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Bidegurutze III/2 (2013) 33-54

DEBATE A BANDAS

DIFERENTES EXPERIENCIAS DE PRESENCIA TRANSFORMADORA DE LOS LAICOS EN EL MUNDO 1.-MARIMAR ORTIZ PÉREZ*

¿Cómo entiendo mi presencia en el mundo laboral, familiar, social, sindical, político, desde mi ser cristiano? Mi vida, la vida de cualquier persona que como yo, intenta seguir a Jesús, que se considera creyente, no se puede entender separada-desligada de su propia fe. En estos años, pensando en mi trayectoria y recorrido personal, descubro que he ido reconociendo a Dios en muchos momentos y experiencias vividas, he ido madurando mis opciones, discerniendo mi proyecto, he ido descubriendo y experimentando que ser creyente, ser cristiano, no se basa solamente en la relación personal e íntima con Dios (hecho vital e importante) sino también en la relación con el mundo, con la realidad y con el contexto que te toca vivir, con lo más cotidiano de tu día, de tu jornada. Esta relación puede ser de muchas maneras y expresarse de muchas formas distintas; pero en todos los casos ese modo de estar presente y participar en el mundo, de hacer o no hacer -de posicionarse-, dice mucho de tu fe y del Dios en el que crees y te sostiene, muestra una imagen de Dios. *

Comunidades de Sal y Luz. Trabajadora social, animadora territorial y acompañante de acogidas de Caritas Vicaría I.

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Debate a bandas Cuando leo otra vez la pregunta, me viene a la mente un texto del Evangelio de Lucas que dice “Habiendo entrado en Jericó, ATRAVESABA la ciudad…..”, (Lc 19, 1-10). Muchos textos del Evangelio recogen este verbo y muestran a Jesús involucrado con la realidad y los problemas existentes, en contacto con la gente, recorriendo Galilea y otros pueblos. Yo descubro ahí una llamada a atravesar “mis” lugares, los lugares más cotidianos, la realidad de mi día a día (trabajo, familia, las relaciones más cercanas, el vecindario, grupos y acciones en las que participo habitualmente, ….). Pero también una invitación a descubrir las llamadas profundas, a ver la realidad -una realidad de sufrimiento para muchas personas, una realidad de desigualdad que genera pobreza, que crea injusticia-, a descubrir los márgenes de la historia donde es más urgente volcarse e intervenir. Al mismo tiempo veo las posibilidades, la necesidad y tarea de religar esta realidad a Dios, una invitación a transformar la realidad que vivo (aún la más sencilla y cotidiana) y amarla. En el fondo, se trata de vivir con sentido, con profundidad, con cuestionamiento y con valentía. Siendo conscientes de lo que se juega en cada instante y aportando cada uno en función de sus posibilidades. ¿Désde qué experiencia compromiso en el mundo?

entiendes

y

desarrollas

tu

Una experiencia importante es la de encuentro con un Dios que descubro toma parte de la historia, de mi historia personal y también de la historia del pueblo “Israel”, un Dios al que no le somos indiferentes y que toma partido siempre.

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… ¿Qué experiencias concretas leo y descubro en este encuentro de Dios conmigo y con su pueblo? Experiencia de fragilidad: de sentirme vulnerable y descubrir en mi propia historia, dolor, sufrimiento, decepción, fracaso, …. (como Israel en Egipto y su huida por el desierto) y descubrirme con necesidad de otras personas y con necesidad de Dios. Experiencia de amor: de cómo el amor (de Dios, del otro) transforma y da valor a la persona, la hace reconocerse, la sana y la recupera, la proyecta hacia, la abre a la posibilidad. Jesús nos ha mostrado cómo es el encuentro con las personas y cómo, desde el amor, para el otro todo es posible. Experiencia de justicia: este Dios al que no le somos indiferentes, sabe de la injusticia y el dolor y se pone al lado y camina con su pueblo. Les da fuerzas y esperanza para superar estas situaciones y generar cambios, para construir fraternidad y una sociedad más responsable y preocupada por el bien de todos. Que el Reino es posible si todos y todas trabajamos y nos empeñamos en construirlo, por justicia y amor hacia el ser humano. Experiencia de alegría: vivir la experiencia de gozo y encuentro; pero no una alegría efímera y de momentos, sino más profunda. La alegría de quien siente que una buena noticia le conforta en la dificultad, la alegría de quien sabe a dónde va y que en el camino no va sólo sino acompañado. De quién se sabe amado y que puede y está llamado a amar. Si leo y reviso mi experiencia de fe soy capaz de ver aspectos y claves de todo esto, soy capaz de reconocerme en ello y valoro que quien soy, lo poco y lo mucho que soy, es fruto de todos estos

