Tapatío 19 de enero de 2014

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FUNDADORES Jesús Álvarez del Castillo V. Jorge Álvarez del Castillo Z.

GUADALAJARA, JAL., DOMINGO 19 DE ENERO DE 2014

EDITOR-DIRECTOR Carlos Álvarez del Castillo G.

Segunda entrega de las memorias de Susan Sontag Página cinco

AÑO XCVIII TOMO CCCLXVI NÚMERO 34650

De cuando una boda se convierte en pesadilla Página tres

FRANÇOIS HOLLANDE

Intimidad y política El escándalo por el affaire del presidente francés François Hollande ha reabierto un debate nunca concluido: ¿En dónde se traza la línea que separa a lo público y lo privado? Enrique Toussaint

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or ahí dicen que Francia es el único lugar donde un Presidente de la República puede mantener un cáncer en secreto. François Mitterrand se presentó a la reelección sabiendo que tenía un cáncer en la próstata desde 1981; durante su gestión se supo que tenía un hijo fuera del matrimonio y hasta que teníaunasegundaparejaestableconlaquecompartíaalgomás queunamoríoocasional.Yaunqueenmuchospaíseshubiera sido un escándalo de proporciones inimaginables, en Francia no tuvo tanto peso la noticia. Y es que Francia siempre ha sido vista como el paraíso de la privacidad y la intimidad, donde el lente público termina donde la moral, las costumbres y la vidaíntimacomienzan.Enfermedades,amoríos,amistadesyrelacionessiemprehansidopuestasdebajodelaalfombracomo información secundaria para el debate público. Algo así sería inimaginable en Estados Unidos, donde el Presidenteestáobligadoahacerpúblicosusexámenesmédicos, extensas declaraciones patrimoniales y la vida privada es una variable más de la lucha política. Los políticos en Estados Unidos hacen campaña acompañados de su familia, para mostrar sus atributos como padres y esposos. Las virtudes privadas como espejo de las virtudes públicas. Esa era (todavía lo es un poco) la gran diferencia entre el Eliseo y la Casa Blanca, dos formasopuestasdeentenderlapolíticaysurelacióncon la vida privada. Sinembargo,elescándaloreveladoporlarevistasensacionalista Closer, donde un paparazzi siguió a la actriz y productora de cine Julie Gayet sólo para darse cuenta del amorío entre ésta y el presidente francés François Hollande,hadesencadenadountsunamisobrelaendeble presidencia del mandatario socialista. Con niveles deaprobaciónquerozanlosveintes,Hollandesehavistoenvueltoenunatelenovelacontodosloscondimentos paraeldrama:unaamantejovenytalentosa,unpresidenteenproblemasquesolíasermuyserioyalejadodelosescándalos, y una esposa en el hospital por la conmoción de la noticia.Incluso,unfotógrafoquesemueveenlassombrasdeParís y revela lo que la “prensa alineada” no quiere hacer. “Nos ha hecho mucho daño la publicación, hemos sufrido” es lo que hadichoelpresidentefrancés.TraslaruedadeprensasemestralenelEliseoanuncióqueantesdefebrerodaríaexplicaciones, pero que “los franceses tienen principios muy sólidos sobre la vida privada y la libertad de prensa”. ¿Se puede verdaderamente hacer una división tan tajante entre vida pública y privada, como solían hacer los franceses, en un entorno de redes sociales, información menos centralizada y medios de comunicación globales? Los escándalos de Dominique Strauss Kahn (posible competidor de Hollande por la candidatura presidencial en el Partido Socialista), las revelaciones antes de la campaña del Presidente Enrique Peña Nieto y todos los escándalos que vemos año a año en Estados Unidos, demuestran que entramos a una era de “transparencia total” donde los políticos asumen al competir por un cargo público que renuncian a una buena parte de su vida privada.

SABER MÁS Los porcentajes François Hollande ganó las elecciones presidenciales con un poco más del 51% de los votos de los franceses que acudieron a las urnas entonces. Luego, su desempeño fue evaluado con un 20% de aceptación de los encuestados y hoy, luego del escándalo, no ha variado mucho ese porcentaje en cuanto a su desempeño, pero lo franceses creen ahora que su presidente es una mala persona ya que ha decrecido cuatro puntos cuando se evalúa su simpatía y hasta 14 cuando se trata de su sinceridad, según un sondeo del diario Atlantico.

Diego Fonseca, va profundo en Página seis la crónica la elección presidencial y su asunción como primer mandatario, Enrique Peña Nieto recibió donaciones que no han sido aclaradas hasta el día de hoy. En su declaración patrimonial se hace referencia a ellas de forma somera e insuficiente como para darnos una idea de por qué un presidente electo puederecibiresaclasededonaciones.Endefinitiva,enesetipo de acciones pueden existir una serie de conflictos de intereses que limitan el margen de maniobra presidencial. Es de elemental transparencia, que los ciudadanos conozcan, incluso desde el proceso electoral, los compromisos de un político. Asimismo,existeenlaCienciaPolíticaunincipienteconsensosobrelanecesidaddeconocertambiénlasaluddelPresidentedelaRepública.Esimportantesabercuálessonlaslimitaciones presidenciales para ejercer su cargo y si cierta enfermedad puede ser un obstáculo en su Gobierno. Siempre limitando el alcance de la transparencia a enfermedades que verdaderamente afecten su desempeño en el cargo y no un circo donde cualquier gripa sea objeto de debate público. ¿Los michoacanos hubieran votado con la misma consistencia por Fausto Vallejo sabiendo que sus condiciones físicas le podían llevar a no estar de tiempo completo en la gubernaturaporatenderloqueesprioritario,susalud?Esdecir,lainformación pública empieza y termina donde entran en conflictointeresesyposibleslimitacionesparaqueunpolíticoejerza su cargo a plenitud.

Convertir la política en un espectáculo

Los peligros de la excesiva privacidad No podemos decir que al día de hoy exista un límite universal entre la vida pública y la vida privada. La línea se traza en consonancia con múltiples variables: la libertad de prensa, la transparencia, la cultura política, las funciones del político encuestiónyhastalasolidezdelsistemapolítico.Loquesípodemos decir es que hay una tendencia hacia ensanchar el territorio de lo público hasta los confines de laalcoba,comolanarraMiguelMoraensuartículo de El País hace algunos días. Ya sea por prensa sensacionalista que busca la nota en la vida íntimadelospolíticosoporquelospropiospolíticos ven en la exposición de su vida privada una oportunidadparalucrarelectoralmenteconsu familia o con su intimidad, lo cierto es que la línea que separa ambas esferas cada vez es más difusa. Ante esto, hay que decir que existen buenas razones, tanto para suponer que estirar la cuerda demasiado hacia alguno de los dos campos (el privado y el público), tiene consecuencias que pueden ser muy negativas. Empecemos con las posibles consecuencias de ampliar demasiado la esfera de lo privado. En primer lugar, la ampliación del margen de privacidad de los políticos puede ser directamente proporcional con el incrementodeladiscrecionalidad.Unpolítico que no rinde cuentas sobre sus relaciones con empresarios,laiglesia,poderesfácticosoperiodistas,abonaa laformaciónderedesdecorrupciónycomplicidad.Unasimulación permanente donde el político se respalda en su privacidad para celebrar los acuerdos más impresentables sin posibilidaddequeexistaelmínimoescrutiniopúblico.¿Deverdad, no es del ámbito público la reunión entre un político y un empresario; o un político y un director de algún periódico? En segundo lugar, ni los recursos propios de los gobernantes, ni el origen de su fortuna pueden caer en la esfera de loprivado.Porejemplo,duranteelperiododetransiciónentre

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CUADERNO DE LECTURA

Supervisor: Ana Rodríguez ana.rodriguez@informador.com.mx / Juan Levid juan.levid@informador.com.mx

