“La mejor manera de abordar la violencia contra la infancia es impedirla antes de que ocurra.” (Prof. Paulo Sérgio Pinheiro, responsable del estudio Mundial de Violencia)
Introducción
E
n Bolivia, un gran número de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años sufren algún tipo de violencia en distintos entornos: la familia, la escuela o la comunidad. Las diversas formas de violencia contra la infancia incluyen la violencia física, sexual, psicológica, la discriminación, el abandono y los malos tratos; abarcan desde el abuso sexual hasta los castigos corporales y humillantes en las escuelas y los hogares y la crueldad o la ineficiencia de las autoridades encargadas del cumplimiento de las leyes. Los efectos inmediatos que la violencia tiene sobre los niños y niñas pueden variar según su tipo, pero lo que sí constituye una certeza es que las repercusiones a corto y largo plazo son perjudiciales para el desarrollo, la salud y la capacidad de aprendizaje de los niños, las niñas y los y las adolescentes.
L
a dimensión de esta problemática es enorme y se constata incluso a pesar de que muchos casos quedan sin registrar; debido a ello, las estadísticas oficiales subestiman la realidad. Según datos de la ENDSA 20081 , los niveles de violencia en el hogar son muy altos: un 85,9% de niñas y un 93,6% de niños de nunciaron haber sido objeto de violencia física y/o psicológica en sus hogares. De las niñas y adolescentes mujeres entrevistadas, el 65% declaró haber sido específicamente víctima de violencia física. La falta de datos y cifras impide contar con información precisa que oriente la toma de decisiones y la adopción de políticas públicas y planes adecuados. Algunas prácticas culturales, normas y represen taciones sociales -todas ellas nocivas- hacen de la violencia un pro blema invisible. En 2007, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y el Instituto Nacional de Estadística publicaron el estudio “Violencia contra la niñez en Bolivia”, el cual establece que los dos lugares donde se ejerce más violencia contra niños, niñas y adolescentes son el ho gar y la escuela. En el ámbito escolar cinco de cada diez estudiantes afirman haber sufrido agresiones físicas por parte de sus profesores y dos de cada diez, por parte de sus compañeros y compañeras de escuela. Las formas de agresión más comunes son fundamentalmente físicas, tales como golpes con palo, sopapos, bofetadas o palmadas, jalón de orejas, puñetazos y obligarlos a ponerse de cuclillas. 1
Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2008. Instituto Nacional de Estadísticas.
El abandono infantil se constituye también en un problema crítico de vulneración de derechos y de violencia, pues datos oficiales registran 366.000 niños, niñas y adolescentes del país abandonados físicamente; a lo que se deben sumar otros tipos de abandono que tienen impacto significativo en la vida de los niños y niñas; como el emocional. El Índice de Desarrollo de la Infancia, la Niñez y la Adolescencia de 2005 elaborado por el UDAPE y UNICEF2 , estima que alrededor de 400.000 niños menores de 18 años quedeviven en 72 municipios no tienen el ejercicio de sus El Índice Desarrollo de la Infancia, la Niñezgarantizado y la Adolescencia 2005pleno elaborado derechos. Problemas como la explotación sexual comercial, la trata y tráfico por el UDAPE y UNICEF (http://www.udape.gov.bo/revista/IDINA%20-%20UNICEF.de personas, niñez en situación de calleniños y unmenores inadecuado asunto pdf), estimalaque alrededor de 400.000 de 18abordaje años que del viven en 72de los adolescentes en garantizado conflicto conellaejercicio ley se manifiestan en ciudades municipios no tienen pleno de susprincipalmente derechos. La explotación capitales y fronterizas. Defensorías de la Niñez y laenAdolescencia sexual