El Cuaderno 27
Semanal de Cultura Domingo, 22 de abril del 2012
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Paul Prudence
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LA VOZ DE ASTURIAS / Domingo, 22 de abril del 2012
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SWITCH ON
http://levfestival.com EL PRÓXIMO FIN DE SEMANA, entre el viernes 27 y el sábado 28 de abril, las colosales arquitecturas de la Universidad Laboral, el vecino Centro de Arte y los espacios abiertos del Jardín Botánico se transformarán en un gigantesco sistema de contenedores y emisores de creatividad electrónica; un laboratorio efímero, multiforme y abierto en el cual será posible, por pura inmersión, convertirse en objeto y sujeto experimental de directos audiovisuales, exposiciones, talleres y todo tipo de actividades con una raíz compartida: el interés en todas las versiones posibles de la creación artística que halla en la tecnología de avanzada, y en la electrónica audiovisual muy específicamente, su herramienta básica, sus códigos predilectos y también sus retos y sus límites. LEV, el festival organizado por el colectivo asturiano Datatrón 0µ3F, en co-producción con Laboral Ciudad de la Cultura y LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, tiene lista su sexta edición. El programa mantiene fijas las miras en su objetivo fundacional: mostrar cada año un corte en la evolución, las mutaciones y las hibridaciones permanentes de la cultura y el arte digital del modo más desprejuiciado y ecléctico y esquivando
el riesgo de que la experimentación, el rigor, la reflexión, la emoción y el puro disfrute se estorben mutuamente. Pero este año los objetivos de siempre se amplían y ahondan. En estrecha conexión con el programa conmemorativo del quinto aniversario de LABoral, centrado de modo preferente en torno al arte sonoro, el LEV se enriquece con Viernes, 27 Prefuse 73 Ghostpoet Byetone Old Apparatus Komatsu/MFO Vittus/Paul Prudence Soap&Skin Normaa/Prefuse 73
Sábado, 28 Various Production Mika Vainio Kuedo Holy Other Robert Lippok Arbol Anstam Ryoichi Kurokawa MFO/Komatsu/Kuedo Fasenuova patten Euphorie Las CasiCasiotone
actividades producidas por el Centro de Arte que van más allá de las fechas del festival, y con dos de ellas muy especialmente: la exposición Visualizar el sonido y una monumental instalación audiovisual del ya mítico datamatics de Ryoji Ikeda adaptada a una de las naves de LABoral. El LEV amplifica de este modo su interés habitual por cauces de creación que exploran en la interacción del sonido y lo visual y todas sus posibles derivas emergentes, un territorio sobre cuyo horizonte se configura una constelación de conceptos cada vez más presentes en el arte contemporáneo: sinergia, sinestesia, síntesis, sincronía, simbiosis... Nuevas formas, quizá, para los viejos ideales de un arte total, de un metódico pero a la vez controlado «desarreglo de los sentidos» que se dirija al ser humano de forma integral y puede que también, en algunos casos, aspire a prefigurar nuevas configuraciones de sensibilidad individual y colectiva. Los circuitos están a punto. El espíritu electrónico de Lev Thermen, padre de los sintetizadores y patrono simbólico del Laboratorio de Electrónica Visual se prepara para fluir de nuevo por la Ciudad de la Cultura. Switch on. # EL CUADERNO
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Sueño con instrumentos que obedezcan a mi pensamiento, y que con la ayuda de un sinfín de timbres inimaginables se presten a cualquier combinación que yo desee imponerles, rindiéndose a las exigencias de mi ritmo interno» Þ Edgard Varése
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Escucho los colores, veo la música» Þ Messiaen
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FRONTERAS DIFUSAS
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de la sinergia o la simbiosis entre sonido e imagen. Para nosotros es realmente interesante tratar de encontrar una forma de materializar la cohabitación de esos dos mundos. Para otros proyectos, en AntiVJ estamos muy acostumbrados a trabajar mano a mano con el diseñador de sonido,