EL PERSONAJE

SECCIÓN

EL INFORMADOR • M. VALENCIA

Tal vez uno de los problemas más acuciantes que enfrentan las democracias es cómo despojar a la políticadeesatendenciahaciaelshowdelosúltimosaños. Este asunto es fundamental en la línea que divide a lo público de lo privado. La dinámica de los medios de comunicación y el vértigo de las redes sociales provocan que ciertos escándalos como amoríos, hijos fuera del matrimonio o vicios de los políticos desplacen los temas realmente importantes hacia la indiferencia. Así, uno de los argumentos más sólidos para no hacer de la vidaíntimadelospolíticos,inclusodealgunasactividades de su vida privada, un asunto de interéspúblico,esprecisamenteevitarquelaagenda sea secuestrada por debates que no tienen nada que ver con las funciones de un político. La agenda pública debe reflejar las prioridades público y no ser eco solamente de la vida privada de los políticos. En el mismo sentido, otra consecuenciadellevarla“alcoba”alapalestrapública,ytal vezlasocialmentemásdañina,eslamoralización extrema de la política. La construcción del “político bueno” como el espejo de los valores conservadores: la vida familiar armónica, el buen padre, el abstemio y aquel que va a misa los domingos. Es decir, se contraponen los criterios para juzgar a un funcionariopúblicooaunpolítico:importanpocosus resultados, ahora lo verdaderamente relevante es su forma de vida y sus “virtudes privadas”. Y es que la historia nos ha demostrado que no necesariamente los “niños bien portados” son los mejores políticos. Recordemos que un dictador sin vicios, abstemio en todos los sentidos, disciplinado y madrugador era Adolf Hitler. Por el contrario, Winston Churchill era bebedor, desvelado y bohemio. Lo peligroso de esta mezcla entre política y “vida privada correcta”, es precisamente la tendencia hacia el extremismo y a la inversión de los valores al renunciar a los criterios públicos paradarlepesoalosparámetrosdeevaluación de los políticos que no necesariamente embonan con los objetivos del Gobierno. De esta manera existe un trastrocamiento de lo que serían los incentivos correctos paraqueungobernantedéresultados. El incentivo, en un mundo donde la vida privadatieneunpesotangrande en la esfera pública, es a que los políticos exploten ese lado de su personalidad. En lugar de publicar artículos en revistas especializadas, optan por revistas de sociales en familia y con largas sonrisas. Enlugarde“vender” en la palestra públicasuhabilidadpara lograr acuerdos, promover cambios y empujar reformas,elincentivoes asacarlejugoasus virtudes no políticas. Así, lo político se vuelve simplemente un efecto secundario de la tiranía de lo privado. No hay duda de que un hombre público debe de hacer sacrificios en su vida privada. Nadie se puede llamar al engaño en ello. Sin embargo, el fenómeno de hacer de la vida privada un tópico constante de interés político banaliza el debate, anteponiendo la imagen como criterio de evaluación de los políticos antes que sus ideas o sus habilidades propias del cargo. Se juega con los prejuicios y los estereotipos que tienen los ciudadanos. Es cierto, los límites entre la vida pública y la vida privada son difusos y no es fácil trazar la línea, pero más vale hacerlo antes de que la agenda pública siga secuestrada por las recamaras y no por las decisiones políticas.


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EL INFORMADOR

Domingo 19 de enero de 2014

Antonio Ortuño

Juan Palomar

EL MUNDO ALUCINANTE

DIARIO DE UN ESPECTADOR

Leer a los clásicos Harold Bloom, crítico y profesor estadounidense que ha conseguido el milagro de caerle mal a medio mundo sin dejar de ser más o menos escuchado, postula que todo gran escritor tiene un modo característico de relacionarse con los clásicos. Es decir, asegura que, a lo largo de la historia, los autores más trascendentes del Occidente del mundo se han plantado de cara a las tradiciones literarias y han adoptado una postura definida ante ellas, ya sea la de continuador o la de impugnador o, más comúnmente, una suerte de mixtura de ambas (se descarta o rebaja a los románticos o los modernistas, por ejemplo, a la vez que se exalta a cierto poeta hermético del siglo XVIII y a tales rusos de 1925. O, por qué no, todo lo contrario). Ahora bien, no pocos cabecillas de la crítica contemporánea se han encargado de poner en duda cada una de las partes de esta proposición (y de casi todo lo que haya dicho o esté por decir don Harold). Es decir, que no hay tal cosa como “grandes escritores” (o, en todo caso, que tenemos muchos motivos para discutir la posición de privilegio de quienes han gozado de tal calificativo); y que las tradiciones son, esencialmente, entropías elaboradas al gusto de quien las cita o accidentes socio-históricos. Estas ideas, llevadas a su conclusión lógica, esencialmente llaman a romper con todos los criterios clasificatorios por épocas y estilos que han regido el estudio de las letras, y proponen una relectura desde ópticas muy diferentes: economicistas, de género, políticas, etcétera. Pero estos debates, con todo y que sean apasionantes, son ajenos al común de los lectores. Tal y como decía hace poco en televisión un profesor, en el marco de los jaloneos sobre la reforma educativa: “La mayoría de los estudiantes no se acuerdan de quiénes fueron Aristóteles o Sor Juana cuando dejan de verlos en la escuela y ahora parece que ya ni siquiera vamos a poder enseñarles que existieron”. ¿Qué es, a estas alturas, un clásico? Arbitrariamente, podría decirse que lo es quien consigue que sus obras permeen la cultura a su alrededor y dan a sus lectores, a lo largo del tiempo, ciertas claves de comprensión de la realidad. Es decir, que Rulfo es un clásico porque muchos leen lo que pasa en este país, todavía, a la luz de sus escritos. Y Amado Nervo, que fue un indiscutible en el siglo XIX, ha dejado de serlo porque ya son poquísimos quienes, siquiera, lo recuerdan. Un clásico, pues, no es aquel que vende más libros o sale más en la tele, sino quien continúa haciéndonos revelaciones cuando lo leemos. Y también aquellos que seguimos leyendo, como a los griegos, a través de las lecturas de otros, que lo mismo pueden ser Sigmund Freud que Alfonso Reyes. Clásico, pues, no es el texto prestigioso e ilegible sino el que nos sigue estimulando a discutirlo cinco, cincuenta o tres mil años después de escrito.

María Palomar

DE LECTURAS VARIAS

Un Nobel que no fue: Charles de Gaulle La Academia Sueca, que cada otoño entrega el Premio Nobel de Literatura, mantiene sus archivos cerrados al público a lo largo de cincuenta años, así que apenas se dieron a conocer en las últimas semanas los documentos acerca de las deliberaciones de 1963, cuando finalmente ganó el premio el gran poeta griego Yorgos Seferis (1900-1971). La Academia pide anualmente a varios cientos de corresponsales (escritores, académicos de distintos países, rectores de universidades o presidentes del Pen Club) que propongan a sus candidatos. En 1963, de ochenta escritores mencionados, veintidós eran “nuevos”: nunca habían sido propuestos. Entre ellos estaba el entonces presidente de Francia, el héroe de la liberación, Charles de Gaulle (1890-1970). Antes de volver a la política y fundar la V República, De Gaulle había escrito varios libros, entre ellos sus Memorias de guerra (la traducción española está en La esfera de los libros), publicadas en tres volúmenes entre 1954 y 1959, que le valieron formar parte de la elite de los grandes literatos seleccionados para la colección de La Pléiade (y estar entre los autores que se estudian en el bachillerato en Francia). Sus Memorias de esperanza (en español las publicó Taurus), particularmente apreciadas por la crítica en términos de calidad literaria, vieron la luz años después (1970-1971). Nada habría tenido de raro, pues, que De Gaulle como memorialista de primera hubiera recibido el Nobel de literatura; por cierto que diez años antes el premiado había sido ni más ni menos que Winston Churchill, también extraordinario escritor. Por último, De Gaulle no quedó entre los finalistas, que incluían a Samuel Beckett y a Pablo Neruda. Ambos serían premiados, el irlandés en 1969 y el chilenoen1971,peroposiblementeen1963elprimeroaúnresultabademasiadonihilista y depresivo, y en cuanto al segundo, todavía eran demasiado recientes sus encendidas loas al padrecito Stalin... Finalmente, la adjudicación del premio a Seferis fue justa y la debida a una literatura contemporánea alejada de los circuitos principales de la cultura occidental. Kazantzakis también lo habría merecido, pero nunca lo recibió. Elytis fue el siguiente griego en ganarlo, en 1979. No sólo parece impensable en México, sino también en la Francia actual, que alguno de los cada vez más grises personajes de la vida política llegue a merecer un Nobel de literatura. Aquí, después de Vasconcelos y Yáñez no se ha visto por los círculos del poder ningún peso pesado como literato. En Francia el último de los presidentes con grandes aficiones y conocimientos literarios fue posiblemente Georges Pompidou, cuya antología de poesía francesa sigue siendo una de las mejores. Esto no quiere decir que Giscard o Mitterrand no hayan escrito: lo hicieron, y muy bien; ambos produjeron ensayos y el primero también novelas. Del último presidente más o menos culto de México, que también escribió unas memorias, es preferible no acordarse.

Guillermo Dellamary

EXPLORANDO EL MUNDO

Cuando el pesimismo te atrapa Hay gente que, sin darse cuenta, acaba por quedarse sumergida en una visión negativa de la vida y lo peor de todo es que no sabe cómo salir de ella. Lo evidente es que salga de inmediato de una visión así, pero el gran problema es que el mismo no sabe que se encuentra viviéndola. Cree que las cosas son así y no se percata de lo negro que está viendo las cosas. Es como el que anda con lentes oscuros por todos lados y no se los quita a pesar de que ha entrado la noche o a un lugar oscuro. Para él, todo se ve más oscuro. El pesimista vive con su mirada del mundo cargada de emociones sin esperanza, frustrado, enojado con el mundo, sin ilusiones y pensando que todo lo malo le puede pasar. Además se queja de todo cuanto pasa y desde luego sólo le ve el lado negativo, le cuesta trabajo ver lo bueno, porque no se puede quitar los lentes con los que ya ve el mundo. Así que el pesimista sólo tiene que quitarse los lentes con los que ve las cosas y que cree que así son. Se encuentra atrapado en un mundo irreal y subjetivo. Se cree su propia percepción. Una manera sencilla de ayudarlo a quitarse los lentes oscuros es hacerlo sonreír,ailuminarsupresenteconcomentariosquelohagansentirbien,quesedecuenta de que otros ven el mundo con mucha más luz. Sin discutir, porque algunos pueden ser muy necios. Pero eso sí, ayudándolo a que deje de vivir su vida con miedo, a que acepte que es tan sólo su manera de ver las cosas y no crea que así son. El pesimista le tiene miedo al futuro, se siente devaluado y cree que no va a poder conseguir lo que necesita. Se ve a sí mismo con impotencia y carencias que le impiden luchar por lo que quiere. Es en eso en lo que más los debemos de ayudar, a que se esfuercen por alcanzar lo que quieren y que vean que sí hay logros. Que vean en ti a alguien, que sin dejar de ser realista, es un optimista.

