CON HEIDEGGER SOBRE NIETZSCHE
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Mario Blacutt Mendoza
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EL HOMBRE SUPERIOR
Mi declaraciรณn inicial Antes de que advenga el ente que quiere ejercer la Voluntad de Poder, es preciso que sea El Ser de la Voluntad que quiere ejercer La Voluntad de Poder. El Ser de la Voluntad es anterior a cualquier otro tipo de Ser.
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Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra, dirigiéndose a los Hombres Superiores:
“Vosotros hombres superiores, aprended esto de mí: en el mercado nadie cree en hombres superiores. Y si queréis hablar allí, ¡bien! Pero la plebe dirá parpadeando “todos somos iguales”. Por lo visto, Nietzsche, tu hombre superior se considera superior con relación a los harapos de los más humildes No en comparación con los hombres libres del hambre Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los confundes con los humildes; al respecto dices:
Hoy, en efecto, las gentes pequeñas se han convertido en los señores: todas ellas predican resignación y modestia y cordura y laboriosidad y el largo etcétera de las pequeñas virtudes. Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la astucia como virtud y la doble moral como su práctica Predican resignación y laboriosidad, pero no como comportamiento propio sino como una imposición a los débiles Dicen lo que no hacen; no dicen lo que hacen
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¡Para mí no sufrís aún bastante! Pues sufrís por vosotros, no habéis sufrido aún por el hombre. Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto, sufren de pobreza y de hambre Los que producen no comen; los que comen no producen La pobreza y el hambre es el dueto fatídico convertido en el gran dolor colectivo, el más penoso de todos los dolores ¿Qué clase de hombre superior es el que desea rodearse de mendigos para ser admirado por ellos? Eso es un despropósito absurdo
No queráis nada por encima de vuestra capacidad: hay una falsedad perversa en quienes quieren por encima de su capacidad. ¡Especialmente cuando quieren cosas grandes! Pues despiertan desconfianza contra las cosas grandes, esos refinados falsarios y comediantes
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¿Quiere decir esto que los débiles y enfermos no deben encarar la tarea de rebelarse?
La plebe no sabe lo que es grande, ni lo que es pequeño; no distingue lo que es recto y honesto: ¡ella es inocentemente torcida, ella miente siempre! Pero hay algo que es francamente contradictorio En mi país, por ejemplo, hay “hombres superiores” que desprecian a los indígenas, a la “plebe@, por ser indígenas Los desprecian por ello, a pesar de que esos indígenas producen una buena parte de lo que los “superiores” comen Tendremos un encuentro para hablar sobre este asunto, cuando lleguemos al tema sobre la Alienación del Ser Mientras tanto, podemos constatar que el “hombre superior”, a diferencia de “la plebe” no es autosuficiente Es decir, su existir depende, precisamente, de su antípoda social: del que produce lo que el “superior” consume Así, llegamos a una extraña contradicción: ¡El “hombre superior” necesita del mendigo para subsistir! ¿Qué clase de hombre superior depende de su enemigo? 6
Por el otro lado, el hombre que produce, en este caso, los indígenas y mestizos de mi país, son autosuficientes No necesitan de nadie para subsistir ¿Se desprecia al que produce lo que comes? ¿Se llama Superior al parásito?
¡La diferencia está en que los hombres superiores son hombres valientes! ¡Hombres de corazón abierto Al preguntarme, te pregunto: ¿En quién debería confiar tu Hombre Superior, dado que no quiere rivales, sólo mendigos?
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¡Guardaos también de los doctos! Os odian: ¡pues ellos son estériles! Tienen ojos fríos y secos, ante ellos todo pájaro yace desplumado. Así, tu Hombre Superior estará solo Le será difícil identificar en quién debe confiar Estará solo frente a los precipicios, sepulturas que él cava en su peregrinaje en pos de grandeza
Confiará en el hombre que tiene valor ¿Cómo se reconoce a un hombre que tiene valor? pues hay varias maneras de demostrar que se tiene valor Sin embargo, esa capacidad no está a la vista
Tiene valor el que ve el abismo, pero con ojos de águila, el que aferra el abismo con garras de águila: ése tiene valor Si el hombre superior se aferra al abismo con garras de águila, entonces ¿Dónde está su ser diferenciado? Porque es necesario aceptar que todo el que está en peligro de caer al precipicio se aferra a lo que puede Lo hacen con manos, dedos, uñas y dientes
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Quienes meditan en la senda del Zen, dicen que el que está por caer al abismo mira la rama de la que se aferra Mira la rama, no sólo como su eslabón entre la vida y la muerte, sino que la contempla con embeleso ¿No sería ese meditador un gran hombre superior? Tu Hombre Superior, parasita, vive parasitando Hará cualquier cosa, menos trabajar Tu hombre superior es un samurái extraño: mata para su amo o mata para robar; en lenguaje actual, es un mercenario Es el que vive gracias al filo de su katana Pero el “hombre superior” que existe en la actualidad, no va a las guerras: las hace, para que otros combatan por él
¡No tienen ni derecho ni fuerza de exigir su egoísmo! ¡Es vuestro egoísmo, creadores! Ellos se jactan de no mentir, pero la incapacidad para la mentira no es ya, ni de lejos, amor a la verdad. ¡Estad en guardia! Quien no puede mentir no sabe qué es la verdad. Cada vez Me asombra más tu capacidad de asombrar Esa facultad tuya no parece tener fin
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¿La incapacidad para la mentira no es ya, amor a la verdad? ¿Quién no puede mentir, no sabe qué es la verdad? Pero estas afirmaciones guardan una distancia prudente con la moralina del cura, para quién el hombre es “malvado” Han sentenciado que ha nacido con la maldad entre pecho y espalda y que debe llevar esa cruz por toda su vida
“El hombre es malvado”, así me dijeron, para consolarme, los más sabios. ¡Ay, si eso fuero hoy verdad! Pues el mal es la mejor fuerza del hombre. Esto no está dicho, sin embargo, para orejas largas. No toda palabra conviene tampoco a todo hocico. Estas son cosas delicadas y remotas: ¡hacia ellas no deben alargarse las pezuñas de las ovejas! ¡Y allí donde están los vicios de vuestros padres no debéis querer pasar por santos! ¿Qué es lo más dañoso que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles En eso estamos de acuerdo; la compasión es una red de cangrejos que atrapa al hombre y lo vuelve más débil Yo no compadezco a los débiles, más bien quiero volverlos fuertes, así puedan defenderse de tu hombre superior Pero no en las condiciones actuales, dado que el hambriento debe enfrentar a dos enemigos a la vez: al hambre y al rival
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No hay un torneo de caballeros, sólo una batalla del degüello Mi percepción
De este modo, Nietzsche, tengo una idea formada sobre tu hombre superior
Describe a los miembros de la Cofradía del Parasitismo, representada por los que se autocalifican como “nobles” Cualquier cosa que eso signifique Para ellos no hay ni espada ni sable Sólo el cuchillo de cocina, el de los carniceros
En la actualidad, ese “hombre superior” es empresario de las grandes corporaciones transnacionales En nuestra época no hay guerreros que escojan enemigos privados, como en los torneos de “caballeros” Más bien, hay sabandijas que crean guerras para beneficiarse de la venta de armas a los dos bandos
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No van a las guerras, envían jóvenes para morir “en defensa” de la tasa de ganancia del gran empresario O para dejar la vida en defensa del Político Ambos, máximos representantes de tu “Hombre Superior” Por otro lado, tu Zaratustra es un reproductor de generalidades y de singularidades por igual Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre hay un término medio, un Tercero Incluido
Un espacio que la mente reconoce como una dimensión que anula los extremos
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LA INTERPRETACIÓN METAFÓRICA DE LA HISTORIA Respetado Nietzsche, coincido contigo, lo que es un privilegio para mí, en algo que crees de gran comedimiento En la percepción de que la historia debe ser interpretada metafóricamente, que no hay otro modo de convocarla
Los esfuerzos de conocer la Verdad, como si ésta fuera purificada, descomprometida de todo interés humano, sería ajena a toda Voluntad de Poder. La Historia debe ser interpretada; si la Voluntad de Poder es voluntad de más poder, la interpretación permite el dominio sobre las cosas. Creo, al igual que tú, que la búsqueda de una Verdad objetiva, ajena a la interpretación, es para hombres sin alma En cuanto a mí se refiere, afirmo que la interpretación de la Historia está fijada en nuestro ADN histórico Que esa forma de ver la historia es parte de nuestro cuerpo colectivo y de las acciones que lo distinguen
La verdad como “un ejército móvil de metáforas” nos urge al abandono de la idea de “representar la realidad” por medio del lenguaje y, con ello, la idea de descubrir un contexto único para todas las vidas humanas. 13
Postulo que la Interpretación de la Historia es un conjunto de reflejos ético-estéticos de grupos diferenciados Conjunto similar al que usamos para interpretar las obras de arte, la literatura, la filosofía y la música Lo expreso mejor en el siguiente poema: ¿De qué alejamientos está hecha mi conciencia? Busco el nexo de las figuras apartadas para encontrar la metáfora precisa en cada momento Trae, trae pensamiento la imagen urgente que postule mi Yo Vuela, vuela imaginación hacia la curva indómita y tráeme un pedazo de misterio que sea insondable a la razón para ser asequible a la intuición certera Mi razón aleja las cosas de mi conciencia Mi intuición las integra En el rincón más oscuro del alma un pozo de luz amasa la tiniebla 14
En síntesis: me refiero a la interpretación metafórica, en el sentido horizontal de la palabra
La capacidad artística del hombre, en su afán de configurar el mundo existente, lo hace tan irregular, tan inconsecuente, tan inconexo, tan encantador y tan eternamente nuevo, como lo es el mundo de los sueños. Pero, la interpretación metafórica también demanda algo extra: un lenguaje no racionalizado Un modo expresivo que nos permita el intento de proyectar nuestras percepciones
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EL LENGUAJE Fuiste un gran filólogo, por lo que no intentaré la aventura de evaluar tus conclusiones; quizá pueda complementarlas Dices que la naturaleza del lenguaje es esencialmente simbólica o metafórica, lo que me satisface eufóricamente Patino sobre la misma capa de hielo que cubre el agua ondulante de los conceptos Escucho tu alegato, lo hago con gran interés y aprecio:
No existe una realidad-fundamento anterior al lenguaje que sirva de criterio de verdad para distinguir un lenguaje literal de otro imaginario. El hombre es un creador de ficciones, metáforas e interpretaciones. La realidad es una construcción poética, un simulacro, y nuestras interpretaciones son un arreglo del mundo de acuerdo con nuestros particulares intereses vitales. Somos animales de ficciones, y conocer es trabajar con la metáfora favorita de uno, porque, la construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre. Construimos nuestras narraciones a la vez que inventamos una vida. Cada invención metafórica de la vida, como dices, y la forma que ese invento toma, sería propia de cada cultura 16
Sobre todo, acorde con la ideología que prima en el grupo
La verdad proviene de la imaginación, en ningún caso de la esencia de las cosas. Las “verdades” son ilusiones necesarias, metáforas convenidas, útiles, que se han impuesto: la causalidad, voluntad libre, leyes naturales, espacio, tiempo… todas son ficciones reguladoras, creencias útiles, mas no verdaderas.
Otro motivo de amable coincidencia Postulo que cada interpretación de la Historia es una expresión ponderada de alguna ideología grupal o individual De las cavernas de Platón provienen los conceptos que tenemos sobre la verdad y cualquier otra El cosmos no tiene idea de lo que es “la verdad” ni de lo que es arriba o abajo, ancho o angosto… El cosmos simplemente es como es; nos cupe a nosotros determinar si Marte está más cerca del sol que Júpiter De ahí, la deformación de la percepción lograda La interpretación metafórica de la historia no viene desde algún vergel de cadencias rítmicas
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Más bien lo hace desde inmensos conglomerados que hierven en el escenario en el que los sucesos se desenvuelven Deforman la percepción, al igual que lo hacen los sentidos; para atestiguarlo, recordemos la sombra de un ejemplo Tomemos al personaje pintoresco, “Tartarín de Tarascón” del novelista francés, Alphonse Daudet Sueña con África y con participar en un safari para cazar leones; todo ello con el séquito ritual con que orla su deseo De súbito, por algún desequilibrio en el cerebro, el deseo de ir al África se convierte en una realidad En una impresión “verdadera” asilada en alguna neurona dislocada, para la cual el deseo es sinónimo de verdad Desde ese momento ya no sueña con ir al África: él ya ha estado en el gran continente y ha cazado leones Por eso, cuanto relata a sus amigos los pormenores de su proeza, no dice la verdad, pero tampoco miente Tal sería la idea-núcleo de tu teoría acerca de la interpretación de la Historia; la mía también.
El Símbolo 18
El Símbolo es inigualable para connotar la interpretación metafórica de todo lo que se quiere expresar El Símbolo, tú lo sabes más que yo, es la representación del Todo o de las partes de un todo Pero que nada tiene que ver, en apariencia, con lo que representa; el símbolo es la forma paladina de lo oscuro Su significado es de dominio colectivo
La paloma es el símbolo universal de paz ¿Por qué? Hay preguntas que no tienen ni merecen respuestas
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Sobre esta sucesión de sombras claroscuras, postulo que un río, por ejemplo, es el símbolo de sí mismo Ni los sentidos ni la razón pueden captar el río en toda su riqueza singular ni en toda su integralidad No pueden captarla, por ejemplo, en el movimiento de sus átomos y de sus partículas elementales De aquéllas que conforman la masa de sus aguas, ni en el movimiento de todas las ondas que diseña en su recorrido, Cada una siempre es diferente de las demás y de sí misma Ese movimiento es aprehendido parcialmente Por eso, cuando percibimos al río, nuestra percepción es, en este caso, la percepción de un símbolo del río No es el río “en sí”; y como es siempre cambiante, el río, siendo un Todo, es también parte de sí mismo Por otro lado, el Símbolo es el constitutivo patriarcal del Arte en todas sus manifestaciones Cuando nos referimos al poema, tal como lo describes, sabemos que las palabras son símbolos concatenados Cada concatenación es una metáfora
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Sin embargo, lo que distingue el lenguaje poético del cotidiano, es el tipo de lenguaje que usa El lenguaje poético es un lenguaje estilizado El lenguaje cotidiano es burdo y descuidado De esa diferencia provienen dos de los lemas de mi estandarte ético-estético: Quien escribe como habla, escribe mal Quien pretende hablar como escribe, habla con artificio Por todo lo que sostienes en este punto, asumo que tu opinión y la mía se complementan entre sí (Tengo conciencia de que cada vez soy más atrevido)
La Vivencia Recibo con delicado, pero intenso placer, tu representación sobre el proceso de conocimiento.
La invención, la influencia falsificadora de la “creación” poética, justifican el “mito”. Frente al mundo del “cambiante” y “evanescente” devenir, se establece, en interés de la comprensión y la satisfacción estética de la “fantasía”, un mundo del “ser”, en el que todo aparece verosímil y completo.
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Haciendo rima con tu concepto, postulo que el ser humano tiene una representación para modelar esa “fantasía” En mi filosofía, “La Voluntad de Ser”, la llamo: Vivencia. La Vivencia es la transmigración empírica de los símbolos que acuden a nuestra mente cuando percibimos algo La Vivencia es la polifonía hecha de metáforas por las que conocemos el mundo y la historia El Símbolo es propio de todo lo que se relaciona con el hombre; por ello, es el que causa nuestra Vivencia Conocemos lo objetivo y lo subjetivo por medio de las vivencias que nos traen los símbolos y las metáforas Mejor: los símbolos convertidos en metáforas.
Lo que llamamos percepciones está condicionado por las interpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del aparato perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo de un sistema de interpretaciones. Otra explosión conceptual que hace temblar de ira sacra a los eternos amapolos de la teoría del conocimiento
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En la percepción tradicional, se considera al Símbolo como la representación de algo diferente a lo que lo representa También es el elemento constitutivo de la Relación Interactiva de las partes con el Todo Esto es posible por la relatividad del Todo y de la Parte, donde el Todo es parte y la parte es el Todo Lo que es el Todo con respecto a sus partes, será también parte constitutiva de un Todo mayor El que, a su vez, será parte… y así sucesivamente Pero, lo que percibimos está siempre proceso de cambio El Todo no es susceptible de ser percibido por la mente, debido a la constante mutación de sus partes Por lo tanto, las percepciones de cada parte del Todo, son infinitas: así, Heráclito antecede a Kant en las antinomias Sólo queda la Vivencia de la parte que percibimos, tal como queda definida en nuestra conciencia.
La Metáfora La construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre”, y por este impulso artístico, al que también se le 23
llama simplemente “el impulso mítico”, es llevado, incluso en el dominio de la teoría del conocimiento, a falsas construcciones. El relato histórico no es idéntico al relato narrativo, pues mentir ha dejado de ser algo que pertenezca a la moralidad y se convierte en “desviación consciente de la realidad que se encuentra en el mito, el arte, la metáfora”. Tomemos la definición corriente de la metáfora: “Figura retórica que consiste en identificar un término real con uno imaginario entre los cuales existe una relación de semejanza”. Dado que la metáfora está constituida por palabras, y siendo cada palabra un símbolo, llegamos a la conclusión de que el lenguaje es una sucesión de metáforas. La manera cómo metaforizamos la historia es una de las líneas que dividen a las culturas. Sin embargo, debo desplegar en el tapete una de mis mejores cartas: lo que consideramos una metáfora cognitiva desvía únicamente la percepción, no la realidad existente fuera de la conciencia. La realidad, cuando cambiada por el hombre, sólo se debe a la acción constructiva o destructiva ejercida por él directamente en lo objetivo-subjetivo.
No hay sujeto-objeto, como agentes separados de la acción, ni la acción separada de aquello que la produce. La separación artificial que los filósofos han hecho entre un supuesto sujeto-activo-que-conoce, por una parte, y un objetopasivo-que-es-conocido, por la otra, ha hecho mucho mal a la 24
teoría del conocimiento. De ahí que mi sable de esgrima conceptual no cruza aceros con la tuya, pes ambos postulamos que no existe tal separación. Pero no dejemos de complementar la idea: el sujeto, como parte del Todo relativo, interactúa con el objeto, que también es parte del mismo Todo. Un hombre es tan natural como puede serlo una piedra o un cocodrilo, pero, parafraseando a Marx (a quien detestas sin disimulo alguno) creo que estaremos de acuerdo en el hecho de que la Naturaleza se conoce a sí misma por medio del hombre. Esta afirmación nos trae un problema adicional: si hay diferentes interpretaciones de la historia del Ser y de la Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la naturaleza? Tal vez la respuesta la da el propio Marx, al proponer que el Hombre será realizado como tal, cuando su naturaleza sea parte de la Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Naturaleza Humana. Desde entonces la interpretación metafórica de la naturaleza será menos diluida por la percepción. LA VOLUNTAD DE PODER Te convoco, maestro Heidegger, porque tu interpretación de algunas de las obras más importantes de Nietzsche es muy esclarecedora y útil. Empiezo de inmediato: ¿Qué debemos entender por Voluntad de poder?
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En sentido general, se considera Voluntad como un querer, un aspirar a algo. En esa misma dimensión, Poder sería el ejercicio de la fuerza. La mayoría entiende como Voluntad de poder un tender a la posibilidad de ejercer la fuerza, un tender a la posesión de poder. Pero esta voluntad de poder, en cuanto pulsión de tomar el poder es, al mismo tiempo, el puro afán de violencia. Este tipo de interpretaciones de la «voluntad de poder», deforman el sentido de la expresión fundamental de la metafísica de Nietzsche; en efecto, cuando éste dice «voluntad de poder», piensa algo diferente. ¿La interpretación aproximada sería…?
Nietzsche la define como «la esencia más íntima del ser» lo que significaría que la voluntad de poder sería el carácter fundamental del ente en cuanto tal. La voluntad de poder es nombrada, en la segunda parte de “Así habló Zaratustra”. En palabras del personaje: “Allí donde encontré algo viviente, allí encontré voluntad de poder; y hasta en la voluntad del que sirve encontré la voluntad de ser señor. De acuerdo con ello, la voluntad de poder es el carácter fundamental de la vida.
Voluntad de poder y dominación
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Al parecer, Nietzsche considera que “vida” tendría como su esencia, la Voluntad de Poder
Así es: pero querer es querer ser señor. Esta voluntad está incluso en la voluntad del que sirve, no en cuanto que aspire a liberarse del papel de siervo, sino en la medida en que es siervo y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de sí el objeto de su trabajo, al que «ordena». Y en la medida en que el servidor, en cuanto tal, se hace imprescindible para el señor y de ese modo lo constriñe y lo hace depender de él (del siervo) el siervo domina sobre el señor. Ser servidor es también una especie de la voluntad de poder. En este punto debo poner énfasis en mi percepción sobre los estilos de dominación de Nietzsche. Tengo la íntima convicción de que deducir que el siervo “domina” a su señor, en razón de su voluntad de ordenar su trabajo, es cualitativamente diferente de la facultad de ordenar a las personas. Por otro lado, como veremos después, la existencia del feudal depende del siervo que trabaja para él, porque el siervo produce para la subsistencia de sí mismo y también para la subsistencia del feudal
Querer no sería un querer-ser-señor si la voluntad no pasara de ser un desear y un aspirar, en lugar tener su base en el ordenar. Ordenar es ser señor de disponer sobre posibilidades, vías, modos y medios de producir efectos por medio de la acción. 27
El siervo sólo puede ordenar su tarea rutinaria: arar el surco, sembrar la semilla y cosechar, todo eso, con la intención, impuesta a él, de entregar al “señor de la tierra” el producto de su trabajo.
Ordenar es auto-superación. Sólo es necesario ordenar al que no se obedece a sí mismo.
En este caso, el señor se obedecería a sí mismo, ordenando la expoliación del siervo. El feudal, sobre todo, ordena a personas, mientras que, según la tesis, el siervo sólo “ordena” actividades rutinarias. El sentido de ordenación, como una propiedad de la Voluntad de Poder, es muy asimétrico y no se sustenta en una lógica consecuente, pues en el caso del feudal, él ejerce su poder sobre el siervo, a quien le debe su existencia. ¿Cómo se puede afirmar la superioridad de alguien que necesita de su inferior para subsistir? Ése es un misterio cubierto de telarañas seculares, develadas sólo por la “metaforidad” singular que los corifeos, pasados y presentes, del feudal emplean para pretender explicarlo.
Voluntad y Poder Te escuchamos, Heidegger
No obstante, la voluntad no es simplemente poder, y el poder no es simplemente voluntad. La esencia del poder es voluntad de poder y la esencia de la voluntad es voluntad de poder. Así, Nietzsche puede decir “poder” en lugar de “voluntad” y “voluntad” en lugar de “poder”. Pero esto no significa una equipa28
ración de voluntad y poder; por el contrario, la expresión «voluntad de poder» debe nombrar precisamente la simplicidad inseparable de una esencia estructurada y única: la esencia del poder. Esa afirmación podría interpretarse en el siguiente sentido: la esencia del poder sería la pulsión de poner en ejecución la voluntad de imponerse sobre los siervos, mientras que la esencia de la voluntad sería la posesión de capacidad para realizar esos actos de dominación, es decir, la Voluntad de Poder.
Por otra parte, el poder es poder, sólo y mientras siga siendo acrecentamiento de poder y se ordene a sí mismo más poder. Ya el mero detener el acrecentamiento de poder, el mantenerse en un nivel de poder, marca el comienzo de la impotencia. El sobre-potenciarse a sí mismo forma parte de la esencia del poder. De este modo, el poder está constantemente en camino «de» sí mismo, no sólo de un siguiente nivel de poder, sino del apoderamiento de su pura esencia. El significado de sobrepotenciarse es muy lógico, sería el esfuerzo de aumentar el poder para dominar a quienes domina. Pero el aumento de ese poder no sería necesario si es que no existiera un ritmo paralelo de acrecentamiento de ansias de libertad de los dominados, quienes aumentan su voluntad de resistir la dominación de los que tienen poder sobre ellos.
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Por lo tanto, si el grado de poder que tiene el que domina se mantiene en el mismo nivel, su capacidad de dominio será menor. Eso sí tiene lógica. Pero aún queda una pregunta al respecto: ¿El Poder y la Voluntad son uno sólo?
La Síntesis El poder y la voluntad son lo mismo en el sentido de coopertenencia esencial a la unidad de una esencia. No son lo mismo en el sentido de unidad de dos esencias por lo demás separadas. No hay una voluntad por sí como no hay un poder por sí. Sólo la voluntad de voluntad es voluntad, o sea, voluntad de poder en el sentido de poder de poder. Podríamos decir entonces que, ambos, la voluntad y el poder, conforman una unidad conceptual, pero no una identidad, es decir, estructuran una síntesis en la que ambos coexisten y no pueden ser separados una del otro, porque ninguno de los dos tiene vida fuera de los límites de la síntesis de ambos.
La “voluntad de poder” es la esencia del poder. Es esta esencia del poder, y no sólo un quantum de poder, lo que constituye la meta de la voluntad Diríamos que la esencia y el quantum de poder, de acuerdo con nuestra interpretación, es la síntesis que se convierte en la meta de la voluntad, independientemente del “aporte” propor30
cional que cada uno de ellos hace a la voluntad de poder en su tour hacia la meta prevista.
Todo lo que vive es voluntad de poder. “Tener y querer tener más, en una palabra, “Crecimiento”; eso es la vida misma” Toda mera conservación de la vida es ya declinación de la vida.
