegetales, metalmecánica y cigarrillos y fósforos con el 7,1 %, 7,2 % y el 6,1 % en su orden. Es decir, las mismas 25 empresas concentraban el 59,1 % de la producción. La crisis: limitaciones del desarrollo fabril de Barranquilla A partir de los años 1920 y 1930 la articulación de ese modelo económico varió al buscar la salida del café por Buenaventura, para luego seguir por el canal de Panamá con destino a Europa y los Estados Unidos, y a la inversa. Ese cambio en la jerarquía y en los espacios portuarios afectó la capacidad de acumulación de capitales de los empresarios de Barranquilla. De hecho, los empresarios que invirtieron en industrias ya habían perdido sus nexos con el comercio internacional en grande escala (a excepción quizá de los Obregón, quienes mantuvieron una


importante dosis de supervivencia del espíritu especulativo de los empresarios barranquilleros, muy dados a la rentabilidad inmediata, la que aprendieron y practicaron gracias a la economía de “cuello de botella” propia de la hegemonía mercantil y portuaria que ejerció esta ciudad sobre el tráfico mercantil nacional en el siglo XIX. La politiquería, otro elemento de la crisis Esas limitaciones económicas se aunaron con algunos aspectos de la política nacional. Sobresale la política discriminativa del Estado al aplicar un modelo que privilegió a las ciudades del triángulo de oro (Bogotá, Medellín y Cali), en detrimento de la costa. El establecimiento de impuesto a las importaciones de materias primas empleadas por las industrias barranquilleras, lesionó a los molinos y a las textileras. Un impuesto de internación de productos costeños con destino a los mercados del interior también formó parte de las políticas del Gobierno nacional para favorecer el desarrollo fabril antioqueño en detrimento del costeño. A ese hecho hay que sumarle las transformaciones que se operaron en el Estado y en la administración municipal de la ciudad. Hasta finales del decenio de 1950 era un Estado pequeño y con una burocracia pública pequeña si se le compara con lo sucedido después de acordado el Frente Nacional bipartidista (1958-1974), que hizo del clientelismo la principal norma de la conducta política. La reforma política de 1968 (gobierno de Carlos Lleras Restrepo) que fortaleció el Estado, implicó el ensancha-

La principal cervecería de la región caribe del país fue fundada el 10 de abril de 1913, e inició su producción con las marcas Escudo, Gallo Giro, San Nicolás y Cerveza Águila. Veinte años después pasó a ser propiedad de don Mario Santo Domingo con el nombre de Cervecería de Barranquilla y Bolívar, esta razón social se mantuvo hasta 1967, año en el que se estableció la Sociedad Anónima Cervecería Águila. A partir del 2002 pasó a ser parte de Bavaria y retomó su nombre original de Cervecería de Barranquilla.

tradición de origen colonial) y transitaban hacia otras actividades (accionistas minoritarios de la navegación a vapor, comercio al detal, ganadería a escala menor, propiedad raíz urbana, urbanización y bancos) con menores posibilidades de enriquecimiento. La unidad familia-empresa asumió hasta cierto límite las exigencias planteadas por la financiación de las industrias que originó. La capitalización por medio de la reinversión de utilidades o por el traslado de fondos de otras esferas fue una disyuntiva que dependió de la solvencia familiar, de la coyuntura económica o de la situación de la empresa. Sabemos que Tejidos Obregón, propiedad de una familia con grandes recursos económicos, multiplicó su capital en un lapso de ocho años y creó otras empresas subsidiarias de aquella (Cía. de Energía Eléctrica y la Cía. Agrícola y Comercial) gracias al traslado de fondos. Otras familias empresariales que incursionaron en industrias (Mayans, Aycardi, Helm, Carbonell), por lo limitado de sus fortunas tuvieron que mantener sus empresas acudiendo a los dineros resultantes de las utilidades, las que debieron ser modestas por su escasa capacidad competitiva. La inversión en múltiples industrias por parte de los empresarios barranquilleros originó la desconcentración del capital fabril, lo que antes que expresar un “espíritu abierto y democrático de la estructura industrial barranquillera” –como se pensó años más tarde–, más bien manifestaba la presencia del factor limitante ya anotado, cierta cautela en la colocación de la inversión, pero también una

El empresario Julio Mario Santo Domingo Pumarejo heredó el talento para los negocios de su padre Mario, quien fue pionero de la aviación comercial en Colombia y además fundador de Cervecería Águila.

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Edificio de la Compañía Colombiana de Tabaco. Esta empresa, fundada en Medellín en 1919, abrió una fábrica de cigarrillos en Barranquilla, que absorbió la gran fábrica de cigarrillos Flor Patria de don Ángel M. Palma quien había comenzado como comerciante de tabaco desde 1904.

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del bipartidismo o en alternativas radicales de los 1960 en adelante. Así se reprodujo una cultura del clientelismo, en la que rápidamente caían los jóvenes. En fin, ya para los años de 1960 la ciudad desaceleró su crecimiento económico, la afluencia de corrientes migratorias de la región costeña y de otras partes del país presionaron sobre el espacio urbano, la infraestructura de servicios públicos y sobre la capacidad de la economía local para absorber la demanda de colocaciones laborales. Desde los años 1960 en adelante la crisis de Barranquilla se manifestó en todos los órdenes. El crecimiento demográfico desmesurado presionó sobre la estructura urbana y sobre la infraestructura de los servicios públicos, los que ya para los años de 1970 colapsaron. El desmonte de las industrias se aceleró y la economía de la ciudad se convirtió en prestadora de servicios, en especial de actividades comerciales. El desgreño de la administración pública también hizo crisis en todos los ámbitos, y eso terminó tocando a las entidades del Estado prestadoras de servicios de salud y de educación. La combinación entre la incapacidad de un sector dirigente para diseñar políticas públicas y empresariales para sacar adelante a la ciudad, con las presiones de las distintas corrientes migratorias provenientes del mundo agrario costeño y de otras partes del país también terminó por afectar lo que había sido el “civismo” como expresión de la identidad de los habitantes raizales y no raizales de la ciudad. miento de la burocracia en todos los órdenes, y convirtió a las instituciones estatales en botines de disputas políticas y en fortines burocráticos. Podemos afirmar que una de las consecuencias negativas de la intervención del Estado es que se creaban instituciones públicas que terminaban sometidas a unas dinámicas perversas. Por un lado la presión de los sindicatos que intentaban acrecentar sus bases sociales de apoyo y de presión. Y por otra parte los intereses politiqueros y burocráticos de los administradores que veían en la ampliación de las nóminas del personal el fortalecimiento de sus caudales electorales. Las consecuencias en el mediano plazo son el desgreño administrativo y el desarrollo de una burocracia inoperante que paralizó cualquier iniciativa en pro del bienestar colectivo. La tenaza de hierro del bipartidismo bajo el Frente Nacional no permitió el surgimiento de terceras alternativas y las generaciones que nacieron de finales de los 1940 en adelante se encuadraron dentro

La recuperación: eficiencia de las alianzas público–privadas Frente a esa crisis, desde los años 1980 los empresarios y sus gremios empezaron a incursionar en política con la aspiración de que la administración de la ciudad fuera gerenciada con criterios empresariales, es decir, con eficiencia y crecimiento sostenido. Esto coincidió con el desmonte del modelo del Estado interventor y la adopción de un modelo neoliberal que dejaba todas las actividades que habían sido del Estado en manos de la empresa privada. Los resultados han sido alentadores, con logros en algunos frentes como en la prestación de los servicios públicos, la mejoría en buena parte de la malla vial de la ciudad, la recuperación de importantes áreas urbanas como el centro histórico y sus zonas adyacentes, la atracción de inversionistas extranjeros que han empezado a hacer de Barranquilla un espacio de inversiones en el comercio, el transporte, los bancos y la industria.


Un aspecto clave es la mejoría de las finanzas públicas manifestada en la capacidad de la administración pública para recaudar los impuestos, hasta el punto de que en las dos últimas administraciones las autoridades han declarado que se ha superado el déficit. Esto quiere decir que la administración de la ciudad empieza a dar claros síntomas de recuperación y de superación de viejos vicios de desfalco y de prácticas que recuerdan a los Estados patrimoniales de las sociedades premodernas. Esa mejoría en las finanzas ha permitido que la ciudad mejore la infraestructura educativa con la construcción de megacolegios, y las reformas de las plantas físicas de colegios de educación básica primaria y secundaria que amenazaban ruina. Esto se ha acompañado con la renovación de la planta de docentes de los planteles educativos, y por ende con una mayor cobertura de la educación. De igual forma, la infraestructura cultural ha sido básica en la recuperación que está manifestando la ciudad. Centros culturales como la antigua Aduana, el Museo del Caribe y otros espacios de vida cultural de las cajas de compensación y de universidades privadas dan fe de que

la ciudad mejora en esta área tan importante para tener un crecimiento equilibrado. Las bibliotecas públicas y de instituciones privadas también han mejorado en la prestación de servicios y en la dotación de elementos que las colocan a la altura de las principales bibliotecas del país. En el área de la recreación se manifiesta igualmente la recuperación de la ciudad. Cines, teatros, parques y estadios hacen presencia como espacios para que los ciudadanos hagan buen uso del tiempo de ocio. El Carnaval, declarado patrimonio histórico de la humanidad por la Unesco, también da fe de esa recuperación mediante una política de descentralización y mejor organización de sus actividades, lo que está a tono con las exigencias de una ciudad que ha crecido de manera significativa tanto en población como en espacio urbano. Todos estos procesos de reactivación de Barranquilla marchan aparejados con algo que es fundamental: el desarrollo de un sentido de pertenencia de sus habitantes, un sentimiento de identidad que liga al barranquillero raizal y al adoptado al terruño, y que presta colaboración a las iniciativas que procuran mejorar a Barranquilla convirtiéndola en un espacio grato para vivir.

La infraestructura cultural ha sido básica en la recuperación que está manifestando la ciudad. Centros culturales como la antigua Aduana, el Museo del Caribe y otros espacios de vida cultural de las cajas de compensación y de universidades privadas dan fe de que la ciudad mejora en esta área tan importante para tener un crecimiento equilibrado.

Hoy en día Barranquilla es la ciudad con la mayor tasa de actividad emprendedora en la región caribe y la quinta a nivel nacional. Así lo concluye el informe “Región Caribe 2012-2013” del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que además destaca que más de 80 % de las nuevas empresas de la región fueron creadas por una oportunidad de mercado, lo que evidencia una adecuada orientación de la actividad emprendedora.

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Generoso Mancini & Cía. Ltda.

UNA EMPRESA CON HISTORIA Los orígenes de su historia se remontan a 1919 cuando el joven Generoso Mancini De Silvi, de 25 años y originario de Tívoli, fundó en Barranquilla una fábrica de pastas alimenticias y galletas llamada G. Mancini & Cruciani que, con el tiempo, habría de convertirse en símbolo de la industria alimentaria regional: La Insuperable

Texto condensado del libro escrito por Gustavo Bell Lemus, El Cuento de Generoso

Generoso Mancini & Cía. Ltda., organización empresarial de carácter familiar situada en Barranquilla, por tres generaciones y más de nueve décadas se ha venido consolidando como una de las más destacadas de la industria alimentaria del Caribe colombiano y del país. Sus orígenes se remontan a 1919 cuando el joven Generoso Mancini De Silvi, de 25 años y oriundo de Tívoli, Italia, junto con su compatriota Rómulo Cruciani fundó la fábrica de pastas alimenticias y galletas G. Mancini & Cruciani, que con el tiempo se convirtió en La Insuperable, símbolo de la industria local. En la época en que Generoso Mancini desembarcó en Puerto Colombia, Europa estaba devastada por la Primera Guerra Mundial, mientras que Barranquilla se hallaba en pleno proceso de expansión económica y demográfica con una

fuerte demanda de alimentos y bienes de consumo. Con unos ahorros y alguna experiencia en los negocios, don Generoso instaló una panadería en la calle de las Flores, y a los pocos meses fundó la fábrica de pastas alimenticias. Un par de años más tarde, en julio de 1922, constituyó con Cruciani una nueva sociedad comercial e industrial: un molino para fabricar la harina Flor de Trigo. En mayo del mismo año llegó a Barranquilla, procedente de Italia, el hermano menor de don Generoso, de 18 años, quien se vinculó a la panadería. En 1924 el joven Adalgiso ya había alcanzado la mayoría de edad y entró a ser socio de G. Mancini & Cruciani y le imprimió un impulso comercial a las fábricas de harina y de pastas e innovó en empaques, lo que se tradujo en un éxito de mercadeo. Los hermanos Mancini continuaron expandiendo sus actividades industriales con aceites y grasas vegetales, maicena y brillantina para el cabello, todo con el nombre de La Insuperable.

Generoso Mancini & Cía. Ltda. 1937

1922

Edificación en el callejón Topacio, donde se ubicó el primer molino de harina de la empresa La Insuperable.

1930

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El 25 de mayo de 1930, Generoso Mancini De Silvi se casó con Rita Alzamora Palacio, perteneciente a una de las más distinguidas familias barranquilleras.

Adalgiso Mancini De Silvi y Dolores Alzamora Palacio se casan. Mediante el vínculo matrimonial se fundaron las sólidas bases de una empresa familiar que unió dos poderosas familias: Mancini De Silvi y Alzamora Palacio.


Don Generoso Mancini, creador de empresas

1940

En la Segunda Guerra A comienzos de la década de 1940 los negocios de la empresa Molino de Trigo y Fábrica de Pastas La Insuperable seguían en auge e incluso se ampliaban a otros campos como bienes raíces. Esto llevó a los hermanos Mancini a reestructurar la empresa. El 30 de junio de 1941 se constituyó la sociedad anónima La Insuperable S. A. Las acciones de esta nueva sociedad quedaron repartidas, en diferentes proporciones, entre los miembros de la gran familia Mancini De Silvi-Alzamora Palacio. Infortunadamente los efectos de la Segunda Guerra Mundial influenciaron la política y la economía de Colombia y de manera directa a los ciudadanos alemanes, italianos y japoneses radicados en su territorio. Estados Unidos creó la Lista Proclamada de Nacionales Bloqueados, más conocida como Lista Negra, que significó un gran perjuicio económico para los comerciantes y empresas nombrados en ella. La Insuperable fue incluida en 1941 en razón de la nacionalidad de los

Grabado con el emblema de la empresa que se usaba en el encabezamiento de la papelería en 1940.

Ciudadano italiano nacido en Tívoli en 1894, prestó servicio militar en Mogadiscio, Somalia italiana. Allí construyó la primera sala de proyección cinematográfica Cinema Tívoli, para mil espectadores. En la Primera Guerra Mundial fue herido en combate. Consiguió licencia para explotar unas minas y fabricar pólvora. En 1919 desembarcó en Barranquilla donde abrió una panadería y empezó a fabricar pastas. Luego compró el molino de su proveedor de harina y estableció la sociedad G. Mancini & Cruciani. En 1938 constituyó Aceites La Insuperable. En 1940, junto con su hermano Adalgiso, creó la fábrica de jabones La Insuperable y la productora de aceites La Americana. En 1943, en asocio con el ingeniero Ernesto Cortissoz, manufacturó sulfato de quinina. Fundó Fagrave S. A. en sociedad con Jacobo Safdeye Curacao Trading Co. Carlos Lazcano y la sociedad Nazzim Mezrahi. En Cali –1955– inauguró la fábrica de grasas Generoso Mancini Manteca La Americana. Asociado a Parrish & Co. urbanizó el barrio La Victoria, y juntamente con Alberto Pumarejo y Mariano Segovia, el barrio Riomar. Falleció en 1956 en Tïvoli cuando negociaba una fábrica de cerveza y un molino de cemento. Sus descendientes son Victoria, Rita, Bruno, Marina, Enmanuel Filiberto, Manlio, Isabel, Manuel Julián.

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Bernardo Mancini Alzamora, vinculado desde 1976 y gerente de la empresa desde 1997.

hermanos Mancini, y se vio abocada a una parálisis de la molienda de trigo. En mayo de 1942, cuando se recobró la libertad comercial con Estados Unidos, se reanudaron las actividades. Para sortear esa imprevista dificultad, los hermanos Mancini en asamblea de socios en enero de 1942 pusieron la totalidad de las acciones en cabeza de los socios colombianos —los miembros de la familia Alzamora Palacio—. Aunque esta fórmula permitió a la empresa volver a importar trigo de Estados Unidos, el recrudecimiento de la guerra naval hacía Filiberto Mancini Abello, gerente difícil el transporte marítimo, y la molienda se hizo esporáprimer suplente dica y afectó la rentabilidad de la empresa. Por fortuna, el desde 1999. abastecimiento de semolina para la fabricación de galletas y pastas no sufrió mayormente. Otra estrategia para asegurar el abastecimiento de materia prima por parte de La Insuperable fue la diversificación de proveedores de trigo. Argentina cobró importancia para la industria molinera nacional. En 1945, cuando terminó la Guerra, la Eduardo Osorio Mancini, empresa arrojó ganancias y consolidó su buen nombre. gerente segundo suplente. Ingeniero industrial y máster en Ciencia de granos de la Universidad de Kansas, molinero de la escuela de ST. Gallen, Suiza. Vinculado a la empresa desde 1989.

En la posguerra Al finalizar la Guerra surgió un nuevo orden mundial. Organismos como las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial empezaron a ser determinantes en la recuperación de los países afectados. En Colombia se inició en firme la era de la planeación macroeconómica dirigida por el Estado y apoyada por una misión del Banco Mundial que en 1949 produjo el plan de desarrollo Bases de un Programa de Fomento para Colombia. Se crearon nuevas institucio-

Generoso Mancini & Cía. Ltda. 1940

Molino Topacio. Aquí se fabricaba además de la harina y pastas, aceites, jabones, maicena y brillantina para el cabello.

1950

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Generoso Mancini De Silvi con su esposa Rita Alzamora Palacio y sus hijos Bruno, Rita, Marina, Victoria, Generoso. Arriba, Filiberto, Isabel, Manuel Julián y Manlio.

nes y se fortalecieron otras como el IFI, orientadas a mejorar determinados sectores. Pero en ese marco la industria harinera no se vio favorecida. Se presentaron escasez de trigo en los mercados de Estados Unidos y Canadá, por entonces los principales productores del mundo, y el envío preferencial hacia Europa. Se llegó a un punto crítico en el que se interrumpió la molienda de trigo por falta del cereal, y la producción de pastas alimenticias por la carencia de harina. A esa dificultad se sumaron medidas restrictivas del Estado para la importación del grano debido a la estrechez de divisas. El espíritu empresarial de los Mancini los llevó a gestionar ante el Gobierno en Bogotá las licencias de importación y asegurar la producción recurriendo a proveedores de Argentina. Ya en 1947 los Mancini habían viajado a Nueva York para comprar a la firma Allis Chalmer Manufacturing Co. un molino de gran capacidad, a la par que adquirían en Italia las más modernas máquinas para fabricar pastas. El ensanche impuso la compra de nuevos terrenos y la construcción de instalaciones apropiadas en la Vía 40. El diseño y la construcción de las obras fueron contratados con la firma de ingenieros Enrique Zeisel y Angelo Magagna. Las nuevas instalaciones se dieron al servicio en agosto de 1949. Para entonces La Insuperable S. A. había cambiado su razón social: desde 1946 había pasado a llamarse Generoso Mancini & Cía. S. A. Y a comienzos de los años cincuenta la empresa se consolidó como una de las más importantes de Barranquilla y símbolo de la pujanza de la ciudad, y la primera del sector molinero nacional. En abril de 1954 la asamblea de


y se instaló un laboratorio para control de calidad del trigo que se recibiera y de la harina que se produjera. El 7 de abril de 1983 el presidente de la república, Belisario Betancur, inauguró las nuevas instalaciones. Eduardo Osío renunció a la gerencia en 1997 y en su reemplazo fue designado Bernardo Mancini Alzamora, a la vez que Silvia Osío Mancini fue nombrada gerente segunda suplente. Bernardo, hijo de don Adalgiso, estaba vinculado a la empresa hacía más de dos décadas por lo que la conocía perfectamente. Se trataba, en efecto, de un hecho cargado de gran simbolismo en la trayectoria de Generoso Mancini & Cía. Ltda.: la llegada de la segunda y la tercera generación de la saga de los Mancini De Silvi al manejo de la gran empresa que esos dos grandes pioneros de la industria molinera en Colombia fundaron en Barranquilla en la tercera década del siglo XX. Al despuntar el siglo XXI, la tercera generación de los Mancini De Silvi se encontraba al frente de Mancini & Cía. Ltda.: Filiberto Mancini Abello, nieto de don Generoso, como gerente primer suplente, y Eduardo Alberto Osorio Mancini, nieto de Adalgiso, como gerente segundo suplente. En 2004 se inició el proceso de mejoramiento integral de la empresa con miras a la obtención del sello de calidad Icontec ISO 90012000, el cual se obtuvo en julio de 2005. Mantener esa calificación actualizada ha creado desde entonces en los directivos y trabajadores un compromiso de mejoramiento continuo, que se refleja en la excelente imagen corporativa que la sociedad tiene hoy entre sus clientes y en la comunidad en general.

socios decidió transformar la sociedad en limitada. En adelante la razón social de la empresa fue Generoso Mancini & Cía. Ltda. Pero en 1956, cuando se hallaba visitando su natal Tívoli, falleció súbitamente don Generoso. En los años sesenta y setenta el crecimiento de la industria harinera en Colombia estuvo determinado por las políticas económicas del Estado, que realizaba importaciones de trigo y fijaba el precio de venta para los molinos y el de la harina a los consumidores. Pero esas difíciles épocas no solo se superaron con éxito, sino que también le sirvieron a la empresa para seguir creciendo y realizar grandes inversiones, ampliar la capacidad de molienda instalada y responder al aumento de la demanda. A finales de 1971 se presentó un cambio importante en la administración de la empresa. Por los quebrantos de salud de don Adalgiso, quien desde el fallecimiento de don Generoso había sido el gerente titular, Eduardo Osío Carbonell empezó a desempeñar tal función y en 1976 —tras el fallecimiento de don Adalgiso en 1975— se formalizó su nombramiento en el cargo y el de Bernardo Mancini Alzamora como gerente primer suplente y el de Joaquín De Mier S. como gerente segundo suplente. A mediados de 1979, teniendo en cuenta las ventajas geográficas comparativas de Barranquilla, se optó por comprar un nuevo molino de gran capacidad. Esto significó algo más que el ensanche de la capacidad instalada: una modernización integral frente a los retos que traería el siglo XXI. Por ello además del molino se construyó una planta de silos capaz de almacenar 2.200 toneladas de trigo a granel, y una báscula de 60 toneladas,

La nueva generación de los Mancini mantiene y observa el compromiso empresarial, familiar y social de siempre.

1983 El presidente Betancur inauguró las nuevas instalaciones y el moderno molino importado de Europa. De izquierda a derecha, doña Dolores de Mancini; Bernardo Mancini Alzamora; Eduardo Osío Carbonell; Abel Francisco Carbonell, gobernador del Atlántico; doña Rita de Mancini; Joaquín de Mier, y Vicente Mancini Alzamora.

Siglo XXI

La empresa Generoso Mancini & Cía. Ltda., en más de noventa años de historia se ha sostenido como industria líder del sector de alimentos gracias a su constante evolución tecnológica, administrativa y comercial. Muestra de ello son sus equipos, laboratorios, sistemas de almacenaje y edificios concentrados en la sede de la Vía 40, y que es orgullo de la industria barranquillera.

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Fundiciones De Lima

UNA EMPRESA FORJADA EN HIERRO Una historia de más de 100 años. Mantiene su esencia de innovación y permanente evolución.

Cuatro generaciones

Salomón: abuelo.

Roberto: padre.

Mortimer: bisabuelo.

Una historia de familia, de emprendimiento y de voluntades de hierro subyace en cada pieza que Fundiciones De Lima fabrica en Barranquilla. Esa historia ha servido para catapultar una empresa que de simple taller de mecánica del siglo XIX se elevó a la categoría de industria metalmecánica en el siglo XXI. Aunque la fundición es la base de su trabajo, lo que en realidad produce y comercializa son creaciones con diseño y estructura que desafían el paso del tiempo y que están presentes en la vida de los pueblos de Colombia, Centroamérica y el Caribe. Principalmente son compuertas, abrazaderas, tapas, cajillas, rejillas, uniones, bridas, niples, pasamuros, válvulas y accesorios para usos industriales, navales y de construcción, sector eléctrico y de telecomunicaciones así como para acueductos, alcantarillados y saneamiento básico, y líneas adicionales como bancas de parques y campanas para iglesias. La materia prima son el hierro dúctil, el hierro gris y sus aleaciones. Las piezas fabricadas miden desde cincuenta (50 mm) hasta dos mil milímetros (2.000 mm) de diámetro, tienen hasta dos mil milímetros (2.000 mm) de longitud y llegan a pesar hasta 3.500 kilogramos.

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Beatriz Guzmán de De Lima: de ama de casa a empresaria exitosa. Hoy, retirada y al servicio de los comunidades.

La cuarta generación de la familia De Lima, de izquierda a derecha: Andrés, Orlando, Salomón, Carlos Alberto, Roberto y Álvaro De LIma.

La empresa ha implantado un Sistema de Gestión de Calidad avalado por Icontec e Iqnet bajo la norma ISO 9001:2008, y la certificación de producto por la Resolución 1166 de 2006, también de Icontec. Huellas de tres siglos Con talento, audacia y responsabilidad del fundador y sus herederos, esta empresa barranquillera logró marcar su impronta en un lapso que abarca tramos de tres siglos. El fundador, Mortimer De Lima Insignares, fue un hombre de genes mercantiles muy caribeños, pues era hijo de Salomón Abinum De Lima, ciudadano de Curazao dedicado al intercambio comercial entre la isla holandesa, Venezuela y Colombia, y de la barranquillera Martha Insignares Del Villar. Mortimer nació en Barranquilla en 1861, época en que Colombia pugnaba por alcanzar una identidad republicana. El padre nunca volvió de uno de sus viajes a las islas del Caribe y Mortimer se crió y educó en casa de su abuelo materno, don José Francisco Insignares. Estudió la secundaria en el conocido colegio del señor Sedestrong, y ya desde entonces demostró su sed de conocimientos estudiando por su cuenta ingeniería


Inc., que actuaba como corresponsal de Crédito Mercantil en Estados Unidos. Sin embargo, sorpresivamente al igual que su padre un día partió y también como este, nunca iba a volver a Barranquilla. En el vapor El Almirante que zarpó de Puerto Colombia y que llegó a Nueva York el 1˚ de junio de 1916, iba de pasajero Mortimer De Lima. Su periplo fue un poco rápido. Después de visitar en Nueva York a sus parientes Abinum De Lima y avizorar algún negocio, se embarcó hacia Cuba. Descendió en Camagüey, donde resultó trabajando en las refinerías de caña de azúcar. La inesperada ausencia de don Domingo Mortimer obligó a sus hijos a tomar las riendas de la empresa, encabezados por Salomón Tranquilino De Lima que fungió como gerente. Ernesto De Lima ya había abierto su propio e independiente taller de fundición. Ya en manos de la nueva administración, en 1928 la empresa de los De Lima funcionaba en una edificación de 263 metros cuadrados y estaba organizada en cuatro secciones: mecánica, fundición, arquitectura naval y herrería, y empleaba 25 trabajadores. Salomón Tranquilino De Lima, el gerente, realizaba un viaje por Europa, el cual tuvo que prolongar por quebrantos de salud, dando paso como gerente a su hijo Roberto Enrique De Lima Venegas, personaje reconocido en Barranquilla por su amabilidad, su alegría, su capacidad y compromiso de trabajo y su inventiva. En tales circunstancias la fundidora De Lima fue invitada a participar como proveedora de confianza del Acueducto de Barranquilla que gerenciaba don Samuel Hollopeter. Esa vinculación al Acueducto de Barranquilla marcó una nueva línea de producción para Fundiciones De Lima, que iba a ser muy importante para su desarrollo. En aquella época del siglo veinte la contratación estatal de suministros para el sector de agua potable y alcantarillado estaba centralizada en Bogotá donde se tramitaba una sola licitación para todo el país. Con su cumplimiento en Barranquilla, don Roberto logró posicionar la marca De Lima a escala nacional y ofrecer sus piezas a los acueductos de to-

mecánica, la materia que iba a marcar su vida hasta el punto de llegar a influir en el desarrollo de su ciudad. Con sus conocimientos autodidactos de ingeniería mecánica empezó la aventura existencial impulsada por su sangre de empresario: los aplicó en principio en la naciente industria de la navegación fluvial del Magdalena. Fue maquinista de aquellos barcos que se hicieron legendarios y que han pasado a ser protagonistas de grandes obras literarias, y obtuvo reconocimiento por la reconstrucción de la draga Cristóbal Colón en 1882, cuando tenía apenas 21 años. Luego fue jefe de los talleres de la Compañía Colombiana de Transportes. Su respetabilidad alcanzó los predios académicos en los que no había podido estudiar, al recibir el título honoris causa de ingeniero mecánico. Respaldado por sus méritos y estimulado por la Ley 46 de 1883 del Estado de Bolívar que exigía el estatus de poseedor de “algún oficio, profesión o industria que dé garantía de independencia personal para poder ser miembro de un jurado de revisión judicial”, se le encendió a Mortimer el deseo de hacerse independiente. Entonces abrió un taller de mecánica y fundición que producía toda clase de obra de hierro y que en diez años se convirtió en fabricante de calderas y de piezas para el Ferrocarril de Bolívar y los vapores del río Magdalena. Así llegaba a las postrimerías del siglo XIX, pero antes del final de la centuria quiso don Mortimer dejar un testimonio sonoro para la posteridad: en 1892 produjo una campana para la iglesia de El Cabrero en Cartagena, campana que hoy hace parte de la casa - museo Rafael Núñez. Los primeros tres lustros del siglo XX transcurrieron para Mortimer en un permanente ajetreo de empresario innovador y de ciudadano caribeño inquieto. La vocación mercantil de Mortimer se mantenía acelerada y diversa. En Barranquilla desarrolló una estrecha relación de negocios con la familia Cortissoz, que junto con Enrique Álvarez Correa había fundado la sociedad Cortissoz Correa Crédito Mercantil. En su paso por Nueva York, donde se había trasladado Jacob Cortissoz, Mortimer constituyó con él la firma De Lima, Correa y Cortissoz

Presente en el desarrollo de movilidad de las ciudades. Rejillas de HD en portal de Soledad. Transmetro, Barranquilla.

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Fabricación y comercialización de accesorios y válvulas para Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales –PTAR–. Saneamiento básico de la Cuenca Oriental– Los Caños, Barranquilla.

Bitas de hierro dúctil que prestan servicio en puertos marítimos y fluviales. Puerto de Barranquilla.

das las regiones, desde Leticia hasta San Andrés Islas, y desde los Andes hasta el Darién y la frontera con Venezuela. Aún hoy quedan pruebas públicas de aquella influencia de los productos de hierro de De Lima en el interior de Colombia: por ejemplo en calles de Medellín como Junín y Ayacucho pueden verse las tapas de los medidores de 1948 y 1956. Igualmente don Roberto De Lima ensanchó el negocio iniciado por Mortimer en el sector naval, con las bitas y las cornamusas, que desde hace más de cuarenta años se encuentran instaladas en los puertos de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, lo mismo que en innumerables puertos privados marítimos y fluviales. En el medio industrial más diverso se acogió con confianza el catálogo de piezas especiales de distintas aleaciones, de tal manera que la herencia de mecánicos, metalmecánicos y fundidores preparados en los talleres de De Lima se mantenía intacta. Y las campanas pregonaban, sin decirlo, el nombre De Lima. Desde 1892, y sobre todo después de aquella gran pieza forjada para la iglesia de El Cabrero de Cartagena, las campanas de bronce fueron a repicar en centenares de iglesias católicas, en poblaciones como Santa Cruz de Mompox, Nabusimake –pueblo sagrado de los 60

indígenas arhuacos– en la Sierra Nevada de Santa Marta, Puerto Colombia, entre otros, además en conventos, haciendas y colegios de Colombia. Punto de quiebre El siglo veinte transcurrió para Fundiciones De Lima en un ánimo empresarial expansivo y exitoso. Hasta 1973, cuando sobrevino una ruptura de su normalidad. La muerte de don Roberto De Lima Venegas a sus tempranos 47 años significó un duro golpe para la empresa, para su familia, para Barranquilla y para la industria nacional. Pero la familia De Lima tenía reservada una sorpresa: la esposa de don Roberto, Beatriz Guzmán de De Lima, saltó del recogimiento del hogar a la vida de ejecutiva industrial para dirigir la empresa. Allí demostró que era una dama hecha de constancia, sacrificio, inteligencia y capacidad de trabajo para cumplir su tarea. Mientras cuidaba de sus seis hijos menores (Roberto Enrique, Álvaro, Carlos Alberto, Salomón Tranquilino, Orlando y Andrés), consolidó la compañía a pesar de la creencia generalizada de que esa era una actividad para hombres, y le imprimió un dinamismo nuevo. A finales de los años ochenta la relevó su hijo mayor, Roberto Enrique De Lima Guzmán, y ella volvió al am-


biente hogareño. Con él trabajaron su tío Juan Guzmán y desde 1990 su hermano Álvaro De Lima Guzmán. En esa década la empresa funcionó en la Vía 40 con calle 51, en un área de 3.300 metros cuadrados y con una planta de sesenta trabajadores. En 1995 Fundiciones De Lima inició la exploración de los mercados de Centroamérica y el Caribe, que dieron como resultado establecer exportaciones a Panamá, Costa Rica y Puerto Rico. A partir del año 2000 amplió la línea de producción de objetos de hierros grises y dúctiles, con registros de bronce para servicios domiciliarios, válvulas de compuerta y de mariposa, medidores y micromedidores. En ese mismo año empezó el traslado de la planta al municipio de Sabanagrande, cerca de Barranquilla. Ahora no eran suficientes los 3.300 metros cuadrados de sus instalaciones, y se habilitaron 12.000 metros cuadrados. En 2004 la empresa recibió la certificación ISO 9000, la cual se mantiene vigente con la evolución ISO 9001:2008. Y con la llegada de la Internet creó sus páginas web y entró en redes sociales. En 2013 Fundiciones De Lima S.A. –Fundelima– funciona con 110 trabajadores y es un importante agente económico de Barranquilla y del oriente y el centro del departamento del Atlántico. Fundelima conserva su herencia fundidora y de comercialización de sus productos y además presta servicios de ingeniería. Recientemente incursionó con productos ambientales con una línea de absorbentes para el campo de los hidrocarburos. Igualmente puso en marcha una evolución hacia materiales plásticos como polietilenos, aceros y nuevos productos. Su premisa es ganar la confianza de sus clientes y mantener con ellos una relación de largo plazo, tal como la ha tenido en sus 129 años de historia.

Campana original año 1892. Obsequio de Mortimer De Lima para doña Soledad Román de Núñez. Casa-Museo Rafael Núñez, Cartagena.

Modelo año 2013.

Tapa con más de 50 años de servicio.

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Pasado y presente de Avianca

UNA APASIONANTE HISTORIA CON ALAS En 1919 nació en Barranquilla la primera aerolínea comercial de América y la segunda del mundo. La Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, Scadta. Su historia, como la trama de una buena novela, está llena de aventuras y de personajes formidables que se atrevieron a las más increíbles travesías para escribir el primer capítulo de lo que llegará a ser Avianca. Fundadores de Scadta La creación de Scadta fue una iniciativa entre colombianos y alemanes.

Ernesto Cortissoz

Stuart Hosie

Alberto Tietjen

En septiembre de 2012, Colombia amaneció con una noticia que mereció, por importante y positiva, ser publicada con gran despliegue en la prensa: Avianca recibió el Airbus número 100 de su flota. La empresa ya tiene el mayor número de aeronaves más modernas de América Latina. Los informes especificaban que el avión, un A330-200, había sido entregado ese lunes en la planta de Airbus en Toulouse, sur de Francia, y que estaba configurado para acomodar a 252 pasajeros, 30 en clase ejecutiva y 222 en turista. Además, señalaba que la flota de la empresa estaba conformada en su gran mayoría por aviones Airbus. Desde luego, aun para los conocedores de la industria de la aviación comercial y mucho más para los profanos en este tema, tales cifras son descomunales. Y eso sin tener en cuenta sus miles de empleados, los cientos de destinos a los cuales arriba y los millones de pasajeros y carga que mueve esta empresa por año. Este punto tan

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Jacobo Correa

Rafael Palacios

Cristóbal Restrepo

Aristides Noguera

alto al cual llegaba Avianca, se había concertado secretamente a lo largo de un año (2008-2009), nada menos que en el elegante y exquisito Whisky Club Diners, del Waldorf Astoria de Nueva York. Pero fue solo el 7 de octubre de 2009 cuando el universo aeronáutico quedó sorprendido con la revelación del secreto: la integración Avianca-Taca, que para empezar tendría 129 aviones y más de 12.000 colaboradores en todas sus bases. Con la compostura que merece el anuncio de una significativa negociación económica, los empresarios Germán Efromovich y Roberto Kriete, el presidente de Avianca, Fabio Villegas Ramírez, y altos ejecutivos de ambas aerolíneas fueron los encargados de la sorpresiva noticia, que en síntesis era –y es– desarrollar constantemente una gran empresa de servicios que articule, con sus más altos estándares, calidad, seguridad, economía y óptima tecnología. Óptima tecnología, frase que es posible que a muchos de quienes escuchaban a esos líderes de la aviación co-

El inicio de una increíble travesía

Por su larga trayectoria, la cantidad de anécdotas, momentos y personajes que tejen su fascinante desarrollo, la historia de Avianca es monumental; por eso, en estas páginas solo hemos reseñado brevemente sus inicios y trazamos una sucinta cronología de los eventos más importantes que jalonan el recorrido de la empresa en los últimos 94 años.

Década de 1910

Década de 1920

1919 La aerolínea bandera de Colombia fue fundada el 5 de diciembre de 1919 bajo la razón social Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, Scadta.

1920 Arribaron los primeros aviones Junkers para Scadta, que llegó a operar posteriormente 25 aeronaves del tipo F-13, un Junker W33 y un W34. En septiembre, con Fritz Hammer como piloto, Wilhelm Schnurbush como copiloto y Stuart Hosie como pasajero, Scadta realizó el primer vuelo entre Barranquilla y Puerto Berrío, en Colombia.


Junker F-13, primer avión de Scadta.

1921 Se establecieron las rutas de Scadta entre las ciudades de Barranquilla, Girardot y Neiva.

1929 El 23 de julio se establecieron las rutas regulares entre Girardot y Bogotá.

Década de 1940

Década de 1950

1940 El 14 de junio de 1940 se constituyó Aerovías Nacionales de Colombia S.A. – Avianca, razón social que resultó de la integración de Scadta y la compañía Servicio Aéreo Colombiano – SACO.

1956 Avianca lleva a la delegación colombiana que participaba en los Juegos Olímpicos de Melbourne, en Australia. Fueron 61 horas de operación, con escalas exclusivas para suministrar combustible a la aeronave.

1946 Avianca expande sus alas a cielos internacionales. Hasta Quito, Lima, Panamá, Miami, Nueva York y Europa llegan los aviones DC4 y C54 operados por la aerolínea colombiana.

Como los aviones Junkers F-13 no estaban diseñados para las condiciones climáticas del trópico, sus motores se recalentaban y eran frecuentes las averías. Los pilotos acuatizaban, reparaban el daño y continuaban el vuelo siguiendo el curso de los vapores por el río. Se establecieron hidropuertos en cada puerto fluvial de importancia desde Barranquilla hasta Neiva. Para 1927, la fábrica alemana de aviones Dornier Flugzeugwerke había diseñado una aeronave para las condiciones hidrográficas del país, el Dornier Merkur (en la foto), que podía alcanzar la velocidad máxima de 160 kilómetros por hora al nivel del mar.

Boeing 707, primer jet de Avianca.

Década de 1960 1960 Avianca opera su primer jet, el Boeing 707-120. En los ocho años siguientes se incorporaron los aviones Boeing 720B, 727-100 y 727-200 y 737-100.

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En la época en que fue creada –Scadta–, Colombia era un país de regiones y ciudades aisladas entre sí y desconocido para los mismos colombianos. Enormes distancias y formidables barreras geográficas, sumadas a la ausencia absoluta de infraestructura de vías, dificultaban el desplazamiento de bienes y personas por el territorio nacional.

mercial los remontara a los cuentos de los abuelos sobre sus experiencias de “montar” por primera vez en avión. Como por ejemplo cuando a mediados del siglo pasado Avianca realizó el primer vuelo a Roma. Muy distinto al de un Airbus, que va de punto a punto, en esa ocasión se hizo a través de Bermudas, Azores y Lisboa, regresando por las islas de Sal y Trinidad. Fue un vuelo especial, pues llevaba una peregrinación de compatriotas a las ceremonias inaugurales del Año Santo. “Iban sacerdotes, párrocos de aldea, seminaristas, gente piadosa y timorata que no había abandonado su parroquia ni había soñado trepar a la cabina de un avión (…). A algunos se les puso la carne de gallina al pensar que iban a cruzar el Atlántico volando en plena noche”, escribió Herbert Boy en su libro Una historia con alas. Pues bien, frente al que por un instante pareció incontrolable miedo de los noveles pasajeros y como respuesta a la exigencia de que Boy les garantizara “en nombre de Avianca y sobre su palabra de aviador” la seguridad del vuelo, les respondió que eso no dependía de él, sino de la ¡Divina Providencia! Una alianza entre Barranquilla y Alemania La anterior anécdota es apenas un abreboca de una historia salpicada de hechos insólitos, pero a su vez marcada por el excepcional juicio y visión empresarial de todos los hombres y mujeres que participaron –y participan– en esta gesta que se llama Avianca. Siempre ha sido así. Desde los tiempos de su génesis en la Barranquilla de los

Un terminal exclusivo para Avianca

Década de 1980

Década de 1990

1981 Las posibilidades de servicio en tierra para los pasajeros en Bogotá se ampliaron con la construcción y puesta en servicio del moderno Terminal Puente Aéreo de Avianca, desde donde se atendieron inicialmente las rutas a Miami, Nueva York, Cali, Medellín, Pasto y Montería.

1990 Avianca adquiere dos de los aviones más modernos del mundo: Boeing 767-200 ER, los cuales fueron bautizados con los nombres de Cristóbal Colón y Américo Vespucio.

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primeros 25 años del siglo pasado. En aquellos años la ciudad sobresalía en el ámbito nacional por su pujanza: tenía igual número de habitantes que la capital de la república, allí fueron instalados los primeros teléfonos del país y también a nivel nacional funcionaba la primera empresa privada de este servicio. Contaba con acueducto, tranvías halados por mulas y de vapor, muelle en Puerto Colombia, que consolidó a esta ciudad como puerto marítimo y fluvial (por el río Magdalena). Un puerto vital para el desarrollo del país en general, pues por allí llegaban mercancías de Europa y Estados Unidos y salían productos nuestros. En fin, por Barranquilla fue como el centro del país se conectó con el resto del mundo. Hay que tener en cuenta que por esa época las comunicaciones en el interior eran de odisea. Las cordilleras prácticamente encerraban los valles interiores junto con sus poblaciones, y para las que estaban en sus lomas las distancias eran igualmente infinitas. Además, el Magdalena Medio era una muralla china de selva impenetrable. Se podría decir que estas fueron las condiciones objetivas para que el espacio aéreo del Caribe colombiano tomara importancia. Solo faltaba el hombre para que esto ocurriera. No fue difícil: al espíritu emprendedor del barranquillero se sumó muy buena sangre extranjera. Y así fue como el 5 de diciembre de 1919 los alemanes Werner Kämmerer, Albert Tietjen, Stuart Hosie y los colombianos Ernesto Cortissoz, Jacobo Correa, Aristides Nogue-

1992 Se incorpora a la flota de Avianca el primer McDonell Douglas MD 83 de pasajeros.

1994 Se establece la alianza estratégica que vincula a las tres empresas más importantes del sector aéreo colombiano: Avianca, SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín) y Helicol (Helicópteros Nacionales de Colombia), lo que dio vida al Sistema Avianca. Los Fokker 50 se incorporan a la flota para rutas regionales.


Los Junker F-13 fueron acondicionados como hidroaviones al no haber aeródromos, utilizaron el río Magdalena como pista y como ruta. En el puerto del caño de Veranillo fueron construidos los hangares y el hidropuerto.

Las facilidades de acuatizaje en el río Magdalena, que conectaba numerosas poblaciones a lo largo de su cauce, hicieron de Colombia un terreno fértil para la aerolínea.

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Los primeros pilotos fueron alemanes con formación militar en la Luftwaffe, algunos combatieron en la Primera Guerra Mundial. Muchos provenían de la nobleza, otros eran oficiales de carrera.

ra, Cristóbal Restrepo y Rafael Palacio constituyeron en la notaría segunda de Barranquilla la empresa aérea Scadta, que a primera vista parece una palabreja teutona. Pero no, es una sigla que significa Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo y que fue la primera aerolínea comercial de América y la segunda del mundo. En un primer momento, la idea era algo parecida a repetir el camino al “Dorado” pregonado por nuestros indígenas. Solo que en esta ocasión era por aire, creando una ruta para traer esmeraldas desde Muzo y Chivor. No funcionó y más bien las intenciones de sus gestores desembocaron en una compañía con mucho más impacto para el desarrollo del país del que imaginaron. Con un capital de $100.000 (cien mil pesos oro) constituyeron la empresa y de inmediato se dieron a la tarea de adquirir dos aviones. Escogieron los más modernos del momento, los Junkers F-13 de fuselaje metálico. Y apareció lo insólito: el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial prohibía a Alemania fabricar, vender o exportar equipo de vuelo. De modo que tuvieron que recurrir a la antiquísima maña del contrabando. Así llegaron a Barranquilla los pequeños aparatos. Los problemas técnicos aparecieron desde el comienzo. Pero también con maña e ingenio y mucho de sabiduría los superaron. Ejemplos: la gasolina existente en Colombia era diferente de la alemana, por lo que los motores se recalentaban. Solución: se les adaptaron radiadores de automóviles Hudson. ¿Y cuando el recalentamiento abría fisuras en el radiador? Solución: taponarlas

con emplasto de jabón de tierra. La navegación era a ojo, nada fácil en un país de geografía difícil. Solución: seguir el curso del Magdalena. Con tanques de poca capacidad era imposible recorrer enormes distancias. Solución: canecas con el combustible instaladas a la orilla cada cierto número de kilómetros. ¿Y cuando se presentaba una falla mecánica? La única solución: acuatizar, amarrar el avión a un árbol ribereño y repararlo. ¿Y el aterrizaje en un país sin pistas para ello? Solución: acondicionarlos como hidroplanos. ¿Valía la pena toda esta riesgosa aventura? Claro que sí. A ocho horas quedaron reducidos los 14 días de viajes en barco desde Barranquilla hasta Bogotá. Bueno, no propiamente a la capital colombiana, sino a Girardot, donde pasajeros y carga remontaban la cordillera en tren. Paradójicamente, este sistema, más de cien años después, es el que se propone en el país: espacio aéreo más fluvial más tren. Se llama ahora multimodal. Estas exitosas soluciones estuvieron a cargo del economista y piloto Fritz Hammer y del ingeniero aeronáutico Wilhelm Schnurbush. Ambos fueron invitados por Kämmerer a participar en la naciente empresa, que tras realizar vuelos de prueba deslizándose sobre el agua a todo motor se lanzaron a la audacia de ir hasta Puerto Colombia, a solo 18 km de distancia. Fue un vuelo que marcó fecha en el transporte aéreo: llevaban un correo de 57 cartas con destino a Europa. Estimulados por el éxito, decidieron volar hasta Puerto Berrío siguiendo el curso del Magdalena y acuatizando en los principales

Turbulencias en Avianca

Década de 2000 2002 El 20 de mayo, Avianca y SAM conformaron junto con Aces (Aerolíneas Centrales de Colombia) la Alianza Summa. En noviembre de 2003 los accionistas deciden iniciar la liquidación de la Sociedad Alianza Summa y encaminar sus esfuerzos al fortalecimiento de la marca Avianca. • Tras el atentado terrorista a las torres gemelas de Nueva York en septiembre de 2001, la industria aérea mundial entra en una etapa de zozobras e incertidumbres, que se ve agravada por el aumento desmesurado en el precio del combustible. Las aerolíneas colombianas no son ajenas a esta crisis. Se anuncia la unión de Avianca y Aces.

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2003 Ante la crisis, los accionistas deciden liquidar a Aces, en tanto Avianca es inmersa en una reestructuración económica al amparo del chapter 11 (Capítulo 11) de la ley estadounidense. Avianca ve afectados sus números y su reputación producto de las huelgas y la crisis general del sector. Boeing 767-200.


A los primeros Junkers, con el paso del tiempo se fueron uniendo reconocidos equipos como los Dornier Wal, los Ford 5-AT-DS C-60, los Havilland 60, los Fokker Super Universal C-44, los Boeing 247 Ds, hasta llegar a los legendarios DC-3 y DC-4. En la década de 1950 entran a conformar su flota los Super Constellation de la Lockeed.

2004 No podían ser peores los vientos para Avianca: acosada por pasivos que llegaban a los 300 millones de dólares (250 correspondientes a deuda pensional) y con 40 millones en caja que apenas le servían para operar una semana, apareció Germán Efromovich, de quien solo se conocía por sus operaciones en Campo Rubiales y no como dueño de la aerolínea brasileña Ocean Air. Sin gastar tiempo en estudios de abogados y peritos y tras cumplir todos los requisitos exigidos por la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Synergy Group se hizo al 75 % de Avianca (Avianca Inc.) bajo cuyo acuerdo emergió con éxito del Capítulo 11 y emprendió un nuevo vuelo.

El trimotor Ford 5 AT comenzó a fabricarse en 1925 por Henry Ford, es conocido por ser uno de los primeros aviones para los vuelos comerciales y ser utilizados en las primeras aerolíneas.

La inversión inicial de Synergy Group ascendió a 65 millones de dólares y un plazo de 20 años para pagar el pasivo pensional de los pilotos (120 millones de dólares). El pasivo del personal en tierra lo asumió Valorem (Grupo Santo Domingo). La Federación Nacional de Cafeteros se quedó con el 25 % de Avianca, que luego vendió en 25 millones de dólares a Synergy Group. • En diciembre de 2004 Avianca emerge con éxito del proceso de reestructuración adelantado al amparo del Capítulo 11 de las leyes estadounidenses. El Grupo Synergy asume el control accionario de la aerolínea.

