En un lugar del Desierto, en la Ciudad del Sol cuyo nombre siempre quiero recordar, no ha mucho tiempo fueron paridos entre la savia de las cactáceas, un par de hermanos amantes de la poesía y las letras. Se comunicaban de vez en vez, usando la pluma en red: don Roberto de la Sierra Cuauhtémoc y doña Eloisa de Praderas Arenosas, herederos de la dinastía de los Grijalva de los altos valles Orellana.
Ciudad del Sol, marzo 21, 2019.
Ciudad del Sol, Marzo 10, 2016.
Felicidades a la ÚNICA POETISA MUSA UNDÉCIMA, Eloisa Grijalva Orellana por su lírica y soberbia participación en el 5to encuentro de Mujeres en su tinta. Que la linfa castálida del Parnaso nunca deje de emanar a través de la tinta de tu pluma. Dios te conserve en el mundo de la letras. Hermosos versos, hermosos poemas. ¡Oooh, poeta mío! ¿Qué puedo decir si son recíprocos los sentimientos? Sería como reflejar tus palabras en un cristalino espejo. Mi alma se alboroza con tus sonidos. Son como savia que se escurre sobre la corteza rugosa de un árbol vivo, apasionado... y penetran muy dentro en su tronco palpita, mi corazón arde en epicentro. Te amo, hermano mío. El verso, musa úndécima, jamás ha de ser superior a la prosa, ni la prosa ha de ser superior que el verso, mas bien se complementan, se alimentan uno del otro, hacen la sinergia más potente por excelencia. De esa manera se ha de tener en la misma estima a ambos y quien escribe prosa, acaba inmerso en el verso y quien verso escribe, corona sus letras con hermosa prosa. Convencida estoy... Las letras me enamoran. Sigamos con el tintero y la pluma, y que ésta sea una vela encendida, que iluminen nuestra musa o numen de inspiración. Yo a usted le amo, don Roberto Grijalva Orellana.
Ciudad del Sol, Marzo 5 2017.
Poetisa, undécima musa, Duquesa de Pradera Arenosa y hermana mía: Como vuestra merced no hay par, ni en sus letras ni en el fomento perenne a la cultura, que tanto hace falta en estos tiempos. Le agradezco desde el fondo de mi corazón el aprecio a un humilde servidor y mi incansable pluma. Al igual, yo guardo un fanatismo ciego por sus letras, que estoy seguro pronto se entre cruzarán con las mías en una próxima publicación. ¡Pardiez que sí! Le ruego a Dios me mande inspiración para esculpir un soneto marmóreo con el cincel de mi pluma, en honra y reconocimiento a vuestra merced. Dios nos conserve por muchos años en Su servicio a través de la letras.
Mi muy amado Conde-Duque Don Roberto de Sierra Cuauhtémoc: Su misiva me ha dejado desprovista de letras con las cuales superar la lucidez, exquisitez y gallardía de las vuestras. Al grado de purporizar mis mejillas que, como usted sabe, el tinte que guarda mi tez es como el barro pero me delata su temperatura al cambio que pasa del marrón al púrpura sin ningún reparo. Desde el momento mismo en el que fuimos concebidos, la tinta y el pergamino han trazado nuestros destinos, que Dios nos conserve larga y plena vida, para que en cada trazo dejemos al descubierto sus maravillas. Usted me honra tanto con su presencia como con sus ausencias, son bálsamo que sanan cualquier herida abierta, ya que segura estoy que el olvido no corroe, en su memoria, mi presencia. Yo le llevo prendido en mi corazón y no reparo en declarar que soy su más fiel admiradora. Su hermana que le adora... Duquesa Doña Eloisa de Praderas Arenosas. ¡voto a Dios! Estoy anodado, Por vuestras letras elogiado por tu talento admirado... Hermano, don Roberto Grijalva Orellana. Esto se me acaba de ocurrir en honor a mis miopes ojos: 《...y si se me pierden mis ojos... le poemo mientras escribo o le hilvano mientras bordo. O puedo, si usted lo desea con cada fibra de su ser, traerle conmigo.
Ciudad del Sol, Enero 18, 2018.
