AdriĂĄn Salas Abrego
para quĂŠ sirve la gente poemas
elandamio
ediciones
“Ceux qui copieusement…” Jacques Prevert (que podría ser traducido como: “Los que copiosamente”)
los que izan poemas como soles y los otros los que miran hormigas.
los rulos del río, los que dicen que esto no es poesía ni quemierdas
los que santos tiesos, los llorones
los que tienen pérdidas y gotean sanos después
los que nombran, a los que les gotea nombrar, dedos rotos, gotea dolor
los que no son que, los que hacen espuma para salir
los cuida coches, los abrepuertas, los ángeles
los que izan escupidas negras, los que afrentan tormentas
(adentro y afuera)
esperan como en telegramas de la noche el próximo golpe que puede no sonar nunca
los que no cicatrizan, los que renuncian, los que moscas, los que escuchando
los que invitan un trago, los que golpean paredes, los que esperando escuchan
los que hacen crucigramas, los que coleccionan cruces
los que cavan trincheras, los que tejen y después dan charlas sobre su progreso
los que filman reversiones, los que estrujan para tomarse el jugo
los que leen en la cama, los que hacen tests cuando están aburridos
los que se preocupan, los que viajan durante la noche para morir un poco más lejos
salir para saludar
dejan de mirar porque sí, o porque se cansaron y será mejor dormir
los que contestan cartas, los que suben las escaleras, los que ilustrados
los que cortan el aliento, los que usan navajas, los que conocen
los que miran el ventilador, los que a las diez de la mañana
los que usan anteojos sin receta, los que inmisericordes
los que no encuentran el agujero, los que mandan flores
en una noche, en una sola noche se escribió lo que iba a preguntar
los que van a ver de todo, los que no conocen el mar, los que al filo
los que repiten versos que no han sido escritos, los que caminan mucho
los que piden cosas al espejo, los que chasquean los dedos
los que en la noche, los que usan el control remoto, los que cerca
una vez
los que se olvidan de sus piernas y por un milagro empiezan a caminar. nada más
los que si no fuera unos minutos antes, los que salen para ver el cielo
los que ven llorar, los que a su manera, los que en verde
se abrió el pecho, eso dijeron los vecinos, usted sabe, los gritos, siempre los gritos.
los que si como en una visión, los que vuelven por más, los que
los que hurgan la nariz, los que saben tocar ahí los que a partir
los que comen solos frente al televisor, los que miran el cuadro mientras esperan
los que todavía, los que comparten soledad, los que inmensamente
los que angustia feroz, los que de chicos se mearon en la cama
sin que minutos antes hubiera visto, milagro, lloraba y era casi como
el metro frágil