Sábado, 30 de junio de 2018 Nº 183 @aladar_cultura
Steven Arnold: De los mandalas a la santería Un viaje junto con uno de los precursores del estilo hippie que terminó siendo declarado, por Salvador Dalí, príncipe de su Corte de los Milagros
Paisajes de la infancia en Puente Genil
Final de curso mirando al espacio y al futuro
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Arte
La galería Espacio Mínimo presenta una exposición de fotografías del visionario norteamericano Steven Arnold, destacada figura del surrealismo y de la postvanguardia. Nos abren la puerta a un Suargá de donde se decantan imágenes que
Steven Arnold: Revolución o nada Augusto F. Prieto {Hay personalidades que –sabiéndolo o sin saberlo– marcan una era. Es el caso de Steven F. Arnold, que se inició de niño en el arte del disfraz y la transformación, gracias a un baúl repleto de utilería que se encontró en el trastero de la casa familiar, en los 50. Fue uno de los precursores del estilo hippie, vivió la Formentera de los 60 –un paso más allá de Ibiza, todavía– Lo probó todo, opio, marihuana, hachís, ácido lisérgico, champán, o jarabe medicinal. Estuvo en el germen del underground, en el origen del transformismo, en el surgimiento del San Francisco sound, y en la formación de la psicodelia. Salvador Dalí lo promocionó, y lo declaró príncipe de su Corte de los Milagros, introduciéndole en The Factory, por lo que su nombre está unido a los de Andy Warhol, Amanda Lear, David Bowie, Ultra Violet, Donyale Luna, Mick Jagger, o Marianne Faithfull; es decir, a la contracultura. Colaboró con el genio ampurdanés en las instalaciones de la Torre Galatea. Montó su propia factoría en Los Ángeles, Zanzibar Studios, que la actriz transgénero puertorriqueña Holly Woodlawn ha comparado con Versalles antes de la guillotina. Dirigió varias películas rarísimas que cimentaron su fama, y giraron por el mundo de festival en festival: The Liberation of Mannique Mechanique (1967), The Elements, o Messages, Messages (ambas de 1968), Various Incantations of Tibetan Seamstress (1969), Luminous Procuress (1971), que bien pudiera ser la equivalencia del Sueño de Polifilo para el siglo XX; y Gomorrah Borealis (1984), cada una de ellas más delirante aun que la anterior. Su trabajo desborda la apariencia de frivolidad e incursiona en la mística, indagando entre los recovecos de la sexualidad. El cine no le dejó espacio, así que terminó centrado en los tableaux vivants, la escenografía, y los sketchbooks, que trascenderán gracias a las impresiones fotográficas. Éstas son las que vemos ahora en la exposición de la madrileña galería Espacio Mínimo, algunas son tirajes de época, otras están realizadas por el mismo laboratorio que procesó los originales en vida del autor. La creación del artista se colecciona en destacadas instituciones occidentales, como el Withney, o el MoMA de Nueva York; la Cinematèque Française, o el Frankfurter Kunstverein. Este luminoso legado sería inconcebible sin Pandora, a quien Arnold conoció durante sus estudios artísticos en la Oakland Tech y que se convertiría en su musa, mo-
‘Heal-a-zation Swathe a la Glob Ba’. 1981. / Steven Arnold
Fotograma de ‘Luninous Procuress’. / El Correo
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Arte
nos acechan. Este luminoso legado sería inconcebible sin Pandora, a quien Arnold conoció durante sus estudios artísticos en la Oakland Tech y que se convertiría en su musa, modelo, collaborator y camarada de por vida
Sin titulo (1985). / Steven Arnold
delo, collaborator, y camarada de por vida. Hay muchas cosas que no se pueden entender sin las investigaciones arnoldianas: ni la estudiada iconografía de Mina, ni el cine de Fellini –destacadamente el Satiricón– no comprenderíamos a Madonna, Lady Gaga, o las Cockettes; ignoraríamos la esencia del fenómeno drag, y el germen de muchas secuencias de películas como Barbarella de Roger Vadim, tal y como nos sería complicado descifrar los códigos de Pierre & Gilles. Algunas de estas influencias –mutuas– se identifican con facilidad, otras precisarían estudios minuciosos, pero está claro que todas flotaban meras en el aire, descolgadas de los estudios de Jung sobre el inconsciente colectivo, y estallaron simultaneas. Steven Arnold fue diagnosticado de SIDA en 1988, en los inicios de la plaga, cuando se encontraba en su mejor momento artístico y vital. Falleció en 1994, después del miedo, de la angustia, de la desesperación, como se fueron tantos. Había nacido en California en 1943. Sobre su vida, el realizador Vishnu Dass acaba de realizar un documental a cuya presentación estaremos muy atentos. Steven Arnold: Heavenly Bodies. Las imágenes de la muestra pueden agruparse en cuatro zonas conceptuales: Un dadaísmo de profunda raigambre étnica, con la utilización del cuerpo humano como obra de arte, y el ojo de la cámara como
‘Connecting to the infinite’. 1986. / Steven Arnold
generador de una abstracción geométrica; un erotismo manifiestamente priápico, equívoco y burlesco. Cierta sacrílega imaginería, cercana al paganismo oriental, o al barroco colonial; y la composición de imágenes profundamente simbólicas. Ninguno de estos campos es puro, todos se mezclan, aunque se decanten finalmente por la contundencia subliminal de su mensaje más inmediato: desnudez, simple teatralidad, intención de metáfora, o rigurosa búsqueda de la no-figuración. Las instantáneas de Arnold nos llevan de inmediato a los mandalas, a la iconografía mejicana de la muerte –y beben directamente del vamp, como Grotto of Madame la Morte– o a la brasileña del carnaval. Presentan similitudes con las composiciones de santería, y se referencian al panteón hinduista, o al concepto cristiano de la redención. Todas tienen que ver con los sueños, los estados de ensoñación, o el éxtasis. Alguna presenta moldes clásicos, como Angel of the Night. Composiciones como Bowl of Boys se han convertido en convenciones del imaginario erótico y se han imitado hasta el agotamiento. Actúan como comunes denominadores el exceso, el sincretismo, y la contingencia de una penetración (en todos los sentidos de la palabra). ~
‘Intersection of dreams’. / Steven Arnold
Steven Arnold. - Revelations Espacio Mínimo. Madrid 26 de mayo a 27 de julio de 2018
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Arte
Augusto F. Prieto {En la pasada edición de ARCO, adquirimos para nuestra virtual Colección Aladar de Arte Contemporáneo Dressed for Dalí (1987), a la que queremos añadir ahora, con motivo de la muestra, tres fotografías más sobre gelatina de plata, porque las consideramos elaboradas con sutileza en la elección de los símbolos, y por las asociaciones de ideas que originan; poderosas por su capacidad de capturar la atención del observador, e importantes en la lectura de la secuencia artística de los 80. Elegimos la ya mencionada Grotto of Madame La Morte (1982, 7.500 US$, ed. 3/12); Pandora´s Offering de la misma fecha y precio (ed. 5/12); y Untituled (wond) (c.1985, estampada en 2017, ed. 1/12, 3.000 US$)
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Viajes
El territorio se hace evocador cuando el individuo lo retuerce en la consciencia, cuando lo atrapa para compararlo a los recuerdos que nos han permitido creer que nuestras infancias fueron mejores. La poeta Concha García pasea por Puente Genil, lo toca y lo piensa
