HabĂa una vez un monito llamado Wally que vivĂa muy feliz al lado de sus papĂĄs.
Un día, que parecía muy normal, los papás de Wally lo enviaron a buscar bananas en la palmera más alta, a Wally le pareció muy normal porque era algo que sus papás le pedían con frecuencia.
Cuando Wally regresรณ a casa se llevรณ un gran susto, sus papรกs estaban discutiendo muy fuerte, los gritos eran tan fuertes que se escuchaban por toda la selva.
Todos los vecinos estaban muy preocupados porque esta no era la primera vez que ocurría está situación y temían por el bienestar de Wally. Se armaron de valor y reportaron el caso en las oficinas centrales de la Selva. Este lugar se encargaba de cuidar y velar por todos los niños de la selva.
Así que cuando escucharon el caso de la familia de Wally fueron inmediatamente a su casa para arreglar la situación. La cuidadora de los niños de la selva les dijo a los padres de Wally que su comportamiento estaba afectando a su hijo y que lo mejor para él sería estar en un lugar en donde pudiera aprender buenas costumbres mientras ellos solucionaban sus problemas.
La cuidadora de niños se llevó a Wally con todas sus cosas. Al llegar a la oficina central, había una familia esperando por Wally; ellos cuidarían de él por un tiempo.
Wally estuvo con su familia temporal durante algunos meses. Era muy divertido estar con ellos porque siempre estaba rodeado de risas y juegos.
Un dĂa Wally recibiĂł una llamada, le dijeron que ya podĂa recoger sus cosas, todo estaba listo para que regresara a su hogar al lado de sus padres.
Al llegar a su hogar Wally se dió cuenta de que todo había cambiado sus padres se llevaban mucho mejor, ellos estaban muy felices de tener a Wally de regreso y le pidieron disculpas por todo lo que había tenido que pasar para que ellos se dieran cuenta que lo más importante siempre sería estar unidos. Fin.
En todo hogar debe existir la armonĂa y el amor. Nuestro deber como padres es brindarle a nuestros niĂąos un hogar estable y seguro en donde puedan tener un desarrollo Ăłptimo. Pero cuando no podamos ofrecerles un hogar sano para crecer, es necesario pedir ayuda. Recuerda, nadie nace sabiendo como ser un buen padre, pero todos podemos aprender a serlo.