Octava División - Fuerza de Tarea Quirón • agosto - septiembre de 2012 / Edición No. 1
Editorial Brigadier General Ernesto Maldonado Guarnizo Comandante VIII División
Brigadier General Carlos Antonio Rubiano Fonseca Comandante Fuerza de Tarea Quirón
Coordinación Editorial Coronel Luis Danilo Murcia Caro Coordinador Grupo Asesor de Campaña - GAC Octava División Ejército Nacional Cristina Díaz Vásquez Asesora de Comunicación Estratégica - GAC Octava División Ejército Nacional
El camarita 8
www.octavadivisión.mil.co
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on ocasión del conflicto interno, el Estado colombiano ha establecido políticas públicas relacionadas con incentivar la desmovilización de los integrantes de los Grupos Armados al Margen de la Ley - GAOML, prevenir el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes, y realizar acciones de desarrollo integral y consolidación, que fortalezcan y visibilicen la gestión de las instituciones estatales en beneficio de la población civil. Acorde con lo anterior, la Octava División del Ejército Nacional, a través del Grupo Asesor de Campaña - GAC, adscrito a la misma, impulsa acciones encaminadas a dichos fines, con el exclusivo propósito de garantizar los postulados constitucionales, los normativos contemplados en la ley y los misionales enmarcados en la campaña institucional Espada de Honor y Fe en la Causa, como insignias de la ética superior de cada uno de los integrantes de la Fuerza, para el logro de la paz nacional. Por lo anterior, hoy presento a nuestros lectores del portal web y de la intranet institucional de la Octava División, el boletín virtual Camarita 8, como una iniciativa estratégica del GAC, que muestra la situación actual de desmovilización, prevención del reclutamiento, acción integral y consolidación, en el contexto nacional e internacional, que de esta forma divulga dichos procesos con el objetivo de consolidar la confianza, apropiación y participación de los colombianos en el actuar de la institucionalidad.
Brigadier General Ernesto Maldonado Guarnizo Comandante VIII División
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La desmovilización: El triunfo de principios y valores sobre el engaño Por Coronel ® Carlos Gustavo Leyva Rodríguez* “Los procesos de desmovilización, desarme y reintegración, son un esfuerzo para la normalización de la vida de las personas que durante años han empuñado las armas. Estos procesos requieren de una profunda planificación, la participación de la sociedad civil y, en muchos casos, de organismos internacionales. La experiencia de muchos de estos procesos muestra los errores que no hay que repetir.”1
El combatiente deja las armas de manera voluntaria y consciente.
•El grado de “decepción” al que se llega, tras comprender el engaño y explotación al que se ha visto sometido por parte de los llamados “jefes”, “cabecillas” o “mandos”, quienes buscan a través de la intimidación y el engaño mantener la “masa”, “fuerza” o “carne de cañón” que requieren para el logro de sus objetivos e intereses personales, más que del logro de las aspiraciones de grupo, que supuestamente motivan la lucha armada.
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urante la historia de la humanidad, y a lo largo y ancho del planeta, el ser humano ha empuñado las armas por innumerables motivos. En todas estas ocasiones y sin importar las causas, el efecto del uso de las armas para resolver las diferencias ha sido el mismo: muerte, destrucción, miedo, deseos de venganza y odios.
“Me canse, me aburrí de la guerra……….. trabajar dizque a favor de los pobres para hacer de Colombia como Cuba. ¡Mentira los comandantes son ricos, ganando dinero del narcotráfico, esta guerra es un negocio”3
Ante este efecto el balance es siempre negativo, por lo que la opción de la dejación de las armas o el silencio de las mismas, es siempre bien recibida y considerada como una oportunidad para el reencuentro, la reconciliación, la reconstrucción y la cura de las heridas provocadas por el uso de ellas.
•El mal trato y humillaciones que se recibe por parte de otros miembros del grupo armado, que cuentan con más tiempo o jerarquía en la organización. •Es también fundamental en este proceso de decepción, la dificultad de reconciliarse con los actos cometidos, la brecha existente entre lo que quieren hacer creer a sus interlocutores y lo que han sido o son4. La dualidad entre el discurso ideológico y las acciones cometidas.
No hay conflictos eternos, tarde o temprano, todos llegan a su fin. Llega un alto al fuego, el cese de las hostilidades y la firma de acuerdos de paz. En ese momento, quienes se acogieron a las oportunidades de desmovilización anticipadamente, entienden la importancia de los beneficios que en su momento recibieron, que en muchos casos superan a los recibidos por aquellos que empuñaron las armas hasta los momentos finales del conflicto, y que por su actuar llevan en sus hombros una deuda mayor con la sociedad y la justicia.