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Debate a bandas descubrimientos. Así lo hizo también el pueblo de Israel, que descubrió cómo Dios iba iluminando todo lo que le tocó vivir y de esta manera fue transformando y cambiando su realidad. ¿Tienes compromiso preferente? ¿Por qué? ¿Desde dónde lo realizas? He tenido compromiso preferente durante bastantes años y siempre porque había una necesidad que cubrir o atender determinada tarea. En los últimos años no lo tengo y es algo que durante un tiempo me preocupó, quizás porque siempre había entendido la necesidad de dar prioridad a un área o campo concreto donde centrar y volcar mi compromiso. Ahora creo no siempre es así, sino que lo importante es entender la vida como compromiso, que la vida de cada uno sea una vida comprometida y de responsabilidad y coherencia con el camino elegido “el compromiso de ser cristiano”. Y es desde ahí, y desde lo que me va empujando mi trabajo en Cáritas desde donde voy entendiendo mi compromiso y mi apuesta. Porque el encuentro con las personas en mayor vulnerabilidad, de las personas que peor lo están pasando, no tiene días ni tiempos; porque todo momento y lugar es una oportunidad de hacer reino, de encontrarnos, y disfrutar de las relaciones, de las personas; de aprender y seguir creciendo en humanidad; de vivir más felices y con más amor. Y al final este es el objetivo, lo que todos y todas buscamos y a lo que Dios nos llama: a ser felices y a contribuir a la felicidad de los demás. Ahora pienso que la madurez o adultez cristiana tiene que ver con ir integrando vida y compromiso y que mi acción voluntaria no “ocupe” parte de mis horas, “algunas” de mis actitudes, un “resto” de mi vida. Ahora bien, esta manera de entender el

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… compromiso no excluye que las personas podamos tener un compromiso preferente, en todo momento o en algún momento concreto; pero el compromiso debe abarcar más y comprometer a la persona entera, cuestionar e involucrar la vida en su totalidad, provocar cambios en nuestra forma de vivir, consumir, relacionarnos,……. Transformarnos a cada uno por dentro para poder también transformar el mundo, lo de fuera. Este es una de los compromisos que me mueven en este momento y que supone la implicación y trabajo desde lo social y en contextos de exclusión. Pero hay otro aspecto o compromiso que siempre me ha “provocado”, que me urge como creyente y que forma parte de mi compromiso de vida y es la necesidad de contagiar y transmitir la experiencia de Dios en mi vida y en la de muchas otras personas, el “regalo” (tan hermoso) que supone dejar abierta la puerta a Dios, y permitir que este nos transforme, dé luz a muchos momentos y deje entrar “aire fresco” en nuestra existencia. Entiendo que esta es también mi tarea y creo es también mi responsabilidad: mostrar cómo Dios va haciendo en mi vida, mostrar mi intimidad (preocupaciones más profundas, miedos y heridas, descubrimientos y retos-apuestas, gozos, ….) y cómo Dios la va trabajando a “su manera”, cómo va sucediendo la fe en mí y de esta manera poder suscitar deseo de Dios en otras personas, suscitar preguntas e inquietudes, provocar movimientos en los otros. “Prender fuegos”, no encuentro otra manera de explicarlo. Desde ahí participo en algunas experiencias de oración, retiros, encuentros de espiritualidad en Cáritas y en la parroquia, y también en otros espacios. ¿Cuál crees que debe ser la presencia del laico cristiano en el mundo? ¿Debe tener signos externos claros o no?

