Eduardo Mayobre • Ediciones Ekaré
Imágenes de
Cumaná Fundación Empresas Polar
Río
Manzanares
Cumaná Imágenes de
Eduardo Mayobre • Ediciones Ekaré
Contenido Antes de Cumaná 10 12 14 16
Los habitantes originales Cazadores, guerreros y pescadores Unos son guaiqueríes y otros cumanagotos Se unen para combatir a los intrusos
La primogénita 20 22 26 28 30
Primera población europea Ciudad de muchos nombres Misioneros, capitanes, esclavistas y mercaderes Piratas y contrabandistas asaltan y comercian Fuertes y castillos para defenderse
Capital de Nueva Andalucía 36 38 40 42 44
La formación de Cumaná y Nueva Andalucía Expansión por el río y el mar Crece la ciudad, pero domina menos a la provincia Viajeros: Humboldt, Bonpland y Depons Vida entre mar y río
Cumaná republicana 48 50 52 54
Los orientales La ciudad mariscala Páez preso en el castillo Desolación y restauración
En busca de futuro 58 64 66 68 70 72 74 76 78 80
Ciudad de poetas 1929: Cumaná tembló y se sublevó Migraciones y nostalgias Sal y pescado Sol, playa y música La Universidad: «La casa más alta» El mercado, una plaza poco común Puño, brazada y truco Nuevas industrias y comercios La ciudad vuelve al mar
Cronología
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Bibliografía
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Cumaná
es una ciudad de mar y río, situada en el mar Caribe a
la entrada del golfo de Cariaco y frente a la península de Araya. Su ubicación cerca de la desembocadura del río Cumaná (hoy Manzanares) sirvió en el siglo XVI para llevar agua dulce, alimentos y esclavos a la isla de Cubagua, entonces la mayor explotación de perlas del continente. El golfo de Cariaco está rodeado de montañas. Frente al mar Caribe, se extiende la arena de la playa de San Luis. Por el norte la ciudad mira a la península de Araya y sus salinas. Hacia el sur se prolonga por las riberas fértiles del río. El azul de la costa se va mezclando con el blanco de la sal, el ocre de las primeras colinas y luego el verde, casi azul, de la lejana montaña tropical. A quinientos años de su primera fundación, después de épocas de esplendor e infortunios, mantiene su identidad cultural y marinera, y se reafirma como una ciudad con pasado en busca de futuro.
Antes de Cumaná «La gente de allí de muy linda estatura y blancos más que otros que haya visto en las Indias, e los cabellos muy largos e llanos, e gente más astuta e de mayor ingenio e no cobardes». Recreación de la zona de Cumaná a partir del mapa Planta irregular para el sitio sobre el surgidero de Ancón de refriegas de la Salina de Araya, 1623. Andrés Rodríguez de Villegas. En El Continente de Papel.
Carta a los Reyes Católicos sobre el tercer viaje a las Indias, 1498. Cristóbal Colón. (Se refiere a los pobladores de Paria)
Los habitantes originales Los habitantes de la costa nororiental de Suramérica eran predominantemente pescadores, que navegaban el litoral y las islas cercanas en canoas labradas en troncos de árboles. Se agrupaban en pueblos grandes alejados a dos o tres leguas de la costa para protegerse de las incursiones de sus rivales. El pescado era su principal alimento. También cultivaban el maíz y la yuca. El casabe era una de las bases de su alimentación. Dormían en hamacas de algodón o de fibras. Sus armas de guerra y caza eran el arco y la flecha. Utilizaban el tabaco para fines ceremoniales o médicos. Su organización social era sencilla. Elegían jefes o caciques solamente cuando enfrentaban tiempos de guerra. Los hombres pescaban, guerreaban y cazaban, mientras las mujeres trabajaban labranzas o servían de cargadoras. Los hombres y las mujeres comían separados. Indiens de la Guyane. En Description Géographique de la Guiane, 1763. Jacques-Nicolas Bellin. Biblioteca Nacional, Caracas.
En estos grabados observamos indígenas de Guayana que reflejan características similares a las descritas por los cronistas que visitaron Cumaná.
Sin referencias. Biblioteca Nacional, Caracas.
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«Los desta tierra son de su color: van desnudos, sino es el miembro que atan para dentro, o cubren con cuellos de calabaza, caracoles, cañas, listas de algodón y canutillos de oro. En tiempos de Guerra se ponen mantas y penachos». Historia General de las Indias, 1552. Francisco López de Gómara.
