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La limpieza de Valle de Guadalupe una tarea de todos.



La limpieza de Valle de Guadalupe una tarea de todos.


Texto Original Josefina Alberich Portada e ilustraciones Jonathan Ruiz de la Peña D.R. @ Josefina Alberich Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California, México www.jalberich.com.mx Queda prohibida, sin autorización escrita del editor, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio procedimiento, comprendidos la repografía y tratamiento informático. Impreso y hecho en México.


Una nota para ti Este cuaderno de colorear cuenta la historia de unos primos: Emilio, Ximena, Jorge y Fernanda, interesados en realizar tareas sencillas para resolver el problema de la basura en el Valle de Guadalupe. Como verás, se trata de diferentes actividades: barrer el frente de tu casa, recoger la basura, separar el papel de los plásticos, ponerla en bolsas y botes, todo esto con el fin de ordenarla para que la lleve el camión de la basura. Si lo piensas un poco, sabrás que son muchas las tareas que, al tiempo que te diviertes coloreando los dibujos, te enseñan lo importante que es para la salud de todos, la limpieza y el cuidado del medio ambiente. Pues bien, vamos a la historia de estos primos preocupados por mantener limpio el Valle de Guadalupe. Josefina Alberich


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Emilio, Ximena, Jorge y Fernanda son primos que viven en el Valle de Guadalupe. Sus abuelitos, los vieron llegar de la escuela muy contentos, por lo cual el abuelito les preguntó: —¿Por qué vienen tan felices? A lo que Emilio respondió: —La profesora nos platicó la importancia de cuidar el medio ambiente en el que vivimos y todo lo que nosotros podemos hacer de forma divertida para lograrlo


Ximena, impaciente, agregó: —Yo no sabía qué quería decir “medio ambiente”, pero la profesora explicó que con ese nombre se llama a todos los elementos de la naturaleza que nos rodean, unos con vida y otros sin ella. —Sí —explicó el abuelito—, las personas, las plantas, los animales, son los que tenemos vida, y el clima, el suelo, las montañas, el aire, el agua y las rocas son elementos que forman parte también de la naturaleza, pero que no tienen vida.


—Así es —dijo la abuelita sumándose a la plática—, la vida del planeta, que es nuestra casa, depende del cuidado que todos pongamos para conservarla limpia y sana.


El abuelito, después de pensar un poco, comentó: — ¡Miren la basura! Si no lo dicen, no me doy cuenta de tantas cosas que hacemos y causan daño al Valle, como quemar basura, tirarla en la calle o no reciclar cosas que podemos reutilizar. Todo ello nos afecta en casa y a los vecinos. En eso estaban, cuando de pronto oyeron unas vocecillas que los llevaron a asomarse por la ventana.


Eran Mugrosina y ContaminĂłn, sus vecinos de enfrente, que venĂ­an comiendo unas paletas de hielo y que, como era su costumbre, habĂ­an tirado la envoltura de papel a medio camino.


—¿Los viste, Emilio? —preguntó Jorge—: Si la maestra los viera, seguramente les diría algo. —Tenemos que ser un poco pacientes —afirmó el abuelito—, y convencer no sólo con palabras, sino con algo más importante: el ejemplo. —Sí, vamos Fernanda —dijo Emilio—. ¿Qué tal si nos encontramos con ellos y vemos si podemos hacer algo?


—¡Hola, Mugrosina! ¡Hola, Contaminón! —saludaron los primos. —¡Hola! —respondieron los dos al mismo tiempo


—¿Sabían que, si tiramos los papeles en la calle ensuciamos el ambiente? —les dijo Fernanda en tono convencido—. Mejor hay que buscar un bote de basura para ponerlos en su lugar. —¡Qué importa! —contestó Mugrosina—, si en todas partes hay basura. Mientras tanto, los primos, con los ojos muy abiertos y sin parpadear, recorrían con la mirada el camino para ver que la basura estaba por todos lados.


—Ya vieron —dijo Contaminón —si tiramos basura no pasa nada. —Sí pasa —contestó Jorge—. La basura crea bacterias que pueden contaminar a las personas, los animales y las plantas… —Y además contamina el paisaje y hace ver al Valle, que es nuestra casa, triste y descuidado —agregó Ximena. —Ja, ja, ja —rieron con burla Mugrosina y Contaminón, y luego dijeron: ¡No exageren, no es para tanto! ¿Habrá quien piense mal de ello?