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Debate a bandas Está claro, por cuanto he ido explicando hasta ahora, que para mí tiene que existir presencia del laico cristiano en el mundo; diría aún más, de toda persona cristiana -laico o no- en el mundo. Y es tarea de cada uno y de cada una -bien en solitario o acompañados por otros, discernir e ir descubriendo el qué, el para qué y el cómo (de qué manera) de esta presencia. La oración es también un espacio para el discernimiento y para encontrar respuestas al tema de la presencia en el mundo. Preguntar, desde la oración, a Jesús cómo puedes ser presencia suya ahí, en ese contexto o situación concreta, cómo puedes poner todo lo que eres y lo que tienes al servicio (de la gente que hoy vive en condiciones de sufrimientos y pobreza, de la comunidad-iglesia y de Dios mismo). En el Evangelio podemos descubrir muchas pistas para ir ganando en presencia y descubriendo “los lugares” de nuestra acción y compromiso. En esta decisión entran en juego varios factores que son importantes tener en cuenta: las habilidades y capacidades de cada persona, tener la sensibilidad suficiente para bucear en ti mismo y descubrir “los tesoros” más escondidos, aquellos que puedes poner al servicio de otras personas, aquellos que mejor sirvan para la tarea y el proyecto de Dios. También es importante valorar donde eres más necesaria o necesario; dejarte interpelar por la realidad y por otras personas que te conocen, por tu comunidad, y confiar en que otros pueden orientar tu acción y tu compromiso, que otras personas cercanas saben de tus capacidades, incluso a veces mejor que tú misma. Con respecto a la presencia, también hay que ir viendo cómo va a ser esta presencia. Así una presencia “callada”, desde lo pequeño, desde el hacer cotidiano, desde el esfuerzo y la entrega sin estridencias y quizás sin mucha visibilidad. Yo ahí encuentro mi

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… manera, ese caminar por el mundo, sin muchas pretensiones pero sí con mucha esperanza, dando valor a las cosas pequeñas, con los ojos abiertos y enfocados en la corta distancia (donde se crean las relaciones, donde es posible “tocar” y a la vez ser “tocada” por el otro, donde cobra sentido la entrega, el cuidar y ser cuidado). Y siempre conscientes de la dificultad de la tarea, de lo “contracorriente” que supone nuestro hacer y desde ahí poder probar, y equivocarnos, y retroceder, y avanzar…. También descubro otras presencia más públicas y de mayor responsabilidad, con una manifestación clara y contundente, que pone voz y denuncia, que muestra caminos y actúa en lo público desde la reivindicación, que dirige grupos y colectivos, que interpreta la realidad y genera conocimiento, que crea opinión y procura transformaciones más estructurales. Esta es una presencia que para mi modo ver tiene mucha trascendencia y responsabilidad.

Todo ello es presencia cristiana en el mundo y todo ello necesario y complementario. Y aún más creo que todos y todas, aún desde la presencia más callada, en algún momento, con mayor o menor significancia, debemos manifestar y/o hacer pública nuestras opciones, nuestras opiniones y forma de vida. Porque no se puede ser neutral en esta vida. Porque es exigencia del Evangelio ponernos al lado, dar voz, trabajar por, comprometernos, denunciar. Porque Jesús nos fue mostrando lo que supone hacerse cercano y prójimo y desde ahí nace “toda exigencia”.

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Debate a bandas 2.-JOSÉ LUIS VILLAMOR SÁNCHEZ Cuando empiezo la primera línea de este escrito, que responde a una invitación para compartir la experiencia transformadora en mi vida, tengo que reconocer cierto complejo, ligado al mismo tiempo a una actitud vital propia de “quien no desea hacer ruido para no molestar” y a un sentimiento de culpa “porque no estoy haciendo lo suficiente” para conseguir un mundo mejor. “Yo no aspiro a ser un grano en el culo de un sistema con tendencia a olvidar a la persona indefensa” me decía a mí mismo hace unos 20 años, cuando tenía la suerte de compartir con otras personas la lectura de libros de Imanol Zubero o Marciano Vidal. Prefería ser, interpreto desde mi perspectiva actual, biela de transmisión en una locomotora que avanzaba hacia algo desconocido, y prometedor. Una locomotora que otros están pilotando, con aciertos y errores, con luces y sombras, pero en la dirección que marcan unos principios confesables, conocidos y con un grado de consenso aceptable. Aunque eran tiempos propicios (por lo menos para mi) para ser crítico y vigilante, no percibía la necesidad de salir del motor al que pertenecía para mirar lo que va quedando apartado en el camino. Eran tiempos en los que la tarea principal era la maduración personal, preparar mi corazón para ser tierra que recibiera la semilla y no la ahogara: ser terreno abonado para recibir la palabra y vivirla con una digna coherencia.

46 años. Casado y con dos hijos (14 y 10 años). Miembro de EKO-ACG desde la convergencia con HELDUAK, antes de miembro de HELDUAK.