La sabiduría popular diría: a camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
El Devenir
El poder sólo puede darse poder a sí mismo por una sobrepotenciación en la medida en que ordena a la vez acrecentamiento y conservación. El “valor” es el punto de vista de las condiciones de conservación y acrecentamiento, respecto de formaciones complejas en el interior del devenir” En seguida veremos que hay dos personajes reales que representan, muy acertadamente, esta necesidad de acrecentamiento
Si Voluntad de poder es sobrepotenciación del poder, devenir no quiere decir el indeterminado fluir de un cambio indefinido de estados; tampoco quiere decir “desarrollo hacia una meta”. En la percepción de Nietzsche, devenir querría decir movilidad de la voluntad de poder Se entiende que esa movilidad de la voluntad de poder en cuanto carácter fundamental del ente, se refiere a una movili31
dad de acrecentamiento del poder, excluyendo cualquier movilidad que tienda a su reducción.
Fuerza Los valores “son siempre reducibles a aquella escala numérica y de medida de la fuerza”. “Fuerza” es entendida por Nietzsche en el sentido de poder, es decir, como voluntad de poder. El número es esencialmente una forma perspectivista. El valor es “esencialmente el punto de vista” del ser que ejerce la voluntad de poder. Tal como la percibo, la “fuerza” parecería ser una dimensión que tiene grados de cuantificación, mientras que la voluntad de poder se refiere a la forma cualitativa que esa voluntad de poder toma cuando el ente la ejerce.
Con frecuencia designa como valores no sólo a las condiciones de las formaciones de dominio, sino a las formaciones mismas. En efecto, ellas crean las vías y las instituciones, y por lo tanto las condiciones bajo las cuales el mundo, que es esencialmente “caos” y nunca “organismo”, se ordena como voluntad de poder. De este modo se vuelve comprensible la formulación, de que la “ciencia” (el conocimiento, la verdad) y el “arte”, son “valores”. En otras palabras, la voluntad de poder que un individuo ejerce sobre otro es insignificante en comparación a la que ejerce por 32
medio de las instituciones y la interpretación del desarrollo, cambio y sustitución de cada una de ellas. Así, el sistema democrático sería un valor por medio del cual, los que tienen desarrollada su fuerza dentro del sistema, ejercen su voluntad de poder.
Querer “ ... Querer es lo mismo que querer-devenir-más fuerte, querer-crecer -y también querer los medios para ello”. La voluntad de poder, es la voluntad que quiere valores. Por eso es que de ella sale toda posición de valores y toda estimación del valor: el «principio de la posición de valores”. Querer sería la fuerza que empuja a ser para ser más-que-elotro, especialmente en un mundo en el cual el capitalismo hace que el competidor trate de lograr más poder de mercado, disminuyendo el que gozan los otros competidores.
La auto-conciencia de la voluntad de poder consiste en pensar en términos de valor, donde el término “conciencia” no significa ya un representar indiferente, sino el contar consigo mismo, lo que ejerce y da poder. Aquí habría una gran diferencia con la definición marxista, la que considera que la “conciencia es la capacidad que tiene el ser humano de reflejar el mundo objetivo”. El marxista percibe la conciencia como un espejo de calidad veneciana, en el acto 33
de reflejar, algo que la participación de la subjetividad en el acto de conocer, ha desmentido.
La voluntad de poder se devela como la subjetividad que se distingue por pensar en términos de valor. Toda confrontación metafísica es un decidir sobre el orden jerárquico de los valores. Ese orden jerárquico de los valores, son impuestos a la sociedad por los grupos que dominan por su “voluntad de poder”. Gracias por la primera parte del soliloquio, Heidegger. Ahora ingresaremos al análisis de tres personajes que ejercen o han ejercido en la historia, su Voluntad de Poner. En Primer término, el señor feudal. Para ello, acudiremos a un diálogo virtual que sostuve con Hegel sobre el tema. En primer término, citaremos las palabras de Nietzsche con el objeto de compararlas con la visión de Hegel y exponer la idea que el filósofo de la Razón Absoluta tenía del “señor”, es decir, del que pertenece a la llamada “nobleza” y que es vencedor en alguna batalla. EL SEÑOR Y LA VOLUNTAD DE PODER Gracias, otra vez, por la reiteración de tu amable presencia, Martin Heidegger.
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Pero querer, es querer ser señor. Esta voluntad está incluso en la voluntad del que sirve en la medida en que es siervo y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de sí el objeto de su trabajo, al que “ordena”. Y en la medida en que el servidor se hace imprescindible para el señor y de ese modo lo constriñe y lo hace depender de él (del siervo) el siervo domina sobre el señor. Ser servidor es también una especie de la voluntad de poder. Querer no sería nunca un querer-ser-señor si la voluntad no pasara de ser un desear y un aspirar, en lugar de ser desde su base y exclusivamente: ordenar.
La Alienación en Hegel Hegel afirma que hay esclavos y “señores”, porque en las batallas heroicas los primeros prefirieron rendirse en vez de morir libres. ¿Cuáles batallas, Hegel? ¿Aquéllas en que los pobres mueren defendiendo los intereses de los ricos?
En las batallas se pierde o se gana, no hay términos medios para los hombres que son heroicos y dignos de ser libres Los pobres son los que luchan las batallas de los señores, no porque hayan perdido ellos mismos alguna batalla. Pero sigamos ¿Qué hacen los vencedores, una vez que la batalla ha sido ganada por ellos, como buenos señores, Hegel?
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Se apropian de lo que les pertenece legítimamente como corresponde a todos los vencedores ¿Y qué sería Hegel, lo que “legítimamente” les correspondería en su calidad de vencederos de una batalla “heroica”?
Lo que encuentren a su disposición: las posesiones de los vencidos, sus familias y ellos mismos, como esclavos; eso es lo que ganan
Eso suena como un acto de pillaje vandálico bajo la forma de heroísmo. El vencedor tiene derecho a ser ladrón; ésa sería la verdadera esencia del heroísmo de los “grandes señores”. Por otra parte, dices que el vencedor es la Conciencia, el “Ser para sí”, algo que sólo el Señorío feudal tendría. Con ello nos proporcionas conceptos que necesitan ser definidas. ¿Qué son el “Ser en sí” y el “Ser para sí”, según tu visión del “señor”, Hegel?
El que vence tiene derecho a todo, pero la nueva condición es dada al Ser por medio del trabajo; no de otra manera, os lo aseguro, sin duda alguna. ¿Hemos oído bien? ¿Hegel: dijiste que la condición del “Ser para sí” es dada sólo por el trabajo?
Lo confirmo y lo reconfirmo: sólo el trabajo es el que transforma el Ser en sí en el Ser para sí 36
También dijiste que los únicos que trabajan son los siervos ¿Serían por eso, los únicos Seres para sí?
No; porque el siervo ha enajenado su trabajo y el producto creado, al no morir por su libertad En otra de tus obras, tan conocidas, dijiste que el siervo cede el producto de su trabajo
Así es, rechaza el producto de su trabajo por me-dio de la abstinencia y la mortificación ¿Es decir, el siervo, al igual que los monjes, ayuna voluntariamente y, además, se mortifica por placer? Avallar tu afirmación es llevar la apología del parasitismo a dimensiones pocas veces igualadas. Por otra parte, te contradices, pues el siervo se basta a sí mismo para garantizar su existencia, en realidad no necesita de nadie para existir: produce lo que le permite vivir, es autosuficiente, lo que el feudal no es. El rango de Señor es un eufemismo para identificar a los parásitos de todos los tiempos
Para eso están las guerras: adueñarse de siervos que lo mantengan, trabajando para él. De lo cual deducimos que el Señor en un ladrón, un saqueador, un extorsionista y un verdugo con impunidad.
La Alienación 37
en Nietzsche Respetado Nietzsche, se te considera como uno de los filósofos modernos que más ha destacado la alienación humana; sin embargo, tu concepto de alienación no es el de la sociedad como un todo, más bien se refiere al individuo. ¿Cómo concibes, Nietzsche, a los grupos humanos y su relación con el individuo?
El Individuo está dominado a la masa y su deber es liberarse de esa Alienación ¿Sólo de las masas; sólo de la sociedad?
También de la religión; sobre todo, del cristianismo. Por eso es que hay que dividir la sociedad en dos grupos: la plebe, que se une en grupos, y el aristócrata que se supera por sí mismo ¿Por qué esa inquina contra la plebe, Nietzsche?
Porque la rebelión de la plebe comienza cuando el resentimiento se vuelve un valor en sí. “El esclavo no puede crear valores desde sí mismo”, necesita que alguien le diga cuáles valores debe adoptar Pero, según tu teoría, el resentimiento del expoliado por el parásito, en pos de su voluntad de poder, ¿no sería un valor fundamental del ser humano en toda época y espacio? 38
No; el desprecio con que el hombre superior mira a la plebe, no se iguala al odio con que la plebe lo mira a él. El hombre del resentimiento” no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas
El Planteamiento de un Supuesto
Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo expoliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a quienes le expoliarían?
Al respecto, citemos lo que dice: “El hombre noble, reacciona de forma inmediata, por instinto, por eso es que no envenena como el esclavo; yo reaccionaría de ese modo. Fíjate en Mirabeau, quien no tenía memoria para los insultos ni para las villanías. Por eso es que no podía perdonar, olvidaba; en cambio el esclavo, la plebe, ni olvida ni perdona. Un hombre como Mirabeau de un golpe se sacude gusanos que en otros, en cambio, anidan siempre” Dice que la plebe ansía ser inteligente, mientras que el Ser superior considera que la Razón es para la plebe. La actitud del siervo con relación a sus expoliadores, ¿Sería racional? 39
Claro que sí. Los vocablos “infeliz” y “digno de lástima” señalan al hombre vulgar, como esclavo y animal de carga. Los bien nacidos son hombres íntegros, de fuerza y siempre activos, lo que la plebe no es. En la plebe, la felicidad no radica en la acción, como en el hombre superior, sino en la quietud, en la paz. Sin embargo, las guerras campesinas desde el siglo XVII y los alzamientos de los trabajadores, no son reflejos de la pasividad que les atribuyes
El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El hombre noble honra a su ene-migo; es digno de respeto, por ser superior; si no lo fuera, no será enemigo. En cambio, la plebe considera que el enemigo es el “malo” y se autocalifica como el hombre “bueno” En realidad, la historia, tal como la interpretamos, a sugerencia tuya, Nietzsche, muestra que todo grupo humano identifica como malos al enemigo y como buenos a los miembros del propio grupo. Es decir, esa identificación no es privativa de lo que llamas la plebe. Las guerras entres ingleses y franceses, entre alemanes y americanos… muestran que los respectivos estandartes son los de los buenos y los otros, de los malos, no importa el motivo de la guerra o de las batallas.
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Las aves rapaces Nada hay de extraño si los corderos guardan rencor a las aves rapaces, por lo débiles. Las aves rapaces dicen: “no estamos enojados con los corderos; nada hay más sabroso que un corderito” Exigir de la fortaleza que no sea un querer dominar es tan absurdo, como exigir que la debilidad sea fuerza Sobre el particular, ese imperativo aceptar el hecho de que el ser humano, por instinto, guarda una sana repugnancia por las aves rapaces; entre ellas, el parásito que se hace nombrar “noble” y los políticos de todas las estofas.
Un quantum de fuerza es un quantum de pulsión, de voluntad de actividad que el ser superior tiene. Yo sé que mis obras son conocidas como escuela de recelo, de desprecio, temeridad Usar ese quantum de fuerza para dominar a los débiles es un sinsentido propio del hombre superior. La fuerza de un verdadero guerrero va dirigida a otros como él, de lo contrario, el quantum de fuerza es solamente un quantum de verdugo.
“Hablo de la moral inmoral… hablo desde fuera de la moral, lo hago desde más allá del bien y del mal” Ésa es la verdadera punción de fortaleza que encierra tu visión, Nietzsche y el motivo de nuestra admiración por ti, pues al de41
nunciar la moral hipócrita tradicional, lo haces, calificándola como la “moralina”, propia de los filisteos e hipócritas, por eso dices que hablas de la moral inmoral
“Me inventé a los hombres libres y les puse el nombre de “humanos, demasiado humanos”. Quise que me hicieran compañía como valerosos camaradas y fantasmas con los que se charla Por lo que hemos encontrado en nuestra interpretación metafórica de la historia, los “valerosos cama-radas” a los que mencionas, serían los feudales, los dictadores y los políticos
¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento y la Voluntad de Poder; el Poder mismo del hombre. ¿Qué es lo malo? Todo lo que procede de la debilidad; todo lo que procede de la compasión y de la piedad. “¿Qué es la felicidad? El sentimiento de que el Poder crece; de saber que una resistencia queda superada” Hay una lógica interna en tu percepción de lo malo y de lo bueno que es imposible negar, incluyendo la imagen que tiene de los débiles. Es conocido tu lema fundamental en las relaciones humanas; la cito:
Los débiles y los malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres” ¿Qué es lo más dañoso que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles que es el animal doméstico, el animal de rebaño, el animal enfermo 42
En un capítulo posterior de esta obra, plantearé mi interpretación de los entes débiles y de lo que, con ellos, considero como “bueno” y como “malo”.
El hombre superior tiene una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Se debe guardar para sí el respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad incondicional a sí mismo. Nuevamente nos preguntamos si el Hombre Superior al que te refieres, Nietzsche, es el individuo parecido al que proclama el existencialismo, es decir, el in-dividuo aislado o, te refieres al grupo de “hombres superiores” que han unido, en una sola, sus respectivas voluntades del poder. ¿Qué opinas, respetado Heidegger?
Nietzsche llama “veneno doctrinal” a la declaración de igualdad e idénticos derechos para todos; con el resentimiento de las masas, esa moral ha forjado su arma contra nosotros, contra los aristócratas. De allí nace la idea del Superhombre: a la pregunta ¿Cómo se supera al hombre?, Zaratustra responde: Vosotros habéis despreciado, hombres superiores, esto me hace tener esperanzas. Os honro, porque no habéis aprendido las pequeñas corduras. Superad a los hombres hermanos míos, a estas gentes pequeñas: ¡son el peligro del superhombre!
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Al parecer, Nietzsche llama aristócratas a quienes identifica como hombres superiores y ejercen la voluntad de poder como una fuerza dominadora contra los débiles. Me pregunto si todos los parásitos que se autonombran “nobles” y todos los dictadores de la historia, están, necesariamente, en esa categoría. Por otra parte, me gustaría indagar sobre la opinión que tiene de los hombres de talento, los grandes científicos, los hombres que producen obras de arte… en general, los hombres de gran talento.
Alienación: Resumen El siervo, su trabajo y la tierra hacen el Ser para sí del feudal y, al mismo tiempo, el siervo teme que el feudal muera. En cambio, el feudal, que no trabaja, no garantiza su propia existencia, no sería un Ser para sí, no sería nada. Eso es Alienación: al renunciar, por la fuerza, al producto de su trabajo y de su propio Ser, el siervo se aliena a su explotador. Así, el siervo no es una persona para el feudal; él y la tierra, son sólo instrumentos de producción; nada más. Ahora viene la gran pregunta: ¿Por qué el siervo no se rebela? ¿Por qué aguanta esa alienación tan absurda? La respuesta es única: por miedo: se supone que el feudal y el rey son representantes de Dios en la Tierra, intocables. En términos de la Voluntad de Poder de Nietzsche, porque están sujetos a los valores impuestos por la voluntad de poder del feudal, de la llamada nobleza y del rey. Si nos atenemos a la percepción de Hegel y palpamos su lógica, nos damos cuenta de que el feudal no sería un ser libre, en 44
cambio, el siervo sí sería. El siervo haría que el feudal fuera para sí, negándose a sí mismo, según dice Hegel, porque habría perdido la “batalla para ser libre”. El siervo enajenaría voluntariamente el producto de su trabajo y la condición de su propio ser, en beneficio del feudal y la monarquía. En ese proceso es que radica la Alienación del siervo al feudal, al rey y a todos los que viven de él. Lo mismo sucede con la alienación del trabajo al capitalista y al político. Nuevamente se produce la gran contradicción: el que produce no es libre; el que no produce, sí lo es.
El Capitalista Citemos a Nietzsche, en uno de sus comentarios:
El acrecentamiento de poder es, en sí mismo y al mismo tiempo, también conservación del poder. El poder sólo puede darse poder a sí mismo en la medida en que ordene a la vez acrecentamiento y conservación. Ello implica que el poder mismo y sólo él ponga las condiciones del acrecentamiento y la conservación. Esto significa que la Voluntad de Poder tiene grados de más y de menos. El “acrecentamiento del poder” no es sino el incremento del grado de poder, medido con algo. El capitalista actual, cuya tarea es maximizar el beneficio de la empresa, sería el representante genuino de la percepción del acrecentamiento del poder para ser poseedor de poder. Por eso es que señala45
mos que el que tiene el poder para ejercer su voluntad de poder, tal como lo pone Nietzsche, es un mercachifle o un político. Veamos el caso del mercachifle, cuya única razón de existir es una de las más extrañas. ¿Para qué trabaja un zapatero Para ganar dinero ¿Para qué quiere dinero? Para mejorar la calidad de vida de su familia. Si le hacemos la misma pregunta a un médico o a un científico, nos contestará de la misma manera. Pero si le preguntamos a un capitalista para que trabaja nos dirá que lo hace para ganar más dinero ¿Y para qué querría más dinero? Para hacer más dinero y luego más y más El acrecentamiento de poder es el aumento de su patrimonio, en un principio de correa sin fin. Acrecienta su poder constantemente, lo hace impelido por la competencia; si deja de acrecentar su poder será expulsado del mercado. Ahora acudamos a las cavilaciones de un político, las que fueron escritas en una obra anterior.
El Político 46
La Política es el arte de lograr el Poder, de conservarlo y de extenderlo; todo lo que se diga y haga para lograr estos propósitos, será bien recibido; todo lo que se oponga a la consecución de los objetivos trazados debe ser combatido. Por eso es que la Política es el arte de lo posible y es por eso que exige una moral que proviene de la ética pragmática, la que acepta como justificativo todo lo que permite que el grupo al que pertenecemos se perpetúe y rechaza lo que se oponga al logro del objetivo. Nosotros, los políticos, somos una especie dentro de la especie humana y como tales, consideramos nuestra sobrevivencia como la aspiración más alta a la que supeditamos todas las demás. Pero el Poder por el simple Poder no tiene sentido: es vacío y huero. El Poder alcanza su razón de ser cuando es gozado por el que lo detenta; no se ha hecho para cualquier mortal: ha sido hecho para una clase especial de hombres, para nosotros, los políticos, los únicos que sabemos apreciarlo. Del mismo modo que es una estupidez de alto grado servir un vino de marca a quien no sabrá degustarlo, también sería una bestialidad confiar el Poder a quien no sabe usarlo ni catarlo ni retozar en él sin rubor. Los hombres han hecho los dioses omnipotentes como una proyección de sus ansias de poder, como una objetivación ideal de sus propios deseos de alcanzar la capacidad de hacer todo lo quieren y así solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes cómo reciben las masas la voceada omnipotencia de los dioses? La reciben con veneración. Es que la masa venera el Poder, como quien reverencia algo 47
distante y per-verso. Por eso lo quieren encarnado en la lejanía, más allá de sus horizontes, más allá de sus lontananzas, más allá de donde ellos jamás podrán llegar: esto es, en la cúpula del Estado. El pueblo quiere el Poder como los sapos quieren la luna; lo quieren por encima, no al lado; arriba, donde estamos los hombres que forcejean con él y lo vencen...” Por lo visto, el Hombre Superior de Nietzsche, el que ejerce su Voluntad de Poder es, por un lado, el feudal parásito; por el otro, el capitalista, avaro, ocupado sólo en tener más y más ganancias. A los dos personajes, añadimos al Político, ambicioso, as-tuto, dual. Todos, corruptos. En suma: los tres son la antítesis de los guerreros nietzscheanos. En la práctica, diremos que Dionisos siempre está ebrio. Apolo languidece, abrumado por la Razón. El Superhombre es un mercachifle cobijado en las Transnacionales; un adorador del dólar, un hipócrita cuyos rivales no son los de un guerrero, sino los que se parecen a él: avaros, miedosos, astutos… despreciables, al igual que el Político, otro de los “hombres superiores”. La Voluntad de Poder ahora está en manos de un negro y el Presidente de mi país es un indígena, algo que te debe causar pesar en el mismo nivel que trae alegría para nosotros. Ya podemos resumir lo siguiente.
Hegel y Nietzsche Si Hegel es el teórico de los “Señores de la tierra”, feudales marrulleros que nada tienen de hombres superiores, Nietzsche 48
se convierte en el filósofo de los mercachifles, los que sólo tienen respeto al dinero y a la tasa de ganancia. También sería el aval filosófico del más astuto de los seres: el Político. No hay “valor guerrero” en ninguno de ellos, pues están hechos para medrar y hacer que otros peleen por ellos. Pero hay algo: a Hegel lo redime el haber revivido a Heráclito, aunque su especial dialéctica parte de la Razón pura, no de la verdadera interacción RazónIntuición. A Nietzsche, por su valor genuino demostrado en su audaz denuncia de la Moralina. Con eso me basta.
articulo.mercadolibre.com.mx EL NIHILISMO
Bienvenido seas, Martin Heidegger, a un nuevo soliloquio para hacernos conocer algunos de tus puntos de vista sobre los temas fundamentales en el pensamiento de Federico Nietzsche. Para comenzar con nuestro intercambio verbal virtual, nos gustaría saber tu opinión acerca de uno de los lemas de mayor importancia en el escudo de armas nietzscheano. ¿Qué es el Nihilismo en Nietzsche? 49
Las Relaciones de Dominio como Moral Comprendidas desde la metafísica de la voluntad de poder, las ideas son pensadas como valores y las unidades más altas, como valores supremos. En esta interpretación, toda la filosofía se convierte en metafísica de los valores. Seguramente, la metafísica de los valores es observada como un proceso que se realiza en el transcurrir de la historia, no solamente en un punto dado de la historia. Nos imaginamos que conlleva también la tarea de establecer el nacimiento y el desarrollo de los sistemas de valores
Nietzsche percibe lo deseable como «valores supremos”. Toda metafísica es un “sistema de estimaciones de valor, una moral, entendida como doctrina de las relaciones de dominio bajo las que se origina el fenómeno "vida".
¿Qué es lo que determina, el cambio de los valores vigentes, Y la esencia de los valores que habrán de reemplazarlos?
La voluntad de poder es el principio único de la posición de valores. Allí donde la voluntad de poder osa reconocerse como el carácter fundamental del ente, todo tiene que estimarse en referencia a si acrecienta o disminuye o inhibe la voluntad de po-der. En cuanto carácter fundamental, la voluntad de poder condiciona todo ente en su ser. Esta condición suprema del ente es el valor determinante. 50
“La voluntad de poder en cuanto principio único de la posición de valores”, debe partir de alguien, de un ente o grupo de entes concretos, pero si cada ente obedece a su propia voluntad de poder, exigirá también imponérsela a las otras voluntades de poder concretas y la implantación de un nuevo valor será muy complicada. No olvidemos que la pluralidad de poderes de voluntad no es reducible a una sola. La batalla, al estilo de Hegel, determinará cuál voluntad de poder será el que se imponga. Nos encontraremos en una perpetua situación de lucha a muerte no sólo entre los que dominan y los dominados, sino entre los pares mismos que pertenecen al grupo de los dominadores. Esto es, habrá una voluntad de poder colectiva que coincida con cada una de las voluntades de poder de los entes que tienen el poder de implantar valores.
La Transvaloración de los valores vigentes La metafísica de la voluntad de poder se vuelve una posición de valor, una nueva posición de valor. Su novedad consiste en una “transvaloración de los valores validos hasta el momento”. Esta transvaloración constituye la esencia acabada del nihilismo. El nihilismo, según el concepto de Nietzsche, no es una doctrina y una opinión, más bien establece que es la desvalorización de los valores vigentes. 51
De acuerdo; pero esa desvalorización de los valores vigentes y su reemplazo por las nuevas tiene que surgir de alguien o de algunos. ¿Cómo se pondrían de acuerdo los entes que participan en el grupo dispuesto a reemplazar los valores vigentes por nuevos? ¿Acudirán al voto democrático? Esto sería contradictorio, pues uno de los valores que seguramente será reemplazado por otro nuevo, será el sistema democrático. ¿Los participantes en el concilio de voluntades de poder, se eliminarán en una lucha de todos contra todos hasta que se establezca la presencia de una sola voluntad de poder, en la tarea de imponer los nuevos valores? No parece probable; al contrario, seguramente se con-formarán grupos de voluntades de poder que tendrán que luchar contra otros grupos de voluntades de poder, en el más puro sentido de lucha entre grupos, no de individuos. De lo que deducimos que la voluntad de poder que imponga nuevos valores debe ser una suma de voluntades de poder, lo que contraría la opinión que Nietzsche tiene de los grupos sociales a los que consideran que matan al individuo.
El proceso de desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento no es un suceso histórico entre muchos otros, sino el acontecimiento fundamental de la historia occidental, historia sostenida y guiada por la metafísica. En la medida en que la metafísica ha recibido mediante el cristianismo un peculiar sello teológico, la desvalorización de los valores vigentes hasta el momento tiene que expresarse también de modo teológico con la sentencia: «Dios ha muerto». 52
La metáfora “Dios ha muerto” Hemos establecido que hablamos en metáforas y que la interpretación de la historia es metafórica. La metáfora “Dios ha muerto” surgiría de la necesidad de crear otros valores completamente nuevos y opuestos a los que confluyen como simples “moralinas”. Pero, sucede que, para los creyentes, entre ellos, muchos de sus “hombres superiores” Dios no ha muerto. De este modo, la declaratoria se convierte en una hipótesis parecida a la siguiente: ¿Qué pasaría si Dios muriera? La respuesta que trae el Nihilismo es una metáfora que pretende dar respuesta a otra: la muerte hipotética de Dios
En lugar de la autoridad de Dios y de la Iglesia aparece la autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el dios del progreso histórico, el instinto social. Que se desvaloricen los valores supremos válidos hasta el momento quiere decir: esos ideales pierden su fuerza de configurar historia. Sobre este aspecto es preciso adelantar algo que vendrá en un subsiguiente comentario: los “valores supremos válidos hasta el momento”, han sido formulados e impuestos por la voluntad de poder de los “hombres superiores”.