Caballero espadín, don Roberto Grijalva Orellana, poeta único preferido mío: Sirva la presente misiva para saludarle gozosa desde mi humilde aposento y expresarle menuda sorpresa la que me he llevado al verme favorecida por el designio azaroso de que vuestra MUSA Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana haya correspondido en esta falacia; privilegio el mío que tan distinguida sea el personaje ancestral con relación a mi historia encantada. Su prístina existencia mi leve trajín opaca. Sin desespero sé que, llegada la hora en que el Eterno lo permita, también seré parida en las letras, para trascender del efímero sentimiento a la comunión perenne entre tinta y pergamino. El anhelo de que de mis raíces crezcan alas, sosiega mi alma. Sin otro motivo que irrumpa vuestra voluntad y pensamiento, me despido de su merced como un canto que alboroza la calma, créame que ni un ápice de arrogancia mis palabras guardan al decirle que no pretendo más que parecerme un poco al contorno que dibuja esa sonrisa discreta en los labios de su poetisa amada. Que los giros imperceptibles en rotación, permitan escribirnos en luna y en sus caras todas, y que la inspiración nuestra oscile desde el ocaso hasta el nacimiento del alba. Siempre suya, doña Eloisa de Grijalva de los altos valles Orellana. Hermana y poetisa amada: Sepa por ventura vuestra merced que nada de azaroso hay en el destino que se cumple a fuerza de la pluma y lo sentimientos, ambos entrelazados. Nada de azaroso hay en el juego pueril ni en las mas altas obligaciones del ser humano, sea así pues bienvenida con sumo agrado tal distinción que de vuestra merced hace el destino, nada más y nada menos que con nuestra excelsa maestra de letras Sor Juana. Que la inundación castálida, Dios mediante, siga inundando los tinteros de poetas y poetisas que al igual que sor Juana, nuestra amada maestra, tienen la valentía de expresar sus sentimientos mediante la poesía. Así pues de todo esto, nace este terceto dedicado a Sor Juana, a ti y a todos los lectores, poetas y poetisas que estas humildes palabras lean: "Con retruécanos expresemos nuestros sentimientos, con prosa o rima plasmemos nuestros pensamientos, con poesía narremos, los vividos momentos..." Dios nos conserve a todos en el camino de las letras. Un fuerte abrazo. Cordialmente tu confidente, Don Roberto de Sierra Cuauhtémoc.
Ciudad del Sol, Marzo 07, 2018.
Conde-duque, don Roberto de Sierra Cuauhtémoc: Con el corazón en mano, me complace compartir con usted el regocijo que siente mi alma al saberme en vuestra vida y que usted habite en la mía. Lo mío es un manifiesto abierto, constante y palpitante donde no cesan mis anhelos de expresar y demostrar cuánto le amo. No permita que Cronos, implacable al paso, seque la tinta del tintero: escriba y deleite la existencia mía con la versatilidad de vuestras historias y la profundidad del verso en cada soneto. No aspiro más que a lo esencial, cual maná caído del cielo, me conformo con pequeñas misivas en el pico de palomas mensajeras o pasquines que deje esparcidos por los faroles que enmarcan mi camino. Siempre suya, doña Eloisa de Praderas Arenosas.
Ciudad del Sol, Octubre 08, 2018.