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… Eran tiempos que reposaban sobre un nido de confianza, construido sobre la percepción de que nuestros logros sociales y situaciones personales iban creciendo sin que tuviéramos que esforzarnos especialmente. Es cierto que había llamadas que mostraban un mundo muy diferente, que hacían sospechar que nuestro sistema de bienestar mantenía en los límites un “malestar” controlado, un pantalla que oculta otro mundo que preferimos no conocer. Y así, el mundo a mi alrededor iba mejorando para mí, sin que yo tuviera que hacer demasiados esfuerzos. Así, en este contexto, recuerdo mi adolescencia, mi juventud y mi entrada en el mundo adulto. Así vivo mi vida de comunidad cristiana, vida de familia y mi trabajo. Una vida enmarcada:  por una agradable identidad con mi comunidad parroquial,  por la búsqueda de Jesús de Nazaret en el fondo de los criterios que mueven mis actos, mi economía, mi ocio, mis relaciones, …  por el empleo de unas herramientas que recogen la máxima del Ver-Juzgar-Actuar, al encuentro del Dios de Jesús.  por la tensión que generan las incoherencias que se descubren cuando se filtra una vida cómoda y acomodada con el tamiz del Evangelio. Y la certeza de que Dios va transformando mi vida, me acerca, en estos tiempos de crisis, a la certeza de que Dios, una vez más, como siempre a lo largo de la historia, se está abriendo caminos. Caminos que debemos buscar y recorrer juntos, caminos que han de huir de la tentación de priorizar la solución de mis cosas y las

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Debate a bandas de los míos, permitiendo así la fragmentación social a los lobos de la desconfianza y el desencuentro. Percibo de esta forma, que son estos, tiempos para salir de la intimidad y la comodidad, para abandonar la casa de la individualidad y construir pueblo, Pueblo de Dios. Tiempos en los que no debemos dejar que la construcción del pueblo sea realizada por otros, no debemos permitir que se haga sobre nuestro silencio y pasividad. En el fondo, nada diferente a lo que algunos llevan diciéndonos hace años. Otro paso más a dar en nuestra experiencia de presencia transformadora. 3.-IGNACIO MÉNDEZ COLINA “A ver, ¿un voluntario para leer el texto de la página 73?” Y todos huíamos de la cetrera mirada del maestro que buscaba un candidato para ser portavoz del secreto que el libro de texto ansiaba comunicar. Escrutábamos el suelo, las paredes, los cuadernos, los estuches, con una urgente necesidad de que el profesor eligiera su presa y pasara aquel mal trago de escuchar nuestro nombre como preámbulo al sacrificio inmolador de la lectura pública del texto de marras. Después de una infancia en la que no perdí la ocasión de ser prófugo de la lectura de textos en general y de forma pública, en particular, hubo un punto de inflexión, allá por la adolescencia. Un día, alguien de mi entorno, en el seno de una celebración comunitaria, explicando cómo había sentido la llamada a Ser, me dio la clave. Y si, digo a Ser con mayúscula, y no a figurar, aparentar, parecer… aquellas tendencias políticamente correctas 

Jóvenes Pasionistas. Profesor de Educación Secundaria.

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… que parecen por excelencia ser distintivo de ser en elenco de pseudo-valores en lo que nos educa esta sociedad. Aquel compañero lo resumió en unas palabras que han animado mis días desde entonces. Aquel compañero ante la llamada, respondió solícito con un sencillo “¿Por qué no yo?”. Cuando la sociedad nos educa en un individualismo sangrante, en una persecución del beneficio propio a costa de menosprecio del bienestar y el interés del conjunto, de una sociedad que clama a gritos con un continuo y permanente “las cosas no son como debieran, las cosas no están bien, en todos los ámbitos hay necesidad y urgencia de mejoras, hay que cambiarlas, …” , en ese entorno de frustración, surge un susurro de rebeldía, de compromiso … “¿Por qué no yo?”. Y así fue cómo surgió en mí la necesidad de tomar parte en ese cambio. Una lucha por el cambio que como resultado inmediato supuso un cambio en mí mismo. La conciencia social, la lucha compartida, el no focalizar mis frustraciones e intereses como único objetivo tuvo su fruto. Desde mi compromiso creyente durante mi adolescencia y juventud tuve un basto universo de posibilidades en el acompañamiento pastoral y la vivencia de mi fé. Grupos parroquiales, voluntariado, misión, … la mies es mucha y los obreros pocos. El planteamiento de mi vocación me llevó a optar por Ser un cristiano comprometido. Como interpreté eso. Sencillo, Desde cualquier lugar, a cualquier hora, ¿”Por qué no yo”, aquí y ahora?. Y las ocasiones y los modos surgieron solos. El espíritu nos mece a su antojo cuando abandonamos nuestra voluntad a su ALBEDRIO? . Todos aquellos años llenaron bien