Pero, la desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento conduce en primer lugar a que el mundo aparezca como carente de valor. Los valores vigentes se desvalorizan, 53
pero el ente en su totalidad permanece, aunque exige nuevos valores. Surge un estado intermedio por el que atraviesa la actual historia del mundo, por la presencia de un nuevo mundo de valores. En realidad, si los antiguos valores nunca han sido practicados sino en apariencia, Nietzsche debería tomarlos como nuevos, con la diferencia de que esos valores nuevos, sin la presencia de la compasión y otros que valorizan al débil, serían verdaderamente ejercidos y establecerían una práctica de vida nueva y franca, basada en ellos.
El nihilismo es la desvalorización de los valores válidos hasta el momento en una total inversión de todos los valores. Nihilismo quiere decir, entonces: los valores vigentes hasta el momento ya no valen. La transvaloración tiene que ser incondicionada y poner a todo ente en una unidad originaria. Mi sentido de consistencia me urge a ratificar mi percepción: los valores vigentes nunca han sido puestos en práctica por quienes los han impuesto a los demás, esto es, por los “hombres superiores que detentarían la voluntad de poder, pero, en la medida en que esos valores son producto de su voluntad de poder, ejercen esta voluntad para incumplirlos con impunidad reiterada.
Para que el contenido de los nuevos valores no fracase, la inversión incondicionada debe ser implementada por modos de 54
pensar y experimentar completamente diferentes a los vigentes, aunque el nihilismo no es una historia ni tampoco el rasgo esencial de la historia occidental, es la legalidad de tal suceder, su “lógica”. Para ello, no necesita cambiar los valores; los que existen actualmente, tales como honestidad, compromiso, honor y todo ese ramillete de buenas costumbres, está prácticamente intocado. Excepto una minoría muy reducida, nadie los ha usado verdaderamente, mucho menos los hombres superiores que ejercen la voluntad de poder y creadora de esos valoresfantasma
La causa del nihilismo es la moral, la instauración de ideales supra naturales de lo verdadero, lo bueno y lo bello que tienen validez «en sí». La posición de los valores supremos pone al mismo tiempo la posibilidad de su desvalorización, que comienza ya con el hecho de que se muestren como inalcanzables. Por eso, la «forma preliminar» del nihilismo auténtico es el pesimismo, como fuerza
En este caso, lo único que se debe hacer para inventariar a los hombres superiores, es realizar un congreso de filósofos existencialistas, quienes son insuperables en el terreno del pesimismo y de la náusea de vivir.
El pesimismo que sólo ve la declinación proviene, en cambio, de la «debilidad», busca en todas partes lo aciago, está al acecho de las posibilidades de fracaso y cree ver así el modo en 55
que sucederá todo. Un nihilista es el hombre que observa al mundo tal Como es, juzga que no debería ser, y del mundo que debería ser, que no existe» Cualquier existencialista de rango medio supera, con mucho, la intención de mostrar cómo debería ser el mundo, pues su perspectiva es más contundente: el mundo y el ser humano deben desaparecer. Es imposible pedir más voluntad de poder al respecto
Allí donde la voluntad de poder es el principio que se ha adoptado para la posición de valores, el nihilismo se convierte en el “ideal del supremo poderío del espíritu” En la medida en que se niega todo ente existente en sí y se afirma la voluntad de poder como origen y medida del crear, “el nihilismo podría ser un modo divino de pensar” Se está pensando en la divinidad del dios Dionisos. Los existencialistas, representantes verdaderos de la Gran Orden de la Depresión, esencia fundamental del hombre superior, piensan en la divinidad del vacío, de la nada, de la angustia, del miedo, de la rutina… ¿Cuán más “superior” deberá ser un hombre para que sea digno de voluntad de poder, al estilo nietzscheano? Esa es una pregunta que algún día deberá tener su respuesta. Gracias Martin Heidegger por tu invalorable aporte a la interpretación de este capítulo sobre el Nihilismo de Nietzsche. 56
Ahora debo dedicar las próximas páginas a exponer una síntesis brevísima de nuestra interpretación de la historia. Lo haré para mostrar que la historia del hombre se rige por la Ley del más fuerte y que el darwinismo social es el fundamento de la convivencia humana. Ambos son expresiones de la Voluntad de Poder desde las épocas en que aparecieron las tribus. La Voluntad de Poder es inherente a la esencia de la historia del hombre, no es posible negarlo.
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LA LEY DEL SAQUEO Marx postuló que la Historia estaba regida por leyes y concibió la lucha de clases como el nervio motor del desarrollo histórico. Por su parte Ludwig von Mises afirmó que no hay leyes históricas, puesto que los hechos serían únicos y no se repetirían en ningún tiempo ni espacio. Esa idea viene directa57
mente de los principios existencialistas de los Caballeros de la Gran Orden de la Depresión Institucio-nalizada. Pero, en la peregrinación por las fases de la Historia encuentro una Ley, infinitamente repetida, a la que denomino: “La Ley del Saqueo”, la única que existe en la Historia del ser humano. Es de la vigencia constante de esa Ley que hablaré en las siguientes páginas de esta obra Los más fuertes saquean a los más débiles Encontramos que la Historia Formal idealiza la brutalidad humana o la atribuye solamente a un grupo, en desmedro de los “otros”. Lo que recibimos de esa historia no es sino una deformación de los hechos debido a las preferencias y los afectos y desafectos de los sonajeros que los relatan. En cambio, la Historia, como el relato de las formas que adquiere la Ley del Saqueo, no hace distinciones sobre la bestialidad humana ni clasifica a los individuos o a los grupos como “nosotros los buenos y ellos, los malos”. La Ley del saqueo es inherente a todos y cada uno de los seres humanos, aunque en la mayoría se expresa con un salvajismo propio de la bestia racional. Hay algo más que debemos anotar: la Ley del Saqueo en la Civilización de Occidente ha sido moldeada por el gene del miedo y la violencia que los anunnakis nos han inoculado al acelerar el proceso evolutivo del hombre desde el último homínido (El asunto de los anunnakis está contemplado en otra de mis obras y será dada a conocer a su debido tiempo) 58
Entre todos, el Gran Astuto es el que tiene un grado de astucia mayor a la de las masas, recuas humanas, a las que manipula, dado que las masas son siempre manipulables. Las manipula para sacralizar la hipocresía y elevarla a la máxima de las virtudes. Los actos modelados y/o ejecutados por el Gran Astuto siempre se ha expresado en la forma de la bestia-lidad humana, en su máximo grado. No hay forma de ocultarlo, somos, y sabemos que somos, fetos cons-cientes condenados a cargar sobre la conciencia, la joroba turgente que el sentido de culpabilidad, emergente del miedo y de nuestro verdadero Ser Astuto, ha esculpido en el fondo del subconsciente individual y colectivo. Esta breve introducción me lleva a la necesidad de estructurar un Teorema
El Teorema del Miedo
El miedo, como el campo magnético en el cosmos, se expande permanentemente por la mente humana
El Corolario del Miedo
La Ley del Saqueo es el miedo a ser saqueado
El precepto del Miedo
Haz a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, antes que los demás te lo hagan Cualquier repaso de la historia nos muestra que los enunciados propuestos son válidos
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Un ejemplo La tan comentada democracia de la Grecia Antigua, por ejemplo, es sólo un resultado de la capacidad de mercadotecnia de sus historiadores. En la realidad, al igual que todos los grupos humanos del mundo, la historia de Grecia es la historia del robo y del saqueo, ambos idealizados por los constructores de imágenes. Espartanos y Atenieses, por igual, eran asesinos de nacimiento y de vocación. Como los criminales de todos los tiempos, preferían arriesgar la vida en una guerra, robar el botín y traer esclavos para que produjeran lo que ellos debían comer; cada uno de estos “guerreros” pensaba que trabajar honradamente para ganarse la vida, era una muestra de vulgaridad al extremo, en cambio, el robo y el saqueo de los demás, les parecía digno. Aristóteles; defensor de la moral y de las buenas costumbres, se dio cuenta de que el saqueo traía, entre oro y joyas, algo de mayor valor aún: el saqueo institucionalizado traía esclavos. Tanto Esparta como Atenas, si estaban escasos de esclavos eran nada. Los esclavos producían lo que los hombres superiores, poseedores de la voluntad de poder comían. Pues bien, al darse cuenta de la riqueza que los esclavos significaban para Antenas, decidió legalizar la esclavitud, incluyéndolo en las cosas y procesos que no dependerían de los seres humanos sino, de la naturaleza. El gran filósofo de la Ética a Nicómaco, el ilustre, el inmortal Aristóteles, afirmó, sin rubores molestosos, que el esclavo lo era por naturaleza. Ni el mismo Hegel, cono60
cido por su aversión a la masa y a todo lo que significara democracia, se atrevió a ir tan lejos. El fundador de la Lógica, sí, lo hizo con una gran naturalidad. Con ello, los saqueadores y traficantes de esclavos ya tenían el “aval moral” que les permitía usar el látigo “legalmente”. Cuando leemos estos párrafos, quedamos confundidos al enterarnos que Nietzsche no conociera que los hombres superiores, los que detentan la voluntad de poder, ya habían existido desde la aparición de los grupos humanos, divididos por el miedo. EL ETERNO RETORNO DE LO MISMO ¿Cuál es tu opinión, respetado Heidegger, de eterno retorno de lo mismo, tal como lo plantea Nietzsche?
Nietzsche comprende todo “sentido” como “fin” y “meta”, pero, fin y meta como valores. De acuerdo con ello, puede decir: “La absoluta carencia de valor, de sentido, la carencia de meta en sí, es el principal artículo de fe” del nihilista” Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la cofradía de los hombres superiores estén en vigencia, seguramente tendrá algo que ver con la identificación de metas
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La carencia de valor y de meta tampoco puede significar ya un defecto, el mero vacío y la mera ausencia. La palabra metafísica es: el eterno retorno de lo mismo… el ente que tiene el carácter fundamental de la voluntad de poder sólo puede ser, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo. El significado de “Eterno retorno de los mismo” se presenta un tanto oscuro al entendimiento
El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar para permanecer en ellas, lo importante es la sobre potenciación. Por ello, para el ente como voluntad de poder no hay ninguna meta fuera de sí hacia la cual progresar saliendo de sí mismo.
En el Camino está en la Meta Hay una percepción del zen taoísta que podría explicar adecuadamente el concepto: “El camino está en la meta”, en este caso, la “meta que está en el camino” es la continua repetición de lo mismo, por lo que nada externo a esa meta-camino existiría fuera de ella.
La voluntad de poder, en cuanto sobre potenciación de sí misma, retorna esencialmente a sí misma y da así al ente en su totalidad, es decir al “devenir”, el peculiar carácter de movilidad. Ahora bien, el ejercicio del poder eterno y carente de meta de la voluntad de poder es, no obstante, al mismo tiempo 62
necesariamente finito en cuanto a sus situaciones y formas, pues si fuera infinito en este respecto, en concordancia con su esencia como acrecentamiento, tendría que «crecer infinitamente». Si el ejercicio del poder y carente de meta de la voluntad de poder es finito, habría una contraposición en denominar como “Eterno retorno de lo mismo” a lo que, anticipadamente ya exige un fin, por lo que será preciso preguntar: ¿en qué momento se conocerá el último ciclo de ida y vuelta de la voluntad de ser, es decir, el último retorno?
La «Voluntad de poder» tiene una visión muy particular acerca de lo que es el ente en cuanto tal, es decir, en su constitución. El «Eterno retorno de lo mismo» postula cómo es el ente de esa constitución en su totalidad. Ser y devenir se contraponen sólo aparentemente, porque el carácter de devenir de la voluntad de poder es, en su más íntima esencia, eterno retorno de lo mismo. Pero la idea de “retorno” sugiere un acto de aleja-miento previo del escenario al que tendrá que retornar y volver a ser lo mismo. Con el fin de dar forma a la metáfora, debo citar una obra que tiene como tema El Eterno Retorno, de Borges. En beneficio de la brevedad, iré al punto principal.
El Eterno Retorno y Borges
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En “La Biblioteca de Babel”, Borges expone su idea de lo infinito, la cual yo cito de inmediato.
En el zaguán hay un espejo que fielmente duplica las apariencias Este espejo representa una de las ideas que más ha obsesionado la metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del Universo, más conocida como la Teoría del Eterno Retorno. La doctrina tiene orígenes registrados en papiros y pergaminos. Los hindúes, grandes iniciadores de misteriosas inquietudes intuitivas, tuvieron mucho que ver con el asunto antes de entregárselo a los budistas, primos carnales en el espíritu. Allí nacen los Kalpas, etapas que el mundo naciente debe recorrer hasta llegar a su propio poniente. El nacimiento del mundo se debe a la compresión ideal y su destrucción a la conflagración; algo más: el número de Kalpas es infinito tal como el número de ciclos retornantes también lo es. Heráclito también cedió a la fascinación de la gran rueda cósmica, que naciendo del fuego vuelve con empecinamiento, otra vez al fuego. Al hablarnos de los espejos que reproducen infinita-mente el original, nos dice, metafóricamente que la Ley del saqueo vuelve en periodos que conforman el infinito. Otra vez el libro de las jerarquías llegará a nuestras manos; otra vez veremos nuestra propia muerte por hambre en medio de la gran abundancia. Hay más sobre la teoría del Eterno Retorno.
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Sus expositores y defensores asumen implícitamente su simetría. El retorno de los átomos se realizaría siempre en conjuntos homogéneos y simétricos para volver a ser lo que se fue. Este es un asunto que debe ser aclarado. Para ello recurro a uno de mis relatos “Una noche de Estilos” (de mi libro “Cuando el Illimani se fue”, 1986) En uno de los relatos, el personaje borgeano, al describir la ciudad de La Paz, desde su preceptiva literaria declara que: “La ciudad de La Paz sería la expresión concreta de la entelequia y que por ello “estaría en el deber de autorreciclarse”. No faltará el escéptico que plantee el siguiente problema: si un todo puede reciclarse para retornar a una posición atómica inicial, esto no quiere necesariamente decir que todas y cada una de las partes que conforman ese todo habrán de reciclarse al mismo tiempo, aunque la teoría de las variaciones de los átomos, al decir que una de las partes se vuelve a reproducir, da por sentado que todos y cada uno se registran simétrica y simultáneamente. Este supuesto es demasiado heroico, puesto que da por sentado que una persona al reciclarse, se recicla integralmente de una sola vez. El cerebro se recicla al mismo tiempo infinitesimal en que se recicla el resto del cuerpo. Esto anularía la posibilidad de que el Partenón se reciclara en partes, cada una atraída por un tiempo diferente. La película “La Mosca”, es un buen ejemplo. Trata de un ser que al reciclarse en una máquina transportadora resulta con su propio cuerpo y con la cabeza de la mosca, que había estado en el recinto reci65
clador. El reciclaje no se había llevado a cabo de un modo simétrico. Aquí una ficción atestigua la asimetría de la otra ficción.” “Después de estas inquisiciones, diríamos que los reciclajes son siempre simétricos, suceden todos al mismo tiempo y, por lo tanto, es preciso abjurar de la creencia de desequilibrios cósmicos en la construcción del retorno de lo mismo.” Este pasaje nos plantea problemas de gran contenido: ¿Cuál será el “estado inicial” que se reciclará en el infinito? Es decir ¿el escenario original al que se deberá retornar todo el tiempo? ¿Será el que existía un segundo después de la explosión del huevo cósmico? ¿El que había un billón de años antes? ¿A partir de qué instante se iniciará el proceso de repetición? Esta es una pregunta por demás retórica, puesto que todo el mundo sabría la respuesta: a partir del momento en el que se produce el Big Bang. El relato con el personaje borgeano nos lleva a la necesidad de revisar más de cerca la tesis platónica de los siete planetas
“Equilibradas sus diversas velocidades, regresarán al punto inicial de partida” “A medida que esas velocidades se equilibran, gran parte de los arreglos atómicos han recobrado ya su posición original”. En este sentido, hay una brecha entre los planetas que han vuelto ya a la originalidad y aquéllos que aún no han completado el 66
ciclo. Pongamos un ejemplo de lo que sucedería en nuestro planeta: es posible imaginar que Aristóteles ya ha sido reciclado en un tiempo similar al de Marx. Los tendremos juntos para asistir a un diálogo de magnitud ártica. Del mismo modo se podría concebir la coexistencia de la Segunda Guerra Mundial con la batalla de las Termópilas, Hitler pidiendo asistencia técnica a Leónidas. El rayo láser pelearía con el garrote y los Fantoms tendrían batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posibilidad, recogemos la opción de que los re-arreglos se alcanzan al mismo tiempo en la centésima de segundo que dura el equilibrio de las velocidades de los planetas. Imaginemos que eso se producirá mañana: a las 10.00 a.m. hora de Greenwich. Las velocidades se equilibran; todos desaparecemos para volver al inicio del “año perfecto”. Ahora imaginemos lo que sucederá con las capas terrestres, los océanos, los mares que han cambiado de lugar desde entonces. Las cordilleras, que se han desplazado y las islas que han aparecido. Algo más, la Tierra tendría que volver al lugar cósmico que le correspondió al iniciarse el año perfecto y con ella, todas las estrellas, galaxias, metagalaxias, agujeros negros… todo absolutamente todo, deberá retornar al punto de partida del último Retorno… En “Los Cuatro Ciclos” anuncia que cuatro son las historias y luego las enumera: la Iliada, Ulises, Jason, y el Vellosino; y un sacrificio: Odín sacrificando a Odín (...) y Cristo es crucificado por los romanos. Cuatro son las historias; durante el tiempo que nos queda seguiremos narrándolas, transformadas. En “His end and his beginning” se refiere a alguien que 67
murió y que en el cielo no hace sino repetir algo ya hecho. En “Los Teólogos”:
…esto ha ocurrido y volverá a ocurrir, dijo Euforbo. No encendéis una pira, encendéis un laberinto de fuego. Si aquí se unieran todas las hogueras que he sido, no cabrían en la Tierra y quedarían ciegos los ángeles. Esto lo dije muchas veces Resumamos: El punto principal de la tesis del Eterno Retorno es transmitir al lector la impresión de que todo cambia para que nada cambie. De inmediato va una versión poética del encuentro intuitivo que tengo sobre el eterno retorno a nivel cósmico. La Carabela “Un soplo rojo sopla la carabela, que de infinito en infinito se bambolea… el espacio ondula en vaivenes sin ritmo, al recibir uno a uno los corpúsculos… explota un corpúsculo de fuego denso y las esquirlas forman un nuevo universo… el tiempo torna a nacer sin haber nunca muerto… las esquirlas primeras se van ¡se van tan lejos!... las sombras de luz surcan los vírgenes vacíos, extendiendo el TiempoEspacio más y más allá de la nada… la tormentosa cabellera ondea a todos lados, sin encontrar frontera en ninguno de ellos… pero el gran impulso ya frena, llamado por la motita primera. Fue nada más que un puntito de aceite: saltó, explotó, se extendió, un universo formó y volvió para caer otra vez en el enorme caldero. Infinitos soplos 68
rojos soplan las infinitas carabelas que de infinito en infinito bambolean, bambolean”
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EL SUPERHOMBRE Acudimos nuevamente en tu auxilio, Heidegger para que nos des la interpretación que tienes acerca de uno de los temas que más polémica ha causado de los que Nietzsche ha escogido para sorprendernos
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El hombre que, estando en medio del ente, se comporta respecto del ente que es voluntad de poder y, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo, se llama superhombre. El “súper” en la palabra “superhombre” contiene una negación y significa salir e ir más allá, por “sobre” el hombre habido hasta el momento. El superhombre reemplazaría al hombre, tal como lo conocemos ahora incluyendo, sobre todo, sus valores
El concepto general alude ante todo a esta esencia nihilísticohistórica de la humanidad que se piensa a sí misma de modo nuevo. El superhombre es la negación incondicionada de la esencia que el hombre ha tenido hasta el momento. La negación del hombre actual, significaría su reemplazo por otro de mayor potencialidad para ejercer la voluntad de poder
Pensar, comprendido metafísicamente, es el representar que percibe aquello por lo que el ente es en cada caso ente. Por eso, en la interpretación nihilista de la metafísica y de su historia, el pensamiento, es decir la razón, aparece como el fundamento y la medida conductora de la instauración de valores. Pero la negación nihilista de la razón no descarta el pensar, sino que lo recupera al servicio de la animalidad
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Todos los instintos, el de supervivencia, el de procreación y la sensibilidad de los sentidos son los andamios que sustentan la animalidad del hombre
La Animalidad
La animalidad no es considerada ya como la mera sensibilidad y como lo inferior en el hombre. La animalidad es el cuerpo viviente, pleno de impulsos. Sólo la animalidad determina al hombre como siendo verdaderamente. La razón sólo es viviente en cuanto vive corporalmente… el que está despierto, el que sabe, dice: soy totalmente cuerpo, y nada más; y alma es sólo una palabra para algo en el cuerpo. En cierto sentido, la tesis nos diría que la racionalidad del hombre se transforma en la animalidad que es la voluntad de ser en cuanto se cobija en un cuerpo
La metafísica occidental no determina al hombre como ser racional en todas las épocas… sólo a partir de la época moderna la razón conquista su pleno rango metafísico… sólo respecto de este rango puede medirse lo que acontece con este retrotraer la razón a la animalidad. Es decir, la animalidad del hombre siempre ha existido, pero la razón como distintivo principal del hombre, anunciada en la época moderna, revela esa animalidad. Este sería un movimiento dialéctico al estilo de Engels: en el alba misma de la humanidad, el hombre es principalmente, animalidad; en una 71
segunda etapa es, principalmente racional; en la síntesis histórica, cuando la razón alcanza su máximo poder, el hombre vuelve a la animalidad, pero lo hace en una fase muy superior de progreso y experiencia que la forma original de esa animalidad
En este proceso, el acto de representar se convierte en el tribunal que decide sobre la entidad del ente, para sentenciar que en el futuro sólo habrá de valer como ente, lo que en el representar sea puesto por éste ante sí mismo. En concordancia con lo dicho, en ese proceso, la voluntad de ser se conoce a sí misma en cuanto huésped del cuerpo. Ninguna representación será valorable si no es la del ente que representa y que al representar se representa sólo a sí mismo, esto es, en cuanto a voluntad de poder y en cuanto al eterno retorno de lo mismo.
En el comienzo de la época moderna, la entidad del ente se transforma. La esencia de este comienzo histórico se basa en esta transformación. La subjetividad, la sustancialidad, se determina ahora como el representar que se representa. Ahora bien, el hombre, en cuanto ser racional, es el representar que representa. Por lo tanto, el hombre se convierte en el ente eminente, es decir en “sujeto” Sujeto que representa a su propia subjetividad, tal como antes, representaba su propia sustancialidad.
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El Objetivismo
La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en que para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es “subjetiva”, porque es instaurado como objeto que se sostiene en sí mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad es objetividad”, dicen lo mismo. En mi percepción, yo preferiría más bien el concepto de que la objetividad subjetivizada vuelve al mundo real, objetivamente subjetivizada
La voluntad de poder no es nada vital ni nada espiritual, sino que lo vital (lo viviente) y lo espiritual, en cuanto entes, están determinados en el sentido de la voluntad de poder. La voluntad racional, hasta el momento al servicio del representar, transforma su esencia en voluntad que se ordena a sí misma. En este caso, la voluntad del ente cotidiano sería la que determina la acción, antes de enviar al cerebro la orden de ejecutarla. En el Superhombre, la orden sería ejecutar la acción de poder.
“La acabada subjetividad de la voluntad de poder es el origen metafísico de la necesidad esencial del «superhombre”. El crear es comprendido metafísicamente en el sentido de un representar pro-ductor. De acuerdo con esta doctrina, el ente es lo creado por el creador. El derrumbamiento de la pre73
eminencia de la razón representante contiene la esencia metafísica de ese acontecimiento, al que Nietzsche llama la muerte del Dios cristiano-moral.
Lo que expresaría la noción de que el Superhombre no necesita a nada ni a nadie para representar su propia subjetividad y ordenar el acrecentamiento de la voluntad de poder. Él representa e impone los valores, como una tarea (¿un privilegio?) que ya no precisa de un ente trascendental.
La Meta De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de poder, en cuánto subjetividad acabada, es el Superhombre. “¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!”… el “superhombre” no es un ideal suprasensible; tampoco es una persona que surgirá en algún momento y aparecerá en algún lugar; es el puro ejercicio de poder de la voluntad de poder. El pensamiento del “superhombre” no surge, por lo tanto, de una “arrogancia” del “señor Nietzsche”. ¿Quién impone la idea de superhombre a la humanidad y, sobre todo, quién le hacer ver que ese nuevo estatus de existencia es deseable y mejor que el actual? ¿En qué momento se realiza este cambio hacia un ente nuevo? Seguramente, cuando Zaratustra anuncia que “Dios ha muerto”
El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad ansía al ente como voluntad de poder. Así Zaratustra, que enseña el 74
superhombre, cierra la primera parte de su enseñanza con las palabras: “Muertos están todos los dioses: ahora nosotros queremos que viva el superhombre”; ¡que ésta sea una vez, en el gran mediodía, nuestra voluntad última!”. El retorno a sí mismo sería el retorno siempre re editado de la voluntad de poder, refugiada en el Superhombre, quien sería feliz siendo como es sin querer ser otra cosa.