y en cierto modo las fronteras entre sonido e imagen se nos vuelven cada vez más difusas. La situación contraria, proyectos en los que no fusionamos ambas cosas, se nos hacen cada vez más raros. La manera en que Wagner usó el término «arte total» para exponer su concepto del teatro y la
ópera tiene, sin ninguna duda, relación con nuestro trabajo. Se me hace difícil pensar en esos dos aspectos de un proyecto como en cosas separadas. Forman, conjuntamente, una sola cosa, un solo trabajo y espero que también una sola experiencia para el público. # ANTIVJ
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a interacción entre sonido e imagen no era importante en el proyecto que presentamos el año pasado en LEV el productor mexicano Murcof y yo, pero es el concepto mismo de nuestro proyecto actual, una especie de continua búsqueda
AntiVJ
ESTO ES ARTE (Y SUENA) JOSÉ MANUEL COSTA Comencemos por el principio. El arte sonoro no es un género, ni mucho menos un estilo. Tampoco es una moda. Ni un movimiento. En realidad, el arte sonoro se entiende mejor como un aspecto de las nuevas prácticas artísticas, por lo general basadas en nuevas tecnologías y los cambios cataclísmicos en la creación y percepción de las artes que traen consigo. Pongamos un ejemplo. ¿Cómo podría definirse datamatics, la obra de Ryoji Ikeda, realizada expresamente para LABoral? Dado que se encuentra en compañía de Visualizar el sonido, podríamos decir que se trata de una muestra casi perfecta de arte sonoro. Algo que se ve y se escucha. Pero si lo relacionamos con la ya finalizada Estación experimental, quizá podríamos hablar de arte científico, dado que todos los
procesos que conducen a la pieza de Ikeda son de un carácter matemático casi trascendental. Pero también existe el arte lumínico, consistente en el control de la luz pura, abstracta si se quiere. datamatics cabría perfectamente en una exposición de arte lumínico. ¿Y por qué no en una de arte digital? Al fin y al cabo, todo cuanto vemos y oímos está generado por medio de ordenadores. Quiero decir, una buena parte de esas nuevas prácticas tienen un componente visual y otro sonoro, a veces incluso táctil u olfativo. Su clasificación dependería sólo del acento que pongamos en ellas, del punto de vista con que nos aproximemos, con el contexto donde se producen. El contexto lo es casi todo. Aceptemos, pues, que el arte sonoro es una práctica artística cuyo acento se encuentra en el sonido y la escucha.
También ha de recordarse algo casi ignorado: la separación casi quirúrgica entre las diferentes artes en la que todavía vivimos es un fenómeno bastante reciente en la evolución cultural de Occidente. Incluso en la más primitiva prehistoria de la humanidad, las diferentes formas de percepción solían ir unidas. Sólo hace falta pensar en el chamán, que utilizaba la voz, la música, el baile, el olor, el tacto, su mismo atuendo, para entrever que en su origen todas esas manifestaciones, hasta llegar a los grandes rituales barrocos, caminaban unidas. De la misma manera que el vídeo arte surgió cuando los artistas pudieron disponer de vídeos transportables, el arte sonoro nació hace unos cincuenta años cuando elementos como altavoces, amplificadores, reproductores de sonido, emisores, receptores,
filtros o mesas de control se convirtieron en asequibles y podían unirse a desarrollos paralelos en el dominio de la luz, de la proyección o de los generadores digitales para crear esas nuevas prácticas que, como es el caso de LABoral, encuentran acogida en los centros de arte contemporáneo. Pero tan importante como ocupar con fines expositivos espacios que aún resuenan con el eco del pasado es lanzarse a los pasillos del museo, incluso a la calle. La acción fuera del ámbito del edificio institucional, en el espacio público, es una de las formas de aparición fundamentales del arte sonoro. Finalmente, una cita que ya he usado y seguiré repitiendo: «Creo que está en la naturaleza del sonido el ser libre e incontrolable, atravesar las grietas y llegar a lugares donde se supone no debería llegar» (Christian Marclay). ¢