comercial, la trataLas y tráfico de personas, la niñez situación deregistran calle, y loscaadolescentes en conflicto con lay ley manifiestan principalmente en ciudades sos de violencia intrafamiliar de se mayor gravedad de forma creciente, encapitalos que les y fronterizas. Las DNA registran crecientemente casos de violencia intrafamiliar y más de la mitad son casos de abuso sexual contra niños que han sido cometidos de mayor por algúngravedad, familiar. en los que más de la mitad de los casos de abuso sexual contra niños han sido cometidos por algún familiar. En el ámbito educativo, 5 de cada 10 niños y niñas en Bolivia sufren acoso escolar, A su vez el este trabajo realizado en 2009 pordela actos Asociación Voces Vitales, “El derecho ade entendido como “el acto o serie intimidatorios y normalmente una vida escolar sin violencia”, da cuenta que 5 de cada 10 niños y niñas Bolivia El manipulación por parte de una persona o varias contra otra persona oenvarias”. sufren de acoso escolar entendido este como “el acto o serie de actos intimidatorios acoso se caracteriza por presentarse “entre pares, en un marco de desequilibrio de y normalmente de manipulación por parte de una persona o varias contra otra per3 poder, actos reiterados y con violencia intimidatoria” . El 50% de aproximadamente sona o varias”, el acoso se caracteriza por presentarse “entre pares, en un marco de 4 millones de estudiantes son víctimas de la imposición de apodos, insultos, humidesequilibrio de poder, actos reiterados y con violencia intimidatoria”. Los resultados llaciones y vejaciones en las escuelas. El ejercicio de este tipo de violencia es más encontrados por Voces Vitales muestran que el 50% de aproximadamente 4 millones alarmante contra niñas y mujeres adolescentes que por su condición de género son de personas son víctimas de la imposición de apodos, insultos, humillaciones y vejamás que los cionesvulnerables en las escuelas. El varones. ejercicio de este tipo de violencia es más alarmante contra niñas y mujeres adolescentes que por su condición de género son más vulnerables que los varones. 2 (http://www.udape.gov.bo/revista/IDINA%20-%20UNICEF.pdf) 3 “El derecho a una vida escolar sin violencia”. Asociación Voces Vitales. 2009
Por otra parte, en una investigación de 2013 realizada por Visión Mundial en 27 municipios del país, en la que 7042 niñas, niños y adolescentes fueron consultados, se evidencia la vigencia de prácticas culturales nocivas para los niños y niñas; todas ellas ejecutadas so pretexto de establecer disciplina. Para erradicar la mentira en los niños el ponerles un huevo caliente en la boca, ocasionando quemaduras al interior de ella produciendo quemaduras.
Ocasiona quemaduras de 1°, 2° y 3° grado
Se le debe disciplinar calentando una cuchara y quemándoles las manos, y así disciplinar a los niños que toman algo que no es suyo.
Ocasiona quemaduras de 1°, 2° y 3° grado
Existe la creencia que si los niños o niñas mojan la cama por las noches porque el frio penetro sus cuerpos, cuando en realidad es una patología infantil ligada a factores psicológicos y en algunos casos puede ser fisiológico. Sin embargo los padres recurren a sentarlos sin pantalones en ladrillos calientes, causando quemaduras. Este es un dicho muy común en las escuelas por parte de los maestros y padres de familia para disciplinar a los niños y niñas en relación a los deberes y disciplina escolar, los maestros tienen la autorización de los padres para ejercer sobre todo castigos corporales severos.
Ocasiona quemaduras de 1°, 2° y 3° grado
Dependiendo de la magnitud del castigo, puede tener consecuencias físicas y psicológicas severas
Este es un dicho bastante común los padres y madres de familia están convencidos que la mejor manera de disciplinar a los niños es por medio de golpes.
