Bichitos drogones
Ciudad Cromañón
Por Rosana López Rodriguez - Página 14
Por Gonzalo Sanz Cerbino - Página 13
El Aromo Mensuario Cultural Piquetero
Año III - Número 23 Septiembre de 2005 Una publicación de Razón y Revolución Organización Cultural www.razonyrevolucion.org.ar
TERRORISTAS
Informe especial:
¿Hacia dónde va la economía argentina? Páginas 3, 4 y 5
La izquierda y las elecciones por Eduardo Sartelli Páginas 8 y 9
Editorial
Septiembre 2005
Página 2
Cruzar la raya Por Leonardo Grande Editor Responsable
El 22 de agosto de 1972, el Estado argentino fusiló a los cuadros de las organizaciones armadas de forma clandestina, señalando así cuál sería la norma a seguir con cualquier expresión de las fuerzas revolucionarias de ahí en más. En el mismo mes, Lanusse comenzó el proceso de retorno a la democracia permitiendo el de Perón. Así, la burguesía argentina “marcó la raya”, anunció cómo serían tratados los luchadores y anticipó el (mal) llamado “terrorismo de Estado” de la Triple A y Videla. Treinta y dos años después, el pasado jueves 25 de agosto, a las 10 de la mañana, el Ministro del Interior comunicó a la población vía Radio Nacional cuál sería la nueva “raya”: la protesta “correcta” deberá ser canalizada en las urnas en octubre. Todo lo demás será reprimido. El Ministro, que tiene mucha experiencia apaleando gente, precisaba las órdenes dadas el viernes 19 de agosto por el Presidente. La caracterización, por Kirchner, de la semana
El Aromo Mensuario Cultural Piquetero Editor responsable: Leonardo Grande Diseño: Ianina Harari Corrección: Rosana López Rodriguez Fotografía: Mercedes Manrique Redacción: elaromo@razonyrevolucion.org Para comunicarse con el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales (CEICS): ceics@razonyrevolucion.org Para informes sobre cursos y presentaciones comunicarse con: prensa@razonyrevolucion.org Para solicitar cursos de extensión y perfeccionamiento: docentes@razonyrevolucion.org Para comprar libros, revistas, Cd’s, mensuarios y consultar nuestras promociones: ventas@razonyrevolucion.org
nacional piquetera desarro- © El Aromo 2005. Mercedes Manrique. llada por el Bloque Piquetero, la ANT y otras organizaciones, de “provocaciones” de “extremistas de ultraizquierda” como “el Partido Obrero o como se llamen”, demuestra varias cosas. En primer lugar, que Kirchner va a utilizar el “renacimiento” económico y el apoyo “plebiscitario” de octubre para derrotar definitivamente a los revolucionarios. En segundo lugar, que sus verdaderos enemigos no son los diferentes partidos reformistas o reaccionarios de la burguesía, llámense Macri, Carrió o RipollCafiero. Los únicos que preocupan a los sostenedores de este régimen social, son los dirigentes de lo más avanzado de la lucha obrera en el país, el movimiento piquetero. Porque sus dictadura para defender a sus hijos y nietos, métodos y su programa no han sido quebrados después de tres años de combatientes revolucionarios, hoy reclaman el respeto a las leyes burguesas. Madres había reflujo. Es por esta razón -la supervivencia, en los comenzado a despotricar contra los cortes hechos, de la ANT- que el gobierno ha reforza- tempranamente, desde el 2003, santificando la do su campaña de terrorismo ideológico y alianza entre su gobierno y las organizaciones físico sobre la vanguardia revolucionaria. No piqueteras autonomistas y nacional-populares, sólo las radios o canales que responden a a quienes siempre apoyó. Carlotto, incluso, Hadad o Telefónica-Repsol han hostigado trató de delincuentes y amenazó con persecupermanentemente a los compañeros del ciones judiciales a los familiares de Cromañón Garrahan. También locutores “progresistas” que la escracharon -con justa razón- por apoyar como Lalo Mir o Jorge Guinzburg se ensañan al principal responsable del crimen de sus hijos, cotidianamente con cualquiera que luche. Lo Aníbal Ibarra (Clarín digital, 2/8/05). que muestra un hecho significativo: que la El mismo jueves 25, luego de las declaraciones campaña terrorista del Pingüino se monta de Fernández, la Policía Federal bajo sus sobre un argumento acuñado y avalado por la órdenes reprimió una modesta manifestación centro-izquierda “humanista” y no por los en la Rural. El viernes siguiente impidieron el “monstruos” de la derecha. Son ellos los que derecho a protestar de los MTD's sobre Puente elaboraron el discurso del respeto a los dere- Pueyrredón y Plaza de Mayo. Todos conocimos chos “del otro” y que huelgas, cortes y piquetes esos eventos porque la burguesía utilizó todos son “funcionales a la derecha”. El papel del sus medios para difundir el terror contra los gremialismo progresista de la CTA ha sido peor que luchan. Sin embargo, no se difundió de la que el de Moyano, ya que la dirección de ATE misma manera la brutal represión de ese mismo allana constantemente el territorio para que el jueves en Pico Truncado, Santa Cruz. Casi 30 Ministro de Salud y el de Trabajo ataquen sin compañeros y compañeras -infantes, jóvenes, ataduras a la estoica comisión interna del ancianos- fueron apaleados, gaseados y baleaGarrahan. El papel de los luchadores por los dos por órdenes de una jueza federal y del derechos humanos también ha sido clave -y gobernador. Las instituciones republicanas lamentable- en este sentido. Quienes, como funcionaron apañadas por leyes antiHebe o Carlotto, hace años se enfrentaban a la subversivas para proteger los “derechos
ciudadanos” de Repsol-YPF. Pero este verdadero modelo de conducta civilizada de la burguesía no fue difundido. En parte, porque los compañeros de Santa Cruz luchan en un ambiente hostil y allí el terrorismo pingüino los aísla de potenciales apoyos del resto del país. Pero, sobre todo, porque se encubre la verdadera cara del progresismo kirchnerista oficial (y del simpatizante): se trata de un programa para la destrucción de las potencialidades revolucionarias de la clase obrera argentina, un programa de defensa a ultranza de los grandes capitales nacionales e internacionales. Porque, digámoslo de una buena vez, todo el discurso contra los cortes y piquetes es funcional a la contrarrevolución, a la represión estatal, al terrorismo de Estado. Se oculta también, una realidad incómoda. Después de la enorme represión en Caleta Olivia del 2004 y de julio de este año (con decenas de compañeras y compañeros heridos y detenidos), los obreros ocupados y desocupados de la provincia del Presidente no se quiebran, no dejan de organizarse para sostener cortes, piquetes y huelgas. En Santa Cruz, como en el Garrahan o en el Acampe, los luchadores también están anticipando lo que la clase obrera revolucionaria va a hacer de aquí en adelante. Le están comunicando a la burguesía cuál es la raya que no debe cruzar.
Rosana López Rodriguez
Un conjunto de cuentos piqueteros que enhebran una novela feminista. Reserve su ejemplar a ventas@razonyrevolucion.org
Ediciones ryr
¿Hacia dónde va la economía argentina?
Página 3
Septiembre 2005
Panorama económico
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1960=100
Notas En el último número de la revista Razón y Revolución, el n° 14, se publican tres artículos orientados en este sentido, de Fred Moseley, economista marxista estadounidense, Juan Iñigo Carrera, del CICP y Eduardo Sartelli, director 1
Fuente: Elaboración de Juan Iñigo Carrera en base a datos de INDEC
Una de las fuentes del crecimiento actual son los bajos salarios. El gráfico, elaborado por Juan Iñigo Carrera, muestra en forma elocuente que el gobierno está lejos de tener una política favorable a la clase obrera. Con los miserables aumentos recién se alcanzó los niveles previos a la devaluación y se está muy lejos de siquiera arañar los niveles salariales de mediados de los 70 o de la principios de los 80.
Gráfico 2b: PIB a precios corrientes expresados en moneda de poder adquisitivo constante 500
400
400
300
300
A rg e n tin a
USA
A r g e n tin a
2000
1995
1990
1985
1960
2000
1995
1990
1985
0
1980
0 1975
100
1980
200
100
1975
200
1970
1960 = 100
500
1965
Gráfico 2a: PIB a precios constantes de un año base (volumen físico)
1970
La lucha salarial crece pese a la escalada represiva. Y el gobierno se verá obligado a ceder aunque sea a cuentagotas. Y el panorama también se complica cuando se analiza la base que sostiene las exportaciones. Como dijimos, el 3 a 1 sostiene gran parte del crecimiento ya sea porque protege de muchas importaciones o porque mantiene los salarios a escala internacional bien bajos. Y como mostramos más arriba, la clave del 3 a 1 son las retenciones aplicadas a las exportaciones: más del 3% del PBI se compone de impuestos aplicados al comercio exterior, la misma cantidad del bendito superávit fiscal (Clarín, Suplemento Económico, 28/8/05). El grueso de las exportaciones depende del mercado chino ya sea porque es comprador directo, ya sea porque su creciente demanda hizo subir los precios3. La demanda china está supeditada en gran medida a la capacidad de compra de los EE.UU., país a donde van dirigidas el grueso de sus exportaciones. En definitiva, parte del futuro argentino está supeditado al devenir de los EE.UU. Y se trata de una economía lejana a su etapa más brillante. Como señala un estudio del economista Fred Moseley, la tasa de ganancia cayó desde los ‘704. Esto implica que la inversión industrial no recupera lo que invierte a niveles sostenibles. Sin embargo, la economía yanqui siguió creciendo (como se observa en los gráficos 2a y 2b): pero lo hizo sobre la base de expandir sin cesar su endeudamiento. La deuda es 5 veces mayor que en 1950 y el doble que en 1980. La otra fuente del crecimiento de los EE.UU., que compensa la caída de la tasa de ganancia, es la llegada de capitales extranjeros. Pero lejos de ir a invertir en la economía real, la mayoría de los ingresos en los últimos años han ido a parar a la compra de letras del Tesoro de los EE.UU. Las Letras del Tesoro son, en realidad, una forma en que la Casa Blanca emite deuda. En resumen, lo que vemos es que la base del crecimiento real (la tasa de ganancia) cae en los EE.UU. y su expansión se sostiene sobre más endeudamiento. China, como dijimos,
1965
Crisis mundial
depende de las exportaciones a los EE.UU. del CEICS-RyR. Los gráficos de este artículo para crecer. Al invertir sus ganancias en com- fueron tomados de allí. prar deuda externa al Tesoro de los EE.UU. en 2Iñigo, Juan: “Acumulación de capital, formas realidad lo que hace es prestarle para que políticas y la determinación de la clase obrera EE.UU. pueda comprarle. En definitiva se trata como sujeto histórico”, en Razón y Revolución de una expansión mundial sostenida sobre n° 14, invierno de 2005, Buenos Aires, Ediciobases más que endebles, que hacen suponer nes RyR. que una crisis a escala general no tardará en 3Ver Kornblihtt, Juan: “Exportaciones: los aparecer. límites del rebote económico”, El Aromo 10, Si retomamos lo expuesto al inicio, podemos mayo de 2004. 4 observar que la expansión argentina que tanto Moseley, Fred: “Teoría marxiana de la crisis y la ilusiona a los oficialistas se basa en exportacio- economía de posguerra de los EE UU”, en nes, es decir, en la demanda mundial creciente. Razón y Revolución n°14, invierno de 2005, Si esta cae, caerá la recaudación. El 3 a 1 dejará Buenos Aires, Ediciones RyR. de ser sostenible y los capitales que ahora estaban protegidos se Gráfico 1: Salario real industrial verán indefensos ante la compe150 tencia mundial. Un panorama que puede no expresarse en el corto plazo, pero que tarde o 125 temprano volverá a poner al gobierno ante la incapacidad de impulsar la acumulación de 100 capital en la Argentina. Cuando eso ocurra se pelearán nueva75 mente, pero no para quedarse con la tenencia del modelo, sino para ver quién puede escaparse 50 más rápido.
1960
En la campaña electoral en curso se sacó la vista sobre la economía. Para las distintas bandas oficialistas, se trata de ver quién se adjudica la paternidad del modelo. Si hace unos años Menem y Cavallo dirimían quién tenía el rédito por la “exitosa” Convertibilidad, hoy los Duhalde y los Kirchner se pelean por quién se queda con la tenencia de la Argentina potente, exportadora y desendeudada. Mientras, Lavagna se mantiene intocable desde su búnker en el Ministerio de Economía. Desde los sectores supuestamente críticos la cosa no va mucho mejor. Todos coinciden en la capacidad expansiva de la Argentina y su único eje está puesto en el reclamo por una mejor redistribución de la riqueza. Los economistas de la CTA se han constituido en los voceros de esta versión. Para ellos el crecimiento económico va por un lado y los bajos salarios y la pobreza por otro. Bastaría entonces voluntad política para juntar ambas trayectorias. Discurso que fue adoptado sin problemas por los voceros oficiales que al pedido de redistribución sólo piden paciencia. Lo que no ven es que es la acumulación de capital la que es incapaz de dar una salida mejor. Por eso, antes de creerse los partes oficiales de que todo va bien, conviene analizar a fondo las determinaciones económicas e históricas de la situación actual tanto a 1 nivel nacional como internacional. Lo primero que salta a la luz cuando se analizan las bases del supuesto boom argentino es que está supeditado a la exportación de mercancías primarias. Las retenciones a la soja y el petróleo se convirtieron en la principal fuente de recaudación tributaria. Dicha recaudación es la que ayuda a sostener el dólar devaluado a 3 a1. ¿Por qué? Para hacerlo el gobierno compra a través del Banco Central en forma permanente los dólares que entran de las exportaciones, manteniéndole su cotización actual. El dólar 3 a 1 funciona como una barrera que encarece los productos extranjeros y le permite a muchos capitales sobrevivir a la competencia de capitales más aptos. Estos capitales nacionales en general son chicos y tienen poca capacidad para competir a escala internacional. Sin la protección del 3 a 1 desaparecerían en poco tiempo. Pero un factor más explica la clave de su crecimiento: los bajos salarios. Como muestra el gráfico 1 el salario real en la Argentina está muy por debajo de los niveles de los salarios de la década del '70 y aún no llega a los niveles del salario real en la fatídica década del '90. Los aumentos arrancados al gobierno apenas alcanzan para cubrir lo que se perdió con la inflación (la canasta básica de alimentos subió un 62% entre 2002 y 2003, mientras que los
2
salarios sólo un 15%) . Así, el crecimiento del PBI y del empleo se encuentran supeditados a lo que pase con el comercio exterior y a mantener salarios de hambre. La primera condición, como veremos en el próximo acápite, está lejos de tener en un panorama alentador. En ese contexto, subir los salarios implica minar la fuerza que sostiene la primavera kirchnerista. Se trata, como entendieron los trabajadores del Garrahan, los piqueteros no cooptados por el gobierno y los docentes universitarios, entre otros, de una lucha contra el aparato político que necesita de estas condiciones hambre para sobrevivir.
1960=100
Por Juan Kornblihtt Grupo de Investigación de la Historia de la Economía Argentina - CEICS
US A
Fuente: Elaboración Juan Iñigo Carrera en base a datos de ME, BCRA, Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), BEA y Bureau of Labor Statistics (BLS). El crecimiento del PBI al 8% es uno de los caballitos de batalla del gobierno. Las cifras que da el gobierno (gráfico 2a) expresan la cantidad física de bienes producidos. Y hacen parecer que la Argentina crece igual que los EE.UU. Pero en el capitalismo lo que importa es el valor de la producción. Y cuando se mide el valor, como lo muestra el segundo gráfico de Juan Iñigo Carrera, se observa que el crecimiento es mucho más lento y que, en los años K, el valor del PBI ni siquiera alcanza los niveles de 1980.
Fuente: Elaboración de Juan Iñigo Carrera en base a datos de Ministerio de Economía (ME), Banco Central de la República Argentina (BCRA), y Bureau of Economic Analysis (BEA).
Razón y Revolución
14
Dossier: ¿Adiós a la Argentina? Nacimiento, desarrollo y descomposición de un sistema social. Eduardo Azcuy Ameghino: “ La revolución que cayó del cielo”. Fabián Harari: “La revolución devaluada. Individuo sociedad y lucha de clases.” Cecilia García: “Comercio monopolista y acción política.” Matías Artese: “Lucha de clases y enfrentamiento simbólico: Corrientes 1999.” Nicolás Villanova: “Inundaciones en Capital Federal (2001) La expropiación a la pequeña burguesía y su lucha.”
Reserve su ejemplar a ventas@razonyrevolucion.org
Juan Iñigo Carrera: “Argentina: acumulación de capital, formas políticas y la determinación de la clase obrera como sujeto histórico.” Eduardo Sartelli: “Génesis, desarrollo y descomposición de un sistema social.” Intelectuales Carlos Astarita: “La agenda de los historiadores.” Beba Balvé: “Acerca de las vicisitudes por defender un método de investigación (teórica y prácticamente).” Eduardo Sartelli: “Otra vez: ¿por qué perdimos? Una respuesta a Beba Balvé.” Rosana López Rodríguez: “El origen del
canon. Una hipótesis de investigación sobre la relación clase, literatura y política. A propósito de Soiza Reilly.”. Nancy Sartelli: “Polémica en el bar (del Malba).” Historia de la clase obrera Eduardo Sartelli: “La explotación de los obreros agrícolas. 1870-1920.” Damián Bil: “Gran industria y descalificación de los obreros gráficos. Buenos Aires, 1880-1920.” Economía Fred Moseley: “Teoría marxista de la crisis y la economía de posguerra de los Estados Unidos.”
El número 15 de Razón y Revolución saldrá al público en abril de 2006. Aquellos interesados en publicar artículos, reseñas o avances de investigaciones deben remitir sus trabajos a revista@razonyrevolucion.org hasta el 25 de noviembre, a fin de que puedan ser evaluados por el comité editorial.
¿Hacia dónde va la economía argentina?
Septiembre 2005
Página 4
Ilusiones de vuelo corto La ilusión de un capitalismo argentino renovado es, quizás, una de las armas más poderosas de la burguesía en su lucha contra la clase obrera después del Argentinazo. Si la acumulación de capital va rumbo a una expansión sostenida, la posibilidad de una lucha revolucionaria, por supuesto, se verá limitada. En consecuencia, las ilusiones reformistas y desarrollistas tendrán más oportunidad de desplegarse. A lo largo del último año señalamos desde estas páginas que la expansión económica actual, por más potente que parezca, está sustentada en bases poco sólidas. El grueso del boom argentino, dijimos, está radicado en un fuerte alza del precio de las materias primas como la soja y el petróleo y, por lo tanto, supeditado al desarrollo de la crisis mundial, donde la demanda china es el principal impulsor del alza de precios. Al mismo tiempo, marcamos que el
crecimiento industrial estaba sostenido en capitales chicos y atrasados, inviables para impulsar la conquista de nuevos mercados internacionales. Estos límites, también dijimos, sin embargo, permiten un crecimiento del PBI, una fuerte recuperación industrial en relación al 2001, un aumento de las reservas del Banco Central y, por supuesto, el pago de la deuda pública (en eso que Kirchner ha dado en llamar el “desendeudamiento”). Sobre esta base, la secretaría de prensa del superministro Lavagna ha hecho un excelente trabajo de propaganda. Pero no es la propaganda oficial la que nos preocupa, ya que el autobombo siempre es sospechoso. Por el contrario, lo que resulta más peligroso es la serie de libros y artículos en diarios y revistas que intentan demostrar que las posibilidades del capitalismo argentino no son meramente coyunturales. Una de las vías para hacerlo es una particular (y superficial) lectura de la historia económica argentina. En ella el fracaso argentino resulta producto de decisiones de política económica erradas que distorsionaron el desarrollo capitalista argentino. Esta mirada supone que “otra Argentina es posible” si elegimos bien la receta o apoyamos a la fracción correcta de la burguesía. La crisis nunca es analizada como producto del propio desenvolvimiento del capital, sino como una excepción, un “error humano”. Estos economistas “de las oportunidades perdidas” llaman, explícita o implícitamente, a la clase obrera a apoyar el plan económico K y no poner palos en la rueda. Llach y Gerchunoff, los dos autores examinados más abajo, demuestran que no hace falta abandonar el liberalismo para estar al lado de Kirchner.