En el momento de la claridad más luminosa, cuando el ente en su totalidad se muestra como eterno retorno de lo mismo, la voluntad tiene que querer el superhombre; pues sólo con la vista puesta en el superhombre puede soportarse el pensamiento del eterno retorno de lo mismo. La voluntad que aquí quiere no es un desear y un apetecer, sino la voluntad de poder. Pero la voluntad de poder ejerce su dominio, por lo tanto, es también un imperativo de ejercer ese dominio. El superhombre no carece de pulsiones que deben ser satisfechas, de lo contrario, no sería el superhombre, sobre todo, si tenemos que su esencia es una vuelta a la animalidad, la que siempre ansía.
«La fuerza y el poder de los sentidos, eso es lo más esencial en un hombre logrado y completo: el espléndido “animal” tiene que estar previamente dado. Me pregunto si la consistencia animal-moral del superhombre exige experiencias de dominio que van más allá de la simple 75
arbitrariedad y de la imposición de valores nuevos y eternamente re editados
El hombre no se vuelve “señor” mediante cualquier violencia, siguiendo opiniones y deseos casuales. Convertirse en señor quiere decir, ante todo, someterse a sí mismo a la orden del poder. Las pulsiones sólo encuentran su esencia como grandes pasiones. Los pequeños gozos se mantienen extraños a las grandes pasiones. Lo que decide no son los meros sentidos, sino el carácter del poder en el que están integrados. Una de las más grandes pasiones del guerrero, es la batalla en campo abierto. Si bien el “ser del ente” es la voluntad de poder, no podemos negar que existen varios entes con sus respectivas voluntades de poder, las que, cobijadas en las subjetividades del superhombre, demandarán el ejercicio de ese poder, en acciones que no siempre coincidirán con las voluntades de poder de otros entes-superhombres
“Humanización”, pensada de modo nihilista, quiere decir: hacer que el hombre se vuelva hombre mediante la inversión de la preeminencia de la razón en preeminencia del cuerpo. Por ello, la humanización del superhombre, es la “deshumanización”. Mediante esta deshumanización el ente se muestra, desnudo, como el ejercicio del poder y la lucha de las formaciones de dominio de la voluntad de poder
La lucha entre Superhombres 76
Esas luchas se realizan por los entes en forma de superhombres, con el objeto de imponer sus valores por medio de la voluntad de poder. La pregunta vuelve en pos de una respuesta: ¿Quiénes luchan en las batallas por la imposición de valores acorde con las respectivas formas que cada superhombre cobija como voluntad de ser? Por todo lo analizado, las batallas se realizarán entre grupos de superhombres contra grupos de superhombres, todos, con la intención de dominar a los no superhombres o al grupo de superhombres vencidos
Sólo cuando la subjetividad incondicionada de la voluntad de poder se ha convertido en la verdad del ente en su totalidad, es metafísicamente necesaria la institución de un adiestramiento racial, pero no la mera formación de razas que crecen por sí mismas, sino la noción de raza que se sabe como tal. Así como la voluntad de poder no es pensada de modo biológico sino ontológico, tampoco la noción nietzscheana de “raza” tiene sentido biológico, sino metafísico. Ahora estamos en el campo del Nosotros, lo que implica que no habrá una sola raza que se conozca como tal, habrá varias de ellas y entre ellas, se erguirán contradicciones entre la interacción de las voluntades de poder de algunas de esas razas, y la interacción de las voluntades de poder de otra u otras, lo que sugiere que la paz no será una condición de existencia del superhombre 77
El rango y la ley de un pueblo y de los grupos de pueblos se determinan de acuerdo con el grado y el modo de la fuerza imperativa desde la que se ponen al servicio de la realización del dominio incondicionado del hombre sobre sí mismo. Sin embargo, la voluntad de poder impone la exigencia de que el superhombre se domine a sí mismo y también a los demás, especialmente a los que se considera “inferiores”
Con ese nuevo tipo de hombre se concreta “la emergencia de una doctrina que criba a los hombres... que a los débiles los impulsa a tomar resoluciones, y también a los fuertes” En la segunda parte de esta obra desarrollaré algunos conceptos propios de mi propia percepción filosófica, a la que he denominado La Voluntad de Ser cuyos aspectos filosóficos, ideológicos y doctrinales tienen un fin común: lograr que los débiles y los enfermos se fortifiquen para hacer frente a quienes los expolian hoy y, en el futuro, a quienes pretendan imponer su voluntad de poder, sobre la voluntad de Ser.
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LA JUSTICIA Gracias, Heidegger, por participar en nuestro encuentro con el último de los temas planteados en la tarea de realizar indagaciones sobre lo esencial del pensamiento de Nietzsche. Ahora nos toca indagar sobre la Justicia. ¿Qué tienes para decirnos acerca de ese tema, Heidegger?
En la visión de Nietzsche, la justicia mira hacia esa humanidad que debe ser seleccionada para formar el tipo que posea la propiedad esencial de instaurar el dominio incondicionado sobre la tierra. La justicia es el adjudicar, en una construcción previa, las condiciones que aseguran un preservar y un conseguir. ¿Cuáles serían los pilares principales en el que esa justicia base sus fundamentos y su razón de ser? La justificación consiste en lo único que satisface la esencia como “supremo representante de la voluntad de poder”. Las cinco expresiones fundamentales que hemos analizado: “voluntad de poder”, “nihilismo”, “eterno retorno de lo mismo”, “superhombre” y “justicia” corresponden a la esencia de la metafísica articulada en cinco momentos. Pero la esencia de esa unidad, dentro de la metafísica y para ella misma, permanece encubierta. En tu estudio sobre los puntos fundamentales de la 79
percepción de Nietzsche, sobre los cuales formulamos nuestras indagaciones, pones de relieve la lógica que une todos esos conceptos, de manera tal, que la esencia de esa unidad, sería, en mi percepción, la interacción de los cinco momentos. No habría necesidad de alguna ontología o alguna óntica para la determinación de esa esencia, más bien, ése sería un campo que entraría en la jurisdicción de la interacción de esos momentos entre sí. Tal vez habría un nuevo campo de estudio en la filosofía para identificar ese momento, al cual podríamos denominar “Iterrelacionalogía”
El pensamiento de Nietzsche se mantiene en el movimiento interno de la verdad en la medida en que, abarca con la mirada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Las preguntas al respecto serían: ¿en qué tiene su fundamento la unidad esencial de la metafísica? ¿Dónde tiene su origen la esencia de la metafísica? Recordemos que la metafísica de Nietzsche es caracterizada como la metafísica de la voluntad de poder A una voluntad de poder que es absoluta y que se conserva por el acrecentamiento que exige, a su vez, el eterno retorno de lo mismo, le corresponderá un tipo de justicia que no sea otra que la fijación constante de esa voluntad de poder
El qué y el cómo de la Justicia
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En el pensamiento de Nietzsche queda oculto qué y cómo la “justicia” es el rasgo esencial de la verdad, por lo tanto, no es lícito elevar la expresión fundamental “justicia” al rango de título principal de su metafísica. Metafísica es la verdad del ente en cuanto tal en su totalidad. La metafísica de la subjetividad incondicionada y acabada piensa, sin decirlo, la esencia de sí misma, o sea la esencia de la verdad, como justicia. Es de suponer que cuando te refieres a la justicia como esencia de la verdad, hablas de la verdad impuesta por la voluntad de poder.
Queda aún la pregunta acerca de qué pueblos y qué humanidad estarán sometidos de modo definitivo y anticipador a la ley de la pertenencia de la incipiente historia del dominio de la tierra. Ya no es, en cambio, una pregunta sino que está decidido cuando dice: “Se acerca la época en la que se emprenderá la lucha por el dominio de la tierra, se la emprenderá en nombre de doctrinas filosóficas fundamentales” Podríamos adelantar que los pueblos escogidos serán sobre todo, los que han llegado a cierto grado de desarrollo material y tecnológico que les permita hallar el tiempo necesario para establecer cuáles, en cada grupo humano, serán los rasgos distintivos de su voluntad de poder El fin de la Filosofía
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También cabe suponer que la filosofía como doctrina y como figura de la cultura desaparecerá porque, en la medida en que ha sido auténtica, ya ha nombrado la realidad de lo real, es decir el ser desde el cual todo ente es llamado a ser lo que es y cómo es Ésa sí es una suposición heroica, demasiado heroica, pues la filosofía no ha concluido su tarea sobre las indagaciones acerca de la naturaleza, el hombre, la historia y el pensamiento. Cualquier suposición en sentido contrario sería una gran arbitrariedad.
Las «doctrinas filosóficas fundamentales» aluden a la esencia de la metafísica que llega a su acabamiento y sustenta la historia occidental, bajo la forma europeo-moderna y la destina a la “dominación del mundo”. De ahí la necesidad imperiosa, el cumplimiento imperativo, de hacer que nuestros débiles devengan fuertes para que las batallas del futuro se realicen entre voluntades de contextura diferente, pero de igual intensidad. En ese postulado se basa La Voluntad de Ser.
Por último cabe añadir que lo que se expresa en el pensamiento puede imputarse historiográficamente a la esencia nacional del pensador, pero no puede hacerse pasar jamás por una peculiaridad nacional. El pensamiento de Descartes, la metafísica de Leibniz, la filosofía de Hume, son, en cada caso, europeos, 82
y por ello planetarios. Del mismo modo, la metafísica de Nietzsche no es jamás, en su núcleo, una filosofía específicamente alemana; al contrario, es una metafísica europeoplanetaria. No; hay una filosofía, la única, que puede ser considerada como planetaria: la Voluntad de Ser. Muchas gracias Martin Heidegger por tus valiosos aportes a la estructuración de esta obra, sin los cuales nuestra tarea habría sido mucho más difícil y mucho más extensa. De todo lo dicho es posible establecer que en Nietzsche hay cinco paradigmas muy importantes
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EL HOMBRE SUPERIOR Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra, dirigiéndose a los “Hombres Superiores”:
“Vosotros hombres superiores, aprended esto de mí: en el mercado nadie cree en hombres superiores. Y si queréis hablar allí, ¡bien! Pero la plebe dirá parpadeando “todos somos iguales”. 83
Por lo visto, tu hombre superior se considera superior con relación a los harapos de los más humildes No en comparación con los hombres libres del hambre Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los confundes con los humildes; al respecto dices:
Hoy las gentes pequeñas se han convertido en los señores: predican resignación y modestia y cordura y laboriosidad y el largo etcétera de las pequeñas virtudes. Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la astucia como noble virtud y la doble moral como su práctica cotidiana Predican resignación y laboriosidad, pero no como comportamiento propio sino como una imposición a los harapos, a los débiles Dicen lo que no hacen; no dicen lo que hacen
¡Para mí no sufrís aún bastante! Pues sufrís por vosotros, no habéis sufrido aún por el hombre. Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto, sufren de pobreza, de hambre y de exclusión; sufren por el 84
hombre En la lógica disposición que la ley del más fuerte establece, los que producen no comen; los que comen no producen La pobreza y el hambre es el dueto fatídico convertido en el gran dolor colectivo, el más penoso de todos los dolores ¿Qué clase de hombre superior es el que desea rodearse de mendigos para ser admirado por ellos? Ése es un despropósito absurdo
No queráis nada por encima de vuestra capacidad: hay una falsedad perversa en quienes quieren por encima de su capacidad. ¡Especialmente cuando quieren cosas grandes! Pues despiertan desconfianza contra las cosas grandes, esos refinados falsarios y comediantes ¿Quiere decir esto que los débiles y enfermos no deben encarar la tarea de rebelarse, de tratar de subir escalones empinados?
La plebe no sabe lo que es grande, ni lo que es pequeño; no distingue entre lo que es recto y honesto: ¡ella es inocentemente torcida, ella miente siempre! Pero hay algo que es francamente contradictorio
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En mi país, por ejemplo, hay “hombres superiores” que desprecian a los indígenas, a la “plebe, por ser indígenas Los desprecian por ello, a pesar de que esos indígenas producen lo que los hombres “superiores” comen a dos carrillos Tendremos un encuentro para hablar sobre este asunto, cuando lleguemos al tema sobre la Alienación del Ser Pero no hay que ser gran expedicionario de la sociología para constatar que el “hombre superior”, a diferencia de “la plebe”, no es autosuficiente; es decir, su existir depende, precisamente, de su antípoda social: del que produce lo que el “superior” le arrebata con zarpas de hierro agarfiado: ¡El “hombre superior” necesita del inferior para subsistir! Si no fuera por el hombre excluido, el hombre superior sería un fósil más en el panteón Por el otro lado, el hombre que produce, es autosuficiente, no necesitan de nadie para subsistir, viven plenos en su pobreza ¿Se desprecia al que produce lo que comes? ¿Se llama Superior al parásito?
¡La diferencia está en que los hombres superiores son hombres valientes! ¡Hombres de corazón abierto! Al preguntarme, te pregunto:
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¿Con quién debería medir fuerzas tu Hombre Superior, dado que no quiere rivales, sólo mendigos, sólo hombres derrotados por el hambre?
¡Guardaos también de los doctos! Os odian: ¡pues ellos son estériles! Tienen ojos fríos y secos, ante ellos todo pájaro yace desplumado. Pero los indígenas de mi país cambiaron de norte a sur, cuando llegaron al poder; cuando lo hicieron, se sintieron Hombres
Superiores,
Se sintieron tan “superiores” que decidieron que una nación no era suficiente para que cumplieran sus objetivos De este modo, dividieron mi país en 36 “naciones” Ninguno de ellas guarda un lugar para los estratos medios o de ingresos altos en el país; solamente para los incisos indígenas Los escritorios públicos fueron ocupados por indígenas que jamás habían conocido como se gobierna un país; ni siquiera una alcantarilla La ineficiencia se hizo muy grande y se sumó a la corrupción y al racismo al tratar con desdén a los estratos medios
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Su servilismo atávico no les permite el desdén para los que tienen cuentas en los bancos; por eso es no llegan a ser “hombres superiores” En su delirio han encontrado un ritmo al que se mueven, extasiados, en dos dimensiones anquilosadas: el indigenismo y el marxismo El hombre-masa está en el gobierno, comiendo a cuatro carrillos y dibujando la caricatura más espantosa de nuestro país Ninguno de ellos, masa o líder, tiene noción acerca de lo que es el individuo, ni la conciencia de la propia individualidad Sé, estimado Nietzsche, que consideras al grupo humano como el cerrojo histórico que no permite la libertad del individuo Por su parte, el indigenismo y el marxismo crean plebes en forma de hordas en las que no hay instituciones Sólo existe la relación horda-líder Cuando salen a las calles exigen hablar con el Presidente, pues, en su calidad de plebe, sólo reconocen al líder Como espectador de todo este proceso, comprendí que para ser Hombre Superior hay una condición necesaria y suficiente
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En primer término, el ente que conforma las masas adquiere consciencia de lo que es el individuo dentro del grupo Que logre reflejos luminosos de su propia individualidad Una individualidad dentro del grupo, un Yo en el Nosotros Eso es algo que nuestra plebe no tiene Quienes ahora gobiernan en mi país, y las masas humanas que los respaldan, a pesar de tener “el poder”, siguen siendo plebe De esta manera, tu “hombre superior” es cualquier ser humano que detenta el poder de decidir qué podrán y no podrán hacer los demás Tu “hombre superior”, para ser tal, necesita La Voluntad de Poder de un Señor, uno de tus grandes paradigmas Pero, quienes están en el poder siempre están solos; a todo “hombre superior” le es difícil identificar en quién debe confiar El presidente del gobierno indígena de Bolivia no confía en los médicos bolivianos, ni siquiera para una constipación nasal o de la garganta Más bien confía en el gobierno cubano para que le realicen algún examen físico y otorgarle el certificado socialista de buena salud 89
Los que detentan el poder están frente a los precipicios y sepulturas que cavan en pos del derecho de tener la panza llena Al preguntarme, te pregunto: ¿En quién debería confiar tu Hombre Superior, dado que no quiere rivales, sólo mendigos?
Confiará en el hombre que tiene valor ¿Cómo se reconoce a un hombre que tiene valor? Hay varias maneras de demostrar que se tiene valor; pero esa capacidad no está a la vista
Tiene valor el que ve el abismo, pero con ojos de águila, el que aferra el abismo con garras de águila: ése tiene valor Si el hombre superior se aferra al abismo con garras de águila, entonces ¿Dónde está su ser diferenciado? Porque es necesario aceptar que todo el que está en peligro de caer al precipicio se aferra a lo que puede Lo hace con manos, uñas y dientes ¡Qué diferencia con los que meditan en la senda del Zen! 90
Los que afirman que el que está por caer al abismo mira la rama de la que se aferra Mira la rama, no sólo como su eslabón entre la vida y la muerte, sino que la contempla con embeleso, porque es una rama bella ¿No sería ese meditador un gran hombre superior?
¡No tienen ni derecho ni fuerza de exigir su egoísmo! ¡Es vuestro egoísmo, creadores! Ellos se jactan de no mentir, pero la incapacidad para la mentira no es ya, ni de lejos, amor a la verdad. ¡Estad en guardia! Quien no puede mentir no sabe qué es la verdad. Cada vez me asombra más tu capacidad de asombrar Esa facultad tuya no parece tener fin; tu lógica es irrebatible Si alguien no puede mentir es porque no conoce la verdad; la mentira exige que se conozca acerca de lo que se miente La mentira es un acto consciente para deformar la realidad; por eso, alguien puede estar equivocado en algo sin mentir
“El hombre es malvado”, así me dijeron, para consolarme, los más sabios. ¡Ay, si eso fuero hoy verdad! Pues el mal es la mejor fuerza del hombre. Esto no está dicho, sin embar91
go, para orejas largas. No toda palabra conviene tampoco a todo hocico. Estas son cosas delicadas y remotas: ¡hacia ellas no deben alargarse las pezuñas de las ovejas! ¡Y allí donde están los vicios de vuestros padres no debéis querer pasar por santos! ¿Qué es lo más dañoso que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles En eso estamos de acuerdo; la compasión es una red que atrapa al hombre y lo vuelve más débil de lo que ya es Yo no compadezco a los débiles, más bien quiero volverlos fuertes, así puedan defenderse de tu hombre superior Pero ya no en las condiciones actuales, sino en el encuentro de voluntades de igual a igual De este modo, Nietzsche, tengo una idea formada sobre tu hombre superior, tal como existe ahora Es uno de los miembros de la Cofradía del Parasitismo, representada por los que se autocalifican “nobles” Cualquier cosa que eso signifique; para ellos no hay ni espada ni sable; sólo el cuchillo de cocina, el de los carniceros.
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En el presente, ese “hombre superior” es empresario de las grandes corporaciones transnacionales No existen guerreros que escojan enemigos privados Más bien, hay sabandijas que crean guerras para beneficiarse de la venta de armas a los dos lados combatientes No van a las guerras; envían jóvenes para morir “en defensa” de la tasa de ganancia del gran empresario transnacional O para dejar la vida en defensa del Político, los máximos representantes actuales de tu “Hombre Superior” Pero tu Zaratustra es un reproductor de generalidades y de singularidades Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre hay un término medio, un Tercero Incluido Un espacio que la mente reconoce como una dimensión que exime la de los extremos. Vayamos a otro de tus paradigmas, muy ligado al anterior.
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LA VOLUNTAD DE PODER Te convoco, maestro Heidegger, porque tu interpretación de algunas de las obras más importantes de Nietzsche es muy útil Empiezo de inmediato: ¿Qué debemos entender por Voluntad de poder?
En sentido general, se considera Voluntad como un querer, un un aspirar a algo. En esa misma dimensión, Poder sería el ejercicio de la fuerza. La mayoría entiende como Voluntad de poder un tender a la posibilidad de ejercer la fuerza, un tender a la posesión de poder. Pero esta voluntad de poder, en cuanto pulsión de tomar el poder es, al mismo tiempo, el puro afán de violencia. Este tipo de interpretaciones de la «voluntad de poder», deforman el sentido de la expresión fundamental de la meta-física de Nietzsche; en efecto, cuando éste dice «voluntad de poder», piensa algo diferente. ¿La interpretación aproximada sería…?
Nietzsche la define como «la esencia más íntima del ser» lo que significaría que la voluntad de poder sería el carácter fundamental del ente en cuanto tal. La voluntad de poder es nombrada, en la segunda parte de “Así habló Zaratustra”. En palabras del personaje:
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“Allí donde encontré algo viviente, allí encontré voluntad de poder; y hasta en la voluntad del que sirve encontré la voluntad de ser señor. De acuerdo con ello, la voluntad de poder es el carácter fundamental de la vida. Voluntad de Poder y dominación En éste, como en todos los casos, el “feudal”, será la representación de todos los parásitos que viven a costa de los demás Al parecer, Nietzsche, tal como lo muestra Zaratustra considera que la “vida” tendría la Voluntad de Poder como su esencia
Querer es querer ser señor. Esta voluntad está incluso en la voluntad del que sirve, no en cuanto que aspire a liberarse del papel de siervo, sino en la medida en que es siervo y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de sí el objeto de su trabajo, al que «ordena». Y en la medida en que el servidor, en cuanto tal, se hace imprescindible para el señor y de ese modo lo constriñe y lo hace depender de él (del siervo) el siervo domina sobre el señor. Ser servidor es también una especie de la voluntad de poder. En este punto debo poner énfasis en mi percepción sobre los estilos de dominación de Nietzsche. Yo opino que mostrar al siervo como alguien que “domina” a su señor, en razón de su voluntad de ordenar su trabajo”, es cualitativamente diferente de la facultad de ordenar a las per95
sonas. Por otro lado, como veremos después, la existencia del feudal (el parásito actual) depende del siervo que trabaja para él, porque el siervo produce para la subsistencia de sí mismo y también para la subsistencia del feudal
Querer no sería nunca un querer-ser-señor si la voluntad no pasara de ser un desear y un aspirar, en lugar tener su base en el “ordenar”. Ordenar es ser señor de disponer sobre posibilidades, vías, modos y medios de producir efectos por medio de la acción. El siervo sólo puede ordenar su tarea rutinaria: arar el surco, sembrar la semilla y cosechar; todo eso, con la intención, impuesta a él, de entregar al “señor de la tierra” el producto de su trabajo.
Ordenar es auto-superación. Sólo es necesario ordenar al que no se obedece a sí mismo. En este caso, el señor se obedecería a sí mismo, ordenando la expoliación del siervo. El feudal, sobre todo, ordena a personas, mientras que, según la tesis, el siervo sólo “ordena” actividades rutinarias El sentido de ordenación, como una propiedad de la Voluntad de Poder, es muy asimétrico y no se sustenta en una lógica consecuente
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Pues en el caso del feudal, él ejerce su poder sobre el siervo, a quien le debe su existencia ¿Cómo se puede afirmar la superioridad de alguien que necesita de su inferior para subsistir? Ése es un misterio cubierto de telarañas seculares, develadas sólo por la “metaforidad” singular de los corifeos Corifeos presentes del feudal-empresario, que martillean silogismos forjados en yunques rojos de ambición, servilismo y astucia Voluntad y Poder Modificas el concepto al cambiar una preposición por una conjunción: Voluntad y Poder, en vez de Voluntad de Poder
No obstante, la voluntad no es simplemente poder, y el poder no es simplemente voluntad. La esencia del poder es voluntad de poder y la esencia de la voluntad es voluntad de poder. Así, Nietzsche puede decir “poder” en lugar de “voluntad” y “voluntad” en lugar de “poder”. Pero esto no significa una equiparación de voluntad y poder; por el contrario, la expresión «voluntad de poder» debe nombrar precisamente la simplicidad inseparable de una esencia estructurada y única: la esencia del poder. 97
La relación sería como la que existe entre el día y la noche; ambas, causa y efecto uno del otro Esa afirmación también podría interpretarse en el siguiente sentido: la esencia del poder sería la pulsión de poner en ejecución la voluntad de imponerse sobre los siervos, mientras que la esencia de la voluntad sería la posesión de capacidad para realizar esos actos de dominación, es decir, la Voluntad de Poder.
Por otra parte, el poder es poder sólo cuando siga siendo acrecentamiento de poder y se ordene a sí mismo más poder. Ya el mero detener el acrecentamiento de poder, el mantenerse en un nivel de poder, marca el comienzo de la impotencia. El sobre-potenciarse a sí mismo forma parte de la esencia del poder. De este modo, el poder está constantemente en camino «de» sí mismo, no sólo de un siguiente nivel de poder, sino del apoderamiento de su pura esencia. El significado de sobrepotenciarse es muy lógico: el esfuerzo de aumentar el poder para aumentar el dominio a los dominados Pero el aumento de ese poder no sería necesario si no existiera un deseo creciente de ansias de libertad de los dominados Ellos aumentan su voluntad de resistir la dominación de los que tienen, además de Voluntad de Poder, el poder sobre ellos
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Así, si el grado de poder que tiene el que domina se mantiene en el mismo nivel, su capacidad de dominio será menor Eso sí tiene lógica; pero aún queda una pregunta al respecto: ¿El Poder y la Voluntad son uno sólo? La Síntesis
El poder y la voluntad son lo mismo en el sentido de copertenencia esencial a la unidad de una esencia. No son lo mismo en el sentido de unidad de dos esencias por lo demás separadas. No hay una voluntad por sí como no hay un poder por sí. Sólo la voluntad de voluntad es voluntad, o sea, voluntad de poder en el sentido de poder de poder.
Podríamos decir entonces que, ambos, la voluntad y el poder, conforman una unidad conceptual, pero no una identidad Es decir, estructuran una síntesis en la que ambos coexisten y no pueden ser separados una del otro, porque ninguno de los dos tiene vida fuera de los límites de la síntesis de ambos.
La “voluntad de poder” es la esencia del poder. Es esta esencia del poder, y no sólo un quantum de poder, lo que constituye la meta de la voluntad Diríamos que la esencia y el quantum de poder, de acuerdo con nuestra interpretación, es la síntesis que se convierte en la meta de la voluntad, independientemente del “aporte” propor99
cional que cada uno de ellos hace a la voluntad de poder en su tour hacia la meta prevista.
