Sábado 18 de septiembre de 2010
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Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G. Supervisora: Karelia Alba • tapatio@informador.com.mx | EN FACEBOOK: Tapatio de El Informador
Formas y colores
Vestuario, AL SERVICIO del teatro Ricardo de la Lanza viste a cada personaje con creatividad e ingenio, para dar el toque final en la puesta en escena
Una obra de teatro es un todo, un trabajo en equipo. Si un elemento falla dentro de la producción o la puesta en escena, los meses de trabajo representados en las dos o tres horas de lo que dura la historia, se viene abajo en cuestión de segundos. No sólo es cuestión de sentarse y ver los problemas que enfrentan los personajes, hay que mirar con atención a cada detalle colocado en el espacio escénico, incluyendo a los actores. Desde el cuadro que hace compañía a un hombre solitario en una habitación, hasta el elegante y colorido vestido que porta una mujer mientras llora desconsoladamente. El vestuario puede pasar desapercibido si no se observa detenidamente. Podría pensarse que los pantalones y blusas que portan los actores, son prendas que cualquiera de nosotros tiene en su casa, quizá sí, pero detrás de la ropa que desfila en el escenario existe un responsable. Mismo que se encarga de caracterizar y dar el toque final a todo el ambiente de la obra. Ricardo de la Lanza es un reconocido vestuarista teatral -en los ámbitos local y nacional- con una trayectoria que ya suma 28 años. Desde sus primeros trabajos fue reconocido por la excelencia y calidad en las prendas que da forma y color. Su incursión en el teatro no inició como vestuarista, Ricardo era actor, amante de la vida ficticia que se vive tras el telón. Cuenta que de niño, su madre lo llevó a un ensayo general de una de sus hermanas; cada año al terminar el curso escolar los colegios solían hacer espectáculos de baile en el Teatro Degollado. Tras bambalinas, Ricardo quedó maravillado del trabajo que en un dos por tres realizan para la escenografía y el cambio de vestuario a los actores. “Fue algo increíble, yo me perdí cuando vi la realidad de aquellos telones, la producción de la escenografía, todo era un mundo ficticio en el que se podía jugar. Me marcó de una manera muy extraña pero sin saber qué”. Ya estando en la preparatoria junto a sus compañeros, decidió formar parte de un grupo de teatro. Estudió actuación por tres años en la Casa de la Cultura, bajo la enseñanza de directores como José Luis Moreno y Daniel Salazar. El oficio de vestuarista aún no figuraba en su vida teatral.
EL INFORMADOR • A. HINOJOSA
México a formalizarse como actor en el Centro Nacional de las Artes, del INBA (Instituto Nacional de las Bellas Artes). Pero por obra del destino, al estar formado para los exámenes de admisión, su instinto escénico lo llevó a meterse en las filas de la producción teatral. Por desgracia Ricardo sufrió un accidente automovilístico, por lo que tuvo que regresar a Guadalajara. Descartó varías oficios: escenografía, producción y hasta la actuación. En ese entonces el único que realizaba vestuarios era Moises Orozco, pero él sólo los hacía para sus propias producciones. En tanto que Ricardo seguía pensado qué aportar al teatro. Rafael Sandoval lo llamó para que lo apoyara en la producción del vestuario, porque no había quien se encargara de ello durante la gira de No hay burlas con el amor, de Calderón de la Barca, en Texas. Aceptó el trabajo, a pesar de no tener ningún conocimiento al respecto. “Yo me convencí y al día siguiente dije que era vestuarista; no tenía libros, no sabía nada”, reconoce Ricardo. Ante su inexperiencia, acudió con una amiga costurera para que lo asesora en su primer trabajo. Le enseñó a medir, diseñar y a elegir las telas correspondientes para el vestuario solicitado. “Estaba