El frío aprieta. Bien se sabe que las casas tapatías no están pensadas para estos —comparativamente— benévolos extremos. Temprano, el sol mañanero en la espalda reconforta la helada condición de ciertos cuartos. Al borde de una construcción cercana un informe montón de cobijas y algunas bolsas desfondadas revelan la noche pasada al raso por un vagabundo. Duerme aún: no tiene prisa: esta ciudad trasegada y mezquina no tiene mayor cosa que ofrecerle, tampoco hoy. Algún vecino ofendido exigirá luego el fulminante desahucio del hombre sin casa. Recogerá su magro equipaje, seguirá caminando con lentitud, sin rumbo: todo lo que necesita es un trago, un rincón tranquilo. Su aguda mirada de soslayo tiene el filo inconfundible de la de los desheredados de la tierra. ** México al comenzar el año. Como en una ciudad vagamente desconocida, muy poco tráfico recorre las avenidas normalmente atascadas y molestas. El edificio póstumo que Ricardo Legorreta estaba haciendo junto con Richard Rogers luce su poderosa estructura, aún en proceso, justo antes de la curva que el Paseo de la Reforma describe al llegar a Chapultepec. El centro, en cambio, hierve de una actividad popular e innumerable. Apenas se puede andar por las peatonalizadas calles de Madero y 16 de Septiembre. La gente se apodera de la ciudad con un inusitado vigor, con una envidiable alegría. Los niños absorben la intensidad entre asombros y fatigas. Enfrente del viejo Casino Español, calle de Isabel la Católica, un antiguo palacio, ahora convertido en hotel catrín y centro mercantil “comercialmente correcto” vuelve a desplegar sus nobles espacios. Le echaron ganas, agradeciblemente, a la jardinería. En el remate de la portada, en el lugar en donde seguramente estuvo el escudo familiar de los fundadores de la casa, un lamentable letrerito en inglés hace una elocuente crítica de todo el esquema. ** Dos exposiciones de Claudia Fernández. Una se llama Cactli/Cacle y está en el Museo de Arte de Zapopan. Una sala arreglada con un gusto certero, en la que se alinea una inusitada colección de guaraches artesanales —si no es redundancia— provenientes de distintos talleres, de distintas regiones. El visitante bordea las mesas, un poco asombrado por semejante colección. Poco a poco surgen las varias interpelaciones que esta pieza —múltiple y pletórica— emite. Un guarache es la respuesta básica del hombre ante el territorio: el suelo suele ser imprevisible, a veces cruel. De allí esta respuesta vital ante el medio físico, esta ayuda para la marcha, esta muestra de cómo el hombre responde a la topografía del mundo, cómo logra establecer sus propias condiciones. Luego está el tema de la manufactura y los procesos que ésta acarrea. Cada guarache afirma una manera de producir artefactos, útiles y bellos, que escapa a los circuitos mercantiles masificados e inmersos en la red del consumismo. Cada uno de ellos es una muestra de ingenio, de tradición actuante y viva, de sutiles medidas para asegurar su duración y comodidad, de lazos que involucran proveedores de cueros, de suelas, de herramientas, de mínimos herrajes, de puro gusto por hacer cosas bonitas, cómodas, durables. Y elegantes. (Aquí habría que recordar y lamentar la triste y despectiva frasecita clasemediera: “Se le vieron los gua-

Armando González Escoto

LOS COLORES DEL TIEMPO “Un sistema es un conjunto de partes organizadas y relacionadas que interactúan entre sí para lograr un objetivo”. La sociedad de un país es un macrosistema que da sinergia y homogeneidad a todo un conjunto de subsistemas ordenándolos para el logro de objetivos tanto generales como particulares, de tal manera que éstos no afecten la consecución de aquellos ni viceversa. Toda acción y relación que atente contra el sistema en su conjunto o en sus partes constituye una desviación que puede lesionarlo de manera ocasional o definitiva. En el momento en que los actos delictivos aislados y, en cierta medida, naturales a una organización social se vuelven sistema, tenemos un problema de delincuencia organizada. Pero cuando la delincuencia organizada comienza a establecer relaciones e interactuación con otros subsistemas o incluso con el macrosistema social, enfrentamos una genuina subversión de los sistemas muy difícilmente abatible. Las organizaciones sociales urbanas y rurales se construyen con base en múltiples intercambios, respaldados por las instituciones políticas y sus estructuras legislativas y judiciales, fundamentando su credibilidad en estructuras morales determinadas que avalan las reglas del juego. El sistema delincuencial en la medida que se fortalece puede sustituir las instituciones dadas y modificar la plataforma ética que avale un nuevo régimen de confianza, a través de una interactuación más eficiente, de resultados inmediatos y beneficios compartidos. Este fenómeno lo hemos observado en Tamaulipas, Nuevo León, y desde luego en Michoacán, donde la población civil oscila entre el sistema formal de Estado y el sistema avalado por la delincuencia y que no necesariamente es visto como perjudicial, aun si lo sea a mediano plazo. Esto puede explicar la incógnita en torno a los grupos de

Carlos Enrigue

AYER DECÍAMOS No sé si a usted le ha sucedido, es muy probable que sí haya padecido uno de esos días en que usted no sabe si va o si viene; pienso en ese día en que don René Descartes, filósofo de grandes alcances quien escribió el Discurso del método y las Meditaciones metafísicas y que llegó a considerar ese principio que sostenía que “pienso luego existo”, desde luego está por demás decirlo, el día queconcluyóeseprincipiofilosóficoelsujetoestabasufriendouna cruda en décimo grado, de esas que si sales a la calle y te ladra un perro te subes a un árbol. El nombre científico de ese estado es el de sufrir diastolias neuro vegetativas y es un estado de angustia tan sólo comparable con que te despidan del empleo y no tengas algún amigo en la junta de conciliación que te resuelva favorablemente un laudo millonario, como algunos dicen que se dan. Para nadie es un secreto que nuestro amado gobierno tiene aterrado al personal con la reforma fiscal, pero respecto a los pagos estoy igual de temeroso que todos, pero dentro del programa de atemorizar al público hay grados y entre las estelares está publicar la lista de drogueros, lo que puede gustar o no, pero salió otra lista en las que aparecimos los que se supone que el SAT no nos encuentra y digo no nos encontraron porque yo fui de los agraciados. Mi primera duda es si yo existo porque más bien pienso poco y ante mi ausencia me puse mi traje negro y ante el espejo me pregunté tres veces en alta voz: Carlos Enrigue, ¿exis-

raches”.) Los guaraches provenientes del célebre taller de Concepción de Buenos Aires son particularmente finos y originales. Finalmente, la potencia del cuarto lleno de espléndidas artesanías hace pensar en un país capaz de encontrar, todavía, otra manera, más limpia y más digna, de atender sus necesidades. Y el espectáculo, y la reflexión, más que valen la vuelta. La otra está en El Eco, la famosa obra de Matías Goeritz en México. En la sala grande, solitario, monumental, está un ojo de Dios huichol. Y nada más. La pura presencia estremecedora de este textil, sostenido por una estructura de madera que parece vacilar sobre un modesto montón de piedras, domina cualquier consideración: esto es sagrado. En el patio, un tecorral —como se llama en el altiplano a los recintos formados por lienzos de piedra— establece un espacio que alguna vez contuvo a todo el fuego. Un patio dentro de otro: tensiones que se resuelven y que abren otras preguntas. Ésta es la pétrea construcción primera e insuperable: todo lo demás es un comentario. ** Unas fotografías aparecen, como venidas de ningún lado, en la pantalla. Un señor acarrea algo en un diablito. La calle, no por indeterminada, tiene un inconfundible aunque inasible aire tapatío. El señor pudiera dedicarse a recoger y recuperar desechos: en este caso, ya fijándose, los elementos que acarrea tienen la apariencia de ser algunas ventanas rescatadas de una demolición. Un examen más cuidadoso revela que lo que el señor del diablito carga no son solamente unos marcos de fierro: lleva en peso todo lo que estas ventanas vieron, todo lo que por estas ventanas se vio. Minuciosas vidas cotidianas, arreglos domésticos, gozos y sombras, sordideces o esplendores de un orden humilde. Cielos cambiantes, nubes blanquísimas, nieblas de suciedad y basura, lluvias, algún perro, ciertas plantas. Las miradas que atravesaron estos marcos forman, en cada uno de ellos, una constelación de puntos iridiscentes e invisibles. La composición que las ventanas forman, quizás involuntaria, es impecable. Es obvio que Mondrian la hubiera aprobado. Pero también, yendo más lejos, las ventanas no son solamente planos: son delgadas cajas que guardan toda su experiencia transfigurada e insondable, vuelta siempre otra cosa. Y la improbable huella de las cajas de Joseph Cornell, que también convocan mundos, deja al paso del señor del diablito un extraño misterio que nadie, de pronto, se explica. El señor avanza. ** Valle de Bravo al terminar el año ofrece el esplendor de las aguas de la presa, que emiten reflejos siempre desconocidos. Una torre y un tejabán: sobre todo un jardín. Desde lo alto del lomerío las flamas de la India, ciertas palmas, puntúan el paisaje. Los niños investigan, preguntan, establecen difíciles paradojas. Mezcal, humo, el fuego de la larga amistad, noches tempranas, penumbras que luego se vuelven en mañanas de milagrería. Abajo, los atestados coches de los chilangos hacen casi ilegible el pueblo entrañable en donde, hace muchos años, encontrábamos asilo en la casa de una abuela legendaria ¿dónde habrá quedado? Por mientras, desde el borde de la terraza, discurren los cielos últimos de diciembre, se convocan —siempre— mañanas que habrán de venir. jpalomar@informador.com.mx