Paisajes de la infancia Concha García {La caja de ahorros de algunos de mis antepasados, no fue un banco, ni siquiera el reverso de un mullido colchón de lana. Fue una lata de membrillo grande, con un fondo generoso para que cupiesen bastantes billetes. Las bellas cajas de hojalata, artísticamente litografiadas, todavía se pueden conseguir en alguna de las fábricas que quedan en Puente Genil –en el pasado hubo más de veinte-. El membrillo es una fruta carnosa de color amarillo dorado. Me cuenta Marina Aguilar Chacón, que tomó las riendas de un negocio exclusivamente patriarcal, que los membrillos se cultivaban ya en el siglo XIX en la rivera del Genil y comenzó a exportarse a la villa vecina de Roda de Andalucía mediante arrieros a instancias del médico local para atajar una epidemia de colitis crónica que padecían los vecinos. Me enseña la fábrica, que está cerca de la ribera, en la parte baja del pueblo. Todo brilla de limpio. En octubre entrarán nuevas partidas de membrillos y entonces las mujeres comenzarán a seleccionarlos, porque ella lleva la empresa desde un punto de vista feminista. Ganó el premio el día de la mujer trabajadora en 2016. Recorremos las instalaciones de la fábrica, la maquinaria empleada (caldera, artesas, volcadores…) y la actividad realizada. En un primer recinto las operarias lavan, selec-
cionan y cuecen el fruto, a continuación el membrillo es pelado y troceado por las membrilleras, para su posterior mezcla con azúcar y finalmente ser envasado en latas. En el almacén se guardan cajas de membrillo recién hervido a la espera de ser envasado definitivamente. Leo que Manuel Córdoba, realizó un curioso estudio de investigación su tesis doctoral que ha dado como resultado dos libros: El mensaje publicitario en hojalata: las cajas de carne de membrillo en Puente Genil. Estudió 200 latas donde hay motivos tanto goyescos como religiosos. En el Hotel El Carmen, que es una antigua harinera en un edificio de 1904 rehabilitado -un año antes nacería el poeta Juan Rejano, que murió en México en 1976, poco antes de tener las maletas hechas para regresar a su ciudad natal después del largo exiliohay una sala donde se exponen varias de esas históricas latas. El frescor que emana, el techo es abovedado, invita a mirarlas detenidamente. El actual gerente dice que es polivalente y los espacios se pueden utilizar para exposiciones, festivales flamencos o lecturas poéticas. No solo para salones de bodas y comuniones. La pasada semana hablaba del tejido industrial de esta población que ha ido creciendo. Aprovecho la mañana para caminar. No me quiero ir sin ver, a unos kilómetros, ya
Latas que sirvieron para guardar membrillo o el dinero ahorrado cuando la fruta era consumida. / Concha García
en las afueras, el hermoso campo de olivos con los que el aceite es prensado desde hace décadas. La fábrica de aceite continúa con la tradición, aunque ya no lo filtran como hace años. La antigua almazara de origen árabe permanece como museo. Viene un vuelco de tiempo a mi memoria. Nací cerca de aquí y mi abuelo paterno cuidaba campos de olivos, era manijero. Durante la Guerra Ci-
vil perdieron sus tierras ubicadas en la sierra de Montilla, también en la campiña cordobesa. Eran republicanos y muchos tuvieron que irse. Atenta a las explicaciones de Francisco Gómez, arquitecto y aceitero, donde el amor se anuda con la generosidad de estas tierras andaluzas. Contemplo el atardecer de un día de junio, revolotean pájaros sobrevolando los campos. ~
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Tribuna
La cultura no suele resultar atractiva a la primera. Al contrario, muchos son los que escuchan la palabra y ya se sienten aburridos, excluidos, alejados o espantados. No se presenta como algo divertido y ameno, no se presenta como algo universal que
Interesados en ese lío que llamamos ‘vivir’ Gabriel Ramírez {¿Es cierto que al español medio le gusta ver partidos de fútbol y no quiere saber nada del arte? No. Rotundo. ¿Es cierto que al español medio le interesan los programas de televisión en los que se gritan unos a otros echándose en cara idioteces y no quiere saber nada del arte? No. Rotundo. Al español medio le interesa lo que resulta atractivo, lo que le hace un poco más feliz, lo que le provoca sensaciones inigualables y, muchas veces, desconocidas. No deberíamos descartar que uno de los motivos por el que millones de personas contemplan discusiones entre dos o más majaderos es el querer saber hasta qué punto una persona es capaz de caer en la bajeza, en la mediocridad. Al ser humano siempre le gustó buscar escenarios e imaginar qué sería de él en situación similar. El gran problema que se plantea desde hace demasiado tiempo es cómo despertar el interés por la cultura; saber por qué alguien no deja de ver programas de televisión infames cuando, ni siquiera le gustan. Podríamos estar animando a leer a un joven hasta hacernos viejos sin lograr resultado alguno. Eso de intentar dirigir los gustos ajenos no funciona ni a la de tres. Lo que deberíamos es lograr una mínima reflexión para que el cambio se produjera desde dentro y no llegase como una imposición externa. Podríamos romper el corazón a la humanidad entera (ya saben que es muy normal agarrarse a los poemas o las canciones de amor en épocas de ruptura), pero no creo que sea buena idea. Francamente, no tengo un plan. Ni a, ni b, ni c. Ni yo ni nadie desde hace más de cien años. Aunque, a decir verdad, a mí me gusta fracasar muy a la española (con gran elegancia y como si conmigo no fuera la cosa) por lo que voy a intentarlo otra vez. De momento, se me ocurre que utilizar un lenguaje cercano, ya que un discurso que solo entiende el que lo construye y sus allegados, no puede ser. Está claro (visto el resultado) que los profesionales y expertos en arte nos ponemos estupendos y aburrimos a las ovejas. No somos capa-
ces de despertar el más mínimo interés en los otros. Además, habrá que intentar provocar la reflexión. Pero no sobre el universo, las estrellas, el infinito o la eternidad. No, sobre uno mismo. Y para eso lo mejor es plantear preguntas que nos lleven a otras, lo mejor es abrir ventanas por las que poder mirar sin que resulte incómodo o peligroso. Con estas dos premisas me apaño. Veamos, ¿qué sería usted capaz de conseguir si utilizase esas tres horas de televisión en otra cosa? ¿Ha tenido usted algún interés que abandonase y aún le escuece ese pequeño fracaso? ¿Se puede aprender inglés dedicando tres horas diarias a su estudio; se puede aprender lo suficiente sobre esos cuadros tan imponentes que vio aquel día en el museo; tan caro resulta ir al cine como para no hacerlo? ¿Hacer cosas interesantes es compatible con mi vida normal? Perder el tiempo en algo que más tarde hace que me pregunte sobre lo que malgasto mi vida ¿debo consentírmelo? ¿Por qué no me pongo guapo o guapa (nunca sabes lo que te puedes encontrar) y me voy a ver la exposición fotográfica que he visto anunciada? ¿Puedo comentar un partido de fútbol mientras espero en la cola de la ópera? ¿Y si paseo por las salas del museo en vez de hacerlo por un centro comercial? La cultura no solo es importante, queridos; es muy, muy, divertida. Requiere algo de entrenamiento aunque merece la pena. ¿Es verdad que perder el tiempo me aleja de los problemas? Ya les digo yo que la mejor forma de olvidar la realidad es crear otra. Y eso es lo que llamamos arte. Y la satisfacción personal cuando eliges hacer una cosa u otra es muy distinta. Ahora bien, ¿se presenta la cultura como algo interesante? Ya les digo yo que no. Incluso, alguna vez, se hace con tal refinamiento y snobismo que, lejos de resultar atractivo, la invitación hace salir corriendo al que escucha. Este mundo que hemos fabricado es, respecto a la cultura, algo parecido a una mala clase de un mal profesor. Y eso, de toda la vida, se convierte en un suspenso.