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El sonido es el aire que respiro. Siempre que trato con sonidos, estos se organizan solos para hablarme. Conversamos y cuando llega a mis manos,inmediatamente puedo situarlo en un espacio sonoro adecuado. Tengo visiones intuitivas de mundos sonoros, de música, y siento un gran placer al escribirla» Þ Karlheinz Stockhausen
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La relación entre diferentes artes en una obra aspira, por tanto, no únicamente a la eliminación entre las barreras separadoras entre ellas, también a la superación de los límites del arte en sí. La intención de esa reconciliación es la transformación artística del hombre, de la sociedad, de la vida misma» Þ Gabriele Bryant
EN EL ESPACIO
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ás que la sinergia entre sonido e imagen, me interesa la relación entre el sonido y el espacio, puesto que el sonido sólo adquiere su cualidad real cuando se refleja en las superficies. Cualquiera puede sentir cómo el sonido está profundamente conectado al entorno en el que se difunde, por ejemplo cuando se entra en una iglesia o en una fábrica de cemento vacía, y se perciben esas reverberaciones prolongadas y la sorprendente difusión de frecuencias medias-altas. Para mí, la experiencia del sonido no puede estar desconectada de la experiencia de los materiales y del espacio”. # DAVID LETELLIER
David Lettelier / Versus
Ryoichi Kurokawa / Rheo: 5 Horizons
PIEZA TRAMPA KUROKAWA JAVIER ÁVILA Entrar en la iglesia de la Laboral estos días supone una sorpresa y una trampa. Los espacios del complejo, impregnados de un simbolismo difícil de abstraer, suponen una experiencia de escala que obliga a una lectura propagandística de su arquitectura, unas dimensiones abrumadoras que dispone nuestra situación y la del poder. Entrar en la iglesia estos días supone una vuelta de tuerca a esta dimensionalidad, una sorpresa y una trampa. Bajo los nervios que conforman la bóveda y ocupando el centro, nos topamos con la pieza
de Ryoichi Kurokawa, un elemento negro del que se suspenden cinco monitores conectados a otros tantos altavoces monocanal. Las imágenes proyectadas generan un collage a partir de fragmentos de paisajes cuya descomposición topográfica otorga una movilidad de apariencia caótica, sincopadas en sus ritmos. El espectador habituado a visitar muestras de arte inmediatamente hará una lectura de disfunción entre las dimensiones del espacio y la capacidad del artilugio para dialogar con las mismas, con lo que resulta fácil concluir que la monumentalidad
arquitectónica desactiva la obra, justamente aquí radica el engaño. Acudir estos días a ver la pieza de Kurokawa es un error, pues no se trata de eso. Rheo: 5 Horizons, que así se denomina el proyecto, enmarcado en la exposición Visualizar el sonido, no pretende ofrecer ninguna experiencia visual: la clave radica no en los monitores sino en los altavoces, en los sonidos que desde ellos se emiten y que son la verdadera representación del paisaje sugerido. Transcurridos unos minutos entre las paredes vacías de elementos ornamentales, el paisaje va to-
mando su verdadera dimensión, equilibrando escalas y proporciones entre horizonte y contenedor, recordando de algún modo aquella búsqueda romántica de enfrentamiento con los elementos y la conclusión de nuestra insignificancia existencial ante las fuerzas arrolladoras. Kurokawa traslada el exterior al interior, inunda los volúmenes aéreos de una suerte de tormenta inaccesible e imposible de dominar, ante la que nos encontramos igualmente empequeñecidos, nosotros y el edificio en sí, inaugurando un diálogo en igualdad de condiciones de sonidos y escalas, con el espectador situado en pleno campo de batalla. Acudir estos días a ver la pieza de Kurokawa es un error. Acudir estos días a escuchar la pieza Rheo: 5 Horizons una experiencia estremecedora e impactante. ¢
