Sábado 9 de octubre de 2010
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Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G. Supervisora: Karelia Alba • tapatio@informador.com.mx | EN FACEBOOK: Tapatio de El Informador
Versos y tonalidades
EL COLOR d e l
r o c k
UNO A UNO Q Álvaro-Valenzuela - voz y guitarra Q Gonzalo Díaz, “Gon” - guitarra eléctrica Q Luiz Lozano, “Xalino”- teclados Q Jesús Mendoza, “Chuy” - batería Q Luis Rivas - bajo
PRÓXIMA PRESENTACIÓN 13 de noviembre Rock ‘n Live Av. de los Maestros 161 Informes y reservaciones: (044) 333-4548577
Los intereses personales son variados, pero la pasión por la música los llevó a crear Azul Inverso, una nueva propuesta en Guadalajara
EL INFORMADOR • E. BARRERA
La música es mucho más que un hobbie, Jesús Mendoza, mejor conocido como Chuy, es baterista de Azul Inverso, una banda tapatía en la que cinco jóvenes han encontrado un lugar común, un espacio apra la creación. Luis Lozano “Xalino” (teclado), ve la música como su favorita entre todas las artes porque le permite expresar aquello que de otro modo no podría. Álvaro (vocalista) encuentra en la música una forma de escapar y recuerda el momento en que descubrió a una de las bandas legendarias de nuestro país: Caifanes. Cada uno descubrió la música de formas diversas y se encontraron para darle sentido a su pasión y comenzaron a crear; primero formaron Azul Inverso. Su percepción puede ser distinta, pero en lo que sí coinciden con Gonzalo Díaz y Luis Rivas, guitarrista y bajista, respectivamente, es en que lo que los llevó a formar Azul Inverso y ahora los mantiene juntos y van en busca de un sueño, aferrados a su pasión por la música y con la misión de mover sentimientos a través de ella. Los integrantes que conforman la agrupación tienen diferentes intereses profesionales, sin embargo los instrumentos que portan han sido sus compañeros casi desde la infancia y con una actitud positiva El trabajo arduo se refleja en sus logros, pero el más sólido hasta el momento es la preparación de su primer disco el cual está a unos meses de volverse realidad. Sigue el camino azul Con una propuesta de Álvaro, Luis y Gon deciden dejar atrás un viejo proyecto y se encaminan con la nueva idea de hacer rock progresivo. La agrupación tapatía, enclavada en el Barrio de Santa Tere, nace el 25 de julio de 2008, aunque bajo el nombre de Proyecto Maitreya. El tiempo, sus gustos y la incesante mezcla de posibilidades, los llevó a lo que hoy son, una banda con la mirada fija en el rock puro y que remata con “un toque leve de progresivo”. “Siempre que nos preguntaban ¿a qué les sabe su música? decíamos que muy azul, se que se escucha raro, pero de ahí la primera palabra del nombre. Lo de inverso es parte de nuestra filosofía de la percepción, al estar en un escenario tu izquierda es mi derecha y, al mismo tiempo, funciona a la inversa”. Inverso también se derivó de “in verso, porque las letras tienen fondo y no sólo forma.Sobre sus influencias, los cinco saben que cada uno ha sido cuenta con un amplio y diverso repertorio, esto es un reflejo positivo no sólo en su música, sino en el convivio y la cercanía de la banda. “Aquí cada quien trae su influencia, pero lo padre es que a todos nos gusta la música en el mismo sentido, por ejemplo Álvaro es más trovador y Chuy más metalero, pero conjuntan muy bien y eso es lo que le da un toque especial a nuestro sonido”, enfatiza Xalino. Al momento, Álvaro provoca risas al