‘Guernica’ de Pablo Picasso. / El Correo
La distancia entre arte y persona se hace insalvable. Seguramente porque pocos son los que tratan de comprender a los profesionales. Digamos que la culpa es compartida. Dejemos la cosa en empate. Pero tengamos en cuenta que todos debemos esforzarnos por desmitificar las artes, por entender que, tal vez, tengamos cerca (podríamos ser nosotros mismos) una persona dormitando a la que está a punto de caerle una manzana al lado. Lo que le pasó a Newton, vaya. Igual a un artista le cae un albaricoque, pero es igual. El
caso es que el arte como manifestación de los sentimientos se hace universal por ser y estar al alcance de todos. Vamos a imaginar que alguien de nuestra confianza nos invita a descubrir algo grande, inesperado, improbable, desconocido y, si me apuran, peligroso: a nosotros mismos. Nos fiamos de él y nos planta frente a unas fotografías expuestas en no sé qué sitio; ante un lienzo de Picasso o nos coloca un ejemplar de una novela sobre la mano. Y en lugar de salir pitando, dando por hecho
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Tribuna
esta al alcance de cualquiera y que nos hace mucho mejores personas. Y tenemos un problema cuando se cambia un poema por un programa nefasto de la televisión. Un enorme problema de difícil solución
que el asunto va a ser insufrible; dando por hecho que la cultura es cosa de unos pocos, decidimos que nos importamos, que somos lo más radicalmente necesario de este mundo porque lo estamos viviendo. Si no salimos corriendo, la invitación será un éxito puesto que nos formaremos, nos preguntaremos, nos restauraremos, nos querremos. Creceremos como personas. Buscaríamos la forma de acercarnos al arte sabiendo que eso supone una aproximación a nuestra condición y, por tanto, al sentido último
de nuestra existencia. No es tan complicado. No es necesario parecer muy moderno ni muy culto. Ni serlo. No hay que ponerse estupendo para hablar de cultura. Hay que cambiar los hábitos, dejar los prejuicios a un lado, los estereotipos a otro. Lo que van a leer a continuación es el comienzo de la novela de Tolstoi. Ana Karenina. Si leen la primera frase ya tendrán un mundo entero por descubrir. Si siguen ya tendrán una historia apasionante; una historia que en ningún programa de tele-
visión cutre podrán encontrar jamás. Y no hay que tener dos carreras para arrimarse a esta novela, ni hay que tener un cociente intelectual por encima de la media. Hay que querer saber sobre uno mismo y sobre lo que le rodea. Estar interesado en este lío que llamamos vivir. Es así de simple. «Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada. En casa de los Oblonsky andaba todo trastrocado. La esposa acababa
de enterarse de que su marido mantenía relaciones con la institutriz francesa y se había apresurado a declararle que no podía seguir viviendo con él. Semejante situación duraba ya tres días y era tan dolorosa para los esposos como para los demás miembros de la familia. Todos, incluso los criados, sentían la íntima impresión de que aquella vida en común no tenía ya sentido y que, incluso en una posada, se encuentran más unidos los huéspedes de lo que ahora se sentían ellos entre sí». ~
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Mujeres de la historia
Un pequeño grupo de mujeres han logrado viajar al espacio. Como siempre ha ocurrido los problemas para conseguir que así fuese han sido enormes. Pero las mujeres han llegado allá fuera, han paseado con sus trajes espaciales como hacen Las mujeres, a pesar de todos los obstáculos, han logrado viajar al espacio del mismo modo que los hombres.
La comandante de la Estación Espacial Internacional Peggy Whitson. / NASA
Final de curso mirando al espacio y al futuro Anabel Rodríguez {Se nos acaba el curso en Aladar; sí, llega julio. La revista publica este número y, luego, nos vamos de vacaciones (en mi caso nada forzadas). Miro el trabajo de este año y veo un gran número de referentes femeninos que hemos buscado en la historia (incluso uno masculino que por marginado me pareció necesario traer a la revista) y no sólo en la historia, también la mitología ha estado repleta de amazonas, vengadoras, mujeres que se visten por los pies. Creo que la misión de actualizar la mitología ha tenido unos frutos sorprendentes. Esta semana me he sentido muy feliz porque unas investigadoras se han puesto en contacto conmigo en relación con un artículo del año 2016: el de las mujeres pioneras del cine en España. Me he preguntado ¿tanto hace que estoy compartiendo historias con vosotros? Parece que sí. Miro el histórico de la revista y veo que el primer artículo es de diciembre de 2015 y, de una manera torpe, me sorprendo.
Antes de continuar escribiendo quiero dar las gracias a Gabriel Ramírez que me dio la oportunidad de colaborar con esta publicación y también a vosotros los lectores, que para mí continuáis siendo, en muchos casos, anónimos, pero sé que estáis ahí y sois la causa última de que me enfrasque buscando libros, documentos, fotografías un fin de semana sí y otro, también. Gracias por vuestra atención. Los escritores (los artistas en general) somos muy exigentes con el público, queremos algo tan caro y precioso como vuestra atención. La queremos de forma plena y activa, no nos conformamos con cualquier cosa. También queremos vuestro tiempo y cariño (ahí es nada). No sé, visto así me parece que somos un poco caprichosos, exigentes e inflexibles con nuestros lectores y no os merecéis eso. Cada uno de nuestros textos esconde (o directamente pide): ¡Léeme! ¡Regálame tu tiempo! ¡Dame un like! ¡Coméntame! Por este motivo quiero daros una vez más las gracias por leer, por estar ahí,
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Mujeres de la historia
los hombres. Incluso, desgraciadamente, han muerto en pleno viaje espacial. Los escasos viajes que han protagonizado las mujeres han estado llenos de anécdotas. Anabel Rodríguez las repasa Valentina Tereshkova.
por compartir. Especialmente quiero agradecer a los profesores que se llevan los artículos a clase para comentar con sus alumnos adolescentes y a los alumnos que no toman represalias contra mí después de leerlos. Gracias infinitas a todos. Me gustaría despedir este curso mirando al espacio y a las pocas mujeres que han logrado subir allí. Hace pocos días se ha cumplido un aniversario muy especial: cincuenta y cinco años desde que por primera vez una mujer subió al espacio. En este campo fueron los soviéticos los que ganaron la partida a los norteamericanos y Valentina Vladímirovna Tereshkova la que nos llena de orgullo. Esta ingeniera rusa, fue la primera civil que voló al espacio. Fue seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes para ser piloto del Vostok 6, lanzado al espacio el 16 de junio de 1963. Completó en solitario, cuarenta y ocho órbitas alrededor de la Tierra en sus tres días en el espacio. Tenía veintiséis años cuando subió al espacio, padecía vértigo y en el periodo en que se mantuvo allí registró más tiempo de vuelo que la suma de todos los astronautas estadounidenses que habían volado antes de esa fecha. Como en 1963 la relación entre la Unión Soviética y Estados Unidos era muy mala (recordad la Guerra Fría) el programa espacial fue llevado en secreto, hasta el punto de que los padres de la cosmonauta sabían muy poco de lo que estaba pasando, por no decir nada (pensaban que estaba dando un curso de paracaidismo especial). Tras su regreso del espacio, algunos militares de la fuerza aérea rusa la acusaron de haber estado borracha a lo largo de su viaje al espacio (a
Sharon Christa Corrigan McAuliffe,muerta en el accidente del Transbordador Espacial Challenger, el día 28 de enero de 1986.