—Bueno, dijo Emilio, la basura hace daño a la salud y los caminos sucios dicen mucho de los hábitos de quienes viven en el lugar. Es un reflejo de nuestra forma de ser, -y agregó: Tan bonito que está el día con sol, para ver la vereda llena de papeles y botellas. —Además ---dijo Fernanda, --la basura produce olores desagradables que contaminan el aire que respiramos, así que propongo levantar entre todos los papeles y envases, y depositarlos en el bote que se puso para ello.


—¡Tengo una idea! –expresó Jorge ---¿Por qué no hacemos un plan? —. Si empezamos por nuestras casas y caminos, cuando los vecinos nos vean, lo más seguro es que se sumen a la tarea de mantener limpio el Valle, cuidar las plantas, los animales y seleccionar la basura.


—Sí, todo eso es muy bueno, además de fácil y divertido -dijo Ximena. -Y agregó: Propongo que los niños que realizamos estas tareas nos pongamos un gafete que diga Vigilante de la limpieza del Valle de Guadalupe, de tal manera que logremos la comprensión y el apoyo de otros niños en estas actividades. —¡Qué flojera! ¡Con nosotros no cuenten! —comentaron Mugrosina y Contaminón, en el momento en que se subían al automóvil de su papá, el que, por cierto, al retirarse dejó una gran nube negra de humo que salía por el escape.


El abuelito, que había escuchado la conversación de los niños, y visto su desánimo ante la respuesta de Mugrosina y Contaminón, le dijo: —Recuerden, yo les comenté que es más fácil convencer con el ejemplo. Empecemos nosotros. ¿Qué les parece?


—¿Qué tal si Ximena, Fernanda y yo —dijo su abuelita, hacemos la limpieza de la casa? —Sí —respondió Emilio—. Y mi abuelito, Jorge y yo, la del jardín y la calle, así trabajamos en equipos para hacerlo mejor y más divertido. —Claro —bromeó Ximena—, yo seré la supervisora de lo que ustedes hagan, —y todos soltaron la carcajada. Así, cada uno de los equipos hizo una lista de pendientes que comentaron con entusiasmo durante la cena. Decían de cómo tenían que cambiar ciertos hábitos para conservar la limpieza de su casa, y así cumplir con el plan de trabajo.


—Por lo pronto —comentó la abuelita—, de aquí en adelante vamos a barrer y sacudir el polvo, recoger la basura del baño y la cocina, así como limpiar las ventanas. —De acuerdo con el plan, ---dijo el abuelito, nosotros recogemos la basura del camino, barremos el patio y el frente de la casa y, pintamos el cerco.


—¡Bravo! —exclamaron los primos—. A todos nos queda claro lo fácil que es hacer algo tan importante, sin mucho esfuerzo. —Yo —dijo el abuelito—, mañana mismo voy a arreglar el automóvil para que no contamine; mientras tú, Jorge, bañas al perro y Emilio que pinte el cerco.


En tanto, pasaban los días y en la casa de Mugrosina y Contaminón crecía el pasto seco, se escuchaba la radio a todo volumen y se formaban cerros de basura, lo que hacía ver enormes diferencias con la casa de los abuelos. Las diferencias saltaban a la vista y el entusiasmo de los primos crecía, al tiempo que sumaban otras actividades, como clasificar la basura para reciclarla y aprovecharla en otros usos.


Hasta que llegó el día en que Mugrosina le dijo a Contaminón: —¡Cómo me gustaría tener una casa como la de los vecinos! Nuestra casa es bonita, pero desde hace algún tiempo se ve gris, sucia y descuidada, y lo que es peor: no tiene ese brillo y ese olor tan agradables que se ve y se respira en la casa de nuestros amigos. Una mañana los primos se levantaron con una sorpresa inesperada: Contaminón y Mugrosina habían levantado la basura que había permanecido por tanto tiempo afuera de su casa, habían arreglado su jardín e iban a empezar a limpiar las ventanas.


Fue tal el gusto de Emilio, Ximena, Jorge y Fernanda, que luego se ofrecieron a apoyarlos; de tal manera que en muy pocos días la casa de Mugrosina y Contaminón se encontraba igual de bonita que la de sus amigos y vecinos. Para la satisfacción de los abuelitos, el ejemplo fue seguido por sus vecinos que se organizaron para realizar tareas de limpieza como recoger la basura de los caminos, sembrar árboles y plantas en el parque, pintar las casas, con lo cual lograron embellecer todo el Valle de Guadalupe.



Dibujo: Gafete para recortar:

Vigilante de la limpieza del Valle de Guadalupe




CONTRAPORTADA


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