TRATANDO CON CASOS DE VGAE Leah Samakayi Kasaji ZNUT (Sindicato Nacional de Docentes de Zambia)
Era una fría mañana de un lunes de marzo del 2017. Estábamos en la sala de reuniones del Sindicato Nacional de Docentes de Zambia (ZNUT), empacando polos para las celebraciones del Día Internacional de la Mujer. Julieta, Sombo y yo estábamos muy ocupadas porque los polos tenían que llegar a las 10 provincias al día siguiente, porque ése era el Día Internacional de la Mujer. Linna, la secretaria, nos ayudaba a registrar la cantidad de polos empacados en cada bolsa. Cuando todo terminó, llamé a Ndundi, el ayudante de la oficina, para cargar todos los paquetes en el vehículo de género del ZNUT, para llevarlos a la terminal de autobuses interurbanos en Lusaka y ponerlos en autobuses a varias provincias. En este momento, el Secretario General de ZNUT, mi organización, envió al secretario de su oficina para decirme que había un suceso triste que necesitaba mi atención urgente. Lo que me preocupó y asustó al mismo tiempo. Rápidamente corrí a la oficina del Secretario General, quien me vio entrar en estado de pánico. El Secretario General luego dijo: “¿Por qué estás entrando en pánico?”, le respondí, “pero jefe, ¿qué es lo que salió mal?” Entonces, mi jefe me dijo que había recibido una llamada telefónica de Herbert. Herbert es uno de los miembros del equipo nacional de cambio que reside en la parte sur de Zambia. Eso me asustó aún más, porque generalmente él viaja para programas de la VGAE dentro de esa provincia. Me imaginaba si estuviera involucrado en un accidente de tráfico. En ese momento, mis colegas Juliet y Sombo me siguieron a la oficina del Secretario General, mientras que Linna y Ndundi se quedaron cuidando los polos empacados. Luego, Sombo gritó “¿qué pasa?” Julieta dijo: “¿Está todo bien?”
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