ver de dónde sacaba la bebida allí) y de insubordinación al jefe al mando. Los que la acusaron fueron despedidos y es que Tereshkova se había convertido en una heroína nacional. Además, el delirio que se producía durante o al regreso del espacio, era algo casi normal entre las personas que pudieron subir al espacio. Sin embargo, no podemos olvidar que nuestra heroína era soviética y vivía sometida a los dictámenes (por no decir caprichos) de sus mandos. En el año 1997, el doctor Vitali Volóvich, médico de Yuri Ga-
garin, se destapó diciendo que la hija que Tereskhova tuvo con su primer marido Andrián Nikoláyev no fue procreada voluntariamente, sino que les ordenaron tenerla a fin de conocer los efectos que permanecer en el espacio podría tener para la procreación humana. Los primeros experimentos de hijos espaciales se hicieron con perros que habían sido enviados al espacio y aunque sus resultados eran desastrosos, se ordenó a la pareja que tuvieran un bebé. El embarazo fue, según este doctor, complicado, tuvo que permanecer mucho tiempo
hospitalizada y el parto tampoco fue sencillo. La niña, Elena, era muy pequeña cuando nació y hasta los cinco años vivió bajo el control de los médicos. Sobrevivió y se formó para ser doctora, carrera que, al parecer, ejerce en la actualidad. Tereskhova es un personaje muy conocido y querido en Rusia. Lo fue durante la época soviética y también en la actualidad. Durante los últimos juegos olímpicos que se celebraron en su país, fue portadora de la antorcha olímpica y no ha dudado en ofrecerse para participar en un posible viaje a Marte, aunque sólo le facilitasen un viaje de ida. Los estadounidenses también habían creado una unidad femenina para subir al espacio en aquellos años, la Mercury 13; sin embargo, el machismo imperante en la época, alentado incluso por los propios cosmonautas varones, impidió que la misión femenina pudiera llegar a convertirse en algo tangible. No tuvieron un grupo de mujeres y hombres que les apoyasen para cumplir con la misión que previamente les habían propuesto. Hasta 1983 no se produjo el primer despegue de una misión norteamericana con una mujer como integrante. Sally Ride fue la primera en subir al espacio (hace treinta y cinco años). Os recomiendo que veáis el documental que Netflix ha creado sobre el Mercury 13, puede que terminéis desanimados, pero creo que merece la pena ver a esas mujeres que se esforzaron tanto. Después han subido al espacio mujeres como Svetlana Savitskaya, Judith Resnik (que falleció en el transbordador espacial Challenger), Katheryn D. Sullivan (primera mujer que protagonizó un paseo por el espacio), Helen Sharman, Shannon Lucid (primera mujer tripulante de una Estación espacial), Mae Jemison, Ellen Ochoa, Chiaki Mukai, Eileen Collins y Peggy Whitson. Miramos al espacio y vemos que nosotras también podemos estar ahí… No me refiero a mí, que no tengo condiciones físicas, ni la fortaleza mental suficiente; pienso en el resto, en las que tienen ese sueño, ese interés y facilitarles el apoyo que les permita alcanzar su objetivo. Porque seamos honestas aún necesitamos sostén de la sociedad para demostrar lo que ya valemos, lo que ya somos y aún más, para abrir camino. Después de mirar al espacio, miro al futuro y me gustaría implicarte a ti que estás leyendo este artículo, saber en qué caminos quieres que nos adentremos el próximo mes de septiembre, si tienes curiosidad por saber más de algunas mujeres, o te fascina la mitología, si estás cansado de ella o quieres que tratemos alguna otra cosa. ¿Cómo quieres que despegue el curso que viene? No te hagas el sorprendido que te acabo de explicar que los que escribimos somos unos bichitos exigentes. ¡Feliz verano! ~
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Literatura
La temporada de estío viene cargada de novedades literarias para todos los gustos y nosotros queremos facilitarte la tarea de cara a las vacaciones. ¿Te gusta el thriller norteamericano o prefieres los autores patrios? ¿Eres de los que acude a urgencias a
Lecturas refrescantes de verano Una de intriga que engancha Si te gustan el suspense, las tramas adictivas y los autores bestsellers, tienes que leerte El caso Fitzgerald de John Grisham, publicada este mismo mes por Plaza y Janés. Un autor norteamericano de cuyas obras se han vendido más de 250 millones de ejemplares y que conoces seguro gracias al cine. No en vano, en los años noventa se adaptaron novelas suyas como La tapadera, El informe Pelícano, El cliente o Cámara sellada; todas con gran éxito de crítica y público. Sin embargo, a diferencia de aquellas, el título que nos ocupa no posee un argumento judicial, sino más bien es un homenaje a la propia literatura y sus protagonistas. Escrito con una prosa sencilla y sin aditamentos y muchísimo ritmo, sus 336 páginas nos narran el robo de los cinco manuscritos originales de las novelas de Francis Scott Fitzgerald (El gran Gatsby) y de su entrada en el mercado negro. Un lugar donde Bruce Cable, un seductor librero de Florida, se mueve como pez en el agua, y al que Mercer Mann, una joven y endeudada escritora, deberá acceder para tratar de recuperarlos. En suma, un cóctel repleto de intriga, acción y espionaje salpicado de personajes con enorme carisma.
Antonio Puente Mayor {Sol, arena, y mar. No es mal plan para el verano. Aunque también podemos cambiar el mar por la piscina o buscar destino en la sierra, y eso sin salir de la provincia. No obstante, ya sea en el sur, en el Cantábrico o más allá de nuestras fronteras, lo que no debe faltar nunca en nuestro equipaje es un buen libro, ese compañero de viaje que nos ofrece tanto a cambio de tan poco y que ya existía antes de la llegada de la tablet, el ordenador y el sempiterno móvil. Y es que julio y agosto son meses tradicionalmente «lectores», pues los días son más largos, la oferta televisiva inferior y nues-
tras ganas de desconectar totales. ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro? Sinceridad ante todo, que tampoco nos vamos a asustar. Según las estadísticas, casi el 40% de los españoles no lee ni uno al año, y un 35% de uno a cuatro. ¿Adivinas cuáles son las comunidades que están a la cola? Mejor lo obviamos, pues siempre es preferible ser optimistas de cara al futuro. De hecho, este año las ferias del libro han vendido más ejemplares, se han abierto nuevas librerías y tenemos un repunte en los lanzamientos. Ahora sólo falta que mi lista de recomendaciones contribuya a seguir sumando.
La temporada de estío viene cargada de novedades literarias para todos los gustos y nosotros queremos facilitarte la tarea de cara a las vacaciones. / El Correo
La salud es lo que importa La segunda de nuestras recomendaciones trae la firma de Fernando Fabiani, un sevillano todoterreno que muchos conocerán gracias al teatro, los medios de comunicación o la plataforma Youtube. Y es que aunque su profesión es la de médico de familia, el autor de Vengo de urgencias (Aguilar), posee el don de hacer mil cosas a la vez y –lo que es me-
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Literatura
las primeras de cambio o prefieres automedicarte? ¿Qué pasaría si Franco levantase la cabeza y ganase unas elecciones a alcalde? ¿Y si un manuscrito perdido de Ramón y Cajal apareciese por sorpresa? jor– salir airoso de todas. En su segundo libro tras el exitoso Vengo sin cita, el doctor Fabiani se pone la bata blanca para contarnos las mejores anécdotas relacionadas con el mundo de las urgencias, y, por ende, de la salud en general. Así podemos hallar desde el caso típico de la embarazada que acude al hospital por una falsa alarma al de los enfermos que hay que visitar a domicilio. Eso por no hablar de la automedicación, la introducción de «cuerpos extraños», la diabetes o las dietas milagro; todas ellas narradas con pericia, humor y algo muy importante: sensibilidad. El capítulo dedicado al parto es sencillamente genial, como también lo son las frases de sus pacientes, de ahí que sea una lectura recomendada además de por un servidor por Carlos Latre, Paz Vega, Juan Gómez-Jurado o el simpar Manu Sánchez.