Luis, Álvaro, Xalino, Chuy y Gon, miembros de Azul Inverso, una banda “bien” apasionada por el rock. de un año de buscarlo constantemente, Carlos Avilés, bajista de Cuca, se dio la oportunidad de escucharlos y aceptó producir su primer material. Una alianza que la banda recibió con mucha emoción debido a la trayectoria que respalda a su hoy productor. Los momentos de arduo trabajo estuvieron guiados por Avilés, quien en todo momento los dejó ser pero al mismo tiempo los aconsejó y aportó su conocimiento y profesionalismo para lograr un trabajo de calidad. A pesar del cansancio, la satisfacción por encontrarse en un momento clave de su trayectoria los mantiene completamente optimistas y enérgicos en el proceso de mezcla, etapa por la que atraviesan. “Estar grabando de ningún modo resultó agoTocaron... también puertas biante para nosotros, a pesar de las jornadas largas fue muy motivante y los disfrutamos mucho en todo El proceso de grabación resultó ser muy intenso, momento”, destacó Chuy. con varios demos y sencillos en su haber, ya sabían a La historia de Azul Inverso no comenzó hace lo que se enfrentaban. Lo importante era que, luego dos años. Álvaro, Gon, Luis, Xalino y Chuy, han foragregar “no es que quede como resultado ‘trovametal’, pero funciona”. Luis, por su parte, dice que él solía definir el género de la banda como rock libre, “porque todos nos sentimos con la libertad de hacer algo muy metalero o, de repente, hasta llegamos a incluir canciones con ritmos latinos”. Al final, coinciden en que su música es pura, agradable y encontró su rumbo en el camino del rock. El sonido de Azul Inverso es ecléctico y eso se nota en todas las canciones, así como en el talento que cada integrante aporta a través de sus instrumentos. Las letras, sencillamente se caracterizan por una frase: el placer en todos sus sentidos.
w w w. m y s p a c e . c o m / a z u l i n v e r s o
•
E n
jado el sueño de manera individual, cada uno se dejó conquistar por un instrumento y se apasionó por las notas y la armonía que éstas logran en conjunto. Difícilmente se le podría llamr un capricho del destino, el que hoy estén unidos es el reflejo de sentimientos y gustos que han encontrado un lugar común llamado la música, eso los impulsa para darse a conocer y, como dice Xalino, para que sus composiciones provoquen sensaciones y muevan sentimientos en cada persona que los escucha.
PARA SABER Azul Inverso espera tener su disco a principios de 2011, aunque todavía no forman parte de alguna casa productora. El material está compuesto por 12 tracks de su autoría y una versión -apegada al estilo de la bandade la tradicional canción oaxaqueña, La Llorona.
Fa c e b o o k :
A z u l
I n v e r s o
Personaje de vanguardia
EL INFORMADOR • M. FREYRÍA
René Torres, perseverante
• René Torres, director general de CONTPAQ i.
René Torres Fragoso es un tapatío que ha dedicado su vida profesional a la tecnología. Como director general de CONTPAQ i y gracias a sus aportaciones en materia tecnológica, ha sido reconocido en el gremio empresarial. René fue reconocido como Líder del Año por parte de la asociación Liderazgo Internacional. La historia, sin embargo, comenzó hace ya 26 años, cuando con una visión innovadora y sumergido en la búsqueda de un sistema que hiciera de las tareas de contabilidad un proceso eficiente y simplificado, René de la mano con algunos de sus socios fundadores, puso en marcha un software que ayudó a eliminar los procesos manuales y el uso del papel en el desarrollo contable de las empresas. Conjuntó, con habilidad, toda la información prioritaria para los negocios en un disco que se pasaba de mano en mano. “Al principio debimos trabajar con un disco, el de facturación bajaba su archivo y luego se lo llevaba al de contabilidad y básicamente así era como funcionaba. Con la evolución tecnológica, el software también
tuvo que cambiar hasta ser lo que que es hoy en día, un software que funciona en línea”. Su trabajo consiste en simplificar las tareas de otras empresas, pero según refiere, es una misión que conjunta el talento de muchas personas. Para él, sus colaboradores son un elemento que hace posible que un trabajo intangible sea exitoso y reconocido, como es el caso de este software de calidad.