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La gran obra de arte total (Gesamtkunstwerk) que ha de comprender todas las clases de arte, con el fin de utilizar adecuadamente como medio cada una de sus maneras específicas, y aniquilar la propia individualidad de éstas en favor de la consecución de un objetivo común para todos. Es decir, la representación más incondicional y directa de la naturaleza completa del hombre» Þ Richard Wagner
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CAZANDO EL ESPECTRO SONORO
Los cazafantasmas sónicos reclutados por Fiumfoto para esta compacta pero muy completa y reveladora exposición ofrecen un variado repertorio de prótesis provisionales para suministrarnos una experiencia de la sinestesia entre audición y visión (y a menudo tacto): apilan representaciones bidimensionales de bandas de frecuencia hasta construir un objeto tridimensional (Andy Huntington/FABRICA) o transforman composiciones musicales en esculturas cuyo relieve materializa su espectro
de sonido (Andreas Fischer y Benjamin Maus). Nos permiten interferir y perturbar el diálogo sonoro entre dos grandes flores mecánicas (David Letellier). O comprobar cómo el sonido aparentemente mínimo de nuestra presencia altera las ondas sónicas transformadas en el giro de unas cuerdas flexibles (Daniel Palacios). Hay quien se las ha arreglado para poner a cantar y bailar a doscientos «frijoles saltarines» mexicanos (Daniel Romero), a cien fragmentos de cable (Zimoun) o a las perturbaciones atmosféricas generadas por una tormenta geomagnética (Semiconductor). Hay quien ha utilizado el sonido, la física y la tendencia estadística a la normalidad para construir un paisaje de cráteres en arena de corindón (Pascal Broccolichi), y quien ha construido la abstracción de un lugar saturado por el ruido del despegue de los aviones (Lucía Rivero). Y quien, como Ryoichi Kurokawa, ha transformado la iglesia de la Universidad Laboral en un templo consagrado a la perfecta sincronización entre audio y video. El eco sólido del LEV de este año se prolongará, por tanto, hasta el 25 de junio, fecha de clausura de Visualizar el sonido. Pero durará también mucho más. En un juego meta-artístico muy coherente con lo que pretende mosDaniel Palacios trar la exposición, José Manuel Costa utilizará los sonidos de la propia exposición como base del proyecto El arte y su sonido: un mapeado sonoro realizado por Juanjo Palacios que recogerá la polifonía generada por las piezas, el tránsito de los visitantes, las declaraciones de artistas y organizadores para documentar la muestra, reflexionar sobre la vida secreta de los sonidos en espacios tan (aparentemente) silenciosos como un centro de arte y transformarlo todo en una «pieza de piezas» que, de algún modo, y devuelve lo inmaterial a lo inmaterial, el sonido al sonido. ¢
Visualizar el sonido prolonga en el espacio y el tiempo el afán del LEV por inducir una experiencia de la sinestesia JUAN CARLOS GEA Hay quien puede escuchar las visiones y ver los sonidos. Las personas sinestésicas o aquellas bajo los efectos de determinadas drogas son capaces de percibir un mismo estímulo a través de varios sentidos distintos, de manera que, para ellos, el sonido se vuelve algo táctil, coloreado o provisto de un determinado sabor. A los que no somos sinestésicos nos quedan el talento de los artistas para disparar nuestra imaginación asociativa, la capacidad para autosugestionarnos, las metáforas. Y también el ingenio ajeno para transformar lo que en principio se dirigiría a uno de nuestros sentidos en algo que recibimos por otros. Esa búsqueda de la sinestesia temporal y voluntaria inducida a través del arte, que ha animado el espíritu del LEV desde el principio, se refuerza este año y se mantiene, como un eco, más allá de los dos días del festival en Visualizar el sonido, una exposición producida por LABoral y comisariada por Fiumfoto, el colectivo formado por Cristina de Silva y Nacho de la Vega que constituye también el 33,33% de Datatrón, el equipo organizador del LEV. Visualizar el sonido se puede recorrer como un catálogo del ingenio humano para «dominar la onda, representarla y domesticarla», dotarla de cuerpo tangible o virtual y entregársela, en definitiva, a los ojos o al tacto.