“Nos mantienen con el discurso de q ue somos el Ejército del Pueblo, entonces ¿por qué hacemos daño?, ¿por qué asesinamos al campesino?, ¿por qué destruimos el puente y la carretera?, ¿por qué volamos la torre?; ¿eso es ayudar al pueblo?, no me joda”.5
“La Población civil maneja sus propias ideas de “grado de delito” y del castigo que le corresponde; dentro de sus cálculos entra el rango del ex-combatiente y cuanta “conciencia” podía ejercer en medio de los combates 2”
Por último, y como epílogo de toda esta triste experiencia de vida, el combatiente logra la superación de sus temores, del miedo y la desconfianza sembrados, por quienes en la organización armada a la que pertenece ocupan posiciones de mando o dirección.
Acogerse al proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción (D.D.R), en ningún momento significa claudicación, demonización, marginación, soborno, o, especialmente humillación; por el contrario es un proceso de dignificación de quienes se acogen a él.
Es pues el triunfo de los valores y principios morales, que día a día con mayor fuerza, le exigen, al ser humano no seguir sirviendo como instrumento de destrucción, muerte e intimidación.
El combatiente deja las armas de manera voluntaria y consciente, como resultado de varios aspectos fundamentales:
*Asesor de Desmovilización GAC – Octava División
Quadernos de Construcción de Pau, Introducción al Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) de excombatientes – Escuela de Cultura de Pau (ECP) – Nov 2011, pag 4 2 Transiciones Conflictivas: Combatientes desmovilizados en Colombia – Kimberly Theidon y Paula Andrea Betancourt – Revista Análisis Político, No. 58, Edición Sept-Dic 2006, Pags 92-111. 1
Testimonios desmovilizados Transiciones Conflictivas: Combatientes desmovilizados en Colombia – Kimberly Theidon y Paula Andrea Betancourt – Revista Análisis Político, No. 58, Edición Sept-Dic 2006, Pags 92-111. 5 Testimonios desmovilizados 3 4
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Acción Integral y consolidación: imprescindibles en la campaña militar
nacional. • Integrar el territorio a la vida institucional y a la vida económica del país. • Buen Gobierno y participación ciudadana. • Contribuir con la imagen Institucional de las FF.AA. El cumplimiento acertado de todas las líneas de acción para alcanzar estas estrategias, conlleva a reconocer el principal fundamento de la democracia: participación ciudadana, (a través de sus elegidos) tanto en las decisiones como en los beneficios alcanzados por las mismas. De allí parte el correcto y ético ejercicio del desempeño de los funcionarios públicos; sin importar la organización que representen, es ese el compromiso sagrado del deber de servicio, dentro de la búsqueda incansable de resultados.
Por Coronel ® Eduardo Figueroa Cifuentes*
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a acción integral es coordinada de manera interagencial para apoyar las operaciones militares tendientes a recuperar la presencia del ente gubernamental colombiano, a través de posicionar a las diferentes instituciones y demás organismos del Estado colombiano; y la consolidación es la culminación de la acción integral, es el pleno desempeño de la totalidad de elementos de la gobernabilidad, para alcanzar el fin último de las democracias: Garantizar a toda la población el ejercicio y goce de los derechos constitucionales1.
En consideración a lo anterior y con el fin de contribuir a la recuperación de la confianza en las instituciones, el GAC de la Octava División, ha desarrollado entre otras, las siguientes iniciativas articuladas y focalizadas en el centro poblado de Puerto Jordán, ubicado en la vereda Araguaney del departamento de Arauca: acompañamiento de la primera acción para el desarrollo, gestión ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF para el desayuno comunitario, para mil treinta alumnos del Instituto de Promoción Agropecuaria – IPA y la gestión exitosa ante la Dirección de Ingenieros militares que incluye el proyecto de diseño, construcción del polideportivo cubierto y del parque infantil.
Para la búsqueda de este gran objetivo el Ministerio de Defensa Nacional y el alto mando militar como parte del Estado diseñaron las siguientes estrategias:
*Asesor de Acción Integral y Consolidación GAC – Octava División
• Recuperar institucionalidad de las regiones de todo el territorio
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Álvaro Balcazar, Dirección de Consolidación del Gobierno Nacional, Presidencia de la República.
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• Circunstancias vinculadas a la seguridad física del niño: diversos estudios demuestran que un niño rara vez menciona el deseo de venganza para explicar su alistamiento voluntario, en cambio, la idea de protección surge de por sí con mayor claridad. En efecto, los niños que han sido testigos de homicidios o masacres son más propensos a incorporarse a los grupos armados ilegales, en cuyo seno piensan que estarán más seguros frente a los peligros existentes. • Situaciones vinculadas a una convicción: en este caso el alistamiento del niño puede considerarse realmente voluntario. Estas convicciones pueden ser de orden político, religioso o social.
El niño se ve incitado a alistarse, si toma conocimiento de las falsas ventajas financieras que ello le pueda reportar
No al Reclutamiento de menores
De todas maneras es importante distinguir entre estos casos y aquellos en que el niño ha sido influenciado, manipulado e incluso adoctrinado por adultos2.