La delincuencia como sistema autodefensa y el hecho mismo de que estos grupos se constituyan en un tercer subsistema alternativo, al cual, eventualmente, también hay que pagar o defenderse. El caso de Michoacán es una paradoja: Desde hace sexenios el sistema establecido favoreció de alguna manera el fortalecimiento de un subsistema que con el tiempo se volvió en contra de su bienhechor hasta intentar sustituirlo; el abuso de poder por parte de esta nueva organización comenzó a fracturar la interactuación lograda con las comunidades, provocando el surgimiento de un nuevo cártel primero salvador y luego igualmente extorsionador, finalmente surgen las “autodefensas”, en las cuales el sistema de origen pudo ver una posibilidad de neutralización que se ha ido desbordando, en tanto la población civil quedó atrapada, si bien previamente había sido más bien seducida. A un paso de que las autodefensas triunfaran, así lo decían, intervino la federación. Si la hipótesis fuese real habría que pensar que el Gobierno en ese y otros estados o fue inicialmente cómplice o criminalmente irresponsable, pues permitió o ignoró la serie de fenómenos que se estaban dando. Pensar que podía obtener un jugoso beneficio económico desde las actividades delincuenciales, originalmente relacionadas con el narcotráfico, ante el escenario de un país quebrado por las torpezas de los presidentes Echeverría y López Portillo, no era ético, pero además, demostraba su falta de talento para mantener bajo control los demonios que desataban, y que ahora son tan difíciles de reducir. Igual juicio merecerían los partidos que vieron en la protección de sistemas delincuenciales una mina electoral. En cuanto a la sociedad, las responsabilidades aunque diversas acaban siendo compartidas, de alguna manera todos somos parte del problema, como lo somos también de la solución.

“Cogito ergo sum” tes?; las tres veces respondí, no sin cierto temor, claro que existo, gordo pero existo. No se lo deseo, es horrible, se crea la duda, llegué a sospechar si para el SAT me hubiera convertido en vampiro, dado que los vampiros no se reflejan en los espejos, el miedo que me da es que tengo documentos que en diferentes comunicados la SAT me envió oficios dirigidos al suscrito a mi único domicilio profesional y es más hasta este año la Ley del notariado nos obligaba (este año se quitó esa obligación) a informar a todas las autoridades, fiscales entre otras, información acerca de nuestro domicilio, ahora ya no es obligatorio salvo que se haya modificado alguna de las informaciones que se requieren, desde luego tengo las copias referidas a disposición de la autoridad y cada año la Procuraduría social nos realiza una muy meticulosa visita en la que nos revisan que hayamos cumplido todas las obligaciones que la ley; las copias de las actas en las que se hace constar la visita y por si fuera poco, muchas operaciones que se celebran ante mi generan impuestos que yo tengo que cobrar al cliente y consignar al SAT por medio del declaranot y de no hacerlo ese si sería un problemón. Así que si no me encuentran es porque no quieren o tienen equivocados sus archivos. El drama es que los que me acusaron de no aparecer fueron los del SAT y que debieron encontrarme son los del Melate.


Domingo 19 de enero de 2014

EL INFORMADOR

CRÓNICA

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FOTOARTE • EL INFORMADOR • M. VALENCIA

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a noche de la boda me sangraron los pies. Las ampollas se tronaron y se me pegaron a los calcetines. Me los quité con pedazos de piel. Fue como a la medianoche. A esa hora la fiesta estaba a todo y lo de las ampollas fue lo de menos. El infierno de a de veras no lo vimos venir. Fue una boda de un millón de pesos, aunque nosotros cobramos nomás 400 mil. Nosotros, es decir nuestra empresa familiar de organización de eventos. Así nos anunciábamos. Silvia, la novia, nos había visitado los primeros días de enero, recomendada por unos paisanos de ella. Al principio le dijimos que no podíamos organizar una boda de mil invitados en un mes, que teníamos trabajo. Nos rogó tanto. Nos dijo que no nos preocupáramos que la quería igualita que otra que organizamos, tiempo atrás, para unos pochos en su mismo pueblo. Incluso, que el novio iba a contratar a sus propios meseros, a sus propios cocineros, a sus propios músicos. Acabamos diciéndole que sí. Ahora que lo platico me siento de a tiro taruga, porque Silvia tiene toda la pinta de que nunca le debimos organizar la boda. Trae siempre unas joyas muy caras, unas uñas muy largas, una ropa bien versace. Para su boda quería una carpa de circo donde cupieran, sentados a gusto en sillas finas, 400 invitados y, además, sillas y mesas de plástico para otros 600. Dijo que iba invitar a todo el pueblo. Los centros de mesa de los 400 asistentes principales fueron cilindros de orquídeas y rosas, con luces fluorescentes. La mesa de los novios la escogió de cristal. Para ese espacio quería una carpa de telas fucsia y rosa pastel, con pedrería. Todo le conseguimos. Silvia se casó a principios de febrero. Mi compañera Florencia, dos asistentes de cocina, tres auxiliares de protocolo, un vigilante y yo llegamos a montar su boda a las siete de la mañana, nada menos que en la plaza del pueblo. Para guardar nuestras cosas nos prestaron el consultorio de Salubridad, que está a un lado del kiosko. Según el contrato, nuestros servicios se acababan a las dos de la mañana. Casi a esa hora fuimos a enterarnos de que estábamos en un pueblo donde hay más cuernos de chivo que azadones. Pero cuando se acabó la misa iban a dar apenas las ocho de la noche. Cómo íbamos a saber lo que nos esperaba. Al contrario, ignoramos todas las alarmas. A las siete y media de la noche Silvia recorrió el pueblo, seguida por un cohetero y una banda sinaloense que cobra 40 mil pesos la hora. El detalle se nos pasó por el ajetreo de la pachanga. Porque la novia nos agarró de sus sirvientes. A mí me insultó porque el vestido le quedaba largo y se lo tuve que cocer. A mis compañeros les gritó porque la comida que contrató su novio llegó tarde. Para los de la carpa de circo hubo una cena de tres tiempos con postre. A los de abajo, porque instalamos las mesas en las calles que rodean la plaza, les dieron birria y frijoles. Entre ellos estaba el borracho del pueblo, un señor de pants y gorra, de unos 60 años, que fregaba y fregaba que quería bailar con Florencia o conmigo. A los de la calle nomás les sirvieron cerveza: toda la que quisieron. Los de la carpa de circo tomaron Buchanan´s 18 hasta que se hartaron. Con todo aquel despilfarro Silvia nos insistió mucho en que no se nos fueran a olvidar los alfileres, para que le pegaran billetes cuando bailara la tanda húngara. Después, todo fue banda del sicariato, cantada por sus autores, los mismos cantantes que posan con metralletas en las portadas de sus discos. Con música de narcos y toda la cosa, había sido una boda como muchas, hasta la medianoche. A las 12 empezó a ponerse fea de veras. La gente acabó de cenar y empezamos a recoger los cubiertos, para que no se los fueran a robar: eran cubiertos finos. Perseguida por el borracho del pueblo, que quería bailar con ella, Florencia recogía en una ala de la carpa de circo y yo en la otra. De repente la vi venir toda pálida: “¡Facunda, Facunda!”, me dijo, envolviéndose una mano con la otra, “allá hay tres hombres con metralletas”. Le propuse que yo retiraría los cubiertos de los de las metralletas. No eran tres, eran como cinco treintañeros, vestidos todos con camisas de seda y chalecos de satín gris. Traían relojes de oro y dijes de cuerno de chivo incrustados con diamantes. Los acompañaban tres veinteañeras. Una de ellas, la más guapa, traía un vestido dorado, muy corto. Se notaba que era la mujer a la que todo el pueblo desea. Cuando terminé de recoger le pedí a Florencia que le dijera a los otros de nuestro equipo de producción que no se acercaran a la mesa de las metralletas. Uno de los meseros del novio se burló de mí: “¡Uyyy, mija! ¿Pos qué no sabías quién es el novio? El novio es la mano derecha del mero mero. Esto va pa largo”. No le pregunté quién es el mero mero. En par-

