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Ya ni ligar es bueno
from Finsemanario #348
by EjeCentral
Realidad Novelada
J. S. Zolliker @Zolliker
En Siete Gr Ficos
AMBOS PAÍSES alcanzaron una cifra récord en los últimos años, pero el registro danés es el triple de lo que México invierte en salud.
DURANTE LA EMERGENCIA por Covid-19, la muerte materna en México se elevó drásticamente (cifras en decesos de mujeres por cada 100 mil niños nacidos vivos).
MANUEL LINO GONZÁLEZ manuel.lino@losintangibles.com
EN 2014, cuando Ricardo supo que tenía leucemia, lamentó un poco haber decidido ser microempresario y no tener un empleo que le permitiera tener alguna forma de seguridad social para tratarse este cáncer de la sangre, pero decidió afiliarse al Seguro Popular. Ricardo vivía, y sigue viviendo, en Querétaro, capital de un estado sin el llamado oficialmente Sistema de Protección Social en Salud, por lo que se afilió en la Ciudad de México, sin que hubiera problema administrativo alguno por su lugar de residencia, más que la necesidad para él de trasladarse con frecuencia a sus sesiones de quimioterapia, mismas que recibió durante meses sin tener que costearlas.
Política de Desarrollo Social (Coneval) a 55.6 millones de personas afiliadas, de las cuales la gran mayoría eran de los deciles poblacionales con más bajos ingresos, una proporción importante de los 75 millones de personas en México que están fuera de la seguridad social convencional, la cual incluye más cosas que el acceso al sistema de salud.
El Insabi se creó sin sistema de afiliación, era innecesario bajo la idea de que los 75 millones de personas no derechohabientes tendrían automáticamente acceso a los servicios, pero no funcionó y cuando se trató de corregir era demasiado tarde, explica Meneses.
El tercer e inaccesible nivel
El autor le roba a la realidad una licencia para novelar diversas situaciones, muchas veces cómicas y otras tantas agrias, violentas y crudas.
Se llama Rodrigo, tiene veinte años y es hijo de una madre feminista y soltera, por lo que siempre fue educado para no ser otro machito más del montón. Sin embargo, eso no lo salvaría de los nuevos esquemas de extorsión que involucran hasta a la autoridad en varios de sus niveles. Les platico:
HASTA 2008, México tenía mejores cifras que Dinamarca, pero en los últimos 15 años los papeles se invirtieron (cifra en muertes por cada 100 mil habitantes).
LOS PROGRESOS en México han sido notables en los últimos 60 años (cifras en porcentaje de niños que mueren antes de cumplir los cinco años de edad).
75 POR CIENTO cayeron las consultas médicas en el sector salud tras la creación del Insabi.
50 MILLONES de personas atendía el Seguro Popular cuando dejó de operar y fue reemplazado por el Insabi.
Otro caso, ocurrido a mediados de 2021, fue el de Julia a quien atropelló una motocicleta. En un principio, parecía que, más allá de un hueso roto, el accidente no tendría mayores complicaciones; sin embargo, la hinchazón, la confusión mental y las náuseas que empezó a experimentar unas semanas después, indicaron que el problema era más grave.
Julia y su marido vendían tacos de guisado en Coyoacán, no estaban en la calle porque les prestaban un garage. No tenían seguridad social y tuvieron que recurrir a un médico particular y pagar los análisis para saber que el accidente le había reventado un riñón y que tenía que operarse de inmediato.
Aunque Julia había estado en el Seguro Popular, en esta ocasión no supieron cómo podían acceder al Insabi, pero gracias a un familiar afiliado al ISSSTE Julia pudo ser admitida y tratada en un hospital de esta institución.
Estos casos son ejemplo de los dos grandes problemas que, de acuerdo con Sergio Meneses, investigador experto en sistemas de salud, se generaron cuando se sustituyó el Seguro Popular por el Instituto de Salud para el Bienestar: la falta de un sistema de afiliación y de la llamada atención de tercer nivel.
