Diferentes tipos de oración ¿Sabía usted que existen diferentes tipos o clases de oración? El Antiguo y el Nuevo Testamento utilizan una variedad de palabras para referirse a la oración. Cada una de ellas transmite un matiz diferente al significado de la oración y nos ayuda a comprender un aspecto distinto de la misma. Estas palabras pueden agruparse bajo tres conceptos específicos, cada uno de los cuales es importante y debería formar parte de nuestra relación habitual con Dios. Cuando estaba escribiendo la epístola a los Filipenses, el apóstol Pablo había pasado varios años bajo arresto y en prisión. Primero fue arrestado en Jerusalén, más tarde transferido a la capital administrativa romana en Cesárea, luego llevado a Roma bajo la custodia de la guardia armada, y finalmente permaneció encadenado en una residencia romana. Durante este periodo problemático e incierto de su vida, tuvo oportunidades para mucha reflexión. Ciertamente, habría sido natural para Pablo ser abrumado con muchas preocupaciones y ansiedades en ese tiempo. Después de todo, no sabía lo que le deparaba el futuro. ¿Sería finalmente absuelto y liberado, sufriría un destierro prolongado en trabajos forzados o sería ejecutado como lo deseaban sus acusadores? ¡Pablo, no lo sabía! Recuerde que él no había leído el libro de los Hechos, como nosotros, sino más bien tuvo que pasar por sus pruebas de la misma manera que nosotros ¡un día a la vez! ¿Cómo lidió Pablo con el estrés y la incertidumbre de una situación como esta? La respuesta está en el consejo que dio en Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Aquí el apóstol Pablo describe tres aspectos de nuestra comunión con Dios, los que, al ser puestos en práctica, remplazan nuestras preocupaciones y angustias por paz mental. Esos aspectos son los siguientes: ORACIÓN: Esto simplemente significa hablar a Dios. Se refiere a nuestro constante compañerismo/comunión con Él y a las peticiones que hacemos a Aquel que puede proveer para todas nuestras necesidades. En los salmos, David empleaba frecuentemente este término para describir las peticiones hechas a su Creador. Los discípulos de Cristo le pidieron que les enseñara a orar, así como Juan el Bautista había enseñado a sus discípulos. Jesús solía levantarse muy temprano e ir a un lugar privado para poder tener tiempo de estar en