Cristal y cuarzo

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Las olas escriben sus mensajes a las nubes El viento las lleva en estelas desde el mar No hay tiempo que apresure los encuentros No hay distancia que separe sus deseos Sólo la visión constante y el vértigo querido por el encuentro prometido que vendrá Te espero con el respiro que me apura Te espero lívido, anhelante y frenético Pero ya estás en mí, siempre lo estuviste Eres la nube para quien las olas escriben su mensaje de amor que el viento y el rayo llevarán, impulsados por mi aliento

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No pienso en ti, más bien te siento En las gotas que las horas destilan al viento Los pulsares de cada una de mis venas tatúan la urgencia de que la distancia única termine El fiero código que encripta mis deseos se abre cuando llega la hora prohibida Rastreo las huellas de la senda tantas veces recorrida las que me llevan, como los fieles lazarillos hacia el encuentro contigo y mi dicha

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Seguí a mi sombra, que en el ansia renovada de llegar al urgente destino arbitró, con arbitrio, el ritmo de mis pasos que tenía por lentos y cansinos Mi sombra es mi yo desplegado Mi censor, confidente y crítico Mi sombra es mi yo no dimensionado Es la palabra suelta en los espacios censurados Apuré los firmes compases del gong de graves estruendos que resonaban, abiertos gong tras gong; compás tras compás en mi pecho

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¿Es acequia, arroyo, catarata, río? ¿Remolino, tifón, huracán, tornado? Es eso, pero es más ¿Nace en la gota y crea la ola del mar? ¿Surge en el segundo y diseña la eternidad? Es eso, pero es más ¿Es una mirada aliada a otra mirada? ¿es una cadencia de hoguera y de hielo? Es eso, pero es más

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Los años han escrito en la bitácora de mi vida los momentos más tristes y los más vívidos De nada me quejo, de nada resiento Amor y gloria; miedo y recelo todo forma parte de mí, todo lo hecho Sin embargo, en la textura de cada cielo en la tempestad de cada infierno veo mi sombra, gladiador sin escudo veo mi luz, guerrero audaz sin espada… Los años saben lo que escriben en el alma

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Vierte tu boca colores que fascinan Tus ojos, sonidos que estremecen Tu presencia, el vértigo que encanta El vibrar de las teclas danzantes del piano la nota que resbala, lánguida, del violín urden la fuga rebelde y el contrapunto antelado No es la armonía la que seduce en tu mirada Es la hoguera que se hace tibia y sorprendida La sombra que se vuelve luz en un parpadeo semejante a la rúbrica que el relámpago deja en medio de la tempestad encendida No es la armonía la que seduce en tu mirada…

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¡Qué hermosa la geometría del desierto! ¡Qué sublime el diseño de la cumbre nevada! ¡Cómo reverbera el azul en el verde del pasto! ¡Cómo se entibia el alma ante el témpano solitario! Y el río, cantando coplas de todos los pagos me trae retazos del sueño recobrado Y el viento me cuenta chismes de las hojas del árbol Y la danza de los remolinos, ebrios de vértigo Todos ritman con la ola que canta, en la playa, a lo lejos Allí, donde escribo un mensaje de amor y de arena Una carta que la lujuriosa marea lleva mar adentro Cómplice pícara de los secretos encuentros En la nube, una ráfaga desnuda la arena para mostrarme la respuesta callada: Te espero, labio con labio, mirada con mirada

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En la caverna de las estalactitas de plata y de cuarzo la Sombra Roja, muestra lo diestro de su sigilo Se filtra por las grietas, en busca de algo perdido Cansado, se estampa en la pared rugosa de piedra Mira, la Sombra Roja, el techo aquo de la gruta Amenaza, con ígneo recelo, a la oscuridad espantada La gota de agua cae en el charco del suelo Su sonido es un timbre de plata que despierta La Sombra Roja la mira y por vez primera su rostro muestra una sonrisa solapada La Sombra Roja se zambulle en la poza mínima y con un grito, que retumba en las paredes de la caverna ¡Amor mío te encontré después de mil años! exclama La gota sonríe dulce y quedamente debajo del agua

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Desde la cima de la duna sobre el reluciente desierto oteo las curvas de las sombras que bajan de las palmeras Son odaliscas que remolinean con el simún desaforado Vienen desde la Turquía, en vaivenes que reptilean Los tambores percuten, solemnes, rígidos y autoritarios Vibrátiles, los crótalos acompañan la dulzura de las arpas Los címbalos, productores de gemas sonoras, duetan con el eco llegado desde las azules y severas montañas La trompeta alborota la fina placidez de los laúdes Y las panderetas revolotean entre las duplicadas luces que cada grano de arena proyecta en los otros granos Es el concierto secreto de los misterios de Oriente donde duerme de la vida el misterio, sacro y perenne

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Un tul negro, negra zarpa, se alza desde un profundo pozo ciego Intenta cubrirme, imponerme el silencio Ala de vampiro, oscuro y siniestro Aprisiona las acuarelas blancas impresas en la gran acuarela del cielo CarbĂłn encendido, con luz apagada quiere forjar el resplandor de mis dĂ­as Pido socorro al viento y al mar La nube liberada, llora de alegrĂ­a

