A1 Primacía Papal

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La Iglesia Católica Romana afirma ser “de origen apostólico porque ha sido edificada ´sobre el fundamento de los apóstoles´ (Efesios 2:20). Es apostólica por su enseñanza, que es la misma de los apóstoles. Es apostólica a

¿Primacía papal?

Marzo-Abril de 2009 Douglas S. Winnail ¿Existe una “sucesión apostólica” ininterrumpida de obispos romanos que se extiende desde Pedro hasta el actual Papa Francisco? ¿Qué revela la historia acerca de las antiguas reivindicaciones de la autoridad especial del obispo de Roma? ¿Es realmente el Papa de Roma el actual representante de Jesucristo en la Tierra, por sucesión apostólica del apóstol Pedro?

La Iglesia Católica Romana es la organización religiosa más grande del mundo, la conforman casi el 60 % de aquellos que se autodenominan cristianos Se presenta a sí misma como la única representante moderna de una tradición que, según dice, se remonta hasta los apóstoles. Los católicos creen que, el actual Papa, el obispo de Roma, es el sucesor directo del apóstol Pedro, a quien llaman el primer Papa. Pero ¿en realidad lo es? La Biblia nos muestra que la religión y los personajes religiosos jugarán un papel determinante en el escenario mundial al final de esta era y que el engaño religioso será generalizado Jesús mismo advirtió: “ Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24:4 5). Así que es fundamental que entendamos los antecedentes de la adjudicación de la supremacía papal. ¿Es un hecho indiscutible, una tradición legendaria, un mito o una cuestión de intriga política? ¡Este asunto va a tener un impacto dramático en su vida y en el futuro del mundo en los años venideros! Las Escrituras registran una conversación en la que Jesús le dice al apóstol Pedro: “tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18). Los católicos romanos utilizan este versículo como prueba de que: “el oficio del Papa no se deriva de ninguna autoridad humana, ni de la iglesia, sino directamente de Dios Es la creación de Dios, ´ para la preservación de la unidad como dice Santo Tomás de Aquino Fue dada directamente por Cristo a San Pedro y a sus sucesores hasta los tiempos del fin. Nuestro Señor [Jesucristo] declaró la preeminencia de Pedro” (Creencia Católica, Cartmell, pág. 16). Los católicos romanos afirman que cuando Jesús le dijo a Pedro, “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos” (versículo 19), esas llaves “son un símbolo de autoridad suprema” e hicieron de Pedro un “maestro” del reino del cielo (ibid )

a causa de su estructura, en tanto que es enseñada, santificada y guiada hasta el regreso de Cristo por los apóstoles mediante sus sucesores que son los obispos en comunión con el sucesor de Pedro El Papa, obispo de Roma y el sucesor de “San” Pedro, es la fuente y el fundamento perpetuo y visible de la unidad de la iglesia. Es el vicario [sustituto o representante] de Cristo” (El Catecismo de la Iglesia Católica, págs. 61 63).

¿Es una afirmación válida? En 1950, pronunciamientos como los del Papa Pio XII de que “Los arqueólogos del Vaticano habían encontrado la tumba de San Pedro justo debajo del altar mayor” de la catedral de San Pedro en Roma, parecían confirmar la enseñanza católica y corroborar la creencia originada antes de los tiempos de Constantino (Time, enero de 1951). No obstante, ¡hay más de esta historia!

El artículo menciona la tradición de un “episcopado de ´veinticinco años´ para San Pedro” en Roma desde el año 42 al 67 d.C. aproximadamente y señala que la primera epístola de Pedro fue escrita desde “Babilonia”, lo que equivale a un nombre codificado para la ciudad de Roma. Luego, el artículo insiste: “El hecho esencial es que Pedro murió en Roma: esto constituye el fundamento histórico del reclamo de los Obispos de Roma sobre el Primado Apostólico de Pedro”

Sin embargo, un estudio cuidadoso de este pasaje y de otras escrituras revela algo totalmente diferente.

