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DESTRUCCIÓN INSTITUCIONAL SIN PRECEDENTES
from Finsemanario #348
by EjeCentral
Deterioro en la salud de los mexicanos, pérdida en la esperanza de vida, mayor tasa de mortalidad y fugas presupuestales son algunos rasgos de la destrucción que dejó en el país la aventura de exterminar el Seguro Popular
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ, MAURO ÁLVARO MONTERO Y MANUEL LINO
GONZÁLEZ redaccion@ejecentral.com.mx
En medicina clínica existe un término para denominar al producto de la concepción que nace muerto. Se le llama óbito. El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) es, en tal sentido, un óbito.
Pero a diferencia del óbito fetal, que al ser extraído adecuadamente no suele traer mayores complicaciones para la salud, el instituto creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó tras de sí uno de los peores desfalcos al presupuesto, un deterioro inédito en la salud de los mexicanos y una destrucción institucional como no se había visto en 80 años.
“El sistema mexicano de salud se creó en 1943 y no hay una sola administración, ni de lejos, que haya generado el nivel de destrucción institucional ni el nivel de daño a la salud que ha generado la administración del presidente López Obrador”, sostiene Octavio Gómez-Dantés, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública y coautor del libro Salud: focos rojos. Retroceso en los tiempos de la pandemia
¿SABÍAS QUE?
El IMSSBienestar sólo tiene presencia en mil 328 municipios del país, 54 % del total.
“El Insabi es con toda seguridad el fiasco más grande que ha habido en la venta de una política pública, al decir que iba a resolver los problemas de salud, al prometer que habría cobertura universal para todos los mexicanos, contra todas las enfermedades y con todos los medicamentos. Fue un gran engaño y un error muy cruel”, asegura, por su parte, Xavier Tello, experto en políticas públicas de salud y autor del libro La tragedia del desabasto
La trampa de los números
Aunque la Cuenta Pública, que elabora la Secretaría de Hacienda muestra que el presupuesto que se ha inyectado al Insabi ha incluido importantes sumas de dinero, e incluso en el papel hay un incremento año con año, al revisar los detalles utilizando solicitudes de transparencia, tanto México Evalúa como México Cómo Vamos descubrieron que ese registro en realidad no reporta el dinero que se regresa a la Tesorería Federal, donde se pierde el rastro final de ese presupuesto no utilizado por el Instituto.
El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para la creación del Insabi, institución que reemplazaría al Seguro Popular, que fue creado durante la administración del expresidente Vicente Fox. Oficialmente en 2020, año de la creación del Instituto, el organismo recibió recursos por 106 mil 227.1 millones de pesos, cuando el total de lo que se había destinado a la Secretaría de Salud fueron 128 mil 826 millones de pesos, muestran las cifras de Hacienda.
Para 2021, conforme a información de
10 Mil
MILLONES DE PESOS adeuda el Insabi a laboratorios nacionales y extranjeros por la compra de medicamentos y equipo quirúrgico. la Cuenta Pública, al Insabi se le otorgó un presupuesto de 89 mil 301.3 millones de pesos, el cual supuestamente fue modificado con un incremento de 26.5 %, o de 23 mil 699 millones de pesos más, para un total de 113 mil millones.
Ya para 2022, la historia fue similar que la de un año previo, ya que el Congreso aprobó 103 mil 366.8 millones de pesos, pero durante el ejercicio se modificó su presupuesto y se le asignaron otros 11 mil 146.5 millones, o un 10.8 % más, lo que finalizó en un recurso total de 114.5 mil millones de pesos.
Pero las cifras contrastan con los datos que se han obtenido por medio de la Plataforma de Transparencia, sobre lo realmente ejercido y cómo se redujo drásticamente, año con año, la operación de este organismo que debe atender a los más pobres.