El padrinazgo es algo muy arraigado en las comunidades campesinas bolivianas, consiste en nombrar un padrino o madrina para los hijos que generalmente son personas de mayor estatus social y económico que radican en las ciudades, el problema radica en que las niñas (principalmente) son enviadas con sus padrinos a la ciudad para “servir” en las casas de los mismos, trabajando hasta 12 o 14 horas al día sin un salario justo o muchas veces sin salario), los factores son múltiples. Esto no es otra cosa que explotación laboral infantil, donde muchas veces las niñas están también expuestas a otros riesgos, la edad aproximada en que las niñas parten de sus hogares en algunos casos es de 12 a 18 años Los efectos de la violencia pueden variar según el tipo de violencia sin embargo las repercusiones a corto y largo plazo son perjudiciales para el desarrollo, salud y la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas. A pesar de los esfuerzos hechos hasta el momento para reducir estas estadísticas y pese a un fuerte marco normativo que destaca como derecho fundamental el derecho a estar protegido contra la violencia (Articulo 61 de la Constitución Política del Estado) todavía existen importantes desafíos para que el Estado pueda garantizar plenamente el derecho a la protección de los niños, niñas y adolescentes contra la violencia. Los castigos corporales siguen siendo legales en el hogar y en entornos de acogida, institucionales o residenciales, existe una alta tolerancia social al uso de la violencia y las instancias de prevención y protección no cuentan con los suficientes recursos.
Dependiendo de la magnitud del castigo, puede tener consecuencias físicas y psicológicas severas
En la mayoría de los casos, las niñas viven en condiciones de servidumbre, trabajando hasta 12 o 14 horas al día sin un salario justo o incluso sin salario. Se trata de una forma de explotación laboral infantil que muchas veces expone a las niñas a otros riesgos
A pesar de los esfuerzos hechos hasta el momento para reducir el número de víctimas de la violencia contra la niñez y pese a la existencia de un marco normativo que destaca como fundamental el derecho a estar protegido contra la violencia (Articulo 61 de la Constitución Política del Estado), todavía existen importantes desafíos para que el Estado pueda garantizar plenamente el derecho a la protección de los niños, niñas y adolescentes. Los castigos corporales siguen siendo legales en el hogar y en entornos de acogida, institucionales o residenciales; además existe una alta tolerancia social al uso de la violencia y las instancias de prevención y protección no cuentan con los suficientes recursos para cambiar esta situación. Por esto es urgente que se tomen las medidas necesarias para prevenir y dar respuesta a los niños, niñas y adolescentes que sufren violencia. Una de estas medidas es el cumplimiento de la Hoja de Ruta Nacional para Erradicar la Violencia contra los Niños y Niñas y la cual vamos a explicar a continuación. Qué es una Hoja de Ruta para Erradicar la Violencia? Es una herramienta que establece ciertas pautas para organizar y orientar las acciones del Estado y la sociedad civil en el camino hacia la erradicación de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes; marca el camino que podemos recorrer juntos y los medios y acciones que nos permitirán hacer seguimiento a los objetivos que se persiguen. La Hoja de Ruta es un paso muy importante para asegurar la aplicación de las recomendaciones del “Estudio Mundial de Violencia contra los niños, niñas y adolescentes” de las Naciones Unidas.
En 2001, por recomendación del Comité de los Derechos del Niño, la Asamblea General de las Naciones Unidas solicitó al Secretario General que llevara a cabo un estudio en profundidad sobre la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, el cual presentara recomendaciones para su consideración por parte de los Estados que han ratificado la Convención de los Derechos del Niño. En febrero de 2003 se nombró al profesor brasileño Paulo Sérgio Pinheiro para que dirigiera el estudio en colaboración con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La misión del estudio fue: •Investigar la situación de la violencia contra los niños, las niñas y los adolescentes; sus causas, razones y consecuencias. •Proporcionar información sobre la incidencia de los diversos tipos de violencia ejercida contra los niños y niñas en la familia, la escuela, las instituciones de acogida, los centros de detención, el lugar de trabajo y en la comunidad. •Proponer recomendaciones para prevenir, dar respuesta y abordar su erradicación. El Estudio contó con la participación de varios expertos internacionales, pero también incluyó visitas de campo para consultar a niños, niñas, adolescentes, adultos y autoridades de diferentes países. El proceso incluyó la participación de más de 135 países de todos los continentes y se realizaron consultas regionales, sub regionales y nacionales en las cuales tomaron parte representantes de Estado, organizaciones de niños, niñas y adolescentes, ONGs, y organismos de las NNUU, entre otros, quienes hasta 2006 presentaron respuestas a muchas interrogantes planteadas por el equipo de investigación. El Estudio indagó sobre ¿por qué los niños y niñas sufren maltrato y violencia en muchas partes del mundo?, ¿qué tipos de violencia sufren y en qué contextos?, ¿cómo les afecta en sus vidas?, ¿qué deben hacer los gobiernos?, ¿qué pueden hacer los niños, niñas y adolescentes para prevenir la violencia, protegerse y ayudar a quienes sean víctimas de estas situaciones?, etc. En 2006 se presentaron los resultados del Estudio, siendo esta la primera investigación en ofrecer un panorama completo sobre la dimensión real de la problemática a nivel mundial. Además se constituye en el primer estudio que involucra a los niños y niñas, subrayando su condición de titulares de derechos, así como su derecho a expresar libremente su opinión en todos los asuntos que les afecten.