colaborando para la Compañía de Teatro de la Universidad de Guadalajara; tenía fama de actores muy • Ricardo de la Lanza es reconocido como uno de los más importantes vestuaristas de la ciudad. ‘sangrones’. Llegué con miedo y respeto, me enseñó a coser para irme al Paso Por lo general, opta por leer el guión en Texas y gané un premio por el ves“Se dice que el vestuario debe tener las que se van a ver muy bien para que mínimo tres veces. Para que en una pri- unidad, pero cuando son escenas tan di- se sientan cómodas”. tuario de la obra”. mera lectura comprenda la obra y su dra- ferentes, tienes que adaptarte, porque el Compromiso y dedicación ma. La segunda, para tomar notas del actor está en su proceso de formación del Para las nuevas generaciones tiempo y detalles de la personalidad en personaje, te cuenta las necesidades y Ricardo se adjudicó a sí mismo el cada personaje; y la última, para ubicar carencias que tiene durante la historia. Durante muchos años Ricardo luchó oficio de vestuarista. Rápidamente su qué pasará en cada escena y las necesi- A fin de cuentas es él quien lo va a usar”. por hacer del vestuario una labor de peso trabajo comenzó a ser reconocido y ad- dades que el director requiere para cada Ricardo destaca que lo más impor- en el teatro. Hacer de la indumentaria textil mirado por los grupos teatrales. personaje en torno al vestuario. tante dentro del vestuario teatral, es que del actor una función primordial y básica “Con Rafael Sandoval me hice y con “Si el director es vanguardista o mo- la obra nunca debe estar en función a un para la producción y la puesta en escena. Rafael Zamarripa me enseñé, él fue y ha derno, puedes hacer propuestas. Si bus- vestuarista o al escenógrafo, sino que el “A mí me costó mucho trabajo, porsido mi maestro, me asesoró en cortes, cáramos hacer las cosas idénticas a la vestuario y la escenografía deben estar que al principio el director no sabía cómo colores y accesorios”. historia, en el teatro se permite propo- en función de la obra. “Tenemos que sa- entenderse con el vestuarista. A veces no Ricardo sabe que el teatro no es na- ner, meter colores que tal vez ni se usa- crificar, me tengo que adaptar a la obra hay tiempo de hacer los diseños o no hay da fácil. Pues la coordinación y la comu- ron, siempre y cuando el director y todo y el espectáculo”. dinero, y cuando no tienes dinero el innicación entre los diferentes equipos de el equipo creativo esté de acuerdo”. De la Lanza es reconocido por la genio sale por doquier”. trabajo de iluminación, escenografía, Ricardo se siente satisfecho por toRicardo se caracteriza por ser di- exactitud en su labor, pues asegura que montaje, producción y dirección, debe recto, platica y se planta en los ensayos no solamente hay que saber qué com- dos los reconocimientos que ha recibido ser constante, específica y clara. hasta saber qué es lo que se quiere ex- prar, escoger y mandar hacer: “Son 100 a lo largo de su trayectoria. “Soy diseñador y realizador de ves- poner en la obra, saber cómo será la oficios dentro de uno, uno se convierte “Todo lo que aprendí y lo que tengo Una vocación desconocida tuario teatral. Analizo qué es lo que se va historia para poder pasar a la realiza- en psicólogo, porque a veces el actor quiero transmitirlo. Siempre hubo trahacer, qué está pasando, qué momento ción de dibujos, bocetos, diseños y la llega triste y se preocupa, o con las ac- bas con las compañías de teatro, tuve la Su interés y amor por el teatro cre- es, en qué país, la época, si es primavera, selección de telas para el vestuario de trices que tienen baja su autoestima, idea de abrir un taller para orientar a las ció. Ricardo decidió irse a la Ciudad de verano, otoño o invierno”. cada actor. tienes el deber de llevarles cosas con futuras generaciones pero no sé puedo”.