LAS ATRIBUCIONES ROMANAS Ciertamente, la doctrina de la primacía papal basada en la sucesión apostólica de Pedro, la llamada “teoría petrina”, ha sido una enseñanza católica estándar durante siglos Se basa en una interpretación particular de un pasaje clave de las escrituras, en el que Jesús dice: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16:18 19)

¿Son válidas estas aseveraciones? Una evidencia clave para la supremacía de Pedro es la afirmación de que el apóstol Pedro fundó la Iglesia en Roma y fue martirizado allí, como lo indican antiguos escritores incluyendo a Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía, Dionisio de Corinto e Ireneo de Lyon. La Enciclopedia Católica afirma, en su artículo “Pedro”: “Es un hecho histórico indiscutible que San Pedro trabajó en Roma durante la última parte de su vida, y finalizó su vida terrenal por el martirio”.

En el texto griego original, la declaración de Jesús es en realidad un juego de palabras. La palabra griega para “Pedro” es petros (y significa una pequeña piedra) y la palabra griega para “roca” es petra (que significa una enorme roca o montaña) mente que Jesucristo es la “roca” sobre la cual se fundó la Iglesia (ver 1 Corintios ambién ver Salmos 118:22; Isaías 28:16). Jesús se refería a sí mismo y a sus tra sobre la cual se debía fundar la Iglesia y reconociendo a Pedro (una petros)

Analice como en la cita anterior de El Catecismo de la Iglesia Católica, omite esta última parte vital del versículo, ¡lo que plantea, de manera engañosa, un significado muy diferente! Esta tergiversación de las Escrituras es una de las razones por las que la pretensión católica romana de poder basada en la supuesta primacía de Pedro nunca ha sido aceptada por las Iglesias Ortodoxas Orientales, y por la que fue rechazada por los reformadores protestantes (ver Pasado y Presente de la Civilización, Wallbank, pág. 133).

El profesor Cullmann, un teólogo alemán y académico ecuménico concluye que l l d l id i disponible, “La fundación de la Iglesia Romana por parte de Pedro no se puede p probable, no se menciona nunca nada de un oficio episcopal de Pedro” (ibid., p referencia modernas llegan a la misma conclusión: “La tradición de que Pedro fu la

Después de un estudio más detallado, otras evidencias antiguas que supuestamente “prueban” que Pedro vivió, trabajó, fundó una iglesia y murió como mártir en Roma, también resultan poco convincentes. El libro de los Hechos no dice nada acerca de a dónde fue Pedro después de ser liberado de la prisión en Jerusalén alrededor del año 33 d.C., simplemente dice “Y salió, y se fue a otro lugar” (Hechos 12:17).

De acuerdo con las escrituras, Pablo confrontó a Pedro en Antioquía por el tema de la circuncisión cerca al año 45 d.C, y Pedro aparece en una conferencia en Jerusalén hacia el año 49 50 d.C. Sin embargo, según la tradición católica, ¡en ese momento Pedro ya llevaba varios años como obispo de Roma! La idea de que el saludo de Pedro desde “Babilonia” (1 Pedro 5:13) significa que escribió el libro en Roma entre el 60 64 d C , es simplemente una suposición De hecho, la primera referencia bíblica críptica que se tiene de Roma como “Babilonia” se encuentra en Apocalipsis 17:5, ¡que fue escrito unos 30 años más tarde! Llama la atención de que los eruditos católicos quieran que la referencia de Pedro a “Babilonia” signifique Roma, para validar la idea de que él trabajó en Roma, sin embargo, rechazan cualquier vínculo sugerido entre Roma y la mujer a la que se refiere Apocalipsis 17:5 “un misterio: BABILONIA LA GRANDE” ¡Esto no es coherente con las escrituras!

como una de las piedras de los cimientos. Esto coincide con otras escrituras que muestran que la Iglesia no fue fundada solamente sobre Pedro, “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).

Otra fuente antigua, a veces citada para respaldar la estadía y martirio de Pedro en Roma, es un pasaje muy controversial de la Primera Epístola de Clemente, escrita cerca del año 100 d C De igual manera, el fragmento solo menciona que Pedro sufrió “muchos tormentos” antes de morir, y como dice el académico Oscar Cullman, “el lugar donde Pedro sufrió tantos tormentos no se menciona en ningún momento, simplemente es asumido por los eruditos que interpretan el texto (Pedro: Discípulo apóstol Mártir, pág. 91 93). La Carta de Ignacio de Antioquía a los Romanos, que data de principios del siglo II d.C. se refiere a órdenes dadas por Pedro y Pablo, pero como señalan los eruditos, “no dice ni una palabra que indique que los dos apóstoles estuvieron en Roma”, es una conjetura de aquellos que interpretan el texto (ibid., pág. 110).