El Estudio nos dice que la violencia contra los niños, niñas y adolescentes se da en todos los países del mundo, sin importar la cultura, el nivel educativo, si son ricos o pobres, sus creencias, el origen o grupo étnico; la violencia es socialmente tolerada y en muchos casos está legalizada y autorizada por el Estado. Sin embargo, el Estudio también aclara que, independientemente de la generalización del problema, también es cierto que factores como género, raza, cultura, origen étnico, nivel económico o tenencia de alguna discapacidad convierten a algunos niños y niñas en más vulnerables que otros.
También da cuenta de que la mayoría de los actos violentos perpetrados contra la infancia permanecen ocultos y son a menudo tolerados por la sociedad. Los niños y niñas que sufren actos violentos suelen permanecer en silencio por temor a la venganza; o porque su familia les obliga a causa del estigma que la violencia supone tanto para la víctima como para su familia; o porque no existen mecanismos seguros para hacer denuncias o recibir ayuda. Muchos niños y niñas aceptan la violencia como una parte inevitable de sus vidas.
Por otra parte, hay pocos sistemas de información y de registro; no se investiga ni se consigue información real sobre la situación de la violencia en la mayoría de los países.
Otra certeza que consigue el Estudio es que la conducta violenta se aprende; siendo el hogar y la escuela los espacios donde se dan las primeras oportunidades para ello. Esto resulta altamente preocupante porque la violencia se constituye en parte integral del círculo de la pobreza y su aprendizaje a temprana edad contribuye a perpetuar ese estado.
El Estudio nos dice que la violencia contra los niños, niñas y adolescentes se da en todos los países del mundo, sin importar la cultura, el nivel educativo, si son ricos o pobres, sus creencias, el origen o grupo étnico; la violencia es socialmente tolerada y en muchos casos está legalizada y autorizada por el Estado. Sin embargo, el Estudio también aclara que, independientemente de la generalización del problema, también es cierto que factores como género, raza, cultura, origen étnico, nivel económico o tenencia de alguna discapacidad convierten a algunos niños y niñas en más vulnerables que otros.
Según lo constatado, la humanidad cuenta con los conocimientos y la capacidad suficiente para prevenir y reducir la violencia y todas sus consecuencias, pero se necesita compromiso e inversión de recursos financieros. Todos los responsables deben trabajar de manera conjunta con los gobiernos y las organizaciones, teniendo siempre como participantes activos y permanentes a los propios niños, niñas y adolescentes.
Aunque la violencia extrema contra la infancia puede ocupar los titulares de las noticias, el Estudio llega a la conclusión de que para muchos niños y niñas la violencia forma parte de la realidad cotidiana.