MIENTRAS que en Dinamarca la situación es estable, en México el fenómeno va al alza (cifras en porcentaje de muertes asociadas a la obesidad respecto al total).
LOS PICOS de México en exceso de muertes durante la pandemia de Covid-19 fueron más pronunciados que los reportados en el país europeo.
12 MILLONES de personas atiende actualmente el IMSS-Bienestar.
El Seguro Popular tenía un sistema de afiliación, por medio del cual se entregaba a las personas, “digamos, una póliza de derechos explícitos”, explica Meneses a ejecentral Hasta el momento de su desaparición en 2019, el Seguro Popular cubría según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la promedio, 10 mil millones de pesos para operaciones y tratamientos de alto costo. Esa cantidad cayó a 6 mil millones en 2019, a 5 mil millones en 2020 y hasta 2 mil 800 millones en 2021. El colmo del absurdo aconteció en 2022, cuando el gobierno sólo invirtió 51 millones de pesos en las enfermedades catastróficas de los mexicanos más pobres. Las secuelas más despiadadas de este nuevo esquema de financiamiento es que la inversión en tratamientos de cáncer cervicouterino cayó de 100 millones de pesos anuales en el sexenio pasado a menos de 10 millones en 2021. En materia de cáncer infantil, el gobierno de Peña Nieto destinaba en promedio 500 millones de pesos anuales, pero cayó a 15 millones en 2021.
“Quizá la acción más dañina” que tuvo la sustitución del Seguro Popular por el Insabi, de acuerdo con Meneses, fue que se omitieron por completo las enfermedades de alto costo, el llamado tercer nivel de atención, que comprende los servicios de hospitalización de alta especialidad, como cirugías cardiovasculares, hemodiálisis y neurocirugías; así como pruebas de laboratorio de gran complejidad, como angiografías coronarias y tomografías computarizadas.
“Con los cambios que se hicieron en la Ley General de Salud que desaparecieron el Seguro Popular, también eliminaron una estructura financiera específica (que existía) para cubrir este tipo de servicios”, comenta Meneses. “La lógica del Seguro Popular era mantener un fondo que fuera robusto y permitiera afrontar este tipo de situaciones que suelen ser impredecibles”.
Meneses comenta que, por ejemplo, la esclerosis múltiple, un padecimiento autoinmune del del sistema nervioso, incapacitante, que puede ser mortal y es de alto costo y que no está cubierto por el Insabi, “pero tenemos un fondo para gastos catastróficos robusto, bien fondeado, eventualmente podemos incluir nuevas patologías”.
El IMSS Bienestar, que apenas el año pasado dejó de ser un programa administrado por el IMSS para ser un organismo público descentralizado (también administrado por el IMSS), no ha propuesto brindar servicios del tercer nivel de atención ni atender las enfermedades de alto costo.
Cuenta con alrededor de 80 hospitales en el país, pero ninguno de ellos cuenta con los recursos, los especialistas o el equipo médico para brindar este tipo de servicios, como atender “el cáncer cervicouterino o el de mama, por mencionar algunos de los más frecuentes en las mujeres”.
Rodrigo llegó con sus amigos a un bar de Coyoacán, donde les gusta asistir por el ambiente y los precios más accesibles. Llegó a eso de las diez de la noche y por suerte, encontró un espacio para estacionar su auto, por lo que no tuvo necesidad de dejarlo en el valet parking. No sé bien por qué en México decimos “ligar” al hecho de conquistar o lograr relacionar íntimamente a una persona que nos resulta atractiva, pero eso es precisamente lo que sucedió. Rodrigo se fijó de inmediato en una mujer que bailaba con un ritmo y una exuberante corporalidad que lo embelesó con el más hipnótico y sensual vaivén de caderas que jamás hubiese visto.