Momentos
por: Aimeé Muñiz El sábado pasado fui a ver la obra El canto de las dolientes en Carromato (Prisciliano Sánchez 790), a cargo del grupo Teatro Rabinal, que este año está de manteles largos con la celebración de su 25 aniversario. Ya tenía muchas ganas de darme una vuelta a este espacio impulsado por el grupo Thespis, porque es de esas inicitaivas civiles que me parecen super interesantes, estos chavos están apostando por ampliar las opciones para los creadores escénicos y en verdad me parece una acción digna de aplaudir... bravo, bravo. Además, debo decirlo, me pareció que el foro es magnífico, pues hay posibilidad de ajustarlo a las necesidades de cada agrupación. También tenía mucho interés por ver El canto de las dolientes, porque el trabajo pasado de Rabinal, Anamorphosys, me lo perdí a causa de la influenza, y pensé que podría ser una obra que me reventaría el corazón... creo que ya he dicho que lo que más
me gusta es que el teatro me haga llorar. Así pues, me lancé el sábado a ver la obra después de un caótico día en el diario; pensé que no llegaría y tendría que postergarlo una vez más, pero sí llegué. Al entrar a la sala y una vez que me hube sentado en mi asiento, me llamó la atención el espacio escénico: me pareció sencillo y aunque no había empezado aún la obra, imaginé que las cuatro mujeres que se encontraban ya en sus lugares, estaban en una especie de purgatorio. Antes de comenzar a hablar del montaje, del cual por supuesto que no haré una reseña, creo que es pertinente que diga que sólo hubo algunos momentos que atraparon mi atención. Lo siento, pero no logré conectarme al 100% con los personajes, me pareció que había altas y bajas en algunas de las actrices, y otras de plano nunca las vi crecer en el escenario. En el primer momento de la obra, cuando todavía no sabía qué cuernos estaba pasando ahí, me dieron ganas de llorar. Y es que yo tengo el don de llorar como Magdalena ante cualquier mínima imagen de triseza, y si me pongo a escuchar
a cuatro mujeres llorar a moco tendido, pues no me queda otra que acompañarlas en su dolor. El hecho es que en ese momento pensé que la obra tenía futuro y que probablemente saldría en un mar de lágrimas. Después, poco a poco, me dí cuenta de que no sería así. Hubo, eso sí, algunos momentos en los que me sentí conectada con la obra, aunque creo que nuca hice click con las actrices (Alondra García, Fernanda Castro, María Gutiérrez y Jireh Miranda). Me gustó el momento del llanto, hasta se me erizó la piel; disfruté también cuando uno de los personajes escupió a otro; y me conmoví cuando la mano de una de las actrices fue sostenida largo rato por una mujer del público, que incluso acarició su cabello, como dándole consuelo. Gracias a esa señora por hacerme la noche. No sé... pero tal vez yo no estaba de ánimo, porque me dí cuenta de que hubo muchos espectadores que se sintieron conectados con las dolientes; pero lo que es a Lalo y a mí, no nos satisfizo. Me pareció una obra larga, aunque en realidad nu dura tanto.
EL INFORMADOR • A. HINOJOSA
Entre las piernas
• Escena de la obra El canto de las dolientes. Al final, disfruté que hubiera llegado el final y me gustó el último comentario a cargo del director de Teatro Rabinal, Jorge Ángeles. Sin embargo, recomiendo a mis tres lectores (bueno a dos de ellos, porque el otro está en Mexicali) que vayan a ver la propuesta de esta agrupación (las funcio-
nes son los sábados y domingos, a las 20:30 y 18:00 horas, respectivamente). Al final de cuentas, lo importante es que cada persona tenga su propio criterio respecto al quehacer teatral de la ciudad. A mí no me encantó, pero ví a gente feliz y conmovida. ¡Gracias por invitarme a ver teatro! lexeemia@gmail.com
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EL INFORMADOR
Sábado 18 de septiembre de 2010
TAPATÍO Clásica
Anabel de la Mora,
UNA VOZ que busca trascender La capital del país acogió el pasado 29 de agosto la final de la XXVIII edición del prestigiado Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli”, el cual representa para los jóvenes cantantes mexicanos una oportunidad de dar a conocer su talento y de buscar estímulos que les permitan desarrollar su trayectoria artística. El certamen fue instaurado en 1980 con la finalidad de honrar la labor del barítono ítalo-chileno Carlo Morelli (18951970), quien radicó en México más de 25 años, convirtiéndose a través de su actividad como cantante y formador de nuevos talentos, en un pilar del medio operístico nacional. En la edición correspondiente a 2010 de este importante concurso, 11 cantantes provenientes de distintos estados de la República fueron elegidos como finalistas tras haber superado las pruebas eliminatorias y una semifinal, presentándose en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM. En ese concierto, cada finalista interpretó dos arias acompañados por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes para ser evaluados por un jurado integrado por personalidades musicales de la talla de la maestra Mayda Prado y del director de la Ópera de Bellas Artes, Alonso Escalante, además del reconocido tenor mexicano Francisco Araiza, en calidad de presidente. Tras el concierto ofrecido por estos nuevos talentos, se dio a conocer el resultado final, que al día de hoy es motivo de orgullo para la ciudad de Guadalaja-