Todo lo que vive es voluntad de poder. “Tener y querer tener más, en una palabra, “Crecimiento” Eso es la vida misma” Toda mera conservación de la vida es ya declinación de la vida. En ese sentido, el sistema capitalista sería el orden natural en el que se desenvolvería la Voluntad de Poder En el sistema capitalista, la competencia hace de la voluntad de poder el nervio motor para dominar a los rivales En ese caso, el hombre superior no baja la vista hacia los mendigos para recibir su adhesión Más bien la dirige al frente, allí donde se encuentra el rival verdadero, el competidor en el mercado, al que debe enfrentar El empresario ejerce su voluntad de poder para minimizar las consecuencias del ejercicio de la voluntad de poder del otro Ambos libran un torneo en el que la creatividad reemplaza a las lanzas y la innovación toma el lugar de los escudos La fuerza de los caballos ha cedido a la fuerza de las máquinas, como al poder del conocimiento y al deseo de querer más 100
El escenario donde se despliega la energía del empresario es el patio donde se llevan a cabo los torneos entre señores Pero estos caballeros no obran por cuenta propia Al estilo de la relación caballero-doncella, representan a sus accionistas luchando por el “honor” de la empresa Pero no puede desplegar su Voluntad de Poder a discreción Su ética personal no puede enfrentar los intereses de la empresa, pues todo él pertenece a los accionistas Su ética le impone el deber de hacer todo lo que debe hacer en pro de los intereses de sus accionistas La Voluntad de Poder no está en el Empresario, está en el conjunto de accionistas, dueños de la empresa De ahí que el Hombre Superior, es el conjunto de Hombres
Superiores
Por otro lado, lo que sucede en las relaciones políticas es un fiel reflejo de lo que acontece en las relaciones empresariales En un sistema democrático, el mandamás no es el presidente, pues no puede hacer todo lo que su voluntad de poder ansía
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Su Voluntad de Poder está mediatizada por las voluntades que se congregan en el parlamento y en las instituciones Sólo un dictador, con apoyo de la fuerza, puede ejercer su Voluntad de Poder sobre aquéllos a quienes ha dominado De esta manera, el verdadero Hombre Superior sería el que ejerce su Voluntad de Poder por el uso de la fuerza, en una sociedad determinada Comparto con Nietzsche el repudio a la plebe, pero debo comparar cada una de las razones por las que lo hacemos ¿Por qué esa inquina contra la plebe, Nietzsche?
Porque la rebelión de la plebe comienza cuando el resentimiento se vuelve un valor en sí. “El esclavo no puede crear valores desde sí mismo”, necesita que alguien le diga cuáles valores debe adoptar Pero, según tu teoría, el resentimiento del expoliado por el parásito, en pos de su voluntad de poder, ¿no sería un valor fundamental del ser humano en toda época y espacio?
No; el desprecio con que el hombre superior mira a la plebe, no se iguala al odio con que la plebe lo mira a él. El hombre del resentimiento” no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto consigo mismo. 102
Su alma mira de reojo; ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. Por supuesto que, cuando te refieres al “hombre del resentimiento” usas el singular para identificar a todos los seres que forman la plebe Por mi parte, detesto a la plebe, al hombre-masa, porque estructura una horda que le permite cobijarse en el anonimato para obrar como lo hace No tiene conciencia de que son individuos con deberes y derechos El marxismo ha identificado muy bien a este tipo de muchedumbre: “las masas” conjunto de individuos manipulables carentes de autoconciencia El actual neoliberalismo, también quiere “individuos” ajenos a los grupos organizados, pues el individuo aislado es manipulable Los conjuntos organizados, como el Nuestro Nosotros, no es manipulable El Planteamiento de un Supuesto
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Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo expoliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a quienes le expoliarían? Al respecto, citemos lo que dice:
“El hombre noble, reacciona de forma inmediata, por instinto, por eso es que no envenena como el esclavo; yo reaccionaría de ese modo. Fíjate en Mirabeau, quien no tenía memoria para los insultos ni para las villanías. Por eso es que no podía perdonar, más bien olvidaba; en cambio el esclavo, la plebe, ni olvida ni perdona. Un hombre como Mirabeau, de un golpe se sacude gusanos que, en otros, en cambio, anidan siempre” De acuerdo con lo que afirma, Nietzsche podría ser pobre, pero nunca pertenecer “a la plebe”, en el sentido que la define La actitud del siervo con relación a sus expoliadores, ¿Sería racional? Leamos lo que dice al respecto:
Claro que sí. Los vocablos “infeliz” y “digno de lástima” señalan al hombre vulgar, como esclavo y animal de carga. Los bien nacidos son hombres íntegros, de fuerza y siempre activos, lo que la plebe no es.
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En la plebe, la felicidad no radica en la acción, como en el hombre superior, sino en la quietud, en la paz. Sin embargo, las guerras campesinas desde el siglo XVII y los alzamientos de los trabajadores, no son reflejos de la pasividad que les atribuye
El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El hombre noble honra a su enemigo; es digno de respeto, por ser superior; si no lo fuera, no será enemigo. En cambio, la plebe considera que el enemigo es el “malo” y se autocalifica como el hombre “bueno” En realidad, la historia, tal como la interpretamos, a sugerencia tuya, Nietzsche, muestra que todo grupo humano identifica como malos al enemigo y como buenos a los miembros del propio grupo. Es decir, esa identificación no es privativa de lo que llamas la plebe. Las guerras entres ingleses y franceses, entre alemanes y americanos… muestran que los respectivos estandartes son los de los buenos y los otros, de los malos, no importa el motivo de la guerra o de las batallas. Las aves rapaces
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Nada hay de extraño si los corderos guardan rencor a las aves rapaces, por lo débiles. Las aves rapaces dicen: “no estamos enojados con los corderos; nada hay más sabroso que un corderito” Exigir de la fortaleza que no sea un querer dominar es tan absurdo, como exigir que la debilidad sea fuerza Sobre el particular, es imperativo aceptar el hecho de que el ser humano, por instinto, guarda una sana repugnancia por las aves rapaces Entre las que identifica al parásito que se hace nombrar “noble” y a los políticos de todas las estofas.
Un quantum de fuerza es un quantum de pulsión, de voluntad de actividad que el ser superior tiene. Yo sé que mis obras son conocidas como escuela de recelo, de desprecio, temeridad
Usar ese quantum de fuerza para dominar a los débiles es un sinsentido propio de tu hombre superior. La fuerza de un verdadero guerrero iría dirigida a otros como él, de lo contrario, el quantum de fuerza sería solamente un quantum de verdugo.
“Hablo de la moral inmoral… hablo desde fuera de la moral, lo hago desde más allá del bien y del mal” Ésa es la verdadera punción de fortaleza que encierra tu visión, Nietzsche y el motivo de nuestra admiración por ti, pues al de106
nunciar la moral hipócrita tradicional, lo haces, calificándola como la “moralina”, propia de los filisteos e hipócritas, por eso dices que hablas de la moral inmoral
“Me inventé a los hombres libres y les puse el nombre de “humanos, demasiado humanos”. Quise que me hicieran compañía como valerosos camaradas y fantasmas con los que se charla Por lo que hemos descubierto en nuestra interpretación metafórica de la historia, los “valerosos camaradas” a los que mencionas, serían los feudales (en el sentido que le dimos) los dictadores y los políticos
¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento y la Voluntad de Poder; el Poder mismo del hombre. ¿Qué es lo malo? Todo lo que procede de la debilidad; todo lo que procede de la compasión y de la piedad. “¿Qué es la felicidad? El sentimiento de que el Poder crece; de saber que una resistencia queda superada” Hay una lógica interna en tu percepción de lo malo y de lo bueno que es imposible negar, incluyendo la imagen que tiene de los débiles. Es conocido tu lema fundamental en las relaciones humanas; la cito:
Los débiles y los malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres” ¿Qué es lo más dañoso 107
que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles, que es el animal doméstico, el animal de rebaño, el animal enfermo En un capítulo posterior de esta obra, plantearé mi interpretación de los débiles y de lo que, con ellos, considero como “bueno” y como “malo”.
El hombre superior tiene una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Se debe guardar para sí el respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad incondicional a sí mismo. Nuevamente nos preguntamos si el Hombre Superior al que te refieres, Nietzsche, es el individuo proclamado por el existencialismo, es decir, el individuo aislado; o, te refieres al grupo de “hombres superiores” que han unido, en una sola, sus respectivas voluntades del poder. ¿Qué opinas, respetado Heidegger?
Nietzsche llama “veneno doctrinal” a la declaración de igualdad e idénticos derechos para todos; con el resentimiento de las masas, esa moral ha forjado su arma contra nosotros, contra los aristócratas. De allí nace la idea del Superhombre: a la pregunta ¿Cómo se supera al hombre?, Zaratustra responde: Vosotros habéis despreciado, hombres superiores, esto me hace tener esperanzas. Os honro, por108
que no habéis aprendido las pequeñas corduras. Superad a los hombres hermanos míos, a estas gentes pequeñas: ¡son el peligro del superhombre! Al parecer, Nietzsche llama aristócratas a quienes identifica como hombres superiores y ejercen la voluntad de poder como una fuerza dominadora contra los débiles Me pregunto si todos los parásitos que se autonombran “nobles” y todos los dictadores de la historia, están, necesariamente, en esa categoría Por otra parte, me gustaría indagar sobre la opinión que tiene de los hom-bres de talento, de los grandes científicos, de los hombres que producen obras de arte… en general, de los hombres de gran talento. Si observamos las cualidades de estos seres y las compararíamos con la de los parásitos, veremos que la Voluntad de Poder tiene grados de más y de menos; pero, en todos los casos, el “acrecentamiento del poder” no es sino el incremento del grado de poder, medido con algo. Veamos el caso del capitalista (no del empresario, pues éste es un asalariado del capitalista) ¿Para qué trabaja un zapatero? Para ganar dinero 109
¿Para qué quiere dinero? Para mejorar la calidad de vida de su familia. Si le hacemos la misma pregunta a un médico o a un ingeniero, nos contestará de la misma manera Pero si la pregunta es dirigida, con buen ánimo al capitalista, nos responderá que lo hace para ganar más dinero ¿Y para qué querría más dinero? Para hacer más dinero y luego más y más El acrecentamiento de poder es el aumento de su patrimonio, en un principio de correa sin fin, que pretende adquirir más longitud Siempre acrecienta su poder, lo hace impelido por la competencia; si deja de acrecentarlo será expulsado del mercado Ahora acudamos a las cavilaciones de un político, las que fueron escritas en una de mis obras anteriores El Político
La Política es el arte de lograr el Poder, de conservarlo y de extenderlo; todo lo que se diga y haga para lograr estos propósitos, será bien recibido; todo lo que se oponga a la consecución de los objetivos trazados debe ser combatido. Por eso es 110
que la Política es el arte de lo posible y es por eso que exige una moral que proviene de la ética pragmática, la que acepta como justificativo todo lo que permite que el grupo al que pertenecemos se perpetúe y rechaza lo que se oponga al logro del objetivo. Nosotros, los políticos, somos una especie dentro de la especie humana y como tales, consideramos nuestra sobrevivencia como la aspiración más alta a la que supeditamos todas las demás. Pero el Poder por el simple Poder no tiene sentido: es vacío y huero. El Poder alcanza su razón de ser cuando es gozado por el que lo detenta; no se ha hecho para cualquier mortal: ha sido hecho para una clase especial de hombres, para nosotros, los políticos, los únicos que sabemos apreciarlo. Del mismo modo que es una estupidez de alto grado servir un vino de marca a quien no sabrá degustarlo, también es una bestialidad confiar el Poder a quien no sabe usarlo, ni catarlo, ni retozar en él sin rubor. Los hombres han hecho los dioses omnipotentes como una proyección de sus ansias de poder, como una objetivación ideal de sus propios deseos de alcanzar la capacidad de hacer todo lo quieren y así solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes cómo reciben las masas la voceada omnipotencia de los dioses? La reciben con veneración. Es que la masa venera el Poder, como quien reverencia algo distante y perverso. Por eso lo quieren encarnado en la lejanía, más allá de sus horizontes, más allá de sus lontananzas, más allá de donde ellos jamás podrán llegar: esto es, en la cúpula del Estado. El pueblo quiere el Poder como los sapos quieren la luna; lo quieren por encima, no al lado; arriba, donde estamos los hombres que forcejean con él y lo vencen...” 111
Por lo visto, el Hombre Superior de Nietzsche, el que ejerce su Voluntad de Poder es, por un lado, el feudal parásito Por el otro, el capitalista avaro, ocupado sólo en tener más y más ganancias; añadimos al Político, ambicioso, astuto, dual Todos, corruptos. En suma: los tres son la antítesis de los guerreros nietzscheanos actuales En la práctica, diremos que Dionisos siempre está ebrio. Apolo languidece, abrumado por la Razón. El Superhombre es un mercachifle cobijado en las Transnacionales; un adorador del dólar, un hipócrita cuyos rivales son de la misma laya Nada tienen que ver con los rivales del guerrero genuino, pues son avaros, miedosos, astutos… despreciables Lo mismo con el Político, otro de los “hombres superiores”. La Voluntad de Poder ahora está en manos de un negro y el Presidente de mi país es un indígena Algo que te debe causar pesar por todos lados
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Pero no está lejano el día en el que el Hombre Superior verdadero, aparezca en la historia El Hombre Superior será el individuo que se relacione con los individuos en el grupo que le servirá de campo de operaciones El que se haya desprendido para siempre del miedo existencial que lo oprime: el miedo al otro mundo después de muerto Obrará no por miedo al castigo ni por espera de recompensa, más bien porque estará en su ser obrar así y no de otro modo Ése es, respetado Nietzsche, el Hombre Superior que yo anticipo.
EL SUPERHOMBRE Acudimos nuevamente a tu auxilio, Heidegger para que nos des la interpretación que tienes acerca de uno de los temas que más polémica ha causado de los que Nietzsche ha escogido para sorprendernos
El hombre que, estando en medio del ente, se comporta respecto del ente que es voluntad de poder y, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo, se llama superhombre. El “súper” en la palabra “superhombre” contiene una negación 113
y significa salir e ir más allá, por “sobre” el hombre habido hasta el momento. El superhombre reemplazaría al hombre, tal como lo conocemos ahora incluyendo, sobre todo, sus valores
El concepto general alude ante todo a esta esencia nihilístico-histórica de la humanidad que se piensa a sí misma de modo nuevo. El superhombre es la negación incondicionada de la esencia que el hombre ha tenido hasta el momento. La negación del hombre actual, significaría su reemplazo por otro de mayor potencialidad para poseer y ejercer la voluntad de poder
Pensar, comprendido metafísicamente, es el representar que percibe aquello por lo que el ente es en cada caso ente. Por eso, en la interpretación nihilista de la metafísica y de su historia, el pensamiento, es decir la razón, aparece como el fundamento y la medida conductora de la instauración de valores. Pero la negación nihilista de la razón no descarta el pensar, sino que lo recupera al servicio de la animalidad Todos los instintos, el de supervivencia, el de procreación y la sensibilidad de los sentidos son los andamios que sustentan la animalidad del hombre
La Animalidad 114
La animalidad no es considerada ya como la mera sensibilidad y como lo inferior en el hombre. La animalidad es el cuerpo viviente, pleno de impulsos. Sólo la animalidad determina al hombre como siendo verdaderamente. La razón sólo es viviente en cuanto vive corporalmente… el que está despierto, dice: soy totalmente cuerpo, y nada más; y alma es sólo una palabra para algo en el cuerpo. En cierto sentido, la tesis nos diría que la racionalidad del hombre se transforma en la animalidad, que es la voluntad de poder en cuanto se cobija en un cuerpo
La metafísica occidental no determina al hombre como ser racional en todas las épocas… sólo a partir de la época moderna la razón conquista su pleno rango metafísico… sólo respecto de este rango puede medirse lo que acontece con este retrotraer la razón a la animalidad. Lla animalidad del hombre siempre ha existido, pero la razón, como distintivo principal del hombre, revela esa animalidad Este sería un movimiento al estilo de Engels: en el alba misma de la humanidad, el hombre es principalmente, animalidad En una segunda etapa es, principalmente, racional
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En la síntesis histórica, cuando la razón alcanza su máximo poder, el hombre vuelve a la animalidad Pero lo hace en una fase muy superior de progreso y experiencia que la forma original de esa animalidad
En este proceso, el acto de representar se convierte en el tribunal que decide sobre la entidad del ente, para sentenciar que en el futuro sólo habrá de valer como ente, lo que en el representar sea puesto por éste ante sí mismo.
En concordancia con lo dicho, en ese proceso, la voluntad de poder se conoce a sí misma en cuanto huésped del cuerpo. Ninguna representación será valorable si no es la del ente que representa y que, al representar, se representa sólo a sí mismo, esto es, en cuanto a la voluntad de poder y en cuanto al eterno retorno de lo mismo.
En el comienzo de la época moderna, la entidad del ente se transforma. La esencia de este comienzo histórico se basa en esta transformación. La subjetividad, la sustancialidad, se determina ahora como el representar que se representa. Ahora bien, el hombre, en cuanto ser racional, es el representar que representa. Por lo tanto, el hombre se convierte en el ente eminente, es decir en “sujeto” Sujeto que representa a su propia subjetividad, tal como antes, representaba su propia sustancialidad
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El Objetivismo
La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en que para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es “subjetiva”, porque es instaurado como objeto que se sostiene en sí mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad es objetividad”, dicen lo mismo.
Yo diría más bien que la objetividad percibida vuelve al mundo real, objetivamente subjetivizada
La voluntad de poder no es nada vital ni nada espiritual, sino que lo vital (lo viviente) y lo espiritual, en cuanto entes, están determinados en el sentido de la voluntad de poder. La voluntad racional, hasta el momento al servicio del representar, transforma su esencia en voluntad que se ordena a sí misma. En este caso, la voluntad del ente cotidiano sería la que determina la acción, antes de enviar al cerebro la orden de ejecutarla En el Superhombre, la orden sería ejecutar la acción de poder.
“La acabada subjetividad de la voluntad de poder es el origen metafísico de la necesidad esencial del «superhombre”. El crear es comprendido metafísicamente en el sentido de un representar productor. De acuerdo con esta doctrina, el ente es lo creado por el creador. El derrumbamiento de la pre-eminencia de la razón representante contiene la esencia 117
metafísica de ese acontecimiento, al que Nietzsche llama la muerte del Dios cristiano-moral. Esa declaración, expresaría la noción de que el Superhombre no necesita a nada ni a nadie para representar su propia subjetividad Ni para ordenar el acrecentamiento de la voluntad de poder Él representa e impone los valores, como una tarea (¿un privilegio?) que ya no precisa de un ente trascendental. La Meta
De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de poder, en cuanto subjetividad acabada, es el Superhombre. “¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!… el “superhombre” no es un ideal suprasensible; tampoco es una persona que surgirá en algún momento y aparecerá en algún lugar; es el puro ejercicio de poder de la voluntad de poder. El pensamiento del “superhombre” no surge, por lo tanto, de una “arrogancia” del “señor Nietzsche”. ¿Quién impone la idea de superhombre a la humanidad y, sobre todo, quién le hacer ver que ese nuevo estatus de existencia es deseable y mejor que el actual? ¿En qué momento se realiza este cambio hacia un ente nuevo? Seguramente, cuando Zaratustra anuncia que “Dios ha muerto” 118
El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad ansía al ente como voluntad de poder. Así Zaratustra, que enseña el superhombre, cierra la primera parte de su enseñanza con las palabras: “Muertos están todos los dioses: ahora nosotros queremos que viva el superhombre”; ¡que ésta sea una vez, en el gran mediodía, nuestra voluntad última!”. EL ETERNO RETORNO El retorno a sí mismo sería el retorno siempre reeditado de la voluntad de poder, refugiada en el Superhombre El que sería feliz siendo como es sin querer ser otra cosa.
En el momento de la claridad más luminosa, cuando el ente en su totalidad se muestra como eterno retorno de lo mismo, la voluntad tiene que querer el superhombre; pues sólo con la vista puesta en el superhombre puede soportarse el pensamiento del eterno retorno de lo mismo. La voluntad que aquí quiere no es un desear y un apetecer, sino la voluntad de poder. Pero la voluntad de poder ejerce su dominio, por lo tanto, es también un imperativo de ejercer ese dominio. El superhombre no carece de pulsiones que deben ser satisfechas, de lo contrario, no sería el superhombre, sobre todo, si tenemos que su esencia es una vuelta a la animalidad, la que siempre ansía.
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«La fuerza y el poder de los sentidos, eso es lo más esencial en un hombre logrado y completo: el espléndido “animal” tiene que estar previamente dado. Me pregunto si la consistencia animal-moral del superhombre exige experiencias de dominio que van más allá de la simple arbitrariedad y de la imposición de valores nuevos y eternamente re editados
El hombre no se vuelve “señor” mediante cualquier violencia, siguiendo opiniones y deseos casuales. Convertirse en señor quiere decir, ante todo, someterse a sí mismo a la orden del poder. Las pulsiones sólo encuentran su esencia como grandes pasiones. Los pequeños gozos se mantienen extraños a las grandes pasiones. Lo que decide no son los meros sentidos, sino el carácter del poder en el que están integrados. Una de las más grandes pasiones del guerrero, es la batalla en campo abierto. Si bien el “ser del ente” es la voluntad de poder, no podemos negar que existen varios entes con sus respectivas voluntades de poder, las que, cobijadas en las subjetividades del superhombre, demandarán el ejercicio de ese poder, en acciones que no siempre coincidirán con las voluntades de poder de otros entes-superhombres
“Humanización”, pensada de modo nihilista, quiere decir: hacer que el hombre se vuelva hombre mediante la inver120
sión de la preeminencia de la razón en preeminencia del cuerpo. Por ello, la humanización del superhombre, es la “deshumanización”. Mediante esta deshumanización el ente se muestra, desnudo, como el ejercicio del poder y la lucha de las formaciones de dominio de la voluntad de poder. La lucha entre Superhombres Esas luchas se realizan por los entes en forma de superhombres, para imponer sus valores por medio de la voluntad de poder La pregunta vuelve en pos de una respuesta: ¿Quiénes luchan en las batallas por la imposición de valores acorde con las respectivas formas que cada superhombre cobija como voluntad de poder? Por todo lo analizado, las batallas se realizarán entre grupos de superhombres contra grupos de superhombres, todos, con la intención de dominar a los no superhombres o al grupo de superhombres vencidos
Sólo cuando la subjetividad incondicionada de la voluntad de poder se ha convertido en la verdad del ente en su totalidad, es metafísicamente necesaria la institución de un adiestramiento racial, pero no la mera formación de razas que crecen por sí mismas, sino la noción de raza que se sabe como tal. Así como la voluntad de poder no es pensada de modo biológico sino ontológico, tampoco la noción nietzscheana de “raza” tiene sentido biológico, sino metafísico. 121
Ahora estamos en el campo del Nosotros, lo que implica que no habrá una sola raza que se conozca como tal. Habrá varias de ellas y entre ellas, se erguirán contradicciones entre la interacción de las voluntades de poder de algunas de esas razas, y la interacción de las voluntades de poder de otra u otras, lo que sugiere que la paz no será una condición de existencia del superhombre
El rango y la ley de un pueblo y de los grupos de pueblos se determinan de acuerdo con el grado y el modo de la fuerza imperativa desde la que se ponen al servicio de la realización del dominio incondicionado del hombre sobre sí mismo.
Sin embargo, la voluntad de poder impone la exigencia de que el superhombre se domine a sí mismo y también a los demás; especialmente a los que se considera “inferiores”
Con ese nuevo tipo de hombre se concreta “la emergencia de una doctrina que criba a los hombres... que a los débiles los impulsa a tomar resoluciones, y también a los fuertes” Yo tengo algunos conceptos propios emergentes de mi propia percepción filosófica, a la que he denominado La Voluntad de Ser cuyos aspectos filosóficos, ideológicos y doctrinales tienen un fin común: lograr que los débiles y los enfermos se fortifiquen para hacer frente a quienes los expolian hoy y, en el futuro, a quienes pretendan imponer su voluntad de poder, sobre la voluntad de Ser. 122
EL LENGUAJE Fuiste un gran filólogo, por lo que no intentaré la aventura de evaluar tus conclusiones; quizá pueda complementarlas Dices que la naturaleza del lenguaje es esencialmente simbólica o metafórica, lo que me satisface eufóricamente Patino sobre la misma capa de hielo que cubre el agua ondulante de los conceptos; escucho tu alegato, lo hago con gran interés:
No existe una realidad-fundamento anterior al lenguaje que sirva de criterio de verdad para distinguir un lenguaje literal de otro imaginario. El hombre es un creador de ficciones, metáforas e interpretaciones. La realidad es una construcción poética, un simulacro, y nuestras interpretaciones son un arreglo del mundo de acuerdo con nuestros particulares intereses vitales. Somos animales de ficciones, y conocer es trabajar con la metáfora favorita de uno, porque, la construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre. Construimos nuestras narraciones a la vez que inventamos una vida. La invención metafórica de la vida, como dices, y la forma que ese invento toma, sería propia de los grupos humanos
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Lo sería, acorde con sus tradiciones y culturas; pero, sobre todo, acorde con la ideología que prima en el grupo
La verdad proviene de la imaginación, en ningún caso de la esencia de las cosas. Las “verdades” son ilusiones necesarias, metáforas convenidas, útiles, que se han impuesto: la causalidad, voluntad libre, leyes naturales, espacio, tiempo… todas son ficciones reguladoras, creencias útiles, mas no verdaderas. Cada interpretación de la Historia es una expresión ponderada de alguna ideología grupal o individual De ahí, la deformación de la percepción lograda La interpretación metafórica de la historia no viene desde algún vergel de cadencias rítmicas Más bien lo hace desde inmensos conglomerados que hierven en pozos de fermento en el escenario en el que se desenvuelve Deforman así la percepción, al igual que lo hacen los sentidos Traigamos la sombra de un ejemplo Tomemos a un personaje pintoresco, Tartarín de Tarascón del novelista francés, Alphonse Daudet Sueña con África; estar en un safari para cazar leones 124
Por algún desequilibrio en el cerebro, el deseo de ir al África se convierte en una realidad asilada en alguna neurona dislocada Así, ya no sueña con ir al África: él ya ha ido a cazar leones Cuanto relata a sus amigos los pormenores de su proeza, no dice la verdad, pero tampoco miente Tal sería la idea-núcleo de tu teoría acerca de la interpretación de la Historia; la mía también. El Símbolo El Símbolo es inigualable, para connotar la interpretación metafórica de todo lo que se quiere expresar El Símbolo, lo sabes más que yo, es la representación de algo con algo que nada tiene que ver con lo que representado Su significado es de dominio colectivo Pero voy más allá; un río, por ejemplo, es el símbolo de sí mismo Los sentidos y la razón no pueden captar el río en toda su riqueza singular ni en toda su integralidad No pueden captarla
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Por ejemplo, en el movimiento de los átomos y de las partículas elementales que conforman la masa de sus aguas Tampoco en el movimiento de todas y cada una de las ondas que diseña en su recorrido, las que siempre son diferentes Ese movimiento no puede ser aprehendido sino parcialmente Por eso, cuando percibimos al río, nuestra percepción es, en este caso, la percepción de un símbolo del río, no el río “en sí” Además, como es cambiante, el río, siendo un Todo, es también parte Por otro lado, el Símbolo es un constitutivo fundamental del Arte en todas sus manifestaciones Por todo lo que sostienes en este punto, asumo que tu opinión y la mía se complementan entre sí La Vivencia Recibo con delicado, pero intenso placer, tu representación sobre el proceso de conocimiento.