La boda del siglo te porque ahora el borracho del pueblo estaba a duro y dale que bailara con él. Para que llegaran las dos de la mañana pasó una eternidad. A las dos Fui con Silvia y le dije que iba a empezar a recoger mesas y manteles. Me miró con desprecio y me dijo que yo no iba a recoger nada. Que la boda seguía. Que le dijera de una vez cuándo iba a cobrarle. Me pagó en efectivo. Pero después, Silvia vino a mí, humilde otra vez y muy nerviosa: “¡Vámonos! ¡Esto se acabó! ¡Ayúdame, rapidito!”. Ella y el novio y los papás de ella empezaron a quitar manteles, como perseguidos por el diablo. Le dije a los muchachos que se escondieran y me fui a esconder a la barra. Era las tres y media de la mañana. Mi compañera Florencia había desaparecido. El cocinero del novio me tranquilizó con modos paternales: “No se preocupe, mi niña. Está usted en el pueblo más seguro de México”, me dijo. Le pedí al equipo que saliera de su escondite y me ayudaran a recoger todo: “¡En una hora, muchachos!”, ordené. Pero mi gente ya no quería salir y le di la razón. Los de la metralleta eran ya una docena a esa hora. Habían puesto un puño de cocaína en la mesa de al lado. Iban y venían esnifando, rodeados por la banda de los 40 mil pesos la hora, que no había dejado de tocar. Desde la barra vi que la muchacha del vestido dorado, la más deseada del pueblo, seguía con los de las metrallas. Le gritaba a uno: “¡A mí no me dices que soy una cualquiera!”. Y el otro le contestaba: “Eres una recualquiera”. El hombre insistía en que sí, ella en que no y así, hasta él sacó un revólver, se lo puso a la muchacha en la cabeza y le ordenó: “¡A ver, dime que no eres una recualquiera!”. La fiesta seguía, sólo en esa mesa. Los de la me-

tralleta esnifando, la banda tocando y una corporación oficial llegando. Nomás que lejos de espantarse, los de la corporación saludaron, aceptaron un Buchanan´s y le pidieron a uno de los sicarios el radio que le habían prestado: “Mi jefe me va a fregar, ya dámelo”. Tuve que pensar ¿a quién no le ha tocado una de éstas? Me fui a esconder al consultorio de Salubridad que nos habían prestado. La luz estaba apagada y oí que mi compañera Florencia estaba llorando, debajo de una cama. ¿Y ahora? Me dijo que el borracho del pueblo que quería que bailáramos con él le fue con el chisme a uno de los sicarios. El sicario abrió la puerta del consultorio con una llave y gritó: “¿Dónde está la que no quiso bailar con mi amigo?”. No sabe si para consolar a mi compañera o para consolarme yo, me metí debajo de la cama.

Desde ahí, las dos oímos que la banda tocaba hasta las siete de la mañana. Luego, que los de las metralletas discutían dónde iban a seguirla. Del resto del equipo de producción de eventos no supimos hasta el día siguiente. Todos se habían escondido y estaban bien. En la mañana, cuando los de la carpa de circo vinieron a desmontarla, sólo había niños en las calles. Me acosté en una troca de redilas, sobre los 100 manteles que llevamos a la boda. La última imagen, antes de quedarme dormida, fue la de cuatro niños de unos siete años de edad, dos en bicicleta y dos a pie, enrolados en un juego perverso: “¡Cállense, cualquieras!”, le gritaban los de la bicicleta a los otros. “¡Ustedes son más cualquieras!”, respondían los de a pie. “Cualquieras retecualquieras”, contestaban los de arriba, apuntándolos, con armas imaginarias. Luego todos soltaban carcajadas diabólicas.


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Domingo 19 de enero de 2014

ENTREVISTA

Alex Sipiagin

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El jazz no era bien visto en Rusia

El trompetista oriundo de la ex Unión Soviética visitó la ciudad para presentar sus creaciones; es hoy uno de los músicos más destacados en Nueva York, donde ahora vive Patricia Gallardo

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na vez que descubres buen jazz te vuelves adicto él. Quieres y necesitas escuchar más. El jazz es libertad. Es un género que permite a su intérprete llegar a cualquier lugar pero para lograrlo, éste debe respetarse y entenderse. Así lo asegura un verdadero experto en la materia, el trompetista ruso, Alex Sipiagin. El músico vino a la ciudad para participar en una cena de gala organizada por la Fundación Tónica como parte de las actividades de la campaña “Nos Toca”, con el fin de apoyar a estudiantes de música a terminar sus estudios. No es la primera visita que el ruso hace a la Perla Tapatía. La primera ocasión fue el pasado agosto, en el marco del Festival Internacional de Jazz de Guadalajara. Desde ese momento Sipiagin supo que quería regresar.Suplanoriginalerahacerlopara unas vacaciones, sin embargo, gracias al éxito de su primera visita, esto cambió rápidamente: “La primera vez que vine

en Guadalajara fue el pasado agosto. Fundación Tónica me contactó para que participara en unos talleres. Vine y encontré grandes músicos, la pasé genial. Escuché música fui a grandes conciertos. Me hice muy cercano a varios de mis estudiantes, quienes siguieron en contacto conmigo, me decían que debería regresar y un amigo me invitó para que viniera de vacaciones en enero que es un mes muy tranquilo para los músicos. Pero una vez que se enteraron me dijeron ‘¿Por qué no haces un par de talleres?’ Así que rápidamente se convirtió en trabajo, pero me encanta.” Sentado en una banca, en uno de los andadores de la zona de Chapultepec, el compositor se confiesa encantado por esta ciudad, los paisajes que ofrecen sus al rededores como el municipio, de Tequila, así como su gastronomía. Incluso cuenta que, antes de la entrevista, aprovechó para ir a correr al parque de los Colomos. Sin embargo, el trompetista no planea relajarse del todo pues, así como en su primera visita, en esta ocasión también impartirá talleres y clases particulares a estudiantes de música.

DISCOGRAFÍA: Actualmente toda la discografía de Sipiagin está disponible en iTunes incluyendo su más reciente disco. La vía digital es la más adecuada para hacerse de sus creaciones.

Nombre: From reality and back Precio: $120.00 Canciones: El disco incluye ocho títulos Otros discos: Generations

Mirages Overlooking Moments Out of the Circle Mirrors Images Prints

¿QUIÉN ES ESTE TROMPETISTA? Nacido en 1967 en la ciudad de Yaroslavl, Rusia (entonces Unión Soviética) Sipiagin comenzó desde temprana edad su formación musical. Fue a los 12 años cuando inició su participación en la escena musical en la orquesta infantil de Mikhael Tsamaiev, en su natal Yarolsalvl. En ese momento se dedicaba a la música clásica. Fue por entonces que escuchó un casete de Lee Morgan que conoció, por primera vez, lo que era el jazz en realidad. La interpretación de Morgan lo cautivó de tal manera que decidió continuar con sus estudios centrándose en este género musical. Con esto en mente, en 1983 se mudó a Moscú para estudiar en el instituto de música, aunque el jazz era su pasión no era algo que podía estudiar en ese momento.

“No era educación de jazz, era de pop, el jazz no era bien visto en Rusia en ese momento, así que me mudé a Moscú cuando tenía aproximadamente 15 o 16 años, ahí había más músicos aunque no eran profesionales” Como los estudios del instituto no estaban dirigidos al jazz, Alex fue de cierta manera autodidacta. Escuchaba grabaciones de intérpretes como Lee Morgan, Miles Davis y Woody Shaw para intentar imitarlos y practicar. “Miles Davis y Lee Morgan fueron mis mayores influencias. Después descubrí a otros grandes. Descubrí mucha música de trompeta grandiosa, al menos tuve cinco artistas que me influenciaron en algún momento” Después de haber cumplido dos años, que eran obligatorios en el ejército, terminó sus estudios en el Conservatorio Gnessin.

SIPIAGIN Y AMÉRICA Luego de haber obtenido su maestría en música, Alex sabía que si quería tener una carrera en el género que le apasionaba tenía que venir a América: “Si quieres aprender de Jazz, la única opción que tienes es ir a Estados Unidos. En Rusia no es como Nueva Orleans o Nueva York, en las grandes ciudades encontrarás dos o tres clubes de música jazz, está creciendo y ha recibido apoyo del gobierno pero no hay nada como en Nueva York, en donde puedes encontrar hasta 200 clubes de este tipo” Con esto en mente, en 1990 se inscribió a un concurso que se celebraría en Washington: “Fui muy afortunado. Recibí una invitación para participar en la competencia de “Thelonious Monk” en Washington D.C. en donde obtuve el cuarto puesto. Regresé a Rusia pero unos meses después regresé a América en dónde pensaba quedarme, sólo un par de semanas, un par de meses tal vez, pero terminé quedándome para siempre”. Para pagar la renta, que compartía con cuatro personas, Alex tocaba en bodas, clubes nocturnos, restaurantes e incluso en el metro de Nueva York.

“Era muy divertido, tocábamos ahí por diversión. Improvisábamos y la gente nos daba unas monedas que nos servían para pagar la renta y comprar cosas básicas” Su primera oportunidad profesional llegó en 1993 fue cuando lo invitaron a unirse a The Gil Evans group que tocaba en el conocido club Sweet Basil. En ese momento no recibía ninguna remuneración por su trabajo sin embargo, fue ahí donde su nombre empezó a crecer: “Me invitaron a la orquesta de Gil Evans. Empecé como invitado, podía ir y tocar cuando quisiera. Me convertí en un miembro regular. Este grupo estaba llena de estrellas, de músicos famosos que yo había escuchado en Rusia” En 1995, cuatro años después de que se mudó a Nueva York, una recomendación del pianista George Gruntz, lo llevó a unirse a Mingus Big Band en donde hasta el día de hoy sigue participando e interpretando la música que más le gusta. A partir de ese momento, su nombre siguió creciendo. Actualmente son 14 los álbumes que integran la discografía de Sipiagin; From Reality to back es el más reciente.