Liberales Por Juan Kornblihtt
kirchneristas
Grupo de Investigación de la Historia de la Economía Argentina - CEICS
Demonizados y denostados por todo el mundo, ya pocos quedan que se revindiquen públicamente como “liberales” o “neoliberales”. Hasta López Murphy y Macri, lanzados a ganar el voto de derecha, se cuidan de no aparecer demasiado ortodoxos en términos económicos. Sin embargo, la concepción liberal de la economía domina el sentido común: la culpa siempre es de la clase obrera, porque en este país “no trabaja el que no quiere”. En forma más sutil, también se culpabiliza a los políticos populistas que despilfarran nuestras riquezas por no enfrentarse a los obreros, otorgándoles salarios más altos de los que corresponden. Alguna culpa tienen también los burgueses, sobre todo los más chicos que, pese a ser poco productivos, también reciben su parte de la torta demagógica de subsidios y favores del Estado. Esta interpretación se hizo fuerte después del peronismo. El economista cubano Carlos Díaz Alejandro fue el que dio el sustento académico al gorilismo económico.1 Para él, la Argentina estaba llamada a ser una potencia económica. Hasta 1930, librados de toda regulación estatal, los factores económicos llevaron a un crecimiento sin igual. Pero a partir del gobierno de Perón, esto cambió: el sector más dinámico, el agro, fue trabado por los impuestos, creció el estatismo y el reparto de la riqueza. La economía se cerró sobre sí misma, no recibió inversiones y se redujo la producción de riqueza. Estos males no se notaron durante el primer gobierno peronista gracias a las ventas de granos durante la Segunda Guerra Mundial. Al agotarse esas reservas, se vio la realidad: en lugar de utilizarse para expandir la capacidad productiva se habían despilfarrado en beneficios a los obreros y a los pequeños capitalistas. El Estado había reemplazado y distorsionado la economía real. Según esta teoría, el mercado, a través de la ley de oferta y demanda, es el único instrumento democrático de distribución de riquezas, que además garantiza el equilibrio entre producción de riqueza y reparto. Cualquier distorsión lleva al desequilibrio y del desequilibrio a la
crisis hay un sólo paso. Como el Estado creó una industria local ineficiente por los altos costos, esta estaba imposibilitada para exportar. Al no poder exportar no había divisas (dólares). Esta falta de dólares, explica Díaz Alejandro, llevó a que la economía se estancara cada vez más al no poder importar maquinaria. A pesar de su naturaleza reaccionaria, el planteo de Díaz Alejandro pega en el blanco a la hora de analizar las consecuencias del peronismo. En efecto, su capacidad redistributiva es muy limitada por no aumentar la productividad. Eso explica que la bonanza peronista durara no más de tres años. Sin embargo, a la hora de adjudicar responsabilidades Díaz Alejandro se enfrenta a una realidad difícil de explicar: ya en su segundo gobierno, Perón comienza a liberalizar la economía, ajustar salarios y condiciones laborales y abrir la economía a la inversión extranjera. Pese a esto, no se revierte el progresivo estancamiento de la economía. Peor aún: con la caída de Perón y su reemplazo por militares ligados a los sectores más concentrados de la burguesía local, las cosas siguen sin mejorar. A despecho de una creciente adopción de medidas liberales, el famoso equilibrio no llegó nunca. La explicación de Díaz Alejandro es la misma de todos los liberales de todas las épocas: las reformas liberales no llegaron a fondo, no fueron todas las necesarias. Por temor a la clase obrera, los militares que siguieron a Perón (y luego los gobiernos semi-democráticos de Illia y Frondizi) mantuvieron las políticas populistas y no se animaron a destruir el andamiaje que Perón había instalado. La salida sólo llegaría si los políticos se decidían, de una vez por todas, a barrer por completo las conquistas obreras. Publicado en 1970, el trabajo de Díaz Alejandro no era más que un anticipo de lo que vendría. El golpe de 1976 parecía destinado a cumplir con ese programa, en buena medida porque partía de las condiciones políticas necesarias para llevarlo a cabo. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados: pese a la represión a la clase obrera y a la reducción salarial provocada, el “equilibrio económico” tampoco llegó. Ya no será Díaz Alejandro, sino sus sucesores, los que tomarán la tarea de explicar por qué, pese a que se aplicaron casi todas las recetas neoliberales, las crisis se sucedieron unas a otras sin solución de conti-
nuidad y con una fuerza cada vez mayor. Llach y Gerchunoff2, dos autores de moda en historia económica actual, se hicieron cargo de esa difícil tarea ideológica, sintetizada en una simple pregunta: ¿por qué, pese aplicarse todas las recetas del FMI y el Banco Mundial, la economía argentina sigue el mismo rumbo decadente? La respuesta no podía sino decepcionar: el problema es que se siguió redistribuyendo la riqueza en lugar de ajustar. Para llegar a esta conclusión estos autores no parten de la misma matriz teórica que Díaz Alejandro, e incluso se ofenderían si, como vamos a hacer, los ubicásemos junto a los liberales. Sin embargo, al igual que el economista cubano, consideran que los problemas de la economía argentina se encuentran en el inveterado populismo de los gobiernos argentinos, que siempre apostaron a quedar bien con los sectores menos productivos de la sociedad (la clase obrera y la pequeña burguesía) antes que a crear condiciones para aumentar la productividad. Incluso la dictadura militar funcionó así. Para estos autores, los 30 mil desaparecidos son una anécdota. En lugar de aplicar un ajuste fiscal y abrir la economía para que la Argentina se convirtiese en una economía exportadora, los militares apostaron a “quedar bien” con el pueblo argentino:
“En última instancia, el motivo por el cual el gobierno militar apenas logró remontar el trabajoso camino de la reforma fue la aparición de un atajo que, al menos en el corto plazo, se presentaba mucho más atractivo. Recorte fiscal y apertura eran en lo inmediato una combinación extremadamente impopular. [...] iniciar el camino [...] era convertir en oposición militante la sorda antipatía que enfrentó desde muy temprano la dictadura de Videla. Ningún gobierno disfruta su impopularidad. La sorpresiva disponibilidad de abundante financiamiento privado desde el exterior ofrecía una salida más tolerable para la sociedad. Podía abrirse la economía y acomodarse a la nueva situación de manera indolora porque en el Proceso los capitales darían financiamiento para consumir, mientras se esperaba que las actividades de exportación empezaran a reaccionar a las ventajas que brindaba la apertura económica.”
Así, para esta mirada tan poco ingeniosa de la realidad argentina, la política adoptada por Videla y compañía fue una salida indolora y el endeudamiento externo una medida en favor de la clase obrera. Planteo similar realizan con Menem. Tampoco allí se siguieron recetas liberales. La Convertibilidad fue un mecanismo que garantizó salarios altos ya que dolarizaba la economía. El endeudamiento en lugar de utilizarse para favorecer a los capitales más concentrados, únicos capaces de impulsar el crecimiento, se había despilfarrado, otra vez, en redistribuir la riqueza. Por supuesto, el gobierno aliancista, pese a seguir todos los mandados del FMI, tampoco pudo resolver el problema por … populista... No hay que desesperar ante semejante persistencia demagógica: el ajuste necesario, que no se hizo ni con la dictadura ni con el menemismo, llegó finalmente de la mano de la devaluación. Ahora sí, dicen, el pueblo argentino y sus políticos están dispuestos a sacrificarse por el futuro. Al devaluar, los salarios cayeron mucho, lo que para nuestros economistas resulta una buena noticia. Mejor aún, no habrá tentaciones proteccionistas porque el comercio exterior es el principal motor de la economía, de modo que nadie se animará a tocarlo. Tampoco se podrá apelar al endeudamiento por la crisis financiera mundial. Es decir, ajuste y apertura, las dos medidas históricas que faltaban (según Díaz Alejandro, Llach y Gerchunoff), se podrán aplicar ahora. El libro, escrito en el 2004, además de un análisis económico, es un planteo explícitamente político. Los mismos que dicen que ni la dictadura ni Menem ajustaron lo suficiente, son los que se entusiasman con Kirchner porque ven que lo está haciendo. El texto se convierte así en la explicación académica ya no del gorilismo, sino del apoyo de la burguesía más concentrada al gobierno “nacional y popular” de Kirchner.
Notas Díaz Alejandro, Carlos: Ensayos de Historia Económica Argentina, Amourrortu, Bs. As, 1970. 2 Llach, L. y Gerchunoff, P.: Entre la equidad y el crecimiento. Ascenso y caída de la economía argentina, 1880-2002, Siglo XXI Editores Argentina, Bs. As., 2004. 1
¿Hacia dónde va la economía argentina?
Página 5
Septiembre 2005
El EDI: ¿Contradicciones o Una entrevista a Guillermo Gigliani Por Veronica Baudino Grupo de Investigación de la Historia de la Economía Argentina - CEICS
Durante el año 2002 se constituyó un agrupamiento de intelectuales que se definía por la orientación profesional de sus miembros, la economía. Aunque no todos eran economistas, sus miembros coincidían en la necesidad de ofrecer respuestas posibles a los problemas planteados por la crisis, sin embanderarse en ninguno de los partidos de izquierda existentes (si bien algunos eran dirigentes connotados de Izquierda Unida). Claudio Katz y Guillermo Gigliani estuvieron entre los más conocidos y activos de sus miembros. El Aromo entrevistó a éste último para conocer su opinión sobre la situación actual. Hacia el final, la charla entró súbitamente en un camino ríspido, a nuestro juicio motivado por una contradicción propia de los miembros del EDI que, pretendiendo ser “propositivos”, terminan cayendo en la apología del capitalismo nacional, en la sobreestimación de las políticas económicas como instrumento de cambio y en la subestimación de las dificultades del proceso revolucionario. Publicamos un fragmento importante (la entrevista completa puede verse en nuestra página web), esperando inicie un debate fructífero sobre las potencialidades del capitalismo argentino y la política adecuada de la izquierda. EA: ¿Cómo puede explicarse la crisis del 2001 en la Argentina? El 2001 es una crisis que se inscribe en una sucesión de crisis de la periferia de los años noventa, que arranca en México, continúa en el sudeste asiático, en Rusia, en Brasil. Eso eclosiona en Argentina en 2001. Tiene que ver con las condiciones en las que se desenvuelve el sistema financiero mundial. Los flujos de capitales desde los países centrales a la periferia y de la periferia a los países centrales. Esto provoca cataclismos como los que he mencionado. También se encuentra en la crisis de la Convertibilidad y del abandono de la convertibilidad. Lo que yo veo es que, más allá de las contradicciones internas del régimen de Convertibilidad, su derrumbe se debe a la crisis externa: hay un gran reflujo de capitales y una fuga de divisas (que en ese año es de 22.000 millones de dólares) y ésta explota como un fusible, quemándose, ya que es el papel que a nivel mundial tiene la Argentina. Además de la causa externa (la Convertibilidad es un régimen librado a una gran vulnerabilidad externa, porque depende de la entrada y salida de capitales), el caso argentino se ve agravado porque, cuando se instaura esta política en el '91, hay un gran atraso del tipo de cambio. Ese es un factor que marca el destino de la Convertibilidad, porque cada fase expansiva de la producción con un dólar barato implicaba un crecimiento de las exportaciones y, por lo tanto, un déficit de la balanza comercial. Esto implicaba la necesidad de una entrada constante de capitales externos financieros para contrarrestar ese déficit. La Convertibilidad era un sistema que ante cualquier sacudida seria de la economía internacional se iba a caer. EA: Teniendo en cuenta el debate sobre la valorización financiera, ¿cómo se puede caracterizar a la Convertibilidad? En la Argentina hay dos cortes históricos. Uno es el del '76, que marca la aparición de un programa unificado de las clases dominantes, más allá de las contradicciones entre éstas y de las contradicciones del Plan de Martínez de Hoz para las diferentes fracciones del capital. A partir de allí, el mercado interno queda relegado del proceso de acumulación y en consecuencia el salario real queda relegado como elemento dinamizador de la demanda agregada. Eso es lo que unifica a este bloque: una distribución regresiva del ingreso, el brutal disciplinamiento de la clase
trabajadora y la voluntad de integrarse al mercado mundial. Por su parte, en el '91, la Convertibilidad se presenta también como un programa unificado de las clases dominantes porque reestructura el capitalismo a través de las privatizaciones, logra consolidar el salario real tomando como techo el de la hiperinflación (es decir, en un escalón más abajo), e inicia un proceso de liberalización comercial y financiera y de inserción en el mercado internacional (que tiene la contradicción de un tipo de cambio que impide un proyecto exportador más allá de los éxitos deformados que hayan tenido sectores como el automotor). El tipo de cambio redistribuía la plusvalía entre el sector comercial y el financiero y unificaba a las distintas fracciones del capital. Inclusive el sector industrial logra consolidarse a partir de las privatizaciones. EA: ¿Quienes se beneficiaron: los capitales grandes o los financieros? Hay capitales que se han agrandado como Techint. Paralelamente hubo una gran penetración de capital imperialista en la industria, principalmente en los servicios. Hay doble proceso: consolidación de sectores de la burguesía local trasnacionalizados, surgimiento de nuevos grupos y una presencia muy grande de corporaciones extranjeras. Estas llevan a cabo su acumulación local sujetas a una estrategia internacional, que transfiere plusvalía. EA: ¿Usted considera que hubo una mayor dinámica del capitalismo en Argentina que le permitió el acceso a más capitales a la competencia internacional? Pienso que las condiciones estructurales del sector externo son diferentes a las de la Convertibilidad. Porque la mayor rentabilidad argentina proviene de la exportación. Por otra parte es muy competitiva en el costo laboral con respecto a la Convertibilidad. Esta es una condición estructural que pervive hacia el futuro, porque el nivel de desempleo mantiene bajos los salarios. En tercer lugar porque del 2002 a hoy se dio un crecimiento fenomenal en base a la capacidad instalada. Se creció a un 9% porque se tenía todas las posibilidades. Además, Argentina, desde el 2003, tiene términos de intercambio más altos, lo que permite este pequeño boom exportador. EA: ¿En qué medida esta capacidad instalada puede ser plataforma para un desarrollo a escala mundial, para mantener este boom? La productividad ha aumentado porque no hubo aumento de empleo pero sí de producto. Por lo tanto, si uno mide producto sobre empleo, la productividad ha crecido mucho. Pero esto tiene un límite que es la caída de la oferta que está determinada por la necesidad de inversiones. Y yo creo que hay un gran problema para el modelo en cuanto a las inversiones. Porque desde el año 2002 las inversiones van a Brasil. EA: ¿Por qué no vienen a la Argentina? Porque Argentina tuvo un default. Ha dado muestras de tener condiciones de rentabilidad muy cambiantes. Además, la diferencia con Brasil es que, aunque ambos lleven a cabo políticas neoliberales, éste tiene una fuerte estructura industrial. En Brasil hay un sistema de créditos y de subsidios que en Argentina no existe. Yo tenía la impresión de que esto iba a ser despejado pero no a través de Kirchner, que es un estadista con mentalidad pastoril. EA: ¿Cuáles deberían ser las medidas necesarias para el desarrollo industrial? Debería tener una política de mayor fomento industrial y mayor protección. El gobierno no promueve un programa de reconversión de la industria. Se vio en el caso de los electrodomésticos con Brasil: se acordó la importación de cocinas y otros bienes, en vez de pautar con los productores locales un sistema de créditos y de exigencias.
ilusión?
EA: ¿Qué sentido tendría para el Estado fomentar a capitales menos productivos en esta rama? En Argentina todo es menos productivo. Aquí no tuvimos la industrialización tardía de Japón, de China, de Brasil. Eso es lo que veo que está ausente y que podría darse. Sin embargo, yo no le asigno a la Argentina una gran viabilidad porque implica una centralización de capitales en manos del Estado como en Brasil (durante la dictadura) o el PC Chino. EA: ¿Qué base de acumulación tendría el Estado para una política como ésta? Se puede asignar algunos puntos del PBI. Lo que pasa es que el gobierno está completamente entregado a la política del Fondo de acumular superávit fiscal y de renunciar a cualquier tipo de industrialización. Supongamos que se asigne 1% de PBI. Son 2.000 millones de dólares, mucha plata. Transferirlo al sector productivo es algo que se podría hacer. No lo hacen por la debilidad de la burguesía industrial argentina, que tiene la convicción de acumular en base a los recursos naturales y de que el capitalismo argentino se tiene que mover con un 15% de desocupación y salarios muy bajos. Tiene que ver con la convicción de la mayoría de los empresarios (y de gran parte de la población) de que las mejores políticas son las de libre- empresa (neoliberales). El problema de este tipo de industrialización de recursos naturales es que no crea empleo. Tiene que ver con la propia naturaleza de esta producción, en base a una alta composición orgánica del capital. Esto es lo que pasa en el sector aceitero, a diferencia del sector textil o de calzado. Esta especialización no permite una industrialización en el sentido clásico. Porque la rama uno (metalmecánica) no se desarrollaría aquí, sino en Europa, donde las maquinarias de adquieren con las divisas del sector primario. En Argentina las divisas no se utilizan para el desarrollo industrial porque no hay capitalistas dispuestos a hacerlo, por la baja rentabilidad y porque el estado no está dispuesto a ser el promotor de la industria. No tiene recursos como tenía hace veinte años el Estado brasileño. En Lavagna no hay una idea de retomar políticas de desarrollo industrial. La posición de gobierno es de resignación. Los pasos que da son muy pequeños en relación a la gestión de Lavagna en el período '85-'86. Yo no digo que Brasil no tenga debilidad estructural, pero su tejido industrial es mucho más fuerte que el nuestro. En Argentina se combinan tres cosas: un sobredimensionamiento de la especulación financiera, una debilidad estructural muy grande y falta de políticas. Contrariamente al discurso de que se va a crear un capitalismo nacional, no hay nada. EA: ¿Es decir que existiría la posibilidad de
lograr un desarrollo del capitalismo argentino a escala internacional a partir de otras políticas económicas? No. Con políticas más adecuadas el subdesarrollo Argentino sería menos patético. Sería más parecido a Brasil. La matriz de insumo-producto sería distinta. EA: Pero salir de ese subdesarrollo implicaría la quiebra de muchos pequeños capitales... Ahí hay una diferencia entre una destrucción schumpeteriana, que lleva a procesos de concentración y centralización, y la del estilo de Cavallo. Ésta consistió en una des-industrialización inducida, que el estado mediante protección arancelaria hubiera podido evitar. EA: Pero hubiera protegido al interior capitales mucho menos productivos, hasta en términos nacionales… No, porque si yo dejo entrar juguetes chinos y permito la destrucción de las fábricas de juguetes locales, no estoy terminando con los capitales menos productivos. ¿Menos productivos para quién? Todos los países tienen protección arancelaria, que evita el proceso de desindustrialización que se llevó a cabo aquí durante la Convertibilidad. Esto significó la desaparición de muchas ramas de la producción. Hubo un proceso de concentración y centralización en base a abrir las barreras para los juguetes chinos. Yo creo que ese proceso que se vivió en Argentina era evitable. EA: ¿Sobre qué base el estado subvencionaría a estos capitales menos productivos? Creo que estas preguntas hay un equívoco. Que es un equívoco ideológico de quien interroga. Se me hacen preguntas para que yo quede como un ideólogo de la burguesía nacional. Lo que yo he dicho es que el modelo de industrialización argentina está basado en los recursos naturales. Que en Argentina la industria de bienes de capital no puede expandirse más de lo que está porque no hay inversión. Y que, tras un proceso de gran reducción del tejido industrial, el gobierno es incapaz de promover ningún tipo de reconversión. EA: Yo sólo le estoy repreguntando... No, no, se me está arrinconando para que quede como un ideólogo de la burguesía nacional. Yo no digo que haya base material. No hay base material. Imaginemos un escenario de un país socialista en el que Preobrajensky quisiera llevar a cabo un plan quinquenal. Un país con la estructura de la Argentina no llegaría a ser desarrollado ni en 40 años, por el atraso. De manera que yo no pienso que el capitalismo argentino se pueda industrializar. Todos estos países tienen un atraso brutal con respecto a EEUU y a Europa.