La invención, la influencia falsificadora de la “creación” poética, justifican el “mito”. Frente al mundo del “cambiante” y “evanescente” devenir, se establece, en interés de la com126
prensión y la satisfacción estética de la “fantasía”, un mundo del “ser”, en el que todo aparece verosímil y completo. Haciendo rima con tu concepto, postulo que el ser humano tiene una sensación-representación para modelar esa “fantasía”; la llamo: Vivencia. Tenemos la vivencia de los símbolos que nos representamos, y de las metáforas por las que conocemos el mundo y la historia El Símbolo es propio de todo lo que se relaciona con el hombre y es el que causa nuestra Vivencia Afirmo que conocemos lo objetivo y lo subjetivo vuelto objetivo, por medio de las vivencias de los símbolos y las metáforas
Lo que llamamos percepciones está condicionado por las interpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del aparato perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo de un sistema de interpretaciones. Otro gran acierto que me apresuro a tomarlo como un gran disparo conceptual. En la percepción tradicional, se considera al Símbolo como la representación de algo diferente a lo que lo representa. Pero eso no quita que también sea el elemento constitutivo de la metáfora, el medio por el que se concreta la expresión de la Relación Interactiva de las partes con el Todo.
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Esto es posible por la relatividad del Todo y de la Parte, donde el Todo es parte y la parte es el Todo. Lo que es el Todo con respecto a sus partes, será también parte constitutiva de un Todo mayor, el que, a su vez, será parte… y así sucesivamente; pero, como todo lo que percibimos está en constante proceso de cambio, las percepciones de cada parte del Todo, tienden a ser infinitas. El Todo no es susceptible de ser percibido por la mente, debido a la constante mutación de sus partes. Sólo queda la Vivencia de la parte que percibimos, tal como queda definida. La Metáfora
La construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre”, y por este impulso artístico, al que también se le llama simplemente “el impulso mítico”, es llevado, incluso en el dominio de la teoría del conocimiento, a falsas construcciones. El relato histórico no es idéntico al relato narrativo, pues mentir ha dejado de ser algo que pertenezca a la moralidad y se convierte en “desviación consciente de la realidad que se encuentra en el mito, el arte, la metáfora”. Tomemos la definición corriente de la metáfora:
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“Figura retórica que consiste en identificar un término real con uno imaginario entre los cuales existe una relación de semejanza” Dado que la metáfora está constituida por palabras, y siendo cada palabra un símbolo, llegamos a la conclusión de que el lenguaje es una sucesión de metáforas. La manera cómo metaforizamos la historia es una de las líneas que dividen a las culturas. Sin embargo, debo desplegar en el tapete una de mis mejores cartas: lo que consideramos una metáfora cognitiva desvía únicamente la percepción, no la realidad existente fuera de la conciencia. La realidad, cuando cambiada por el hombre, sólo se debe a la acción constructiva o destructiva ejercida por él directamente en lo objetivo-subjetivo. No hay sujeto-objeto, como agentes separados de la acción, ni la acción separada de aquello que la produce. La separación artificial que los filósofos han hecho entre un supuesto sujeto-activo-que-conoce, por una parte, y un objetopasivo-que-es-conocido, por la otra, ha hecho mucho mal a la teoría del cono-cimiento. De ahí que mi sable de esgrima conceptual no cruza aceros con la tuya, pes ambos postulamos que no existe tal separación. Pero no dejemos de complementar la idea: el sujeto, como parte del Todo relativo, interactúa con el objeto, que también es parte del mismo Todo. Un hombre es tan natural como puede serlo una piedra o un cocodrilo, pero, parafraseando a Marx (a quien detestas sin disimulo alguno) 129
creo que estaremos de acuerdo en el hecho de que la Naturaleza se conoce a sí misma por medio del hombre. Esta afirmación nos trae un problema adicional: si hay diferentes interpretaciones de la historia del Ser y de la Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la naturaleza? Tal vez la respuesta la da el propio Marx, al proponer que el Hombre será realizado como tal, cuando su naturaleza sea parte de la Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Naturaleza Humana. Desde entonces la interpretación metafórica de la naturaleza será menos diluida por la percepción. Pero yo discrepo con Marx, dado mi postulado de que el ser humano es una parte de la naturaleza, la suya no puede ser diferente del todo que lo cobija. Por ello afirmo: la naturaleza del hombre tiene como fuente la naturaleza en general. El Devenir
El poder sólo puede darse poder a sí mismo por una sobrepotenciación en la medida en que ordena, ambos a la vez acrecentamiento y conservación. El “valor” es el punto de vista de las condiciones de conservación y acrecentamiento, respecto de formaciones complejas en el interior del devenir” En seguida veremos que hay dos personajes reales que representan, muy acertadamente, esta necesidad de acrecentamiento Heidegger, asumo que tienes tu interpretación:
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Si Voluntad de poder es sobrepotenciación del poder, devenir no quiere decir el indeterminado fluir de un cambio indefinido de estados; tampoco quiere decir “desarrollo hacia una meta”. En la percepción de Nietzsche, devenir quiere decir movilidad de la voluntad de poder en cuanto carácter fundamental del ente. Entiendo que esa movilidad de la voluntad de poder en cuanto carácter fundamental del ente, se refiere a una movilidad de acrecentamiento del poder, excluyendo cualquier movilidad que tienda a su reducción. Fuerza Heidegger nos dice:
Los valores “son siempre reducibles a aquella escala numérica y de medida de la fuerza”. “Fuerza” es entendida por Nietzsche en el sentido de poder, es decir, como voluntad de poder. El número es esencialmente una forma perspectivista. El valor es “esencialmente el punto de vista” del ser que ejerce la voluntad de poder. Tal como la percibo, la “fuerza” parece una dimensión que tiene grados de cuantificación, mientras que la voluntad de poder se refiere a la forma cualitativa que esa voluntad de poder toma cuando el ente la ejerce.
Con frecuencia designa como valores no sólo a las condiciones de las formaciones de dominio, sino a las formacio131
nes mismas. En efecto, ellas crean las vías y las instituciones, y por lo tanto las condiciones bajo las cuales el mundo, que es esencialmente “caos” y nunca “organismo”, se ordena como voluntad de poder. De este modo se vuelve comprensible la formulación, de que la “ciencia” (el conocimiento, la verdad) y el “arte”, son “valores”. En otras palabras, la voluntad de poder que un individuo ejerce sobre otro es insignificante en comparación a la que ejerce por medio de las instituciones y la interpretación del desarrollo, cambio y sustitución de cada una. Así, el sistema democrático sería un valor por medio del cual, los que tienen desarrollada su fuerza dentro del sistema, ejercen su voluntad de poder. De este modo se demuestra, una vez más, que la democracia no es sino el sistema de los más fuertes y la creencia de que los más débiles participan. Querer
“... Querer es lo mismo que querer-devenir-más fuerte, querer-crecer -y también querer los medios para ello”. La voluntad de poder, es la voluntad que quiere valores. Por eso es que de ella sale toda posición de valores y toda estimación del valor: el «principio de la posición de valores”. Querer sería la fuerza que empuja a ser para ser más-que-el-
otro, especialmente en un mundo en el cual el capitalismo hace 132
que el capitalista trate de lograr más poder de mercado, disminuyendo el que gozan los otros competidores.
La auto-conciencia de la voluntad de poder consiste en pensar en términos de valor, donde el término “conciencia” no significa ya un representar indiferente, sino el contar consigo mismo, lo que ejerce y da poder. Aquí habría una gran diferencia con la definición marxista, la que considera que la “conciencia es la capacidad que tiene el ser humano de reflejar el mundo objetivo”. El marxista afirma que la conciencia es un espejo de calidad veneciana en el acto de reflejar, Pero, la participación de la subjetividad en el acto de percibir, ha desmentido en reiteradas ocasiones
La voluntad de poder se devela como la subjetividad que se distingue por pensar en términos de valor. Toda confrontación metafísica es un decidir sobre el orden jerárquico de los valores. Ese orden de los valores, son impuestos a la sociedad por los grupos dominantes por su “voluntad de poder”. LA INTERPRETACIÓN METAFÓRICA DE LA HISTORIA 133
Respetado Nietzsche, coincido contigo, lo que es un privilegio para mí, en algo que crees de gran comedimiento En la percepción de que la historia debe ser interpretada metafóricamente; que no hay otro modo de convocarla
Los esfuerzos de conocer la Verdad, como si ésta fuera purificada, descomprometida de todo interés humano, es ajena a toda Voluntad de Poder. La Historia debe ser interpretada; si la Voluntad de Poder es voluntad de más poder, la interpretación permite el dominio sobre las cosas. Creo, al igual que tú, que la búsqueda de una Verdad objetiva, ajena a la interpretación, es para hombres sin alma En cuanto a mí se refiere, afirmo que la interpretación de la Historia está fijada en el ADN histórico de cada cultura Que esa forma de ver la historia es parte de nuestro cuerpo colectivo y de las acciones que lo distinguen
La verdad como “un ejército móvil de metáforas” nos urge al abandono de la idea de “representar la realidad” por medio del lenguaje y, con ello, la idea de descubrir un contexto único para todas las vidas humanas. Por mi parte, postulo que la Interpretación de la Historia es un conjunto de reflejos ético-estéticos de grupos diferenciados 134
Postulo que los Seres más capaces para interpretar metafóricamente la historia son los Poetas y los Artistas en general El siguiente es un ejemplo de interpretar metafóricamente la relación Razón-Intuición en el acto de conocer El Poema tiene facultades cognitivas que pretendemos ignorar, en beneficio de la razón pura
¿De qué alejamientos está hecha mi conciencia? Busco el nexo de las figuras apartadas para encontrar la metáfora precisa en cada momento Trae, trae pensamiento la imagen urgente que postule mi Yo Vuela, vuela imaginación hacia la curva indómita y tráeme un pedazo de misterio Que sea insondable a la razón para ser asequible a la intuición certera Mi razón aleja las cosas de mi conciencia Mi intuición las integra 135
En el rincón más oscuro del alma un pozo de luz amasa la tiniebla Tal la interpretación metafórica, en el sentido horizontal de la palabra; pero la interpretación metafórica demanda algo extra Demanda un lenguaje no racionalizado que nos permita el intento de expresar lo que nos representamos
La capacidad artística del hombre, en su afán de configurar el mundo existente, lo hace tan irregular, tan inconsecuente, tan inconexo, tan encantador y tan eternamente nuevo, como lo es el mundo de los sueños Los tres personajes Ahora ingresaremos al análisis de tres personajes que ejercen o han ejercido en la historia, su Voluntad de Poner En Primer término, el señor feudal; para ello, acudiremos a un diálogo virtual que sostuve con Hegel sobre el tema Pero, antes, citaremos las palabras de Nietzsche con el objeto de compararlas con la visión de Hegel De esta manera exponemos la idea que el filósofo de la Razón Absoluta tenía del “señor”
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Es decir, del que pertenece a la llamada “nobleza” y que es vencedor en alguna batalla. Hegel y Nietzsche En la actualidad, si Hegel es ahora el teórico de los “Señores de la tierra”, feudales marrulleros que nada tienen de hombres superiores, Nietzsche, por su parte, se convierte en el filósofo de los mercachifles, los que sólo tienen respeto al dinero y a la tasa de ganancia. También sería el aval filosófico del más astuto de los seres: el Político No hay “valor guerrero” en ninguno de ellos, pues están hechos para medrar y hacer que otros peleen por ellos. Pero hay algo: a Hegel lo redime el haber revivido a Heráclito, aunque su especial dialéctica parte de la Razón pura No lo havr de la verdadera interacción que permite el verdadero conocimiento: la RazónIntuición. A Nietzsche, por su valor genuino, demostrado en su audaz denuncia de la Moralina; con eso me basta. EL NIHILISMO Bienvenido seas, Martin Heidegger, a un nuevo soliloquio para hacernos conocer algunos de tus puntos de vista sobre los te137
mas fundamentales en el pensamiento de Federico Nietzsche. Para comenzar con nuestro intercambio verbal virtual, nos gustaría saber tu opinión acerca de uno de los lemas de mayor importancia en el escudo de armas nietzscheano. ¿Qué es el Nihilismo en Nietzsche? Las Relaciones de Dominio como Moral
Comprendidas desde la metafísica de la voluntad de poder, las ideas son pensadas como valores y las unidades más altas, como valores supremos. En esta interpretación, toda la filosofía se convierte en metafísica de los valores. Seguramente, la metafísica de los valores es observada como un proceso que se realiza en el transcurrir de la historia, no solamente en un punto dado de la historia. Nos imaginamos que conlleva también la tarea de establecer el nacimiento y el desarrollo de los sistemas de valores.
Nietzsche percibe lo deseable como «valores supremos”. Toda metafísica es un “sistema de estimaciones de valor, una moral, entendida como doctrina de las relaciones de dominio bajo las que se origina el fenómeno "vida".
¿Qué es lo que determina el cambio de los valores vigentes y la esencia de los valores que habrán de reemplazarlos?
La voluntad de poder es el principio único de la posición de valores. Allí donde la voluntad de poder osa reconocerse 138
como el carácter fundamental del ente, todo tiene que estimarse en referencia a si acrecienta o disminuye o inhibe la voluntad de poder. En cuanto carácter fundamental, la voluntad de poder condiciona todo ente en su ser. Esta condición suprema del ente es el valor determinante. “La voluntad de poder en cuanto principio único de la posición de valores”, debe partir de alguien, de un ente o grupo de entes concretos; pero si cada ente obedece a su propia voluntad de poder, exigirá también imponérsela a las otras voluntades de poder concretas, con lo que la implantación de un nuevo valor será muy complicada. No olvidemos que la pluralidad de poderes de voluntad no es reducible a una sola. La batalla, al estilo de Hegel, determinará cuál voluntad de poder será la que se imponga. Nos encontraremos en una perpetua situación de lucha a muerte no sólo entre los que dominan y los dominados, sino entre los pares mismos que pertenecen al grupo de los dominadores. Esto es, habrá una voluntad de poder colectiva que coincida con cada una de las voluntades de poder de los entes que tienen el poder de implantar valores. La Transvaloración de los Valores Vigentes
La metafísica de la voluntad de poder se vuelve una posición de valor, una nueva posición de valor. Su novedad consiste en una “transvaloración de los valores validos hasta el mo139
mento”. Esta transvaloración constituye la esencia acabada del nihilismo. El nihilismo, según el concepto de Nietzsche, no es una doctrina y una opinión, más bien establece que es la desvalorización de los valores vigentes. Esa desvalorización de los valores vigentes y su reemplazo por las nuevas tiene que surgir de alguien o de algunos ¿Cómo se pondrán de acuerdo los entes que participan en el grupo dispuesto a reemplazar los valores vigentes por nuevos? ¿Acudirán al voto democrático? Esto sería contradictorio, pues la democracia será uno de los valores que seguramente será reemplazado por otro nuevo Los participantes en el concilio de voluntades de poder, ¿se eliminarán en una lucha de todos contra todos? ¿Lo harán hasta que se establezca la presencia de una sola voluntad de poder, en la tarea de imponer los nuevos valores? No parece probable; al contrario, seguramente se conformarán grupos de voluntades de poder que tendrán que luchar contra otros grupos de voluntades de poder, en el más puro sentido de lucha entre grupos, no de individuos
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De lo que deducimos que la voluntad de poder que imponga nuevos valores debe ser una suma de voluntades de poder que quiere imponerlos Esto contraría la opinión que Nietzsche tiene de los grupos sociales a los que consideran que matan al individuo.
El proceso de desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento no es un suceso histórico entre muchos otros, sino el acontecimiento fundamental de la historia occidental, historia sostenida y guiada por la metafísica. En la medida en que la metafísica ha recibido mediante el cristianismo un peculiar sello teológico, la desvalorización de los valores vigentes hasta el momento tiene que expresarse también de modo teológico con la sentencia: «Dios ha muerto». La metáfora hipotética: “Dios ha muerto” Hemos establecido que hablamos en metáforas y que la interpretación de la historia es metafórica. La metáfora “Dios ha muerto” surgiría de la necesidad de crear otros valores completamente nuevos, opuestos a los que confluyen como simples “moralinas”. Pero, sucede que, para los creyentes, entre ellos, muchos de sus “hombres superiores”, Dios no ha muerto De este modo, la declaratoria se convierte en una hipótesis parecida a la siguiente: ¿Qué pasaría si Dios muriera?
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La respuesta que trae el Nihilismo es una metáfora que pretende dar respuesta a otra: la muerte hipotética de Dios
En lugar de la autoridad de Dios y de la Iglesia aparece la autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el dios del progreso histórico, el instinto social. Que se desvaloricen los valores supremos válidos hasta el momento quiere decir: esos ideales pierden su fuerza de configurar historia. Sobre este aspecto es preciso adelantar algo que vendrá en un subsiguiente comentario: los “valores supremos válidos hasta el momento”, han sido formulados e impuestos por la voluntad de poder de los “hombres superiores”.
Pero, la desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento conduce en primer lugar a que el mundo aparezca como carente de valor. Los valores vigentes se desvalorizan, pero el ente en su totalidad permanece, aunque exige nuevos valores. Surge un estado intermedio por el que atraviesa la actual historia del mundo, por la presencia de un nuevo mundo de valores. En realidad, si los antiguos valores nunca han sido practicados sino en apariencia, Nietzsche, deberías tomarlos como nuevos, con la diferencia de que esos valores nuevos, sin la presencia de la compasión y otros que devalúan al débil, serían verdaderamente ejercidos y establecerían una práctica de vida nueva y franca, basada en ellos. 142
El nihilismo es la desvalorización de los valores válidos hasta el momento en una total inversión de todos los valores. Nihilismo quiere decir, entonces: los valores vigentes hasta el momento ya no valen. La transvaloración tiene que ser incondicionada y poner a todo ente en una unidad originaria. Mi sentido de consistencia me urge a ratificar mi percepción: los valores vigentes nunca han sido puestos en práctica por quienes los han impuesto a los demás Esto es, por los hombres superiores que detentan la voluntad de poder; pero, en la medida en que esos valores son producto de su voluntad de poder, ejercen esa voluntad para incumplirlos con impunidad reiterada
Para que el contenido de los nuevos valores no fracase, la inversión incondicionada debe ser implementada por modos de pensar y experimentar completamente diferentes a los vigentes, aunque el nihilismo no es una historia ni tampoco el rasgo esencial de la historia occidental, es la legalidad de tal suceder, su “lógica”. Para ello, no necesitarías cambiar los valores Los valores, tales como honestidad, honor y todo ese ramillete de buenas costumbres, están sin uso en la mayoría de los casos
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Excepto una minoría muy reducida, no se los ha usado verdaderamente; en todo caso, no lo usan los hombres superiores que ejercen la voluntad de poder que crea esos valoresfantasma
La causa del nihilismo es la moral, la instauración de ideales supra-naturales de lo verdadero, lo bueno y lo bello que tienen validez «en sí». La posición de los valores supremos pone al mismo tiempo la posibilidad de su desvalorización, que comienza ya con el hecho de que se muestren como inalcanzables. Por eso, la «forma preliminar» del nihilismo auténtico es el pesimismo, como fuerza Lo único que se debe hacer para inventariar a los hombres superiores, es realizar un congreso de filósofos existencialistas; ellos son insuperables en el terreno del pesimismo y de la náusea
El pesimismo, que sólo ve la declinación proviene, en cambio, de la «debilidad»; busca en todas partes lo aciago, está al acecho de las posibilidades de fracaso y cree ver así el modo en que sucederá todo. Pero un nihilista es el hombre que observa al mundo tal Como es; juzga lo que no debería ser Cualquier existencialista de rango medio supera, con mucho, la intención de mostrar cómo debería ser el mundo
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Pues su perspectiva es más contundente: el mundo y el ser humano deben desaparecer Es imposible pedir más voluntad de poder al respecto
Allí donde la voluntad de poder es el principio que se ha adoptado para la posición de valores, el nihilismo se convierte en el “ideal del supremo poderío del espíritu” En la medida en que se niega todo ente existente en sí y se afirma la voluntad de poder como origen y medida del crear, “el nihilismo podría ser un modo divino de pensar” Se está pensando en la divinidad del dios Dionisos. Los existencialistas son representantes de la Gran Orden de la Depresión, esencia fundamental del hombre superior Ellos piensan en la divinidad del vacío, de la nada, de la angustia, del miedo, de la rutina… ¿Cuán más “superior” deberá ser un hombre para que sea digno de voluntad de poder, al estilo nietzscheano? Esa pregunta algún día deberá tener su respuesta. Gracias Martin Heidegger por tu invalorable aporte a la interpretación del Nihilismo de Nietzsche. Ahora debo dedicar las próximas páginas a exponer una síntesis brevísima de mi propia interpretación de la historia. 145
Trataré de mostrar que la historia del hombre se rige por la Ley del más fuerte y que el darwinismo social es el pilar de la convivencia humana Ambos son expresiones de la Voluntad de Poder desde las épocas en que aparecieron las tribus En este sentido, La Voluntad de Poder es inherente a la esencia de la historia del hombre, no es posible negarlo. La Ley del Saqueo Marx postuló que la Historia estaba regida por leyes y concibió la lucha de clases como el nervio motor del desarrollo histórico Por su parte, Ludwig von Mises afirmó que no hay leyes históricas, puesto que los hechos serían únicos y no se repetirían Esa idea viene directamente de los existencialistas Caballeros de la Gran Orden de la Depresión Filosofada Pero, en la peregrinación por las fases de la Historia encuentro una Ley, infinitamente repetida: “La Ley del Saqueo” La única que existe en la Historia del ser humano. 146
Es de la vigencia constante de esa Ley que hablaré en las siguientes páginas de esta obra Sin embargo, va un pequeño resumen de su esencia Los más fuertes saquean a los más débiles La Historia Formal idealiza la brutalidad humana o la atribuye solamente a un grupo, en desmedro de los “otros” Lo que recibimos de esa historia no es sino una deformación de los hechos debido a las preferencias y los afectos y desafectos Sentimientos que pertenecen a los sonajeros que los relatan En cambio, la Historia, como el relato de las formas que adquiere la Ley del Saqueo, no hace distinciones sobre la bestialidad humana ni clasifica a los individuos o a los grupos como “nosotros los buenos y ellos, los malos”. La Ley del saqueo es inherente a todos y cada uno de los seres humanos, aunque en la mayoría se expresa con un salvajismo propio de la bestia racional. Entre todos, el Gran Astuto es el que tiene un grado de astucia mayor a la de las masas, recuas humanas, a las que manipula, dado que las masas son siempre manipulables. Las manipula para sacralizar la hipocresía y elevarla a la máxima de las virtudes. Los actos modelados y/o ejecutados por el Gran Astuto siempre se ha expresado en la 147
forma de la bestia-lidad humana, en su máximo grado. No hay forma de ocultarlo, somos, y sabemos que somos, fetos conscientes condenados a cargar sobre la conciencia la joroba turgente que el sentido de culpabilidad, emergente del miedo y de nuestro verdadero Ser Astuto, ha esculpido en el fondo del subconsciente individual y colectivo. Esta introducción me lleva a la necesidad de estructurar un Teorema
El Teorema del Miedo
El miedo, como el campo magnético en el cosmos, se expande por la mente humana permanentemente
El Corolario del Miedo
La Ley del Saqueo se basa y se expresa en el miedo a ser saqueado
El precepto del Miedo
Haz a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, antes que los demás te lo hagan Cualquier repaso de la historia nos muestra que los enunciados propuestos son válidos Ejemplo La tan comentada democracia de la Grecia Antigua, es sólo un resultado de la capacidad de mercadotecnia de sus historiado148
res. En la realidad, al igual que todos los grupos humanos del mundo, la historia de Grecia es la historia del robo y del saqueo, ambos idealizados por los constructores de imágenes. Espartanos y Atenieses, por igual, eran asesinos de nacimiento y de vocación. Como los criminales de todos los tiempos, preferían arriesgar la vida en una guerra, robar el botín y traer esclavos para que produjeran lo que ellos debían comer; cada uno de estos “guerreros” pensaba que trabajar honradamente para ganarse la vida, era una muestra de vulgaridad al extremo, en cambio, el robo y el saqueo de los demás, les parecía digno. Aristóteles; defensor de la moral y de las buenas costumbres, se dio cuenta de que el saqueo traía, entre oro y joyas, algo de mayor valor aún: el saqueo institucionalizado traía esclavos. Tanto Esparta como Atenas, si estaban escasos de esclavos eran nada. Los esclavos producían lo que los hombres superiores, poseedores de la voluntad de poder comían. Pues bien, al darse cuenta de la riqueza que los esclavos significaban para Antenas, decidió legalizar la esclavitud, incluyéndolo en las cosas y procesos que no dependerían de los seres humanos sino, de la naturaleza. El gran filósofo de la Ética a Nicómaco, el ilustre, el inmortal Aristóteles, afirmó, sin rubores molestosos, que el esclavo lo era por naturaleza. Ni el mismo Hegel, conocido por su aversión a la masa y a todo lo que significara democracia, se atrevió a ir tan lejos. El fundador de la Lógica, sí, lo hizo con una gran naturalidad. Con ello, los saqueadores y traficantes de esclavos ya tenían el “aval moral” que les permitía usar el látigo sin sen149
tido de culpa. Cuando leemos estos párrafos, quedamos confundidos al enterarnos que Nietzsche no conociera que los hombres superiores, los que detentan la voluntad de poder, ya habían existido desde la aparición de los grupos humanos, divididos por el miedo. EL ETERNO RETORNO DE LO MISMO ¿Cuál es tu opinión, respetado Heidegger, de eterno retorno de lo mismo, tal como lo plantea Nietzsche?
