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GENOCIDIO -----Jane Springer Jane Springer Ediciones Ekaré
Ediciones Ekaré
Genocidio Jane Springer
Guías Punto de Partida Ediciones Ekaré
Traducción: Gabriel Rodríguez Diseño: Michael Solomon Portada y diagramación: Lucas García Colaboración editorial: Laura Gonzalvo Primera edición, 2014 © 2006, Jane Springer © 2014, Ediciones Ekaré Todos los derechos reservados. Av. Luis Roche, Edif. Banco del Libro Altamira Sur, Caracas 1060, Venezuela C / Sant Agustí, 6, bajos. 08012 Barcelona, España www.ekare.com ISBN: 978-84-937212-4-4 Depósito legal: B.5695-2014 Publicado por primera vez en inglés en Canadá y Estados Unidos por Groundwood Books Ltd. Título original: Genocide Ninguna parte ni la totalidad de esta obra puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio o procedimiento mecánico, electrónico o de otra índole, sin la autorización previa y por escrito del editor. Impreso en Barcelona por Cachiman Grafics
Nota sobre esta edición Genocidio se publicó originalmente en Canadá como parte de una colección dirigida a jóvenes lectores sobre temas de actualidad presentados de manera sencilla, interesante y profunda. El genocidio se reconoció como delito después de la segunda guerra mundial a raíz de los Juicios de Núremberg que dieron a conocer los detalles y el alcance de la política de exterminio de los nazis. La exposición de estos horrores hizo suponer que no volverían a ocurrir. Los ejemplos en sentido contrario, sin embargo, son muchos y llegan hasta nuestros días. ¿Por qué ocurre un genocidio? ¿Cómo puede la comunidad internacional pasar por alto la muerte sistemática de seres humanos a manos de otros? ¿Cómo asimilamos el hecho de que personas violen y maten a otras personas de manera masiva? ¿Por qué la solidaridad internacional es más evidente y general ante un desastre natural que ante una matanza colectiva? Este libro es una herramienta, un punto de partida, para estar alerta y entender que este fenómeno de carácter exclusivamente humano, repetido muchas veces a lo largo de la historia, no es un asunto que, desafortunadamente, podamos dar por acabado. Podemos, sí, tener la esperanza de que se ha iniciado un camino hacia la reparación y la justicia.
Índice Capítulo 1 El genoicidio en nuestros días
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Capítulo 2 Crimen contra la humanidad
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Capítulo 3 Una historia de violencia de masas
28
Capítulo 4 Teorías sobre el genocidio
43
Capítulo 5 Anatomía de un genocidio
61
Capítulo 6 Reaccionar ante el genocidio
82
Capítulo 7 La prevención del genocidio Cronología de los derechos humanos y el genocidio
128
Genocidios a lo largo de la historia
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Notas
138 147 150 152
Para saber más Otras lecturas Agradecimientos
108
MA
Egipto
R RO JO
Libia
Chad Darfur Norte
Darfur Oeste
Kartún
Eritrea
Sudán
Darfur Meridional
Etiopía República Central Africana
República Democrática del Congo
Uganda
Kenia
kilómetros
Capítulo 1 El genocidio en nuestros días
Sabemos... más sobre los hechos de la premeditada destrucción étnica y humana en Darfur que sobre cualquier otro suceso previo semejante en la historia. Tanto más grande es nuestra vergüenza moral. Eric Reeves1 Chozas de barro bombardeadas en un paisaje desértico y abandonado. Un niño de dos años, con la cara hundida en la arena, apaleado hasta morir. Cadáveres amontonados en fosas. El esqueleto de un adulto con las muñecas aún atadas a la espalda. Niños y mujeres africanos angustiados y hacinados en campamentos de refugiados. Estas imágenes, y otras similares, aparecen de vez en cuando en los diarios, en la radio y en la televisión. Los sucesos de la región de Darfur, en Sudán, el país más grande de África, aparecen y desaparecen del radar de los medios de comunicación occidentales según qué noticias ocupen su atención en cada momento. Y, mientras tanto, la matanza de aldeanos africanos continúa. El genocidio en nuestros días
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Suele suceder al amanecer. Centenares de yanyauid (mercenarios armados) cabalgan por las aldeas a caballo o en camellos, cubiertos con turbantes que solo dejan al descubierto sus ojos. La fuerza aérea sudanesa, en aviones o helicópteros armados, ha bombardeado previamente las aldeas, matando a mucha gente y dispersando al resto, que vaga desesperado buscando un lugar donde esconderse. Luego, los yanyauid, apoyados por los soldados gubernamentales, acorralan a los hombres y los chicos jóvenes y los sacan de la aldea. Si los prisioneros tienen suerte, los yanyauid y los soldados solo los fusilan. Muy frecuentemente primero los torturan. A veces los encadenan juntos y los queman vivos. Otras, los degüellan y arrojan sus cabezas a los pozos de agua, que queda envenenada para cualquiera que venga después. Muchas niñas y mujeres son secuestradas y brutalmente violadas en grupo repetidas veces, a menudo delante de sus familiares. Es común para los yanyauid llamar a las mujeres «esclavas» mientras las violan, gritarles que ahora ellas tendrán hijos árabes, y después mutilarlas o matarlas. Las aldeas se destruyen completamente. Antes, los yanyauid y los soldados toman lo que se les antoja (dinero, joyas, comida, animales...). Luego prenden fuego a las chozas para que no quede nada aprovechable en caso de que alguien pudiera regresar. La gente que se las ingenia para escapar se enfrenta a una terrible hambruna deambulando en dirección a campamentos que no son más seguros de lo que eran sus hogares. Muchos de estos campamentos carecen de comida adecuada, albergue o primeros auxilios. Cuando las mujeres y las ni10
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ñas salen del campamento para recoger leña corren el riesgo de ser atacadas y violadas por los yanyauid.