Chau petróleo Una de las claves del superávit fiscal del gobierno son las retenciones a las exportaciones. Y con la suba del precio, las aplicadas al petróleo llegarán a casi 1.500 millones de dólares si se toman en cuenta las regalías provinciales (Página 12, 29/08/05). Esto indica que es una cifra cercana a lo que aporta la soja (US$ 1.800 millones). Aunque todos saben que se trata de un combustible no renovable, pocos lo toman en cuenta al analizar las perspectivas de la economía argentina. Sin embargo las cuencas nacionales están en progresivo vaciamiento. “En 7 años la Argentina se va a quedar sin petróleo”, señala en una entrevista con NEO Tomás Zapata, profesor de Geología de la UBA y gerente de exploración de RepsolYPF. Y según señalan estudios realizados por el Grupo Fénix, se deberá empezar a importar en un par de años. Esto ocurrirá por el agota-
miento progresivo de las reservas explotables. Existen muchas más, pero difícilmente sean usadas por los altos costos. “Las únicas cuencas que pueden ampliar las reservas son las de Malvinas Sur. Hay expectativas porque aún no fueron exploradas. De todas formas es poco probable su explotación porque se debe garantizar una ganancia que recupere los 200 millones de dólares necesarios para la exploración inicial”, explica Zapata. El agotamiento progresivo del petróleo argentino muestra que uno de los sostenes del “modelo K” tiene poca vida. Con esta merma del oro negro no sólo está en juego el superávit: si se agotan las reservas, habrá que importar, con la correspondiente suba de precios en un insumo que afecta en forma directa a toda la economía.
Septiembre 2005
Educación
Página 6
Pigna y la (mala) educación Sobre los remedios propuestos por Caras y Caretas para recuperar la educación argentina. Por Romina De Luca Grupo de Investigación de la Educación Argentina - CEICS
recentralización o, como se lo denomina actualmente, la renacionalización el sistema. Los únicos que defienden la recentralización son los Siguiendo con la tarea autoasignada de discutir docentes de CTERA, pero a medias. El gremio los “grandes temas nacionales”, el segundo propone derogar la LEF, pero colabora con el número de la revista Caras y Caretas está dedica- gobierno en el proyecto de Ley de Financiado a debatir sobre la educación argentina. El miento Educativo, cuya finalidad es llevar al preartículo central del mes de agosto, firmado por supuesto educativo al nivel que estipula la propia Cecilia Fumagalli, se titula “La desdichada histo- Ley Federal… Se supone que la ley va a permitir ria de la escuela pública y la Argentina desmem- homogeneizar los recursos financieros de las brada”. Pretende brindar la clave para recuperar provincias, pero no dice nada sobre el sistema la educación o, como ellos señalan, proporcio- que va a utilizarlos, de modo que es perfectanar remedio a la “mala educación”. Ya desde el mente compatible con la estructura descentralieditorial Felipe Pigna indica cuál es su sentido e zada. importancia: “ha llegado la hora de ocuparnos El resto de los participantes del “debate”, está seriamente de nuestra educación sin debates hue- en contra de la recentralización, igual que el cos” (p. 4). Se pregunta “¿qué modelo educativo gobierno. Juan Carlos Tedesco está entre los que queremos?”. Su respuesta brindaría la clave para con más ánimo cantan loas al nuevo plan de superar “la ofensiva antieducativa en los noven- financiamiento educativo y el que mejor repreta” (p. 4). Lejos de esa declamación de princi- senta la idea que la revista de Pigna quiere transpios, si de algo carece el artículo en cuestión es mitir al lector: aunque parezca lo contrario, no de seriedad: el debate gira sobre malas caracteri- hay que dar marcha atrás con la descentralizazaciones que llevan a propuestas inviables. Peor ción. Esta postura es la que lo hace decir que, en aún, quienes discuten en este número de CyC, realidad, “lo que pasó nunca pasó” y si efectivacondenados por su pasado y su presente, deben mente pasó hay que concentrarse en mejorar lo hacer verdaderas piruetas para ocultar que no existente, vía homogeneización de contenidos y está entre sus intenciones eliminar la descentrali- recursos. Obsecuente defensa de la gestión Filzación promovida por la Ley Federal de Educa- mus. ción. Veamos cuál es su planteo. Por su parte, el ministro también se posiciona dentro del dilema descentralización“Desigualdad” recentralización. Y claramente va a responder a favor de la primera opción. Específicamente, Toda propuesta se erige sobre la base de un diag- Caras y Caretas le pregunta: “¿habría que renóstico previo. Caras y Caretas determina que el nacionalizar la educación?”. El ministro responprincipal mal que aqueja al sistema educativo es de: “cuando fue el Congreso Pedagógico hubo la desigualdad. Diferentes miembros de la “co- prácticamente una sola resolución que se apromunidad” educativa coincidirán en ello: Marta bó por unanimidad, que era transferir las escueMaffei, ex titular de CTERA y actual candidata a las” (p. 18). El problema no es la descentralizadiputada del ARI sostiene que la desigualdad ción, dice Filmus, sino la pérdida de capacidad deviene de la paulatina des-inversión por parte de coordinación por parte del Estado nacional, del Estado Nacional; Juan Carlos Tedesco, brindando ligazón al conjunto. Coherentemente actual director del IIPEUNESCO (Instituto señala que es por este motivo que sus políticas se Internacional de Planificación Educativa, Sede concentran en la homogeneización de conteniBs. As.) agrega que la descentralización de los dos y de capacidad financiera.1 noventa fue clave para llegar a esa situación, Adriana Puiggrós interviene en la misma direcpero señalará que “en realidad, la Argentina no ción. Expresará que la dicotomía descentralizadescentralizó la educación” (p.13) puesto que ción vs. renacionalización es un “gravísimo esa forma ya estaba prevista en la Constitución y error: hay que tratar de superar el tema entre unilo anómalo fue, en tal caso, que la nación asu- tarios y federales” (p.17). Señalará además que miera la competencia centralizadora del sistema. está en desacuerdo con quienes proponen reEl Ministro de Educación, Daniel Filmus, no centralizar. No se podía esperar otra cosa de la será la excepción. Frente a la pregunta ¿cuál es el ex-funcionaria delarruista, quien actualmente se problema de la educación pública hoy?, el minis- desempeña como principal asesora educativa en tro responde: “la desigualdad” (p.18). Tedesco y la Provincia de Buenos Aires, bastión dentro del Filmus coincidirán en que la lógica educativa de cual ha confeccionado el Plan Solá 2004-2007, los noventa fue financiera (p. 13 y 18 respectiva- con el cual se propone municipalizar el sistema mente): la desigualdad se expresaría tanto en los educativo. Aunque, para no desentonar con la diferentes recursos financieros de las provincias oleada crítica, entiende que “hay que dictar una para sostener el sistema, como en la heteroge- ley de organización y financiamiento del sistema neidad estructural que éste presenta. Y, otra vez, [...] que re-articule lo que desarticuló la Ley de la culpa recae en los noventa, por la singular Transferencia” (p.17). forma en que se llevó adelante la reforma: pri- La dificultad que afrontan Filmus, Tedesco y mero se transfirieron los establecimientos a las Puiggrós es cómo hacer digerible para una de provincias y luego se promulgó la Ley Federal de sus bases de apoyo, en este año electoral, la conEducación (LEF), que iba a proponer una nueva tinuidad de una ley educativa que se ha ganado el estructura para el conjunto. Pero “como previa- descrédito público y cuyo diseño suele identifimente se había descentralizado, cada jurisdic- carse, además, con sus supuestas antípodas ideoción era (es) libre de hacer lo que quisiera” lógicas: el menemismo neoliberal. Peor aún, la (p.15). idea de descentralizar la educación pero mantener, como quiere Puiggrós, “una política educaEn defensa de la Ley Federal tiva y un proyecto de formación docente nacional” (p.16), no sólo es una reforma cosmética de Elaborado el diagnóstico, lógicamente uno supo- la LEF, sino que repite exactamente la misma ne que se pasa a proponer el remedio para la posición que los “técnicos” de entonces le sugecura. Pero todo el chiste de Caras… consiste en rían a Onganía: “puede considerarse convenienocultar que los “referentes” a los que se convoca te y adecuado que las provincias asuman en a opinar, todos ellos más o menos cercanos al forma directa la prestación del servicio educatigobierno, no quieren superar realmente el esta- vo primario en sus respectivas jurisdicciones [...] do de “enfermedad”. Lo que se evidencia en la este procedimiento debe reunir ciertas caracteforma en que cada uno de ellos se posiciona en rísticas [...] asegurar homogeneidad normativa t o r n o a l d e b a t e d e s c e n t r a l i z a c i ó n - [...] niveles de calidad similares [...] condiciones
similares en cuanto a carrera docente y [...] recursos financieros”2. Centralizar o Descentralizar El problema reside en que se presenta como remedio lo que ni siquiera constituye un paliativo porque, en realidad, nadie quiere curar al enfermo. En primer lugar, de la misma forma en que no se puede afirmar que la “recomposición salarial” que vende el gobierno modifique un ápice la situación de la clase obrera (de la cual también forman parte los docentes), el aumento de algunos puntos del PBI para la cartera educativa no modificará sustancialmente el estado del sistema. Es un gesto simbólico que debe ser leído a la luz de lo que es: demagogia electoral. No en vano, los rumores indican que la presentación de la nueva Ley de Financiamiento correrá a cargo del Señor K, y seguramente su esposa, el día del maestro, apenas un mes antes de las legislativas de octubre. En segundo lugar, existe un problema teórico según el cual se confunde descentralización con la desaparición del Estado. El Estado sigue presente en el proceso de transferencia educativa a las provincias. El Estado es el partido orgánico de la burguesía, es el mecanismo de gestión de políticas acorde a sus necesidades e intereses. Si el Estado, como representante de la burguesía, descentraliza, no es porque necesariamente lo prefiera, sino porque ejecuta una política acorde a las necesidades de esa clase. Cuando la burguesía descentraliza el sistema educativo simplemente implementa una nueva estrategia, determinada por la agudización de las contradicciones de la gran industria y de la descomposición del sistema social. ¿Cuál es esa estrategia? Diluir el poder del sindicato docente en tantas partes como provincias y municipios haya; repartir el poder político que contiene la maquinaria educativa en tantos aparatos punteriles como sea necesario; reducir los gastos estimulando el incremento de la tributación local; entregar a las empresas que lo deseen el control de la forma3 ción de la mano de obra. En ese contexto, el Estado no debe reasumir un
rol que nunca abandonó. Sigue haciendo lo que le conviene a la burguesía. Los tan mentados NAP, que se presentan como la reasunción de tareas otrora abandonadas por el Estado, igual que la nueva ley de financiamiento, son simple engañapichanga electoral. Si Caras y Caretas no se anima a denunciarlo es porque su función es la misma que la de estos intelectuales: decir una cosa aparentando que se defiende lo contrario. Si la educación argentina era mejor ayer que hoy, cuando el sistema era centralizado nacionalmente, no hace falta ser muy astuto para reivindicar la vuelta al pasado, si uno quisiera mejorar la educación. Se dirá que ese sistema también tenía problemas. Es cierto, pero es lo mejor que la burguesía argentina pudo hacer, históricamente hablando. Solo la clase obrera, cuando reemplace a la actual clase dominante, podrá realmente estructurar un sistema educativo superador. Mientras tanto, los docentes, además de exigir la re-centralización nacional del sistema, el aumento del presupuesto y, sobre todo, de los salarios, deben disputarle palmo a palmo a la burguesía qué y cómo se enseña, preparando ideológicamente a sus compañeros de clase para la gran batalla que se avecina. Notas En relación al primer aspecto, este año se han comenzado a aplicar los denominados NAP (Núcleos de Aprendizaje Prioritario). Ya hemos mencionado cuales son las políticas que se están diseñando en función del segundo punto. 2 Secretaría del Consejo Nacional de Desarrollo: Educación, recursos humanos y desarrollo económico social. Situación presente y necesidades futuras, Tomo I, Bs. As, Agosto de 1968. 3 Ninguna duda de las virtudes de esa relación le cabe a Juan Carlos Tedesco, quien analiza los “beneficios” que al sistema educativo descentralizado de la ciudad de Campana le otorga la inversión directa que allí realiza la empresa Siderca. Véase su Rendimiento escolar y actores locales: el caso de la Ciudad de Campana, IIPE Sede Bs. As, UNESCO, 1999. en el próximo número de El Aromo examinaremos con detalle este texto. 1
Nacionalismo con K (bis)
Página 7
Septiembre 2005
Tonto y Retonto Crónica del acto proselitista de Pigna y Bielsa en la Sociedad Luz. En el pasado mes de agosto, la Fundación Liberarte organizó una charla-debate con Felipe Pigna y Rafael Bielsa para ''reflexionar'' sobre el Bicentenario. Pigna se encargó de señalar aspectos superficiales de su nacionalismo cursi, recordando a los ''grandes hombres'' de Mayo y las movilizaciones obreras del Centenario. No dejó de repetir su raro cambalache de anécdotas, citas eruditas y reflexiones a lo Petinatto, como la incoherencia de reivindicar la lucha del anarquismo en 1910 a la par de una defensa apasionada de la necesidad de que la izquierda no le deje a la derecha palabras como nacionalismo, patria, bandera o escarapela. A su lado estaba el Canciller-candidato Bielsa, que se dedicó a endiosar al Primer Patagónico y embarrar -por turnos- a los demonios de La Rioja y Banfield. Todo iba bien hasta que hablaron, cuándo no, los desubicados de siempre. Aunque esta vez, entre los murmullos de las señoras progresistas y de los asesores, se escuchó una nueva definición: ''seguro que son troskos''. Nos acusaron también -pero a la salida- de ser ''funcionales a la derecha'' aunque, en nuestra defensa, se trataba de personas que no supieron explicar muy bien cómo sería funcional a la izquierda un historiador que defiende el nacionalismo sentimentalista a lo Manuel Gálvez o un Canciller que habla como si Argentina fuera la Francia de De Gaulle... Resulta interesante remarcar los giros literarios de Bielsa, que llama “problemas institucionales” a las insurrecciones y “papel muy activo” a la actividad contra-rrevolucionaria… En fin, he aquí una breve reseña de nuestro diálogo con estos personajes.
Paz, amor (y redistribución) El Aromo- El colega Pigna plantea que los actores más progresistas de la Revolución de Mayo Moreno, Castelli- planteaban un nuevo “pacto social” para destruir el antiguo. Ahora bien, me parece que utilizaban un concepto de revolución más fuerte que el que se usó acá, a saber, que ese nuevo '”pacto social” se garantizaría sólo con la expropiación violenta de los medios de producción que sostenían al pacto colonial. Eso es lo que plasmó Moreno en el Plan revolucionario de Operaciones. Me parece que aquí se habla de un concepto de revolución más laxo y me gustaría saber por qué se han “bajado” de esa parte de las ideas progresistas de Moreno y Castelli. En segundo lugar, vos señalaste que los obreros anarquistas y socialistas decidieron aprovechar el primer centenario para denunciar internacionalmente la situación de miseria y opresión que se vivía. Lo que no dijiste, es que para esos obreros “la salida”, “el proyecto nacional” que buscaban, y por el que dieron la vida, era el socialismo, palabra que yo quería ''traer a la reflexión'' ya que no se ha mencionado en las dos horas que llevamos aquí sentados. ¿Por qué no está en la boca de ninguno de los que hablaron, como “proyecto nacional”, de acá al '10, el socialismo? Pigna- A mí, la verdad que la palabra socialismo es una palabra que me cae muy bien -y me sigue cayendo muy bien- y admiro a los socialistas. En cuanto a la revolución que planteaba la gente de Mayo, creo que tiene que ver con un contexto de época, que hay que ubicar, no era una revolución socialista, estamos hablando de pensadores pre-marxistas, claramente. Se trató en todo caso de una revolución burguesa con algunos contenidos sociales, eso sería hacerle justicia al pensamiento de Moreno y de Castelli que, por supuesto, para la época era lo más avanzado. Y creo que, en ese sentido, la época era una época más proclive para las revoluciones que la que estamos viviendo, creo que eso también es importante agregarlo. [...] No sé si hace falta hablar de identidad, no sé si hace falta tanto la palabra, la mención de la palabra sino actitudes y conceptos de análisis, y no tanto la exhibición de la palabra socialismo. Yo creo más bien que la cosa pasa por cómo piensa uno y por cómo actúa uno. Yo no soy muy amigo del uso obsesivo de ciertos términos, sino más bien de hablar de una práctica política y de una coheren-
cia. Sí pertenezco a una generación para la que la palabra socialismo (y nacional, en mi caso) nos iba la vida, nos fue la vida, así que no tengo por qué estar rindiendo examen en ese sentido. Pero entiendo tu planteo y, si querés saber mi opinión, me encantaría que el 2010 no nos encuentre ni unidos ni dominados sino, mejor distribuidos. (En el pasillo) El Aromo- En la charla de hoy hiciste mucho énfasis en la cuestión obrera del Centenario de 1910, la represión y demás. Pigna- Sí. EA- ¿Por qué en el primer número de tu revista, que está dedicado al Centenario, no hay ninguna referencia de esos hechos? Pigna- No... es cierto... pero va a haber. Ahora va a haber una sobre el movimiento obrero donde vamos a hablar mucho de todo eso, a partir del 17 de octubre: antes y después... EA- Pero ¿por qué no en el primer número? Pigna- No, bueno, no es una cuestión de omisiones culposas, sino, simplemente, porque hablamos en líneas generales de Mayo y de lo que pasa hoy, pero no es una omisión. Ninguno de nosotros tiene espíritu de omitir semejante cosa, al contrario. EA- Inclusive, en ese dossier hay una reivindicación de la política educativa y hacia los obreros del gobierno de Roca. ¿Hay un espacio para tener una visión positiva del Estado Roquista? Pigna- Nuestra visión del Estado Roquista es una visión muy negativa, lo que pasa es que los elementos progresistas del roquismo hay que señalarlos como positivos. Sería muy necio de nuestra parte negarle al roquismo ese aspecto positivo que fue el laicismo. EA- ¿Por qué, entonces, decidieron no omitir esa parte y sí omitir la parte de la represión roquista contra los obreros? Pigna- No, no hay ninguna mala intención. Quiero que quede claro que no hay ninguna mala intención. EA- Entonces ¿cuál fue la buena intención? Pigna- La buena intención es señalar, en el momento que corresponde y en el texto que corresponde, lo que uno quiere. Y si no, ahí tenés mi libro donde hablo muy claramente del movimiento obrero y podés ver lo que pienso.