4
1.Toda violencia contra la infancia se puede prevenir. No puede haber concesiones en el rechazo a la violencia contra los niños. 2.Toda sociedad, sea cual sea su trasfondo cultural, económico o social, puede y debe poner fin a la violencia contra los niños. La violencia contra los niños es multidimensional y exige una respuesta multifacética. 3.Los niños y niñas pueden realizar una contribución valiosa para ayudar a comprender la violencia que sufren y el daño que les inflige. Necesitamos escucharles y aprender de ellos e incorporarlos a la búsqueda de soluciones. 4.La mejor manera de abordar la violencia contra la infancia es impedirla antes de que ocurra mediante la inversión en programas de prevención. Los Estados deben invertir en políticas y programas basados en pruebas empíricas para analizar los factores que fomentan la violencia contra la infancia, y asegurar la asignación de recursos para abordar sus causas subyacentes. 5.Al tiempo que conceden prioridad a la prevención de la violencia, los Estados y todos los sectores de la sociedad deben también cumplir con sus responsabilidades para proteger a los niños y niñas y garantizar que todos aquellos que los pongan en peligro rindan cuentas de sus actos. 6.La violencia amenaza la supervivencia, el bienestar y las posibilidades futuras de los niños y niñas. Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia tienen graves implicaciones sobre el desarrollo, la salud y la capacidad de aprender de niños y niñas. 4
Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños, de las Naciones Unidas. Asamblea General de las NNUU. Sexagésimo primer período de sesiones. 2006.
7. La violencia contra la infancia no conoce fronteras. Ocurre en todos los países y afecta a niños y niñas de cualquier procedencia étnica, y en todos los sectores sociales, culturales y religiosos. 8. Gran parte de la violencia contra la infancia está oculta. A menudo los malos tratos de los niños y niñas se producen a puerta cerrada y sus autores son personas en quienes ellos deberían poder confiar: padres y madres, miembros de la familia y conocidos. Los niños y niñas suelen sufrir en silencio, temerosos de hablar por miedo a recibir represalias o a causa de la vergüenza. 9. Todos los niños y niñas corren peligro de sufrir actos de violencia por el simple hecho de ser niños y niñas. Sin embargo, algunos de ellos –debido a su género, raza, origen étnico, discapacidad o posición social– son más vulnerables. 10. La violencia contra la infancia va más allá de los actos puramente físicos. Los malos tratos, el abandono y la explotación son también formas de violencia. Los niños y niñas dicen que la discriminación y la humillación les lastiman profundamente y les dejan secuelas. 11. Infligir actos de violencia sobre un niño o niña, en cualquier forma, es un mensaje que enseña que la violencia es aceptable y por ello perpetúa el ciclo de violencia. Al evitar la violencia hoy, contribuimos a construir un mundo futuro donde no se tolere nunca más ningún tipo de violencia. 12. La violencia perpetúa la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad. Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia impiden a los niños y niñas alcanzar su pleno potencial. Y en un efecto multiplicador a una mayor escala, la violencia roba a la sociedad de su potencial para el desarrollo, perjudicando los avances hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
2.Prohibir toda forma de violencia contra los niños
El Estudio hace 12 recomendaciones generales a los Estados, las cuales pretenden dar luz en el camino a recorrer hacia la erradicación de la violencia contra niños y niñas. Se trata de un grupo de sugerencias dirigidas al conjunto de los actores sociales, políticos y económicos que pueden –y deben- cambiar el panorama actual: Estados, sociedad civil, cooperación internacional, etc.
Se insta a los Estados a que prohíban toda forma de violencia contra los niños en todos los entornos, incluidos todos los castigos corporales; las prácticas tradicionales dañinas como los matrimonios tempranos y forzosos, la mutilación genital femenina y los denominados delitos contra el honor; la violencia sexual y la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, como requieren los tratados internacionales. Además se anima a los Estados a garantizar que ninguna persona menor de 18 años sea sometida a la pena de muerte o a una sentencia a cadena perpetua sin posibilidad de liberación.
3.Dar prioridad a la prevención
Así como es esencial dedicar recursos a la intervención una vez se ha producido la violencia, los Estados deberían asignar recursos adecuados para abordar los factores de riesgo y prevenir la violencia antes de que ocurra. Las políticas y los programas deberían abordar los factores de riesgo inmediatos, como la falta de apego de los padres a los hijos, la desintegración de la familia, el uso indebido de alcohol o drogas, y el acceso a armas de fuego.