ra, pues la ganadora del primer lugar y también del Premio del Público y del Premio Ópera de Bellas Artes, fue la soprano tapatía Anabel de la Mora. Esta joven cantante de 24 años de edad, une de esta manera su nombre a los de otras distinguidas voces que han resultado ganadoras del Concurso Carlo Morelli con anterioridad, como María Luisa Tamez, Lourdes Ambriz, Ramón Vargas, Arturo Chacón, María Katzarava y Rolando Villazón, entre muchos otros. Además de la enorme emoción que le produce haber destacado entre todas las personalidades del mundo del canto ahí reunidas, este triunfo significa para Anabel de la Mora “una puerta abierta a muchos proyectos que se van a presentar a partir de ahora”. La cantante tapatía comenzó sus estudios musicales a la edad de nueve años con el maestro Flavio Becerra, de quien reconoce haber adquirido sus bases. Pasó a formar parte de la agrupación coral Capella Antiqua que dirige Becerra y en 2008, tras haber participado en diferentes conjuntos vocales de la capital jalisciense, se traslada a la Ciudad de México gracias a una beca de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano A. C., (SIVAM) para ampliar su formación en un taller de perfeccionamiento operístico dirigido por la maestra Teresa Rodríguez. En este taller, Anabel de la Mora ha tenido la oportunidad de formarse de manera integral en materias como repertorio, análisis de personajes, expresión corporal, piano e idiomas, com-
pletando estos estudios con los ofrecidos en otros cursos por maestros de trayectoria internacional. Anabel de la Mora sabe que el triunfo obtenido en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli le permitirá participar a partir de ahora en actividades musicales cada vez más importantes. Por lo pronto, la cantante tendrá que cumplir sus compromisos con la Dirección de Música de la UNAM y la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA para ofrecer varios recitales. Además, ha sido invitada a participar en una de las próximas puestas en escena producidas por la Ópera de Bellas Artes. “He tenido también invitaciones en Guadalajara, por parte de la Liga de Orfeo -asegura–. Se ha abierto interés en varias partes”. Las buenas noticias continúan para Anabel de la Mora, pues ha sido elegida también para participar próximamente en un curso piloto de la Julliard School, en el cual recibirá clases magistrales de coaching y técnica vocal impartidas por maestros de dicha institución en el Distrito Federal y en la ciudad de Nueva York. Asimismo, ha sido llamada a participar en las actividades del “Año de México en Francia 2011” y ya el pasado mes de marzo fue invitada a formar parte del elenco de la gala de ópera del Festival Francés de Acapulco. La voz de esta cantante tapatía se encuentra dentro del registro denominado soprano de coloratura, que es a grosso modo aquella que tiene la capacidad de ejecutar pasajes rápidos, ornamentacio-
ESPECIAL
La cantante tapatía triunfa en la última edición del Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli”
• La carrera de Anabel de la Mora va en ascenso tras resultar ganadora del Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli”.
nes y sucesiones de notas breves, propio para un repertorio ligero, como ella misma explica, en el que sus autores favoritos son Bellini y Mozart. En este punto cabe mencionar que las dos arias que interpretó en la final del Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli” fueron Caro Nome, de Rigoletto, de Verdi, y Las campanas, de la creación operística más famosa de Delibes, Lakmé. Anabel de la Mora tiene claros sus planes: “Por lo pronto, cantar lo más que
pueda y seguir preparándome a partir de ahora fuera de México, quizá en Nueva York. Estoy investigando, viendo opciones, pero quiero llegar a cantar en grandes escenarios y después incluso enseñar, compartir lo que me apasiona”. Se abre así un largo camino para esta cantante en la consecución de las metas que se ha propuesto y que habrá de recorrer, como ha venido haciendo hasta ahora, uniendo su talento al trabajo constante.