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Debate a bandas mi alforja de experiencias, desiertos, sonrisas y lágrimas. Me hicieron mucho más consciente de mis posibilidades, de mi compromiso, de mi persona, de mi Ser, de que soy barro en manos de un maravilloso y creativo alfarero. Después de aquel maravilloso período de activismo desbordado llegó otro no menos maravilloso. Terminada mi formación como informático, comenzó la etapa laboral, alzar el vuelo, construir el nido y formar una familia. Mi compromiso era entonces sentar las bases de un núcleo que fuera referencia de los valores que yo y mi mujer deseábamos vivir y compartir con nuestros hijos. Del mismo modo, deseábamos que nuestra vida pudiera ser referencia de cómo tratar de vivir con unos valores cristianos como referencia. Maravilloso e intenso proyecto que compartimos desde que nos conocimos. Desde este ambicioso proyecto de entender la vida en clave de valores cristianos desde nuestro día a día (y no siempre lo conseguimos), nuestro entorno laboral se vio repercutido. Comencé como informático mi andadura laboral en el mundo de la empresa. Desde la base como programador hasta puestos de dirección de personal. Siempre desde la responsabilidad, encontrando y poniendo el contrapunto a unas políticas de empresa que poco tienen en cuenta su valor más importante, las personas. Desde la impotencia de ver que la máquina empresarial funciona por inercia y se alimenta de la vida de los que la forman, y la frustración de sentirme demasiado pequeño para frente a aquel monstruo, busqué mi desierto para reflexionar y encontrar la efectividad de mi lucha con las armas de que yo disponía. Y la encontré. Si aquellos personajes que hoy dirigían de modo

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… deshumanizado el presente y futuro de sus trabajadores habían tenido conciencia alguna vez, ese momento fue su infancia y juventud. El tiempo de aprender, formarse, vivir con alegría valores no fundados únicamente en los réditos económicos. Y ahí orienté mis energías, mi vida. Dejé el mundo de la empresa y entré en el de la educación. Centros concertados donde también el espíritu de empresa está permanentemente presente. En algunos casos dictando los principios de Visión, Misión y Valores con criterios únicamente de marketing y aumento de matriculación. Más clientes, mayor solvencia, … . Después en la pública. Cantera de personajes que encontraron al amparo de la puerta de un aula, su reino de Taifas, para hacer, deshacer o no hacer, simplemente. Interrumpí mi andadura como docente para ver las posibilidades de trabajar de modo más directo con y por mis compañeros docentes. Otra forma de vivir ese compromiso desde mi acción laboral. Dos años después retorno a las aulas. Los colectivos de trabajadores no responden a los estímulos más que cuando los palos tocan sus lomos. Y hoy por hoy, ni aún así. En toda mi andadura como docente he encontrado muchos compañeros con una clara vocación por la enseñanza. Compañeros a los que no sólo preocupa la situación económica de su centro, porque trabajan desde la gratuidad y desde el sacrificio, desde el compromiso, desde una motivación más allá de sus obligaciones contractuales. Si, perciben un salario por su dedicación, pero por encima de ello, Perciben personas en sus alumnos, descubren e incentivan capacidades, animan, motivan e

