AIZU!!! “ LA REFORMA LABORAL. OFENSIVA CONTRA LOS DERECHOS SOCIALES”. Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera Langile Pastoraltzarako Elizbarrutiko Idazkaritza Bilbao. Marzo 2013. Aizu 53.
En el texto aprobado por el Gobierno del PP en febrero de 2012 se puede leer: <<La reforma propuesta trata de garantizar tanto la flexibilidad de los empresarios en la gestión de los recursos humanos de la empresa como la seguridad de los trabajadores en el empleo y adecuados niveles de protección social. Esta es una reforma en la que todos ganan, empresarios y trabajadores, y que pretende satisfacer más y mejor los legítimos intereses de todos>>. Si examinamos, a la luz de este texto, los resultados que la reforma laboral ha tenido a lo largo de un año podremos comprobar que los resultados no se corresponden con los propósitos. La tasa del paro ha aumentado un 13,2%, En el 2012 el número de ocupados se ha reducido en 850.000 personas y según el INE (4º trimestre del 2012) la cifra de parados ha llegado a 5,96 millones, el 53% de los jóvenes se hayan sin empleo y hay 1,8 millones de hogares donde todos están en el paro. En Hego Euskal Herria 234.530 personas están sin empleo y en Bizkaia 97.761. El despido por causas objetivas (indemnización con 20 días por año) se ha incrementado un 49%, los expedientes de regulación de empleo han aumentado un 66%. Bajar el sueldo ha dejado de ser una
excepción, y va camino de convertirse en regla. La última prueba la ofrece la Contabilidad Nacional, con un descenso del conjunto de las remuneraciones salariales en 2012 del 8,5%, en contraste con el excedente de empresas y autónomos que creció un 1,4%. La última remesa de datos suministrados por el INE sobre la Contabilidad Nacional explica que, por primera vez, las remuneraciones de los asalariados han dejado de llevarse el mayor trozo en el reparto de la tarta de la riqueza. En el trimestre final de 2012, se produjo un relevo largamente anunciado: las rentas se quedaron con el 44,24% del valor añadido generado por la economía española, mientras que los excedentes brutos de explotación –que incluyen los beneficios empresariales, pero también las rentas de los trabajadores autónomos, el dinero ahorrado por las compañías para invertir o los intereses generados por el capital- llegaron al 46,16%. Tampoco ha evitado la dualidad contractual, que se supone era otro de los objetivos del cambio legislativo. La tasa de temporalidad es pertinaz, el número de contratos indefinidos sigue sin aumentar y los empleados temporales siguen cargando con un volumen mayor de despidos. Además, el mal diseño legal de la nueva norma ha elevado considerablemente la litigiosidad. Con demasiada frecuencia, las supuestas ventajas que obtienen las empresas de un despido más barato (porque de eso se trataba) se pierden en los tribunales, en tiempo y en dinero. Todos estos hechos confirman los análisis más escépticos que se hicieron sobre los beneficios de la reforma laboral en el momento de su aprobación. Los problemas del mercado laboral permanecen enquistados donde estaban antes de la reforma y aunque se sabe el modo de atajarlos, no se ha dado con la clave de compaginar una política monocorde de austeridad a la alemana con una acción inversora contundente para favorecer el empleo juvenil.