Cómo empezó Darfur, provincia occidental de Sudán, es grande, tanto como España y Uruguay juntos. A principios de 2003, el Gobierno de Sudán, predominantemente árabe, se enfrentó a un pequeño movimiento rebelde de aldeanos africanos en Darfur. Los rebeldes, bajo el nombre de Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, se habían levantado en armas para protestar contra la crítica falta de recursos en Darfur y la discriminación del Gobierno de Jartum, la capital. Como respuesta, el Gobierno sudanés recurrió a los yanyauid, árabes nómadas que ya habían estado frecuentemente en conflicto con los pequeños agricultores africanos por sus tierras y ganados. El Gobierno suministró armas a los yanyauid y les ordenó masacrar a los pequeños agricultores y obligar a los supervivientes a huir de sus hogares. Algunos de estos grupos nómadas provienen de Chad y Libia, países vecinos severamente afectados por las sequías. El conflicto histórico entre los nómadas árabes y los pequeños agricultores africanos había sido siempre más un conflicto económico que étnico. Pero ahora, el Gobierno sudanés está promoviendo el odio entre los africanos. Se trata de un lugar donde la mayoría de la población es musulmana y tiene la piel oscura, así, al menos para los extranjeros, es difícil distinguir entre «árabes» y «africanos»2. Aproximadamente 450.000 personas de las tribus de Zaghawa, Masalit y Fur han sido masacradas o han muerto de El genocidio en nuestros días
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inanición o por enfermedades desde 20033. Dos de los seis millones de habitantes de Darfur se han visto obligados a huir y a vivir en campamentos de refugiados, 220.000 de ellos en Chad. Aproximadamente 3,5 millones de habitantes de Darfur necesitan perentoriamente alimentos porque la inestabilidad de la región y el escenario de tierra quemada la han vuelto inútil para sembrar y cosechar nada. El comienzo de los ataques a las aldeas de Darfur coincidió con el final de una larga guerra entre el Gobierno y los rebeldes en el sur de Sudán. Cuando los rebeldes de Darfur empezaron a luchar por sus propios derechos, el Gobierno actuó rápidamente para asegurarse de que fueran detenidos antes de que el nuevo Gobierno de coalición del sur sudanés pudiera apoyarlos. El petróleo es uno de los factores que explica el genocidio, porque, aunque no haya yacimientos en el mismo Darfur, el Gobierno sudanés ha llegado a acuerdos para pagar con petróleo sus enormes gastos militares. El principal comprador de petróleo a cambio de armas, incluyendo tanques, aviones, artillería semipesada y ligera, es China. El Gobierno de este país incluso ha ayudado a Sudán a construir sus propias fábricas para producir armas ligeras y semipesadas. Así, detrás de factores como el «conflicto tribal», prisma bajo el que los medios de comunicación occidentales suelen presentar la información sobre África, subyacen otros, como el deseo del Gobierno sudanés de controlar la tierra y los recursos regionales y consolidar su poder.