Saldo: 890 marginados cada 60 minutos
Antes de la creación del Insabi, había 20.1 millones de mexicanos que no tenían acceso a servicios de salud; para 2020, primer año de funcionamiento del instituto que sustituyó al Seguro Popular (y primer año de la pandemia de Covid-19), la cifra creció a 35.7 millones, la mayoría de ellos pertenecientes a los sectores más pobres del país.
Es decir, sólo en dos años, 15.6 millones de personas dejaron de tener garantías para la atención de su salud, una población equivalente a las de El Salvador, Costa Rica y Panamá juntos.
Así, en lugar de cumplir la promesa presidencial de atender la salud de todos los mexicanos, el fallido organismo privó de cuidados médicos a 21 mil 369 personas cada día, lo que equivale a que un promedio de 890 mexicanos cayeran en el desamparo social cada 60 minutos.
A consecuencia de la pandemia del coronavirus, la mayoría de los países del mundo perdieron años de esperanza de Continúa en la página siguiente vida a por las secuelas en la salud y el empobrecimiento de la población. Sin embargo, los números de México y su malogrado esquema de salud superan cualquier merma, incluidas las de África.
Entre 2019 y 2021, el mundo perdió en promedio 1.8 años en la esperanza de vida. Visto por regiones, América perdió 2.5, Europa 2.1, América Latina 2.0, Asia
1.7 y África un año.
México, de tener una esperanza de vida de 74.2 años en 2019, pasó a 70.2 en 2021. Esto significa en apenas dos años, el país regresó a los números que tenía en 1990; es decir, entre la pandemia y las malas decisiones de política pública se perdieron 30 años de avances.
De esta forma, México es el séptimo país del mundo con mayor pérdida de esperanza de vida entre 2019 y 2021, sólo superado por Omán (5.5 años), Rusia (4.5), Botswana (4.4), Líbano (4.2), Bolivia (4.2) y Colombia (4.1).
Atraco presupuestal
Además del deterioro en la salud de los mexicanos y la pérdida de esperanza de vida, el Instituto de Salud para el Bienestar representó un desfalco presupuestario.
Antes de su creación, el Seguro Popular cubría 294 padecimientos de primer y segundo nivel de atención médica, y 66 padecimientos considerados catastróficos (llamados así por su elevado costo y el potencial que tiene para devastar las finanzas de una familia, principalmente aquellas de bajos recursos y sin seguridad social).
Para su financiamiento, desde su creación en 2004, las reglas de operación del Seguro Popular establecían que el gobierno federal se comprometía a aportar una cuota fija por cada beneficiario y además abonaba el 11% del presupuesto total a un fondo de gastos catastróficos para solventar las operaciones y tratamientos de alto costo de las personas más vulnerables.
Desde el arranque de esta administración, México reporta un desabasto promedio de 30 % de medicinas e insumos médicos. En áreas como vacunas y anticonceptivos, el desabasto llega a 70 %, mientras que en fármacos oncológicos y psiquiátricos alcanza 90 %.
Sin embargo, al aparecer el Insabi, las cosas se enturbiaron. No sólo se difuminó el catálogo de padecimientos a atender, sino que el presupuesto quedó sujeto a la voluntad de los legisladores. Adicionalmente, se eliminó la obligación de nutrir el fondo para gastos catastróficos y se le permitió al nuevo Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) regresar recursos a la Tesorería de la Federación.
Con estas nuevas reglas, se experimentó un desplome de las consultas médicas, al pasar de 83 millones en 2017 a 72 millones en 2018; de 66 millones en 2019 a 21 millones en 2020, y de ahí hasta los 17 millones de 2022. Esto es, la quinta parte de las consultas que se daban a finales del sexenio pasado.
Por otra parte, el gasto para atender enfermedades catastróficas colapsó en 90 %. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el gobierno fondeaba, en
ESPERANZA DE VIDA, 1921 A 2021
CANTIDAD promedio de años que viviría un recién nacido si las tasas de mortalidad en el año en curso se mantuvieran iguales a lo largo de su vida.