Año de reconocimientos No obstante, el premio otorgado por Liderazgo Internacional, no fue sino la cereza del pastel. Antes de que este tapatío fuera reconocido como Líder del Año, CONTPAQ i, la empresa que dirige, también tuvo su propio reconocimiento al ser nombrada como la Mejor Empresa para Trabajar en México, de acuerdo al instituto Great Place to Work. Las pruebas no eran sencillas, pero sí fueron superadas con éxito. El clima laboral y los procesos de prácticas para el desarrollo organizacional, le valieron el primer lugar en el rango de empresas que tienen
de 50 a 500 colaboradores, así como en el sector de Tecnologías de la Información. “Fue una emoción muy grande, quedamos muy por encima de grandes transnacionales que tienen una importante cultura organizacional. Haber tenido un puntaje mayor fue el reflejo de que las cosas se están haciendo bien. A raíz de este primer logro fue que Liderazgo Internacional se fijó en nosotros”. Los colaboradores, dice, estuvieron muy contentos con los premios, hubo mucha alegría y el festejo no podía quedar atrás. Las felicitaciones para René no se hicieron esperar, incluso algunas personas del equipo lo acompañaron hasta Guanajuato, lugar donde fue la premiación en el pasado mes de julio. El esfuerzo constante y el enfoque preciso que tiene la empresa al visualizarse como un gran equipo de trabajo, se vio reflejado con los recientes reconocimientos, pero día a día, René Torres busca crear un clima laboral lleno de optimismo para que les permita seguir desempeñándose como hasta ahora.
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EL INFORMADOR
Sábado 9 de octubre de 2010
TAPATÍO
Diario de
Fatiga crónica
La espontánea
(aunque no siempre sorpresiva)
un espectador por: Juan Palomar
visita a un hospital del seguro
EL INFORMADOR
por: David Izazaga
• Cada hospital tiene personajes que florecen en cada esquina, dando alegrías y penas a quienes transitan por sus pasillos. que no se explica uno si sólo está ahí porque todavía no ha llegado a quien le toca llevársela al cementerio que le llaman bodegas del seguro o si la nostalgia puede más que nada. Porque a todos les consta que las máquinas de escribir no están más que de adorno, cuando aparece de pronto la señorita vestida con esa ya tradicional bata azul que más bien quiere ser verde agua y se sienta a aporrear, literalmente, el teclado de la computadora que tiene sobre su escritorio. Luego de seguramente escribir algo que tenía que escribir rápido si no se le olvidaba, atiende a los varios pacientes que ya la esperaban desde hace rato. A los que ya tienen cita les va diciendo el orden en el que van a ir pasando y ella calcula que hoy, a pesar de que son las cinco de la tarde, no va a terminar antes de las siete, por lo que se ve. A quienes no tienen cita, no le queda otra más que ofrecerles amabilísimas atenciones en lugar de soluciones: lo siente mucho, pero tendrán que sacar cita y las citas las están dando hasta para dentro de un mes.
Y a los que sí tienen, los va pasando de a uno por uno a la báscula, los mide y les toma la temperatura (parece tener un especial interés por tomarles, a todos, la temperatura: estoy seguro que si me hubiera descuidado, también a mí me la toma). La señora Esperanza no tiene cita, pero como ayer la mandaron al hospital Ayala y de plano casi casi la dieron “de alta” allá, porque no había espacio ni en los pasillos, le dicen que la doctora la recibirá al final de las citas. Cuando la doctora, desde dentro del consultorio, le pregunta cuántos pacientes hay programados, ella le grita: siete esperando, dos por llegar y una “espontánea”. La señora Esperanza, que ahora sabe que es “espontánea”, comenta que no le importa tener que esperar más de dos horas, pues este parece ser el paraíso, comparado con lo que sucede en el hospital Ayala. Y sí, es así. Y en el paraíso, por lo que se sabe, siempre estará Bob Esponja.