« Semiconductor/ 20 hz
CRÁTERES AURALES
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reo que el sonido es siempre una imagen proyectada en un espacio, pero no tiene el mismo estatuto que un material. La instalación Table d’harmonie consiste en una mezcla de sonido con imagen, o más particularmente en un movimiento de energía entre un material y su extensión mediante el sonido. Entre el polvo negro de corindón y el sonido se produce un efecto de contraste. Es un tipo de arena compuesta por cristales negros muy abrasivos y brillantes. Extendida por el suelo y distribuida en forma de quincunces [una estructura relacionada con la figura estadística de la curva normal], sus montones componen cráteres exactamente regulares, al fondo de los cuales se ha instalado un un altavoz. Al bañar toda la instalación, la luz define en ella un ritmo serial
Pascal Broccolichi/ Table d’harmonie entre sombras y brillantes constelaciones de cristales. La pieza sonora se ha compuesto con la ayuda de un programa de software de ‘síntesis granular’ que simula los patrones del flujo de sonido en movimiento. No
creo que estos aspectos sinérgicos nos sirvan realmente de ayuda para entender el arte contemporáneo. Sin embargo, en la historia de las ideas subyace un origen estético del trabajo artístico que resulta permeable a to-
da interpretación procedente de contextos ajenos a sus fronteras. Cuando la forma artística elegida toma esa dirección, la de reactivar de forma constante su receptividad, estoy convencido de que nos podemos aventurar a
En manos de la industria reside la posibilidad de crear una cultura por medio de la fusión de arte y tecnología» Þ Peter Behrens
hablar de compromiso tanto estético como político, no ese tipo de compromiso que produce un mensaje político explícito, sino el que procede de la intuición e improvisación de nuestro propio acto de escuchar, una acción autónoma que resulta fundamental en el arte del sonido. Es una idea que siempre he incluido en la relación que propongo establecer entre mi creación y el espectador, porque la experiencia de escuchar es algo tan sorprendente que nos permite imaginar o inventar sin límite. Por lo demás, mi trabajo no guarda ninguna relación con el concepto de «arte total». Creo que la preocupación de los artistas está hoy en otra parte, inmersa en una realidad política distinta a la que tenía ese concepto en Wagner o en el Black Mountain College. Podemos ver el «arte total» como un interesante fósil nostálgico de nuestra historia moderna. # PASCAL BROCCOLICHI
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DERRIBAR LÍMITES
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esde nuestros comienzos hemos trabajado con el colectivo de artistas visuales Pfadfinderei para generar entre imagen y sonido el tipo de sinergia que teníamos en nuestras cabezas. Ahora son algo realmente inseparables. Cuando estamos en el estudio haciendo música ya tenemos en mente imágenes para nuestro espectáculo en directo y
las discutimos con Pfadfinderei. En escena, se tienen, por tanto, dos espectáculos, uno de audio y uno visual, pero combinados de la mejor manera posible. Pasa lo mismo con nuestro logo, el mono: al principio teníamos un par de bocetos y luego nos decidimos por uno de ellos, que hemos modificado siempre y seguimos modificando en la mayoría de nuestras actuaciones. Es muy importante derribar los límites
entre todos los géneros artísticos. Para hacer nuestra música siempre hemos intentado encontrar variaciones e inspiración en otras formas de arte. En todo esto hay, por supuesto, una referencia al ideal de la ‘obra total’ aunque, en realidad, no pensamos en ningún concepto artístico mientras estamos en el estudio; lo más frecuente es que aparezca por sí mismo, que se cree en el propio escenario... Y en todo caso,
siempre se convierte en algo completamente diferente de aquello que pensabas inicilamente. Por ejemplo, se suponía que nuestro último álbum, Monkeytown, tenía que haber sido un álbum de puro techno instrumental, pero al final es un disco lleno de todo tipo de estilos musicales diferentes con colaboradores, cantantes... # GERNOT BRONSERT - SEBASTIAN SZARY / MODESELEKTOR - MODERAT
Modeselektor-Moderat EN POS DE LA GESAMT