Un imperialista sentimental (y cuantitativo) El Aromo- Señor Bielsa, en Caras y Caretas n° 2 salió publicada una nota criticando la posición argentina en Haití, por intermedio de las denuncias contra las tropas de cascos azules que reprimieron protestas populares... Yo le pregunto, Canciller, a usted que formó parte de una generación que también hablaba de socialismo, en el año 1965 toda esa generación se sintió indignada por la invasión yanqui sobre Santo Domingo, muy cerca de Haití; yo quería saber, señor Canciller, si a usted no le da vergüenza ser el responsable de que Argentina esté participando de la intervención en Haití, haciéndole el trabajo sucio a las tropas yanquis en Irak, que pueden dedicarse a la guerra tranquilamente, sin tener que preocuparse por reprimir en el Caribe, porque lo hacen argentinos y brasileños. Bielsa- No. No siento la más mínima vergüenza. Porque me parece [sic] que no comparto la asimilación del caso de Haití con la invasión de Santo Domingo. No la comparto por razones cualitativas y cuantitativas. En lo cualitativo, básicamente por dos motivos. El primero, por un mandato de un órgano multilateral, que es Naciones Unidas. La Argentina no tiene otra alternativa que trabajar activamente por un mundo multilateral. La experiencia de haber trabajado activamente por un mundo unilateral, en la década de los noventa, nos dejó como nos dejó. De manera que la protección la vamos a encontrar siempre en los ámbitos donde un país es un voto. Naciones Unidas tomó esta decisión donde un país era un voto. En segundo lugar, porque yo creo que los problemas de la región los debe afrontar la región. No hablo únicamente de una fuerza de seguridad multilateral, como en el caso de Haití, sino que hablo de muchos otros países que han tenido problemas institucionales últimamente (me refiero a Ecuador, a Bolivia)
donde Argentina jugó un papel muy activo. Entonces, si efectivamente los problemas de la región debemos afrontarlos los de la región, una fuerza multilateral, votada por Naciones Unidas, de la que forman parte veinte países, con un contingente de 5.000 hombres, no me parece que sea una cuestión políticamente incorrecta. Creo todo lo contrario. Y finalmente, desde el punto de vista cuantitativo, creo que comparar y decir que eso es hacerle el trabajo sucio a EE. UU. cuantitativamente es estúpido, porque EE. UU. a lo más [sic] que puede haber retirado de Haití son 200 personas o 300 personas, o 400, o 1.000 si querés... o 2.000, frente a 150.000 que tiene en Irak. De manera tal que no es cuantitativamente relevante el trabajo que se le ahorra. El Aromo- Pero murieron 2.000 soldados yanquis en Irak. Bielsa- Pero... no se mide en términos de víctimas, sino en términos de contingentes... El Aromo- Disculpe, pero me parece que dos mil bajas para reemplazar, son una cifra cuantitativamente importante en términos de logística bélica. Bielsa- Pero no creo que los 2.000 que sacaron de Haití sean los mismos 2.000 que murieron en Irak. Me parece que no resiste el menor análisis desde el punto de vista cuantitativo, pero, si querés, dejemos de lado lo cuantitativo, ya que, en cualquier caso, una persona es una vida humana y atengámonos al análisis cualitativo. Yo prefiero manejar un tema como el de Haití en un ámbito multilateral como es el ámbito de Naciones Unidas a repetir la experiencia de Santo Domingo que, precisamente, en lo que se parece es en que es absolutamente opuesto.
Página 8
Septiembre 2005
En defensa de diciembre La izquierda frente a las elecciones de octubre. Por Eduardo Sartelli Historiador y Director General de Razón y Revolución Organización Cultural
Se viene el lobo… Las próximas elecciones nacionales marcarán un punto de llegada de la crisis política que se inició con la caída de De la Rúa. Para la burguesía en general, es un momento de recomposición del consenso en torno a su derecho al dominio social. La hegemonía burguesa se confirma con cada elección “normal”, de allí que ésta resulta particularmente importante, porque es la primera de esas características luego de ese hecho, en apariencia, excepcional que fue el Argentinazo. Estas elecciones tienen esta función “normalizadora” por encima de todas las demás cuestiones que puedan entrar en disputa. Precisamente, si la burguesía obtiene un éxito arrollador, el Argentinazo pasará al patio trasero de las conciencias como un hecho irrepetible, una pesadilla de la que ya despertamos, una mala broma superada por este “país en serio”. Por esta razón de fondo es que hay que evitar perderse en el bosque de las pequeñas disputas que, tanto a derecha como izquierda, constituye la superficie de la vida política de la Argentina actual. Lo que está en juego es, primero que nada, la liquidación definitiva del Argentinazo por la vía de la destrucción de la fracción revolucionaria del movimiento piquetero. Cierto es que domina el ambiente una querella que, para los medios, resulta central, la que opone Kirchner a Duhalde. Pero se trata simplemente de decidir cuál será el personal político que realice la tarea principal. Ninguno representa ningún programa diferente (como tampoco lo tienen López Murphy, Carrió o Macri). Si gana Kirchner por aplastamiento (algo cada vez más difícil a medida que avanza el tiempo), será él quien enfrente a los piqueteros con la mano más dura que se habrá visto en mucho tiempo. Si gana por poco, será él quien enfrente a los piqueteros con la mano más dura que se habrá de ver en mucho tiempo. En el primer caso, Duhalde se asociará de facto, aplaudiendo la política oficial. En el segundo, Duhalde se asociará de facto, aplaudiendo la política oficial. Salvados los bancos, renovada la política de endeudamiento, contento el FMI, encauzada la política de salvataje de la burguesía “nacional”, endulzadas las multinacionales con subsidios a diestra y siniestra, cerrada la boca de los ruralistas y de los petroleros con rollos de dólares color soja/verde “petróleo”, el frente burgués
no tiene nada malo que esperar de estas elecciones, salgan como salgan. Por el contrario, el “aire” que las urnas darán al sistema político, consolidándolo, permitirán profundizar una política ahora públicamente reaccionaria, de la que resaltará el ataque contra los planes sociales. Si Kirchner quisiera ganar las elecciones por “afano” y pasar a la historia como el presidente “de los pobres”, no le costaría nada. Con un porcentaje menor de los ingresos impositivos y las retenciones, podría duplicar los subsidios a los desocupados, extender la masa beneficiada, elevar las jubilaciones y los salarios de los empleados estatales. No lo hace porque significaría liquidar el nuevo techo salarial que la crisis ha impuesto al proletariado argentino, y que constituye la clave de supervivencia de toda la burguesía local y la razón por la cual pueden invertir en Argentina las multinacionales. La obligación de Kirchner (y de cualquier otro gobierno burgués en la Argentina) es sentarse sobre esa olla a presión, repleta de la miseria y el hambre de la clase obrera argentina, que se ha constituido en garante de la continuidad de la acumulación de capital local. Esto es lo único que está en juego en estas elecciones. ¿Por qué hay que ir a votar? Desde las corrientes autonomistas y anarquistas hasta ciertas tendencias socialistas, las elecciones son vistas como un ámbito puramente burgués. Toda participación legitima al sistema capitalista, razón por la cual no hay que intervenir en ellas. Desde esta perspectiva, el sistema político americano debiera ser el más desprestigiado y endeble del mundo. El voto en blanco, la impugnación, o la no concurrencia, per se no significan nada políticamente. Sólo en contextos específicos (como el voto en blanco contra Illia) estas variantes de indicación de voluntad tienen un color (y por lo tanto, un efecto) político real. Por otra parte, es falso que el sistema electoral no contenga ningún interés no burgués. Precisamente, la democracia parlamentaria es la forma más común y eficiente en la que se integran intereses secundarios no burgueses (o de fracciones débiles de la burguesía) en el Estado. Ciertamente, se trata de intereses secundarios, pero eso no disminuye su importancia y, además, explica por qué razones la gente concurre a votar. Cuando el Estado no puede integrar estos intereses secundarios de alguna manera, se produce el aislamiento de la fracción dominante de la burguesía, preludio de una crisis política de marca mayor. De modo que constituye una simplificación extrema de la
función de la política electoral en los mecanismos de dominación social, decir que las elecciones “no sirven para nada”. En eso consiste, exactamente, la democracia burguesa: es un mecanismo de dominación social por la vía de la integración, parcialmente conflictiva, de intereses secundarios de las clases y fracciones subalternas, en torno al interés central de la fracción dominante. Por dar un ejemplo, resultaba difícil, en las elecciones que lo renovaron en el gobierno de la ciudad, discutir la candidatura de un personaje execrable como Aníbal Ibarra, entre los docentes de media de Capital, frente a las confesas intenciones de Macri de atacar a fondo el sistema educativo porteño. En las salas de profesores no había ningún iluso con las cualidades políticas del mayor responsable de Cromañón, pero ninguno quería arriesgarse a que ganara el presidente de Boca. Kirchner mismo juega hoy a recrear el monstruo menemista, a fin de polarizar con algún terror popular. Creer que la gente vota por votar, que no respalda ningún interés con su acción, es creer que es tonta. Las elecciones no son otra cosa que un relevamiento de fuerzas relativas. Relevamiento que no se agota, por supuesto, en el simple recuento de votos, sino que incluye el significado y el análisis de tendencias. Lo que busca el gobierno es, precisamente, que ese recuento de fuerzas demuestre que los representantes del Argentinazo no son más que una minoría despreciable, bulliciosa, pero despreciable. Es decir, busca completar el aislamiento político de la vanguardia piquetera. Fernández y Kirchner lo dijeron bien: en las elecciones se demostrará que no son nada, que no los sigue nadie. Que no son, en definitiva, dirección política. Que quede claro que el Argentinazo y sus seguidores no van a ningún lado, porque no hay dirección. Que son, en última instancia, una expresión del caos, tal vez bien intencionado, pero caos al fin. Y que, con el caos, como se ve en el tránsito, en el Garrahan, en las escuelas, el subte o dónde sea que la clase obrera actúe directamente (es decir, sin mediación del Estado), no se construye nada, sólo se molesta a la gente. Lo que el gobierno quiere, en estas elecciones, es sumar el máximo de poder social, es decir, el mayor conjunto de relaciones posibles como base de sustentación del Estado, neutralizar aquellas que no pueda asimilar y aislar a las que lo combaten. El gobierno ha tenido éxito, mucho éxito, en la tarea de cooptar fieles a su causa por el camino de integrar relaciones (intereses) secundarios al Estado, dos en particular: los derechos civiles (derechos humanos)
Vuelven dos clásicos del marxismo CICSO La lucha de calles, con su forma y grado de violencia, ya es práctica social en la Argentina. Para saber de qué se trata es necesario construir el camino a la interpretación, al análisis social global que conecte niveles políticos, económicos e ideológicos a partir de una perspectiva en la cual el interés apasionado por el avance de la clase obrera y de las masas vaya unido al conocimiento efectivo de los acontecimientos en toda su complejidad.
Reserve su ejemplar a ventas@razonyrevolucion.org
Ediciones
ryr
y la asistencia pública, es decir, las relaciones que unen a los desposeídos incapaces de reproducirse como fuerza de trabajo, con los bienes que aseguran su subsistencia. Sobre esa base es que ha capturado a fuerzas políticas que fungían de opositoras (como los organismos de derechos humanos) y a los MTDs autonomistas y Patria Libre (Barrios de Pie). Las posiciones de Estela de Carlotto y de Hebe de Bonafini han venido a coincidir en su ataque a las organizaciones piqueteras y a todas las manifestaciones de repudio a la hipocresía política de la clase dirigente (en particular, cuando las toman de blanco a ellas mismas, como los justicieros huevazos a la defensora de Aníbal Ibarra). El reparto discrecional de planes hacia los “piqueteros” oficialistas, al margen de la transformación de varios de sus dirigentes en funcionarios de gobierno, ha logrado minar las filas del movimiento. El retorno a la “normalidad” democrática ha abierto un canal de cooptación al sistema de personajes que se imaginan estar más allá de la izquierda o la derecha, pero que se arriman cada vez más a éste último lado del espectro ideológico. El caso más importante es Zamora, cuya gigantesca confusión programática se aclara sólo para atacar a la izquierda. Se ha transformado así, en el mejor anti-piquetero del gobierno. En síntesis, no votar por alguna de las candidaturas que represente la política obrera revolucionaria, es permitir, facilitar, impulsar, hacer posible la maniobra del gobierno. Al mismo tiempo que se deja de lado la política electoral como campo de lucha, se pierde la oportunidad de construir una dirigencia nacional capaz de representar una alternativa política revolucionaria. Esos raros peinados viejos Frente a este panorama, el grueso de la izquierda argentina muestra una fragmentación notable. No tanto por la cantidad de propuestas, sino porque la mayoría de las organizaciones no logró sacar las conclusiones adecuadas del Argentinazo, incluso aquellas que sufrieron importantes torsiones en su práctica y su programa. El Argentinazo marcó la aparición de una estrategia revolucionaria en el seno de la clase obrera, cuya vanguardia en formación requería (requiere) un continente partidario. Buena parte de la izquierda ha abdicado de esa tarea de construcción partidaria. El más visible de esos procesos es el que afecta a IU. Los entretelones de la ruptura de Izquierda Unida son por todos conocidos, de modo que
Página 9 no nos detendremos en examinarlos. Bastará decir que nada de lo que han hecho es novedoso. La política de colaboración con la burguesía ha caracterizado al Partido Comunista desde, por lo menos, el Frente Popular francés, allá por la década del '30. La tendencia a la capitulación del morenismo ante el peronismo, es decir, ante el frente popular, es decir, ante la burguesía, es tan viejo como el Partido Socialista de la Revolución Nacional que Moreno organizó con Dickman y Perón en 1954. Lo que sorprende es, en realidad, la pérdida absoluta del miedo al ridículo que la dirección de ambos partidos demuestra. ¿Hace falta señalar que el PC debiera haber aprendido ya de la experiencia del Frente del Sur? ¿Del Frente Grande? ¿Del Frepaso? ¿De la Alianza? Un partido que ya es dos y no se anima a reconocerlo efectivizando la división (demostrando, de paso, que ambas fracciones tienen el mismo desprecio por sus bases), el MST, cree que reciclando trasnochados de la burguesía va a ganar votos con los que no sabría qué hacer. Lo que caracteriza a ambos agrupamientos es la incapacidad para superar el reformismo burgués, en un momento en que la burguesía no tiene ninguna fracción reformista porque no hay lugar alguno para el reformismo, en medio de la crisis mundial y de las tendencias a la descomposición del capitalismo argentino. Es por eso que resulta absurda la idea de que mostrándose “peronistas”, adoptando el programa peronista e incluso recauchutando personajes peronistas, se conseguirá atraer a masas cuya conciencia tiende a superar tendencialmente esas formas atrasadas. Pretenden construir la vida futura con el pasado muerto. Más peligrosa es, en ese sentido, la estrategia de Castells, que pretende él mismo constituirse en Perón, despreciando la organización colectiva del movimiento piquetero y apelando a un irracionalismo caudillesco cuyo programa nadie conoce, pero que expresa en sus definiciones la integración al sistema. Desde un ángulo no muy diferente, el llamado del PCR a la abstención y el voto en blanco, no sólo es una forma de seguir ocultando una política de fondo que no ha cambiado, sino que, peor aún, implica un llamado a desconocer a la vanguardia revolucionaria surgida del Argentinazo, una porción para nada despreciable de la cual milita en sus propias filas. El voto en blanco (anulado o la no concurrencia a las urnas) de una agrupación que ha sabido votar por Luder y Menem, no sólo llama a que se confunda políticamente el sentido de la elección, sino que contribuye a desarmar al proletariado militante. Coincide con el gobierno en que sólo la burguesía puede gobernar. No es extraño porque el PCR cree, igual que el estalinismo, que es necesaria la formación de una alianza con la burguesía “nacional” en nombre de una “revolución nacional”. El único problema que tiene esta estrategia es que ya no le quedan no sólo bases sociales, sino ni siquiera representantes políticos de estas alianzas. El voto en blanco del PCR es una forma de votar por Kirchner. El conjunto de estas agrupaciones, entonces,
Septiembre 2005 repite una estrategia superada por las masas en lucha. No porque se hayan hecho “socialistas”, sino porque las tendencias profundas del capitalismo argentino (y mundial) destruyen las bases materiales sobre las que se habían construido. Precisamente, por esta tendencia a superar una estrategia atrasada, es que han sufrido las consecuencias. Tanto el MST como el PC han tenido escisiones “piqueteras”, mientras que el PCR ha perdido importantes contingentes. La política del PTS y del MAS merece un párrafo aparte. Ambos formalizaron una alianza que rechazó el frente propuesto por el Partido Obrero porque éste pretendía incluir en ella al PC y al MST. El argumento es sencillo: los ex Izquierda Unida tienen una política claudicante ante la burguesía desde hace rato. Consecuentemente, los verdaderos revolucionarios se constituyen en un polo separado de todo contacto con ese tipo de agrupamientos. La crítica del PTS y el MAS a Izquierda Unida es en general correcta, pero sólo en lo general. Efectivamente, ambas agrupaciones (pero sobre todo el MST), han participado del Argentinazo, es decir, del fenómeno que culmina el proceso que da origen a la actual vanguardia obrera. Es indudable (hay que ser, más que ciego, deshonesto para no reconocerlo) que en el Teresa Vive y el MTL se encuentra un porcentaje importante de esta vanguardia. El repudio en bloque, sobre todo por partidos cuya incidencia en ese mismo proceso ha sido mucho menor, no es una buena forma de rescatar a esa fracción de la vanguardia contenida en la ex IU. El PTS, en especial, repite así el error estratégico que lo ha constituido en una rara avis en la izquierda argentina: habiendo participado en experiencias importantes en torno al Argentinazo (Zanón, en particular) y teniendo una base de indudable calidad militante, es el único partido de izquierda que no logró crecer en ese proceso. El PTS actúa como secta, ignorando el movimiento real y pretendiendo, al mismo tiempo, colocarse en su centro. Guiado por la absurda idea de que la fracción desocupada de la clase obrera no podía ser base para la construcción de la vanguardia revolucionaria, confundió a los obreros de una fábrica en quiebra de una provincia marginal con el ombligo del mundo. En lugar de integrarlos a la corriente principal del movimiento, la Asamblea Nacional de Trabajadores (no digamos ya el Bloque Piquetero), se dedicó a combatirla desde afuera. Gastó a esos compañeros en un esfuerzo inútil (que duplicaba las tareas del conjunto del movimiento en lugar de simplificarlas) y se privó de disputar, sobre esa base, la dirección del proceso revolucionario. En la ANT y sin el prejuicio de que los desocupados son poco más que lúmpenes (definición que no se anima a explicitar, como la fracción anti-piquetera del MST), el PTS estaba llamado a cumplir un rol de dirección. Se perdió esa oportunidad porque es incapaz de saldar sus diferencias programáticas con el resto del trotskismo, en especial con el PO, al que sólo sabe criticar por “burocrático”, lo que es, en el fondo, pura cantinela liberal. Incluso la muy lúcida crítica de Praxis, el
© El Aromo 2005. Mercedes Manrique.
grupo pro-piquetero que se separó del PTS, hizo hincapié en esta histeria anti-burocrática, cuando en realidad el argumento de fondo se apoyaba en estos gruesos errores estratégicos. Dado lo que se juega en estas elecciones, una concepción política seria llevaba no sólo a una alianza electoral con Izquierda Unida, sino con todo el arco piquetero que no se hubiera entregado al gobierno, desde la CCC al MIJD. La movilización “multisectorial” y el voto piquetero Al cierre de este número de El Aromo, Razón y Revolución participaba de la marcha que dio en llamarse “multisectorial”, con una multitud de cerca de 15.000 personas que reunía a docentes universitarios, empleados del Garrahan, estudiantes y obreros desocupados. Las divisiones no faltaron, en particular, entre los MTDs ahora sorprendidos por la forma en que el gobierno los ningunea, y la CCC, que continúa con su estrategia de no confrontación (es decir, alianza) con el gobierno. Estuvo ausente el MIJD como era de esperar. Aún así, logró conformarse un ejemplo de frente único piquetero, que se expresó sobre todo en el acto de cierre en Corrientes y Callao. Lamentablemente, ese proceso de unidad por la base (que va a ser la tónica luego de las elecciones y que expre-
sa la tendencia a la reconstitución de la ANT como expresión de las tendencias a la descomposición del capitalismo argentino), no va a reflejarse en el proceso electoral. Un frente electoral de las principales corrientes piqueteras, con el programa que emergió durante el Argentinazo, que obtuviera un buen resultado, habría puesto freno al reflujo y se hubiera transformado en un punto de reagrupamiento. Habría limitado también el aislamiento que el gobierno ha venido construyendo y habría dado aire a todos los procesos de lucha actual. No tiene sentido hablar de “traiciones”, porque cada corriente ha hecho lo que históricamente ha pretendido hacer. De lo que hay que hablar es de programas, de su necesaria actualización a la luz del Argentinazo: un programa que representa al pasado debe ser reemplazado por el que emergió de cara al futuro. En ese contexto, todo aquel que quiera defender a la vanguardia surgida del Argentinazo debe votar a quienes representan ese proceso con mayor claridad. Del recuento que hemos hecho, debe quedar claro al lector que consideramos una oportunidad perdida el fracaso del frente propuesto por el Partido Obrero. No nos impedirá decir que el voto al PO es, sin duda alguna, la más consecuente defensa de ese proceso iniciado en diciembre de 2001.