Entre las piernas
ESPECIAL
La señora Esperanza llega al hospital y con muchos trabajos sube las escaleras. Un guardia de seguridad descansa sobre una silla, junto a un escritorio e intenta ver una tele que más bien parece un horno de microondas. La señora pregunta si no hay una silla de ruedas y el policía va a buscarla, pero nunca la encontrará. El hospital, que más bien parece -a la hora de ingresar- una secundaria técnica, se encuentra en la parte alta de la Cruz Verde que está a espaldas del parque Alcalde. Quizás por la mañana se dé más movimiento, porque lo que es ahora, son pocas las personas que se ven esperar alguna consulta. El guardia regresa sin la silla de ruedas y asegura, con aspavientos amables y cómplices, que siempre es lo mismo, que él ya les ha dicho que no se la anden llevando, pero que se le llevan y luego hay que andarla buscando y en la búsqueda nunca se la encuentra. Mientras el guardia regresa a la tranquilidad de su escritorio, quien acompaña a la señora Esperanza ha ideado una forma de no extrañar la silla de ruedas: va por una silla de rueditas, de esas en las que se sientan las secretarias (que ahora, por fortuna, no están) y en esa transporta a la señora, hasta el fondo, donde está el consultorio al que va. En la sala de espera del consultorio uno, que en realidad es un largo largo pasillo, está una fila de incómodas bancas, sobre las que descansan (es un decir) al menos unas siete personas. Cuando uno se sienta y es de tarde, como ahora, el sol termina de haber estado pegando buena parte del día en los amplísimos ventanales y entonces aquello se convierte en un verdadero horno. Hay unos ventiladores de pie junto a cada escritorio, pero, aunque están prendidos a la máxima potencia, misteriosamente permanecen dirigidos hacia la pared y no hacia quienes esperan, sudando, entrar a consulta. Hay, sobre el escritorio de la señorita que ahora no está, una televisión puesta tambaleante y ladeada en el soporte empotrado en la pared, amarrada al mismo con unos cables que, inexplicablemente, están llenos de cochambre, tal como si se la hubieran robado de una cenaduría. En el mismo soporte, pero abajo de la tele, una videocasetera (¿como para qué una video ahí?). La tele está prendida en el canal cinco que ofrece, uno tras otro y por varias horas, capítulos de Bob Esponja. Por un lado del escritorio, sobre una mesita rodante a la que ya se le atoran las rueditas cada que la mueven, está una vetusta máquina de escribir
• Parece que ya se dieron cuenta de que la Compañía de Danza Clásica y Neoclásica de Jalisco nació sin un proyecto claro.
En el tintero
por: Aimeé Muñiz
La semana pasada me quedé con las ganas de hablar del Festival de Danza Contemporánea “Onésimo González”. No pude hacerlo, porque el espacio en esta sección estuvo bastante limitado, así que me quedé con mis comentarios guardados en lo profundo de mi corazón. Sin embargo, pensé que en realidad no tenía muchas cosas qué decir acerca de este encuentro, sobre todo tomando en cuenta que apenas tuve chance ir a una función, a la cual -por cierto- hubiera querido mejor no ir. Además, solamente me pude dar la vuelta un día a la Capilla Elías Nandino, del Exconvento del Carmen, al curso de apreciación de danza, cuyo interés -creo- fue hacer concientes ciertos elementos para poder escribir de un espectáculo. Lástima... tristeza total. De verdad que sí lamento mucho no haber podido asistir como Dios manda. Pero el sábado que me di la vuelta por el lugar, me sirvieron algunos de los elementos que ahí se enunciaron. Gracias a Manuel Stephens por eso. Lo que de plano no le agradezco, es que nos haya enviado a ver uno de los espectáculos del festival para que escribiéramos algo de ello. Yo decidí ir a la función de Corpodanza en el Larva y debo decir que me pareció la cosa más terrible