SU RELACIÓN CON MÉXICO La relación del intérprete ruso con México va más allá de las visitas que ha realizado a nuestro país y es que, en al menos seis ocasiones, el baterista mexicano Antonio Sánchez ha colaborado en sus discos. “Antonio Sánchez es mi baterista favorito, el mejor del mundo. He grabado con él al menos cinco o seis de mis discos y tocamos juntos con Michael Breker. Es un gran amigo mío y es mi mayor influencia en la música mexicana. Lo conocí en el 2002, en ese momento por algún motivo hicimos

muchos proyectos juntos” Como compositor, Alex asegura que se siente inspirado por la ciudad de Guadalajara: “Estoy tan inspirado por estar aquí, seguramente grabaré un par de canciones inspiradas en este lugar y las incluiré en mi próximo disco.” Además de Guadalajara, el trompetista ha visitado la Ciudad de México y Cuernavaca acompañado de su música. En un futuro, Spiagin quiere regresar acompañado de su cuarteto pues, asegura, así hace su mejor música, acompañado.


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Viaje al corazón de Susan Sontag La segunda entrega de sus diarios retrata a la intelectual y a la escritora; también supone un mosaico de su vida íntima, sus sueños y sus ideas más combativas, todo ello a través de la mirada de su hijo AFP

PROTAGONISTA. Susan Sontag en una imagen de 2002.

SABER MÁS Puño en alto... y letras

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sa niña huérfana de amor que desde pequeña hizo las veces de madre de su mamá y de su hermana, un día descubrió lo que quería ser y cómo conseguirlo: “Aspirar a ser muy buena (si soy extremadamente buena, me amarán)”... Así, la niña desamparada se convirtió en Susan Sontag (Nueva York, 1933-2004), una de las intelectuales más destacas de la segunda mitad del siglo XX: brillante, combativa, militante de la igualdad entre hombres y mujeres, simpatizante del comunismo, crítica con la política y la sociedad de su país, gran ensayista del arte, enseñante de cómo entender los derroteros culturales del momento, escritora respetada.. Oropeles que sólo eran el medio para otro fin. Pero oropeles que la convirtieron en una persona muy admirada por unos, sí, pero también desdeñada por otros. ¿Y alcanzó el fin? EsunodelossecretosdesveladosenLaconciencia uncidaalacarne.Diariosdemadurez,1964-1980(Random House) y editado por su hijo David Rieff. Se trata del segundo de los tres tomos que conformarán, según escribeRieffenelprólogo,“nosólolaautobiografíaque Susan Sontag nunca alcanzó a escribir, sino la gran novela autobiográfica que nunca le interesó escribir”. Un retratodeunapersonadeseosadeaprenderycomprender en una época de grandes cambios como fueron los años sesenta y setenta mientras se busca a sí misma. Si el primer volumen apareció en 2010 rodeado de cierta polémica acerca de si era lícito o no publicar los diarios de una persona sin su autorización expresa —y eran jirones de su infancia y de su vida hasta que cumple 30 años y ya asoma lo que habrá de ser el personaje— esta nueva entrega es un mosaico íntimo, personal, social, intelectual, sentimental, político y literario de lo que será Susan Sontag para la historia. Son los años del florecimiento y esplendor de una persona que se casó a los 17 años con su profesor, el sociólogo Philip Rieff, con quien tuvo su único hijo, que publicó su primera novela en 1963 y que amó a las mujeres, en medio de la sensación de orfandad de cariño. Porqueesamujerconocidaporcasitodosteníaun secreto, vivo como una gota malaya, y cuyo sonido siemprelaacompañó. Pero esprecisamenteesedeseo de suplir ese eco de abandono y falta de cariño el que impulsa y delinea su destino. Su vida se convierte en una huida que es una búsqueda, la de encontrar amor, afecto... y es en aquellos años infantiles de desconsuelo ejerciendo de madre de su madre cuando descubre que la clave está en su capacidad de adquirir cultura y conocimiento. Sabe que podría haber canalizado ese impulso en ser delincuente, por ejemplo, pero en cambio, desvela: “Me dije, voy a ser extremadamente buena—ymereceré(atraeré)elamor—yprocurarélaresponsabilidad, la autoridad, el dominio, la fama, el poder”.Unarealidad,perounarealidadamedias,porque como escribe su hijo, el corazón de Susan Sontag “se rompió a menudo, y buena parte de este tomo es la elaboración de la pérdida amorosa. En cierto sentido ello implica que se tenga una impresión falsa de su vida, pues propendía a escribir más en sus diarios cuando era infeliz, mucho más cuando lo era amargamente, y menos cuando se encontraba bien”. El amor ánima su vida. Y ya con 33 años Susan Sontag descubrió que esa estrategia de dar conocimiento era una trampa, otro desamparo sin fin: “Mi hábito de intercambiar ‘información’ a cambio de calor humano. Como poner un chelín en un contacto; dura cinco minutos, después hay que poner otro chelín”. El País

UN RECORRIDO A LO SUSAN SONTANG ❖ Abandono. Quiero “prometerme”. Una razón es la ansiedad (quiero encontrar un puerto seguro, librarme del debilitante temor del abandono). ❖ Amor. El amor es volar planeando, flotar. Pensar es volar en solitario, batiendo las alas. ❖ Arte. No debemos esperar que el arte entretenga o divierta. Al menos no el gran arte. El arte es la condición fundamental de todo. ❖ Ausencia. Mi universo, en contraste radical con el de Eva, está poco poblado. No vivo el mundo como una invasión, una amenaza, una agresión. La ansiedad primordial es la ausencia, la indiferencia. ❖ Comunismo. Un gran tema el desamor de Occidente con el comunismo. El final de 200 años de pasión. ❖ Cualidades. Las cualidades que me atraen (alguien a quien amo debe tener al menos dos o tres): inteligencia, belleza, elegancia, “douceur” (dulzura), glamour, celebridad, fuerza, vitalidad, entusiasmo sexual, alegría, encanto, expresividad emocional, ternura (verbal, física), afecto. ❖ David (su hijo). Estoy demasiado “cerca”deDavidenelsentido de que me identifico con él. Cuando paso mucho tiempoconélpierdola noción de mi edad; acepto los límites de su mundo. Apacigua misfantasíasdeserun chico. Me identifico con David, es el niño quehabríaqueridoser

-no necesito ser un chicoporqueélexiste. ❖ Desamor. Nunca voy a sobreponerme meramente a este dolor. Estoy helada, paralizada, con los engranajes atascados. Sólo se aliviará, disminuirá si de alguna manera puedo trasponer la emoción como del dolor a la ira, de la desesperación a la conformidad. Tengo que activarme. Mientras me siga sintiendo como paciente (no haciente) este dolor insoportable no me abandonará. ❖ Escribir. Vivo la escritura como algo que se me da —a veces— casi como un dictado. Dejo que sobrevenga, trato de no interferir con ella. La respeto, porque soy yo y sin embargo es más que yo. Creo que estoy preparada para escribir. Pensar con palabras, no con ideas. ❖ Estados Unidos. La base calvinista de la ideología estadounidense: la naturaleza humana es en lo fundamental oscura, malévola, pecaminosa, egoísta y sólo responde a motivos egoístas o materiales o competitivos. ❖ Estilo. La manera en que las cosas se nos presentan diseñadas para el placer. ❖ Guerra de Vietnam. Vietnam es la primera guerra televisada. Un “happening” continuo. Estás allí. Los estadounidenses no pueden decir, como pudieron los alemanes, “no nos enteramos”. ❖ Honor. Dar lo mejor de sí misma siempre...

Hizo novela y ensayo. Destacó como una de las plumas más importantes de Estados Unidos la década pasada y se convirtió en una de las voces más influyentes del pensamiento artístico a escala internacional. Murió el 28 de diciembre de 2004 y dejó un gran hueco entre el mundo intelectual del vecino país del También ejerció en otros ámbotos, como el de la docencia, además dirigió películas y obras teatrales, en donde vivió intensas jornadas que luego relató en sus obras literarias.