Ediciones ryr
Eduardo Sartelli El derecho a la pereza, de Paul Lafargue, vuelve a la palestra para luchar contra esa idea absurda de que el trabajo es el único fin de la vida. Acompaña el clásico de Lafargue una biografía del revolucionario francés y un conjunto de estudios que traen el debate a este presente argentino, tan pleno de potencialidades.
Reserve su ejemplar a ventas@razonyrevolucion.org
Los momentos culminantes de la lucha de clases en la Argentina del siglo XX se unen para explicar el presente debatiendo con las principales corrientes de la izquierda argentina.
Página 10
Septiembre 2005
Censura en las Jornadas Inter-escuelas de Historia, Rosario, Septiembre 2005 Por Marina Kabat Grupo de Investigación de los Procesos de Trabajo - CEICS
Los censuradores Los coordinadores de la mesa 48 “Conflicto, política y cultura en el mundo del trabajo”, Enrique Mases, Mónica Gordillo y Mirta Lobato, forman parte de la segunda generación de historiadores post '83. Se han autodefinido en Entrepasados, publicación que de algún modo los nuclea, “hermanos menores” del grupo dirigido por Hilda Sábato y Luis Alberto Romero.1 En sus investigaciones sobre “el mundo de los trabajadores” y la “cuestión social” a inicios del siglo veinte borran a la clase obrera como sujeto histórico, sea por su inclusión dentro de lo que llaman “los sectores populares”, como por una definición vaga que diluye el concepto, volviéndolo inútil. Su preocupación por “la cuestión social” resulta significativa. Mientras en los '60 y '70, el tema dominante era el movimiento obrero y la lucha de clases, después del '83 historiadores como Romero y Sábato se preocuparon por los problemas de la democracia burguesa: ellos creían -junto con Alfonsín- que con la democracia se curaba, se comía y se educaba. La segunda generación de historiadores post proceso, desengañada de esa experiencia, nace menos ambiciosa y aspira sólo a pequeños cambios. Un Estado que recupere su rol en la sociedad es su aspiración mayor (ignorando cuál es el rol del Estado capitalista). No es extraño entonces que se ilusionaran con la Alianza como antes lo habían hecho con 2 Alfonsín y después con el FREPASO. El eje de su intervención historiográfica ha sido mostrar cómo Yrigoyen representó un cambio significativo en la política frente al movimiento obrero. No por haber sido el primer presidente en emplear el ejército para reprimir obreros, sino por haber instaurado, como dice Juan Suriano (uno de los historiadores más representativos de este grupo) un proto-estado social. Afirmación que, dicho sea de paso, se sostiene en discursos inútiles y un puñado de leyes que no se cumplían. La censura Nuestro grupo presentó en esta mesa cuatro ponencias. Una fue rechazada. La misiva donde se nos comunica la noticia no contenía ninguna explicación. Tuvimos que solicitarla. En estas páginas reproducimos su respuesta, que llama la atención por el amontonamiento de argumentos falaces y por la ausencia de toda consideración hacia la autora. Para los coordinadores, las diferencias de opinión parecen ser un buen motivo para descartar el trabajo. Esgrimen, para desestimarlo, comentarios que hubieran podido ser formulados dentro del congreso, dando lugar a la posibilidad de respuesta. Como agravante, en todo momento se trata a la autora en forma irrespetuosa y despectiva. Esta actitud se manifiesta ya en el primer mail que comunica el rechazo sin explicarlo. Sin duda, el peor agravio está dado por la lectura harto superficial de su ponencia y por la acusación de que ésta no agregaba nada al conocimiento sobre el tema. Ambos están relacionados, pues nadie que la hubiera leído con atención podría hacer tal afirmación. Más en el caso de un trabajo sobre una rama hasta ahora no estudiada, donde la autora logra describir el proceso de trabajo e identificar las tareas que se realizaban a domicilio. Este es uno de sus aportes más importantes, en la medida en que difícilmente se sospechara
que los carruajes fueran construidos mayoritariamente a domicilio. A tal punto, que los coordinadores parecen dudar que esto fuera posible y levantan la hipótesis de talleres terciarizados sin tener ninguna información al respecto: la ciencia refutada por el prejuicio de la “opinión”. Formalmente contestamos los argumentos de los coordinadores, dándoles la oportunidad de revisar su decisión. La ausencia de repuesta (otra grosería más) nos condujo a la conclusión que inicialmente habíamos evitado: nunca hubo razones serias. ¿Se descartó la ponencia por que es marxista y porque en la mesa ya exponían demasiados investigadores del CEICS-RyR? No lo sabemos, pero vamos a preguntarlo directamente en la mesa. Lo que intentan pasar por argumentos no son más que una serie de excusas mal pensadas, reunidas ad hoc y apresuradamente frente a nuestro pedido de explicaciones. Sólo eso puede explicar que los argumentos centrales se funden en burdos errores de lectura. El resto de los comentarios hubieran tenido validez en el contexto del congreso, pero no pueden dar lugar al rechazo de la ponencia, ya que si los coordinadores sostienen hipótesis rivales, debieran debatirlo con la ponente en el congreso y no excluirla por ello. 1) Argumento principal: el trabajo no corresponde con los objetivos planteados Falso: el trabajo no se corresponde con lo que los coordinadores creen que es el objetivo. Ellos dicen que éste sería: “los cambios producidos en los procesos de trabajo y las respuestas obreras frente a ellos.”. En la ponencia no se estudia ningún cambio en el proceso de trabajo. Por el contrario, se describe una situación que ya está establecida desde la década de 1890. Los coordinadores repiten y refuerzan su error: “la ponencia intenta mostrar cómo la industria del carruaje se convierte en manufactura” lo que equivale a decir que se pretende estudiar la “transición a”, el “cambio hacia” la manufactura. Sin embargo, el período estudiado, comienza con una organización manufacturera del trabajo. Por eso decimos “sostendremos que ésta industria se encontraba en el período manufacturero”. Es decir, describimos una situación ya instalada y no una transformación. 2) Primer argumento secundario: las hipótesis no se prueban Falso: nuestra hipótesis (el carácter manufacturero de la producción) queda plenamente confirmada en la descripción del proceso del trabajo (manufactura se define por el trabajo manual y por su fragmentación o división en distintas tareas). Nuestra descripción lo demuestra plenamente: todo el trabajo es manual y está fragmentado por lo menos en
seis fases diferentes. En cuanto a la clase obrera, la hipótesis del trabajo, en ningún momento mencionada por los coordinadores, es el carácter heterogéneo de la misma: nuevamente desde la fragmentación por oficios y situaciones contractuales, a la presencia de importantes y reiterados conflictos entre los trabajadores, toda la información presentada avala la hipótesis. No hay datos empíricos que no cumplan una función dentro de la argumentación y al mismo tiempo toda afirmación importante esta sustentada en datos concretos. En ese sentido, la brevedad de la que parece acusarse al texto, representa en realidad una virtud. En vez de acumular datos sin sentido, éstos se brindan en las dosis justas para sostener las tesis planteadas. 3) Segundo argumento secundario: los coordinadores dicen que no se demuestra que hay trabajo a domicilio. Creen que el trabajo en los talleres es una buena hipótesis alternativa que nosotros no contemplamos. Explícitamente afirmamos la existencia de talleres de talabartería encargados del trabajo de tapicería, lo que demuestra que no han leído la ponencia (al menos no con un mínimo de atención). Sin embargo, sostenemos que la mayoría del trabajo se realizaba a domicilio. En el resumen de la ponencia esto puede constatarse (hemos añadido algunas citas más para ver si convencemos a nuestros incrédulos coordinadores). 4) Tercer argumento secundario: se cuestiona el marco temporal elegido ya que pasa por alto las transformaciones de la crisis del treinta. Partimos de una crítica a esta periodización tradicional que marca un punto de inflexión en la crisis de 1930 y que sobrevalora sus efectos. Para los coordinadores, nuestra ponencia incurre en el pecado de no periodizar la etapa de acuerdo a sus preferencias historiográficas. 5) Cuarto argumento secundario: en una frase poco clara, se nos dice que los conceptos no son “explicados y sobre todo utilizados de acuerdo con el resultado de la investigación”. Consideramos que esta es una acusación falsa, un latiguillo habitual utilizado por los defensores del empirismo para censurar a quienes usan la teoría para orientar su investigación, en especial si son marxistas. Dos concepciones epistemológicas profundamente diferentes se enfrentan. Pero nuevamente los coordinadores clausuran el debate a través de la exclusión. El debate El Grupo de Investigación de los Procesos de Trabajo del CEICS-RyR ha discutido ya con
estos autores. Uno de los ejes ha sido el problema de la cuestión social. A partir de investigaciones concretas hemos cuestionado el supues3 to nuevo rol del estado yrigoyenista. Hemos planteado también una discusión teóricoepistemológica con Mirta Lobato,4 que puede ampliarse a todo el grupo. Criticamos su concepción de la clase (carente de todo elemento estructural y, por lo tanto, plenamente subjetivista) y su noción de experiencia. La clase se formaría mediante cualquier experiencia. Todas ellas parecen tener igual importancia. Esta ausencia de jerarquías permite que se minimicen o directamente se ignoren sucesos importantes. Ninguno de estos historiadores alude verdaderamente al nivel de confrontación que rodeaba a las huelgas, ni se detiene en los piquetes, lock-outs o en la represión policial. Para ellos estos son temas del pasado, propios de setentistas, ahora serían necesarios estudios “más ricos, más amplios”, que analicen los vínculos entre el Estado y los trabajadores: es tiempo de analizar la “cuestión social”. Es la hora, a su juicio, de estudiar la “vida cotidiana”, entendida como algo completamente desgajado de la política y la lucha de 5 clases. Hemos criticado el empirismo de la corriente, cuya tarea historiográfica consiste en recolectar a tientas datos de escasa significación. Ellos en repetidas ocasiones nos han señalado que nuestra orientación teórica ha obscurecido nuestro trabajo, que éste sería más rico si no “buscáramos encasillar la realidad en moldes preestablecidos”. Pero se trata de simples chicanas. La teoría nunca debe ser un dogma, sólo una guía para la investigación y puede ser reformulada como producto de ésta. De hecho, 6 hemos dado prueba de ello. No parece ser el mismo el caso de quienes hoy criticamos. Notas 1 Ver Sartelli, Eduardo: “Tres expresiones de una crisis y una tesis olvidada”, en Razón y Revolución nº 1, primavera de 1995 (hay reedición electrónica 2004). 2 Ilusión explícitamente reconocida por Mirta Lobato y Juan Suriano en La protesta social en la Argentina, Bs. As., FCE, 2003. Ver reseña de este libro en Razón y Revolución nº 12, verano de 2004. 3 Ver “Los primeros gobiernos radicales y la cuestión social” en Razón y Revolución n° 11, primavera de 2002. Con ese artículo discutimos en la edición anterior de estas jornadas (Córdoba, 2003) en la mesa de Juan Suriano sobre cuestión social. 4 Ver nuestra reseña de La vida en la fábrica, libro de Mirta Lobato, en Razón y Revolución n° 8, primavera 2001. 5 Uno de los mayores logros historiográficos de Suriano sería caracterizar la huelga de inquilinos como una protesta de “consumidores”. Esta es la forma en que desgajan la realidad social: un obrero que lucha porque su salario no le alcanza para pagar su pieza de conventillo no lleva adelante una lucha obrera, sino una “protesta de consumidores”. Se ubican así a la derecha del Departamento del Trabajo que, al analizar el costo de los conventillos, lo hacía bajo el título “vivienda obrera” y lo ligaba al problema del salario. 6 Véanse, de nuestra autoría, “Lo que vendrá Una crítica a Braverman a propósito de Marx y la investigación empírica.”, y de Eduardo Sartelli, “Para comer una hamburguesa. El estudio de los procesos de trabajo, el debate Braverman y el “fast food” en Argentina.”, en Razón y Revolución n° 7, verano de 2001.