del mundo. Bueno, quizá exagero un poco, pero la verdad es que sí estuvo medio desagradable para mis sentidos. Y eso lo demuestra el hecho de que incluso tuve que salirme del lugar sin ver la conclusión del trabajo escénico. ¡Qué pena! ...por los que se quedaron, claro. Y pasando a cosas más amenas, y aprovechando el último párrafo que me queda, debo decir que el asunto de la Compañía de Danza Clásica y Neoclásica de Jalisco me tiene bastante emocionada. Ojalá el secretario de Cultura se dé cuenta de que ese proyecto ha estado fatal, porque desde el principio nació sin claridad. En fin... yo sólo me divierto con lo que pasa y soy feliz. lexeemia@gmail.com
Atmosféricas. Temprano, un aire frío repasa la fronda del jardín. De espaldas al sol de la mañana, la memoria se reencuentra con el gentil oleaje bienhechor de un calor que viene de muy lejos. El Sol amarillo y tibio que sigue a los niños, que dijo Alfonso Reyes. Aparecieron los primeros tejocotes, y su destello dorado ilumina el rincón umbrío desde donde su árbol, paciente, ha hecho su camino a través de los años. Una y otra vez, en estos días de mudanzas y vuelos, regresan las canciones del viejo Dylan, en ese álbum legendario de título insuperable: Blonde on blonde. Y las visiones de Johanna flotan, con una lentitud de vértigo, a la sombra de la pérgola florecida. ** Lo estéticamente correcto. Cada época aporta su carga de cognoscenti, con sus dogmas y su ortodoxia. Principios no claramente formulados, nociones que cunden a través de la difusa red de los "enterados" que construyen –todavía- sus vanguardias y sus listas de artistas consagrados, de los vagamente aceptables, de los que es preciso ignorar para conservar un halo de credibilidad en los ambientes branchés. Habría que vacunarse temprano contra esa costumbre reductora y pueblerina en su supuesto cosmopolitismo. Este falso elitismo produce, a cada vez, un mainstream sumiso y manejable, un vehículo para la conveniencia de ciertos círculos, de ciertos intereses. Una plácida burguesía. El campo de la arquitectura es ejemplar en este sentido. Y los demás. Contra esta costumbre comprensible y mansa han funcionado muchos de los grandes artistas de todos los tiempos. Luis Barragán, sin ir más lejos, fue, hasta su tardío y convenenciero reconocimiento por parte del gremio oficial, un definitivo marginal. (No hay más que releer su discurso en la aceptación del Premio Pritzker para comprender la distancia que guardó de sus contemporáneos.) Los ejemplos son múltiples, pero, en esta era mediática y atrabancada, difícilmente reconocibles. En México, hay un pintor inclasificable y proteico, contradictorio y deslumbrante que se llama el Shadow. En cualquier parte, a pesar de dificultades y oscuras luchas, un artista ignorado produce su indispensable trabajo. Puede que alguna vez su obra sea reconocida, puede que jamás. Lo que importa es decir lo que dice. ** Gironella en la galería OMR. Visión sobrecogedora de los retablos de este poderoso artista, vuelta aún más intensa en la inmediata intimidad de los espacios de una galería. La materialidad cruda y a la vez refinada de sus trabajos abre insospechadas puertas a la imaginación y la memoria. Hay un como tenebrismo solar y vibrante, impregnado de tintes rabelesianos y jocundos, que resulta entrañable e irrepetible. Su evocación-recreación del Cónsul de Malcolm Lowry, por citar un ejemplo, es indeleble. ** Marina Láscaris en casa de Luis Barragán. La artista escapa a cualquier intento de situarla. Un aliento muy antiguo y extrañamente inédito recorre las pocas obras expuestas en el taller del arquitecto. Renunciar a cualquier prejuicio, hojear el Cuaderno de Poseidón: y, en sus páginas, leer/entender la remota furia del mar, su infinita suavidad, el principio de las olas y las mareas, las nociones de la