Por Cristina Díaz Vásquez*
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• Motivos económicos: el niño opta por alistarse para mejorar sus condiciones de vida. en ese sentido a menudo se ve alentado por sus padres, que tal vez carecen de medios para mantener a toda la familia. Además, el niño se ve incitado a alistarse, si toma conocimiento de las falsas ventajas financieras que ello le pueda reportar. Por otra parte, el alistamiento puede representar para el niño una oportunidad profesional y el medio de ganarse la vida. Esta situación es aún más comprensible, si el niño piensa que no tiene otras posibilidades para sobrevivir.
Es así como el apartado c del artículo 4 del Protocolo II de 1977 señala que “los niños menores de 15 años no serán reclutados por grupos armados y no se permitirá que participen en las hostilidades” y según el Comité Internacional de la Cruz Roja1…: “la prohibición de utilizar a niños en operaciones militares es un elemento fundamental de su protección”. Esta práctica es infortunadamente frecuente, y los niños están muy a menudo dispuestos a seguir a los adultos sin medir las consecuencias de sus actos.
• Causas vinculadas a la cultura o al entorno: en algunos casos el niño se enlista porque considera que esa vida es un medio para ascender en la sociedad y obtener cierta gloria. En algunas sociedades es también un medio de demostrar la virilidad. Así mismo, el niño puede ser inducido a alistarse por la presión de amigos ya reclutados.
l Estado tiene la obligación de tomar las medidas necesarias para prevenir el reclutamiento y la utilización ilícita de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años en los grupos armados ilegales, o su participación directa o indirecta en las hostilidades, o en los delitos que cometan los grupos armados ilegales.
El artículo 162 del Código Penal tipifica el “reclutamiento ilícito: El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, reclute menores de 18 años o los obligue a participar directa o indirectamente en las hostilidades o en acciones armadas, incurrirá …”.3
Se observa en la práctica que el alistamiento voluntario rara vez se fundamenta sólo en la voluntad del niño, sino que está condicionado por elementos exteriores a su intención. En efecto, el niño se alistará en los grupos armados, entre otras situaciones, por algunas de las siguientes razones:
Comité Internacional de la Cruz Roja ”argumentación del Comité Internacional de la Cruz roja”. Ginebra 27 de octubre de 1998, párr. 45, en Stéphane y Mermet Joel; “la implicación de los niños en los conflictos armados”, Revista Internacional de la Cruz Roja, núm. 145, marzo de 1998, pp. 132 – 133. 3 Según el artículo 6 de la Ley 782 de 2002 que prorroga el artículo 15 de la Ley 418 de 1997, que a su vez había sido prorrogado por la Ley 548 de 1999, señala que “se entiende por víctima de la violencia política toda persona menor de edad que tome parte en las hostilidades”. Además, el último inciso, del artículo 22 del Decreto 128 de 2003 señala que “de conformidad con la Constitución Política, la ley y los tratados públicos internacionales ratificados por Colombia, quedan proscrita cualquier forma de utilización de menores en actividades de inteligencia. 2
1 Comité Internacional de la Cruz Roja, Comentarios del Protocolo de 8 de junio de 1977 adicional a los convenios de Ginebra de 12 de enero de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II) y del artículo 3 de estos Convenios, ob, cit, párr. 4555.
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El apartado -d- del artículo 4 del Protocolo II de 1977 señala que en el caso de menores de 15 años que hayan sido capturados (en violación del apartado c) éstos continuarán beneficiándose de la protección especial que establece este artículo.
Además, el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a la participación de los niños en los conflictos armados dispone en su artículo 4.1 que los grupos armados no deben en ninguna circunstancia reclutar o utilizar en hostilidades a menores de 18 años. En el artículo 4.2 se establece la responsabilidad del Estado dirigida a la adopción de las medidas necesarias tendientes a impedir ese tipo de reclutamiento o el castigo a quien incurra en dicha práctica. “Es evidente que un niño que ha sido reclutado por un grupo armado antes de cumplir 18 años corre mayor riesgo de participar en las hostilidades, si éstas ocurrieran antes de que alcance dicha edad”4
Vale la pena señalar que el concepto de combatientes menores de edad, incluye de manera exclusiva a los menores que participan directamente en las hostilidades. Por lo anterior, el Estado debe proteger los derechos humanos y fundamentales de la niñez, especialmente de aquella que ha sido reclutada o utilizada, o se encuentra en riesgo de serlo, ya que la normativa internacional y nacional así lo establece, pues los considera víctimas de la violencia (Ley 1106/06 – Ley 782/02 y Ley 1098/06, C- 203/05).
Es oportuno precisar que lo que se prohíbe expresamente es el reclutamiento de los menores, pero en el evento en que éstos participen directamente en las hostilidades pierden su condición de personas protegidas.
*Asesora de Comunicación Estratégica GAC - Octava División
gacdiv8@gmail.com comestgacdiv8@gmail.com
Comité Internacional de la Cruz Roja, “Argumentación del Comité Internacional de la Cruz Roja”, Ginebra, 27 de octubre de 1998, párr. 12, en Jeannet Stéphane y Joel Mermet, “La implicación de los niños en los conflictos armados”, ob, cit.,p.121.b
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