construcción de un pantano. Y ello con el aplauso de la política local –incluido el partido morado– y la admiración de todo un país. Bueno, de casi todos…
Emulando a Indiana Jones
«Si Franco levantara la cabeza…» Seguro que has oído esta expresión más de una vez, ¿me equivoco? No en vano el autor de ¡Es él! ¡Ha vuelto! recrea esa supuesta «resurrección» del caudillo nada menos que el 10 de julio de 2010, la tarde en la que Andrés Iniesta marcó el gol que hizo a España campeona del mundo, y en la que se exhibieron más enseñas nacionales que en toda nuestra historia. Una novela original, crítica y repleta de ironía que aunque nos recuerda mucho al libro Ha vuelto –aquel del alemán Timun Vernes donde Adolf Hitler regresaba para convertirse en un showman–, sólo comparte con él la premisa inicial y el título. Para empezar, la obra publicada por Ediciones Insólitas va firmada por un tal Víctor Aguirre tras el que se oculta un reconocido escritor. Asimismo la trama nos ofrece a un Francisco Franco anciano y con seudónimo (aunque en plena forma) que, por azares de la ficción, se convierte en alcalde de un pueblo del interior, logrando levantar su economía, acabar con el paro y hasta promover la
¿Existe un sarcófago egipcio hundido frente a Cartagena? ¿Qué historia subyace tras el descubrimiento de los cadáveres de Pompeya? ¿Cuáles fueron las motivaciones de Qin Shihuang para albergar en su tumba un ejército de terracota de más de 8000 soldados? ¿Cuál es el Tesoro de Aliseda? ¿Quiénes fueron los mayores saqueadores de tumbas? Estas y otras muchas preguntas obtienen respuesta en Arqueología. Tesoros y tumbas, el último trabajo del sevillano Francisco García del Junco publicado por Almuzara. Responsable de Eso no estaba en mi libro de Historia de España, este profesor de la Universidad de Córdoba nos anima a recorrer el mundo cual Indiana Jones para vivir aventuras, buscar tesoros y descifrar misterios. Y es que sus 432 páginas son un compendio de entretenimiento, pero también de rigor y didactismo marca de la casa. Asimismo su fascinante viaje al pasado nos permite adentrarnos en algunos de los mayores enigmas de la humanidad, como la existencia o no de un Diluvio Universal, el legendario Machu Picchu o la disposición de ciertos templos funerarios repartidos por el planeta.
Para los peques de la casa Ya que estamos en verano y los peques no tienen clase, no estaría
de más que los animásemos a leer alguna historia; máxime cuando en esa etapa debemos inculcarles el hábito de la lectura. Aunque la oferta infantil es cada vez mejor y más variada, la obra que os propongo se ha convertido por méritos propios en una de las revelaciones de la temporada. Me estoy refiriendo a Blue y el secreto de las lágrimas, de Narci Gómez Jarava, un álbum ilustrado que nos permite descubrir el lugar del que procede el líquido salado de un modo mágico y divertido. La historia, publicada por el sello Mr. Momo, nos lleva hasta las profundidades marinas, donde una simpática ballena dota a los seres humanos del don del llanto, algo que los bebés desarrollan en el mismo momento de nacer y que les acompañará toda su vida. Narrado de un modo tierno y sensible, la obra es un regalo tanto por su lenguaje –rozando el lirismo– como por la belleza de sus ilustraciones, obra de la artista plástica María Bullón, valenciana afincada en Sevilla y conocida por 40 Cuentos de Semana Santa para 40 Noches de Cuaresma, Pomodora o la más reciente Ignacio de Loyola. El soldado de Dios.
rrera y cuya desaparición en 1934 le provocó la muerte casi instantánea. Un valioso documento alrededor del cual pivotan un ramillete de personajes entre los que destacan una asistenta doméstica, una atractiva editora con problemas sentimentales, un profesor universitario obsesionado con las mujeres y la joven alumna de este. Todos ellos nos ofrecen una trama donde tienen cabida las decepciones, el engaño y la codicia, y donde el sexo juega un papel determinante.
Tras las huellas del poeta
Recordando al Premio Nobel El LXIV Premio de Novela Ateneo de Valladolid fue a parar a las manos del madrileño Alberto de la Rocha, autor de Los vertebrados (Algaida). Una novela narrada de manera ágil y directa que homenajea a Santiago Ramón y Cajal, una de las mentes más preclaras de la historia de España, cuya contribución a la ciencia y la obtención del premio Nobel de Medicina en 1906 no le impidió caer en el olvido. Estructurada a modo de thriller y con varios flashbacks que nos permiten conocer el lado más humano del célebre investigador, la historia nos cuenta el hallazgo de su manuscrito Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, que reúne todos los descubrimientos de su ca-
Las Rimas de Bécquer que conocemos no son las originales. El primer manuscrito se perdió durante la revolución de 1868. ¿Qué precio tendría hoy si se descubriera? ¿Habría alguien dispuesto a matar por él? ¿Creía Bécquer en el espiritismo, o su mundo de espectros y nieblas se limitaba a sus Leyendas? Esta es la atractiva propuesta con la que Mariano Fernández Urresti vuelve al siglo XIX tras Las violetas del círculo Sherlock y La tumba de Verne, ambas ficciones inspiradas en famosos escritores del ochocientos. Aunque en esta ocasión el santanderino va más allá, pues en Los fantasmas de Bécquer (Almuzara) nos presenta un thriller a caballo entre la Segunda Guerra Mundial y nuestros días, donde tienen cabida desde un periodista sin escrúpulos a mercaderes de arte, pasando por Heinrich Himmler y los oficiales de las SS que viajaron a España en 1940. Haciendo uso de un discurso diligente, cercano y muy lúdico, el popular divulgador nos pasea por lugares irrepetibles como el Mont Saint-Michel, Madrid, Sevilla y Toledo, mientras esboza un retrato a base de pasión y sangre en el que Gustavo Adolfo Bécquer revela su verdadero rostro. ~
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Escrito para...
El verano invita a leer. Los horarios en las oficinas se relajan (algunos), las universidades y colegios echan el cierre, el calor nos encierra en las casas durante unas horas que se utilizan para descansar y disfrutar, las piscinas se convierten en ...sufrir con el terros ajeno
Cosas que no están Anabel Rodríguez {Diego González se adentra, una vez más, en el mundo de la novela breve, ofreciéndonos un texto en el que abundan los monólogos internos, breves, contundentes, concisos. Lo hace para contarnos la historia de una protagonista sin nombre secuestrada con su pareja mientras viajan a México por cuestiones de trabajo. La mafia y el mal como forma de trabajo institucionalizada, el dolor, el sufrimiento causado sin apenas pestañear, a cualquiera que tenga la mala suerte de cruzarse en el camino de estos profesionales del delito. Al tiempo la protagonista nos narra su historia de amor con Itzell, en los pocos fragmentos en los que se nos permite salir del primerísimo plano en el que el secuestro nos ha introducido. Esos recuerdos son los que nos dan un poco de aire, para comprender que la vida no siempre fue así, que el amor existió y se estableció entre la pareja de forma casi absoluta. También podemos percibir la incomprensión de la madre de la protagonista, hacia el lesbianismo de su hija y la quiebra que supone para la protagonista, que termina por ver en una de las personas que la secuestran una especie de madre. Continuos saltos temporales, violaciones, oscuridad y temor son algunos de los condimentos de esta pequeña novela que no debes perderte,
Portada de ‘Cosas qe no están’. / El Correo
Diego González. / Diego González
aunque en algunos momentos te provoque asfixia. Una historia en la que la venganza tiene un papel protagonista, que condena y redime al mismo tiempo. Los nombres de los personajes y la falta de nombre de la protagonista tienen una intencionalidad evidente, sólo hay que escarbar un poquito para saber que significa Güero, Reviva, Itzell… Por otro lado, el autor incide, una vez más, en plantear y resolver ciertas curiosidades: quiénes son los aoroi, qué es la anosmia, el diastema…en una dinámica que se convierte en marca de la casa. También hay referencias a otros autores y a canciones que protagonizan algunos de los momentos más intensos de la novela.