Amada musa: Los versos enamorados y la prosa ilusionada siempre proceden de los recónditos lugares más tranquilos del corazón y de la inspiración... He vuelto, por Dios. Y más que volver he renacido, después de, en el fuego de las vicisitudes haberme consumido, extinguido. Pero no en su totalidad, por que el alma es cosa divina y lo divino es inmortal, como la inspiración que un poeta guarda por su musa durante toda su vida mortal, ya después, solo Dios sabe si a Él mismo le gusta la poesía y permite, en el cielo, poética algarabía. La ausencia no es la falta de presencia , sino la muerte temporal de la poética elocuencia. Y aquí estoy gritando rimas al unísono del latir de mi corazón, plasmando versos y pintando con prosa en el lienzo terso del amor. ¡Oh, amada musa! Que haría yo por compensar mi ausencia. Desearía estar poseso de la lírica de Lope de Vega, de la prosa Cervantina y los retruécanos de Sor Juana para, en un párrafo reponer toda la ausencia de mi letras... Mas aquí estoy, tu humilde servidor. Que no sabe otra cosa que escribirle a Dios, al amor, al destino, a las vicisitudes inherentes, en sí, de la vida y a mi musa predilecta, vuestra merced, a través de los versos a mi amada musa... Con todo mi amor y mi cariño CSIB Sepa usted, don Roberto de la Sierra Cuahtémoc, caballero espadín y poeta único preferido de la vida mía, que los años que se entretejen y aguardan pacientemente en mi piel son motivo suficiente para que mi corazón cese sus latidos ante la buena nueva que acaba de develar. Se regocija mi alma ante vuestro regreso triunfal al riel de la prosa y poesía, savia-elixir-vida.... son sinuosos los caminos que la vida nos depara pero al tiempo se horman nuestras almas. Agradezca a Dios. Agradezca al tiempo que fue paciente y generoso al no secar su tintero pese a su juvenil osadía de dejarle abierto. ¡De plácemes! Que se descorche el mejor vino de la cava, abrid puertas y ventanas para que entren los espíritus del presente y pasado, todos aquellos que fueron paridos por las letras. ¡Alcemos copas y brindemos porque ha vuelto el hijo pródigo! Ha vuelto con el otoño y la tenue luz que se cuela entre las hojas resquebrajas que anuncian vida en el viento, ha vuelto y nos anuncia grandes enseñanzas: vuestra ausencia también fue presencia, no siempre lo físico es evidencia de ser real; así usted decida no estar en mi vida, yo juro solemnemente por la sangre que corre por mis venas y por la memoria de nuestro padre -que Dios tenga en su santa Gloria- que usted siempre estará en la mía. Sirva la presente misiva para recordarle mi gran amor y admiración por vuestras letras, por vuestros dones y ese gran espíritu que se desborda. Siempre suya, doña Eloisa de Praderas Arenosas. La más ínfima, pero la más dichosa de todas las musas.
Ciudad del Sol, Noviembre 18, 2018.
Gentil caballero, don Roberto de la Sierra Cuauhtémoc: Mi pluma clama, con sórdida impaciencia, reciba esta misiva que acuna uno de los versos que mueven el alma mía... Corresponde a los brazos de su muy amada Musa, esa que en el claustro le dicta a placer los designios más sagrados de la escritura. Yo quedo, cual insípida aprendiz, perdida en la magia de sus sombras… tinta que en pergamino alboroza. Siempre suya, su hermana que le adora, Doña Eloisa de Praderas Arenosas. [En noviembre vespertino cuando, el otoño arribó al día doce, se marca el tiempo en el almanaque que yace en el muro, los contornos de su sombra son dibujados por la diáfana luz de la cera que amorosa se derrite frente al Santísimo.] DETENTE SOMBRA, Sor Juana Inés de la Cruz. Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo? Mas blasonar no puedes, satisfecho, de que triunfa de mí tu tiranía: que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía, poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía. ○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○● [HOY en el Día Nacional del Libro que se celebra cada 12 de noviembre desde 1979. Se conmemora el natalicio de Juana Ramírez de Asbaje, por todos conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, una de las más grandes escritoras mexicanas, considerada defensora del derecho a la educación y lectura♥️.]
Qué hermoso soneto ha escrito sobre mármol nuestra maestra por excelencia y así con calma y con paciencia debemos de leerla y admirarla pues en sus versos nos dejó para la posteridad una sublime sapiencia. Vaya arte, vaya ciencia de nuestra musa la poética elocuencia. ¡Que impaciencia, no poder emularla con rapidez para honrarla! Pero seguro es feliz allá en el cielo cuando aquí en la tierra nos detenemos a recordarla... Cual versos que endulzan el aliento, la pluma de Sor Juana, también puede ser el filo de las arengas que nos invita a forjar el espíritu, le amo don Roberto de la Sierra Cuauhtémoc
Ciudad del Sol, Febrero 26, 2019.
Don Roberto de la Sierra Cuahtémoc, noble caballero, hermano mío: Sirva la presente misiva para desearle lo mejor de la vida, que las castálidas aguas del Parnaso siempre reposen en vuestra pluma y que todo destello de felicidad lo guarde usted en su sonoro pecho. Poeta único preferido de la vida mía, sabe de sobra que le amo con cada fibra de mi ser. Que Dios le colme de bendiciones, en esta y la otra vida. Siempre suya, doña Eloisa de Praderas Arenosas.
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