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omo artistas audiovisuales creemos que la sinergia entre sonido e imagen es esencial. Ese fue el principal motivo que hace diez años nos impulsó a trabajar juntos. Al principio, nos forzábamos a encontrar la interpretación más ajustada para los sonidos de otros creadores. Hoy nos enfocamos los proyectos centrándonos por igual en el potencial acústico y visual de la pieza como un todo. En el arte contemporáneo, y en concreto en la esfera en la que trabajamos, parece haber un diálogo saludable entre sonido y visión, y es verdad que el mundo del arte y la escena musical han estado intercambiando referencias durante mucho tiempo. Pero en nuestra opinión podría lograrse una sinergia mayor si se consiguiese fundir aún más los límites entre las disciplinas. Por desgracia, siguen manteniéndose claras distinciones entre el mundo del arte, el teatro y la cultura musical. Lo que hacemos mantiene sin duda una referencia al concepto de «obra total». A través de trabajos como Asynthome exploramos la idea de reunir múltiples disciplinas artísticas en un escenario, la plataforma lógica para presentar una gran variedad de ideas e influencias que combinen
música, imágenes y dispositivos dramatúrgicos ante el público. Una experiencia en la que esperamos que la Gesamt, la totalidad, conforme algo mayor que las partes individuales. # TRANSFORMA
NUEVAS SONORIDADES
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no no puede evitar la evolución a lo largo de su vida creativa. Y, ahora mismo, lo que más me interesa es incorporar los medios electrónicos de nuestro tiempo. Los sintetizadores, las estaciones de trabajo de audio digital y los ordenadores son los instrumentos del presente y te permiten conseguir y convertir en sonido cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Sería antinatural empeñarse en utilizar únicamente instrumentos diseñados hace más de doscientos años... Yo los utilizo, pero los paso por los tamices que me ofrecen las máquinas actuales para buscar nuevas sonoridades y sensaciones. Por otra parte, la reacción de las imágenes digitales a la música es otra de mis inquietudes actuales. El arte de cada época utiliza las herramientas y estéticas del momento que vive el artista. Por eso, hoy no puede entenderse un arte actual sin la intervención de la tecnología y de lo digital. Sin du-
da, las creaciones actuales más interesantes son las que utilizan en gran medida las últimas tecnologías sonoras y visuales. La obra de arte total es la obsesión que persigue a los grandes creadores desde siempre. En cada período utilizaron todos los medios artísticos a su alcance para conseguirlo, pero la aspiración final es la misma. Únicamente cambian los lenguajes, pero eso es consecuencia de la evolución del arte y de la sociedad. # RAMÓN PRADA
EVOCANDO MUNDOS
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a sinergia entre imagen y sonido es la base de nuestro trabajo. En nuestras actuaciones desarrollamos una interpretación visual del sonido. Pero no nos interesa tanto la comprensión puramente técnica o sinestésica como la atmósfera, los mundos evocados por esta experiencia. Lo decisivo es que la sinergia se da en la percepción de sonido e imagen por un ser humano y es por tanto algo influenciado por la emoción, los recuerdos, las historias, los deseos, que se canaliza a través de la persona completa durante el espectáculo, igual que nos sucede a nosotros. La tecnología (sea una simple fuente de luz o una
respuesta audio-reactiva programada) es el medio con el que trabajamos. Pero tratamos las posibilidades técnicas más como una paleta a partir de la cual crear que como el tema de lo que contamos. La tecnología suministra texturas, historias e influencias que completan la imagen final. Los medios actuales permiten explorar la interacción imagen-sonido en un nivel sin precedentes de saber tecnológico, y por eso esta época es tan excitante para los artistas. Pero creo que lo que importa es el gusto por contar historias y el deseo de perderse en un nuevo mundo, da igual si a través de una pintura, un entorno digital inmersivo o el movimiento del brazo de un bailarín: eso es lo que permanece como una constante universal con el público. # LUCY BENSON / MFO
FENÓMENOS Y PSIQUE
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ara patten todo el espectro de materiales tiene la misma importancia. Menos como ejercicio estético que como un interés en los efectos psicológicos de los fenómenos, lo audible y lo visible están en un mismo plano, con las imágenes, el sonido y el resto como un todo a través del proceso completo. # patten
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Como largos ecos que se confederan desde lejos, en una tenebrosa y profunda unidad, vasta como la noche y como la claridad, los perfumes, los colores y los sonidos se responden Þ Baudelaire
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La electrónica (sofisticada) consigue que la mente baile y el cuerpo piense. Hay en esta música una inteligencia kinestésica que implica a los músculos y a los nervios» Þ Kodwo Eshun