Que las protagonistas sean una pareja de lesbianas (presente una, ausente la otra) me ha parecido una buena idea, que al tiempo visibiliza y normaliza la situación de la mujer homosexual en la narración. Esta historia de secuestro (terrible) podía sucederle a cualquiera que tenga la mala suerte de cruzarse con unos delincuentes profesionales con independencia de su orientación sexual, pero buscar que las protagonistas sean precisamente esas mujeres supone una manifestación de que esta realidad, está para quedarse en el mundo de la literatura (y de las artes en general) más allá de tópicos. Una novela breve editada por De La
...los interesados en el mundo onírico
La rueda celeste Daniel González Irala {En esta novela, la escritora estadounidense Ursula K. Le Guin (novelista, poeta y ensayista, principalmente) atrapa al lector de forma rotunda a través del mundo de los sueños y la manipulación humana de los mismos en un entorno no menos reconocible y distópico a un tiempo. Deudora de Philip K. Dick entre otros, los personajes principales son George Orr, que empieza siendo una medusa para convertirse en una especie de replicante demasiado humano, y su psiquiatra Michael Haber, un tipo con delirios de grandeza que opera en su mente a través de la hipnosis y otros métodos de persuasión, primero para convertir unos complejos sueños en simples líneas conductuales y después para apoderarse de los antiguos y hacerse dueño y señor de su antigua voluntad, por la que Orr era capaz de
hacerlos realidad. Ursula K. Le Guin es además una escritora perturbadora de atmósferas, capaz de describir entornos tranquilos y apaciguados que en Orr y en el lector pueden llegar a ser de pesadilla, consiguiendo un clima de psicosis o esquizofrenia colectiva. Al no ponerse en el lugar ni de Orr ni de Haber, y utilizando al personaje de la abogada defensora de aquel, alguien con un pasado también tortuoso a sus espaldas, la novela es capaz de hablarnos, desde la psicología más científica, de cómo a partir de la fase dos o de husos del sueño, alguien se puede apoderar de los sueños de otro a través de su libertad, siempre y cuando quien acuda a estas sesiones sea incapaz de llegar a la quinta fase REM por sí mismo. Y es que en el caso de que Orr pudiera llegar a esta fase por sí mismo, pondría patas arriba el orden y concierto de la sociedad mundial.
Por otro lado, Haber es alguien de quién no podemos fiarnos, un psiquiatra perverso que recuerda a los médicos y locos de Poe, capaz de hacerse dueño del mundo con psicosis ajenas y que en su vida personal es incapaz de mante-
Luna Libros, que cumple este año 25, en el sector editorial, dónde no es fácil sostenerse si uno es fiel a sí mismo. Calificación: Buena. Tipo de lector: Dispuesto a no perderse ni una palabra y a sufrir con un secuestro narrado con intensidad. Tipo de lectura: Para leer con atención y un lápiz. Argumento: El amor, el secuestro y la venganza. Personajes: La protagonista, el Güero. ¿Dónde leerlo?: Con un poquito de luz para no dejarnos llevar por la oscuridad.
ner relación alguna con seres de otro sexo. Inquietante, en la fábula que nos ocupa se utiliza un narrador de elaboración compleja que pretende apoyarse alternativamente en estos dos personajes de manera sabia, sin apenas dar tregua a otras concesiones o vidas, más que desde lo paralelo. Provocadora, se plantea una moral muy personal a través de la que no siempre lo que vence es lo más adecuado o mejor para la humanidad, obteniendo a través de sus portentosos diálogos el principio de una hecatombe situada en Portland (Oregón), lugar en que casualmente esta afincada la escritora y que tuvo un dramático desarrollo de la Segunda Guerra Mundial con Japón como principal enemigo. Calificación: Extraordinaria. Tipo de lector: Dispuesto a inquietarse. Tipo de lectura: Absorbente. Argumento: Los sueños y la manipulación humana de los mismos. Personajes: Bien perfilados. ¿Dónde leerlo?: Tras un sueño reparador, en un sofá.
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oasis urbanos que nos salvan, casi, la vida. El verano convierte todo en una enorme biblioteca si queremos que así sea. Aladar quiere colaborar en que no tengas que esforzarte buscando alternativas ...los que creen que todo está inventado
El relato Daniel González Irala {Feminista, ecologista y autora de renombre, en esta ocasión, Le Guin nos entrega otra distopía basada en el Tao chino, una filosofía o religión que convierte aquí a sus habitantes en meros archiveros del considerado Saber Universal, que incorpora no solamente el conocimiento necesario para sobrevivir, sino otro denominado impío, que no tiene ningún reparo en hacer ver cómo a través de un ZIP o mecanismo cerebral adaptado, todos somos iguales en el sentido más atomizado, pero no por ello peyorativo del término. Que la humanidad está en guerra ya venía de mucho antes. Aquí nos encontramos con que el enemigo de los protagonistas de el Relato es todo afán ante alguien o algo invisible e intocable que puede estar dentro de nosotros. La narración avanza a tirones, como negación a lo fructífero de una necesidad de Sherezade y «Las mil y una noches» que no llega. Y plantea qué es de nosotros sin ese germen de la ficción, quedando la realidad tan bellamente descrita aquí como una masa amorfa que obvia tan bello ejercicio: el de escuchar y contar historias, ese oficio que García Márquez definió en su día como el más hermoso e inútil del mundo, y sin el que no existiría ni germen de emoción siquiera. Y el mundo permanece, pues lo
Ursula K. LeGuin. / Portland Art Museum’s Online Collections
que parece inherente al ser humano es la esperanza de cambio, una esperanza que una vez arrebatada, configura el Relato hermoso, breve y sucinto. El Relato como fábula sencilla que por el totalitarismo es imposible y donde el ser o lo que respira queda atrapado desde un principio. Todo ello a medias entre la ficción y el ensayo, y en el que la imaginación en el cómo no
falta. Desde el principio vivimos en una era tecnológica no tan disímil de la actual; en ella, la supervivencia se rige por la torpeza de movimientos y la suma obediencia a la Nada. Es así como partiendo de una mirada de registro casi cero, el hombre, la mujer, su familia desarrollan necesidades tan obvias que no parecen de ese mundo. Le Guin parte de esa realidad que tantos opinadores exagerados creen que es cierta por desmotivadora: todo está inventado, por lo que si cualquier emoción nos sobrecoge, sólo queda consultarla en esa especie de vademécum gigante, donde figuran todos los poemas e historias que en el mundo han sido. No hace falta ser muy listo como para entender que el hecho de unir un mundo tan apocalípticamente personal a la voz narradora hace que se resienta terriblemente también la labor lectora. En este universo o microcosmos excesivo por un lado y claustrofóbico siempre es en el que encuentra apoyatura para narrar desde lo obsesivo. Calificación: Difícil. Tipo de lector: Acostumbrado al universo de K. LeGuin. Tipo de lectura: Atomizada. Argumento: Atmosférico. Personajes: No es lo mejor. ¿Dónde leerlo?: En una gran biblioteca.