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¿Por qué el genocidio? El gobierno sudanés llama «conflicto» a esta situación que es un intento de abatir al ejército rebelde. De acuerdo con ciertos observadores, y con Naciones Unidas, la matanza sistemática, la violación y la destrucción de los hogares de Darfur es una seria catástrofe humanitaria. Para muchos otros observadores, sin embargo, es el claro ejemplo de un crimen esencial contra la humanidad: el genocidio. Básicamente, el genocidio es la matanza sistemática y masiva de un grupo particular de personas indefensas. Aunque su práctica no es nueva, el término propiamente dicho se adoptó hace dos generaciones. Deriva de la palabra griega genos, que significa «raza», y de cidio, forma del verbo latino caedere, que significa «matar». Fue acuñado por el abogado polaco Raphael Lemkin en 1943. Genocidio es un término legal, con una definición oficial bastante extensa, contenido en la Convención de Naciones Unidas para la Prevención y Sanción del Genocidio (o Convención sobre el Genocidio) de 1948. El concepto de genocidio se desarrolló tras la segunda guerra mundial y por la aniquilación de judíos y gitanos por parte de los nazis, para garantizar que un crimen semejante jamás volviese a suceder. La situación en Darfur ha sido reconocida como genocidio por muchísimos individuos y organizaciones no gubernamentales e, incluso, por algunos gobiernos. Documentos confiscados a oficiales yanyauid demuestran claramente el intento de genocidio por parte del Gobierno sudanés. Este los urge a «matar, quemar aldeas y tierras de cultivo, aterrorizar al pue-
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blo, confiscar las propiedades a los miembros de las tribus africanas y forzar a sus habitantes a abandonar Darfur»4. En todo el mundo han surgido numerosas organizaciones que apoyan al pueblo de Darfur y trabajan para poner fin al genocidio, presionando a los gobiernos y a Naciones Unidas para que intervengan. Aunque esta vaciló en llamar genocidio a dicha situación, en marzo de 2005 presentó a la Corte Penal Internacional una lista de 51 personas, entre miembros del Gobierno sudanés y oficiales yanyauid, acusadas de crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, y hasta la fecha de hoy, la comunidad internacional ha fracasado en la tarea de detener la matanza. Las milicias yanyauid no han sido desarmadas. De hecho, sus ataques se han extendido al oriente de Chad, donde han asaltado aldeas locales y campamentos de refugiados de Darfur. Las fuerzas de paz y la policía de la Unión Africana movilizadas suman solo 7.000 personas. Estas tropas no están lo suficientemente equipadas ni siquiera para protegerse a sí mismas ni tampoco tienen órdenes de actuar contra las tropas sudanesas y los yanyauid para prevenir los ataques contra la población civil. Por su parte, la labor de los voluntarios que ofrecen ayuda humanitaria al pueblo de Darfur desplazado por el genocidio se está haciendo cada vez más difícil debido a la inseguridad general. La tasa de mortalidad por enfermedades y desnutrición continúa a razón de 7.000 muertos al mes. En abril de 2006, el Consejo Noruego de Refugiados, una organización humanitaria clave que trabajaba en Nyala, Darfur Meridional, fue expulsada de Sudán y al jefe de las operaciones de Naciones Unidas 14
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en Darfur, Jan Egeland, se le negó el acceso a determinadas partes de la región. Los ataques directos a los voluntarios de la ayuda humanitaria y la carencia de un fondo internacional de alimentos han puesto en peligro toda labor humanitaria. Ninguno de los perpetradores del genocidio ha sido arrestado y, mucho menos, llevado ante la justicia. En abril de 2006, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por primera vez, impuso sanciones (entre estas, la prohibición de viajar y el congelamiento de los fondos de ultramar) a cuatro individuos involucrados en las masacres de Darfur. Pero ninguno de los cuatro (un comandante de la fuerza aérea, un miembro de la milicia y dos líderes rebeldes) eran individuos clave. A los «peces gordos» se les ha permitido continuar con sus atrocidades5. Rusia, China y Catar se abstuvieron de votar, dejando entrever un probable veto si la intención era sancionar o censurar a los principales perpetradores del genocidio. En mayo de 2006 se firmó un acuerdo de paz entre el Gobierno sudanés y uno de los tres grupos rebeldes. El acuerdo no solo omitió a los dirigentes clave, sino que no incluía un plan de paz claro para garantizarlo ni instrucciones para que el Gobierno sudanés lo cumpliera, cosa aún más grave si se considera su historial de promesas incumplidas en lo que a detener las atrocidades en Darfur se refiere. Lo mejor que podría decirse del acuerdo es que era el primer paso de un largo camino que aún necesitaba de una poderosa intervención y compromiso internacional. Mientras tanto, los medios continúan con su esporádica y tímida cobertura de la situación.