4. Promover valores no violentos y concienciación 1.Fortalecer los compromisos y medidas nacionales y locales
Se recomienda que los Estados elaboren un marco multifacético sistemático para responder a la violencia contra los niños que se integre en procesos de planificación nacional. Se debe formular una estrategia, política o plan de acción nacional para hacer frente a la violencia contra los niños con objetivos y calendarios realistas, coordinado por un organismo que tenga capacidad para lograr la participación de múltiples sectores en una estrategia de aplicación de amplia base.
Recomiendo que se procuren medidas para transformar las actitudes que aceptan o consideran normal la violencia contra los niños, incluidos los papeles de género estereotipados y la discriminación, la aceptación de los castigos corporales y las prácticas tradicionales dañinas.
5.Aumentar la capacidad de todos los que trabajan con y para los niños
Los Estados deberían invertir en programas sistemáticos de educación y capacitación para profesionales y no profesionales que trabajan con o para los niños y las familias, a fin de prevenir, detectar y responder a la violencia contra los niños. Se deberían formular y aplicar códigos de conducta y normas de comportamiento claras que incorporen la prohibición y el rechazo de todas las formas de violencia.
8.Crear sistemas de denuncia y servicios accesibles y adecuados para los niños.
Dotar a los niños y niñas, sus representantes y otras personas de mecanismos para denunciar la violencia; que sean seguros, confidenciales, accesibles y ampliamente difundidos.
9.Asegurar la rendición de cuentas y poner fin a la impunidad
6.Proporcionar servicios de recuperación y reinserción social
Se recomienda garantizar el acceso a servicios sociales y de salud de alta calidad que sean asequibles y sensibles a las necesidades infantiles; así como asistencia servicios pre hospitalarios y de emergencia, y de atención jurídica independiente para los niños y las familias que han sufrido actos de violencia.
Se recomienda que los Estados aumenten la confianza de la comunidad en el sistema judicial, haciendo que todos los que cometan actos de violencia contra los niños rindan cuentas ante la justicia y garantizando que se les responsabiliza de sus actos mediante procedimientos y sanciones apropiados. Se debe impedir que trabajen con niños personas culpables de delitos violentos y abusos sexuales contra los niños.
10.Abordar la dimensión de género de la violencia contra los niños
Es preciso que las políticas y los programas se diseñen y apliquen desde una perspectiva de género, teniendo en cuenta los riesgos diferentes que sufren las niñas y los niños con respecto a la violencia.
11.Elaborar y aplicar sistemáticamente sistemas nacionales de reunión de datos e investigación 7.Garantizar la participación de los niños
Se debe prestar apoyo y alentar a las organizaciones de niños e iniciativas dirigidas por ellos para abordar la violencia, guiadas por el interés primordial del niño. Se debe incorporar sus puntos de vista en todos los aspectos de la prevención, respuesta y seguimiento de la violencia contra ellos, en apego al Artículo 12 de la CDN.
Se requiere una mejora en los sistemas de reunión de datos e información para detectar subgrupos vulnerables y obtener evidencias que permitan la formulación diferenciada de políticas y planes y hacer seguimiento de los progresos hacia el objetivo de erradicar la violencia.
12.Fortalecer los compromisos internacionales
Se deberían hacer esfuerzos para ratificar y poner en marcha la Convención de los Derechos del Niño y sus Protocolos Facultativos, adoptando las medidas necesarias para garantizar su aplicación. La misma actitud debe tenerse hacia los tratados regionales de derechos humanos firmados por los Estados.
En abril de 2011 se llevó a cabo en la ciudad de Asunción (Paraguay) el Encuentro Sudamericano de Seguimiento al Estudio Mundial de Violencia, con la intención de poder avanzar en el tratamiento de sus recomendaciones y en la definición de Hojas de Ruta Nacionales que lleven a la erradicación de la violencia contra niños, niñas y adolescentes en toda la región.