...aprender que los fallos pueden ser aciertos
Mog, la gata despistada Silvia Fernández {Todos tenemos un libro en la mente que no olvidaremos nunca jamás. Puede ser ese que leímos en primer lugar y solos, ese que nos hizo sentirnos mayores por ser el primero que lográbamos terminar sin ayuda. Pero, muchas veces, es ese libro que nos leyeron y que tantas veces abrimos y cerramos; el libro que nos acompañaba hasta justo antes de cerrar los ojos para dormir; aquel libro que protagonizaba un personaje que recordamos con absoluto detalle; el libro de cuando éramos pequeñitos. Pues bien, son muchas las personas en el mundo que tienen el libro de Judith Kerr Mog, la gata despistada como referente para recordar las primeras lecturas, para explicar su afición por la lectura, para recordar la niñez. Kerr es una autora que conoce muy bien al pequeño lector y suele escribir
de modo que alcanza la línea de flotación de los niños y niñas más pequeños. Mog es una gata que suele equivocarse, no hace demasiado caso a lo que le dicen y es capaz de acabar con la paciencia de todos los integrantes de la familia con la que vive. Pero, sin embargo, eso que tanto le critican se convierte en una ventaja un día en el que ocurre algo inesperado. Lo oscuro toma brillo propio. El texto del cuento es sencillo aunque no es simple. Se repiten las palabras y las rimas para facilitar el uso del lenguaje por parte del niño que aprende a leer. Las ilustraciones son de corte clásico, muy detallistas. Resultan maravillosamente vintages. Es un libro que resulta inolvidable porque el personaje es entrañable, porque el mensaje es fácil de entender, porque incluso a los malos de los buenos se les puede y se les debe tratar bien. Este verano puede ser una alternativa
para los nuevos lectores y para los que todavía escuchan cómo les leen antes de dormir o de salir a la calle (¡qué tiempos tan bonitos!). Calificación: Estupendo. Tipo de lectura: Inolvidable. Tipo de lector: Niños y niñas de 3 a 6 años. Argumento: La vida es un momento alegre. ¿Dónde puede leerse?: En la habitación propia.
...saber quién debe morir
El caballo amarillo
Boris Savinkov fue un terrorista ruso, participó en el atentado contra el gran duque Sergio, gobernador de Moscú, después de la revolución se enemistó con el gobierno de los bolcheviques y deambuló por París, donde se mezcló con los intelectuales. El caballo amarillo es una novela, con apariencia de diario, en la que unos terroristas preparan el asesinato del gran duque Sergio, y en la que hay también una incidental historia de amor. Albert Camus, que conoció a Savinkov en París, escribió sobre ese mismo molde una obra de teatro, Los justos; y el Mersault de su novela emblemática El extranjero, participa de características similares a las que tiene el protagonista de El caballo amarillo: una frialdad de acción y de pensamiento que lo deshumanizan, la inteligencia diáfana, una visión de la belleza que le rodea que se expresa en las descripciones -del agua, del viento, de los árboles, de la nieve- como si los viera por primera vez y desde fuera del universo que forman, en una especie de panteísmo al que él es ajeno; una voz curiosa, persuasiva y cortante, atractiva, pero que se hace antipática a algunos lectores. Con la serenidad de un Ángel Exterminador. La escritura es concisa, diáfana, reveladora; se recrea en una hermosa distancia de sí misma. El caballo amarillo sale del Apocalipsis: y el que cabalgaba sobre él se llamaba muerte; y de ese y otros escritos de Juan –y de Marcos- se acumulan las citas, creando con resonancias bíblicas un tono implacable. Porque Savinkov, proyectado en narrador, actúa como Némesis, la diosa griega de la justicia distributiva, la venganza y la fortuna, decidiendo sin titubeos lo que hay que hacer y lo que no. Quien debe morir. Por algo Apollinaire se refería a Boris Savinkov como notre ami l´assassin. Calificación: Muy bueno. Tipo de lector: Cualquiera. Tipo de lectura: Precisa. Argumento: Inquietante. Personajes: Perfectamente dibujados con dos trazos. ¿Dónde puede leerse?: En Moscú.
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Cine
Los relatos sobre policías, asesinos, putas, malos de todos los colores, pringados o trileros no tienen fin. Cuando todo parece estar contado, un realizador se saca de la manga una película que gusta, que nos hace entender las cosas desde una perspectiva distinta
QUE DIOS NOS PERDONE
El mundo gris Nirek Sabal {El cine debe entretener; debe mostrar un universo de ficción que nos permita entender lo que sucede en la pantalla y, así, comprender lo que nos sucede cada día; debe experimentar con sus propios códigos para no anclarse a territorios ya conocidos y explotados en exceso. El cine debe ser esa parte del arte que el ser humano es capaz de integrar en su propia experiencia con todas las consecuencias. Hay películas que dejan un regusto amargo, una presión en la boca del estómago que nos hace sentir nerviosos, desazonados. Pero algunas de ellas no dejaríamos de verlas por nada del mundo. Una es Que Dios nos perdone del realizador Rodrigo Sorogoyen, también guionista del trabajo junto a Isabel Peña. Cine español. Sobrio. Elemental en su planteamiento y profundo en su ejecución. Una excelente película de cine que crece desde la primera secuencia y no deja de hacerlo hasta los créditos finales. La película es un thriller en el que se manejan los elementos más clásicos del género policiaco. Un policía violento, rudo, problemático, pero que esconde un lado tan humano como el de cualquier otra persona. Otro policía inteligente, minucioso, tan atormentado por su relación con la madre que es capaz de entender a un asesino que bien pudiera haber sido él mismo. Un asesino retorcido,
escurridizo, aparentemente normal aunque esconde una maldad insólita. El entorno, como un personaje más, al acecho, haciendo que los malos puedan serlo y los buenos tengan que ser malos también. A decir verdad, tal vez esto sea lo más flojo de la película puesto que se podía haber explotado más y mejor una ciudad como Madrid tomado por los jóvenes que querían asistir a la visita del Papa y por los que protestaban y que pasaron a protagonizar el 15M. Técnicamente, la película es impecable. Eso sí, no aporta nada nuevo al cine. Lo que sucede es que lo que se hace se hace muy bien. Elegante puesta en escena. Tan elegante como gélida. Muy bien el vestuario, muy bien la peluquería, muy bien el maquillaje. Iluminación y sonido estupendos. La cámara de Sorogoyen se mueve con elegancia, sin molestar, sin sobresaltos, y dejando que los personajes vayan construyéndose y construyendo un universo fascinante. Porque nunca antes se había contado a la policía desde la propia policía y con tanto acierto. La trama de Que Dios nos perdone es muy divertida. A pesar de lo gris del entorno, de lo gris de los personajes, de lo gris del mundo entero, es muy divertida. Y necesita de unos personajes robustos, bien dibujados y de cierta profundidad. Antonio de la Torre encarna a un
Antonio de la Torre y Roberto Álamo protagonizan la película. / El Correo
personaje difícil. Y lo hace más que bien puesto que las características de ese policía rozan la frontera que separa lo creíble de lo que no lo es. El oficio de este actor es sólido como una roca y nunca falla. El director de cine que no saque petróleo de Antonio de la Torre debe pensar que algo de su trabajo no funciona en absoluto. Por su parte, Roberto Álamo está magnífico, creíble a más no poder. Es el que más aporta a la verosimilitud del relato. Un papelazo de este hombre que va a más en cada película que hace. El resto de papeles son más cortos y son resueltos con solvencia por los actores y actrices que forman el reparto. Destaca
Javier Pereira, delgadísimo, dando vida al villano. Gustan los diálogos de Que Dios nos perdone porque se encuentran muy cercanos a lo literario aunque se quedan en el territorio cinematográfico. Bien diseñados, bien resueltos. Gustan los giros argumentales porque están justificados y encajan perfectamente en el conjunto. Gusta la película porque es buen cine y cumple con lo que espera el espectador. Una cosa más. ¿Por qué no se indagó más en el mundo religioso? Una pena porque esa era una posible subtrama con cosas que contar. ~
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Cine