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¿Nunca más? Las palabras «nunca más» se han pronunciado muchas veces. Pero el compromiso que conllevan (que los gobiernos y los individuos, allí donde sea, protegerán a aquellos que estén en peligro de convertirse en víctimas de genocidio y perseguirán a los autores de dicho crimen) no se ha cumplido en el caso de Darfur, ni en muchos otros casos de genocidio que han tenido lugar desde que se aprobara, en 1948, la Convención sobre el Genocidio. ¿Por qué Naciones Unidas y cada país, de manera individual, continúan tolerando el genocidio en Darfur? ¿Cómo se puede comparar la situación actual con otros genocidios que tuvieron lugar en el pasado? ¿Por qué el genocidio es algo que la mayoría de la gente «deja a los expertos», con la esperanza de que desaparezca sin que los demás tengamos que pensar demasiado en ello? ¿Qué podemos hacer para detener la terrible crueldad y el sufrimiento que provoca el genocidio? ¿Cómo podemos ayudar a prevenir que el genocidio se vuelva a repetir? Este libro pretende ofrecer a los lectores posibles respuestas a estas preguntas así como espera honrar a las víctimas de genocidio y ayudar a garantizar que sus historias no serán olvidadas o desmentidas.
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Capítulo 2 Crimen contra la humanidad
Si la matanza de un judío o de un polaco es un crimen, la matanza de todos los judíos y de todos los polacos no es un crimen menor. Raphael Lemkin1 La interpretación habitual de genocidio se refiere a la matanza o intento de matanza de una población entera o de un grupo étnico. Sin embargo, hay una gran polémica alrededor de esta definición. De hecho, genocidio ha llegado a ser una palabra de múltiples significados, utilizada para describir muchas formas diferentes de masacre perpetradas directa o indirectamente: desde el saqueo de Cartago por los romanos en el 146 a. C. hasta la falta de compromiso generalizada de los países industrializados para proporcionar fármacos antirretrovirales que podrían salvar a los enfermos de sida en los países en desarrollo. Antes de sacar conclusiones acerca de la definición y las diversas interpretaciones del concepto de genocidio, es conveniente rastrear su evolución, que forma parte de la evolución de otro concepto más amplio: el de los derechos humanos.
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P U N T O D E P A R T I D A Agradecimientos
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Al finalQuisiera de la segunda guerraamundial, con la creación agradecer mi compañero, GregdeKeast, su maraviNaciones Unidas, la celebración de los de Núremberg lloso apoyo a lo largo de esteJuicios proyecto y haber sido mi lector y la adopción de la Convención sobre el Genocidio de 1948, más inspirado en cada etapa. Gracias a Patsy Aldana, editora de la comunidad internacional se prometió que nunca más Groundwood Books, por alentarme a insistir en este tema tan se repetiría Sin embargo, «nuncaGracias más» devino difícilunygenocidio. por su valiosa base de datos. a Meg Luxton, Esen unater frase vacía. Reiter, Mielle Chandler y Shelley Tanaka por sus excelentes ¿Quéconsejos es genocidio? ¿Dónde ha ocurrido el pasado? e intercambios. Graciasen a mi hijo, Carl Keats, por ver ¿Quiénes están amenazados hoy? ¿Y qué podemos hacer para y por discuconmigo tantos, y a menudo deprimentes, videos prevenir este atroz crimen contra la humanidad que se tirlos con tanta inteligencia. Y gracias a Maureen Hynes y a mi ha repetido unaPeg y otra vez? por estar aquí. madre, Springer, Este libroGerald ofrece una visiónygeneral genocidio Caplan Rogersobre W. elSmith me proporcionaron en el mundo y ayuda a responder estas preguntas. Examina esenciales y sabios consejos con gracia y sensibilidad. Les esy dilucida debates y controversias que rodean el uso toylos sumamente agradecida por haberme ayudado a encontrar del término, su negación y las acciones necesarias para evitar el rumbo en algunas de las cuestiones más espinosas. Gracias, que se también, repita. a George Shirinian y al Zoryan Institute for Geno-
cide Studies por la oportunidad que me brindaron de asistir a
La autora Jane Springer ha vividoyen Mozambique, unacanadiense parte del Curso sobre Genocidio Derechos Humanos de India y2005. Nepal,Ypaíses donde trabajó para UNICEF. Es consultora gracias a León Grez y a HIC Darfur por el mapa de en desarrollo internacional y ha publicado, entre otros libros, la página 8. Listen to Us: TheFroman, World’s Working mirada Nan perspicazChildren, lectora yuna gentil compañera, hizo del sobre el trabajo infantil en el mundo. Actualmente vive proceso de edición un regalo. Estoy muy agradecida al resto del en Toronto, Canadá. equipo de Groundwood Books, en especial a Lisa Nave, Sarah
Quinn y Michael Solomon, por su trato afable y entregado.
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