Twelve views in the interior of Guiana (Doce vistas en el interior de Guayana), 1841. Robert H. Schomburgk. Biblioteca Nacional, Caracas. 11
Cazadores, guerreros y pescadores Fray Antonio de Caulín, uno de los primeros cronistas de la región, describe en su Historia de Nueva Andalucía algunas de las costumbres de los habitantes originales: «Usan por armas arcos y flechas y unas macanas de madera muy fuerte y pesada, que hacen de diferentes hechuras para ofender y defenderse de las naciones contrarias. Son generalmente diestrísimos cazadores y no menos habilidosos y aficionados a la pesca, que ejercen con flechas, redes, anzuelos y otros instrumentos que tienen y varias yerbas con que entorpecen el pescado y traen con abundancia a su sustento y regalo. Todos son ligeros nadadores, muy apasionados por el baño, en la guerra crueles y pertinaces, y para ella se previenen con bebidas fuertes, para sentir menos las heridas, y permanecer con valentía en las batallas. Las flechas que usan en la guerra las más naciones herbolarlas (las untan de hierbas) con un veneno mortífero, que hace incurable la herida, si con brevedad
Catalana
no cortan la parte lesa (afectada)».
Sin referencias. Biblioteca Nacional, Caracas.
Corocoro
Lisa Pargo Cabaña
Picúa
De cómo suelen pescar los habitantes. Theodoro de Bry. En América, 1590 -1634. 12
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Unos son guaiqueríes y otros cumanagotos Los guaiqueríes predominaban en el este y los cumanagotos en el oeste del río Cumaná. Suscitaron las más diversas impresiones a los europeos que tuvieron contacto con ellos. Según Bartolomé de las Casas, las gentes de todos estos vastísimos países eran sencillas, sin iniquidad ni doblez, obedientes y fieles a sus señores naturales. Antonio de Caulín afirmó que los indios de esta provincia, aun después de poblada, eran por naturaleza flojos, perezosos, taimados, agilísimos y astutos para su conveniencia. Los guaiqueríes que habitaban los arrabales de Cumaná fueron descritos por Humboldt como la raza más hermosa de tierra firme después de los caribes de la Guayana y añade que el rey de España los llamaba en sus cédulas «sus caros, nobles y leales guaiqueríes». Estos últimos también poblaban la isla de Margarita, mientras los cumanagotos se extendían hasta la cuenca del río Unare.
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«La denominación Guaiquerí, lo mismo que las de Perú y Peruano, debe su origen a una simple confusión. Los compañeros de Cristobal Colón, al costear la isla de Margarita (...). Encontraron algunos indígenas que arponeaban peces lanzando un asta sujeta a un cordel y terminada en una punta sumamente aguda. Les preguntaron, en lengua de Haití, cómo se llamaban; y los indios creyendo que la pregunta de los extranjeros tenía que ver con los arpones hechos de la madera dura y pesada de la palmera Macana, respondieron Guaike, Guaike, que quiere decir palo aguzado». Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Alexander von Humboldt.
Los caníbales del Caribe (detalle coloreado). Estampa anónima, 1504. En The Narrative and Critical History of America.
La Terra Ferma e la Guiana co’suoi dipartamenti. Delineata sulle ultime osservazioni (detalle), 1798. Giovanni Maria Cassini. En Cartografía antigua de Guayana.
Mucho se dijo que entre los indígenas caribes se practicaba el canibalismo. Esta apreciación se difundió ampliamente porque hasta 1530, cuando se abolió legalmente la esclavitud de los indígenas, se podía esclavizar a los que fueran caníbales y a los mercaderes les convenía declarar que todos los que ellos rescataban lo eran.
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Se unen para combatir a los intrusos Entre los aborígenes que habitaban desde Unare hasta Paria en la zona costera, aunque constituían un conjunto cultural básicamente homogéneo, se encontraban algunos de índole guerrera y otros de inclinación pacífica. Muchas veces los diferentes grupos se enfrentaban entre sí y se hacían esclavos los unos a los otros. Algunos recibieron con cortesía a los hombres extraños que venían del otro lado del mar. Los misioneros que originalmente se instalaron en la boca del río Cumaná inicialmente contaron con su beneplácito e incluso pudieron establecer escuelas para educarlos y evangelizarlos. Otros hostigaron a los conquistadores apenas los vieron, en defensa de sus territorios y riquezas. Los abusos de los mercaderes españoles de Cubagua, Margarita y otras islas para secuestrarlos como esclavos y buscadores de perlas condujeron a coaliciones de los habitantes originales de la región destinadas a expulsar a los intrusos.
Sin referencias. Biblioteca Nacional, Caracas. 16
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La primogénita «...mando, que de aquí en adelante para todo el tiempo de siempre jamás se nombre y llame la ciudad de Cumaná». Acta de Fundación de la Ciudad de Cumaná, 1569. Diego Fernández de Serpa.
Mapa de América occidental (detalle), Theodoro de Bry. En América, 1590 -1634.