Diario de un espectador El cielo espera abierto como una ancha bahía de posibilidades. Es de noche y una multitud de vuelos fugaces teje su minucioso trabajo en la fronda del jardín. El níspero prorrumpió este año en una vigorosa floración que parece maravillar a las huestes aladas. Mariposas de sombra recortan el aire con trazos silenciosos e imprevisibles. Un helicóptero o dos baten sus aspas invisibles. Una sirena avanza a lo lejos como una urgente navaja, partiendo por mitad el ritmo de la noche. Del otro lado, un tren largo y oscuro siempre se está despidiendo. La caja del agua refleja las intermitencias de una tormenta que se acerca por el oriente. Los relámpagos hacen instantáneas de la casa en calma. ** Reloj de olor. Marcas en los días, estos antiguos llamados del hambre y de la verde combustión de la enredadera dejan su muesca en el discurrir del tiempo. Amanece, anochece, y con precisión astronómica la maquinaria que aquí se resuelve en estos pequeños recordatorios continúa su marcha. Una esquina cualquiera se vuelve una plaza, mínima e intemporal, y las luces de fortuna, el tinglado que cuelga de postes y árboles, congregan la vieja ceremonia de la ciudad que se renueva. Para esto también sirve, para refrendar el humilde y esencial derecho de pisar la calle, de hacerla propia, el contar que son ahora dos siglos de querer una patria de todos. ** Postales. Corto Maltés sigue mirando fijamente entre las hojas de una puerta entreabierta. Desde 1928, un ingeniero civil hace llegar su perdurable fascinación por las calles de Fez; poco sabría entonces de las huellas que tal deslumbramiento revivirían en la ciudad que lo vio nacer. En dos décadas a partir de antier, un muchacho recibirá el luminoso panorama de la bahía de los Ángeles, vista desde las alturas de Menton, con el trazo casi imperceptible del vuelo de un avión perdido en 1945. Una muchacha de pelo rojo mira la cámara y sonríe contra un muro encendido en una calle cualquiera de Oaxaca; cifra intraducible de la Providencia que, incesante, avanza por caminos misteriosos y certeros. Cinco niños se sientan en un escalón, sonríen, saben del ancho futuro ante ellos; la imagen navega ahora contra los azares del tiempo, y una lejana mirada agradecida considera al pequeño grupo desde las costas borrosas de los años por venir. ** Algo de la mejor poesía del siglo queda regada, fragmentos de una explosión que no aca-
ba, a lo largo de las músicas que se suceden. Fortuitas, fáciles a veces, intrincadas y circulares como el baile del derviche otras. Inventadas al calor de las desveladas solitarias, de los ensayos caóticos y múltiples. Pensadas por años, o resueltas en una repentina iluminación puntuada por unas notas distraídas: su carga de asombros está destinada a ir detonando a lo largo de años imprevisibles. Quién sabrá a qué hora uno de estos apuntes del vértigo alcanzará el centro del corazón. Va una traducción de una canción, Nite Flights, de David Bowie. Procede del disco Black tie, white noise. Es de 1993. No hay asidero el estremecimiento ha sucedido el peligro que te amaga vuelve sus fauces hacia el calor y recorre los túneles es tan fría la oscuridad cavada por los perros astillas desgajadas y rotas la carne cruda del puño que te ahoga ha encendido la luz de sangre Trampas de vidrio abren y cierran en los vuelos de noche cuellos rotos cargas de plumas empujan los muros sé mi amor seremos dioses en vuelos de noche con solo una promesa una sola manera de caer Trampas de luz abiertas y cerradas en los vuelos nocturnos gargantas destrozadas pesos muy leves contra las paredes sé mi amor seremos dioses en los vuelos de la noche justo una promesa una sola dirección en la llamada. En los vuelos de noche sólo un modo de caer. ** García Lorca: Bisturí de cuatro filos, garganta rota y olvido. Cógeme la mano, amor, que vengo muy mal herido, herido de amor huido, ¡herido!, ¡muerto de amor! jpalomar@informador.com.mx
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EL INFORMADOR