Nietzsche comprende todo “sentido” como “fin” y “meta”, pero, fin y meta como valores. De acuerdo con ello, puede decir: “La absoluta carencia de valor, de sentido, la carencia de meta en sí, es el principal artículo de fe” del nihilista” Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la cofradía de los hombres superiores estén en vigencia, seguramente tendrá algo que ver con la identificación de metas
La carencia de valor y de meta tampoco puede significar ya un defecto, el mero vacío y la mera ausencia. La palabra metafísica es: el eterno retorno de lo mismo… el ente que tiene el carácter fundamental de la voluntad de poder sólo puede ser, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo. El significado de “Eterno retorno de los mismo” se presenta un tanto oscuro al entendimiento 150
El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar para permanecer en ellas, lo importante es la sobrepotenciación. Por ello, para el ente como voluntad de poder no hay ninguna meta fuera de sí hacia la cual progresar saliendo de sí mismo. En el Camino está en la Meta Hay una percepción del zen taoísta que podría explicar adecuadamente el concepto: “El camino está en la meta”; en este caso, la “meta que está en el camino” es la continua repetición de lo mismo, por lo que nada externo a esa meta-camino existiría fuera de ella
La voluntad de poder, en cuanto sobre-potenciación de sí misma, retorna esencialmente a sí misma y da así al ente en su totalidad, es decir al “devenir”, el peculiar carácter de movilidad. Ahora bien, el ejercicio del poder eterno y carente de meta de la voluntad de poder es, no obstante, al mismo tiempo necesariamente finito en cuanto a sus situaciones y formas, pues si fuera infinito en este respecto, en concordancia con su esencia como acrecentamiento, tendría que «crecer infinitamente». Si el ejercicio del poder y carente de meta de la voluntad de poder es finito, habría una contraposición en denominar como “Eterno retorno de lo mismo” a lo que, anticipadamente ya exige un fin, por lo que será preciso preguntar: ¿en qué mo151
mento se conocerá el último ciclo de ida y vuelta de la voluntad de ser, es decir, el último retorno?
La «Voluntad de poder» tiene una visión muy particular acerca de lo que es el ente en cuanto tal, es decir, en su constitución. El «Eterno retorno de lo mismo» postula cómo es el ente de esa constitución en su totalidad. Ser y devenir se contraponen sólo aparentemente, porque el carácter de devenir de la voluntad de poder es, en su más íntima esencia, eterno retorno de lo mismo. Pero la idea de “retorno” sugiere un acto de alejamiento previo del escenario al que tendrá que retornar y volver a ser lo mismo. Con el fin de dar forma a la metáfora, debo citar una obra que tiene como tema El Eterno Retorno, con referencia al planteamiento de Borges. En beneficio de la brevedad, iré al punto principal. El Eterno Retorno y Borges En “La Biblioteca de Babel”, Borges expone su idea de lo infinito, la cual yo cito de inmediato.
En el zaguán hay un espejo que fielmente duplica las apariencias
Este espejo representa una de las ideas que más ha obsesionado la metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del Universo, más conocida como la Teoría del Eterno Retorno. La doctrina tiene orígenes registrados en papiros y pergaminos. Los hindúes, 152
grandes iniciadores de misteriosas inquietudes intuitivas, tuvieron mucho que ver con el asunto antes de entregárselo a los budistas, primos carnales en el espíritu. Allí nacen los Kalpas, etapas que el mundo naciente debe recorrer hasta llegar a su propio poniente. El nacimiento del mundo se debe a la compresión ideal y su destrucción a la conflagración; algo más: el número de Kalpas es infinito tal como el número de ciclos retornantes también lo es. Heráclito también cedió a la fascinación de la gran rueda cósmica, que naciendo del fuego retorna, con obsesivo empecinamiento, otra vez al fuego. Volviendo a Borges, al hablarnos de los espejos que reproducen infinitamente el original, nos dice, metafóricamente que la Ley del saqueo vuelve en periodos que conforman el infinito. Otra vez el libro de las jerarquías llegará a nuestras manos; otra vez veremos nuestra propia muerte por hambre en medio de la gran abundancia Hay más sobre la teoría del Eterno Retorno Sus expositores y defensores asumen implícitamente su simetría. El retorno de los átomos se realizaría siempre en conjuntos homogéneos y simétricos para volver a ser lo que se fue. Este es un asunto que debe ser aclarado. Para ello recurro a uno de mis relatos “Una noche de Estilos” (de mi libro “Cuando el Illimani se fue”, 1986)
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En uno de los relatos, el borgeano, al describir la ciudad de la ciudad de La Paz, desde su preceptiva literaria declara que: “La ciudad de La Paz sería la expresión concreta de la entelequia y que por ello “estaría en el deber de autorreciclarse”. No faltará el escéptico que plantee el siguiente problema: si un todo puede reciclarse para retornar a una posición atómica inicial, esto no quiere necesariamente decir que todas y cada una de las partes que conforman ese todo habrán de reciclarse al mismo tiempo, aunque la teoría de las variaciones de los átomos, al decir que una de las partes se vuelve a reproducir, da por sentado que todos y cada uno se registran simétrica y simultáneamente. Este supuesto es demasiado heroico, puesto que da por sentado que una persona al reciclarse, se recicla integralmente de una sola vez. El cerebro se recicla al mismo tiempo infinitesimal en que se recicla el resto del cuerpo. Esto anularía la posibilidad de que el Partenón se reciclara en partes, cada una atraída por un tiempo diferente. La película “La Mosca”, es un buen ejemplo. Trata de un ser que al reciclarse en una máquina transportadora resulta con su propio cuerpo y con la cabeza de la mosca, que había estado en el recinto reciclador. El reciclaje no se había llevado a cabo de un modo simétrico. Aquí una ficción atestigua la asimetría de la otra ficción.” “Después de estas inquisiciones, diríamos que los reciclajes son siempre simétricos, suceden todos al mismo tiempo y,
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por lo tanto, es preciso abjurar de la creencia de desequilibrios cósmicos en la construcción del retorno de lo mismo.” Este pasaje nos plantea problemas de gran contenido: ¿Cuál será el “estado inicial” que se reciclará en el infinito? Es decir ¿el escenario original al que se deberá retornar todo el tiempo? ¿Será el que existía un segundo después de la explosión del huevo cósmico? ¿El que había un billón de años antes? ¿A partir de qué instante se iniciará el proceso de repetición?” El relato con el personaje borgeano nos lleva a la necesidad de revisar más de cerca la tesis platónica de los siete planetas. “Equilibradas sus diversas velocidades, regresarán al punto inicial de partida”. A medida que esas velocidades se equilibran, gran parte de los arreglos atómicos han recobrado ya su posición original”. En este sentido, hay una brecha entre los planetas que han vuelto ya a la originalidad y aquéllos que aún no han completado el ciclo. Pongamos un ejemplo de lo que sucedería en nuestro planeta: es posible imaginar que Aristóteles ya ha sido reciclado en un tiempo similar al de Marx. Los tendremos juntos para asistir a un diálogo de magnitud ártica. Del mismo modo se podría concebir la coexistencia de la Segunda Guerra Mundial con la batalla de las Termópilas, Hitler pidiendo asistencia técnica a Leónidas. El rayo láser pelearía con el garrote y los Fantoms tendrían batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posibilidad, recogemos la opción de que los re-
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arreglos se alcanzan al mismo tiempo en la millonésima de segundo que dura el equilibrio de las velocidades de los planetas. Imaginemos que eso se producirá mañana: a las 10.00 a.m, hora de Greenwich. Las velocidades se equilibran; todos desaparecemos para volver al inicio del “año perfecto”. Ahora imaginemos lo que sucederá con las capas terrestres, los océanos, los mares que han cambiado de lugar desde entonces. Las cordilleras, que se han desplazado y las islas que han aparecido. Algo más, la Tierra tendría que volver al lugar cósmico que le correspondió al iniciarse el año perfecto y con ella, todas las estrellas, galaxias, metagalaxias, agujeros negros… todo absolutamente todo, deberá retornar al punto de partida del último Retorno… En “Los Cuatro Ciclos” anuncia que cuatro son las historias y luego las enumera: la Iliada, Ulises, Jason, y el Vellosino; y un sacrificio: Odín sacrificando a Odín (...) y Cristo es crucificado por los romanos. Cuatro son las historias; durante el tiempo que nos queda seguiremos narrándolas, transformadas. En “His end and his beginning” se refiere a alguien que murió y que en el cielo no hace sino repetir algo ya hecho. En “Los Teólogos”:
…esto ha ocurrido y volverá a ocurrir, dijo Euforbo. No encendéis una pira, encendéis un laberinto de fuego. Si aquí se unieran todas las hogueras que he sido, no cabrían en la Tierra y quedarían ciegos los ángeles. Esto lo dije muchas veces 156
De inmediato va una versión poética del encuentro intuitivo que tengo sobre el eterno retorno a nivel cósmico. La Carabela Un soplo rojo sopla la carabela que de infinito en infinito se bambolea El espacio ondula en vaivenes sin ritmo al recibir uno a uno los corpúsculos Explota una partícula de fuego denso y las esquirlas forman un nuevo universo El TiempoEspacio torna a nacer sin haber nunca muerto Las esquirlas primeras se van ¡Se van tan lejos! Las sombras de luz surcan a través de la nada Extienden el TiempoEspacio que llena el vacío La tormentosa cabellera ondea a todos lados sin encontrar frontera en ninguno de ellos Pero el gran impulso ya frena llamado por la motita primera 157
Fue nada más que un puntito de aceite que surgió del infinito caldero Saltó, explotó, se extendió, un universo formó y volvió para caer otra vez en el enorme caldero. Infinitos soplos rojos soplan las infinitas carabelas que de infinito en infinito bambolean, bambolean. LA JUSTICIA Gracias, Heidegger, por participar en nuestro encuentro con el último de los temas planteados en la tarea de realizar indagaciones sobre lo esencial del pensamiento de Nietzsche. El tema de este capítulo está referido a la Justicia. ¿Qué tienes para decirnos acerca tu interpretación de ese tema, Heidegger?
En la visión de Nietzsche, la justicia mira hacia esa humanidad que debe ser seleccionada para formar el tipo que posea la propiedad esencial de instaurar el dominio incondicionado sobre la tierra. La justicia es el adjudicar, en una construcción previa, las condiciones que aseguran un preservar y un conseguir.
¿Cuáles serían los pilares principales en el que esa justicia base sus fundamentos y su razón de ser?
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La justificación consiste en lo único que satisface la esencia como “supremo representante de la voluntad de poder”. Las cinco expresiones fundamentales que hemos analizado: “voluntad de poder”, “nihilismo”, “eterno retorno de lo mismo”, “superhombre” y “justicia” corresponden a la esencia de la metafísica articulada en cinco momentos. Pero la esen-
cia de esa unidad, dentro de la metafísica y para ella misma, permanece encubierta.
En tu estudio sobre los puntos fundamentales de la percepción de Nietzsche, sobre los cuales formulamos nuestras indagaciones, pones de relieve la lógica que une todos esos conceptos, de manera tal, que la esencia de esa unidad, sería, en mi percepción, la interacción de los cinco momentos. No habría necesidad de alguna ontología o alguna óntica para la determinación de esa esencia, más bien, ése sería un campo que entraría en la jurisdicción de la interacción de esos momentos entre sí. Tal vez habría un nuevo campo de estudio en la filosofía para identificar ese momento, al cual podríamos denominar “Interrelacionalogía”
El pensamiento de Nietzsche se mantiene en el movimiento interno de la verdad en la medida en que, abarca con la mirada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Las preguntas al respecto serían: ¿en qué tiene su fundamento la unidad esencial de la metafísica? ¿Dónde tiene su origen la 159
esencia de la metafísica? Recordemos que la metafísica de Nietzsche es caracterizada como la metafísica de la voluntad de poder A una voluntad de poder, que es absoluta y que se conserva por el acrecentamiento que exige el eterno retorno de lo mismo, le corresponderá un tipo de justicia que no sea otra que la fijación constante de esa voluntad de poder. El qué y el cómo de la Justicia
En el pensamiento de Nietzsche queda oculto qué y cómo la “justicia” es el rasgo esencial de la verdad, por lo tanto, no es lícito elevar la expresión fundamental “justicia” al rango de título principal de su metafísica. Metafísica es la verdad del ente en cuanto tal en su totalidad. La metafísica de la subjetividad incondicionada y acabada piensa, sin decirlo, la esencia de sí misma, o sea la esencia de la verdad, como justicia. Cuando te refieres a la justicia como esencia de la verdad, hablas de la verdad impuesta por la voluntad de poder.
Queda aún la pregunta acerca de qué pueblos y qué humanidad estarán sometidos de modo definitivo y anticipador a la ley de la pertenencia de la incipiente historia del dominio de la tierra. Ya no es, en cambio, una pregunta, sino que está decidido cuando dice: “Se acerca la época en la que se 160
emprenderá la lucha por el dominio de la tierra, se la emprenderá en nombre de doctrinas filosóficas…” Podríamos adelantar que los pueblos escogidos serán, sobre todo, los que han llegado a cierto grado de desarrollo material y tecnológico que les permita hallar el tiempo necesario para establecer cuáles, en cada grupo humano, serán los rasgos distintivos de su voluntad de poder El fin de La Filosofía ¿Qué opinas sobre el fin de la filosofía, Heidegger?
También cabe suponer que la filosofía como doctrina y como figura de la cultura desaparecerá porque, en la medida en que ha sido auténtica, ya ha nombrado la realidad de lo real, es decir el ser desde el cual todo ente es llamado a ser lo que es y cómo es. Las «doctrinas filosóficas fundamentales» aluden a la esencia de la metafísica que llega a su acabamiento y sustenta la historia occidental, bajo la forma europeo-moderna y la destina a la “dominación del mundo”. Ésa sí es una suposición heroica, demasiado heroica, pues la filosofía no ha concluido su tarea sobre las indagaciones acerca de la naturaleza, el hombre, la historia y el pensamiento. Cualquier suposición en sentido contrario sería una gran arbitrariedad.
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De ahí la necesidad imperiosa, el cumplimiento imperativo, de hacer que nuestros débiles devengan fuertes para que las batallas del futuro se realicen entre voluntades de contextura diferente, pero de igual intensidad. En ese postulado se basa La Voluntad de Ser.
Por último, cabe añadir que lo que se expresa en el pensamiento puede imputarse historiográficamente a la esencia nacional del pensador, pero no puede hacerse pasar jamás por una peculiaridad nacional. El pensamiento de Descartes, la metafísica de Leibniz, la filosofía de Hume, son, en cada caso, europeos, y por ello planetarios. Del mismo modo, la metafísica de Nietzsche no es jamás, en su núcleo, una filosofía específicamente alemana; al contrario, es una metafísica europeo-planetaria. Por mi parte, propongo una filosofía, la única que puede ser considerada como planetaria: la Voluntad de Ser. Muchas gracias Martin Heidegger por tus valiosos aportes a la estructuración de esta obra, sin los cuales nuestra tarea habría sido mucho más difícil y mucho más extensa.
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El Hombre Superior, nos lleva a deducir que hay una brecha
inseparable entre lo que él denomina Hombre Superior y la “plebe”. Cada uno de los hombres superiores posee la voluntad de poder y, con ella, el ansia de dominar a los demás. Para ello, cada ente superior tratará de imponer los valores de su voluntad de poder, incluyendo los de la Justicia.
El Nihilismo expresa la necesidad de que los hombres superio-
res adopten nuevos valores, en el marco de la metáfora: “Dios ha muerto”
El Eterno Retorno es el deseo febril de que cada hombre supe-
rior retorne a un punto de partida en sucesiones perpetuas. No queda claro cuál habrá de ser el escenario original en el que deberán acontecer los fenómenos repetidos, ni las posiciones cósmicas que deben reinar en el momento del retorno. Por último, el Lenguaje y la Justicia nos muestra que el Hombre Superior desea seres “inferiores” para dominarlos ¡Cosa increíble! ansía ganar prestigio con la admiración que recibiría de los harapos Esta pretensión es la que más me sorprende, pues no concibo un “hombre superior” que reclame la admiración del mendigo En mi percepción particular, el hombre superior será superior en cuanto los demás hombres superiores lo avalen como tal. 163
CONCLUSIÓN La percepción de Friedrich Nietzsche, cuyos aspectos sobresalientes analizamos con ayuda de Martin Heidegger, nos lleva a deducir que hay una brecha inseparable entre lo que él denomina Hombre Superior y la “plebe”. Cada uno de los hombres superiores posee la voluntad de poder y, con ella, el ansia de dominar a los demás. Para ello, cada ente superior tratará de imponer los valores que se originan en esa voluntad de poder, incluyendo los de la Justicia. El nihilismo expresa la necesidad de que los hombres superiores adopten nuevos valores, en el marco del postulado: “Dios ha muerto”. El Eterno Retorno expresa el deseo de que cada hombre superior pueda retornar a un punto de partida en sucesiones perpetuas. No queda claro cuál habrá de ser el escenario original en el que deberán acontecer los fenómenos repetidos. Por último, el Hombre Superior desea seres “inferiores” para dominarlos y, cosa increíble, ganar prestigio con la admiración que recibiría de los harapos.
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AFORISMOS COMPLEMENTARIOS (Nietzche-Blacutt) El Aforismo es un género literario que encierra, una reflexión, en su mayor parte referida a la ética o a la estética. Nietzsche lo ha usado con gran autoridad a lo largo de todas sus obras. Por mi parte, encuentro que el Aforismo es una expresión cuya brevedad otorga al contenido una densidad que supera a cualquier otra. En esta obra, he escogido los Aforismos más importantes de Nietzsche para tomarlos como punto de referencia, en una especie de contrapunto virtual y complementario con los míos. Cada aforismo tiene dos versiones: la primera, en todos los casos es la de Nietzsche (N). La segunda es mía, debajo de B. Invito al lector para que participe y compare los suyos con los que se inscriben en esta sección Abnegación N Esta voluptuosidad es de la misma esencia que la crueldad
(Más allá de Bien y del Mal)
B Los hombres afirmamos que la Abnegación es una virtud propia de la mujer; por eso la convertimos en virtud
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Abolengo
N Vuestro honor no lo constituirá vuestro origen, sino vuestro fin
(Así Habló Zaratustra)
B El abolengo es el pedigree de los que viven de los muertos; habría que mostrarlos en exposiciones semestrales Aburrimiento N ¡Qué gran asunto para un Poeta! El aburrimiento de Dios el último día de la creación (“Humano, demasiado Humano”) B Nada aburre más que el contacto con la mediocridad Academia N En todos los lugares donde no entra el aire de la plaza, crece, como un hongo, una corrupción inocente (Humano…) B La Academia es para los fósiles que nacieron fósiles Admiración N Hay una inocencia en la admiración: la del hombre que no 166
contempla la posibilidad de que él también podría ser admirado algún día (Más allá del Bien y del Mal) B El hombre común va en busca de la admiración El genio no la toma en cuenta Afecto
N El aspecto del mundo sólo es soportable cuando lo vemos a través del humo del fuego de pasiones agradables
(Tratados Filosóficos)
B Nuestros afectos y desafectos son los artífices de nuestras percepciones Aforismo N El Aforismo, la sentencia en la que el que yo soy maestro y el primero entre los alemanes son las formas de la “eternidad”; mi ambición es decir en diez frases lo que otro dice en un libro; lo que ningún otro dice en un libro
(El Ocaso de los Ídolos)
B El Aforismo es el punto de conocimiento intuitivo de densidad infinita que luego explotará en el Big Bang de una Teoría
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Agradecimiento
N Un alma delicada se siente molesta al saber que hay que darle las gracias; un alma grosera, al saber que tiene que darlas (Hu-
mano, demasiado humano)
B Para un hombre, recibir un testimonio de agradecimiento es como recibir un cumplido: incomoda. Sólo una mujer sabe recibir un cumplido. Albedrío N Lo que se llama “Libre Albedrío” es esencialmente la conciencia de la superioridad frente al que debe obedecer
(“Más allá del Bien y del Mal”)
B El llamado “Libre Albedrío” es la utopía inventada por los que dominan para hacer sumisos a los dominados Alcurnia N Triunfo de la cultura sobre el abolengo
(Humano…)
B Misteriosa pretensión de resucitar a los muertos para llevarlos a cuestas, en los recovecos de la vida 168
Alegría
N Hay que tomar las cosas con más alegría de la que merecen; sobre todo porque las hemos tomado en serio más largo tiempo que el que merecían (Aurora) B: Alegría, ex abrupto emocional en el Ser Astuto; una expresión espontánea del espíritu en el Ser de la Voluntad Alemán N Los alemanes creen que la fuerza se debe manifestar en la dureza y en la crueldad; no creen que pueda haber fuerza en la suavidad y en la dulzura (Tratados filosóficos) B Los alemanes responden al redoble de un tambor como un reflejo condicionado de Pavlov Alma N Permanecer echado sin moverse y pensar poco es el remedio costoso para todas las enfermedades del alma
(“Humano, demasiado humano”)
B El Alma es la versión poética de la conciencia
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Altruismo
N El prójimo alaba el desinterés porque recoge sus efectos
(El Eterno Retorno)
B El Altruismo es una gran excepción en el modo de comportamiento; cuando el Ser de la Voluntad sea, el altruismo no sorprenderá a nadie, será el modo de vida normal Alumno N: Es indefectible: cada maestro no tiene más que un alumno, el que le será infiel, pues está predestinado a ser maestro también (Humano, demasiado humano) B El Alumno es el cuarto creciente de alguna nueva luna
Ambición
N Sólo las almas tensas saben lo que es arte y lo que es alegría
(Filosofía General)
B La ambición en el sabio es nervio motor que empuja; en el mediocre es un arma cargada que se entrega a un niño
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N
Ambiente
Nuestro estado de espíritu habitual depende del estado de espíritu en que sabemos mantener a los que nos rodean
(Aurora)
B Cuando me entero de que hablan cuando hablan, no me interesa acerca de lo que hablan Amigo
N … como escribió el poeta en su puerta: el que entre aquí me hará un honor; el que no entre me proporcionará un placer
(El Eterno Retorno)
¿Eres esclavo? Entonces no puedes ser amigo de nadie ¿Eres tirano? entonces nadie puede ser amigo tuyo
(Así Habló Zaratustra)
¿Dónde hallaremos nosotros, solitarios entre los solitarios, a los compañeros del hombre? (Tratados Filosóficos) ¿Habrá algún hombre que no se sienta herido mortalmente si supiera lo que sus más fieles amigos piensan de él en el fondo?