Con cierta vergüenza, fue hasta ese momento que realmente comprendió la frase que varias veces le escuchó a su abuela materna: “la que bien baila, bien sabe hacer la cama”. Tontísimo, había pensado que aquel era un tema doméstico que describía la cualidad de una persona muy hogareña. ¡Tontísimo!
Aprovechando que, al vivir con su madre podía ahorrar un poco a pesar de que ganaba una miseria en el despacho al que recién se había unido como becario, decidió enviarle una copa de espumoso (no había champagne, afortunadamente, porque de seguro, no le habría alcanzado) y ella le agradeció brindando con él a la distancia. Como él, ella estaba en una mesa con amigas, así que, en pocos minutos, lo azuzaron para que fuera a presentarse y de paso, provocara en los demás el protocolar “ligue”.
Con mucha timidez y esperando quizás cierta resistencia ritual o rechazo –nunca había sido bueno en interpretar las señales ni los ritos–, se acercó a charlar y nunca imaginó que ella lo recibiría con un beso tan coqueto que, a propósito, le rozó la mitad de los labios; le flipó.
Para su sorpresa, a partir de entonces, las cosas fluyeron con un encanto poco común. Al rato se estaban besando y como si todo fuese un ensueño, la chica le pidió irse solos para tener intimidad en el apartamento de ella, pues su madre y hermana habían salido de la ciudad y no volverían hasta el lunes.
ESTADOS de la República Méxicana es donde opera el IMSSBienestar, principalmente en zonas rurales.
Como es de imagnar, se subieron a su coche y antes de ponerlo en marcha, ella lo besó apasionadamente. Entonces, una patrulla se plantó junto a su auto y ella comenzó a pedir auxilio y a gritar que la quería violar. En segundos, lo bajaron y lo esposaron y lo introdujeron en la parte posterior del vehículo oficial: su ofensa es grave, joven. Es delito serio, se enfrenta a varios años de prisión. Nosotros queremos ayudarle, agregaron. Si usted le da a la señorita 30 mil pesos, podemos interceder por usted para que ella no presente denuncia y pueda irse a su casa como si nada hubiera pasado, le dijeron. Es más, hasta se ofrecieron a llevarlo a cajeros automáticos para que pudiera retirar el dinero. A diferencia de muchos, se negó a ceder ante sus chantajes. Entonces lo llevaron al ministerio público como abusador, sin saber que su coche tenía una cámara que grabó todo y lo subió a la nube, evidenciando lo podrido del sistema, comenzando con el contubernio extorsionador de los policías con la chica. La tecnología lo salvó porque pudo demostrar su inocencia, aunque tuvo que pasar 36 horas en un penal y gastar un dineral en abogados a los que la mayoría de la gente no tiene acceso. Así están, dice: destruyéndolo todo al grado en que si no tienes cámaras en tu auto, ya ni ligar es bueno.
Por insólito que parezca, pese a las manifestaciones de padres de niños con leucemia y otros padecimientos por la falta de medicamentos y tratamientos, la inversión fue de cero pesos.
“Nunca fue pensado en salvar vidas”
“El Insabi no fue una institución pensada en proveer servicios de salud. Fue creado con una sola intención: eliminar al Seguro Popular y hacerse de los recursos con el objetivo de fondear otros rubros de la 4T”, ataja Xavier Tello.
“El Insabi nunca fue pensado para salvar vidas o universalizar la salud. Nunca fue pensado para que los pacientes tuvieran atención médica. Al Insabi se le colocó una directiva con gente completamente incapaz cuya misión era apoderarse de esos recursos, quitarle el presupuesto a los estados y tener un sistema centralizado”, agrega el experto.
Entre 2000 y 2015, recuerda por su parte Octavio Gómez-Dantés, el presupuesto de la Secretaría de Salud creció cuatro veces, lo que permitió ofrecer servicios de salud a más de 55 millones de personas.