Historia de la explotación en la Argentina
Página 11
Septiembre 2005
Cuando estábamos divididos Fragmentación y conflictos obreros en los orígenes de la industria del carruaje1 Por Ianina Harari Grupo de Investigación de los Procesos de Trabajo - CEICS
Dentro del Grupo de Investigación de los Procesos de Trabajo estudiamos la industria del carruaje como antecesora de la industria automotriz que, en sus comienzos en la década del veinte, empleó obreros que provenían de aquella. La industria del carruaje a principios del siglo XX es una manufactura que, al principio, se nutre de obreros de distintos oficios. Este origen refuerza la heterogeneidad típica de la clase en los inicios del período manufacturero y los diversos conflictos en su interior, dificultando la lucha común y el desarrollo de una conciencia clasista. En la industria del carruaje, la división del trabajo no nace de la fragmentación de tareas de un mismo trabajo artesanal, como podría ser el caso del zapatero o del sastre. En cambio, cada tarea parcial recae sobre obreros que provienen de oficios diversos como carpinteros, herrajeros, pintores y tapiceros. Estas dos formas de origen de la manufactura, descriptas ya por Marx, dan lugar a distintas formas de conformación de la fracción de clase de cada rama, según corresponda a uno u otro origen. Sin embargo, el resultado en ambos casos es el mismo: descalificación del obrero individual. ¿Cómo opera este proceso en el caso de los carruajes? Como dijimos, cada parte del
Mónica Gordillo escribió: “Estimada Ianina Harari: Lamento en informarle que su ponencia: La industria del carruaje (1890-1940): El proceso de trabajo y las luchas obreras, enviada a la mesa Nº 48 “Conflicto, política y cultura en el mundo del trabajo. Perspectivas latinoamericanas, el siglo XX”, luego de ser evaluada no ha sido aceptada para su presentación. Atentamente Dra. Mónica B. Gordillo” Ianina Harari respondió (intrigada): “Coordinadores de la Mesa 48: Solicito que me informen los motivos por los cuales rechazaron mi ponencia, enviada en tiempo y forma, siendo que la temática de la misma reproduce la del abstract que en su momento fue considerado pertinente para la mesa en cuestión por sus evaluadores. Quedo a la espera de su respuesta. Atte., Ianina Harari UBA, FCS, CEICS, investigadora auxiliar UBACyT 2004-2007 S134” Mónica Gordillo escribió, (descarada): “Estimada Ianina Harari: Efectivamente el abstract de su ponencia fue aceptado porque la temática era absolutamente pertinente para la Mesa. Debe Ud. recordar que advertimos que todas las ponencias serían evaluadas para determinar su coherencia con lo planteado en el resumen y el cumplimiento de requisitos mínimos de un trabajo de investigación acorde con lo que postulaban. En respuesta a su pedido de fundamentación de la no aceptación de su ponencia, le enviamos las siguientes consideraciones que llevaron a adoptar esa decisión: El trabajo pretende analizar los cambios producidos en los procesos de trabajo en la industria del carruaje y las respuestas obreras frente a ellos en un período tan extenso y cambiante como el que va de 1890 a 1940. En este contexto la ponencia (que es muy breve) intenta mostrar cómo la industria del carruaje se convierte en manufactura. Esta hipótesis general no
carruaje era realizado por un obrero proveniente de un oficio distinto. El carruaje comenzaba con el armado de la caja, que era ordenado a un carpintero. En general, este trabajo se realizaba a domicilio. Luego, la caja era enviada a un herrajero, que normalmente también se desempeña en su domicilio y se encargaba de realizar el herraje y el galvanizado. Recién entonces el carruaje, ya casi terminado, ingresaba al taller de carruaje. Allí, en general se empleaba un “charrón”, un “fragua” y un “limador”. El primero de ellos era un carpintero especializado en el armado y la reparación de las ruedas. El fragua y el limador trabajaban juntos en el armado de distintas piezas de metal que llevaba el carruaje. El fragua calentaba el metal y el limador lo moldeaba. Por último quedaban los pintores y los tapiceros. Entre los pintores se encontraban quienes pintaban el carruaje y quienes se ocupaban del fileteado, tarea que requería un gran virtuosismo. En muchos casos, los pintores solían trabajar para más de un taller. A veces eran empleados por talleres de talabartería donde por lo común se realizaba el tapizado. Creemos que para esta tarea, el tapizado, a diferencia del resto, la formación de talleres especializados resultó más fácil debido a que el mercado del tapizado trascendía la rama de los carruajes y abastecía una demanda más amplia que permitía la división del trabajo. A nuestro juicio, esto explicaría que fuera el tapizado el único trabajo
es comprobada pues el corpus documental es escaso y no alcanza a demostrar lo que pretende. Por otro lado, se sostiene que en esta industria hay “una fuerte presencia del trabajo a domicilio”, sin demostrarlo, pues que buena parte de las piezas de los carros no se construyeran en las fábricas no implica necesariamente trabajo a domicilio. Esta producción podía provenir de talleres medianos o pequeños que fabricaban piezas que se ensamblaban luego en la planta armadora de carruajes. En todo caso esto no está analizado. Pero, además de lo anterior, lo que fue un argumento determinante para la no aceptación es el hecho de que el trabajo no da cuenta de lo que plantea como su objeto de estudio. La ponencia desarrolla sólo un momento del período mencionado, la primera mitad del siglo XX, para mencionar solamente datos sueltos y sin analizar del censo de 1935 y 1939 pero que no se refieren a los procesos de trabajo en la industria. O sea, no se analizan cambios en el período, como si fuera lo mismo la situación a fines y comienzos del siglo que luego de la industrialización del ´30, por ejemplo, tampoco se entiende el por qué del corte en 1940, ¿ qué significa esto al interior de los procesos de trabajo o de las luchas obreras dentro de la industria? Lo mismo se observa con relación a las luchas obreras. Este punto no se desarrolla para todo el período, sólo se hacen algunas menciones incompletas y poco claras con relación al primer momento que, sin embargo, en la conclusión se hacen extensivas a todo el período, sin ser además los conceptos explicados y, sobre todo, utilizados de acuerdo con el resultado de la investigación. En síntesis, se trata de un trabajo poco sustentado, incompleto en su tratamiento con relación al objeto planteado, que no ofrece ni siquiera una descripción de lo que había sido propuesto como tema, mucho menos algún tipo de análisis que aporte al estudio o comprensión de la especificidad de los trabajadores del sector en el contexto de las luchas obreras del período. Esperamos con lo explicado satisfacer su inquietud al respecto. Atentamente Dra. Mónica B. Gordillo”
que diera lugar a la formación de talleres. Esta organización del trabajo promueve la especialización del obrero en una tarea específica. De una multiplicidad de trabajos que un carpintero podía llevar a cabo, ejerce una sola. Deja con ello de ser un carpintero y se convierte en un trabajador parcial, más descalificado: si se ocupa del armado de ruedas será un charrón, si se especializa en el armado de cajas, se convertirá en cajista. Lo mismo ocurre con los herreros transformados en simples fraguas y limadores. En todos los casos el trabajo se vuelve más unilateral y el antiguo trabajador conocedor de todo se oficio se ve transformado en un obrero parcial descalificado. Posteriores transformaciones acentuarán este proceso. La disparidad de oficios de donde provienen los obreros de la rama implica aún la supervivencia de una conciencia corporativa propia de los sindicatos de oficio, que dificulta la unificación del sindicato por rama y la lucha en el lugar de trabajo. Un caso muy gráfico en este sentido lo constituyen los pintores. Estos trabajadores se oponían sistemáticamente a las luchas del gremio, reclamaban para sí la libertad de negociar sus salarios y trabajar cuantas horas quisieran y no aceptaban la dirección del gremio de constructores de carruajes. Los pintores se oponían, por ejemplo, al reclamo de los obreros, compartido por otros gremios, de que el patrón fuera quien costeara las herramientas de trabajo.2 En uno de los tantos artículos que la Federación de Obreros Constructores de Rodados (FOCR) dedica a “escrachar” a estos obreros se comenta: “Los tales indicadores [por los pintores] dicen que ganan veinte pesos por día y no necesitan de la sociedad [por la Sociedad Constructora de Carruajes] ni que un peón los mande”.3 Es evidente el sentimiento de superioridad artesanal y su negativa a formar un gremio en unión con otros obreros menos calificados que ellos. Otro factor que dificultaba la organización fue la extensión del trabajo a domicilio y la consiguiente dispersión geográfica de los obreros. Un análisis sobre la descentralización del trabajo en la rama realizado por la Federación de Obreros Constructores de Carruajes (FOCR) revela que, para fabricar por completo un carruaje dentro del taller, hubiera sido necesario emplear alrededor de 35 obreros. Sin embargo, era muy raro encontrar un taller que ocupara más de cinco trabajadores4. La información de los censos nacionales coincide con la que brinda el gremio: en 1895 había un promedio de sólo 8 obreros por taller, mientras en 1914, uno de 6. Para 1935 esta cifra desciende a 2 y se mantiene hasta 1939. Ya desde su creación en 1906, la FOCR se ocupó de denunciar este problema: “El sistema que va desarrollándose en nuestro gremio [...] es el trabajo a domicilio. Nos los ha demostrado y justifica el actual movimiento que tenemos contra los explotadores que aún no han abonado los 13 días de lock-out. Estos fabricantes no tienen charrones y les sobran ruedas, y no tienen fraguadores y reciben sus coches armados. [...] Todos estos obreros empiezan por querer ser patrones trabajando por fuera de los talleres. [...] Los charrones y cajistas son una competencia desastrosa para los compañeros que trabajan a jornal. [...] Los que trabajan en sus casas cobran menos y trabajan más horas”.5 De hecho, hasta se preocupaban por mostrar cómo el trabajo a domicilio era más ineficiente que el realizado en la fábrica:
“Los que trabajan en la casa dedican menos tiempo en ajustar las mortesas y tratan de hacerlo lo más rápido posible [...] un cajista cuando hace una caja en la fábrica, su mayor empeño es de que su trabajo salga bien, especialmente al ajustar las mortesas [...] lo que necesita su debido tiempo para hacerlo, cosa que cuando esa caja empiece a caminar no empiece a moverse por todas partes como sucede con las que se hacen afuera en su 6 mayoría”. La gravedad de esta situación suscitó constantes reclamos por la centralización del trabajo. Se destaca un ciclo de huelgas en 1910 con esta demanda como objetivo principal.7 Lo que demuestra, al igual que hoy lo hace el movimiento piquetero, que no hay obstáculos insalvables para la organización obrera. Los trabajadores a domicilio, al igual que lo hicieron en otros gremios, también lograron organizarse a pesar de las dificultades. También encontramos situaciones típicas de la manufactura, solidarias a ésta, en tanto dificultan la organización y la lucha en el lugar de trabajo, como la existencia de viejas jerarquías en los talleres (maestros, aprendices) y de formas de subcontratación de trabajo. Esto sumado al pago a destajo. Pero entre todos estos elementos, el que nos da la pauta de que esta fracción de clase aún no se había terminado de conformar, debido a una subsunción formal incompleta o muy elemental: no sólo el capital no había modificado todavía la base del trabajo, que sigue siendo manual, sino que el obrero puede independizarse y establecerse por su cuenta. Precisamente en esta época son constantes las denuncias gremiales contra los obreros que instalan su propio taller y que, además, solían ser los que en peores condiciones empleaban a los trabajadores.8 Todos estos elementos refuerzan la heterogeneidad de la clase en los inicios del período manufacturero, que dificulta la solidaridad, la acción común y el desarrollo de una conciencia clasista. Durante este período, los trabajadores contrarrestan gran parte de esta debilidad organizacional con su fuerte poder de negociación en el lugar de trabajo, producto de las calificaciones que aún conservan. Cuando la división del trabajo avance más y la descalificación y simplificación del trabajo se profundice, la nivelación hacia abajo de las calificaciones actuará como elemento de homogenización, favoreciendo la acción común y el desarrollo de los sindicatos por rama de actividad. Notas 1 Resumen del trabajo que fue rechazado para su presentación en las X Jornadas Interescuelas de Rosario por los coordinadores de la Mesa Nº 48 Mirta Lobato, Mónica Gordillo y Enrique Masés. 2 El obrero constructor de rodados, Año I, Nº3, diciembre de 1906. 3 El obrero constructor de rodados, Año III, Nº19, mayo de 1908. 4 El obrero constructor de rodados, Año II, Nº27, diciembre de 1908. 5 El obrero constructor de rodados, Año I, Nº1, Octubre de 1906. 6 Ibídem. Un documento prohibiendo el ingreso de trabajo realizado a domicilio puede verse en El obrero constructor de rodados, Año IV, Nº43, abril de 1910. 7 La Acción Socialista, 29/01/1910 y La vanguardia, 4/02/1910. 8 El obrero constructor de rodador, Año II, Nº15, enero de 1908.
Septiembre 2005
Revolución de Mayo
Página 12
¿Nuevos canales de participación o
lucha de clases? Acerca de la militarización revolucionaria en Buenos Aires (1806-1810)
Por Juan Manuel Corbalán
¿Por qué se enfrentan? Los programas en pugna
Grupo de Investigación de la Revolución de Mayo - CEICS
Desde las páginas de El Aromo, como en las de nuestra revista Razón y Revolución, venimos sosteniendo una discusión sobre la naturaleza social de la revolución burguesa en Argentina. En esta ocasión, la temática a abordar es la situación revolucionaria que se abre en la Buenos Aires colonial con el proceso de militarización luego de las invasiones inglesas. Se trata del armamento de 8.000 personas (sobre una población activa de 10.000) según su lugar de origen (catalanes, vizcaínos, andaluces, patricios, arribeños) o status jurídico (labradores, castas). Las principales hipótesis de la historiografía burguesa presentan al fenómeno como un proceso de ampliación de la participación política a partir de la incorporación de grandes capas de la población al servicio activo. Se abrirían así nuevos canales de comunicación entre lo que se denomina “plebe” y las indescriptibles “élites”. Los exponentes de la llamada “renovación” historiográfica (Di Meglio, Bragoni, Frega) ven aquí un positivo paso en la incorporación de “nuevos actores a la vida política”, en su intento del “rescate” de los “sectores populares”. Por su parte, la clásica interpretación de Tulio Halperín Donghi plantea que durante esta etapa se va a consolidar una cultura política basada en la violencia y que esa estructura militar va a convertirse en un insaciable devorador de recursos y en una fuente de clientelismo. Este sistema, según el “eximio” historiador, va a impedir la conformación de un Estado nacional. Tenemos, entonces, una mirada positiva y otra negativa del asunto. Para las dos vertientes, sin embargo, todas las organizaciones que surgen tienen una idéntica naturaleza. De allí que las denominen “milicias”, sin distinción. El problema que recorrería a todas sería la dinámica de la incorporación de sectores más vastos. El énfasis será puesto, entonces, en la disciplina y los conflictos que oponen a las direcciones con los sectores subalternos1. Si estas hipótesis son ciertas, al observar los conflictos más relevantes entre 1806-1810 deberíamos encontrarnos con alzamientos de los subalternos e indisciplina generalizada. Veamos con más detalle. ¿Quiénes luchan? Sin bien es cierto que en los albores de la organización de las milicias afloraron cuestionamientos a la oficialidad y actos de indisciplina, la mayoría desaparecieron al poco tiempo. Ya para julio de 1807, en las acciones protagonizadas por las milicias en la defensa de Buenos Aires, nos encontramos con superiores estables y reconocidos por los subalternos. Los cuestionamientos a la dirección provendrán, como veremos, desde otras organizaciones. Pasada la segunda invasión, las direcciones de los Tercios de Gallegos, Catalanes y Vizcaínos ofrecen sus tropas para servir gratuitamente. La excusa: sacar del apuro financiero al erario público, debido a los gastos que ocasionaba mantener activas a las milicias. El objetivo: disolver la estructura institucional que nucleaba a los futuros revolucionarios. La dirigencia de las milicias criollas se opuso a esta maniobra. Esto provocó la reacción de la dirigencia peninsular y la de sus aliados en Montevideo, quienes
conformaron allí, una Junta de Gobierno que juró fidelidad a la Corona española. A su vez, planificaron una sublevación contra el virrey Liniers -quien toleraba las organizaciones criollas- para desarmar a las milicias nativas. La operación iba a llevarse a cabo el 17 de octubre de 1808. Sin embargo, llegado el momento de actuar, el movimiento se abortó debido a que, enteradas, las tropas criollas se acuartelan dispuestas a sostener a Liniers. Superado el traspié, la reacción relanzó la sublevación para el 1º de enero. La fecha elegida no fue casual, ese mismo día se renovaban las autoridades en el Cabildo. Esta vez, las milicias peninsulares de Gallegos, Vizcaínos y Catalanes tomaron la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo). La respuesta criolla no se hizo esperar. Habiendo requisado el grueso de las piezas de artillería existentes en la ciudad y aliados a las milicias peninsulares de Andaluces y Cántabros, se apersonaron en la plaza y desarmaron la insurrección. Liquidado el movimiento, los vencedores obligaron a Liniers a iniciar juicios a los conspiradores. Se llamó a testificar a una buena parte de los soldados involucrados en la insurrección. El proceso determina la condena a los amotinados: cárcel en Carmen de Patagones y confiscación de sus bienes. Respecto a las milicias reaccionarias, se resolvió su desarme y disolución. Sin embargo, y pese a los denodados esfuerzos de los revolucionarios, la reacción resistió estas medidas y mantuvo, con complicidad del virrey, su organización y sus armas. Sus dirigentes no permanecieron inmóviles:
pidieron al Consejo de Regencia un nuevo virrey para poner “orden” en la colonia. Convocado por los peninsulares, Baltasar Hidalgo de Cisneros emprendió viaje con el objetivo de liquidar la organización independiente de los revolucionarios. Enterados de su llegada, las fuerzas criollas intensificaron las persecuciones a los opositores y confiscaron armamentos a cualquier sospechoso de apoyar a Cisneros, desde humildes pulperos a grandes comerciantes. Reunieron toda la artillería de la ciudad y emplazaron una guardia permanente en el puerto para recibir a cañonazos a la nueva autoridad. Cisneros tuvo que esperar en Montevideo. Allí, pasado un mes de negociaciones, debió acceder a los demandas de no desarmar a las milicias revolucionarias. Sin embargo, una vez en el gobierno, el nuevo virrey indultó a los insurrectos del 1º de enero e intentó devolverlos a la actividad militar mediante la orden de constituir Batallones de Comercio. El 18 de mayo de 1810, con las noticias de la caída a manos de los franceses del Consejo de Regencia de la Isla de León, las juntas españolas abrieron el paso para la toma del poder en manos de la revolución. Luego de acuartelar a sus tropas, la dirección revolucionaria instaló piquetes armados en todos los accesos a la Plaza y bloqueó la entrada al cabildo a los principales referentes de la reacción. Aunque intentó resistir, mediante la apertura del gobierno a dirigentes criollos, para el amanecer del 25, Cisneros entrega la Junta de gobierno al comandante de las fuerzas revolucionarias, Cornelio Saavedra.
Como observamos, los combates más relevantes del período son aquellos que enfrentan a las direcciones, en un proceso de polarización política: del lado revolucionario, a Patricios, Arribeños, Labradores, Castas, Húsares, Cántabros y parte de Andaluces. Por la reacción, a las milicias de Gallegos, Vizcaínos y Catalanes, sus aliados en el Cabildo de Buenos Aires y las autoridades de Montevideo. El conflicto dirección-sectores subalternos ocupa un lugar muy secundario. Las disputas por la dirección de las milicias nos llevan a preguntarnos quiénes son esas direcciones y qué representan sus conflictos. Por los revolucionarios, nos encontramos con terratenientes como Saavedra, Pío Elía, Basavilbaso, Pueyrredón, Grijera, Pedriel. Todos propietarios rurales que peleaban por poner su producción en el naciente mercado mundial. Por la reacción, personajes de la talla de Álzaga, Santa Coloma, los Agüero, Varela y Villarino, lo más granado de los monopolistas ligados a la ruta de Cádiz2. Vemos que estas direcciones expresan programas de clases diferentes. Son direcciones concientes de la lucha y lograron arrastrar tras de sí al resto de las clases sociales. Es lo que llamamos fuerza social: una alianza de clases con la dirección de una de ellas. Una buscaba destruir el Estado colonial, la otra, reconstruirlo. La evolución de los enfrentamientos llevó a la eliminación de una de ellas. De lo anterior concluimos que, tanto la visión “halperiniana” como la “renovadora”, no dan cuenta de la naturaleza social de los enfrentamientos. La primera se deja deslumbrar por el hecho militar mismo y lo sobredimensiona, mientras que las visiones “renovadoras” lo banalizan. Para estos últimos, las armas sólo representan una nota de color en la incorporación de nuevos actores en la vida política ¿Cómo explican, entonces, que una “elite” sin conflictos antagónicos a su interior deje armada a toda población? Se trata, ni más ni menos, que de dos versiones liberales. En los dos casos no pueden restituir la naturaleza social del conflicto. Sencillamente, porque no pueden restituir la naturaleza contradictoria de la sociedad. Las grandes luchas del pasado son barridas debajo de la alfombra porque molestan en el presente a la consagración del statuquo. Claro, se trata de algo muy difícil de ocultar. Eso sí, hay que reconocerles sensatez y espíritu de sacrificio: pueden hacer el ridículo intentando disimular lo evidente, pero son fieles a los mandatos de su clase y no van a arriesgarse a poner sobre el tapete aquello que no pueden conjurar, menos en estos tiempos de piquetes y huelgas. Notas Utilizamos el termino subalterno partiendo de la posición en la estructura militar. No como lo utilizan algunas corrientes historiográficas para describir a las clases explotadas. 2 Para un tratamiento más profundo de la naturaleza de clase de las direcciones véase Harari, Fabían: “Los Saavedra y la historia de la burguesía argentina” en El Aromo nº 20, mayo del 2005, y “Los enemigos de Mayo. Los Agüero y la defensa del sistema colonial”, en El Aromo nº 22, agosto del 2005. 1
Cromañón
Página 13
Septiembre 2005
“Un nido de corrupción” El sistema de inspectores de Buenos Aires Por Gonzalo Sanz Cerbino Grupo de Historia Historia Aplicada Aplicada--CEICS