(Humano, demasiado humano)
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B Mi estima por la gente crece exponencialmente con la distancia: más distante más la soporto; mucho más distante, mucho más la soporto Hay amigos con una gran capacidad de ubicuidad: desaparecen cuando los necesitamos y aparecen cuando nos necesitan Hay quienes cuentan el número de amigos que tienen; excepcionalmente, también hay los que cuentan con ellos El amigo es aquél que hace lo que dice y nos dice lo que hará
N
Amor
“Amor” es el sentimiento de la propiedad o de aquello que nosotros queremos convertir en propiedad nuestra
(“Tratados Filosóficos”)
Lo que se hace por amor se hace también más allá del Bien y del Mal (Más allá del Bien y del Mal) La Frase más púdica que he oído: “En el verdadero amor, el alma es la que envuelve al cuerpo”
(“Más allá del Bien y del Mal”)
La exigencia de ser amado es la mayor de las pretensiones
(“Humano, demasiado humano”)
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Las mujeres llegan a ser, por medio del amor, lo que son en la mente del hombre que ama (“Humano, demasiado humano”) A veces unos lentes de más alta gradación pueden curar al enamorado (“Humano, demasiado humano) Amar al prójimo como a nosotros mismos, pero ser primero de los que “se aman a ellos mismos” con gran amor y con gran desprecio (“Así Habló Zaratustra”) B El amor hace de los pequeños defectos, pequeñas virtudes Un amor que no se expresa en hechos, es un agujero negro que no recibe nada y que irradia nada Amar es desear la felicidad del ser amado y ayudar a buscarla, aún a costa de la propia Amar es descubrir que ser es no ser si tú no eres Amar es ser amigo, compinche, compañero y amante del ser amado, todo en uno Nadie puede amar por mandamiento El amor propio es el más grande, leal y constante de todos los amores 173
Antítesis
N Es la puerta estrecha por donde el error se desliza de buen grado, hasta la verdad (“Humano, demasiado humano”) B La Antítesis es la idea desafiante que se alza, para dar su razón de ser a la idea original Aristocracia N Ante el populacho, sin embargo, no queremos ser iguales
(“Así habló Zaratustra”) B
La única Aristocracia que yo reconozco, es la del talento; y más aún, la del genio Arte
N Sólo las almas ambiciosas saben lo que es arte y alegría
(“Filosofía General”)
Él es el que hace posible la vida, gran seductor de la vida, el gran estimulante de la vida (“El Ocaso de los Ídolos”) Y en este peligro inminente de la Voluntad, avanza entonces, como un dios salvador que trae el bálsamo saludable; el solo tiene el poder de transmutar el hastío y lo que hay de terrible
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en la existencia, en imágenes que ayudan a soportar la vida (“El
Origen de la Tragedia”)
Más tarde comprendí que la liberación más fundamental del artista es haber visto su propio ideal (“Ecce Homo”) B El Arte es el encuentro intuitivo con un Estado Esencial del Ser y su expresión, forjada por la gravedad ético-estética del artista El Artista crea mundos que el científico nunca descubre, por lo que nunca podrá entenderlos ni describirlos El artista produce su obra sin pensar si gustará o no; una vez terminada, se alegra de que guste El artista crea el gusto que guste lo que produce Arrepentimiento N ¡No debemos ser viles ante nuestros actos! No debemos ponerlos en jaque; el arrepentimiento es cosa inconveniente
(“El Ocaso de los Ídolos”)
B El Arrepentimiento es el castigo moral que el Ser de la Voluntad se impone a sí mismo por no haber obrado en consecuencia: por haber hecho o por no haber hecho 175
Arrogancia N Se olvida la arrogancia cuando se está entre hombres de mérito
(“Humano, demasiado humano”)
Estar sólo hace orgulloso (“Humano, demasiado humano”) Los jóvenes son arrogantes, pues frecuentan sus semejantes, todos los cuales, no siendo nada, quieren pasar por mucho
(“Humano, demasiado humano”)
B La llama, la alpaca y la vicuña, son los únicos animales a los que la arrogancia les sienta bien El arrogante no tiene la culpa de serlo, pues viene con la estupidez El arrogante lo es sólo con los humildes; con los superiores es humilde Ateísmo
N El ateísmo es una consecuencia de la elevación del hombre (“Filosofía General”)
B: El ateo que lucha contra la existencia de dios es un monje al revés 176
N
Autor
Ya no quiero leer a los autores que han querido escribir un libro. Leeré sólo a los autores cuyas ideas formen inopinadamente un libro (“Humano, demasiado humano”) Aquél que lleva al papel lo que el “sufre” es un autor triste; pero se convierte en un autor serio cuando nos dice que ha sufrido y por qué ahora descansa en la alegría
(“Humano, demasiado humano”)
B Escribir es realizar un acto de exorcismo del espíritu ¿Tengo algo que decir? Lo escribo El que escribe sobre lo que sufre, carece del pudor de la quinceañera que escribe un diario íntimo: ésta lo muestra sólo a su mejor amiga; el primero lo hace conocer en masa Autoridad
N
Donde hay el sentido de obediencia, el “tú debes” no tiene sentido alguno (“Filosofía General”) Así como somos, nos hacemos recalcitrantes ante un “tú debes”. Nuestra moral debe decir: “Yo quiero” (“Filosofía…”) La estimación de la autoridad aumenta en relación a la disminución de fuerzas creadoras (“Filosofía General”) 177
B La verdadera Autoridad es una concesión social, no un privilegio que alguien cree que tiene El primer deber de la Autoridad es lograr que las cosas marchen bien sin que la gente se dé cuenta que hay autoridad La necesidad de la Autoridad es una muestra de que aún estamos en el árbol, pero que ya tenemos conciencia de ello Belleza
N La Belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos silencio
(“Ecce homo”)
El silencio en el que caemos ante lo bello es un profundo esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades
(“Ecce homo”)
Toda belleza interior no es más que un símbolo algo superficial al lado de la multitud de las armonías profundas
(“Ecce homo”)
B Lo Bello, como síntesis ético-estética es propio del ser humano, no lo es de la Naturaleza Sólo una mujer puede tener el atributo de ser bella 178
Contemplar a la mujer amada es contemplar la belleza
N
Bien
Hacer el bien es poner una planta a la luz y verla mejor
(“Tratados Filosóficos”)
B ¿Qué sería del Bien sin el Mal? Un cojo sin muleta Bondad
N Esa forma de felicidad mezquina que se llama Bondad
(“Ecce Homo”)
¡Hay tal falta de generosidad en el hecho de desempeñar constantemente el papel de donante y dispensador de beneficios!
(“Aurora”)
La mentira es, si no la madre, por lo menos la nodriza de la Bondad (“Aurora”) B La Bondad es una contemplación autogratificante; la ayuda es la bondad en acción La Bondad sin acción no cuesta nada; es igual a los buenos consejos 179
La Bondad activa para con los demás es una forma de ser bondadoso con uno mismo Broma
N La broma y la burla nos sirven de alivio; nos prestan energías para nuestras actividades (“Filosofía General”) De cuando en cuando una tontería; ¡como si de pronto nos hastiase nuestra sabiduría! (“Filosofía General) B Una broma es una muestra de estima y de confianza que otorgamos a alguien; sólo hacemos bromas a los amigos Bueno N Un hombre que se creyera absolutamente bueno sería espiritualmente un idiota (“Filosofía General) B “Ser bueno” es la prueba de falta de carácter; no se puede ser siempre bueno y, sobre todo, bueno con todos Caída N Lo terrible no es la altura, sino la pendiente
(“Así habló Zaratustra”)
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B El que cae debe saber que los demás, aunque parezcan más grandes, siguen siendo lo que eran: aves de rapiña Calificación N Llamamos buena o mala a una cosa en relación con nosotros mismos, no con la cosa misma (“Filosofía General”)
B
Hay quienes creen que los demás son mejores de lo que parecen; hay quienes los consideran peores de lo que parecen; nunca acertamos en decidir cómo son; es que nunca son los mismos Calumnia N Las calumnias son enfermedades de los demás que estallan en nuestro propio cuerpo (“Humano, demasiado humano”) B La Calumnia es la fuerza de los espíritus más depravados
N
Callar
Es muy difícil vivir entre los hombres porque es muy difícil guardar silencio (“Así habló Zaratustra”)
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B Muy pocas veces me arrepentí por haber callado; muy pocas veces me felicité de haber hablado Canalla N La vida es un manantial de goces, pero donde la canalla bebe deja envenenada las fuentes (“Así habló Zaratustra”) No ha sido el odio, sino el asco lo que ha destrozado mi vida
(“Así habló Zaratustra”)
¡Ay! Muchas veces sentí cansancio de espíritu citando, vi que también la canalla era ingeniosa (“Así habló Zaratustra”) B Es en la turba enloquecida que el hombre muestra lo que realmente es: un ser de rebaño, cobarde y arbitrario La canalla actúa a luz abierta pero sus actos quedan clandestinos; no hay identificación plena, porque no hay individuos Cansancio N Un alarde en la sabiduría de la vida es saber intercalar a tiempo el sueño en todas sus formas (“Aurora”)
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¿Qué haremos para estimularnos cuando estemos fatigados y cansados de nosotros mismos? Dormir mucho en el sentido propio y figurado, así terminaremos por tener de nuevo nuestra mañana (“Aurora”) A veces siento que estoy tan cansado de todo, de mí, de todos, de nada B ¡Hay tantos motivos de cansancio! ¿Veremos algún día que el ser humano se ha cansado de ser un simple bípedo con facultad del habla? Carácter N Antes de que alguien haya puesto su pie sobre nosotros no sabemos si tenemos dientes de serpiente
(“Humano, demasiado humano”)
Nuestro carácter está determinado más por la ausencia de experiencias que por las que hemos vivido
(“Humano, demasiado humano”)
B El carácter de un hombre se muestra cuando dice “No” en el momento en que debe decirlo Hay quienes son capaces de decir “No” sólo a escondidas
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Carácter (Mal)
N Hay hombres que no saben desfogar su pensamiento de otro modo que desfogando su bilis contra todo el mundo
(“Tratados Filosóficos”)
B Nunca conocí a un hombre que mostrara su mal carácter ante un superior, tal como lo muestra ante los humildes
Caracteres
N … el hombre no científico tiene por buena una opinión cuando le halaga (“Filosofía General”) B Todos tienen por buena una opinión que los halaga; excepto el hombre de talento y el genio
Caras
N Es dudoso que un viajero alrededor del mundo haya encontrado sitios más feos que el rostro humano
(“Humano, demasiado humano”)
B ¡Cómo cambia el rostro cuando cambia el alma! De límpido, se vuelve astuto; de fresco, siniestro; de franco, se hace torvo 184
Caridad
N No me inspiran confianza los misericordiosos que son felices en su misericordia: carecen de pudor
(“Así habló Zaratustra”)
Es preciso suprimir los mendigos, pues nos molestan cuando no les damos limosna y nos molestan también cuando se la damos (“Aurora”) B Abandonar a nuestros débiles y mendigos es abandonar a nuestros heridos en el campo de batalla; nunca lo haremos ¡Levantemos a nuestros débiles y mendigos! ¿Por qué? ¡Porque son nuestros!” es la primera regla que estructura la Acción de la Voluntad Castigo N Te castigan por tus virtudes, sólo perdonan sinceramente tus errores (“Así habló Zaratustra”) El castigo impide, con el ejemplo, que otros incurran en la misma locura (“Humano, demasiado humano”) Todo malhechor castigado debe considerarse como un bienhechor de la humanidad (“Humano, demasiado humano”) 185
B La liberación del culpable atenta en contra de la sociedad; la condena a un inocente la desmoraliza El castigo al delincuente no tiene la intención de que pague una culpa, más bien está orientado a defender a la sociedad Mientras no haya otra manera, el castigo es la forma para que las cláusulas de la convivencia humana se cumplan Celebridad
N Pero, ¿Por qué evitas a ese gran hombre? Porque no querría juzgarlo injustamente; yo soy miope y desconfiado y él lleva indistintamente diamantes verdaderos y falsos (“Aurora”) B El hombre célebre contrae una deuda de honor con la sociedad, pues debe comportarse como la sociedad lo imagina Celos N ¿No es mejor caer en manos de asesinos que en los ensueños de una mujer celosa? (“Así habló Zaratustra”) B Los celos son la expresión del sentido de propiedad que una persona guarda con relación a otra 186
Censura N Quienes nos censuran quieren hacernos entender en qué m medida se ocupan de nosotros; los entendemos mal tomando su censura en serio y defendiéndonos de ellas
(“Humano, demasiado humano”)
Algunas personas excelentes administran sus censuras de manera tal que con ellas pretenden distinguirnos
(“Humano, demasiado humano”)
Los hombres que quieren suprimir la alabanza y la censura quieren privarnos de lo maravilloso y esperan que el hombre espere sólo lo justo y lo recto (“Tratados filosóficos”) B No acepto en nadie, absolutamente en nadie ni en nada, la pretensión de censurar lo que debo ver, escuchar o leer La censura que se hace al derecho de comer todos los días es la peor de todas La censura que pone freno a la verborrea es la menos peor de todas Los censuradores obran por encargo y nadie los aprecia; aunque hay quienes gozan en la tarea de cancerberos 187
Ciencia
N El científico posee una candidez que raya en miopía: no tiene la menor idea de los peligros de su oficio; cree en el fondo de su corazón que su misión es amar la verdad, el bien y la belleza
(“Filosofía General”)
¡Amar la ciencia sin pensar en su utilidad! Pero quizá ella es un medio para hacer del hombre un artista en un sentido inusitado. Una serie de bellos experimentos es uno de los goces más teatrales (“Tratados Filosóficos”) B La ciencia es la expresión más noble de la curiosidad del Ser por conocer el mundo Detesto, desde el fondo de mi ser, al “científico” que mira por el hombro al filósofo y al artista Pocos comportamientos son tan caricaturescos como cuando el científico pretende hablar como “científico” Cinismo
N Es la única forma bajo la cual las almas bajas rozan la sinceridad (“Más allá del bien y del mal”)
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B El cinismo es la actitud más fácil que los astutos adoptan para defenderse en su enfrentamiento con los sabios Citas N Los escritores jóvenes no saben que las buenas expresiones y los buenos pensamientos no se expresan bien más allá que entre sus semejantes (“Humano, demasiado humano”) B Los mediocres citan a los grandes hombres en un intento lamentable de mostrar una sabiduría que no tienen Al citar a un personaje de valía, como una pretendida muestra de erudición, el hombre mediocre cree que se iguala a él Civilización N Los grandes momentos de la cultura fueron siempre momentos de corrupción; al contrario, las épocas de mayor disciplina y domesticación del animal “hombre” son tiempos de intolerancia para los caracteres más espirituales y audaces (“La Voluntad
de Dominio”)
La Civilización quiere algo distinto de lo que quiere la Cultura; quizá lo contrario (“La Voluntad de Dominio”)
189
B La Cultura es la fotografía de las costumbres, tradiciones y escala de valores de un grupo social; la Civilización es la versión cinematográfica de sus cambios en movimiento Una persona culta es la que conoce y entiende lo que conoce; una persona civilizada es la que se comporta como si fuera culta Clásicos N La lectura de los clásicos es un procedimiento monstruoso, se hace para jóvenes que de ningún modo están preparados para ella por maestros cuya palabra pone una capa de polvo sobre cualquier buen autor (“Humano, demasiado humano”) Lo opuesto al pesimismo de lo clásico es lo romántico, en el que la debilidad, el cansancio y la decadencia de las razas se formula en ideas y en valoraciones (“Ecce homo”) B Llamamos “clásico” a lo que nos da las pautas fundamentales del arte, la música, la literatura y la filosofía Los clásicos son un punto de partida, no de llegada; una llanura que dejamos atrás sin olvidarla; no un horizonte Codicia
190
N Sin temor y sin codicia, ¿Qué sería del hombre?
(“Tratados Filosóficos”)
B La Codicia es el pretender algo sin tener los méritos para lograrlo, por eso es inmoral Cólera N No se mata con la cólera sino con la risa
(“Así habló Zaratustra”)
B La Cólera es un estado temporal de locura Comentarios
N El desilusionado habla: “yo esperaba ecos y no encontré sino elogios” (“Más allá del bien y del mal”) B El comentario depende de los afectos y desafectos de quien comenta, no de la calidad de la obra que debe comentar Comerciante N: Forma una nueva clase de hombres que tienen la misma importancia que los esclavos en la antigüedad (“Tratados …”) 191
B El Comerciante percibe el mundo como un inmenso bazar del cual quiere sacar lo que más pueda, dando lo menos posible en cambio Comparación N Cada cosa se puede medir por medio de otra, pero fuera de las cosas no existe medida alguna; por eso, en sí, cada cosa es infinitamente grande y también infinitamente pequeña al mismo tiempo (“Tratados Filosóficos”) B Cuando comparamos dos cosas, una con otra, lo que nos pertenece y lo que no, somos casi tan parciales como cuando comparamos una idea nuestra y una ajena Compasión
N Compadecer equivale a despreciar (“Aurora”) La compasión es un sentimiento que contiene goce y que proporciona el gusto de la superioridad en pequeñas dosis (“Auro-
ra”)
Si las limosnas no se diesen más que por compasión, y habrían muerto de hambre todos los mendigos
(“Humano, demasiado humano”)
192
B La Compasión está llena de moralina; la Acción de Voluntad lleva en sí la verdadera intención de ayuda La Compasión sirve para ganar indulgencias el apoyo mutuo es el que muestra la esencia de nuestro cariño por el prójimo Una persona compasiva es una persona que siempre reserva para sí la compasión mayor Comprensión
N Lo que hacemos nunca es comprendido: sólo alabado o censurado (“El Eterno Retorno”) B En las relaciones humanas, comprendemos cuando nos identificamos con quien nos cuenta sus desventuras. Entendemos la Ley de la Gravedad, comprendemos el problema de un amigo Concepto N Los conceptos más útiles son los que han quedado, por falsos que sean sus orígenes (“Filosofía General”) Los que están al acecho de los juicios que se emiten sobre él siempre se sentirán molestos, pues ya somos injustamente juzgados por quienes están más cerca nuestro (“Humano…”) 193
Los juicios de los indiferentes hacen mucho daño, porque tienen cierto tono de imparcialidad, casi de impersonalidad
(“Humano, demasiado humano”)
B El concepto es la materia prima del pensamiento Conciencia
N Cuando se quiere educar a la conciencia, ella nos abraza mordiéndonos (“Más allá del bien y del mal”) Mientras se trata de la propia conservación, la conciencia del Yo es innecesaria (“Tratados Filosóficos”) En el hombre hay tantas conciencias como seres contiene su cuerpo (“Tratados Filosóficos”) B La Conciencia sufre cuando nosotros gozamos Más que el reflejo de la realidad, la Conciencia es el reflejo de nuestras debilidades Cuando escucho que alguien dice: “voy a obrar de acuerdo con los dictados de mi conciencia” sabemos que va a obrar de acuerdo con sus intereses
Auto Confesión 194
N
El sentimiento más penoso que hay es el descubrimiento de que siempre lo toman a uno por Algo superior a lo que es
(“Humano, demasiado humano”) B
Auto-confesarse es ponerse a disposición del más severo de los jueces Confianza
N
Sin la gran seguridad en “la creencia” sin la predisposición a la creencia ni los hombres ni los animales serían capaces de vivir
(“Tratados Filosóficos”)
Nuestra confianza en los demás delata por qué quisiéramos creer en nosotros mismos. Nuestra necesidad de un amigo es lo que nos delata (“Así habló Zaratustra”) B Confiamos en quienes creemos que debemos confiar; no necesariamente en quienes debemos confiar Aparte de mi esposa y de mis hijos, prefiero confiar en algo que en alguien Los malos nos superan: no confían en nadie, nosotros sí
195
Conocimiento
N Nosotros, los que buscamos el conocimiento, no nos conocemos a nosotros mismos, y hay una buena razón para ello: nunca nos hemos buscado, ¿Cómo pues habríamos de encontrarnos? (“Más allá del Bien y del Mal”) Cada uno es el más extraño a sí mismo
(“Más allá del Bien y del Mal”)
El conocimiento mata la acción; es preciso para ésta el espejismo de la acción (“El origen de la Tragedia”) B Los hombres de bien temen conocerse a sí mismos; se espantan ante lo que el velo descorrido habrá de revelar Los hombres de mal nunca se han preocupado por conocerse Buscamos el Conocimiento para aplicarlo a algo práctico; pero también lo buscamos para satisfacer nuestra sed de saber, nada más. El primero es necesario, para la supervivencia del hombre, el segundo lo es para saber si vale la pena sobrevivir Consejos N Todos los demás saben mejor que yo lo que debo hacer y lo que no debo hacer; ¡Pobre de mí! No sé darme consejos a mí 196
mismo (“Humano, demasiado humano”) B
Los consejos se devalúan cada vez más, pues todos estamos dispuestos a darlos más que a cumplirlos Consuelo N De todas las formas de consuelo la más eficaz es la afirmación de que para ese caso no hay consuelo; el que recibe la noticia encuentra en ello una gran distinción y yergue la cabeza (“Au-
rora”)
“El tiempo todo lo cura”; el tiempo no cura nada
(“Tratados Filosóficos”)
Mirando a un desesperado, cada cual recobra su aliento
(“Así habló Zaratustra”) B
Somos increíblemente fuertes con el dolor ajeno El consuelo no frena un dolor de muelas, pero imbuye esperanza Esperamos consuelo de los seres que amamos y que nos aman; es el único caso en el que se toma el dolor de otro como propio 197
Contemplación
N El silencio con el que contemplamos lo bello es un profundo esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades (“Ecce
homo”)
La belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos silencio y no pensamos en lo que en otra ocasión pensaríamos (“Ecce
homo”)
B
He aquí una gran contradicción: si admiramos un cuadro de una mujer desnuda y sentimos una erección, nuestro acto de contemplar no será desinteresado ¿A quién culpar? Contemplo la belleza con mayor fruición cuando un ser querido está a mi lado, contemplándola también Contradicción N ¡Es tan exquisito y acusa tal distinción tener antípodas!
(“Más allá del Bien y del Mal”)
B La mayor parte de la gente lleva la contra como un arma defensiva para pretender esconder su ignorancia
198
Convencimiento
N Hay personas a quienes se les convence con gestos sublimes, pero que ante las razones se muestran desconfiadas
(“Filosofía General”)
B Al amigo se lo convence con los sentimientos; al enemigo, acudiendo a sus intereses Conversación
N No se debe hablar sino cuando ya no hay derecho a callar y no se debe hablar más que de aquello que se ha dominado (“Hu-
mano, demasiado humano”)
Los hombres no saben mantener una conversación, ponen demasiada atención a lo que quieren decir y a lo que van a contestar (“Humano, demasiado humano”) Cuando dos amigos se vuelven a encontrar después de una larga separación sucede muchas veces que afectan tener interés por cosas que ya le son indiferentes
(“Humano, demasiado humano”)
No todas las palabras convienen a todas las bocas
(“Así habló Zaratustra”)
199
B En las lides de la conversación convencional o de cotidianidad, debo confesar que soy completamente inútil Si todos hablaran sólo cuando tienen algo importante que decir, en el mundo reinaría un silencio de tumba La palabra se ha depreciado, casi nadie se preocupa por mejorar su modo expresivo Cuando tenemos que escuchar a un enfermo de incontinencia verbal nos sucede lo mismo que les sucedía a los espartanos en circunstancias similares: no nos acordamos del comienzo, lo del medio fue muy complicado y el final, ininteligible Coraje N No sólo se ataca por hacer daño a uno, por vencerle; a veces por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza
(“Humano, demasiado humano”)
B La desesperación cambia el miedo en coraje; que lo sepan bien todos los dictadores Correspondencia N: La carta es una visita que no se hace anunciar; el cartero es el intermediario de estas sorpresas descorteses (“Humano…”) 200
Cada ocho días deberíamos dedicar una hora para recibir la correspondencia y tomar un baño después
(“Humano, demasiado humano”)
B Cuando recibimos una carta, sabemos que alguien pensó en nosotros En una carta las palabras hablan y la voz no se escucha Costumbre
N Toda costumbre hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro genio más torpe (“El Eterno Retorno”) Siempre que el hombre pueda ejercer una coacción sobre sus semejantes lo hace para propagar sus costumbres
(“Humano, demasiado humano”)
B El “hoy” es el puente por el que cruzamos desde las costumbres de ayer hacia la innovación del mañana Acostumbrarse a las costumbres puede convertirse en una enfermedad Creación N El querer libera, pues querer es crear (“Así habló Zaratustra”) 201
Crear: éste es el alivio al dolor y lo que hace fácil la vida
(“Así habló Zaratustra”)
Para que exista un creador hace falta muchas crisis de dolor y muchas transformaciones (“Así habló Zaratustra”) B No se crea porque se quiere crear; el hombre crea porque tiene el talento para hacerlo Desde el llano hasta la cumbre; desde el valle hasta el abismo, la creación recorre toda la geografía del talento Crimen N El criminal no está, la mayor parte de las veces, a la altura de su acto: lo empequeñece y lo calumnia
(“Más allá del Bien y del Mal”)
Los abogados de un criminal, rara vez son lo suficientemente artistas para utilizar, en provecho del culpable, la belleza terrible de su acto (“Más allá del Bien y del Mal”) B No todos los crímenes contra la Ley son crímenes contra la Justicia La muerte colectiva por hambre es el crimen más infame 202
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ÍNDICE PRÓLOGO… 3 EL HOMBRE SUPERIOR… 5 LA INTERPRETACIÓN METAFÓRICA DE LA HISTORIA… 10 Los Incoloros… 11 El Lenguaje… 12 El Símbolo… 13 La Vivencia… 14 La Metáfora… 15 LA VOLUNTAD DE PODER… 17 Voluntad de poder y dominación… 18 Voluntad y Poder… 20 La Síntesis… 21 El Devenir… 22 Fuerza… 23 Querer… 24 El Señor y la Voluntad de poder… 25 La Alienación en Hegel… 25 La Alienación en Nietzsche… 28 El Planteamiento de un Supuesto… 29 Las aves rapaces… 30 Alienación: Resumen… 33 204
El Capitalista… 34 El Político… 35 Hegel y Nietzsche… 37 EL NIHILISMO… 39 Las Relaciones de Dominio como Moral… 39 La Transvaloración de los valores vigentes… 40 La metáfora hipotética: “Dios ha muerto”… 41 LA LEY DEL SAQUEO… 47 Los más fuertes saquean a los más débiles… 47 El Teorema del Miedo, El Corolario del Miedo… 48 El precepto del Miedo… 48 Algunos ejemplos en la Historia: Esparta y Atenas… 49 La Democracia Ateniense… 50 La legalización de la esclavitud como “Ley Natural”… 51 Roma… 52 La Astucia de Marte… 52 La Fundación… 53 La Primera Guerra Púnica… 54 Aníbal, los elefantes y la Segunda Guerra Púnica… 55 EL ETERNO RETORNO DE LO MISMO… 57 El camino está en la meta… 57 El Eterno Retorno y Borges… 59 La Carabela… 63 EL SUPERHOMBRE 64 205
La Animalidad… 65
El Objetivismo… 66 La Meta… 67 La lucha entre Superhombres… 70 LA JUSTICIA… 72 El qué y el cómo De la Justicia… 74 El fin de La Filosofía… 75 Conclusión… 76 AFORISMOS COMPLEMENTARIOS… 77
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