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El sonido se convierte en un fluido que rodea al cuerpo (...) Las bajas frecuencias permean la carne, consiguen que el cuerpo vibre y tiemble. El cuerpo entero se convierte en una oreja» Þ Simon Reynolds
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Una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas, que es el heraldo de un arte más amplio aún por venir» Þ Apollinaire
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Nada estaba listo y todo estaba por hacer, y tuvimos el privilegio de no hallar nada delante de nosotros» Þ Pierre Boulez
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Donde quiera que estemos, lo que oímos es en su mayor parte ruido. Cuando lo ignoramos, nos molesta. Cuando lo escuchamos, lo encontramos fascinante. El sonido de un camión a 80 kilómetros por hora. Interferencias entre emisoras. Lluvia. Queremos capturar y controlar estos sonidos, utilizarlos, no como efectos sonoros sino como instrumentos musicales» Þ John Cage
1024 Architecture / Euphorie
GRITOS DE ESPACIO Y TIEMPO ALFREDO ARACIL Para todas las antiguas categorías, «transversalidad» significa erosión de fronteras entre disciplinas: enfrentarse a problemas similares desde campos y métodos distintos. Toda tentativa ontológica ha perdido actualidad. Podríamos definir arte sonoro como aquel que dispone el sonido como materia. «Lo que ves es lo que hay», dijo Frank Stella. Y sin embargo, al amparo de los nuevos medios, vemos como cierto arte contemporáneo trabaja sobre varios sentidos; un mismo fenómeno: una forma de ver y una forma de escuchar. Al cabo, desde las cuevas de Lascaux, lo sonoro, a través de la palabra y la música, mantiene con la imagen una cierta
relación dialéctica, que además se da en el espacio, quedando lo aural (una arquitectura y su sonoridad) como la otra variable indispensable en esta ecuación: de la cueva ritual, a través de la iglesia, al cubo blanco. La desmaterialización del hecho artístico, a partir de la década de los sesenta, dada la proliferación de tecnologías portátiles para registrar y reproducir sonido e imagen, significó la articulación de verdaderas técnicas mixtas. Con Duchamp a la cabeza, la modernidad fue actualizada por medio de las enseñanzas de John Cage. No en vano, suele citarse Un ruido secreto (1916) como referente primero. Aunque quizás sea Anemic cinema (1926) firmada
por Rrose Sévaly, alter ego de Duchamp, la pieza que mejor dibuja el devenir de lo sonoro en relación a la imagen, anticipando además el cine experimental de Paul Sharits. El cine, entonces mudo, desde la forma, el giro y la vibración parecía querer sonar: forzaba la imagen a la era audio-visual. Más allá de la historia del arte, en la mística hebraica vemos como la revelación siempre ha tenido un carácter sinestésico, no tan lejano como parece de las actuales pistas de baile o de los antiguos espectáculos bajo carpa del siglo XIX, Wanderkino en alemán. Imágenes y sonidos articulados por arte de magia, fantasmagorías y trucajes, también tecnológicos, que convocan espectros de otro
tiempo y lugar. La capacidad de la sinestesia para producir fantasía, como en las primeras películas de Disney. Poussin definió su trabajo como «arte que hace profesión de cosas mudas». Hoy, el llamado arte sonoro, de la mano de su representación visual, busca arrancar gritos al espacio y al tiempo. Recupera, como sucede con Serendipia, el audio locativo realizado por Helena Torres en el Cementerio de Gijón, historias enterradas. O se esmera, como sucede con datamatics de Ryoji Ikeda, en LABoral Centro de Arte, por hacer sonoro, visible y habitable lo invisible: bailar aquel ruido secreto del que hablaba Marcel Duchamp. ¢
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ESTAR EN LOS DATOS JUAN CARLOS GEA «Un año allí y aún soñaba con el ciberespacio, la esperanza desvaneciéndose cada noche. Toda la cocaína que tomaba, tanto buscarse la vida, tanta chapuza en Night City, y aún veía la matriz durante el sueño: brillantes reticulados de lógica desplegándose sobre aquel incoloro vacío...» Probablemente fue Henry Dorrett Case, el cowboy ciberespacial que protagoniza la fundacional Neuromante de William Gibson la primera encarnación literaria de la ansiedad y la nostalgia por estar en los datos: por volver a un nuevo tipo de paraíso perdido que es a la vez una repetición (más) de la vieja utopía platónica; significativamente, uno de los tópicos centrales de nuestro tiempo. Para quien se sintiera sobrecogido en aquellos espesos ochenta por la clarividencia de Gibson y la intensidad en su anticipación de un futuro que era ya una forma apenas visible de presente, es imposible dejar de evocarlas también con una suerte de ansiedad melancólica una vez dentro de datmatics.data.tecture [5 SXGA+ version]. Consumar esa experiencia corporal de estar en los datos es el objetivo último de la instalación/intervención producida por LABoral como una de las piezas maestras de su quinto aniversario; en ella, Ryoji Ikeda (Gifu, Japón, 1966) ha modulado una versión adaptada al entorno de Plataforma 0 de una de sus series de trabajo más fructíferas y prolongadas. Como el resto de la ya extensa serie de datamatics, Ikeda ha ideado una especie de inmenso interfaz para percibir «la