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Son ferósticos los abismos en el gran abismo Son feroces los remolinos que hunden los latidos No hay reposo en las almas agrietadas por el recuerdo del ayer, negras manchas La niebla, aliento del pasado, cubre el escenario Los recelos son bloques de estío congelado Pasará otro siglo, y otro más, de velas vacilantes La luz estará prohibida por la bruma del milenio ¡Qué oscura es la dimensión desperdigada! ¡Qué vacía es la soledad que a todos nos embarga Es que hay una línea de fuego feroz que es hielo Llamas brutales de ofensas no olvidadas Prendimos el fuego del infierno que arde y arde Fuego vesánico de llamas que no se apagan

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Olvidé que debía olvidarte Olvidé que ya no estoy en tu mirada que ya no estoy en tu pensamiento Tu voz entona en otro pentagrama Tu mano ya no está en mi mano Tu aliento entibia otro aliento Todo es ausencia Todo es vacío ¡Cuán avaro es el recuerdo! me niega el ansiado consuelo de ahogarme en el olvido

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Préstame una lágrima Un dolor, una amargura Un gran desengaño Un trozo de llanto Alguna angustia Pesar que me llene de espanto Pena que corroa mi alma Tormento que agriete mi ser Cualquier martirio No importa cuán cruel sea Nada, nada será peor que el vacío, a fuego marcado en el cráter quedado en mí de tu perenne ausencia

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Se encontraron en una nube tendida por dos miradas No hablemos, dijeron, sentenciosas las palabras Se acercaron como si un imán de plata los guiara Las arpas hicieron de los pechos dos pentagramas Pero la vida vino y, arbitraria, separó las manos de las manos Ella encontró otra nube tendida con otra mirada Él la vio saliendo de la iglesia dulce y encandilada “Es feliz”, se repetía, Evocando el consuelo, con una voz de sonrisa congelada “Es feliz”, repetía, mientras que por la cara lágrimas de hombre el rostro le tatuaban

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¿Cuántas sombras hacen una sombra? ¿Cuántas luces hacen una luz? Nadie las cuenta, a nadie le importa Sombras son sombras y luces son luz ¿Cuántas palabras hacen un verso? ¿Cuántos versos, una estrofa de amor? No hay la fórmula arbitraria que mensure ni la palabra, ni la vivencia ni la emoción Sin embargo, en el fondo del alma como en la cubeta de una alquimia turbulentas, se entremezclan palabras sombras, vivencias de mármol azul Cae el rocío y descifra el algoritmo mágico que hace de la sombra y de la penumbra, luz de la luz, una vida que nace por vez primera una vida que diseña su ansia única, tú.

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Quedé atrapado en la esperanza Veo espejos en los espejos flexuosos Reflejan imágenes ausentes de cuerpo La esperanza me atrapó con astucia Hizo de mí, un vacilante ser ambiguo que espera lo que no debe esperar Puso en mí la certeza de que el ansia nebulosa negra cargada de deseos pareciera nube que me acompañara La esperanza, hacedora de promesas es una sádica de silueta encantadora Sólo nos muestra el eterno mañana

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Abro sendas tras de sendas pero atrás queda sólo grava y piedra Labro surcos en la arena que en vano esperan el rocío de algún mañana Nada ansío de la luz fotón escuálido de esperanza Voy diseñando sombras tras de sombras en la sombra que me acompaña

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A veces siento que es imperativo darle vida a la vida Las órbitas se repiten, impasibles ante la emoción contenida Los cometas del alma están presos La quietud los espanta Todo es igual a lo igual Una madeja de Penélope vieja y destartalada ¡Hay que darle vida a la vida! Los cometas del alma exclaman

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En un rincón del alma tengo un pozo de olvidos Cada recuerdo en un ataúd hecho de sombra, se amortaja Cada vivencia acumulada llora en una fosa, encadenada Pasan los años y el pozo como un tumor gangrenado crece y crece a la par de los olvidos para siempre olvidados En un rincón del alma mis recuerdos, ¡Justicia! claman

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Las ilusiones son mariposas que nunca se posan en una flor Colibríes que no gustan néctar alguno Pañuelos de seda de hermosos colores que languidecen, planeando en el aire Nos guían hasta la sombra Donde se refugia la noche Allí encontramos nuestras deudas De ayer, de hoy y de mañana Nunca las alcanzamos, son como el tiempo siempre dicen, esperen, ya veremos

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Nada le preguntes al tiempo EstĂĄ siempre yendo y viniendo Cumple la tarea de apremiar en sincronĂ­a perfecta el pulsar de las estrellas en la bĂłveda del firmamento DiseĂąa las espirales de las galaxias y la ruta misma de los universos No le preguntes nada, para nosotros el tiempo no tiene tiempo

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ESTA OBRA ESTÁ DEDICADA A MI ESPOSA TERESA, CON EL AMOR DE SIEMPRE ELLA SABE DE MIS OLVIDOS NUNCA OLVIDADOS Y DE MIS ÉXTASIS CON ELLA FORJADOS

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