Boeing 757-200

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El hidroavión Sikorsky S41 entró a operar en 1929 y el trimotor Ford 5 AT, conocidos como “Gansos de latón”, en 1932. Incluía en su tripulación un radiotelegrafista.

La nueva empresa

2005 • En línea con su propósito de alcanzar el liderazgo en la región, Avianca modifica su razón social y se registra como Aerovías del Continente Americano S.A. • Bajo una nueva administración y un nuevo orden se trazaron las coordenadas para reposicionar a Avianca en el corazón y en la mente de los viajeros de Colombia y del mundo. Para lograrlo, la aerolínea ha dado marcha a un ambicioso plan de modernización y expansión apalancado en cultura de servicio, renovación de infraestructura en

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puertos. El vuelo demoró dos días y por supuesto hubo recalentamientos y problemas mecánicos que obligaron a realizar paradas y reparaciones no programadas en Zambrano, El Banco y El Ciego. El siguiente paso, o más bien salto, fue el tope de la temeridad en esos años: llegar al centro del país por aire. En otras palabras, acortar el tiempo y la distancia entre el Caribe y los Andes. El 19 de octubre de 1920, tras cruzar medio país, sucedió lo que fue, sin exagerar, un acontecimiento nacional. El presidente Marco Fidel Suárez, ministros, prelados de la Iglesia y una comitiva de personajes de alto rango también hicieron su “pequeña hazaña”: viajaron en tren especial desde la entonces helada Bogotá al también por entonces horno de Girardot. El suceso merecía ese sacrificio. Absortos unos, lelos los demás, vieron cómo un artefacto más pesado que el aire descendía desde los cielos. Por su parte, los periódicos capitalinos registraron con tanto asombro el hecho que ofrecieron un cuantioso premio en efectivo al primer aviador que se atreviera a remontar la enorme cordillera que la separaba del río. A la aerolínea la apuesta le cayó como anillo al dedo: ya tenía agotados sus recursos. Sus gestores se alistaron para el reto, que ahora tenía un nuevo obstáculo: Bogotá no contaba con una superficie de agua de suficiente extensión como para que pudiera acuatizar un hidroavión. ¿La solución? Se desmontaron los flotadores y se reemplazaron por ruedas de un automóvil Hudson. En esta ocasión, la audacia de la pequeña tripulación tuvo ribetes épicos: cuando se elevaron, se en-

tierra y aire y conquista de nuevos mercados. Desde entonces se destaca la participación en cuerpo y alma de sus directivos y empleados en general en la impetuosa tarea de renovación y mejoramiento. Desde la adecuación de la silletería, la ampliación de la flota con los más modernos aviones de la industria, la integración con la centroamericana Taca y la adopción de una nueva imagen, hasta llevarla a cotizar sus acciones en Wall Street.

Airbus 330.

contraron a boca de jarro con unos picos cubiertos de niebla, bajas temperaturas y fuertes corrientes de aire. Pero aun así, se lanzaron en picada sobre la sabana por entre Monserrate y Guadalupe, donde un ventarrón los agarró por su cuenta y en medio de violentas volteretas “tomó pista”. En tierra, el presidente, altos funcionarios del gobierno y de la Iglesia y un gentío impresionante comenzaron a aplaudir con frenesí creyendo que se trataba de una ¡acrobacia de último momento! Itinerario de una empresa A estas alturas del relato, no cabe duda de que parte de esos itinerarios históricos de Scadta, hasta evolucionar a lo que hoy es Avianca, encajan perfectamente en un anecdotario de inesperadas sorpresas y reflejan momentos políticos y económicos propios –muy propios– de Colombia. Y hasta existen situaciones que mezclan “intrigas palaciegas” con el inclemente mundo de los negocios. Para la muestra el siguiente: Scadta, 1931. Peter von Bauer, ahora su principal accionista, ante el auge de la empresa viaja a Estados Unidos para adquirir aeronaves. Habla con Henry Ford, fabricante de aviones y autos. Pero el insensible industrial no accede a vendérselos con un sólido argumento: la empresa Pan American pretende también expandirse a Latinoamérica, como lo está haciendo Scadta, y él, Ford, si se los vende a la competencia se cierra las puertas de la empresa norteamericana. “Y todo con el visto bueno del gobierno norteamericano”, le dice. Von Bauer saca lo


El Douglas DC-3, gracias a su eficiencia, velocidad, alcance, comodidad y confiabilidad, revolucionó la industria de la aviación y propició el crecimiento exponencial del transporte aéreo. En Colombia permitió ampliar el servicio a todos los rincones del país, especialmente a los Llanos Orientales y la Amazonía. Avianca tuvo en su flota más de 65 aeronaves de este tipo entre 1940 y 1976.

2009 • Avianca retorna al mercado de valores a través de una importante colocación de bonos adelantada con éxito en el mes de junio.

• En julio, Tampa Cargo pasa a formar parte del Grupo Synergy, al cual también pertenece Avianca; en noviembre asume la operación de la capacidad de las barrigas de los aviones asignados a vuelos internacionales de Avianca.

Década de 2010 En febrero, los inversionistas de Avianca y Taca oficializan la unión estratégica de sus negocios. Por parte del Grupo Taca se incluyeron a las aerolíneas Taca International, y su participación en Lacsa, Taca Perú, Aviateca, Sansa, La Costeña, e Isleña. Por parte de Avianca: Avianca, Tampa Cargo y AeroGal.

• Tras oficializar la integración de las aerolíneas del grupo, se dio marcha a un riguroso proceso de reorganización administrativa, así como de integración de sus redes de rutas, homologación de procesos y captura de sinergias.

2008 • El 21 de febrero llega a Avianca el primer Airbus A320.

Roberto Kriete y Germán Efromovich, integración Avianca-Taca bajo una marca única, Aerovías del Continente Americano, Avianca.

• En abril de 2010 se anunció la intención de compra de AeroGal por parte de Avianca y Taca, y en noviembre se concreta la incorporación de la aerolínea al grupo.

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El nuevo avión ATR 42 de Avianca es un modelo de 68 plazas que opera los destinos a Barrancabermeja, Florencia, Manizales, Neiva, Pasto, Popayán, Tumaco y Yopal.

que cree un as: hablar con John Trippe, dueño de la Pan American, para hallar una solución. Pero este es duro como un meteorito y su única respuesta es un definitivo no a cualquier arreglo que permita la compra de esos aviones. Von Bauer, desilusionado, entiende que es pelea perdida si compite con la PanAm, que recibe subsidios y otras prebendas económicas del gobierno norteamericano. Queda acorralado y envuelto por un nubarrón que inevitablemente le echará a tierra la empresa. Entonces el astuto Trippe saca su as: a Von Bauer solo le queda el camino de venderle sus acciones. En esa encerrona, a Von Bauer, un hombre de ciencia –geógrafo, geólogo, antropólogo, físico, químico, summa cum laude en filosofía–, únicamente le quedaba la dignidad: que esa leonina negociación quedara para siempre en secreto. Continuó dirigiendo la empresa. Pero este “pacto de caballeros”, o “Gentlemen´s agreement”, como prefirió llamarlo Trippe, tuvo también un desarrollo que serviría para una película de intriga. Chrysler Building de Nueva York, 1940. En su oficina, John Trippe le revela al embajador de Estados Unidos en Colombia el secreto. Y algo más: su intención de asumir inmediatamente el control de Scadta, que tenía listo un plan para tomar de la noche a la mañana la dirección de la empresa sin entorpecer su normal funcionamiento y que en secreto había contratado y entrenado a 85 personas (14 pilotos, 12 mecánicos de vuelo, 42 mecánicos, 10 jefes de aeropuerto y 7 radiooperadores). A los pocos días David Grant, vicepresidente de la PAA, viaja a Bo-

gotá a reunirse con el presidente Eduardo Santos y en el despacho presidencial le dice escuetamente y sin rodeos que la aerolínea que él consideraba colombiana y que había protegido para que le fueran respetados sus fueros, ni era colombiana ni pertenecía a los colombianos. Que era propiedad de Pan American Airways. El mandatario quedó indignado y en total desacuerdo con lo ocurrido, revelaron horas después las pocas personas que presenciaron dicha reunión. Pero la trama no termina ahí: George Rhil, alto funcionario de la PAA, se encontraba en Bogotá coordinando el plan para llevar a cabo la transición. Simultáneamente, un vuelo inaugural con destino a Buenos Aires realiza una parada imprevista en Barranquilla y por la escalerilla descienden en silencio y furtivamente los 85 empleados. Al mismo tiempo, Rhil cablegrafea a Trippe para anunciarle que todo estaba listo para que el 12 de junio se pusiera el plan en marcha. Al día siguiente, al final de la tarde, se les entregó a los empleados alemanes su carta de retiro y no se les permitió siquiera regresar a sus oficinas. Igualmente, al retornar los aviones a su base, al pie de las escalerillas se les entregó a los pilotos cartas similares. A la mañana siguiente todo marchaba igual. Solo que ahora nuevas caras despachaban en las dependencias, oficinas y aeropuertos. Había desaparecido, sin que nadie lo notara, el grupo de alemanes que creó la aerolínea. Varios años más tarde, un grupo de empresarios nacionales “colombianizó” la empresa en que se había convertido Scadta: Avianca.

Un futuro promisorio

2012 Avianca firma una orden de compra por 51 aeronaves Airbus A320 Neo, de última generación.

2011 En marzo se lanza el programa de viajero frecuente unificado: LifeMiles. • El 28 de marzo, Avianca y Taca emiten acciones por 500.000 millones de pesos colombianos. • En este año la compañía incursiona en 12 nuevas rutas y la adición de 155 frecuencias de vuelo, llegando de manera directa a más de 100 destinos en América y Europa. Las compañías suman más de 4.000 vuelos por semana.

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Airbus 320- 214 WL • Se da inicio a la ejecución del plan para el fortalecimiento del negocio de carga, el cual incluye la ampliación de la capacidad de bodegas en tierra y aire. En este marco, se anuncia la adquisición de cuatro aviones cargueros A330-200 Freighter, con capacidad individual de hasta 70 toneladas, cuya incorporación comienza a hacerse efectiva en diciembre de 2012.

• El 21 de junio, Avianca y TACA Airlines ingresan oficialmente a Star Alliance, la red global de aerolíneas más importante del mundo en términos de vuelos diarios, cubrimiento, servicios, multiplicando las opciones y ventajas para sus viajeros.


Airbus 320- 214 WL

2013 El 6 de noviembre Avianca Holdings S.A. efectuó su ingreso oficial a la Bolsa de Valores de Nueva York (New York Stock Exchange, NYSE) bajo la denominación AVH. La oferta de 27.234.910 ADS´s (American Depositary Shares), cada uno correspondiente a ocho acciones preferenciales de la compañía, se efectuó a un precio de US$15,00 por ADS.

• El 10 de octubre se anuncia la adopción del nombre AVIANCA como marca comercial única para las aerolíneas subsidiarias de Avianca, TACA Airlines, TACA International, TACA Regional, Tampa Cargo y AeroGal.

Germán Efromovich, presidente de la junta directiva de Avianca.

Y finalizamos este muy breve repaso sobre la enorme historia de la empresa tal como lo empezamos: el pasado 7 de noviembre Colombia amaneció con una noticia que mereció, por importante y positiva, ser publicada con gran despliegue en los diarios económicos y en las secciones del mismo tenor de los principales medios nacionales: Avianca inscribió su nombre en Wall Street, la casa de bolsa más importante del mundo, con lo cual demuestra los altos estándares que rigen hoy su gestión y operación.

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Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla

EL COMIENZO DE LAS ACCIONES CÍVICAS EN FAVOR DE BARRANQUILLA A la SMP (Sociedad de Mejoras Públicas) Barranquilla le debe entre otras cosas: el himno de la ciudad, la arborización de sus calles, la construcción de parques y monumentos, el zoológico y en cierto modo la apertura de Bocas de Ceniza y la construcción del terminal marítimo, la organización del Carnaval, el Teatro Amira de la Rosa y mucho más.

Tomás Suri Salcedo

Julio E. Gerlein

Carlos Rasch Isla

Rafael Salcedo

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Alfredo de la Espriella

Primera junta directiva de la Sociedad de Mejoras Públicas, entidad que desde 1927 ha venido trabajando por el mejoramiento de Barranquilla.

Ezequiel Rosado

En reunión promovida por la Asociación de Empleados de Comercio el 12 de enero de 1927, una veintena de personas creó la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla para que trabajara por el mejoramiento de la ciudad en lo material, lo moral y lo intelectual. El comité organizador estuvo integrado por Julio Gerlein en representación del Club Rotario, Julio Labarrera por el municipio, Abel Carbonell por la prensa, Juan M. Obregón y Rafael Blanco por el comercio, Arturo Samudio por la Asociación de Ingenieros y Mecánicos, y Enrique G. Pérez y Abel del Portillo por las agrupaciones obreras, y como presidente y secretario interinos, Julio Enrique Gerlein y Evacio Rafael Castillo. El día 16 ya se constituyó formalmente la sociedad con 26 miembros en representación de sectores públicos y privados, y el 23 se formalizó la primera junta directiva: presidente, Ezequiel Ro-

Edificio donde funcionaba la Sociedad de Mejoras Públicas. Calle San Juan carrera Progreso y 20 de Julio.

sado; vicepresidente, Rafael Blanco; tesorero, Juan Obregón; secretario, Evacio Rafael Castillo; abogados, Alberto Pumarejo con suplencia de Juan Pablo Manotas; médico, Enrique Rodríguez Diago con suplencia de Sofanor Vásquez; ingeniero, Antonio Luis Armenta; y prensa, Rafael Sánchez Santamaría y Juan B. Fernández. En un principio la Sociedad derivó su sostenimiento de las cuotas de los socios y un porcentaje de impuestos a carteles y avisos municipales. Luego, de arrendar oficinas de su edificio sede construida con fondos propios en la calle de las Flores (o 39); y hoy, de esta misma fuente y cuotas de los socios. El primer edificio fue cedido para construir el de Telecom, integrado hoy al Centro Cívico. En compensación, el municipio le cedió el lote donde hoy queda el edificio de la Sociedad, inaugurado en 1965. En 1947 la SMPB creó el Comité Pro-Teatro Municipal Amira de la Rosa y bajo la presidencia del doctor


la Bandera en el Parque 11 de Noviembre. Desde 1930 dictaba cátedras de cívica y urbanidad en los colegios y centros de formación comercial, hasta que increíblemente el Ministerio de Educación sacó del plan de estudios escolar dichas materias, pero la Sociedad continuó impartiéndolas en su propia sede y en forma itinerante. En 1976, en el primer piso del edificio sede, inauguró el Auditorio Rafael Salcedo Villarreal con capacidad para cien personas, en reemplazo del teatrino que tenía en su primer edificio en la calle 39. Para la utilización del Auditorio como Sala Concertada con el Ministerio de Cultura bajo la coordinación de la Agrupación Arró con Mango, firmó un convenio interinstitucional gratuito. En 1944 creó la Medalla Cívica para reconocer y exaltar la labor de las personas que trabajan con altruismo en favor de la ciudad, e ininterrumpidamente la ha otorgado cada año a quienes se hacen merecedores de ella. En 1987 inició programas educativos para los diabéticos, la tercera edad y la infancia. Su actividad social y cívica no descansa.

Rafael A. Juliao coordinó esfuerzos para construirlo, también con dineros propios. En 1980 quedó concluido, y para adecuarlo y administrarlo se firmó un contrato de comodato con el Banco de la República por 99 años. Fue inaugurado el 25 de julio de 1982 por el presidente Turbay Ayala, y partió en dos la historia cultural de Barranquilla. En 1928 la Sociedad abrió un concurso para crear la música de su himno, y lo ganó el maestro panameño Simón Urbina. El 19 de octubre de 1942 el Concejo, en cabildo abierto, lo adoptó como el Himno de Barranquilla. Otra obra suya es el Jardín Zoológico, al que administró de 1965 a 1971 cuando pasó a las Empresas Públicas Municipales. La Sociedad manejó los parques y la arborización por convenio con el municipio hasta 1970, pero hasta 1992 mantuvo un vivero en el barrio El Recreo con el programa Operación Primavera cuyo objetivo era arborizar Barranquilla, otra vez con fondos propios. Así que el 75 por ciento de los parques y áreas verdes y la cultura de la arborización son obra de la SMPB. También inauguró el Monumento a

El puerto marítimo y fluvial fue siempre constante preocupación de la Sociedad de Mejoras Públicas. Entre sus notables iniciativas están el edificio de la Estación de Pasajeros en beneficio del turismo (arriba) y el monumento a los precursores de Bocas de Ceniza (abajo).

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Arquitectura y urbanismo

BARRANQUILLA: HISTORIA URBANA DE UNA CIUDAD QUE SE PARECE A SÍ MISMA De ser un insignificante caserío a la orilla del río Magdalena durante la epoca colonial, en el periodo republicano Barranquilla se convirtió en una vibrante urbe moderna. A mediados de los años 50 la arquitectura acogió una fuerte influencia Bauhaus. En los años 80 tuvo un decaimiento que logró superar, hasta llegar a la ciudad cosmopolita de hoy.

Ignacio Consuegra

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La inauguración del Ferrocarril de Bolívar en 1871 reforzó la vocación comercial de Barranquilla y generó la aparición de nuevos espacios públicos y corredores urbanos de intercambio comercial. Uno de estos corredores se estableció sobre el caño de las Compañías, entre la plaza Ujueta y el edificio de la Intendencia Fluvial, cerca de la estación del ferrocarril. La Plaza Ujueta era lugar de encuentro diario de visitantes y lugareños, y el edificio del mercado se convirtió en el epicentro del movimiento de sus calles adyacentes. 1921. Esquina del “cañón verde”. Paseo Colón, cruce de Progreso. A la izquierda la casa Noguera (cañón verde). Enfrente el edificio Alzamora. A la derecha, La Estrella.

La historia urbana de Barranquilla, además de polémica ha sido poco difundida. Algunos cronistas consideran que sus inicios ocurren más o menos en el año 1620 sobre los predios de la finca de don Nicolás de Barros, con un pequeño caserío alrededor de una modesta iglesia doctrinera, a la que llamaron Parroquia de San Nicolás. Otros historiadores piensan que mucho antes de la llegada de los españoles, se conformaron asentamientos indígenas a lo largo de las riberas del río Magdalena. Y que, precisamente, en el sitio donde hoy están ubicadas la antigua Aduana y la Estación Montoya era el epicentro de sus actividades.

Sin duda una historia de poblamiento sumamente interesante y sui generis que incomprensiblemente no se ha estudiado en su justa proporción en la historia urbana del país para la adecuada valoración del patrimonio cultural, urbanístico y arquitectónico que representa Barranquilla. No obstante, la ciudad ha sido reconocida por la historia como protagonista destacada del período republicano de nuestra historia. Y hoy, al cumplir 200 años de vida, se reanima a continuar revitalizando su memoria, afianzada en acontecimientos trascendentales que contribuyeron ostensiblemente al progreso y desarrollo de la nación.


Y si bien es cierto que no se requiere mucho esfuerzo investigativo para esgrimir las causas que determinaron la vocación comercial e industrial de una ciudad que pasó de ser un modesto villorrio a una pujante ciudad, algunos cronistas han expresado que Barranquilla nació con la impronta de ciudad cosmopolita. Su privilegiada posición geográfica provocó el advenimiento de inmigrantes llegados de los más lejanos rincones del mundo, que se establecieron en ella con el ánimo de aprovechar su hospitalidad y contribuir en su progreso. La impronta que moldearon en el aspecto de manifestaciones estilísticas de su arquitectura es muestra de ello. Sobre todo porque hasta los materiales de su construcción fueron traídos de sus países de origen.

El paseo de Bolívar hasta fines del siglo XIX se llamó calle Ancha. Fue la calle alrededor de la cual se construyó la primera iglesia, el primer teatro, las primeras plazas, los primeros barrios, se desarrolló el mercado público, y donde muchas familias pudientes tuvieron su residencia y sus negocios a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En 1886 el alcalde Antonio Abello construye en medio de la vieja calle –que en épocas de lluvia se convertía en un arroyo y un gran lodazal– un camellón a la manera de los grandes bulevares de París, donde había sido educado el mandatario. La ciudadanía la denominó desde entonces camellón Abello. En 1910, con motivo del centenario, la colonia italiana obsequia una estatua del

Descubridor. La estatua fue ubicada delante del edificio del Cuartel, en ese entonces remate del camellón en su extremo norte. Desde entonces, la avenida pasó a llamarse paseo Colón. En 1930 es demolido el camellón Abello para construir una avenida pavimentada en razón del alto flujo vehicular. En 1937 el Concejo municipal acuerda trasladar la estatua del Libertador, regalo de Andrés Obregón a su ciudad con ocasión del centenario de la independencia (1919) –ubicada hasta entonces en el parque de San Nicolás–, al sitio ocupado por el almirante genovés, el cual, a su vez, pasó a ocupar el sitio de Bolívar. Desde esa fecha la avenida se denomina paseo de Bolívar.

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En 1922, cuando apenas empezaba a desarrollarse la urbanización El Prado, se inauguró el Parque Santander. La estatua que representa al general Francisco de Paula Santander fue fundida en bronce por el francés Alexis Rudier y diseñada por su compatriota, el escultor René Varlet. En materia de urbanismo, el barrio El Prado se constituyó en la década de 1920 en la primera urbanización al estilo de los mejores suburbios de las grandes urbes estadounidenses. La imponencia de su arquitectura y su funcionalidad urbana hicieron historia en el país y en América Latina.

Así pues, el siglo XIX podría denominarse el período de esplendor de la ciudad. Su condición de paso obligado del comercio internacional le ofreció la oportunidad de convertirse en el núcleo urbano con el crecimiento más vertiginoso del país. La navegación fluvial, el Ferrocarril de Bolívar, el muelle de Puerto Colombia, la aviación, al lado de algunos otros acontecimientos como el correo, la radiodifusión, la prensa o el cine, etc., que se consolidaron como empresas y estimularon el desarrollo y mejoramiento de una industrialización incipiente que alcanzaría en los años treinta su máximo esplendor. Pero si hay algo que podría destacarse en el contexto internacional, es el impacto la imagen urbana y arquitectónica que la ciudad empieza a mostrar desde los finales del siglo XIX. Y aun cuando no habían arribado los primeros arquitectos graduados al país, la ciudad para ese entonces era la ruta obligada de los prestigiosos profesionales de la arquitectura.

Muchos de ellos plasmaron sus ideas en las incipientes edificaciones de lo que hoy es el centro de la ciudad, que entre otros aspectos fue el primer núcleo financiero y comercial de la nación, precisamente en los alrededores de la recién recuperada plaza de San Nicolás. Aunque parezca paradójico, es Barranquilla la ciudad que se da el lujo de ser pionera en los conceptos de la planeación urbana en el país, cuando liderado por el arquitecto Ujueta Toscano se concibe, con ayuda de gobiernos extranjeros, el primer plan regulador de carácter urbano en la ciudad. Conceptos que tempranamente irrumpen en una ciudad bordeada por el río Magdalena y cercana al mar Caribe. Por eso es bueno resaltar que, a pesar de que la riqueza arquitectónica del denominado centro histórico de la urbe representa gran parte del inventario de la arquitectura republicana del país, es la urbanización El Prado (iniciada el 12 de marzo de 1920) la que le empie-


Karl C. Parrish fue el creador de la urbanización El Prado, dirigía la parte técnica de la urbanización en su condición de ingeniero, y la parte comercial estaba a cargo de Manuel J. De la Rosa (izquierda).

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No faltaron algunas objeciones al hecho de que las calles y avenidas no tenían la rectitud que entonces se consideraban indispensables, pero de convencer a los críticos se encargó el ingeniero Wyrick, quien argumentó que ello era necesario por la conveniencia de los drenajes y la dirección de los vientos. Esto ya se venía haciendo en ciudades nuevas de California.

De estilo neoclásico, “La Perla” es una casa con historia. Fue habitada en diferentes épocas por famosos personajes, entre ellos Alejandro Obregón. Su diseño original era una copia de la casa de recreo que tenía Charles Chaplin en la Riviera francesa.

za a cambiar la fisonomía a la urbe. Sobre todo, porque a este proyecto no se le restringieron esfuerzos ni recursos para su ejecución. El barrio El Prado, que hoy es un centro histórico declarado bien de interés cultural por parte del Ministerio de Cultura, es una estructura urbana concebida (en los inicios de la década de 1920), como en las grandes ciudades del mundo, bajo los parámetros de la influencia francesa de la ciudad jardín. Todo esto acompañado de un concepto de planeamiento moderno con generosos espacios e interesantes propuestas formales (representadas en majestuosas viviendas), aún constituyen una de las más exclusivas urbanizaciones de América Latina. Por eso, su impacto en el contexto nacional e internacional desde sus inicios, no se hizo esperar. Tanto es así, que sus elegantes mansiones empezaron a ser referentes importantes de la arquitectura de la región.


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Era necesario que Barranquilla contara con una planta de acueducto moderna y eficiente que no solo beneficiara a la nueva urbanización, sino en general a toda la ciudad. Parrish fue a los Estados Unidos en busca de un empréstito. Falló en su intento con la casa Walkins & Co., pero luego, en otro viaje, logró interesar al Central Trust Co., de Chicago, Illinois. Allí se obtuvo un crédito de cinco millones de dólares para el municipio y se firmó el contrato entre ambas entidades en 1925.

La labor de los hermanos Karl C. y Robert Parrish por el progreso de Barranquilla En 1904 llegó a Medellín Karl C. Parrish como ingeniero de minas, pero en 1918 se trasladó a Barranquilla. Pronto inició negociaciones con Manuel J. de la Rosa para adquirir una parte de la extensa propiedad situada en las afueras del casco urbano de la ciudad, llamada El Prado. El predio había pertenecido a los señores Senior y Fuenmayor, quienes lo habían utilizado para la cría de ganado con destino a la exportación hacia Cuba. Cuando los ganaderos se trasladaron a esa isla vendieron los terrenos a Manuel J. de la Rosa. Karl Parrish había proyectado construir allí una urbanización inspirada en los nuevos suburbios norteamericanos, así que De la Rosa le vendió a Parrish una parte del terreno y se reservó para sí otra porción, llamada Bellavista. En 1920 Manuel J. de la Rosa y sus hijos se asociaron con Karl C. y su hermano Robert Parrish y crearon la Compañía Urbanizadora de El Prado, que contó con la asesoría del jefe de ingenieros del estado de Iowa, Ray F. Wyrick,

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quien realizó varios viajes a La Habana para captar los más bellos paisajes urbanos y adaptarlos a Barranquilla teniendo en cuenta su topografía, su clima y su proyección como ciudad hacia el futuro. El antiguo potrero se convirtió en uno de los barrios residenciales más hermosos de Suramérica. Sin embargo se presentaron problemas de suministro de agua. Los pozos artesianos no bastaban. Era necesario que Barranquilla contara con una planta de acueducto moderna y eficiente que no solo beneficiara a la nueva urbanización, sino en general a toda la ciudad. Así que Parrish fue a los Estados Unidos en busca de un empréstito. Falló en su intento con la casa Walkins & Co., pero luego, en otro viaje, logró interesar al Central Trust Co., de Chicago, Illinois. Allí se obtuvo un crédito de cinco millones de dólares para el municipio y se firmó el contrato entre ambas entidades en 1925. Para el manejo de esos fondos y de las rentas pignoradas como garantía, se creó la Junta Administradora de las Em-


Para dar vida al Hotel El Prado, los Parrish promovieron la construcción de la carretera a Puerto Colombia y desarrollaron a sus expensas el primer kilómetro. También impulsaron la obra de Bocas de Ceniza y la del terminal marítimo.

presas Públicas Municipales, cuya perfecta organización era admirada por todo el país. Para garantizar la puntual recolección del crédito se puso al frente de la misma al ciudadano estadounidense Samuel Hollopeter, quien cumplió sus funciones durante veinte años y dejó tras de sí la imagen de haber administrado la empresa de servicios públicos más eficiente de la Colombia de la época. El problema de la luz, entonces insuficiente y costosa, también lo resolvió Parrish recurriendo a la Electric Bond and Share Co., y se llevó a cabo un contrato entre el municipio y la Compañía Colombiana de Electricidad. En realidad el logro de la calidad y eficiencia de los servicios públicos de Barranquilla tuvo como eje las necesidades de desarrollo de la urbanización El Prado y la acción empresarial de los Parrish. Más tarde los señores Parrish, junto con los Obregón, desarrollaron el Hotel del Prado. También los Parrish fundaron el Country Club y la Compañía del Hospital para la que construyeron un edificio que nunca funcionó como

hospital sino como sede de la exposición permanente, y hoy alberga la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Para dar vida al Hotel del Prado, los Parrish promovieron la construcción de la carretera a Puerto Colombia y desarrollaron a sus expensas el primer kilómetro. También impulsaron la obra de Bocas de Ceniza y la del terminal marítimo. Fundaron igualmente grandes empresas como la Compañía de Navegación Santander, la Colombian Line, la Compañía Nacional de Maderas La Industria, e incluso se interesaron en que Barranquilla se convirtiera en el primer puerto aéreo del Caribe facilitando negociaciones entre la Scadta y la Pan American. La firma Parrish y Co. construyó el acueducto de Barranquilla, considerado el mejor del país en su época; pavimentó calles, hizo locales para escuelas, levantó edificios comerciales con estructura de acero, edificó el estadio municipal, desarrolló varios proyectos urbanos, diseñó y construyó chalets, mansiones, etcétera.

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En 1928 se construye el elegante edificio Palma detrás del Cuartel, lo cual constituye un hito en la historia arquitectónica de Barranquilla. Desde el momento de su inauguración, se plantea la demolición del Cuartel y la construcción en su lugar de una gran plaza para darle visibilidad al Palma y ampliar de paso la avenida en su costado norte. Finalmente, el Cuartel

es demolido en 1936, y el edificio Palma en 1955, en una acción que aún lamenta la ciudadanía. Se adujo entonces la necesidad de ampliar el paseo de Bolívar hasta la avenida Olaya Herrera, pero en vista de que nada se hizo en esa dirección y que durante casi diez años el lote estuvo baldío, la Caja Agraria lo adquirió y en 1965 construyó su sede en la ciudad.


Cabe destacar que algunos arquitectos como Leslie Arbouin, que culmina el edificio de la Aduana en 1922 y el Banco Dugand en el mismo año, o Alfredo Badenes, quien se hace cargo del edificio Palma en 1925, ya habían dejado una huella de la interpretación neoclásica en la ciudad. Lo mismo que Burdette Higgins, el norteamericano que concibe y construye el majestuoso Hotel El Prado que es inaugurado en 1930.

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Y aun cuando los rigores de la recesión económica ocasionados por la Segunda Guerra Mundial se hicieron sentir más en la ciudad que en cualquier otra parte del país, en los años siguientes la fisonomía urbana de la modernidad continuó imponiendo un ritmo de crecimiento vertiginoso. La prueba es que arquitectos de la talla de Manuel Carrerá Machado (el diseñador de la prestigiosa sede de Avianca y el edificio García en 1938, entre otros) deciden instalar sus despachos en la ciudad. Otro acontecimiento significativo en el desarrollo urbanístico de la ciudad es la visita en 1949 del afamado arquitecto Le Corbusier, quien se hizo acompañar de su socio Paul Wiesner y del decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Harvard Josep Luis Sert. Para ese entonces, Leopoldo Rother, quien había sido alumno del prestigioso arquitecto suizo (quizás el más renombrado del siglo XX en el contexto internacional), tenía a su cargo el proyecto del centro cívico que contemplaba varias edificaciones de carácter institucional. Desafortunadamente el proyecto no se llevó a cabo en su totalidad, y solo fue construido el edificio Nacional, que hoy se conoce como el edificio del Centro Cívico.

El edificio García fue el primer complejo de apartamentos de la ciudad y un referente arquitectónico del estilo Art Déco. Fue diseñado en 1938 por el arquitecto cubano Manuel Carrerá y su nombre fue en honor de su propietario, el cienaguero Ascanio García. Otros edificios art déco diseñados por Carrerá fueron el de Avianca (foto derecha), el teatro Metro y el teatro Murillo.

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Le Corbusier, de visita por Barranquilla en reunión con arquitectos locales, con quienes conversaba sobre su posible vinculación como consultor para el desarrollo de la ciudad. De izquierda a derecha: Roberto McCausland, Elberto González Rubio, Paul Lester Wiesner, Benjamín Sarta, Mauricio Segovia H., Ernesto McCausland, Le Corbusier, José Luis Sert.

Entre 1946 y 1952, el arquitecto alemán Leopoldo Rother concibió el centro Cívico de Barranquilla, con el cual se proponía integrar en un solo terreno los edificios Nacional, Departamental, Municipal y el Palacio de Justicia. Solo se terminó el edificio Nacional. Cuando el afamado arquitecto suizo Le Corbusier visitó el país en 1948, le hablaron del proyecto y quedó gratamente impresionado, tanto que pidió que le mostraran los planos y le presentaran al autor. El joven Rother en persona, recién graduado y ferviente admirador suyo, incluso influenciado por el maestro, le regaló los planos.

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Destacamos en la arquitectura moderna en Barranquilla a Ricardo González Ripoll. Diseñó edificios institucionales como el del Sena, el coliseo cubierto, el del Banco de la República, el Club Alemán, también diseñó edificios de apartamentos como el que exhibe el mural de Alejandro Obregón en la calle 53. Fue alcalde de la ciudad dos veces y se comprometió en la construcción de vivienda para los menos favorecidos.

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El arquitecto Ricardo González Ripoll en los años cincuenta trabajando en el estudio de su casa.


Algunos de los arquitectos barranquilleros de mediados de los años cincuenta: Fernando Visbal, Pedro Pichón, Ricardo González Ripoll, segundo de izquierda a derecha.

Posteriormente, a mediados de la década de 1950 llegaron los primeros arquitectos oriundos de la ciudad y graduados en el exterior. Fernando Restrepo (Universidad de París, Francia) y Octavio Giraldo (Universidad de Lovaina, Bélgica) realizan sus aportes bajo la impronta de la denominada arquitectura de transición. Un poco más tarde, cuando corría el año 1952, arquitectos de la ciudad liderados por José Alejandro García se dan a la tarea de fundar la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Atlántico. Escuela que desde sus inicios se destaca por sus excelsas cualidades. Y porque muy tempranamente asume el rumbo urbanístico y arquitectónico de la ciudad con profesionales como Ricardo González Ripoll (que además es nombrado alcalde de la ciudad), Giancarlo Macchi (el excelso acuarelista y diseñador), Luis Ernesto Arocha, Manuel De Andreis, Roberto Angulo, entre otros.

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Por la calidad de sus obras vale la pena mencionar a arquitectos como Adolfo Schlegel, Giancarlo Mazzanti, Cristian Heins entre otros, que se destacan por sus originales propuestas.

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La década de 1980 podría denominarse la etapa de menor impacto en el siglo XX. Los servicios públicos de la ciudad se vieron desmejorados, el patrimonio arquitectónico empieza a ser afectado para ser remplazado por edificaciones intrascendentes de carácter especulativo, y la actividad inmobiliaria entra en una desmedida recesión que incluso incluye hasta el sector estatal. Por fortuna, el advenimiento del nuevo siglo trae consigo nuevas esperanzas. La ciudad empieza a fortalecer sus rumbos afianzada en las nuevas expectativas de la apertura económica y los efectos de la globalización y las propuestas arquitectónicas no se hacen esperar. Por la calidad de sus obras vale la pena mencionar arquitectos como Adolfo Schlegel, Giancarlo Mazzanti, Cristian Heins entre otros, que se destacan por sus originales propuestas. Y de manera simultánea la actividad inmobiliaria empieza a tomar un ritmo acelerado que vislumbra hoy la conurbación con municipios aledaños como Puerto Colombia y Galapa. Y por demás, lidera hoy (a partir de las ventajas que puede obtener por efectos de

los tratados de libre comercio) iniciativas encaminadas a incluir en sus propósitos el concepto de ciudad región, que en armonía con las históricas ciudades de Cartagena y Santa Marta le permitan un posicionamiento en el contexto nacional e internacional. Así pues, las expectativas sobre los rumbos de la ciudad se afianzan en el mejoramiento de la calidad de vida a partir de su capacidad en la búsqueda del desarrollo sostenible. Aspecto que sin duda debe tomar como factor fundamental la conexión de la ciudad con la ribera del río, el mejoramiento de sus zonas verdes y los espacios de convivencia. Y sobre todo la vital preocupación por mantener a partir de los conceptos y materiales constructivos una identidad y una impronta como la ciudad promesa que siempre ha sido. Todo esto con la esperanza de que esa Barranquilla que se caracteriza por la autenticidad de su carnaval y del carácter abierto y cordial de su gente, no se parezca en su fisonomía a París, a Miami o Nueva York. Aspiramos, como lo registra su historia, a una ciudad que se parezca a nosotros mismos.


Dentro de las nuevas generaciones de arquitectos barranquilleros tenemos a Giancarlo Mazzanti. Es el arquitecto del Museo del Caribe. En 2006 obtuvo el primer premio en la categoría de Diseño Urbano y Paisaje en la X Bienal de Arquitectura Venecia, y en 2008 le fue otorgado el galardón a la mejor obra de Arquitectura y Urbanismo en la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. Dentro de sus proyectos se encuentran los escenarios deportivos para los Juegos Suramericanos en Medellín, Parque Biblioteca España en Medellín, Jardin Infantil El Porvenir en Bogotá, Colegio Flor del Campo en Cartagena. En este momento el arquitecto Mazzanti construye el Centro de Convenciones Puerta de Oro en Barranquilla.

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Museo del Caribe

LA VOZ DEL PATRIMONIO INMATERIAL Más que un museo de objetos, es un lugar que muestra las identidades de la región e interactúa con las nuevas generaciones. No se basa directamente en una colección, sino en las huellas culturales que exaltan el ser caribe. Y está conectado con la tecnología de la innovación.

Ilva Chogó Picón A finales de los pasados años 80 y principio de los 90 se propuso la cultura como uno de los pilares de la renovación del centro de Barranquilla. Con la recuperación del antiguo edificio de la Aduana, la construcción de la primera fase del Parque Cultural del Caribe y la recuperación del paseo Bolívar, se comenzó a configurar un corredor cultural que revelaba un proceso de cambio en el centro histórico y daba paso a actividades relacionadas con la vida cultural y de ocio. Así empezaron a generarse nuevos espacios para los ciudadanos, puestos de trabajo, promoción del turismo y proyección de una nueva imagen de la ciudad. El Parque Cultural del Caribe se convirtió entonces en un punto de encuentro en el que confluyen personas de todos los niveles sociales, una nueva plaza para la ciudad y la región. A ella acuden vecinos de Barlovento y empre-

“Es necesario detenerse, aunque sea brevemente, para preguntar de dónde salí, cuál ha sido mi bagaje cultural y el de todo lo que traje conmigo, a la larga qué tuvo un valor permanente, y en realidad qué dejé atrás y qué es lo que ahora me impulsa hacia adelante”. Gerardo Reichel-Dolmatoff

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sarios de la ciudad, campesinos y pescadores de las poblaciones ribereñas que llegan con “La Noche del Río”, jóvenes que se dan cita en los sonidos macondianos, y académicos que se encuentran en la cátedra de la Cocina del Caribe o en la cátedra Gabriel García Márquez. El complejo cultural alberga en su primera fase la Plaza Julio Mario Santo Domingo, de doce mil metros cuadrados; el Museo del Caribe, la Biblioteca Infantil Piloto del Caribe, la Mediateca Macondo y La Cocina del Museo. La consolidación de este complejo cultural se hará realidad con la construcción del Museo de Arte Moderno y la Cinemateca del Caribe, que tendrán en este Parque su nueva sede. La construcción demandó un modelo de gestión de alianza público-privada que motivó desde sus comienzos una red de aliados del proyecto integrada por diferentes sectores de la ciudad y la región del Caribe.


El lenguaje del Museo El Museo del Caribe es mucho más que un lugar para guardar objetos, es un lugar que muestra las identidades del Caribe, sus historias. Las cosas que inspiran a crear en esta sociedad, están allí, siempre recordadas, interactuando con las nuevas generaciones. El contenido del Museo es en gran parte de patrimonio inmaterial, pues no está basado directamente en una colección. Es un Museo de experiencia, donde el aprendizaje es un disfrute. Por su espíritu vivencial se ha convertido en una herramienta eficaz para el conocimiento de la región. Es un templo para la celebración de su propia identidad y de su autoestima. Tiene un papel muy importante para que la población del Caribe no solo se reconozca sino que también se sienta orgullosa de ser de esta región. Es un espacio que celebra la cultura común a muchos países del hemisferio. El campo de la tecnología, la electrónica, lo digital, lo audiovisual, es el lenguaje de nuestro tiempo, y el Museo del Caribe trabaja con él. La tecnología forma parte de la vida contemporánea, y el propósito del Museo es moverse en el territorio de la innovación.

El Museo del Caribe supera la nostalgia por el pretérito y el romanticismo de una época dorada. Distanciado de la visión homogeneizadora de los museos del pasado, esta institución se plantea como un espacio de diálogo que motiva la reflexión sobre los procesos y las relaciones históricas, ambientales y socioculturales que han configurado la región. Su relato deja ver que no hay una historia única nacional en un país de regiones. En las voces de reconocidos antropólogos, historiadores y economistas, cuenta hitos y desafíos en la formación del Caribe: la independencia temprana de algunos grupos de la región, la participación de toda clase de grupos sociales en los movimientos independentistas, el rol de las comunidades indígenas en la configuración del país no como posesiones de Colombia sino como una forma distinta y singular de ejercer la colombianidad, las dificultades en la formación y la consolidación de un Estado nacional, el impacto de la migración en la mentalidad cosmopolita caribe, y épocas de esplendor y cambio de modelos de desarrollo regional.

El concepto del contenido del Museo del Caribe se basa en los cinco campos mayores de la región, distribuidos en cinco salas: Sala de la Naturaleza, Sala de la Gente, Sala de la Palabra, Sala de la Acción y Sala de la Expresión.

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La Noche del Río “La Noche del Río” es uno de los eventos más importantes que se desarrollan como abrebocas del Carnaval. Convoca a muchas agrupaciones de las zonas ribereñas, integradas por campesinos y pescadores, portadores de la tradición musical y dancística del Caribe, que han nutrido el Carnaval de Barranquilla. El Parque Cultural del Caribe se convirtió en un punto de encuentro al que concurren personas de todos los niveles sociales. A la nueva plaza acuden vecinos de Barlovento y empresarios de la ciudad, campesinos y pescadores de las poblaciones ribereñas que llegan con “La Noche del Río”, jóvenes que se dan cita en los sonidos macondianos, y académicos que se encuentran en la cátedra de La Cocina del Caribe o en la cátedra Gabriel García Márquez.

En su diseño es una estructura neutra, moderna, y al mismo tiempo incluye la tradición, las técnicas populares, aquellas actividades que se desarrollan desde hace siglos. El Museo logra una delicada puesta en escena de la cultura popular. Este tipo de museos empezó a concebirse desde los años 80 con la visión de una nueva museografía y una nueva museología, del inédito papel del museo en la sociedad donde el foco es la comunidad y su relación con el patrimonio. Es un logro que en Barranquilla se desarrollara un proyecto de este tipo en un momento histórico en el cual los museos en todo el mundo están cambiando. Los cinco campos mayores del Caribe El concepto museográfico del Museo del Caribe empezó con la idea de mostrar la región a partir de sus cinco campos mayores, los cuales están distribuidos en igual número de salas. La Sala de la Naturaleza muestra la riqueza de la biodiversidad del Caribe, sus paisajes, ríos y mares, valles y sabanas, flora y fauna. La Sala de la Gente hace referencia a los grupos humanos que poblaron esta zona del país, de dónde vinieron, cómo se relacionan con el espacio, qué mezclas han producido. La Sala de la Palabra es la expresión cultural más elaborada, y en 92

ella se muestra cómo las personas han creado y recreado las historias, los imaginarios, la poesía, la prosa popular. Un cuarto espacio es la Sala de la Acción, en la cual el quehacer socioeconómico y político despliega los instrumentos con los que el hombre ha transformado su territorio a lo largo del tiempo. Y en el último piso se muestra la expresión colectiva y cultural mediante la danza, la música, el carnaval, las fiestas, las tradiciones; es el momento máximo de encuentro de los pueblos del Caribe colombiano: la Sala de la Expresión. La Sala Gabriel García Márquez se plantea como la puerta de entrada a un universo creativo, este del Museo, realizado en años de búsqueda de una forma de dar a conocer la inmensa diversidad, la riqueza y la historia del Caribe. La perspectiva del Museo es recorrer el camino del desarrollo de la mano de la cultura, asumiéndola como una matriz de conocimiento para construir nuevas realidades. Hoy día, como lo señala De Sousa Santos, se exige no solo una forma diferente de conocimiento sino [también] un proceso diferente de creación de conocimiento, que demanda que este se produzca en red colectiva, interactiva e intersubjetivamente. Esto es posible dentro del enfoque cultural, el cual ilumina los pasos del Museo del Caribe.


Experiencias en el museo Una enorme pantalla proyecta un paisaje natural continuo entre las profundidades del mar Caribe y los picos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Una instalación para a la vez que se juega con la gastronomía regional se aprende sobre el mestizaje. Pantallas de fibras autóctonas donde se proyectan narraciones que hacen distinguir lenguas y hablas diversas. Una campana de vidrio donde se puede escuchar la voz de los grandes poetas caribeños. Una sala para la comprensión de la historia narrada por académicos. Una pared pletórica de instrumentos de trabajo que narran la historia regional. Una ventana desde donde se observa la Barranquilla que vivió Gabriel García Márquez. Un dispositivo para la comprensión de la trata de esclavizados y el aporte de los afro caribeños.

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Teatro Amira de la Rosa

ENTRETENIMIENTO Y CULTURA PARA BARRANQUILLA Con la dimensión estética de las artes escénicas y musicales universales, el teatro cumple una importante función de difusión cultural y es el principal escenario de la ciudad para la realización de exposiciones, conciertos, tertulias, festivales, presentaciones y encuentros. En 1944, la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla creó el Comité Pro-Teatro Municipal, con el propósito de poner en marcha la idea de construir un centro cultural que retomara las sanas costumbres culturales que distinguieron a la ciudad lustros atrás. La clausura del Teatro Emiliano significó un golpe para el desarrollo de las artes, que a partir de entonces se vieron dispersas por salones, en su mayoría inadecuados e insuficientes. La primera etapa de construcción del teatro se llevó en medio de tropiezos, pero con mística y tenacidad. El proyecto inicial de los arquitectos Enrique Zeizel, Angelo Magagna y Mario Lignarolo tomó cuerpo hasta alcanzar la dimensión de obra negra que presagiaba todas sus gran-

El Teatro Amira de la Rosa es un complejo cultural de Barranquilla. Fue bautizado en honor de la dramaturga y escritora Amira de la Rosa, autora de la letra del himno de Barranquilla.

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des posibilidades. En este punto el teatro albergaba compañías artísticas que aceptaban actuar con dificultades en el espacio inacabado, animados por el deseo de respaldar la esperanza de los barranquilleros de contar con un teatro dotado con todos los adelantos tecnológicos. En 1980, el Banco de la República con Rafael Gama Quijano, gerente general, se interesó en la obra. Hombres cívicos de generaciones más nuevas, como las figuras patriarcales de Rafael Juliao y Alfredo Steckerl, lograron la vinculación del Emisor al proyecto. Fue así como el 19 de junio de 1980 se firmó el contrato de comodato mediante el cual el Banco asumió la culminación de la obra y la administración del teatro durante el lapso de 99 años.


Es reconocido como el centro cultural de la región Caribe, cuyo valor se extiende más allá de la ciudad ya que dividió en dos la historia de los escenarios culturales. Gracias a las políticas del Banco de la República, el quehacer cultural se ha consolidado con un manejo pedagógico de estímulo a los creadores, ofreciendo una agenda anual con diversas actividades que llevan el sello de calidad institucional en sus diferentes líneas de acción.

Dos años después, el Teatro Amira de la Rosa, denominado así por el Concejo Municipal, abrió sus puertas el 25 de junio de 1982, y fue inaugurado por el presidente de la república, Julio César Turbay Ayala, con la presentación del Ballet de Canadá de Eddy Toussaint. Desde entonces, el teatro ha permanecido abierto a todos los públicos de los diversos sectores de la comunidad, acogiendo todas las manifestaciones artísticas: música, danza, ópera, y teatro, entre otras, con exponentes de gran prestigio.

El telón de boca pintado por el artista Alejandro Obregón (1920-1992), titulado Se va el caimán, evoca la leyenda emblemática de la región del Caribe sobre el hombre caimán. Esta imponente obra (acrílico sobre lienzo templado sobre un bastidor) mide 14,40 metros de ancho x 8,14 metros de alto. Se trata de una pieza excepcional dentro del legado de Obregón. Su elaboración fue encargada en 1982 por el Banco de la República para la inauguración del teatro.

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El Complejo Cultural de la Antigua Aduana es una zona de la ciudad integrada por el Archivo Histórico del departamento del Atlántico, la Biblioteca Piloto del Caribe, el Centro de Documentación Musical Hans Federico Neuman, el Parque Cultural Aduana-Elbers, la Plaza de la Locomotora, el Auditorio Mario Santo Domingo, una plazoleta, la galería de la Aduana y La Arcada, espacios para la realización de eventos, presentaciones, asambleas, reuniones, entre otros. En 1984, el antiguo edificio de la Aduana y las estaciones del tranvía y Montoya fueron declarados monumentos nacionales. Fue además galardonado con el “Primer Premio Nacional de Arquitectura en la categoría de Restauración”, y con el “Primer Premio Internacional FIABCI de Renovación Urbana”.