“La razón por la que fracasó el Insabi es la misma por la que han fracasado tantas iniciativas en esta administración: fue un programa que se echó a andar sin un diagnóstico sólido, es una propuesta de salud que nació sin visión, sin reglas de operación y que quedó en manos de funcionarios que no tenían la más mínima experiencia en el campo de la salud; lo único que tenían básicamente eran afinidades ideológicas con el Gobierno de la 4T”, sentencia el investigador.
Ahora que las funciones del Insabi pasarán al IMSS-Bienestar, Gómez-Dantés advierte que se cumplirá la sentencia del exsecretario de Salud, Julio Frenk, quien vaticinó que se institucionalizará un “apartheid” de salud, en el que los trabajadores asalariados recibirán una atención más o menos digna en el IMSS ordinario y los pobres tendrán un trato de segunda en el IMSS-Bienestar.
Pacientes de primera y de segunda
Para comprender la magnitud de lo que implica la segmentación del sistema de salud en México, Sergio Meneses, investigador experto en sistemas de salud, explica que es como si hubiera escuelas públicas diferentes para los niños cuyos padres tienen un trabajo asalariado o no.
“Imagínate –propone Meneses– que tuviéramos escuelas públicas exclusivas para los hijos de los militares, otras para los hijos de los marinos, para los hijos de los petroleros, para quienes sus padres tienen un trabajo asalariado en una empresa privada y para quienes sus padres tienen un trabajo en una institución pública… y otras escuelas públicas, para los que sus padres no tienen un trabajo asalariado, como los campesinos o los padres que trabajan por cuenta propia…”
Intentos. El IMSS-Bienestar no se propueso brindar servicios del tercer nivel de atención.
Algunas de esas escuelas públicas serían más precarias y con los grupos más llenos que otras, los profesores atienden a diferentes grupos a la vez, agrega Meneses y comenta que es un “buen paralelismo de lo que estamos viendo en el ámbito de la salud”.
Sobre la propuesta de que el IMSS-Bienestar atienda a los 75 millones de mexicanos que actualmente no tienen un trabajo asalariado y, por tanto, no tienen seguridad social, Meneses comenta que le hubiera parecido “una magnífica idea que el IMSS atendiera a esa población, pero no a través de un organismo diferente, ni brindándoles servicios diferentes”.
Si el IMSS hubiera decidido asumir la atención de estos 75 millones de personas afiliándolas a sus propios servicios se estaría avanzando en eliminar la segmentación, “pero por supuesto que esto requiere una gran inversión… buscar estrategias para incrementar la infraestructura”.
“Hubiera sido el camino que yo hubiera esperado y no profundizar la propia segmentación del sistema de salud”, concluye el experto.
Muerte materna, el botón de muestra
Previo a la creación del Insabi, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el gobierno federal gastó, en promedio, 2 mil 517.5 millones de pesos anuales para la atención del cáncer de mama a personas sin seguridad social, a través del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) que formaba parte del esquema de financiamiento del Seguro Popular.
En 2019, primer año del gobierno del presidente Andrés vida y un aumento en la proporción de mujeres en la fuerza laboral han incrementado los factores de riesgo, es un hecho que a partir de 2018 decayó el número de mastografías realizadas en México. Según datos del Cuarto Informe de Gobierno, mientras que en 2018 se practicaban 2.4 millones de revisiones mamarias, para 2022 sólo se realizaron 493 mil, una quinta parte.
Manuel López Obrador y último del Seguro Popular, la inversión para dicho padecimiento fue de mil 463 millones de pesos; es decir, cayó 40 %. Entre 2020 y 2021, el desplome fue mayor, al promediar sólo 668.5 millones anuales, esto es, la cuarta parte de lo que se invertía para las personas más pobres en la administración anterior.
Presupuesto. En 2020, año de su creación, el Insabi recibió recursos por 106 mil 227.1 millones de pesos.
Expertos consultados por ejecentral estiman que las razones para desaparecer el Seguro Popular fueron más ideológicas —fue creado y desarrollados durante los gobiernos “neoliberales”— que técnicas, pues el Insabi careció de diagnóstico y de metas medibles.