El caso Cromañón sigue dando tela para cortar. A pesar de que la clase dominante y sus intelectuales orgánicos, de la mano de los medios de comunicación burgueses, siguen empeñados en tergiversar los hechos y culpar a las víctimas (ya sean los chicos muertos -“culpables” de ir a baliar- o la banda -“culpable” por tocar en un local que no le pertenecía-), la verdad comienza a asomar. La responsabilidad de la burguesía y de su personal político por este crimen social que ya suma 195 víctimas fatales y miles de jóvenes a quienes se les ha arruinado la vidasigue peleando por ver la luz, contra los intentos de ocultarla bajo 7 llaves. En las últimas semanas se conoció el controvertido informe de la Comisión Legislativa que investigó los sucesos de Cromañón. La Comisión ha pedido, como fruto de su investigación, el juicio político al Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Lo más llamativo del caso es que los mismos legisladores que a principios de año le salvaban el pellejo a Ibarra evitando pedir el juicio político en plena crisis, ahora sí lo hacen. Salvada la crisis política que amenazaba las instituciones burguesas en general, la campaña electoral pasa ahora a primer plano. Por otro lado, los diarios se hacen eco de los rumores que señalan que el juez Lucini podría llamar a declarar a Ibarra. Sin embargo, tanto los tiempos de la Justicia como los de la Legislatura porteña son demasiado lentos: es muy difícil que antes de las legislativas de octubre alguien le sacuda el sillón a Ibarra. Después de las elecciones se verá: la burguesía no tiene empacho en sacarse de encima a funcionarios lo suficientemente desprestigiados como para ser un estorbo para el poder real. Los juicios de la burguesía “democrática” contra su personal político entre el ‘76 y el ‘83 son prueba de ello. Sin embargo, las contradicciones del sistema sacan a flote sus miserias. El informe de la Comisión de la Legislatura se ha tomado el trabajo de analizar la evolución del cuerpo de inspectores encargado de los controles sobre los diferentes tipos de actividades comerciales que funcionan en Buenos Aires. Este informe no hace más que agregar algunos pocos datos a lo que ya sabíamos: la complicidad entre los funcionarios de la ciudad y la burguesía porteña en el mal funcionamiento del sistema de controles. Ya lo habíamos afirmado en abril cuando comenzamos la investigación que 1 estamos llevando adelante sobre Cromañón y los avances que hemos hecho lo confirman. Ibarra y sus sesenta inspectores Es conocido que las inspecciones municipales siempre fueron un gran foco de corrupción. El propio Aníbal Ibarra lo admitió al referirse al cuerpo de inspectores que funcionó hasta noviembre de 2003 como “un nido de corrup2 ción” . En el caso de los boliches bailables, una resolución de la Defensoría del Pueblo de mayo de 2003 parece premonitoria: “El ingreso de personas más allá del número permitido por la habilitación […] es un factor que afecta seriamente la seguridad de los [asistentes] ya que el número de personas que pueden asistir determina los anchos de salida de incendio […]3. Sin embargo la intervención y reordenamiento del área a fines de 2003 no modificó la situación. Ya citamos en El Aromo el informe de la Defensoría del Pueblo de mayo de 20044 donde se advertía el peligro de la falta de controles sobre los locales bailables: “El no cumplimiento y/o
violación a las normas de seguridad contra incendio […] referidas al funcionamiento de Locales Bailables, pone en peligro la vida de más de 400.000 personas por fin de semana, 5 especialmente jóvenes” , advertía. Este informe, remitido a la Subsecretaría de Control Comunal a cargo de Fabiana Fizbin, no pasó desapercibido. Clarín titulaba el 26 de mayo de 2004 que “El 86% de las discos no cumple las medidas contra incendios”. ¿Acaso Aníbal Ibarra no lee el “gran diario argentino”? Las alertas fueron varias. El dictamen de la Comisión Legislativa da cuenta de varios informes referidos a los problemas de las distintas áreas de control a cargo de la Secretaría de Justicia y Seguridad Urbana y de la Subsecretaría de Control Comunal, cuyos titulares durante todo el 2004 fueron Juan Carlos López y Fabiana Fizbin, respectivamente. En varios informes, tanto de la Defensoría del Pueblo como de la Auditoria General de la Ciudad, se reiteran las mismas cuestiones: ausencia de manuales de procedimientos, falta de personal y de recursos y falta de planificación de la tarea. Es decir, los inspectores eran pocos y no sabían cómo hacer su trabajo. Esto no sólo afectaba a los boliches: los problemas eran todavía más significativos en el control de estadios de fútbol, guarderías infantiles, hoteles y geriátricos. El resultado es conocido. Cientos de locales que funcionan sin habilitación o con habilitaciones provisorias, que no cumplen la reglamentación contra incendios, utilizados 6 por más personas de las permitidas y que tienen instalaciones en mal estado (“instalaciones eléctricas deficientes, cables expuestos […] que comprometen la seguridad de los habitantes de dichos hoteles”)7. La investigación iniciada hace 6 meses por El Aromo puede aportar más evidencia en ese sentido. Ciudad Cromañón En mayo de este año la redacción de El Aromo recibe una denuncia de corrupción hecha por el ex inspector Jorge Cameroni, que vinculaba lo sucedido en Cromañón con la corrupción imperante en el área de inspecciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La entrevista realizada con el denunciante nos aportó una idea precisa de la forma en que 8 funciona este sistema . La investigación posterior no sólo confirmo esta denuncia sino que sumó nuevas manchas al currículum de Ibarra. El arquitecto Jorge Cameroni9 se incorpora al Cuerpo de Inspectores de la Ciudad de Buenos Aires en enero de 2004 cuando estaba a cargo de la Licenciada Fabiana Fizbin. Es necesario recordar que en ese momento se estaba disolviendo el viejo cuerpo de inspectores, con fuertes acusaciones de corrupción. Fue reemplazado por una nueva estructura y un nuevo personal. Sin embargo, ya en este momento comienzan a verse una serie de “fallas” que delatan el rol jugado por este cuerpo en el armado político de Ibarra. En primer lugar, los inspectores pasan de ser alrededor de 300 a tan sólo 60. En segundo lugar, el denunciante nos comenta que el mecanismo de ingreso es mediante el patronazgo de algún funcionario del gobierno. El propio Cameroni ingresa “recomendado” por el diputado Jorge Giorno, del Partido de la Ciudad, su “padrino político” según sus propias palabras. De esta manera, ingresan al cuerpo de inspectores una masa importante de personal no capacitado para las tareas que debe cumplir. La inspección de locales necesita una serie de conocimientos técnicos que no cualquiera tiene. Conocimien-
tos arquitectónicos, reglamentaciones vigentes, códigos de habilitación. El personal contratado: psicólogos, médicos, licenciados en turismo y abogados que no contaban con estos conocimientos. La situación era tan grave que el propio Cameroni se ofrece a organizar cursos para capacitar al personal, ofrecimiento que es aceptado y puesto en práctica. Igualmente, los conocimientos técnicos no fueron necesarios, ya que el cuerpo de inspectores se dedicó durante la primera mitad del año pasado a perseguir a vendedores ambulantes y kioscos que vendían alcohol. Ni siquiera contaba con vehículos propios, que les fueron quitados en mayo de 2004 cuando la campaña mediática contra los kioscos finalizó. Esto obligaba a los inspectores a recorrer toda la geografía de la ciudad en colectivo, llegando a hacer una o dos inspecciones por día en el mejor de los casos. Con este cuerpo de inspectores, lo raro es que sólo un boliche se haya incendiado. Pero el punto más grave de la denuncia no es éste. El 17 de junio de 2004, Cameroni, en un operativo conjunto motorizado por la Defensoría del Pueblo en el marco de la Actuación 2989/04, inspecciona y decide clausurar la planta de la empresa SIDERUM S. A., situada en Perón y Palestina. Esta clausura fue reflejada por la prensa: el diario Clarín señala que además de clausurar, “los inspectores decomisaron 300 kilos de mercadería vencida o en mal estado de conservación”.10 El diario señala también que la empresa daba de comer a 6.500 alumnos de escuelas porteñas y a 3 hospitales, siendo la segunda proveedora de la ciudad en este rubro. Un informe de la Defensoría del Pueblo sobre los controles bromatológicos en la Ciudad 11 corrobora el hecho y aporta nuevos datos sobre los controles motorizados por la Defensoría en esta área. Como se puede ver, en Buenos Aires no sólo hay que cuidarse de los incendios. Al comprobar las serias faltas en materia de higiene, seguridad y mantenimiento, corroborando las denuncias de intoxicación que movilizan la inspección, Cameroni dispone la clausura del establecimiento. Según su denuncia, luego de la clausura el inspector recibe la orden por handy, impartida por un superior, el doctor Rodrigo Cozzani, de parar la clausura. Al negarse, Cameroni es citado por sus superiores en los días subsiguientes, quienes le quitan sus credenciales como inspector y lo echan. La noticia de Clarín refleja esto, ya que señala una contradicción entre los hechos y las declaraciones de la subsecretaria Fizbin, quien dijo que la clausura fue “por motivos edilicios, no por problemas bromatológicos”. ¿Por qué se decomisaron y destruyeron entonces los 300 kilos de comida? ¿Qué ocultaba Fabiana Fizbin? Desde el Gobierno porteño insistieron, señala Clarín, en que “no existían riesgos para la salud de los chicos”. Parece un chiste, pero no lo es. Desde ese momento Cameroni es perseguido y amenazado de distintas maneras, hasta intentan hacerlo pasar por loco, según sus propias declaraciones. Recién con la muerte de 195 personas, sus denuncias comienzan a ser escuchadas. Hoy por hoy, ha presentado una enorme cantidad de denuncias por corrupción en despachos públicos y en los juzgados correspondientes contra sus superiores en la ex UPI: Dra. Ana María Fernández, Lic. Liliana Fizbin, Dr. Marcelo Antuña y Dr. Juan Carlos López. Todos ellos se encuentran procesados por homicidio e incumplimiento de los deberes de funcionario público en la causa Cromañón. También ha denunciado al diputado Jorge
Giorno como “gerenciador de la caja de 12 habilitaciones de Bs. As.” , o sea, como responsable de cobrar las coimas. No hemos podido chequear todavía esta última denuncia pero, aunque Giorno no sea el responsable, es evidente que aquí funciona una red de corrupción que no escapa al conocimiento de las más altas esferas del poder. Esta red de corrupción ya fue denunciada por el citado informe de la Defensoría del Pueblo en el 2003: “Resulta obvio que existe en el Estado comunal una estructura informal que se mantiene a lo largo de los años que resulta imposible (por ineficiencia, falta de decisión política o corrupción) de erradicar por los funcionarios de turno. Esta estructura parece mantener un orden de cosas ilegítimo e ilegal.”13 La punta del iceberg Las denuncias de Cameroni no hacen más que confirmar lo que más de uno sospechaba. Cromañón no fue una excepción o una tragedia. Cromañón es la regla en el capitalismo argentino, la punta del iceberg de un sistema en descomposición. Todo, desde lo que nuestros hijos comen en los comedores escolares porteños hasta el funcionamiento de las guarderías, los hoteles o los boliches, representa un peligro, porque quienes deben controlar nunca muerden la mano de quien les da de comer. Detrás de estos empresarios se encuentran las estructuras de poder corruptas que hacen la vista gorda frente a los crímenes de la burguesía. Cromañón no fue un accidente ni una tragedia, el capitalismo funciona de esta manera. Cromañón no fue un mal sueño, sigue vivo en cada rincón de este capitalismo podrido y decadente. Notas 1 Ver El Aromo nº 18, abril de 2005 2 Página/12, 29/1/05. 3 Resolución 2022/03, Defensoría del Pueblo, 8 de mayo de 2003. 4 El Aromo nº 18, abril de 2005. 5 Actuación 631/04, Defensoría del Pueblo, 5 de mayo de 2004. 6 Informe final y recomendaciones de la Comisión, pp. 582-590. 7 Informe final…, op. cit., p. 585. 8 Entrevista realizada por el autor el 18/5/05. 9 Cameroni ha declarado como testigo tanto en la causa a cargo del juez Lucini como en la Comisión Legislativa (aunque llamativamente nada dice de él el ya citado Informe Final). También ha presentado una denuncia en la UFI Nº 10 de la Departamental Judicial de San Martín con fecha 18/1/05 (Marco I.P.P. nº 403.581) y en la Fiscalía en lo Criminal Nº 41 de la Ciudad de Buenos Aires. Existe también una denuncia en la Comisaría 3ª de la Ciudad por retención indebida de la credencial y otra en la Comisaría 5ª de Billinghurst, San Martín, por amenazas y robo calificado el 22/12/04. Finalmente, ha presentado una innumerable cantidad de escritos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Nación. 10 Clarín, 15/7/04. 11 “Los Controles Bromatológicos en la Ciudad de Buenos Aires”, en Políticas públicas y derechos, Defensoría del Pueblo de la Ciudad Buenos Aires, Bs. As., 2005. 12 Escrito presentado por el denunciante ante el presidente de la Comisión Investigadora de la Legislatura de la Ciudad de Bs. As. 13 Op. cit., pp. 12-13.
Cultura popular
Septiembre 2005
Página 14
Bichitos drogones… A propósito de Madagascar y la lucha cultural Por Rosana López Rodriguez Grupo de Investigación de la Literatura Popular - CEICS y autora de La Herencia. Cuentos Piqueteros
En el estado de Santa Catarina, en Brasil, la película Madagascar ha sido prohibida para los niños y adolescentes, aun cuando estén acompañados por un adulto. En ese filme de animación, cuatro animales (el león Alex, la cebra Marty, la jirafa Melman y el hipopótamo Gloria), habitantes del zoológico del Central Park, en Nueva York, terminan accidentalmente en la isla cuyo nombre da título a la película. Allí se encuentran con una especie de lemures que viven de fiesta en fiesta, pero están amenazados por animales depredadores, parecidos a hienas (los foosa). Finalmente, ese peligro es aventado por los cuatro héroes, que deciden luego retornar a Nueva York. ¿Por qué se prohibió, entonces, una película con estas características? Según Clarín, el juez citó explícitamente una de las escenas en la que uno de los protagonistas “lamenta no tener un 'caramelo' mostrando la lengua con un 'caramelo' azul.” En su sentencia el juez brasileño Morais de Rosa afirma: “Debemos recordar a los incautos que 'caramelo' es sinónimo de 'éxtasis', una droga que se consume en comprimidos y es muy popular en las 'raves'”. En realidad, Diego Lerer, el cronista de Clarín, confundió dos escenas. Una, en la que aparece el “caramelo”, que la jirafa consiguió en un baño de la estación del subte de Nueva York; otra, en la que la cebra descubre la “rave” de los lemures y se lamenta por no haber traído “papas y diet”, al menos para la traducción castellana que hemos visto (aunque el sentido de la escena indica que la cebra está haciendo alusión al “caramelo” del subte, claramente una pastilla de éxtasis o algo parecido). Las voces de defensa que se levantaron desde Clarín dan cuenta de que no es adecuado juzgar una película con los parámetros de la realidad: los animales no consumen drogas ni concurren a “raves”, así como va de suyo que tampoco hablan. En suma, no actúan como seres humanos. No es posible, entonces, establecer un juicio de valor con respecto a lo que transmite la película porque lo que allí se muestra es pura fantasía, no se corresponde en nada con la realidad. Otra defensa de la película, expresada por Andrea Talamoni en el mismo diario, es típicamente liberal: el juez “hiló demasiado fino” y no se puede volver a la censura indiscriminada de épocas pasadas. Vale decir, el juez encontró “demasiado” y coartó la libertad del artista y de los espectadores, que saben bien lo que ven y cómo lo ven. Sin embargo, el intento de disimular las alusiones a la droga en la película muestra, en realidad, la pacatería de los “defensores” de la libertad artística. Sobran ejemplos, en Madagascar, que avalan la lectura del juez, en particular, el personaje de la jirafa. Melman no es simplemente una hipocondríaca que “conoce todos los remedios”, como afirma Talamoni. Es claramente una adicta a todo tratamiento médico y, en particular, a las pastillas. No es éste el único caso. En otra película, esta vez de la productora Disney-Pixar, Buscando a Nemo, aparece un grupo de tortugas gigantes que tiene un vocabulario y una forma de vida (por ejemplo, la postura que adoptan para criar a sus hijos) que un adulto podría identificar como hippie. El aspecto mismo de estas tortugas (muy relajado, más bien ralentizado) nos hace pensar que han consumido alguna sustancia “prohibida”. En el programa vespertino de chimentos, Crónicas picantes, conducido por Horacio Cabak, se emitió un informe acerca de las películas de animación que incluían alusiones o connotaciones relacionadas con las drogas. En ese
recuento no podía faltar el Gato con Botas de Shrek II, con su expresión desvalida que llama a la protección y el afecto, pero que protagoniza un episodio en el cual cae preso por consumo de “yerba gatera”. Las críticas al juez se apoyan en un presupuesto idealista (en última instancia, posmoderno), según el cual discursos y realidad no tienen relación alguna. O, lo que es lo mismo, en el viejo tema de que el arte es autónomo, no tiene que ver con la vida y no transmite ningún valor, ni por supuesto, ideología alguna. El error consiste en considerar al arte como un campo autónomo: al ser ficción, todo debiera permitirse, pues el artista es libre y corresponde que sus manifestaciones se muestren independientemente del mundo que lo rodea y de aquellos que consumen esas representaciones, igualmente libres y despojados de todo condicionante. Obviamente, en este caso, un juez derechista ha quedado a la izquierda de los progresistas que defienden la libertad de los artistas y la ingenuidad de los niños, porque el arte y la realidad sí tienen relación y sí transmiten valores. Lo que debe discutirse es cuáles son los valores más peligrosos que se encuentran presentes en Madagascar. La lucha ideológica En ediciones anteriores de El Aromo hemos debatido sobre este tema con Luis Mattini, a propósito de su crítica a mi libro La herencia. Debate que escondía, en realidad, un problema más amplio, el de la relación entre el arte y la política. En su última respuesta (que puede verse en La Fogata Digital en Internet) nos acusa de apelar a un texto supuestamente caracterizado por su reproductivismo extremo, Para leer al Pato Donald, de Ariel Dorfman y Armand Mattelart. Desde un punto de vista autonomista (es decir, liberalismo vulgar disfrazado de anarquismo), Mattini defiende la misma postura que los periodistas de Clarín. Recordar brevemente el contexto en que fue producido Para leer al Pato Donald, ayudará a entender porqué resulta un texto útil para la lucha ideológica, tarea ante la cual los “progres” como los periodistas de Clarín y Mattini renuncian, dejando el campo orégano a la burguesía. Igual que otros por el estilo (como los de Hugo Cerda, que comentaremos más adelante, sobre los cuentos de hadas) el libro de Dorfman y Mattelart surgió de la batalla ideológica librada en el contexto del gobierno de Salvador Allende en Chile. Allí, en un momento de agudización extrema de la lucha de clases, la batalla por la conciencia fue encarada abiertamente por un conjunto de intelectuales que procuraron demostrar que la ideología burguesa estaba en todos lados. Para leer el Pato Donald, fue un emergente de esa lucha, que no sostiene que la ideología es todopoderosa, pero sí que está presente y tiene efectos. Y que si se quería contribuir al triunfo del socialismo, hay que combatirla. El episodio de la prohibición de Madagascar muestra que, a despecho de liberales y autonomistas, las manifestaciones estéticas son portadoras de un mensaje que se establece a partir de la lectura de la realidad. Y que los niños no son ignorantes de esa realidad y que aprenden, de todos los mensajes que reciben, la forma de comportamiento más adecuada en el mundo, la manera de adaptarse como individuos a la sociedad que los rodea. La homeóstasis social es un arduo aprendizaje que se realiza gracias a la percepción e interpretación de todos los actos de la vida cotidiana, de los cuales las películas son parte. Ese proceso de educación “espontánea” no es, en modo alguno, neutral en términos valorativos e ideológicos. Todo lo contrario: por esa vía se expresan las necesidades y los intereses que la burguesía incorporará
bajo la forma de ideología en los receptores, ya sean ellos burgueses u obreros. Los niños forman su homeóstasis social según la clase a la que pertenecen. No existe el “niño universal”: a unos y a otros se les enseña, de todos los modos posibles, cuál es su lugar en la sociedad de clases que les ha tocado vivir. Los cuentos y películas infantiles son una vía privilegiada para lograrlo. Como dice Hugo Cerda, que analizó muy lúcidamente la ideología en los cuentos de hadas, la conciencia del niño proletario se forja por medio del “sistema educativo y sociocultural”, a los efectos de “debilitar y desvirtuar su sentimiento de clase y para preparar a esa infancia en el postrer camino de la sumisión y de la alienación social e ideológica.” Simultáneamente, el niño de la burguesía “aprende a vivir su privilegio de clase como un derecho natural […]. La servidumbre que lo sirve aparecerá ante sus ojos como algo propio de la exis1 tencia organizada.” Obviamente, nada indica que dicha ideología se imprima sin fisuras e indefectiblemente en las conciencias de los receptores. Sin embargo, es imprescindible que se la desnude con toda su crudeza, que los niños proletarios no crezcan dominados por la ideología burguesa. Y la cuestión de las drogas en Madagascar no es el problema fundamental: aunque los magistrados brasileños vean como peligrosos episodios lo suficientemente explícitos en ese sentido (y habrá que reconocerles, al menos, que no niegan que las películas están relacionadas con la realidad y tienen efectos sobre ella), el problema es otro. El hecho de que las tortugas hippies hayan pasado sin pena ni gloria, igual que el gato de Shrek, demuestra que la justicia burguesa actúa solamente cuando las alusiones son lo suficientemente explícitas como para no dejarlas pasar. Pero, si a los jueces se les escapó la tortuga, a los “progres” se les escapó una bestia peor, mucho peor. La tortuga de los “progres” Ahora bien, ¿cuál es la enorme tortuga que se muestra en Madagascar y que ha pasado desapercibida hasta ahora? El imperialismo. En primer lugar, allí aparece la oposición entre el mundo civilizado y la naturaleza. Los animales del zoológico están domesticados y los lemures representan a un pueblo bárbaro, pero ingenuo; primitivo pero divertido y feliz a más no poder. Este pueblo está amenazado por los “foosa”, una especie de hienas sanguinarias. La función que cumplen los “civilizados cuatro” es la de liberarlos de la amenaza: el “deber del hombre blanco”, la obligación de defender “la libertad y la democracia” contra los fundamentalismos terroristas. Si repasáramos Para leer al Pato Donald veríamos que, en cuanto a producción ideológica se refiere, treinta años no son nada. Acá también, como en el Disney de los '60, “la oposición buenos-malos crea la alianza de los nativos y extranjeros buenos contra extranjeros malos”.2 Ya sabemos cuáles son los personajes que representan cada uno de los tres lugares: los lemures (nativos) y los cuatro amigos (extranjeros buenos) contra los foosa (extranjeros malos). En términos de política contemporánea, no es difícil ver que, guerra en Irak mediante, los animales neoyorquinos representan a los EE.UU. y los lemures al pueblo iraquí: liberadores y liberados. El “extranjero malo” es Al Qaeda, merodeador carnívoro que busca esclavizar y someter las divertidas libertades de la selva (y comerse a los lemures). Los yanquis realizan en Irak una tarea humanitaria, llamados a ello por el propio pueblo animalizado de Madagascar, en donde ni siquiera hay invasión, porque los “gigantes de Nueva York” caen allí de casualidad y el plan de liberación es idea del rey de los lemures.