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Literatura

LETRAS BARRANQUILLERAS Barranquilla, un puerto y ciudad de un intenso comercio desde sus primeros pasos, una ciudad fenicia como la denominaban propios y extraños, también posee una faceta llamada “la Barranquilla Alejandrina”, como la calificó el filósofo Julio Enrique Blanco. De esa otra cara, la literaria, trata esta sección. Por Ramón Illán Bacca

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José Félix Fuenmayor nació en la ciudad de Barranquilla en 1885. Dentro de sus obras se encuentran el poemario Musas del Trópico (1910); la novela Cosme (1927); Una triste aventura de catorce sabios (1928), cuento fantástico considerado la primera obra de ciencia ficción colombiana; y La muerte en la calle (1967), obra publicada póstumamente.

Siglo XIX Una de las primeras noticias de la vida literaria en Barranquilla es una crónica de monseñor Rebollo en la que nos cuenta la llegada de Fernando de Lesseps –el constructor del canal de Suez– a esta ciudad en el diciembre de 1979. En el escrito se nos cuentan algunos incidentes pintorescos como el cambio de prefecto y alcalde por otros de mejor presencia física y mejores modales para la ocasión. El homenaje fue presidido por el empresario sefardita y hombre de letras David López Penha. En las ventanas del hotel se agrupaban unos jóvenes como Torcuato Ortega, Ernesto Palacio y el mismo cronista que llegarían a ser, años después, parte del mundillo literario de la ciudad. El poeta Joaquín Pablo Posada improvisó unos versos muy aplaudidos que terminaron así: “Él ha dicho que será/ y con sus potentes brazos / hará saltar en pedazos / el istmo de Panamá”. No hay datos sobre qué respondió Fernando Lesseps. Abraham Zacarías López Penha es la figura literaria más significativa en esa ciudad que no llegaba a los veinte mil habitantes. Propietario de una librería de temas ocultistas, dueño de salas de cine y poeta modernista su obra más conocida es la novela La desposada de una sombra, en la que la protagonista no se enamora del personaje real sino de su proyección en el éter. La expresión esotérica en la narrativa colombiana solo se encuentra en pocas novelas, siendo esta la primera de ellas. También hay que destacar la presencia del cubano Emilio Bobadilla alias Fray Candil, quien escribió la novela A fuego lento, en donde pinta con los más negros colores a la ciudad, que denomina con el nombre de Ganga. El autor se vengaba así de malentendidos con la socie-

dad timorata del momento y con la que había tenido tropezones. La novela nos muestra una ciudad con pocas diversiones y sin ninguna vida nocturna, solo se destaca la reunión de los caballeros en las bancas de la calle Ancha hasta la hora en que la iglesia de san Nicolás daba su toque de conticinio. Los poetas eran románticos o modernistas. Entre los primeros se destacó Manuel Cervera, un hombre gordo de apetito pantagruélico de quien se decía que coleccionaba “castañuelas, manos de mujeres muertas y cartas de amor que le han sido devueltas”. Entre los poetas, las enemistades literarias –a diferencia de otras partes del país– no eran extremas y es así como Cervera, romántico, López Penha, modernista, y el cartagenero Luis Carlos López, un antimodernista, publicaron entre todos el libro de poemas Varios a varios. El Rigoletto, el periódico de mayor circulación de la ciudad en ese momento, se quejaba en un editorial que la ciudad mirara con indiferencia y hasta antipatía todo lo que no girara en la órbita comercial. En la pequeña ciudad estuvo José Asunción Silva al naufragar su barco en Sabanilla. Venía de Venezuela donde estaba en un cargo diplomático. El poeta perdió todo lo escrito además de otros valores. Los periódicos locales destacaron la presencia y el infortunio del poeta. Siglo XX También pasó por la ciudad en 1903 Porfirio Barba Jacob, que en esa época tenía el seudónimo de Ricardo Arenales. El poeta le dedicó unos versos a la ciudad y escribió: “Elogio tus claros y augustos blasones /ciudad de las gárrulas brisas y el sol llameante/y la miel acendrada de los corazones/ que nutre de amor y de fuerza/tu ritmo constante”.


El Grupo de Barranquilla es el nombre con que se conoce a la tertulia intelectual que integraron, entre 1940 y fines de los años 1950, varias de las personalidades más destacadas de la cultura de Barranquilla, Colombia, alrededor de los escritores José Félix Fuenmayor y el catalán Ramón Vinyes: Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, Orlando Rivera “Figurita”, entre otros.

La Fundación La Cueva, dirigida por Heriberto Fiorillo, desarrolla programas y proyectos culturales desde el legendario Bar Restaurante La Cueva que se hizo famoso por haber sido frecuentado desde 1954 hasta 1970 por los integrantes del llamado Grupo de Barranquilla. Como museo, La Cueva exhibe obras de los pintores, escritores, fotógrafos y cineastas miembros del grupo y como centro cultural, La Cueva es sede de innumerables presentaciones y lanzamientos de libros, discos, videos y tertulias de diverso contenido.

Se inició así la serie de poemas dedicados a la ciudad en la que la característica constante era celebrar el empuje y dinámica de la floreciente ciudad que para entonces se acercaba a los cuarenta mil habitantes. Barranquilla fue llamada “Nueva Barcelona” por el escritor boliviano Alcides Arguedas, “Nueva York de Colombia” por el poeta Aurelio Martínez Mutis y “Una nueva Alejandría” por el filósofo Julio Enrique Blanco. Los poetas más renombrados publicaron sus poemas entre los que se destacan: Musa del trópico, de José Félix Fuenmayor quien dijo a su vez “No los quemo pero los publico”; La manzana del Edén, de Miguel Rasch Isla, obra considerada lo más audaz en poesía erótica que se ha escrito en el país hasta nuestros días. Con Poemas, de

Leopoldo de la Rosa, se completan los mejores poemarios y presencia de los poetas del momento. Uno de los grandes hitos culturales de la ciudad fue la publicación de la revista Voces (1917-1920). Con la presencia decisiva de Ramón Vinyes, colaborador y traductor, y las direcciones en sus dos etapas de Julio Gómez de Castro e Hipólito Pereira, esta publicación se constituyó en la mejor del país y una de las más importantes de Latinoamérica. En sus sesenta números contó con la colaboración de lo mejor de la intelectualidad española, en especial la catalana, lo mismo que de la hispanoamericana. Del país se hicieron presentes los más conocidos escritores, con una especial contribución de los antioqueños. Entre los colaboradores locales fueron 99


“Yo hubiera sido escritor de todos modos porque esa era mi vocación, pero sin Barranquilla no hubiera sido premio Nobel”. Gabo.

decisivas la presencia de Enrique Restrepo y de Hipólito Pereira (seudónimo de Héctor Parias). Las más audaces críticas al tradicional mundo literario colombiano se dieron en esta revista. Al recurrir de primera mano a las traducciones que hacía Vinyes se permitió al lector nacional y extranjero leer textos que no hubieran conocido fácilmente. Se dice por algunos estudiosos que había un desequilibrio entre el cosmopolitismo de la revista y la vida provinciana, apacible, casi vegetativa del entorno. Llegó a publicar sesenta números, pero murió por falta de lectores y de apoyo económico. Hay que esperar treinta años para que con el Grupo de Barranquilla y la publicación de Crónica se dé otro gran momento en nuestra vida literaria. En este intermedio se dieron cosas curiosas, como la publicación de los primeros libros de ciencia ficción en el país. José Félix Fuenmayor presentó Una triste aventura de catorce sabios (1928) y el bogotano José Antonio Osorio Lizarazo, periodista de La Prensa, publicó por entregas Barranquilla 2132. También con Cosme (1927), de José Félix Fuenmayor, se da la primera novela de ambiente completamente urbano y el humor, en un país enfermo de solemnidad, se hace presente con Asaltos (1929), de Víctor Manuel García Herreros. El Grupo de Barranquilla, así bautizado por el periodista bogotano Próspero Morales Pradilla, ha sido moti-

vo de muchos y variados estudios. No se discute que la almendra del Grupo lo constituyeron Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas Cantillo, Álvaro Cepeda Samudio, Gabriel García Márquez y que sus mentores fueron José Félix Fuenmayor y Ramón Vinyes. “El manípulo de intelectuales ya existía antes que inconsultamente se le cristianara”, anotó Alfonso Fuenmayor. La controversia sobre si constituía un verdadero Grupo está resuelta con la presencia de su vehículo Crónica (1950-51), un magazín deportivo-literario publicado los sábados en El Heraldo. Como director estaba Alfonso Fuenmayor y como jefe de redacción el joven Gabriel García Márquez. En el magazín se daba una combinación de noticias deportivas (de fútbol sobre todo, hay que recordar que eran los tiempos de “El Dorado”) con la publicación de apuntes literarios y cuentos de García Márquez, Cepeda Samudio y José Félix Fuenmayor. El cuento nacional era la preocupación básica, pero en su afán de estar en la hora del mundo abundaban las traducciones de grandes cuentistas universales. Para el investigador francés Jacques Gilard, Crónica es la mejor revista literaria que se ha publicado en Colombia a pesar de haber actuado por encima de la despreocupación de quienes la hicieron. Más adelante el Grupo instalará su sede en La Cueva (1954-70), el bar que por extensión le ha dado nombre al

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Alrededor de 1954, las reuniones pasaron a celebrarse en La Cueva, bar de propiedad de Eduardo Vilá. La Cueva, donde se vivía un ambiente bohemio y “mamagallista”, se convirtió en el símbolo del Grupo. Actividades tan aparentemente incompatibles con la juerga como la crítica literaria y la pintura, se dieron cita en medio de las parrandas, borracheras y extravagancias de los asistentes, al estilo de los poetas malditos franceses.


de García Márquez hacia la gloria literaria es conocida por todos. Cepeda se quedó en la ciudad hasta su muerte en 1972. Su primera salida con los cuentos de Todos estábamos a la espera (1954) tuvo una acogida expectante. Más adelante y con la publicación de su novela La casa grande se confirmó su gran calidad como escritor. Los cuentos de Juana, de publicación póstuma, pusieron más en evidencia la inmensa pérdida que se había dado con su temprana muerte en la literatura nacional. José Félix Fuenmayor, con la publicación póstuma de sus cuentos La muerte en la calle, confirmó el porqué estaba considerado con García Márquez, Marvel Moreno Cepeda Samudio, como uno de los cinco grandes cuentistas colombianos del siglo veinte. Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas Cantillo estuvieron dedicados al periodismo y al magisterio oral. Sus conversaciones eran unas obras maestras de la palabra. Podría tildárseles como un Sócrates en Carnaval.

grupo, está lleno de anécdotas entre divertidas y excéntricas que protagonizaron el pintor Alejandro Obregón y Álvaro Cepeda Samudio. Es curioso que en Barranquilla, una ciudad de fuerte acento comercial, una de sus referencias más gloriosas sea la del llamado Grupo de Barranquilla. Este es un tema permanente en toda clase de publicaciones nacionales e internacionales y se rompe así con una de las características de la ciudad, como es el de la vida precaria de sus mitos. Se contradice la frase de García Márquez de que ningún prestigio duraba más de tres días en la ciudad. De la incidencia del Grupo en la vida literaria de la ciudad nada más diciente que la frase de García Márquez en una entrevista: “Yo hubiera sido escritor de todos modos porque esa era mi vocación, pero sin Barranquilla no hubiera sido premio Nobel”. El grupo se disgregó con la partida de algunos de sus miembros a otras ciudades y países. La carrera

Álvaro Cepeda Samudio fue autor de los libros de cuentos Todos estábamos a la espera (1954) y Los cuentos de Juana (1972), y de la novela La casa grande (1962). Tuvo una columna semanal en El Heraldo llamada “La brújula de la cultura”. En el periódico El Nacional tuvo otra columna que bautizó “En el margen de la ruta”.

De izquierda a derecha German Vargas, Gabriel García Márquez y Alfonso Fuenmayor quien escribió los trece capítulos de Crónicas sobre el Grupo de Barranquilla, primero y único libro del periodista y escritor, en el cual retrata a todos los escritores, artistas y periodistas que vivieron esa época especial.

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La poetisa Amira de la Rosa escribió al amor, al olvido y a la muerte como temas centrales de su obra. Orientó siempre su poesía al punto de vista femenino.

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Mujeres de letras Una de las primeras presencias femeninas en las letras barranquilleras es la de Julia Jimeno de Pertuz quien publicó en Costa Rica su libro de cuentos Comprimidos (1929) bajo el seudónimo de Lydia Bolena. Más prolífica fue Amira de la Rosa quien publicó viñetas poéticas, relatos, pero en vida solo se editó Marsolaire, una novela corta, en una edición de cien ejemplares. Escribió y puso en escena algunas obras de teatro como Madre borrada o Las viudas de Zacarías, con buena acogida del público local y el de España donde residió esta escritora por muchos años. Escribió alrededor de ciento cincuenta radionovelas, rescatadas y publicadas en su totalidad en la última década. Fue la autora de la letra del himno de Barranquilla y la ciudad, agradecida, ha bautizado con su nombre el Teatro Municipal. Olga Salcedo de Medina (1915-1989) publicó el libro de cuentos En las penumbras del alma y la novela Se han cerrado los caminos con el tema de una relación entre un hombre casado y una joven candorosa que desató mucha controversia en ese momento. Las madres escondían el libro y las hijas lo leían a escondidas. Esta obra dio tema a un libreto inédito escrito al alimón por Germán Vargas y García Márquez para una radionovela, pero no pudo competir en sintonía con las radionovelas cubanas El derecho de nacer y Las aventuras de Chang Li Po. La escritora también dio pasos en la política y fue miembro de muchas organizaciones cívicas. Meira Delmar (1927-2009) ha sido nuestra poetisa más conocida y estudiada por la crítica. También ha tenido una gran acogida por el público lector y por el público en general. Sus versos son declamados por estudiantes, bohemios, lectores y vendedores ambulantes. Su nombre de cédula era el de Olga Chams Eljach y en su formación se dio el conocimiento y amor por la cultura árabe. Se ha dicho que era la última poeta modernista, que era piedracielista o una representante de la poesía sufí entre nosotros. Cualquiera que sea la clasificación que se le quiera dar, el hecho protuberante es su gran calidad poética Su primer libro Alba de olvido (1942) es considerado uno de los mejores libros de poesía del siglo XX escritos en el país. Fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, entre otras distinciones y condecoraciones a lo largo de su vida. Viaje al ayer (2003) fue su último poemario. Después de su fallecimiento se han hecho varias ediciones de su poesía y prosa.

Marvel Moreno (1939-1995) es una de las escritoras colombianas con más renombre internacional en este momento. La crítica, que se demoró largos años en conocerla, hoy por hoy la considera el mejor cuentista de Colombia en el siglo XX. Publicó su primer libro de cuentos Algo tan feo en la vida de una señora bien en 1981, un libro que pasó desapercibido en el país, sin interesar al grueso público ni a la crítica, hay sin embargo una traducción al italiano (1997). Domiciliada en París publicó la novela En diciembre llegaban las brisas (1987), que le valió el premio Grinzane Cavour en 1989. Hay traducción al italiano y al francés. En 1992 publicó El encuentro y otros relatos. Dejó inédita la novela El tiempo de las amazonas, y su cuento Orianne tía Orianne sirvió de base para el film Oriana, de la venezolana Fina Torres. ¿Es un escritor epígono del boom? Es una de las tantas preguntas que se formulan los estudiosos. Su vida, su rebeldía, su aproximación a la conciencia íntima de la mujer, todas esas facetas de su escritura son tema de debates en seminarios, simposios, encuentros. En Toulouse en 1997 trece universidades, entre europeas y colombianas, se congregaron para rendirle un homenaje con estudios sobre su vida y obra. Material recogido en un libro que incluye todas las exposiciones. Como nota frívola hay que contar que después de ser reina del carnaval (1959) hubo incontables muchachas barranquilleras con el nombre de Marvel y se puso de moda el capul que lucía. Siglo XXI Con los nuevos tiempos, géneros literarios como la crónica y el reportaje periodístico tienen una mayor presencia entre un creciente público lector. Ernesto MacCausland (Febrero Escarlata) y Heriberto Fiorillo (El hombre que murió en el bar), escritores, periodistas y cineastas, son una cabal expresión de esta tendencia. A ellos hay que abonarles el descubrir que los lectores potenciales son mayores de lo que imaginan los árbitros del gusto popular. Heriberto Fiorillo es el alma de la fundación La Cueva, sin la cual sería imposible entender ese gran salto que se ha dado en la vida cultural de la ciudad. Desde la publicación de La Cueva, crónica del Grupo de Barranquilla (2002) hasta nuestros días, con libros sobre los concursos de cuentos patrocinados por la fundación, con libros de cuentos y entrevistas de los autores


palda el porvenir…”. Un tanto confuso el verso, pero podría ser lo aplicable a las letras barranquilleras. Dos generaciones en busca de un nombre La generación de Marvel, la de sus contemporáneos, no es fácil de clasificar. Eran poetas y al mismo tiempo pintores, músicos que hacían cine, escritores que eran pianistas, críticos que eran actores. En “El suplemento del Caribe”, “Intermedio”, del Diario del Caribe y después en el “Dominical” de El Heraldo escribieron Carlos Jota María, Álvaro Medina, Alfredo Gómez Zurek, Alberto Vides, Julio Roca, Ramón Illán Bacca, Alberto Duque, entre otros. En la generación siguiente hubo un gran éxodo. Julio Olaciregui, autor de Vestido de bestia (1980) y Días de tambor (2012) entre otras obras, se fue a París; Jaime Manrique, autor de El cadáver de papá (1978), una novela esperpéntica en la que ocurre de todo salvo la guerra atómica, se fue a Estados Unidos donde sigue escribiendo poesía en español y novelas muy famosas en inglés (Nuestra vida son los ríos). En Norteamérica se radicaron Miguel Falquez, poeta, cuentista y ensayista (Mañanayer), Jaime Cabrera González (Como si nada pasara), cuentista, y la escritora Freda Mosquera (Cuentos de seda y de sangre). Marcos

invitados, y los álbumes que registran los eventos de los carnavales internacionales del arte, se ha registrado por parte de la fundación todo su impulso en el quehacer de la ciudad. Se hace notar que el premio del Concurso de Cuentos es el más alto que se ha dado en el país en toda la historia. En el Carnaval del Arte es posible encontrar un ensayista como Carlos Monsiváis y también a uno de nuestros mitos continentales como Yolanda Montes “la Tongolele”. De esos siete Carnavales del Arte, se puede decir que todo lo que truena, suena y relampaguea en el universo cultural mundial, ha pasado por aquí. ¿El carnaval para qué? Se preguntó Monsiváis y se respondió: “Para singularizar a las ciudades del trópico infinito, aquel que según la leyenda, uno jamás recuerda en qué cajita guardó las inhibiciones”. ¿Y qué hay de nuestros noveles escritores? Los hay y en un número y calidad significativas. Los nombres de John Better (China White), Paul Brito (El ideal de Aquiles), Carlos Polo (Un perdedor con suerte), Robinson Quintero (El lado oscuro del trópico) y Catalina Ruiz Navarro, poetas, ensayistas y periodistas están ahora y con una gran presencia en los medios nacionales. En el himno de Barranquilla Amira de la Rosa nos dice: “Coronada de firme amanecer se conduce a su es-

De Meira del Mar se ha dicho que era la última poeta modernista, que era piedracielista o una representante de la poesía sufí entre nosotros. Cualquiera que sea la clasificación que se le quiera dar, el hecho protuberante es su gran calidad poética Su primer libro Alba de olvido (1942) es considerado uno de los mejores libros de poesía del siglo XX.

Las obras literarias de Marvel Luz Moreno narran la problemática y vida característica de la mujer en una sociedad elitista y cerrada como era la Barranquilla de los años cuarenta y cincuenta.

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Ernesto McCausland, escritor, periodista y cineasta, exploró todas las formas narrativas del periodismo: hizo innovaciones en la crónica radial, escrita y televisiva.

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Ramón Illán Bacca representa la literatura de la costa Caribe colombiana donde configura diferentes elementos de hitos culturales, sociales y políticos que han caracterizado el devenir histórico de su obra; su literatura coincide con el sentido profundo e inteligente del humor y la sátira.

Schwartz en España logró un vasto reconocimiento con El salmo de Kaplan (2005), premio La otra orilla. Entre los que se quedaron, la crítica literaria en manos de Ariel Castillo, Guillermo Tedio, Consuelo Posada y Adalberto Bolaño ha recogido las enseñanzas del maestro Carlos Jota María. Escritores polifacéticos cultivan también el periodismo cultural y los ensayos sobre música regional. Hoy por hoy son las voces más oídas sobre el quehacer literario de la ciudad. También sin las crónicas y perfiles biográficos de Adlai Stevenson Samper (Polvos de la arenosa), Álvaro Suescún (Danza en el recuerdo), Édgar García Ochoa (Antes de que se me olvide), Sigifredo Eusse, Mirtha Buelvas y Fausto Pérez Villarreal, no sería comprensible esta dialéctica de la ciudad con la presencia de la alta cultura y las acentuadas expresiones de la cultura popular. La conclusión es que la vida es más poderosa que la disciplina y el orden. Entre los más destacados poetas y ensayistas con libros publicados están: Miguel y Patricia Iriarte, Margarita Galindo, Nora Carbonell, Tallulah y Pamela Flores, Diego Marín, Federico Santo Domingo, Harold Ballesteros, Joaquín Mattos Omar, Aníbal Tobón y Antonio Sil-

vera. Poesía imposible de encerrar en denominadores comunes aunque el tema recurrente es la carne enferma y el espíritu lleno de sentimientos agónicos. Son muchos los nombres de los consagrados a la narrativa, daría para una larga enumeración que excedería las páginas asignadas a este texto, para solo citar algunos nombres de los que han publicado libros en estas últimas décadas señalaría a Ramón Molinares (Un hombre destinado a mentir), Hipólito Palencia (Los muchachos), Eduardo Márceles (Los perros de Benarés), Andrés Salcedo (El día en que el fútbol murió), Gilberto Marenco (Cero guayabera), Antonio del Valle (Un domingo en Nueva York), Henry Stein (Dentro de poco sonará el despertador), Lola Salcedo (Una pasión impresentable), Roberto Ferro (Llegará la muerte y tendrá tus ojos), Claudine Bancelin (Entre ráfagas de viento), Enrique Dávila Martínez (Y se hizo la noche sobre ti). En términos generales se encuentran los grandes temas de la narrativa de todos los tiempos: el carácter absurdo de la existencia, lo que pudo ser y no fue, cómo la mentira social derrota a la hermandad humana y las cuatro puertas que están abiertas en el juego de la vida: el hospital y la cárcel, la iglesia y el cementerio.


Fundación Cinemateca del Caribe

EL CINE Y EL AUDIOVISUAL COMO MEDIO CULTURAL Exhibición diaria de cine de calidad, formación de públicos con impacto educativo y social, recolección y conservación del patrimonio audiovisual, promoción de nuevos realizadores de la región: estos son programas de desarrollo cultural con espacio diario en Barranquilla, gracias a la Fundación Cinemateca del Caribe. Esta institución cultural independiente fue creada el 1 de agosto de 1986 por 157 cinéfilos, reunidos en asamblea celebrada en la Cámara de Comercio de Barranquilla, por convocatoria de Jaime Abello Banfi, Secretario Ejecutivo del Comité Intergremial del Atlántico, con el apoyo de Braulio de Castro, líder del cineclubismo en Barranquilla, Germán Vargas Cantillo, periodista y escritor que asumió la presidencia de la primera junta directiva, y Arturo Sarabia Better, Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio. Con respaldo del Ministerio de Comunicaciones y Focine, que entregaron dos proyectores en comodato, instalados provisionalmente en un auditorio de la Universidad del Norte, y contando con una modesta oficina en casa de

Tita Cepeda, la Cinemateca del Caribe inició su recorrido hasta consolidarse hoy como empresa no lucrativa, gestora de servicios culturales y educativos, que goza de la confianza de aliados permanentes como el Ministerio de Cultura, la Gobernación, la Alcaldía, Combarranquilla y Promigas, entre otros. A partir de 1995, y después de una década de itinerancia por diversos escenarios, la Cinemateca, mediante convenios estratégicos con la Caja de Compensación Familiar Combarranquilla, estableció su sede en la Unidad Boston de esta institución donde, además de sus oficinas administrativas, habilitó su Centro de Documentación Audiovisual y una confortable sala de cine de 109 sillas dotada de toda la infraestructura técnica para proyección en todos los soportes de cine y video y un impecable sonido surround. En 2010 se abre otra sala de cine en la recién inaugurada Unidad de Servicios de Combarranquilla Country. La Sala “Germán Vargas Cantillo”, construida con el apoyo de Combarranquilla y de la Triple A.

Actividades de capacitación y alfabetización fílmico-audiovisual mediante exhibición permanente de lo mejor del cine universal.

El Salón del Autor Audiovisual es el máximo evento anual de la Fundación Cinemateca del Caribe. Fue creado en 1996 como un espacio para que importantes profesionales del cine y las artes audiovisuales en sus múltiples áreas acudan a la ciudad de Barranquilla a exhibir sus trabajos y compartir sus experiencias de realización, en conversatorios ante una vasta audiencia de profesionales, estudiantes, periodistas y público en general de la ciudad, la región, el país y el extranjero, conectada con el tema audiovisual. Durante el Salón se cumple una enriquecedora agenda académica en la mañana con los profesionales invitados, y por la tarde y noche se brindan exhibiciones en cuatro escenarios: las dos salas de cine, la sala alterna y al aire libre en los barrios de la ciudad con la Cinemóvil. No existe en Colombia un evento de esta naturaleza capaz de propiciar la reflexión en torno a las innumerables disciplinas que intervienen en el quehacer cinematográfico.

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Edificio de Bellas Artes Entre 1920 y 1930, cuando la prosperidad económica del desarrollo industrial y portuario de Barranquilla la destacaba sobre las demás ciudades colombianas y se empezaba a construir la urbanización El Prado, cuyo imaginario de ciudad estaba prefijado por los referentes estéticos de la modernidad europea y norteamericana, se construyó un amplio y monumental edificio destinado para que allí funcionara una Exposición Permanente de Productos Nacionales, la cual fue inaugurada en 1936. Con el tiempo la edificación fue reformada varias veces para convertirla en un importante centro cultural, con una sala de teatro de gran significación por los múltiples eventos que allí han tenido lugar. Actualmente el edificio es la sede de la Facultad de Bellas Artes, que también tiene una larga historia en la vida artística de la ciudad. En los inicios de la Escuela de Bellas Artes se destacó la figura del italiano Pedro Biava, llegado en 1926, quien fue director durante casi dos décadas y fundó la primera orquesta filarmónica de la ciudad. Sobresalieron también en esta época, las pianistas Delia Donado, Marta Emiliani y Cecilia Barranco, que fueron después profesoras de la institución, y el clarinetista Adaulfo Moncada, alumno del maestro Biava. En este ambiente se formaron y se graduaron las cantantes María Pardo y Julita Consuegra, entre otros. También visitaron la ciudad destacados intérpretes de fama mundial como el violinista Yehudi Menuhin, quien ofreció un concierto el 11 de agosto de 1950 en el teatro de Bellas Artes. 106


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Fundación Museo de Arte Moderno de Barranquilla, MAMB

“EL ARTE AL ALCANCE DE TODOS” En 2013 el Museo de Arte Moderno de Barranquilla –MAMB– cumple dieciséis años de desempeñarse como gestor cultural en la capital del Atlántico.

Enrique Grau. Pareja. Carboncillo y pastel sobre cartulina. 1995.

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Además de ofrecer un espacio para exhibir obras de arte de grandes artistas plásticos desarrolla un amplio programa cultural y educativo. Cada mes el museo publica una interesante y variada programación que ofrece cuatro o más actividades en la semana, constituyéndose así en una casa de cultura donde son bienvenidos todos los barranquilleros. El Museo de Arte Moderno de Barranquilla nació jurídicamente en 1996 como culminación de una vieja aspiración de varias generaciones de intelectuales barranquilleros que desde finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta ya habían intentado en varias oportunidades dotar a Barranquilla de un museo de arte moderno. Esos intentos, expresados en la creación del Centro Artístico; el Salón Cultural de Avianca, abierto en 1980; el Salón de Nuevos Artistas Costeños, promovido por la Cámara de Comercio de Barranquilla; y sobre todo

el Festival de Arte de Vanguardia, organizado por la gestora María Eugenia Castro y el artista Álvaro Barrios en 1979, fueron los precursores del Museo. Pero el antecedente más inmediato es quizás el Festival de Arte de Barranquilla, que pasó a ser el Museo de Arte Moderno en 1996 cuando el 6 de diciembre fue registrado en la Cámara de Comercio con reconocimiento de la Gobernación del Atlántico. Sus gestores, María Eugenia Castro y Álvaro Barrios, asumieron el proyecto y convencieron a representantes de los gremios, sentados en su Consejo Directivo, de iniciar labores en las instalaciones del antiguo edificio de la Aduana, donde estuvo durante diez años generando todo tipo de actividades culturales en salas de exhibición que funcionaban a la vez como oficinas administrativas y espacio para exposiciones. En 2006 el MAMB se trasladó a una nueva sede en el barrio El Prado, donde permanece.


El MAMB ha asumido con entusiasmo la enorme responsabilidad con Barranquilla de ser una institución museográfica dedicada a la promoción y divulgación de las manifestaciones de la plástica moderna en la ciudad y la región.

Álvaro Barrios. El demonio mostrándole a Cristo las delicias del mundo. Serigrafía. 1996.

La colección: 456 obras de artistas consagrados El hecho de que se consolidara una institución cultural dedicada a promover, difundir y fortalecer el arte moderno, condujo a que muchos artistas quisieran sumarse y apoyar la iniciativa. Poco a poco se fueron adquiriendo obras que han ido ampliando y enriqueciendo la colección del Museo. Así mismo, coleccionistas privados quisieron entregar sus colecciones o piezas al MAMB. Por esta vía el Museo ha ampliado su catálogo de obras al recibir legados completos. Algunas personas designan en su testamento el Museo como beneficiario de sus colecciones para preservar y compartir las obras de arte. El MAMB cuenta con 456 piezas. Sin embargo, por limitaciones de espacio, la única sala de exposición permanente es la Alejandro Obregón, con siete obras del artista y

El MAMB ha asumido con entusiasmo la enorme responsabilidad con Barranquilla de ser una institución museográfica dedicada a la promoción y divulgación de las manifestaciones de la plástica moderna en la ciudad y la región. Sin embargo, como se ha señalado, la agenda cultural va más allá de las exposiciones. La programación es muy amplia y permite acoger un público numeroso y diverso. Además de su función de exposiciones plásticas de alta calidad, el Museo es un dinámico centro cultural donde se imparten talleres, se dictan conferencias y se habla de cine, literatura, filosofía, danza, etcétera. Incluso gestiona programas en los que se tratan temas de actualidad y de interés para la ciudad, que tienen que ver con la promoción cultural como activo para el desarrollo y la competitividad, como el programa Debates.

Museo de Arte Moderno de Barranquilla.

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El MAMB forma parte del proyecto Parque Cultural del Caribe, del cual ya está construido el edificio del Museo del Caribe. El proyecto general prevé entregar edificaciones amplias y modernas para que sean las sedes de la Cinemateca del Caribe y del Museo de Arte Moderno. un conjunto de piezas fotográficas que complementa la muestra. Dentro de la colección también se destacan obras de artistas consagrados de la región del Caribe como Noé León, Norman Mejía y Enrique Grau, para mencionar algunos de los más conocidos. Igualmente el Museo cuenta con obras muy importantes y un rico haber de piezas gráficas de artistas como Umberto Giangrandi, Juan Antonio Roda y otros connotados maestros, así como con una colección completa del artista Cristo Javacheff, y quizás la colección más grande de grabados populares del maestro Álvaro Barrios. Como política, el Museo se propuso efectuar cinco exposiciones en el año, pero desde 2009 se vienen realizando seis, es decir que con una frecuencia de 45 días lleva a cabo un cambio de exposición. Se trata de cinco muestras de lo más destacado del arte contemporáneo, y una en homenaje a un gran artista colombiano. Ángel Loochkartt. Los ángeles de Luca Signarelli. Oleo sobre lienzo. 1994.

El futuro El MAMB forma parte del proyecto Parque Cultural del Caribe, del cual ya está construido el edificio del Museo

del Caribe. El proyecto general prevé entregar edificaciones amplias y modernas para que sean las sedes de la Cinemateca del Caribe y del Museo de Arte Moderno. De modo que en corto plazo el MAMB contará con una gran sede cuyo diseño ya existe. No obstante, con el apoyo de Terpel y Promigas se procurará mantener la actual sede como sala alterna; así se ampliará la cobertura de los procesos de formación tanto en el área educativa como en la promoción de artistas locales y regionales. Sostenibilidad del Museo El Museo trabaja bajo la quijotesca consigna de poner el arte al alcance de todos. Por ello, y a excepción de eventos muy específicos, todas las actividades son de entrada libre, como las conferencias, los programas de música, las exposiciones, etcétera, lo que impone ser muy creativos para conseguir los recursos dedicados al sostenimiento. El Museo basa su fuente de ingresos en las donaciones y en la capacidad de gestión de su equipo administrativo y financiero y por supuesto en el importante apoyo de sus mayores benefactores como son Terpel y Promigas.

El hecho de que el MAMB se consolidara como una institución cultural dedicada a promover, difundir y fortalecer el arte moderno, condujo a que muchos artistas quisieran sumarse y apoyar la iniciativa. Ana Mercedes Hoyos. Bazurto. Serigrafía. 1981.

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Fanny Sanín. Acrylic N° 13. Acrílico sobre lienzo. 1993.


Alejandro Obregón. Torocóndor. Oleo sobre lienzo. 1960.

Una de las estrategias más creativas desarrolladas por el equipo administrativo del MAMB ha sido el “Buséfalo”, un medio de transporte propio que se ha convertido en un vistoso y divertido medio de sostenibilidad. El éxito se debe a que es tan visible el bus por sus características físicas (revestido por una obra de arte que cambia cada dos o tres años, siempre con piezas de un artista de la colección), que ha permitido crear una estrategia comercial que facilita atraer incluso a empresas o instituciones que por responsabilidad social no consideran apoyar el arte y la cultura. Contar con el buséfalo habilita al MAMB para relacionarse con todo tipo de empresas por la vía del mercadeo, la publicidad, las estrategias de comunicación masiva y el posicionamiento de marca. Desde esta perspectiva, el buséfalo se convierte en una vitrina independiente de publicidad móvil para cualquier empresa. Otra de las estrategias consiste en brindar servicios especializados a instituciones educativas o culturales

Christo Javacheff. Pont Neuf empaquetado. Colotype. 1975-1985.

mediante visitas guiadas a las exposiciones, y talleres especializados de formación en diversas técnicas plásticas. Igualmente, el Museo ha ganado experiencia trayendo personas importantes y reconocidas en diferentes áreas (dirigiendo acciones no solo al campo plástico, sino también a la cultura con actividades educativas en literatura, música, filosofía y otros medios de arte) para que realicen talleres de formación que regularmente no son ofrecidos en el medio, pero que sí resultan necesarios. Así que mediante estas ofertas se ha logrado conseguir unos recursos económicos importantes que permiten al MAMB continuar desarrollando su labor cultural. La historia del MAMB está estrechamente ligada a la historia y al futuro de los procesos culturales y plásticos de la ciudad, y por ello se espera que su influencia continúe creciendo al ritmo del gran desarrollo general de Barranquilla.

Noé León. Barrio de Barranquilla. Óleo sobre madera.

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Música

BARRANQUILLA: UNA CIUDAD QUE BAILA Y CANTA CON SU MÚSICA Barranquilla tiene una sonoridad especial, sus paisajes, su gente y hasta sus calles son musicales, toda la ciudad se mueve cadenciosamente al son de todos los ritmos que aquí cobran un color único. Barranquilla vive y crea música, prueba de ello son los famosos compositores, cantantes, orquestas y bandas que ha producido en su historia. Adlai Stevenson Samper

Notas musicales del tango Barranquillera compuesto por Gabriel Escobar, dedicado a Olga Heilbron Tavera, Reina del Carnaval de 1926, publicado en el Diario del Comercio.

Cuando era evidente que aquella pequeña población a orillas de los canales del río Magdalena estaba para grandes acontecimientos económicos merced a su estratégica ubicación, empiezan a llegar en lenta peregrinación, la suma de todos sus habitantes. Los navegantes aventurados a lo largo de las riberas trayendo sus cantos ancestrales y desempacándolos en plazas y fiestas, los europeos nostálgicos que entonaban valses, mazurcas y polcas en sus reuniones mientras languidecían del calor del trópico y todos aquellos que buscaban la oportunidad de participar en aquel epicentro de comercio y transporte. En muy poco tiempo Barranquilla llegó a ser la segunda ciudad de Colombia, y se forjó una actitud pionera en las más disímiles actividades con una mentalidad abierta y modernista que se reflejaría en sus procesos culturales musicales. En ninguna otra ciudad de Colombia podían convivir sin tropiezos tantas culturas. Que aprendieron a fuerza

de verse cotidianamente y a soportarse sin altanerías ni blasones de tradición social. Esa actitud se reflejó en la música en el transcurso de todo el siglo XX en el que en un mismo marco espacial urbano se paseaba la cumbia por plazas y calles, la salsa y la champeta por las verbenas populares, mientras las bandas de vientos desplegaban el encanto de los valses, pasillos y en los salones se oía y se bailaban fox trot, charleston, polcas, boleros y habaneras. Lo que trajo el río Siendo desde la Colonia la principal vía de penetración al interior de Colombia, el Río Grande de la Magdalena fue asiento de diversas etnias, entre la indígena con sus diversos pueblos a todo lo largo del río y de palenques de africanos evadidos en permanente huida de los esclavistas. La interacción de estas dos culturas ocurrió precisamente en el río o muy cerca de él. Los indígenas no

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La música en Barranquilla, al igual que el comercio, entró por el río Magdalena; todas esas manifestaciones sonoras provenientes del río Magdalena se incorporaron a las tradiciones musicales de la ciudad y formaron parte de su manifestación más expresiva.


soportaron las duras jornadas de bogaje arrastrando embarcaciones y lentamente fueron reduciéndose. Es en ese momento cuando los africanos, de mejor contextura física, los reemplazan, conformándose un duro oficio que recorrería los puertos, palenques, playas del río, llevando culturas de un lado a otro. Algunos de estos procesos empezarían en Cartagena, capital del estado y departamento a la que pertenecía Barranquilla entonces, conocida por ser centro de ingresos de esclavos africanos. Estas músicas viajaron en las embarcaciones que surcaban el río Magdalena diseminándose por sus riberas con punto de llegada a Barranquilla. Antonio María Peñaloza expone algunos puntos de desembarco musical: Aquí en Barranquilla, sobre todo en el barrio Abajo y La Tenería, llegaban unos tamborileros, los contrata-

ban para distintas danzas y así, de ese modo, cada uno tenía su estilo, alguna variante, y eso es lo que se oye en carnaval, las variantes que hacen los tamborileros. Uno oía los golpes y decía: “Allá viene la danza del Garabato, allá viene la de la Burra Mocha, allá viene El Torito”, era por el tamborilero. Cada tamborilero tenía su variante de toque (Peñaloza, 1998). La cumbia se difundió por toda la ciudad, como lo muestra un relato del cronista Miguel Goenaga: Me vienen a la memoria recuerdos de mi niñez, cuando la popular mujer barranquillera denominada “la Cañón”, ponía sus grandes ruedas de cumbia, allá por el año 1888, en las cuatro esquinas de la calle Bolívar, callejón de La California, donde concurría mucho público a ver la voluptuosidad del baile y el ritmo hondo y vigoroso de tambores, flautas y guarachas (Goenaga, 1953).

Antonio Peñaloza.

Aquí en Barranquilla, sobre todo en el barrio Abajo y La Tenería, llegaban unos tamborileros, los contrataban para distintas danzas y así, de ese modo, cada uno tenía su estilo, alguna variante, y eso es lo que se oye en carnaval, las variantes que hacen los tamborileros. Uno oía los golpes y decía: “Allá viene la danza del Garabato, allá viene la de la Burra Mocha, allá viene El Torito”, era por el tamborilero. Cada tamborilero tenía su variante de toque. (Peñaloza, 1998).

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Todas estas manifestaciones sonoras provenientes del río Magdalena se incorporaron a las tradiciones musicales de la ciudad y formaron parte de su manifestación más expresiva: el Carnaval. En 1936 Andrés Revollo hizo un recuento sobre los sitios de baile en la Barranquilla de finales del siglo XIX. Uno de los mencionados fue la Plaza de San Nicolás, las plazas 7 de abril –actual parque Almendra Tropical–, lugar de reunión de danzas del carnaval, y la San Mateo. El sitio especial de concentración era por los lados del terreno de María Rodríguez, llamado La María, un arenal amplio a orillas del caño donde se concentraban en ruedos a bailar cumbiamba.

Profesor Emirto De Lima.

En 1907 un grupo de escritores que se hace llamar La Gruta Simbólica presenta programación de música europea con alguna regularidad. Más adelante, en 1910, el Centro Artístico logra el objetivo de crear una escuela de música dirigida por el profesor Luis Uribe y su esposa María García. En 1914 se funda la Academia de Música del Atlántico. Esta academia funcionaba en el interior del Teatro Emiliano.

La música europea El británico Charles Suart Cochrane describió en 1823, a su paso por Barranquilla, una procesión religiosa: Hoy 26 de marzo es feriado… En la tarde hubo procesión, todo lo presidía el cura, llevando la Sagrada Forma, y lo seguía una partida de músicos que tocaban violines y flautas, y cuya música acompañaba a niños cantores. Para el inglés el cuadro era una ridícula comparsa sin mayor refinamiento estético ni cultural. El músico y docente Alfredo Gómez Zurek se pregunta en un ensayo suyo el porqué de esta combinación de instrumentos melódicos en un

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Guido Perla y su orquesta.

acto religioso proclive a los instrumentos de vientos y si la calificación de ridícula incluía también el aspecto musical. En 1870 se inaugura la sala Ateneo. La banda dirigida por el italiano Antonio Mezzorana actúa en todos los actos públicos de la ciudad. Para 1888 se inaugura una academia de música dirigida por los profesores Villa y Caseres en la calle de la Cruz. Como parte de un afán cultural de la elite local, nace en 1905 el Centro Artístico. Lo promueve doña Cruz Blanco de Rodríguez. Así, el 11 de noviembre de 1905 se presenta una orquesta con el nombre de esta institución que realiza una serie de conciertos para conmemorar la independencia de Cartagena. En 1907 un grupo de escritores que se hace llamar La Gruta Simbólica presenta programación de música europea con alguna regularidad. Más adelante, en 1910, el Centro Artístico logra el objetivo de crear una escuela de música dirigida por el profesor Luis Uribe y su esposa María García. En 1914 se funda la Academia de Música del Atlántico. Esta academia funcionaba en el interior del Teatro Emiliano. Un importante hecho fue la llegada de los músicos Ezequiel de la Hoz, del Conservatorio de Leipzig, y del curazaleño Emirto De Lima. Ambos fundaron academias


Pedro Biava.

y participaron activamente en la vida cultural de la ciudad, sobre todo De Lima, que emprende cruzadas de investigación plasmadas en su libro Folclore Colombiano, de 1942. Pero el hecho más importante para la música en Barranquilla en el siglo XX por las repercusiones que tuvo y que continúan con plena vigencia hasta la actualidad, es el desembarco desde Panamá en 1926 de una pléyade de músicos italianos para acompañar las funciones diarias del naciente negocio de la presentación de cine mudo. Llegaron Pedro Biava, Pietro Biava, el violinista Álvaro Bacilieri, el cellista Venancio Brunetti, el contrabajista Ferrucio Dalmagio, el violinista Turio Marino, José Mazilli en la guitarra, Nini Melia en la mandolina, Guido Perla en el cello y trombón y el cantante Aníbal Cataldo. Biava, conocedor de las limitaciones en formación de los músicos, funda una academia junto a Ángel María Camacho y Cano que posteriormente, en 1939, ante su crisis y la consecuente intervención de Julio Enrique Blanco, rector de la Universidad del Atlántico, se convierte en el Conservatorio de Bellas Artes.

Este grupo de italianos era conocedor del formato orquestal jazz band aplicándolo en agrupaciones locales. Biava maneja la banda de la policía en 1932, la orquesta Víctor y se casa con Mercedes, hija del maestro Sosa, director de una prestigiosa agrupación en donde dirigía a Pacho Galán, Antonio Peñaloza y Guido Perla, entre otros, y que fue matriz de numerosas agrupaciones posteriores como Olímpicos Jazz Band, de Julio Lastra, la orquesta de Peñaloza, Orquesta de Pacho Galán, Guido Perla y su orquesta. La orquesta Sosa se convertiría en 1940 en Emisora Atlántico jazz band. En sus inicios, los porros, fandangos, cumbias y paseos estuvieron fuera del repertorio de la orquesta Sosa que solo los incorpora a finales de los años treinta, presionado por la creciente aceptación en las elites de Barranquilla y Cartagena de estas músicas nativas. Por otro lado, la creciente radio local impulsaba el fomento de líneas compositivas propias y de su promoción a través de la creación de orquestas, como la mencionada Atlántico, Orquesta de la Víctor y Emisoras Unidas jazz band con sus conciertos diarios en los radioteatros. En estos

Biava maneja la banda de la policía en 1932, la orquesta Víctor y se casa con Mercedes, hija del maestro Sosa, director de una prestigiosa agrupación en donde dirigía a Pacho Galán, Antonio Peñaloza y Guido Perla.

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Luis Carlos Meyer.

Nelson Pinedo.

La creciente radio local impulsaba el fomento de líneas compositivas propias y de su promoción a través de la creación de orquestas, como la Atlántico, Orquesta de la Víctor y Emisoras Unidas jazz band con sus conciertos diarios en los radioteatros. En estos recintos se iniciaron cantantes como Luis Carlos Meyer, Nelson Pinedo, Estercita Forero, Pacho Galán, entre otros. 116

recintos se iniciaron cantantes como Luis Carlos Meyer, con gran éxito en México y Estados Unidos llamado El Rey del Porro, Nelson Pinedo, Estercita Forero, Bovea y sus vallenatos, y se consolidaron otros como Guillermo Buitrago y sus Muchachos y Pacho Galán. Todo esto entre las décadas de 1940 y de 1950 y parte apreciable del sesenta. Retornemos a 1931. La demanda de trabajo musical es tal que promueve la creación de una asociación mutualista llamada la Unión Musical de Barranquilla. En el marco de este espacio asociativo se logra una reunión con el maestro interiorano Emilio Murillo y los socios locales Manuel Ezequiel de la Hoz, Pedro Biava, Alejandro Barranco, Eduardo Vásquez, Antonio Fortich, Nelson García, Luis Felipe, Sosa y Julio Lastra. En otras palabras, parte de la plana de la orquesta Sosa. Otra importante actividad de estos músicos italianos fue en el interior de la llamada música clásica. En 1933 se realiza un concierto en el Teatro Apolo, tal como señala la noticia de prensa, de la notable mezzosoprano dramática barranquillera Rosita Lafaurie con el gentil concurso de las señoritas Conchita Palma y Lilia Andrade con el marco de la orquesta Colombo Italiana y el piano del profesor Manuel Ezequiel de la Hoz. En ese mismo año 1933, Biava conforma la Asociación Filarmónica de Barranquilla, un embrión de la futura Sinfónica.

La ópera en Barranquilla.

En 1939, Biava, con personal netamente barranquillero, monta una Compañía de Ópera. Cuatro años después, estrena el 12 de junio de 1943 la Orquesta Filarmónica de Barranquilla con 42 integrantes. Esta agrupación desapareció a finales de los años sesenta con gran tristeza de Biava que fallecería posteriormente en 1972. El Conservatorio de Bellas Artes lleva su nombre. La orquesta reaparecería brevemente en los años noventa en manos de Pauline Schutmman y sus hijos, educadores norteamericanos presbiterianos. Otros importantes ámbitos en que se desarrolló la música europea fueron en los festivales musicales programados por el Centro Artístico y los Conciertos del Mes, organizados por el profesor Alberto Assa. Los sonidos barranquilleros La formación de músicos en las academias locales, aunada a la naciente industria discográfica y la difusión de estos productos en las emisoras, propiciaron la aparición de sonidos caribeños colombianos antes menospreciados y que fueron cobijados bajo el formato jazz band. Las más conocidas de estas agrupaciones fueron la Sosa, la Atlántico y, sobre todo, la de Pacho Galán, creador desde Barranquilla de un ritmo que se impondría en Colombia y en el área del Caribe: el merecumbé.


Estercita Forero.

Las más conocidas agrupaciones fueron la Sosa, la Atlántico y, sobre todo, la de Pacho Galán, creador desde Barranquilla de un ritmo que se impondría en Colombia y en el área del Caribe: el merecumbé.

Sonora del Caribe.

En Cartagena, el productor Curro Fuentes encarga a varios músicos sus discos. A Antonio Peñaloza lo llama para su Sonora Curro. Con ella monta en Bogotá el himno del Carnaval de Barranquilla, Te olvidé, de su autoría. Con vastos conocimientos de jazz, lo clásico y el folclor, Peñaloza se mueve en diversos ámbitos en una labor de pionero poco reconocida en lo concerniente a mezclas de porro, acordeones y jazz. Fue padrino de una de las primeras incursiones del cantante Nelson Pinedo, famoso por sus grabaciones con la Sonora Matancera de Cuba y la orquesta de Tito Rodríguez. También encaminó al saxofonista sincelejano de jazz Justo Almario en sus comienzos, pues tenía fama de exigente profesor y de visionario de caminos. En el auge cubano de la Sonora Matancera en los cincuenta, aparece la Sonora del Caribe dirigida por el trompetista César Pompeyo. Tocaban de todo. Guarachas, bo-

leros, porros, sones. Con gran éxito discográfico merced a sus grabaciones con el boricua Daniel Santos que los catapultaron a la fama nacional y con un relativo reconocimiento internacional. Esta agrupación y otras de los sesenta y setenta, como el Afrocombo de Pete Vicentini y La Protesta en donde estuvo jovencito Joe Arroyo, fueron puntales para el sonido salsero que desembocaría en los ochenta y noventa en los grupos Raíces, Fuerza Latina y Los Titanes. Dentro de estos combos salseros también surgieron propuestas que provienen de la tradición del jazz band con un repertorio ecléctico: Joe Arroyo con su orquesta La Verdad, Checo Acosta, Juan Carlos Coronell, Juan Piña, Grupo Bananas, entre otros. Estos combos y las orquestas similares venezolanas y dominicanas interpretarían repertorios compositivos de barranquilleros como Estercita Forero, por ejemplo.