Un texto más reciente afirma lo siguiente: “dado que toda la información fiable acerca del lugar donde ejecutaron y enterraron a Pedro es insuficiente, las posibilidades concernientes a ello continúan siendo sólo preguntas abiertas” (La Historia de la Iglesia, Jedin, pág. 118). La conclusión es que no se ha podido comprobar nada acerca de la muerte o del entierro de Pedro en Roma, ¡todo se basa en una dudosa tradición!

de Roma y su primer obispo carece de evidencia histórica. La Biblia no indica nada al respecto. De hecho, no hay pruebas históricas de que Pedro haya estado en Roma alguna vez, aunque algunos historiadores admiten la posibilidad de que fuera allí hacia el final de su vida” (El Nuevo Manual Bíblico de Hunger, pág. 633).

Incluso la presunta ubicación de la tumba de Pedro, supuestamente bajo el altar de la Catedral de San Pedro en Roma, no se sostiene bajo un escrutinio más cuidadoso Aunque el Papa Pio XII anunció en 1950 que las reliquias de San Pedro habían sido encontradas, la evaluación de la evidencia por parte de otros académicos no pudo constatar la afirmación del Papa (ver Time, enero 1, 1950). Las reliquias resultaron ser los huesos de una mujer y algunos animales de granja.

SE DESARROLLA UN DOGMA

Entonces, si no hay ninguna prueba histórica de que Pedro haya estado alguna vez en Roma, de que fundara la iglesia en Roma, o incluso de que haya muerto en Roma, ¿cómo y por qué se desarrolló la idea de la primacía papal basada en la sucesión de Pedro? Dos libros informativos escritos por reconocidos eruditos católicos (Santos y Pecadores por el Dr Eamon Duffy de la Universidad de Cambridge y La Iglesia Católica por el Dr. Hans Kung de la Universidad de Tübingen) muestran relatos paralelos acerca del surgimiento de la idea de la primacía papal y el dogma de la sucesión apostólica a partir de Pedro. Ambos reconocen que no hay nada en el Nuevo Testamento que conecte a Pedro con Roma.

La Biblia revela que el apóstol Pablo escribió el libro de Romanos y Pablo ni siquiera menciona a Pedro en el saludo que le extiende a más de 20 hermanos en Roma (Romanos 16). Cuando Pablo fue a Roma, cerca del año 60 d.C., se dio cuenta que los líderes judíos ni siquiera habían escuchado acerca del evangelio de Jesucristo ni del Reino de Dios (Hechos 28:17 24). Si en ese momento Pedro ya hubiera sido el obispo de Roma durante décadas, ¿no deberían conocer el mensaje de Cristo en ese lugar?

La idea de que Pedro estuvo en Roma es un concepto del siglo II d.C que creció en importancia en el siglo IV d.C, después de que Constantino hiciera del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano. Los académicos Duffy y Kung demostraron cómo los obispos de Roma hicieron un esfuerzo coordinado para ganar preeminencia sobre otras iglesias por medio de diversidad alegaciones y maquinaciones Ireneo de Lyon recopiló una lista que supuestamente rastreaba los líderes de la Iglesia Romana hasta Pedro y Pablo. ng señala que: “los obispos de la Iglesia Católica (así como a los de las iglesias son aficionados a llamarse a sí mismos “sucesores de los apóstoles” [a pesar de que]

