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Mágicos augurios de invierno

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ELIZA

ELIZA

En un principio, el mundo se condensaba en una gran bola de nieve. Todo era blanco. Energía y materia fluían felizmente en un vaivén que hacía girar a la bola de nieve en un éxtasis de comunión perfecta. Pero como todo lo perfecto algún día se tiene que romper, la bola de nieve que contenía al mundo blanco se deshizo para dar paso a la más exquisita combinación de colores y vidas, que jamás se ha visto. Rojo, azul y amarillo, mutaron para dar forma a nuevos mundos en donde los colores daban vida a seres que habitaban en esos nuevos mundos; no comprendían que pertenecían a un orden superior y algunos de ellos, cuando volteaban a ver el trozo de bóveda celeste, que les correspondía en ese espacio infinito, se preguntaban ―a veces calladamente, a veces en voz alta― si había vida en las estrellas lejanas.

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