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Debate a bandas ilusionan. Activan con su cercanía y cariño el verdadero motor del cambio, la conciencia de las personas. Ese es mi compromiso. Esa es mi ilusión. Todos los años lo veo en sus miradas, lo siento en sus sonrisas. Gracias. Vosotros nos hacéis diferentes. Sois la prueba de que se pueden trabajar con una motivación por hacer las cosas bien, para crecer y hacer crecer. Es muy gratificante. Somos lobos solitarios, no nos delata el discurso, nos delata la forma de estar, la forma de hacer. Sembramos duda en las direcciones las empresas y de los centros educativos. Somos imprevisibles, desde su concepto de razón. Pero también sembramos en nuestros alumnos la misma semilla que germinó en nosotros un día. Aquella que nos hizo ponernos en pie y plantearnos … ¿Por qué no yo?, ¿Por qué no tú?. Somos el motor del cambio. únicamente no se pierde la perspectiva de la empresa 4.-LUIS SÁENZ DE UGARTE EGUSKIZA Me llamo Luis. Tengo 50 años, estoy casado y tenemos tres hijas. Soy cristiano. Confieso y celebro mi fe en la Iglesia Católica. Pertenezco a Eko-Acg (Ekintza Katoliko Orokorra-Acción Católica General). En este momento a nivel diocesano, coordino el sector de adultos dentro de dicha Asociación-Movimiento. Mi compromiso transformador y preferente en este momento, quiere ser acercar nuestra Iglesia al mundo, con un laicado protagonista y en comunión con el Ministerio Pastoral. En mi grupo de referencia comparto la fe y la llevo a la vida. 

Coordinador del Sector de Adultos de EKO-ACG.

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… Según la (Apostolicam actuositatem, 18) “el apostolado asociado es importante porque muchas veces exige que se lleve a cabo en una acción común o en las comunidades de la Iglesia, o en diversos ambientes”. Para mí el apostolado asociado lo vivo como signo e instrumento de la comunión y de la unidad de la Iglesia. Es hacer de nosotros y nosotras un todo orgánico, corresponsables, afectiva y mutuamente interrelacionado, vivificado por la comunión que es la vida que el Espíritu Santo está provocando en cada uno de los miembros de ese cuerpo de Cristo. El grupo apostólico (grupo de referencia) es un grupo de Iglesia, cuya vitalidad es la comunión y cuya vocación es también entrar en comunión con los demás grupos de Iglesia. Sin esta condición no hay evangelización, ni anuncio explícito de Jesucristo, ni transformación del mundo. Puedo decir que una persona cristiana aislada, que no está en comunión, no es cristiana. Cuando hago anuncio evangelizador no es pura enseñanza, sino transmisión de una experiencia de Dios. Tocado en lo más hondo de mi interior, empieza a crecer mi deseo de revivir la misma experiencia de encuentro con Jesucristo. La comunión eclesial tiene un sentido místico, de comunión con la persona de Cristo que ha resucitado y vive para siempre, antes que con su obra; y un sentido de encuentro de personas que se comunican la experiencia de Cristo. Solamente a través de esta doble experiencia logro descubrir qué es la Iglesia y sólo por esto para mí es necesaria.

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Debate a bandas Cada cual en la Iglesia tiene el ministerio que el Espíritu le ha dado. Yo como laico, no puedo limitarme a obedecer pasivamente las decisiones del clero, sino que he de proporcionar los elementos de juicio con los que el clero llegue a formular un juicio vinculante. La comunión ha de tener lugar en un espacio de dimensiones humanas y humanizadoras. Siento la comunión eclesial desde la Iglesia diocesana. Mi servicio consiste en ayudar a descubrir, desarrollar, apoyar y vehicular la fe cristiana, particularmente en su dimensión evangelizadora. Desde mi espiritualidad laical intento aunar la fe y la vida, que sean una unidad. Mi fe contrastada con otras personas me tiene que llevar sin duda alguna a la vida, en todos los espacios donde me muevo. Y luego, el camino de vuelta: desde la experiencia de la vida tengo que valorarla desde mi fe. Mi espiritualidad me lleva a un estilo misionero donde la solidaridad con las personas pobres, el estar con las personas que sufren, la presencia pública y el protagonismo seglar hace que tenga una presencia transformadora de la sociedad y una presencia activa en mi parroquia. Soy eclesial y lo concreto asumiendo el mismo fin apostólico de la Iglesia. Evangelizando, llevando el Evangelio a todos los ambientes donde me muevo. Y vivirlo en la concreción histórica, geográfica y teológica de la Iglesia diocesana. Soy secular. Desde mi natural inserción en el mundo tengo que realizar un adecuado análisis de la realidad en la que ha de