Suspense, pasión, maldad, mentira, miedo, aburrimiento, rutina, aventura... Todos estos son ingredientes de ‘Las grietas de Jara’, película argentina que llega a las pantallas este próximo mes de julio. Buen cine con sus claros y sus oscuros
LAS GRIETAS DE JARA
Buen cine a pesar de todo
Nirek Sabal {Si digo que en Argentina se hace buen cine no descubro nada que no se sepa desde hace años. Si digo que el espectador español suele disfrutar de ese cine tampoco descubro nada nuevo. Los códigos narrativos que se utilizan en Argentina son bastante similares a los que usan los realizadores españoles y se comparte algo fundamental como es el idioma. No es poca cosa. Se estrena la película del realizador argentino Nicolás Gil Lavedra, un hombre que mueve bien la cámara y que es capaz de contar cosas con buen ritmo, con claridad expositiva, con sentido suficiente como para que el conjunto agrade. Las grietas de Jara es una película basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro. Se encargaron de adaptar el texto el propio realizador y Emilio Torres. Habla de sueños por cumplir, de cómo responder a la pregunta ¿Por qué no yo?, de la rutina como máquina de destrucción de vidas humanas. La película habla de todo esto y de la mentira y la avaricia como vehículos que permiten llevar lo anterior a territorios diferentes. Entretiene, gusta, posiblemente se olvida poco después, pero deja buen sabor de boca. Oscar Martínez, Joaquín Furriel,
Soledad Villamil, Sara Sálamo y Santiago Segura, forman parte del elenco. Oscar Martínez es un valor seguro. Hace que su personaje se convierta en el que vertebra el relato aunque debería ser otro diferente. Pero llena la pantalla en cuanto aparece. Sin este actor la película no hubiera funcionado con toda seguridad. Furriel no termina de rematar bien su trabajo. Cuesta trabajo creer lo que hace y nos cuenta. Villamil pasa casi desapercibida y Santiago Segura lo mismo. Sara Salamó, guapísima, cumple. Y, sin embargo, la película gusta. Y, por la misma razón, la película se olvida poco después. Sin grandes alardes, Gil Lavedra busca encuadres curiosos y cierta elegancia al narrar. Lo consigue. La dirección actoral es mucha más deficiente. Y parece tener excesiva prisa al narrar. En concreto, el final le queda apresurado, atropellado; intenta dar un sentido al relato que ya se había ido intuyendo poco a poco. Las prisas no son buenas compañeras de viaje y en este caso no encontramos excepción. Lo mejor de todo es que el realizador deja que los personajes vayan por delante del espectador al conocer la trama. Cualquiera de esos personajes sabe más que nosotros desde el principio y nos arrastran hasta su territorio jugando con ventaja. El efecto, lógicamente, es de lo más atractivo puesto que el sentido está frente a nosotros sin que podamos agarrarlo salvo que hagamos un esfuerzo que enriquece la experiencia de ver una película de cine. El montaje es interesante. Aunque no aporta nada nuevo, sí es verdad que trata el relato con gracia y nos invitan a ir y venir en el tiempo narrativo sin fallar con los tempos. Esto que parece muy fácil no es lo es. El resultado si se hace bien, como en este caso, es muy agradecido. Ahora bien, hay que decir que la trama es algo más previsible de lo que cabe esperar en una película de género. Si el espectador se para a pensar mínimamente lo que está viendo, puede intuir sin equivocarse qué es lo que va a pasar. Ahora bien, no plantea problema alguno puesto que la intuición no es lo mismo que la certeza y eso que descubrimos se termina convirtiendo en una especie de azucarillo que nos entregamos como premio por ser tan listos. Algo así. Conviene echar un vistazo a Las grietas de Jara porque, a pesar de todo, la película gusta y, seguramente, funcione más que bien en salas de proyección. Sin ser la película del año y sin ser una muestra ejemplar del género, con todos sus defectos, termina siendo una buena película. Y eso es mucho decir dadas las circunstancias. Porque encontrar hoy una buena película (al margen de los clásicos) parece misión imposible. Al menos en el circuito más comercial. ~
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Cine
Las críticas excelentes, las nominaciones a premios no hacen que una película sea mejor o peor. Se puede entender que la industria cinematográfica española esté falta de un título de relumbrón pero no tanto alboroto cuando esta Blancanieves no aportaba casi nada al cine
BLANCANIEVES
Atrevimiento cañí
Nirek Sabal {La película no tiene un ritmo que la haga, ni siquiera, entretenida. Salta de un lado a otro en la trama sin que exista continuidad entre lo visto y lo que se ha de ver. El director juega a que esta historia se la sabe cualquiera y abusa de ello. Por si era poco los intertítulos están elegidos francamente mal. Donde la expresión del personaje lo dice todo aparece un cartelito. Donde no está clara la cosa no aparece. No se remata bien el guión y el paralelismo con el cuento es, a veces, difícil de encontrar o explicar. Los personajes, dado que no se profundiza en ellos, tienden a quedar planos. Por ejemplo, los enanos toreros son eso, enanos; eso es lo que marca a los personajes. El único que parece destacar por uno de sus rasgos (el que odia a Blancanieves) modifica su actitud sin venir a cuento por lo que ese rasgo se viene abajo y queda al descubierto que no es más que un truco narrativo para intentar dar una continuidad imposible a la trama. La música, a ratos, se hace insoportable. Las zonas en las que las palmas y el flamenco quieren asomar son una tortura para cualquiera. Repetitivas, blandas. La película está rodada en blanco y negro. Muy bien. Pero ¿podría contarse
La fotografía y los muertos fue un asunto recurrente en la época durante la que se ambienta la película. / El Correo
esto mismo en color? Desde luego que sí. La elección del blanco y negro no tiene nada de artístico. Pero, ya que tenía que ser muda, pegaba lo de la falta de color. La película plantea un drama que se convierte en comedia cuando uno de los personajes crece. El peso dramático cede ante una ironía bastante dudosa, ante un humor casposo (la madrastra posando ante el pintor con su mascota, por ejemplo). Pero es igual puesto que no ter-
mina de interesar ni lo dramático ni lo cómico. Si aparecen algunas cosas que resultan graciosas aunque en el guión no están para serlo. Eso de aprender a torear con una sábana y porque el personaje lo lleva en la sangre resulta hasta doloroso. Si no fuera por el papel de Maribél Verdú, el desastre sería absoluto. Es una madrastra imponente. Macarena García (es la protagonista de la única escena sobresaliente por estética y sentido; la última de la película) está bien aunque no
parece que sea la mejor de las elecciones para interpretar el papel. Mi admirada Ángela Molina enseña su parte más descontrolada. Es verdad que en el cine mudo manda la expresión corporal del actor o de la actriz y el matiz musical. Eso es verdad. Pero a la señora Molina se le va la mano y el director, Pablo Bergér, no pone remedio. El resto del elenco no está mal. A secas. La fotografía es otra cosa. Expresionista y muy cuidada. Francamente bien. Ahora, no es ningún descubrimiento. Esto es algo que parece no tener en cuenta nadie al ver el trabajo de Pablo Bergér. No hay nada nuevo después de Blancanieves. El vestuario notable. El maquillaje, especialmente el de Maribél Verdú, excelente. Del mismo modo que ocurriera en The Artist, un animal (esta vez un gallo) tiene cierto protagonismo. Ni mucho menos que el del perro de la película de Michel Hazanavicius. En Blancanieves todo es cañí, todo se llena de tópicos que, si bien sirven para intentar una crítica social, se hacen cansinos. ¿Es, en realidad, una película atrevida? Desde luego, se renueva el cuento tradicional, pero no se inventa nada. La única cosa que se hace es trasladar de lugar la acción y ambientarla en un tiempo distinto (otra de las cosas buenas de la película es esa ambientación que logran entre el director y el fotógrafo Kiko de la Rica). Del resto de los elementos técnicos se puede decir lo mismo. Ese atrevimiento del que tanto se habla no aparece por ningún sitio. Como ven, no se trata de una mala película y como experimento es aceptable. Pero esto significa que el metraje es excesivo porque los experimentos son lo que son. Y por mucho que se envuelva el trabajo en papel de seda será lo que es. Una película más. ~