Una película imperialista con todas las de la ley, Madagascar muestra también el debate interno en los EE.UU.: Alex, el león, representa al americano nacionalista y conservador, que ama a su país y no se preocupa por el mundo exterior, que desconoce su propia fuerza y la responsabilidad consecuente que le cabe; Marty, la cebra, expresa el impulso internacionalista y liberal, que desea conocer el mundo exterior, se considera prisionero en su propio país y tiene una mirada ingenua sobre la vida más allá de sus fronteras. A lo largo de la película ambos sufrirán una transformación que los acercará más: Alex descubrirá su fuerza y aprenderá a usarla para el bien; Marty descubrirá que no hay mejor lugar que el propio hogar. El imperialismo es bueno si su poder se usa para el bien (y no para el petróleo) y si se recuerda que nuestro verdadero lugar es nuestro país. Algo así como “haz el bien y vuelve temprano a casa”. Ideología, progresismo y lucha cultural Suponer que la burguesía invierte semejante cantidad de esfuerzo intelectual y dinero en estas producciones a los efectos de no lograr ningún resultado, de no obtener nada a cambio, es de una ingenuidad ilimitada. Cuando algunos, como Dorfman, Mattelart o Cerda, descubrieron la ideología burguesa bajo la aparente inocencia del arte, fueron acusados de “perturbar una región postulada como indiscutible; algo así como querer analizar críticamente la belleza de un atardecer.”3 No sabían ellos en aquella época que entre los críticos encontrarían hoy, no sólo a la derecha conservadora chilena, sino a la prensa que se considera progresista y a intelectuales que se dicen de izquierda revolucionaria. Como a ellos, se nos acusará, a los que intentemos recuperar esa lucha hoy, de “querer lavar el cerebro de los niños con la doctrina del gris realismo socialista impuesta por comisarios”. O, como la prensa pinochetista, darán la “voz de alerta a los padres”, advirtiéndoles que la “orientación” revolucionaria en la educación y en la lucha ideológica “se convierte en un instrumento para el proselitismo doctrinario impuesto […] en forma tan insidiosa y disimulada, que a menudo muchos no vislumbran los reales propósitos que las publicaciones persiguen.”4 Una de cal y una de arena: es cierto que nos anima el proselitismo revolucionario, pero esta gente se equivoca cuando cree que con la lucha ideológica pretendemos algún tipo de disimulo. No nos hace falta disimular, ni siquiera detrás de simpáticos bichitos drogones, que portamos otra conciencia del mundo y que queremos imponerla. Notas 1 Cerda, Hugo: Ideología y cuentos de hadas, Akal, Madrid, 1985, pp. 47 y 49. 2 Dorfman, Ariel y Armand Mattelart: Para leer al Pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo, Siglo XXI, Buenos Aires, 1986, p.67. 3 Dorfman, op. cit., p. 4. Casi de más está decir que en la comparación entre las producciones estéticas y un atardecer se esconde la voluntad de naturalizar los productos sociales, una verdadera oposición ideológica. 4 Ibid. p. 16.
Música
Página 15
Septiembre 2005
La idea fija Testosterona, el nuevo disco de la Bersuit Por Gabriel Falzetti Grupo de Investigación de la Música en Argentina- CEICS
Apenas extinguidos los últimos acordes de La argentinidad al palo, la Bersuit se despacha con un nuevo disco. Testosterona es, esta vez, el título elegido por la banda. Trece canciones que combinan a un mismo tiempo diversos ritmos, temáticas y músicos. Podemos intuir un movimiento constante que atraviesa a todas las piezas musicales, donde cada tema parecería contrastar con el anterior. La angustia individual aparece frente a la culpa y la impotencia ante los males sociales, mientras los ritmos se suceden como queriendo levantar al hombre sumido en el escepticismo. Cada descontento, cada desilusión, cada canción pareciera afectar “testicularmente” a los miembros de la banda. La lucha de clases, evidentemente, afecta a todos, incluyendo a la Bersuit. Resta ver qué solución proponen a la barbarie capitalista. Veamos la obra tema por tema. Yo, vos, yo Empecemos con el primer tema, Yo, una canción con un interesante desarrollo instrumental. La voz entra sobre el sutil “martilleo” constante de una especie de clave y unos pizzicatos de violín (“Venía, vengo, estoy”) y se corta como si frente a sí se presentara un abismo. Las cuerdas acompañan ese lamento existencial “estoy aquí solo, disfrazado de yo”. De a poco el tema se va tornando más desesperante. La violencia de la distorsión aparece con el lamento más escéptico que se le haya escuchado a la banda: “reventado por exceso de todo lo que no hay, de lo que no habrá, de lo que no existe, de lo que no quiero, de lo que no sé”, dice. Final abrupto. Contrastando con esta apertura aparece Me duele festejar. Pieza festiva de tono despreocupado, en melodía y letra. A la voz solitaria del primer canto se le suma el coro en el “¡Ay, me duele festejar! Me gusta igual”. Repetido hasta el hartazgo, como queriendo superar una culpa típicamente pequeñoburguesa ante la miseria ajena. Frente a toda la adversidad imaginable, el tipo festeja, aunque le duela. El dolor, presente sin más superación que mover el cuerpo a fuerza de ritmos repetitivos, se vuelve sufrimiento. Este tema chiquito, que hasta suena un poco fuera de contexto, es seguido por En la ribera, la descripción de Cordera y la Mona Jiménez sobre la vida en los barrios bajos, en La Boca, Laferrere, La Matanza. Percusión de ritmos rioplatenses y coros melismáticos que preparan el caldo de cultivo para el sitio donde “sólo se arroja basura” y “se
aspira pimienta blanca”. En medio de la miseria aparece la salida: con voz muy baja Cordera susurra “murguean danzas guerreras, bailan al hambre, cantan a la peste...”. Cuando el coro se suma en “es el arte de la pelea”, el susurro se convierte en una especie de cumbia que nos adentra en la salvación individual: el robo “es una cámara de fotos comida del día” (“un auto puede salvarnos un mes más”). La cumbia, el delito, el mal gusto aparecen asociados. El estribillo nos dice: “En la ribera, en la ribera se culea, el parapléjico te mueve, los abuelos te voltean”. A la pobreza lírica se le suma la voz de la Mona Jiménez, pero el resultado es efectivo. El texto es netamente descriptivo, contemplativo. No plantea más salida que la individual. ¡Cómo si no existiera el movimiento piquetero! Nuevos descontentos que suman a la hinchazón testicular. Sigue el reggae Sencillamente. Retoma la idea del primer tema “no hay pan que tape el agujero, el de la angustia existencial”. El wah-wah llorón y un ritmo reiterativo se suman a una letra también llorona y reiterativa: “dame sencillamente lo que más te guste, lo que más te guste, lo que más te guste y nada más”. Así, conformista. A este intimismo le sigue el título más vulgar que haya existido jamás en canción alguna: O vas a misa, o vas a misalamín. De un nivel muy elemental y con una intro entre berreta y ochentosa. Con el “aporte” de la inefable voz de Andrés Calamaro, nos encontramos frente una evocación del soltero “libre”. Un rechazo al compromiso matrimonial que se basa en un rechazo a todo tipo de compromiso. “Mis amigos son todos maricones, eran libres y ahora son panzones [...] más te comprometés, más canas pintás”. Sigue a este tema una balada: Esperando el impacto. Un slide introduce a la historia de un kamikaze sin causa. Nuevamente, la angustia existencial y la soledad en un camino que no tiene otra salida que “estar cayendo”. “Resignación o lucidez”, esa es la cuestión. Un estribillo bien marcado por la batería, como queriendo corroborar todo lo anterior. Masoquismo puro, otra vez no hay salida más que el estrellarse “cerca de la eternidad”. “Todo sigue igual”, repite el cantante. El cierre de la canción es la espera del impacto, en un fondo de guitarras que parecerían representar la misma caída. Con la canción siguiente vuelven al ritmo y temática de En la ribera: la percusión candombera, la exclusión. Andan Yugando nos habla de los pibes de la calle, con visión humanista a lo Berni y su Juanito Laguna: “andan pidiendo una moneda en la parada del autobús”. El reemplazo del término “colectivo” por el de “autobús” suena a extranjero. Esa visión extranjera se compensa con una forma de
Gustavo Suárez 10/9-22 hs. Centro de Arquitectos de San Miguel- Fraga 1248 Gustavo Suárez (solo set) - Imágenes en pantalla.
15/9- 21 hs. Hotel Bauen- Corrientes 360 Che Botija (Suárez-Alizieri) Música Popular Instrumental. 17/9- 22 hs. Centro de Arquitectos de San Miguel Gustavo Suárez: Música Popular Instrumental/ Sonia Aban, Walter Tejeda, Mora Burke, Mario Ceballos 24/9 20 hs. Centro de Arquitectos de San Miguel Adriana Nano y Gustavo Suárez: tangos melódicos22 hs. Centro Cultural Raíces solo set (invitado de Lito Epumer)
canto que obvia las eses y acentúa al “viejita”, al “chabón” que aún conserva Cordera. El estribillo nos dice: “¡Ay qué pena! Y sin acuarela. ¡Ohh qué pecado! Mirar al costado.” Las guitarras criollas y los teclados nos muestran el mayor grado de avance en la conciencia Vergarabat: “vamos a ayudar a esos atorrantes para que salgan de ese lugar”. ¿Revolución de la clase obrera? No. Asistencialismo. Veremos más adelante porqué la Bersuit propone esta forma de “cambio”. La culpa es de todos Fiel a la posición que tomaron ante Cromañón, vuelven sobre la culpa de todos. Todos destruimos día a día a nuestra única madre: la madre naturaleza, la tierra. Al menos eso aparece, a modo de réquiem, en Madre hay una sola, primer corte de difusión del disco. Canción de una concepción musical muy similar al Creep del primer Radiohead: frases sobre una guitarra acústica rasgueada que nos lleva a un estribillo que explota en distorsión. En medio de la distorsión, una guitarra chilla punzante, contrapunteando a la voz que le dice a la tierra “te agradezco porque aquí estoy, vos sos mi única madre, con alma y vida hoy venero tu jardín”. El desconcertado Cordera, cual militante de Greenpeace, se avergüenza de su condición humana y contaminante. Obviamente no hay una sola propuesta para cambiar nada. En la próxima canción, como si fuera la contracara de la anterior, pareciera haber un indicio de mejora. En Vamo´ en la salud, Verenzuela (guitarrista de la banda) nos muestra irónicamente, en un ska desenfrenado, la vida de un naturista adicto a las vitaminas. No hay demasiado para decir. Próximo tema: Inundación. Apenas una leve distorsión, un poco de percusión y el bajo nos meten en el charco. El Sindicato Argentino de Hip Hop quiebra el tema con un fragmento rapeado. Al estilo de la ya mencionada Madre hay una sola, aparece nuevamente la culpa por la destrucción del ecosistema. En uno de los estribillos más “lavados”, la banda nos dice “porque vinimos, porque nacimos, porque somos como el agua” (¿?). Contradictoriamente, es el fragmento más “pesado” del tema. En el siguiente, Barriletes, como no podía faltar, aparece la vuelta al pasado ideal: “Todo cambia y también cambio yo”, extraído casi textualmente de Cambia todo cambia, de Violeta Parra. Una melodía melosa, suave manifiesta el miedo a la verdad, a asumir la realidad. Suavidad a fuerza de esos pianísimos que, Cordera cree, amenizan su voz. Es el
anhelo por encontrar en el presente “todo lo bueno del pasado”. Pero no, los barriletes que planean en el presente son “barriletes de desilusión”, desilusión que sigue sumando hinchazón testicular. Barriletes que no llegan a ascender, en una armonía que gira y gira en torno a lo mismo de modo constante. Cuando parece que sube, baja y vuelve a subir para volver a bajar. El pasado retorna en el próximo tema, La flor de mis heridas. Especie de continuación vulgar del tema anterior. “Aquella bombacha que fue blanca, hoy se encuentra casi casi toda negra”, es una evocación a viejas conquistas. Cromáticamente, se acrecienta el clima caliente y nostálgico, el regocijo ante las andanzas sexuales pasadas. Los huevos ahora se llenan de sentimiento: “la flor de mis heridas que se abre cualquier día y me despierta por las noches sudando y extrañándote”. Así llegamos al resumen inseparablemente político y musical de la banda: Y llegará la paz. A lo descrito en Andan Yugando, la Bersuit da su propia solución reformista, asistencialista, kirchnerista en definitiva, invitando a la orquesta de la ZAP (Zona de Acción Prioritaria, de Villa Lugano), formada por “niños pobres” y dirigida por el director del Conservatorio Manuel de Falla, Claudio Espector. En un canto de desesperanza, acorde con todo lo cantado anteriormente, Cordera nos grita, en una desafinación extrema y probablemente buscada: “Me cortaré los huevos y llegará la paz”. La desesperanza, la hinchazón, la elección de caminos errados, indefectiblemente culmina en deshacerse del motor impulsor. La pasión trae problemas. Pero la pasión es el movimiento, es lo que permite el curso de la vida. La paz es la muerte, la falta de pasión es esquivar los problemas, es renuncia a la vida. Eso hace la Bersuit, banda acomodaticia como pocas, vestida con el ya muy difundido manto progre. Víctima de un fracaso anunciado por las mismas contradicciones de su mismo discurso, la banda hoy no tiene más remedio que castrarse. Quizá el error haya sido ver en la Bersuit otra cosa. La Bersuit tiene ideas fijas. La de vender discos a como sea es la primera. Su actitud compositiva también: no se han alejado un ápice de la línea que les marcó Santaolalla. La repetición de fórmulas efectistas es otra, tanto como la de remarcar el machismo más primitivo y recalcitrante. Igual que la de ocultar su aburguesamiento en una máscara de lástima. Esta vez son los testículos, antes era el palo, como si cualquier excusa fuera buena para esquivar el bulto (con perdón de la expresión) de la lucha de clases.
Página 16
Septiembre 2005
V Jornadas de Investigación Histórico-Social Organización Cultural Razón y Revolución
A cuatro años del Argentinazo ¿Por qué se quedaron todos? 16, 17 y 18 de Diciembre de 2005 tarse acerca de las estrategias políticas del pasado y del presente, para aprender de los errores y ser más efectivos la próxima vez. Razón y Revolución cree que solo a través del conocimiento y el debate puede delinearse la mejor estrategia a seguir. Una vez más, propone este espacio de discusión e intercambio, a estudiantes, docentes, artistas, investigadores, militantes y todos aquellos hombres y mujeres que busquen comprender la realidad para transformarla. En tiempos de reflujo, debemos evaluar con precisión las tareas realizadas, defender la movilización y la lucha y dar la disputa ideológica contra los intelectuales que decretan la muerte del Argentinazo y llaman a paralizar todo intento de cambio. Defender la llama de la revolución, de eso se trata.
Historia de la izquierda en la Argentina
Historia y presente de la clase obrera
El Argentinazo y la protesta en la actualidad
Imperialismo, globalización y anticapitalismo
Crímenes Sociales
La burguesía destina una enorme cantidad de recursos para imponer su visión del mundo en la escuela. Leyes, programas, manuales y jornadas de formación docente están a su servicio. Desde Razón y Revolución invitamos a todos los docentes que quieran batallar contra el sentido común burgués desde una perspectiva socialista construyendo nuevas herramientas al servicio de la clase obrera y el conjunto de los explotados. Organizar esta lucha cultural es fundamental para avanzar en el camino de la formación de una conciencia revolucionaria.
Sábado 10 de septiembre - 14.00 hs. Facultad de Filosofía y Letras, aula 238 Puán 480, Capital Federal
Asamblea Popular Cid Campeador (Ángel Gallardo 752) Facultad de Ciencias Sociales -Sede Ramos Mejía 841 “Que se vayan todos” era la consigna más cantada hace cuatro años. Luego de la inmensa crisis política, social y económica que venía arrastrando el país, en diciembre de 2001 el pueblo dijo basta. Se profundizó así un proceso de lucha y aprendizaje, que dio algunos frutos, pero también fracasos. Desde ese momento, han pasado muchas cosas (sobre todo presidentes), pero lo cierto es que, salvo De la Rúa, se quedaron todos. Resulta imprescindible, preguntarnos por qué. Cuáles son las causas por las que, luego de haber participado de uno de los procesos de lucha más masivos y radicales de la historia argentina, la realidad no ha sido transformada. Urge saber si la crisis argentina tiene posibilidades de resolverse, y a qué precio. Es necesario, asimismo, pregun-
Cuarta Reunión del Grupo de Debate Docente
Educación y lucha cultural
Procesos revolucionarios en América Latina ayer y hoy
Economía
Arte, literatura y política
Los orígenes del Capitalismo y de los estados nacionales en América Latina
Medios de comunicación: crítica y experiencias alternativas
Nuevos y viejos movimientos sociales
Feminismo y problemas de género
Funcionales...
Gacetilla digital enviada por la Asamblea de San Telmo
Funcionará la II Feria del Libro de Izquierda y se presentarán exposiciones de fotos, cuadros y pinturas, durante todas las Jornadas
Presentación de Abstracts: hasta el 7 de octubre Envío de Ponencias: hasta el 4 de noviembre Propuestas de Mesas Temáticas o Presentaciones de Libros: hasta el 15 de septiembre Para reservar stand de la Feria del Libro de Izquierda o para las exposiciones: hasta el 15 de noviembre Se entregarán Cerificados de Asistencia Valor de la Inscripción (con Certificado): $ 5 Para averiguar por alojamiento barato o gratuito comuníquense con nosotros.
jornadas@razonyrevolucion.org jornadasryr@yahoo.com.ar
INSTITUTO APRENDER Y APROBAR TODAS LAS MATERIAS SECUNDARIO-EGB-POLIMODAL-CBC UNIVERSIDAD-EXÁMENES PREVIAS-INGRESOS CLASES DE APOYO TUTORÍAS PERMANENTES CAPITAL Y GRAN BS. AS. PLANES PERSONALIZADOS PRECIOS PROMOCIONALES
4982-4560
Volante de Compromiso para el Cambio distribuido en la vía pública
H. B.
SOLUCIONES LOGÍSTICAS HÉCTOR M. BIL h_b@fibertel.com.ar Bmé. Mitre 4108 1º “A” (1201) Ciudad Aut. Bs. As.
hectorbil@hotmail.com 4982-8179 (15) 4974-8179