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Coexiste con plena vigencia un sonido de acordeón barranquillero que presenta peculiares características: guarachero, letras con mofa con una libertad casi absoluta para abordar diversos géneros. Son fieles exponentes de esta escuela Aníbal Velázquez, Morgan Blanco, Dolcey Gutiérrez y José María Peñaranda. A ello le agregamos que gran parte del mundo de la llamada música vallenata vive –o vivió– en Barranquilla: El Binomio de Oro, Peter Manjarrez, Alfredo Gutiérrez, Beto Villa, Iván Villazón, Rafael Escalona, Rafael Manjarrez, Roberto Calderón y muchos más.

Joe Arroyo.

Sonidos modernos Desde los años sesenta hubo en Barranquilla agrupaciones de rock y baladas que conformaron un interesante movimiento que en los setenta producirían una serie de grupos de rock como Los colores del tiempo, Dacaret´s Blues band, Concha de Coco. Una especie de momento previo al surgimiento en los noventa de la figura de Shakira con su híbrido estilo de rock pop que le ha dado celebridad internacional. Otras agrupaciones con menor difusión en este sentido son Maia, Los de

Adentro, aunque el verdadero sonido contemporáneo en este sentido es interpretado por agrupaciones foráneas como Bomba Estéreo, Sistema Solar y Ondatrópica que invitó a personajes como Aníbal Velásquez y Pedro Beltrán a sus grabaciones. Otro exponente, algo desconocido, casi hermético, pero de gran respeto para los que siguen estas tendencias en Colombia es el guitarrista de champeta Abelardo Carbonó, creador de célebres hits con que se alimentaban las verbenas barranquilleras populares los fines de semana y que fueron grabados en una modesta empresa discográfica barranquillera. La gran fortuna de los barranquilleros que desarrollan en sus enteradas conversaciones disquisiciones sobre la música, que es una especie de puerta secreta al ethos local, al espíritu de la ciudad, se refleja en su himno, hecho en la composición musical por Simón Urbina, un trompeta panameño de jazz band y música clásica; los arreglos conciliatorios de rima y ritmo por el romano Pedro Biava, y en la letra por Amira de la Rosa que dice en un verso de su himno, una rotunda verdad: Barranquilla sabe cantar.

Dentro de los combos salseros también surgieron propuestas que provienen de la tradición del jazz band con un repertorio ecléctico: Joe Arroyo con su orquesta La Verdad, Checo Acosta, Juan Carlos Coronell, Juan Piña, Grupo Bananas, entre otros.

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El Checo Acosta, hijo del famoso cantante Alci Acosta, prende la rumba en cada una de sus presentaciones.


Shakira La barranquillera Shakira debutó en el mercado discográfico hispanoamericano en 1996 con el álbum Pies descalzos y el éxito internacional le llegó en el 2001 con Laundry Service. Es la única artista en tener cuatro singles dentro de la lista de los veinte singles más vendidos de la década (2000-2010). Ha sido ganadora de dos Premios Grammy y diez Premios Grammy Latino. Se estima que Shakira ha vendido más de 70 millones de sus producciones musicales en todo el mundo. Hips Don’t Lie es la canción más éxitosa de la cantautora, siendo No. 1 en más de 55 países en el año 2006. En el canal oficial de Shakira en YouTube se han registrado más de dos mil millones de reproducciones. Además es la única artista en la historia de VEVO en lograr conseguir más de 100 millones de reproducciones con una misma canción en dos versiones, esto con Waka Waka. Shakira es la tercera personalidad con más seguidores en Facebook en el mundo, después de Rihanna y Eminem, consiguiendo más de setenta y dos millones de seguidores, y posicionándose por encima de artistas como Michael Jackson, Lady Gaga y Madonna. Maia hace parte de la nueva generación de artistas costeños.

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Una ciudad unida en torno a las artes y las tradiciones

BARRANQUILLA: CAPITAL AMERICANA DE LA CULTURA 2013 Una distinción oportuna que ha servido como vitrina de nuestras tradiciones e identidad, que se nutren de múltiples herencias culturales, y como reconocimiento del trabajo de los últimos años para armonizar su crecimiento con los retos de la apertura a un mundo competitivo y globalizado.

Más que un evento, es un compromiso claro de la Administración Distrital para hacer de la cultura un elemento estratégico de cohesión social, revitalización cívica, desarrollo económico y promoción internacional, para convertir a Barranquilla en la capital cultural del Gran Caribe, como estrategia enmarcada en el Plan de Desarrollo Distrital 2012-2015.

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Por su voluntad decidida de hacer de la cultura un elemento estratégico de cohesión social, dinamización ciudadana, desarrollo económico y proyección internacional, el Bureau Internacional de Capitales Culturales escogió a Barranquilla como Capital Americana de la Cultura 2013. Esta designación, que reciben ciudades que han consolidado un proyecto cultural visible y significativo, se articula a su florecimiento como una gran urbe dispuesta a abrir sus puertas a las Américas y al mundo. Esta es, pues, una oportunidad trascendental, por cuanto motiva la reflexión al interior de la ciudad en torno a los temas culturales, de identidad ciudadana y de lo que podemos ofrecer como urbe, incrementa la cohesión social interna de la ciudad y aumenta la autoestima y el orgullo barranquillero, en especial conmemorando sus 200 años. Desde el principio la ciudad ha sido receptáculo de muchas vertientes raciales, cada una con sus propias tradiciones. Este es el capital cultural más sólido con que cuenta la ciudad, pues la suma de todas esas razas se cristaliza en expresiones artísticas como la literatura, la pintura, el cuento, el arte popular o la música y en importantes emprendimientos empresariales.

Desde muy temprano los ciudadanos empezaron a vivir Barranquilla Capital Americana de la Cultura en armonía con el ímpetu de una ciudad que ha vivido épocas de esplendor y ha probado su capacidad de reinventarse y florecer. Por ello, su nombre está asociado a gente talentosa, extraordinaria, y a tradiciones culturales admiradas y queridas por propios y extraños, consolidando un movimiento intelectual y cultural sólido, con una proyección contundente. Una vez conocida la designación, la Secretaría Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo inició una labor conjunta con los diferentes consejos distritales de áreas artísticas y las entidades culturales de la ciudad y el departamento, para establecer una agenda conjunta que permitiera visibilizar no solamente los procesos culturales de gran trayectoria que tiene la ciudad, sino también aquellos que se gestan en el seno de sus barrios. Desde el momento en que


la Secretaría inició la investigación y compilación de esta agenda, se registraron más de 800 eventos, que dan cuenta del gran talento de nuestra gente. Es así como Barranquilla fue testigo de eventos como el Carnaval del Bicentenario, la Feria artesanal y artística Territorio Creativo, la muestra de danzas y homenaje a los grandes maestros “Barranquilla sabe bailar”, el Festival de Cultura Joven, las muestras de música sacra en iglesias durante la “Semana Mayor”, la hermosa e innovadora celebración del Bicentenario, sendos conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional, el primer Festival Internacional de Cine de Barranquilla (FICBAQ), la Feria de Arte Contemporáneo “Barranquillarte” y la primera Bienal de arte en espacio público. Igualmente, disfrutamos de aquellos espectáculos que ya se han vuelto tradicionales para propios y visitantes, pero que se revistieron de importancia y promoción en este año, como el Carnaval de las Artes, el Encuentro Nacional e Internacional de Teatro (ENITBAR), el evento de gastronomía “Sabor Barranquilla”, el festival de jazz

La Plaza de la Paz se engalanó de amarillo, azul y rojo, al ritmo de chirimía, cumbia, porro y sanjuanitos. Por primera vez, los carnavales de Negros y Blancos de Pasto, Riosucio, Barranquilla y las Fiestas de San Pacho de Quibdó, se encontraron para conmemorar la independencia de nuestro país con “Colombia, país de carnavales”.

Durante el Festival de Cultura Joven, desarrollado en el mes de julio, los beneficiarios del Sistema de Formación Artística, como las Casas Distritales de Cultura y la Escuela Distrital de Artes y Tradiciones Populares, alternaron en el escenario con reconocidos grupos de música urbana y nuevas tendencias, que conquistan las preferencias musicales del público juvenil y se han ganado espacios en las estaciones radiales de todo el país.

más importante del país “Barranquijazz”, el Festival Internacional de Cuenteros “El Caribe cuenta” y el salón del Autor Audiovisual, entre otros. Por otro lado tuvimos el honor de ser seleccionados como ciudad sede de la celebración nacional de la independencia de la República de Colombia, del séptimo Encuentro Iberoamericano de Museos, la reunión Anual del Comité Intergubernamental de Ibermuseos y del Encuentro Nacional de Patrimonio Cultural. Este es un reconocimiento a Barranquilla como centro de cultura popular, patrimonio y diversidad y, sin duda, un beneficio estratégico, por cuanto permite posicionar una imagen positiva de la ciudad y, por ende, de Colombia, a nivel local, nacional e internacional, lo que implica una oportunidad de desarrollo. Desde el momento mismo de la notificación, reconocidos medios de todo el mundo registraron este importante hecho, como es el caso de The New York Times, Univisión, El Pais de España, las agencias informativas EFE y UPI, entre muchos otros. 121


Transformando ciudad a través de la cultura El programa Casas Distritales de Cultura, desarrollado por la Secretaría Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo, tiene como propósito crear, fomentar, conservar y desarrollar ambientes propicios para la formación artística, cultural, la sana convivencia y participación, para beneficio de los habitantes de la ciudad de Barranquilla. En armonía con este objetivo, y con el propósito de dar a conocer masivamente la oferta formativa del programa, se desarrollaron durante el año jornadas sabatinas en los parques, espacios abiertos y núcleos comunitarios de diferentes barrios populares de la ciudad, que adicionalmente permitieron a los ciudadanos tener la oportunidad de experimentar un contacto directo con los diferentes lenguajes del arte y la cultura. Por su parte, la Escuela Distrital de Artes y Tradiciones Populares, EDA, brinda la oportunidad de formación técnica gratuita en los programas de Técnico Musical Instrumental (guitarra, piano, vientos, percusión), Técnico en Artes Escénicas Énfasis en Actuación, Técnico en

“Barrios Creativos”, los asistentes pudieron disfrutar de talleres creativos y presentaciones en vivo de danza, música y teatro a cargo de los estudiantes.

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El 22 de agosto de 2012 Barranquilla recibió la designación oficial como Capital Americana de la Cultura 2013, en un sobrio pero lucido acto que se llevó a cabo en el Teatro Amira de la Rosa.

Artes Escénicas Énfasis en Coreografía, Técnico en Artes Plásticas (dibujo, pintura y escultura) y Audiovisual. Otra gran labor de la Secretaría es el programa “Barrios Creativos”, el cual está articulado al programa Entornos Socio Urbanos Seguros, que es un proceso de gestión social integral de la seguridad y la convivencia ciudadana local de la Administración Distrital. Además, se ha convertido dentro del Plan de Desarrollo de Barranquilla, junto con las Casas Distritales de Cultura y la Escuela Distrital de Artes, en la gran apuesta por la promoción y el fomento de la innovación y el talento, con un compromiso claro y definido con la juventud, como un modelo que busca fortalecer y darle sostenibilidad al emprendimiento cultural. Durante las jornadas de “Barrios Creativos”, los asistentes pudieron disfrutar de exposiciones fotográficas de la vida cotidiana de los habitantes de los sectores visitados, conversatorios, muestras artesanales y audiovisuales con los líderes naturales de cada barrio, talleres creativos para los más pequeños y presentaciones en vivo de danza, música y teatro a cargo de los estudiantes de los procesos formativos antes mencionados.


Historia de la designación Capital Americana de la Cultura fue creada en 1997 por la Organización Capital Americana de la Cultura, que a la vez hace parte del IBOCC (International Bureau of Cultural Capitals). Es una iniciativa cultural, de cooperación y de promoción en los países de América que anualmente selecciona una ciudad, a partir de las postulaciones o por iniciativa de la Organización. La iniciativa de las capitales

culturales, que nació en Europa en 1985 por decisión de Melina Mercouri, famosa actriz y ministra de Cultura de Grecia, permite a una ciudad aprovechar el año de la capitalidad para poner de nuevo valor a la cultura como elemento de transformación, inclusión social y desarrollo económico, posicionarse positivamente en las destinaciones de turismo cultural, y tener proyección nacional e internacional

positiva. La Capital Americana de la Cultura está acreditada ante la Organización de los Estados Americanos por decisión unánime de todos sus Estados miembros, y tiene el reconocimiento de los Parlamentos Latinoamericano y Europeo. Han sido Capital Americana de la Cultura ciudades como Quito, Santo Domingo, Asunción, Brasilia, Ciudad de Panamá y Guadalajara.

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Los inmigrantes extranjeros que participaban del carnaval, en sus clubes sociales, hicieron propia esta celebraci贸n con sus capitanas y carrozas adornando la fiesta.

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Carnaval de Barranquilla

LAS ANDANZAS DEL CARNAVAL Por su variedad y riqueza cultural, el Carnaval de Barranquilla fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Congreso Nacional de Colombia en 2001, y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco en 2003.

Mirtha Buelvas que en 1650, que convirtió este sitio en un incipiente pero dinámico centro económico. También fue un lugar donde se ejerció el contrabando, en 1762 gente de Barranquilla y Soledad participaban en esta actividad. La comunicación temprana del sitio de las barranquillas de San Nicolás con Cartagena permite deducir que con el tiempo muchas costumbres, celebraciones y manera de divertirse se trajeron en las embarcaciones a la naciente población desde el centro colonial. Se destacan en Cartagena dos fiestas desde finales del siglo XVI y principio del XVII, la fiesta de la Virgen de Nuestra Señora de la Candelaria y la de los Carnavales donde participaban los cabildos de negros de nación con sus bailes, atuendos y pantomimas, de allí parecen descender las danzas de Congo del carnaval de hoy en Barranquilla. En la estructura político-administrativa de la Colonia Barranquilla dependía de Cartagena; en 1700 se le designa Capitanía a Guerra del Partido de Tierra Adentro, y en 1772 se le declara Corregimiento, en ese entonces solo contaba con 1.400 habitantes. En 1774 se constituye en parroquia y en 1777, según el censo de Juan García Turín, corregidor y Justicia mayor del Partido señalado, la población estaba constituida por 2.590 habitantes y 390 casas. A mediados del siglo XVIII, Barranquilla todavía era un caserío. En la toma del capitán Valentín Capmany en abril de 1815, siglo XIX, la población aún no alcanzaba los 4.000 habitantes. En 1823 se describe como un pequeño poblado a una legua de Soledad y Sabanilla.

En la época de la Colonia Barranquilla no era más que un pequeño poblado que no superaba los dos mil quinientos habitantes, su importancia es limitada, razón por la cual hasta hoy no se conoce un documento que referencie su Carnaval, en el tiempo que va entre la conquista española, 1533-1550, y el comienzo de la era republicana, 1815-1820. El Carnaval de Barranquilla tiene un origen cercano en la celebración de Carnavales en el Caribe colombiano y uno remoto como ocurrió en toda América en las fiestas del mismo nombre de Europa. Desde las primeras épocas de su arribo, los españoles trasladaron sus fiestas y costumbres al Nuevo Continente. El primer punto en tocar tierra los carnavales en América fue el Caribe, primer sitio donde arribaron los conquistadores. Después de llegar de la otra orilla del océano, esta fiesta comienza a transformarse. En los nuevos dominios, la historia empieza a señalarle otros derroteros al carnaval. En el Caribe colombiano, en su etapa primigenia, recoge expresiones patrimoniales de las culturas indígenas, españolas y africanas que con el andar del tiempo se fueron entremezclando, para finalmente fusionarse y construir un carnaval que dejó de ser europeo. En la primera mitad del siglo XVI, antes de 1559, ya existía comunicación económica de Cartagena con la zona donde en un futuro se establecería Barranquilla. En el siglo XVII, al fundarse la hacienda de San Nicolás, se afirma el comercio fluvial desde su puerto o las barranquillas de San Nicolás con Cartagena, este comercio se intensificó cuando se abrió la nueva vía del Canal del Di-

En 1918 se introdujo la novedad de elegir una reina del carnaval –Alicia Lafaurie Roncallo– ya que desde 1899 se venían escogiendo parejas distinguidas como presidentes y presidentas a cuyo cargo corría el desarrollo de las fiestas.

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En 1903 el Carnaval renace con fuerza y se crea su primera Batalla de Flores propuesta por Heriberto Vengoechea, acto central de los carnavales de hoy; primero fueron los coches adornados y tirados por corceles que desfilaron por el camellón Abello, antigua calle Ancha, hoy paseo Bolívar.

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Barranquilla y Sabanilla como puerto dependiente y complementario de la primera solo comienzan a tener importancia bélica y comercial a partir de la década de 1810 a 1820, cuando se suceden los movimientos de independencia. En 1811 la Suprema Junta de Cartagena de Indias autoriza el envío a otros lugares extranjeros de los productos agrícolas, para los cuales se habilitan los puertos de Sabanilla y Zapote. Con miras a dominar el transporte por el río Magdalena y someter el baluarte realista de Santa Marta, Cartagena constituye los cantones de Sabanilla y So-

ledad como centro de operaciones militares. En 1813, por su valor estratégico en las luchas de independencia, Barranquilla es declarada Villa Capital del departamento de Barlovento por la Cámara de Representantes de Cartagena. A pesar de todos estos hechos de importancia política y económica para la población, el alcance como puerto de Sabanilla y Barranquilla es limitado. Fue necesario romper los viejos patrones comerciales de la Colonia, adecuar su infraestructura física para entrar al auge del desarrollo y al esplendor de su carnaval.


Se deduce que se presentaron manifestaciones de carnaval en Barranquilla en el período colonial a medida que crecía la población, por dos razones, su territorio se encuentra en el área de influencia cultural de los tres centros coloniales más influyentes de la época en la región del Caribe colombiano, Cartagena, Santa Marta y Mompox, donde los carnavales constituían una de las celebraciones más importantes del momento y lo más lógico es la réplica de esta práctica en el pequeño poblado y lo confirma un documento que describe carnavales en la población en 1829. Es posible que en ese tiempo en la pequeña población se “jugara” carnavales, es decir, se ejercitaran prácticas lúdicas primigenias propias de la fiesta traídas por España

1909

en la Colonia, tirarse agua, harina, pintarse el cuerpo con diferentes sustancias, romper cáscaras de huevos llenas de polvos o de agua. Muchas de estas costumbres han prescrito del Carnaval de Barranquilla, algunas de ellas permanecen en los carnavales de poblaciones menos urbanas de la región del Caribe con tendencia a desaparecer. En España, según Pío Caro Baroja, en las sociedades rurales las costumbres para celebrar el carnaval respondían a vestigios de significados religiosos antiguos: tirar agua, disfrazarse, lanzar harina, para terminar con el entierro de un muñeco que representaba el ritual sagrado, hoy ese muñeco es el Joselito del Carnaval de Barranquilla. Estas son las costumbres de los carnavales coloniales.

Desde 1929 hasta 1935 se suspendió la costumbre de elegir reinas del carnaval, los centros sociales de entonces –Barranquilla, Country, Alemán, Riomar– convinieron en elegir solo capitanas para organizar las fiestas.

Capitanas en 1934.

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Solo a partir del siglo XVII fue cuando el carnaval en las ciudades españolas comenzaron a imitar el carnaval italiano, con baile de fantasía, desfiles y cabalgatas fastuosas inspirados en el carnaval veneciano. Estos cambios respondían a la capacidad económica de los sectores sociales. Un fenómeno parecido sucede con el Carnaval de Barranquilla después de la independencia, a finales del siglo XIX y principio del XX, con el estímulo económico y social, el Carnaval de Barranquilla gira a divertimentos más cosmopolitas de esta fiesta, bailes, cabalgatas. En las últimas décadas del siglo XIX el carnaval en Barranquilla se celebraba con bailes en las residencias de las familias distinguidas de la población y los carnavales populares deambulaban por las calles con flauta de millo y tamborito y así continuaron por un buen tiempo en el siglo siguiente. Algunos aspectos históricos y demográficos de la población explican el desarrollo y los cambios en el Carnaval de Barranquilla después de la independencia, son hechos económicos, sociales y políticos experimentados por el país en general y en particular por la localidad. Es durante este período de más de un siglo cuando la plaza logra una

1936, Josefina Osío Trespalacios.

En los años veinte y treinta las directoras de las coronaciones con sus espectáculos artísticos y de fantasía fueron principalmente Amira de la Rosa y Rosita Lafaurie. En la década de 1940, Berta de Dávila y Emma Tovar Buitrago lograron, así mismo, suntuosos espectáculos. 128

gran expansión económica y social y se trazan los rasgos propios de la Barranquilla de hoy donde se encuentra el germen de sus carnavales actuales. En 1850 el tabaco se convierte en el producto mayoritario de exportación del país con los consecuentes beneficios para la actividad portuaria y comercial de Barranquilla, con este hecho y el inicio de las exportaciones de café, entre 1850 y 1900 el ritmo de Barranquilla cambia en las décadas siguientes. La apertura de la importación por el puerto de Sabanilla, el auge de la navegación a vapor por el río Magdalena, la liberación en el país de la siembra y exportación de tabaco en 1850, imprime un dinamismo portuario y comercial a la población, impulsando diferentes corrientes migratorias y acelerando su crecimiento. El cambio de régimen político fue un impulso para el desarrollo urbano de Barranquilla, lo que permite afirmar según referencias documentales que el Carnaval de Barranquilla, al igual que la ciudad, también es hijo de la República. Los cambios en lo relativo a la cultura, hábitos y manera de celebrar, como se sabe, no se modifican in-


En 1942, después de un receso de seis años, se recupera la monarquía del Carnaval con la coronación de Lolita Obregón. Se realiza la primera Batalla de Flores por la avenida Olaya Herrera. También en ese año se eligen por primera vez reinas populares en los barrios.

aluvión de gentes nacionales y extranjeros entregaron sus cargas culturales al Carnaval. La población recibe migrantes de Cartagena y Santa Marta que traen consigo manifestaciones de carnaval que entran en el contingente de manifestaciones del Carnaval de Barranquilla para convertirlas en propias. Con la construcción del muelle de Puerto Colombia y el traslado de las oficinas de la Aduana a la ciudad en 1876 se facilitan las condiciones para la importación y la exportación, dos actividades comerciales sobre las cuales gira la vida económica de la población en ese entonces. En el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX Barranquilla es un eje económico del país y centro de fuerte migración tanto del Caribe colombiano como del exterior de la nación, hecho de gran significación para el Carnaval que se alimenta con las cargas culturales traídas por los migrantes. Arribaron pobladores de Santa Marta, Cartagena, Mompox y de poblaciones cercanas de las riberas del río

mediatamente después de un cambio político, siguen por un período largo presentes como costumbre y así sucedió con los festejos de carnavales en Barranquilla, luego de la independencia definitiva de España continuaban las manifestaciones festivas heredadas de la época colonial, lo confirman las descripciones encontradas en la carta del viajero norteamericano Rensselaer van Rensselaer de 1829, a escasos seis años de estrenar independencia, en la que describe escenas callejeras de carnaval en el pequeño poblado de Barranquilla donde muchas expresiones respondían a costumbres de los carnavales medievales traídas por los españoles, como tirar agua, también se registraban juegos como la “Conquista”, una diversión de las celebraciones propias del Nuevo Reino de Granada. A mediados de la década de 1860 el desarrollo de Barranquilla era vertiginoso y se señalaba como causa de ello su ubicación sobre el río Magdalena, principal centro fluvial de exportación. El crecimiento era el doble de la etapa anterior. La población abrió su puertas al mundo, un

La orquesta del maestro Luis Felipe Sosa fue constituida en 1932, con el propósito de servir de marco musical a las veladas de élite en el Club Barranquilla y en las presentaciones públicas que demandaba la naciente industria difusora. Fue la primera Big Band de la ciudad.

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El Carnaval de hoy es diverso, con danzas tradicionales grandes como las de los Congos, Garabato y Mapalé, danzas medianas como las de relación entre las que se encuentran la de Los Gallinazos, la de Los Coyongos, la de los Pájaros, la de los Paloteos entre otras, las especiales como la de los Diablos, la de los Indios y algunas más, muchas cumbiambas, comparsas, disfraces, grupos musicales y toda la parafernalia del Carnaval.

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Página opuesta, José Llanos Ojeda fue coronado en el estadio Romelio Martínez como rey Momo del Carnaval del Bicentenario, en el mismo acto de elección y coronación de la Reina de Reinas 2013. El espectáculo, con más de 150 danzarines en escena, mostró las danzas, los bailes y los disfraces tradicionales, al igual que los personajes típicos de la ciudad.

Magdalena, con sones, danzas y costumbres de carnaval de sus sitios de origen, tradiciones folclóricas y populares que con el tiempo se convirtieron en identidad de la ciudad y dieron como resultado la gran diversidad y riqueza de los carnavales de hoy. Los adelantos apresurados e intensos en la vida económica de Barranquilla van a reflejarse en su vida social y cultural, en los carnavales, una fiesta de gran importancia para la ciudad que comienza a ser registrada en la prensa local y a experimentar grandes cambios. Las tres últimas décadas del siglo XIX son definitivas para la prosperidad y progreso del Carnaval de Barranquilla. Son muchos los acontecimientos relacionados con la fiesta en ese tiempo, la creación de la danza de Congo El Torito en 1876, que permanece sin interrupción hasta hoy en las calles de Barranquilla, la danza más antigua de la fiesta, es una manifestación tradicional muy importante para la población tanto de ayer como de hoy. En 1870 se crea El Ateneo, salón para espectáculos y diversión utilizado también para bailes de carnaval. En 1876 se funda el salón Fraternidad. Surge la prensa local El promotor que describe la manera de celebrar los carnavales. En 1888 aparece la figura del Rey Momo, en 1899 se crea el cargo de presidente del Carnaval y la Junta Organizadora. En junio de 1895 se estrena el Teatro Emiliano y en 1903 se inician sus bailes de Carnaval. Este sitio se convirtió después en el Teatro Municipal, que dejó de funcionar en la década de 1930, espacio referente de los bailes de Carnaval para las familias pudientes de la población, que después de la primera posguerra continuaron sus bailes de Carnaval en los clubes. Las otras familias celebraban sus bailes en las residencia o asistían a salones a divertirse. Los bailes populares y públicos se celebraron en los Salones Burreros, espacios cercados y cubiertos con enramadas de palmera, piso de tierra y decorados con cintas de papel de colores. El siglo XX amanece con un carnaval suspendido. En 1900-1902 no hay carnavales por la guerra de los Mil Días. En 1903 el Carnaval renace con fuerza y se crea su primera Batalla de Flores propuesta por Heriberto Vengoechea, acto central de los carnavales de hoy, primero fueron los coches adornados y tirados por corceles que desfilaron por el camellón Abello, antigua calle Ancha, hoy paseo Bolívar. El tiempo y el desarrollo de Barranquilla cambió los coches de ayer por las carrozas mecánicas de hoy y el paseo Bolívar por la ruta industrial de la Vía 40. Los mi-

grantes extranjeros que participaban del Carnaval, en sus clubes sociales, hicieron propia esta celebración con sus capitanas y carrozas adornando la fiesta. La temporada de Carnaval comenzaba el 20 de enero con el bando público, remedo de los antiguos edictos coloniales en Cartagena. La fecha perdió la tradición en el siglo XX y hoy se celebra el sábado más cercano al 20 de enero. La primera reina de Carnaval se designa en 1918, Alicia Roncallo. En 1929 se inicia el Salón Carioca, un espacio de baile de gran reconocimiento, ícono en la historia bailable de los carnavales de Barranquilla. Entre 1938 y 1947 la ciudad recibió avalanchas de población que engrosaron los sectores populares y que alimentaron el carnaval del pueblo en las décadas de 1930 y siguiente del siglo XX. En el carnaval callejero se apreciaban las danzas del Torito, Congo Grande, Garabato, comparsas, cumbias, poetas populares, comedias ambulantes, carrozas artísticas, carromatos de tracción animal, cargamentos de disfrazados en camiones, bailes en salones populares y centros sociales, disfraces de animales. Carrozas con reinas, princesas y capitanas de los centros sociales. En 1842 la concentración carnavalera se hace en el paseo Bolívar. En 1944 aparecen los reinados populares de barrios. Los Asaltos, tradición carnavalera e importante en el imaginario de la fiesta de Barranquilla, fueron bailes organizados en principio por la junta de carnaval, después fueron populares, hasta comenzar a desaparecer en la década de 1950. En las décadas de 1950 y 1960 los disfraces siguen inspirándose en la fauna regional con monos, toros, perros, tigres y en tradiciones populares como los diablos. Los movimientos en la sociedad van reflejándose en el Carnaval y los disfraces van cambiando, también son otras las fuentes de inspiración, el cine, la televisión. Con la globalización, al Carnaval del bicentenario llegan extraterrestres, seres de las galaxias que se pasean de la mano de toritos, tigres, goleros y muchas otras tradiciones locales. En la década de 1960 las calles de Barranquilla se pueblan de verbenas, se celebran en la ciudad bailes de carnaval en residencias familiares, salones, calles, clubes, casetas. Las danzas y cumbiambas recorren calles y barrios. En 1967 se estableció la Gran Parada de Tradición, el domingo de Carnaval, en nuestros días uno de los eventos centrales del Carnaval, que recoge en un solo espacio las


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Interior de la Casa del Carnaval.

danzas tradicionales y las cumbiambas. En 1969 despunta el Festival de Orquestas y en 1974 se realiza la primera Guacherna, desfile nocturno y en este tiempo un acto esencial de los pre-carnavales. En el año 1995 el rey Momo inicia su desfile por la calle 17, hoy tradición del Carnaval de Barranquilla. Con el correr del tiempo, el crecimiento de la población y de las manifestaciones de Carnaval, Barranquilla necesita expandir las oportunidades y los espacios para la celebración y con el despunte del nuevo siglo en el 2000, se crea la Gran Parada de Fantasía el lunes de Carnaval. El Carnaval de Barranquilla en el siglo XXI entra en el circuito del Patrimonio cultural universal, primero es declarado en 2002 por el Senado de la República Patrimonio Cultural de la Nación y en el 2003, por la Unesco, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. 132

En el Carnaval del bicentenario se destacan los desfiles que son espacios abigarrados de música, danzas, disfraces, vestidos, maquillajes, tocados que reflejan esas ganas de vivir de las gentes del Caribe y en especial de Barranquilla. El Carnaval de hoy es diverso, con danzas tradicionales grandes como las de los Congos, Garabato y Mapalé, danzas medianas como las de relación entre las que se encuentran la de Los Gallinazos, la de Los Coyongos, la de los Pájaros, la de los Paloteos entre otras, las especiales como la de los Diablos, la de los Indios y algunas más, muchas cumbiambas, comparsas, disfraces, grupos musicales y toda la parafernalia del Carnaval. En el Carnaval de Barranquilla del 2013 confluyen de manera armónica manifestaciones tradicionales, modernas, contemporáneas propias del momento histórico de la globalización. Es una fiesta llena de música y movimiento. Es el regocijo de las formas y los colores.


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El sábado de Carnaval, primer día de la fiesta, se celebran tres desfiles importantes. 1) La Batalla de Flores, presidida por la reina del Carnaval es el acto central del sábado de Carnaval. Un espectáculo lleno de colorido y júbilo, un incesante desfile de carrozas, de orquestas, de artistas, de disfraces, de cumbias y grupos folclóricos que recorre durante seis horas una de las vías más importantes de la ciudad, la Vía 40. 2) El desfile de la calle 17, presidido por el rey Momo, y 3) La Batalla de Flores del Recuerdo, en la calle 44.

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El domingo de Carnaval se realiza el desfile dedicado solamente a la tradición, la Gran Parada, donde se pueden apreciar los vestidos, la música, la danza y los bailes folclóricos del Carnaval de Barranquilla y del Caribe colombiano. Participan las danzas, cumbiambas y comparsas tradicionales acompañadas de grupos de flauta de millo, gaitas autóctonas y tambores. Solo se ve y escucha folclor. La barranquillera Sofía Vergara es una de las mejores actrices de Hollywood. Ha sido nominada al Globo de Oro, al Emmy, al SAG, a los Premios Satellite y a los Kids’ Choice Awards, entre otros premios. En el año 2013 la revista Forbes la calificó como una de las cien mujeres más poderosas del mundo. Sofía, como Shakira y Édgar Rentería, no olvida sus raíces, y cuando su agenda lo permite visita Barranquilla. El Carnaval es un evento que lo goza y lo baila al son de la cumbia.

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La danza del Congo Grande es el símbolo del Carnaval. Se trata de una danza guerrera de origen africano y es quizás la danza más antigua que tiene el Carnaval de Barranquilla. Se practicaba en las fiestas de la Candelaria en Cartagena y migró al Carnaval de Barranquilla. Cuando bailan, de lejos son una fila de hombres vestidos de colores con telas brillantes y gafas oscuras. Sus rostros están pintados de blancos con dos círculos rojos y un elaborado turbante que llevan sobre sus cabezas adornado con flores y cintas, con una penca larga que llega hasta los tobillos. En su mano suelen tener un machete hecho con madera y con la otra tienen agarrada la vejiga inflada de un cerdo. Por su parte las mujeres llevan un disfraz más sencillo con una pollera y una blusa brillantes y un arreglo floral en la cabellera. Esta danza posee también una cuadrilla de animales (burros, chivos, perros, tigres, siendo “El Torito” el más representativo de todos) que van acompañados de los cantadores, el tamborero, el guacharaquero y el del güiro. El ritmo que la acompaña es el golpe del congo.


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La Marimonda en sus inicios definía al barranquillero burlón y de pocos recursos. Para incomodar a la alta sociedad de su ciudad, ese barranquillero creó un disfraz con traje hecho de parches, saco y pantalón al revés, máscara con una gran nariz fálica, orejotas y un pito escandaloso con el que ridiculizaba a los ricachones. En el presente el sentido ha cambiado: simboliza al tipo jocoso y “mamador de gallo”. La canción de la Marimonda es La butaca porque es un fandango gozoso, un repique que se presta para que el bailador espontáneo se idee pasos que después ni recuerda. También se baila Vámonos caminando, para ir sobre la marcha, Carnaval de Barranquilla y El cebú. En fin, se le rinde culto al fandango y al porro. Hay un dicho que dice: “No es tanto ponerse el disfraz de Marimonda, sino los brinquitos que hay que dar”.

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El Torito es una danza tradicional muy representativa del Carnaval. Fue fundada el 20 de enero de 1878 por el barranquillero Elías Fontalvo Jiménez y hace parte de las llamadas Danzas negras o de Congos de origen africano. Consiste en un grupo de bailarines de cantidad indeterminada que danzan al son de tambores. Cada año participan en el Carnaval de Barranquilla y han sido ganadores consecutivamente desde hace casi 30 años.

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El domingo previo al Carnaval, desde la 1:00 p.m. se lleva a cabo “El Carnaval de los Niños”, un recorrido carnestoléndico que baja por toda la carrera 53 desde la calle 72 hasta la Casa del Carnaval en el barrio Abajo. Participan grupos folclóricos infantiles, disfraces, letanías, comedias, reinitas y reyes momos de distintos sectores de la ciudad. Tanto la Coronación de los Reyes infantiles como el Desfile del Carnaval de los Niños son eventos organizados por la Fundación Carnaval de Barranquilla S.A.

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La danza de los Diablos Arlequines tiene origen en las fiestas religiosas y populares del Corpus Christi en los pueblos de Bolívar, Magdalena y Cesar. Hace parte del Carnaval de Barranquilla desde finales de los años setenta. Esta danza tiene influencia de la España medieval e inicia una marcha de idas y venidas en la que se hacen sonar los cascabeles y las espuelas; los danzantes brincan cruzando las piernas e invirtiendo los brazos hacia atrás, hacen malabares sobre botellas sin derribarlas y lanzan llamaradas de fuego a larga distancia. Llevan sombrero amplio, el rostro pintado, castañuelas o sonajeros, espuelas o cuchillos en los zapatos, medias altas y zapatos planos del mismo color tipo babuchas. Al lanzar llamaradas se acelera la música para estimular a los danzantes a saltar y lanzar grandes ráfagas de fuego por la boca. Los movimientos del cuerpo son frenéticos y el gesto desafiante de escupir la llamarada hacia el cielo retando a la figura simbólica de Dios. El bailarín se destacará mas, cuanto mayor distancia alcance su bocanada de candela. Después de esto, es común que liquiden el rito con un verso amenazador y una risotada estridente, desvergonzada y burlona. El ritmo que acompaña esta danza es la puya tradicional.

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El lunes de Carnaval se presenta La Gran Parada de Fantasía, desfile multicolor en el cual se pueden apreciar propuestas de bailes, coreografías, vestuarios y música moderna, hechos por las comparsas de fantasía.

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El lunes de Carnaval se presenta el Festival de Orquestas, un gran concierto de mĂşsica tropical que ofrecen los grupos y las orquestas regionales, nacionales e internacionales, compitiendo por el Congo de oro.

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El martes de Carnaval se presenta el Festival de Danzas Especiales y de Relación, el Festival de Letanías y de Comedias tradicionales, así mismo, los últimos desfiles de la temporada en dos puntos opuestos de la ciudad, La Conquista del Carnaval, en el sur, y el Desfile de la calle 84, en el norte de la ciudad.


Después de los cuatro días oficiales de Carnaval, el miércoles se celebra el entierro de Joselito Carnaval, generalmente es un muñeco de trapo (aunque también hay dramatizaciones con personas), que acompaña a los grupos fiesteros a terminar los carnavales, su entierro es teatro popular, callejero, tradicional, representado por grupos dispuestos a llorar el final de la fiesta.

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La Catedral Metropolitana María Reina de Barranquilla, es una iglesia catedralicia de culto católico romano dedicada a la Santísima Virgen María Reina. Es una edificación de estilo modernista cuya construcción tomó 27 años y fue diseñada por el arquitecto italiano Angelo Mazzoni de Grande (más conocido como Ángelo Masón de Grande). El templo está situado en la zona céntrica de la ciudad, costado occidental de la plaza de la Paz, donde se ubica el punto cero de la ciudad.

La catedral cuenta en su interior con varias obras de arte de reconocidos artistas que se localizan en diversos sitios del templo, la mayoría son de grandes dimensiones y de diversos materiales. El diseño y la elaboración de los vitrales estuvo a cargo de don Mario de Ayala. Los siete vitrales frontales representan la creación, uno para cada día.

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Fútbol

JUNIOR, LA PASIÓN DE BARRANQUILLA El Junior es una pasión que va más allá del fútbol, es el gran amor de Barranquilla, su presencia llena el diario vivir de la ciudad. La suerte del equipo es tema de conversaciones, polémicas, críticas, elogios y protestas por parte no solo de los aficionados al fútbol, sino de los aficionados al Junior.

1977

Izquierda: Óscar Bolaños, Jesús Toto Rubio, Rafael Reyes, Juan Carlos Angel Delménico, Gabriel Berdugo, Julio Comesaña. Abajo: Camilo Aguilar, Ariel Valenciano, Eduardo Solari, Carlos Alberto Vidal, Juan Ramón “Bruja” Verón.

A lo largo de los años Junior, más que un simple equipo, ha significado parte fundamental del pueblo barranquillero que ha vivido con él sus más grandes alegrías y emociones que han constituido a la divisa rojiblanca en un elemento indispensable de la vida de los habitantes de la “Puerta de Oro de Colombia”. Al tiempo que existía fervor y motivación por el movimiento de la creación de la Liga de Fútbol del Atlántico y su posterior afiliación a la FIFA, logro alcanzado por un grupo pujante de dirigentes barranquilleros, nace el Junior en 1924 cuando en forma oficial fue constituido el “Club Juventud infantil”, el cual fue el primer nombre de la escuadra que más tarde se conocería como Juventud Junior y después simplemente Junior. La historia comenzó en 1923 cuando se presentó la necesidad de crear un club que llevara la representación de los barrios San Roque y Rebolo. Existía un movimiento futbolero gestado dentro de la influencia del Colegio

1980

Derecha: Dulio Miranda, Gabriel Berdugo, Ómar Alfredo Galván, Jesús Rubio, Santiago Reyes, Juan Carlos Delménico. Abajo: Fernando Fiorillo, Óscar Bolaño, Juan Miguel Tutinol, Miguel Ángel Converti, Bonifacio Martínez.

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de los Hermanos Salesianos quienes fundaron el equipo “Juventus” por ser ellos de ascendencia italiana y que luego se conociera como “Juventud”. Se forjó el deseo de conformar otro conjunto y fue así como el 16 de agosto de 1923 se reunieron por primera vez un grupo de jóvenes en la casa de Manuel “Mañe” Vásquez. Pasó el tiempo y aumentó la expectativa para la creación del club, además de la creciente motivación de los jugadores menores del Juventud. Doña Micaela Lavalle de Mejía, una fiera enamorada del fútbol, se puso al frente y en compañía de su hijo Juan Mejía Lavalle contagiaron a un grupo de personas para adelantar la empresa, y se desarrollaron varias conversaciones para ello, hasta llegar a la noche del 7 de agosto de 1924 cuando se produjo la reunión debajo de un puente localizado en la calle de Las Vacas con carrera Buen Retiro, con el entorno de los tradicionales árboles de matarratón barranquilleros, donde se congregaron jugadores y se proclamó el nacimiento del


1995

Abajo, Iván Valenciano, Francisco Cassiani, José María Pazo, Raúl Chaparro, Héctor Gerardo Méndez, Alexis Mendoza. Abajo: Cristian Montecino, Oswaldo Mackenzie, Alfredo Stefanell, Hugo Galeano, Carlos Alberto Valderrama.

1993

Izquierda: Alexis Mendoza, Luis Grau, José Mario Pazo, Francisco Cassiani, Eugenio Uribe, Iván Valenciano. Abajo: Carlos Alberto Valderrama, Oswaldo Mackenzie, Miguel Ángel Guerrero, Víctor Danilo Pacheco, Gober Briasco.

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En 1948, con el nombre de Atlético Junior, ingresó a la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, su director técnico fue Roberto “el Flaco” Meléndez y su presidente era Ernesto Álvarez Correa, y logró en una gran campaña el subcampeonato.

Directores técnicos campeones 1977 D. T. José Varacka (argentino) Presidente: Fuad Char Abdala.

nuevo club al que se le dio el nombre de “Juventud Infantil”. Eran estos jóvenes Víctor Bovea, Héctor Donado, Leovigildo Rolong, Vicente Cervera, Juan Mejía, Manuel Vásquez, Víctor Núñez, Alberto De Las Salas, Rosendo Barrios, Valerio Molinares, Armando Moya, Aurelio Roa, Agustín Consuegra, Simeón Manjarrés, Enrique Lamadrid, Pedro Yépez, Néstor García, Francisco Ibáñez, Nicolás Pineda, quienes contaron además con el apoyo de Efraín Borrero. La primera junta directiva fue integrada así: Presidente: Víctor Bovea Tesorero: Manuel Vásquez Secretario: Rosendo Barrios Capitán: Juan Mejía Asesor y orientador: Efraín Borrero Castro El primer partido lo jugó el 12 de octubre de 1924 cuando enfrentó al Argentina F.B.C. en la Plaza 7 de abril, al que venció por 2 a 1.

En 1926 ingresa a la Liga de Fútbol del Atlántico en la Tercera Categoría, coronándose campeón y ganando el ascenso a la Segunda Categoría, donde se paseó victorioso en 1927, hasta llegar en 1929 a la Primera Categoría tomando el nombre de “Juventud Junior”, para luego lograr el título de campeón en 1932, época romántica del fútbol, cuando militaban equipos de gran categoría en la Liga. En esta era fue de mucha importancia para el progreso de Junior el apoyo y el empuje de un gran dirigente, Rafael Fernández Díaz. En 1936 el equipo pasó a ser llamado simplemente “Junior” y entre sus jugadores más representativos estaban Roberto “el Flaco” Meléndez y Romelio Martínez. Entre 1939 y 1940 Junior realiza algunos partidos internacionales bajo la dirección del galés Jack Greenwell llevando la fama de Junior más allá de las fronteras nacionales. Entre 1942 y 1947 sigue su rumbo victorioso considerándosele el mejor equipo de Colombia; la mística y la técnica impuesta en cada jornada eran sus característi-

1980 D. T. José Varacka (argentino) Presidente: Fuad Char Abdala. 1993 D. T. Julio Avelino Comesaña (uruguayo) presidente: Antonio Char Chaljub. 1995 D. T. Carlos Restrepo (colombiano) Presidente: Pedro Salzedo Salom. 2004 D. T. Miguel Ángel López (argentino) Presidente: Antonio Char Chaljub. 2010 D. T. Diego Umaña (colombiano) Presidente: Alejandro Arteta Abello.

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2004

2011 D. T. José Hernández (colombiano) Presidente: Antonio Char Chaljub.

Luis Fernández, Martín Arzuaga, Roberto Peñaloza, Wálter Ribonetto, Wilson Carpintero, César Fawcett, José Amaya, Juan Carlos Quintero, Léiner Rolong, Daniel Machacón y Háyder Palacio. Técnico: Miguel Ángel López.


2010

Oliveira, Elba De Papua Lima –TIM–, Heleno De Freitas, Sebastián Berascochea, teniendo la conducción en la parte directiva de don Mario Abello Lobo. Al final del torneo se ubica en la octava posición. En 1952, con la inyección de jugadores europeos, llega a la sexta posición y un año más tarde bajo la presidencia de don Ernesto McCausland logra la octava posición. Pese a esto, debido a su precaria situación económica se ve precisado a retirarse de la Dimayor hasta que en 1965, y en medio del fervor de los partidos de las eliminatorias al Mundial Inglaterra 1966 realizados en Barranquilla, un grupo de dirigentes barranquilleros encabezados por Alberto Mario Pumarejo, Mario Abello, Guy De Castro, Antonio Angulo, Arturo Fernández, José Benavides, Mario Zappenfeld, Imre Damko, Guillermo Marín, Roberto Pumarejo, Carlos Ariano, José González, Eduardo Osío, Jaime Pumarejo,

cas principales, lo cual identificaba plenamente al fútbol barranquillero. En 1945, bajo la tutela de la Asociación de Fútbol Colombiano –Adefútbol–, participó en el Torneo Sudamericano de Fútbol en Chile. En 1948, con el nombre de Atlético Junior, ingresó a la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, su director técnico era Roberto “el Flaco” Meléndez y su presidente fue Ernesto Álvarez Correa, y logró en una gran campaña el subcampeonato. Al año siguiente, al ser requerido por Adefútbol, participa como Selección Nacional en el Sudamericano de Rio de Janeiro, motivo por el cual la Dimayor lo sanciona por dos años, rompiéndose las relaciones entre Adefútbol y Dimayor. Junior regresa a la Dimayor en 1950 luego de levantársele la sanción, contando entre sus filas con jugadores brasileros como Haroldo Carijó, Marinho Rodriguez De

Arriba: Luis Aguilera, Carlos Rodríguez, Román Torres, Carlos Bacca, Jhon Valencia, Jorge Casanova, Brainer García, César Fawcett, Adran Derbia, Léiner Frías, Hayder Palacio. Abajo: Luis Carlos Ruiz, Jossymar Gómez, Vladimir Hernández, Giovanni Hernández, John Alexánder Jaramillo, Martín Arzuaga, Víctor Cortez.

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Arriba: Léiner Frías, Carlos Rodríguez, Jaider Romero, Juan David Valencia, Andrés Felipe González, Luis Páez, Brainer García, Harold Macías, Sebastián Viera. Abajo: Luis Aguilera, Sherman Cárdenas, Víctor Cortez, Luis Carlos Ruiz, Giovanni Hernández, José Amaya, Vladimir Hernández, Carlos Bacca, César Fawcet.

2011

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Sixto Diazgranados, Juan B. Fernández R., se reúnen y logran llevar otra vez al equipo a la Dimayor para el campeonato de 1966. En 1972 se vincula a la dirigencia del club el exitoso empresario Fuad Char Abdala, quien se convierte en líder y gran impulsador del club hasta los días presentes. En 1948 Junior es subcampeón con la dirección técnica de Roberto Meléndez Lara; en 1970 es subcampeón también, ahora bajo la dirección de Luis Miloc; en 1983 es subcampeón teniendo a Jorge Solari como técnico. En el año 2000 es subcampeón con Norberto Peluffo y en el año 2003 es subcampeón con Dragan Miranovic como técnico. Junior ha participado en nueve versiones de la Copa Libertadores de América y en 1994 avanzó hasta la fase

semifinal de ese importante torneo continental de clubes. Participó también en la Copa Conmebol de 1992. Obtuvo el título de campeón en la Copa Reebok en 1997, realizada en EE. UU. y que contó con la participación de los equipos Borussia de Alemania, Palmeiras de Brasil y Necaxa de México. Junior cuenta con divisiones menores participando en los torneos aficionados que organiza la Liga de Fútbol del Atlántico y la División Aficionada del Fútbol Colombiano –Difútbol–. Tiene equipos en las Categoría “C”, Ascenso, Juvenil, Prejuvenil, Infantil, Preinfantil, además de los equipos de escuelas de apoyo en la ciudad y en el departamento del Atlántico. Junior, más que un equipo, es un fenómeno sociológico, un sentir del pueblo barranquillero y de la región Caribe.


Por consenso nacional, Barranquilla: La casa de la Selección Colombia En un tema tan polémico y controvertido como lo es el fútbol colombiano, parece que en lo único en que hay consenso es que Barranquilla es la Casa de la Selección Colombia. Este derecho se lo ha ganado la ciudad a través del contagioso y torrencial ánimo y fervor de su gente. Aquí se han

logrado las clasificaciones a cuatro mundiales y en las estadísticas de la Conmebol figura como la plaza con mejor entrada de público para los partidos de la eliminatoria. La gente en cada esquina también ayuda en lo anímico a los jugadores de Colombia. Los cánticos

de apoyo en el estadio durante los partidos han sido vitales para levantar el ímpetu y la pasión de los jugadores, y el ambiente de carnaval antes, durante y después de los partidos le pone un sello especial al equipo que en Barranquilla se sienten más que futbolistas, barranquilleros en su casa y con su gente.