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… ejercerse la acción pastoral de la Iglesia. Tengo que asumir los métodos de acción. En el grupo de referencia funcionamos con la pedagogía de la revisión de vida (ver-juzgar-actuar) y tendemos a formular un proyecto personal de vida cristiana, como una concreción de nuestro caminar personal y comunitario hacia el reino de Dios. Todo esto junto al Evangelio de Jesús nos puede llevar a lograr una buena lectura creyente de la realidad. Me sitúo preferentemente en el ámbito de la parroquia-unidad pastoral, con deseo de transformación de la sociedad. Y también me sitúo en un espacio como el barrio ampliándolo hasta la ciudad, con el mismo deseo. Las personas del barrio, la problemática social de la convivencia, la problemática relacionada con el trabajo o el paro, la educación de los hijos e hijas, el ocio, la solidez o desestructuración de la familia, la pobreza, las personas enfermas, las personas que sufren, … son espacios seculares, cuya evangelización nos corresponde a las personas seglares que estamos en la parroquia o en la unidad pastoral. Hay tarea que hacer, para poder cambiar y transformar este mundo. ¡Aurrera! 5.-PEDRO CEREZO Con el rigor materno propio del tiempo y del lugar, “Contra pereza diligencia”, “Las virtudes teologales son tres¡¡”, venidos en una emigración de otra cultura y sociedad muy distintas, 

Comunidad Parroquial de San Vicente Mártir, Barakaldo.

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Debate a bandas podemos decir que todo pudo nacer al amparo del Patronato de Sestao, -y en los sesenta, esto imprime carácter-, donde se me inculcó el protagonismo en mi vida de un tal Jesucristo, el Señor, Jesús, con un mensaje atractivo, atrayente, muy cautivador, un hermano mayor, serio, con carácter, pero sobre todo como cercanía, ternura, amistad, perdón … “Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente” Formación adolescente a la brisa de Albert Camus, y con M Quoist como referencia de cabecera, “Triunfo” “Oraciones para rezar por la calle”, “ vivir en vertical” . El hombre en pie es aquel cuyo espíritu enteramente libre, domina la sensibilidad y el cuerpo. No desprecia ni a uno ni a otra, puesto que ambos son bellos y útiles como creados por Dios , pero los domina y dirige. El hombre completo es el “hombre de pie” unido enteramente a Dios para ser transformado por El hasta en lo más íntimo de su ser. Esta es la dimensión vertical del hombre . Con parte de un grupo de juventud “Verticales” nacido de este pensamiento y un valiente sacerdote acudimos a colaborar en la implantación de una lonja como parroquia en un barrio humilde, obrero.. Nuestros pecados de juventud: caer en la frivolidad, dejarse alienar, convertirse en un burgués… Bebimos con ansia y expectación los aires del Mayo 68, corrimos delante de los grises al grito de ¿Amoniaco-Sefanitro, NO¡ amamos el fervor revolucionario castrista. También hicimos nuestros pinitos con el teatro-denuncia, acercando a la gente humilde La Camisa, una creación –en palabras de su autor Lauro Olmo- en honrado intento de poner en marcha un teatro escrito cara al pueblo.

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… Sin grandes “sobresaltos” me veo colaborando en un barrio periférico -obrero se decía entonces- muy blandito, sin perder la fidelidad a la iglesia, fidelidad muchas veces crítica con la línea oficial. Tuvimos a nuestro alcance otras opciones, socialespolíticas-religiosas, más rupturistas, intrépidas, incómodas?? que yo no quise seguir . Consolidando el compromiso con los demás y con la iglesia, cada vez con una mayor dedicación colaboré en actividades de diverso tipo tratando de asumir y poner en práctica el dogma del prójimo, el cristiano debe ponerse incondicionalmente del lado de los pobres, de los marginados, de los explotados. A mí me parece que para entonces, estos mimbres y algunos otros fueron conformando dos sentimientos fuertes, radicales: Aunque sin poder exhibir un contrastado pedigrí –ni en un sentido ni en otro- había calado en mí, no diré yo una conciencia de clase, pero sí una casta, un temple, una clase en “esa dirección” . También había crecido en mi un sentido de pertenencia a la iglesia que aunque no aceptaba a pies juntillas todas sus indicaciones, asumía alguna responsabilidad, me alegraba con sus alegrías, y sufría sus errores como propios, como de mi familia ….. Cerca de las rebeldías de Herria 2000 Eliza, vivimos y sufrimos las muertes sacrílegas de Mons. Romero y de Ellacuría pero recuperamos credibilidad en una iglesia que se hacía pueblo. Más recientemente hemos tenido ocasión de colaborar con amigoshermanos de Sudan y nos hemos empeñado en implicar a MM Unidas en la construcción de un pozo para la extracción de agua. En el devenir hacia la madurez aflora de vez en cuando el precario equilibrio con mis contradicciones, debilidades,