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TAPATÍO Con aroma a hierba
PARA SABER
La Barranca de Huentitán, pronunciada tradición Llena de incomparables paisajes y un contexto único, este sitio sigue conservándose como un patrimonio de los jaliscienses
Q La Barranca de Huentitán fue declarada Área
Natural Protegida el 6 de junio de 1997 por el entonces presidente municipal de Guadalajara César Coll Carabias. Q El Puente de Arcediano fue construido por el ingeniero Salvador Collado, en 1893. Fue el primer puente colgante en su tipo en México y el segundo en América Latina. Fue un ícono de la historia de la Barranca de Huentitán, al ser la vía de acceso para comerciantes y arrieros provenientes de otros estados del país y esencia de los habitantes del también desalojado pueblo de Arcediano. Q Existen diferentes tipos de vegetación en la Barranca de Huentitán. Destacan los mangos, las ciruelas y los guamúchiles. Asimismo, sobreviven plantas de uso medicinal como el zapotillo, tronadora, palo de tres costillas, mezquite y prodigiosa, entre otras.
Un camino estrecho –entre empedrado y no– con un aroma a hierba mojada que parece penetrar en el espíritu de las personas que visitan el lugar, por años utilizado como un espacio deportivo para llevar a cabo una rutina de ejercicio difícil de encontrar. Así se define la Barranca de Huentitán, un sitio de los jaliscienses que durante largo tiempo ha permanecido como un patrimonio de nuestro Estado. Su origen se remonta a una serie de fallas tectónicas ocasionadas por los movimientos de dos estructuras de tierra: la Sierra Madre Occidental y la Faja Volcánica Mexicana, que dieron pie a la formación de la conocida Barranca de Huentitán. Ha permanecido así, como se le ve, con unas cuantas modificaciones, pero conservando ese toque rural y único que le sigue caracterizando. A este sitio ecológico-deportivo se le recuerda como una vía que años atrás se utilizaba para llegar a diferentes municipios de Jalisco, como Ixtlahuacán del Río, entre otros, cuya estrecha y empinada vereda daba espacio para trasladarse en mulas, caballos e incluso a pie, a comerciantes y arrieros provenientes de estados como Zacatecas y Aguascalientes; fue la vía del ya desaparecido pueblo de Arcediano mediante su puente colgante, ambos destruidos para la construcción de la Presa de Arcediano, señala Salvador Herrera “El Chino de la Barranca”, fundador y presidente de la Asociación Amigos de la Barranca. En nuestros días es utilizada como un lugar deportivo al que acuden las personas a realizar ejercicio, gracias a su brecha en declive que permite realizar un esfuerzo físico completo, al que algunos llaman “involuntario”, pues una vez bajando habrá que regresar, haciendo “obligatorio” tal esfuerzo.
Amigos de la Barranca es una asociación ecológica con una historia de más de tres décadas. Se formó por un grupo de amigos que comúnmente asistían a hacer ejercicio a este sitio y fue consolidada con el apoyo del ex presidente municipal de Guadalajara, Guillermo Vallarta Plata; juntos comenzaron a realizar competencias entre ellos e invitaban a más personas a participar, fomentando así el amor por esta obra de la Naturaleza y posicionándola cada vez más como un sitio deportivo. Hoy en día, se estima que el número de visitantes en promedio alcanza las dos mil almas. ¡Y vaya labor que durante más de 30 años ha venido haciendo Amigos de la Barranca! Su principal preocupación ha sido la conservación de esta área en todos los sentidos, y es tal el amor a “su barranca”, que se les ve incluso juntando basura por la brecha, arreglando derrumbes, levantando y acomodando el empedrado de la vereda. “Cuando el licenciado Vallarta Plata estaba como candidato a la alcaldía de Guadalajara, él bajaba con nosotros y una vez me comentó que si llegaba a la presidencia municipal, haría algo para rehabilitarla. Tras esto, comenzamos a organizar carreras entre los miembros de la asociación y así fuimos dándole auge a la Barranca de Huentitán, como un área deportiva”, comenta “El Chino de la Barranca”.