…No se puede comprobar que los obispos son “sucesores de los apóstoles” en un sentido exclusivo y directo… la lista más antigua de obispos [recopilada por Ireneo] es una falsificación del siglo II” (Kung, pág 30-31) Varios de los primeros obispos de Roma trataron infructuosamente de afirmar que su poder se basaba en las palabras que Jesús le dijo a Pedro en Mateo 16:18 19. Hacia finales del siglo II d.C., el obispo Víctor de Roma trató de obligar a las iglesias de Asia Menor a celebrar la Pascua de Resurrección en lugar de la Pascua, pero los líderes de las iglesias de Asia Menor se resistieron a esos esfuerzos, ya que ellos guardaban la Pascua basados en las enseñanzas y ejemplo del apóstol Juan. Cerca del año 250 d.C., un obispo de Roma llamado Esteban reclamó la supremacía sobre otras iglesias en medio de una disputa que giraba alrededor de cual iglesia tenía una mejor tradición, pero las otras iglesias se resistieron a su demanda (Kung, pág. 49). Un obispo de Roma llamado Dámaso (cerca al año 380 d.C.), descrito como un “agente de poder despiadado”, utilizó la expresión “roca” que hace referencia a Pedro para reafirmar sus pretensiones de poder. También habló de su “sede apostólica” como si ninguna otra iglesia tuviera importancia, y construyó monumentos a los mártires para realzar la posición de la iglesia romana (Duffy, págs 37-39)

Es importante recordar que a pesar de que a todos estos obispos de Roma se les llama “Papas” hoy en día, el primero en adjudicarse este exclusivo título fue Siricio (cerca al año 390 d.C.). Para el año 450 d.C., León I el Magno ya estaba “recalcando” el supuesto vínculo petrino con Roma y el papado, incluso llegó a comparar la fundación de la Iglesia romana por Pedro y Pablo con la fundación de Roma por Rómulo y Remo (Duffy, págs. 43 44). En el Concilio de Calcedonia (año 451 d.C.), los seguidores de León declararon que “Pedro había hablado por medio de León” (Duffy, pág. 45), aun así, el Consejo rechazó las extensas reclamaciones de supremacía de León y dio a Roma y Constantinopla igualdad de estatus (Kung, págs. 64 65).

Otra famosa falsificación, Las Decretales Pseudoisidorianas, contiene cientos presuntamente de siglos antiguos, que al parecer respaldan las pretensiones medievales

Las pretensiones papales, cada vez más pomposas, continuaron en la Edad Media, ya que los Papas ambiciosos y sin escrúpulos utilizaron descaradamente documentos falsificados para respaldar su declaración de poder universal. Uno de esos documentos es la Donación de Constantino, formulada supuestamente por el emperador Constantino en el año 330 d C debido a su supuesta gratitud por haber sido instruido en la religión cristiana y curado de la lepra por el Papa Silvestre I. Este documento le otorgaba a Silvestre y sus sucesores el amplio poder supremo de presidir a todos los demás obispos, y también a gran parte de Europa y África.

Aunque este documento fue ampliamente aceptado como auténtico durante la Edad Media, más adelante se determinó que era una auténtica falsificación creada cerca al año 750 d.C. De hecho, durante su vida, a Silvestre nunca se le reconoció como un Papa universal, y su curación de la lepra de Constantino no es más que una leyenda.

La Biblia revela que Jesucristo, los apóstoles y la Iglesia primitiva guardaban el sábado y celebraban las fiestas santas (ver Lucas 4:16; Juan 7:8 10; Hechos 17:2; 1 Corintios 5:7 8). Sin embargo, la Iglesia Católica Romana, a partir de la época de Constantino, se apropió del domingo como día santo, la pascua de resurrección, navidad y una cantidad de “días santos” provenientes del paganismo, aunque no solo no existe ningún mandamiento o precedente bíblico para hacer esto, sino que las Escrituras advierten contra la adopción de prácticas paganas (ver Deuteronomio 12:29-32; Jeremías 10:2)

medievales. Como lo reconocen estudiosos posteriores, las falsificaciones “daban la impresión de que la iglesia primitiva se regía por decretos papales hasta en los detalles de su vida” (Kung, pág 82) Incluso hoy, algunos profesores incautos, aceptan y repiten estas afirmaciones papales de autoridad universal, olvidando o ignorando la base fraudulenta de estas aseveraciones. Las afirmaciones de la Iglesia Católica Romana sobre su primacía papal también se basan en la idea de que su organización ha preservado fielmente las enseñanzas de Jesucristo y los apóstoles a lo largo de los años. No obstante, cuando se comparan las enseñanzas católicas romanas con las escrituras, las discrepancias son muy evidentes.