Un insumo importante de este Encuentro fue el Mapeo Sudamericano de Seguimiento que realizó el Núcleo de Estudios sobre Violencia (NEV) de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, en colaboración con el MMI-CLAC. Este mapeo se centró en el estado de situación de los marcos legislativos, las políticas públicas y los Sistemas Nacionales de Prevención, Protección y Atención; así como los sistemas de información y de las buenas prácticas de protección existentes en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Perú y Venezuela.
En representación de Bolivia asistieron el Defensor del Pueblo; dos adolescentes que representaban a los niños y niñas bolivianos; y una delegación conformada por miembros de la sociedad civil y la cooperación internacional, quienes forman parte de la Coalición Boliviana por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. Marta Santos Pais, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para el tema de Violencia contra la infancia, recomendó a los países de la sub región trabajar especialmente sobre la base de 3 de las 12 recomendaciones que contiene el Estudio, entendiendo que la aplicación de las mismas resulta vital para avanzar en el resto de ellas. Se trata de las Recomendaciones 1, 2 y 11.
A
partir de ello la Coalición Boliviana por los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes se comprometió a facilitar, junto a la Defensoría del Pueblo, UNICEF y otras organizaciones, la realización de un evento nacional de seguimiento a las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño al Estado Plurinacional de Bolivia, pero fundamentalmente a aquellas ligadas a los temas de violencia e inversión, con la intención de facilitar la construcción de la Hoja de Ruta Nacional.
partir de este evento la Coalición se comprometió a facilitar, junto a la Defensoría del Pueblo, UNICEF y otras organizaciones, la realización de un evento nacional de seguimiento a las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño al Estado boliviano, pero fundamentalmente a aquellas ligadas a los temas de violencia e inversión. En este sentido, a Coalición organizó en Bolivia el primer encuentro nacional de seguimiento a las recomendaciones del comité. El encuentro se realizó en La Paz el 18 y 19 de Agosto de 2011 donde participaron 250 personas y 50 niños, niñas y adolescentes de todo el país. En el encuentro participaron expertos internacionales como Martha Santos País, Rosa María Ortiz, ex integrante del Comité de los Derechos de la
En este sentido, la Coalición organizó el 1er Encuentro Nacional de Seguimiento a las Recomendaciones del CDN al Estado. El encuentro tuvo lugar en La Paz, el 18 y 19 de Agosto de 2011, y participaron más de 250 personas, entre ellas 50 niños, niñas y adolescentes de todo el país. Asistieron expertos internacionales como Marta Santos País; Rosa María Ortiz, ex integrante del Comité de los Derechos del Niño y actual relatora de los Derechos del Niño de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA; y Jorge Oroza, experto en inversión para la infancia. El producto más importante de este evento fue la Hoja de Ruta Nacional para la Erradicación de la Violencia contra los Niños, Niñas y Adolescentes, la cual se centra en las recomendaciones 1, 2 y 11 del Estudio Mundial de Violencia, de acuerdo a la sugerencia de la Representante Especial del Secretario General de NNUU.
Las conclusiones del Estudio y del Encuentro Sudamericano realizado en Asunción, instaron a los Estados a adoptar todas las medidas necesarias para cumplir con sus obligaciones y compromisos en relación a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, garantizando así la protección contra toda forma de violencia. Todos tenemos una función que desempeñar en la tarea de erradicar la violencia pero los Estados deben asumir la responsabilidad principal. Esto significa prohibir todo tipo de violencia contra la infancia, sancionar a los que la ejercen e invertir en programas de prevención. Como indica el Estudio, también es necesario un fuerte marco jurídico que no solo determine las sanciones, sino que marque la pauta de que la sociedad simplemente rechaza la violencia contra la infancia. Así la Hoja de Ruta se convierte en la guía para las acciones más urgentes que el Estado, con la participación de la sociedad civil y especialmente de los niños y niñas, debe tomar para erradicar la violencia.
“La violencia no es inevitable; puede ser prevenida y abordada en forma efectiva”. (Marta Santos Pais)