tempestad, los elementos del agua. O ese otro libro, con páginas de grueso caucho, en el que una colección de heridas da cuenta de lo innombrable. Grecia, sobre todo: su orden cristalino y aéreo, su terrestre y carnal transfiguración en unos cuantos trazos elegantes y sobrios. Rajaduras, abismos, construcciones. Salir luego al patio de las ollas, al jardín, reconocer por un instante las mismas confluencias resueltas en el silencio del pirul, en la mancha de sol sobre el prado sitiado por las olas del jazmín que avanza. ** Finalmente, Mario Vargas Llosa recibe su merecido y postergado Premio Nobel. Para quienes seguimos a través de los años la escritura del maestro peruano el hecho resulta una grata confirmación mundial de lo que desde hace mucho se sabía: Vargas Llosa es uno de los mayores escritores en cualquier lengua y uno de los espíritus más lúcidos del panorama contemporáneo. Así, el premio –tardíamente- se premia a sí mismo. Más allá de los estruendos del Nobel y su cauda de panegiristas de oficio y ocasión, queda la invaluable compañía, que se extiende sobre los decenios, de un fabulador asombroso y eficaz, de un creador de situaciones, ambientes y personajes que pasaron a formar parte del imaginario personal, de una particular manera de ver y entender el mundo. Vargas Llosa cumple cabalmente con lo que Henry James preconizaba como el objetivo de un novelista: ayudar al corazón del hombre a conocerse a sí mismo. En la vasta producción del de Arequipa hay una obra de teatro que se llama El loco de los balcones. Es un canto, un lamento y una invectiva por la pérdida de la Lima que el escritor conoció en sus años mozos: es, a fin de cuentas, una reivindicación de los rasgos y trazos que hacen de la ciudad el lugar de los afectos y la posible felicidad. Dice, en un parlamento, el profesor Brunelli, personaje central de la obra: “Lima, Lima ¿has sido también ingrata conmigo? Sí, pues me voy de tus calles más pobre de lo que llegué. Se terminó el noviazgo, putanilla. Quedas libre de ir a corromperte por ahí con gentes como el doctor-doctor Asdrúbal Quijano o el ingeniero Cánepa. Te comprarán abrigos de concreto armado, joyas de plexiglás, vestidos de acero y sombreros de vidrio esmerilado. ¡Pobre de ti! ¡La ciudad de los reyes! Así te llamaban cuando el joven Brunelli desembarcó en el puerto del Callao, hambriento de exotismo. ¡Lima, la morisca! ¡Lima, la sensual! ¡Lima, la andaluza! ¡Lima, la mística! Coqueterías de putanilla para seducir al joven florentino enamorado del arte y de la historia. […] A pesar de lo maltratada que estás, todavía te amo. Aún pienso en ti como mi novia. […] Hice lo que tenía que hacer. Tú lo apruebas, lo sé. ¡Adiós iglesias barrocas cargadas de exvotos! ¡Adiós conventos de osarios macabros y huertos fragantes! Parecías haber escapado a la usura del tiempo, por una distracción divina. Pero ya llegaron los ingenieros Cánepas con sus escuadras y sus plomadas a incrustarte en la cronología. Tú no fuiste ingrata conmigo, putanilla. Me has dado lo mejor que tenías. Tu garúa, la lluvia que no es lluvia. Tu neblina, la niebla que no es niebla. Tus teatinas, ni techos ni ventanas sino techos-ventanas. Tus zaguanes donde retumba la historia. Y tus balcones, tan amados.” ** Pasan, por estos días, 10 años. La playa brilla en la memoria, y el Mediterráneo sigue acarreando ese preciso azul que construye y desbarata prodigios y maravillas. Era la tarde y todo decía que nunca habría de regresar esa misma serenidad asombrada: y dura. Queda ese resplandor, ese gozo hondo y tranquilo que la vastedad del mar recomponía. Queda, como una cifra exacta y perdurable, una cita copiada en los cuadernos de esos tiempos: Si un poco de sueño es peligroso, lo que lo cura no es menos sueño, sino más sueño, sino todo el sueño. jpalomar@informador.com.mx