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BARRANQUILLA AYER Y HOY Después de más de cuarenta años de haber emigrado de Barranquilla, el periodista y escritor regresa cargado de recuerdos. Al recorrer sus calles y lugares, descubre maravillado que el paso del tiempo transformó la ciudad. Paso a paso contrasta lo que conoció hace cincuenta años con lo que es hoy.

Plinio Apuleyo Mendoza Aquel lugar, el Hotel del Prado, era el mismo de mis recuerdos más remotos. Contemplando desde un pasillo su quieta piscina de aguas azules y las altas palmeras que se alzan a su alrededor, me devolvía la imagen de un paraje familiar que frecuentaba cuarenta años atrás cuando vivía en Barranquilla. De pronto, muchos recuerdos de esa época me volvieron a la memoria. Escribí alguna vez que el coup de foudre por esta ciudad debió de producirse en una madrugada, hace cincuenta años, cuando bajé de un avión, borracho, con Álvaro Cepeda, y sentí por primera vez, en una bocanada de aire caliente, aquella turbia fragancia de marismas que ha sido siempre el olor de sus noches. Venía por

El teatro Metro.

El almacén Sears.

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Germán Vargas, Plinio Apuleyo Mendoza, Juan B. Fernández y Juan Gossaín en El Heraldo.

poco tiempo, y sin saber a qué horas, envuelto en la tela de araña de sus días luminosos, me quedé ocho años. Influyó en esta hipnótica atracción que me impidió regresar a Bogotá, una bonita muchacha que poco antes había sido reina del carnaval. La conocí en el Country Club y dos días después, mientras cenábamos en un restaurante, me reveló un secreto suyo: quería ser escritora, como yo; compartía la misma devoción mía por escritores como Faulkner y Virginia Wolf. Cinco meses después me casé con ella, con Marvel Luz Moreno. Autora de bellos libros de cuentos y de una extraordinaria novela titulada En diciembre llegaban las brisas, su obra tuvo repercusión en Francia y en Italia, país donde ganó


Juan Slebi, empresario.

Alejandro Obregón, pintor.

Alvaro Cepeda Samudio, escritor.

El Hotel del Prado.

jaron un día Barranquilla para radicarse en París. Allí los encuentro todavía. Nunca pude explicarles a mis amigos de otras latitudes dónde estaba (y dónde está) la seducción de Barranquilla. Vista entonces con los ojos de cualquier extranjero, parecía una ciudad sin mayores atractivos. De pronto, es cierto, un crepúsculo la vestía con colores de guacamaya, y durante esos instantes, como ciertas mujeres en el resplandor de una llama, se veía hermosa. Pero igual que sus amaneceres de pájaros, se trataba de una ilusión de los cielos. La Barranquilla de aquella época crecía desordenadamente en el polvo y el calor. Los turistas la desdeñaban. No obstante, a mí me seducía. Yo pensaba que una atracción tan particular respondía a mis personales fantasmas. Pero una noche, en París, encontré a un holandés a quien le había ocurrido lo mismo que a mí. Mientras bebíamos un whisky, hablamos de Barranquilla de igual manera que dos enamorados de la misma mujer confrontan las perplejidades de su pasión común. ¿Qué tenía aquella ciudad? ¿No era horrible la calle de las Vacas? Yo me había encontrado allí, en mi úl-

el premio Grazier Cavour. Fallecida en París en 1995, hoy es reconocida como una de las más notables escritoras colombianas. Muchos fueron mis amigos barranquilleros de entonces. Ante todo, los que encontraba cada día, a las siete de la noche, en La Cueva, el famoso bar de Eduardo Vilá. Si cierro los ojos persiguiendo un recuerdo de entonces, me veo rodeado, con un vaso de cerveza en la mano y en medio de gritos y bromas, por Alejandro Obregón, Álvaro Cepeda, Alfonso Fuenmayor, Guillo Marín, el Chorlo Maldonado, González Ripoll, Quique Scopel y otros cuantos. Soy un sobreviviente de ese fantástico grupo, pues todos ellos han fallecido. Otros personajes de aquella Barranquilla de entonces eran también cercanos amigos. Recuerdo a Juan B. Fernández, a quien había conocido cuando yo era estudiante en París antes de que tuviera en sus manos El Heraldo, a Juancho Slebi, a los hermanos Alberto y Samuel Azout, a Gastón Abello, a Jaime (el Polaco) Palacios, a Estercita Forero, a Olguita Emiliani, y desde luego a Olguita Pumarejo y a Manuel y Marie Claire de Andreis que, como yo, de-

La arquitectura de los años 50, 60 y 70 estuvo a cargo de profesionales como Ricardo González Ripoll, Giancarlo Macchi, Luis Ernesto Arocha, Manuel de Andreis, Roberto Angulo, entre otros.

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La solución del transporte masivo en Barranquilla se viene dando a pasos agigantados, el Transmetro mueve diariamente miles de pasajeros.

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timo viaje, un caballo muerto en plena vía. Cuando llovía se respiraba vapor de agua. Los arroyos se llevaban automóviles al caño de la Ahuyama con la misma facilidad con que las señoras chismosas de la ciudad cargaban, entre dos partidas de canasta, con una reputación. El holandés sabía todo aquello, pero devuelto a su dormido país de tulipanes y molinos, seguía añorando hasta los caballos muertos de la calle de las Vacas. Hay algo en Barranquilla, decía con unas pupilas oscuras que ardían de nostalgia, algo que lo invita a uno a quedarse allí para siempre. Algo, sí. ¿Qué podía ser? Tal vez su gente: su comportamiento ante la vida que con un instinto sano elude conflictos y tensiones, distancias, jerarquías, neurosis, retóricas, dobleces. Nada allí es muy formal, nada es estricto, nada, en fin de cuentas, es dramático. Cuarenta años después de haber vivido allí, me encuentro de nuevo en Barranquilla, en un lugar propicio para la evocación de estos recuerdos: el Hotel del Prado. Pero al salir de allí descubro que todo ha cambiado. Lo descubre uno al llegar. La calle Murillo, aquella polvorienta vía de acceso a la ciudad que en otro tiempo parecía justificar su apelativo de La Arenosa, con maltrechas casas de suburbio y sus aceras infestadas de vendedores ambulantes, es ahora una avenida amplia, limpia, bien pavimentada, con varios carriles en dos direccio-

nes. En medio de ella, con vía propia y modernas estaciones, el Transmetro ha reemplazado los viejos buses urbanos. Los vendedores ambulantes han sido ubicados en una plaza con bonitas casetas verdes, largos pasillos y puestos de venta con toda clase de artículos, donde un comercio próspero y organizado sustituye lo que antes era símbolo de pobreza. No lejos de allí se levanta otra plazuela con modernos y llamativos edificios que pertenecen a un nuevo colegio público. Me enteraría luego de que en la ciudad se han construido setenta nuevos colegios con una arquitectura similar, donde se educan veinte mil niños. Sus rectores y maestros han sido cuidadosamente seleccionados. Trabajan en equipo buscando siempre entre sus alumnos los mejores resultados. No queda resto alguno de la vieja burocracia pedagógica. Desde su primera infancia, los niños que estudian allí, desayunan, meriendan y almuerzan de manera gratuita. Cincuenta colegios más como estos se construirán en un futuro cercano. Por otra parte, no tardaría yo en descubrir que el centro de otros días, con su paseo Bolívar —su calle insignia— luce también muy distinto, nada menesteroso, y que por primera vez su Catedral, la iglesia de San Nicolás, ha sido restaurada, y su plaza del mismo nombre, libre de un abrumador enjambre de casetas y ventas


La remodelación de todos los sitios públicos importantes de la ciudad por parte de las dos últimas alcaldías han significado un cambio de actitud de sus habitantes.

Cómo poner la casa en orden Pero el milagro de la ciudad no es solo urbanístico. Abarca muchos otros campos. Barranquilla, en efecto, tiene hoy la menor tasa de desempleo del país. La construcción en los últimos cinco años ha crecido un sesenta por ciento. Hay una fuerte presencia de empresas extranjeras cuyas inversiones se ven por todo lado. Se han pavimentado más de tres mil tramos viales. Y algo realmente extraordinario: la salud. Contrariamente a lo que sucede en otras partes del país, el Sisbén ofrece a sus 565.000 usuarios locales, en el campo de la atención médica, más ventajas que la medicina prepagada. El mejor ejemplo de este cambio es el nuevo hospital Adelita de Char. Con una hermosa arquitectura, amplias salas de recibo y espera, habitaciones dotadas con los equipos electrónicos más modernos, brinda servicios de cirugía altamente especializada. Corresponde a un ambicioso proyecto de modernización hospitalaria iniciada en el 2008 por el alcalde Alejandro Char y proseguido por Elsa Noguera, su sucesora. La vieja y ruinosa red hos-

ambulantes, vuelve a tener la noble imagen de sus primeros tiempos. El Alto Prado es otro. Si bien conserva aún algunas de sus emblemáticas residencias, consideradas hoy patrimonio de la ciudad, el panorama que encontré fue para mí perfectamente inesperado. La avenida 53 es hoy una extensa sucesión de tiendas de lujo con los más conocidos rótulos internacionales, al lado de oficinas, empresas de toda índole, restaurantes, bancos y hoteles con altísimos edificios de reciente construcción. Lo más curioso de todo es que El Prado se enlaza ahora con recientes urbanizaciones como Buenavista, donde uno se encuentra de pronto con un centro comercial nunca visto en Colombia. En realidad, son dos: Buenavista 1 y Buenavista 2 (ambos con varios pisos, uno de lujosos almacenes, otro de restaurantes, otro de entretenimiento y juegos infantiles), unidos por un puente peatonal desde el cual se divisa una ancha avenida cruzada por raudos automóviles y un panorama de altos edificios que se parece más al de Miami que al de la Barranquilla de otros días.

El paseo Bolívar es ahora un espacio público diseñado para que la gente camine y disfrute esta tradicional avenida.

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pitalaria, nicho de anquilosados sindicatos y burócratas, fue reemplazada por modernos equipos médicos al frente del nuevo hospital, de otros cinco de mediana complejidad y de 19 unidades de primer nivel. Con atención de primer orden para 700.000 habitantes, Barranquilla, como lo anunció el ministro Alejandro Gaviria, tiene hoy el mejor servicio de salud del país. Esta transformación social con prioridad en los más necesitados tiene hoy como dinámico motor a la alcaldesa. Pequeña, apoyada siempre en un par de muletas debido a una osteopetrosis congénita (conocida también como enfermedad marmórea), nunca llegó a imaginar que sería elegida alcaldesa de Barranquilla. Siempre fue ajena a cualquier aspiración política. Especializada en finanzas corporativas y administración de empresas en la Universidad Javeriana, siempre estuvo vinculada al sector financiero. Pero algo inesperado sucedió en su vida. Fue el anuncio público que hizo Alejandro Char, al ser elegido alcalde, de que ella sería su secretaria de Hacienda. Tardó dos años en poner la casa en orden, asumiendo deudas por un valor de 35.000 millones de pesos y definiendo un cuidadoso plan para atenderlas. A partir de ese momento hubo en la ciudad un estricto manejo de las finanzas públicas. Para nadie era un secreto

La vieja y ruinosa red hospitalaria, nicho de anquilosados sindicatos y burócratas, fue reemplazada por modernos equipos médicos al frente del nuevo hospital Adelita de Char.

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Barranquilla es la ciudad de mayor desarrollo urbanístico de Colombia, nuevos barrios con centros comerciales modernos.

la labor que al lado del alcalde Char estaba cumpliendo Elsa Noguera, de modo que la ciudad en sus más limpios estamentos terminó eligiéndola como su mejor sucesora. Al frente de la alcaldía, además de darle una proyección más amplia en campos como la educación, la salud, la construcción y la hospitalidad a las inversiones, puso todo su énfasis en asegurar un futuro promisorio, capaz de convertir la ciudad de nuevo en la Puerta de Oro de Colombia, como lo había sido cuando era pionera en campos tan diversos como la aviación, la industria y la radio. Un pie en el futuro Los resultados obtenidos se aprecian en cifras sorprendentes: la inversión de capital privado ha subido en un 325 %, al paso que la pobreza se ha reducido en un 18 % y la pobreza extrema en un 30 %. La malla vial de la ciudad crece de una forma notable. De acuerdo con las estadísticas, el año pasado se reconstruyeron 7.500 metros cuadrados de vías que han beneficiado a cerca de ochenta barrios. La alcaldía ha entregado siete mil títulos de propiedad, y 1.700 familias han sido beneficiadas con los programas de vivienda. En los sectores de Gardenias, Villa San Pablo y Cordialidad se están construyendo edificios que contienen seis mil viviendas. A su lado se


medias nueves y almuerzo), lo que ha servido de instrumento adicional para combatir la pobreza en los sectores populares. Métodos importados de Singapur se han aplicado en la enseñanza de las matemáticas, y tres mil jóvenes adelantan hoy estudios técnicos con la misma inspiración. El turismo de negocios ha determinado la construcción de nuevos hoteles, la mayoría de ellos puestos en marcha por cadenas internacionales como Hilton, Dann Carlton, Sonesta, Sheraton, Royal Washington, City Express y otras.

crean centros de salud, puestos de mercado y un colegio para la primera infancia. En el campo de la educación se han invertido en los últimos cuatro años 180.000 millones de pesos en nuevos colegios y más de cien escuelas, con dotación de pupitres, aire acondicionado, laboratorios de física y química y canchas deportivas. Se ha impuesto, además, el bilingüismo en las escuelas públicas. La jornada escolar es continua, de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Se están entregando 77.000 meriendas diarias (desayuno,

Grandes avenidas recuerdan el desarrollo urbano que tuvo Barranquilla en los años 40.

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La avenida del Río está ubicada en la isla de La Loma, formada por el río Magdalena y los caños de Los Tramposos y de La Tablaza. Hace parte de un ambicioso proyecto de expansión urbana que incluye la construcción de un puente sobre el caño de Los Tramposos y un malecón turístico a orillas del río Magdalena, el cual fue dado al servicio en diciembre de 2012.

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Como rasgo favorable de este reciente desarrollo, de la disminución de la pobreza y el desempleo, se ha fortalecido la seguridad aumentando a algo más de 4.900 el número de agentes de policía, y se ha creado el programa de control llamado “Entornos Socio-Urbanos Seguros”. En barrios como el Simón Bolívar, donde las riñas, los robos y la violencia en general eran pan de cada día, se construyeron nuevas sedes policiales, se levantaron redes de alumbrado público, se pavimentaron las calles, y todo ello contribuyó sin duda a disminuir la delincuencia. La privilegiada ubicación geográfica de la ciudad puede devolverle la posición que tuvo en otros tiempos como metrópoli comercial e industrial del país y como vital punto de conexión de Colombia con el mundo. De ahí que pueda ser la ciudad más beneficiada con los tratados de libre comercio, pues las industrias que allí se establezcan tendrán más bajos costos de exportación para sus productos. Nuevos inmigrantes empiezan a llegar atraídos por estas opciones que ofrecen un inmediato futuro. Hay

obras espectaculares como el nuevo puente Pumarejo sobre el río Magdalena, que reemplazará al actual con dos calzadas de tres carriles cada una y una longitud de dos kilómetros. Para convertirla nuevamente en el primer puerto sobre el Magdalena, se ha construido un corredor portuario que facilitará el tráfico pesado desde y hacia la ciudad. Está a punto de concluirse además la llamada avenida del Río que termina en un malecón de quinientos metros, con faroles de atractivo diseño. Allí se prospecta levantar el nuevo edificio de la Alcaldía, centros comerciales y una llamativa zona de restaurantes frente al río. En esta obra se han invertido ya 30.000 millones de pesos. Sí, da gusto volver a la ciudad donde uno vivía cuarenta años atrás para encontrar que hoy es otra, la de mayor pujanza en el país y mejores índices de crecimiento. Este milagro nos indica hasta qué punto es posible dejar a un lado los vicios tradicionales de la administración pública, su inútil burocracia, la desidia y el despilfarro de los recursos, para dar paso a un manejo con sentido gerencial libre de toda contaminación.


Actualmente Barranquilla es una de las ciudades con más futuro y mejor proyección económica de Colombia; esto se refleja en el impresionante ritmo de crecimiento urbano que día a día impulsa nuevos proyectos de vivienda de calidad en todos los estratos.

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El Atlántico en general, y su capital en particular, cuentan con una actividad edificadora muy dinámica. En los últimos años se ha dado un boom de la construcción en diversos sectores como vivienda, comercio, hotelería y turismo. Barranquilla es una de las principales ciudades del país que cuenta con el precio de metro cuadrado de vivienda construida más bajo gracias a la disponibilidad de terreno y a la cantidad de proyectos de vivienda en proceso.

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Desde el norte se percibe una ciudad moderna que progresa con altas edificaciones y paisajes urbanísticos acordes a los estándares de las nuevas viviendas. También las empresas de servicios públicos realizan cuantiosas inversiones para crecer al ritmo de la demanda.

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Centro Comercial Villa Country

SIEMPRE A LA VANGUARDIA Además de ser un ícono de la arquitectura comercial de la moderna Barranquilla, este centro comercial representa un estilo de vida.

Villa Country fue el primer centro comercial moderno de Barranquilla. Además de ser el ícono de la arquitectura comercial de la nueva urbe que despertaba a comienzos de los noventa, se convirtió también en el símbolo de una época y de un estilo de vida para las generaciones que hicieron de este lugar su punto de encuentro.

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Villa Country tiene veinte años de familiaridad con los barranquilleros. Cuando abrió sus puertas en 1993 era el primero y el único centro comercial de Barranquilla que combinaba las compras y el entretenimiento, y hacia él se volcó la ciudad. Situado en una zona estratégica entre las calles 76 y 79, durante muchos años reinó solitario en la costa norte. En sus inicios contaba con tres niveles y dos sótanos de parqueaderos. Tenía 78 locales de grandes almacenes, plazoleta de comidas, tres salas de cine, la tienda ancla Superley y 312 parqueaderos, y espectaculares jardines que permitían a los visitantes disfrutar de la inigualable brisa barranquillera. Con el pasar de los años el mercado creció en exigencias, y el auge de nuevos centros comerciales con ideas innovadoras y los grandes cambios de tendencias del comercio afectaron la competitividad de Villa Country. Pero esa situación generó una reacción: grandes inversionistas miraron hacia Villa Country como una gran oportunidad


Al despuntar el siglo XXI el centro comercial fue remodelado y cambi贸 completamente su estructura, pas贸 de ser un centro comercial de espacios abiertos al aire libre a convertirse en un Mall climatizado con un dise帽o completamente funcional, c贸modo y vanguardista.

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de negocios, apuntalada en el enorme deseo de retornarle a Barranquilla ese lugar de encuentro que por dos décadas ha permanecido en el corazón de la ciudad. Para lograr tal propósito se hacía necesaria la inversión y la adaptabilidad de Villa Country a las nuevas tendencias de conjuntos comerciales. Por ello se inició el proyecto para remodelar, ampliar y repotenciar el Centro Comercial Villa Country. La renovación comenzó en el 2011 con un trabajo de arquitectura impecable que proponía nuevos ambientes y espacios modernos para lograr un lugar más agradable, cómodo y seguro. El diseño arquitectónico lo realizó la firma Contexto Urbano S.A. de Bogotá, y la construcción estuvo a cargo de Tenco S.A., también de Bogotá. La obra intervino el ochenta por ciento de la infraestructura del centro comercial. Los locales fueron extendidos hasta en tres metros de longitud hacia el frente. Las zonas de circulación vehicular se convirtieron en áreas de comercio, acondicionadas de tal modo que cambió el concepto del centro comercial abierto al de centro comercial cerrado. Se instalaron pisos de mármol y se diseñaron islas para restaurantes. En la zona de salida vehicular se realizó una excavación para crear un área de sótano -1 que fluyera directamente hacia esa salida. La portada principal fue remodelada en su totalidad; solo se conservaron los muros laterales. En la parte cen-

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tral se manejó una fachada flotante, de estructuras metálicas a partir del primer piso y hasta el tercero, con una leve inclinación. Se instaló ventanería de vidrio incoloro con toques de vidrio rojo sobre los accesos. En el cuarto piso se recubrió el muro con vidrio rojo. En las escaleras laterales se pusieron ventanas de vidrio incoloro con cortasoles. Para el desarrollo de las nuevas salas de cine se construyó un área especial. El local ancla fue rediseñado en su totalidad para el aprovechamiento de los flamantes espacios. Se le redefinieron zonas de circulación y de entrada y salida. Para pasar de centro comercial abierto a cerrado se montaron 250 toneladas de aire acondicionado y se adquirieron equipos para la subestación, las plantas y las nuevas escaleras eléctricas y el sistema de bombas. En resumen, la intervención cubrió 18.000 metros cuadrados con una obra de 5.600 metros y una inversión superior a 30.000 millones de pesos. Y se cumplieron tanto el plazo de 24 meses de obra como los estándares de calidad y de seguridad mientras el centro comercial seguía en funcionamiento. El complejo quedó habilitado en un área de 36.000 metros cuadrados, con 129 locales comerciales y seis salas de cine entre las más modernas del país y con servicio VIP, sillas 4D y platos gourmet. Con miras a seguir mejorando y creciendo para la comodidad de sus clientes, Villa Country está desarro-


Villa Country está consolidándose como un espacio especial que les brinda a las familias barranquilleras una plataforma donde encuentran todo lo que necesitan, para que no tengan duda de elegirla como su destino de compras y entretenimiento. Con esta doble característica, Villa Country espera estar siempre presente en la vida de los barranquilleros.

llando la segunda etapa de ampliación: se avanza en la construcción de un edificio de ocho pisos para 207 parqueaderos y dos locales comerciales que suman 1.300 metros cuadrados. Adicionalmente se tenderá un puente entre las dos edificaciones para conectar el tránsito de personas hacia el segundo piso de la parte remodelada.

Las nuevas zonas de cafés de Villa Country son una excelente opción para un encuentro profesional o tardes con los amigos.

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Estilo e innovación “Made in Barranquilla”

TCHERASSI: LA CARA CHIC DE LA CIUDAD Colombia era reconocida por su confección y sus textiles, pero en Barranquilla nació una diseñadora y una empresa que le aportó el componente que faltaba... Pero sus logros van más allá, incorporando un nuevo lenguaje e, incluso, un nuevo vocabulario en la moda nacional y convirtiéndose en punto de referencia de las tendencias en todo el país. Y en términos de negocios, también Silvia Tcherassi ha sido la pionera de conceptos como los proyectos de colaboración y las extensiones de marca, teniendo en el Tcherassi Hotel su exponente más destacado, que además le permitió la transición de su marca de la moda al estilo de vida. Soportando todos esos esfuerzos, está Altamoda Ltda., una empresa familiar que nació sin estudios de mercadeo y de factibilidad pero, desde el comienzo, estaba claro que sería la encargada de desarrollar en términos de creación, producción y comercialización esa visión única llamada a hacer historia.

La moda tiene tres componentes: los textiles, las confecciones y el diseño. Colombia contaba con gran reconocimiento internacional en las dos primeras y en Barranquilla surgió en forma espontánea y natural una aproximación que cambiaría por siempre la moda del país. Cuando dejó su práctica de diseño de interiores para dedicarse a la moda, Silvia Tcherassi nunca se imaginó que estaría tomando una decisión que cambiaría su vida, la de su ciudad y su país. Con 25 años en la industria, ha sido una verdadera pionera que “puso de moda la moda”, dándole credibilidad a la profesión, inyectándole una nueva energía al sector y llegando a donde nunca otro diseñador colombiano había llegado, incluyendo las pasarelas de Milán y París, las más prestigiosas del mundo.

Después de haber triunfado en la moda y hacer la transición al lifestyle, Tcherassi y Altamoda están planeando el desarrollo de nuevos proyectos que lleven su única e innovadora visión de estilo a otros campos.

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Barranquilla se destaca en la categoría de Confort Urbano, la cual enfatiza en las condiciones de vida que ofrece una ciudad, en donde influyen principalmente los niveles de seguridad, infraestructura, involucra el índice de calidad de vida (MERCER) y un índice de percepción ciudadana. Este índice constituye el fuerte de Barranquilla ya que la ciudad alcanza la puntuación más alta en Colombia y ratifica la oferta en calidad de vida que ofrece tanto a nacionales como a extranjeros.

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El Alto Prado es una de las zonas residenciales con más identidad arquitectónica de Barranquilla. Surgió entre 1946 y 1964. Hay uniformidad de diseño, a pesar de que las casas fueron construidas por diferentes arquitectos, todos conservaban patrones estéticos y funcionales similares. Hoy ese grupo de arquitectos es conocido como el Movimiento Moderno y sus construcciones han sido declaradas como patrimonio arquitectónico de la ciudad.

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Clínica Iberoamérica

UNA NUEVA MUESTRA DEL COMPROMISO DE COLSANITAS CON BARRANQUILLA Llevar sus servicios a los habitantes del Caribe colombiano y brindarles los beneficios de la medicina prepagada y la atención en salud, fue desde la década de los noventa un propósito de Colsanitas y de la Organización Sanitas Internacional (OSI). La Clínica Iberoamérica completa ese objetivo.

Con la apertura en 1983 de su primera oficina en la capital del departamento del Atlántico, así como con la inauguración en 1997 de la Regional Barranquilla de Colsanitas, comenzó el compromiso que hoy le permite a la OSI ser parte activa del trabajo en busca del desarrollo y crecimiento de la región. En abril de 1998 cuando la Clínica Colsanitas de la Costa abrió sus puertas a la comunidad, se estrecharon aún más esos vínculos. Esto permitió también la generación de empleo y la vinculación de los profesionales de salud de la región a todos los programas de educación médica continuada que desarrolla la Organización para aportar al crecimiento del talento humano local. En 2013 Colsanitas genera en Barranquilla cientos de empleos directos e indirectos y brinda sus servicios en la región a cerca de 21.000 usuarios de los planes de medicina prepagada Colsanitas y Medisanitas, así como a 74.000 afiliados a la EPS Sanitas. Pero aún hay más realizaciones para beneficio de los habitantes de la Costa Atlántica. Una de ellas es la Clínica Iberoamérica, proyecto que nació con el respaldo de la Organización Sanitas Internacional y la participación de inversionistas y profesionales de salud de la región, para ser inaugurado en el primer semestre de 2014. Clínicas Colsanitas S.A., empresa de la Organización Sanitas Internacional especializada en el sector, está encargada de la operación de la nueva institución, que ofrece sus servicios a usuarios de Colsanitas, aseguradoras, 186

administradoras de riesgos profesionales y la comunidad en general. Para el beneficio de los barranquilleros, los atlanticenses, la gente de toda la Costa Atlántica y los pacientes procedentes de países de su área de influencia, la Clínica Iberoamérica se creó como una institución de cuarto nivel de complejidad. Generación de empleo La Clínica Iberoamérica, que para su entrada en funcionamiento genera en Barranquilla 439 empleos directos, se levanta en una de las zonas más exclusivas y de mayor desarrollo de la ciudad, la carrera 50 entre calles 85 y 86, y se perfila como el eje del complejo médico, hotelero y comercial denominado Del Mar Center. Camas hospitalarias para la región y el mundo En un área de 20.000 metros cuadrados, tiene 95 habitaciones hospitalarias y ofrece los servicios de urgencias, hospitalización, exámenes de laboratorio clínico, laboratorio de patología, unidad de radiología diagnóstica e intervencionista, unidad de cirugía cardiovascular y hemodinamia, unidad de videolaparoscopia, cirugía general y mínimamente invasiva, unidad de cuidados intensivos para adultos, servicio de obstetricia, unidad neonatal, unidad materno-fetal, unidad de trauma y ortopedia y programas para el mantenimiento de la salud, entre otros. Clínicas Colsanitas S.A., encargada de operar la Clínica Iberoamérica, es la empresa de la Organización

Sanitas Internacional a la cual pertenecen cerca de cien sedes asistenciales de diverso nivel de complejidad, entre las que se cuentan la Clínica Reina Sofía y la Clínica Universitaria Colombia, en Bogotá; la Clínica Sebastián de Belalcázar, en Cali; la Clínica Colsanitas de la Costa, en Barranquilla; y la Clínica Hispanoamérica, en Pasto. Clínicas Colsanitas S.A. cuenta con más de 4.000 empleados en todo el país. Tecnología, calidad científica y calidez humana El proyecto Clínica Iberoamérica se desarrolla con los altos estándares de calidad científica, tecnología de punta, calidez humana y servicio orientado al bienestar y la seguridad del paciente que caracterizan a las instituciones hospitalarias de la Organización Sanitas Internacional. Esta nueva institución busca promover el desarrollo médico, científico y académico de los profesionales de la región, así como su crecimiento personal, tal como lo hace con los profesionales de la salud vinculados a las diferentes instituciones y empresas de la Organización Sanitas Internacional. La Clínica Iberoamérica se constituye así en un nuevo aporte y en un gran compromiso de la Organización Sanitas Internacional para el crecimiento médico, científico, académico, tecnológico y de atención en salud para toda la comunidad de Barranquilla, Atlántico, el Caribe y el mundo, para lo cual ha trabajado la OSI desde su nacimiento en Colombia.


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Para hacer más eficiente la movilidad en Barranquilla, se desarrolla una generosa red vial de amplias y arborizadas avenidas con suficiente capacidad vehicular, que actúan funcionalmente como vías colectoras y distribuidoras del tráfico. Esta red se complementa con normas que facilitan la integración del plan vial a la movilidad del área metropolitana y la región, vinculadas por diversos medios de transporte intermunicipales, y a nivel urbano por el moderno sistema de transporte público Transmetro, diseñado y teniendo en cuenta elementos de paisajismo que contribuyen a una nueva estética de la ciudad.

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Fundación Universidad del Norte

EXCELENCIA, COMPROMISO Y DESARROLLO SOCIAL PARA EL CARIBE COLOMBIANO La Universidad del Norte de Barranquilla es una institución educativa que desde su creación se caracterizó por su orientación a las necesidades de la ciudad y la región Caribe; sus relaciones con el entorno, la sociedad y su profundo sentido de la ética, la transparencia y excelencia en sus actividades académicas, de extensión e investigación.

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La primera sede de la Universidad del Norte tuvo lugar en el barrio El Prado de Barranquilla. La naciente Universidad inició con las carreras de Administración de Empresas e Ingeniería Industrial.

Para la década de 1950, Barranquilla se había convertido en la ciudad más importante del Caribe colombiano gracias al auge del proceso de industrialización por sustitución de importaciones adoptado en el país. Aunque el puerto de la ciudad había perdido su liderazgo frente al de Buenaventura, Barranquilla seguía viviendo su propia dinámica: una ciudad pacífica, alejada de la violencia del interior del país, con un movimiento cultural y artístico de gran relevancia. En esos años, el ingenio de un grupo de líderes emprendedores, entre ellos Karl C. Parrish Jr., Gastón Abello y Jose Román Fernández, fue clave para formular un listado de necesidades perentorias para el progreso de la ciudad bajo el nombre del Plan Decenal de la Corporación Cívica de Barranquilla. Y es que la necesidad de crear dicho centro de estudios tuvo como objetivo ofrecer desde la ciudad

y para toda la región Caribe una oportunidad de desarrollo profesional a los muchos bachilleres que emigraban hacia el interior del país. Uno de los hechos que contribuirían al establecimiento de la Universidad del Norte fue la creación, en el año 1959, de la Fundación Barranquilla, hoy Fundación Mario Santo Domingo. La nueva fundación, bajo la iniciativa de los dirigentes de la mencionada Incolda y de la Andi, nació de una alianza empresarial que permitió la creación de la Universidad del Norte en 1966, el 24 de enero, cuando se firmó el acta de constitución de la Institución. Al rector Muvdi Abufele (1966 - 1970 y 1973) se le atribuye la firma de convenios con la Escuela de Administración y Finanzas, EAFIT, de Medellín, cuyo objetivo era que los estudiantes de Administración de Empresas pudieran concluir estudios en esa institución. Otro convenio similar

Rectores de la Universidad del Norte

El primer rector de la Universidad del Norte fue Julio Muvdi Abufele, quien se desempeñó en el cargo desde 1966 hasta 1970, y volvió a la rectoría durante el año 1973. Entre 1970 y 1973 estuvo al frente de la rectoría José Tcherassi Guzmán; en 1974 llegó al puesto Boris Rosanía Salive, que fue rector hasta 1980, año en que empezó a ejercer la rectoría Jesús Ferro Bayona y quien aún se encuentra en el cargo.

Julio Muvdi Abufele.

José Tcherassi Guzmán.

Boris Rosanía Salive.

Jesús Ferro Bayona.


Promoción y Desarrollo, el Centro de Recursos Educativos, el Departamento de Publicaciones, y se consolidó el Departamento de Bienestar Universitario y el programa de Psicología, entre otros avances. El 25 de enero de 1973 inauguró oficialmente el campus de la Universidad en el kilómetro 5 de la vía a Puerto Colombia. Por su parte, y a su llegada, el rector Rosanía (1973 1980) apoyó los planes de desarrollo comunitario y fue así como se diseñaría el proyecto La Playa, que luego pasaría a ser el proyecto Costa Atlántica. Se iniciaron también los programas de Medicina General y Enfermería General en la División de Ciencias de la Salud y el Centro de In-

se efectuó con la Universidad de los Andes, en Bogotá, el cual permitía transferir a los estudiantes de las ingenierías a partir de quinto semestre para que terminaran en este centro de educación superior sus estudios. En este período la rectoría trabajó y consiguió sentar bases sólidas en los ámbitos jurídico, administrativo, académico y financiero para la nueva Universidad. En su rectoría se hicieron las gestiones para lograr la construcción definitiva de la ciudadela de la Universidad del Norte. La rectoría de Tcherassi (1970 - 1973) se caracterizó por la campaña de donaciones con el sector empresarial. Durante su mandato se abrieron los departamentos de

La Universidad del Norte se destaca en el país y en el ámbito internacional por su orientación a la cooperación con instituciones de Europa y Norteamérica. Desde la década de 1990, la Universidad emprendió estrategias que dieron paso a su internacionalización mediante la firma de convenios para la realización de proyectos de investigación, prácticas, pasantías, y actividades de extensión.

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El Instituto de Idiomas de la Universidad del Norte, encargado de difundir el conocimiento de las lenguas extranjeras, está acreditado internacionalmente por la Commission on Language Program Accreditation (CEA). Así mismo, cuenta con la acreditación del Instituto Cervantes de España para la enseñanza del español.

Cifras de Impacto 1.400 estudiantes becarios 71% de la población estudiantil cuenta con beca o algún tipo de ayuda para financiar su matrícula 23 programas de pregrado 111 especializaciones 47 maestrías 10 doctorados 40 grupos de investigación registrados ante Colciencias 366 profesores con título de maestría 147 profesores con doctorados

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vestigaciones, CIUN; se abrió el programa de Educación Preescolar y se construyó la tercera etapa de la ciudadela universitaria. Modernización y consolidación de la Universidad Jesús Ferro Bayona llegó a la rectoría de la Universidad en 1980, para impulsar lo que sería la modernización y consolidación de la Universidad del Norte, con las sólidas bases proporcionadas por el trabajo de los fundadores hasta ese entonces. Con su liderazgo, la Universidad del Norte ha logrado posicionarse como una de las más importantes instituciones de educación superior del país por su formación de altísima calidad, su compromiso con el entorno y el desarrollo de la región, la investigación y proyectos de ciencia y tecnología, así como la extensión al servicio de la sociedad.

Hoy, la Universidad se encuentra acreditada institucionalmente por el Ministerio de Educación Nacional; sus programas de ingeniería están acreditados internacionalmente por ABET, la agencia más importante de este tipo para programas de ingeniería en el ámbito mundial; el programa de Ingeniería Industrial cuenta con la acreditación internacional de ARCOSUR. También es una Institución evaluada por la European Universities Association; el programa de Comunicación Social se halla acreditado por la CLAEP desde el 2008. El Instituto de Idiomas de la Universidad del Norte, encargado de difundir el conocimiento de las lenguas extranjeras, está acreditado internacionalmente por la Commission on Language Program Accreditation (CEA). Así mismo, cuenta con la acreditación del Instituto Cervantes de España para la enseñanza del español.


La Universidad del Norte puso en marcha desde hace más de 10 años el Programa de Becas y Apoyo Financiero, que conjuga esfuerzos y recursos de filántropos, del sector empresarial, egresados y principalmente de recursos de la Universidad, con los cuales ha logrado otorgar más de 3.000 becas desde su fundación; actualmente la Universidad cuenta con más de 1.400 estudiantes becados. Los grupos de estudiantes becados provienen de municipios del Atlántico, Bolívar, Sucre y también de las ciudades capitales tales como Barranquilla, Cartagena, Sincelejo, Montería y Valledupar.

El nuevo Edificio de Ingenierías de la Universidad del Norte integra los conceptos arquitectónicos de vanguardia en una construcción que tiene un costo de 30.000 millones de pesos. Es un proyecto innovador, modelo en su construcción y en el manejo de los recursos para su funcionamiento. Este innovador proyecto incorpora conceptos de

sostenibilidad en su diseño y funcionamiento. Las nuevas instalaciones están destinadas, principalmente, para los laboratorios de ingenierías, aulas de pregrado, maestría y doctorado; salas de informática, aulas magistrales, salas para estudiantes, oficinas para profesores; y contará con espacios para el desarrollo de la vida universitaria.

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Edubar, unida al progreso de Barranquilla

LA TITÁNICA TAREA DE MODERNIZAR A LA CAPITAL DEL CARIBE COLOMBIANO “La constancia no está en empezar sino en perseverar”. Leonardo da Vinci (arquitecto, ingeniero, inventor y urbanista italiano)

EDUBAR S.A.

Desde su creación, hace más de veinte años, la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla - EDUBAR S.A. se constituyó en una entidad especializada en la gestión y operación de los más importantes macroproyectos que están generando el desarrollo urbanístico integral de Barranquilla y su área metropolitana. La evolución y revitalización que se está experimentando en sectores neurálgicos como el Centro Histórico, Barranquillita y La Loma, así como en la entrada a la ciudad por la calle 17 y el Anillo Circunvalar, entre otros, son algunos ejemplos evidentes del arduo trabajo en equipo que se ejecuta día a día en consonancia con los planes de desarrollo de las administraciones públicas durante los últimos cuatrienios.

El actual objetivo misional de Edubar es seguir apoyando e impulsando el rescate y construcción de espacios urbanos y la consolidación de las centralidades urbanas que transformen a Barranquilla en una metrópolis competitiva, ambientalmente sostenible y con alta calidad en el nivel de vida de sus habitantes. Primeros retos: Mercados Por directriz de la administración de la época, Edubar inició desde 1992 el diseño y la construcción de mercados satélites para reubicar más de dos mil vendedores estacionarios, brindarles mejores condiciones laborales y al mismo tiempo recuperar el espacio público en algunos sectores del Centro.

EDUBAR S.A. fue constituida en 1990 como una sociedad de economía mixta del orden distrital, por recomendación de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA, por su sigla en inglés), entidad que adelantó diversos planes y estudios en la ciudad en los años 80. Inicialmente la empresa ejecutó el macroproyecto de renovación urbana del Distrito Central de Barranquilla. Así se diseñaron y construyeron obras puntuales para el despegue de la reactivación del Centro y su entorno, tales como la ampliación de la calle 30, la construcción de mercados públicos y la canalización del caño del Mercado, que propiciarían la primera experiencia de reasentamiento de familias.

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En el año 2004 la empresa amplió su razón y objeto social, integrando el concepto de Región Caribe y extendiendo su campo de acción desde Barranquilla hacia toda la Costa Caribe colombiana.

Rotonda de la calle 17.


Revolución territorial criolla

En ese tenor fue construido El Playón (1994), situado a un costado de la calle 30, muy cerca del caño del Mercado, como complemento de otras tres plazas de mercado existentes: mercado de granos, mercado de carnes y mercado de artículos varios, este último conocido popularmente como Miami. Posteriormente fueron construidos y adecuados los mercados Miami II y EPM (1995), Plaza Magola (1997) y Edificio Fedecafé (1999), donde además fueron reubicados comerciantes informales de otros sectores como el Paseo de Bolívar. Infraestructura vial Además de los mercados, Edubar emprendió la ampliación y reconstrucción de la Calle 30 (1997), arteria vial que conecta al Centro Histórico con el norte por la Vía 40 y con el sur por la autopista al aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz. Con una longitud de 1,19 km, la nueva calle 30 significó la reactivación comercial en su área de influencia, re-

Plan de Saneamiento Ambiental de la Cuenca Oriental.

dujo notoriamente los índices de congestión vehicular y se convirtió en eje primordial para la renovación urbana de Barranquillita y el Centro Histórico. El proceso continuó con la reconstrucción y rectificación de varias vías internas del sector de Barranquillita, tales como las carreras 43 y 44 entre calles 6 y 10, la calle 8 entre carreras 38 y 45 y la carrera 42 entre calles 6 y 8 (1998). Caños y canales En materia ambiental, Edubar tuvo a su cargo la Recuperación de la Ronda del Caño del Mercado (1996-1998), que incluyó la canalización de este cuerpo de agua, así como la limpieza y reforestación de un área de 15.815 metros cuadrados, que contribuyó al mejoramiento paisajístico del entorno. Con recursos gestionados ante Cormagdalena, Edubar también emprendió la limpieza de otros caños y canales que están conectados al sistema hídrico de Barranquilla, entre estos Auyama, Las Compañías, C y Los Tramposos.

La aprobación y sanción de la Ley 388 de 1997, también conocida como Ley de Ordenamiento Territorial, representó para Barranquilla la gran oportunidad de fortalecer sus proyectos de renovación urbana, a través de dos planes parciales como herramientas legales, pioneros en Colombia, y para lo cual se contó con el irrestricto respaldo del Gobierno nacional. Con la asistencia del Ministerio de Cultura, el Distrito de Barranquilla encomendó a EDUBAR S.A. y a la secretaría de Planeación la elaboración del Plan Parcial del Centro Histórico y sus áreas de influencia, cuya formulación final fue entregada en el año 2004. Este plan fue adoptado mediante Decreto No. 0117 de julio 29 de 2005, expedido por la Alcaldía Distrital, previa fase de socialización. A partir de este logro, se pudo formular y adoptar el Plan Especial de Protección (PEP) del Centro Histórico por parte del Ministerio de Cultura mediante la Resolución No. 0746 de junio 21 de 2005. Ello garantizaría la destinación de importantes recursos del orden nacional para inversiones en obras de recuperación, restauración, remodelación, mejoramiento y preservación de monumentos nacionales o bienes de interés cultural, así como la construcción de nuevos espacios públicos urbanos en el Centro Histórico de Barranquilla.

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El Corredor Portuario, punta de lanza

Mientras el PIPCA iniciaba su desarrollo, la Alcaldía Distrital decidió emprender la construcción de una gran obra de infraestructura vial para darle mayor impulso a la revitalización de Barranquillita y jalonar otros proyectos de inversión privada.

Posteriormente estos trabajos se extendieron hacia el llamado caño Arriba (2002), con la estabilización de taludes a través de un enrocado entre las calles 6 y 9, obteniendo un control ambiental y la recuperación paisajística. Mirando hacia Barranquillita Por ser zonas que histórica, cultural y económicamente han estado ligadas de manera íntima al Centro, la Alcaldía Distrital encargó a Edubar la preparación y formulación del Plan Parcial de Barranquillita, La Loma y Barlovento (2004-2005), proceso que también contó con el acompañamiento del Gobierno nacional, a través del entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. El Plan fue adoptado por el Alcalde Distrital mediante el Decreto No. 0123 del 12 de agosto de 2005. El liderazgo y desempeño en la preparación, formulación y adopción de los ambos planes parciales y del plan especial de protección del Centro, le valieron a EDUBAR S.A. ser designado rector, gestor y guardián de esas zonas susceptibles de renovación urbana, con el fin de orientar y acompañar a todos los actores activos y pasivos en las inversiones públicas y privadas.

PIPCA y Riverport, el primer paso Un consorcio privado local percibió la oportunidad de promover, con el apoyo de EDUBAR S.A., una unidad de actuación urbanística que luego se constituiría en el Parque Industrial y Portuario del Caribe (PIPCA). Como ente gestor, la Empresa de Desarrollo Urbano adelantó desde 2006 el proceso de integración inmobiliaria de 468.000 metros cuadrados en el sector de Barranquillita, a orillas del río Magdalena. El componente portuario del Parque, a cargo de la sociedad Riverport S.A., comprende en su extensión de 124.000 metros cuadrados un puerto especializado para el manejo de graneles sólidos minerales y graneles sólidos agrícolas. Esta nueva concesión portuaria aspira a manejar anualmente alrededor de 890.000 toneladas de carga entre coque y graneles limpios, con posibilidad de llegar a un millón de toneladas. El componente industrial y comercial está dirigido a empresas con amplia vocación exportadora e importadora que puedan producir y almacenar sus mercancías, por medio de un régimen de zona franca y con atractivas exenciones tributarias. Comprenderá bodegas, patios de

Con 5,5 kilómetros de longitud, el Corredor Portuario conecta todo el sector portuario y de zona franca desde el puente Pumarejo hasta la Vía 40, a la altura de la carrera 46, con conexión adicional a la avenida del Río en el sector de La Loma. Este corredor permite agilizar la entrada y salida de carga de la ciudad y mejorar la conectividad vial del área metropolitana de Barranquilla.

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La inversión del Distrito en el Corredor de Carga y Acceso Portuario de Barranquilla es de 160.000 millones de pesos, a través de un contrato de concesión adjudicado a la Promesa de Sociedad Futura Convías S.A.S. Las obras incluyen la construcción de cuatro puentes viales, dos glorietas o rotondas, el saneamiento básico del caño de la Auyama y su entorno ambiental, y un plan de adquisición predial que ejecuta directamente Edubar S.A. También se contempla la solución vial a desnivel en la intersección entre la Interconexión Vial Regional, en el empalme con el puente sobre el río Magdalena y el Corredor Portuario, donde se levantarán otros dos puentes.

A octubre de 2013 el avance de obras civiles en Riverport supera el 80 %. El inicio de operaciones está previsto para el segundo semestre de 2014.


La segunda calzada de la avenida circunvalar, cuyos dos primeros tramos fueron construidos con aportes de Valorización entre los años 2005 y 2008 en cuantía de 80.000 millones de pesos. Con esos resultados, EDUBAR S.A. apoyó al Distrito a sustentar ante la nación la solicitud para transformar la circunvalar en vía de interconexión regional e integrar así a Barranquilla con los corredores de Cartagena y Santa Marta.

Segunda calzada de la circunvalar Durante los primeros años del presente milenio, las finanzas distritales de Barranquilla pasaron por un momento crítico. Acogida a la Ley 550 de 1999, la administración distrital resolvió utilizar la figura de la Valorización por Beneficio General y encomendó a EDUBAR S.A. la tarea de obtener recursos para acometer obras que no frenaran el desarrollo de la ciudad. A pesar de no ser una herramienta financiera popular, la Valorización le permitió a Barranquilla, en cabeza de los propios ciudadanos que contribuyeron con sus aportes, acceder a millonarios recursos del Gobierno nacional para la continuación o inicio de grandes proyectos urbanísticos. Uno de ellos, sin duda, es la segunda calzada de la avenida circunvalar, cuyos dos primeros tramos fueron construidos con aportes de Valorización entre los años 2005 y 2008 en cuantía de 80.000 millones de pesos. Con

esos resultados, EDUBAR S.A. apoyó al Distrito a sustentar ante la nación la solicitud para transformar la circunvalar en vía de interconexión regional e integrar así a Barranquilla con los corredores de Cartagena y Santa Marta. Tras aprobarse esta iniciativa, el Ministerio de Transporte asignó desde 2008 hasta la fecha alrededor de 167.000 millones de pesos, que se han destinado a la construcción de seis tramos más de segunda calzada, incluyendo puentes peatonales, vías de retorno, empalme de la circunvalar con el boulevard de Simón Bolívar, empalme con la rotonda de la Calle 17 y la salida hacia Santa Marta, puente vehicular sobre la carrera 38 y soluciones a desnivel en las carreras 46, 51B y 53 hasta empalmar con la Vía 40, con longitud total de 19 kilómetros. Toda la inversión en la segunda calzada de la circunvalar, sumadas las contrapartidas del Distrito en adquisición predial, asciende a 251.000 millones de pesos. Según la alcaldesa Elsa Noguera De la Espriella, el cierre del anillo vial con la segunda calzada hasta la Vía 40 “hace parte de un paquete integral, sin antecedentes, que se está ejecutando en Barranquilla, del cual hacen parte

almacenamiento con áreas refrigeradas y cargas especiales, zona de operaciones logísticas y oficinas, zonas verdes, áreas de servicios, movilidad y parqueo. Toda la inversión privada está calculada en 120 millones de dólares.

La segunda calzada de la avenida circunvalar es una realidad gracias a los aportes del Ministerio de Transporte, la Alcaldía y los propios barranquilleros.

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el Corredor Portuario, la prolongación de la carrera 46 y otras obras que van a permitir darle la vuelta a la ciudad en 35 minutos”.

Con una inversión de 30.000 millones de pesos, la alcaldesa Elsa Noguera entregó al servicio la avenida del Río y el malecón, para que Barranquilla por fin le dé la cara al Magdalena.

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Avenida del Río A pesar de sus retrasos por flujo de recursos e invasión de tierras, la avenida del Río en la isla La Loma es hoy un nuevo ícono de Barranquilla, porque por primera vez la ciudad tiene una ventana al río Magdalena, principal vía fluvial de Colombia. Edubar ejecutó la construcción de la colosal obra en un 65 % entre los años 2007 y 2009. La administración de Alejandro Char Chaljub asumió con recursos del Distrito la culminación de las obras y le correspondió a la alcaldesa Elsa Noguera De la Espriella terminarla y entregarla a los barranquilleros en diciembre de 2012. Hoy es un punto obligado de visita para turistas, empresarios, altos funcionarios del gobierno y ciudadanos en general. Son 1.250 kilómetros de vía asfaltada en doble calzada, con moderno alumbrado público, señalización, un puente sobre el caño de Los Tramposos y un malecón de 600 metros lineales al lado del río, para el disfrute de los visitantes.