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CRECER A GOLPES

ENTREVISTA Patricia Mignani

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l ver a su hijo aventar los CDs desde un mueble hacia el piso en su casa de Washington, donde vive, tuvo un flashback y recordó que cuando era pequeño rayaba con sus zapatos ortopédicos los acetatos de jazz de su padre, también periodista. Hizo números en el aire sobre la fecha del recuerdo y cayó en la cuenta de que se cumplirían dentro de poco los 40 años del golpe de Estado de Pinochet en Chile y de la historia tan zarandeada de América Latina. Así Fonseca crea un libro en su cabeza, lo arma a partir de un recuerdo, de una ilación de hechos y de la conciencia de saber que ha vivido en una época privilegiada, si bien no por lo ocurrido, pero sí por ser testigo de ello para contarlo ahora. El periodista, escritor de ficción y editor asociado de la revista peruana de crónicas Etiqueta Negra es un argentino que se ha dado una vuelta por varios países, como México, en donde vivió durante seis años, y por Estados Unidos donde reside desde 2009. Con 43 años de edad puede jactarse de haber sido militante en el centro de estudiantes de la Universidad de Córdoba, Argentina, donde estudió comunicación social, de haber sido baterista en una banda de rock, la cual abandonó porque dice que tuvo que empezar a trabajar, y de haber publicado novelas, libros de ficción y crónicas periodísticas, todo con la constante paralela del periodismo económico, compañero fiel que desde que lo conoció no lo ha soltado. Acaba de imprimir la novela La vigilia (2013) y quiere empezar a editar cuentos para niños. Su anterior libro, Sam no es mi tío: Veinticuatro crónicas migrantes y un sueño americano (Alfaguara, 2012), reúne las historias de cronistas hispanos que se fueron al norte por el mismo sueño que los anónimos. Allí también escribió su historia acerca de cómo migró a Estados Unidos para dirigir la revista Latin Trade, que a los 20 días de su llegada le avisó que la publicación tuvo serios problemas con la baja de acciones estadounidenses en 2009 y que no se presentara a trabajar. El aviso cayó en medio de su luna de miel. Dice que le gusta tanto editar como escribir, aunque escribe mucho más de lo que publica y el trabajo de editor se ha convertido en una constante. El cordobés elige y se toma su tiempo para publicar, no lo hace en cualquier medio y, así como cuida su imagen personal externa con una barba siempre bien cortada, cuida también esas 12 letras que firman sus escritos. Expresa la idea de los dos tipos de periodistas que existen: “el cronista es un buzo de profundidad. La realidad es un río y el periodista de periódico tiene que montarse en su bote y remar, mantener una velocidad para que sea igual a la del ritmo del agua, de lo contrario el agua se da vuelta, la rea-

AMOR POR LA ECONOMÍA El autor tiene casi listo un libro que lo ata a su primer amor: la economía. Para algunos el tema “el impacto en el desarrollo” es poco atractivo a primera lectura, pero si se sabe que Diego Fonseca publicará un libro de historias de vida de periodismo económico, con 15 crónicas de autores como Leila Guerriero, Alberto Salcedo Ramos, Julio Villanueva Chang, Wilbert Torre y Marcela Turati, en-

tre otros, el asunto puede cambiar. El libro que saldrá en marzo fue encargo de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) y habla de economía sin nombrarla. “Nos propusimos contar historias sobre el impacto que tiene una intervención o un financiamiento por parte de un banco multilateral de desarrollo en una persona, familia, empresa o comunidad. Historias de vida. Contamos historias de modo de poder narrar”.

El título, aunque aún sin confirmar, sería Una piedra cae en el agua, por la idea de que cuando esto sucede va creando ondas expansivas, “eso para mí es la idea del desarrollo”, asegura Fonseca. Comenta que, al final, el desarrollo es la historia de la vida, que no es lineal y que nunca va para adelante, “tiene meandros,marchasycontramarchas,contradicciones y conflictos. Hay miseria y grandes cosas de las personas”.

Diego Fonseca:

el periodista buzo El periodista y editor habla de los nuevos cronistas, de los golpes que ha recibido América Latina en los últimos 40 años y de su trabajo en la revista Etiqueta Negra lidad lo pasa por encima”. “Los cronistas no tenemos que hacer eso, porque nos dedicamos a escribir largo. Nosotros nos ponemos en el borde del río y elegimos en qué lugar nos vamos a zambullir. Es un recorte de la realidad. Vas hacia el fondo, como un buzo de profundidad, te mueves lento. Y en el fondo del río está oscuro y no sabes qué te vas a encontrar, tienes que andar lento, tanteando, usando todos los sentidos posibles para encontrar las cosas. A veces te encuentras cosas que estabas esperando y otras no”. Como editor asociado de Etiqueta Negra no puedo evitar preguntarle cómo es trabajar con Julio VillanuevaChang,aloqueFonsecaresponde,comotratándose de dos actrices de Hollywood, que son muy amigosyqueloquieremucho.Agrega:“noshemospeleado varias veces pero nunca al límite de no volver a trabajarjuntos.Loquieromucho,escasiunhermano”. Continúa con la metáfora del buzo y comenta: “Julio es un buzo que viene por el otro lado nadando y, como por lo general el buzo a profundidad trabaja solo, Julio te muestra otra cosa que vos no habías visto, y con él siempre trabajamos eso”. “Nuestro método de trabajo es el chat, así entablamos los textos y vamos afinando detalles hasta que encontramos un punto en el que los dos buzos de profundidad se encuentran y hallan un

tesoro hundido. Nos hemos visto unas cinco o seis veces en nuestra vida. Es vivir en la Edad Media: Te estás carteando a menudo y te ves cada 20 años. La Edad Media de la interconexión”. Inmerso en el mundo de los nuevos cronistas, y como editor de una de las revistas más importantes de habla hispana sobre el tema, Fonseca fue invitado a la pasada FIL Guadalajara, en donde participó en una mesa sobre crónica. Allí observó que los chicos “en general están un poco huérfanos respecto a qué hacer. Ven que se está construyendo un mundo alrededor de la crónica y ellos no saben cómo entrar. Cuando uno empieza una carrera no tiene muy claro cómo es el mapa de caminos que tiene que transitar, eso se va aclarando con el tiempo”. (...) Los veo más interesados por encontrar dónde publicar que por pulir la técnica, que es normal también. Es tal el deseo de escribir que creen que tienen un buen material y lo quieren ofrecer de inmediato, cuando en realidad a veces lo que necesitan es, primero, pasar un buen tiempo de reaprendizaje, porque lo que uno escribe en ocasiones no va con lo que los medios trabajan”. Fonseca escribe, edita lo propio y lo ajeno, recopila, se rodea de los mejores cronistas de Latinoamérica y junto con ellos, o solo, se zambulle constantemente en la profundidad que él decide contar.

Del libro del que asegura estar enamorado, y no sólo conforme, comenta que la idea fue hacer una publicación en la que cada autor encontrase un eje, suceso o sensación que hubiera corrido a lo largo de 40 años por su país. “Yo después me encargué de terminar de bordar cada una de esas historias, construyendo las introducciones que acabaron en esos textos con entrevistas. Como soy el editor, tengo la mirada general y es como construir una pared: ellos van poniendo los ladrillos y yo voy poniendo el cemento que une cada uno de esos ladrillos. Mi ventaja, como yo también escribo, es la de poder rellenar esos huecos entre los ladrillos para construir la historia”. El libro tomó siete meses en escribirse pero más tiempo en buscar editorial y, aunque Fonseca acepta que no hay presencia femenina en el libro ya que ninguna de las que convocó podía en ese momento, el editor de Etiqueta Negra conformó un modesto equipo con Jon Lee Anderson, Martín Caparrós, Álvaro Enrigue, Carlos Dada y Francisco Goldman, entre otros. “La pared final es una pared que intenta explicarnos qué es lo que pasó en estos 40 años con América Latina, Estados Unidos y España. Qué deudas son las que nunca resolvimos, qué cosas son las que conseguimos y, si uno mira en el conjunto del libro, ve que hay una desazón, pero es por las cosas no conseguidas”. Ante el cuestionamiento de la existencia de una cuota de pesimismo en el libro dice que es un libro realista a la hora de mirar qué pasó en América Latina. “Hemos vivido estos 40 años que fueron como la adolescencia, hemos tratado de hacernos grandes, y ahora nos toca la madurez. Cuando aquella nación, España, entra en crisis y aquella que fue dominante en términos políticos en el último siglo, Estados Unidos, también entra en crisis, es el momento de hacernos maduros, porque ya no hay papá ni mamá: ni papá político ni la madre patria”. En la introducción el editor plantea que somos el hámster en la rueda de la historia, que la rueda nos precede y nos sucede y que los cambios culturales también. “La historia nos va a pasar por encima, pero creo que podemos dejar pequeñas marcas, ejercicios individuales y colectivos. Yo no miro de una manera pesimista, no creo que haya una moraleja completamente escrita, creo que se está escribiendo”.