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Debate a bandas recordamos a S Pablo, “porque ….realmente mi proceder no lo comprendo, pues no hago lo que quiero sino que hago lo que aborrezco ……. Pero tenemos esta riqueza en nosotros, como en vasijas de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros…” Conocimiento de nuestra debilidad pero confianza, por su origen, en nuestra fortaleza, señales del gozo y del sufrimiento que permanecen en el rostro del alma . Otras veces nuestros sentimientos son de alabanza: Gracias te doy Padre porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos . Sin grandes alharacas, a mí me parece que hicimos los menos que podíamos hacer, por pura lealtad y fidelidad a nuestro hermano mayor, como ejecutor del proyecto humanizador de Dios, a su mensaje el evangelio, a su obra la comunidad eclesial, a su debilidad los débiles, recoger el testigo que otros iban dejando…. Algunos a esto le llaman fe; a veces me sorprendo en análisis que enseguida abandono.. si fe es fiarse, yo me fio a pies juntos de la palabra de Cristo Jesús, totalmente, y trato de colaborar en la transformación del mundo no siempre en contrato indefinido de adhesión irrompible. Aspirantes a buenas personas??? cultivando responsabilidad, generosidad, austeridad desprendimiento La razón cristiana nunca está en el medio, en la equidad, en las medias tintas, en zonas de nadie. La posición correcta del cristiano está de un lado: del lado del más débil . Cuando participo de forma activa en las E, que lo hago fundamentalmente por responsabilidad subsidiaria no me tiembla la voz por el impacto del ambón. Me tiembla todo el cuerpo porque soy consciente del compromiso que estoy asumiendo; no

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Diferentes experiencias de presencia transformadora… estoy haciendo un trabajo que tiene que ser de calidad. No puedo proclamar, instar, sugerir, reconvenir a los demás con alma y sentido lo que yo no sea capaz de recibir como primer destinatario, ministerio ? O misterio ? Para mí ha supuesto un efecto “motor” “dinamizador” la Eucaristía dominical., y mi grupo de referencia “Coresponsabilidad” y sus “efectos colaterales”, reuniones, reflexiones, oración, compromiso ……En la E repostamos, revisamos, renovamos, reforzamos, etc. el compromiso evángelico. A mí me parece que deberíamos cambiar el “Ite misa est” por el final de la homilía; ese tranquilizador “Podéis ir en paz” (Qué bien estamos aquí Sr., hagamos tres tiendas …) por un “Convertíos, id y predicad el evangelio” con la alegría y el contagio del tesoro que somos portadores …¿No ha dicho Francisco, el fuego que da vida nueva ¿??? … Qué fácil me resulta decirlo .. Por estos mimbres en grupos humanos se nos tacha como personajes singulares, con responsabilidad, disponibilidad, diligencia, talante etc –especiales- que a menudo son premiados con estresantes cargos/cargas que nos privan de poder cumplir una de las promesas de la renovación bautismal que con mayor entusiasmo yo jaleo : Renunciamos a estar tristes ….. Ha sido muy gratificante mi presencia sindical donde a última hora he tenido que asumir sin méritos ni experiencia –también tapando vacantes- alguna responsabilidad más visible. Mis compañeros han sabido desde siempre el origen y el sentido de mi compromiso, cristiano “evangélico” , me he sentido escuchado, aceptado, valorado, respetado etc. en mis convicciones y personalmente ….

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Debate a bandas Con este recorrido por el camino, hoy Adviento 2013, junto a de mi esposa intentamos poner rostro humano en la Parroquia para los solicitantes de sacramentos en una acogida que se debe manifestar a través de la disponibilidad, hospitalidad, amor servicial, gratuidad etc. De lejos no parece que el mundo haya cambiado mucho. No me considero pesimista, el mundo sí ha cambiado, y mucho más desde Marzo de 2013, tenemos motivo y razón para una nueva esperanza . Ya sabíamos que no iba a resultar fácil, había que –hay que seguir- intentarlo . De adolescentes rezábamos con García Salve: “Dame Señor, coraje para luchar por restablecer en el mundo la justicia. Coraje para cambiar el mundo aunque sólo consiga que el mundo no me cambie a mí”.

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