EL INFORMADOR • E. FLORES
Amigos de la Barranca
• En la Barranca de Huentitán, las pendientes hacen que el ejercicio sea más redituable.
Los Beneficios Quienes han ido alguna vez a la Barranca de Huentitán, coincidirán en que tanto bajarla como subirla, implica un fuerte trabajo físico. El juego de piernas que se ejerce al momento de bajar, por la forma de empedrado que tiene, es peculiar, pero una vez llegando a su “fin” viene lo mejor: el regreso. La barranca tiene –desde la puerta hasta el río– cuatro mil 260 metros, es decir, ocho mil 520 metros (de bajada y subida) y más de 60 vueltas de brecha empedrada. “El trabajo físico que se realiza es completo”, dice Rubén González, preparador físico de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara; esto debido a que durante la subida se trabajan los músculos de piernas, espalda e incluso abdomen. Todo ello se acompaña de un contexto diferente,
con aire fresco, un silencio peculiar y una vista que motiva a ir para adelante. “El principal beneficio de venir a la Barranca de Huentitán a hacer ejercicio, es que la persona suda mucho. A diferencia de la Barranca de Oblatos, ésta es más difícil, más pronunciada, y por lo tanto es de mayor provecho para la salud”, añade “El Chino de la Barranca”.
Puntos clave La Barranca de Huentitán tiene seis puntos clave. Inicia por su entrada, enmarcada por un gran letrero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que abre el preámbulo para comenzar con la aventura deportiva. Posteriormente se encuentra la Capilla, edificada en 1983 por los dueños de Dulces
Vero, obra en la que colaboró también la asociación ecológica Amigos de la Barranca. De ahí, empieza el camino empedrado regido por curvas. El primer punto y uno de los más representativos es La Vía, llamado así por el pequeño carro ferroviario que cruza rumbo a la planta de la CFE, instalada en el pueblo de Arcediano; 100 metros más adelante se encuentra el mirador, que funge como la mitad de la barranca. Más adelante se encuentra la llamada “Piedra de los Sacrificios”, pues en ella se realizan ejercicios de fuerza. Vueltas más adelante está la Casa de “Panchito”, para concluir con el Río Santiago y el Puente de Arcediano (cuando existía).
Guadalajara en una imagen
La ciudad hoy, desde distintas lentes Guadalajara se ha transformado al paso de los años, pero hay sitios, pequeños rincones de esta tierra que aún conservan sus riquezas de antaño. Desde hace unas semanas, Tapatío Cultural y EL INFORMADOR han hecho extensiva una invitación a sus lectores para retratar la ciudad, en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Continuamos recibiendo sus imágenes en tapatio@informador.com.mx. Presentamos aquí algunas de las imágenes que han llegado a nuestra redacción y seguiremospresentando durante septiembre. Gracias a Guillermo Cerpa y Saúl Landell por hacernos llegar su visión de la actual Perla tapatía.
Q TÍTULO: "38° C”. Q AUTOR: Guillermo
Cerpa Anguiano (30 años), empleado. Q DESCRIPCIÓN: “Sin importar las inclemencias del tiempo, la Catedral Metropolitana de Guadalajara se mantiene esplendorosa”.
Q TÍTULO:
“Donde se esconde el Sol”.
Q AUTOR: Saúl
Landell (45 años), constructor.
Q DESCRIPCIÓN:
“El paso cotidiano de los tapatíos, se transforma en una estampa luminosa de la ciudad”.