Paseo de Bolívar y San Nicolás A través de Valorización 2005 se ejecutaron las obras de remodelación del paseo de Bolívar y la construcción de la Gran Plaza de Bolívar (al respaldo del viejo edificio de la Caja Agraria), desde la carrera 38 hasta la carrera 46, las cuales significaron la mayor transformación urbanística del Centro Histórico de Barranquilla en muchos años. La inversión pública, con el aporte de los contribuyentes, fue de 19.000 millones de pesos. Eso le cambió la cara al Centro, se disparó la reactivación comercial y de paso se propició la revalorización de la propiedad raíz. Los reportes de agremiaciones de comerciantes coinciden en señalar que en los últimos siete años las ventas asumieron una nueva dinámica gracias a esas inversiones públicas que en su momento dirigió EDUBAR S.A. Estas nuevas obras fueron avaladas y supervisadas por el Ministerio de Cultura, que de manera paralela concibió un megaproyecto para construirle al Centro Histórico cinco nuevos espacios públicos. A través de un concurso nacional arquitectónico se definieron los diseños y con recursos del propio ministerio se contrataron las obras del primero de los espacios: la Plaza de San Nicolás.


La inversión pública fue de 19.000 millones de pesos. Eso le cambió la cara al Centro, se disparó la reactivación comercial y de paso se propició la revalorización de la propiedad raíz. Los reportes de agremiaciones de comerciantes coinciden en señalar que en los últimos siete años las ventas asumieron una nueva dinámica gracias a esas inversiones públicas que en su momento dirigió EDUBAR S.A.

La Gran Plaza

Remodelación del Paseo Bolívar

Estas nuevas obras fueron avaladas y supervisadas por el Ministerio de Cultura.

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Hoy la restaurada iglesia de San Nicolás de Tolentino y su legendaria plaza son consideradas la nueva postal de Barranquilla. Este sitio es ahora el epicentro de numerosos eventos culturales e institucionales.

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Mientras la nación invirtió alrededor de 7.000 millones de pesos en obras civiles e interventoría, la Alcaldía Distrital aportó en contraprestación 2.500 millones de pesos para compra de predios en un proyecto que abarcó 11.700 metros cuadrados, entre diciembre de 2009 y marzo de 2011. En mayo de 2010, cuando ya las obras de la plaza estaban en marcha, el entonces alcalde Alejandro Char Chaljub decidió vincular al Distrito en el proyecto de restauración de la legendaria iglesia de San Nicolás de Tolentino, primera catedral que tuvo Barranquilla y declarada bien de interés cultural de carácter nacional por el Ministerio de Cultura en 2005. Con una inyección de 5.000 millones de pesos, aportados en partes iguales por la Alcaldía y la Comunidad de

Padres Agustinos, se pudo garantizar la culminación de los trabajos que habían comenzado desde finales de 2007. En un principio el ministerio y la organización religiosa aportaron 2.700 millones para que las obras arrancaran. Como es un proyecto ambicioso y a largo plazo, se planea que por lo menos tres de los otros cuatro grandes espacios públicos sean asumidos por el Distrito a través del programa de Valorización 2012. La era de los megacolegios Con dineros de Valorización 2005 le correspondió también a EDUBAR S.A. emprender la construcción del llamado Parque Educativo o Megacolegio de Santa María, en el barrio del mismo nombre, al sur de Barranquilla. Sorteando la dificultad sobre la mala calidad de los te-


Adquisición predial y reasentamiento

rrenos en esa zona de la ciudad, se construyó un gran colegio con capacidad para 2.100 alumnos en un área de 5.000 metros cuadrados y cerramiento completo, con una inversión por 8.100 millones de pesos. Las áreas educativas comprenden cuatro bloques edificados de una y dos plantas con 52 aulas para preescolar, primaria y bachillerato; accesos a baterías de baños, jardines y cafetería. Además, área administrativa, sala de informática y biblioteca. En su momento (2009), fue una institución única en su género que sirvió para vincular a

niños y jóvenes que estaban fuera del sistema educativo. Posteriormente (2011), con recursos propios del Distrito por 1.650 millones de pesos se terminaron obras adicionales como un auditorio para 300 personas, con baños y lobby, un comedor-cocina y dos laboratorios, al igual que obras de drenaje. El concepto arquitectónico y pedagógico de este proyecto inspiró la construcción de otros cinco megacolegios en Barranquilla, cuatro con recursos de la nación y uno donado por la famosísima cantante barranquillera Shakira.

El Megacolegio de Santa María fue el pionero de este tipo de establecimientos educativos.

Uno de los servicios en que EDUBAR S.A. ha adquirido una vasta experiencia es en la ejecución de planes para reubicación de personas y adquisición predial. Su primer gran reto lo asumió con la relocalización de vendedores informales que ocupaban espacio público, así como la compra de predios privados que fueron requeridos durante la construcción de los corredores viales del Transmetro. Ese trabajo le valió el reconocimiento público por parte del Banco Mundial por haber reasentado numerosas familias en condiciones iguales o mejores a las que tenían antes del proyecto. Esta condición se convirtió en exigencia del organismo internacional para futuros proyectos en Colombia y el resto de América Latina. EDUBAR S.A. ha replicado en forma exitosa su experiencia en procesos de adquisición predial y reasentamiento en proyectos como la Segunda Calzada de la Circunvalar, Avenida del Río, Saneamiento de Caños de la Cuenca Oriental, Plan Alcalde (reconstrucción de instituciones escolares), Barrios a la Obra (construcción de vías nuevas en barrios populares), Corredor Portuario y recientemente en Las Colmenas.

En el despeje de Las Colmenas, Edubar realizó el reasentamiento de 170 familias, a las cuales se les ubicó en vivienda propia en otros barrios del área metropolitana y hasta en otras ciudades del Caribe.

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Para el centro histórico de Barranquilla, declarado Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional por el Ministerio de Cultura en 1999, se han diseñado en los últimos veinticinco años varios proyectos ambiciosos e integrales, debidamente articulados con el resto de la ciudad y la región, como el propuesto en 1985 por la Misión Japonesa de la agencia JICA, que buscan no solamente su restauración y conservación, sino su reactivación y proyección internacional con miras a posicionar la ciudad como polo de desarrollo económico de la cuenca del Caribe, aprovechando la gran cantidad de inmuebles disponibles y la completa infraestructura de servicios públicos del centro, además de la estratégica posición de la ciudad.

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Findeter

BARRANQUILLA ES LA CAPITAL DEL TLC Y FINDETER, SU ALIADO ESTRATÉGICO La Financiera de Desarrollo Findeter es una sociedad de economía mixta del orden nacional, organizada como establecimiento de crédito. Financia los proyectos de infraestructura vial, educación, salud y recreación. Hace 22 años, Findeter fue creado por el Gobierno Nacional para brindar asistencia técnica a las regiones y financiar proyectos de infraestructura que mejoraran la calidad de vida de los colombianos. Ese mejoramiento se sustenta en que los habitantes de cada uno de los municipios del país, primero: tengan acceso a servicios públicos domiciliarios efectivos para satisfacer sus necesidades básicas, acueducto, alcantarillado, aseo, gas y energía; segundo: que sus vidas estén cubiertas dignamente con vivienda, salud y educación. Tercero: que las regiones cuenten con la infraestructura necesaria para impulsar el desarrollo a través de vías, sistemas de transporte y renovación urbana, y cuarto: que permanentemente mejoren sus niveles de progreso, mediante la innovación de tecnología, el turismo y las telecomunicaciones. Para lograr resultados efectivos en cada uno de estos pilares de la economía, la Financiera del Desarrollo ha trabajado de la mano con el sector financiero para que a través de la modalidad de redescuento, los empresarios cuenten con recursos de crédito para hacer realidad los proyectos de infraestructura a medio y largo plazo, especialmente bajo condiciones financieras únicas en el mercado. Findeter ha estado de la mano con el desarrollo de Barranquilla, la remodelación de la iglesia y la plaza de San Nicolás, la modernización del hospital universitario, la infraestructura para el Transmetro de Barranquilla, los espacios públicos como la plaza que rodea el Museo del Caribe.

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Igualmente ha generado alianzas con los empresarios públicos y privados para identificar los proyectos sostenibles que necesita cada región, consolidar los aspectos técnicos que garantizan su viabilidad y sostenibilidad, conseguir el apoyo financiero para su ejecución, medir el impacto que generan en la comunidad y en el ambiente; y finalmente, asegurar con este acompañamiento que la gente pueda y quiera ser feliz en esta ciudad. Gran parte de estos resultados están reflejados en los $7,5 billones que la Organización ha desembolsado en todo el país durante el Gobierno del Presidente Santos, para desarrollar proyectos de infraestructura. De este total, el 21,33 %, correspondiente a $1,6 billones, se han focalizado en la Región Caribe de Colombia, específicamente en Barranquilla $596.000 millones. Proyectos con alto impacto social Tal y como lo demuestran las cifras, el apoyo y el acompañamiento de Findeter a la capital del Atlántico ha sido permanente, impacto que es evidente con la construcción y puesta en marcha de macro-proyectos que hoy en día le aportan al posicionamiento de la región como eje fundamental de la importación, el comercio, el turismo y la conectividad.


Con los recursos de Findeter se logró por ejemplo el diseño y la construcción de los canales pluviales: Lipaya, Carrizal y Los Olivos en Barraquilla, que sin duda alguna se han convertido en mecanismos efectivos para manejar el caudal de las aguas lluvias del Distrito. Igualmente se financió la ampliación y el mejoramiento de las instituciones educativas de Barranquilla, mejorando la prestación de este servicio que contribuye a que Barranquilla pueda contar en el futuro con jóvenes mejor preparados para afrontar los retos internacionales. En el campo ambiental, el aporte se concentró en el mejoramiento ambiental de los Arroyos Grande y León, obras que como tantas que se realizan en el Distrito, pretenden darle solución a la problemática recurrente de los arroyos por falta de una infraestructura adecuada para el manejo de aguas pluviales y demostrar que sí es posible que los barranquilleros puedan tener una ciudad sin arroyos que no solo paralizan la ciudad, sino que causan víctimas y pérdidas económicas.

La reorganización de la red de prestación de servicios de salud del Distrito también ha sido fundamental en el desarrollo social de Barranquilla. La adecuación, dotación y mejoramiento de la Red Hospitalaria ha permitido que los habitantes de esta capital tengan una atención oportuna y la mayoría de los casos especializada, mejorando los índices de salubridad. En los retos que Barranquilla tenía en el sector transporte, Findeter quiso apuntarle a la construcción de su sistema de transporte masivo. Hoy en día Transmetro transporta a más de 80.000 barranquilleros a través de 194 buses vinculados a la flota, que recorren 3 rutas troncales y 19 rutas alimentadoras entre Soledad y Barranquilla. Finalmente, para poder aportarle a ese desarrollo económico y social que Barranquilla proyectaba hace más de cuatro años, la Financiera trabajó con las diferentes entidades del Distrito en su saneamiento fiscal, pues no es un secreto para nadie que para poder invertir en el futuro primero deben sanearse las deudas de la casa

y esa fue la meta que se pusieron los empresarios de la región a largo plazo y que hoy satisfactoriamente están cumpliendo en pro de sus sueños. Barranquilla será una ciudad sostenible y competitiva Los resultados obtenidos hasta el momento son satisfactorios y seguramente con el apoyo financiero y técnico de Findeter y otras entidades del Gobierno Nacional, Barranquilla continuará en ascenso territorial. Sin embargo, hace más de dos años la Financiera puso sus ojos en esta ciudad para que fuera parte de la Plataforma de Ciudades Sostenibles y Competitivas, un programa que la Financiera en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo – BID se propuso liderar en Colombia, para que inicialmente cuatro ciudades intermedias, que pronto serán 10, se preparan económica, social, ambiental, fiscal y gubernalmente para convertirse en lugares donde la gente quiera y pueda ser feliz. Y para que a través 205


de un acompañamiento interdisciplinario aprendieran a planear, priorizar y ejecutar proyectos de infraestructura sostenibles. Gracias a ese trabajo mancomunado entre el BID, Findeter y la Alcaldía de Barranquilla, la capital del Atlántico presentó a finales del año 2012 las bases del Plan de acción que la proyectaría como una ciudad competitiva e incluyó en este paquete cinco proyectos que le permitirán consolidarse como la capital del TLC. El Plan Maestro de Espacio Público, el Plan Maestro Portuario, el Plan Maestro de Movilidad Metropolitano y Regional, la acreditación y desarrollo de la oferta educativa local con énfasis en el bilingüismo y el Plan Integral de Saneamiento y Drenaje, son parte de los proyectos estratégicos que se definieron rumbo a la competitividad y la sostenibilidad de la ciudad. Estos proyectos que fueron formulados bajo las líneas estratégicas de ordenamiento territorial y cambio climático, competitividad y convivencia y seguridad ciudadana, le permitirán a la región establecer planes de acción ejecutables a corto, mediano y largo plazo, a través de la realización de proyectos que contarán con recursos de financiación públicos y privados. Vale la pena resaltar que proyectos como la Reconstrucción del Centro Histórico de Barranquilla, incluidos inicialmente en el Plan de Acción, cuentan hoy en día con importantes recursos para su ejecución y con el apoyo de Arup, firma que ejecutará las obras. Findeter entregó la priorización de los prgramas estratégicos para el plan de acción que llevará a Barranquilla a convertirse en una ciudad sostenible y competitiva. El Plan se definió de manera conjunta con la Alcaldía y el Banco Interamericano de desarrollo, BID.

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Findeter ha financiado la remodelación de la Plaza de Bolívar y la nueva Plaza de La Concordia.

Para Luis Fernando Arboleda González, presidente de FINDETER, “uno de los principales retos de la ciudad será invertir en soluciones técnicas y financieras, que le permitan a Barranquilla consolidarse como una ciudad competitiva, preparada para los TLC que en adelante firme Colombia con otros países y que para ello, la ciudad cuenta desde ya con la Financiera, como la entidad que apoyará desde principio a fin los proyectos sostenibles que no solo se han proyecto, sino que ya están en marcha”. Diamante Caribe La sorpresa para el 2013 es la decisión que tomó Findeter de participar en el proyecto internacional “Diamante Caribe”, el cual busca desarrollar un proceso de planeación para el diseño de territorios inteligentes que mejore la competitividad del Caribe y los Santanderes. En alianza con la Fundación Metrópoli de España y Microsoft, Findeter buscará fortalecer las capacidades e identificar estrategias de desarrollo, que a través de la convergencia entre Territorio + Tecnología + Innovación genere la intersección entre las estructuras físicas y las plataformas digitales, para mejorar la competitividad de la Región. El 16,1 % de la superficie del país (183.879 km2) está ubicada en la región Caribe y los Santanderes, lo que genera que el 29 % de la población colombiana (13’460.290) viva en estos departamentos y genere el 23,1 % del producto interno bruto, PIB. Razones suficientes por las


Con la implementación del plan de acción definido para Barranquilla, se pretende mejorar la capacidad institucional, financiar proyectos de inversión, generar opciones de empleo y disminuir la pobreza en la ciudad.

cuales el Diamante Caribe se convierte en la mejor opción para poner en marcha estrategias para desarrollar competencias en el nivel local y transferir el conocimiento, identificar oportunidades regionales y potencia de manera inteligente la región. Actualmente, las regiones involucradas en el Diamante Caribe tienen una gran capacidad portuaria y aeroportuaria, fortalezas en sus recursos naturales, corredores ecológicos y patrimonios culturales, así como más de 1.600 kilómetros de costa que les permitirá incursionar en soluciones turísticas, comercial internacional, gestionar recursos naturales como la energía y generar economía del conocimiento, convirtiendo a estos departamentos en grandes incubadoras de clúster a nivel mundial. El sueño de Barranquilla es el sueño de Findeter, nuestra misión es apoyar el desarrollo sostenible del país, generando bienestar en las naciones y para eso nos hemos convertido en la Banca del Desarrollo con la que pueden contar los empresarios públicos y privados para hacer estos sueños realidad y así construir un país justo, moderno y seguro. 207


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El Plan de Ordenamiento Territorial –POT– tiene dentro de sus objetivos hacer de Barranquilla una ciudad a escala humana, amable e incluyente, sostenible, generosa con el espacio público, con suficientes vías, pero ambientalmente sostenible y protegida frente al cambio climático. En las zonas urbanas, el principal objetivo ambiental es ofrecer espacios públicos de carácter permanente, conformado por áreas verdes, parques, plazas y plazoletas.

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Consultores del Desarrollo S.A.

INFRAESTRUCTURA PARA LA REGIÓN CARIBE CONSULTORES DEL DESARROLLO S.A., constituida en 1992, con sede principal en Barranquilla, contribuye al desarrollo de la nación, en calidad de consultor, ejecutor e inversionista en proyectos nacionales e internacionales de infraestructura.

De su origen: Era claro que, tradicionalmente, sobre todo en los pequeños municipios del Caribe, no se contaba con profesionales en ingeniería, arquitectura, técnicos en construcción de obras, planificadores, fundamentados en administración pública. Ello hacía previsible que, a la luz de los nuevos requerimientos legales, las recién electas administraciones municipales de comienzo de los 90, eran propensas a cometer muchos y costosos errores, tanto en los procesos tendientes a atraer recursos para el desarrollo de obras como en el diseño, la contratación y ejecución de las mismas. Por aquellos días, muchas administraciones consideraban innecesario invertir en la planeación, y en el diseño de proyectos de infraestructura. Los nuevos requerimientos del Gobierno a los municipios, para aprobarles recursos destinados al financiamiento de obras de infraestructura, provocó la necesidad de contar con estudios técnicos adecuados y de calidad, ya que estos marcaban la diferencia entre proyectos aprobados o rechazados por el Gobierno central. Empezó en-

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Por la continua carga de sedimentos que transportaba el arroyo a la ciénaga, esta se venía colmatando de tal manera que produjo el cierre del punto de contacto entre el arroyo y la ciénaga, ocasionando también represamientos e inundaciones aguas arriba. Se hizo necesario el dragado de este punto y de las zonas continuas a la desembocadura del arroyo, de tal manera que produjera un flujo libre hacia la ciénaga y se aumentara también la capacidad de almacenamiento.

tonces a acentuarse aún más el atraso de unos municipios con respecto a otros. Aquellos que contaban con una planeación de buena factura técnica, oportunamente diseñada, accedían a los recursos, mientras los que carecían de ella o presentaban planes o diseños inconsistentes, inadecuados o incompletos se encontraban con un rotundo no por parte del Gobierno Nacional. En el marco de esa necesidad se creó CONDESA. Una empresa de consultoría que surgió a partir de la larga experiencia de otra empresa de construcción, CONIDEC LTDA., que prestaba también servicios de consultoría, especialmente orientada a realizar estudios y diseños de arquitectura e ingeniería. La nueva empresa, Consultores del Desarrollo S.A., nació con una mayor gama de oferta de servicios, a las áreas de arquitectura e ingeniería se sumaron expertos y especialistas en las áreas de economía, derecho y finanzas que volcaron su expertise profesional a la proyección del desarrollo económico y social, de manera preferencial a la Región Caribe, desde La Guajira hasta Puerto Valdivia.


CONDESA realizó la Interventoría Técnica, Ambiental y Administrativa de la construcción de la avenida del Río León Caridi en los sectores: Sector Puente canal de Los Tramposos –Sector canal de Los Tramposos–, canal de las Compañías, sector Malecón frente al río Magdalena.

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En un tramo aproximado de 17 kilómetros, el Arroyo León recoge aguas lluvias y aguas residuales sin tratamiento y que desembocan directamente en la ciénaga de Mallorquín. En algunas partes de su recorrido se generaban inundaciones generalizadas en las zonas adyacentes, ocasionando tragedias a lo largo de su recorrido. Se rediseñó una sección hidráulica de un área de hasta 20 veces mayor a la capacidad hidráulica anterior, garantizando un flujo uniforme en el arroyo, que ha evitado, hace más de dos años, nuevas inundaciones sobre la zona y además proporcionando volúmenes mayores de agua a Mallorquín, revitalizando este cuerpo de agua.

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Uno de los mayores problemas que tenía la ciénaga de Mallorquín eran las basuras que transportaba el arroyo y sus afluentes en época de invierno y que se depositaban finalmente en la ciénaga. En el desarrollo del proyecto se definió construir la Trampa de basuras que eliminara el paso de estas a la ciénaga y es así como se recogen aproximadamente 200 toneladas de basuras cada vez que se produce un aguacero. Es importante destacar que se eliminó totalmente dentro del tipo de basuras los animales muertos que contaminaban altamente la ciénaga de Mallorquín.


A raíz del fuerte invierno a finales del año 2010, se decidió reemplazar la centenaria estructura del puente de la 51B por una estructura moderna de doble vía, con un ancho de calzada de 12 metros que permite el tráfico en ambas direcciones y garantizar la seguridad y una alta eficiencia de flujo vehicular en toda la zona.

CONDESA nace con una clara visión de la Región Caribe proyectada a 50 años. Por ello, planes, proyectos y obras que estudia e implementa o que haya construido o estén en construcción, son diseñados bajo la perspectiva de su utilidad y funcionalidad no solo para el presente y el mediano plazo, sino para el futuro. La firma ha diseñado Planes de Ordenamiento Territorial para seis departamentos y Planes de Desarrollo Urbano que han sembrado ideas y propuestas que continúan ejecutándose en el transcurso de los años. Manifestaciones significativas que hoy se registran en Santa Marta, en La Guajira, el Atlántico, Bolívar y Magdalena, son resultado de las proyecciones contempladas en dichos planes, y que aún hoy continúan como derroteros de su progreso. Esto es y ha sido posible gracias a un equipo interdisciplinario que trabaja en áreas relacionadas con los servicios de consultoría, interventoría y construcción. En la sede principal de Barranquilla, en un moderno edificio diseñado y construido especial y específicamente para responder a las necesidades internas de espacio de la Empre-

CONDESA realizó la Interventoría Administrativa, Técnica y Ambiental requeridas en la construcción de las obras civiles del Proyecto URRÁ I y de sus obras accesorias en el departamento de Córdoba. (Forma de participación: Consorcio. Porcentaje de participación 33,33 %. 22 nov 93 / 30 nov 2001).

sa, que se yergue en el tradicional barrio El Prado, trabajan de manera permanente cerca de un centenar de profesionales, especialistas en distintas disciplinas: ingeniería, arquitectura, planificadores, ambientalistas, abogados expertos en derecho administrativo y constitucional, administradores que garantizan la calidad de los servicios, la profundidad de los conceptos y el estricto cumplimiento de las obligaciones y compromisos contraídos. Este nivel de seriedad e idoneidad le ha valido a esta empresa ser reconocida en Latinoamérica como una empresa consultora de primer orden. La ubicación de CONDESA afirma la capitalidad de Barranquilla como epicentro de la Región Caribe. Barranquilla es una formidable plataforma económica, política, social y cultural, por ello fue un gran acierto haber sido institucionalizada como un Distrito industrial, comercial y portuario. CONDESA se ha preocupado, desde su creación, por el progreso de la capital del Atlántico, porque Barranquilla sea una ciudad competitiva internacionalmente, inserta en los circuitos de modernidad global, cada día más y 213


mejor desarrollada, impulsada por criterios de equidad social y por la responsabilidad histórica de fortalecer su liderazgo regional y servir al Caribe colombiano como apoyo y coadyuvante de su progreso. El desarrollo es un derecho colectivo y no el patrimonio de unos privilegiados. Por tal razón, existen varios proyectos que apuntan a ese objetivo, en el contexto de la creación de corredores de transporte y comunicación que potencia en la inserción del territorio en las redes globales de cultura y comercio. Es así como los técnicos y profesionales de CONDESA a partir de su positiva visión de futuro para Barranquilla, han formulado por ejemplo propuestas novedosas de tejido urbano para Barranquilla, cuyo planteamiento recomienda “cruzar” la ciudad con vías aéreas trazadas a manera de “T”, un par de vías de sur a norte y un par de este a oeste, para desahogar el tráfico cada día más intenso. Estas vías aéreas se financiarían como en las grandes ciudades del mundo. Justificación de más para acometer tales proyectos, es el hecho de la conurbación del área metropolitana.

Se realizaron estudios y diseños de la ingeniería de las troncales y terminales de cabecera del Sistema Integral de Transporte Masivo para Barranquilla y su Área Metropolitana Fase I Grupo I. (Forma de participación: Consorcio. Porcentaje de participación 50 %. 15 de marzo de 2004/ 14 septiembre 2005). Mediante la Forma de participación: Unión Temporal. Porcentaje de participación 7 %. 1 de marzo de 2010 / 31 de diciembre de 2013, se realizó el diseño, ampliación y mejoramiento de instituciones educativas en el Distrito de Barranquilla.

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Otra iniciativa es el corredor ferroviario: un tren ligero mixto pasajeros/carga, Santa Marta - Barranquilla - Cartagena. Y otro, de trascendental impacto nacional, el cual apunta a la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena. CONDESA tiene interés en participar en la ejecución de ambos proyectos, pero independientemente de los resultados de los procesos de selección, su satisfacción corporativa radica en la ejecución eficaz y oportuna de los mismos, porque con ellos Barranquilla y el Caribe son ganadores y claro, Colombia. Otro proyecto, que a juicio de los directivos de la empresa hará que Barranquilla despegue de manera sostenida y sostenible en su progreso, es la construcción del Superpuerto de Aguas Profundas, ubicado en la desembocadura del Magdalena en el mar Caribe, emprendimiento en el cual la empresa, a pesar de no tener interés patrimonial alguno en la sociedad promotora del mismo, apoya de manera irrestricta para que se concrete como realidad de la Barranquilla del siglo XXI, progresista, socialmente justa, global y competitiva, que todos queremos que florezca para todos.


Concesión para los Estudios y Diseños definitivos, obras necesarias para la rehabilitación de las calzadas existentes, el mantenimiento y la operación del tramo Carretera Lomita Arena – Puerto Colombia Ruta 90 A y del empalme Ruta 90 – Carretera Lomita Arena, departamentos de Bolívar y Atlántico, Estructuración Técnica, Legal y Financiera del proyecto. El alcance del contrato de concesión incluye las siguientes etapas: Etapa de diseño y programación, 8 sept 94 / 15 de marzo 95. Etapa de Rehabilitación o Construcción, 1 de abril 95 / 15 sept 95. Etapa de Operación, 15 sept. 95 a la fecha.

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Cámara de Comercio de Barranquilla

PROMOTORA DEL DESARROLLO DE LA CIUDAD La Cámara de Comercio de Barranquilla en sus 97 años de gestión ha sido testigo y protagonista del crecimiento empresarial y social de la ciudad y del departamento del Atlántico. Desde el 18 de febrero de 1916, día de su constitución, hasta hoy sus iniciativas han marcado importantes hitos en el progreso económico de la ciudad y en la vida de sus habitantes.

Desde la Cámara se han gestado, liderado y acompañado los más ambiciosos proyectos que consolidan a Barranquilla y su área Metropolitana como una de las mejores y más atractivas plataformas para operar negocios en el país. La historia de la Cámara está íntimamente ligada a los hechos que permitieron a Barranquilla desarrollar su vocación portuaria, industrial y comercial que está en la base de la creación de las grandes compañías del Caribe y en la competitividad de la capital del Atlántico que hoy la perfilan como la capital de los TLC. La entidad ha registrado la trayectoria económica y comercial de la ciudad, lo que le ha permitido perfilarse en una veedora cívica de la administración y órgano consultivo en temas diversos para instancias públicas y privadas. Desde sus inicios en 1916, la Cámara de Comercio de Barranquilla trabaja de manera comprometida para responder con eficiencia y eficacia a las funciones que le ha delegado el Estado como son el registro mercantil, el regis-

Proyectos y gestiones de la CCB que han determinado los principales avances de nuestra comunidad

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1969 Se constituyó la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio, Confecámaras, así como la modernización de este sistema.

1925 Apoyó la consecución del empréstito con la compañía financiera Central Trust Company de Chicago, que hizo posible la modernización de nuestros servicios públicos.

1927 Creó del primer Cuerpo de Bomberos de la ciudad.

En la década de 1920, la Cámara de Comercio promovió la apertura de Bocas de Ceniza, trascendental obra que se concertó en 1936 y que permitió preservar la doble condición portuaria de Barranquilla.

1920

tro de proponentes, el de las entidades sin ánimo de lucro y el turismo. La actividad de registro de la entidad llega a los 22 municipios del departamento del Atlántico y cuatro del departamento del Magdalena, jurisdicción en la que ha dispuesto, además de las cinco sedes de Barranquilla, oficinas en Soledad y Sabanalarga que han descentralizado la gestión y los servicios a todas las zonas del departamento. Los sistemas de Registro Mercantil cuentan con la tecnología de imágenes, novedosa herramienta implementada con la estrategia de una Cámara virtual que permite la consulta simultánea de los diferentes expedientes y acceso inmediato a la información. Los servicios de información internacional y las actividades de promoción comercial ofrecidos por la Cámara de Comercio de Barranquilla, son diseñados de acuerdo con las necesidades de los empresarios y han permitido mantener actualizada la tradicional cultura empresarial barranquillera y contribuyen a consolidar

1972 Construcción del puente sobre el río Magdalena.


1973

José Ramón Vergara

Leandro Cabello

José Raimundo Sojo

Gastón E. Abello

Jorge Arrázola

Jairo Peynado

Gabriel Noguera

Arturo Sarabia

Felipe De Andreis

Enrique Berrío

Luis Fernando Castro

María José Vengoechea

Presidentes ejecutivos de la CCB desde su fundación

1986 Creación del Canal Regional de Televisión, Telecaribe.

1991 Fundación Carnaval.

1978 Se establece la Central de Abastos del Caribe.

1991 Se crea la Empresa de Aseo, Acueducto y Alcantarillado, Triple A.

1992 Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla.

Se establece la Zona Franca.

1993 Fundación Zoológico.

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Transmetro.

La entidad orienta la actividad económica con estudios vanguardistas de coyuntura y de prospectiva que le miden el pulso a Barranquilla y la región, investigaciones que ofrecen elementos de juicio a los empresarios para la toma de decisiones. La entidad es, además, una importante fuente de información económica para el país y el mundo. Proyectos y gestiones de la CCB que han determinado los principales avances de nuestra comunidad

1993

Restauración del antiguo edificio de la Aduana de Barranquilla.

Protransparencia.

1996

2002 Instalación del Centro de Atención Empresarial, CAE, puntos de creación empresas.

Creación de Fundesarrollo.

1997 Fondo Regional de Garantías.

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2001 En el siglo XXI nuestros aportes se han concretado con la entrega de los diseños del proyecto Transmetro.

1994 Biblioteca Piloto del Caribe es otra realización para mencionar.

Edificio de la Aduana donde funciona la Biblioteca Piloto del Caribe.

1999

Plataforma K


Expogestión

2005

una ciudad caracterizada por la competitividad de todos sus sectores, con una economía y un gobierno que le apuestan al futuro. Gracias a la labor de la Cámara de Comercio de Barranquilla, pequeñas, medianas y grandes empresas han podido ingresar sus productos a mercados externos y de la misma manera se generan oportunidades de negocios para los inversionistas privados de cualquier parte del mundo. La entidad orienta la actividad económica con estudios vanguardistas de coyuntura y de prospectiva que le miden el pulso a Barranquilla y la región, investigaciones que ofrecen elementos de juicio a los empresarios para la toma de decisiones. La entidad es, además, una importante fuente de información económica para los medios de comunicación de la ciudad, el país y el mundo. Así mismo el apoyo decidido a las diferentes manifestaciones culturales la ratifican como una organización que le apuesta al futuro y que trabaja en la construcción de tejido social, condición básica para alcanzar un desarrollo sostenible. La Cámara de Comercio de Barranquilla desde su gestión busca que la ciudad, en el contexto departamental y regional, encuentre su vocación portuaria, industrial y comercial y así se capitalice todo su potencial empresarial y social para que la conviertan en una capital regional de clase mundial.

Creación del evento Plataforma K.

Creación del evento académico EXPOGESTIÓN CARIBE.

2006

Inauguración del Centro de Emprendimiento AVANZA.

2013 Implementación del Modelo Matemáticas de Singapur en escuelas públicas.

2009

Diseño y entrega al Ministerio de Educación Nacional del Sistema de Infraestructura Escolar, SICIED.

Se inauguró AVANZA Atlántico, el Centro de Emprendimiento en alianza pública privada. Se realizó la Primera Rueda de Innovación, INNOVACCIÓN.

2012

Inauguración del proyecto Puerta de Oro del Centro de Eventos del Caribe.

Actualmente, el proyecto más importante y ambicioso es la construcción de Puerta de Oro, el Centro de Eventos del Caribe, nuevo símbolo de la modernidad.

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Supertiendas Olímpica

INNOVACIÓN PERMANENTE SUPERTIENDAS OLÍMPICA es la red comercial más importante que se ha gestado en la región Caribe de Colombia en los últimos sesenta años, y es también la que más vigorosamente y con mejores augurios se proyecta al futuro.

Los lazos de familia han sido el cimiento de la organización. Fue todo un arte de don Ricardo Char crear un equipo empresarial y a la vez fomentar la individualidad de cada uno de sus hijos.

Doña Erlinda fue el toque de alegría y un canal de comunicación con el mundo que giraba en derredor, tuviera que ver o no con los negocios.

En la perspectiva de la historia empresarial representa la creatividad y el empuje del empresariado barranquillero de nuevo estilo, que despegó a mediados del siglo XX y se consolidó en menos de cincuenta años. Los artífices de este emporio comercial que nació en Barranquilla, creció en la región Caribe y se fortaleció en toda Colombia, son tres generaciones de la familia Char. El origen de esta empresa se puede ubicar en cabeza de don Ricardo Char, quien llegó al país en 1926. Muy pronto conoció a Erlinda Abdala –hija de inmigrantes libaneses–, se casó con ella y echó raíces definitivas en Colombia formando la familia Char Abdala. Tuvieron siete hijos a los que llamaron Fuad, Farid, Jabib, Simón, Ricardo, Miguel y Mary, por ello decidió buscar nuevos horizontes para su familia lejos de Lorica. Vendió todo y llegó a Barranquilla en 1952 dispuesto a empezar de nuevo.

Los primeros locales

220

En las droguerías se crearon nuevas secciones de alimentos y otros artículos, precursoras de las superdroguerías.

El objetivo de don Ricardo era mejorar sus ingresos y darle educación a su numerosa familia. Tenía un sentido austero de la vida, un temperamento bíblico y una disciplina de frugalidad que impuso a sus descendientes. Buscó y buscó hasta que surgió la oportunidad de comprar el Almacén Olímpico, situado en la entonces llamada calle de Las Vacas, en el centro de la ciudad. “Ganemos la mitad en cada artículo, pero vendamos cinco unidades en vez de una”, fue la nueva consigna. Y una segunda: “Un negocio no es una puerta que se abre solo cuando algún espontáneo desea entrar a comprar: hay que salir a ganarse el cliente”. Cada peso ganado era un peso invertido en locales y otros inmuebles aptos para ampliar la cadena de droguerías. De manera que el comercio al detal de los Char empezó a matizarse con el negocio inmobiliario. El hogar de los Char era una especie de cantón militar, y el


Bajo la direcci贸n del padre y del hermano mayor en el negocio de las droguer铆as, los hermanos fueron aprendiendo el arte del comercio y aplicando ciertos principios que llegaron a ser el sello distintivo de sus negocios, como la atenci贸n personalizada al cliente y la importancia de saber comprar para garantizar siempre precios bajos.

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La segunda apertura de una Supertienda tuvo lugar en la avenida Kennedy (calle 72), en la zona de comercio exclusiva de Barranquilla.

Avanzados los años setenta el modelo por departamentos evolucionó, pasando del sistema de islas con ventas separadas a las góndolas, donde los clientes se surten ellos mismos: toman la mercancía, la transportan en carritos y hacen un solo pago a la salida del almacén.

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La tercera Supertienda en abrir fue en la calle 76, para cubrir sectores de clase media-alta.

foco de su acción se organizó mediante la firma Char Hermanos, registrada hacia 1963 y dedicada a la actividad comercial. Pasaron nueve años y la familia completó siete establecimientos en Barranquilla y uno en Cartagena. Para entonces ya era el negocio más importante de droguerías y farmacias de la región Caribe colombiana. La primera Supertienda abrió el 31 de julio de 1968 y fue el primer experimento en Colombia de un almacén por departamentos teniendo un éxito arrollador. Las ventas de los socios se multiplicaron por diez respecto de sus antiguos locales. “Suba un piso y gane pesos”, fue el eslogan que creó don Ricardo para promover la Supertienda del segundo piso. También a partir de ahí se empezó a construir el famoso eslogan “Siempre precios bajos”. Aprendido el sistema, la cadena de SUPERTIENDAS OLÍMPICA se expandió rápidamente. La segunda aper-

tura, ya sin terceros socios, tuvo lugar en la avenida Kennedy (calle 72), en la zona de comercio exclusiva de Barranquilla; la tercera en la calle 76, para cubrir sectores de clase media-alta; y la cuarta en la calle 84, barrio El Paraíso. En cada Supertienda había un espacio separado para una droguería. En los años setenta se abrieron tres Supertiendas en Cartagena (en las calles de Badillo y La Matuna y en Bocagrande), mientras que las droguerías se iban expandiendo a Santa Marta, Sincelejo y Montería. En 1976, Olímpica hizo su primera aparición en Bogotá en la calle 100 con autopista Norte, en lo que había sido un Comisariato de la Policía. Fue una entrada tímida ya que ingresar al mayor mercado urbano del país merecía la máxima cautela y observación. Allí estaban de vieja data todos los competidores grandes y experimentados, y la clientela tenía sus propios hábitos.


La cuarta Supertienda se abrió en la calle 84, barrio El Paraíso.

Cinco años después del primer almacén bogotano, en 1981 y en un acto de audacia decidido más por la intuición que por el análisis de cifras, la cadena se hizo a los once establecimientos que constituían la red de mercados Marion, extendida por el norte y el centro de la ciudad. Fue un paso trascendental que le permitió a la organización conocer mejor las costumbres de consumo de los capitalinos en establecimientos de formato mediano.

En 1984 se abrió una Supertienda Olímpica en Pereira. El crecimiento en la región Caribe no se detuvo. Olímpica llegó a Montería en 1980, a Valledupar en 1985 y en 1987 a Sincelejo, donde ya eran conocidas las droguerías. En 1987 se presentó la oportunidad de pasar a las “grandes ligas” con la compra del local que anteriormente había sido el Sears de Barranquilla, en la calle 53. Ahí se estableció el primero de los SAO (Superalmacén Olímpica),

La primera Supertienda abrió el 31 de julio de 1968 y fue el primer experimento en Colombia de un almacén por departamentos, que tuvo un éxito arrollador.

223


Olímpica es una de las compañías líderes en la comercialización de productos de consumo masivo de óptima calidad, a través de una cadena privada de Droguerías, Supertiendas y Superalmacenes orientados a satisfacer las necesidades y deseos de la comunidad, ofreciendo un buen servicio y los mejores precios, con el respaldo de un talento humano comprometido e integralmente capacitado.

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el formato de gran superficie de cadena, abierto en marzo de 1988 con sus 8.540 metros cuadrados de área de ventas. En 1989 se emprendió con Ospinas y Cía. el proyecto de mayor envergadura en el plano inmobiliario: un gran centro comercial en lo que fuera el antiguo Hipódromo de Techo en Bogotá, denominado Plaza de las Américas, donde se instaló el primer SAO diseñado ex profeso para la cadena e inaugurado en noviembre de 1991. Al año 2013 existen ocho Superalmacenes Olímpica y se adelantan nuevos proyectos en Cartagena, Santa Marta, Armenia y Bogotá.


Una empresa 100 % colombiana Olímpica es en la actualidad la segunda cadena de almacenes del sector retail más importante del país con capital 100 % colombiano. Cuenta con más de 257 puntos de venta en sus formatos de Droguerías, Superdroguerías, Supertiendas y Superalmacenes y continúa expandiéndose hacia nuevos mercados nacionales, en 19 departamentos y 69 municipios, lugares que le han permitido afianzar su crecimiento. Pero su actividad en los sitios donde hace presencia no se limita solo a la actividad comercial, sino que se convierte en una marca cercana con sus habitantes y un importante aliado para la preservación de sus tradiciones, apoyando y patrocinando actividades que velen por la conservación de su patrimonio cultural. Con su premisa fundamental de ofrecer a sus clientes todo lo que necesitan para que su vida sea mejor, siempre con cercanía, familiaridad, economía y servicio, Olímpica ha logrado consolidarse en sus 60 años como una marca nacional, pero orgullosa de su origen caribe.

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Tres generaciones

En los años noventa entraron al escenario los jóvenes Char de la tercera generación. Decidiendo por consenso, luego de analizar su vocación personal, su formación y sus destrezas –y desde luego su deseo de asumir el compromiso–, cada uno de los cuatro hermanos socios ha destacado a uno de sus hijos en posiciones claves de la organización, hasta el punto de que ahora son ellos quienes tienen el manejo empresarial, en tanto que los Char Abdala integran el directorio y son algo así como un cuerpo consultor permanente, listo para complementar las tareas que lo requieran. En el frente gerencial, la tercera generación lucha por conservar un estilo que busca una administración muy liviana y una estructura muy poco jerarquizada. Los empleados tienen la puerta abierta a la alta dirección, y el trato recíproco, como se estila en el Caribe, es abierto, amigable y directo. No se cuenta con una frondosa planta de ejecutivos ya que el modo de gestión y de vida empresarial es sencillo y austero.

Olímpica tiene el más alto nivel de competitividad y eficiencia en la comercialización de productos de consumo masivo de óptima calidad. Todo, a través de una cadena privada claramente diferenciada de droguerías, combinación de supermercados y droguerías y almacenes, siempre orientados a satisfacer las necesidades y deseos de la comunidad.

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Desde 1987 la cadena inauguró el primer Super Almacén Olímpica SAO, lo que representó una evolución al formato de comercio en grandes superficies.

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Expreso Brasilia

LO MODERNO EN TRANSPORTE Expreso Brasilia S.A., la compañía de transporte terrestre intermunicipal de pasajeros líder en la región Caribe, es fundada en la ciudad de Barranquilla en el año 1961 por un grupo de jóvenes emprendedores transportadores con el propósito de brindar un moderno y confortable servicio al cliente. Este servicio, por aquellos años se prestaba en unas pintorescas e incómodas chivas de madera que además de ser camiones mixtos, mitad para carga y mitad para pasajeros, se detenían en cada pueblo, corregimiento y/o caserío que encontraban haciendo más larga la incomodidad del viaje por las casi inexistentes carreteras que para aquel entonces eran en su gran mayoría algo más que polvorientos caminos carreteables. La escogencia del nombre se debía a que la capital de Brasil, la ciudad de Brasilia, había sido recién construida y fundada basada en planeación, urbanismo e innovadora arquitectura. Es así como la empresa inicia bajo el eslogan “Brasilia lo moderno en transporte”. La historia de esta compañía se remonta al 8 de julio de 1960, tras la primera constitución como sociedad limitada. Comenzó a operar con 14 buses que habían pertenecido a la empresa Rápido Tolima, buses modernos en el contexto de la época, de silletería abollonada y pintados con los vistosos colores amarillo, azul y rojo. Un aviso publicitario los describía así: “Buses último mode-

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Al principio operaron 12 buses

Todas las rutas de la región Caribe son el fuerte de Brasilia aunque también se fortalece cada vez más la ruta a Cali y al eje cafetero ya que es la única empresa que tiene autorizada la ruta a Cali desde Barranquilla y desde Cartagena, así como la ruta a Armenia y Buga, desde Barranquilla cuenta con dos despachos, uno en la mañana y otro en la tarde. Las rutas largas, a Bogotá y a Medellín, también son muy importantes, por eso, para hacer más cómodo y placentero el viaje a los pasajeros, los autobuses que atienden estas rutas son equipados con tecnologías de punta en materia de entretenimiento y seguridad. Los proyectos de la empresa incluyen incursionar en otros países, replicando su sistema de negocios. Próximamente en Ecuador y Perú, entre otros. Se está a la espera de las dobles calzadas para ampliar el cubrimiento de los servicios.

LAS RUTAS DE BRASILIA

Primera agencia en la ciudad de Barranquilla, carrera 45 con calle 37.

Bus que cubría la ruta BarranquillaCartagena, año 1971.

lo de carrocerías americanas de lujo, manejados por sus propios dueños”. Luego de un exitoso año de servicio por las carreteras del Atlántico y Bolívar, los fundadores, demostrando un agudo sentido de estrategia financiera y comercial, disuelven la sociedad limitada para formar una nueva empresa, abierta a nuevos socios que la recapitalizan y aportan ideas de avanzada. Es así como la noche del 1 de julio de 1961, en una casa del centro de Barranquilla, constituyen Expreso Brasilia S.A. Un mes después, el lunes 11 de agosto, se protocoliza la escritura pública y se toma esa fecha como la de fundación de la compañía. Los fundadores fueron: Carlos Vásquez Arango, Efraín Nieto Ribero, Raúl Vergara Martínez, Rafael Nilo Vergara, Gabriel Hernández Vera, Teresa González de Nieto, Alfonso Eljaiek, Luis Guillermo Miranda, Evaristo Triana Rubio y Eurípides A. Riaño. Además de los dueños de la liquidada Transportes Brasilia Ltda., los nuevos socios eran propietarios de dos empresas que también fueron disueltas: Transportes


1966

Vergara Ltda. y Expreso del Norte. Posteriormente ingresan otros tres inversionistas para completar el grupo que sería crucial en el desarrollo de la organización, ellos fueron: Jorge Guarín Otero, Antonio María Gutiérrez y Campo Elías Triana, provenientes de la empresa de transporte urbana de Barranquilla de nombre SOBUSA. Expreso Brasilia S.A. bajo la gerencia de Carlos Vásquez se inicia con una nómina de 15 empleados y 12 buses aportados por los socios, empezó cubriendo la ruta Barranquilla - Cartagena ida y vuelta. Eran los primeros equipos con carrocería metálica en el país, que brindaban comodidad, seguridad y además rutas directas desconocidas por los viajeros, lo que revolucionó el transporte terrestre de pasajeros en los sesenta. Esto fue visionado por hombres como Jorge Guarín y Antonio María Gutiérrez, que se vincularon tempranamente a la recién fundada empresa.

1970

1972

1979

El primer punto de despacho de buses y expendio de tiquetes en Barranquilla estaba situado en una esquina del crucero donde se hallaba el teatro Rex, carrera 45 con calle 37, no se contaba con parqueaderos y los buses se estacionaban en la calle. Pocos años después, la sede se estableció en la calle 32 entre las carreras 44 y 45 B donde quedaba un antiguo almacén de la empresa embotelladora de aceites CUDECOM siendo esta por largos años su principal base de operaciones, pero aún no se tenía parqueadero y los buses continuaban estacionándose en la calle, solo en el año 1965 se contó con estacionamiento interno. En 10 días la empresa pasa de 12 buses a tener 40, contar un crecimiento progresivo de la flota se convirtió en una constante. En 1962 ya contaba con 60 buses, en 1965 eran 251 automotores. En 1966 la empresa institucionaliza la figura del Afiliado, siendo de ellos la mayoría de los vehículos.

1981

El mejor conductor

1961

Programa de motivación y reconocimiento con el que Expreso Brasilia exalta y da a conocer la destacada labor que realizan sus conductores. Se lleva a cabo dos veces al año, en junio y noviembre. La empresa organiza un evento especial en el que premian a 12 conductores que se destacan entre los demás por hacer su trabajo de manera impecable. Las diferentes agencias postulan a quien ellas consideran que son los mejores conductores, teniendo en cuenta: puntualidad, respeto con los pasajeros, buena presentación, entre otros.

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La historia reconoce hoy a Expreso Brasilia S.A. como una sólida empresa nacional e internacional que continúa marchando a la vanguardia del progreso y la modernización del servicio de transporte terrestre de pasajeros en Colombia, sustentado en un sistema de gestión de calidad, de buenas prácticas internas, de un efectivo servicio al cliente y de una constante modernización de la flota de autobuses.

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En los años setenta se continúa marcando la historia siendo líderes en diferentes eventos. En 1970 se importan de España 20 lujosos buses pullman tipo turismo marca Avia, los primeros buses con motor diésel en Colombia. En 1972 son traídos de México nueve buses Sultana, los primeros con sillas reclinables y aire acondicionado, ofreciendo un servicio con refrigerios servidos por elegantes azafatas, nunca antes visto. Dos años después, en 1974, se incorporan a la flota 20 confortables buses Pegaso. A partir de 1975 la adquisición de nuevos vehículos más funcionales, cómodos y veloces, estuvo apoyada en el desarrollo de los modelos Dodge y Chrysler ensamblados en Colombia. Bajo la gerencia de don César Chacón se dan a conocer los famosos “Thermo King”, siendo estos siempre referenciados por nuestros clientes. La compañía adquiere gran posicionamiento y prestigio a nivel nacional ya que promovía la integración turístico comercial. Se inaugura en el año 1981 la terminal privada de la calle Murillo con carrera 35 en Barranquilla, y se abre una nueva historia para la empresa. En el año 1983 entra a la gerencia don Jorge Guarín García, hijo de don Jorge Guarín Otero, quien continúa con el eslogan “LO MODERNO EN TRANSPORTE”. En 1984 importan treinta camionetas Ford de los EE. UU. para doce pasajeros y se establece el servicio Van Tour con el objetivo de fortalecer las rutas cortas; simultánea-

PrLa empresa cuenta con 1.400 empleados

Planta de empleados oficinas administrativas.

mente se inicia la sistematización de la empresa para facilitar el prestar un mejor servicio a usuarios y afiliados. Se establece el servicio de buses con aire acondicionado y baño en su interior, con los colores blanco, azul y rojo, parecido a la línea aérea europea Air France, lo cual le da un realce al nuevo nivel de servicio llamado GAVIOTA. Las extraordinarias y novedosas ventajas que ofrecía la empresa a los usuarios, hicieron que la compañía se ganara la aceptación y la confianza, de modo que en pocos años se registró un crecimiento acelerado. Ese crecimiento estaba asociado al incremento y modernización del parque automotor y a la expansión de rutas y destinos, aumento de la red de oficinas y agencias, construcción de terminales propias, así como el desarrollo de todo el personal: conductores, auxiliares, operarios de mantenimiento, fuerza de venta y empleados del área administrativa. Brasilia, siempre preocupada por la capacitación de sus tripulantes, adquiere el primer bus didáctico en el país con asesoría del Sena, con capacidad para 10 alumnos por viaje instructivo. Siguiendo con el plan de modernización y expansión de los ochenta, se construyen terminales en ciudades como Cartagena, Montería, Maicao y Sincelejo, siendo esta última la más grande terminal privada del país. En el año 1998, bajo la gerencia de doña Stella Guarín García, Expreso Brasilia inicia su operación internacio-


Conductores certificados La moderna flota de autobuses

Expreso Brasilia S.A. cuenta con el más moderno y lujoso parque automotor en toda la región Caribe colombiana. Se trata de una flota compuesta por más de 400 autobuses con tecnología de punta, que permiten un desempeño óptimo en carretera y el máximo confort a los viajeros.