2018, en los nueve estados disidentes había 5.4 millones de personas que no tenían acceso a servicios de salud, cifra que se elevó a 9.6 millones en 2020, lo que refleja un aumento de 73 %.
El caso más severo se registró en Michoacán, entonces gobernado por el perredista Silvano Aureoles, donde el aumento fue de 88 % (de 987 mil a 1.8 millones de personas); mientras que la situación menos grave la reportó Coahuila, en manos del priista Miguel Riquelme, donde el aumento fue de 70 %, al pasar de 402 mil a 686 mil personas sin atención médica.
La situación se tornó más grave en las 23 entidades que se adhirieron al Insabi, pues ahí la falta de acceso a servicios de salud se elevó, en conjunto, 80%, al pasar de 14.3 a 25.9 millones de personas.
De hecho, hubo estados donde la cifra de habitantes sin atención médica creció más del doble. Son los casos de Zacatecas (de 188.7 mil a 387.9 mil), Tlaxcala (de 179.2 mil a 372.1 mil), Tabasco (de 299.2 mil a 652.1 mil), Chiapas (de 939.7 mil a dos millones 072 mil), San Luis Potosí (de 251.2 mil a 560 mil), Oaxaca (de 650.7 mil a un millón 538 mil) y Guerrero (de 482.7 mil a 1.2 millones de personas).
Llama la atención que las entidades más afectadas por la desprovisión de servicios de salud, a pesar de haberse suscrito al Insabi, son las más pobres del país. En conjunto, la población desamparada médicamente en Chiapas, Guerrero y Oaxaca pasó de 2 millones 073 mil personas en 2018 a 4.8 millones en 2020, un incremento de 132 %, muy superior a la media nacional.
Ahora, si se compara el exceso de muertes a consecuencia de la pandemia de Covid-19 entre las entidades que no se afiliaron al Insabi, con aquellas que sí adoptaron el esquema, también se pueden percibir diferencias.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, entre 2020 y 2022 se esperaban 702 mil 307 muertes en las nueve entidades que rechazaron el Insabi, pero se observaron 881 mil 613, lo que da un total de 179 mil 305 muertes no esperadas, lo que arroja un aumento de 26 %.
Las ventajas de no sumarse al Insabi
El caso más grave ocurrió en Baja California Sur, en aquel entonces gobernado por el panista Carlos Mendoza Davis, donde el exceso de muertes por la emergencia sanitaria fue de 52 %, en tanto que el evento más moderado tuvo lugar en Jalisco, en manos del emecista Enrique Alfaro, donde hubo 19 % de defunciones no esperadas.
El resultado: la tasa de mortalidad por cáncer de mama subió a 21.3 casos por cada 100 mil mujeres en 2022, cuando en 2018 era de 19.5 y en 2013 era de 16.7.
Si bien los cambios en el estilo de
Otra forma de analizar los efectos adversos que tuvo la creación del Insabi es comparar la evolución de los indicadores de salud que hubo en los nueve estados (Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, y Tamaulipas —todos ellos gobernados en su momentos por partidos distintos a Morena—) que durante los primeros dos años de operación no se afiliaron al instituto, con los restantes 23 estados que sí adoptaron el abortado esquema que suplió al Seguro Popular.
De acuerdo con datos del Coneval, en
En cambio, en el bloque de entidades que sí se apegaron al Insabi, el exceso de muertes fue de 29 %, ya que se esperaban un millón 648 mil 759 muertes y en realidad ocurrieron dos millones 120 mil 056.
Los sucesos más drásticos se reportaron en Ciudad de México, gobernada por la morenista Claudia Sheinbaum, donde el exceso de defunciones fue de 49 % (se esperaban 233 mil 558 muertes y acontecieron 347 mil 334); en el estado de México, en manos del priista Alfredo del Mazo (37 %) y en Baja California, por esos años gobernado por el morenista Jaime Bonilla (31 %).