Domingo 19 de enero de 2014

Raymundo Riva Palacio

PORTARRETRATO Después de haber sido alcalde de Morelia en cuatro ocasiones y ganado la elección de gobernador en Michoacán, el bastión simbólico del PRD, se podría entender que Fausto Vallejo estuviera determinado a regresar al poder después sobrevivir una enfermedad renal. Pero su tozudez —pidió reiteradamente licencias por seis meses— y le salió caro a él y a los michoacanos. Se aferró a un cargo que por salud se le había ido entre las manos y luego, paracubrireldeterioropersonalydelestado,quisoocultarconmentirasque Michoacán vivía en paz, sin necesidad de traqueotomía. Hoy Fausto Vallejo es un gobernador que no gobierna, y el poder del que no se quiso desprender por razones aún no claras, ha destruido lo que durante años de brillante carrera política de partido forjó: el respeto. La crisis de seguridad en Michoacán desnudó la ingobernabilidad que creyó esconder, y su tardío reconocimiento que sólo no podía enfrentar a los cárteles de la droga y a los grupos civiles armados, lo arrolló y lo despojó de todo, salvo la responsabilidad formal. Este miércoles, el Gobierno Federal nombró un comisionado para la SeguridadyelDesarrolloIntegral,conpoderesplenipotenciarios.“Esungobernador de facto”, dijo el presidente del PRD, Jesús Zambrano. La prensa nodudóenseñalarqueVallejoestaríasometidoaladecisióndelcomisionado,AlfredoCastillo.“Nosoyunpeleleniuntítere,niunapersonaquesusvalores le permitan entregar la soberanía del estado”, respondió molesto a las preguntas de los periodistas que cuestionaron su función en el contexto actual. Poca vida tuvo su enjundia. La mañana del viernes le habían peguntadolosperiodistassicambiaríaasuprocuradorysecretariodeSeguridadPública, que habían sido evaluados por Castillo un día antes. “No —respondió—,sonbuenosfuncionarios”.Porlatardesecomiósuspalabrasdurante unaconferenciadeprensadondeanuncióqueseríansustituidos.Elfederalismo estaba hecho trizas en Michoacán y él, por varias razones, podrá cargarconlaprincipalresponsabilidaddeesadesgraciademocrática,porlaforma cómo construyó y administró su gobierno. El 22 de noviembre pasado, este reportero escribió una columna “Mi-

Carlos Cortés Vázquez

VISIÓN Y DECISIÓN

Objetivo justifica los medios La estructura monolítica de la política ha cambiado en las dos últimas décadas. La masa está fragmentada aun al interior de los partidos con creciente heterogeneidad y la democracia decanta los valores originales de su existencia. Persiste un localismo exacerbado por la ecología, color de piel y lenguaje que sirve para disgregar, con elementos conducentes a preferencias electorales o de otra índole, incluyendo delictiva. Quedan al margen los principios democráticos de mayoría consciente de propósitos y objetivos específicos para la comunidad de la localidad. El proceso de adaptación a la desmasificación es la anarquía sin rumbo fijo, y sólo aliento del inmediatismo de grupos o masas conductoras del desequilibrio social. Los focos de inquietud forman un mosaico diversificado: desde localidades modestas como las michoacanas, hasta la mayor urbe del país, la Ciudad de México. En la proporción intermedia figura Guadalajara con motivaciones polarizadas de comercio organizado e informal creando una masa efervescente que atrae los intereses económicos con potencial empleo político. Todo, menos unidad con propósitos de crecimiento y desarrollo organizado. Desarraigo, desempleo y pobreza con el peso de la ignorancia, y menos aún acceso a las tecnologías contemporáneas, son presa fácil de las pasiones conductoras de tensión local y El proceso de rápidamente amplificapor la difusión a traadaptación a la da vés de los medios de codesmasificación es municación; hecho que la anarquía sin favorece la negativa multiplicación. rumbo fijo, y sólo Está comprendido aliento del que la democracia abriga diversidad de pensainmediatismo de miento y propuesta, pero grupos o masas el fanatismo actual la niega en materia educaconductoras del tiva, arraigado en teorías desequilibrio social. y acciones fuera del contexto positivo al que inLos focos de ducen las reformas y su inquietud forman un análisis con atenta consitanta considemosaico deración; ración como aprecio a diversificado los rechazos bien fundados. Pero de ninguna forma es admisible la postura desordenada precursora de violencia. Debe prevalecer y por lo mismo aceptarse los cambios radicales operados en la sociedad; sociedad no circunscrita a un modesto poblado o urbe sobrepoblada como antes, sino a la suma de pensamiento y conocimiento procedente de cualquier parte del mundo; igual que a cualquier parte puede concurrir el nuestro. Esto no era un recurso común en tal proporción y facilidad hace apenas dos décadas. La promesa o amenaza internacional alienta oportunidades. Según el caso es aceptación o rechazo, dependiente de la sensata visión de líderes dotados de la visión y creatividad acordes a la realidad innovadora de la circunstancia actual. Los cambios, tan presentes como ineludibles, llegan y causan sus efectos en la proporción correspondiente a quienes predispone la naturaleza, la condición humana y su nivel de incorporación a la tecnología con la capacidad para ejercer aceptación o rechazo, congruente a los lineamentos ponderados por el gobierno. Es estrecho el sendero del dicho al hecho, reclama audacia, creatividad y arrojo, pero sobre todo coordinación de fuerzas y ponderación de debilidades.

EL INFORMADOR

Regreso sin Gloria choacán, peor imposible”, donde se narraba: “… Vallejo ganó la elección en noviembrede2011ydeacuerdoconpolíticosexpertosenlostemasmichoacanos, desperdició la oportunidad para reconstruir su estado al establecer unaalianzaconelexgobernadorLeonelGodoy,quiendejóunadeudade38 milmillonesdepesos—lamásgrandedelosestados—,yundéficitde10mil millones. (Godoy) Heredó de su antecesor Lázaro Cárdenas Batel un estadoinfectadodecártelesdeladroga,ylodejóconvertidoenuncampodebatalla, que llevó a los michoacanos a vivir el momento más angustiante de su historia. “El artífice de ese acuerdo fue Jesús Reyna, a quien nombró secretario de gobierno, por medio de uno de los hermanos de Godoy, con quien creció yestudió.Laalianza,dijeronlospolíticos,abriófrentesconlasenadoraLuisa María Calderón, que perdió la gubernatura ante Vallejo pese a los recursos que inyectó el gobierno de su hermano el ex presidente Felipe Calderón…Elequilibrioconesaalianza,queeramuyfrágil,sealterócuandoVallejo pidió licencia en mayo (de 2013) para atender una enfermedad renal. “De acuerdo con los políticos que entienden de Michoacán, al asumir Reyna el cargo como interino, sintió la presión de esa alianza mediante imputaciones de corrupción, y comenzó el deslinde de su anterior jefe. Reyna hizo cambios en las áreas de seguridad y justicia y económicas del gabinete, que tocó los intereses económicos del gobernador, algunos de los cuales relacionados con su hijo Rodrigo. “Los conflictos políticos internos se acentuaron. Reyna se acercó al secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, para trabajar en la gobernabilidad, un esfuerzo que se interrumpió poreldeseodeVallejoderegresaralagubernaturatrassuasombrosarecuperación de las operaciones. El retorno de Vallejo al poder en octubre (de 2013) provocó la molestia de Reyna, quien aparentemente tenía el compromiso de que sería ratificado como gobernador, y se fue durante varios días para, dijo, tomar unos días de descanso. Las presiones de la Secretaría de Gobernación para queregresara y ayudara a limpiarlascañeríasen el estado, lo llevaron de vuelta —a regañadientes—, a la secretaría de gobierno estatal. La situación desde que regresó Vallejo empeoró en Michoacán, con

PÁGINA 7-B pérdidas reales de territorio en manos de grupos paramilitares”. En ese momento, funcionarios federales externaron la posibilidad de queconesetándemsepudieramantenerunarutahacialaestabilidad.Coincidióentiempos,sinembargo,conunreforzamientomilitardelosgruposde autodefensa que iniciaron una táctica ofensiva: ya no sólo defenderían sus comunidades;iríanalrescatedeotras.Ningúncivilenelgobiernoparecióentender lo que estaba sucediendo en Michoacán. Vallejo, en la cerrazón de quien se perdió en la bruma sociopolítica del conflicto, menos. Pero ante sus declaraciones sistemáticas de que no sucedía nada grave en el estado y que todo se reducía a conflictos focalizados, la Secretaría de Gobernación también estaba cruzada. En la inmovilidad política de ambos, la realidad los alcanzó. En los últimos días, Vallejo decidió hacer a trompicones lo que negó por meses: solicitar la ayuda federal para restaurar el orden en Michoacán. Pero en el camino, entró en una lucha de declaraciones contradictorias con Osorio Chong. Políticos cercanos al secretario de Gobernación no entendían lo que estaba haciendoVallejo.FuncionariosenGobernaciónadjudicabanunaaltaresponsabilidad del deterioro michoacano al gobernador. En su entrevista con la prensa el viernes por la mañana durante una visita a Uruapan, Vallejo urgió a sus críticos ponerse a trabajar y dejar a un lado las especulaciones. Directo, les mandó decir: “Al principio decían que no nos hacían caso y ahora, que se ve la atención del gobierno (federal), dicen que me quieren sacar”. Una vez más, el gobernador mintió públicamente. Tan le hicieron caso que cuando fue a la Secretaría de Gobernación a comunicarles que regresaríaalagubernatura,OsorioChonglepidiónohacerloparamanteneraReyna, conquienestabantrabajandoenelcampopúblicoyconlascañeríasdelaentreveradacañeríaMichoacana,laestabilidad.Vallejo,alegandocorrectamentequelaleyestabadesulado,seimpusoaOsorioChong,quiennoutilizóningún recurso del Estado para canjear las ambiciones personales por la pacificación de Michoacán. ¿Por qué regresó? Nadie puede dar, con solidez, una respuesta. Lo que provocó fue el desmantelamiento del poco andamiaje que se había construido y un cambio de dirección en las tácticas y estrategias militares que corrían paralelamente al poder civil, en Michoacán. Pero en algo tiene razón Vallejo. Hoy le hacen más caso que nunca, por eso lo hicieron a un lado, lo mantienen como carátula legal de una solución extraordinaria en el estado, como un gobernador que ya murió políticamente aunque no quiera darse cuenta.


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EL INFORMADOR

Domingo 19 de enero de 2014


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