Los nuevos autobuses que empiezan a renovar la flota de Expreso Brasilia son ensamblados con carrocerías Superpolo y poseen un chasis Scania de tecnología sueca, reputada como la mejor a nivel mundial en la línea de autobuses. Son motores inteligentes que mediante controles electrónicos.

Unitransco es una de las líneas de Expreso Brasilia S.A. que a partir del año 2003 ha reposicionado sus rutas e itinerarios en las carreteras de la región Caribe.

optimizan el desempeño, consumen muy poco combustible y las emisiones de gases son mínimas. A raíz de esta tecnología la empresa pondrá en funcionamiento un completo taller con técnicos entrenados para dar mantenimiento a estos sofisticados motores.

El aspirante a conducir en Expreso Brasilia tiene que cumplir unas horas reglamentarias de entrenamiento, sin importar la experiencia que en términos de años pueda tener. Para poder conducir en Brasilia hay que estar certificado previamente por los protocolos de la empresa. Por ello, el índice de accidentalidad es muy bajo lo que merece destacarse si se tiene en cuenta que la flota está compuesta por más de 400 buses que viajan por todas las carreteras que cruzan la difícil topografía de Colombia. El bus didáctico sale cada 15 días, viajando por toda Colombia, llega hasta Ipiales y regresa. Durante este recorrido se entrenan los nuevos conductores y se familiarizan con los protocolos y principios de la empresa. Los conductores de las rutas internacionales son seleccionados por su gran experiencia y la responsabilidad que tienen de manejar en otros países. Además de las capacidades técnicas deben ser muy prudentes. La ruta Barranquilla-Lima son 74 horas de viaje, el equipo de conductores encargados deben ser muy preparados y certificados. Ellos pueden manejar máximo ocho horas, tiempo en que son relevados y como van tres conductores cada relevo toma el timón con 16 horas de descanso (los buses cuentan con camarotes para conductores). Además, algunas rutas contarán con azafatas.

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Portafolio de negocios Expreso Brasilia S.A. cuenta con cuatro unidades de negocio: Pasajes, Encomiendas, Servicio Especial y Giros con más de 150 puntos de venta en terminales, agencias y almacenes de cadena en todo el país (Éxito y Olímpica). La unidad de Servicio Especial Brasilia está compuesta por buses propios de la compañía que se distinguen por su llamativo color verde con blanco. Esos buses trabajan exclusivamente los contratos con empresas para prestar servicio expreso a colegios, convenciones, grupos, congresos, y para todos los que requieran que se les preste un servicio de transporte cómodo, seguro y profesional por vía terrestre a cualquier parte de país.

nal con la ruta a Venezuela. Esto es un orgullo para nuestro país y la compañía, siendo la única empresa de transporte terrestre de pasajeros en prestar un destino fuera del territorio colombiano y fundan la empresa Central de Autos y Partes –CENPAR– con el fin de suministrar por medio de esta todos los insumos que el afiliado requiere para llevar a cabo su operación. En el año 2000 entra a la gerencia de la compañía el señor Mario Rodríguez Escallón quien contribuye con la creación del servicio Gaviota Preferencial con un importante número de hermosos buses último modelo y de tecnología de punta. Se da la extensión de las rutas nacionales hasta Cali, Popayán, Pasto e Ipiales, con lo que la empresa logra una total cobertura del territorio colombiano. Al año siguiente (2002) se inaugura la primera oficina de Servicio al Cliente. En diciembre de 2003 la compañía celebra convenio con la compañía Unitransco S.A. para prestar apoyo en la gestión administrativa e impulsar todas las rutas en la región Caribe. En el año 2006 Expreso Brasilia S.A. fortalece sus otras líneas de negocio, entre ellas la de Servicio Especial, inicia con la compañía Drummond, en donde hasta el año 2012 movilizó gran número de pasajeros, siendo esta una operación ejemplo en nuestro país. A finales del año 2012 el doctor Abelardo Duarte Otero, persona con gran conocimiento en el sector, quien había sido gerente de Unitransco, BusVen, Coolibertado-

res y había trabajado durante su juventud con don Jorge Guarín Otero, es nombrado gerente de la compañía siendo este un período de tiempo en el que la empresa toma gran impulso y fortalece su valor humano. A mediados del año 2013 ingresa a la gerencia don Mario Lozano Vargas y la compañía lanza la línea de buses PREMIUM PLUS, vehículos totalmente nuevos en su diseño e imagen y con un completo sistema de entretenimiento a bordo. Adicionalmente, estos vehículos cuentan con un auxiliar de bus que obsequia un refrigerio a cada pasajero, todo esto en aras de brindar un acompañamiento cálido y seguro durante el viaje. Simultáneamente dan inicio al plan de construcción y renovación de Salas VIP, también llamadas Salas Gaviota, para sus viajeros frecuentes en Barranquilla, Valledupar, Simón Bolívar, Maicao, Sincelejo, Riohacha, Montería, Cartagena, Bogotá, Medellín, entre otras ciudades donde tiene presencia la compañía. La historia reconoce hoy a Expreso Brasilia S.A. como una sólida empresa nacional e internacional que continúa marchando a la vanguardia del progreso y la modernización del servicio de transporte terrestre de pasajeros en Colombia, sustentado en un sistema de gestión de calidad, de buenas prácticas internas, de un efectivo servicio al cliente y de una constante modernización de la flota de autobuses, cada vez más cómodos y mejor equipados con tecnologías a bordo para el entretenimiento y la conectividad personal de los viajeros.

Premium Plus Vehículos marca Scania con carrocería Marcopolo completamente nuevos en su diseño e imagen, con suspensión neumática, caja automatizada, frenos ABS/EBS, tomacorrientes, Wi-Fi, cinturones de seguridad en cada asiento, equipados con pantallas individuales táctiles Funtoro (considerado el sistema de entretenimiento a bordo más moderno a nivel mundial) en donde el pasajero tiene a su disposición películas, música, localización satelital, juegos e Internet.

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PROGRAMAS RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL ❯ CÁSATE CON BRASILIA, orientado a parejas que viven en unión libre durante muchos años. La empresa se rige por principios que valoran la familia como institución que brinda estabilidad y seguridad, por tal motivo decide promover la formalización de los matrimonios.

Bus consultorio en Santo Tomás, Atlántico.

❯ PROGRAMA BACHILLER, dirigido a los conductores, a sus esposas e hijos, ofrecido a adultos que no son bachilleres, es totalmente gratis. Así mismo se ofrece un taller de manualidades permanentes, para que diferentes miembros de la familia puedan ayudar en los ingresos familiares. Manualidades, artesanías, diseño de modas, después de cada taller se realiza una exhibición dentro de la empresa, y se promueven ferias.

Viajero Gaviota Con el propósito de conocer mejor a los clientes, Expreso Brasilia posee un programa para Viajeros Frecuentes llamado “Viajero Gaviota”. Por medio de esta estrategia de mercadeo relacional los clientes que se inscriban en la base de datos acumulan el 10 % de los kilómetros recorridos que luego pueden redimir por tiquetes gratis. Con este programa la empresa premia la fidelidad de sus clientes, al tiempo que conoce mejor acerca de sus hábitos y frecuencias de viaje.

❯ PROGRAMA DE LAS BECAS, es un programa que beneficia estudiantes de estratos 1, 2 y 3 y se privilegia a personas que vivan fuera de Barranquilla. El estudiante ganador cuenta con 100 millones de pesos, exclusivamente para realizar una carrera universitaria completa, así como la dotación para llevar a cabo tal fin.

Servicio al cliente Para Expreso Brasilia es muy importante el cliente, por esta razón cuenta con un área de servicio al cliente muy fuerte. Se puede decir que en el sector de las empresas de transporte terrestre de pasajeros, Brasilia es la empresa que tiene el área de servicio al cliente más sólida y mejor constituida de todo el país.

❯ EL BUS CONSULTORIO, sale una vez al mes y se dirige a las poblaciones vulnerables con el apoyo de la alcaldía del lugar. El programa está compuesto por los servicios de medicina general, odontología, recreación, cortes de cabello, rifas, vacunación, entre otros. Durante la jornada se atiende desde las 8 a.m. hasta las 6 p.m. beneficiando un promedio de 1.400 personas entre niños y adultos mayores. ❯ ESCUELA DE FÚTBOL, para los hijos de los conductores. De igual forma, se promueven la natación y grupos de teatro.

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Cooperativa de Productores de Leche del Atlántico Ltda.

COOLECHERA, DEL CAMPO A LA CIUDAD Durante 80 años COOLECHERA ha servido de enlace entre la producción de los pequeños productores de leche de la región Caribe y el mercado nacional.

La primera feria ganadera realizada en las instalaciones de COOLECHERA junto al matadero.

Cooperativa de carácter limitado, que nace en Barranquilla, suscrita en acta del 16 de abril de 1933. A mano de un grupo de 38 ganaderos del departamento del Atlántico (Ernesto Correa Suárez & Compañía, Miguel Torres, Nemesio de la Espriella, Rafael y Edgardo Manotas Wilches, entre otros), se constituyó en la segunda empresa cooperativa fundada en el país: “Cooperativa de Productores de Leche del Atlántico Ltda.” y fue la primera en el área de la comercialización, de la leche y derivados lácteos. Durante 80 años, COOLECHERA se ha destacado por conjugar dos perfiles; por un lado el Económico, asumiendo el liderazgo en el segmento de cooperativas, que era un nuevo concepto de empresas que ofrecían una economía solidaria, generando múltiples fuentes de trabajo. Y por otro lado el Social, introduciendo al mercado un producto saludable para la comunidad, teniendo la

necesidad de que sus acciones repercutieran no solamente en el bienestar de sus asociados, sino también sobre la comunidad que consume y acepta sus productos. Inicialmente las operaciones de la cooperativa se realizaban en un local contiguo al Matadero Moderno, antigua calle Soledad. Para la comercialización de la leche se utilizaban calambucos y se expendía en medidas de un tercio, un cuarto y medio litro. Se introdujo además en el mercado la mantequilla en latas metálicas y bajo la marca “La Cooperativa” en presentaciones de 5 libras. Un año después se aprueban los estatutos y se otorga la personería jurídica, mediante Resolución 050 firmada por el presidente de la república, doctor Enrique Olaya Herrera, y el ministro de Industrias, José Chaux. Al cumplir su tercer año de operaciones, Coolechera inaugura la sede de la calle 17, que hasta nuestros días funciona como la sede actual de la cooperativa y es desde

La unión hace la fuerza

Primera flota de camiones.

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Las reuniones permanentes de los primeros asociados a la cooperativa fueron decisivas para el desarrollo de esta importante industria.


Fachada de la planta de COOLECHERA en los años 80.

Planta de pulverización de leche.

Las primeras adquisiciones de equipos fueron motivo de orgullo para los directivos que veían cómo COOLECHERA crecía día a día.

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donde se centran todas sus operaciones. Esa inauguración se hace bajo la Gerencia del señor Arturo Esguerra. Tres años después, en 1939, comienza a operar el sistema de pasteurización de la leche utilizada en los procesos, con la importación de los equipos para envase en higiénicas botellas de vidrio y tapas de cartón en presentación de medio y un litro. Este envasado novedoso, en botellas de vidrio, comenzó con la capacidad instalada de 20.000 litros día y posteriormente se le introdujo la tapa de seguridad en aluminio. El abastecimiento de los empaques y envases se hacía a través de proveedores extranjeros. El notable crecimiento de la demanda, durante los años, creó la necesidad de importar nueva maquinaria para ampliar la capacidad instalada a 40.000 litros día, es por ello por lo que en agosto de 1950 se instala nueva maquinaria, y se diversifican los derivados de la leche, creando una nueva línea de fabricación de helados. La empresa iba teniendo un éxito notable, y con él, la necesidad de implementar la modernización de la planta, especialmente en el área de refrigeración y nuevos equipos de pasteurización y envase, para que mejorara la calidad de la leche líquida y sus derivados. Bajo este propósito, de 1960 a 1963, se moderniza la planta, se instala una máquina para la fabricación de quesos, yogurt y mantequilla. Y previendo estabilizar el suministro adecuado de la demanda de leche líquida en la época de

Toda la maquinaria donde se empacan los productos de COOLECHERA cumplen con los requisitos de calidad exigidos por la ley.

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verano, y un eficiente manejo de los excedentes de leche que se presentaban en el invierno, Coolechera instaló su primera planta de pulverización en la planta contigua a la de pasteurización y envase. Se importó un equipo de marca “Roger” para secado de la leche con capacidad para 20.000 litros día, implementándose el sistema de rehidratación en época de escasez. Estos avances tecnológicos y la modernización de las plantas impulsaron mucho más el auge de los productos Coolechera en los mercados regionales y nacionales. Es por esto por lo que se expande el radio de acción a otros departamentos de la Costa, iniciándose en mayo 12 de 1964, con la primera planta de recepción y enfriamiento de leche, localizada en el municipio de Pivijay, Magdalena. Con una recolección inicial de 5.000 litros. Siete años más tarde se incursionó en la zona de Fundación (Magdalena) con el montaje de otra planta de recepción y enfriamiento, que en nuestros días se ha convertido en uno de los centros receptores más importantes de la Cooperativa, al captar el 25 % del total de leche recibida actualmente. Y en 1974 , continuando con la política de expansión, se iniciaron operaciones en Calamar, para recibir la leche de los ganaderos del departamento de Bolívar y zonas del río Magdalena. Expandidos y consolidados, continúa la optimización y el trabajo en nuevos productos. En miras de esto, se innova con el empaque de la leche líquida, en bolsas

Empaque, distribución y mantenimiento

La distribución de los productos de COOLECHERA se hace en una moderna flota de camiones acondicionados para llevarlos a los diferentes puntos de venta.


de polietileno, reemplazando las botellas de vidrio. De esa manera, en noviembre de 1977, tras la innovación en este funcional empaque, y la creación de leche saborizada bajo la marca de “Coolsabor” y “Coolecherita”, se lograron alcanzar ventas de 100.000 litros día, con gran aceptación y demanda entre los pequeños consumidores. Entre 1980 y 1983 se amplía la plantas de derivados con la instalación de las modernas máquinas empacadoras de yogurt y corte de mantequilla en barras, debido a la introducción a nivel nacional de productos, especialmente yogurt, mantequilla por libras, quesos y arequipes. Y se inaugura la segunda planta de pulverización de leche en polvo con la instalación de un equipo con capacidad para 100.000 litros día, a fin de atender la demanda de uso industrial de leche en polvo entera y descremada. Cuatro años más tarde, yendo acorde con el crecimiento de la empresa, y con el propósito de garantizar una eficiente operación en los procesos productivos, brindando una óptima calidad de los productos elaborados, así como una entrega oportuna en los mercados regionales y nacionales, se inició la separación tecnológica y secuencial de las áreas para lograr una estructura funcional dentro del denominado Plan Quinquenal 1988 – 1991. Dentro de este plan quinquenal se inauguran la planta de enfriamiento en el departamento del Cesar, municipio de Cuatro Vientos; la planta alterna de recepción de leche en Sabanalarga, con una capacidad inicial de

40.000 litros, obra que tuvo como objetivo descentralizar las operaciones en la planta de Barranquilla y flexibilizar los horarios de entrega de la leche de los asociados de la región; y se construye y monta la planta de pulverización No. 3 con una capacidad de 200.000 litros día, para leche en polvo entera y descremada. Gracias al avance y éxito de Coolechera, en 1990 es escogida por Fenalco como comerciante emérito. Este premio, “Mercurio de Oro”, fue entregado en junio de 1991, resaltando el desarrollo social y económico de la ciudad y de la costa atlántica en general. Durante este último año se da también el tratamiento de aguas residuales a través del sistema anaeróbico UASB. De 1992 a 1995 se instalan dos plantas eléctricas Detroit para autogeneración de energía; se realiza la reorganización y sistematización de las secciones de Ahorro y Crédito; de la misma manera, se lleva a cabo la importación de vehículos y se pone en marcha el equipo de uperización y tanques de balanza, más la construcción y montaje de una planta totalmente nueva en Fundación (Magdalena); se abren puntos de venta estratégicos, por otro lado se compran equipos de yogurt y queso, y se da la apertura de un nuevo centro de acopio en el Piñón; y para culminar, se trasladan algunas oficinas a la calle 30. La optimización de todos estos recursos llevan a COOLECHERA a tener la importancia regional y na-

El mantenimiento de las máquinas donde se procesan y empacan los productos de COOLECHERA es permanente. El personal recibe capacitación para garantizar la producción diaria de los productos.

La optimización de todos los recursos lleva a COOLECHERA a tener la importancia regional y nacional con la que hoy cuenta, sus alcances en materia industrial, comercial, económica y de recurso humano van acorde con los requerimientos y estándares nacionales e internacionales de compañías sólidas. 237


cional con la que hoy cuenta, sus alcances en materia industrial, comercial, económica y de recurso humano van acorde con los requerimientos y estándares nacionales e internacionales de compañías sólidas, dentro del sector de procesamiento de alimentos. De esta forma, en los siete años siguientes, hasta el 2002, no se descuidan los avances, mejoramientos y obras, que entre otras, las principales son: finalización de obras en el parque industrial de Fundación (Magdalena); reestructuración del área de mercadeo; se recibieron, en 1999, equipos para el montaje de la planta de queso con tinas, y en el 2001-2002 se comienzan a realizar exportaciones de leche en polvo a varios países; se amplía el frío y la capacidad de recibo en la planta Sabanalarga; se abren en la región Caribe nuevos centros de acopio (en Plato y Fonseca), y se abren ventas en los distritos (Santa Marta y Bogotá). Otro de los elementos importantes, para este período, es la implementación de buenas prácticas de manufacturas (BPM). En el enfoque hacia la ampliación del mercado para sus productos en la región atlántica, logró la adquisición de la mayoría de las acciones de la empresa del sector lácteo Hato Blanco en el año 2003 y dándole continuidad a esta política, logró la integración de la Cooperativa de Ganaderos de Cartagena CODEGAN LTDA. en el año 2007 con la adhesión de 178 socios ganaderos, poniendo en marcha estrategias de comercialización y penetración de

mercados a partir de las características propias de cada producto en el ámbito regional que maneja cada marca. Con el ánimo de seguir contribuyendo con el desarrollo de la región Caribe y responder a las nuevas tendencias del mercado, COOLECHERA inauguró el lunes 27 de noviembre de 2006 su planta para Leche Larga Vida, con maquinaria de empaque Tetra Brik Aseptic. Toda esta historia, hasta nuestros días, nos sitúa en un panorama amplio acerca de la sostenibilidad de una empresa que trabaja con altos estándares de calidad, soportados con tecnología de punta y con un talento humano idóneo y comprometido, para ofrecer un portafolio de productos atractivo y creciente a los consumidores nacionales e internacionales. COOLECHERA trabaja fundamentada en los principios cooperativos, dentro de un marco ético y compromiso empresarial y ambiental, para lograr el bienestar y la sostenibilidad de la organización, creando valor y servicios para los cooperados, trabajadores y comunidad en general. La cooperativa se encarga de captar, producir y comercializar lácteos y soluciones alimenticias y productos afines al sector agropecuario. Entre sus producciones se encuentran: leche líquida, leche en polvo, refrescos, agua, quesos esparcibles, yogures, bebidas lácteas, avenas, gelatinas, mantequillas y postres. COOLECHERA comercializa sus productos en todas las ciudades de la Costa Atlántica: Barranquilla, Santa Marta, Cartagena,

COOLECHERA, comprometida con los aficionados al deporte en Barranquilla

COOLECHERA utiliza el sistema de envasado Tetra Brik que protege el alimento y lo mantiene en perfecto estado, por mucho más tiempo, sin necesidad de conservantes. Esto es posible combinando un producto estéril en un envase aséptico.

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COOLECHERA patrocinó el béisbol profesional de Colombia. En la foto, Cabrera y Rentería.


Tennis Tournament Country Club 2012, Feria Sabanalarga 2011, Seguridad Alimentaria 2011, Encuentro Agroganadero Latinoamericano y del Gran Caribe Fenaltiendas, Feria Agroganadera y Equina de Fundación, entre muchos otros. COOLECHERA se proyecta hacia el 2014 en ser reconocidos y posicionados como la empresa líder en el mercado de lácteos, soluciones alimenticias y productos afines al sector agropecuario en el Caribe colombiano, entregando productos acordes a las necesidades del cliente y ampliando su portafolio de mercado, de tal manera que contribuya al desarrollo de la industria nacional y logre la sostenibilidad de la organización. Es indudable el aporte que esta empresa ha brindado a los barranquilleros, contribuyendo al bienestar y a la salud en varios de los elementos de vital importancia para la salud de los seres humanos (leche y sus derivados, agua, entre otros). Es un orgullo para la empresa haber escogido a Barranquilla como cuna de toda su historia, y comparte con ella todo el empuje y la fuerza de una ciudad que va rumbo al éxito. Actualmente COOLECHERA cuenta con un total de 1.028 socios, entre los cuales se encuentran seis Cooperativas de diferentes sectores de la región, que asocian aproximadamente 1.000 ganaderos más, colocando a la empresa como la Cooperativa Láctea más representativa de los ganaderos en la costa atlántica.

COOLECHERA se ha comprometido con la afición del equipo de la ciudad. El Junior fue campeón en el 2004 con el patrocinio de COOLECHERA.

Fiesta de despedida del “Pibe” Valderrama. En la foto, Maribel Galván de Valderrama con sus hijos y el famoso futbolista Diego Armando Maradona.

Valledupar, Montería, Sincelejo, Riohacha y en todos los municipios y poblaciones de los siete departamentos. Por medio de grandes autoservicios (supermercados, supertiendas, entre otros), Canales tradicionales (tiendas de barrios), Canal industrial (empresas que usan los productos COOLECHERA para realizar su producción), Canal institucional (principales hoteles, restaurantes, colegios, universidades, entre otros). Además de la importancia económica de la Cooperativa, hay un sector que es muy importante para la dinámica de COOLECHERA, consiste en la Responsabilidad Social Empresarial, que está orientado a difundir en el entorno social barranquillero la cultura de la gestión ética y responsable, de manera sostenible, a través de planes de acción cuantificables en el tiempo. Dentro de esos planes se encuentran las Brigadas a colegios, como por ejemplo el Helena Chauvin del barrio Las Nieves, conformado por hijos de los trabajadores y vecinos de la planta, para gozar de jornadas deportivas. De la misma manera, se han realizado jornadas de educación acerca de la nutrición, como lo fue el pasado 1 de junio de 2011 en torno a la Celebración del Día Mundial de la Leche en el Megacolegio del barrio El Pueblito. La responsabilidad social también se evidencia en los patrocinios y eventos que realiza la Cooperativa, entre ellas: Reyes Infantiles 2012 punto del sabor calle 60, Toma de supermercados reyes infantiles 2012, Torneo

Los jugos Bonga de COOLECHERA son ricos en vitaminas, ideales para el complemento alimenticio de los niños en su etapa de crecimiento.

COOLECHERA se proyecta en ser reconocida como la empresa líder en el mercado de lácteos, soluciones alimenticias y productos afines al sector agropecuario en el Caribe colombiano, entregando productos acordes a las necesidades del cliente y ampliando su portafolio de mercado.

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Organización Radial Olímpica

BARRANQUILLA AL RITMO DE OLÍMPICA, UNA RADIO MUY NUESTRA La Organización Radial Olímpica huele, tiene el aroma, el sabor y el sonido de Barranquilla. En la cuna de la radiodifusión en Colombia, esta cadena radial ha sido algo así como la Universidad de la Radio.

Por sus estudios e instalaciones han pasado todos los grandes de la locución, la animación, la programación y el periodismo no solo de Barranquilla, sino del Caribe colombiano y el país. Adicionalmente, esta casa radial, la más importante del Caribe, ha sido la casa que ha recibido con gran hospitalidad a los más grandes y destacados intérpretes de la música colombiana e internacional, y se ha convertido en la más confiable empresa del entretenimiento. Hablar de las emisoras de la Organización Radial Olímpica, una cadena próxima a cumplir 50 años, es hablar de lo que es Barranquilla: una ciudad de puertas abiertas que se proyecta al mundo con talento; una ciudad acogedora, dinámica, progresista, que sabe de música; una ciudad llena de alegría y talento.

Artistas, orquestas y grupos reconocidos en el mundo de la música y el espectáculo presentados por Radio Olímpica

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Por ello, ha asumido el entretenimiento como una filosofía que con respeto y con altura ha manejado esta cadena, que es orgullo de los barranquilleros y de los colombianos. Hablar de las emisoras de la Organización Radial Olímpica, es también hablar de Colombia, un país que ha ido a la vanguardia de la radiodifusión en el mundo, un país alegre, un país que es la suma de varias regiones con una identidad propia que la cadena ha sabido integrar en su organización. Con un estilo propio, la Organización Radial Olímpica ha logrado penetrar el país, y lo que es más destacado, ha conquistado el cariño de los habitantes de las ciudades donde opera, en las que, como en la ciudad que los vio nacer, son número uno, porque están con los

Los eventos que les brindan alegría y diversión a los oyentes ha sido siempre la bandera con la que Organización Radial Olímpica lidera todo lo que se propone, consiguiendo no solo la preferencia de sus oyentes, sino el éxito como empresa.


La historia del brillante recorrido de esta empresa radial, que pronto cumplirá cincuenta años de éxito progresivo e ininterrumpido, está jalonado por extraordinarios logros, artistas estelares de brillo internacional, locutores de renombre, reconocidos animadores y toda una pléyade de gente de radio en donde el denominador común es el talento.

“Gracias a su talento y pasión por el medio, Mike Char logró convertir un naciente grupo de emisoras en toda una cadena con proyección nacional”.

Personajes como Juan Gossaín y Fabio Poveda en los inicios de los 70 hicieron parte del naciente liderazgo de las emisoras de Organización Radial Olímpica.

Luis Altamiranda y Andy Pérez, junto a Luis García, reconocido músico salsero de la época.

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Mike Char, presidente de la compañía, junto a Marcos Pérez Caicedo, una de las máximas figuras del periodismo, quien hizo parte de Organización Radial Olímpica.

oyentes, conocen el mercado y respetan la idiosincrasia de sus habitantes. En cada ciudad en donde sus emisoras hacen presencia, hoy, huele, sabe y suena a esa ciudad. Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, Bucaramanga, Cartagena, Ibagué, Santa Marta, Armenia, Manizales, Cúcuta, Montería, Villavicencio, Sincelejo, Neiva, Valledupar, son ciudades que ven reflejada su identidad en las emisoras de la cadena. La historia comenzó en 1967 cuando la familia Char adquirió su primera emisora AM llamada Radio Olímpica y a la vuelta de pocos años sumó tres emisoras más. Gracias a su talento y pasión por el medio, Mike Char logró convertir un naciente grupo de emisoras en toda una cadena con proyección nacional. El temprano factor de éxito del nuevo formato de hacer radio lo representó el hecho de que, no obstante ser una radio esencialmente recreativa, alegre y popular, desde sus inicios ha sido una radio organizada. Como oferta de contenidos de entretenimiento, la Cadena Radial insigne de Barranquilla es, desde el comienzo, un sistema muy ágil que se caracteriza por interactuar con la audiencia superando la tradicional radio pasiva. Entre otras cosas, es por ello por lo que la Organización ha consolidado una buena programación de gran impacto y ciento por ciento popular.

Grandes periodistas de Colombia han hecho parte del equipo de Organización Radial Olímpica

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Detrás de esa programación existe un sistema, una bien trazada estrategia de comunicación y un personal comprometido con brindar lo mejor de lo mejor. La historia de Barranquilla, desde que salió al aire la primera emisora de Organización Radial Olímpica, se ha enmarcado en los jingles de Olímpica que hablan de la ciudad y mueven sus gustos musicales. Artistas como Celia Cruz, Richie Ray y Bobby Cruz, el Gran Combo, Joe Arroyo, Cheo Feliciano, Andy Montañez, el Binomio de Oro, Diomedes Díaz, Gilberto Santa Rosa, Víctor Manuel, Rica Arena, Sergio Vargas, Eddy Herrera, Los Hermanos Zuleta, Jorge Oñate, Silvestre Dangond, Óscar de León, Hansel y Raúl, Tito Rojas y otros han encontrado en Barranquilla con las emisoras Olímpica su verdadera casa, y por eso han llegado a ella y han participado de sus eventos. El eje del que se sostiene el éxito de su oferta radial es la programación, la cual es desde siempre la que han querido escuchar los habitantes de esta región del país, en conjunto con sus contenidos originales y la expresión auténtica de sus locutores, con el buen oído de sus programadores y directivos que la han puesto a sonar en casi todo el país, y en Panamá. Los éxitos de la radio son los éxitos de miles de artistas del mundo que han sonado en las diferentes emisoras de la cadena. Muchos de ellos han pasado en persona por las instalaciones de la empresa para

Fabio Poveda haciendo gala de su talento periodístico con grandes personajes del espectáculo internacional, aquí con la estrella de Hollywood Mario Baracus.

Jorge Cura Amar, uno de los periodistas más premiados, aquí recibiendo el premio Príncipe de Asturias de la mano del rey Juan Carlos de España.


Las emisoras de Organización Radial Olímpica hacen presencia en la celebración de los carnavales, la fiesta tradicional más importante de Colombia, aportando la creatividad y alegría para el entretenimiento del pueblo barranquillero.

agradecer, para compartir, para estar más cerca de la audiencia y para hacer parte de los conciertos que le ha regalado Olímpica a sus oyentes en el transcurso de estos casi 50 años. La Cadena Radial Olímpica está hecha a la medida de los distintos oyentes. Así ha sido desde el principio cuando apareció Olímpica, primero en AM y después en FM, se ha caracterizado por ser la más alegre, la más popular, la más parrandera, la más nuestra, en Barranquilla y en todas las ciudades donde ostenta hace tiempo los primeros lugares de preferencia. Para los más jóvenes, para los que no se desprenden de la música cuando están trabajando o estudiando, para los más enamorados y románticos, Radio Tiempo ha sido y es la mejor compañía para personas de todas las edades que son fervientes seguidoras de esta emisora que, además, con gran frecuencia les trae en concierto a las estrellas del momento. Y el vallenato, la música que identifica a Colombia en el mundo con innumerables seguidores, tiene su espacio en La Reina, donde el entretenimiento va de la mano del talento y la defensa de lo que enorgullece al país. En Barranquilla hace parte de la cadena, la emisora de noticias y de la música de “Los mayores oyentes”, que es mucho más que un eslogan: Emisora Atlántico, con las noticias que marcan el diario vivir de la región, con un periodismo serio que está del lado de los ciu-

Gustavo Castillo García con su estilo logró cautivar a la audiencia barranquillera.

Jacob Guerra en entrevista con el cantautor cubano Bienvenido Granda, voz líder de la Sonora Matancera.

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Édgar Perea con su estilo integró el equipo de Organización Radial Olímpica, aquí con “Don” King, promotor estadounidense de boxeo.

Joe Arroyo, máxima figura de la música colombiana, en compañía de Andy Pérez, director de Olímpica Stereo, y Javier Echeverry (locutor).

dadanos, con la más importante escuela de periodismo radial. Es una emisora de información, contenido y servicio a la comunidad, con interesantes programas de opinión. Por esa amalgama que representa la diversidad de Colombia han pasado los más grandes periodistas que ha tenido el país: Marcos Pérez, Gustavo Castillo García, Juan Gossaín, Fabio Poveda, Édgar Perea, Efraín Peñate, Ventura Díaz Mejía, Abel González, Jorge Cura, entre otros. También han pasado grandes hombres de la radio como José Daniel Sánchez, Marco Aurelio Álvarez, Jairo Pava, Luis Arias, Luis Altamiranda, Andy Pérez, Estercita Forero, Jacob Guerra, Rafael Páez, Joyce Lozano, Javier Echeverry, entre otros.

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En el plano del entretenimiento, la Organización, a través de sus emisoras Olímpica Estéreo, Radio Tiempo y La Reina, ha brindado algunos de los mejores y más importantes conciertos del país Durante su historia, la Organización Radial Olímpica ha traído a todos los artistas, orquestas y grupos realmente significativos y reconocidos en el mundo de la música y del espectáculo para ser disfrutados completamente gratis por sus seguidores: Roberto Carlos, Richie Ray y Bobby Cruz, Joe Cuba, Nelson Ned, el Gran Combo, Chayanne, Joe Quijano, Hansel y Raúl, Celia Cruz, Willie Colon, Óscar de León, Ricardo Montaner, Julio Iglesias, Raphael, Maelo Ruiz, Eddie Santiago, Tito Rojas, Kinito Méndez, Wilfrido Vargas, Sergio Vargas, entre otros, La Cadena Radial Olímpica nació siendo orgullo de la radio en Barranquilla, y rápidamente se convirtió en orgullo del Caribe, y hoy es una empresa de mostrar en Colombia. El actual compromiso de la Organización Radial Olímpica es continuar su liderazgo con el apoyo de sus directivos, Miguel Char Abdala (presidente), Pedro Segrera Gómez (gerente general) y Rafael Páez Rodríguez (gerente nacional de producción), soportados en el talento artístico y creativo de quienes hacen la radio exitosa de sus emisoras Olímpica Stereo, Radio Tiempo, La Reina y Emisora Atlántico.

Noticias y entretenimiento de calidad

Pedro Segrera, actual gerente general de Organización Radial Olímpica. Jorge Cura, director del noticiero de Emisora Atlántico, y Joyce Lozano, directora de Radio Tiempo.


La barranquillera Shakira, la artista colombiana más internacional, en compañía de Rafael Páez, gerente nacional de Producción de Organización Radial Olímpica.

Con sus emisoras Olímpica Stereo, Radio Tiempo, Emisora Atlántico y La Reina, la Organización Radial Olímpica cumple su objetivo de llevar entretenimiento a todos los rincones de la ciudad.

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EL HERALDO

80 AÑOS, LÍDER EN LA COSTA Y ABANDERADO DE GRANDES CAUSAS

Casona donde nació EL HERALDO, situada en la calle Ancha, hoy paseo Bolívar, allí se reunían Juan B. Fernández Ortega, Alberto Pumarejo y Luis Eduardo Manotas, apreciados caballeros de la sociedad barranquillera con ideales liberales, fundadores de este diario.

La materialización de un sueño El 28 de octubre de 1933 Barranquilla vio nacer la primera edición del diario EL HERALDO. Un grupo de caballeros liberales, con el deseo de entregarle a su partido un órgano de expresión amplio y defensor, en cierta forma, de la región del Caribe colombiano, del centralismo que comenzaba a surgir por aquella época. Juan B. Fernández Ortega, Luis Eduardo Manotas y Alberto Pumarejo concibieron la creación de un periódico en el que los habitantes de la ciudad y el Caribe pudieran encontrar la información más completa sobre los acontecimientos más importantes que se desarrollaban en una era conmocionada por las guerras y las depresiones económicas. Tres personajes de la vida pública de la ciudad, que además de ayudar a construir una urbe próspera, desde la arena política querían ayudar a formar una sociedad con criterio y conocimiento a través de las noticias.

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Con una ideología liberal, EL HERALDO se ha convertido en la tribuna donde se hace eco a los problemas de la ciudad y se sacan a la luz pública las preocupaciones del pueblo barranquillero, pero sin descuidar el acontecer cotidiano en el resto de Colombia y el mundo. La evolución a lo largo de los años le permitió además al periódico convertirse en un bastión de la costa Caribe para defender los intereses de la región ante el desmesurado centralismo que se padecía en los albores del siglo XX. La labor periodística aunada con la vocación de servicio político de sus fundadores erigieron a EL HERALDO como el defensor y el promulgador de las ideas que han hecho crecer a Barranquilla a lo largo de estos 80 años de labor incansable, comunicando de manera oportuna y veraz los más grandes sucesos que se han desarrollado incluso en los rincones más alejados del planeta, con una sorprendente rapidez para una época en la que las noticias no estaban a un solo clic de distancia.

Firmas que hacen parte de la historia

El premio nobel de literatura, Gabriel García Márquez tecleó su máquina en este diario publicando durante dos años su columna diaria “La Jirafa”, en la página editorial.

Una tribuna con vocación de servicio informativo a la vanguardia de las comunicaciones. Por sus tres sedes han desfilado reconocidos periodistas. Con las nuevas tecnologías ha diversificado sus productos como Radio H y Productos H.

Periodistas de la talla de Juan Gossaín y Fabio Poveda Márquez dejaron a su paso por la redacción de este diario un valioso aporte con sus estilos periodísticos.


La recordada periodista Olga Emiliani Heilbron se vinculó en 1977 hasta 1994. Comenzó escribiendo bajo el seudónimo de Morgana, pero por su agilidad periodística fue nombrada asistente de dirección. Su columna sabatina se caracterizó por su crítica mordaz, pero matizada con apuntes de humor que la convirtieron en una de las periodistas más leídas del Caribe.

El periodista Ernesto McCausland inició en 1982 su carrera como reportero de noticias judiciales, siendo esta su primera etapa en este diario, donde comenzó a los 18 años de edad. Desde el 2 de enero de 2010 se desempeñó como editor general de esta casa periodística, pero dos años más tarde comenzó su lucha con una penosa enfermedad, registrando la noticia de su fallecimiento el 21 de noviembre de 2012.

El presidente de EL HERALDO, Francisco Posada Carbó, y la gerente Elaine Abuchaibe Auad.

Desde 1976 el periodista deportivo Chelo de Castro escribe su columna diaria, caracterizándose sus escritos por su lúcido estilo.

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Revistas semanales

A un ritmo de una vida cada vez más acelerado, EL HERALDO respondió con diagramaciones más audaces, la introducción de la policromía y un cambio en el lenguaje de las noticias con un trato más ameno, acompañadas de un aumento de imágenes, logrando un buen balance entre lo gráfico y lo textual.

La revista Gente Caribe, que circula todos los sábados, nace ante el deseo de mostrar el potencial de los profesionales de la región Caribe.

La revista Miércoles resalta semanalmente la belleza de la mujer del Caribe, en su portada y páginas centrales, pero también registra un gran contenido temático.


frescos cada mañana y los murmullos de periodistas ajetreados con las noticias que llegaban de todas partes del planeta, hasta llegar a la sede actual. La primera sede estuvo ubicada en la calle Ancha, hoy paseo Bolívar, donde funcionó la vieja máquina del Diario del Comercio, que adquirieron los fundadores para la edición del nuevo periódico para Barranquilla. A los cinco años de su puesta en marcha tuvieron que trasladarse a una más amplia en la calle Real, que con el tiempo quedó insuficiente tanto para la producción del periódico como para acoger a la gran cantidad de visitantes que diariamente se acercaban a hacer denuncias, contar necesidades y mostrar logros. Razón suficiente por la que urgió la necesidad de construir una sede mucho más grande y moderna en la calle 53B No. 46-25, donde actualmente se concentra todo el funcionamiento: redacción, administrativo, comercial y producción. En esta etapa del periódico, el hijo de Fernández Ortega, Juan B. Fernández Renowitzky, asumió como director del periódico, mientras que Alberto Mario Pumarejo y Manuel De la Rosa se hicieron cargo de la gerencia; Alberto Gieseken Roncallo ocupó la superintendencia, y la periodista Olga Emiliani se desempeñó como asesora de dirección.

Directores de EL HERALDO

El registro de los espectáculos, eventos, artistas y programa de fin de semana lo hace todos los viernes la revista Sí, anteriormente llamada VSD. La cultura y literatura tienen un espacio en la revista Latitud, que circula todos los domingos, como opción de interés para los lectores.

Juan B. Fernández Ortega fue el primer director de EL HERALDO, desde 1934 hasta 1970.

En 1975, el doctor Juan B. Fernández Renowitzky asume la dirección de EL HERALDO, cargo que desempeñó por más de 19 años. En 2005, el exvicepresidente Gustavo Bell Lemus ocupa este puesto, que anteriormente desempeñaban solo socios de esta casa periodística.

Al frente de la evolución EL HERALDO, al igual que la ciudad, siempre ha estado a la vanguardia de las comunicaciones utilizando los más modernos aparatos que la tecnología ha creado. También, el diseño y la calidad de las impresiones han tenido un papel importante, con las máquinas y las técnicas más avanzadas, para entregar en las manos de los lectores un producto cada vez mejor. La evolución del gusto del público ha desempeñado un rol determinante en el crecimiento artístico de EL HERALDO. A un ritmo de una vida cada vez más acelerado, respondió con diagramaciones más audaces, la introducción de la policromía y un cambio en el lenguaje de las noticias con un trato más ameno, acompañadas de un aumento de imágenes, logrando un buen balance entre lo gráfico y lo textual. A medida que los tiempos fueron cambiando, EL HERALDO también fue modificando su estructura. Debido a la acogida y la preferencia del público costeño con el servicio informativo del periódico, se hizo necesario que la ubicación fuera en sitios cada vez más amplios, donde pudieran trabajar cómodamente los encargados de redactar y armar el diario. Dos viejas casonas en el Centro Histórico de la ciudad contuvieron los sonidos de máquinas en sus paredes, los ruidos de las imprentas sacando los periódicos

El periodista Marcos Schwartz Rodacki es nombrado director en 2013.

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El Heraldito es uno de los productos hecho por niños y para niños. Sale todos los domingos.

Los planes turísticos de Barranquilla, el Atlántico y del Caribe colombiano están en la Guía H, se distribuye en hoteles, restaurantes y agencias de viajes.

Hey!, la revista juvenil que circula semanalmente miércoles y jueves, de manera gratuita, dirigida al sector universitario.

Cuna de grandes periodistas Extraordinarias firmas han pasado por los pasillos de EL HERALDO y han estado cada mañana en los consejos de redacción proponiendo y discutiendo los temas más pertinentes para entregar en las manos de los lectores. Este diario ha servido como centro de formación para jóvenes y veteranos periodistas, que han encontrado en sus páginas un espacio para desbordar su pasión por informar y descubrir lo importante en los sucesos cotidianos. Periodistas como Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, José Fuenmayor, Germán Vargas, Juan Goenaga, Alfonso Fuenmayor, Juan Gossaín, Fabio Poveda Márquez, Chelo de Castro y Ernesto McCausland, entre otros, han hecho un valioso aporte a lo largo de la historia de este diario para convertirlo en el más leído de la Costa. No podemos dejar de mencionar a la siempre recordada Olga Emiliani, quien siendo asistente de dirección asumió funciones que son hoy del editor general. Su columna semanal sirvió de tribuna para debatir temas de política y sus escritos se caracterizaban por una crítica mordaz, pero matizada con apuntes de humor que la convirtieron en una de las columnistas más leídas de la región. Mirando al futuro Durante 80 años ha acompañado el crecimiento de la ciudad y ha evolucionado de la mano de esta gran metrópoli. Ha estado en los momentos más impac-

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La revista Juegos, una manera distinta de divertirse. Circula todos los martes con el periódico.

tantes de la historia de la humanidad, transmitiendo el sentir de los protagonistas y compartiendo grandes historias de vida. También la incursión en las nuevas tecnologías le ha permitido diversificar sus productos, estableciendo una simbiosis entre sus antiguos y sus nuevos lectores para satisfacer su sed de información. Caminando al ritmo de la globalización, EL HERALDO cuenta con presencia en Internet a través de un moderno portal reactivado en 2008, alimentado tanto por periodistas vinculados a la web como por los de la redacción del periódico, quienes cumplen con las exigencias de lo que hoy es llamado el periodismo convergente, aplicado en todos los diarios existentes del mundo. Desde hace pocos meses, las noticias también se escuchan por Radio H, su emisora por Internet. Y en el campo comercial, para fortalecer su mercado, creó su agencia digital poniendo en marcha la plataforma transaccional mediante sus productos por Internet: Ofertas H, Empleos H e Inmuebles H, para los clientes y personas en general, pero los suscriptores vinculados al “Club de privilegios” reciben beneficios y descuentos especiales. A sus 80 años, EL HERALDO mira al futuro con la confianza que le da la experiencia y el saber que se ha hecho un gran trabajo a lo largo de ocho décadas de funcionamiento ininterrumpido.

El HERALDO.CO y Radio H

De la mano con la tecnología, las noticias del periódico son llevadas a su portal EL HERALDO.CO, medio que también hace avances noticiosos de los hechos del momento.

Nuevos productos

A través de la página web www.elheraldo.co/Radio H, EL HERALDO tiene su emisora por Internet, que salió al aire en febrero pasado. Ambos medios están en las redes sociales Facebook y Twitter.


Periódicos regionales Aldía

EL HERALDO cuenta ahora con una moderna sala de redacción, con espacios abiertos, inaugurada en octubre de 2008.

Los informes especiales hacen parte de la unidad de negocios de EL HERALDO, con contenido periodístico en formato universal y tabloide.

Diversidad en las temáticas para satisfacer las necesidades de sus clientes, manejando contenidos en las áreas de la salud, belleza y construcción, entre otros.

Especiales EL HERALDO

El 22 de mayo de 2007 circula la primera edición del periódico Aldía en la ciudad. El interés de la casa editorial era presentar un periodismo popular que lo acercara a la comunidad. Inició con circulación local y en las poblaciones del departamento del Atlántico, pero luego se dio el proceso de expansión a las capitales de la región: Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Valledupar, Montería y Sincelejo.

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Barranquilla se fortalece como epicentro portuario y urbano de la región Caribe gracias a la competitividad de sus clústeres industriales, logísticos, comerciales y de servicios, que la preparan para insertarse exitosamente en la era de la economía globalizada, y en particular en el marco comercial que brindan los múltiples tratados de libre comercio suscritos por Colombia con varios países del mundo.

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Sociedad Portuaria, Puerto de Barranquilla

EL PUERTO MULTIPROPÓSITO MÁS GRANDE DEL CARIBE COLOMBIANO Moviliza todo tipo de carga como contenedores, graneles sólidos y líquidos, carga general y carbón. Dispone de un muelle lineal de 1.058 metros, con un calado autorizado de 36 pies, así como de un muelle adicional de 550 metros para embarcaciones fluviales. Desde hace 77 años el Puerto de Barranquilla ha sido un símbolo de la historia y el progreso de la ciudad, y ha crecido de la mano con el esfuerzo y el trabajo de la industria colombiana. Ha sido parte del desarrollo y del crecimiento de toda una región, y por ello se ha preparado para los retos que el comercio exterior presenta día a día. Con el inicio de la nueva etapa de tratados de libre comercio con varios países, el reto más grande es el mejoramiento y la optimización de servicios, a fin de aumentar e impulsar la actividad comercial e industrial en todo el territorio nacional. Por tal motivo el Puerto de Barranquilla inició en 2007 la ejecución del Plan Evoluciona, que con una inversión de alrededor de 179 millones de dólares busca mejorar los estándares de calidad y servicios del puerto, así como incrementar su competitividad y productividad.

El principal puerto de Colombia desde 1936

En estos últimos seis años el Puerto de Barranquilla ha invertido cerca de 80 millones de dólares en infraestructura, procesos y maquinaria que han permitido responder al incremento de la actividad comercial. Estas inversiones, dirigidas a los cuatro tipos de carga, han afianzado el crecimiento de la empresa y han consolidado el puerto como aliado estratégico que impulsa la conectividad del país y el intercambio de bienes y servicios. El Puerto de Barranquilla cuenta hoy con el respaldo del Grupo Southern Cross, accionista mayoritario y que ha venido respaldando el plan de modernización con inversiones adicionales de alrededor de cien millones de dólares, prioritariamente en capacitación del recurso humano, infraestructura y tecnología. El Puerto de Barranquilla está creciendo al ritmo de un país que trabaja por un mayor desarrollo del comercio

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Con la inauguración en 1936 del terminal marítimo y fluvial de la ciudad, a 22 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena, Barranquilla se convirtió en la puerta de entrada de la actividad comercial e industrial del país.


Barranquilla es por excelencia la ciudad puerto de Colombia. Su puerto, que funciona desde 1936, se constituyó desde finales del siglo XIX en la principal terminal portuaria por su ubicación estratégica y las ventajas competitivas únicas que ofrece por ser puerto de mar y de río.

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El Puerto de Barranquilla, Sociedad Portuaria, es el terminal multipropósito líder en la región, y moviliza más de cuatro millones de toneladas de carga al año. Con una ubicación estratégica cerca de la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe, el puerto cuenta con un área de cien hectáreas y la infraestructura y los equipos necesarios para la movilización de todo tipo de carga.

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exterior y un incremento notable de su actividad comercial. En 2013 tuvo una transformación que le permitió fortalecer ante la ciudad, la región y el país la vocación como terminal multipropósito líder en la costa del Caribe. Esta renovación fue, más que una imagen diferente, la confirmación de un proceso de evolución que le permite ofrecer soluciones de conectividad y logística a todos los clientes. Con esta transformación se le otorga el nombre que se merece el terminal marítimo y fluvial que ha sido y seguirá siendo parte de la historia de la ciudad: Puerto de Barranquilla. Este quiere ofrecerle al mundo un terminal marítimo y fluvial dotado de las mejores condiciones técnicas y un recurso humano altamente especializado. Por ello seguirá evolucionando e impulsando la competitividad del puerto y de una ciudad que muestra siempre un notable crecimiento, para convertirla así en la nueva Puerta de Oro de las Américas.


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El Puerto de Barranquilla ha sido parte del desarrollo y la evoluci贸n de la ciudad, creciendo de la mano con la industria y el comercio. Es el puerto de mayor movimiento de comercio exterior en Barranquilla, con un canal de acceso profundo y confiable que permite el tr谩nsito de barcos, acrecienta la operaci贸n portuaria y transfiere la carga que se moviliza por el r铆o.



Zona Franca de Barranquilla

PIONERA EN COLOMBIA

“Operada por ZONA FRANCA BARRANQUILLA S.A. U.O.Z.F la cual cuenta con un sistema integrado de gestión certificado bajo los estándares de las Normas ISO 9001 versión 2008 y BASC versión 2008”.