Aunque Pedro y otros apóstoles eran casados (Marcos 1:30; 1 Corintios 9:5), la Iglesia Católica Romana estableció una “disciplina” del celibato sacerdotal, a pesar de la clara instrucción de las escrituras de que la prohibición del matrimonio es una idea inspirada por Satanás (1 Timoteo 4:1 3). Es interesante observar que, en contraste con la arraigada costumbre católica romana de arrodillarse para besar el anillo de un obispo o papa, el apóstol Pedro se rehusó a tal homenaje (Hechos 10:25 26). ¡Estos son sólo unos ejemplos de cómo la Iglesia Católica se ha apartado de la enseñanza apostólica!

Por más de 1,500 años, individuos ambiciosos han intentado utilizar la diócesis católica de Roma para promover sus reclamos de autoridad universal, utilizando presión social, política, teológica, legal e incluso militar, junto con engaños y fraudes para lograr sus objetivos. Estos hombres astutos, y en ocasiones inescrupulosos, se han apartado de las doctrinas de la Iglesia Primitiva, hasta pretenden ser el vicario supremo y exclusivo de Cristo en la Tierra. eruditos católicos reconocen la falsedad de sus atribuciones. Kung lo dice aciones que ellos manifiestan pueden no tener fundamento bíblico o teológico, siglos, estas [afirmaciones] entraron en la ley de la iglesia como hechos aceptados. muchas personas hoy en día, dentro y fuera de la Iglesia Católica, lo que los obispos

Las Escrituras muestran que la Iglesia Primitiva enseñó que el Reino de Dios se establecería en la Tierra al regreso de Jesucristo, aun así, la Iglesia Católica Romana enseña que ella es el Reino de Dios, y ha rechazado y tildado de herejías las verdaderas enseñanzas bíblicas acerca del Reino de Dios La Iglesia Católica Romana enseña que María, la madre de Jesús permaneció virgen perpetuamente, pese a que las escrituras muestran claramente que tuvo otros hijos después de Jesús (Marcos 3:31 32; Lucas 8:19 21).

romanos de los siglos IV y V se atribuyeron a sí mismos en una creciente conciencia de su poder, parece ser lo que se considera originalmente católico” (Kung, pág 50)

¿Qué trascendencia tienen estos hechos históricos tan aleccionadores para nosotros hoy en día? Las profecías bíblicas de los tiempos del fin ofrecen una visión importante y reveladora Como hemos visto, Jesús advirtió que los falsos maestros provocarían un engaño masivo al final de la era (Mateo 24:3 5). El apóstol Pablo advirtió que los líderes se apartarían de la verdadera Iglesia y utilizarían enseñanzas falsas y engañosas para ganar adeptos (Hechos 20:29 37). Pablo también advirtió que al final de la era, muchas personas "apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" (2 Timoteo 3:1 8; 4:1 4).

SIGNIFICADO PROFÉTICO

Por lo tanto, vemos que las alegaciones de la primacía papal basada en la sucesión apostólica de Pedro no están respaldadas por evidencia sólida, sino por un dogma, ideas que son declaradas con autoridad, ¡pero que carecen de evidencia histórica real! En última instancia, estas afirmaciones no se basan en la historia ni en las Escrituras, ¡sino en dudosas tradiciones humanas!

Pablo advirtió además que justo antes del regreso de Jesucristo, un poderoso e influyente líder religioso hará milagros que engañarán a muchas personas para que crean mentiras, porque no amarán la verdad (2 Tesalonicenses 2:1 12). Este falso líder religioso estará aliado con un poderoso líder político que obtendrá el control de un Imperio Romano restaurado que surgirá en Europa (ver Apocalipsis 13; Apocalipsis 17; Daniel 2). Usted debe darse cuenta de que el discurso de un líder religioso que pronto llegará, que utilizará su supuesta "sucesión apostólica" para afirmar la primacía sobre una iglesia universal, no se basarán en nada más que en el dogma y el fraude. ¡Tenga mucho cuidado!

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