Ryoji Ikeda modula para los espacios de LABoral una nueva versión de su mítica serie datamatics invisible multi-sustancia de datos que permea nuestro mundo», ajustándola a nuestra mente y nuestro cuerpo: un esfuerzo tecnológicamente titánico (y guiado por un exquisito sentido de la precisión y la belleza) por «materializar datos puros» de muy distintas procedencias (gráficas científicas, códigos fuente, errores de código...) a través de la imagen y el sonido. La versión 5 SXGA+ ofrece la opción de contemplar desde una terraza, circunvalar o directamente habitar una gigantesca videoproyección sobre el suelo de Plataforma 0, sincronizada hasta casi el paroxismo con un baño de sonido que, como es habitual en las composiciones de Ikeda, vibra a menudo en los límites mismos de la audición humana. El visitante puede escoger entre una visión casi analítica, desde la altura; puede ensayar distintos puntos de vista fijos o móviles a ras de suelo, que procuran una experiencia de desplazamiento, de viaje, o de distorsión del espacio (y, al cabo de un rato, seguramente del tiempo); o puede practicar, una vez descalzo de un modo que es también simbólico, la inmersión, la natación entre torrentes de gráficas (que, según cuenta el propio Ikeda, un ojo científico entrenado puede identificar a la primera), o tumbarse en la corriente y ver cómo
su propio cuerpo le presta una pasajera forma orgánica. La experiencia equidista, y oscila, entre una figuración de la lucidez extrema (una especie de aproximación a la mística capacidad de Neo, en Matrix, para visualizar directamente las formas del mundo en los flujos crudos de datos) y un estado de conciencia que puede llegar a ser realmente alterado al cabo de un par de viajes bien aprovechados en datamatic. Es, si se quiere, también un estado compartido con otros cuerpos que observan, circundan, entran y salen de la pista o el río de información. Pero, a diferencia del ciberespacio de Gibson no es una «alucinación consensuada», ni es tampoco un no-espacio virtual como nuestra experiencia cotidiana del ciberespacio: es un lugar enteramente físico y real como cualquer otro del mundo antes de la Red. El purismo, el formalismo con que Ryoji Ikeda expone (no sin cierta reticencia) la esencia de su trabajo apunta a algo muy ancestral, que en Occidente podemos identificar, en efecto con el idealismo platónico, con el pitagorismo y con resonancias muy anteriores a ambos, y que seguramente tenga también modulaciones muy venerables de la tradición oriental profunda. Pero, en puridad, se trata de la ambición universal
y primigenia por visualizar lo invisible, dar forma a lo que no la tiene, manipular las estructuras profundas de la realidad, ajustar la mente con el mundo para desvelar misterios y utilizar el cuerpo como decodificador y receptor de lo que salga de ese esfuerzo. Aunque cabe también una lectura más política, que desde luego no se produce durante la inmersión, sino una vez escurridos mente y cuerpo de la impregnación de datos. No sólo es la ansiedad de Case por experimentar de nuevo la alucinación del ciberespacio; es también una forma, más allá de las intenciones de su autor, de dar respuesta a una angustia colectiva que William Gibson identificaba ya en 1998: «La imposibilidad de visionar genuina y minuciosamente el cambio social que ha traído consigo la nueva tecnología reposa en la naturaleza fractal y orgánica de este cambio. Uno puede predecir el cambio per se, pero en realidad solamente puede aproximar la sensación de ese cambio». ¢
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Huici, Jordi Doce, Julio César Iglesias, Elena de Lorenzo Álvarez, Jaime Priede REALIZACIÓN EDITORIAL: Ediciones Trea, S. L. REDACCIÓN: Ediciones Trea, S. L. Polígono Industrial de Somonte, c/ María González la Pondala, 98, nave D, 33393 Gijón • Tel.: 985 303 801 elcuaderno@trea.es • www.trea.es DISEÑO GRÁFICO: Pandiella y Ocio EDITA: La Voz de Asturias, S. A. c/ Lila, 6. 33002 Oviedo Tel.: 985 101 500 • www.lavozdeasturias.es