Los estudios para el desarrollo y establecimiento de la Zona Franca de Barranquilla iniciaron con la labor investigativa realizada en 1953, bajo la gestión y liderazgo de don Julio Gerlein Comelin.

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y divisas para el país y con ello convertirse en polo de desarrollo industrial de la región Caribe colombiana con proyección internacional. Mediante el Decreto 2663 de 1959 el presidente Alberto Lleras Camargo definió que la Zona Franca de Barranquilla debía estar localizada a orillas del río Magdalena, a menos de 22 kilómetros de la desembocadura en el mar. Bajo este supuesto, se decide, mediante tramitación legal, la ubicación de esta en la ciudad de Barranquilla, lo anterior resultado de las innegables y positivas ventajas del puerto, gracias a dicha decisión la región Caribe y en especial la ciudad de Barranquilla potencializa su perfil industrial, recibiendo la primera Zona Franca Industrial y Comercial de Colombia . “Con una situación geográfica estratégica, la Zona Franca de Barranquilla es un polo de desarrollo altamente competitivo donde se fortalecen las nuevas inversiones, las economías de escala y la generación de empleo.”

Una plataforma integral para el intercambio comercial con los más importantes mercados del mundo

Creación Los antecedentes del régimen franco en Colombia se sitúan en 1953 al producirse un trabajo investigativo de los ciudadanos suecos Hjalmar Maistrom, gerente general del Puerto Libre de Estocolmo, y Rune Ulsafz, secretario de la Asociación General de Exportación de Suecia. El estudio de estos técnicos concluyó en establecer en Barranquilla una Zona Franca Industrial y Comercial que aprovechara las numerosas ventajas del puerto, su entorno y los aspectos inherentes a esa modalidad portuaria-aduanera tan útil para el intercambio comercial. La Ley 105 de 1958 materializó la recomendación al crear la Zona Industrial y Comercial de Barranquilla, establecimiento público del orden nacional, con personería jurídica y patrimonio propio. Esta fue concebida como una plataforma integral de comercio exterior, orientada a promover la generación de empleo

1958, Zona Franca pionera de Colombia. Con una situación geográfica estratégica, la Zona Franca es un polo de desarrollo altamente competitivo donde se fortalecen las nuevas inversiones, las economías de escala y la generación de empleo.


Edificio administrativo.

Acceso principal Zona Franca de Barranquilla.

2013, Zona Franca de Barranquilla cuenta con 88 usuarios y 25 entidades de apoyo..

Las prerrogativas del régimen franco permiten a las compañías un ventajoso desarrollo a cambio de la generación de empleo y divisas. Así mismo, los usuarios obtienen beneficios: tarifa única del impuesto de renta gravable del 15 por ciento para usuarios industriales de bienes y servicios, exención del impuesto sobre las ventas de las materias primas, partes, insumos y bienes terminados que se vendan a usuarios industriales de bienes o servicios; y exención de impuestos de renta sobre dividendos pagados entre otras. Una plataforma integral para el intercambio comercial con los más importantes mercados del mundo Para favorecer el comercio de Colombia con el mundo, en 1960 Alemania encargó a expertos del puerto de Ham-

burgo el diseño del área portuaria de la Zona Franca de Barranquilla. El plan piloto urbanístico contempló la construcción de la obra en dos etapas; el primer plano de construcción abarcó una superficie de 412.000 metros cuadrados cobijando la parte industrial, 22 bodegas con un área asignada de 60.000 m2, las carreteras y el edificio administrativo; ejecutado el plan, se desarrollaron bodegas y adecuaron lotes para la instalación de empresas nacionales y/o extranjeras, y el edificio administrativo quedó con una amplitud de 1.600 metros cuadrados. Así nació Zona Franca de Barranquilla, pionera en este sector, la cual se creó en 1958 gracias a la Ley 105 del año en mención; en el año 1991 se inició el pro-

SERVICIOS • Manejo de Régimen Franco. • Puerto Franco marítimo y fluvial. • Puerta de Interconexión con Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla. • Atención las 24 horas, los 7 días de la semana. • Disponibilidad de lotes y bodegas, bajo la modalidad de renta. • Servicios públicos garantizados. • Software E-Franco Especializado en el manejo de las operaciones de Comercio Exterior. • Responsabilidad Social.

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ceso de privatización; dos años más tarde (1993), tres empresas licitaron en busca de la adjudicación del contrato, en 1994 se expidió la Resolución 0978 (Res. 1087 del 1 de julio de 1994, dada por el Ministerio de Comercio Exterior) que otorgaba la calidad de usuario operador a Sodezona S.A., que años más tarde cambió su razón social a Zona Franca de Barranquilla S.A. U.O.Z.F (Z.F BAQ S.A.) este último firmó su contrato inicial de arrendamiento en el año 1994 con término al año 2009 y amplía este en el año 2006 hasta el año 2024. En la actualidad Zona Franca de Barranquilla, cuenta con un millón (1.000.000) metros cuadrados de régimen franco y es reconocida como motor del crecimiento industrial, comercial y portuario de la región Caribe. Su estructura ofrece a los empresarios e inversionistas una plataforma apta para facilitar la manufactura y el comercio mundial desde uno de los ejes estratégicos más importantes del hemisferio; por su rentabilidad, su proyección industrial y comercial y el desarrollo económico y social que llevan implícitos los productos y servicios que ofrece la Zona Franca de Barranquilla S.A. se constituye en la mejor alternativa de inversión.

Retycol S.A.

Atunec S.A.

SECTORES • Automotriz • Cosméticos y Farmacéutico • Agroindustria • Manufacturas • Materiales de Construcción • BPO & IT • Logística y Almacenamiento • Confecciones • Servicios • Alimentos • Bebidas / Licor • Hidrocarburos/ Químicos/Agroquímicos • Metalmecánica • Plásticos • Madera • Vidrio

Beneficios ●

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Tarifa única de impuesto sobre la renta gravable será de un 15 % para los usuarios industriales de bienes o de servicios. No se causan ni pagan tributos aduaneros (IVA o Arancel) para mercancías que se introduzcan desde el exterior. Exención de IVA para materias primas, partes, insumos y bienes terminados que se vendan desde el TAN a usuarios industriales de bienes o de servicios de Zona Franca.

Comdistral S.A. Boating International S.A.

Exención de IVA por ventas de mercancías a mercados externos. Las exportaciones que se realicen desde Zona Franca a Terceros países se benefician de los acuerdos comerciales internacionales. Libre acceso a mercado nacional. Permitido el procesamiento parcial de la mercancía por un término máx. de 6 meses.

Portmagdalena S.A.


Ventajas y características ZOFIA ● ●

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Gracias al crecimiento y a la demanda que impulsa el mercado, Z.F. BAQ S.A. Usuario Operador de Zona Franca de Barranquilla, se ve en la necesidad de gestionar un proyecto capaz de cubrir y/o superar las expectativas del mercado actual; como resultado de lo anterior en el mes de noviembre de 2007 se obtiene la aprobación de un proyecto realmente ambicioso de la costa Caribe colombiana: Zona Franca Internacional del Atlántico (ZOFIA), calificada como Zona Franca Permanente de Bienes y Servicios, con un total de 1.200.000 m2 y la posibilidad de expandirse se convierte en la plaza más adecuada para la instalación de una empresa en búsqueda de beneficios y desarrollo.

Extensión de 120 hectáreas. Exención impuesto predial e industria y comercio y sus complementarios por un término de 10 años a partir de la escrituración del predio. Zona Franca exenta del impuesto CREE. Cercanía a los puertos: a 120 km de los puertos de Santa Marta y Cartagena. Ubicación estratégica, en el municipio de Galapa, área metropolitana de Barranquilla, carretera La Cordialidad a 2,5 km de la Circunvalar y a 9,5 km de distancia del área portuaria y del aeropuerto internacional de Barranquilla. Inversión de rápida valorización. Inversión como persona natural o jurídica. Atención y servicios las 24 horas, 7 días a la semana. Áreas disponibles 100% operativas.

ZOFIA Zona Franca Internacional del Atlántico, área total 1.200.000 m2. Acceso principal ZOFIA.

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Monómeros Colombo Venezolanos S.A.

PROGRESA CON BARRANQUILLA Empresa binacional creada para proveer productos químicos y fertilizantes para el agro.

Monómeros Colombo Venezolanos, primera empresa Multinacional de Barranquilla que surge de los esfuerzos de los gobiernos de Colombia y Venezuela por promover la integración económica de ambos países, convertida hoy en día en una de las empresas insignes de la ciudad, logrando consolidarse en el transcurso de los años como un motor de desarrollo regional y una de las compañías que genera mayor productividad en Colombia. Desde los dos puertos más importantes de Colombia: el de Barranquilla frente al mar Caribe y el de Buenaventura a orillas del océano Pacífico, Monómeros atiende los más exigentes mercados a nivel nacional e internacional, a través de un proceso de producción y comercialización seguro, eficiente y amigable con el medio ambiente. Además de la ubicación estratégica de sus puertos y una desarrollada infraestructura física, la capacidad

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En 1972 se concluyó el montaje de las plantas, procediendo a la puesta en marcha y normalización de operaciones.

En 1968 ingresó como accionista la firma licenciadora del proceso DSM de Holanda, se modificó la razón social y se cambió la forma jurídica de la empresa, tomando el nombre de Monómeros Colombo Venezolanos S.A.

En diciembre de 1967 se elevó a escritura pública la constitución de Monómeros de Colombia como sociedad de responsabilidad limitada, con participación inicial del Instituto de Fomento Industrial –IFI–, la Empresa Colombiana de Petróleos –ECOPETROL– y el Instituto Venezolano de Petroquímica –IVP–.

En septiembre de 1967, el Consejo Nacional de Política Económica aprobó el proyecto destinado a la producción de Caprolactama y Fertilizantes Compuestos, como culminación del estudio de factibilidad presentado en 1965 por el Fondo de Estudios Petroquímicos.

Hitos de la historia de Monómeros

En 1973 se iniciaron las actividades comerciales. En 1985 se transformó la compañía en Empresa Multinacional Andina acogiéndose a las ventajas que otorga el Acuerdo de Cartagena y posteriormente se abrió una sucursal en Venezuela, aprovechando las ventajas de ser considerada como nacional en ese país.


En el 2000 se adquirió una participación accionaria en la Compañía VANYLON, productora de filamentos de nylon.

En el 2002 se adquirió la operación de fertilizantes de Cargill en Colombia, la cual pasó a llamarse ECOFÉRTIL, dedicada a la producción y comercialización de fertilizantes simples y mezclados. En 2003 se creó la empresa Monómeros International Ltd., con sede en las Islas Vírgenes Británicas y tiene como objetivo realizar operaciones logísticas y comerciales tanto con Monómeros como con terceros y el de agilizar la gestión documentaria de las importaciones de Monómeros.

Complejo Petroquímico Antonio Nariño Se encuentra ubicado en la ciudad de Buenaventura, puerto de mayor participación en el comercio exterior de importaciones y exportaciones en el país. Desde aquí Monómeros fabrica mezclas físicas de fertilizan-

El 18 de abril de 2006, la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL) y el Instituto de Fomento Industrial (IFI) vendieron su participación accionaria al socio Petroquímica de Venezuela (PEQUIVEN). A su vez, el 21 de diciembre de este mismo año, PEQUIVEN compra las acciones de DSM, constituyéndose en accionista mayoritario de Monómeros.

Complejo Petroquímico Libertador Simón Bolívar Con un área de 52 hectáreas, muy próximo a la desembocadura del Río Grande de la Magdalena, en la ciudad de Barranquilla, Monómeros atiende los más exigentes mercados en más de cincuenta países.

En 1990 se creó la compañía naviera Compass Rose Shipping Ltd., la cual presta un servicio de carga dedicado a Colombia y Venezuela desde el norte de Europa, Escandinavia, el Reino Unido, España, Estados Unidos y África Occidental. Esta exitosa empresa es el resultado de la asociación de MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. (EMA), con el grupo CLIPPER, empresa naviera de Dinamarca.

logística de Monómeros, perfeccionada con el paso de los años, ha permitido a la compañía desplazar cientos de miles de toneladas desde los centros de aprovisionamiento en el exterior al complejo productivo; a la vez que le ha permitido abastecer con entera satisfacción y de manera oportuna a sus clientes.

En 2013, Monómeros Colombo Venezolanos se consolida como empresa líder en los negocios de insumos químicos, nutrición vegetal, animal y de una operación portuaria que se desarrolla como una nueva alternativa de negocio.

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tes y cuenta con una estructura logística que fortalece su capacidad de almacenamiento y despacho. Entre las empresas vinculadas a Monómeros se encuentran Monómeros International Ltda. en las Islas Vírgenes Británicas, cuyo objetivo es realizar operaciones logísticas y comerciales tanto con Monómeros como con terceros, y el de agilizar la gestión documentaria de las importaciones de Monómeros. Y Compass Rose Shipping Ltda., con sede en Bahamas, conformada en asocio con el Grupo Clipper, cuyo objetivo es el transporte marítimo de carga de Monómeros y de terceros. Líneas de Productos: • Monómeros ofrece el más completo portafolio de fertilizantes, desarrollados especialmente para hacer más productivos los campos colombianos, bajo las marcas líderes NUTRIMON, NUTRIMON Plus y ECOFÉRTIL. Esta compañía cuenta con la planta de fertilizantes complejos granulados más grande del país y la más moderna planta para la elaboración de fertilizantes mezclados. Se constituye en la compañía líder en la producción de sulfato de amonio y nitrato de potasio, y en la comercialización de fertilizantes simples.

• En la línea de nutrición animal, Monómeros hace presencia a través de sus marcas TRICALFOS Y NUTRICALFOS, como el más grande fabricante nacional de la fuente de fósforo, calcio y sodio mineral que se emplea en la formulación de alimentos balanceados y sales minerales para los animales del campo. • En la línea de productos industriales, Monómeros provee para Colombia y el mundo, diferentes materias primas ajustadas a los estándares internacionales de industrialización. Esta compañía cuenta con un recurso humano altamente capacitado y un moderno sistema de control automático de procesos que permiten fabricar productos de calidad a la altura de las más importantes industrias manufactureras del mundo. Responsabilidad Social Para Monómeros, la responsabilidad social empresarial es mucho más que la puesta en marcha de actividades sociales aisladas. Por el contrario, representa una filosofía plasmada en una Política organizacional, que se traduce en una intervención estructurada orientada al mejora-

La Fundación Monómeros diseña y ejecuta, a través de alianzas interinstitucionales, diferentes programas y proyectos en las áreas de educación y salud, orientados al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades menos favorecidas del área de influencia.

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El compromiso de Responsabilidad Social que tiene Monómeros con el barrio Las Flores es significativo.


miento de la calidad de vida de las comunidades menos favorecidas del área de influencia. Tomando como epicentro de su intervención a la comunidad vecina al Complejo, el barrio Las Flores, de la ciudad de Barranquilla, la Fundación, creada desde el año 1991, ha gestado un sólido proceso en el que ha involucrado a los líderes comunales, los jóvenes, las mujeres, madres cabeza de hogar y los adultos mayores. La apuesta es por el empoderamiento de la comunidad y la instalación de capacidades que les permitan autogestionar su desarrollo y lograr un mejoramiento en sus condiciones de vida. La Fundación Monómeros ha trabajado por la salud y nutrición de la población infan-

til y juvenil, el mejoramiento de la calidad educativa y la generación de opciones complementarias en educación para los niños del sector. Ha desarrollado Programas en Oficios Productivos y Emprendimiento para promover la generación de ingresos, fortaleciendo además los procesos de asociación y gestión para el desarrollo con las organizaciones de base. El proyecto de mayor impacto en la comunidad que ha sido liderado por la Fundación, es el Proyecto de Construcción y Dotación del Megacolegio Libertador Simón Bolívar, con capacidad para 960 estudiantes y una inversión de $8.500.000.000. El establecimiento educativo, que fue entregado en el año 2009 en

Vista panorámica de la planta de Monómeros.

comodato al Distrito de Barranquilla por un período de 12 años para su operación, contribuyó a la ampliación de cobertura y al mejoramiento en la calidad educativa, al permitir que los niños del barrio Las Flores accedan a un servicio educativo óptimo y digno, en un ambiente favorable para todos. La gestión de Responsabilidad de Monómeros ratifica su compromiso con el desarrollo de Colombia, en el marco de una gestión estratégica integral que propende por el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y el progreso de las comunidades menos favorecidas. Es una tarea y un orgullo de toda la familia Monómeros. 269


Portmagdalena

UN PUERTO ESPECIALIZADO EN LÍQUIDOS Con un muelle a 22 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena opera un puerto para la importación y exportación de graneles líquidos donde se manejan productos químicos, combustibles y lubricantes que abastecen el mercado local y centroamericano.

En el año 1965 la Armada Nacional le concede permiso a la Zona Franca Industrial y Comercial de Barranquilla para levantar una construcción portuaria sobre la ribera, en el margen izquierdo del río Magdalena, jurisdicción del municipio de Barranquilla. En 1968 se inaugura la construcción del muelle a 22 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena. Desde su nacimiento como muelle, inicia con vocación de puerto de graneles líquidos, operado por Union Carbide manejando químicos y posteriormente por Shell Colombia con lubricantes, ambos usuarios de la entonces Zona Franca Industrial y Comercial de Barranquilla. La expedición de la Ley 1 motivó a la conformación de empresas privadas para administrar y operar instalaciones portuarias del país. En este marco de privatización de la actividad portuaria, el 25 de abril de 2002 se constiEl muelle es un puerto fluvial y marítimo especializado en manejos de cargas de Pr principalmente granel líquido, de productos químicos y productos blancos derivados del petróleo.

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tuye con 100 % de capital privado, la Sociedad Portuaria Portmagdalena S.A., en cuyo objeto social se contempla la inversión, construcción, mantenimiento y administración de puertos. En el año 2004 Cormagdalena autoriza la cesión, de la concesión de Zona Franca Barranquilla a Portmagdalena S.A. En el año 2005 se firma el contrato de cesión, a partir de la fecha se inicia con la dinámica de la importación y exportación de líquidos a través del muelle de Portmagdalena S.A. Union Carbide y Shell Colombia continuaron importando carga a través del muelle de Portmagdalena y hacia el año 2006, dentro de la Zona Franca de Barranquilla se ubica Panama Canal Oil, en la actualidad Atlantic Oil Teminal, planta de almacenamiento y mezcla de combustibles con capacidad de abastecer el mercado local y centroamericano.


En menos de una década la instalación portuaria ha evidenciado su potencial de crecimiento producto de una estrategia bien planificada. Para el cierre del año 2008 se movilizaron 50.000 toneladas y a la fecha se movilizan alrededor de 2.500.000 toneladas año. Desde el 2012 Portmagdalena S.A. logró ser reconocida como el segundo puerto con mayor movimiento de carga de Barranquilla y uno de los más eficientes del país conservando este estatus hasta la actualidad. Con el compromiso de continuar siendo un terminal competitivo y de clase mundial, se han realizado grandes inversiones en materia de dragados y modernización de la infraestructura portuaria logrando aumentar la productividad operativa y de esta forma seguir contribuyendo con el desarrollo de Barranquilla, ciudad con vocación portuaria desde sus orígenes, haciendo honor a su título de Distrito Especial, Industrial y Portuario. 271


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Puente Alberto Pumarejo o Laureano Gómez El puente Pumarejo cruza el río Magdalena a 20 km de su desembocadura. Desde 1974, cuando fue inaugurado, conecta Barranquilla con el departamento del Magdalena. Su nombre oficial es “Laureano Gómez”, pero el nombre de facto, por voluntad popular, es en honor de su impulsor, Alberto Pumarejo. Inicialmente se pensó ubicarlo frente a la Zona Franca de Barranquilla, para lo que habría de contar con una altura de 40 metros sobre las aguas, pero esta especificación encarecía la obra, por lo que la administración de Lleras Restrepo (1966-1970) optó por el diseño actual. Es el puente más largo del país, con una longitud total de 1.489 metros. Desde 2007 se plantea, por parte del Gobierno nacional, su reemplazo por un puente más moderno, amplio y de mayor altura, que permita el paso de embarcaciones hacia el interior del país. 273


Grupo Argos

EVOLUCIÓN EMPRESARIAL EN BARRANQUILLA

La interacción del Grupo Argos con Barranquilla es muy profunda, es la única ciudad en que tiene presencia con cuatro de los cinco negocios que la conforman: cementero, portuario, energético e inmobiliario.

En 1944 el Grupo Argos en asocio con empresarios barranquilleros constituye Cementos del Caribe.

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La historia del Grupo Argos comenzó en 1934 con la fundación en Antioquia de la Compañía de Cemento Argos S. A. En 1998 cerró sus actividades industriales en Medellín y se dedicó a su labor de matriz de inversiones. En 2005 la empresa cambió su razón social por Inversiones Argos S.A. y fusionó todas sus compañías productoras de cemento en Colombia bajo el nombre Cementos Argos S.A. En 2008 diversificó su concentración en el mercado de cemento e inició importantes inversiones en el sector energético. En 2012 absorbió los activos no cementeros que tenía Cementos Argos y cambia el nombre por Grupo Argos. De modo que luego de diez años de inversiones, transformaciones, expansiones de mercado, escisiones de activos y focalización en negocios estratégicos, el Grupo Argos comenzó en 2013 una nueva etapa de su historia. El conglomerado de origen antioqueño y con raíces en Barranquilla, conservando el nombre y modificando su logo se convierte en el soporte de cinco compañías con nombre propio, diferenciadas y de alto potencial de cre-

cimiento en Colombia. Actualmente, Grupo Argos mantiene inversiones en el sector de la infraestructura en varios países del continente americano, con participación activa en los negocios cementero, energético, portuario, minero e inmobiliario. Es el accionista controlante de Cementos Argos, Celsia, Sator y Situm; además, posee el 50 % de Compas. El negocio inmobiliario se consolida en Situm. La filial del Grupo que se ocupa del negocio minero es Sator. El negocio portuario del conglomerado es Compas (Compañía de Puertos Asociados), la única sociedad del país con siete puertos, distribuidos en ambos océanos. También está Celsia, que se ocupa de la generación, distribución y comercialización de energía. Por otro lado, está Cementos Argos, que hoy atiende cerca de la mitad del mercado nacional y avanza en su proyecto de expansión. Todas estas empresas se caracterizan por su compromiso con la creación de valor para los diferentes públicos de interés, el buen gobierno corporativo y la sostenibilidad en sus tres dimensiones (económica, social y


ambiental). Grupo Argos es parte del WBCSD (Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible) y del Cecodes (Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible), ingresó al DJSI (Índice Global de Sostenibilidad del Dow Jones), lidera la Mesa Redonda Latinoamericana de Buen Gobierno Corporativo, obtuvo el Reconocimiento IR (Relación con Inversionistas) de la Bolsa de Valores de Colombia y se destaca entre las compañías con mayor adhesión al Pacto Global, por lo cual fue incluida por la ONU en el índice GC100. Grupo Argos en Barranquilla En el negocio inmobiliario, Situm está trabajando en un plan maestro de urbanismo de 760 hectáreas en el norte de la ciudad, de propiedad del Grupo, que le dará a Barranquilla una zona desarrollada con todo el equi-

pamiento urbanístico, como a principios del siglo XX lo hizo el barrio El Prado, pero ahora a una escala mucho mayor y para todos los estratos. Por su parte la empresa Compas tiene en Barranquilla un puerto sobre el río Magdalena, muy cercano a la desembocadura, donde también se proyecta un importante desarrollo portuario y urbanístico. Esta terminal cuenta con sistema de cargue directo a través de una banda encapsulada que protege la carga de la contaminación. En el negocio cementero, Argos cuenta con una planta integrada en Sabanagrande y una estación de molienda en Barranquilla, en la Vía 40. La capacidad de producción es de 1,5 millones de toneladas de cemento en el año y 44.000 metros cúbicos mensuales de concreto. Además, cuenta con varias plantas de concreto en otros puntos de la ciudad y minas de caliza en la zona norte. 275


En años recientes, Argos adquirió los activos y potenció una nueva planta de cemento de proceso seco en Sabanagrande y reemplazó los antiguos hornos de la planta ubicada en la Vía 40.

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Argos Es una organización multidoméstica, productora y comercializadora de cemento y concreto, con presencia en Colombia, Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe, y líder en su sector en Colombia. El modelo de negocio está centrado en el cliente y en el desarrollo sostenible. Su origen se remonta a 1944 cuando por iniciativa de la Compañía de Cemento Argos de Medellín, en asocio con importantes empresarios barranquilleros, entre ellos Julio Mario y Luis Felipe Santo Domingo, Marco T. Mendoza Amarís, Alberto Pumarejo, Miguel A. García, Joaquín Roca Niz, Rafael Obregón, Alberto Roncallo, José V. Fernández, Víctor Echeverría y Miguel Álvarez Correa, se constituyó Cementos del Caribe S.A. –compañía que el 16 de diciembre de 2005 cambió su nombre por el de Cementos Argos S. A.–. La primera línea de producción de clínker y cemento de Cementos del Caribe alcanzó una producción de 350 toneladas diarias. Las exportaciones iniciales se enviaron en junio de 1949: ocho mil sacos de cemento a Venezuela. En el segundo semestre de ese año se iniciaron las exportaciones a las islas del Caribe. En los años cincuenta se consolidaron las ventas internacionales en Costa Rica y en toda Centroamérica, Canadá y Estados Unidos. Este crecimiento generó la necesidad de aumentar la capacidad de la fábrica, que en 1955 puso en marcha un tercer horno que duplicó la producción. En 1957,

con el cuarto horno, se llegó a mil toneladas diarias y se mantuvo adecuadamente abastecido el mercado de la región. Un nuevo horno comenzó a operar en junio de 1964, y en 1980, con una sexta línea, se superó el millón de toneladas por año. Argos promovió igualmente, en la costa caribe colombiana, el montaje de una nueva fábrica en Toluviejo, Sucre, y la fundación de otra en Cartagena. Todas con el doble objetivo de surtir el mercado nacional y el de exportación. Finalmente, en años recientes, adquirió los activos y potenció una nueva planta de cemento de proceso seco en Sabanagrande y reemplazó los antiguos hornos de la planta ubicada en la Vía 40. En Barranquilla y el Atlántico, Argos se ha destacado por el impulso a importantes proyectos industriales, educativos y sociales. En los años sesenta promovió la instalación de un gasoducto para transportar el gas de Cicuco, y posteriormente participó en la creación de Promigas para suministrar un combustible económico y limpio para la industria de la costa atlántica. También ha participado e impulsado iniciativas empresariales y de promoción de inversiones como miembro fundador de Probarranquilla. Igualmente es destacado su aporte a la creación de la Fundación Barranquilla y de la Andi, a través de las cuales se generó la Universidad del Norte, el más importante centro de educación superior de la región.


Celsia Esta empresa se ocupa de la generación, distribución y comercialización de energía. Cuenta con diecinueve centrales de generación con una capacidad instalada de 1.777 MW y está presente en siete departamentos del país. Su portafolio de activos se distribuye en proporciones iguales entre tecnologías hidráulicas y térmicas que le ofrecen una estabilidad comercial. En distribución de electricidad, Celsia, a través de su filial EPSA, atiende a más de 530.000 clientes en el Valle del Cauca. Celsia comenzó a hacer parte de la actividad comercial en Barranquilla en 2007 con la compra de Termoflores S.A. E.S.P., primera generadora térmica que adquirió, luego de iniciar su focalización en el sector de la energía. Termoflores comenzó su operación comercial el 11 de noviembre de 1993 y fue la primera planta de generación de electricidad construida en el país por el sector privado, buscando ofrecer respaldo al sistema eléctrico colombiano tras la crisis energética nacional del año 1992-1993 con el evento de El Niño. La central térmica, que hoy día se denomina Zona Franca Celsia S.A. E.S.P., cuenta con dos unidades de generación, Flores I y Flores IV, esta última como resultado de inversiones adicionales para incrementar la capacidad de generación, y que hoy le permite contar con 610 MW en ciclo combinado, lo que la constituye en la segunda termoeléctrica más grande del país. Lo anterior se logró con el apoyo del esquema regulatorio asociado al “Cargo por Confiabilidad” y a la venta de obligaciones de energía firme, que ofrecen confiabilidad en el suministro al país. En materia ambiental, con el cierre de ciclos simples de las unidades Flores II y III y que a su vez dieron lugar a la unidad Flores IV (ciclo combinado), la planta aumentó su eficiencia en un 48 %, lo que permitió la reducción de 400.000 toneladas anuales de CO2. La central termoeléctrica Zona Franca Celsia es un activo que por su capacidad de asumir obligaciones de energía firme y su localización en el Caribe colombiano, permite que esta zona y el país dispongan de energía eléctrica para millones de habitantes, y de igual manera a la industria, favoreciendo la competitividad del tejido productivo nacional.

Zona Franca Celsia tiene las unidades de generación de energía Flores I y Flores IV, que conforman la segunda planta térmica más grande de Colombia.

Planta Termoflores antes de la ampliación de ciclo combinado.

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Situm apuesta a construir un mejor modo de vivir en una Barranquilla que necesita satisfacer la demanda de vivienda en todos sus estratos socioeconómicos y modernizar su infraestructura para recuperar el protagonismo en el escenario productivo nacional y competir decididamente en el ámbito internacional a partir de las ventajas comparativas que le confieren su privilegiada localización geográfica.

Situm Situm, la empresa inmobiliaria del Grupo Argos, actúa como desarrollador urbanístico, inversionista de propiedades para la renta y estructurador de proyectos inmobiliarios, promoviendo la transformación de las ciudades en urbes eficientes, organizadas y bien planeadas. En el caso de Barranquilla, Situm marca un hito en la historia del progreso urbano inaugurando una nueva época de expansión urbana que se articula al proceso de crecimiento espacial moderno y planificado que se inició a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando un grupo de líderes empresariales se empeñaron en lograr que la ciudad contara con un puerto marítimo y fluvial. Los esfuerzos se orientaron a la construcción de los tajamares de Bocas de Ceniza, obra colosal pero indispensable para que el sueño portuario se hiciera realidad. Paralelamente con el desarrollo del ambicioso proyecto, el ingeniero y constructor Karl C. Parrish tuvo la visión de una urbe acorde con el desarrollo económico, urbanístico y social que Bocas de Ceniza podía traer consigo. El barrio El Prado cimentó la edad dorada de Barranquilla y se desarrolló la primera gran expansión urbana de la ciudad, planeada y vinculada funcionalmente al núcleo poblacional previamente construido y consolidado pero independiente de él. La Barranquilla de entonces presentaba edificios que expresaban estilos arquitectónicos cosmopolitas y un sentido urbanístico moderno en sus amplias avenidas, parques y bulevares. Mansiones con antejardines y edificios como el Hotel del Prado, el más bello del país y re278

ferente turístico por excelencia, expresaban el estilo de la nueva urbe. La ciudad jardín construida por Parrish ofrecía condiciones recreativas y de servicio con claros objetivos de modernización y significó una ruptura completa de los crecimientos urbanos anteriores. Ochenta años después de aquella gesta que situó a Barranquilla como el primer puerto marítimo y fluvial del país y como la Puerta de Oro de Colombia, la dinámica de la economía global vino a dar una nueva oportunidad al puerto. Una nueva ciudad se levanta una vez más para responder a las necesidades urbanas del presente y del futuro, esta vez gestada, promovida, orientada, liderada y construida por Situm, de la mano con Planeación Distrital. Las intervenciones de Situm en el desarrollo inmobiliario de Barranquilla se resumen en tres períodos: a) los primeros pasos, b) la llegada de Rafael Obregón, y c) la planeación integral. Los primeros pasos se dieron a mediados de los años noventa. Situm, antes Urvisa, incursionaba tímidamente en el sector inmobiliario urbanizando cinco o seis manzanas por año, bajo un esquema que no marcaba una diferencia destacable con el modelo aplicado tradicionalmente en Barranquilla en el desarrollo de tierras, que consistía en vender “pedacitos” de predios a constructores o usuarios finales para que cada cual construyera su vivienda o negocio a su modo y cuando quisiera. Con la llegada a Situm de Rafael Obregón en 1999, urbanista de gran reconocimiento en el país, se le dio un vuelco al negocio al crear un nuevo modelo de super-


des globos de tierra, lo cual permite mayor eficiencia y flexibilidad y la construcción de una ciudad completa. A partir de este desarrollo urbanístico realizado por Situm, Barranquilla ha aplicado un modelo que resuelve los grandes problemas relacionados con los bajos niveles de movilidad vehicular, la falta de control al espacio público, los arroyos, la carencia de accesos para los discapacitados y de zonas destinadas a la recreación y el deporte, y los reducidos índices de áreas verdes por habitante, dentro de una acción conjunta y coordinada con el sector público. El interés primordial de Situm es desarrollar y darles una función social a las tierras derivadas de la extracción minera de propiedad de Argos, con el fin de ofrecer a Barranquilla un urbanismo amable y generoso dentro de un gran respeto por la naturaleza y el medio ambiente. Situm cree que la mejor forma para que una ciudad sea inclusiva, grata y funcional, es brindarles a sus habitantes espacios públicos sostenibles y amables, amplios andenes, generosas vías con proyección hacia el futuro, una mezcla sana y equilibrada de usos, y una amplia dotación de equipamientos educativos, de salud y de servicios, elementos que se convierten en referentes de la nueva ciudad. En los últimos diez años, Situm ha urbanizado aproximadamente 300 hectáreas en Barranquilla. El desarrollo urbanístico tiene entre cuatro y cinco metros cuadrados de zonas verdes por habitante, cuando el promedio en el resto de la ciudad es de 0,8 m2.

manzanas y acometer proyectos de mayor envergadura como las urbanizaciones Villa Carolina, Altos del Parque y Miramar. Son supermanzanas distribuidas en grandes globos de tierra urbanizados de acuerdo con la nueva filosofía empresarial y social de Situm. No se trataba solo de vender unas tierras. La meta era más ambiciosa: construir un mejor modo de vivir en una Barranquilla que necesita satisfacer la demanda de vivienda para todos los estratos sociales y modernizar su infraestructura, para recuperar el protagonismo en el panorama productivo nacional y competir internacionalmente a partir de las ventajas comparativas que le confiere su privilegiada localización geográfica. Se concibió un nuevo modelo de desarrollo urbano que seleccionaba grandes porciones de tierra para invitar a constructores a desarrollarlas con un concepto armónico de urbanismo y estilo. La planeación integral marca el inicio del tercer período, el actual, que nació con el Plan Maestro Riomar y un nuevo equipo de administración del negocio inmobiliario. Con una mirada completa sobre la tierra disponible para un novedoso ideal de ciudad, surgió el reto de concebirla y planearla bajo la normativa urbanística prevaleciente, pero con un sentido holístico y haciendo unos aportes de integración de usos, alturas, densidades y espacios públicos que se fundamentan en lo ecológico y la integración de los ciudadanos en local service centres. Con este fin, Situm, junto con Planeación Distrital, ha aplicado un nuevo modelo urbanístico integral, sustentado en el desarrollo de importantes proyectos en gran-

Situm le apuesta a un urbanismo amable y generoso, que beneficia a la ciudad y a sus habitantes, dentro de un absoluto respeto por la naturaleza y el medio ambiente.

Situm cree en un modelo urbanístico con ventajas invaluables. Generación de valor agregado, promoción de nuevos usos y regulación del mercado para evitar una sobreoferta que afecte la actividad constructora en la ciudad.

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Primer embarque de cemento a Venezuela en 1949. Al fondo, la draga Barranquilla.

Desde el punto de vista ambiental, el puerto de Compas en Barranquilla cuenta con un sistema de banda transportadora totalmente cerrada para cargue directo de carbón y otro tipo de recursos mineroenergéticos a los buques, cumpliendo por anticipado –y sobrepasando– la nueva legislación ambiental del país.

Compas Es la primera y única red de puertos multipropósito al servicio público en Colombia. Cuenta con siete terminales estratégicamente distribuidas en los dos océanos: dos en Cartagena, una en Buenaventura, una en Barranquilla, una en Tolú y dos más en Panamá y Houston, Estados Unidos (ambas en alianza con Argos).

Compas nació de la fusión de los activos portuarios de dos compañías con amplia experiencia como operadores logísticos: Grupo Argos, con una participación del 50 %, y Southern Port Holding Inc. (constituida por la familia Echavarría Obregón y el Grupo Ership de España), con el otro 50 %.


Colegio Metropolitano: la institución educativa inicia en 1998 impartiendo clases debajo de las graderías del estadio Metropolitano, hasta junio de 2008 cuando finalmente la institución logra mudarse a las instalaciones construidas con recursos de la nación por medio de Ley 21, sin embargo faltaban espacios como los salones de preescolar y las oficinas administrativas, también carecía de áreas complementarias como biblioteca, laboratorio, enfermería y sala de informática. Es así como Argos, con un inversión de mil seiscientos millones de pesos, construye estos espacios en un bloque concebido como una obra de ciudad que beneficiará, además de los estudiantes del colegio, a la comunidad vecina. Hoy asisten al colegio 2.920 estudiantes de estratos 1, 2 y población en condición de desplazamiento. Cuentan con niveles desde preescolar hasta once grado.

Con diferentes iniciativas industriales, culturales y educativas, Grupo Argos y sus compañías Argos, Celsia, Compas y Situm se han caracterizado por impulsar importantes proyectos de desarrollo en Barranquilla.

Gracias a la unión de esfuerzos de Argos, la Alcaldía de Barranquilla, Electricaribe, Córvida y la Fundación Carrefour, se inauguró en el barrio Villa del Mar, más conocido como “La Cangrejera”, el Colegio Eduardo Santos La Playa Sede Simón Rodríguez. Educa a 350 niños de la zona que se encontraban por fuera del sistema educativo. La inversión de la compañia fue de 286 millones de pesos.

Institución Educativa Libertador Simón Bolívar en el barrio Las Flores: en convenio con la Fundación Monómeros. Argos realizó un aporte de 200 millones de pesos para una sala de informática. Con un total de 960 estudiantes beneficiarios.

Institución Educativa Mundo Bolivariano: Argos y la Alcaldía Distrital de Barranquilla firmaron un convenio en el cual la compañía aportó 750 millones de pesos para la construcción de un bloque con cuatro talleres de formación técnica y la Alcaldía Distrital aportó la dotación de los espacios con una inversión de 300 millones de pesos. Esta obra beneficia alrededor de 2.100 estudiantes al año.

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Área Metropolitana de Barranquilla

DANDO LOS PASOS HACIA UNA METRÓPOLI CARIBE Las estrechas relaciones de orden geográfico, económico y social entre Barranquilla, como núcleo principal, y los municipios periféricos de Soledad, Galapa, Puerto Colombia, Malambo, permitieron en 1981 concretar la primer Área Metropolitana de la región Caribe que hoy se proyecta como una gran plataforma para el desarrollo.

Galapa se destaca por sus artesanías. Entre las principales empresas que están presentes en el municipio se encuentran la Zona Franca Internacional del Atlántico ZOFIA, Gecolsa, Muebles Jamar, Steckerl, Tornillos y Complementarios, Camagüey, entre otras.

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La creación, hace 32 años, del Área Metropolitana de Barranquilla por medio de la Ordenanza 028 del 10 de diciembre de 1981, les permitió a Barranquilla y a los municipios de Puerto Colombia, Soledad, Malambo y posteriormente a Galapa, una nueva dinámica emprendedora producto de varios factores como su ubicación geográfica y la concurrencia entre el sector público y privado. El Área Metropolitana de Barranquilla se proyecta como una plataforma estratégica para los mercados del mundo, para ello, venimos gestionando y desarrollando proyectos de infraestructura, saneamiento básico, vivienda, transporte, educación ambiental y cultura ciudadana que repercuten en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de los municipios que nos conforman.

Frente al reto de la globalización y con el ánimo de dejar a un lado las competencias propias entre municipios y distritos para asumir la Complementariedad entre ellos, el Área Metropolitana de Barranquilla le ha dado especial importancia a su esencia planificadora, para armonizar el desarrollo sustentable no solo del territorio bajo su jurisdicción, sino para la región Caribe. Barranquilla, como municipio núcleo y sumada a los municipios conurbados, reúne las condiciones necesarias para ser competitiva y se consolida con un promisorio futuro haciéndose más atractiva para los inversionistas por su proceso de desarrollo y crecimiento socioeconómico sostenible, y la capacidad de gestión de sus dirigentes públicos y privados.


El aeropuerto Ernesto Cortissoz está localizado en el municipio de Soledad, a 7 km del centro de Barranquilla.

Soledad es una ciudad del departamento colombiano del Atlántico; ocupa el noveno lugar en cuanto a población en Colombia y el tercero en la región Caribe, después de Barranquilla.

El área metropolitana en cifras Población: 1.835.000 habitantes Extensión: 488 km2 • Cuenta con casi el 85 % de la población del departa-

• Es el área metropolitana con mejor conectividad na-

cional por limitar con el mar Caribe y el río Magdalena, su conexión vial y presencia de un aeropuerto internacional;

mento del Atlántico; • Una robusta capacidad instalada de fibra óptica que • Acceso a un mercado de más de 1.400 millones de per-

sonas, a partir de los tratados de libre comercio que Colombia ha celebrado con distintos países; • Tiene seis puertos marítimos-fluviales, algunos multi-

conecta a Colombia con el resto del mundo garantizando una cobertura del 100 % para el departamento del Atlántico, con tres cables submarinos conectados a Barranquilla lo que asegura la conexión generando costos más bajos;

propósito y especializados en distintos tipos de carga; • Dispone de la mejor infraestructura universitaria del • Una amplia oferta de oficinas, bodegas y más de 750

hectáreas en las Zonas Francas: de Barranquilla, La Cayena en Juan Mina y Zofia en Galapa, y Parques Industriales: Metroparque en Barranquilla y Pimsa en Malambo por mencionar algunos;

Caribe: cinco ubicadas en el corredor universitario en Puerto Colombia; • En la actualidad hay más de 75.000 estudiantes de edu-

Este año Soledad celebró también sus 200 años de haber sido erigida en villa. El municipio agrupa industrias nacionales y extranjeras de diferentes sectores, como farmacéutico, químico y energético. Se destaca en materia de infraestructura por la presencia del aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz, la Terminal de Transportes y la Gran Central de Abastos.

cación matriculados en el área metropolitana. 283


Principales obras de impacto metropolitano • Terminal Metropolitana de Transportes • Gran Central de Abastos • Avenida Las Torres • Parque Metropolitano • Puente vehicular sobre la avenida Murillo con Circunvlar con sus orejas • Prolongación de la avenida Murillo hasta la Gran Central de Abastos • Obras de mantenimiento en el tajamar occidental de Bocas de Ceniza • Ampliación de la segunda calzada de la Circunvalar entre la calle 30 y la avenida Murillo • Canalización de arroyos y obras de protección en Barranquilla, Soledad, Malambo y Puerto Colombia • Ampliación de la segunda calzada de la Circunvalar entre la carrera 38 y la carrera 53 con tres puentes • Eje ambiental en el arroyo El Platanal, jurisdicción del municipio de Soledad • Transmetro • Unidad Deportiva y Recreativa San Felipe • Ampliación de la segunda calzada de la Circunvalar entre las carreras 38 y 53 • Glorieta en la intersección de la avenida Las Torres y la avenida Circunvalar • Adecuación en vías de acceso, parqueadero e instalaciones internas en el estadio Metropolitano • Se inicia pavimentación de la carrera 53 a la Vía 40

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Proyectos estratégicos Movilidad Como consecuencia de la entrada en circulación del Sistema de Transporte Masivo de Pasajeros “Transmetro”, el cual nació en el Área Metropolitana de Barranquilla, en calidad de autoridad de transporte público colectivo-masivo, se lideran las actividades y procesos de reestructuración de rutas y desintegración física de vehículos dando pasos firmes hacia la puesta en marcha y consolidación de la Red Integrada de Transporte Metropolitana “RITMO”. Inversión Social En cumplimiento del Plan Estratégico y de las Directrices Metropolitanas de Ordenamiento Territorial se formularon ambiciosos proyectos Estratégicos: Metro Río Sistema de Transporte Multimodal, que utilizará el río Magdalena como arteria para transporte fluvial de pasajeros, complementario con el Sistema de Transporte Masivo SITM Transmetro y el tren turístico de Bocas de Ceniza. El proyecto busca integrar los transportes fluvial, terrestre y aéreo: constituido por cuatro estaciones fluviales, la recuperación del antiguo edificio de la Intendencia Fluvial y la construcción del malecón turístico en la estación del barrio Las Flores en Barranquilla. Puerto Colombia

Corredor ambiental metropolitano Utiliza la cuenca de los arroyos del Área Metropolitana como ejes ambientales, parques lineales, ciclorrutas y ubicación de equipamientos urbanos (bibliotecas, museos, parques tecnológicos), soluciones de vivienda, desarrollo inmobiliario y marina en Puerto Colombia y eco hotel en Mallorquín. Circunvalar de la Prosperidad El Área Metropolitana la concibió como la segunda circunvalar, que consiste en la construcción de 40 kilómetros desde un punto de enlace con la Vía 40 y el municipio de Malambo, de tal forma que por allí puedan circular vehículos de tráfico pesado y propicia la interconexión del puerto de Barranquilla con las iniciativas portuarias del río Magdalena y con las zonas francas y parques industriales apostados en nuestro territorio. Tren de cercanías El AMB concibe este proyecto como el verdadero eje articulador e integrador entre los Distritos de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena y el resto de la región Caribe continental de Colombia. Representa una inversión importante al tratarse de un corredor ferroviario multimodal de aproximadamente 200 kilómetros en línea recta desde Cartagena, pasando por Barranquilla, hasta Santa Marta.


Logros Importantes del AMB • El Área Metropolitana de Barranquilla, como miembro de la Red de ciudades Cideu, inició el diseño del modelo de ordenamiento territorial metropolitano basado en los principios de la Planificación Estratégica Urbana (PEU), aprovechando las potencialidades del territorio enmarcado por la base natural: sistema de arroyos y caños, río Magdalena, litoral costero y ciénaga de Mallorquín. Involucrando la cultura, la música y el carnaval. • Los grandes cambios en la gestión de la ciudad y el alto grado de confianza de los ciudadanos en el equipo del gobierno local de Barranquilla y su área metropolitana, permitieron que el Área Metropolitana de Barranquilla alcanzara una vocalía en el Consejo Rector del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano, CIDEU.

Objetivo: la planificación colectiva Acorde con su esencia, el objetivo principal del Área Metropolitana es la planificación colectiva de un territorio más ordenado, complementario y competitivo y por ello hemos enfocado nuestro esfuerzo en desarrollar y liderar herramientas como el Consejo Metropolitano de Planificación, el Comité Metropolitano de Transporte y el Taller de Ordenamiento Territorial que se reúnen periódicamente para trazar el camino que se ha de seguir en el desarrollo del territorio. Estos espacios de construcción de pensamiento metropolitano en los que participan no solo sus integrantes de ley, sino también representantes de distintos estamentos pertenecientes a la academia,

Orientado al turismo con seis playas de referencia en el Atlántico. Se ha afianzado como un corredor educativo, con la presencia de las mejores universidades y colegios del departamento. Posee la primera Zona Franca de Salud de la costa, con la Clínica Porto Azul.

los gremios, instancias nacionales y demás, son los que hacen que hoy entidades como ProBarranquilla, Findeter, BID, Banco Mundial, CAF, UNCRD, INTA, CIDEU, profesores de universidades como la de Génova (Italia), consultores extranjeros entre otros, reconozcan la labor que viene desarrollando la entidad en procura de un territorio sostenible y competitivo. Estamos seguros de que la construcción de ese pensamiento metropolitano, reto, no solo de nuestros gobernantes, sino de todos, hará que las obras que de manera incluyente y prospectiva se definan, materialicen el desarrollo de nuestro territorio y convierta, sin lugar a dudas, a este territorio metropolitano en la “Metrópoli Caribe”.

• El Área Metropolitana de Barranquilla, en materia de calificación de riesgo crediticio en su tercera evaluación de la capacidad de pago en el 2012 fue buena, pasando de calificación BB a BBB-, por parte de la firma B.R.C. INVESTOR SERVICES por el comportamiento financiero de la entidad desde el año 2010, cuando fue calificada con BB “Crediwatch en Desarrollo” siendo esta la primera calificación de riesgo con que contaría un Área Metropolitana a nivel nacional. • Desde diciembre de 2011 el Icontec otorgó la certificación ISO 9001:2008 y NTCGP 1000:2009 al Área Metropolitana de Barranquilla, por la implementación del Sistema de Gestión de Calidad en diseño, planeación y ejecución de proyectos de alto impacto social metropolitano y expedición de trámites de transporte público colectivo y masivo de pasajeros en el Área Metropolitana de Barranquilla.

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Agradecimientos Rodolfo Zambrano Elkin Núñez Museo de Arte Moderno (María Eugenia Castro) Diana Acosta Humberto Mendieta Felipe Colmenares Zuleima Slebi Hortensia Sánchez Adriana Vásquez German Hernández Roberto León Filiberto Mancini Museo del Caribe (María Eulalia Arteta, Ilva Chogó) Willy Series Jaime Escobar Danny Gonzáles Queenie Therán Marina Mercado Oscar Saldarriaga Juan Carlos Eastman Secretaria de Cultura , Patrimonio y Turismo (Afif Siman) Fundación Carnaval de Barranquilla (Carla Celia, Ana María Osorio)

Los editores agradecen a las personas y empresas que facilitaron el material fotográfico para la edición de esta publicación: Archivo Colegio Alemán Archivo Consuelo Mendoza Ediciones Archivo Jaime Escobar Archivo revista Diners EL HERALDO, Cristian Mercado EL HERALDO, Archivo histórico Xavi Menós


Carrera 5 No. 75 - 82, Oficina 205 Tel. (+571) 313 0227 Telefax (+571) 211 5956 mendozaediciones@gmail.com www.consuelomendozaediciones.com Bogotá, Colombia.

Los autores son los responsables exclusivos de todas las opiniones expresadas en sus artículos, estas no reflejan necesariamente la opinión de los editores. Derechos reservados ©. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna forma o por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros, sin previa autorización de la editorial. Impreso en Colombia en noviembre de 2013 por Panamericana Formas e Impresos S.A.


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